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The Bauhaus Group desde la
perspectiva de Nicholas Fox Weber
La silla Barcelona de Mies Van der Rohe, lo mismo que las lámparas de Marianne
Brandt, expresan la vigencia de La Bauhaus en el diseño contemporáneo.
Diversos profesionales del diseño alrededor del mundo siguen firmando creaciones
inspiradas en esta escuela, así lo reconoce el historiador de la cultura y
curador Nicholas Fox Weber.
Nicholas Fox Weber, Director de la Fundación Josef y
Anni Albers y autor de diversos libros acerca del Grupo
Bauhaus, Le Corbusier y Piet Mondrian, entre otros,
vivió en las entrañas de La Bauhaus y ahora es uno de
sus más comprometidos analistas y divulgadores.
Compartió muchos años con Josef y Anni Albers,
miembros originales de esta escuela, con quienes vivió
múltiples remembranzas contenidas en la obra The
Bauhaus Group. Six Masters of Modernism. El libro hace
referencia al trabajo de los arquitectos Gropius y Ludwig
Mies van der Rohe; los pintores Paul Klee, Wassily
Kandinsky, así como a los Albers.
Fox Weber comenta: “A fines de 1923 se estaban realizando
muchas cosas buenas en La Bauhaus, por lo cual
pudieron montar una gran exposición. Se mostraron
muchas piezas, muebles y pinturas, muchas de las
cuales conocemos hoy. No había dinero para ello. Las
esposas de los profesores tallaron los pisos. Llevaron a
cabo esta impresionante exposición pero se sorprenderían
de algunas cosas que pocos conocen sobre esto.
Por ejemplo, los estudiantes y profesores construyeron
una casa llamada la Haus am Horn en 1923. Imaginen
la impresión que causó esta construcción. Hoy en la
Ciudad de México, vemos su influencia en todos lados,
pero en 1923 la pureza, la simplicidad y la geometría
Notas de la conferencia magistral
México, febrero 2011
era realmente impresionante”.
Los Albers conformaron la única relación matrimonial
en la Bauhaus y constantemente le relataban a su
querido amigo Fox Weber sus historias de vida como
miembros del movimiento. El autor se dio a la tarea de
seleccionar y sistematizar los relatos que concentra en
la obra antes referida para dar cuenta de la vida de dos
creadores y de toda una escuela.
“Anni se convirtió en una artista. Lo decidió porque un
amigo le comentó sobre una nueva escuela que era
pionera: La Bauhaus. Quedó boquiabierta con la clase
introductoria y por la forma en que todos vestían de
blanco. Tenía mucho potencial. Esta mujer pudo haber
vivido rodeada de modistas, cuando lo único que se
quería en Berlín era un pequeño cuarto en las afueras
de Weimar, en donde sólo se permitía darse un baño
por semana. Tuvo que entrar al taller textil, cosa que
ni siquiera quería hacer, pero era el único abierto para
ella. Hizo un colgante de pared. Imagínenlo. Era 1922.
Hilo blanco y negro, con recursos mínimos y ella había
hecho algo con equilibrio, belleza, claridad y que se
puede admirar durante horas y sentirse tranquilos. Esa
es la Bauhaus, hermoso arte, siglo XIV, formas puras,
equilibrio. Annie se mudó a Estados Unidos en 1933,
después que la Bauhaus cerró. Tuvo una carrera fasci-

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nante. Fue conocida como una artista judía e hizo en
textil un sorprendente memorial a las 6 millones de víctimas
del holocausto. Se llama “Seis Oraciones”. Cuando
uno se para frente a él y lo mira, puede escuchar voces,
uno empieza a sentir la presencia de millones de vidas.
Esta mujer pudo tomar hebras y dotarlas con energía,
con la cualidad humana como algo poético”.
La mirada íntima de Fox Weber nos permite reconstruir,
con esa complejidad tamizada por los lazos afectivos,
la serendipia, la improvisación y la escasez de recursos,
ciertos procesos creativos cuyos efectos aún reverberan
alrededor del mundo, lo mismo en la arquitectura
que en el diseño gráfico, la cerámica, el tejido, la encuadernación
y la vidriería, entre otros quehaceres.
Refiriendo a la obra de Josef Albers, Fox Weber reflexiona:
“Miren lo que hizo (Josef). La luz pasa a través,
cubriendo, irradiando y nos hace sentir felices mirarlo.
Decidió que sería un artista del vidrio, pero se le dijo
que si sólo trabajaba en vidrio tendría que irse de Bauhaus.
Pero no. Simplemente ignoró lo que se le dijo. Y
no estoy diciendo a todos los estudiantes que ignoren
lo que les dicen sus maestros, pero representó aquí el
legado de lo que alguna vez fue la Bauhaus. La prensa
y la gente me preguntan sobre la teoría, ideales y cosas
así. Y en efecto, podemos hablar de que los diseños de
La Bauhaus se encuentran en todas partes del mundo
y que el concepto arte-diseño es universalmente aceptado,
con énfasis en objetos hermosos y arquitectura
maravillosa, pinturas y esculturas. Pero lo que quiero
mostrarles de La Bauhaus es que era un lugar lleno de
seres humanos y guiado por ciertos genios”.
“Walter Gropius estaba fundando la escuela; un escape
de cierto modo, algo que no tuviera el desorden de
su vida privada. Consiguió que Feininger realizara la
portada de un folleto que mostraba una abstracta y
modernizada catedral gótica. El símbolo de un edificio
donde arquitectos, albañiles, buenos carpinteros, vidrieros
y pintores trabajan juntos de manera anónima.
Piensen en ello. No se trata de artistas célebres, no se
trata de firmas, se trata de diseño anónimo en el caso
de catedral gótica al servicio de Dios; en el caso de la
Bauhaus al servicio del género humano”. Es así como
Fox Weber nos recuerda el carácter inherentemente
humano de la creación.
El concepto de La Bauhaus expresaba una estética
funcional donde las líneas rectas y la geometría más
estricta hallaban su lugar. Weber comenta: “Les muestro
la casa de los Albers en Connecticut. La primera
vez que fui a esa casa esperaba ver una casa estilo
Bauhaus. Me la imaginaba blanca, elegante y plana. En
su lugar vi una casa ordinaria, y el Mercedes Benz del
cual estaban muy orgullosos, estacionado. Y como el
gran creador de museos, Joseph Hirshhorn, me enseñó:
sin plantas en los cimientos. Eso también es la Bauhaus:
Si el edificio tiene cimientos de concreto, muestra el
concreto. No lo cubras con arbustos. Le pregunté a
Josef: ‘Sr. Albers, todos estos grandes arquitectos ¿Por
qué no diseñan su casa?’ Él respondió: ‘¿Arquitectos?
Ellos no entienden la nieve. ¿Breuer? Breuer construyó
un techo plano en Connecticut, el cual cedió. Tenemos
una buena casa de contratista.’ Y eso también es muy
Bauhaus. La fe en los materiales. La escuela no se trataba
de teorías, se trataba de vivir.”

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Una personalidad muy particular en el grupo de creadores
era Paul Klee, artista que se integró a La Bauhaus
en 1920 y que se hizo cargo de las clases de encuadernación
de libros. Según Fox Weber, Klee llevó al grupo
el espíritu del surrealismo: “¡Cómo amaba el mundo
submarino de los peces! Los estudiantes llegaban a su
casa y lo primero que veían era el acuario. Era un hombre
extremadamente complejo. Cuando (Klee) estuvo
en La Bauhaus, un estudiante de medicina escribió una
tesis donde decía que Klee era esquizofrénico y que esa
era la razón de su arte. En efecto. Su arte se mantiene
ante una interpretación psicoanalítica inteligente. En la
imagen Anna Wenne Special, uno no sabe con certeza
lo que es. ¿Es un poster de teatro? ¿Es la ventana
de una tienda mostrando un especial? Entonces, si
separan el nombre Anna Wenne, las letras en alemán
nos dicen “un hombre llamado Anna”. La abuela de Klee
se llamaba Anna. Ella le enseñó a pintar y lo apoyaba.
Justo después del nombre Anna Wenne, tenemos las
iniciales de él. Se identificaba con su abuela en muchas
maneras. Y luego vienen las palabras eingang y entree.
En francés, entree es femenino; y en alemán eingang
es masculino, pero siempre quiere decir entrada.
Sexualmente sugestivo para dos géneros distintos. Hay
mucha complejidad en el mundo de Klee que necesitamos
considerar. Le gustaba bromear”.
La Maestría en Estudios del Diseño de CENTRO, que
cuenta con la asesoría del propio Fox Weber, promueve
un enfoque que integra la investigación sobre el diseño
en la vida cotidiana, con el propósito de mejorar la calidad
de vida. Este posgrado abreva de los fundamentos
académicos de la escuela Bauhaus, que pretendía
unir a las bellas artes. “Un periodista me preguntó si la
Bauhaus está relacionada con otras épocas. La Bauhaus
tiene relación con todas las épocas y con todos lugares
porque es sobre la vida. Klee y los demás que estuvieron
ahí estudiaban la naturaleza y estaban fascinados
con los seres vivos”.
Traspasar la nebulosa línea entre el diseño y las bellas
artes constituye una premisa de la Bauhaus, pero
además, para Fox Weber la escuela: “Era un lugar donde
la gente se divertía. Vivieron sus vidas, tuvieron hijos,
cocinaban, hacían lo que todos nosotros hacemos,
lidiaron con problemas financieros, y sobre todo,
hicieron arte. Lo crearon con suma dedicación, con
la seriedad del propósito y con el amor de la vista. El
amor, la visión y lo que La Bauhaus fue, y creo que es lo
que todos en este grupo persiguieron también”.
Fuentes consultadas
Fox Weber, Nicholas. The Bauhaus Group. Six Masters of
Modernism, Alfred A. Knopf, Nueva York, 2009.
....................................... http://www.nicholasfoxweber.com/
Mead, Andrew (2011). The true spirit of the Bauhaus, en
http://www.architectsjournal.co.uk/culture/-the-truespirit-of-the-bauhaus/8613331.article