LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
más contenta y te suplico que todos los días me bañes en la sangre de Jesús para que<br />
purifique mi <strong>al</strong>ma y me haga santa.<br />
MENSAJE DE JESÚS A SUS ESPOSAS<br />
(Este testimonio-mensaje pertenece a una contemplativa europea, que lo recibió<br />
de Jesús, la noche del 13-12-47, siendo maestra de novicias).<br />
Jesús tomó mi corazón y metiéndolo en el suyo, que ardía con llamas de fuego,<br />
me dijo: Lo vacío de todo lo humano y lo lleno de <strong>amor</strong> divino. De ahora en<br />
adelante vivirá, amará y latirá <strong>al</strong> unísono conmigo. Tu corazón será mi pequeño<br />
refugio, a donde me retiraré a descansar, cuando sea ofendido por las <strong>al</strong>mas<br />
consagradas. Tengo un deseo vehemente, infinito, de poseer el corazón de mis<br />
esposas. Al menos, tú ámame, déjame libre para obrar en ti según mis designios.<br />
No temas. Descarga en mí todas tus miserias. Yo soy el <strong>amor</strong> y la misericordia.<br />
¡Oh mis esposas! Mi corazón abierto ¿no os dice nada? Si acudís a mí, yo os<br />
perdonaré y os estrecharé entre mis brazos con mi ternura divina. Mi corazón está<br />
herido con las punzantes espinas, que me clavan <strong>al</strong>gunas de vosotras. Acercaos a<br />
mi corazón, dejaos abrazar por el fuego de mi <strong>amor</strong>. Mi corazón es un "paraíso de<br />
maternidad". Debéis venir aquí para ser verdaderamente madres de las <strong>al</strong>mas.<br />
Necesito <strong>al</strong>mas víctimas que se inmolen por la gran causa de mis sacerdotes. Debéis<br />
tener un corazón de madre para ofreceros por ellos.<br />
Esposa mía, ámame, déjame sufrir en ti, que yo pueda compartir contigo mi<br />
cruz, que es una señ<strong>al</strong> de predilección para ti. Muchas de mis esposas no saben ni<br />
quieren saber nada de sufrimiento y sacrificio. Sólo buscan comodidades y<br />
satisfacciones. ¿Para eso han venido a mi casa? <strong>Un</strong> <strong>al</strong>ma que no sabe mortificarse<br />
no puede llamarse mi esposa. Por eso, mortificaos en todo, no acariciéis tanto<br />
vuestro cuerpo, no temáis tanto el dolor, no rechacéis mi cruz... Miradme, con<br />
frecuencia, clavado en la cruz con ojos y corazón de esposas. La cruz ¿no os habla<br />
del <strong>amor</strong> infinito de mi divino Corazón? No tengáis miedo a la cruz. Quiero<br />
continuar en vosotras mi vida dolorosa. Quiero destruir todo lo humano de vuestro<br />
corazón y en su lugar, edificar lo divino. ¡Oh, si me dejarais actuar libremente!<br />
¡Cuántas maravillas obraría en vuestras vidas!<br />
Yo quiero que cada comunidad sea una sonrisa para mi corazón. Mi<br />
corazón sangrante busca vuestra sonrisa. Esposas mías, amadme, quiero poseer<br />
vuestro corazón. Necesito <strong>al</strong>mas de fuego, decididas a afrontar el sufrimiento sin<br />
temores humanos. Yo, el <strong>amor</strong>, quiero vuestro <strong>amor</strong> puro y generoso. Quiero que<br />
seáis fervorosas, humildes, obedientes y fieles a las exigencias de la voluntad<br />
divina. Pero... encuentro cerrados muchos de vuestros corazones; ¿a dónde iré?,<br />
¿dónde encontraré <strong>al</strong>ivio y consuelo? Ábreme, esposa mía, tengo prisa de<br />
derramar sobre ti los torrentes de gracia de mi <strong>amor</strong> infinito. No soporto la vida<br />
mediocre de mis esposas.<br />
37