LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
- Cuando yo era joven, tenía un amigo de mi mismo pueblo (en Dinamarca).<br />
Ambos éramos de la misma edad y convertidos del protestantismo. Él se hizo sacerdote<br />
y yo religiosa. A los pocos años, él se retiró del ministerio y yo sentí la necesidad de<br />
orar por él. Al poco tiempo, se hizo de nuevo protestante y se casó, ejerciendo su<br />
ministerio como pastor. Su matrimonio fracasó y vivió solo y triste. Perdí el contacto<br />
con él por mucho tiempo. Pero un día, inesperadamente, me llamó por teléfono.<br />
Hablamos durante media hora muy bien y me dijo que había vuelto a Dios y que tenia<br />
un pequeño <strong>al</strong>tar en su habitación (quizás celebraba misa <strong>al</strong>gunas veces en su soledad).<br />
Había tenido muchos problemas en su vida y no había sido feliz, cayendo<br />
enfermo de sida por su vida disipada. Sin embargo, estoy segura de que, <strong>al</strong> fin<strong>al</strong>, se<br />
encontró con Dios, como me lo confirmó en su llamada, y que mis oraciones habían<br />
sido escuchadas. Por eso, quiero hacer de mi vida una continua oración por ellos para<br />
que sean fieles y sean santos.<br />
**********<br />
- Después de mi profesión, con el apoyo de mi director espiritu<strong>al</strong>, me consagré a<br />
María y, por medio de María, me consagré a Jesús como víctima por los sacerdotes. En<br />
1986 hice voto de lo más perfecto con permiso de mi director. A partir de 1989, Jesús se<br />
comenzó a manifestar a mi <strong>al</strong>ma de un modo tot<strong>al</strong>mente nuevo. Lo sentía siempre a mi<br />
lado. Era como estar en un cuarto oscuro y saber con certeza que <strong>al</strong>guien está <strong>al</strong>lí sin<br />
verlo ni oírlo.<br />
Con frecuencia, experimentaba sus caricias, especi<strong>al</strong>mente en la misa y en el<br />
rezo del Oficio divino. Estas caricias las siento hasta hoy mismo. En este preciso<br />
momento, en que escribo, mi adorado Jesús esta aquí. Siento que me envuelve con sus<br />
brazos divinos. Es <strong>al</strong>go maravilloso. Toda la felicidad del mundo no es nada comparada<br />
con una sola caricia de Jesús. Y, si esto es así en la tierra, ¿qué será en el cielo? Sus<br />
caricias son como dardos de <strong>amor</strong>, que traspasan mi <strong>al</strong>ma y la empapan de <strong>amor</strong>. Mi<br />
misión es amar <strong>al</strong> Amor y comunicar su <strong>amor</strong> a todos los hombres. Quiero ser sacerdote<br />
de <strong>amor</strong> entre los hombres. Estoy en<strong>amor</strong>ada de Jesús y lo amo con locura y, desde que<br />
me consagré a Él, sólo vivo para Él y me siento la persona mas feliz del mundo. Si en<br />
esta tierra me siento tan feliz de amarlo, ¿qué no será poseerlo y amarlo por toda la<br />
eternidad?<br />
Gracias, Señor, por mi vocación religiosa, gracias por aceptarme como víctima<br />
de tu <strong>amor</strong> por los sacerdotes. Quiero que todo mi <strong>amor</strong> sea para ellos como un<br />
bálsamo que los cure, que los consuele, que les dé fuerza en su caminar. Ayúd<strong>al</strong>es,<br />
Señor, estoy dispuesta a todo lo que Tú quieras con t<strong>al</strong> de que ninguno de ellos se<br />
pierda. Que sean santos. Y gracias también por todas tus caricias y tu <strong>amor</strong>. Gracias,<br />
por compartir conmigo un poquito de tu Pasión.<br />
**********<br />
19