Escobar Manuel.pdf - Tesis Electrónicas Universidad de Chile
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Migraciones mineras: siglo XIX y la primera parte <strong>de</strong>l XX<br />
Siguiendo el or<strong>de</strong>n cronológico anterior al tema <strong>de</strong> los etnónimos, correspon<strong>de</strong><br />
exponer las informaciones que se tienen <strong>de</strong>l siglo XIX. Período en que comienza el<br />
segundo hito importante para estas poblaciones y para la continuidad <strong>de</strong> la tradición<br />
costera <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto. Al igual que el anterior, éste nuevamente tiene que ver con<br />
fenómenos externos. Específicamente, este segundo hito está ligado al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las<br />
explotaciones mineras y a las inmigraciones que produjo –fundamentalmente en la<br />
segunda mitad <strong>de</strong>l XIX—, lo que incrementó la mezcla <strong>de</strong> la población costera,<br />
generando un recambio en la constitución <strong>de</strong> estas socieda<strong>de</strong>s, pero que a partir <strong>de</strong> las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> subsistencia, les hicieron mantener y adaptar a los nuevos contextos, la<br />
tradición que se había creado durante siglos en la costa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto. Este proceso<br />
comienza a gestarse a fines <strong>de</strong>l siglo XVIII.<br />
Hacia fines <strong>de</strong> siglo el <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama, propiamente tal, atrajo la<br />
atención <strong>de</strong> la Corona española. Muy probablemente las noticias que por<br />
entonces circularon en la Corte fueron las proveídas por los hermanos Heuland,<br />
cuya expedición mineralógica, encomendada por <strong>Manuel</strong> Godoy, realizada<br />
entre 1795-1800, los llevó a atravesar el <strong>de</strong>spoblado recolectando a su paso una<br />
variedad <strong>de</strong> minerales para el gabinete <strong>de</strong> historia natural <strong>de</strong>l Príncipe <strong>de</strong> la<br />
Paz (González, J. 1992: 304-5).<br />
Este hecho, seguramente junto a otros y a algunos <strong>de</strong> nivel más local, <strong>de</strong>ben<br />
haber sido los que propiciaron la minería costera mercantil (para diferenciarla <strong>de</strong> la<br />
propiamente indígena), que se fue materializando lentamente en la primera mitad <strong>de</strong>l<br />
siglo XIX, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que comienzan a operar los gobiernos bolivianos. Y si bien pue<strong>de</strong><br />
consi<strong>de</strong>rarse como el inicio <strong>de</strong>l proceso que lleva al segundo hito que quiero establecer,<br />
la irregularidad <strong>de</strong> la administración boliviana, tanto en el ejercicio <strong>de</strong> la soberanía en la<br />
costa, como en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su minería (Cajías 1975; Fifer 1976), no permitió<br />
consolidar y masificar ese proceso, que es lo que genera las transformaciones que<br />
propongo. Como intentaré mostrar, eso suce<strong>de</strong> durante la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo,<br />
<strong>de</strong>bido al impulso <strong>de</strong> capitales privados principalmente extranjeros, don<strong>de</strong> los mineros<br />
chilenos, que venían avanzando <strong>de</strong>cididamente hacia el norte, tienen gran influencia.<br />
Bolivia había logrado su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en 1825 e inició la habilitación formal<br />
<strong>de</strong>l puerto <strong>de</strong> Cobija, a mediados <strong>de</strong> 1827 (Cajías 1975: 47). En esos momentos, ya se<br />
conocía <strong>de</strong> las ricas vetas <strong>de</strong> cobre en la costa, sin embargo, la explotación se hizo <strong>de</strong><br />
manera <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada, <strong>de</strong>scontrolada y sin utilida<strong>de</strong>s para el gobierno boliviano, que<br />
entonces dirigía Sucre. “Los puntos minerales en los que se llegó a establecer una<br />
explotación formal fueron sobre todo los ubicados en las cercanías <strong>de</strong> Cobija” (Cajías<br />
Op. cit.: 340). De esta forma, e incentivados por la política liberal <strong>de</strong>l gobierno, muchos<br />
<strong>de</strong> los comerciantes extranjeros <strong>de</strong> Cobija, pretendían a fines <strong>de</strong> 1830 explotar esos<br />
minerales. No obstante, la mayoría quedaba sólo en proyectos, pues los costos <strong>de</strong><br />
producción eran <strong>de</strong>masiado elevados y como el Estado boliviano no entregó ayuda, la<br />
explotación <strong>de</strong> las riquezas quedó en manos privadas.<br />
Sin embargo, es recién en 1831 que se reconoce un trabajo serio, a manos <strong>de</strong> un<br />
comerciante <strong>de</strong> apellido Marambio, que teniendo contactos con <strong>Chile</strong> había llamado la<br />
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