ALA BLANCA

que según él, estaban escritos en ellas.
Harris tomó estos caracteres y los llevó
a Nueva York para que fueran examinados
por el profesor Antom, experto
en lenguas orientales, el cual declaró
que se trataba únicamente de caracteres
antiguos (otros eran simplemente garabatos),
escritos por alguien que tenía
enfrente alfabetos en lenguas como el
griego y el hebreo. Posteriormente, el
profesor tuvo en sus manos la traducción
de El Libro de Mormón, y para comprobar
su veracidad solicitó las tablas
de donde había sido tomado, a lo que
Smith encontró como de costumbre una
salida, diciendo que devolvió las placas
de oro junto con los demás objetos al
ángel Moroni, el cual los había llevado
al cielo.
Ya para este momento, Smith contaba
con tres testigos: Oliverio Cowdery,
David Whitmer y Martín Harris, pero
temiendo las sospechas que podrían levantarse
en cuanto a la veracidad de la
traducción, fingió una nueva visión, en
la cual otros ocho testigos habrían visto
las tablas por especial concesión del
ángel Moroni. De estos testigos, algunos
se desligaron del mormonismo al inicio
del movimiento, retractándose de lo
afirmado sobre la visión de las tablas.
Los relatos que encontramos en
torno a las apariciones divinas que
tuviera Smith y la forma como se concibió
El Libro de Mormón, no dejan de
ser fantasiosas. Algunos estudiosos del
tema, buscando su verdadero origen,
encontraron que en 1812 un pastor
presbiteriano retirado llamado Salomón
Spaulding escribió un libro que contenía
una historia ficticia sobre los primitivos
habitantes americanos. Este pastor murió
sin haber publicado tal libro. El
manuscrito cayó en manos de un expastor
bautista docto e inteligente, llamado
Sidney Rigdon, quien fuera el
teólogo de Smith. De esta manera,
Smith y Rigdon fundaron la religión
basada en este libro. Más tarde apareció
en escena Parley Pratt, quien los auxilió
en la composición de El Libro de
Mormón.
Por otra parte, El Libro de Mormón
contiene unas 10,000 citas alteradas,
encontradas en la versión inglesa del
Rey Jacobo de la Biblia (traducción
publicada en 1611), pretendiendo aún
así, ser la traducción de las tablas que se
hallaban enterradas desde el año 420
hasta 1823. Adicionalmente, contiene
varios pasajes de los libros litúrgicos de
las iglesias anglicana y metodista, lo
cual les es difícil de explicar, teniendo
en cuenta que dichas iglesias fueron
organizadas en 1539 y 1739, respectivamente.
Por otra parte, los estudios
históricos prueban que los pobladores
primitivos de las zonas indicadas por
Mormón, eran muy diferentes a la
descripción que de él da en cuanto a
costumbres, nombres y características
en general. Todo esto sin dejar de contar
que las faltas gramaticales y los
errores en el significado de las palabras
del libro, lo que nos dejan ver claramente
es que la obra fue hecha por
hombres y no proviene de Dios.
Esta es tan sólo una introducción,
que fácilmente nos deja ver cómo este
grupo desde sus inicios ha estado viciado
por el engaño y la mentira. A pesar
de todo esto, Smith logró convencer a
muchos con lo cual se desencadenó este
movimiento religioso.
1 El profeta y líder de los nefitas se llamaba Mormón,
quien antes de ser exterminado de su pueblo,
escribió la revelación divina y los hechos históricos
sobre las placas de oro. El hijo de Mormón llamado
MORONI, fue quien escondió las placas en el monte
Cumorah y en 1823, ya evolucionado como ángel y
enviado por Dios, se las entregó a Smith.
2 Según Éxodo 28:15-21, el pectoral sacerdotal contenía
doce piedras alusivas a las doce tribus de Israel. Sin
embargo, algunos libros destinados al estudio de los
mormones sólo hacen referencia a dos piedras que se
encontraban en el mismo cofre, las cuales Smith debía
colocarse a manera de anteojos, para constituirse en
vidente del pasado y del futuro.
3 Es importante saber las divisiones que nos dan
algunos eruditos de la lengua egipcia: egipcio
antiguo, egipcio medio que llegó a ser el mismo
egipcio clásico, el egipcio tardío, el demótico y el
copto que a su vez se ramificó en varios dialectos, de
tal forma que en los anales de la historia no aparece
el tal “egipcio reformado”.
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Bibliografía
1. Cabral, J. Religiones, Sectas y Herejías. Editorial
Vida: Miami, Florida, 1982.
2. El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo.
Publicación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días: Salt Lake City, Utah, EUA, 1992.
3. La Perla de Gran Precio. Publicación de la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: Salt
Lake City, Utah, EUA, 1979.
4. Sectas y Grupos Religiosos No Cristianos. Secretariado
Permanente del Episcopado Colombiano.
Conferencia Episcopal de Colombia: Bogotá,
Colombia, 1994.
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