publicación en formato pdf - Federación de Industria - CCOO

Afición vertical
Sabino García Rodríguez
Lector
Su pasión por la escalada en roca comenzó hace tres décadas. Desde entonces, y salvo
que la meteorología lo impida, todos los fines de semana sale a subir paredes.
Recogiendo cuerda en la cima
del Naranjo de Bulnes
Ascendiendo la vía deportiva de
la Manzaneda (Olloniego)
mí el fútbol no me gusta ni en la tele”. No, porque Sabino
García Rodríguez prefiere los deportes que des-
“A cargan adrenalina. Por eso su predilección por la escalada.
A sus 56 años trabaja como fontanero calefactor en Cofely,
es miembro del comité de empresa por CCOO y lleva más de
treinta años como delegado de personal, los mismos que
lleva practicando la escalada. Desde muy joven le
gustaba salir al monte a caminar en compañía
de su mujer, recorriendo Asturias y conociendo
nuevas sendas. Siempre le llamaban la atención
“esos locos” que veía de vez en cuando
colgados en el vacío, encordados en una
pared. Un amigo lo invitó a probar y desde
entonces no lo ha dejado, combinándolo
con alguna otra actividad no menos intensa,
como el barranquismo, y anteriormente
halterofilia y ciclismo.
-¿Resulta muy arriesgada la
escalada?
-La gente se pregunta
qué hacemos ahí arriba
encaramados a las rocas,
pero la verdad es que yo
me siento más seguro colgado
de una pared que
subido a un andamio. A
los que tengan recelo les
aconsejo que lo prueben.
Si se tiene cabeza
y sentido común,
como en todo, no
tiene que haber problemas.
Y hay que ser
tranquilo. Los nervios no
son buenos, impiden reaccionar
bien y crean complicaciones.
-¿Cuál ha sido la escalada más difícil que has afrontado?
-Yo siempre digo que soy de los que hacen escalada para disfrutar.
Cuando voy a una cima busco por dónde subir sin crearme
complicaciones. El grado mayor que hice fue la vía Rabadá
y Navarro (750m, MD+, 6a, A1 [6c+]) en el Naranjo de Bulnes. El
paso más difícil es la arrancada, luego se lleva bien. Era una espina
que tenía clavada porque me tuve que bajar dos veces
por mal tiempo. En escalada deportiva no quiero hacer
más de 6c (dificultad media) porque tiene un precio
físico, tendinitis en los dedos, etc. Eso ya va en mentalidades.
-¿Y la montaña más emblemática?
-Sin duda el Naranjo, mítico para mí. Todos
los años subo un par de veces. Tiene vías muy
complicadas, otras imposibles y algunas más asequibles
incluso para poder subir a gente sin experiencia,
como la Pidal-Cainejo. Yo enseño por
libre a los amigos que quieren aprender. Si luego
no les gusta, por lo menos han probado.
-¿Sales todas las semanas?
-Sí, en función del tiempo, porque lloviendo
no te puedes meter en una pared. Con
mal tiempo voy al rocódromo, pero no es lo
mismo.
-¿Qué te aporta a nivel personal?
-Tranquilidad, confianza en mí
mismo, pericia en el manejo de
equipo: arnés, cuerda... Yo “volé”
muchas veces estando en una
pared, resbalé y caí tres o cuatro
metros. Eso es una experiencia.
Los domingos cuando llego a
casa me encuentro relajado como
si me hubiese quitado de encima
el estrés de un mes entero.
AsturiasIndustrial 33