Empresarialmente
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Determinante, estratega<br />
Protector<br />
Siempre<br />
presente su<br />
pasado<br />
Enigmático,<br />
reservado<br />
Obsesivo<br />
Muy directo<br />
Intuitivo<br />
Manga de Clavo pronto asumió un lugar secundario --nada<br />
que recordara a Inés permitió Dolores-- y El Lencero se convirtió<br />
por un corto tiempo en el centro de operaciones de Santa<br />
Anna. A principios de 1845 otra vuelta en la rueda de la<br />
fortuna de la política mexicana envió al caudillo al exilio con<br />
todo y esposa.<br />
Preso en San Juan de Ulúa, Santa Anna suspiraba por el tiempo<br />
pasado. Los recuerdos venían a su mente una y otra vez en<br />
tanto esperaba el fallo en su contra. Si bien Juárez --a quien don<br />
Antonio desterró años atrás-- era un “idólatra de la ley”, también<br />
era cierto que su interpretación era tan laxa que siempre se salía<br />
con la suya. El viejo general sabía cómo se las gastaba el indio<br />
oaxaqueño con sus enemigos políticos y entregó una protesta<br />
fundada en la incorrecta aplicación de la ley, “que no conozco<br />
--apuntó-- pero sospecho que se intenta algo en mi daño”.<br />
El juicio se llevó poco más de dos meses y el 7 de octubre de<br />
1867 se dictó sentencia. A Juárez se le descompuso el rostro<br />
Seguro<br />
Respetuoso<br />
Impaciente<br />
59<br />
La sociedad<br />
por encima<br />
de él y de su<br />
familia<br />
Honesto<br />
Carismático<br />
Apegado a la<br />
familia<br />
Hedonista<br />
Atraido por lo terrenal<br />
Un Estudio grafológico, basado en los trazos de la firma de antonio<br />
López de Santa Anna, realizado por la especialista Alejandra deAnda<br />
Ramírez, nos revela un lado más humano y más íntimo de este<br />
personaje polémico de la historia de México.<br />
cuando le notificaron que los jueces habían impuesto a Santa<br />
Anna la pena de ocho años de destierro y no la muerte.<br />
Encolerizado, don Benito decidió desquitarse con los jueces<br />
y los envió a descansar, durante seis meses a las húmedas<br />
tinajas San Juan de Ulúa para que en ese lugar aprendieran<br />
de leyes.<br />
Lejos de México, don Antonio se vanagloriaba de su última<br />
victoria. Jamás recuperaría El Lencero o Manga de Clavo,<br />
sin embargo, salvó la vida. Como a menudo ocurrió en su<br />
larga biografía, una vez más había logrado seducir a la diosa<br />
fortuna.<br />
Correo electrónico: arr1910@cablevision.net.mx<br />
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