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Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Ecografía<br />
<strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong><br />
Prof. Orlando Valls Pérez<br />
Lic. Jorge Luis Hernández Castro<br />
Dr. Ricardo Anillo Badía<br />
La Habana, 2003
Edición: Lic. Maura Esther Díaz Antúnez<br />
Diseño y emplane: D.I. José Manuel Oubiña González<br />
© Orlando Valls Pérez ,<br />
Jorge Luis Hernández Castro,<br />
Ricardo Anillo Badía, 2003<br />
© Sobre la presente edición:<br />
Editorial Ciencias Médicas, 2003<br />
ISBN 959-212-090-0<br />
Editorial Ciencias Médicas<br />
Calle I No. 202 esquina a Línea<br />
El Vedado, Ciudad de La Habana<br />
CP 10400, Cuba<br />
Teléfono (53-7) 55 3375<br />
ecimed@infomed.sld.cu
AUTORES<br />
Prof. Orlando Valls Pérez<br />
Doctor en Ciencias, Profesor Titular de la Universidad Médica de La Habana.<br />
Lic.Jorge Luis Hernández Castro<br />
Licenciado en Tecnología de la Salud. Especialista en Imagenología.<br />
Dr. Ricardo Anillo Badía<br />
Especialista de I Grado en Medicina deportiva. Máster en Control Médico <strong>del</strong><br />
Entrenamiento Deportivo. Instructor.<br />
COLABORADORES<br />
Dra. María E. Parrilla Delgado<br />
Especialista de II Grado en Radiología. Asistente.<br />
Dr. Emilio Villanueva Cajigas<br />
Especialista de I Grado en Medicina Deportiva<br />
Dr. Rubén Pérez Castillo<br />
Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología<br />
Dra. María <strong>del</strong> C. Aguilar Callejas<br />
Especialista de I Grado en Radiología<br />
Lic. Roberto Caballero Pinedo<br />
Licenciado en tecnología de la Salud<br />
Lic. José A. Prado González<br />
Licenciado en Tecnología de la Salud<br />
Lic. José M. Chao Paredes<br />
Licenciado en Tecnología de la Salud<br />
Tec. Especializado en Imagenología Alfredo Matute Carrión
PRÓLOGO<br />
Profesionales de gran experiencia en el área de la Imagenología, ponen en<br />
nuestras manos la presente obra que recoge, de manera teórica y práctica, el<br />
empleo <strong>del</strong> Ultrasonido de Alta Resolución en el diagnóstico imagenológico<br />
<strong>del</strong> aparato locomotor o sistema osteomioarticular.<br />
En él se señalan las alteraciones intraarticulares y periarticulares, imprescindibles<br />
en el diagnóstico de las enfermedades más frecuentes en los deportistas,<br />
tanto las provocadas por accidentes o por lesiones de sobreuso, las<br />
cuales requerían, para su diagnóstico, de métodos invasivos y en muchos casos<br />
no eran lo suficientemente certeras.<br />
Este libro representa un documento de referencia, sobre un método de diagnóstico<br />
de gran utilidad para los especialistas <strong>del</strong> área de la Medicina Deportiva,<br />
así como para los traumatólogos, en la aplicación ulterior de técnicas<br />
quirúrgicas que han alcanzado un gran desarrollo en la “Escuela Cubana de<br />
Medicina <strong>del</strong> Deporte”, lo que ha permitido obtener reconocidos éxitos nacionales<br />
e internacionales.<br />
Es por ello que a todo el colectivo de profesores que trabajaron en cada<br />
capítulo de este libro, le expresamos el reconocimiento de nuestra institución<br />
por tan valiosa contribución al quehacer científico de nuestro país, lo que<br />
demuestra la razón por la que somos una potencia médica.<br />
Reconocer la importancia de esta obra es creer en el valor de ella como la<br />
semilla que germinará en ulteriores textos.<br />
Dr. Mario Granda Fraga<br />
Director<br />
Instituto de Medicina <strong>del</strong> Deporte
INTRODUCCIÓN<br />
La historia de la imagenología <strong>del</strong> aparato locomotor<br />
o sistema osteomioarticular (SOMA), está ligada al desarrollo<br />
de varias técnicas, iniciadas con la radiología convencional<br />
y seguidas posteriormente por los estudios de<br />
medicina nuclear (MN), radiología digital (RD), tomografía<br />
axial computarizada (TAC) y más recientemente con la<br />
resonancia magnética (IRM) y el ultrasonido de alta resolución<br />
(USAR).<br />
La TAC y en particular la IRM, ofrecen información<br />
de las alteraciones intraarticulares y periarticulares, extendiéndose<br />
hasta las afecciones de la médula ósea, músculos<br />
y otros tejidos blandos, a los cuales sólo podíamos<br />
acceder por medios invasivos.<br />
.No obstante, la radiología convencional y muy especialmente<br />
la digitálica, tiene un papel determinante en el<br />
estudio de las enfermedades óseas y en muchas ocasiones<br />
constituye el único examen para su diagnóstico.<br />
La medicina nuclear, a pesar de su bajo nivel de resolución,<br />
continúa siendo una modalidad diagnóstica para evaluar<br />
las lesiones esqueléticas difusas..<br />
Por su parte la historia de la ecografía <strong>del</strong> sistema<br />
ostemioarticular, se pudiera remontar al año 1877, en que<br />
se realiza la descripción anatómica en la ruptura <strong>del</strong> manguito<br />
rotador <strong>del</strong> hombro. Pero es sólo hasta el año 1939<br />
en que se informa la primera exploración ecográfica de<br />
este importante sistema.<br />
Resulta difícil el realizar una breve reseña de sus principales<br />
aplicaciones en el SOMA, pero intentaremos revisar<br />
algunas de ellas.<br />
Como ya habíamos señalado la radiología convencional,<br />
sólo podía diagnosticar la mayoría de las lesiones óseas,<br />
estando muy limitada su aplicación en el estudio de los<br />
tejidos blandos vecinos. La introducción de algunas técnicas<br />
de avanzada como la tomografía axial computarizada<br />
y muy especialmente la resonancia magnética, permitieron<br />
visualizar estructuras, no sólo <strong>del</strong> hueso, sino también<br />
de los tejidos blandos que la rodean.<br />
El advenimiento de transductores de ultrasonido de<br />
muy alta resolución, ha permitido que compita con estas<br />
técnicas imagenológicas sofisticadas, ofreciéndonos además,<br />
la posibilidad de realizar estudios dinámicos, de gran<br />
importancia en la afección <strong>del</strong> SOMA.<br />
Otro campo de aplicación de la ecografía, ha sido en<br />
las artropatías, y en la cual, algunos autores, la reconocen<br />
como “el dedo extendido <strong>del</strong> reumatólogo”.<br />
En las enfermedades inflamatorias de las articulaciones,<br />
la ecografía permite un diagnóstico muy precoz, es<br />
mucho más sensible que los rayos X para detectar las<br />
lesiones erosivas iniciales de las artritis, sobre todo en sus<br />
localizaciones periféricas. Además, logra diagnosticar una<br />
sinovitis inicial y diferenciar un derrame articular de una<br />
hipertrofia sinovial.<br />
En este campo <strong>del</strong> conocimiento es frecuente que sirva<br />
de guía para la localización adecuada de las agujas con<br />
el fin de realizar inyecciones de agentes terapéuticos, aspiraciones<br />
diagnósticas o biopsias.<br />
Otra limitante de la radiología convencional, es el<br />
estudio de los cartílagos articulares y óseos, que fue superado,<br />
luego de la introducción de la IRM. Del mismo<br />
modo, la ecografía permite el estudio <strong>del</strong> cartílago articular<br />
y óseo, de gran importancia para la evaluación de<br />
los centros de osificación, en el diagnóstico de la displasia<br />
de desarrollo de la cadera, y para el diagnóstico de las<br />
lesiones traumáticas que interesan las epífisis<br />
cartilaginosas y las metáfisis de crecimiento de los huesos<br />
largos en el niño.<br />
En años recientes se ha demostrado el valor de la<br />
ecografía en diferentes tipos de fracturas de los huesos<br />
largos, costillas, etc. y particularmente en algunas de sus<br />
complicaciones (osteomielitis). Existen múltiples artículos<br />
en que se valora el uso de la ecografía como el método<br />
ideal para el seguimiento de las fracturas de los huesos<br />
largos con la técnica de estiramiento progresivo, con el fin<br />
de conocer la evolución <strong>del</strong> callo óseo.<br />
Otras de las aplicaciones recientes de la ecografía es<br />
su extensión al diagnóstico de la osteoporosis, en que la<br />
evaluación de la velocidad <strong>del</strong> sonido y la atenuación acústica<br />
en la región <strong>del</strong> tobillo, constituye una técnica competitiva<br />
en el diagnóstico precoz de la osteopenia y<br />
osteoporosis.
Ahora bien, un campo reservado a la ecografía es el<br />
referido al estudio de las lesiones de los deportistas. Se sabe<br />
que el deporte, especialmente el de las grandes competiciones,<br />
provoca gran interés en los medios de comunicación,<br />
lo que ha incrementado la demanda <strong>del</strong> movimiento deportivo.<br />
Ello obliga a realizar esfuerzos físicos notables, con el<br />
aumento natural de lesiones, especialmente durante la<br />
precompetición, ya que los técnicos exigen un mayor entrenamiento<br />
y sobre todo, por períodos prolongados. Hoy en<br />
día las competencias deportivas de alto nivel, se desarrollan<br />
casi de manera universal y es raro el mes o semana en que<br />
no se rompa una marca internacional, lo que explica lo frecuente<br />
de estas lesiones en los deportistas.<br />
Ello exige un diagnóstico precoz y preciso, no solo por<br />
la gravedad de las mismas, sino también por la posible<br />
repercusión socioeconómica que ellas representan.<br />
Las estadísticas demuestran que la mayoría de las lesiones<br />
deportivas ocurren en las partes blandas y de ahí el<br />
papel determinante de la ecografía en el área <strong>del</strong> deporte,<br />
que no solo permite un diagnóstico precoz y preciso, sino<br />
también un diagnóstico evolutivo de estas lesiones, lo que<br />
unido al examen físico permite al especialista en medicina<br />
deportiva o cirujano ortopédico determinar el momento de<br />
reanudar el entrenamiento, el tipo de trabajo físico a realizar<br />
y por tanto, disminuir al mínimo, el período de reposo<br />
para poder reiniciar la actividad deportiva.<br />
Las ventajas generales de la ecografía son bien conocidas,<br />
y en particular en el SOMA debemos recalcar:<br />
- La posibilidad de realizar una correlación directa entre<br />
los síntomas <strong>del</strong> paciente y los hallazgos de la<br />
ecografía.<br />
- El poder establecer un estudio comparativo con el<br />
lado sano.<br />
- La valoración dinámica en diferentes planos de estudio.<br />
- El bajo costo y la velocidad <strong>del</strong> examen.<br />
No obstante, existen algunas desventajas en la utilización<br />
de la ecografía en las afecciones <strong>del</strong> SOMA, entre<br />
las que cabe citar:<br />
- Experiencia previa <strong>del</strong> operador.<br />
- Conocimiento anterior <strong>del</strong> aspecto ecográfico de las<br />
diferentes enfermedades.<br />
- Dependencia técnica con el operador.<br />
- Limitaciones en el estudio <strong>del</strong> esqueleto.<br />
La introducción de nuevos equipos de ultrasonido con<br />
nuevas técnicas, tales como la ecografía extendida<br />
(SieScape), el empleo de los armónicos y de los equipos<br />
de tercera dimensión, nos impulsó a realizar este Libro,<br />
con el cual esperamos que todos los médicos interesados<br />
en esta técnica encuentren una guía para el diagnóstico<br />
de la enfermedad <strong>del</strong> SOMA.<br />
La incorporación de la osteodensitometría<br />
ultrasonográfica completa, a nuestro parecer, las múltiples<br />
indicaciones actuales de la ecografía en el SOMA.<br />
El libro contiene un capítulo dedicado a una revisión<br />
somera de la anatomía musculotendinosa <strong>del</strong> SOMA que<br />
incluye también los haces vasculonerviosos de las extremidades,<br />
independientemente de que en cada una de las<br />
grandes articulaciones aparece un recordatorio de sus estructuras<br />
anatómicas principales.<br />
A continuación se revisan los aspectos principales de<br />
todas las articulaciones con la ecografía, lo que va precedido<br />
de un análisis imagenológico de las lesiones musculares,<br />
tendinosas, ligamentarias, articulares, periósticas, y<br />
óseas, y un capítulo dedicado al aspecto ecográfico en los<br />
tumores óseos y de la partes blandas.<br />
El libro tiene un capítulo dedicado a la experiencia de<br />
uno de los colaboradores en lo que él ha llamado la “Terapia<br />
Ecológica. Quiromasaje Terapéutico” en algunas afecciones<br />
<strong>del</strong> SOMA.<br />
La mayoría de las ilustraciones ecográficas aparecen<br />
señalizadas, anexándose las abreviaturas de los términos<br />
utilizados.
ABREVIATURAS<br />
A<br />
Acetábulo: AC.<br />
Acromion: Ac<br />
Aductor menor:: Ad Mn.<br />
Aductor mayor Ad My.<br />
Arteria: Art<br />
Artritis reumatoidea: AR.<br />
Astrágalo: Ast.<br />
B<br />
Bíceps braquial: B Br.<br />
Bursa: B.<br />
Bursa pretibial: BPT.<br />
Bursa subacromial: BSA.<br />
Bursa sub<strong>del</strong>toidea: BSD.<br />
Bursa suprapatelar: BSP.<br />
C<br />
Calcáneo: Cal.<br />
Calcificación: Ca.<br />
Carpo: Carp.<br />
Cartílago articular: C.<br />
Cartílago trirradiado: Ct.<br />
Clavícula: Clav.<br />
Colección: Col.<br />
Complejo capsuloligamentoso medial: LCM.<br />
Cóndilo femoral lateral: CFL.<br />
Cóndilo femoral medial: CFM.<br />
Cóndilo tibial lateral: CTL.<br />
Cóndilo tibial medial: CTM.<br />
Coracoides: Cor.<br />
Cúbito: Cub.<br />
Cuerno posterior menisco lateral: cpml<br />
Cuerno posterior menisco medial: cpmm<br />
Cuerpo <strong>del</strong> menisco lateral: cupml<br />
Cuerpo <strong>del</strong> menisco medial: cupmm<br />
Cuerpo extraño: CE.<br />
Cuerpo libre: Cuerp L.<br />
D<br />
Deltoides: Delt.<br />
Derecho: Der.<br />
Desgarros: *<br />
Diáfisis: D.<br />
Distal: dist.<br />
E<br />
Epicóndilo: Epic.<br />
Epífisis: E.<br />
Epitróclea: Epit.<br />
Espacio articular: EA.<br />
F<br />
Falanges: fal.<br />
Fémur: Fem.<br />
Fibras: Fb<br />
Fibrocartílago: Tc.<br />
Fosa olecraniana: FO.<br />
Fractura: Fx.<br />
G<br />
Ganglios: G.<br />
Ganglión quístico: Gq.<br />
Gemelo lateral :GL.<br />
Gemelo medial :GM.<br />
Glúteo medio: Glúteo med.<br />
Glúteo mínimo: Glúteo min.<br />
Grasa de Hoffa: GH.<br />
H, I<br />
Húmero: Hum.<br />
Infraespinoso: Ie.<br />
Izquierdo: Izq.
L<br />
Labrum: Lab.<br />
Ligamento colateral peroneo: LCP.<br />
Ligamento coracocromial: Lig. C-A<br />
Ligamento humeral transverso: LHT.<br />
Ligamento peroneoastragalino<br />
anterior: Lig.PAA.<br />
Ligamento transverso <strong>del</strong> carpo: LTC.<br />
Lipoma: Lip.<br />
Líquido: L.<br />
M<br />
Maléolo peroneo: Mal Per.<br />
Maléolo tibial: Mal. Tib.<br />
Masa: M.<br />
Media: med.<br />
Menisco: Mn.<br />
Metacarpiano: Metac.<br />
Metacarpofalángica: MCF.<br />
Metatarsianos: metat.<br />
Miositis osificante: MO.<br />
Músculo: Musc.<br />
Músculo braquial anterior: Br A.<br />
Músculo braquiorradialis: Br R.<br />
Músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo: Fcc.<br />
Músculo pronador redondo: Pr R.<br />
N<br />
Nervio ciático: NC.<br />
Nervio cubital: Nc.<br />
Nervio mediano: Nm.<br />
Nódulo: N.<br />
O<br />
Oblicuo externo: OE.<br />
Oblicuo interno: OI.<br />
Osteofitos: Ost.<br />
P, Q<br />
Patela: Pat.<br />
Pectoral mayor: P May.<br />
Pectoral menor: P Mn.<br />
Peroné: Per.<br />
Porción larga <strong>del</strong> bíceps. PLB.<br />
Proximal: prox.<br />
Quistes: Q.<br />
R<br />
Radio: R.<br />
Rampa condílea medial: RCM.<br />
Rampa condílea lateral: RCL.<br />
Recto anterior: RA.<br />
Recto interno: RI.<br />
Redondo menor: Rm.<br />
Retináculo lateral: Ret Lat.<br />
Retináculo medial: Ret Med.<br />
S<br />
Sartorio: Sar.<br />
Semimembranoso: SM.<br />
Semitendinoso: ST.<br />
Sesamoideo: Sesam.<br />
Sinovial: S.<br />
Sóleo: Sol.<br />
Sombra acústica: Sa.<br />
Subescapular: SE.<br />
Supraespinoso: Se.<br />
T<br />
Tabique: Tab.<br />
Tejido celular subcutáneo: TCS.<br />
Tendón: T.<br />
Tendón común de los epicondíleos: Ep.<br />
Tendón común de los epitrocleares: Et.<br />
Tendón común de los flexores plantares: FP.<br />
Tendón de Aquiles: TA.<br />
Tendón <strong>del</strong> cuádriceps: TC.<br />
Tendón <strong>del</strong> tibial anterior: T Ant.<br />
Tendón <strong>del</strong> tibial posterior: T Post.<br />
Tendón extensor común de los dedos <strong>del</strong> pie: ECDP.<br />
Tendón extensor propio primer dedo: EP1D.<br />
Tendón patelar: TP.<br />
Tendón peroneo corto: TPC.<br />
Tendón peroneo largo: TPL.<br />
Tibia: Tib.<br />
Trapecio: Trap.<br />
Triángulo de Kager: TK.<br />
Tríceps braquial: T Br.<br />
Tumor: T.<br />
V<br />
Vaina tendinosa: V.<br />
Vasto intermedio: VI.<br />
Vasto lateral: VL.<br />
Vasto medial: VM.<br />
Vellosidades sinoviales: Vs.<br />
Vena: V
CONTENIDO<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor<br />
(SOMA)/ 1<br />
Hombro. Brazo/ 1<br />
Hombro/ 1<br />
Brazo/ 1<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> hombro y brazo/ 2<br />
Codo. Antebrazo/ 2<br />
Antebrazo/ 2<br />
Muñeca. Mano/ 4<br />
Muñeca/ 4<br />
Mano/ 4<br />
Cadera. Muslo/ 5<br />
Cadera/ 5<br />
Muslo/ 6<br />
Rodilla. Pierna/ 7<br />
Rodilla/ 7<br />
Pierna/ 7<br />
Tobillo. Pie/ 8<br />
Tobillo/ 8<br />
Pie/ 9<br />
Breve revisión de la física de la ecografía aplicada<br />
al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor/ 11<br />
Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular/ 13<br />
Introducción/ 13<br />
Ventajas. Desventajas. Indicaciones de la ecografía<br />
muscular/ 13<br />
Desventajas de la ecografía en relación con la IRM/ 13<br />
Indicaciones/ 13<br />
Técnica <strong>del</strong> examen/ 14<br />
Aspecto ecográfico normal/ 14<br />
Patología muscular/ 14<br />
Mecanismo <strong>del</strong> trauma/ 14<br />
Hallazgos ecográficos en el trauma/ 15<br />
Enfermedades neuromusculares. Aplicaciones de la<br />
ecografía/ 18<br />
Introducción/ 18<br />
Miopatías/ 18<br />
Distrofia muscular progresiva/ 19<br />
Distrofia miotónica/ 19<br />
Distrofia muscular congénita/ 19<br />
Miopatías inflamatorias/ 19<br />
Características en la ecografía de la distrofia muscular<br />
progresiva y de las miopatías inflamatorias/ 19<br />
Neuropatías/ 19<br />
Neuropatía hereditaria sensoromotora/ 20<br />
Atrofia muscular espina/ 20<br />
Ecografía de los tendones/ 23<br />
Introducción/ 23<br />
Técnica/ 23<br />
Ecografía normal/ 23<br />
Patología tendinosa/ 24<br />
Procesos inflamatorios/ 24<br />
Tendinitis y tenosinovitis agudas/ 24<br />
Tendinitis crónica/ 24<br />
Tendinitis de inserción/ 24<br />
Tendinitis de causas misceláneas (trastornos<br />
metabólicos y sistémicos)/ 24<br />
Tenosinovitis infecciosas/ 25<br />
Tendinitis calcificante. Tendinitis estenosante/ 25<br />
Procesos degenerativos. Tendinosis/ 25<br />
Ruptura tendinosa/ 25<br />
Luxación tendinosa/ 26<br />
Tumores tendinosos/ 26<br />
Ecografía de los ligamentos/ 29<br />
Introducción/ 29<br />
Técnica/ 29
Anatomía de los ligamentos/ 29<br />
Ecografía normal/ 30<br />
Mecanismo de lesión/ 30<br />
Patología de los ligamentos/ 30<br />
Fisiología de la cicatrización de los ligamentos/ 31<br />
Fase I (de inflamación)/ 31<br />
Fase II (de proliferación de matriz y células)/ 31<br />
Fase III (de remo<strong>del</strong>ación)/ 31<br />
Fase IV (de maduración)/ 31<br />
Aspecto particular de las lesiones ligamentarias/ 31<br />
Ecografía de los nervios periféricos/ 35<br />
Introducción/ 35<br />
Técnica/ 35<br />
Anatomía ecográfica normal/ 36<br />
Patología de los nervios/ 36<br />
Lesiones traumáticas/ 36<br />
Lesiones nerviosas por inyección muscular/ 36<br />
Lesiones nerviosas inflamatorias/ 36<br />
Cirugía reconstructiva de los nervios/ 36<br />
Neuropatías por atrapamiento/ 36<br />
Introducción/ 36<br />
Síndromes compresivos/ 37<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades/ 43<br />
Introducción/ 43<br />
Técnica/ 43<br />
Patología articular/ 44<br />
Patología articular traumática/ 44<br />
Patología articular no traumática/ 44<br />
Hallazgos ecográficos generales de la patología<br />
articular/ 45<br />
Líquido articular/ 45<br />
Alteraciones de la sinovial/ 45<br />
Patología tendinosa periarticular/ 45<br />
Patología de los ligamentos/ 45<br />
Patología de las inserciones tendinosas y<br />
ligamentarias. Insercionitis. Entensiopatías/ 45<br />
Breve estudio ecográfico de la patología de las principales<br />
articulaciones/ 46<br />
Articulación acromioclavicular/ 46<br />
Articulación glenohumeral/ 46<br />
Articulación <strong>del</strong> codo/ 46<br />
Articulaciones de la mano y de la muñeca/ 46<br />
Articulación de la cadera/ 46<br />
Articulación de la rodilla/ 47<br />
Articulaciones <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 47<br />
Ecografía en la patología articular crónica/ 47<br />
Introducción/ 47<br />
Ecografía en las artritis inflamatorias/ 48<br />
Indicaciones de la ecografía en las afecciones<br />
reumatoideas (resumen)/ 49<br />
Ecografía en las artritis por depósito de cristales/ 50<br />
Gota/ 50<br />
Calcificación <strong>del</strong> cartílago. Condrocalcinosis/ 50<br />
Calcificación de las bursas. Bursa<br />
subacromiosub<strong>del</strong>toidea (SASD) o subcoracoidea / 50<br />
Ecografía en otros procesos articulares/ 50<br />
Osteoartritis. Osteoartrosis/ 50<br />
Procesos articulares sépticos/ 50<br />
Artritis por depósito de amiloide/ 51<br />
Enfermedad articular rápidamente destructiva/ 51<br />
Artropatía neurotrófica. Artropatía de Charcot/ 51<br />
Artropatía neurotrófica de los miembros superiores/ 52<br />
Artropatía neurotrófica de los miembros inferiores/ 52<br />
Hombro de Milwaukee/ 53<br />
Artropatía hemofílica/ 53<br />
Ecografía en las enfermedades de la sinovial/ 53<br />
Introducción/ 53<br />
Aspectos técnicos/ 53<br />
Alteraciones patológicas/ 54<br />
Derrame articular. Sinovitis/ 54<br />
Tenosinovitis/ 55<br />
Masas sinoviales intraarticulares/ 55<br />
Sinovitis pigmentada villonodular/ 55<br />
Osteocondromatosis sinovial/ 55<br />
Lipoma arborescente sinovial/ 56<br />
Hemangioma sinovial articular/ 56<br />
Masas sinoviales en las vainas tendinosas o bursas/ 56<br />
Quistes sinoviales/ 56<br />
Ecografía en las enfermedades de las bursas/ 56<br />
Introducción/ 56<br />
Alteraciones patológicas/ 56<br />
Bursitis agudas no comunicantes/ 57<br />
Bursitis comunicantes/ 57<br />
Gangliones/ 57<br />
Ecografía de los cuerpos libres intraarticulares y en<br />
las bursas/ 57<br />
Introducción/ 57<br />
Patogenia/ 58<br />
Aspecto ecográfico particular de los cuerpos libres en<br />
diferentes articulaciones y bursas/ 59<br />
Hombro/ 59<br />
Codo/ 59<br />
Rodilla/ 59<br />
Tobillo/ 60<br />
Aspecto ecográfico <strong>del</strong> cartílago articular y óseo/ 60<br />
Introducción/ 60<br />
Técnica/ 60
Aspecto ecográfico normal/ 60<br />
Alteraciones patológicas/ 61<br />
Lesiones traumáticas/ 61<br />
Lesiones no traumáticas/ 61<br />
Ecografía <strong>del</strong> periostio y la cortical/ 65<br />
Alteraciones patológicas/ 65<br />
Cuerpos extraños en las partes blandas/ 66<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo/ 69<br />
Ecografía <strong>del</strong> hombro/ 69<br />
Introducción/ 69<br />
Anatomía normal <strong>del</strong> hombro/ 69<br />
Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> hombro en los planos<br />
axial, coronal y sagital/ 73<br />
Técnica y anatomía ecográfica normal/ 74<br />
Indicaciones de la ecografía en la patología <strong>del</strong> hombro/<br />
76<br />
Ecografía <strong>del</strong> brazo/ 83<br />
Tendones y retináculos de la mano y muñeca/ 97<br />
Tendones palmares de la mano o flexores/ 97<br />
Tendones <strong>del</strong> dorso de la mano o extensores/ 97<br />
Tendones y músculos de los dedos/ 98<br />
Cortes anatomorradiológicos de la mano y de la muñeca<br />
en los planos axial, coronal y sagital/ 98<br />
Cortes anatomorradiológicos de los dedos en los<br />
planos axial, coronal y sagital/ 100<br />
Aspectos técnicos/ 100<br />
Anatomía ecográfica normal/ 101<br />
Músculos/ 101<br />
Tendones y compartimientos de la cara dorsal/ 101<br />
Tendones de la cara palmar. Túnel carpiano y cubital/ 101<br />
Paquete vasculonervioso de la muñeca/ 101<br />
Alteraciones patológicas de la mano y de la muñeca/<br />
102<br />
Alteración de los tendones/ 102<br />
Otras lesiones traumáticas de los ligamentos/ 105<br />
Lesiones articulares/ 106<br />
Otras artritis/ 107<br />
Lesiones óseas/ 108<br />
Alteraciones ecográficas en el síndrome <strong>del</strong> túnel<br />
carpiano/ 109<br />
Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo/ 87<br />
Ecografía <strong>del</strong> codo/ 87<br />
Breve recuento anatómico/ 87<br />
Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> codo en los planos<br />
axial, coronal y sagital/ 88<br />
Técnica/ 88<br />
Anatomía ecográfica normal <strong>del</strong> codo/ 89<br />
Alteraciones patológicas <strong>del</strong> codo/ 89<br />
Ecografía <strong>del</strong> antebrazo/ 92<br />
Ecografía de la mano y de la muñeca/ 95<br />
Introducción/ 95<br />
Anatomía articular de la muñeca/ 95<br />
Articulación radiocubital distal/ 95<br />
Articulación radiocarpiana/ 95<br />
Articulación mediocarpiana/ 95<br />
Articulaciones interfalángicas/ 95<br />
Articulación metacarpofalángicas (MCF)/ 96<br />
Anatomía de los ligamentos de la muñeca/ 96<br />
Ligamentos extrínsecos/ 96<br />
Ligamentos intrínsecos/ 96<br />
Estructuras de soporte de los dedos/ 97<br />
Articulación de la cadera. Muslo/ 113<br />
Ecografía de la cadera/ 113<br />
Introducción/ 113<br />
Indicaciones/ 113<br />
Anatomía normal/ 114<br />
Bursas de la cadera/ 114<br />
Vascularización/ 114<br />
Cortes anatomorradiológicos de la cadera en los planos<br />
axial, coronal y sagital/ 115<br />
Alteraciones patológicas/ 116<br />
Lesiones articulares/ 116<br />
Lesiones óseas/ 117<br />
Técnica/ 118<br />
Evaluación ecográfica de la cadera en la displasia <strong>del</strong><br />
desarrollo de la cadera/ 119<br />
Ecografía dinámica de la cadera/ 120<br />
Ecografía dinámica en el diagnóstico neonatal<br />
y manejo de la displasia <strong>del</strong> desarrollo de la cadera/ 122<br />
Evaluación ecográfica de la DDC durante<br />
el tratamiento/ 123<br />
Otras anomalías congénitas de la cadera/ 124<br />
Lesiones articulares de la cadera en el niño/ 124<br />
Ecografía <strong>del</strong> muslo/ 125
Articulación de la rodilla. Pierna/ 129<br />
Ecografía de la rodilla/ 129<br />
Introducción/ 129<br />
Cortes anatomorradiológicos de la rodilla en los planos<br />
axial, coronal y sagital/ 129<br />
Técnica/ 130<br />
Anatomía ecográfica normal/ 131<br />
Tendones y músculos/ 131<br />
Ligamentos/ 131<br />
Meniscos/ 131<br />
Otras estructuras de la articulación de la rodilla/ 134<br />
Alteraciones patológicas de la rodilla/ 134<br />
Otras tendinopatías/ 135<br />
Lesión de los ligamentos colaterales/ 136<br />
Lesiones de los meniscos/ 137<br />
Desgarros y rupturas de los meniscos/ 138<br />
Clasificación compartimental de los traumas<br />
de la rodilla. Aspecto ecográfico/ 139<br />
Clasificación de los traumas complejos de la rodilla basado<br />
en su mecanismo de producción/ 141<br />
Lesiones de los componentes articulares de la rodilla/ 142<br />
Lesiones de las bursas/ 143<br />
Lesiones de la articulación femorotibial/ 143<br />
Lesiones de la articulación femoropatelar/ 145<br />
Lesiones óseas/ 146<br />
Masas poplíteas/ 147<br />
Tumores de las partes blandas/ 147<br />
Valor de la ecografía posartroscopia de la rodilla/ 147<br />
Ecografía de la pierna/ 147<br />
Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> tobillo y pie<br />
en los planos axial, coronal y sagital/ 153<br />
Técnica/ 154<br />
Anatomía ecográfica normal <strong>del</strong> tobillo/ 154<br />
Estudio ecográfico de los tendones <strong>del</strong> tobillo/ 154<br />
Estudio ecográfico de los tendones y fascias <strong>del</strong> pie/ 155<br />
Estudio ecográfico de los ligamentos <strong>del</strong> tobillo/ 155<br />
Alteraciones patológicas <strong>del</strong> tobillo y pie/ 155<br />
Lesiones de los ligamentos/ 155<br />
Síndromes asociados a ruptura crónica de los ligamentos<br />
laterales/ 156<br />
Lesiones de los tendones <strong>del</strong> tobillo y pie/ 156<br />
Lesiones tendinosas específicas <strong>del</strong> tobillo y pie/ 157<br />
Lesiones <strong>del</strong> tendón de aquiles y de la bursa<br />
retrocalcánea/ 157<br />
Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior (TTP)/ 158<br />
Lesiones de los tendones peroneos/ 158<br />
Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo<br />
(FLH)/ 159<br />
Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial anterior (TTA)/ 159<br />
Lesiones de los tendones de la región<br />
metatarsofalángica/ 159<br />
Lesiones articulares/ 160<br />
Alteraciones de las bursas/ 161<br />
Masas quísticas en el tobillo y pie/ 161<br />
Lesiones óseas/ 161<br />
Variantes normales/ 162<br />
Neuropatías compresivas/ 162<br />
Patologías de las PB/ 162<br />
Cuerpos extraños/ 162<br />
Patología de la fascia plantar/ 162<br />
Lesiones tumorales óseas y de las PB/ 163<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 151<br />
Introducción/ 151<br />
Anatomía articular/ 151<br />
Articulación tibioperonea distal/ 151<br />
Articulación <strong>del</strong> tobillo o tibio-peronea-astragalina/ 151<br />
Articulaciones <strong>del</strong> tarso/ 151<br />
Regiones anatómicas <strong>del</strong> tobillo/ 152<br />
Retináculos <strong>del</strong> tobillo. Sus relaciones<br />
con los tendones y las estructuras vasculonerviosas<br />
<strong>del</strong> tobillo/ 152<br />
Articulaciones metatarsofalángicas e interfalángicas<br />
<strong>del</strong> pie/ 152<br />
Ligamentos <strong>del</strong> tobillo/ 152<br />
Músculos de la planta <strong>del</strong> pie/ 153<br />
Arcos <strong>del</strong> pie/ 153<br />
Fascia plantar/ 153<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes<br />
blandas/ 165<br />
Consideraciones generales/ 165<br />
Tumores óseos/ 165<br />
Introducción/ 165<br />
Patrones para la clasificación de los tumores óseos/ 166<br />
Patología/ 167<br />
Tumores productores de cartílago/ 167<br />
Benignos/ 167<br />
Malignos/ 169<br />
Tumores productores de hueso/ 169<br />
Benignos/ 169<br />
Malignos/ 169<br />
Tumores que se originan de la médula ósea/ 171<br />
Tumores de origen vascular. Tumores vasculares<br />
intermedios o indeterminados/ 173<br />
Tumores óseos que se originan <strong>del</strong> tejido conectivo/ 174
Benignos/ 174<br />
Malignos/ 174<br />
Tumores de las partes blandas (PB)/ 175<br />
Introducción/ 175<br />
Clasificación. Principios de la clasificación<br />
internacional de los tumores de partes blandas/ 175<br />
Clasificación internacional de los tumores de los tejidos<br />
blandos de F.M. Enzinger y colaboradores/ 176<br />
Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido fibroso/<br />
181<br />
Benignos/ 181<br />
Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />
adiposo/ 182<br />
Benignos/ 182<br />
Malignos/ 184<br />
Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos sanguíneos/<br />
184<br />
Benignos/ 184<br />
Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />
linfáticos/ 185<br />
Benignos/ 185<br />
Malignos/ 186<br />
Tumores derivados de las fibras musculares<br />
estriadas/ 186<br />
Malignos/ 186<br />
Tumores <strong>del</strong> tejido sinovial/ 187<br />
Malignos/ 187<br />
Tumores y lesiones seudotumorales de los nervios<br />
periféricos/ 187<br />
Benignos/ 187<br />
Malignos/ 188<br />
Tumores no específicos/ 188<br />
Otras lesiones tumorales/ 188<br />
Intervencionismo/ 191<br />
Procederes diagnósticos intervencionistas<br />
con la ecografía/ 191<br />
Osteosonometría/ 193<br />
Introducción/ 193<br />
Métodos ultrasonográficos de densitometría. Tecnología<br />
de la osteosonometría/ 193<br />
Correlación de las mediciones entre la densitometría<br />
radiológica y la osteosonometría. T-score. Z-score/ 195<br />
Indicaciones de una osteosonometría/ 195<br />
Indicaciones absolutas/ 195<br />
Indicaciones potenciales/ 195<br />
Contraindicaciones/ 196<br />
Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico/ 199<br />
Introducción/ 199<br />
Bases teóricas <strong>del</strong> tratamiento/ 199<br />
Generalidades/ 200<br />
Tratamiento/ 200<br />
Lesiones articulares/ 200<br />
Lesiones ortopédicas traumáticas/ 201<br />
Enfermedades ortopédicas no traumáticas/ 201<br />
Otras enfermedades/ 202<br />
Capítulo 2. Breve revisión de la física de la ecografía<br />
aplicada al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor/ 205<br />
Capítulo 3. Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular/ 206<br />
Capítulo 4. Ecografía de los tendones/ 223<br />
Capítulo 5. Ecografía de los ligamentos/ 240<br />
Capítulo 6. Ecografía de los nervios periféricos/ 244<br />
Capítulo 7. Articulaciones. Ecografía. Generalidades/ 248<br />
Capítulo 8. Ecografía <strong>del</strong> periostio y la cortical/ 266<br />
Capítulo 9. Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo/ 271<br />
Capítulo 10. Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo/ 293<br />
Capítulo 11. Ecografía de la mano y de la muñeca/ 302<br />
Capítulo 12. Articulación de la cadera. Muslo/ 316<br />
Capítulo 13. Articulación de la rodilla. Pierna/ 327<br />
Capítulo 14. Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 352<br />
Capítulo 15. Ecografía en los tumores óseos y de las<br />
partes blandas/ 364<br />
Capítulo 16. Intervencionismo/ 372<br />
Capítulo 17. Osteosonometría/ 373<br />
Capítulo 18. Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico/<br />
375
BREVE REVISIÓN ANATÓMICA DEL APARATO LOCOMOTOR (SOMA)<br />
En este capítulo solo nos vamos a referir a aquellas<br />
estructuras <strong>del</strong> SOMA susceptibles de ser estudiadas con<br />
la ecografía, especialmente de los planos musculotendinosos.<br />
HOMBRO. BRAZO<br />
HOMBRO<br />
Planos musculotendinosos <strong>del</strong> hombro.<br />
Los músculos <strong>del</strong> hombro son potentes y aseguran una<br />
precisión y estabilidad, muy importante en esta articulación,<br />
que es la más móvil <strong>del</strong> organismo.<br />
Los músculos <strong>del</strong> hombro se dividen en 4 grandes grupos:<br />
Grupo muscular anterior. Está compuesto por 3 músculos<br />
que son: el pectoral mayor, el pectoral menor y el<br />
subclavio. Los 2 últimos forman el plano profundo, mientras<br />
que el pectoral mayor, que es el más superficial, se<br />
extiende desde el tórax hasta el húmero terminando en el<br />
labio anterior de la corredera bicipital. Su función es la de<br />
ser aductor y rotador externo <strong>del</strong> brazo.<br />
Grupo muscular interno. Está constituido por un solo<br />
músculo, el serrato mayor. Se sitúa por debajo de los músculos<br />
pectorales. Su función es mantener el omóplato fijo<br />
al tórax.<br />
Grupo muscular posterior. Es el que más nos interesa.<br />
Lo componen 5 músculos, uno en la cara anterior: el<br />
músculo subescapular (SE) y los restantes en la cara posterior:<br />
el músculo supraespinoso (Se), el infraespinoso (Ie),<br />
el redondo menor (Rm) y el redondo mayor (RM). Este<br />
último no será objeto de estudio porque no forma parte <strong>del</strong><br />
manguito rotador <strong>del</strong> hombro (MR).<br />
El músculo SE se extiende desde la escápula y a través<br />
de la cara anterior de la cápsula humeral,y termina por un<br />
tendón en la porción superointerna <strong>del</strong> troquín. Tiene 2 bolsas<br />
serosas: la subcoracoidea y la subescapular. Puede existir<br />
comunicación entre las 2 bolsas serosas y la cápsula articular.<br />
Su función es la de facilitar la rotación interna.<br />
El músculo Se se extiende desde la fosa supraespinosa<br />
hacia la extremidad posterosuperior <strong>del</strong> húmero donde termina<br />
en un poderoso tendón en la cara superior <strong>del</strong> troquiter;<br />
su parte distal se adhiere a la cápsula. Es aductor <strong>del</strong> brazo.<br />
El músculo Ie se origina en la fosa infraespinosa, rodea<br />
al húmero y se inserta en el troquiter por debajo <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> Se. No está adherido a la cápsula articular. Es<br />
rotador externo y abductor <strong>del</strong> brazo.<br />
El músculo Rm se sitúa por debajo <strong>del</strong> anterior y tiene<br />
la misma función que el Ie.<br />
Grupo muscular externo. Está constituido por un solo<br />
músculo, el <strong>del</strong>toides. Se origina de la clavícula, acromion<br />
y espina <strong>del</strong> omóplato y se inserta en la parte media de la<br />
cara externa <strong>del</strong> húmero. En su cara interna hay una bolsa<br />
muy amplia, que lo separa de la articulación y que puede<br />
comunicar con la cavidad articular. La principal función<br />
<strong>del</strong> <strong>del</strong>toides es la abducción <strong>del</strong> brazo y en menor grado<br />
interviene en la anteropulsión y retropulsión.<br />
BRAZO<br />
Planos musculotendinosos<br />
Está formado por 2 compartimientos: uno anterior y<br />
otro posterior.<br />
Compartimiento anterior. Comprende 3 músculos:<br />
bíceps braquial, braquial y coracobraquial.<br />
El bíceps es el más superficial y se extiende desde el<br />
omóplato hasta la extremidad superior <strong>del</strong> radio. Tiene una<br />
porción corta que se inserta por arriba en la apófisis<br />
coracoides y una porción larga que lo hace en el rodete<br />
glenoideo. Esta última, después de salir de la articulación,<br />
desciende en un canal óseo, la corredera bicipital; luego<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 1
los 2 cuerpos musculares se reúnen en un solo músculo,<br />
que da origen a un tendón que termina en la tuberosidad<br />
bicipital <strong>del</strong> radio. Acción: es flexor <strong>del</strong> brazo en la articulación<br />
y participa en la supinación <strong>del</strong> antebrazo; a expensas<br />
de la cabeza larga participa en la abducción <strong>del</strong> brazo<br />
y a expensas de la cabeza corta interviene en la aducción<br />
<strong>del</strong> mismo.<br />
El músculo braquial pertenece al plano profundo y va<br />
desde la parte anterior y media <strong>del</strong> húmero hasta el extremo<br />
anterosuperior <strong>del</strong> cúbito. Acción: Interviene en la<br />
flexión <strong>del</strong> antebrazo sobre el brazo y tensa la cápsula de<br />
la articulación <strong>del</strong> codo.<br />
El músculo coracobraquial, también pertenece al plano<br />
profundo y va desde la apófisis coracoides hasta la cara<br />
interna y medial <strong>del</strong> húmero. En su parte superior está<br />
separado <strong>del</strong> SE por una bolsa. Acción: levanta el brazo y<br />
lo acerca a la línea media.<br />
Compartimiento posterior <strong>del</strong> brazo. Está formado<br />
por un músculo principal: el tríceps braquial, constituido<br />
por 3 grandes haces: el vasto interno, el vasto externo y la<br />
porción larga <strong>del</strong> tríceps. Este último se origina por arriba,<br />
en la tuberosidad subglenoidea <strong>del</strong> omóplato, mientras<br />
que los vastos se insertan en el húmero. Todos se reúnen y<br />
terminan en un tendón que se inserta en la cara superior<br />
<strong>del</strong> olécranon. Acción: es extensor <strong>del</strong> antebrazo sobre el<br />
brazo; el movimiento <strong>del</strong> brazo hacia atrás y la aducción<br />
<strong>del</strong> húmero hacia el tronco tienen lugar a expensas de la<br />
porción larga.<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> hombro y brazo<br />
La arteria axilar está situada en la región <strong>del</strong> mismo<br />
nombre, donde es continuación de la arteria subclavia. Se<br />
origina en la parte media <strong>del</strong> borde posterior de la clavícula<br />
y se extiende hasta el borde inferior <strong>del</strong> pectoral mayor,<br />
donde se continúa con la arteria humeral. Ella está dirigida<br />
oblicuamente hacia abajo, fuera y atrás y describe una<br />
curva de concavidad inferointerna. La arteria está acompañada<br />
en toda su longitud por la vena axilar y las ramas<br />
principales <strong>del</strong> plexo braquial.<br />
La arteria humeral continúa a la arteria axilar y se<br />
sitúa en la región anterior <strong>del</strong> brazo y <strong>del</strong> codo. Se extiende<br />
desde el borde inferior <strong>del</strong> pectoral mayor hasta el pliegue<br />
<strong>del</strong> codo, con un trayecto casi rectilíneo. Ella va acompañada<br />
de 2 venas satélites, una interna y otra externa.<br />
De los nervios de la región solo nos vamos a referir a<br />
dos de ellos: el supraescapular y el mediano.<br />
El nervio supraescapular procede <strong>del</strong> primer tronco<br />
primario <strong>del</strong> plexo braquial; penetra en la fosa<br />
supraespinosa pasando por la escotadura coracoidea, debajo<br />
<strong>del</strong> ligamento coracoideo, que lo separa de la arteria<br />
subescapular; luego atraviesa la fosa supraespinosa por<br />
debajo de este músculo, contornea el borde externo de la<br />
espina <strong>del</strong> omóplato y termina en el músculo Ie.<br />
El nervio mediano, una de las ramas terminales <strong>del</strong><br />
plexo braquial, atraviesa la pared inferior de la axila, desciende<br />
por el lado interno <strong>del</strong> brazo y se extiende por la<br />
línea media hacia abajo.<br />
CODO. ANTEBRAZO<br />
El codo será objeto de estudio independiente en la revisión<br />
de las grandes articulaciones.<br />
ANTEBRAZO<br />
Planos musculotendinosos <strong>del</strong> antebrazo<br />
Está formado por 3 compartimientos musculares: anterior,<br />
externo y posterior.<br />
Compartimiento muscular anterior. Está constituido<br />
por 8 músculos dispuestos en 4 planos superpuestos.<br />
· Plano profundo. Está formado por el pronador cuadrado<br />
que se extiende transversalmente desde el cúbito<br />
al radio, en la parte inferior <strong>del</strong> antebrazo. Acción:<br />
interviene en la pronación <strong>del</strong> antebrazo.<br />
·Plano de los flexores profundos. Está constituido por<br />
el músculo flexor común profundo de los dedos, que<br />
se extiende desde la parte superior <strong>del</strong> radio y <strong>del</strong> cúbito<br />
hasta la mano, dividiéndose en 4 haces tendinosos que<br />
se fijan en la cara palmar de la 3ra. falange de los 4<br />
últimos dedos y cuya función es flexor de las falanges<br />
distales de los dedos II - V; y por el flexor largo <strong>del</strong><br />
1er. dedo, que originado por fuera <strong>del</strong> anterior y en la<br />
cara anterior <strong>del</strong> radio, se dirige hacia la mano y termina<br />
por un tendón en la cara palmar de la 2da. falange<br />
<strong>del</strong> pulgar. Acción: es flexor de la falange distal <strong>del</strong><br />
pulgar.<br />
·Plano <strong>del</strong> flexor común superficial. Está constituido<br />
por el músculo <strong>del</strong> mismo nombre. Por arriba se origina<br />
por uno de los cabos en la región humerocubital y<br />
por el otro en el radio. Ambos cabos se reúnen dirigiéndose<br />
hacia la cara palmar de la mano donde finalizan<br />
en 4 tendones bífidos en la 2da. falange <strong>del</strong> II al<br />
V dedos. Acción: es flexor de la mano y de las 2das.<br />
falanges de los dedos (II al V).<br />
·Plano de los músculos epitrocleares. Es el plano más<br />
superficial y está constituido por 4 músculos que se<br />
originan por arriba en la epitróclea a través de un tendón<br />
común. Ellos son: el pronador redondo, el flexor<br />
2 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
adial <strong>del</strong> carpo, el palmar largo, y el flexor cubital<br />
<strong>del</strong> carpo. El pronador redondo se origina por 2 cabezas,<br />
la mayor humeral y la menor cubital y termina<br />
por un tendón estrecho en el tercio medio de la cara<br />
lateral <strong>del</strong> radio. Acción: participa en la pronación <strong>del</strong><br />
antebrazo y en su flexión.<br />
·El flexor radial <strong>del</strong> carpo es el más lateral de los flexores<br />
<strong>del</strong> antebrazo. Se inicia en el epicóndilo medial <strong>del</strong><br />
húmero, pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo de los músculos<br />
flexores hacia la cara palmar <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />
metacarpianos. Acción: flexiona y participa en la<br />
pronación de la mano.<br />
El palmar largo se origina en el epicóndilo medial. En<br />
la mano pasa a la aponeurosis palmar ancha. Acción: tensa<br />
la aponeurosis palmar y participa en la flexión de la<br />
mano.<br />
El flexor cubital <strong>del</strong> carpo ocupa el borde medial <strong>del</strong><br />
antebrazo. Se origina por 2 cabezas, una humeral y la otra<br />
cubital y su tendón pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo flexor<br />
para insertarse en el pisiforme, ganchoso y 5to.<br />
metacarpiano. Acción: flexiona la mano y participa en su<br />
aducción.<br />
Compartimiento muscular externo o epicondíleo.<br />
Está constituido por 3 músculos, que son: braquiorradial,<br />
extensor radial largo <strong>del</strong> carpo y extensor radial corto <strong>del</strong><br />
carpo. El braquiorradial se inicia por encima <strong>del</strong> epicóndilo<br />
lateral y termina en la cara lateral <strong>del</strong> radio, cerca de la<br />
apófisis estiloides. Acción: flexiona el brazo en el codo y<br />
participa en la pronación y supinación <strong>del</strong> radio. El músculo<br />
extensor radial largo <strong>del</strong> carpo, cubierto en su porción<br />
superior por el músculo braquiorradial, se inicia en el<br />
epicóndilo lateral, pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo de los<br />
extensores y se inserta en la base de la cara posterior <strong>del</strong><br />
2do. metacarpiano. Acción: flexiona el brazo en el codo,<br />
lo extiende y participa en su abducción. El músculo extensor<br />
radial corto <strong>del</strong> carpo se inicia en el epicóndilo lateral<br />
y termina por abajo en la base <strong>del</strong> 3er. metacarpiano. Acción:<br />
extiende el brazo y participa en su abducción.<br />
Compartimiento muscular posterior. Está constituido<br />
por 2 planos: uno profundo y otro superficial.<br />
Plano profundo. Está formado por 5 músculos superpuestos<br />
que de fuera a dentro son:<br />
. Supinador. Se inicia en el epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero<br />
y en la cápsula de la articulación <strong>del</strong> codo y termina<br />
en la extremidad superior <strong>del</strong> radio. Acción: es<br />
supinador <strong>del</strong> antebrazo y participa en la extensión<br />
<strong>del</strong> brazo en la articulación <strong>del</strong> codo.<br />
. Abductor largo <strong>del</strong> pulgar. Va desde los huesos <strong>del</strong><br />
antebrazo al primer metacarpiano. Acción: es abductor<br />
<strong>del</strong> pulgar y de toda la mano.<br />
. Extensor corto <strong>del</strong> pulgar. Parte <strong>del</strong> antebrazo, por<br />
debajo <strong>del</strong> anterior y termina en la primera falange <strong>del</strong><br />
pulgar. Acción: es extensor y abductor de la falange<br />
proximal <strong>del</strong> pulgar.<br />
. Extensor largo <strong>del</strong> pulgar. Se extiende desde el cúbito<br />
a la 2da. falange <strong>del</strong> pulgar. Acción: es extensor <strong>del</strong><br />
pulgar y participa en la abducción parcial.<br />
. Extensor propio <strong>del</strong> índice. Va desde el cúbito al índice.<br />
Acción: es extensor <strong>del</strong> índice.<br />
Plano superficial. Está formado por 4 músculos que<br />
se originan en el epicóndilo y se disponen de fuera a dentro,<br />
dirigiéndose hacia la mano. Ellos son:<br />
. Extensor común de los dedos. Es el más externo de<br />
los músculos superficiales y se inserta en los 4 últimos<br />
dedos. Acción: es extensor de los dedos.<br />
. Extensor propio <strong>del</strong> 5to. dedo. Se sitúa por dentro<br />
<strong>del</strong> extensor común y se inserta en el 5to. dedo. Acción:<br />
es extensor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />
. Extensor cubital <strong>del</strong> carpo. Está situado en el borde<br />
interno de la cara posterior <strong>del</strong> antebrazo. Se inicia en<br />
el epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero, borde posterior <strong>del</strong><br />
cúbito y en la cápsula de la articulación y termina en<br />
la base de la cara posterior <strong>del</strong> 5to. metacarpiano.<br />
Acción: participa en la abducción <strong>del</strong> brazo hacia el<br />
lado <strong>del</strong> codo y lo extiende.<br />
. Ancóneo. Parte <strong>del</strong> epicóndilo lateral y ligamento colateral<br />
radial para terminar en la cara posterior <strong>del</strong><br />
olécranon. Viene a ser una continuación de la cabeza<br />
medial <strong>del</strong> tríceps. Acción: extiende el antebrazo en el<br />
codo y tira de la cápsula articular. aki<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> codo y antebrazo<br />
A nivel <strong>del</strong> codo, la arteria humeral se divide en 2 ramas<br />
terminales: arteria radial y arteria cubital. La arteria<br />
radial, es la rama de bifurcación externa de la humeral. Se<br />
extiende por la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo y de la muñeca,<br />
desde el pliegue <strong>del</strong> codo hasta la palma de la mano. En el<br />
antebrazo la arteria radial está en relación por detrás, y de<br />
arriba abajo, con el supinador corto, pronador redondo,<br />
flexor común superficial, flexor largo <strong>del</strong> pulgar y el<br />
pronador cuadrado. Por <strong>del</strong>ante está cubierta, en su parte<br />
superior, por el supinador largo, mientras que en la parte<br />
inferior <strong>del</strong> antebrazo, recorre el canal <strong>del</strong> pulso entre el<br />
tendón <strong>del</strong> supinador largo por fuera y el <strong>del</strong> palmar mayor<br />
por dentro. Va acompañada por fuera, por una rama<br />
<strong>del</strong> nervio radial. En la muñeca la arteria radial contornea<br />
al ligamento lateral externo de la articulación<br />
radiocarpiana, pasando por debajo de los tendones de los<br />
músculos supinador largo y extensor corto <strong>del</strong> pulgar.<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 3
La arteria cubital es más voluminosa que la radial, y<br />
es la bifurcación interna de la arteria humeral. Se sitúa en<br />
la parte anterointerna <strong>del</strong> antebrazo y se extiende desde el<br />
pliegue <strong>del</strong> codo a la palma de la mano, donde termina<br />
formando el arco palmar superficial. En el tercio superior<br />
<strong>del</strong> antebrazo la arteria cubital pasa, sucesivamente, por<br />
debajo <strong>del</strong> pronador redondo y <strong>del</strong> arco <strong>del</strong> flexor común<br />
superficial. Está cubierta por los músculos epitrocleares y<br />
el nervio mediano cruza la arteria y pasa por <strong>del</strong>ante de<br />
ella.<br />
El nervio mediano pertenece al grupo anterior de las<br />
ramas terminales <strong>del</strong> plexo braquial. Su origen está constituido<br />
por 2 ramas: una externa y otra interna. Este nervio<br />
desciende por el lado interno <strong>del</strong> brazo, atraviesa el pliegue<br />
<strong>del</strong> codo, sigue por la línea media <strong>del</strong> antebrazo, pasa por<br />
debajo <strong>del</strong> ligamento anular anterior y llega a la palma de la<br />
mano. En el brazo, está en íntima relación con la arteria<br />
humeral; en el pliegue <strong>del</strong> codo se sitúa por dentro de la<br />
arteria humeral, cubierto por la expansión aponeurótica <strong>del</strong><br />
bíceps y se introduce después por debajo <strong>del</strong> arco formado<br />
por los haces <strong>del</strong> flexor común superficial.<br />
En el antebrazo desciende por la parte media de la<br />
región anterior, por detrás <strong>del</strong> flexor común superficial;<br />
mientras que en la parte inferior <strong>del</strong> antebrazo se sitúa por<br />
fuera <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> índice, siempre acompañado de la arteria<br />
<strong>del</strong> nervio mediano.<br />
En la muñeca, y como estudiaremos posteriormente,<br />
el nervio mediano penetra en el conducto radiocarpiano,<br />
situándose por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón superficial <strong>del</strong> índice y<br />
entre las bursas serosas digitocarpianas, dividiéndose en 5<br />
ramas terminales.<br />
MUÑECA. MANO<br />
MUÑECA<br />
La muñeca será objeto de estudio en el análisis de las<br />
grandes articulaciones.<br />
MANO<br />
Planos musculotendinosos<br />
Los músculos de la mano, en correspondencia con su<br />
posición, se dividen en 2 grupos: músculos de la cara palmar<br />
y de la cara dorsal. En la cara palmar se distinguen<br />
los músculos <strong>del</strong> grupo medio, de la eminencia tenar (pulgar)<br />
y de la eminencia hipotenar (meñique). En la mano<br />
hay que identificar también los tendones flexores y<br />
extensores procedentes <strong>del</strong> antebrazo.<br />
Músculos de la cara palmar<br />
. Músculos <strong>del</strong> grupo medio. Están constituidos por<br />
los músculos lumbricales y los músculos palmares<br />
interóseos. Los músculos lumbricales son 4, de aspecto<br />
fusiforme. Cada uno de ellos se inicia en el borde<br />
radial <strong>del</strong> tendón correspondiente <strong>del</strong> músculo flexor<br />
profundo de los dedos y se inserta en la cara dorsal de<br />
las falanges proximales, desde el índice al meñique.<br />
Acción: flexionan las falanges proximales de los 4<br />
dedos y ponen rectas las falanges media y distal de los<br />
mismos dedos.<br />
. Los músculos interóseos palmares tienen aspecto fusiforme<br />
y se sitúan en los espacios interóseos de los<br />
huesos metacarpianos. Acción: flexionan las falanges<br />
proximales y ponen rectas las falanges media y distal<br />
de los dedos índice, anular y meñique; aproximan estos<br />
dedos al dedo medio.<br />
. Músculos de la eminencia tenar (pulgar). Están compuestos<br />
por 4 planos, superpuestos de la profundidad<br />
a la superficie y todos dirigidos hacia el pulgar. En el<br />
primer plano o profundo se sitúa el aductor <strong>del</strong> pulgar<br />
que va desde el macizo carpiano y <strong>del</strong> 2do. y 3ro.<br />
metacarpianos a la falange proximal <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
Acción: aproxima el pulgar y participa en la flexión<br />
de su falange proximal. En esta región se sitúa el flexor<br />
corto <strong>del</strong> pulgar que se extiende de la 2da. fila de los<br />
huesos <strong>del</strong> carpo a la 1ra. falange <strong>del</strong> pulgar. Acción:<br />
flexiona la falange proximal <strong>del</strong> pulgar. El 3er. plano<br />
está compuesto por el haz profundo <strong>del</strong> flexor corto<br />
<strong>del</strong> pulgar y el 4to. plano, el más superficial, está compuesto<br />
por el músculo abducctor corto <strong>del</strong> pulgar, que<br />
termina en la 1ra. falange <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción: aproxima<br />
al pulgar y participa en la flexión de su falange<br />
proximal. El músculo oponente <strong>del</strong> pulgar se aloja por<br />
debajo <strong>del</strong> abductor corto y se inserta en el borde externo<br />
<strong>del</strong> 1er. metacarpiano. Acción: opone el pulgar<br />
al meñique.<br />
. Músculos de la eminencia hipotenar (meñique). Los<br />
músculos de la eminencia hipotenar, anexos al meñique<br />
son 4, dispuestos <strong>del</strong> plano profundo a la superficie<br />
en el siguiente orden:<br />
. Oponente <strong>del</strong> meñique. Va desde la 2da. fila <strong>del</strong> carpo<br />
al 5to. metacarpiano. Acción: lleva el dedo meñique<br />
hacia <strong>del</strong>ante y hacia fuera y lo opone al pulgar.<br />
. Flexor corto <strong>del</strong> dedo meñique. Se extiende de la<br />
2da. fila <strong>del</strong> carpo a la 1ra. falange <strong>del</strong> 5to.dedo. Acción:<br />
es flexor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />
. Abductor <strong>del</strong> meñique. Ocupa la posición más medial<br />
de todos los músculos de este grupo. Se origina en el<br />
4 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
hueso pisiforme, tendón <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo y<br />
retináculo de los músculos flexores y termina en el<br />
borde cubital de la base de la falange proximal <strong>del</strong><br />
meñique. Acción: separa el meñique y participa en la<br />
flexión de su falange proximal.<br />
. Palmar breve o cutáneo. Se extiende desde el borde<br />
lateral interno de la aponeurosis palmar media, a la<br />
cara profunda de la dermis <strong>del</strong> meñique. Acción: prolonga<br />
la piel en la eminencia hipotenar.<br />
Músculos de la cara dorsal<br />
Están representados por los músculos interóseos dorsales<br />
en número de 4, alojados en espacios interóseos de la<br />
cara dorsal de la mano. Se originan en los metacarpianos<br />
y se insertan de la siguiente manera: el 1ro. y el 2do. músculo<br />
en el borde radial de los dedos índice y medio y los<br />
3ro. y 4to. en el borde cubital de los dedos medio y anular.<br />
Tendones de la mano<br />
Los tendones de la mano se dividen también en palmares<br />
y dorsales. Los de la cara palmar, en número de 9,<br />
proceden <strong>del</strong> antebrazo y son responsables de la flexión de<br />
los dedos. Su trayecto es superficial, con excepción <strong>del</strong><br />
flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo. Los tendones de la cara dorsal,<br />
en número de 5, proceden <strong>del</strong> antebrazo y finalizan en<br />
la cara dorsal de cada dedo.<br />
Paquete vasculonervioso de la muñeca y la mano<br />
La arteria cubital, más voluminosa que la radial, es la<br />
rama de bifurcación interna de la arteria humeral. Está situada<br />
en la parte interna de la región <strong>del</strong> antebrazo y se extiende<br />
<strong>del</strong> pliegue <strong>del</strong> codo a la palma de la mano, donde termina<br />
formando el arco palmar superficial. En la muñeca pasa por<br />
fuera <strong>del</strong> pisiforme y por la cara anterior <strong>del</strong> ligamento anterior<br />
<strong>del</strong> carpo, estando contenida en un conducto osteofibroso<br />
formado por el pisiforme, por dentro, el ligamento anular<br />
anterior por detrás y una expansión <strong>del</strong> cubital anterior y <strong>del</strong><br />
ligamento anular dorsal <strong>del</strong> carpo, por <strong>del</strong>ante.<br />
La arteria radial, rama de bifurcación externa de la<br />
humeral, se extiende por la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo y<br />
por la cara dorsal de la muñeca, desde el pliegue <strong>del</strong> codo<br />
hasta la palma de la mano. En la muñeca pasa por debajo<br />
de los tendones de los músculos separador largo y extensor<br />
corto <strong>del</strong> pulgar, atraviesa la tabaquera anatómica alcanzando<br />
la palma de la mano.<br />
Los arcos palmares están formados por las anastomosis<br />
que unen en la palma de la mano, las arterias radial y<br />
cubital. En número de 2, se distinguen con los nombres de<br />
superficial y profundo.<br />
Las venas profundas acompañan a las arterias, en número<br />
de 2 por cada arteria y reciben el nombre de la arteria<br />
correspondiente.<br />
El nervio cubital desciende en el brazo por detrás de la<br />
epitróclea pasando por el lado anterointerno <strong>del</strong> antebrazo<br />
hasta el borde externo <strong>del</strong> pisiforme. En la muñeca, por<br />
dentro de la arteria, pasa por el conducto osteofibroso ya<br />
descrito.<br />
El nervio mediano desciende por el lado interno <strong>del</strong><br />
brazo, alcanza el eje vertical medio <strong>del</strong> antebrazo, pasa<br />
por debajo <strong>del</strong> ligamento anular anterior y llega a la palma<br />
de la mano. En la muñeca el nervio mediano penetra en el<br />
conducto radiocarpiano. En este conducto está situado<br />
<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón superficial <strong>del</strong> índice, a lo largo <strong>del</strong> borde<br />
externo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> dedo medio y entre las 2 serosas<br />
digitocarpianas.<br />
CADERA. MUSLO<br />
CADERA<br />
Planos musculotendinosos<br />
Se disponen en 3 planos: profundo, medio y superficial.<br />
Plano profundo. Está formado por el glúteo menor, el<br />
piramidal, los géminos, los obturadores y el cuadrado<br />
crural.<br />
. El glúteo menor es un músculo grueso y aplanado de<br />
forma triangular y se extiende de la parte de la fosa<br />
ilíaca externa situada debajo de la línea semicircular<br />
anterior al borde anterior <strong>del</strong> trocánter mayor. Generalmente<br />
hay una bolsa serosa entre su tendón y el<br />
borde superior <strong>del</strong> trocánter mayor. Es separador <strong>del</strong><br />
muslo.<br />
. El piramidal va desde la cara anterior <strong>del</strong> sacro a la<br />
extremidad superior <strong>del</strong> fémur, situado, parte en la<br />
pelvis y parte en la región glútea. Es rotador <strong>del</strong> muslo<br />
hacia fuera y separador <strong>del</strong> mismo.<br />
. El obturador interno, en forma de abanico se extiende<br />
desde la cavidad pelviana al trocánter mayor. Participa<br />
en la supinación <strong>del</strong> muslo.<br />
. El obturador externo es aplanado y triangular y se<br />
extiende desde el agujero ísquiopubiano al trocánter<br />
mayor. Es rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera.<br />
. Géminos. Los géminos son 2 haces carnosos, accesorios<br />
y extrapélvicos <strong>del</strong> obturador interno, situados a<br />
lo largo de los bordes superior e inferior de la porción<br />
extrapélvica <strong>del</strong> obturador interno. Su función es similar<br />
a este último músculo.<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 5
. Cuadrado crural o femoral. Es un músculo cuadrilátero,<br />
aplanado y grueso, situado por debajo <strong>del</strong> gémino<br />
inferior y por detrás <strong>del</strong> obturador interno. Va <strong>del</strong><br />
isquion al fémur. Es rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera y<br />
aproximador <strong>del</strong> mismo.<br />
Plano medio. Sólo hay un músculo, el glúteo mediano,<br />
que es ancho y grueso, situado por detrás <strong>del</strong> glúteo<br />
menor al cual cubre. Se extiende desde la fosa ilíaca externa<br />
al trocánter mayor y es separador <strong>del</strong> muslo. Participa<br />
en la erección <strong>del</strong> tronco inclinado hacia <strong>del</strong>ante.<br />
Plano superficial. Está constituido por el glúteo mayor<br />
y el tensor de la fascia lata. El glúteo mayor es ancho,<br />
grueso y cuadrilátero, situado por detrás de los otros músculos<br />
de la región de la nalga. Se extiende desde el ilíaco y<br />
sacro a la extremidad superior <strong>del</strong> fémur. Es extensor y<br />
rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera. Participa en la erección <strong>del</strong><br />
tronco cuando está inclinado hacia <strong>del</strong>ante y tensa la fascia<br />
lata.<br />
El tensor de la fascia lata es aplanado y alargado, carnoso<br />
por arriba y tendinoso por abajo y se extiende <strong>del</strong><br />
coxal a la rodilla por la parte externa <strong>del</strong> muslo. Tensa la<br />
fascia lata y participa en la flexión <strong>del</strong> muslo.<br />
Paquete vasculonervioso de la cadera<br />
En la región glútea se identifican dos pedículos<br />
vasculonerviosos, uno superior y otro inferior. En el superior<br />
están la arteria glútea, las venas colaterales y el nervio<br />
glúteo superior. La arteria glútea se divide en 2 ramas:<br />
una superficial, que se ramifica entre el glúteo mayor y el<br />
mediano y otra profunda entre el glúteo mediano y el glúteo<br />
menor. El pedículo inferior comprende las arterias<br />
isquiática y pudenda interna, sus venas satélites, los nervios<br />
ciáticos mayores, menores, pudendo interno y obturador<br />
interno. La zona de emergencia de este pedículo<br />
vasculonervioso inferior está situada a 3 cm por debajo<br />
<strong>del</strong> punto de entrada <strong>del</strong> pedículo superior en la región<br />
glútea, en donde se divide en 2 haces, uno externo y otro<br />
interno. El haz externo comprende la arteria isquiática,<br />
sus venas satélites y sobre todo los nervios ciáticos.<br />
El nervio ciático mayor es continuación <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong><br />
plexo sacro y sale de la pelvis por la escotadura ciática<br />
mayor, por debajo <strong>del</strong> piramidal, donde tiene un aspecto<br />
aplanado y una anchura entre 1 y 1,5 cm. Desciende primero<br />
a la región glútea y después a la región posterior <strong>del</strong><br />
muslo. En la nalga el nervio desciende por el canal comprendido<br />
entre el isquion y el trocánter mayor, cubierto<br />
por el glúteo mayor.<br />
MUSLO<br />
Planos musculotendinosos<br />
En el muslo hay 3 compartimientos: anterior, interno<br />
y posterior.<br />
Compartimiento anterior. Está formado por un músculo:<br />
el cuadríceps, que tiene 4 vientres: vasto externo,<br />
vasto interno, recto anterior y crural o vasto intermedio.<br />
El recto anterior, se origina en el ilíaco, mientras que los<br />
restantes lo hacen de la diáfisis femoral. Por abajo terminan<br />
en el tendón rotuliano que continúa al tendón<br />
cuadricipital después que se inserta en la rótula para terminar<br />
en la tuberosidad tibial anterior. Acción: es extensor<br />
de la pierna sobre el muslo y a expensas <strong>del</strong> recto<br />
femoral participa en la flexión <strong>del</strong> muslo.<br />
Compartimiento interno. Está compuesto por los<br />
músculos aductores (menor, mediano y mayor), el músculo<br />
sartorio y el músculo recto interno.<br />
. Los músculos aductores se originan en el ilíaco y todos<br />
terminan en la cara posterior <strong>del</strong> fémur. Acción:<br />
son aproximadores <strong>del</strong> muslo sobre la pelvis e intervienen<br />
en su flexión y rotación externa.<br />
. El sartorio se origina <strong>del</strong> ilíaco, y el recto interno <strong>del</strong><br />
pubis. Ambos terminan por un tendón en la cara interna<br />
de la meseta tibial, y junto con el semitendinoso,<br />
constituyen los músculos de la pata de ganso. Acción:<br />
el sartorio es flexor de la pierna y <strong>del</strong> muslo, rotando<br />
el muslo hacia fuera y la pierna hacia dentro. El recto<br />
interno es aproximador <strong>del</strong> muslo, rotándolo hacia<br />
fuera y participa en la flexión de la pierna.<br />
Compartimiento posterior. Está constituido por 3<br />
músculos: el semimembranoso, el semitendinoso y el bíceps<br />
femoral. Los 3 se originan en el ísquion y terminan,<br />
mediante tendones en la cabeza <strong>del</strong> peroné (el bíceps<br />
femoral), en el borde posterior de la meseta tibial (el<br />
semimembranoso) y en la pata de ganso, el semitendinoso.<br />
Acción: el semitendinoso extiende el muslo, flexiona la<br />
pierna, girándola ligeramente hacia dentro; participa en la<br />
extensión <strong>del</strong> tronco. Por su parte el semimembranoso extiende<br />
el muslo y flexiona la pierna, rotándolo hacia dentro,<br />
mientras que el bíceps femoral extiende el muslo,<br />
flexiona la pierna, rotándola hacia fuera.<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> muslo<br />
La arteria femoral sigue a la arteria ilíaca externa. Está<br />
situada en la parte anteroexterna <strong>del</strong> muslo y se extiende<br />
desde el arco femoral al anillo <strong>del</strong> 3er. aductor donde se<br />
6 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
continúa con la arteria poplítea. Ella cursa por el conducto<br />
femoral acompañado por la vena femoral, que está por<br />
fuera de la arteria en su tercio inferior. También está en<br />
relación con el nervio crural.<br />
La inervación <strong>del</strong> miembro inferior depende de 4 nervios:<br />
crural, obturador, musculocutáneo y ciático. El ciático<br />
es un gran tronco de cerca de 1 cm de diámetro que cursa<br />
en la parte posterior de la nalga y después por el muslo por<br />
<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> bíceps femoral para dividirse un poco por encima<br />
de la rodilla en sus 2 ramas: ciático poplíteo interno<br />
y externo.<br />
RODILLA. PIERNA<br />
RODILLA<br />
La rodilla será estudiada en el capítulo correspondiente<br />
a su articulación.<br />
PIERNA<br />
Planos musculotendinosos de la pierna<br />
Los músculos de la pierna se disponen en 3 grupos:<br />
anterior, posterior y lateral o externo. El grupo posterior<br />
se dispone en 2 capas: superficial y profunda. Los músculos<br />
<strong>del</strong> grupo lateral son preferentemente flexores y<br />
pronadores <strong>del</strong> pie, los <strong>del</strong> grupo anterior son extensores<br />
<strong>del</strong> pie, mientras que los <strong>del</strong> grupo posterior, en lo primordial,<br />
son flexores y supinadores <strong>del</strong> pie.<br />
Compartimiento anterior. Comprende 4 músculos:<br />
tibial anterior, extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo, extensor largo<br />
de los dedos y peroneo anterior.<br />
. Músculo tibial anterior. Se origina por arriba en la<br />
diáfisis tibial y por abajo termina por un tendón en la<br />
cara interna de la 1ra. cuña y en la parte inferointerna<br />
de la base <strong>del</strong> 1er. metatarsiano. Acción: extiende el<br />
pie, levantando su borde medial<br />
. Músculo extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. Se origina <strong>del</strong><br />
peroné y de la membrana intertibioperonea y termina<br />
en la falange <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción: es extensor <strong>del</strong><br />
dedo gordo <strong>del</strong> pie sobre el 1er. metatarsiano y participa<br />
en la extensión <strong>del</strong> pie, levantando su borde medial.<br />
. Músculo extensor largo de los dedos. Se origina, principalmente<br />
en la cabeza <strong>del</strong> peroné y por abajo se divide<br />
en 4 partes para insertarse en la cara superior de<br />
cada uno de los 4 últimos dedos. Acción: es extensor<br />
de los 4 dedos (II-V) y extiende el pie levantando su<br />
borde externo.<br />
. Músculo peroneo anterior. Es de poca importancia.<br />
Compartimiento lateral o externo. Está formado por<br />
2 músculos: el peroneo lateral corto y el largo. Ambos se<br />
originan en la cara externa <strong>del</strong> peroné. El peroneo largo<br />
sigue el borde externo <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie para dirigirse<br />
hacia la planta <strong>del</strong> pie e insertarse en la cara inferior <strong>del</strong><br />
1er. metatarsiano, participando en la conservación de la<br />
bóveda plantar; mientras que el peroné lateral corto pasa<br />
por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> anterior y termina en el borde externo <strong>del</strong><br />
pie a nivel <strong>del</strong> 5to. metatarsiano. Este último interviene en<br />
la extensión <strong>del</strong> pie sobre la pierna, la aducción y rotación<br />
externa <strong>del</strong> pie.<br />
Compartimiento posterior. Este compartimiento o<br />
pantorrilla, está formado por un plano superficial, constituido<br />
por el tríceps sural y el músculo plantar, y un plano<br />
profundo con 4 músculos: poplíteo, flexor largo <strong>del</strong> 1er.<br />
dedo, flexor largo de los dedos y tibial posterior.<br />
. Plano profundo <strong>del</strong> compartimiento posterior. Los 4<br />
músculos se originan por arriba en la tibia y el peroné,<br />
el poplíteo es el superior y los restantes se sitúan en la<br />
parte media y posterior de la pierna y de <strong>del</strong>ante hacia<br />
detrás en el siguiente orden: flexor largo de los dedos,<br />
tibial posterior y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. El músculo<br />
poplíteo va desde el extremo superior de la tibia<br />
hasta el cóndilo externo <strong>del</strong> fémur. Acción: flexiona la<br />
pierna, rotándola hacia dentro y tira de la cápsula articular<br />
de la rodilla.<br />
El músculo flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se origina en la<br />
cara posterior de la pierna y termina en un tendón que<br />
pasa por detrás <strong>del</strong> maléolo interno y por debajo <strong>del</strong><br />
pie y se fija en la cara interna <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción:<br />
flexiona el dedo grueso <strong>del</strong> pie y participa en la flexión<br />
<strong>del</strong> 2do. al 5to. dedo. Además flexiona y rota el pie<br />
hacia fuera.<br />
El músculo tibial posterior se origina por arriba en el<br />
borde externo de la cara posterior de la diáfisis tibial,<br />
cursa por debajo <strong>del</strong> flexor común de los dedos, se<br />
continúa con su tendón, por detrás <strong>del</strong> maléolo interno,<br />
por <strong>del</strong>ante de los tendones de los músculos flexores<br />
y termina en la cara interna <strong>del</strong> tarso. Acción: flexiona<br />
el pie, rotándolo hacia fuera.<br />
Por último, está el músculo flexor largo de los dedos<br />
que se origina en la cara posterior de la diáfisis tibial,<br />
pasa por encima <strong>del</strong> tibial posterior y se continúa con<br />
un tendón largo, entre los tendones <strong>del</strong> flexor propio<br />
<strong>del</strong> 1er. dedo y <strong>del</strong> tibial posterior para pasar por debajo<br />
<strong>del</strong> arco plantar y dividirse en sus 4 tendones que<br />
se insertan en la cara inferior de los 4 últimos dedos<br />
<strong>del</strong> pie. Acción: flexiona las falanges distales de los<br />
dedos II-V y participa en la flexión plantar <strong>del</strong> pie,<br />
levantando su borde medial.<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 7
. Plano superficial <strong>del</strong> compartimiento posterior de la<br />
pierna. Lo forman el tríceps sural y el plantar. El tríceps<br />
sural tiene 3 vientres: los 2 gemelos y el sóleo. Los<br />
gemelos se originan de los cóndilos femorales y terminan<br />
en la parte media de la pantorrilla en la cara posterior<br />
de una lámina tendinosa que se une a la <strong>del</strong> sóleo<br />
para formar el tendón de Aquiles. El sóleo se origina<br />
de 2 haces musculares, tibial y peroneo que se unen<br />
para formar una arcada fibrosa de donde nace una<br />
aponeurosis intramuscular en el interior <strong>del</strong> sóleo. Las<br />
fibras musculares se dirigen hacia abajo y se unen con<br />
los gemelos. Acción: el tríceps sural flexiona la pierna<br />
en la articulación de la rodilla, produciendo la flexión<br />
plantar <strong>del</strong> pie, levantando el calcáneo y con el pie<br />
fijo, tira de la pierna y <strong>del</strong> muslo hacia atrás.<br />
El plantar es un músculo rudimentario y muy inconstante.<br />
Se inicia en el cóndilo lateral <strong>del</strong> fémur y en la<br />
pared posterior de la cápsula articular de la rodilla y<br />
termina por un tendón muy largo y estrecho entre los<br />
gemelos y el sóleo, uniéndose al tendón calcáneo o<br />
terminando de modo independiente. Acción: tensa la<br />
cápsula de la articulación de la rodilla.<br />
Paquete vasculonervioso de la rodilla y pierna<br />
La arteria poplítea sigue a la arteria femoral, a la cual<br />
continúa. Comienza en el anillo <strong>del</strong> 3er. aductor, atraviesa<br />
el hueco poplíteo y termina en el arco <strong>del</strong> sóleo, donde se<br />
divide en arteria tibial anterior y el tronco tibioperoneo.<br />
La arteria poplítea camina de arriba abajo, por detrás <strong>del</strong><br />
fémur, por el plano posterior de la articulación de la rodilla<br />
y <strong>del</strong> músculo poplíteo. Está cubierta de arriba abajo,<br />
por el semimembranoso, por la aponeurosis profunda <strong>del</strong><br />
hueco poplíteo y por los músculos gemelos. Está acompañada<br />
por la vena poplítea situada por detrás y por fuera de<br />
la arteria, y por el nervio ciático poplíteo interno, situado<br />
por fuera y por detrás de la vena.<br />
La arteria tibial anterior es la rama de bifurcación<br />
anterior de la arteria poplítea, atraviesa el orificio comprendido<br />
entre la tibia, el peroné y el borde superior <strong>del</strong><br />
ligamento interóseo y desciende hasta el borde inferior <strong>del</strong><br />
ligamento frondiforme, donde toma el nombre de arteria<br />
pedia. La arteria cursa por el intersticio que separa al tibial<br />
anterior (que está por dentro) de los músculos extensores<br />
(que están por fuera). Está acompañada, en toda su extensión,<br />
por el nervio tibial anterior. El tronco tibio peroneo<br />
es la rama de bifurcación anterior de la arteria poplítea.<br />
Comienza en el anillo <strong>del</strong> sóleo, desciende verticalmente y<br />
termina dividiéndose en 2 ramas: arteria peronea y arteria<br />
tibial posterior.<br />
La arteria peronea se origina <strong>del</strong> tronco tibioperoneo y<br />
cursa por la cara profunda <strong>del</strong> sóleo.<br />
Las venas <strong>del</strong> MI se dividen en superficiales y profundas.<br />
Las venas profundas, con excepción <strong>del</strong> tronco venoso<br />
tibio peroneo, de la vena poplítea y de la vena femoral,<br />
son en número de 2 para cada arteria y reciben el nombre<br />
de la arteria que acompañan.<br />
Las venas superficiales cursan por el TCS, formando<br />
una red venosa, cuya sangre se vierte en 2 troncos colectores:<br />
las venas safenas interna y externa. La vena safena<br />
interna se origina a nivel <strong>del</strong> maléolo, asciende verticalmente<br />
por la cara interna de la pierna, en el borde interno<br />
de la tibia, contorneando por arriba al cóndilo interno <strong>del</strong><br />
fémur. Al llegar al muslo, camina paralela al músculo<br />
sartorio, atraviesa la fascia cribiforme y desemboca en la<br />
femoral a 4 cm por debajo <strong>del</strong> arco, donde describe una<br />
curva de concavidad inferior o cayado de la safena. La<br />
vena safena externa contornea la extremidad inferior <strong>del</strong><br />
borde posterior <strong>del</strong> maléolo externo, alcanza la línea media<br />
y desemboca en la cara posterior de la vena poplítea,<br />
en el cayado de la safena externa.<br />
El nervio safeno externo acompaña a la vena <strong>del</strong> mismo<br />
nombre y cursa por la cara posterior de la pantorrilla.<br />
El nervio ciático poplíteo externo es la rama de bifurcación<br />
externa y se origina en el ángulo superior <strong>del</strong> hueco<br />
poplíteo, dirigiéndose hacia abajo y fuera por debajo de la<br />
aponeurosis. Desciende por detrás de la cabeza <strong>del</strong> peroné<br />
y poco después se divide en sus ramas terminales.<br />
El nervio ciático poplíteo interno es más voluminoso<br />
que el anterior y desciende verticalmente <strong>del</strong> ángulo superior<br />
al ángulo inferior <strong>del</strong> hueco poplíteo.<br />
El nervio tibial posterior, comienza a nivel <strong>del</strong> anillo<br />
<strong>del</strong> sóleo donde sigue la dirección <strong>del</strong> ciático poplíteo interno.<br />
Tiene una dirección oblicua hacia abajo y dentro,<br />
hasta el canal <strong>del</strong> calcáneo, donde se divide en 2 ramas<br />
terminales: plantar interno y externo.<br />
En la garganta <strong>del</strong> pie, como veremos a continuación,<br />
el tibial posterior se introduce por debajo <strong>del</strong> ligamento<br />
anular interno y camina por detrás de los vasos y en la<br />
misma vaina que ellos.<br />
TOBILLO. PIE<br />
TOBILLO<br />
Planos musculotendinosos <strong>del</strong> tobillo<br />
En el tobillo se distinguen dos regiones: una anterior y<br />
otra posterior.<br />
Región anterior. La región anterior <strong>del</strong> tobillo da paso<br />
a los tendones de la pierna, dispuestos en un solo plano,<br />
8 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
que de dentro a fuera son: tendón <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong><br />
extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo y <strong>del</strong> extensor común.<br />
Los tendones y sus vainas fibrosas están separados<br />
<strong>del</strong> plano osteoarticular, por un tejido celuloadiposo, en el<br />
cual se encuentran la arteria tibial anterior, sus 2 venas<br />
satélites y el nervio tibial anterior.<br />
Región posterior. En la región posterior <strong>del</strong> tobillo se<br />
distinguen 2 planos tendinosos:<br />
Primer plano. Comprende el tendón de Aquiles y el<br />
tendón <strong>del</strong> plantar <strong>del</strong>gado o sóleo, en la parte media,<br />
y a los tendones de los peroneos laterales por fuera.<br />
El tendón de Aquiles ocupa la porción media y se inserta<br />
en la mitad inferior de la cara posterior <strong>del</strong> calcáneo,<br />
separado <strong>del</strong> mismo por la bursa serosa<br />
retrocalcánea. El tendón <strong>del</strong> sóleo, adosado al anterior,<br />
se inserta en el calcáneo por dentro <strong>del</strong> tendón de<br />
Aquiles. Los tendones de los peroneos laterales cursan<br />
por la corredera osteofibrosa retromaleolar externa,<br />
rodeados por una vaina serosa común.<br />
Segundo plano. El segundo plano musculotendinoso de<br />
esta región cursa por detrás <strong>del</strong> maléolo interno, y de<br />
dentro a fuera se identifican los tendones <strong>del</strong> tibial posterior,<br />
flexor común de los dedos y flexor largo propio<br />
<strong>del</strong> 1er. dedo. Cada uno de estos tendones están rodeados<br />
por una vaina serosa, que se desliza en una vaina<br />
osteofibrosa formada por el esqueleto, la hoja profunda<br />
<strong>del</strong> ligamento anular interno y sus expansiones.<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> tobillo<br />
El paquete vasculonervioso comprende a la arteria<br />
tibial anterior, al nervio tibial anterior y a la arteria<br />
peronea anterior. En la cara posterior el paquete<br />
vasculonervioso está constituido por la arteria tibial posterior,<br />
sus venas satélites y el nervio tibial posterior. Este<br />
haz vasculonervioso, cubierto por el ligamento anular,<br />
ocupa el intervalo entre el tendón <strong>del</strong> flexor común y <strong>del</strong><br />
flexor propio.<br />
PIE<br />
Planos musculotendinosos<br />
Los músculos <strong>del</strong> pie se dividen en músculos de la cara<br />
dorsal y músculos de la cara plantar, separados por el esqueleto<br />
y las articulaciones <strong>del</strong> pie. Los músculos <strong>del</strong> dorso<br />
<strong>del</strong> pie son principalmente extensores, mientras que los<br />
músculos plantares son esencialmente flexores.<br />
Cara dorsal. El plano muscular de esta región está<br />
formado por 2 músculos: el extensor corto de los dedos y<br />
el extensor corto <strong>del</strong> dedo grueso. El músculo extensor<br />
corto de los dedos, situado en la cara dorsal, se inicia en la<br />
porción anterior <strong>del</strong> calcáneo, se dirige hacia dentro, se<br />
continúa con 4 tendones estrechos y se une en su porción<br />
distal con los tendones <strong>del</strong> músculo extensor largo de los<br />
dedos para insertarse en las falanges proximales de los<br />
dedos II – V. Acción: extiende a estos dedos y los tira<br />
hacia el lado lateral. El músculo extensor corto <strong>del</strong> dedo<br />
gordo se sitúa por dentro <strong>del</strong> anterior. Se inicia en la cara<br />
anterosuperior <strong>del</strong> calcáneo y se inserta por su tendón en<br />
la base de la falange proximal <strong>del</strong> dedo grueso En su porción<br />
distal se fusiona con el tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong><br />
dedo grueso. Acción: extiende el dedo grueso <strong>del</strong> pie.<br />
En la cara dorsal se distingue el plano tendinoso, que<br />
de dentro a fuera, está constituido por:<br />
. Tendón <strong>del</strong> tibial anterior, que termina en la cara interna<br />
de la 1ra. cuña y en la base <strong>del</strong> 1er. metatarsiano.<br />
. Tendón <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo que termina<br />
en la falange distal de ese dedo.<br />
. Tendones <strong>del</strong> extensor corto, que van a los últimos 4<br />
dedos.<br />
. Tendón <strong>del</strong> peroneo anterior, que termina en la cara<br />
dorsal <strong>del</strong> 5to. metatarsiano.<br />
En su trayecto se pueden ver sus vainas serosas, que<br />
rodean a los tendones en la garganta <strong>del</strong> pie y se prolongan<br />
en la región dorsal.<br />
Cara plantar. La cara plantar o planta <strong>del</strong> pie, permite<br />
identificar por debajo <strong>del</strong> TCS a la aponeurosis plantar<br />
superficial, que se continúa por detrás con la aponeurosis<br />
superficial de la garganta <strong>del</strong> pie, y por los lados se adhiere<br />
al 1ro. y 5to. metatarsianos. Ella se divide en 3 porciones:<br />
media, externa e interna.<br />
La aponeurosis plantar media, muy gruesa y resistente,<br />
se ensancha de atrás a <strong>del</strong>ante y termina por 5 cintillas<br />
pretendinosas, que se unen por algunas fibras transversales<br />
y que forman, a nivel de las articulaciones<br />
metatarsofalángicas, un ligamento transversal superficial<br />
y un ligamento plantar interdigital.<br />
La aponeurosis plantar externa es gruesa en su origen, en<br />
el calcáneo y se afina en su terminación a nivel <strong>del</strong> 5to.<br />
metatarsiano, mientras que la aponeurosis plantar interna es<br />
<strong>del</strong>gada por detrás y aumenta su espesor en su parte anterior.<br />
En los dedos la aponeurosis plantar superficial está<br />
reemplazada por una vaina fibrosa que cubre a los tendones<br />
flexores y forma, con la cara anterior de las falanges<br />
unos conductos osteofibrosos.<br />
De la cara profunda de los límites entre estas<br />
aponeurosis parten 2 tabiques fibrosos intermusculares,<br />
uno interno y otro externo, que junto a la aponeurosis<br />
plantar superficial y la aponeurosis profunda que cubre<br />
a los músculos interóseos, forman 3 celdas plantares que<br />
contienen a los músculos de la región.<br />
Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 9
En la celda plantar interna se sitúan:<br />
. El músculo flexor corto <strong>del</strong> 1er. dedo, que termina por<br />
2 haces en los sesamoideos interno y externo. Acción:<br />
es flexor <strong>del</strong> dedo grueso.<br />
. Abductor <strong>del</strong> dedo grueso. Es un músculo superficial.<br />
Se inicia en el retináculo de los músculos flexores, en<br />
la parte medial de la tuberosidad calcánea y en la cara<br />
plantar <strong>del</strong> hueso navicular y se inserta en el<br />
sesamoideo medial <strong>del</strong> dedo grueso y en la base de su<br />
falange proximal. Acción: flexiona y separa el dedo<br />
grueso <strong>del</strong> pie y refuerza la porción medial de la bóveda<br />
<strong>del</strong> pie.<br />
. El aductor o aproximador <strong>del</strong> 1er. dedo, que termina<br />
en el sesamoideo interno <strong>del</strong> dedo grueso. Acción: es<br />
flexor y aproximador <strong>del</strong> dedo grueso y contribuye a<br />
formar el conducto calcáneo.<br />
Existe un conducto osteofibromuscular en la región<br />
retromaleolar interna de la garganta <strong>del</strong> pie y en la región<br />
plantar que contiene a los tendones <strong>del</strong> tibial posterior, <strong>del</strong><br />
flexor común, <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso, los vasos y<br />
nervios tibiales posteriores y las arterias y nervios plantares.<br />
En realidad es un canal óseo transformado en un conducto<br />
por la hoja profunda <strong>del</strong> ligamento anular interno por arriba,<br />
y por el músculo y aponeurosis <strong>del</strong> músculo<br />
aproximador <strong>del</strong> dedo grueso.<br />
En la celda plantar media se pueden diferenciar, de la<br />
superficie a la profundidad, 4 planos:<br />
. Primer plano. Está ocupado por el flexor corto de los<br />
dedos que va desde la tuberosidad interna <strong>del</strong> calcáneo<br />
y de la aponeurosis plantar a los 4 últimos dedos,<br />
donde termina en sus tendones que se alojan en los<br />
canales sinoviales junto con los tendones de los músculos<br />
flexores largo de los dedos. En la región de las<br />
falanges proximales de los II – V dedos, el tendón <strong>del</strong><br />
músculo flexor corto se divide en 2 partes, insertándose<br />
en la base de las falanges medias de los dedos<br />
indicados. Acción: flexiona la 2 da falange de los 4 últimos<br />
dedos sobre la 1ra. falange y éstas sobre el<br />
metatarsiano correspondiente.<br />
. Segundo plano. En este plano, y por encima <strong>del</strong> flexor<br />
corto plantar, cursa el paquete vasculonervioso: arteria<br />
y nervio plantar externo.<br />
. Tercer plano. Contiene al tendón <strong>del</strong> flexor largo de<br />
los dedos, su accesorio, los músculos lumbricales y el<br />
tendón <strong>del</strong> flexor largo propio <strong>del</strong> dedo grueso. El tendón<br />
<strong>del</strong> flexor largo está unido en su trayecto con el<br />
flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso y se divide en 4 tendones<br />
terminales. El tendón accesorio <strong>del</strong> flexor largo o músculo<br />
cuadrado plantar va desde la cara inferior <strong>del</strong><br />
calcáneo al tendón <strong>del</strong> flexor corto de los dedos.<br />
Los músculos lumbricales, situados entre los tendones<br />
<strong>del</strong> flexor común, van a las primeras falanges y al tendón<br />
correspondiente <strong>del</strong> extensor común. Acción: flexiona la<br />
1ra. falange y extiende las otras 2.<br />
Las serosas que rodean los tendones de los flexores en<br />
la garganta <strong>del</strong> pie, se prolongan en la planta hasta la altura<br />
de la articulación cuneoescafoidea.<br />
Celda plantar externa. La celda plantar externa<br />
contiene:<br />
. Músculo abductor <strong>del</strong> 5to. dedo, que termina en la<br />
1ra. falange de este dedo. Acción: separa y flexiona la<br />
falange proximal <strong>del</strong> dedo pequeño.<br />
. Músculo flexor corto <strong>del</strong> 5 to dedo y el oponente <strong>del</strong><br />
5to. dedo, que van al 5to. dedo y al 5to. metatarsiano.<br />
Acción: el primero es flexor de la 1ra. falange y el<br />
2do. tira <strong>del</strong> 5to. metatarsiano hacia dentro.<br />
La celda profunda contiene a los metatarsianos y los<br />
músculos interóseos que ocupan los espacios<br />
intermetatarsianos.<br />
Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> pie<br />
El paquete vasculonervioso profundo de la región dorsal<br />
<strong>del</strong> pie, está constituido por la arteria pedia (continuación<br />
de la arteria tibial anterior), dispuesta en línea recta<br />
desde la región intermaleolar hasta la extremidad posterior<br />
<strong>del</strong> 1er. espacio interóseo, situada primero por fuera<br />
<strong>del</strong> tendón extensor propio y por dentro <strong>del</strong> músculo pedio.<br />
Aparece acompañada de sus 2 venas satélites y de la rama<br />
interna <strong>del</strong> nervio tibial anterior.<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
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9. WILLIAMS,P.L.et.al.: Gray’sanatomy, 37 th ed. Churchill<br />
Livingstone, Edinburgh,1989.<br />
10 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
BREVE REVISIÓN DE LA FÍSICA DE LA ECOGRAFÍA APLICADA<br />
AL ESTUDIO DEL APARATO LOCOMOTOR<br />
El sonido se refleja en las interfases entre estructuras<br />
con diferente impedancia acústica (Partes blandas-hueso).<br />
El ángulo de incidencia <strong>del</strong> haz de US debe ser de 90 grados<br />
con respecto a las estructuras que se evalúan, para<br />
mantener la refracción al mínimo y lograr una reflexión<br />
máxima, especialmente en el estudio de las partes blandas<br />
(PB). El grado de absorción <strong>del</strong> haz de sonido es directamente<br />
proporcional a su frecuencia.<br />
En los últimos años se han introducidos grandes avances<br />
técnicos con el fin de reducir los artefactos y obtener<br />
una mayor información, con el objetivo de garantizar una<br />
alta resolución de contraste (capacidad de diferenciar dos<br />
estructuras hísticas de densidad casi similares), y una alta<br />
resolución espacial (capacidad de diferenciar entre estructuras<br />
tisulares vecinas). Esto se conoce genéricamente<br />
como Ecografía de alta resolución (USAR) y se obtiene<br />
con transductores entre 7.5 y 14 MHz, y que para el estudio<br />
de las partes blandas se prefieren los transductores<br />
lineales.<br />
La exploración ecográfica de los tejidos blandos permite<br />
la realización de los diferentes tipos de cortes incluso<br />
con dirección oblicua o curva. De forma rutinaria se utiliza<br />
la contracción o relajación de las estructuras músculotendinosas<br />
y de los ligamentos, así como las maniobras de<br />
estrés. La compresión de los tejidos por el transductor nos<br />
ofrece una información valiosa sobre la permeabilidad de<br />
las venas, grosor de la sinovial y la exploración de zonas<br />
con aumento de la sensibilidad.<br />
Se han descrito una serie de artefactos en la técnica<br />
Ecográfica, algunos de ellos (artefactos buenos) de gran<br />
utilidad en el estudio de las PB. Entre ellos tenemos:<br />
. Artefacto de sombra. Se corresponde con una ausencia<br />
de señales por detrás de la lesión que se examina.<br />
Puede ser producido por tejido cicatricial, septum<br />
fibrosos normales, calcificaciones o superficies óseas.<br />
. Ausencia <strong>del</strong> artefacto de sombra. Esto es debido<br />
al empleo de un transductor de baja resolución, que<br />
motiva, que cuando las calcificaciones son muy pequeñas<br />
con relación al ancho <strong>del</strong> haz de US, no se<br />
producen las sombras por detrás de las mismas.<br />
. Artefacto de realce por aumento de la transmisión.<br />
La ecogenicidad aumentada de los tejidos localizados<br />
por detrás de estructuras que tienen una baja atenuación<br />
<strong>del</strong> sonido, provoca un realce de las mismas. Esto<br />
ocurre en estructuras normales como los vasos o en<br />
procesos patológicos como los quistes y las inserciones<br />
tendinosas inflamadas.<br />
. Artefacto por anisotropía. Es el artefacto en la<br />
ecogenicidad normal de estructuras como los tendones<br />
y músculos, y se producen cuando se examinan<br />
con ángulos que no son perpendiculares a los mismos.<br />
. Artefacto de sombra retroactiva. Se conoce también<br />
como sombra de ángulo crítico. Es la ausencia de ecos<br />
de retorno en las márgenes laterales de una superficie<br />
muy curva, como sucede en los bordes de un quiste o<br />
de un tendón.<br />
. Artefacto de reverberancia. Se conoce también como<br />
artefacto en cola de cometa y es producido durante el<br />
estudio Ecográfico de objetos metálicos o de cristal.<br />
Se ven bandas ecogénicas repetitivas que aparecen a<br />
intervalos iguales al grosor <strong>del</strong> objeto y que disminuyen<br />
por la distancia <strong>del</strong> mismo. De modo característico<br />
este artefacto cruza los límites tisulares. El aire<br />
también produce artefactos de reverberancia y provoca<br />
una sombra posterior de ecos difusos.<br />
NOTA. A continuación y comprendiendo los capítulos desde<br />
el 3 hasta el 8, se realizará un estudio con la ecografía, <strong>del</strong> aspecto<br />
normal y las principales enfermedades de los músculos, ligamentos,<br />
tendones, nervios periféricos, lesiones articulares, <strong>del</strong> periostio y de la<br />
cortical, aunque volveremos a insistir en sus aspectos principales en<br />
los capítulos dedicados al estudio de las grandes articulaciones.<br />
Breve revisión de la física de la ecografía aplicada al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor 11
BIBLIOGRAFÍA<br />
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Sociedad lnternacional de Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>.<br />
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diagnosis of foreign bodies in the hand. J Hand Surg 1995;<br />
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4. Delia G. et al.: Aplicaciones clínicas de los potenciadores de<br />
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20. Wooden foreign bodies in soft tissue: detection at US.<br />
Radiology 1998; 206:45 – 48.<br />
12 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DEL SISTEMA MUSCULAR<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La ecografía es la técnica imagenológica ideal para el<br />
estudio de las lesiones musculares, sobre todo en las personas<br />
que practican un deporte en que la enfermedad muscular<br />
y tendinosa, esencialmente de origen traumático, es<br />
cada día más frecuente. Además, pueden tener una importante<br />
repercusión funcional, así como presentar complicaciones<br />
que comprometen el porvenir de un deportista o<br />
profesional. La realización técnica <strong>del</strong> examen requiere de<br />
una estrecha relación con el paciente y de un examen clínico<br />
completo, la ecografía es para algunos, su prolongación<br />
técnica.<br />
El músculo esquelético es un músculo estriado,<br />
constituido por fibras alargadas las que se agrupan en<br />
fascículos.<br />
Hay múltiples formaciones que participan en la arquitectura<br />
general <strong>del</strong> músculo:<br />
. El endomisio, que es el espacio conjuntivo, muy vascularizado,<br />
que rodea a las fibras musculares.<br />
. El perimisio, que rodea a cada fascículo.<br />
. El epimisio, que rodea al músculo o aponeurosis de<br />
envoltura.<br />
. Los espacios intermusculares, constituidos por tejido<br />
conjuntivo-adiposo.<br />
La vascularización muscular es muy rica, en respuesta<br />
a la importancia de sus requerimientos energéticos.<br />
Los músculos presentan aspectos anatómicos bien diferentes<br />
y su fuerza es proporcional a la sección fisiológica<br />
<strong>del</strong> músculo correspondiente. Pueden ser monoarticulares,<br />
biarticulares o pluriarticulares. Algunos grupos<br />
musculares pueden trabajar de modo sinérgicos o ser antagonistas.<br />
Para su funcionamiento, es importante que los músculos<br />
tengan cierto grado de tensión en reposo, es lo que se<br />
llama tono muscular.<br />
Existen 2 tipos de contracciones musculares: la contracción<br />
isotónica o con acortamiento y la contracción<br />
isométrica o sin acortamiento.<br />
VENTAJAS. DESVENTAJAS. INDICACIONES<br />
DE LA ECOGRAFÍA MUSCULAR<br />
VENTAJAS DE LA ECOGRAFÍA SOBRE LA IRM EN<br />
LAS AFECCIONES MUSCULARES:<br />
·Bajo costo.<br />
· Posibilidad de su desplazamiento a la cama <strong>del</strong> enfermo.<br />
·Existencia de un mayor número de equipos.<br />
·Permite realizar estudios comparativos con el lado sano.<br />
·Sirve de guía para una biopsia.<br />
·Se pueden estudiar los tejidos blandos vecinos a las<br />
prótesis metálicas.<br />
·La resolución de la ecografía es de 200 a 450 um y los<br />
cortes pueden llegar a ser menores de 1 mm.<br />
DESVENTAJAS DE LA ECOGRAFÍA EN RELACIÓN<br />
CON LA IRM<br />
·Depende de la habilidad <strong>del</strong> operador.<br />
·Tiene limitaciones en la evaluación global de los tejidos<br />
<strong>del</strong> SOMA, especialmente de los huesos.<br />
INDICACIONES.<br />
Son múltiples las indicaciones de la ecografía en las lesiones<br />
musculares y entre ellas caben citar, su valor en las:<br />
·Lesiones traumáticas, calambres, rupturas, evolución,complicaciones.<br />
·Lesiones inflamatorias. Miositis viral o bacteriana.<br />
·Lesiones musculares periféricas. Lesiones de la fascia,<br />
aponeurosis e inserción musculotendinosa.<br />
Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 13
·Síndrome compartimental. Agudo y crónico.<br />
·Rabdomiólisis.<br />
·Tumores musculoesqueléticos.<br />
·Enfermedad neuromuscular.<br />
·Como guía para las punciones aspirativas o<br />
medicamentosas<br />
TÉCNICA DEL EXAMEN<br />
Es preferible utilizar transductores lineales de alta resolución<br />
(7,5-14 MHz.), realizando cortes longitudinales<br />
(CL), transversales (CT) y oblicuos (CO), siempre comparando<br />
con el lado opuesto sano y realizando, de modo<br />
simultáneo, una palpación ultrasonográfica con el<br />
transductor.<br />
Los músculos deben estudiarse en reposo y luego de<br />
una contracción isométrica, a veces con maniobras de<br />
flexión y extensión, pasivas y activas.<br />
Cuando se quiere valorar el grado de vascularización<br />
es aconsejable el empleo <strong>del</strong> DC, que también debe realizarse<br />
en reposo y luego <strong>del</strong> ejercicio.<br />
En las lesiones no palpables es aconsejable utilizar la<br />
ecografía para marcar en la piel el sitio de la lesión previa<br />
a la biopsia aspirativa o al acto quirúrgico. La punción<br />
aspirativa puede realizarse en tiempo real.<br />
ASPECTO ECOGRÁFICO NORMAL<br />
Como ya hemos señalado los músculos esqueléticos<br />
están constituidos por fibras musculares agrupadas en fascículos,<br />
separados entre sí por septum de tejido<br />
fibroadiposo (perimisium). El músculo a su vez, está rodeado<br />
por el epimisium. La suplencia vascular es rica con<br />
fluctuaciones importantes en el flujo que pueden variar<br />
con el nivel de ejercicio.<br />
El patrón ecográfico es similar en todos los músculos<br />
esqueléticos: en cortes longitudinales el perimisium aparece<br />
como una estría ecogénica, oblicua y paralela que<br />
contrasta con el fondo muscular (hipoecoico); en corte<br />
transversal el perimisium aparece como pequeños ecos en<br />
mancha y líneas cortas distribuidas a lo largo <strong>del</strong> fondo<br />
muscular hipoecoico. En ocasiones y en cortes transversales<br />
se pueden ver gruesos septum intramusculares<br />
ecogénicos, lo que produce un patrón reticulado. La fascia<br />
intermuscular es muy ecogénica.<br />
Durante la contracción muscular el músculo cambia<br />
en su forma y en la orientación de las estrías ecogénicas,<br />
bien visibles en cortes longitudinales.<br />
El DC puede mostrar los vasos intramusculares, de<br />
pequeño tamaño.<br />
PATOLOGÍA MUSCULAR<br />
Lesiones musculares traumáticas<br />
La afección traumática es la enfermedad muscular más<br />
frecuente y predomina en las extremidades. Los accidentes<br />
relacionados con el deporte en el curso de un esfuerzo<br />
muscular y los accidentes de la vía pública, constituyen la<br />
enfermedad muscular traumática más frecuente. Es importante<br />
utilizar los métodos imagenológicos siempre en<br />
colaboración con los ortopédicos, reumatólogos y médicos<br />
de Medicina Deportiva, que aportan datos de gran<br />
importancia a la hora de interpretar las imágenes.<br />
El papel de la ecografía en la evaluación de los traumas<br />
musculares ha sido motivo de múltiples trabajos. Sus<br />
principales indicaciones son:<br />
. Valorar la extensión de una lesión y medir la distancia<br />
de separación de los bordes de la herida muscular, de<br />
valor pronóstico en el grado de cicatrización y como<br />
guía para la evacuación de los hematomas, cuando<br />
están presentes.<br />
. Determinar el estado de la curación, de valor pronóstico<br />
para reiniciar las actividades físicas o deportivas.<br />
. Valorar la magnitud de la cicatrización o de fibrosis,<br />
de valor pronóstico sobre la pérdida de la capacidad<br />
muscular y presencia de lesiones residuales (quistes,<br />
miositis osificante, etc.).<br />
MECANISMO DEL TRAUMA<br />
Los traumas musculares pueden ser clasificados en:<br />
externos o directos, que pueden provocar desde una contusión<br />
hasta una ruptura, y en internos o indirectos que<br />
pueden ir desde un calambre hasta una ruptura. También<br />
es importante el diferenciar las lesiones agudas, las manifestaciones<br />
evolutivas y sus complicaciones.<br />
Trauma directo o externo<br />
El trauma directo de un músculo puede ser provocado<br />
por cualquier objeto romo. Durante algunos deportes el<br />
trauma es producto <strong>del</strong> choque entre 2 jugadores o entre el<br />
jugador y un objeto estacionario. En el trauma directo el<br />
músculo interesado es comprimido contra el hueso vecino<br />
y la lesión puede variar desde una contusión hasta un hematoma<br />
intramuscular de rápida evolución. Cuando el<br />
músculo está en tensión en el momento <strong>del</strong> trauma una<br />
contusión puede llevar a una ruptura muscular.<br />
Cuando se produce una isquemia de las fibras musculares<br />
por un trauma directo extenso o una compresión prolongada<br />
puede ocurrir una rabdomiólisis en que se produ-<br />
14 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ce una pérdida de la integridad de la membrana celular<br />
con salida de su contenido en el espacio extracelular.<br />
Trauma indirecto o interno<br />
El trauma muscular indirecto o interno es frecuente en<br />
las actividades atléticas, sobre todo cuando se exceden sus<br />
límites fisiológicos, así como en los no atletas cuando realizan<br />
un estrés de intensidad normal sobre un músculo debilitado<br />
o sin entrenamiento previo.<br />
En el trauma indirecto el músculo es estresado más<br />
allá de sus límites a través de un estiramiento pasivo excesivo<br />
o más a menudo por un aumento brusco de la presión<br />
durante la contracción. Este último fenómeno puede resultar<br />
de un bloqueo brusco en un movimiento normal o a la<br />
hora de realizar un movimiento en una posición inadecuada.<br />
Los músculos más afectados son el cuadríceps y los<br />
músculos de la corva en los jugadores de fútbol, mientras<br />
que el gemelo interno se lesiona más frecuentemente en los<br />
saltadores de altura, saltos largos, volley ball, baloncesto<br />
y jugadores de tenis.<br />
HALLAZGOS ECOGRÁFICOS EN EL TRAUMA<br />
En el trauma muscular el ecografista debe tratar de<br />
contestar las siguientes preguntas:<br />
. ¿Existe una lesión?<br />
. ¿En que músculo o compartimiento está localizada?.<br />
. ¿Está roto el músculo? ¿Cuál es la extensión de la<br />
ruptura y que tamaño tiene el hematoma?.<br />
. ¿Cómo se modifican las lesiones con el tiempo?.<br />
Veamos el aspecto ecográfico que nos ofrecen los diferentes<br />
tipos de trauma muscular:<br />
Lesiones agudas<br />
Calambres. Casi siempre es el resultado de un estiramiento<br />
o sobreuso muscular. En estos casos el examen<br />
ecográfico es negativo ya que no hay lesión<br />
macroscópicamente detectable. El calambre desaparece de<br />
modo espontáneo.<br />
Elongación. En la elongación hay un estiramiento muscular<br />
con microrrupturas de fibrillas y una pequeña hemorragia<br />
localizada, asociado a edema local. En la ecografía,<br />
sobre todo comparativa, se puede despertar el dolor durante<br />
el examen, existe aumento moderado <strong>del</strong> volumen<br />
muscular, y es difícil de identificar la arquitectura normal.<br />
Contusiones. Hematomas. Las contusiones pueden<br />
ser mínimas, interesando a pocas fibras musculares con<br />
poca hemorragia e infiltración de sangre entre las fibras.<br />
El aspecto <strong>del</strong> hematoma muscular varía con el tipo y edad<br />
<strong>del</strong> mismo. Al inicio la efusión hemorrágica se muestra<br />
como un área difusa y mal definida, hiperecoica. Otras<br />
veces un hematoma reciente, sólo produce un engrosamiento<br />
muscular mal definido, con aumento de la ecogenicidad,<br />
en cuyo caso se aconseja un estudio evolutivo. Más a<strong>del</strong>ante,<br />
el hematoma se define mejor por disminución de la<br />
ecogenicidad, que puede llegar a ser marcadamente<br />
hipoecoico y simular una colección llena de líquido y cuya<br />
aspiración es negativa. Posteriormente el hematoma se hace<br />
líquido y tiende a la reabsorción, pueden observarse bandas<br />
de fibrina ecogénicas o septum en su interior.<br />
Rupturas. En estos casos hay discontinuidad de las fibras<br />
musculares (signo directo) y presencia de un hematoma<br />
(signo indirecto), con pérdida total de la función. Cuando<br />
la ruptura es completa se ven los fragmentos musculares<br />
ecogénicos retraídos, rodeados por un hematoma hipoecoico<br />
que produce el signo <strong>del</strong> badajo de campana. En los casos<br />
de hematomas pequeños u organizados, se aconseja realizar<br />
el estudio en contracción muscular para demostrar el defecto<br />
entre los fragmentos musculares rotos.<br />
En los traumas musculares por aplastamiento las fibras<br />
musculares se comprimen contra el hueso, con destrucción<br />
de gran número de fibras y formación de<br />
hematomas. En estos casos pueden afectarse también las<br />
fascias que separan a algunos músculos. Estas lesiones<br />
muestran una cavidad de bordes irregulares con contenido<br />
ecogénico. Cerca <strong>del</strong> 20 % de estos traumas severos provocan<br />
una miositis osificante.<br />
De un modo esquemático se han diferenciado 3 fases<br />
en la rotura muscular completa, casi siempre provocado<br />
por un trauma directo.<br />
. Fase aguda. Cavidad irregular con bordes difusos,<br />
con un hematoma ecogénico.<br />
. Fase intermedia (24 -72 horas). Colección anecoica.<br />
. Fase tardía o de curación. El tejido cicatrizal que<br />
rellena la cavidad, aparece hiperecoico. Pueden<br />
visualizarse calcificaciones (miositis osificante).<br />
La ruptura parcial también obedece a un mecanismo<br />
de elongación y se manifiesta por una colección hipoecoica<br />
en el músculo, con pérdida de continuidad de las fibras.<br />
En las rupturas parciales se afecta un número limitado de<br />
fascículos.<br />
En la ecografía se puede ver una discontinuidad <strong>del</strong><br />
perimisium ecogénico. El área de rotura muestra unos bordes<br />
dentellados, rodeado, a veces, de un halo hiperecoico.<br />
Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 15
Cuando el hematoma asociado es muy hipoecoico se pueden<br />
detectar hasta las rupturas muy pequeñas. En estos<br />
casos es aconsejable realizar el examen durante una contracción<br />
muscular que puede aumentar el tamaño y el contraste<br />
<strong>del</strong> área focal de la ruptura, realizando siempre cortes<br />
sagital y coronal. La extensión de la ruptura y el volumen<br />
<strong>del</strong> hematoma tienen importancia pronóstica y terapéutica.<br />
Muchas veces es difícil de determinar la extensión<br />
de la ruptura parcial en la fase aguda o cuando hay<br />
un gran hematoma.<br />
Algunos autores han independizado las rupturas musculares<br />
indirectas y las han clasificado en 3 grupos:<br />
Grado I: se interesa menos <strong>del</strong> 5 % de la masa muscular.<br />
En la ecografía se ven cavidades con líquido<br />
serosanguinolento de aspecto hipoecoico en el vientre<br />
muscular, que desaparece a las 2 semanas de reposo.<br />
Grado II: se interesa más <strong>del</strong> 5 % de la masa muscular<br />
sin separación marcada <strong>del</strong> músculo. En la ecografía<br />
se ve un área hipoecoica intramuscular, con interrupción<br />
de los septum fibroadiposos y fragmentos musculares<br />
libres en la cavidad.<br />
Grado III: se interesa toda la masa muscular con separación<br />
<strong>del</strong> tejido. En la ecografía hay una cavidad llena<br />
de sangre (hematoma). Los segmentos musculares<br />
retraídos y arrollados, pueden simular un tumor.<br />
Evolución ecográfica de las lesiones musculares<br />
traumáticas<br />
La ecografía es ideal para el seguimiento de las rupturas<br />
musculares, sobre todo pequeñas, en que deben extremarse<br />
las condiciones técnicas. En los casos favorables,<br />
la ecotextura <strong>del</strong> músculo regresa a la normalidad a las<br />
pocas semanas, lo que va a permitir el reintegro <strong>del</strong> paciente<br />
a la vida normal.<br />
En las lesiones musculares, bien sean intrínsecas o extrínsecas,<br />
ocurren 3 procesos evolutivos: un proceso inflamatorio,<br />
un proceso de reabsorción y un proceso de reparación<br />
muscular. La reparación muscular implica 3 procesos<br />
equilibrados: regeneración de fibras musculares, producción<br />
de tejido conectivo y brote de vasos capilares.<br />
La ruptura <strong>del</strong> equilibrio de estos procesos favorece la<br />
producción excesiva de tejido conectivo y fibrosis.<br />
La ecografía es útil para evaluar la evolución de una<br />
ruptura muscular cuya curación, por lo general, ocurre<br />
entre las semanas 3 y 16, pero cuya duración depende de<br />
la extensión y localización de la lesión y que debe realizarse<br />
con maniobras de contracción y relajación. Durante el<br />
período de curación el músculo roto se llena gradualmente<br />
de tejido de granulación que aparece como una estructura<br />
ecogénica finamente nodular en la periferia de la lesión, la<br />
cual se engruesa progresivamente y reemplaza la cavidad<br />
<strong>del</strong> hematoma. Al final la cicatriz puede verse como una<br />
banda hiperecoica, a veces con sombra acústica.<br />
Complicaciones de las rupturas musculares<br />
Las rupturas musculares, como ya hemos señalado,<br />
pueden complicarse por fibrosis, calcificación, miositis<br />
osificante o formaciónes quísticas. También puede verse<br />
retracción de la fascia y septum, expresión de la pérdida<br />
de volumen muscular.<br />
Las complicaciones de las rupturas musculares se han<br />
dividido en 4 órdenes.<br />
Primer orden<br />
. Recidivas por movilización precoz con fibrosis tardía.<br />
. Retardo en la reparación, y como secuela tardía, una<br />
fibrosis.<br />
Segundo orden<br />
. Fibrosis perineural y perimuscular.<br />
. Hematomas enquistados.<br />
Tercer orden<br />
. Miositis osificante.<br />
. Hernia muscular.<br />
Cuarto orden<br />
. Infección.<br />
. Dolor fantasma o dolor muscular tardío.<br />
. Tendinitis refleja.<br />
Cicatrices fibrosas<br />
Las rupturas pequeñas curan, por lo general, sin secuelas.<br />
En los casos de rupturas recurrentes o no bien tratadas<br />
se forma un tejido de granulación que impide la regeneración<br />
de las fibras musculares con formación de una<br />
cicatriz fibrosa permanente. En la ecografía se ve un área<br />
ecogénica, focal y estrellada, por lo general adherida al<br />
epimisium, que no cambia su forma durante la contracción<br />
muscular y que predispone a una nueva ruptura de<br />
muy difícil diagnóstico. En el caso de una ruptura completa<br />
crónica, se puede producir una cicatriz gruesa entre los<br />
2 segmentos musculares rotos y separados, lo que provoca<br />
la formación de un músculo digástrico. Otras veces el<br />
área de fibrosis puede atrapar a un nervio vecino.<br />
16 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Hematomas quísticos<br />
Es la evolución de un hematoma hacia una colección<br />
líquida, lo que interfiere a la curación y predispone a una<br />
nueva ruptura. El hematoma enquistado aparece como un<br />
área hipoecoica con una pared gruesa y bordes nítidos.<br />
Miositis osificante<br />
Se trata de la formación de tejido óseo heterotópico no<br />
tumoral, dentro o vecino a un músculo y en relación con el<br />
hueso. Puede ser debida a un trauma marcado o a pequeños<br />
traumas repetidos y cuya localización se relaciona, a<br />
veces, con la actividad deportiva. El <strong>del</strong>toides, en los deportes<br />
con rifle de caza, el músculo braquial en la esgrima,<br />
los músculos aductores en los que montan a caballo o<br />
el músculo sóleo en el ballet, son los más frecuentemente<br />
afectados. La mayoría de las miositis osificantes<br />
traumáticas se relacionan con el músculo cuadríceps. También<br />
puede ser secuela de enfermedades, tales como quemaduras,<br />
trastornos neurológicos o ser idiopáticas.<br />
El aspecto de la lesión varía con el tiempo. En el período<br />
inicial la ecografía puede mostrar sábanas de material<br />
ecogénico producto de calcificaciones laminares. A medida<br />
que las calcificaciones se hacen más groseras se muestran<br />
como focos hiperecoicos grandes y con sombra acústica,<br />
paralelos a la diáfisis vecina, lo que lo diferencia <strong>del</strong> patrón<br />
de calcificación en anillo fino que ocurre en la forma no<br />
traumática. Su madurez se alcanza entre 3 y 5 meses. El<br />
diagnóstico diferencial con un sarcoma parostal es muy difícil<br />
cuando no hay antecedentes de un trauma evidente.<br />
Hernia muscular. Eventración<br />
Se trata de la herniación de un músculo a través de<br />
una aponeurosis o fascia rota o debilitada. Otras veces<br />
ocurren en áreas debilitadas de la pared abdominal, sobre<br />
todo en la región umbilical e inguinal. Las eventraciones<br />
casi siempre ocurren al nivel de una cicatriz posoperatoria.<br />
El examen ecográfico con contracción <strong>del</strong> músculo interesado<br />
demuestra la herniación muscular a través de la<br />
fascia o aponeurosis que explica la tumoración palpable,<br />
es más frecuente en el recto anterior, músculos de la corva<br />
y tibial anterior. Al inicio, la porción muscular herniada<br />
tiene la misma ecogenicidad que el músculo, que se aumenta<br />
con la contracción muscular. Posteriormente toma<br />
un aspecto hipoecoico, por agrupamiento de los septum<br />
fibroadiposos. En la fase crónica el aspecto <strong>del</strong> músculo<br />
herniado es hipoecoico, por edema y necrosis.<br />
En las eventraciones y en las hernias a través de orificios,<br />
la ecografía puede mostrar una masa mixta y en la<br />
cual se pueden identificar las asas intestinales. Se logra la<br />
reducción de la hernia con el transductor.<br />
Dolor muscular de origen tardío<br />
Se trata de un dolor muscular, posterior a un ejercicio<br />
intenso y en el cual el edema es el factor determinante.<br />
En estos casos se produce un aumento de la<br />
ecogenicidad muscular que borra la estructura normal<br />
<strong>del</strong> músculo.<br />
Síndrome compartimental. Se ha dividido en 2 grandes<br />
grupos:<br />
Síndrome compartimental agudo.<br />
En la fase aguda hay aumento de los diámetros <strong>del</strong><br />
compartimiento con desplazamiento y a<strong>del</strong>gazamiento de<br />
las fascias vecinas. En la ecografía hay aumento de la<br />
ecogenicidad muscular manteniéndose los septum<br />
hiperecoicos. En la fase crónica hay áreas hipoecoicas<br />
(quistes) con material ecogénico en su interior. Al final<br />
hay fibrosis extensa y osificación, bien identificables en la<br />
ecografía.<br />
Síndrome compartimental crónico: obedece a 2 mecanismos:<br />
. No hay aumento de volumen y sí engrosamiento y rigidez<br />
de las membranas interóseas, a veces con hernia<br />
muscular a través de la fascia vecina. Constituye una<br />
tercera parte de los casos.<br />
. Hay una expansión normal <strong>del</strong> compartimiento, con<br />
demora en la recuperación fisiológica (6 veces por<br />
encima de lo normal). Constituye las dos terceras partes<br />
de los casos.<br />
En conclusión, en la forma aguda <strong>del</strong> síndrome<br />
compartimental, la ecografía muestra un aumento difuso<br />
de la ecogenicidad mientras que los haces musculares<br />
periféricos permanecen hipoecoicos. Se aumenta el volumen<br />
<strong>del</strong> compartimiento y se abomban las fascias y membranas<br />
interóseas. Tardíamente ocurre una rabdomiólisis<br />
con un patrón heterogéneo. La necrosis muscular produce<br />
fibrosis y osificación y en los casos avanzados la evolución<br />
es irreversible. Otras veces la evolución es favorable<br />
con recuperación de la normalidad.<br />
Miositis. Piomiositis<br />
El diagnóstico de una infección musculotendinosa no<br />
siempre es evidente, ya que la presencia de una extremidad<br />
inflamada puede deberse, entre otras causas a: una<br />
celulitis, ruptura de un quiste sinovial, ruptura de un tendón,<br />
tromboflebitis, artritis, infarto muscular, etc.<br />
Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 17
La ecografía es la técnica ideal en estos casos debido a:<br />
. Bajo costo y uso amplio.<br />
. Puede realizarse de urgencia y en la cama <strong>del</strong> paciente.<br />
. Puede repetirse evolutivamente.<br />
. Es muy sensible para detectar la presencia de una colección<br />
líquida y facilita la punción aspirativa.<br />
La piomiositis se trata de un absceso primario<br />
intramuscular que predomina en los países tropicales, en<br />
pacientes inmunosuprimidos y en los drogadictos. El agente<br />
causal más frecuente es el estafilococo áureo (90 %).<br />
El aspecto en la ecografía varía con el estadio de la<br />
enfermedad: en el primer estadio, en fase de flemón, se ve<br />
un área hipoecoica, mal definida intramuscular, provocado<br />
por edema y que es inespecífico; más tardíamente se ve<br />
una colección intramuscular o absceso.<br />
Lesiones perimusculares. Síndrome por<br />
sobreuso de la canilla. Ruptura de las fascias<br />
Ya hemos hablado de algunas de estas lesiones en las<br />
rupturas musculares parciales en que se pueden interesar<br />
las uniones musculotendinosas y las fascias.<br />
Existen algunas lesiones fasciales que presentan características<br />
propias, como son:<br />
. Síndrome por «sobreuso de la canilla». Hay engrosamiento<br />
de la fascia medial de la tibia y <strong>del</strong> sitio de inserción<br />
<strong>del</strong> compartimiento muscular en el periostio, a lo<br />
largo de los bordes posteromedial y lateral de la tibia.<br />
. Síndrome de fricción de la banda iliotibial o rodilla <strong>del</strong><br />
corredor. La fascia disminuye su ecogenicidad por edema,<br />
confundiéndose con una bursa llena de líquido<br />
(sólo aparece después <strong>del</strong> ejercicio).<br />
. Ruptura de la fascia plantar. Predomina en 1/3 medio<br />
o posterior de la fascia, apreciándose un engrosamiento<br />
hipoecoico fusiforme, a veces con interrupción de la<br />
fascia. Hay que diferenciarla de la bursitis subcutánea<br />
<strong>del</strong> calcáneo.<br />
Rabdomiólisis<br />
Puede deberse a traumas, compresiones musculares<br />
prolongadas, quemaduras, etc, o ser espontánea. Entre sus<br />
causas se incluyen la glicogénesis, la enfermedad de Mac<br />
Ardle, las de causas metabólicas, medicamentosas o<br />
idiopáticas. En los deportes pueden ocurrir después de un<br />
ejercicio muscular prolongado.<br />
En la fase aguda la ecografía muestra que el tejido<br />
muscular normal es reemplazado por un área no homogénea<br />
de ecogenicidad mixta que posteriormente se hace<br />
hipoecoica y se transforma en una colección llena de líquido.<br />
En los casos favorables la restitución de la arquitectura<br />
muscular se obtiene a las 4 semanas.<br />
ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES.<br />
APLICACIONES DE LA ECOGRAFÍA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Bajo este término incluimos las miopatías y las<br />
miastenias.<br />
Las miopatías se tratan de distrofias musculares progresivas<br />
e irreversibles. La más frecuente es la miopatía<br />
de Duchenne o miopatía seudohipertrófica.<br />
Las otras miopatías son más raras. Por su parte la<br />
miastenia se asocia con frecuencia a otras afecciones<br />
autoinmunes y el diagnóstico sólo se hace con la biopsia<br />
neuromuscular.<br />
La ecografía se ha utilizado para evaluar las afecciones<br />
neuromusculares en el niño y en el adulto. La técnica<br />
<strong>del</strong> examen debe ser estandarizada y se aconseja tener preparado<br />
patrones por grupos etáreos entre 1 y 12 meses,<br />
entre 12 meses y 5 años y de 5 años en a<strong>del</strong>ante. El paciente<br />
debe ser examinado en posición supina y siempre realizando<br />
estudios comparativos. Deben definirse los hallazgos<br />
anatómicos, identificarse la enfermedad y realizar<br />
medidas <strong>del</strong> grosor muscular y de la grasa.<br />
Existen 5 características principales que deben ser evaluadas<br />
durante esta técnica, así como el grosor de la masa<br />
muscular y de la grasa (tabla 1).<br />
En los individuos normales los planos fasciales y las<br />
interfases óseas aparecen hiperecoicas y los huesos producen<br />
sombras acústicas, mientras que el parénquima<br />
muscular normal muestra ecogenicidad de bajo o mediano<br />
nivel.<br />
MIOPATÍAS<br />
En las enfermedades de esta naturaleza casi todos los<br />
músculos esqueléticos están interesados, por lo que puede<br />
seleccionarse la porción media <strong>del</strong> brazo o el muslo, salvo<br />
en las miopatías inflamatorias en que debe estudiarse el<br />
músculo afectado.<br />
La característica ecográfica principal de las miopatías<br />
es un aumento de la ecogenicidad muscular y una disminución<br />
en la diferenciación de los planos miofasciales, de<br />
las interfases con los bordes óseos y de las sombras que<br />
producen los huesos.<br />
18 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Tabla 1<br />
Variables ecográficas.<br />
Ecogenicidad.<br />
Intensidad.<br />
Distribución.<br />
Término descriptivo.<br />
Isoecoica, hiperecoica o hipoecoica.<br />
Homogénea o heterogénea.<br />
Visualización de interfases con el hueso.<br />
Visualización de la sombra <strong>del</strong> hueso.<br />
Visualización de las interfases fasciales.<br />
Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />
Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />
Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />
DISTROFIA MUSCULAR PROGRESIVA<br />
Bajo este término se incluyen varias entidades en<br />
las cuales la ecografía refleja el estadio de la enfermedad:<br />
a mayor lesión muscular, mayor alteración en la<br />
ecografía. Al inicio el músculo se afecta ligeramente y<br />
se ve un aumento de la ecogenicidad muscular, con pocas<br />
alteraciones anatómicas. A medida que avanza la<br />
enfermedad aumenta la ecogenicidad de los músculos<br />
recordando el aspecto de una tormenta de nieve, y que<br />
puede ocultar, en los casos muy graves, la ecoestructura<br />
normal <strong>del</strong> músculo.<br />
DISTROFIA MIOTÓNICA<br />
El aspecto en la ecografía es muy variable: puede ser<br />
normal o existir un aumento de la ecogenicidad.<br />
DISTROFIA MUSCULAR CONGÉNITA<br />
Los pacientes con esta afección muestran aumento de<br />
la ecogenicidad en el músculo cuadríceps, que puede ser<br />
generalizada o afectar selectivamente al vasto intermedio.<br />
MIOPATÍAS INFLAMATORIAS<br />
En la polimiositis y en la dermatomiositis se interesa el<br />
músculo en forma de parches, el cual muestra aumento de<br />
la ecogenicidad, asociado a una pobre definición de los límites<br />
entre los bordes óseos y los planos miofasciales. Este<br />
patrón varía con la progresión o mejoría de la enfermedad y<br />
evolutivamente se interesan nuevos músculos. En el período<br />
final la ecogenicidad puede interesar a todos los músculos<br />
y en los casos de recuperación clínica el músculo no<br />
regresa a la normalidad. A veces resulta difícil diferenciar<br />
con la ecografía estas 2 últimas entidades (tabla 2).<br />
CARACTERÍSTICAS EN LA ECOGRAFÍA<br />
DE LA DISTROFIA MUSCULAR<br />
PROGRESIVA Y DE LAS MIOPATÍAS<br />
INFLAMATORIAS<br />
NEUROPATÍAS<br />
En las neuropatías, se requiere conocer el músculo<br />
inervado para poder realizar un estudio ecográfico. Los<br />
Tabla 2<br />
US DMP MI<br />
Ecogenicidad Aumentada Aumentada<br />
Ecotextura Homogénea Homogénea<br />
Interfases óseas Disminuida Preservada<br />
Sombras <strong>del</strong> hueso Disminuida Mayoría preservada<br />
Músculos afectados Todos Algunos<br />
Grosor <strong>del</strong> músculo Aumentado o sin modificar Disminuido o sin modificar<br />
Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 19
signos de denervación se manifiestan en forma de áreas<br />
hipoecogénicas en el músculo que alternan con áreas de<br />
ecogenicidad normal.<br />
NEUROPATÍA HEREDITARIA SENSOROMOTORA<br />
La ecografía de la musculatura periférica de esta afección<br />
muestra un aumento de la ecogenicidad de los músculos<br />
y pérdida de la masa muscular por atrofia, predominando<br />
en la porción proximal de los miembros superiores.<br />
ATROFIA MUSCULAR ESPINAL<br />
El patrón predominante es un aumento heterogéneo de<br />
la ecogenicidad muscular. Se asocia con disminución de la<br />
ecogenicidad de las interfases con los bordes óseos e<br />
interfases miofasciales. La lesión, por lo general es difusa,<br />
lo que la diferencia de la anterior.<br />
En ocasiones resulta difícil el diferenciar, con la<br />
ecografía, una miopatía de una neuropatía (tabla 3).<br />
Diferenciación con US entre miopatía y neuropatía<br />
Tabla 3<br />
US MIOPATÍA NEUROPATÍA<br />
Ecogenicidad Aumentada Aumentada<br />
Ecotextura Homogénea Heterogénea<br />
Sitio de lesión Todo el músculo Parte <strong>del</strong> músculo<br />
Visualización de las interfases óseas Muy disminuida Disminuida<br />
Sombras <strong>del</strong> hueso Disminuida Relativamente conservada<br />
Músculo afectado Proximales o todos Distal o focal<br />
Engrosamiento muscular Aumentado o normal Disminuido<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
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22 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DE LOS TENDONES<br />
INTRODUCCIÓN<br />
El tendón es un órgano de transmisión, regulador de la<br />
motilidad y cuyas propiedades de resistencia, extensibilidad,<br />
movilidad y sensibilidad son bien conocidas.<br />
Las alteraciones de los tendones constituyen una de las<br />
mejores aplicaciones de la ecografía, debido a su alta sensibilidad<br />
para detectar sus lesiones, su bajo costo y la capacidad<br />
de identificar diferentes condiciones patológicas.<br />
Los tendones forman parte integral de la unidad<br />
musculotendinosa y transmiten al hueso las tensiones generadas<br />
en los músculos.<br />
El tendón es una estructura compleja formada por<br />
fibrillas colágenas embebidas en una matriz de<br />
proteoglicanos, con pocas células (fibroblastos) que están<br />
distribuidas en filas paralelas entre los haces <strong>del</strong> colágeno.<br />
El principal componente <strong>del</strong> tendón es el colágeno tipo I<br />
(85 %) y a él se debe su aspecto en la ecografía.<br />
Los fascículos, dentro <strong>del</strong> tendón, se mantienen unidos<br />
por un tejido conectivo laxo (endotendón) que permite<br />
el movimiento longitudinal de los fascículos y soporta los<br />
vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Están rodeados por<br />
una vaina que actúa como polea.<br />
Los tendones que se mueven en línea recta no tienen<br />
vainas y están rodeados por un tejido conjuntivo laxo<br />
(paratendón).<br />
El estudio de los tendones obliga al análisis de sus<br />
anexos, que intervienen en la movilidad de los mismos y<br />
en su capacidad de desplazamiento. Ellos comprenden:<br />
. El paratendón, constituido de tejido conectivo laxo y<br />
cuya función es amortiguar sus movimientos.<br />
. Las vainas fibrosas y las sinoviales.<br />
. Las bursas serosas, que juegan un papel de protección<br />
y que facilitan su desplazamiento con el hueso.<br />
. La unión osteotendinosa, conocida como entesis y que<br />
comprende 4 zonas de cambios progresivos entre estas<br />
2 estructuras.<br />
La vascularización <strong>del</strong> tendón, se hace por el<br />
mesotendón, con participación de los vasos musculares y<br />
periósticos, sobre todo en las uniones músculo-tendinosas<br />
y ósteo-tendinosas. La inervación se hace a través de los<br />
elementos neurotendinosos de los órganos de Golgi que<br />
son estructuras sensibles al estiramiento y que intervienen<br />
en el control <strong>del</strong> tono y en la contracción muscular.<br />
TÉCNICA<br />
Se requieren de transductores lineales de muy alta resolución<br />
con el haz dirigido en sentido perpendicular al<br />
tendón. Todo examen debe ir precedido de un interrogatorio<br />
en que se investigue el modo de aparición de la lesión,<br />
el deporte practicado, el movimiento responsable de la lesión,<br />
etc. Se deben realizar cortes transversales y<br />
longitudinales, comparando con el lado opuesto, así como<br />
estudiarlos dinámicamente. El DC tiene gran valor, sobre<br />
todo en los procesos inflamatorios y tumorales.<br />
ECOGRAFÍA NORMAL<br />
En la ecografía el tendón muestra una arquitectura interna<br />
de ecos finos y paralelos, fuertemente empaquetados,<br />
con un patrón fibrilar. Estos ecos se tratan de reflexiones<br />
especulares al haz de US y se definen mejor con los<br />
transductores de muy alta frecuencia. Esto explica la marcada<br />
anisotropía de los tendones y la necesidad de realizar<br />
un estudio cuidadoso de los mismos. El epitendón se ve<br />
como una línea reflectiva que rodea al tendón.<br />
Los tendones que derivan de un solo músculo tienen<br />
un patrón fibrilar uniforme. No sucede lo mismo con los<br />
que se originan por la unión de varios músculos, como lo<br />
es el tendón de Aquiles (TA), en que la convergencia de<br />
los tendones determina la formación de ecos centrales engrosados<br />
producto de la unión de las envolturas<br />
peritendinosas que lo forman. Lo mismo sucede con el tendón<br />
<strong>del</strong> cuadríceps.<br />
Ecografía de los tendones 23
En algunas regiones anatómicas, como sucede en los<br />
tendones que forman el manguito rotador <strong>del</strong> hombro (MR),<br />
la ecografía no es capaz de diferenciar los tendones, que<br />
se entremezclan, pues lo hacen de una forma muy compleja<br />
y continua. Como ya hemos señalado los tendones están<br />
rodeados de las vainas sinoviales o paratendones. Estos<br />
últimos están constituidos por un tejido areolar laxo adiposo,<br />
adherido al epitendón y dentro <strong>del</strong> cual el tendón se<br />
moviliza. En la ecografía aparece como un tejido<br />
hiperecoico, pobremente definido, en continuidad con la<br />
grasa subcutánea.<br />
La vaina sinovial es una estructura compleja compuesta<br />
de dos capas: una capa visceral (interna) unida al tendón<br />
subyacente y una capa parietal (externa) en continuidad<br />
con el tejido conectivo vecino.<br />
Ambas capas están conectadas por un mesotendón que<br />
proporciona la suplencia vascular. Las vainas facilitan los<br />
movimientos <strong>del</strong> tendón y en la Ecografía se ven como<br />
anillos finos hiperecoicos que rodean a los tendones, separados<br />
por una capa <strong>del</strong>gada de líquido hipoecoico. Esta<br />
vaina sinovial rodea a los tendones largos que cursan por<br />
los túneles osteofibrosos.<br />
Existen estructuras que fijan a los tendones<br />
(retináculos, poleas) y que los mantienen en sus surcos<br />
durante la actividad física. Su aspecto depende <strong>del</strong> sitio<br />
anatómico específico, configuración <strong>del</strong> túnel, poleas, etc.<br />
Estas estructuras, ancladas en los extremos de las estructuras<br />
osteofibrosas, rectifican el curso <strong>del</strong> tendón, previniendo<br />
su compresión durante la actividad física.<br />
En las porciones distales de los tendones la unión con<br />
el músculo es gradual, mientras que la inserción ósea es<br />
brusca e incluye una pequeña banda hipoecoica por el fibrocartílago<br />
interpuesto o por una capa de tejido fibroso.<br />
PATOLOGÍA TENDINOSA<br />
PROCESOS INFLAMATORIOS<br />
En los procesos inflamatorios el aspecto varía de acuerdo<br />
con el tendón interesado y su forma de presentación,<br />
aguda o crónica. Por lo general el tendón se engruesa y se<br />
hace heterogéneo con áreas focales hipoecoicas.<br />
TENDINITIS Y TENOSINOVITIS AGUDAS<br />
En los tendones sin vaina sinovial, la tendinitis aparece<br />
como un engrosamiento <strong>del</strong> tendón con hipoecogenicidad<br />
focal o difusa. En la forma focal se puede ver aumento <strong>del</strong><br />
sonido por detrás <strong>del</strong> tendón inflamado, así como formación<br />
de sombras laterales debido al fenómeno de refracción,<br />
con un aspecto similar a una ruptura parcial. El DC<br />
permite visualizar señales de flujo dentro y alrededor <strong>del</strong><br />
tendón con índice de resistencia (IR) bajo.<br />
En los tendones con vaina sinovial la inflamación es<br />
casi siempre secundaria a un trauma, sobreuso, fricción<br />
ósea, dispositivos ortopédicos vecinos, compresión extrínseca,<br />
infecciones o artritis. El signo más importante es la<br />
presencia de líquido en la vaina, asociado a engrosamiento<br />
sinovial.<br />
En la fase aguda la cantidad de líquido se relaciona<br />
con el grado de inflamación. En las tenosinovitis infecciosas,<br />
el líquido se hace más ecogénico con puntos<br />
hiperecoicos. En el DC puede haber aumento de la<br />
vascularización.<br />
TENDINITIS CRÓNICA<br />
En los tendones sin vaina sinovial la tendinitis crónica<br />
muestra, por lo general, un engrosamiento focal con<br />
ecogenicidad heterogénea. El tendón puede tener un aspecto<br />
nodular con borde irregular y mal definido.<br />
La ecografía puede mostrar microrrupturas <strong>del</strong> tendón.<br />
La inserción tendinosa puede calcificarse y extenderse<br />
al tendón, en forma de focos hiperecoicos con sombra<br />
acústica (SA).<br />
En los tendones con vaina sinovial, se puede ver el<br />
engrosamiento de la sinovial, que aparece irregularmente<br />
hipoecoico o hiperecoico, con o sin líquido.<br />
En la tenosinovitis tuberculosa la membrana sinovial<br />
aparece muy engrosada por los cambios granulomatosos.<br />
TENDINITIS DE INSERCIÓN<br />
Se conoce también como entesiopatía o lesión por<br />
sobreuso. Estas lesiones se sitúan a nivel de la unión <strong>del</strong><br />
tendón con el hueso y el conflicto es de naturaleza mecánica<br />
con microtraumas por contracciones repetidas en los<br />
tendones. En la ecografía son difíciles de identificar,<br />
requiriéndose transductores de muy alta resolución. Es rara<br />
la presencia de nódulos y de calcificaciones.<br />
TENDINITIS DE CAUSAS MISCELÁNEAS (TRASTORNOS<br />
METABÓLICOS Y SISTÉMICOS)<br />
Algunos trastornos metabólicos y sistémicos pueden<br />
inducir diferentes tipos de tendinitis, como ocurre en el<br />
hombro y la muñeca por depósito de hidroxiapatita. También<br />
pueden ocurrir trastornos por depósito anómalo de<br />
amiloide en los pacientes en hemodiálisis prolongada, que<br />
producen tendones engrosados y heterogéneos.<br />
24 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
En la tenosinovitis hipertrófica de la AR se ven<br />
vellosidades hipoecoicas mejor visualizadas cuando hay<br />
líquido articular. El pannus favorece la ruptura tendinosa.<br />
Los tofos gotosos son menos destructivos y tienen una<br />
ecotextura nodular heterogénea.<br />
TENOSINOVITIS INFECCIOSA<br />
La tenosinovitis aguda supurada casi siempre es producida<br />
por el estafilococo, predominando en la vaina de los<br />
tendones flexores de los dedos, casi siempre a partir de una<br />
herida penetrante asociada, a veces, con un cuerpo extraño.<br />
En la forma aguda la ecografía muestra acumulación de líquido<br />
celular (pus) en la vaina de los tendones, los que pueden estar<br />
engrosados. En el Doppler hay aumento de la vascularización.<br />
En las tenosinovitis micobacterianas o por hongos se<br />
produce por lo general una tenosinovitis subaguda o crónica<br />
(proliferativa). En estos casos se ve un engrosamiento<br />
de la membrana sinovial, que aparece hipoecoica o<br />
isoecoica, que rodea al tendón y la cual no se deja deprimir<br />
con el transductor. En el DC hay aumento <strong>del</strong> flujo.<br />
La ecografía puede utilizarse para realizar un lavado <strong>del</strong><br />
tendón o una biopsia de la membrana sinovial.<br />
TENDINITIS CALCIFICANTE. TENOSINOVITIS<br />
ESTENOSANTE<br />
En la tendinitis calcificante hay depósito de calcio, frecuente<br />
en los tendones <strong>del</strong> MR. Se trata de un proceso de<br />
calcificación activo. Después de la reabsorción <strong>del</strong> calcio,<br />
el tejido de granulación provoca una remisión espontánea.<br />
La mayoría de las calcificaciones se localizan en el tendón<br />
<strong>del</strong> Se. La ecografía puede servir de guía para el tratamiento<br />
de estas calcificaciones con irrigación y aspiración.<br />
En la tenosinovitis estenosante, como sucede en la enfermedad<br />
de Quervain, el atrapamiento y conflicto de los<br />
tendones en los túneles osteofibrosos o por debajo de un<br />
ligamento o polea, puede provocar microtraumas crónicos,<br />
a nivel <strong>del</strong> retináculo extensor, que llevan a la inflamación<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> pulgar y <strong>del</strong><br />
abductor largo <strong>del</strong> mismo dedo, con engrosamiento <strong>del</strong><br />
retináculo. Los tendones interesados aparecen difusamente<br />
inflamados con alteración de su estructura intrínseca y<br />
engrosamiento focal o difuso de la vaina sinovial. En los<br />
períodos de agudización hay derrame articular y durante<br />
los movimientos pasivos puede verse el atrapamiento de la<br />
vaina sinovial a la entrada <strong>del</strong> túnel interesado.<br />
PROCESOS DEGENERATIVOS. TENDINOSIS<br />
La ecografía permite identificar los cambios<br />
degenerativos, diferenciar entre ruptura parcial y completa<br />
y determinar si la lesión necesita tratamiento médico o<br />
quirúrgico.<br />
La tendinosis se manifiesta por engrosamiento con irregularidad<br />
<strong>del</strong> aspecto fibrilar <strong>del</strong> tendón, con áreas focales<br />
hipoecoicas y calcificaciones. En el tendón de Aquiles y<br />
en el patelar, las áreas hipoecoicas se corresponden con<br />
degeneración fibromixoide.<br />
En la hiperlipidemia, se pueden visualizar los nódulos<br />
xantomatosos, frecuentes en el tendón de Aquiles, que se ven<br />
como nódulos focales o difusos dentro de un tendón engrosado.<br />
En la tendinosis patelar (rodilla <strong>del</strong> saltador) hay engrosamiento<br />
focal <strong>del</strong> tendón en la porción proximal de la<br />
inserción patelar con un patrón hipoecoico y aumento <strong>del</strong><br />
flujo en el DC. En las lesiones de inserción patelar (Osgood-<br />
Schlatter y Síndrome de Larsen-Johansen) se ven los signos<br />
de osteocondrosis en forma de áreas focales de engrosamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago y fragmentación de los centros de<br />
osificación dentro de la sustancia <strong>del</strong> tendón.<br />
RUPTURA TENDINOSA<br />
Como ya hemos señalado, los tendones son estructuras<br />
fuertes que se comportan absorbiendo los fenómenos<br />
de choque y evitan daños potenciales al músculo. Por ello<br />
solo se rompen en presencia de traumas directos importantes,<br />
salvo cuando hay cambios degenerativos previos o<br />
microtraumas repetidos.<br />
Se sabe que en el 90 al 95 % de las rupturas <strong>del</strong> tendón<br />
de Aquiles de un lado, hay alteraciones en el tendón<br />
contralateral y que la ruptura es el período final de un<br />
proceso degenerativo de los tendones, en que existe un espectro<br />
de lesiones que va desde una degeneración<br />
intratendinosa (tendinosis) a una ruptura parcial o total.<br />
Es posible que juegue un papel importante el sobreuso,<br />
las alteraciones metabólicas, enfermedades sistémicas, inyecciones<br />
de esteroides, etc.<br />
En la ruptura completa hay una interrupción total <strong>del</strong><br />
tendón interesado con retracción de los extremos y desarrollo<br />
de un hematoma o tejido de granulación. La ausencia<br />
de hematoma asociado a un engrosamiento tendinoso<br />
habla a favor de una ruptura no reciente. En los casos<br />
dudosos y con maniobras pasivas, se puede lograr ver mejor<br />
la separación de los extremos <strong>del</strong> tendón.<br />
El aspecto ecográfico es muy variable y depende <strong>del</strong><br />
sitio de la ruptura y de la presencia o no de vaina sinovial.<br />
En los tendones con vaina se ve una cantidad pequeña<br />
de líquido entre los bordes retraídos y engrosados <strong>del</strong> tendón<br />
y cuando también se rompe la vaina se produce un<br />
hematoma mayor con bordes difusos.<br />
En las rupturas parciales no hay retracción de los bordes,<br />
y solo se ve la desaparición <strong>del</strong> patrón fibrilar en el<br />
Ecografía de los tendones 25
área de rotura parcial, pero permanece normal en el lado<br />
no roto.<br />
En el tendón de Aquiles la ruptura parcial interesa con<br />
mayor frecuencia las fibras anteriores <strong>del</strong> sóleo y muestra<br />
una irregularidad o discontinuidad localizada en su superficie.<br />
En la ruptura de este tendón la grasa de Hoffa puede<br />
herniarse en el tendón roto.<br />
En la ruptura parcial <strong>del</strong> MR el músculo <strong>del</strong>toides<br />
puede provocar una concavidad o aplanamiento, vecino al<br />
tendón <strong>del</strong> Se.<br />
En la ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior (TTP) o<br />
<strong>del</strong> peroneo se pueden ver rupturas parciales longitudinales<br />
a lo largo <strong>del</strong> eje <strong>del</strong> tendón. A veces se asocian a fracturas<br />
por avulsión en sus inserciones óseas o rupturas de las<br />
uniones miotendinosas.<br />
En cuanto al estudio evolutivo posoperatorio, la<br />
ecografía sirve para monitorear el proceso reparativo, así<br />
como para excluir nuevas rupturas.<br />
Cuando se produce una lesión directa sobre un tendón<br />
vascularizado (paratendón) la herida se llena de productos<br />
inflamatorios y fibroblastos, generándose un tejido de<br />
granulación que tiene poca capacidad de fuerza tensil.<br />
Posteriormente los extremos <strong>del</strong> tendón empiezan a fusionarse<br />
por un puente fibroso, debido a la proliferación de<br />
fibroblastos y colágeno (callo fibroso).<br />
La cicatrización en un tendón con vaina es controversial.<br />
Antiguamente se creía que la reconstrucción solo era a expensas<br />
de la vaina fibrosa, pero hoy se sabe, que predomina<br />
la respuesta intrínseca <strong>del</strong> endotendón, siempre que se realicen<br />
movimientos pasivos controlados; mientras que en el<br />
tendón inmovilizado la cicatrización se produce por crecimiento<br />
hacia el interior <strong>del</strong> mismo <strong>del</strong> tejido conectivo de la<br />
vaina y de la proliferación celular <strong>del</strong> endotendón.<br />
En la ecografía se verá como el tendón permanece aumentado<br />
de volumen, a veces durante varios meses, con<br />
contorno irregular y una ecoestructura heterogénea. La<br />
evolución muchas veces depende <strong>del</strong> tipo de sutura que se<br />
emplee y por tanto debemos velar por la ubicación correcta<br />
de los puntos de sutura en relación con el foco de ruptura<br />
y que deben realizarse perpendiculares al tendón antes<br />
de pasarla por la lesión. También es importante conocer el<br />
grado de separación entre los muñones <strong>del</strong> tendón. Hay<br />
que vigilar los beneficios de la movilidad pasiva en los<br />
primeros meses de la reparación evitando sobreesfuerzos<br />
o roturas secundarias por maniobras inadecuadas.<br />
LUXACIÓN TENDINOSA<br />
La luxación ocurre en los tendones con vaina sinovial<br />
posterior a la lesión de uno o varios de los elementos <strong>del</strong><br />
canal osteofibroso que lo contiene. El examen dinámico<br />
con ecografía facilita el diagnóstico, sobre todo en los casos<br />
de subluxaciones recidivantes e intermitentes. En los<br />
pacientes sintomáticos con luxación tendinosa hay una<br />
tenosinovitis con derrame.<br />
A continuación vamos a revisar el aspecto particular<br />
de la luxación de algunos tendones.<br />
. Luxación <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />
Se produce cuando hay pérdida de la integridad <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> subescapular (SE) y <strong>del</strong> ligamento<br />
transverso. En estos casos el tendón de la PLB se desplaza<br />
hacia dentro por detrás <strong>del</strong> SE siempre que se<br />
conserve el ligamento transverso. Si se rompe el ligamento<br />
transverso el tendón <strong>del</strong> bíceps se desplaza por<br />
<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> SE. El canal bicipital aparece vacío, salvo<br />
cuando se llena con material de desecho de la sinovial.<br />
Puede haber aumento de líquido sinovial peritendinoso.<br />
. Luxación <strong>del</strong> tendón peroneo.<br />
Es secuela de un esguince <strong>del</strong> tobillo con ruptura <strong>del</strong><br />
retináculo peroneo superior. El tendón sale <strong>del</strong> surco<br />
por detrás <strong>del</strong> maléolo externo y migra hacia la cara<br />
lateral <strong>del</strong> tobillo. Es de valor el examen con<br />
dorsiflexión y eversión <strong>del</strong> pié, sobre todo en los casos<br />
de subluxación.<br />
. Luxación <strong>del</strong> flexor largo de los dedos.<br />
Ocurre secundario a una ruptura aguda de la polea<br />
digital anular. En estos casos el tendón se aleja de la<br />
cara palmar <strong>del</strong> plano óseo y no cursa por la concavidad<br />
de las falanges. El estudio dinámico con ecografía,<br />
durante una flexión con resistencia <strong>del</strong> dedo afectado,<br />
aumenta el grado de luxación tendinosa.<br />
TUMORES TENDINOSOS<br />
La mayoría de los tumores primarios proceden de las<br />
vainas, son más frecuentes los benignos: fibromas,<br />
gangliones y tumores de células gigantes de las vainas.<br />
Los gangliones son lesiones quísticas, no tumorales<br />
con contenido líquido mucoide y que predominan en el<br />
dorso de la mano o <strong>del</strong> pie. La mayoría son anecoicos,<br />
aunque los crónicos o inflamados muestran ecos de bajo<br />
nivel. Raras veces crecen dentro <strong>del</strong> tendón y predisponen<br />
a su ruptura.<br />
Los tumores de células gigantes de las vainas tendinosas,<br />
se presentan como masas de crecimiento lento en las manos<br />
y pies, próximos a los tendones. En la ecografía aparecen<br />
como una masa sólida hipoecoica, bien definida, a veces<br />
con erosión ósea y pueden mostrar flujo en el DC.<br />
Los tumores malignos de los tendones son muy raros.<br />
26 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
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28 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La literatura mundial confirma que la mayoría de las<br />
lesiones deportivas afectan a las articulaciones <strong>del</strong> tobillo<br />
y de la rodilla; los esguinces <strong>del</strong> tobillo son las lesiones<br />
más frecuentes.<br />
El valor <strong>del</strong> USAR en la determinación de las lesiones<br />
tendinosas, rupturas musculares, derrames articulares y otras<br />
lesiones intraarticulares, están muy bien documentadas, no<br />
así en cuanto a las afecciones de los ligamentos, estructuras<br />
que por su pequeño tamaño y difícil visualización, deben<br />
ser estudiadas con transductores de muy alta frecuencia y<br />
para cuyo examen el ecografista debe conocer detalladamente<br />
la anatomía y la técnica adecuada para su estudio.<br />
La mayor experiencia informada en la literatura mundial,<br />
relacionada con el empleo <strong>del</strong> USAR en las lesiones<br />
de los ligamentos, se refiere a las articulaciones de la rodilla<br />
y <strong>del</strong> tobillo. En la rodilla, el ligamento más estudiado<br />
es el colateral medial, cuya valoración requiere de un examen<br />
de la rodilla en posición neutra o con estrés, para<br />
medir (entre otras) la apertura <strong>del</strong> espacio articular medial.<br />
En el tobillo se estudian con relativa facilidad los ligamentos<br />
peroneo-astragalino anterior, peroneocalcáneo y<br />
tibioperoneo anterior, además <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo, es<br />
posible el diagnóstico de desgarro o ruptura, así como de<br />
lesiones asociadas de gran importancia.<br />
En el hombro, y especialmente en el síndrome de choque se<br />
puede estudiar el ligamento coracoacromial, de gran importancia<br />
para la toma de decisiones terapéuticas. También se ha<br />
reportado el estudio de las distensiones <strong>del</strong> ligamento<br />
acromioclavicular relacionadas con traumas en el hombro así<br />
como ruptura <strong>del</strong> ligamento humeral transverso, que puede<br />
cursar con luxaciones <strong>del</strong> tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />
En lo que se refiere al ligamento triangular <strong>del</strong> carpo,<br />
sus lesiones son frecuentes en algunos deportes como el<br />
balón mano, voleibol y basquetbol, en los cuales el sobreuso<br />
de la articulación y los microtraumas repetidos, provocan<br />
lesiones en este ligamento.<br />
Una de las mayores razones para determinar con acierto<br />
las afecciones de los ligamentos articulares, radica en tomar<br />
decisiones en cuanto a su tipo de tratamiento, el cual,<br />
en la mayoría de los casos, es de tipo conservador.<br />
El realizar estudios evolutivos es de gran importancia<br />
en el pronóstico y en la determinación <strong>del</strong> tiempo de recuperación<br />
de cada paciente afectados por lesiones de los<br />
ligamentos articulares. Por tal motivo, el médico debe estar<br />
en constante comunicación con el paciente para evitar<br />
posibles deserciones <strong>del</strong> seguimiento ecográfico.<br />
TÉCNICA<br />
Las ventajas <strong>del</strong> USAR sobre la IRM son bien conocidas,<br />
pero se requieren transductores entre 7,5 y 14 MHz,<br />
debido a que los ligamentos son muy <strong>del</strong>gados y de localización<br />
muy superficial.<br />
Se debe tener cuidado con el manejo de las ganancias<br />
<strong>del</strong> equipo y el estudio se facilita si el transductor se alinea<br />
con el eje longitudinal <strong>del</strong> ligamento a examinar. Los CT<br />
son de poco valor diagnóstico, y como siempre, la comparación<br />
con la extremidad contralateral es de mucho valor.<br />
ANATOMÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />
Los ligamentos se definen como bandas formadas por<br />
tejido conjuntivo fibroso, resistentes pero flexibles, que<br />
conectan a los huesos o sujetan estructuras.<br />
Los ligamentos están constituidos por fibras paralelas<br />
de fibroblastos y haces de fibras colágenas. Su componente<br />
fundamental (70 % de su peso) es el colágeno tipo I.<br />
El colágeno está dispuesto de una manera característica,<br />
que junto a la acción de otros componentes extracelulares,<br />
le confieren propiedades especiales. Desde el punto de vista<br />
biomecánico el colágeno se dispone en un patrón ondulado,<br />
lo que se relaciona con la elasticidad <strong>del</strong> ligamento,<br />
similar a un muelle, en que el patrón se recupera después<br />
Ecografía de los ligamentos 29
de habérsele aplicado una carga, lo que permite que los<br />
ligamentos puedan someterse a importantes tensiones internas<br />
en el curso <strong>del</strong> movimiento normal de una actividad<br />
física.Su inserción en el hueso se hace a través de una<br />
zona de transición con fibrocartílago y fibrocartílago mineralizado,<br />
lo que permite un cambio gradual en la rapidez<br />
de los movimientos, evitando la concentración de la<br />
tensión en el lugar de inserción.<br />
ECOGRAFÍA NORMAL<br />
Los ligamentos están compuestos por tejido conectivo<br />
denso, muy similares a los tendones. Su estructura difiere<br />
de los tendones en que los ligamentos poseen fibras de<br />
colágeno lo que les da una apariencia histológica y<br />
ecográfica menos regular.<br />
Todos los ligamentos aparecen como bandas homogéneas<br />
hiperecogénicas aproximadamente de 2 a 3 mm de<br />
grosor que acercan 2 contornos óseos. La única excepción<br />
a este aspecto ecográfico es el ligamento colateral medial<br />
de la rodilla.<br />
La ecografía es especialmente valiosa en la exploración<br />
de los ligamentos extraarticulares y se visualizan mejor<br />
en un plano longitudinal paralelo al eje mayor <strong>del</strong> ligamento.<br />
MECANISMO DE LESIÓN<br />
Los mecanismos de lesión de los ligamentos están relacionados<br />
directamente con sus propiedades materiales y<br />
sus inserciones.<br />
Cuando se sobrepasa el límite de elongación de un ligamento<br />
se produce un patrón de falla característica. Los<br />
ligamentos poseen una curva de tensión-estiramiento muy<br />
característica que puede dividirse arbitrariamente en 4<br />
componentes principales, que reflejan la respuesta física<br />
<strong>del</strong> ligamento:<br />
La zona inicial se denomina región de la punta y representa<br />
el estiramiento de las bandas <strong>del</strong> colágeno. La<br />
zona siguiente de la curva es la región funcional. Esta porción<br />
media, casi lineal, representa el tiempo en que se produce<br />
el reclutamiento y la resistencia de las fibras. Esta es<br />
la zona de trabajo <strong>del</strong> ligamento, que se produce frente a<br />
cargas fisiológicas normales. A medida que aumenta la<br />
carga hasta los límites <strong>del</strong> ligamento, puede producirse la<br />
falla microscópica de las fibras de colágeno y de los haces.<br />
Esto queda representado en la curva de tensión-estiramiento<br />
como la región de falla precoz. Aunque en este<br />
punto se produce la disrupción microscópica <strong>del</strong> ligamento,<br />
este conserva su aspecto macroscópico normal y sigue<br />
siendo capaz de resistir cierta tracción. La región final de<br />
la curva de estiramiento, es la región de falla. Esta zona<br />
representa el fracaso completo <strong>del</strong> ligamento, en la que no<br />
es capaz de resistir ninguna tracción. Es interesante señalar<br />
que en esta zona de la curva (falla completa) los ligamentos<br />
pueden seguir mostrando continuidad.<br />
El tipo de falla de los ligamentos, parece depender de<br />
diversos factores, incluyendo el eje de carga, la velocidad<br />
de estiramiento, edad <strong>del</strong> paciente y nivel de actividad.<br />
En estudios experimentales se ha demostrado que las<br />
avulsiones óseas por lesiones ligamentarias se producen<br />
más frecuentemente a velocidades bajas de estiramiento,<br />
mientras que las lesiones de la zona media <strong>del</strong> ligamento<br />
son más frecuentes a velocidades superiores.<br />
En cuanto a la edad, se cree que en los sujetos que<br />
poseen epífisis de crecimiento abiertas, todas las fallas<br />
ligamentosas se producen por avulsión ósea, mientras que<br />
en los que tienen epífisis cerrada los ligamentos fallan en<br />
la zona media. El desuso o la inmovilización durante períodos<br />
prolongados, ha demostrado que causa una importante<br />
disminución en la resistencia de la inserción <strong>del</strong> ligamento<br />
en el hueso. En general la lesión de los ligamentos,<br />
es un fenómeno multifactorial.<br />
PATOLOGÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />
Según el Comité de Aspectos Médicos <strong>del</strong> Deporte de<br />
la AMA, la lesión de los ligamentos se puede clasificar en<br />
3 grados:<br />
. Lesión de primer grado. Se trata de un desgarro de un<br />
número mínimo de fibras, menor de 1/3 <strong>del</strong> ligamento,<br />
con dolor local y sin inestabilidad apreciable, ni laxitud.<br />
. Lesión de segundo grado. Hay desgarro de un mayor<br />
número de fibras <strong>del</strong> ligamento, más de 1/3 y menos<br />
de 2/3 <strong>del</strong> mismo, con impotencia funcional y derrame<br />
articular, pero sin laxitud ni inestabilidad.<br />
. Lesión de tercer grado. Hay desgarro de un mayor<br />
número de las fibras <strong>del</strong> ligamento, más de 2/3 <strong>del</strong><br />
mismo, con laxitud demostrable.<br />
Los criterios ecográficos aplicables a la mayoría de<br />
los ligamentos para definir sus afecciones son:<br />
. Esguince o ruptura parcial.<br />
Engrosamiento <strong>del</strong> área <strong>del</strong> ligamento que está comprometida<br />
Disminución de la ecogenicidad en la zona lesionada<br />
. Ruptura total:<br />
Solución de continuidad en el ligamento<br />
Separación de las porciones proximal y distal<br />
Colección líquida (hematoma) que ocupa la hendidura<br />
<strong>del</strong> ligamento y que aparece hipoecoica o anecoica,<br />
dependiendo <strong>del</strong> tiempo de evolución que tenga el hematoma.<br />
30 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
FISIOLOGÍA DE LA CICATRIZACIÓN<br />
DE LOS LIGAMENTOS<br />
La cicatrización de los ligamentos extraarticulares es<br />
análoga al proceso de reparación observado en otros tejidos<br />
vascularizados.<br />
Después de la lesión se produce la exudación de sangre<br />
y productos hemáticos asociados; a partir de los vasos<br />
afectados se organiza el coágulo de fibrina, se vasculariza<br />
este coágulo, proliferan las células y se sintetiza la matriz<br />
extracelular y por último se remo<strong>del</strong>a y madura el tejido<br />
de reparación.<br />
Aunque el proceso se realiza de manera continua se<br />
han tratado de independizar 4 fases que dependen de los<br />
fenómenos morfológicos y bioquímicos que se producen:<br />
FASE I (DE INFLAMACIÓN)<br />
Después de la rotura completa de un ligamento, los<br />
extremos desgarrados se retraen. La lesión de los capilares<br />
en el interior <strong>del</strong> ligamento y en los tejidos vecinos<br />
provoca un hematoma que llena el espacio generado por<br />
el desplazamiento y la retracción de los extremos <strong>del</strong><br />
ligamento. En respuesta a la lesión se liberan<br />
vasodilatadores y mediadores de la respuesta<br />
inflamatoria. Estos mediadores, en combinación con el<br />
tejido lesionado y el coágulo, ayudan a que se inicie la<br />
cicatrización. Esto se produce a las 72 horas de la lesión.<br />
En el período final de la fase inflamatoria comienza<br />
la proliferación fibroblástica. Estos fibroblastos producen<br />
un molde de cicatriz extracelular a base de<br />
colágeno y proteoglicanos.<br />
FASE II (DE PROLIFERACIÓN DE MATRIZ<br />
Y DE CÉLULAS)<br />
Esta fase, que se produce a las 6 semanas siguientes<br />
a la lesión, está asociada a la organización <strong>del</strong> coágulo<br />
de fibrina y se caracteriza por la proliferación matricial<br />
y celular. El espacio que existe entre los extremos <strong>del</strong><br />
desgarro ligamentoso se llena de tejido friable de granulación<br />
vascularizado, en el que predominan los<br />
fibroblastos.<br />
FASE III (DE REMODELACIÓN)<br />
Existe una disminución relativa de la celularidad<br />
(fibroblastos y macrófagos) y de la vascularización de<br />
la cicatriz de reparación, y un aumento de la densidad<br />
<strong>del</strong> colágeno. El contenido de colágeno <strong>del</strong> ligamento<br />
en cicatrización se estabiliza, mientras que la fuerza<br />
tensil que se opone a la falla por carga sigue aumentando.<br />
Se cree que la remo<strong>del</strong>ación de la cicatriz es suficiente<br />
a las 6 semanas, lo que permite hablar de una<br />
buena cicatrización. En ello se fundamenta la aplicación<br />
de un período de inmovilización de 6 semanas en<br />
el tratamiento de las lesiones ligamentarias. No obstante,<br />
aunque el ligamento aparece cicatrizado<br />
estructuralmente, no alcanza una normalidad completa<br />
hasta varios meses después.<br />
FASE IV (DE MADURACIÓN)<br />
La cicatriz <strong>del</strong> ligamento va madurando de forma gradual<br />
en los meses siguientes, aunque sigue estando algo<br />
desorganizada y se mantiene ligeramente hipercelular. La<br />
duración de esta fase de cicatrización se considera muy<br />
variable y probablemente requiere no menos de 12 meses.<br />
Se ha demostrado que los ligamentos reparados (suturados)<br />
se curan con menor formación de cicatriz.<br />
La aposición precisa de los ligamentos seccionados<br />
limpiamente, ha mostrado como resultado una respuesta<br />
<strong>del</strong> tipo de cicatrización primaria, caracterizada en<br />
las primeras fases de la reparación por un proceso ordenado,<br />
en comparación con el mo<strong>del</strong>o de cicatrización<br />
espaciada.<br />
Se señala que los ligamentos suturados son<br />
significativamente más resistentes que los ligamentos no<br />
reparados en las primeras fases de la cicatrización. Mientras<br />
más temprana sea la reparación (sutura) más resistencia<br />
<strong>del</strong> ligamento (especialmente en los 3 primeros días).<br />
Los ligamentos que tienen gran suplencia vascular pueden<br />
cicatrizar por reparación espontánea.<br />
ASPECTO PARTICULAR DE LAS LESIONES<br />
LIGAMENTARIAS<br />
Veamos a continuación el aspecto particular de las lesiones<br />
de algunos ligamentos.<br />
- En las lesiones <strong>del</strong> ligamento humeral transverso<br />
el diagnóstico se basa en la no identificación <strong>del</strong><br />
tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps dentro de la<br />
corredera bicipital y su desplazamiento hacia la<br />
línea media por luxación <strong>del</strong> mismo.<br />
- En las lesiones <strong>del</strong> ligamento coracoacromial <strong>del</strong><br />
hombro el criterio ecográfico más frecuente es un<br />
Ecografía de los ligamentos 31
aumento de su grosor y de su ecogenicidad, generado<br />
por áreas de fibrosis producto de la fricción<br />
constante con las estructuras que cursan por<br />
debajo de este ligamento.<br />
- En las lesiones de la articulación acromioclavicular<br />
son frecuentes las lesiones de los ligamentos<br />
acromioclavicular y coracoclavicular. Las<br />
lesiones traumáticas de esta articulación se clasifican<br />
en 3 grados:<br />
. Grado I. Se corresponde con la distensión de<br />
los ligamentos, que se observa en la ecografía<br />
como una distensión de la cápsula y ligero aumento<br />
<strong>del</strong> espacio articular entre el acromion y<br />
la clavícula.<br />
. Grado II. Hay ruptura <strong>del</strong> ligamento acromioclavicular,<br />
con distensión de los ligamentos<br />
coracoclaviculares.<br />
. Grado III. Hay rupturas de ambos ligamentos<br />
asociado a luxación.<br />
- En las lesiones ligamentarias de la rodilla, el<br />
diagnóstico de lesión de los ligamentos colaterales<br />
los muestra engrosados y heterogéneamente<br />
hipoecoicos. Ya hemos señalado la importancia<br />
<strong>del</strong> estudio dinámico en estos casos, utilizando<br />
maniobra de estrés en valgo o en varus según el<br />
caso, con el fin de realizar medidas en la apertura<br />
<strong>del</strong> espacio articular. Una diferencia entre la<br />
medida de reposo y en estrés, mayor de 3 mm es<br />
considerada positiva, lo que permite determinar<br />
el grado de lesión e inestabilidad de la rodilla.<br />
- En las lesiones ligamentarias de la articulación<br />
<strong>del</strong> tobillo, una de las más afectadas en los atletas,<br />
se beneficia <strong>del</strong> empleo <strong>del</strong> USAR, que no<br />
sólo permite el diagnóstico de la lesión<br />
ligamentaria, que aparece difusamente engrosado<br />
e hipoecoico, sino también otras lesiones asociadas<br />
de gran importancia.<br />
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Ecografía de los ligamentos 33
Ecografía de los nervios periféricos<br />
INTRODUCCIÓN<br />
En la mayoría de los pacientes con lesiones de los nervios,<br />
su evaluación se hace con la HC, el examen<br />
neurológico y los estudios electrofisiológicos, los que, por<br />
otra parte, tienen poca especificidad. Los métodos<br />
imagenológicos, sobretodo la TAC y la IRM, permiten<br />
demostrar los tumores de origen nervioso, pero solo a nivel<br />
de los nervios de grueso calibre. En años recientes la<br />
ecografía se ha utilizado para el estudio de los nervios<br />
periféricos.<br />
La ecografía con transductores entre 5 y 15 MHz. permite<br />
visualizar, con alta precisión, la mayoría de los nervios,<br />
demostrando su estructura fascicular, es capaz de<br />
reconocer alteraciones específicas, diferenciar entre tumores<br />
intraneurales y extraneurales y evaluar la extensión de<br />
la lesión y el seguimiento evolutivo <strong>del</strong> nervio interesado.<br />
Si bien los síndromes de compresión nerviosa se basan<br />
en un diagnóstico apoyado con la clínica y la<br />
electromiografía, ellos no proporcionan una información<br />
espacial <strong>del</strong> nervio ni de las estructuras que lo rodean, que<br />
suele ser la causa de estos síndromes. Además la Ecografía<br />
permite estudiar largos segmentos de los troncos nerviosos,<br />
así como realizar estudios estáticos y dinámicos.<br />
Una aplicación importante de la ecografía lo constituye<br />
la evaluación de los síndromes de atrapamiento nervioso<br />
en determinadas regiones anatómicas.<br />
Los túneles osteofibrosos incluyen en el miembro superior<br />
al túnel <strong>del</strong> carpo para el nervio mediano (1/3 inferior)<br />
y cubital (1/3 superior), y al túnel de Guyón para el<br />
nervio cubital (1/3 inferior); mientras que en los miembros<br />
inferiores se incluyen el túnel <strong>del</strong> cuello peroneo para<br />
el nervio peroneo común, el <strong>del</strong> túnel tarsiano para el nervio<br />
tibial posterior y el de los espacios intermetatarsianos<br />
para los nervios interdigitales.<br />
TÉCNICA<br />
Se prefieren los transductores lineales entre 3,5 y 14,0<br />
MHz. para el estudio de los nervios y deben examinarse a<br />
lo largo de su curso anatómico con cortes longitudinales y<br />
transversales. Los cortes transversales permiten diferenciarlo<br />
de los séptum fibrosos intramusculares que aparecen<br />
como ecos lineales. Las técnicas dinámicas con movimientos<br />
de flexión y extensión permiten distinguir las estructuras<br />
musculotendinosas movibles, de un nervio, que<br />
no se moviliza.<br />
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />
Los nervios son cordones redondeados o aplanados con<br />
una estructura interna compleja que recuerdan a un cable<br />
eléctrico. Están compuestos por fibras nerviosas (axones,<br />
vainas de mielina y células de Schwann) agrupadas en fascículos.<br />
El tamaño y número de los fascículos de un nervio<br />
depende <strong>del</strong> nervio que se trate, de la distancia a partir<br />
de su origen y de la presión a que está sujeto.<br />
Los fascículos están protegidos y fijados por una serie<br />
de cubiertas concéntricas y finas de tejido conectivo. Las<br />
fibras individuales están cubiertas por el endoneuro, cada<br />
fascículo por el perineuro y el tronco nervioso por el<br />
epineuro, que tiene una capa superficial y otra que se extiende<br />
hacia dentro. El epineuro es grueso y contiene tejido<br />
colágeno laxo, fibras elásticas y vasos.<br />
En la ecografía un nervio normal aparece compuesto<br />
de áreas lineales múltiples y paralelas (hipoecoicas),<br />
discontinuas, separadas por bandas hiperecoicas. En un<br />
CT las líneas paralelas, hipoecoicas, se hacen redondeadas<br />
con un fondo hiperecoico. Las estructuras hipoecoicas<br />
se corresponden a los fascículos longitudinales <strong>del</strong> nervio<br />
y las estructuras hiperecoicas al epineuro profundo. La<br />
membrana de Schwann es más ecogénica.<br />
Ecografía de los nervios periféricos. 35
Los tendones se parecen mucho a los nervios, no obstante<br />
los primeros tienen más anisotropía y los nervios<br />
aparecen más vascularizados en el Doppler.<br />
El reconocimiento de los nervios normales depende de<br />
su tamaño y curso. Los mejores identificados son: el mediano,<br />
cubital y radial en el MS y el ciático, el peroneo<br />
común y tibial posterior en el MI. Hay que tener en cuenta<br />
las variaciones anatómicas, sobre todo la presencia de ramas<br />
accesorias y bifurcaciones prematuras, de gran importancia<br />
desde el punto de vista quirúrgico.<br />
El diámetro de los nervios varía de acuerdo con la localización<br />
anatómica; el ciático que es el más grueso, puede<br />
llegar a medir 9 mm. y en un estudio comparativo normal<br />
puede verse ligera asimetría, cuando se compara con<br />
el lado sano.<br />
PATOLOGÍAS DE LOS NERVIOS<br />
LESIONES TRAUMÁTICAS<br />
Las lesiones traumáticas pueden ser debidas a una<br />
contusión, o a una laceración directa <strong>del</strong> nervio en el curso<br />
de una punción o por un trauma penetrante. Casi siempre<br />
se debe a una compresión local en las fracturas-luxaciones<br />
de la cadera que tienen tratamiento de reemplazo. También<br />
ocurren en las parálisis anestésicas, por torniquetes,<br />
etc. Otras veces obedecen a un hematoma, lipoma, aneurisma<br />
o cicatriz posoperatoria.<br />
No obstante, las lesiones menos evidentes, se refieren<br />
a estiramiento de un nervio por esguince repetido o<br />
sobreuso. Los microtraumas repetidos pueden conducir a<br />
fenómenos de compresión <strong>del</strong> nervio, que puede tener carácter<br />
acumulativo. Las presiones mecánicas mantenidas<br />
se asocian con cierto grado de isquemia localizada <strong>del</strong> nervio,<br />
capaz de producir lesiones de las fibras nerviosas,<br />
que cuando son severas y prolongadas, pueden determinar<br />
pérdida axonal y degeneración Walleriana. La alteración<br />
puede ser ligera, con pérdida focal <strong>del</strong> patrón fascicular y<br />
aumento de la vascularización dentro <strong>del</strong> nervio. En los<br />
traumas más importantes puede verse una interrupción de<br />
la continuidad <strong>del</strong> nervio.<br />
En los casos de una ruptura muy amplia se produce<br />
un neuroma en forma de una masa hipoecoica alargada,<br />
conectada con la porción proximal <strong>del</strong> nervio lesionado.<br />
La mayoría de los neuromas tienen una cápsula fibrosa y<br />
aparecen bien definidos, a veces con calcificaciones internas.<br />
El estudio con ecografía de la compresión de un<br />
nervio obliga a descartar una masa vecina responsable<br />
de la lesión.<br />
LESIONES NERVIOSAS POR INYECCIÓN<br />
INTRAMUSCULAR<br />
Estas lesiones ocurren con mayor frecuencia en las<br />
regiones glúteas en pacientes <strong>del</strong>gados o crónicamente enfermos<br />
o por mala técnica. En su mecanismo intervienen<br />
el trauma directo con la aguja, la constricción secundaria<br />
a la cicatriz y la acción química neurotóxica <strong>del</strong> medicamento.<br />
La ecografía permite localizar el sitio de la colección<br />
o el nódulo de la cicatriz responsables de la compresión<br />
local. En el caso particular <strong>del</strong> nervio ciático se pueden<br />
detectar gangliones degenerativos intraneurales.<br />
LESIONES NERVIOSAS INFLAMATORIAS<br />
Se han descrito los hallazgos en la ecografía de la<br />
neurilenitis, degeneración fibrosa de los nervios y en la<br />
lepra tuberculoide. En la neurilenitis la ecografía puede<br />
mostrar engrosamiento local o difuso <strong>del</strong> nervio con disminución<br />
de la ecogenicidad interna y desaparición de la<br />
ecotextura fibrilar paralela. En la lepra se ve una masa<br />
hipoecoica relacionada con la bolsa que rodea al nervio<br />
engrosado.<br />
CIRUGÍA RECONSTRUCTIVA<br />
DE LOS NERVIOS<br />
La ecografía es de gran valor en las lesiones nerviosas<br />
reparadas quirúrgicamente, que permite evaluar la continuidad<br />
<strong>del</strong> segmento interpuesto entre los bordes <strong>del</strong> nervio<br />
lesionado, así como identificar la formación de un tejido<br />
fibroso en el sitio de la sutura. En los casos con buena<br />
evolución el único signo reconocible es el cambio de calibre<br />
entre el nervio original y el puente interpuesto.<br />
Las fallas quirúrgicas pueden deberse a infección en<br />
el sitio de la sutura o a una tensión excesiva, lo que provoca<br />
la formación de tejido fibroso, a veces detectable en la<br />
ecografía.<br />
NEUROPATÍAS POR ATRAPAMIENTO<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Los canales osteofibrosos son pasajes anatómicos estrechos<br />
que redireccionan el curso de los nervios, (junto<br />
con los vasos y tendones), al cruzar una articulación<br />
sinovial. El piso está constituido por huesos y el techo por<br />
36 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
engrosamiento focal transversal de una fascia profunda<br />
(retináculo), los cuales se insertan en las porciones terminales<br />
de las prominencias óseas correspondientes, para<br />
prevenir la luxación y los traumatismos de las estructuras<br />
contenidas en el túnel durante la actividad articular. En<br />
estos túneles los nervios son más vulnerables a la compresión<br />
o al atrapamiento.<br />
La compresión nerviosa puede ser de causa externa o<br />
por la presencia de un tejido normal dentro <strong>del</strong> túnel. La<br />
irritación crónica o la lesión <strong>del</strong> nervio por efecto de la<br />
presión pueden comprometer la microvascularización<br />
intraneural con rotura de la barrera nervio-sanguínea y<br />
congestión venosa, lo que puede provocar edema alrededor<br />
<strong>del</strong> nervio y aumento de la presión <strong>del</strong> líquido<br />
endoneural. En el período inicial los síntomas son intermitentes<br />
o muchas veces desaparecen después <strong>del</strong> ejercicio,<br />
por drenaje <strong>del</strong> edema. A medida que progresa la enfermedad<br />
el edema <strong>del</strong> perineuro sufre cambios fibróticos con<br />
constricción <strong>del</strong> mismo, que cuando es muy prolongado<br />
puede lesionar la vaina de mielina y provocar degeneración<br />
axonal, lo que puede llevar a una pérdida de la función<br />
<strong>del</strong> nervio y <strong>del</strong> músculo correspondiente.<br />
Los síndromes por atrapamiento neural, como ya hemos<br />
mencionado, son más frecuentes en las zonas donde<br />
ellos atraviesan los túneles osteofibrosos, o donde aparecen<br />
fijados por bandas de músculos prominentes o anómalos,<br />
o por debajo de puentes óseos que los fijan.<br />
Las lesiones compresivas de los nervios producen un<br />
síndrome compartimental en miniatura con edema, que<br />
como ya hemos señalado se asocia con congestión vascular<br />
inicial que progresa hacia la fibrosis y constricción <strong>del</strong><br />
nervio. Posteriormente hay lesión de la mielina de la vaina<br />
y degeneración axonal inducida por la fibrosis, que puede<br />
llevar a la pérdida permanente de la función <strong>del</strong> nervio y<br />
atrofia de los músculos.<br />
En los síndromes compresivos, la ecografía puede detectar<br />
cambios en la forma y ecotextura <strong>del</strong> nervio. Puede verse<br />
un aplanamiento difuso o un estrechamiento localizado <strong>del</strong><br />
nervio, asociado a inflamación de la porción proximal <strong>del</strong><br />
mismo en relación con la compresión. El nervio puede aparece<br />
uniformemente hipoecoico con pérdida de su ecoestructura<br />
fascicular. En el DC se puede ver aumento <strong>del</strong> flujo.<br />
SÍNDROMES COMPRESIVOS<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano<br />
El nervio mediano entra en la mano por una vía estrecha<br />
en la muñeca; es el llamado túnel carpiano, <strong>del</strong>imitado<br />
por detrás por los huesos <strong>del</strong> carpo y por <strong>del</strong>ante por el<br />
ligamento transverso <strong>del</strong> carpo, que se trata de un retináculo<br />
flexor inextensible. Además <strong>del</strong> nervio mediano el túnel contiene<br />
los 8 tendones de los flexores superficial y profundo y<br />
el tendón flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso. El retináculo, de 3 a<br />
4 cm de ancho se inserta desde la tuberosidad <strong>del</strong> escafoides<br />
y porción proximal <strong>del</strong> pisiforme (túnel carpiano proximal)<br />
hasta el tubérculo <strong>del</strong> trapezoide y gancho <strong>del</strong> ganchoso o<br />
túnel carpiano distal. En su lado radial se divide en 2 capas<br />
verticales que contienen al tendón <strong>del</strong> flexor largo radial <strong>del</strong><br />
carpo que se continúa en la porción media de la palma de la<br />
mano con la aponeurosis palmar. El nervio mediano se sitúa<br />
inmediatamente por detrás <strong>del</strong> retináculo y cursa por<br />
<strong>del</strong>ante y paralelo a los tendones flexores <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />
dedos y medial al tendón flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. En la<br />
palma de la mano da ramas sensoriales al 1er., 2do. y 3er.<br />
dedos y a la mitad radial <strong>del</strong> 4to. dedo. También da una<br />
rama motora radial para los músculos de la porción tenar.<br />
Los síntomas más frecuentes son: dolor quemante con<br />
parestesia en la mano, sobre todo al dormir, y los signos<br />
positivos de Tinel y de Phalen. Hay trastornos sensoriales<br />
en la distribución <strong>del</strong> nervio mediano con atrofia de la<br />
eminencia tenar, debido al agotamiento <strong>del</strong> abductor corto<br />
<strong>del</strong> dedo gordo, oponente <strong>del</strong> dedo gordo o el músculo flexor<br />
corto <strong>del</strong> dedo gordo.<br />
El diagnóstico de este síndrome se hace con la historia<br />
clínica y los hallazgos <strong>del</strong> examen físico. El diagnóstico<br />
con imágenes puede ser útil en casos atípicos, sobre todo<br />
para evaluar las complicaciones posquirúrgicas y diferenciar<br />
las tenosinovitis de los flexores de otras lesiones que<br />
ocupan espacio.<br />
Hay numerosas causas extrínsecas que provocan<br />
atrapamiento de este nervio. A veces se trata de anomalías<br />
congénitas, como ocurre en presencia <strong>del</strong> flexor aberrante<br />
<strong>del</strong> índice y en la persistencia de la arteria medial <strong>del</strong> antebrazo.<br />
Entre las enfermedades adquiridas que pueden provocar<br />
un aumento en el contenido <strong>del</strong> túnel están: la<br />
tenosinovitis de los tendones flexores, el ganglión quístico,<br />
lipomas, tumores vasculares y el depósito de amiloide.<br />
Estos procesos pueden producir una disminución en el tamaño<br />
<strong>del</strong> túnel, como también ocurre en el alineamiento<br />
incorrecto de los huesos <strong>del</strong> carpo o fracturas óseas.<br />
En un corte transversal el nervio aparece elíptico y se<br />
aplana de manera progresiva a medida que cursa<br />
distalmente. Con la ecografía dinámica en un corte<br />
longitudinal y al realizar la flexión digital, se demuestra<br />
un desplazamiento pasivo <strong>del</strong> nervio medial por <strong>del</strong>ante de<br />
los tendones flexores.<br />
Ecografía de los nervios periféricos. 37
El criterio ecográfico de compresión <strong>del</strong> nervio mediano<br />
incluye la tríada clásica de aplanamiento <strong>del</strong> nervio<br />
en la porción distal <strong>del</strong> túnel, inflamación <strong>del</strong> nervio en 1/3<br />
distal <strong>del</strong> radio o en 1/3 proximal <strong>del</strong> túnel y un abombamiento<br />
palmar <strong>del</strong> retináculo flexor. Se acepta que un área<br />
mayor de 0,09 cm 2 en un corte transversal <strong>del</strong> nervio a<br />
nivel <strong>del</strong> túnel proximal, se considera como el mejor signo<br />
diagnóstico de esta lesión. También se puede observar como<br />
existe una reducción <strong>del</strong> desplazamiento transversal <strong>del</strong><br />
nervio por debajo <strong>del</strong> retináculo durante la flexión y la<br />
extensión. También pueden verse sus causas: tenosinovitis,<br />
ganglión, depósito de amiloide, anomalías musculares, etc.<br />
El Doppler color puede mostrar el edema y las alteraciones<br />
de perfusión sanguínea.<br />
Después de la descompresión, el aspecto y la movilidad<br />
<strong>del</strong> nervio pueden mejorar y se puede ver una hendidura<br />
quirúrgica en el retináculo. La ausencia de mejoría<br />
después de la operación se debe a una sección incompleta<br />
<strong>del</strong> retináculo (complicación precoz) o a la formación de<br />
un tejido cicatrizal (recidiva tardía).<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital proximal<br />
En su paso a través de la porción medial <strong>del</strong> codo, el<br />
nervio cubital se sitúa en un anillo osteofibroso o túnel<br />
cubital, el cual está formado por una muesca entre el proceso<br />
olecraneano <strong>del</strong> cúbito y el epicóndilo medial <strong>del</strong><br />
húmero, cubierto por una vaina fascial que se conoce como<br />
retináculo cubital <strong>del</strong> túnel o fascia de Osborne. El nervio<br />
entra en el espacio entre las cabezas cubital y humeral <strong>del</strong><br />
músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo, cuyo origen está conectado<br />
por un arco aponeurótico o ligamento arcuato que<br />
representa una expansión distal <strong>del</strong> retináculo cubital <strong>del</strong><br />
túnel. En el túnel cubital el nervio cubital es subcutáneo y<br />
puede palparse por detrás de la punta <strong>del</strong> epicóndilo medial.<br />
Durante los movimientos de flexión y extensión <strong>del</strong> codo<br />
el túnel cubital cambia su forma, de ligeramente ovoideo a<br />
elíptico, así como de volumen, debido al origen excéntrico<br />
<strong>del</strong> retináculo. Cuando el nervio cubital se curva sobre el<br />
epicóndilo medial se produce una elongación y aplanamiento<br />
de este relacionado con el mecanismo de tracción,<br />
lo que ocurre normalmente en la flexión <strong>del</strong> codo. Cuando<br />
existe aumento de la presión en el túnel cubital por efecto<br />
<strong>del</strong> aumento de la tensión <strong>del</strong> retináculo y abombamiento<br />
<strong>del</strong> ligamento colateral medial (LCM), se produce una reducción<br />
de más <strong>del</strong> 55 % de esta área y un aumento marcado<br />
de la presión intersticial <strong>del</strong> túnel cubital.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> nervio cubital provocan dolor en la<br />
parte interna <strong>del</strong> codo, trastornos sensoriales en el 4to. y<br />
5to. dedos y trastornos motores en los músculos inervados<br />
por él. Estos signos pueden ser provocados por enfermedad<br />
de las raíces cervicales, <strong>del</strong> plexo braquial o <strong>del</strong> trayecto<br />
<strong>del</strong> nervio; de ahí la importancia de la ecografía.<br />
El paciente es examinado en decúbito supino con el brazo<br />
en abducción en cortes transversales y longitudinales, debiendo<br />
evitar confundirse con los músculos tríceps y flexor<br />
cubital <strong>del</strong> carpo que pasan por el mismo lugar. En el túnel,<br />
el nervio cubital se ve como una estructura ovoide o bífida<br />
muy próximo a la cortical hiperecoica, <strong>del</strong> epicóndilo. Debido<br />
a su trayecto, el nervio tiende a ser menos ecogénico<br />
por el fenómeno de anisotropía. El retináculo cubital es muy<br />
fino y difícil de observar. El Doppler color permite diferenciarlo<br />
de la arteria y venas cubitales recurrentes.<br />
Cualquier proceso inflamatorio dentro <strong>del</strong> canal, inflamación<br />
o engrosamiento de la vaina fascial pueden comprimir<br />
al nervio y comprometer su vascularización. Hay 2 áreas<br />
muy próximas, donde se observan las compresiones <strong>del</strong> nervio:<br />
una proximal en la muesca condílea y la otra distal en<br />
el borde de la aponeurosis <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
Entre las lesiones responsables de atrapamiento <strong>del</strong><br />
nervio cubital se citan: exostosis en la muesca condílea,<br />
osificación heterotópica en el área <strong>del</strong> túnel, engrosamiento<br />
<strong>del</strong> ligamento colateral medial en el piso <strong>del</strong> túnel, un<br />
músculo epitroclear ancóneo anómalo, cuerpos libres<br />
intrarticulares, ganglión quístico, deformidad posterior a<br />
fracturas, etc.<br />
La ecografía puede mostrar un estrechamiento brusco<br />
y desplazamiento <strong>del</strong> nervio dentro <strong>del</strong> túnel cubital, asociado<br />
a alteraciones de las estructuras vecinas. A veces se<br />
puede ver un engrosamiento <strong>del</strong> retináculo a nivel de la<br />
compresión.<br />
En la porción proximal al túnel el nervio comprimido<br />
aparece con una estructura engrosada, hipoecoica, con<br />
ausencia de su patrón fascicular. El examen durante la<br />
flexión <strong>del</strong> codo puede determinar una subluxación intermitente<br />
y anterior <strong>del</strong> nervio sobre el epicóndilo con una<br />
neuritis por fricción secundaria. Distal al túnel cubital el<br />
nervio entra en un segundo canal, entre las cabezas cubital<br />
y humeral <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo, que están conectadas<br />
por el ligamento arcuato. A este nivel los signos<br />
compresivos están limitados a la deformidad <strong>del</strong> nervio<br />
sin que se demuestre lesión extrínseca.<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital distal o <strong>del</strong> canal<br />
de Guyón<br />
Después de descender en el antebrazo entre los músculos<br />
flexores digitales profundos y el flexor cubital <strong>del</strong><br />
carpo, el nervio cubital atraviesa la fascia profunda y entra<br />
en la muñeca por el canal de Guyón. Este canal está<br />
constituido por el pisiforme por dentro y el gancho <strong>del</strong><br />
ganchoso por fuera. El piso lo forma el retináculo flexor y<br />
38 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
el techo está formado por el ligamento palmar carpiano y<br />
el músculo palmar corto. Este canal contiene al nervio,<br />
vena y arteria cubitales. En su porción distal el nervio se<br />
divide en una rama superficial sensitiva y en una rama<br />
motora profunda, para los músculos de la porción<br />
hipotenar; luego atraviesa la palma de la mano para<br />
distribuirse entre los músculos intrínsecos de la mano.<br />
En la ecografía y en un CT a nivel <strong>del</strong> pisiforme, el<br />
nervio cubital se ve como una estructura fina redondeada,<br />
por dentro de la arteria; también pueden verse sus ramas<br />
de bifurcación.<br />
Las neuropatías cubitales a nivel <strong>del</strong> canal son raras y<br />
dependen <strong>del</strong> sitio de lesión y de la toma <strong>del</strong> tronco principal<br />
o sus divisiones. Las presiones externas, crónicas y<br />
repetidas son las causas más frecuentes de atrapamiento<br />
nervioso. En la ecografía se pueden detectar algunas lesiones,<br />
tal como ganglión quístico relacionado con la articulación<br />
piramidal-pisiforme, músculos anómalos,<br />
seudoaneurismas de la arteria radial y fracturas residuales.<br />
Síndrome de compresión <strong>del</strong> nervio peroneo<br />
común o <strong>del</strong> cuello peroneo<br />
En el vértice de la fosa poplítea el nervio ciático se<br />
divide en 2 ramas: el mayor o nervio tibial y el más pequeño<br />
o nervio peroneo común (ciático poplíteo externo). Si<br />
bien el nervio tibial continúa el trayecto <strong>del</strong> nervio ciático,<br />
el nervio peroneo común desciende oblicuamente a través<br />
de la fosa poplítea rodeando al cuello peroneo. Este nervio<br />
pasa profundamente a la inserción de la cabeza superficial<br />
<strong>del</strong> músculo peroneo largo y se divide en 2 ramas: los nervios<br />
peroneos superficial y profundo, que tienen fibras<br />
sensoriales y motoras.<br />
Los nervios que inervan al peroneo superficial son: los<br />
peroneos largo y corto (músculos eversores), mientras que<br />
la rama profunda lo hace de los músculos extensores y<br />
dorsiflexores <strong>del</strong> pie y de los dedos (tibial anterior, extensor<br />
largo <strong>del</strong> primer dedo y extensor corto y largo de los dedos).<br />
Una lesión completa <strong>del</strong> nervio peroneo común produce<br />
un pie péndulo y una marcha característica con trastornos<br />
sensoriales en la cara anterolateral de la porción distal de la<br />
pierna y dorso <strong>del</strong> pie. El nervio peroneo común o ciático<br />
poplíteo externo puede comprimirse cuando pasa superficial<br />
a la cabeza <strong>del</strong> peroné, en la cara posterior de la rodilla.<br />
Aunque no hay un verdadero túnel osteo-fibroso, el nervio<br />
cursa por un espacio estrecho entre el hueso y la fascia.<br />
En la ecografía se puede ver al nervio peroneo común<br />
en su trayecto por la porción lateral de la fosa poplítea<br />
dirigido hacia el cuello peroneo. Para identificarlo mejor<br />
se debe visualizar el borde posterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
femoral y el perfil ecogénico de la cabeza <strong>del</strong> peroné.<br />
Aunque es una afección rara, el atrapamiento ocurre<br />
en el pequeño espacio que existe entre el hueso y la fascia<br />
cuando el nervio se arrolla alrededor de la parte posterior<br />
<strong>del</strong> cuello peroneo. La lesión se produce por un aumento<br />
de la presión en la región durante el sueño o al cruzar la<br />
pierna. Otras causas incluyen los gangliones quísticos,<br />
tumores de partes blandas, masas óseas o fabelas<br />
hipertróficas, así como a secuelas de fracturas o luxaciones,<br />
muchas veces en relación con el tratamiento.<br />
Las lesiones ganglionares de la vaina <strong>del</strong> nervio ocurren<br />
en el tronco común y casi siempre están relacionadas<br />
con una extensión de la articulación tibioperonea. En la<br />
ecografía se puede ver una estructura quística en forma de<br />
huso. El quiste hipoecoico, provoca un agrandamiento<br />
focal <strong>del</strong> nervio, muchas veces con pérdida de la estructura<br />
fascicular y en ocasiones con tabiques.<br />
Síndrome de compresión <strong>del</strong> nervio tibial<br />
(proximal y distal) Síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano<br />
En la porción interna <strong>del</strong> tobillo el nervio tibial, continuación<br />
<strong>del</strong> tronco medial <strong>del</strong> nervio ciático pasa profundamente<br />
al retináculo de los flexores en el espacio entre el<br />
maléolo interno y la pared medial <strong>del</strong> calcáneo. El retináculo<br />
aparece como una fascia fina que forma el techo <strong>del</strong> canal<br />
<strong>del</strong> tarso. Junto al nervio tibial se sitúan los tendones <strong>del</strong><br />
tibial posterior, flexor largo de los dedos y flexor largo <strong>del</strong><br />
dedo gordo, así como la arteria y venas tibiales posteriores.<br />
Por debajo y por detrás <strong>del</strong> maléolo interno el nervio<br />
tibial se divide en las ramas plantares medial y lateral y<br />
una rama sensitiva al calcáneo. El nervio plantar inerva a<br />
los músculos intrínsecos <strong>del</strong> pie, con excepción <strong>del</strong> extensor<br />
corto, que es inervado por la rama profunda <strong>del</strong> peroneo.<br />
En el síndrome proximal <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> tarso hay un<br />
atrapamiento <strong>del</strong> nervio tibial en la región retromaleolar,<br />
mientras que el síndrome tarsal distal interesa las divisiones<br />
<strong>del</strong> nervio tibial. En los casos clásicos de este síndrome<br />
se asume que el proceso afecta a ambas zonas, aunque<br />
en ocasiones, solo interesa una porción de este nervio.<br />
La causa más frecuente de compresión externa se asocia<br />
a un yeso mal colocado en el tobillo. Otras veces se<br />
debe a una lesión que ocupa espacio en la porción medial<br />
<strong>del</strong> tobillo como sucede en las tenosinovitis de los flexores,<br />
ganglión relacionado con la articulación calcaneoastragalina,<br />
séptum de la fascia, músculo o tendones anómalos<br />
o fracturas residuales. Los síntomas incluyen molestias o<br />
dolores en el tobillo y pie y parestesia en la planta, pero el<br />
diagnóstico es muy difícil, salvo que exista una inflamación<br />
en la porción interna <strong>del</strong> tobillo.<br />
Ecografía de los nervios periféricos. 39
El túnel <strong>del</strong> tarso está formado por el retináculo flexor,<br />
la pared medial <strong>del</strong> calcáneo, la porción posteromedial <strong>del</strong><br />
astrágalo y la porción distal de la tibia. Contiene al nervio<br />
tibial posterior, arteria y venas tibiales posteriores y 3 tendones<br />
(tibial posterior, flexor largo de los dedos y flexor<br />
largo <strong>del</strong> dedo grueso). El síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano se<br />
refiere al atrapamiento <strong>del</strong> nervio tibial posterior (túnel<br />
proximal), o a sus 2 ramas plantares a lo largo de la porción<br />
medial <strong>del</strong> tobillo (porción distal <strong>del</strong> túnel).<br />
Con la ecografía se puede estudiar la anatomía de este<br />
canal y seguir el curso <strong>del</strong> nervio tibial y de sus ramas en<br />
la parte interna <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie. El nervio tibial se<br />
sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón largo flexor de los dedos y superficial<br />
al tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er.. dedo, muy próximo<br />
a los vasos tibiales posteriores, los que se identifican<br />
fácilmente con el Doppler color. En la ecografía se puede<br />
ver el engrosamiento fusiforme <strong>del</strong> nervio con alteración<br />
<strong>del</strong> patrón fascicular o una diferencia de tamaño entre la<br />
rama medial y lateral.<br />
En casos de lesiones que ocupan espacio en el túnel, la<br />
ecografía es muy útil, así como para ver las lesiones propias<br />
<strong>del</strong> nervio, en forma de engrosamiento fusiforme focal<br />
asociado a pérdida <strong>del</strong> patrón fascicular.<br />
Síndrome de compresión de los nervios<br />
interdigitales<br />
Los nervios plantares medial y lateral se dividen, cerca<br />
de la base de los metatarsianos, en los nervios<br />
interdigitales, que envían ramas motoras a los músculos<br />
<strong>del</strong> pie y ramas cutáneas a los dedos. En su curso hacia los<br />
dedos los nervios interdigitales pasan por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />
intermetatarsiano transverso, los que conectan a las<br />
cabezas de los metatarsianos para mantener el arco transversal<br />
<strong>del</strong> pie. Fenómenos locales y repetitivos de choque<br />
<strong>del</strong> nervio por debajo de este ligamento afectan a los nervios<br />
con una posterior degeneración y fibrosis perineural<br />
responsable de los neuromas de Morton (neuritis<br />
interdigital). Otro mecanismo puede ser la presencia de<br />
isquemia y compresión <strong>del</strong> nervio interdigital por una bursa<br />
inflamada y agrandada.<br />
Masas tumorales de los nervios<br />
Neuroma de Morton<br />
Los síntomas <strong>del</strong> neuroma de Morton son: dolor en la<br />
planta <strong>del</strong> pie y parestesia en el dedo vecino, que se exacerba<br />
al estirar las articulaciones metatarsofalángicas como<br />
ocurre en la dorsiflexión de los dedos o al caminar con<br />
zapatos estrechos.<br />
Aunque muchos ortopédicos consideran que el<br />
neuroma es un diagnóstico clínico, su diagnóstico correcto<br />
se hace mejor con los métodos imagenológicos.<br />
En la cabeza de los metatarsianos, los nervios<br />
interdigitales pueden estar comprimidos, casi siempre por<br />
una dorsiflexión repetida y marcada de los dedos, lo que<br />
provoca atrapamiento de estos nervios. Los traumas crónicos<br />
y algunos síndromes de choque de la región pueden<br />
provocar engrosamientos fusiformes y degeneración fibrosa<br />
<strong>del</strong> nervio, con desarrollo de una masa plantar que se corresponde<br />
con el neuroma de Morton.<br />
La ecografía puede hacerse por vía dorsal o plantar.<br />
Cuando se usa la vía dorsal los dedos se colocan en flexión<br />
plantar y con una presión manual en el lado plantar afectado.<br />
Cuando se usa la vía plantar se realiza dorsiflexión<br />
de los dedos con una presión manual en el lado dorsal. La<br />
mayoría de los autores prefieren utilizar la vía dorsal, dado<br />
lo fina de la piel y ausencia de queratosis. La técnica<br />
Doppler puede ayudar a localizar al nervio que camina<br />
vecino a la arteria y la vena intermetatarsianas.<br />
Neuromas traumáticos<br />
Los neuromas ocurren preferentemente en el 2do. y<br />
3er. espacios, a nivel o ligeramente proximal a las cabezas<br />
de los metatarsianos. En la ecografía aparecen como masas<br />
hipoecoicas fusiformes u ovoideas, bien definidas, con<br />
su eje mayor paralelo a los metatarsianos. Las porciones<br />
proximal y distal a la masa pueden aparecer ligeramente<br />
engrosadas y en el Power Doppler aparecen<br />
hipervascularizadas. En un CS se puede demostrar su continuidad<br />
con el nervio. El dolor local se puede aumentar<br />
realizando una compresión con el transductor.<br />
Tumores benignos y malignos de los nervios<br />
periféricos<br />
Los tumores neurogénicos están íntimamente relacionados<br />
con los haces neurovasculares y pueden asociarse<br />
con ligera atrofia de los músculos inervados. Para su diagnóstico<br />
hay que demostrar la íntima relación entre el tumor<br />
y el nervio.<br />
A veces se puede diferenciar con la ecografía a los<br />
tumores benignos de los nervios periféricos (neurofibromas<br />
y schwannomas) de los tumores malignos. La mayoría de<br />
los tumores periféricos son homogéneos, con aumento de<br />
la transmisión <strong>del</strong> sonido, cambios quísticos, mientras que<br />
los neurofibromas tienen una ecogenicidad grosera y un<br />
patrón hipovascular.<br />
La distinción entre los diferentes tumores benignos es<br />
a veces posible. Los tumores de las vainas aparecen como<br />
masas globulosas, separadas de las fibras intactas <strong>del</strong> nervio<br />
por una cápsula fibrosa y se puede ver al nervio de<br />
40 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
origen comprimido sobre la cápsula. Los neurofibromas,<br />
por el contrario, aparecen como masas fusiformes, no<br />
encapsuladas.<br />
Los tumores malignos casi siempre se originan por<br />
transformación sarcomatosa de un neurofibroma previo.<br />
Pueden ser globulosos o fusiformes, bien circunscritos,<br />
con una seudocápsula fibrosa, el nervio ciático es el más<br />
interesado. En la ecografía los bordes pueden ser mal definidos<br />
y estar adheridos a los tejidos vecinos. Se recomienda<br />
la biopsia que suele ser muy dolorosa.<br />
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Ecografía de los nervios periféricos. 41
42 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ARTICULACIONES. ECOGRAFÍA. GENERALIDADES<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Si bien el estudio ecográfico de cada una de las grandes<br />
articulaciones se va a realizar en sus capítulos correspondientes,<br />
consideramos necesario el dedicarle un<br />
subcapítulo al estudio ecográfico de las articulaciones. Por<br />
la importancia que tiene esta técnica en las diferentes enfermedades<br />
articulares, nos referiremos en primer lugar a<br />
su valor en la patología general articular y posteriormente<br />
al valor de la ecografía en la artritis reumatoide, en las<br />
enfermedades articulares por artritis no reumatoidea,<br />
osteoartrosis, procesos sépticos, depósitos de amiloide o<br />
de cristales, etc. También incluiremos otros capítulos que<br />
abordan las enfermedades de la sinovial, las afecciones<br />
<strong>del</strong> cartílago articular y óseo, las enfermedades de las bursas<br />
y la detección de los cuerpos libres intraarticulares.<br />
La ecografía <strong>del</strong> SOMA se está utilizando de modo<br />
cada vez más frecuente, no sólo por los radiólogos, sino<br />
también por los médicos de Medicina Deportiva, médicos<br />
de urgencia y cirujanos ortopédicos. Aunque la IRM continúa<br />
siendo la técnica de elección para el estudio de las<br />
alteraciones articulares se han señalado ventajas de la<br />
ecografía sobre la IRM como son:<br />
- Más barata.<br />
- Más ampliamente disponible.<br />
- Imagen en tiempo real (TR) con posibles estudios<br />
dinámicos.<br />
- No se requiere sedación en los niños.<br />
- Es portable.<br />
- Los resultados pueden compararse con el lado sano.<br />
- Permite una mejor caracterización de los líquidos.<br />
- Es la técnica ideal para el diagnóstico de los cuerpos<br />
extraños no radiopacos y<br />
- Sirve de guía para las punciones aspirativas diagnósticas<br />
y terapéuticas.<br />
No obstante, un buen estudio ecográfico articular requiere<br />
de:<br />
- Un conocimiento de la física de la ecografía.<br />
- Un entrenamiento previo sobre el aspecto normal<br />
y patológico de las articulaciones y estructuras<br />
periarticulares.<br />
- Un conocimiento y familiaridad en el aspecto ecográfico<br />
de la mayoría de las lesiones patológicas<br />
de las articulaciones.<br />
- Disponer de un buen equipo y de un transductor<br />
con diferentes frecuencias.<br />
- Conocer bien el cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />
TÉCNICA<br />
Se debe usar un transductor lineal entre 5 y 14 MHz,<br />
con manejo adecuado de las ganancias para evitar fenómenos<br />
de ruido y de reverberancia. En las superficies curvas<br />
es conveniente el empleo de los proxones o de abundante<br />
gel. Deben realizarse los cortes necesarios para aclarar<br />
la anatomía de la articulación estudiada y su relación<br />
con las estructuras vecinas. El Doppler color es de gran<br />
utilidad cuando se sospecha un aneurisma o para detectar<br />
el flujo intratumoral vecino a una articulación.<br />
Debe realizarse estudio anatómico y funcional comparativo<br />
con el lado sano, un estudio dinámico de la articulación,<br />
así como durante la contracción muscular, y con<br />
compresión y descompresión con el transductor en el sitio<br />
sospechoso de lesión, lo que permite diferenciar una bursa<br />
inflamada o líquido intraarticular, de un pannus sinovial,<br />
así como diferenciar entre líquido intersticial y las venas.<br />
También es de gran valor la exploración de los puntos<br />
dolorosos <strong>del</strong> paciente, que casi siempre se corresponden<br />
con el sitio más afectado.<br />
Hay que evitar los artefactos de anisotropía en el estudio<br />
de los tendones y los ligamentos. En condiciones técni-<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 43
cas adecuadas, como ya hemos señalado, estas últimas<br />
estructuras se muestran en forma de haces de fibras paralelas<br />
y compactas, con un curso rectilíneo o curvo. En un<br />
corte paralelo a su eje mayor las fibras aparecen como<br />
líneas ecogénicas brillantes paralelas entre sí, y en un corte<br />
transversal como puntos brillantes agrupados. Si el corte<br />
no es perpendicular a las fibras, éstas aparecen con áreas<br />
hipoeoicas en su interior que simulan una ruptura o<br />
tendinitis.<br />
PATOLOGÍA ARTICULAR.<br />
En la práctica clínica hay dos grandes categorías de<br />
patología articular susceptibles de estudiar con la ecografía:<br />
1. Traumáticas.<br />
- Trauma crónico repetido.<br />
- Lesiones de PB.<br />
- Lesiones <strong>del</strong> cartílago no osificado.<br />
2. No traumáticas.<br />
- Inflamación local o masa.<br />
- Inflamación articular difusa.<br />
- Dolor agudo con pérdida de los movimientos.<br />
- Dolor articular no específico.<br />
- Dolor articular al movimiento.<br />
- Displasia de desarrollo de la cadera (niño).<br />
PATOLOGÍA ARTICULAR TRAUMÁTICA<br />
Los traumas crónicos y repetidos pueden producir una<br />
masa localizada provocada por una bursa agrandada, un<br />
ganglión o provocar lesiones focales en tendones, ligamentos,<br />
músculos, cartílago y aún en el hueso, que casi nunca<br />
se ven en los rayos X convencionales. La ecografía puede<br />
detectar la mayoría de estas lesiones, así como permite<br />
detectar cuerpos libres intraarticulares y erosiones óseas<br />
asociadas.<br />
En los traumas agudos articulares la radiología convencional<br />
puede ser negativa o mostrar signos indirectos<br />
de una enfermedad articular (hemartrosis, derrame) pero<br />
no da información sobre los tejidos blandos vecinos. Esto<br />
se logra con la ecografía que además puede informarnos<br />
sobre la presencia de hemartrosis o lipohemartrosis, así<br />
como sospecha de una fractura intrarticular o lesión<br />
osteocondral.<br />
Si bien la radiología convencional constituye la piedra<br />
de oro para valorar las fracturas completas, en algunas<br />
condiciones la ecografía es de más valor. En los<br />
niños pequeños y sobre todo en los neonatos, la ecografía<br />
permite diagnosticar fracturas y desplazamientos en las<br />
epífisis y apófisis no osificadas, no visibles en los rayos<br />
X. La ecografía puede mostrar fracturas, deformidades<br />
y desplazamiento <strong>del</strong> cartílago no osificado y por<br />
tanto prevenir deformidades futuras y trastornos <strong>del</strong> crecimiento.<br />
Un valor adicional de la ecografía es el diagnóstico de<br />
los cuerpos extraños no opacos en los tejidos blandos, frecuentemente<br />
asociados a pequeños traumas que a veces se<br />
rodean de una reacción inflamatoria marcada y se presentan<br />
como una masa vecina a la articulación. Además, se<br />
facilita su extracción guiada por la ecografía.<br />
PATOLOGÍA ARTICULAR NO TRAUMÁTICA<br />
En la mayoría de los casos, el paciente con una enfermedad<br />
articular se presenta con una masa localizada en el<br />
TCS o con una masa inflamatoria asociada a dolor e inflamación.<br />
En estos casos la masa puede deberse a una bursa<br />
distendida, ganglión quístico, inflamación de un músculo<br />
o tendón o debido a una ruptura tendinosa parcial. Otras<br />
veces obedece a un tumor, granuloma de cuerpo extraño,<br />
absceso, tofo, nódulo reumatoideo, pannus o tejido<br />
amiloideo.<br />
La ecografía se ha utilizado para la valoración de las<br />
infecciones articulares agudas y crónicas, en la AR, en la<br />
sinovitis pigmentada villonodular (SPVN) y en las<br />
artropatías por depósito de cristales. Los hallazgos casi<br />
siempre son inespecíficos: masa o engrosamiento sinovial,<br />
detritus ecogénico, erosiones óseas o cartilaginosas, etc.<br />
lo que requiere en ocasiones de una biopsia.<br />
La presencia de un dolor agudo y la pérdida de movimiento<br />
de la articulación coxofemoral, en ausencia de un<br />
trauma pueden indicar una infección, pero es<br />
indiferenciable de la llamada osteoporosis transitoria o de<br />
la sinovitis aguda por depósito de cristales. La ecografía<br />
puede asegurar la presencia de derrame articular y comprobar<br />
su naturaleza, por aspiración.<br />
Otras veces los dolores articulares son inespecíficos,<br />
difíciles de evaluar. En la enfermedad por depósito de<br />
hidroxiapatita se pueden ver calcificaciones periarticulares<br />
asociadas a dolor articular difuso y severo.<br />
En las lesiones <strong>del</strong> MR es frecuente provocar el dolor<br />
con los movimientos <strong>del</strong> hombro.<br />
En el recién nacido (RN) la ecografía es el método<br />
ideal para el diagnóstico de la displasia de cadera, ya que<br />
permite visualizar el acetábulo y la cabeza femoral no osificadas,<br />
así como evaluar los efectos, en TR, de las maniobras<br />
de estrés.<br />
44 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
HALLAZGOS ECOGRÁFICOS GENERALES<br />
DE LA PATOLOGÍA ARTICULAR<br />
Es conveniente revisar los diferentes datos ecográficos<br />
producidos por los diversos procesos patológicos de las<br />
articulaciones, lo que ayuda a entender y a detectar ciertos<br />
hallazgos en determinadas afecciones articulares y que<br />
pueden afectar a la articulación propiamente dicha y a sus<br />
estructuras vecinas.<br />
LÍQUIDO ARTICULAR<br />
El derrame articular se ve en la ecografía como un<br />
área hipoecoica, limitada por la cápsula articular, que cuando<br />
el líquido es simple aparece anecoico. Cuando aumenta<br />
la ecogenicidad hay que pensar en una infección o<br />
hemartrosis. A veces se asocia con engrosamiento sinovial,<br />
cuerpos libres y muestra ecos irregulares.<br />
No obstante, la ecografía no puede diferenciar un líquido<br />
infestado <strong>del</strong> que ocurre en una sinovitis traumática,<br />
en una artropatía por depósito de cristales, en una artritis<br />
inflamatoria o en una hemartrosis, lo que requiere de la<br />
aspiración con aguja.<br />
ALTERACIONES DE LA SINOVIAL<br />
Puede ocurrir en la cápsula articular, bursa o vaina<br />
tendinosa. En las articulaciones y bursas la sinovitis aparece<br />
como un engrosamiento difuso o nodular de la articulación<br />
o en los bordes de la bursa, con engrosamiento<br />
nodular de los pliegues sinoviales, asociada a derrame. A<br />
veces el pannus sinovial, se puede confundir con el líquido<br />
articular y en estos casos es importante la compresión con<br />
el transductor.<br />
En las vainas tendinosas, la sinovitis se muestra como<br />
un anillo hipoecoico alrededor <strong>del</strong> tendón que puede confundirse<br />
con líquido. El DC puede mostrar flujo en la<br />
sinovial hipervascularizada.<br />
PATOLOGÍA TENDINOSA PERIARTICULAR<br />
Hay una gran variedad de enfermedad tendinosa que<br />
acompaña a las afecciones articulares con un aspecto diferente<br />
en la ecografía.<br />
La inflamación tendinosa local puede deberse al síndrome<br />
de sobreuso, como sucede en la tendinosis patelar o<br />
de Aquiles. Se caracteriza por presentar áreas focales internas<br />
hipoecoicas o por el depósito de algunas sustancias<br />
como sucede en los trastornos familiares <strong>del</strong> colesterol.<br />
La tenosinovitis se manifiesta por engrosamiento de la<br />
vaina, con presencia de un anillo hipoecoico alrededor <strong>del</strong><br />
tendón, debido al depósito de líquido o sinovitis.<br />
Las calcificaciones tendinosas aparecen como áreas<br />
hiperecoicas focales y brillantes, con diferentes grados de<br />
SA. Predominan en el hombro con una necrosis fibrinoide<br />
intratendinosa que se acompaña con depósito de cristales de<br />
hidroxiapatita o de pirofosfato cálcico. En este último caso<br />
la calcificación ocurre en el sitio de inserción <strong>del</strong> tendón y<br />
no en la zona isquémica <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se <strong>del</strong> hombro.<br />
Las rupturas totales pueden aparecer como un defecto<br />
transversal de los haces fibrosos o como una deformidad<br />
focal de su contorno, lo que se evidencia mejor cuando se<br />
hace compresión local con el transductor o diferentes maniobras<br />
pasivas o activas.<br />
La luxación de algunos tendones puede ocurrir espontáneamente<br />
o durante maniobras específicas.<br />
PATOLOGÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />
Los ligamentos tienen una organización y grosor variables,<br />
por lo que el aspecto ecográfico varía según la<br />
localización. Ellos se mezclan de modo imperceptible con<br />
las cápsulas articulares y se pueden visualizar en el CS<br />
como un verdadero engrosamiento capsular o como estructuras<br />
bien <strong>del</strong>imitadas. Se parecen a los tendones con<br />
haces de fibras ecogénicas paralelas y unidas estrechamente<br />
entre sí.<br />
En la ruptura completa el ligamento puede aparecer<br />
interrumpido o reemplazado por un tejido de granulación,<br />
hipoecoico. En las rupturas parciales se ven áreas focales<br />
internas hipoecoicas.<br />
PATOLOGÍA DE LAS INSERCIONES TENDINOSAS<br />
Y LIGAMENTARIAS. INSERCIONITIS. ENTESIOPATÍAS<br />
Se trata de alteraciones de la inserción de los ligamentos,<br />
tendones y cápsulas en el hueso, en las llamadas fibras<br />
de Sharpey y que tienen como finalidad el estabilizar<br />
las articulaciones.<br />
En las artritis hay que distinguir 2 tipos de<br />
entensiopatías.<br />
Entesiopatías inflamatorias erosivas. Son frecuentes en<br />
la espondilitis anquilopoyética, en la artritis que acompaña<br />
a las enfermedades inflamatorias <strong>del</strong> intestino y<br />
en los síndromes de Reiter y de Behcet. En estas afecciones<br />
las lesiones predominan en la columna vertebral<br />
y se acompañan de erosiones en los bordes vertebrales<br />
con neoformación ósea vecina.<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 45
Entesiopatías no erosivas. Pueden obedecer a traumas,<br />
fenómenos de tracción crónica sin lesión<br />
inflamatoria o erosión y sin inflamación de las partes<br />
blandas vecinas. Con frecuencia ocurren en los<br />
ancianos obesos con predomino de las lesiones óseas<br />
neoformativas. Una variedad especial es la que<br />
ocurre en la hipertrofia difusa idiopática que predomina<br />
en el lado derecho de la columna dorsal,<br />
pelvis, hombro y tendón de Aquiles.<br />
Las lesiones de insercionitis modifican el aspecto<br />
ecográfico de las inserciones de los ligamentos, tendones y<br />
cápsulas, que se hacen hipoecoicas.<br />
BREVE ESTUDIO ECOGRÁFICO<br />
DE LA PATOLOGÍA DE LAS PRINCIPALES<br />
ARTICULACIONES.<br />
Como ya hemos señalado, las articulaciones mayores<br />
van a ser objeto de un estudio posterior. No obstante, consideramos<br />
de utilidad el hacer un breve resumen de los<br />
principales aspectos patológicos de estas articulaciones.<br />
ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR<br />
La inflamación localizada casi siempre se debe a una<br />
osteoartritis (OA). En la ecografía se ven osteofitos, engrosamiento<br />
capsular y derrame articular. La presencia de<br />
derrame casi siempre se debe a comunicación con la bursa<br />
subacromial.<br />
En los traumas agudos la articulación puede mostrarse<br />
inestable y la ecografía permite visualizar el estado de<br />
la cápsula, medir la distancia acromioclavicular y valorar<br />
la reducción o no de las luxaciones de esta articulación.<br />
ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL<br />
Las lesiones <strong>del</strong> MR provocan dolor en el hombro,<br />
sobre todo en la abducción y rotación interna. La ecografía<br />
no sólo permite el estudio de la enfermedad estática <strong>del</strong><br />
MR (lesiones tendinosas, bursitis, etc.) sino también permite<br />
explorar su enfermedad dinámica (síndrome de choque<br />
y luxación de la PLB). También tiene gran valor para<br />
el diagnóstico de las fracturas por avulsión o fracturas<br />
impactadas, muchas veces con un estudio radiográfico<br />
convencional negativo.<br />
La ecografía es de gran valor para detectar las calcificaciones<br />
de los tendones <strong>del</strong> MR o de las bursas. También<br />
permite el diagnóstico de la lesión de Bankart, o sea, <strong>del</strong><br />
desgarro de la porción anterior <strong>del</strong> labrum en la luxación<br />
recidivante, así como demostrar la deformidad de Hill-<br />
Sachs, frecuente en la luxación anterior <strong>del</strong> hombro.<br />
ARTICULACIÓN DEL CODO<br />
En los niños y jóvenes, la ecografía permite visualizar<br />
las fracturas epifisarias y <strong>del</strong> cartílago de crecimiento (no<br />
osificado), imposibles de ver con los rayos X. También<br />
pueden diagnosticarse luxaciones, desplazamientos<br />
apofisarios y fracturas <strong>del</strong> cartílago. En esta articulación<br />
la ecografía puede detectar de manera precoz la presencia<br />
de líquido (entre 1 y 3 mL.). En las artritis sépticas se<br />
puede diagnosticar una periostitis reactiva.<br />
Una de las lesiones más frecuentes es la presencia de<br />
cuerpos libres intrarticulares que dificulta la movilización<br />
<strong>del</strong> codo, a veces no visibles en los rayos X convencionales,<br />
pero fácilmente detectables en la ecografía.<br />
ARTICULACIONES DE LA MANO Y DE LA MUÑECA<br />
La causa más frecuente de una masa en esta región es<br />
el ganglión quístico.<br />
La inflamación local es frecuente en las artritis, asociadas<br />
a sinovitis y erosiones óseas, a veces no visibles<br />
con los rayos X, y muy frecuentes en las AR.<br />
También pueden estudiarse las alteraciones propias de<br />
la gota, enfermedades por depósito de cristales y los depósitos<br />
amiloideos.<br />
La enfermedad de Quervain es una tenosinovitis de la<br />
muñeca debido a sobreuso, o por una AR o Tb. En la<br />
ecografía hay distensión de la vaina tendinosa con líquido<br />
sinovial, hipoecoico. Puede asociarse a rupturas tendinosas<br />
parciales o completas, con desarrollo secundario de<br />
granulomas reparativos.<br />
En el síndrome <strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo el nervio es comprimido<br />
en el canal osteofibroso por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />
transverso <strong>del</strong> carpo. Sus causas más frecuentes son:<br />
sinovitis, depósitos amiloideos, traumas repetidos y masas<br />
vecinas. También se ven en el curso de una AR provocado<br />
por engrosamiento sinovial radiocarpiano o sinovitis<br />
de la vaina <strong>del</strong> tendón. El área de sección <strong>del</strong> nervio está<br />
aumentada por inflamación y edema, llegando a medir más<br />
de 15 mm.<br />
ARTICULACIÓN DE LA CADERA<br />
La ecografía juega un papel determinante en la detección<br />
y manejo de la displasia de desarrollo de la cadera,<br />
sobre todo con las maniobras de estrés, para evaluar la<br />
estabilidad de esta articulación. También es útil en la artritis<br />
séptica para guiar una punción aspirativa.<br />
46 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Se ha demostrado su valor en el síndrome de la cadera<br />
irritable, en la cual se provoca dolor y crepitación en la<br />
abducción y rotación externa. Se cree debido a una bursitis<br />
<strong>del</strong> psoas-ilíaco o a una tendinitis provocada por el paso<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> psoas-ilíaco a través <strong>del</strong> tubérculo<br />
iliopectineo. Otros lo atribuyen a un desgarro <strong>del</strong> labrum<br />
acetabular.<br />
ARTICULACIÓN DE LA RODILLA<br />
La inflamación de la rodilla puede deberse a derrame,<br />
infección, artritis erosiva, hemorragias o masas sinoviales.<br />
Otras veces se debe a afecciones tendinosas, osteocondritis,<br />
traumas, etc.<br />
La sinovitis de la rodilla se manifiesta por un engrosamiento<br />
hipoecoico de la sinovial. La SPVN se muestra en<br />
forma de nódulos ecogénicos intraarticulares con derrame<br />
o hemartrosis y aumento <strong>del</strong> flujo en el Doppler.<br />
Los quistes de Baker son uniformemente hipoecoicos<br />
y comunican con la articulación por un cuello estrecho.<br />
Los quistes meniscales pueden aparecer hipoecoicos o<br />
hiperecoicos, en el borde articular de la rodilla y a menudo<br />
comunicando con una ruptura <strong>del</strong> menisco subyacente.<br />
La condromatosis sinovial muestra múltiples cuerpos<br />
ecogénicos intrarticulares, libres o unidos a la sinovial.<br />
La enfermedad <strong>del</strong> tendón patelar es causa frecuente<br />
de dolor. En la rodilla <strong>del</strong> saltador, o tendinosis, el tendón<br />
aparece engrosado, con áreas focales hipoecoicas por degeneración<br />
mucoide, que predomina en su inserción en el<br />
polo inferior de la rótula. Puede asociarse a ruptura parcial<br />
o completa.<br />
La osteocondritis de Osgood Schlatter ocurre en los<br />
adolescentes a nivel de la inserción <strong>del</strong> tendón patelar en la<br />
tuberosidad de la tibia. En la ecografía se puede ver la<br />
degeneración intratendinosa y la falta de continuidad de<br />
sus fibras, así como su fragmentación y el aumento de<br />
volumen de las PB.<br />
La ruptura postraumática de los retináculos patelares<br />
se visualiza en forma de una interrupción de sus fascículos.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> ligamento colateral interno (LCI) aparecen<br />
como bandas hipoecoicas heterogéneas, en un ligamento<br />
engrosado y asociado con frecuencia a ruptura <strong>del</strong><br />
ligamento cruzado anterior (LCA). En la ecografía hay un<br />
área focal hipoecoica por hematoma.<br />
En la articulación tibioperonea proximal se puede ver<br />
un síndrome de atrapamiento y compresión <strong>del</strong> nervio<br />
peroneo, asiento de un ganglión que produce una masa<br />
hipoecoica profunda y que muestra comunicación con la<br />
articulación.<br />
ARTICULACIONES DEL TOBILLO Y DEL PIE<br />
La inflamación focal <strong>del</strong> tobillo se debe con frecuencia<br />
a una enfermedad bursal, tendinosa, ligamentaria o a<br />
un ganglión. La bursa es hipoecoica y en su localización<br />
anatómica habitual, como es el caso de la bursa<br />
retrocalcánea.<br />
La tenosinovitis es una causa frecuente de dolor en el<br />
tobillo, sobre todo a nivel <strong>del</strong> tibial posterior y flexor largo<br />
<strong>del</strong> dedo gordo y menos frecuente en el tendón <strong>del</strong> peroneo<br />
y <strong>del</strong> tibial anterior. En la ecografía aparece como un anillo<br />
hipoecoico alrededor <strong>del</strong> mismo.<br />
La mayoría de los gangliones se relacionan con los<br />
tendones (tibial posterior) o proceden de articulación<br />
tibioastragalina.<br />
La tendinosis y la ruptura tendinosa de la región se<br />
deben a traumas crónicos repetidos sin inflamación y predominan<br />
en el tendón de Aquiles. En la tendinosis, hay<br />
engrosamiento <strong>del</strong> tendón y presencia de defectos internos<br />
hipoecoicos lineales o redondeados. En los casos de ruptura<br />
completa hay discontinuidad de las fibras <strong>del</strong> tendón<br />
con formación de un hematoma. A veces hay luxación <strong>del</strong><br />
tendón tibial, posterior a un esguince <strong>del</strong> tobillo.<br />
La lesión <strong>del</strong> ligamento tibio astragalino posterior puede<br />
llevar a inestabilidad y dolor. La ecografía puede determinar<br />
la ruptura <strong>del</strong> ligamento y el derrame asociado y es<br />
capaz de detectar hasta 2 ml de líquido, pero cuya naturaleza<br />
no puede ser determinada con la ecografía.<br />
ECOGRAFÍA EN LA PATOLOGÍA<br />
ARTICULAR CRÓNICA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La ecografía se ha considerado como el dedo extendido<br />
<strong>del</strong> reumatólogo. No obstante, existen limitaciones en<br />
su uso, ya que hay puntos ocultos de las articulaciones<br />
que por su disposición anatómica hacen difícil el examen<br />
como son:<br />
- El visualizar las erosiones de las superficies articulares<br />
situadas profundamente como ocurre en la región<br />
retropatelar.<br />
- En las lesiones de las articulaciones metacarpianas y<br />
metatarsianas.<br />
- En las lesiones espondiloartropáticas que predominan<br />
en la columna y articulaciones sacroilíacas.<br />
Aunque se considera a la ecografía como un complemento<br />
y no un sustituto de la radiografía, en la sinovitis y<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 47
en las erosiones de las artritis, tiene grandes ventajas, incluyendo<br />
al examen clínico, como son:<br />
- Es de gran valor en las articulaciones de localización<br />
relativamente profundas, por ejemplo el hombro y la<br />
cadera, difíciles de evaluar con el examen clínico.<br />
- La detección clínica de una sinovitis ligera es difícil,<br />
no así con la ecografía.<br />
- En la clínica, es difícil diferenciar, una sinovitis de<br />
otras causas de inflamación articular. La ecografía permite<br />
una mejor valoración cuantitativa y cualitativa<br />
de la sinovial.<br />
- La ecografía logra diferenciar el derrame de la hipertrofia<br />
sinovial y tomar la decisión o no de una punción.<br />
- Por último, permite una localización adecuada de las<br />
agujas para la inyección de agentes terapéuticos, aspiraciones<br />
diagnósticas o biopsias.<br />
ECOGRAFÍA EN LAS ARTRITIS<br />
INFLAMATORIAS<br />
La sinovial es el sitio de inflamación primaria en la<br />
mayoría de las artritis. La detección de una sinovitis ayuda<br />
al clínico a diferenciar entre artritis inflamatoria y artritis<br />
mecánica.<br />
La ecografía es mucho más sensible que los rayos X<br />
para demostrar las lesiones erosivas precoces de las artritis,<br />
sobre todo en las articulaciones pequeñas.<br />
En la mayoría de las publicaciones los estudios se han<br />
limitado al empleo de la ecografia en las grandes articulaciones,<br />
aunque esta técnica es útil también para demostrar<br />
la presencia de derrame y de sinovitis en las articulaciones<br />
pequeñas, siendo capaz de visualizar las lesiones erosivas<br />
iniciales en las articulaciones de las manos.<br />
En la AR la identificación precoz de una sinovitis y su<br />
tratamiento, limitan la progresión de la enfermedad.<br />
Veamos a continuación el aspecto ecográfico general de<br />
las artritis en las principales localizaciones anatómicas.<br />
En la artritis inflamatoria de la cadera el diagnóstico<br />
se basa en el hallazgo ecográfico de un aumento de la distancia<br />
de 7 mm o más entre el cuello femoral y la cápsula<br />
articular, o de 1 mm o más cuando se compara con el lado<br />
sano, expresión de un derrame articular.<br />
Se sabe que en el estudio con ecografía de la cadera de los<br />
adultos con una AR activa, el 15 % mostrará derrame y de<br />
ellos un tercio serán asintomáticos. La ecografía sirve, además,<br />
para evaluar los efectos <strong>del</strong> tratamiento con los esteroides.<br />
El diagnóstico de la sinovitis <strong>del</strong> hombro se basa en el<br />
hallazgo de un aumento de la distancia (mayor de 3,5 mm)<br />
entre la cápsula y el húmero estudiado con la ecografía<br />
por vía axilar, o por la diferencia de 1 mm o más cuando<br />
se compara con el lado sano.<br />
Los hombros dolorosos de los pacientes con AR muestran<br />
con mayor frecuencia: bursitis SASD (70 %),<br />
sinovitis (58 %), tendinitis <strong>del</strong> bíceps (57 %) y alteraciones<br />
<strong>del</strong> Se (33 %).<br />
Cerca <strong>del</strong> 70 % de los pacientes con hombro doloroso<br />
en la AR, muestran alteraciones múltiples en la ecografía<br />
y solo el 11 % son normales.<br />
La presencia de líquido en la bursa SASD, sobre todo<br />
asociado con derrame articular, se ve con frecuencia en la<br />
ruptura <strong>del</strong> MR, pero esto último también es muy frecuente<br />
en las artropatías inflamatorias, especialmente en la AR; de<br />
ahí la necesidad de tratar de diferenciar entre estas entidades.<br />
Ello se basa en la asociación de erosión ósea y de su<br />
localización: en la AR la erosión ocurre en la superficie<br />
articular de la cabeza humeral, en la espondiloartropatía la<br />
erosión ocurre en las tuberosidades por debajo de la inserción<br />
<strong>del</strong> MR, mientras que en el síndrome de choque ocurre<br />
en la unión de la tuberosidad mayor y la cabeza humeral.<br />
La sinovitis <strong>del</strong> codo se sospecha por la elevación de<br />
la grasa posterior, debida a derrame. El olécranon es asiento<br />
frecuente de nódulos reumatoideos que aparecen como<br />
cavidades redondeadas llenas de líquido, con bordes bien<br />
definidos y con una ecogenicidad central provocada por el<br />
líquido fibrinoide que contiene.<br />
El DC es de gran utilidad en los casos de hiperemia a<br />
nivel de la sinovial o tendones y parece que el contraste<br />
gaseoso utilizado en la ecografía va a tener más valor que<br />
el Gd, ya que las burbujas no pasan a la sinovial sino<br />
permanecen en el compartimiento intravascular.<br />
En pacientes con sospecha o diagnóstico de AR se ha<br />
demostrado que las lesiones de las partes blandas de los<br />
dedos se corresponden con una sinovitis. Cuando se comparan<br />
las articulaciones metacarpofalángicas e<br />
intercarpianas en los pacientes con AR, se ve que existe<br />
un aumento importante de alteraciones ecográficas de la<br />
sinovial y de erosiones óseas, en relación con los voluntarios<br />
normales.<br />
La ecografía también es capaz de detectar las lesiones<br />
óseas corticales en forma de un defecto irregular de la<br />
cortical que siempre debe ser confirmado en 2 planos.<br />
Las alteraciones sinoviales y erosiones óseas de las<br />
manos en los pacientes con AR varían con el estado de<br />
actividad o no de la enfermedad.<br />
Cuando se evalúan las articulaciones MCF de los pacientes<br />
con AR el 80 % muestra alteraciones en la ecografía,<br />
especialmente ensanchamiento de la cavidad articular (más<br />
de 3 mm) por engrosamiento sinovial y/o derrame, y sólo<br />
el 80 % tiene erosiones óseas en las manos sintomáticas.<br />
También se ha demostrado pérdida de la definición <strong>del</strong><br />
cartílago articular metacarpiano en el 85 % de los pacientes<br />
con AR estudiados con ecografía.<br />
48 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Por su parte, cerca <strong>del</strong> 80 % de los pacientes con una<br />
AR bien establecida presentan alteraciones ecográficas en<br />
los tendones, sobre todo engrosamiento de las vainas de<br />
los flexores, por hipertrofia sinovial o derrame, o ambos.<br />
El engrosamiento de la vaina en la tenosinovitis puede medir<br />
13 mm o más.<br />
La tenosinovitis <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo en la muñeca<br />
ocurre en más <strong>del</strong> 50% de los pacientes y se muestra<br />
en forma de pérdida de la disposición fibrilar <strong>del</strong> tendón.<br />
Por su parte la tenosinovitis de los tendones extensores<br />
se puede ver con la ecografía en el 30 % de los pacientes<br />
con una AR estable, con participación de la muñeca. Los<br />
signos de tendinitis con pérdida de la ecotextura se ven en<br />
el 55 % al 60 %, mientras que la tenosinovitis de los tendones<br />
extensores se observa, en la ecografía, en el 30 % de<br />
los pacientes con una AR bien establecida. La formación<br />
de quistes sinoviales ocurre en el 20 % de los pacientes en<br />
que hay participación de la muñeca.<br />
La incidencia de ruptura tendinosa parcial o total reportada<br />
con la ecografía, oscila entre el 10 % y el 40 % en<br />
los pacientes con tenosinovitis de la muñeca.<br />
En la AR lo frecuente es que se afecten múltiples tendones,<br />
aunque predominan en los de la muñeca.<br />
Otras veces se producen síndromes compresivos por<br />
tenosinovitis localizadas en túneles osteofibrosos (síndrome<br />
<strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo).<br />
La identificación ecográfica de líquido en las vainas<br />
flexoras es un signo precoz de una tenosinovitis supurada<br />
aguda, en ocasiones puede identificarse su causa.<br />
La tenosinovitis estenosante, especialmente, la enfermedad<br />
de De Quervain, se puede demostrar en la ecografía.<br />
Se trata de una tenosinovitis por sobreuso que afecta los<br />
tendones <strong>del</strong> abductor largo y <strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> primer<br />
dedo. El proceso puede llegar a provocar una fibrosis<br />
local con engrosamiento y edema de la vaina sinovial.<br />
No es posible diferenciar entre tenosinovitis reumática,<br />
infecciosa o por sobreuso. En caso de dudas se aconseja<br />
la punción aspirativa.<br />
Por otro lado, la presencia de líquido en las bursas no<br />
siempre refleja una enfermedad, sobre todo de modo aislado<br />
y mucho menos un proceso inflamatorio, ya que la<br />
mayoría es de origen mecánico. El efecto de la acción de<br />
absorción de los fenómenos de choque <strong>del</strong> líquido sinovial<br />
en las bursas conduce, a una hipertrofia sinovial y acumulación<br />
de líquido, que cuando es excesiva o cuando la<br />
sinovitis es resultado de una artropatía inflamatoria, aparecen<br />
los síntomas.<br />
La acumulación anormal de líquido anecoico, se ha<br />
detectado en el 11 % de la bursa superficial infrapatelar y<br />
en el 1 % de la bursa prepatelar, en trabajadores que descansan<br />
sobre sus rodillas, lo que no sucede en otro grupo<br />
de trabajadores. La lesión <strong>del</strong> tendón patelar es rara en<br />
este grupo de pacientes y posiblemente se relacione con el<br />
tipo de trabajo.<br />
El quiste de Baker en la rodilla, aunque frecuente en la<br />
AR, puede verse en otras afecciones articulares.<br />
INDICACIONES DE LA ECOGRAFÍA<br />
EN LAS AFECCIONES REUMATOIDEAS<br />
(RESUMEN)<br />
En resumen, las indicaciones de la ecografía en las<br />
afecciones reumatoideas son múltiples, especialmente en<br />
el diagnóstico precoz, detección <strong>del</strong> grado de inflamación<br />
y para el diagnóstico de sus complicaciones, como se expresa<br />
a continuación:<br />
1. En el diagnóstico precoz.<br />
- Aumento <strong>del</strong> líquido intraarticular. En condiciones<br />
normales el líquido en los recesos sinoviales<br />
no debe ser mayor de 3mm.<br />
- Engrosamiento <strong>del</strong> cartílago por edema (se hace<br />
mayor de 2,5 mm).<br />
- Inflamación de la sinovial. Aparece irregular con<br />
aspecto hipoecoico que contrasta con la grasa vecina<br />
inflamada (hiperecoica). A veces se observan<br />
sinequias y aparece el pannus, como una masa<br />
hipoecoica de aspecto velloso o seudotumoral.<br />
2. En la valoración <strong>del</strong> grado de inflamación.<br />
- Debe medirse el grosor de la sinovial y el contenido<br />
líquido intraarticular. Cuando la inflamación<br />
<strong>del</strong> cartílago se hace crónica, las superficies<br />
articulares se hacen borrosas, disminuyen<br />
en grosor y aparecen lesiones erosivas corticales<br />
en forma de cráteres, que se llenan <strong>del</strong> pannus.<br />
Posteriormente aparecen los quistes subcondriales<br />
que también se llenan <strong>del</strong> pannus (hipoecoico).<br />
En la deteccción de complicaciones.<br />
- Infecciones. Hay aumento rápido <strong>del</strong> líquido<br />
intrarticular sin alteraciones en la membrana sinovial<br />
con presencia de ecos internos en el líquido.<br />
- Ruptura de un quiste de Baker.<br />
- Complicaciones periarticulares. Tenosinovitis,<br />
luxaciones y rupturas tendinosas; laxitud y rupturas<br />
ligamentosas; atrofia y ruptura muscular.<br />
- Complicación por el uso de esteroides. Lesiones<br />
destructivas, con aumento brusco <strong>del</strong> derrame<br />
articular, cuerpos libres cartilaginosos y<br />
óseos, así como lesiones de los ligamentos y<br />
tendones.<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 49
ECOGRAFÍA EN LAS ARTRITIS POR DEPÓ-<br />
SITO DE CRISTALES<br />
Aunque han sido mencionados anteriormente, creímos<br />
conveniente el independizar su estudio ecográfico.<br />
GOTA<br />
Es una enfermedad metabólica en la que hay un aumento<br />
en la concentración sérica de urato, episodios de artritis<br />
aguda, depósito de tofos dentro y alrededor de las articulaciones,<br />
litiasis urinaria de ácido úrico y enfermedad renal.<br />
Las manifestaciones articulares ocurren en diferentes períodos<br />
de la enfermedad e incluyen: una fase de artritis aguda,<br />
una fase intermedia y por último los tofos crónicos.<br />
La forma monoarticular aguda de la gota es de difícil<br />
diagnóstico, mientras que la forma a tofos crónicos obliga<br />
a una evaluación imagenológica. Los tofos crónicos predominan<br />
en el hombre entre la 5ta. y 7ma. décadas, por lo<br />
general de distribución articular simétrica en la forma<br />
poliarticular, similar a una AR. Las lesiones predominan<br />
en los miembros inferiores y los sitios más frecuentes son:<br />
pies, manos, muñecas, codos y rodillas.<br />
Los tofos crónicos interesan las articulaciones y partes<br />
blandas vecinas. Se muestran como masas excéntricas<br />
o asimétricas vecinas a las articulaciones, son raras las<br />
calcificaciones. Es frecuente la erosión ósea intraarticular<br />
y yuxtaarticular, por lo general vecina a la masa de partes<br />
blandas. Las erosiones son de localización excéntrica, casi<br />
siempre con bordes escleróticos; no hay osteoporosis y el<br />
espacio articular está conservado hasta el período final de<br />
la enfermedad. La mayoría de los tofos se localizan en el<br />
espacio periarticular, aunque algunos pueden ser<br />
intraóseos, intraarticulares o extraarticulares. No es rara<br />
la presencia de estos tofos en las inserciones de algunos<br />
tendones, sobre todo <strong>del</strong> cuadríceps, tríceps y tendón de<br />
Aquiles, con ruptura frecuente de los mismos.<br />
Los hallazgos de la ecografía en la gota no son específicos<br />
e incuyen: edema subcutáneo, sinovitis, insercionitis, lesiones<br />
periarticulares y tofos. Los tofos, por depósito de cristales<br />
complejos de uratos alrededor de la articulación, aparecen<br />
como nódulos hiperecoicos con sombra acústica, mientras<br />
que las erosiones óseas son similares a las que ocurren en<br />
la AR. A veces se ven calcificaciones periarticulares.<br />
CALCIFICACIÓN DEL CARTÍLAGO.<br />
CONDROCALCINOSIS<br />
Las calcificaciones <strong>del</strong> cartílago hialino pueden ser fisiológicas<br />
en los ancianos, casi siempre por depósito de<br />
pirofosfato cálcico deshidratado, expresión de la actividad<br />
metabólica de los condorcitos y como mecanismo protector<br />
<strong>del</strong> cartílago hialino. Predomina en las articulaciones<br />
que tienen fibrocartílago.<br />
La condrocarcinosis incluye a un grupo de afecciones<br />
en que se afecta el metabolismo <strong>del</strong> Ca, <strong>del</strong> Fe , o <strong>del</strong> Mg.<br />
El depósito de estos cristales provoca una sinovitis<br />
inflamatoria, aunque no siempre se acompana de manifestaciones<br />
clínicas.<br />
El aspecto es parecido a la gota pero las lesiones de<br />
insercionitis y de erosión son menos frecuentes. Puede haber<br />
calcificaciones de la cápsula y <strong>del</strong> menisco, especialmente<br />
de la rodilla, asociados a osteoartritis con osteofitos y estrechamiento<br />
<strong>del</strong> espacio articular medial. La ecografía es<br />
muy sensible para detectar los depósitos calcificados de<br />
pirofosfato en el cartílago, que aparecen como una línea<br />
densa y definida, que cursa paralela a la superficie <strong>del</strong><br />
cartílago.<br />
CALCIFICACIONES DE LAS BURSAS. BURSAS<br />
SUBACROMIO-SUBDELTOIDEA (SASD)<br />
O SUBCORACOIDEA<br />
La calcificación de la bursa SASD o subcoracoidea,<br />
puede visualizarse cuando se asocia con inflamación. Puede<br />
producirse una artritis aguda secundaria a la ruptura<br />
intraarticular de la calcificación de la bursa, como ocurre<br />
en la rotura <strong>del</strong> MR en que hay comunicación entre la<br />
bursa y la cavidad glenohumeral.<br />
ECOGRAFÍA EN OTROS PROCESOS<br />
ARTICULARES<br />
OSTEOARTRITIS. OSTEOARTROSIS<br />
Mucho tiempo se le consideró como un proceso no<br />
inflamatorio, pero en el 73% de los pacientes se ha demostrado<br />
sinovitis en las articulaciones sintomáticas, sobre<br />
todo en la bursa suprapatelar (90 %).<br />
En esta afección se ha demostrado un ampollamiento<br />
de la superficie <strong>del</strong> cartílago, así como ulceraciones tardías<br />
y osteofitos en los bordes articulares, muchas veces<br />
visualizados en la ecografía, con un examen radiológico<br />
negativo.<br />
PROCESOS ARTICULARES SÉPTICOS<br />
Las artritis infecciosas pueden provocar grandes alteraciones<br />
articulares que requieren de un tratamiento específico,<br />
de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que<br />
50 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
de no realizarse puede conducir a lesiones irreparables. Se<br />
ha tratado de diferenciar entre artritis séptica y tuberculosa<br />
(TB), utilizando la punción espirativa guiada por la<br />
ecografía, unida al cuadro cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />
La artritis TB, de comienzo insidioso, se caracteriza<br />
por la presencia de osteopenia y cierto grado de esclerosis<br />
ósea subcondral, con preservación relativa <strong>del</strong> espacio articular.<br />
El pannus, en la TB, produce erosión y destrución<br />
<strong>del</strong> cartílago y posteriormente <strong>del</strong> hueso, pero lo hace de<br />
una manera no homogénea, mezclando áreas de destrucción<br />
<strong>del</strong> cartílago con áreas de tejido condral prácticamente<br />
normal; de ahí que las alteraciones óseas subcondrales<br />
se presenten con un espacio articular conservado. En cuanto<br />
a la extensión por las PB vecinas, hay que tratar de diferenciar<br />
un absceso TB de una miositis vecina.<br />
La ecografía permite demostrar la localización exacta<br />
de la inflamación, su extensión y las características <strong>del</strong><br />
líquido sinovial. Además, sirve de guía para las punciones<br />
aspirativas. En el niño hay distensión capsular y la<br />
ecografía muestra el derrame pero no su naturaleza. No es<br />
raro la formación de un absceso periostal.<br />
La ecografía permite detectar también las infecciones<br />
que complican las fijaciones internas de las fracturas, ya<br />
que puede mostrar la prótesis metálica y su relación con la<br />
superficie <strong>del</strong> hueso, así como diferenciar una complicación<br />
mecánica de una infecciosa. En estos casos y vecina<br />
a la prótesis puede verse un derrame articular con aumento<br />
de la distancia entre el hueso y la cápsula de 10 mm<br />
comparado con 2,6 mm que ocurre en las artroplastias no<br />
infestadas de la cadera. La presencia de líquido extrarticular<br />
es muy sugestiva de una infección.<br />
ARTRITIS POR DEPÓSITO DE AMILOIDE<br />
Es una afección que se ve con frecuencia en los pacientes<br />
sometidos a hemodiálisis prolongada y se debe al<br />
depósito extracelular de una proteína amiloidea en uno o<br />
varios sitios <strong>del</strong> organismo. La artropatía puede interesar<br />
al esqueleto axial, especialmente a la columna cervical o<br />
al esqueleto periférico. Estos pacientes, en que hay una<br />
alteración en la microglobulina beta-2, pueden presentar<br />
lesiones osteolíticas en el carpo y el síndrome <strong>del</strong> túnel<br />
carpiano, que junto al dolor <strong>del</strong> hombro son los síntomas<br />
que predominan. En las grandes articulaciones la artropatía<br />
amiloidea recuerda a otras artritis inflamatorias, al existir<br />
alteración de las PB periarticulares, osteoporosis vecina<br />
ligera y quistes subcondrales con bordes escleróticos bien<br />
definidos. El espacio articular se conserva hasta el final.<br />
Son frecuentes las fracturas patológicas.<br />
Se han descrito alteraciones <strong>del</strong> hombro, especialmente<br />
<strong>del</strong> MR asociadas con alteraciones de la cápsula y sinovial.<br />
El derrame articular de la rodilla se presenta en el 30 % y<br />
hay hipertrofia sinovial en el 50 %, similar a una AR.<br />
ENFERMEDAD ARTICULAR RÁPIDAMENTE<br />
DESTRUCTIVA<br />
Es una variedad rara de osteoartritis, predominantemente<br />
unilateral aunque a veces interesa más de una articulación,<br />
pero predomina en la cadera. Ocurre con mayor<br />
frecuencia en las ancianas y hay que diferenciarla de las<br />
osteonecrosis, artritis séptica, neuroartropatías y<br />
artropatías por depósito de cristales. Los estudios seriados<br />
de la cadera muestran pérdida progresiva <strong>del</strong> espacio articular<br />
y <strong>del</strong> hueso subcondral en la cabeza femoral y<br />
acetábulo con aplanamiento y deformidad de la cabeza, lo<br />
que puede llevar a una subluxación superolateral de la<br />
misma o una verdadera penetración en el ilion, asociado a<br />
defectos subcondrales y esclerosis ligera. En esta afección<br />
el examen histológico muestra cambios osteoartríticos<br />
avanzados sin necrosis importante. También hay cambios<br />
inflamatorios con presencia de microorganismos o cristales.<br />
La ecografía no es específica, aunque colabora en el<br />
diagnóstico.<br />
ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA. ARTROPATÍA<br />
DE CHARCOT<br />
El término se utiliza para designar a las alteraciones<br />
articulares relacionadas con lesiones neurológicas centrales<br />
o periféricas. La pérdida de la sensibilidad profunda y<br />
propioceptiva, unida a traumas repetidos juegan un papel<br />
importante en su patogenia.<br />
Se trata de un espectro de lesiones destructivas óseas y<br />
articulares asociadas con déficit neurosensorial. La pérdida<br />
de la sensibilidad propioceptiva se ha señalado como su<br />
patogenia y ocurre frecuentemente en los pacientes con diabetes,<br />
siringomielia, sífilis etc. Su aspecto radiológico puede<br />
confundirse con una osteoartritis, infección o tumor.<br />
Hay 2 teorías principales que tratan de explicar la<br />
fisiopatología de las artropatías neurotróficas:<br />
. Teoría neurotraumática. En estos casos la ausencia<br />
de un mecanismo sensorial protector provoca que traumas<br />
mecánicos repetidos asintomáticos, produzcan una<br />
destrucción articular progresiva.<br />
. Teoría neurovascular. En estos casos la lesión vascular<br />
es la más importante. En ausencia <strong>del</strong> estímulo nervioso<br />
en el miembro, se pierde el tono simpático, lo<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 51
que lleva a vasodilatación e hiperemia, lo que conduce<br />
a una reabsorción ósea.<br />
Ambas teorías parecen jugar papel en estas artropatías.<br />
Un ejemplo de ello lo constituye el hecho de que estas alteraciones<br />
pueden ocurrir en pacientes inmovilizados y en<br />
los cuales, pequeños traumas se sobreañaden a la debilidad<br />
<strong>del</strong> hueso por un mecanismo neurovascular.<br />
La distribución de las lesiones articulares varía con<br />
las diferentes causas. En la siringomielia las lesiones predominan<br />
en los hombros, mientras que en los diabéticos o<br />
en el alcoholismo crónico, las articulaciones <strong>del</strong> tarso y<br />
<strong>del</strong> metatarso son las más afectadas. En los casos precoces<br />
simulan a una osteoartritis, pero en los casos avanzados<br />
hay fragmentación, depresión, absorción <strong>del</strong> hueso<br />
subcondral, asociado a esclerosis, osteofitos y fragmentos<br />
óseos intrarticulares, así como presencia de subluxación,<br />
fractura de huesos vecinos y derrame articular.<br />
Se ha descrito un patrón hipertrófico y otro atrófico.<br />
En la variedad hipertrófica hay destrucción y fragmentación<br />
articular, esclerosis ósea y formación de osteofitos<br />
que aparecen muy precozmente y con bordes redondeados.<br />
La forma atrófica muestra un predominio de la<br />
reabsorción ósea que da la impresión de una amputación<br />
quirúrgica muchas veces similar a una Artritis séptica. La<br />
forma atrófica pura es más frecuente que la hipertrófica<br />
aislada, aunque lo habitual es el patrón mixto.<br />
No es raro que un paciente se inicie con un patrón<br />
atrófico y evolucione hacia uno hipertrófico. Las fracturas<br />
no son raras y en los huesos largos tienen una dirección<br />
transversal, que cuando no se reconocen precozmente,<br />
puede curar con formación de un callo exuberante (IRM).<br />
La ecografía es útil al mostrar todas las alteraciones<br />
en las PB articulares, lo que unido al cuadro clínico permite<br />
sospechar el diagnóstico. Otras veces puede conducirnos<br />
a un diagnóstico erróneo, confundiéndose con una<br />
lesión tumoral de la articulación o una condromatosis.<br />
ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA DE LOS MIEMBROS<br />
SUPERIORES<br />
Como ya habíamos señalado, son menos frecuentes<br />
que la artropatía de los miembros inferiores y sus causas<br />
habituales son: la siringomielia o la lesión medular cervical,<br />
sobre todo posterior a un trauma y más raramente a la<br />
lepra o diabetes.<br />
En la lesión <strong>del</strong> hombro hay una masa debida a la acumulación<br />
de líquido en la articulación glenohumeral y distensión<br />
de la bursa subacromio-sub<strong>del</strong>toidea. La fragmentación<br />
ósea y los detritos, característicos de estas<br />
artropatías, pueden confundirse con un tumor en las placas<br />
convencionales, sobre todo con un condrosarcoma. No<br />
obstante, el aspecto amputado de la porción proximal <strong>del</strong><br />
húmero, la luxación, los grandes derrames articulares y<br />
los fragmentos óseos permiten el diagnóstico. De modo<br />
característico, la lesión es articular con toma de los huesos<br />
vecinos.<br />
En la lepra las lesiones predominan en las manos o<br />
en los pies y simulan a una osteomielitis aguda o crónica<br />
y se deben a la asociación de traumas, infección secundaria<br />
y trastorno nervioso. También se ha descrito un<br />
tipo de atrofia ósea concéntrica con una deformidad típica<br />
de las manos y los pies y que se cree debido a un<br />
trastorno <strong>del</strong> balance entre las fuerzas tensiles y<br />
compresivas que mantienen la arquitectura normal <strong>del</strong><br />
hueso. En la lepra el proceso de absorción ósea provoca<br />
una reducción en la longitud y ancho <strong>del</strong> hueso con afinamiento<br />
<strong>del</strong> mismo.<br />
ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA DE LOS MIEMBROS<br />
INFERIORES<br />
La sífilis, y actualmente la diabetes, son las causas<br />
más frecuentes de estas lesiones en el pie y tobillo. La<br />
lesión es precipitada por un pequeño trauma con poco<br />
dolor, iniciándose las alteraciones en la porción media<br />
<strong>del</strong> pie y subluxación de la articulación<br />
tarsometatarsiana <strong>del</strong> 2do. dedo. La presencia de una<br />
fractura de Lisfranc o de una luxación sin trauma agudo,<br />
debe obligar a descartar una diabetes o cualquier<br />
tipo de neuropatía sensorial. La asociación de artropatía<br />
neurotrófica <strong>del</strong> pie y calcificación vascular es muy frecuente<br />
en la diabetes.<br />
Las lesiones pueden tener un patrón atrófico o<br />
hipertrófico, siendo frecuentes los arrancamientos <strong>del</strong> tubérculo<br />
posterior <strong>del</strong> calcáneo y las fracturas subcondrales<br />
de la cabeza <strong>del</strong> 2do. metatarsiano. En los alcohólicos crónicos<br />
con neuropatías sensorial y motora son frecuentes<br />
las lesiones en el pie.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> tobillo son muy raras, debido a la abundante<br />
inervación nerviosa <strong>del</strong> tobillo, mientras que en las<br />
de las caderas pueden presentar el patrón atrófico o<br />
hipertrófico, o simplemente como una fractura <strong>del</strong> cuello.<br />
Los niños con artropatía neurotrófica de los MI, pueden<br />
manifestarse por arrancamientos epifisarios,<br />
osteoartropatías neurotróficas, fracturas metafisarias o<br />
diafisarias de los huesos largos. Las fracturas neurotróficas<br />
de los MI, son frecuentes en los niños con mielomeningocele<br />
inmovilizados después de una fijación de la columna, aunque<br />
las causas más frecuentes de artropatía neurotrófica<br />
52 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
en el niño son: indiferencia o insensibilidad al dolor y<br />
neuropatía hereditaria sensorial y motora de los nervios<br />
periféricos. La ecografía es útil al mostrar las alteraciones<br />
de las PB y la desorganización ósea.<br />
HOMBRO DE MILWAUKEE<br />
Es la asociación de una rotura completa <strong>del</strong> manguito<br />
rotador, cambios osteoartríticos, derrame articular<br />
no inflamatorio que contiene cristales cálcicos de<br />
hidroxiapatita y de pirofosfato, hiperplasia sinovial, destrucción<br />
<strong>del</strong> cartílago y <strong>del</strong> hueso subcondral y múltiples<br />
cuerpos libres osteocondrales. Predomina en las<br />
ancianas donde produce una artritis destructiva, rápida<br />
y progresiva. Esta artropatía provoca estrechamiento<br />
<strong>del</strong> espacio articular, esclerosis subcondral con formación<br />
de quistes, destrucción de hueso subcondral, calcificación<br />
de la cápsula, cuerpos libres intrarticulares e<br />
inflamación de las PB.<br />
La ecografía unida al cuadro clínico puede hacernos<br />
sospechar el diagnóstico.<br />
ARTROPATÍA HEMOFÍLICA<br />
La hemofilia clásica o A y la hemofilia B o enfermedad<br />
de Christmas, pueden asociarse a sangramientos repetidos<br />
en las articulaciones sinoviales con cambios<br />
artropáticos, que predominan en la rodilla, tobillo, codo y<br />
hombro; es frecuente la toma bilateral. La artropatía<br />
hemofílica predomina durante la 1ra. y 2da. décadas de la<br />
vida. El sangramiento repetido en la misma articulación<br />
provoca hiperplasia, cambios inflamatorios crónicos,<br />
fibrosis y hemosiderosis de la membrana sinovial. También<br />
ocurre sangramiento en los músculos que provocan<br />
contracciones articulares, seudotumores de PB y<br />
seudotumores óseos.<br />
Los hallazgos radiográficos varían mucho con los estadios<br />
de la artropatía (hemartrosis aguda, subaguda o crónica)<br />
y reflejan la presencia de derrame articular, inflamación<br />
sinovial e hiperemia, lo que provoca osteoporosis y<br />
crecimiento exagerado de las epífisis, erosiones condrales<br />
y subcondrales, estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular, presencia<br />
de seudotumores y proliferación ósea con esclerosis<br />
y osteofitos. Puede verse ensanchamiento <strong>del</strong> espacio<br />
intercondíleo, aplanamiento de la superficie condílea y<br />
cuadratura de la rótula.<br />
Los hallazgos ecográficos varían con el período de la<br />
enfermedad: en los brotes agudos predominan los signos<br />
de sinovitis mientras que en los procesos crónicos, las deformidades<br />
articulares y las alteraciones óseas dificultan<br />
la exploración.<br />
ECOGRAFÍA EN LAS ENFERMEDADES<br />
DE LA SINOVIAL<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La importancia de esta estructura y el papel determinante<br />
que juega en la mayoría de las afecciones articulares<br />
justifican que insistamos en su estudio.<br />
La membrana sinovial cubre la superficie interna de la<br />
cavidad articular, extendiéndose a los recesos, bursas y vainas<br />
de los tendones. En su histología la membrana sinovial<br />
se compone de 2 capas: un componente superficial que es<br />
esencialmente celular y una capa profunda que contiene tejido<br />
fibroadiposo. La superficie de la membrana sinovial es<br />
lisa con algunas vellosidades y pliegues en forma de plicas.<br />
Ella tiene 3 funciones:<br />
1. Segrega líquido para lubricar la superficie articular.<br />
2. Degrada material de desecho procedente de la articulación.<br />
3. Participa en la nutrición, regulando el transporte de<br />
electrolitos entre la sangre y el líquido sinovial.<br />
La aspiración <strong>del</strong> líquido sinovial puede contribuir al<br />
diagnóstico y debe analizarse color, viscosidad y cantidad,<br />
realizar análisis químico, identificación <strong>del</strong> contenido<br />
de cristales y evaluación microbiológica. La biopsia<br />
está indicada cuando los demás exámenes no sean concluyentes<br />
y es de especial valor en los procesos inflamatorios<br />
o infiltrantes, como son la sinovitis pigmentada,<br />
amiloidosis, sarcoidosis, reticulohistiocitosis multicéntrica<br />
y en las enfermedades granulomatosas.<br />
ASPECTOS TÉCNICOS<br />
Se prefieren los transductores entre 5 y 14 MHz y todo<br />
estudio ecográfico articular, como ya hemos señalado, debe<br />
incluir:<br />
. Búsqueda de derrame o proliferación sinovial.<br />
. Evaluación de los tendones, bursas, cartílago articular<br />
y estructuras óseas vecinas.<br />
. Estudios dinámicos para valorar el movimiento de los<br />
tendones y sus vainas o para demostrar desplazamiento<br />
<strong>del</strong> líquido desde la articulación hacia un receso articular<br />
o una bursa comunicante o para hacer visible,<br />
aun mejor, una bursa llena de líquido como sucede en<br />
la abducción forzada <strong>del</strong> brazo en que se logra un relleno<br />
máximo de la porción lateral de la bursa<br />
subacromio-sub<strong>del</strong>toidea.<br />
. Realizar compresión graduada de los recesos articulares<br />
para poder observar mejor los pliegue sinoviales<br />
hipertróficos o una masa atrapada entre el transductor<br />
y el hueso vecino.<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 53
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
La sinovial está constituida por escasas células que<br />
tapizan todas las grandes articulaciones. Está muy<br />
vascularizada por una fina red capilar que carece de membrana<br />
basal y que ultrafiltra el plasma para formar el líquido<br />
sinovial. Su principal propósito es lubricar la articulación<br />
y nutrir al cartílago hialino, que es avascular, y<br />
que contiene a los condrocitos.<br />
Las lesiones inflamatorias de la sinovial son frecuentes<br />
y se caracterizan por provocar engrosamiento y edema,<br />
lo que se acompaña con aumento de la perfusión<br />
vascular, congestión y desarrollo de pliegues papilares.<br />
Ella puede proliferar y transformarse en el pannus.<br />
Para entender mejor las manifestaciones imagenológicas<br />
de las alteraciones de la sinovial en la ecografía, es conveniente<br />
el recordar su aspecto en los estudios radiológicos<br />
convencionales. En el período precoz puede haber aumento<br />
de volumen en las partes blandas periarticulares, con erosiones<br />
óseas en las llamadas «áreas descubiertas», o sea,<br />
aquellas donde la sinovial está en contacto con el hueso vecino<br />
sin la protección que le ofrece el cartílago hialino. Esto<br />
se acompaña con cierto grado de osteopenia y destrucción<br />
de la cortical y de alteración <strong>del</strong> tejido trabecular vecino.<br />
Estas alteraciones son frecuentes en los procesos<br />
reumatoideos, sobre todo al final <strong>del</strong> segundo año de su evolución.<br />
Otras veces, como sucede en la gota, hay una masa<br />
focal sinovial que provoca identación de la cortical, con<br />
remo<strong>del</strong>ación de la misma.<br />
Cuando la sinovial se engruesa puede aumentar su contenido<br />
en hierro (hemofilia, tumor sinovial), o en el contenido<br />
de calcio (sinovitis condromatosa). En estos casos se<br />
produce una opacidad de la articulación con presencia o<br />
no de cuerpos cartilaginosos calcificados.<br />
DERRAME ARTICULAR.SINOVITIS<br />
La sinovial normal no puede visualizarse en la<br />
ecografía. Cualquier proceso que afecte la sinovial provoca<br />
edema y estimula la secreción de esta membrana, la que<br />
se distiende por líquido, interesando las bursas y vainas<br />
tendinosas vecinas.<br />
La acumulación de liquido es el signo más precoz de<br />
una lesión sinovial y la ecografía ayuda en el diagnóstico,<br />
aunque hay que tener en cuenta algunas condiciones anatómicas:<br />
en la rodilla se debe buscar en la región<br />
suprapatelar y paralela a los bordes medial y lateral de la<br />
articulación femoropatelar, mientras que en la cadera el<br />
derrame se busca por vía anterior con el transductor paralelo<br />
al eje longitudinal <strong>del</strong> cuello femoral, buscando la acumulación<br />
de líquido en el receso articular anterior. En los<br />
niños, y frente a un derrame muy tenso de la articulación<br />
coxo femoral, el líquido desplaza la cabeza femoral hacia<br />
<strong>del</strong>ante y se acumula por detrás. En la articulación <strong>del</strong><br />
hombro hay que diferenciar el derrame, de una bursa muy<br />
distendida. Esta última cubre la superficie anterior <strong>del</strong> surco<br />
bicipital y se extiende lateralmente. En los derrames de la<br />
articulación <strong>del</strong> hombro el líquido se acumula entre la superficie<br />
anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> infraespinoso y la cara<br />
posterior de la cabeza humeral, por lo que se aconseja su<br />
estudio por vía posterior. En el tobillo debe utilizarse la<br />
vía anterior ya que los ligamentos lateral y medial limitan<br />
la distensión de estos recesos.<br />
El derrame es fácilmente visible en la ecografía, pero<br />
carece de especificidad. La ecogenicidad <strong>del</strong> líquido varía<br />
con su composición. En la ecografía el derrame articular<br />
es anecoico y pueden observarse tabiques finos o gruesos<br />
que provocan un aspecto loculado. Pueden verse ecos internos<br />
que se mueven libremente en la cavidad o masas<br />
ecogénicas debidas a coágulos, depósitos fibrinosos o grandes<br />
masas sinoviales que hay que diferenciarla de la<br />
sinovitis difusa proliferativa que se presenta como una<br />
estructura hipoecoica de diferente forma (masas vellosas<br />
nodulares) que flotan libremente o que están adheridas a<br />
la cápsula. Son frecuentes en las sinovitis traumáticas.<br />
Una vez diagnosticado el derrame, el próximo paso es<br />
determinar la presencia o ausencia de proliferación sinovial<br />
asociada, para confirmar o eliminar el diagnóstico de<br />
sinovitis. El examen clínico algunas veces es útil, pero en<br />
los casos difíciles la ecografía permite diferenciar entre<br />
edema de partes blandas, derrame articular, hipertrofia<br />
sinovial y acumulación de líquido en la vaina tendinosa.<br />
La compresión gradual de una articulación distendida desplaza<br />
al líquido fuera de los recesos articulares, mientras<br />
que la sinovial proliferante permanece atrapada por el<br />
transductor.<br />
La causa de un derrame con o sin hipertrofia sinovial<br />
asociada, incluye: trauma, desorganización de la articulación,<br />
sinovitis infecciosa o inflamatoria, artropatía inducida<br />
por cristales y osteoartritis.<br />
Si bien la ecografía no puede determinar la naturaleza<br />
<strong>del</strong> líquido, sí es importante en el manejo diagnóstico, sobre<br />
todo como guía para una punción.<br />
Además, la ecografía es capaz de contribuir al diagnóstico<br />
precoz de una sinovitis asociada con artropatía<br />
antes <strong>del</strong> inicio de las lesiones osteocartilaginosas o <strong>del</strong><br />
estrechamiento articular.<br />
Por otro lado, el examen puede repetirse para el seguimiento<br />
de la sinovitis inflamatoria y valorar su actividad o<br />
54 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
emisión, así como para detectar algunas de sus complicaciones,<br />
tales como la artritis séptica o la ruptura tendinosa.<br />
En la artritis séptica el derrame aparece<br />
homogéneamente hipoecoico.<br />
En el niño existen algunas infecciones en que se afecta<br />
procozmente la sinovial. En la sinovitis transitoria de la<br />
cadera <strong>del</strong> niño hay aumento <strong>del</strong> líquido intraarticular con<br />
desplazamiento anterior <strong>del</strong> ligamento íliofemoral. En el<br />
período tardío de la enfermedad de Perthes hay engrosamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago y aplanamiento de la cabeza femoral.<br />
Existen otras afecciones con engrosamiento sinovial:<br />
. Un engrosamiento difuso e irregular de la sinovial se<br />
ve en las enfermedades inflamatorias e infecciosas. En<br />
la AR el engrosamiento puede ser difuso e irregular.<br />
. En la sinovitis villonodular predomina el engrosamiento<br />
focal.<br />
. En la osteocondromatosis o posterior a la inyección de<br />
esteroides, la sinovial puede presentar calcificaciones.<br />
. La pared de la sinovial hipertrofiada es por lo general<br />
hipoecoica y la medición de su grosor debe obtenerse<br />
por compresión de los recesos articulares.<br />
TENOSINOVITIS<br />
Hay un grupo de tendones rodeados por la membrana<br />
sinovial. Su función es el facilitar el movimiento de los tendones<br />
y participar en su nutrición. Los trastornos de esta<br />
membrana provocan edema y acumulación de líquido.<br />
En la tenosinovitis el tendón aparece como una estructura<br />
central hiperecoica, rodeada de un halo hipoecoico o<br />
de la membrana sinovial engrosada. En los procesos crónicos<br />
este tejido o pannus aparece hipoecoico, lo que hace<br />
difícil la diferenciación con el líquido y donde tiene valor<br />
la maniobra de compresión, que nunca desaparece en los<br />
casos <strong>del</strong> pannus.<br />
La presencia de un contorno irregular <strong>del</strong> tendón es<br />
signo de una tenosinovitis crónica. Lo mismo sucede en la<br />
tendinitis y tenosinovitis ocupacionales, producto de<br />
microtraumas crónicos y repetidos.<br />
En las tenosinovitis inflamatorias se puede ver este<br />
tipo de alteraciones, y en la AR las lesiones predominan<br />
en las manos, tobillos y en el tendón peroneo. En esta última<br />
afección se puede ver edema y pannus sinovial<br />
peritendinoso y deben buscarse nódulos reumatoideos<br />
intratendinosos y rupturas.<br />
La tenosinovitis séptica aguda ocurre con mayor frecuencia<br />
en las manos y debe descartarse un cuerpo extraño,<br />
que en la ecografía puede aparecer en forma de foco<br />
hiperecoico con sombra acústica o de artefacto en forma<br />
de cometa.<br />
MASAS SINOVIALES INTRAARTICULARES<br />
Entre las masas sinoviales intraarticulares, de las cuales<br />
ya hemos hablado, deben tenerse en cuenta las siguientes<br />
entidades:<br />
SINOVITIS PIGMENTADA VILLONODULAR (SPV)<br />
Como ya hemos señalado es un proceso proliferativo<br />
e inflamatorio que puede interesar la articulación, las vainas<br />
o las bursas. Está compuesto de masas nodulares o<br />
vellosas de color rojo-marrón. La pigmentación de la<br />
sinovial es una consecuencia <strong>del</strong> depósito de productos<br />
derivados de la hemoglobina. Hay una forma difusa que<br />
interesa toda la superficie sinovial, y otra focal. Típicamente<br />
es monoarticular y el líquido sinovial es seroso o<br />
teñido con sangre. En la forma avanzada hay erosión ósea<br />
y cartilaginosa con destrucción articular.<br />
En la ecografía hay un gran derrame articular con hipertrofia<br />
sinovial que aparece en forma de nódulos o<br />
vellosidades que tapizan la superficie profunda de la cápsula<br />
articular. Otras veces produce masas pedunculadas,<br />
hipoecoicas que flotan en el líquido y que se ven mejor en<br />
los recesos con la técnica de la compresión. Esta proliferación<br />
sinovial puede ocurrir en otras artritis. Se ha reportado<br />
aumento <strong>del</strong> flujo en el DC.<br />
OSTEOCONDROMATOSIS SINOVIAL<br />
Es un trastorno monoarticular benigno, de origen desconocido,<br />
caracterizado por proliferación y transformación<br />
metaplásica de la sinovial, con formación de múltiples<br />
nódulos cartilaginosos u osteocartilaginosos en las<br />
articulaciones, bursas o vainas tendinosas. La rodilla, el<br />
codo, la cadera y el hombro son las articulaciones más<br />
afectadas. Algunas veces se asocia a un osteocondroma,<br />
predominando en la 4ta. y 5ta. décadas de la vida y sobre<br />
todo en el hombre.<br />
Puede confundirse con otras causas de cuerpos libres<br />
intraarticulares, que es la llamada osteocondromatosis secundaria,<br />
debida a trauma, osteoartritis, osteonecrosis o<br />
artropatía neuropática.<br />
El análisis patológico muestra múltiples nódulos de<br />
cartílago hialino unidos a la sinovial, los cuales pueden<br />
desprenderse y convertirse en cuerpos libres.<br />
El aspecto radiológico de la forma primaria o<br />
idiopática depende <strong>del</strong> estadio de la enfermedad y <strong>del</strong><br />
grado de calcificación y osificación de los nódulos<br />
cartilaginosos. En los casos más típicos se ven múltiples<br />
nódulos pequeños, bien definidos, de tamaño uniforme y<br />
de posición yuxtaarticular. Otras veces hay una masa<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 55
amorfa grande mineralizada. La calcificación puede estar<br />
ausente en el 25 % al 30 % y en estos casos se ve una<br />
masa en las partes blandas que rodea la articulación,<br />
ensancha el espacio articular, erosiona los huesos vecinos<br />
o provoca cambios osteoartríticos precoces; no hay<br />
osteoporosis. En la TAC aparecen cuerpos intraarticulares<br />
múltiples, calcificados u osificados o una masa<br />
intraarticular con densidad de agua con múltiples calcificaciones<br />
internas.<br />
La ecografía puede demostrar las masas sólidas de aspecto<br />
hipoecoico que al calcificarse producen una sombra<br />
acústica.<br />
LIPOMA ARBORESCENTE SINOVIAL<br />
Se trata de una hiperplasia benigna de la membrana,<br />
secundaria a una infiltración por células adiposas por debajo<br />
de la sinovial y que predomina en la rodilla. En la<br />
ecografía aparece como una masa intraarticular, hipoecoica<br />
y bien <strong>del</strong>imitada.<br />
HEMANGIOMA SINOVIAL ARTICULAR<br />
Es monoarticular y predomina en la rodilla de los niños.<br />
En la ecografía se ve una masa blanda, compresible,<br />
con estructuras tubulares tortuosas y que en el Doppler<br />
muestra un flujo venoso en su interior.<br />
MASAS SINOVIALES EN LAS VAINAS TENDINOSAS<br />
O BURSAS<br />
La mayoría de las masas descritas anteriormente en la<br />
sinovial también ocurren en las vainas de los tendones o<br />
bursas, y por tanto hay que hacer la diferenciación con las<br />
lesiones restantes de las vainas tendinosas o las masas<br />
dentro de una bursa.<br />
QUISTES SINOVIALES<br />
Los quistes sinoviales son cavidades tapizadas por<br />
tejido fibroso o sinovial rellenos con líquido. Se asocian<br />
con trauma, artropatías degenerativas e<br />
inflamatorias. Los quistes pueden observarse en cualquier<br />
articulación, incluyendo tobillo, muñeca, codo,<br />
cadera y hombro.<br />
El quiste <strong>del</strong> menisco es una colección de material<br />
mucinoso que comunica con su periferia. En la ecografía<br />
se ve un área quística hipoecoica vecina a un menisco roto.<br />
ECOGRAFÍA EN LAS ENFERMEDADES<br />
DE LAS BURSAS<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Las bursas sinoviales son bolsones de forma y tamaño<br />
variables, tapizadas por dentro por la membrana sinovial.<br />
Ellas facilitan el deslizamiento de ligamentos, tendones,<br />
músculo y piel. Hay 3 tipos de bursas: superficial, profunda<br />
y adventicial.<br />
De acuerdo con la forma de presentación y evolución,<br />
las lesiones de las bursas se han clasificado en<br />
bursitis agudas o crónicas, comunicantes o no. De acuerdo<br />
con su causa se han dividido en bursitis simple,<br />
traumática, hemorrágica, por fricción, químicas,<br />
metabólicas y asociadas a enfermedades sistémicas o infecciosas.<br />
La bursa normal es difícil de ver en la ecografía y<br />
aparece como una hendidura hipoecoica en un área anatómica<br />
específica. Los procesos patológicos producen<br />
hipersecreción por la sinovial con acumulación de líquido<br />
y engrosamiento de la pared, lo que provoca una colección<br />
líquida circunscrita.<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
Como ya hemos señalado, su aspecto varía con su<br />
contenido y forma de evolución. Cuando se distienden<br />
por líquido aparecen como estructuras hipoecoicas bien<br />
definidas y con un contenido de ecogenicidad variable.<br />
Las bursitis superficiales causadas por traumas, infección,<br />
gota, AR., etc., son de fácil diagnóstico clínico,<br />
salvo cuando hay edema de las partes blandas o cuando se<br />
sospeche su naturaleza séptica. Las bursas profundas se<br />
evalúan mejor con la ecografía.<br />
Las bursas adventiciales se desarrollan sobre una entidad<br />
patológica previa (hallus valgus, exostosis, pie plano,<br />
amputación). En el caso de la exostosis la bursa que la<br />
cubre puede provocar una sobreestimación <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong><br />
cartílago.<br />
Clasificación<br />
De acuerdo con su comunicación o no con el espacio<br />
articular vecino, como ya hemos señalado, se clasifican en:<br />
1. Bursas no comunicantes.<br />
2. Bursas comunicantes.<br />
56 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
De acuerdo con su evolución las bursitis se dividen en:<br />
1. Bursitis aguda. La ecografía muestra aumento de volumen<br />
de la bursa con un contenido anecoico y paredes<br />
finas. Pueden ser inflamatorias, infecciosas o por<br />
fricción y predominan en la región rotuliana y<br />
retrocalcánea.<br />
2. Bursitis crónica. La pared se engruesa y su contenido<br />
puede ser anecoico, hipoecoico o hiperecoico. Sus contornos<br />
son irregulares y difusos. Las bursas<br />
neoformadas son de tipo crónico.<br />
BURSITIS AGUDAS NO COMUNICANTES<br />
Entre las bursitis agudas no comunicantes tenemos:<br />
Bursitis de fricción o bursitis traumática. Hay aumento<br />
de volumen de la bursa con su contenido líquido<br />
anecoico, que favorece la visualización de las estructuras<br />
profundas. La bursa se distiende con ecos en su<br />
interior con sus paredes engrosadas que aparecen visibles<br />
como una lámina hiperecoica fina. Su contorno<br />
se hace irregular y pueden verse calcificaciones, así<br />
como lesiones de los tendones o bursas vecinas.<br />
Bursitis hemorrágica. Puede deberse a un trauma directo,<br />
ruptura de un tendón vecino, fractura ósea o un<br />
trastorno de la coagulación. La bursa aparece muy<br />
distendida y el líquido contiene ecos, que al inicio se<br />
depositan en la porción de declive y tardíamente aparecen<br />
como masas heterogéneas hiperecoicas e irregulares,<br />
debidas a coágulos que flotan en el líquido.<br />
La pared sinovial está conservada.<br />
Bursitis química. Se incluyen a las bursitis resultantes<br />
de trastornos metabólicos y a procesos inflamatorios<br />
o degenerativos de los tendones vecinos. En el USAR<br />
la bursa aparece distendida con líquido hipoecoico o<br />
anecoico con focos hiperecoicos dentro de la bursa o<br />
en los tendones vecinos, por calcificaciones.<br />
Bursitis reumatoidea y séptica. El contenido de la bursa<br />
es turbio con ecos internos y engrosamiento de las paredes<br />
sinoviales. En la bursitis séptica por organismos<br />
productores de gas, se producen sombras acústicas.<br />
Las bursitis sépticas predominan en las bursas<br />
olecraneana y prerrotuliana, con una pared gruesa y<br />
un contenido homogéneamente ecogénico.<br />
Bursitis inflamatoria e infecciosa. Ocurren en las enfermedades<br />
sistémicas. La pared de la bursa es gruesa y<br />
el contenido líquido presenta ecos.<br />
BURSITIS COMUNICANTES<br />
En este grupo contamos con:<br />
Bursitis adquiridas por aumento de la presión<br />
Intraarticular. La bursa aparece distendida y contiene<br />
líquido hipoecoico o anecoico, pudiendo demostrarse<br />
la conexión con el espacio articular.<br />
Bursitis inflamatorias adquiridas. Se acompañan de engrosamiento<br />
de la membrana sinovial, a veces con ecos<br />
intensos dentro <strong>del</strong> líquido.<br />
Quiste de Baker. Por su frecuencia merece una consideración<br />
especial. Este tipo de quiste, en la región <strong>del</strong><br />
hueco poplíteo, puede producirse por un aumento de<br />
la presión intraarticular, lo que se acompaña de irregularidades<br />
de la superficie articular, con el contenido<br />
líquido anecoico dentro <strong>del</strong> quiste. Otras veces se asocia<br />
a una artropatía inflamatoria. En estos casos el<br />
quiste es más grande, con múltiples ecos en su interior<br />
y marcada irregularidad de la membrana sinovial. En<br />
ocasiones se pueden ver cuerpos libres intraquísticos<br />
en forma de focos hiperreflectivos.<br />
Bursitis traumática por sobrecarga o sobreuso. En el<br />
USAR la bursa distendida contiene líquido anecoico y<br />
las estructuras vecinas son normales.<br />
GANGLIONES<br />
Los gangliones son estructuras quísticas rodeadas de<br />
tejido fibroso, sin cubierta sinovial, llenos de líquido<br />
mucinoso. Predominan en las manos y muñecas donde<br />
pueden provocar compresión. En la ecografía aparecen<br />
como masas anecoicas y es importante demostrar su comunicación<br />
con el espacio articular.<br />
ECOGRAFÍA DE LOS CUERPOS LIBRES<br />
INTRAARTICULARES Y EN LAS BURSAS<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Los cuerpos libres intraarticulares son fragmentos<br />
condrales, óseos u osteocondrales, localizados en la cavidad<br />
articular. Ellos derivan de la superficie interna de las<br />
articulaciones sinoviales, lo que incluye las superficies<br />
óseas cubiertas de cartílago hialino y la pared interna de la<br />
cápsula cubierta por la membrana sinovial. Los cuerpos<br />
libres pueden quedar atrapados en las superficies articulares<br />
y producir síntomas. Desde el punto de vista clínico se<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 57
pueden dividir en estables o inestables, y en sintomáticos<br />
y asintomáticos. Cuando quedan limitados a una bursa o<br />
receso sinovial son asintomáticos. Con la ecografía no sólo<br />
hay que hacer el diagnóstico de esta entidad, sino además<br />
referir su número, tamaño y localización.<br />
PATOGENIA<br />
Es el resultado de un trauma agudo con desprendimiento<br />
de un fragmento osteocondral o por afecciones crónicas,<br />
tales como la osteoartritis, traumas crónicos repetidos<br />
y la osteocondromatosis sinovial. El mecanismo de<br />
formación de los cuerpos libres varía en cada una de estas<br />
entidades.<br />
En la osteocondromatosis los cuerpos libres se forman<br />
en la membrana sinovial por una metaplasia<br />
osteocondromatosa, mientras que en las otras variedades<br />
los fragmentos se originan <strong>del</strong> cartílago articular y <strong>del</strong> hueso<br />
subcondral vecino, como resultado de un trauma agudo o<br />
crónico, o por un fenómeno isquémico subcondral. Cuando<br />
son múltiples son más pequeños y casi siempre uniformes<br />
en forma y tamaño. Cuando son únicos ocurren en las<br />
fracturas transcondrales y en la ostecondritis disecante.<br />
En la osteoartritis y osteonecrosis lo habitual es que hayan<br />
pocos fragmentos mientras que en la osteocondromatosis<br />
los fragmentos son múltiples.<br />
Una vez que el cuerpo libre yace en la cavidad articular,<br />
sufre el mismo proceso y los mismos cambios<br />
morfológicos que interesan al componente óseo y condral<br />
<strong>del</strong> cuerpo extraño, no importa la causa. Debido a la falta<br />
de vascularización el componente óseo sufre daño celular,<br />
seguido de necrosis isquémica. Debido a que el cartílago<br />
es avascular, y es irrigado por la sinovial, hay proliferación<br />
<strong>del</strong> componente condromatoso y aposición de nuevo<br />
cartílago lo que conduce a su crecimiento y a un aspecto<br />
más uniformemente liso.<br />
El cartílago original y las nuevas capas que se depositan<br />
tienden a la calcificación secundaria, debido a la muerte<br />
de los condrocitos. Ello explica la composición de los cuerpos<br />
libres crónicos: un fragmento central original, con<br />
cambios óseos necróticos y anillos concéntricos periféricos<br />
de cartílago calcificado que muestran áreas locales de formación<br />
ósea que le dan un aspecto laminar en los rayos X.<br />
En ocasiones los fragmentos pueden unirse a la<br />
sinovial a gran distancia de su origen, a veces con detención<br />
<strong>del</strong> crecimiento, cuando no reciben el líquido sinovial<br />
que los nutre. Cuando se fijan a la pared sinovial pueden<br />
desaparecer o sumarse al hueso por una nueva<br />
vascularización procedente de la membrana sinovial. Esto<br />
ocurre en las articulaciones muy tensas. Otras veces pueden<br />
abrirse paso a través de la cápsula y presentarse como<br />
un condroma extracapsular que puede sufrir una transformación<br />
maligna.<br />
Las fracturas subcondrales con separación de un fragmento<br />
de cartílago o de cartílago y hueso subcondral, es<br />
casi siempre el resultado de un trauma tangencial sobre<br />
una superficie articular convexa. Puede ser parcial o completa.<br />
En las fracturas osteocondrales los cuerpos libres<br />
pueden tener sólo cartílago articular o cartílago y hueso<br />
vecino. Por lo general las fracturas osteocondrales afectan<br />
a las articulaciones que soportan peso como consecuencia<br />
de un movimiento brusco de torsión o luxación articular.<br />
Los sitios frecuentes son: las superficies articulares de la<br />
rótula y la cara lateral de la tróclea femoral en la luxación<br />
patelar lateral, la superficie que soporta peso <strong>del</strong> cóndilo<br />
femoral en el esguince de la rodilla, así como las caras<br />
laterales <strong>del</strong> domo astragalino en la inversión traumática<br />
<strong>del</strong> tobillo.<br />
La ostecondritis disecante, predomina en la rodilla (cóndilo<br />
interno <strong>del</strong> fémur y la muesca intercondílea) y en el<br />
codo (superficie <strong>del</strong> capitelum). Su aspecto recuerda a una<br />
fractura osteocondral, que con frecuencia es bilateral. Predomina<br />
en la rodilla, a veces con distribución familiar.<br />
En la osteoartritis, osteonecrosis y en la artropatía<br />
neuropática hay una desintegración progresiva de la superficie<br />
interna articular con desprendimiento de fragmentos<br />
condrales y óseos en la cavidad articular. Predomina<br />
en las articulaciones que soportan peso y en el codo. En su<br />
patogenia, se asocia a una incongruencia de la superficie<br />
articular opuesta con ausencia de dolor, que lleva a la formación<br />
de pequeños fragmentos que una vez libres en la<br />
cavidad, pueden aumentar en tamaño y que posteriormente<br />
no sólo se agravan las lesiones de las superficies articulares,<br />
sino también los síntomas de la artritis.<br />
La osteocondromatosis sinovial, como ya sabemos puede<br />
ser primaria o secundaria a otras artritis. En su forma<br />
primaria se desconoce su causa, y hay hiperplasia sinovial<br />
y metaplasia osteocondral, con formación de múltiples<br />
nódulos condrales u osteocondrales.<br />
La mayoría se presenta como una artritis<br />
monoarticular, aunque a veces puede ser múltiple, interesando<br />
la rodilla, el codo y el hombro. En raras ocasiones<br />
se interesa la vaina sinovial de un tendón o una bursa<br />
sinovial.<br />
La forma secundaria ocurre en articulaciones previamente<br />
afectadas de una artritis, los cuerpos libres<br />
son menos numerosos, de mayor tamaño y de forma menos<br />
regular.<br />
El cartílago articular se ve en la ecografía como una<br />
capa fina hipoecoica, de grosor uniforme, de superficie<br />
lisa y que cubre a la línea gruesa hiperecoica correspondiendo<br />
al hueso subcondral. El tamaño <strong>del</strong> fragmento y el<br />
58 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
grosor <strong>del</strong> cartílago pueden ser fácilmente determinados<br />
con la ecografía.<br />
El aspecto en la ecografía de los cuerpos libres, refleja<br />
su estructura anatómica. Los fragmentos calcificados aparecen<br />
como imágenes hiperecoicas sin la presencia <strong>del</strong> anillo<br />
hipoecoico <strong>del</strong> cartílago. Casi siempre se asocia a aumento<br />
<strong>del</strong> líquido intraarticular, lo que facilita su movilidad.<br />
El derrame asociado es hipoecoico o anecoico.<br />
En los cuerpos libres osteocondrales, posteriores a un<br />
trauma agudo, puede verse el contenido hemorrágico <strong>del</strong><br />
líquido.<br />
La movilidad de los cuerpos libres permite diferenciarlo<br />
de los osteofitos y de las calcificaciones capsulares<br />
y sinoviales, que permanecen fijas, lo cual se logra con el<br />
estudio ecográfico dinámico de la articulación.<br />
Por su parte, la hipertrofia sinovial se ve en forma de<br />
proyecciones vellosas hiperecoicas que protruyen en el líquido<br />
sinovial y que se vascularizan en el Doppler.<br />
En las articulaciones con grandes cavidades como la<br />
rodilla y el hombro los cuerpos libres se pueden mover<br />
fácilmente entre los diferentes compartimientos de estas<br />
articulaciones, pero no es importante para el artroscopista,<br />
que está obligado a explorar todos los espacios. No sucede<br />
lo mismo con las articulaciones pequeñas o tensas<br />
en que el cuerpo libre puede quedar limitado a un compartimiento<br />
tan pequeño, que no pueda explorarse por el<br />
artroscopista y requiera utilizar una vía de acceso apropiada;<br />
de ahí el valor de su localización precisa con los<br />
métodos imagenológicos.<br />
ASPECTO ECOGRÁFICO PARTICULAR<br />
DE LOS CUERPOS LIBRES<br />
EN LAS DIFERENTES ARTICULACIONES<br />
Y BURSAS<br />
Es necesario conocer el aspecto de los recesos<br />
sinoviales y de las bursas paraarticulares, así como las<br />
referencias anatómicas de las articulaciones que tienen<br />
cuerpos libres.<br />
Como ya hemos señalado, en la ecografía, los cuerpos<br />
libres se ven como focos ecogénicos aislados dentro<br />
de la cavidad articular, más visibles cuando hay derrame<br />
articular asociado. A veces se requieren maniobras para<br />
desplazar el líquido y ver mejor los cuerpos libres, que<br />
por lo general se sitúan en localizaciones específicas en<br />
las diferentes articulaciones. Vamos a referirnos a la detección<br />
de los cuerpos libres en las principales articulaciones<br />
y a realizar un pequeño recordatorio anatómico<br />
de las diferentes bursas.<br />
HOMBRO<br />
El hombro tiene 3 recesos sinoviales principales:<br />
1. Un receso axilar localizado por debajo <strong>del</strong> hombro entre<br />
la metáfisis proximal y el cuello glenoideo.<br />
2. Un receso subcoracoideo, por debajo de la coracoides<br />
y medial a la articulación.<br />
3. El receso de la vaina <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />
Los cuerpos libres predominan en el receso axilar y el<br />
estudio se hace con el paciente acostado, el hombro elevado<br />
y el transductor en la axila. En la ecografía se puede<br />
ver la cabeza humeral, cubierta por el cartílago hialino, el<br />
espacio articular, la porción inferior de la glenoides y la<br />
bolsa axilar situada entre la cabeza humeral y la grasa de<br />
la axila. Los movimientos <strong>del</strong> brazo, lo que incluye diferentes<br />
grados de elevación o rotación, contribuyen a detectar<br />
los cuerpos libres.<br />
El receso subcoracoideo se estudia en CS y CT con el<br />
paciente sentado y el brazo en aducción. El receso se sitúa<br />
inmediatamente por debajo y por dentro de la apófisis<br />
coracoides, debiendo realizarse movimientos de rotación<br />
interna y externa, con lo que se modifica el receso y se<br />
desplazan los fragmentos libres.<br />
Los cuerpos libres en la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
casi siempre son pequeños y deben estudiarse con la técnica<br />
habitual de este tendón.<br />
CODO<br />
Los principales recesos <strong>del</strong> codo son: el receso<br />
coronoideo anterior y el receso olecraneano posterior. El<br />
receso anterior se examina con CS y CT, a nivel <strong>del</strong> braquial<br />
anterior y con el codo extendido, mientras que el receso<br />
posterior se estudia con una angulación de 90º <strong>del</strong> codo y<br />
a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps.<br />
Si bien los movimientos de flexión y extensión son útiles<br />
para el diagnóstico de cuerpos libres, sólo son posibles<br />
los CT con el codo flexionado para el estudio <strong>del</strong> receso<br />
anterior. En los casos sin líquido los cuerpos libres se ven<br />
entre los cartílagos articulares y los paquetes grasos<br />
intracapsulares anterior y posterior que aparecen como<br />
estructuras hiperecoicas. El estudio se facilita cuando hay<br />
líquido intrarticular que rodea los cuerpos libres.<br />
RODILLA<br />
El receso suprapatelar, que es el mayor de la rodilla y<br />
que se extiende hasta el extremo craneal de la articulación<br />
patelofemoral, debe ser estudiado en CT y CS con el pa-<br />
Articulaciones. Ecografía. Generalidades 59
ciente en decúbito supino y la rodilla extendida. Debe realizarse<br />
contracción isométrica <strong>del</strong> cuadríceps lo que favorece<br />
la colección de líquido en la bursa, y permite detectar<br />
pequeños fragmentos o cuerpos extraños imposibles de<br />
observar con la rodilla flexionada. Cuando no hay líquido,<br />
los fragmentos pueden visualizarse dentro de un área<br />
hipoecoica entre la grasa prefemoral y el tendón <strong>del</strong><br />
cuadríceps, que corresponde a la membrana sinovial de la<br />
bolsa <strong>del</strong> cuadríceps colapsada. La presencia de osteofitos<br />
originados a partir de la cara superior de la tróclea, cubiertos<br />
de cartílago, pueden confundirse con cuerpos extraños<br />
osteocondrales si la rodilla no se examina con diferentes<br />
ángulos de flexión.<br />
Los recesos lateral y medial de la rótula se ven mejor<br />
en CT con el paciente en decúbito supino, con diferentes<br />
grados de rotación interna y externa de la pierna. Los fragmentos<br />
localizados en estos sitios se visualizan fácilmente<br />
en la ecografía, donde pueden ser desplazados con el<br />
transductor o con los dedos.<br />
El receso posteromedial es un pequeño receso medial<br />
a la porción posterior <strong>del</strong> cóndilo interno y que debe evaluarse<br />
en CS y CT a través <strong>del</strong> espacio poplíteo. El estudio<br />
debe realizarse con diferentes grados de flexión de la rodilla<br />
tratando que el líquido rodee al cuerpo libre. No debe<br />
confundirse con la fabela que está unida al tendón proximal<br />
<strong>del</strong> gemelo externo, o puede quedar enmascarado por la<br />
interposición <strong>del</strong> fémur.<br />
La bursa <strong>del</strong> semimembranoso-gemelo se localiza en<br />
la cara posteromedial de la rodilla, en la fosa poplítea entre<br />
la cabeza proximal <strong>del</strong> músculo gemelo medial y el<br />
tendón <strong>del</strong> semimembranoso. Esta bursa comunica con la<br />
cavidad articular por una abertura en la parte posterior de<br />
la cápsula que actúa como un mecanismo a válvula. Puede<br />
distenderse y formar un quiste de Baker. Los cuerpos<br />
libres intraarticulares pueden movilizarse con los cambios<br />
de posición <strong>del</strong> paciente y penetrar dentro de estos quistes,<br />
en cuyo interior pueden movilizarse con las maniobras dinámicas.<br />
TOBILLO<br />
Los recesos anterior y posterior <strong>del</strong> tobillo se estudian<br />
por vía anterior y posterior con CS y CT. La ecografía<br />
muestra los contornos óseos de la epífisis distal de la tibia<br />
y <strong>del</strong> astrágalo y deja ver la articulación.<br />
El receso anterior se localiza por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> cuello <strong>del</strong><br />
astrágalo y se ve mejor en CS. Los movimientos de flexión<br />
y extensión de la articulación modifican la forma <strong>del</strong> receso<br />
anterior y por tanto de la posición de los cuerpos libres.<br />
El receso posterior es más pequeño y más profundo y puede<br />
examinarse en un CS a través <strong>del</strong> tendón de Aquiles,<br />
entre el proceso posterior <strong>del</strong> astrágalo y el maléolo posterior<br />
de la tibia. Sólo raramente pueden existir cuerpos libres<br />
pequeños situados en la cara lateral de la articulación<br />
por debajo <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior.<br />
Es posible que pequeños fragmentos libres se sitúen<br />
en la cara lateral de la articulación debajo <strong>del</strong> ligamento<br />
peroneoastragalino, son indiferenciables de una calcificación<br />
postraumática <strong>del</strong> ligamento.<br />
ASPECTO ECOGRÁFICO DEL CARTÍLAGO<br />
ARTICULAR Y ÓSEO<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Solo vamos a realizar una breve referencia, pues lo<br />
hemos analizado en los capítulos anteriores.<br />
Las alteraciones <strong>del</strong> hueso y <strong>del</strong> cartílago articular constituyen<br />
hallazgos incidentales en el curso de la evaluación<br />
ecográfica de las PB vecinas. A veces se ha empleado como<br />
método electivo para evaluar una lesión ósea o articular,<br />
especialmente en los niños, en que es posible ver los centros<br />
de crecimiento previo a su osificación. Ejemplos los<br />
constituyen la evaluación de las displasias de cadera y las<br />
lesiones traumáticas que interesan las epífisis cartilaginosas<br />
y las metáfisis en crecimiento. Otras indicaciones lo constituyen<br />
la evaluación de fracturas, osteomielitis y alteraciones<br />
<strong>del</strong> cartílago hialino y fibrocartílago.<br />
TÉCNICA<br />
Se prefiere utilizar transductores lineales entre 7,5 y<br />
14 MHz. Siempre que sea posible el transductor debe estar<br />
situado de modo paralelo a la superficie <strong>del</strong> área interesada,<br />
pero en ocasiones las imágenes obtenidas con ángulo<br />
pueden ofrecer información muy útil.<br />
ASPECTO ECOGRÁFICO NORMAL<br />
El cartílago articular hialino se ve como una banda<br />
hipoecoica de 2 a 3 mm, de grosor uniforme, de superficie<br />
lisa, vecina al hueso subcondral que es hiperecoico en la<br />
ecografía. Este mismo aspecto tiene el cartílago hialino en<br />
los centros de osificación <strong>del</strong> niño. Por su parte el fibrocartílago<br />
aparece ecogénico.<br />
La cortical <strong>del</strong> hueso normal aparece en la ecografía como<br />
una sombra lisa perfectamente especular. Los ecos que se<br />
ven por detrás de la cortical son producidos por el fenómeno<br />
de reverberancia. El periostio normal no se ve, por lo que<br />
las alteraciones de la superficie ósea o alteraciones <strong>del</strong><br />
periostio pueden hacer sospechar una enfermedad vecina.<br />
60 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
Se pueden agrupar en lesiones traumáticas y no<br />
traumáticas.<br />
LESIONES TRAUMÁTICAS<br />
La ecografía tiene gran valor en las fracturas y<br />
luxaciones de los centros de osificación de los niños y en<br />
los platillos de crecimiento vecinos. Cuando la fractura<br />
ocurre a lo largo de la cortical, si el periostio está intacto,<br />
se puede desplazar por un hematoma subperióstico.<br />
Si bien la radiología es el método clásico para el estudio<br />
de las fracturas, en ocasiones, la ecografía puede demostrar<br />
una fractura radiológicamente oculta, que se muestra<br />
como una discontinuidad brusca o una deformidad con<br />
angulación o ambas, en la cortical <strong>del</strong> hueso. Estos patrones<br />
pueden ocurrir también en las erosiones inflamatorias<br />
y en la tendinitis calcificada.<br />
LESIONES NO TRAUMÁTICAS<br />
La enfermedad no traumática <strong>del</strong> cartílago hialino<br />
puede presentarse bajo 2 formas:<br />
Forma aguda, en que hay engrosamiento <strong>del</strong> cartílago<br />
por edema, con bordes mal definidos y de aspecto no<br />
homogéneo.<br />
Forma crónica en que la superficie <strong>del</strong> cartílago se hace<br />
verrugosa con pérdida de su grosor. A veces se pueden<br />
detectar lesiones osteocondrales vecinas, así como cuerpos<br />
libres, calcificados o no, que pueden visualizarse siempre<br />
que haya aumento <strong>del</strong> contenido líquido articular.<br />
No obstante, la ecografía tiene limitaciones, principalmente<br />
por dificultades en el acceso a algunas articulaciones<br />
y por la falta de especificidad.<br />
En los cóndilos femorales el cartílago patológico se<br />
logra ver bien con áreas focales o difusas de a<strong>del</strong>gazamiento.<br />
Cuando hay un derrame articular complejo con o<br />
sin inflamación sinovial, es difícil de visualizar la superficie<br />
<strong>del</strong> cartílago, a lo que se suma la curvatura de los huesos<br />
y las alteraciones que produce la grasa.<br />
En relación con la enfermedad no traumática <strong>del</strong> fibrocartílago<br />
(meniscos), la ecografía ha mostrado gran valor. En la<br />
ecografía el fibrocartílago normal de la rodilla tiene un aspecto<br />
hiperecoico homogéneo y los desgarros aparecen como defectos<br />
hipoecoicos. A veces se asocia a quistes meniscales, sobre<br />
todo en los desgarros horizontales, llegando a comunicar con el<br />
espacio articular y dejándose comprimir por el transductor. Las<br />
rupturas de los meniscos pueden mostrar estructuras hipoecoicas<br />
vecinas al mismo, con tabiques en su interior.<br />
En los cambios degenerativos el menisco aparece engrosado<br />
y con la ecogenicidad disminuida con protrusión hacia<br />
afuera de la periferia <strong>del</strong> mismo, no dejándose comprimir por<br />
el transductor. Los fragmentos <strong>del</strong> menisco pueden calcificarse<br />
y comportarse como cuerpos libres intraarticulares.<br />
Algunos han utilizado la ecografía intraarticular, basándose<br />
no solo en el aspecto macroscópico sino también<br />
en los cambios de la velocidad <strong>del</strong> sonido y de su atenuación,<br />
en los que pueden llegar a verse fibrilaciones superficiales<br />
en el cartílago, como signo precoz de una lesión.<br />
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64 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DEL PERIOSTIO Y LA CORTICAL<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
La ecografía, como ya hemos señalado, no es capaz<br />
de reconocer al periostio ni la cortical normal, que producen<br />
una absorción <strong>del</strong> sonido que impide su estudio. No<br />
sucede lo mismo con algunos procesos patológicos de estas<br />
regiones.<br />
Las fracturas pequeñas y las avulsiones óseas pueden<br />
detectarse con la ecografía. Las fracturas se ven como una<br />
interrupción de la interfase entre el hueso y las partes blandas<br />
en su superficie, muy reflectante. Otras veces se detectan<br />
por la hemorragia subperióstica que aparece como<br />
una estructura hipoecoica que eleva al periostio hiperecoico<br />
normal. En las fracturas impactadas, como sucede en las<br />
lesiones de Hill-Sachs, se puede ver un defecto en el contorno<br />
posterolateral de la cabeza humeral.<br />
También se ha utilizado para detectar fracturas incompletas<br />
u ocultas con el método de la palpación sonográfica,<br />
en que se despierta dolor a la compresión suave con el<br />
transductor.<br />
Las fracturas de estrés pueden ser detectadas por la<br />
ecografía, sobre todo en la fase de curación en que la lesión<br />
perióstica provoca una línea hiperecoica vecina al callo<br />
hipoecoico, cercano a una interrupción de la cortical.<br />
En los procesos sépticos (osteomielitis) la ecografía es<br />
de gran valor y precede, en varios días a la aparición de<br />
las primeras manifestaciones radiológicas.<br />
La evaluación con la ecografía de las lesiones infecciosas<br />
de los huesos generalmente ocurre durante la evaluación<br />
de una lesión de las partes blandas, tales como:<br />
abscesos, bursitis o derrame articular.<br />
El signo más precoz de osteomielitis en los huesos largos<br />
se muestra como una banda hipoecoica, vecina a la<br />
interfase hueso-partes blandas. Es frecuente ver una alteración<br />
<strong>del</strong> patrón de reverberancia normal <strong>del</strong> hueso, que<br />
provoca alteraciones en la sombra por detrás <strong>del</strong> mismo,<br />
que ahora aparece más clara. En el caso de un absceso<br />
subperióstico hay desplazamiento <strong>del</strong> periostio e infiltración<br />
de los tejidos vecinos. Cuando hay destrucción cortical<br />
y comunicación con la cavidad medular se visualiza mejor<br />
la médula ósea.<br />
En la osteomielitis crónica la reacción perióstica aparece<br />
como una banda engrosada e hiperecoica. La<br />
reactivación aguda se muestra por la presencia de líquido<br />
subperióstico o un absceso de las partes blandas.<br />
La detección de un proceso infeccioso en un paciente<br />
con una prótesis artroplástica es difícil. La ecografía permite<br />
diferenciar una lesión relacionada con las partes blandas<br />
de una lesión articular. Además, sirve para realizar punciones<br />
aspirativas y valorar la evolución de las fracturas en<br />
la técnica de inmovilización externa con alambres. La<br />
ecografía permite evaluar los casos de este tipo de inmovilización,<br />
sobre todo cuando tienen una mala evolución.<br />
Otra aplicación de la ecografía es la posibilidad de<br />
detectar las erosiones óseas marginales y las inclusiones<br />
sinoviales en la enfermedad reumatoidea, mucho antes que<br />
los rayos X convencionales.<br />
Un valor particular de la ecografía es el estudio de la<br />
enfermedad osteocartilaginosa <strong>del</strong> niño, especialmente en<br />
las afecciones de la cadera. Lo mismo sucede en las lesiones<br />
subperiósticas <strong>del</strong> niño, ya que ella permite determinar<br />
su extensión y facilitar una punción aspirativa.<br />
En los osteocondromas la ecografía es capaz de medir<br />
el grosor de la capa <strong>del</strong> cartílago, de gran importancia para<br />
el pronóstico de la lesión, ya que un aumento progresivo<br />
<strong>del</strong> grosor orienta hacia un proceso maligno.<br />
Por su parte, los tumores glómicos producen un defecto<br />
óseo por debajo de la uña que aparecen<br />
hipervascularizados con el Doppler color, mientras que en<br />
los quistes óseos aneurismáticos puede verse la cortical<br />
a<strong>del</strong>gazada con un nivel líquido-líquido en su interior.<br />
En las lesiones malignas la ecografía permite detectar,<br />
de modo precoz, las alteraciones <strong>del</strong> periostio y de la cortical<br />
y sobre todo, su extensión por las partes blandas vecinas.<br />
Ecografía <strong>del</strong> Periostio y la Cortical 65
El DC juega un papel importante en todos estos pacientes.<br />
CUERPOS EXTRAÑOS EN LAS PARTES BLANDAS<br />
Las radiografías convencionales solo pueden detectar<br />
los cuerpos extraños radiopacos, no así la ecografía que<br />
permite ver también los cuerpos extraños radiotransparentes.<br />
Los pedazos de madera, aparecen inicialmente hipoecoicos<br />
y al final pueden desaparecer.<br />
Los cuerpos extraños plásticos son menos<br />
ecogénicos que la madera. Por su parte el vidrio y el<br />
metal producen fuertes artefactos de reverberancia (cola<br />
de cometa).<br />
Hay una serie de signos secundarios asociados a los<br />
cuerpos extraños como son: presencia de aire, hematoma,<br />
pus, etc, todos identificables con la ecografía.<br />
El engrosamiento difuso <strong>del</strong> TCS y de las PB muestra<br />
un patrón reticulado, anecoico y desorganizado, producido<br />
por la distensión de los linfáticos. Los abscesos, complicación<br />
frecuente, varían desde una colección libre<br />
anecoica, hasta una lesión heterogénea compleja, con deshechos<br />
internos y tabicaciones. En el Doppler color hay<br />
aumento <strong>del</strong> flujo, predominantemente periférico.<br />
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Ecografía <strong>del</strong> Periostio y la Cortical 67
68 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO. BRAZO<br />
ECOGRAFÍA DEL HOMBRO<br />
INTRODUCCIÓN<br />
El dolor en el hombro y la dificultad en elevar el brazo,<br />
frecuente en los pacientes mayores de 40 años, tiene<br />
como causa habitual una lesión <strong>del</strong> manguito rotador (MR),<br />
sobre todo en los ancianos o pacientes que llevan una vida<br />
sedentaria, con adicción al tabaquismo. En los pacientes<br />
más jóvenes se requiere una lesión mayor capaz de lesionar<br />
los tendones <strong>del</strong> manguito o provocar fractura ósea<br />
vecina. El hombro doloroso es un síndrome frecuente en la<br />
práctica reumatológica.<br />
El hombro doloroso puede ser producido por un trauma<br />
directo, pero más frecuentemente por problemas en<br />
las estructuras periarticulares, debido a un roce excesivo<br />
de los tendones al pasar por zonas estrechas asociadas a<br />
movimientos y traumas repetidos entre el acromion y el<br />
troquiter, lo que se acompaña de una reacción inflamatoria<br />
con degeneración posterior y rotura de las fibras<br />
tendinosas.<br />
La mayor parte de la enfermedad <strong>del</strong> hombro se centra<br />
en la articulación glenohumeral que muestra una gran incongruencia<br />
en sus superficies articulares, lo que se compensa<br />
con el rodete glenoideo, la cápsula articular laxa y<br />
la función de sujeción de los músculos y tendones <strong>del</strong> MR.<br />
Los principales músculos y tendones <strong>del</strong> hombro que se<br />
estudian con la ecografía son: el supraspinoso (Se), el<br />
infraspinoso (Ie), el redondo menor (Rm) y el subescapular<br />
(SE), que forman parte <strong>del</strong> MR. También se estudian el<br />
músculo <strong>del</strong>toides y el tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps<br />
(PLB). De todos ellos el más importante es el tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> MR son raras por debajo de los<br />
30 años y pueden alcanzar hasta el 60 % de frecuencia<br />
en la década de los 60. También se sabe que pacientes<br />
sin síntomas de lesión en el hombro presentan lesiones<br />
<strong>del</strong> MR, sobre todo entre los 55 y 85 años. Las lesiones<br />
masivas <strong>del</strong> MR o sea mayores de 3 a 5 cm obligan<br />
a un tratamiento quirúrgico.<br />
Las fibras <strong>del</strong> manguito pueden dañarse parcialmente<br />
con un cuadro clínico similar a una bursitis o tendinitis.<br />
Cuando la lesión es más extensa se provoca un cuadro de<br />
debilidad aguda en la elevación y rotación externa, a veces<br />
precedido por un fenómeno de desgaste <strong>del</strong> manguito<br />
por acción <strong>del</strong> ligamento coracoacromial.<br />
Las lesiones más frecuentes <strong>del</strong> hombro, susceptibles<br />
de estudiar con la ecografía son:<br />
. Síndrome de choque.<br />
. Desgarro o ruptura <strong>del</strong> manguito rotador.<br />
. Tendinitis cálcica.<br />
. Lesiones de la P.L. <strong>del</strong> bíceps.<br />
. Inestabilidad <strong>del</strong> hombro.<br />
. Lesiones de la cápsula articular.<br />
. Lesiones relacionadas con las estructuras musculares<br />
y óseas.<br />
. Lesiones traumáticas agudas.<br />
. Osteonecrosis.<br />
. Enfermedad inflamatoria articular<br />
. Osteoartritis primitiva degenerativa.<br />
. Osteoartritis secundaria y enfermedad reumatoidea.<br />
ANATOMÍA NORMAL DEL HOMBRO<br />
La articulación <strong>del</strong> hombro se compone de 3 articulaciones:<br />
la glenohumeral (GH), la acromioclavicular (AC)<br />
y la esternoclavicular (EC).<br />
Anatomía normal de la articulación<br />
glenohumeral<br />
La cabeza humeral se articula con la fosa glenoidea,<br />
que es relativamente poco profunda y que para su estabilidad<br />
depende de la integridad de los músculos, ligamentos<br />
y <strong>del</strong> complejo ligamento-cápsula-lábrum.<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 69
En el esqueleto <strong>del</strong> hombro nos vamos a referir a la<br />
extremidad superior <strong>del</strong> húmero, al omóplato y a la clavícula,<br />
que intervienen en la articulación <strong>del</strong> hombro.<br />
La extremidad externa de la clavícula, aplanada de<br />
arriba abajo, presenta una cara articular elíptica, alargada<br />
de <strong>del</strong>ante a atrás y cortada en bisel a expensas de la cara<br />
inferior <strong>del</strong> hueso, que se apoya sobre la superficie articular<br />
<strong>del</strong> acromion orientada de modo inverso.<br />
En el omóplato debemos recordar que su cara anterior,<br />
excavada en toda su extensión recibe el nombre de fosa<br />
subescapular donde se insertan las láminas tendinosas <strong>del</strong><br />
músculo subescapular. Su cara posterior está dividida en 2<br />
partes por una elevación transversal, la espina <strong>del</strong> omóplato.<br />
La espina <strong>del</strong> omóplato se continúa hacia fuera con<br />
una apófisis que se conoce como acromion, que se articula<br />
con la clavícula. Hay una fosa por encima o supraespinosa,<br />
y otra por debajo o infraespinosa.<br />
Se han descrito variantes en la forma y la inclinación<br />
<strong>del</strong> acromion que tienen significado clínico y que se estudian<br />
mejor en los cortes oblicuo sagitales en la IRM. La<br />
forma de la cara inferior <strong>del</strong> acromion puede aparecer lineal,<br />
curveada o en gancho, lo cual ha sido referida como<br />
los tipos I a III en algunas clasificaciones, las más frecuentes<br />
son las 2 últimas. La inclinación normal <strong>del</strong><br />
acromion en estos cortes varía entre 10º y 40º. Un acromion<br />
con un pequeño ángulo ha sido descrito como un acromion<br />
plano o desplazado hacia abajo.<br />
La forma y la inclinación <strong>del</strong> acromion son importantes<br />
en la altura <strong>del</strong> agujero de salida <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />
supraspinoso, que es el espacio por debajo <strong>del</strong> arco<br />
coracoacromial, constituido por la porción anterior <strong>del</strong><br />
acromion, el ligamento coracoacromial y la articulación<br />
acromioclavicular.<br />
En el ángulo externo de la escápula hay 3 estructuras<br />
importantes: la cavidad glenoidea, el cuello <strong>del</strong> omóplato<br />
y la apófisis coracoides. La cavidad glenoidea es cóncava,<br />
ovalada, con la extremidad más gruesa inferior. Mira hacia<br />
fuera, hacia <strong>del</strong>ante y un poco hacia arriba y se articula<br />
con la cabeza <strong>del</strong> húmero. Por encima de esta cavidad<br />
hay una superficie rugosa o tuberosidad supraglenoidea<br />
en la cual se fija el tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />
La cavidad glenoidea está soportada por un cuello grueso,<br />
corto y aplanado de a<strong>del</strong>ante atrás o cuello <strong>del</strong> omóplato.<br />
Por su parte, la apófisis coracoides se implanta en la<br />
cara superior <strong>del</strong> cuello de la glenoides en forma de un<br />
dedo semiflexionado, con un segmento vertical y otro horizontal<br />
y cuya cara inferior es cóncava y lisa.<br />
En cuanto a la extremidad superior <strong>del</strong> húmero se pueden<br />
identificar 3 eminencias: una interna, articular (cabeza<br />
<strong>del</strong> húmero) y 2 no articulares, el troquiter por fuera y<br />
el troquín por <strong>del</strong>ante de la precedente.<br />
La cabeza <strong>del</strong> húmero, redondeada, lisa y uniforme,<br />
representa el tercio de una esfera de 30 mm de diámetro.<br />
Ella mira hacia adentro, hacia atrás y hacia arriba; y su<br />
eje, dirigido oblicuamente hacia fuera y hacia abajo, forma<br />
con el eje <strong>del</strong> cuerpo <strong>del</strong> hueso un ángulo de unos 130<br />
grados.<br />
El troquiter o tuberosidad mayor se sitúa por fuera de<br />
la cabeza y en su parte posterosuperior, presenta 3 carillas<br />
que dan inserción al músculo Se, al Ie y al Rm.<br />
La tuberosidad mayor y la menor o troquín están separadas<br />
por un canal o corredera bicipital donde cursa el<br />
tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />
Articulación glenohumeral y su complejo<br />
ligamentoso-cápsula-lábrum<br />
La cabeza humeral se articula con la cavidad glenoidea<br />
revestida por una capa uniforme de cartílago de unos 2<br />
mm de grosor. La cavidad glenoidea menos extensa tiene<br />
una orientación inversa a la cabeza. Es de forma ovalada,<br />
con su extremidad inferior mayor y su excavación desigual,<br />
lo cual conforma el cartílgo que la reviste, que tiene<br />
un espesor desigual, mayor en la mitad inferior de la cavidad.<br />
La pequeña concavidad de la cavidad glenoidea no se<br />
adapta a la curvatura esférica de la cabeza <strong>del</strong> hueso y la<br />
adaptación se realiza por medio <strong>del</strong> rodete glenoideo. Este<br />
rodete es un anillo fibrocartilaginoso aplicado al contorno<br />
de la cavidad glenoidea que aumenta la profundidad de<br />
esta cavidad. Vista en un corte, es de forma triangular y,<br />
por tanto, tiene 3 caras: periférica, externa o articular e<br />
interna o adherente.<br />
La cara periférica prolonga hacia afuera la superficie<br />
<strong>del</strong> cuello <strong>del</strong> omóplato y en ella se inserta, por arriba el<br />
tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps y por abajo el tendón<br />
de la porción larga <strong>del</strong> tríceps. La cara externa o articular,<br />
lisa y cóncava, forma parte de la superficie articular<br />
glenoidea. La cara interna o adherente está en íntima conexión<br />
con la periferia de la cavidad glenoidea.<br />
El húmero y el omóplato están unidos por una cápsula<br />
articular, por los ligamentos que refuerzan esta cápsula y<br />
por los músculos y tendones periarticulares. La cápsula<br />
articular tiene la forma de un manguito fibroso muy laxo<br />
que permite una separación de las superficies articulares,<br />
de 2 a 3 cm de extensión y va desde el contorno de la<br />
cavidad glenoidea a la extremidad superior <strong>del</strong> húmero.<br />
Por arriba la inserción capsular se relaciona con la inserción<br />
<strong>del</strong> tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps, mientras<br />
que por abajo la cápsula articular se fusiona con el tendón<br />
de la porción larga <strong>del</strong> tríceps. La cápsula articular es relativamente<br />
<strong>del</strong>gada y es más gruesa por debajo donde no<br />
70 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
está en relación inmediata con ningún músculo. Por arriba,<br />
por <strong>del</strong>ante y por detrás, se hace más <strong>del</strong>gada debajo<br />
de los tendones que la cubren.<br />
Ligamentos glenohumerales (LGH)<br />
Los ligamentos glenohumerales juegan un papel importante<br />
como estabilizadores <strong>del</strong> hombro. Se tratan de<br />
bandas engrosadas de la cápsula articular y que se dividen<br />
en: superior (LGS), medio (LGM) e inferior (LGI).<br />
- Ligamento glenohumeral inferior (LGI). El LGI<br />
es el mayor y más importante y contribuye a la<br />
formación de las porciones anterior y posterior<br />
<strong>del</strong> lábrum. Tiene una banda anterior, una posterior<br />
y una bolsa axilar, y se inserta en los dos<br />
tercios inferiores de la glenoides por intermedio<br />
<strong>del</strong> lábrum. Este ligamento se pone laxo en la posición<br />
de aducción, mientras que en la abducción<br />
progresiva se tensa y su banda anterior se mueve<br />
hacia arriba en relación con la cabeza humeral.<br />
La banda anterior se inserta a lo largo de los 2/3<br />
inferiores de la porción anterior <strong>del</strong> lábrum y si<br />
bien es prominente, en el 25 % de los casos puede<br />
ser muy fina. La banda posterior es muy <strong>del</strong>gada.<br />
Este ligamento es el principal opositor a la luxación<br />
anterior y posterior en los 90 grados de abducción.<br />
- Ligamento glenohumeral medio (LGM). Su tamaño<br />
y sitio de inserción en la glenoides es muy<br />
variable. Suele ocurrir en la porción<br />
anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, aunque más frecuentemente<br />
se inserta, medialmente en el cuello de la<br />
glenoide. Este ligamento puede estar ausente o<br />
aparecer engrosado en forma de una cuerda, como<br />
sucede en el llamado complejo de Buford. Además,<br />
su aspecto varía mucho con la rotación <strong>del</strong><br />
hombro: en la rotación externa el ligamento se<br />
estira y se localiza vecino a la cápsula, mientras<br />
que en la rotación interna puede aparecer redundante.<br />
Se puede identificar entre el tendón <strong>del</strong><br />
subescapular (SE) y la banda anterior <strong>del</strong> LGI y<br />
juega un papel importante en la estabilidad de la<br />
articulación, entre 0 y 45 grados de la abducción.<br />
- Ligamento glenohumeral superior (LGS). Es<br />
el más pequeño, se origina en la parte superior de<br />
la cavidad glenoidea y en la base de la coracoides<br />
y está unido al LGM, al tendón <strong>del</strong> bíceps y al<br />
lábrum. Su curso es casi perpendicular al ligamento<br />
medial y paralelo a la coracoides. Se inserta<br />
en la porción anterosuperior <strong>del</strong> cuello anatómico<br />
<strong>del</strong> húmero, íntimamente relacionado con<br />
el ligamento coracohumeral que es extrarticular.<br />
Estos 2 ligamentos contribuyen a la estabilización<br />
de la articulación glenohumeral y previenen<br />
la luxación posterior e inferior.<br />
Lábrum glenoideo y cápsula articular<br />
El lábrum glenoideo se trata de una estructura<br />
fibrocartilaginosa, de unos 4 mm de ancho y 3 mm de<br />
altura, unido al anillo glenoideo. Por <strong>del</strong>ante se mezcla<br />
con la banda anterior <strong>del</strong> ligamento glenohumeral inferior<br />
y por arriba con el tendón <strong>del</strong> bíceps y el ligamento<br />
glenohumeral superior. El LGM también contribuye, pues<br />
forma la porción más superior <strong>del</strong> lábrum anterior.<br />
El lábrum, en forma de cuña, está unido a los bordes<br />
de la cavidad glenoidea, a la cual hace más profunda. Los<br />
movimientos de esta articulación, la de mayor movilidad,<br />
dependen de la congruencia de la cabeza humeral, la fosa<br />
glenoidea, el músculo <strong>del</strong>toides y el mecanismo de acción<br />
<strong>del</strong> manguito rotador (MR).<br />
El lábrum es más móvil por encima de la línea epifisaria<br />
y proporciona estabilidad a la articulación GH y funciona<br />
junto con el tendón <strong>del</strong> bíceps, como un complejo móvil<br />
que se desliza sobre el polo superior cartilaginoso de la<br />
glenoides. La tensión <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps aumenta la profundidad<br />
<strong>del</strong> lábrum y estabiliza la cabeza humeral.<br />
El complejo capsular anterior o pared anterior de la<br />
cápsula comprende la membrana sinovial, los ligamentos<br />
glenohumerales, el ligamento coraco-humeral, la bursa<br />
subescapular y el tendón y músculo <strong>del</strong> SE. La pared posterior<br />
de la cápsula incluye a los músculos infraspinoso<br />
(Ie) y redondo menor (Rm).<br />
En cuanto a la cápsula se han descrito numerosas variantes<br />
de su forma y <strong>del</strong> mecanismo de inserción en la<br />
glenoides, con 3 tipos de inserción capsular:<br />
Tipo I. La cápsula se inserta en la punta o cerca de la<br />
punta <strong>del</strong> lábrum glenoideo anterior.<br />
Tipos II y III. Ocurre una inserción más medial, a lo<br />
largo <strong>del</strong> cuello escapular que puede formar un receso<br />
por detrás <strong>del</strong> músculo SE.<br />
Estos tipos de inserción representan variaciones normales<br />
en el tamaño y morfología <strong>del</strong> receso<br />
subescapular que dependen de la rotación <strong>del</strong> hombro.<br />
En la rotación interna el receso se agranda y<br />
la cápsula parece insertarse más medialmente en el<br />
cuello escapular.<br />
El tipo III predispone a las luxaciones<br />
recidivantes <strong>del</strong> hombro. Las variaciones de<br />
unión de la cápsula anterior de la articulación<br />
glenohumeral pueden conducir a errores y en<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 71
los casos II y III debe evitarse hacer el diagnóstico<br />
de inestabilidad anterior, fragmentación<br />
anterior de la glenoides o alteraciones<br />
capsulares.<br />
Variantes anatómicas <strong>del</strong> lábrum<br />
Hay 2 variantes normales en el lábrum anterior que<br />
pueden simular un desgarro o desinserción <strong>del</strong> mismo. Ambas<br />
ocurren en la porción anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, donde<br />
son raras las rupturas. La primera variante es un foramen<br />
por debajo <strong>del</strong> lábrum que se trata de una abertura por detrás<br />
de la porción antero-superior <strong>del</strong> mismo y <strong>del</strong> hueso<br />
glenoideo, que puede simular una desinserción. La otra variante<br />
es el llamado complejo de Buford, que consiste en la<br />
ausencia de la porción anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, asociado<br />
a un ligamento glenohumeral medio engrosado.<br />
Bursas<br />
La mayor bursa <strong>del</strong> cuerpo, subacromio-coracoidea o<br />
sub<strong>del</strong>toidea (SA-SD) se sitúa entre el acromion y el<br />
<strong>del</strong>toides por un lado y el manguito rotador y la cabeza <strong>del</strong><br />
húmero por el otro.<br />
Tiene 3 porciones: subacromial, sub<strong>del</strong>toidea y<br />
subcoracoidea. Esta bursa facilita el deslizamiento entre<br />
el MR y el músculo <strong>del</strong>toides.<br />
Si bien la porción subcoracoidea comunica en solo<br />
el 10 % de los casos con la porción subacromial y es<br />
muy variable en su tamaño, las 2 restantes, usualmente,<br />
comunican entre sí y son hallazgos constantes.<br />
La porción subacromial se sitúa entre el acromion y el<br />
tendón <strong>del</strong> supraspinoso y está unida a la cara inferior <strong>del</strong><br />
acromion y ligamento coracoacromial, así como al tendón<br />
<strong>del</strong> Se. Si bien existe comunicación entre la bursa<br />
subacromial y subcoracoidea, no hay comunicación entre<br />
la bursa subcoracoidea y la subescapular.<br />
La porción subcoracoidea se sitúa por debajo <strong>del</strong> apófisis<br />
coracoides, entre los tendones de la porción corta <strong>del</strong><br />
bíceps y el músculo coracobraquial por <strong>del</strong>ante, y el tendón<br />
<strong>del</strong> SE por detrás.<br />
La porción sub<strong>del</strong>toidea, que es la mayor, se sitúa por<br />
debajo <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong>toides, por encima <strong>del</strong> manguito<br />
rotador y por fuera <strong>del</strong> troquiter. Parte de la bursa cubre al<br />
surco bicipital. En ocasiones existe un séptum que separa<br />
la porción subacromial de la sub<strong>del</strong>toidea. Esta porción<br />
sub<strong>del</strong>toidea no comunica con la articulación glenohumeral;<br />
su cara interna está constituida por tejido sinovial, rodeado<br />
por fuera por grasa, la cual puede visualizarse en los<br />
rayos X como una banda radiotransparente de 1 a 2 mm.<br />
Otra bursa de gran interés es la <strong>del</strong> subescapular (SE),<br />
localizada entre el tendón <strong>del</strong> SE y el ligamento<br />
glenohumeral medio, extendiéndose sobre el cuello de la<br />
escápula. Esta bursa comunica con la articulación<br />
glenohumeral entre los 3 ligamentos glenohumerales. Ella<br />
puede rodear al tendón <strong>del</strong> SE y extenderse a lo largo de<br />
la superficie anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE. Puede confundirse<br />
con la porción subcoracoidea de la bursa<br />
subacromio-sub<strong>del</strong>toidea, o con la bursa <strong>del</strong> músculo<br />
coracobraquial. En la porción superior de la bursa pueden<br />
verse los pliegues <strong>del</strong> tejido capsular que no deben<br />
confundirse con una enfermedad.<br />
Arco acromiocoracoideo<br />
El ligamento acromiocoracoideo, el acromion y la apófisis<br />
coracoides constituyen, por encima de la articulación<br />
escapulohumeral, una bóveda osteofibrosa o área conocida<br />
con el nombre de arco acromiocoracoideo.<br />
En este capítulo nos vamos a referir a los ligamentos<br />
coracoacromial y coracohumeral<br />
El ligamento coracoacromial es la principal estructura<br />
de este arco y juega un papel importante en el llamado<br />
síndrome de choque <strong>del</strong> hombro. Este ligamento se inserta<br />
en las superficies anterior, lateral e inferior <strong>del</strong> acromion.<br />
En condiciones normales la unión <strong>del</strong> ligamento con el<br />
acromion muestra bajas señales y en los CC oblicuos de la<br />
IRM se puede confundir con una enfermedad. En el tratamiento<br />
<strong>del</strong> síndrome de choque, la acromioplastia, se acompaña<br />
de sección de este ligamento.<br />
Por su parte el ligamento coracohumeral es una lámina<br />
fibrosa, gruesa que se inserta por dentro en el borde externo<br />
de la apófisis coracoides por debajo <strong>del</strong> ligamento<br />
acromiocoracoideo, se dirige transversalmente hacia fuera<br />
y termina por 2 haces en el troquín y en el troquiter, a cada<br />
lado de la corredera bicipital. Su cara superior está separada<br />
<strong>del</strong> ligamento acromiocoracoideo por la bursa SA-SD.<br />
Ambos ligamentos contribuyen a estabilizar la articulación<br />
GH y evitan la luxación posterior e inferior de la<br />
cabeza humeral.<br />
Articulación acromioclavicular<br />
Esta articulación une el acromion a la extremidad externa<br />
de la clavícula. La superficie acromial mira hacia<br />
arriba y adentro, mientras que la superficie clavicular tiene<br />
una orientación inversa, lo que explica lo frecuente de<br />
la luxación de la clavícula hacia arriba. Existe 1 cápsula<br />
72 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
articular y 3 ligamentos que unen estas estructuras: el ligamento<br />
acromioclavicular y los coracoclaviculares<br />
(conoides y trapezoides).<br />
Anatomía normal <strong>del</strong> MR<br />
El MR está formado por 4 músculos y sus tendones:<br />
SE, Se, Ie, Rm. Los 4 músculos actúan primariamente<br />
para proporcionar una estabilidad dinámica a la articulación<br />
glenohumeral (GH), que es inestable y además auxilian<br />
en la rotación interna y externa y en la abducción <strong>del</strong><br />
hombro.<br />
El SE, el más anterior, es un músculo grande y triangular<br />
que se origina en la fosa subescapular y se extiende<br />
lateralmente, anterior a la articulación, para converger por<br />
un tendón ancho y corto en la tuberosidad menor.<br />
El Se, el músculo más superior, se origina en la fosa<br />
supraespinosa, pasa por debajo <strong>del</strong> acromion y termina en un<br />
tendón que cruza por encima de la cabeza humeral para insertarse<br />
en la porción más anterior de la tuberosidad mayor.<br />
El músculo Ie se origina en la fosa infraespinosa y su<br />
tendón se extiende lateralmente para insertarse en la<br />
tuberosidad mayor en localización posteroinferior al tendón<br />
<strong>del</strong> Se.<br />
El Rm se origina en el borde lateral de la escápula y se<br />
inserta por debajo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Ie.<br />
Estos 3 tendones <strong>del</strong> MR se hacen confluentes y forman<br />
una inserción común en la tuberosidad mayor <strong>del</strong> húmero.<br />
El tendón <strong>del</strong> PLB, de 9 cm de longitud, se origina en<br />
la porción posterosuperior <strong>del</strong> lábrum glenoideo. Se envuelve<br />
por la membrana sinovial cuando atraviesa<br />
oblicuamente la articulación <strong>del</strong> hombro y describe un arco<br />
sobre la cabeza humeral para descender en el surco<br />
intercondíleo. El tendón es intraarticular pero extrasinovial.<br />
Bandas tendinosas procedentes <strong>del</strong> SE y <strong>del</strong> Se se unen<br />
para formar una vaina que rodea al tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />
que lo mantienen en el surco bicipital en su porción<br />
proximal. Una banda procedente <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se forma<br />
el techo de la vaina, y una banda <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE pasa<br />
por debajo <strong>del</strong> mismo para unirse con las fibras procedentes<br />
<strong>del</strong> Se y formar el piso.<br />
El ligamento coracohumeral que se origina de la cara<br />
lateral de la base de la apófisis coracoides y se inserta<br />
entre los tendones <strong>del</strong> Se y el SE, también forma parte <strong>del</strong><br />
techo y <strong>del</strong> piso <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps y es el principal<br />
estabilizador <strong>del</strong> tendón en el surco. Para algunos el ligamento<br />
transverso sólo juega un papel secundario.<br />
El músculo <strong>del</strong>toides, originado en la clavícula,<br />
acromion y escápula, converge en un tendón corto que se<br />
inserta en la cara lateral de la diáfisis proximal <strong>del</strong> húmero.<br />
Entre el MR y el <strong>del</strong>toides se sitúa la bursa SA-SD.<br />
Esta bursa se extiende anteriormente cubriendo al tendón<br />
<strong>del</strong> bíceps, lateralmente por detrás <strong>del</strong> <strong>del</strong>toides y posteriormente<br />
para separar el <strong>del</strong>toides <strong>del</strong> músculo Ie.<br />
Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> hombro en los<br />
planos axial, coronal y sagital<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />
ecográfica <strong>del</strong> hombro, hemos considerado de interés el<br />
ofrecer una visión, en cortes anatomo-radiológicos, de los<br />
diferentes planos <strong>del</strong> hombro, aunque no todas las estructuras<br />
sean identificables en la ecografía.<br />
Cortes axiales<br />
- En un corte a nivel de la articulación<br />
acromioclavicular se ven las estructuras óseas, con<br />
la articulación correspondiente. El músculo <strong>del</strong>toides<br />
se ve por <strong>del</strong>ante, lateral y algo por detrás. El músculo<br />
y tendón <strong>del</strong> Se se ven por detrás. El ligamento<br />
coracoacromial se visualiza vecino a la coracoides.<br />
La bursa subacromio-sub<strong>del</strong>toidea y el músculo<br />
<strong>del</strong>toides se ven entre el manguito y el acromion.<br />
- En cortes altos se ve el curso oblicuo normal <strong>del</strong><br />
músculo Se y su tendón, desde su inserción en la<br />
cápsula y en la tuberosidad mayor, por detrás <strong>del</strong><br />
surco bicipital, hasta la fosa supraespinosa de la<br />
escápula.<br />
- En cortes a nivel <strong>del</strong> proceso coracoideo superior,<br />
se ve el origen <strong>del</strong> Ie, a partir de la superficie<br />
posteroinferior de la escápula que cruza la articulación<br />
GH, por detrás <strong>del</strong> Se para insertarse en<br />
la cara lateral de la tuberosidad mayor. Este tendón,<br />
cerca de la tuberosidad mayor, se mezcla<br />
con la cortical <strong>del</strong> húmero. La espina de la escápula<br />
separa los músculos Ie y Se. El redondo<br />
menor se sitúa posterolateral al Ie y se origina en<br />
el borde axilar de la escápula, terminando en la<br />
faceta inferior de la tuberosidad mayor.<br />
- En cortes algo más bajos, se ve un corte transversal<br />
<strong>del</strong> tendón de la PLB, dentro de la corredera<br />
bicipital, a veces rodeado de una pequeña cantidad<br />
de grasa. Por dentro y algo por <strong>del</strong>ante se<br />
sitúa el ligamento coracohumeral.<br />
La arteria y el nervio supraescapular, rodeados<br />
por grasa, se localizan por detrás y por dentro <strong>del</strong><br />
anillo glenoideo superior.<br />
El lábrum, se localiza a nivel de la articulación<br />
GH, por debajo de la coracoides. En condiciones<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 73
normales el lábrum tiene un contorno triangular<br />
bien definido.<br />
- Un corte a nivel <strong>del</strong> centro de la articulación permite<br />
ver el cartílago articular que sigue la forma<br />
cóncava de la cavidad glenoidea.<br />
- En un corte anterolateral a la glenoides, se ve al<br />
músculo SE que se origina en la fosa subescapular<br />
y se inserta en la tuberosidad menor. Su tendón se<br />
ve a nivel de la porción media y superior de la<br />
articulación GH. El LGM se ve descansando en<br />
este tendón, como una banda. El LGS se identifica<br />
a nivel de la coracoides y <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps.<br />
- En cortes por la porción inferior de la articulación<br />
glenohumeral se puede ver al LGI como una<br />
estructura laxa. Por dentro de la articulación se<br />
pueden identificar de a<strong>del</strong>ante a atrás: el músculo<br />
pectoral mayor, el músculo coracobraquial, el tendón<br />
de la PLB, el músculo y tendón <strong>del</strong> Se, la<br />
glenoides y la parte posterior <strong>del</strong> lábrum.<br />
Cortes coronales<br />
Estos cortes permiten una mejor evaluación <strong>del</strong> MR,<br />
sobre todo de la anatomía <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se. (IRM)<br />
- En un corte anterior y medio coronal, se ve el músculo<br />
Se en continuidad con su tendón central, hasta<br />
su inserción en la tuberosidad mayor. La bursa<br />
subacromial, se interpone entre el acromion y el MR.<br />
- En cortes coronales más anteriores se pueden ver<br />
las fibras <strong>del</strong> músculo SE y su convergencia<br />
tendinosa en la tuberosidad menor, así como ver<br />
los ligamentos CH y AC, que aparecen como estructuras<br />
finas. Con el hombro en posición neutra<br />
o con rotación interna se ve al tendón de la PLB en<br />
el surco bicipital, que penetra en la cápsula por<br />
debajo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se y que puede seguirse hasta<br />
su inserción en el anillo superior de la glenoides.<br />
- En CC aún más anteriores se pueden ver los ligamentos<br />
coraco-claviculares. La anatomía de la articulación<br />
AC se ve mejor a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
- En cortes aún más posteriores, el tendón <strong>del</strong> Ie se<br />
puede confundir con el tendón <strong>del</strong> Se. El cartílago<br />
de la cabeza humeral, se interpone entre el tendón<br />
<strong>del</strong> Se por encima y la cortical por debajo.<br />
- El tendón y músculo <strong>del</strong> redondo menor se ven en<br />
cortes aún más posteriores a nivel de la espina de<br />
la escápula.<br />
- La arteria circunfleja humeral posterior y el nervio<br />
axilar se identifican por dentro de los músculos<br />
coracobraquial, dorsal ancho y el músculo y<br />
tendón <strong>del</strong> redondo mayor.<br />
Cortes sagitales<br />
Estos cortes son útiles para el estudio <strong>del</strong> grupo muscular<br />
de la región, especialmente <strong>del</strong> MR.<br />
- En un CS a la altura de la articulación<br />
glenohumeral se puede ver esta articulación<br />
rodeada por el lábrum. Por arriba se ve a la<br />
clavícula por <strong>del</strong>ante y al acromion por atrás.<br />
Por debajo de la articulación se visualizan el<br />
tendón y músculo <strong>del</strong> Se. Por detrás, y de arriba<br />
abajo, se visualizan al músculo y tendón<br />
<strong>del</strong> Ie, la porción posterior <strong>del</strong> músculo<br />
<strong>del</strong>toides, el ligamento glenohumeral inferior<br />
y más posteriormente al Rm. Por <strong>del</strong>ante, y de<br />
arriba abajo se identifican al ligamento<br />
coracoclavicular, la porción anterior <strong>del</strong> músculo<br />
<strong>del</strong>toides, el tendón y músculo <strong>del</strong> SE,<br />
así como los músculos pectoral menor,<br />
coracobraquial y pectoral mayor.<br />
- En un CS por la porción central, se ve al<br />
húmero rodeado por arriba por el acromion<br />
con el músculo y tendón <strong>del</strong> Se por detrás <strong>del</strong><br />
ligamento coracoacromial y vecino al tendón<br />
de la PLB. Por detrás, y de arriba a abajo, se<br />
encuentran el tendón y músculo <strong>del</strong> Ie, la parte<br />
posterior <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong>toides y el Rm. Por<br />
<strong>del</strong>ante de la cabeza humeral, y de arriba abajo<br />
se ven la porción anterior <strong>del</strong> <strong>del</strong>toides, el<br />
músculo y tendón <strong>del</strong> SE, el músculo<br />
coracobraquial y el pectoral mayor.<br />
- En un CS por la porción lateral se ve la porción<br />
distal <strong>del</strong> acromion, con el tendón <strong>del</strong> Se por debajo,<br />
el <strong>del</strong> Ie por detrás, el músculo <strong>del</strong>toides<br />
por <strong>del</strong>ante, junto al tendón de la PLB y <strong>del</strong> SE.<br />
- La arteria y venas axilares, así como el plexo<br />
braquial se sitúan por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo SE y<br />
por detrás <strong>del</strong> pectoral menor.<br />
TÉCNICA Y ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />
Se debe utilizar un transductor lineal entre 7 y 14 MHz.<br />
En los individuos obesos la técnica de los armónicos disminuye<br />
los ruidos y aumenta el contraste. El Doppler color<br />
(DC) es de utilidad para visualizar los cambios hiperémicos.<br />
El paciente se sitúa en una silla giratoria con el explorador<br />
por detrás, con el brazo en posición neutra o en rotación<br />
interna y en hiperextensión, para conseguir una rotación<br />
anterior <strong>del</strong> MR, que se deja ver por fuera <strong>del</strong> acromion<br />
y facilita el diagnóstico precoz de sus lesiones.<br />
Los tendones deben estudiarse en cortes transversales<br />
y longitudinales y deben identificarse la piel y el TCS,<br />
74 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
hipoecoicos, que son más superficiales seguida <strong>del</strong> músculo<br />
<strong>del</strong>toides y de los tendones <strong>del</strong> manguito, que forman<br />
la próxima capa y son menos ecogénicos que los tendones<br />
vecinos. Entre los tendones y el músculo se debe visualizar<br />
la bursa sub<strong>del</strong>toidea y la grasa vecina (hiperecoica). Profundamente<br />
hay que identificar la cabeza humeral y el cartílago<br />
hialino, que es hipoecoico.<br />
Como parte <strong>del</strong> estudio <strong>del</strong> hombro se incluye al tendón<br />
<strong>del</strong> bíceps que ocupa la corredera bicipital.<br />
En un CT se puede ver la sombra <strong>del</strong> acromion por<br />
dentro de la PLB. Por <strong>del</strong>ante, el tendón de la PLB, en la<br />
corredera bicipital, está cubierto por el ligamento transverso,<br />
la bursa sub<strong>del</strong>toidea y el músculo <strong>del</strong>toides.<br />
El lábrum glenoideo se puede estudiar mejor en CT<br />
por vía posterior donde aparece cubierto por el músculo<br />
infraspinoso, presentándose como una estructura triangular<br />
hiperecoica. También por esta vía, y con rotación externa<br />
<strong>del</strong> brazo, se puede visualizar el receso articular posterior<br />
donde se acumula precozmente el líquido articular.<br />
Veamos a continuación la forma de estudio de los tendones<br />
<strong>del</strong> MR y su aspecto ecográfico normal.<br />
El examen se inicia como ya hemos señalado, con el<br />
paciente relajado, con el hombro en posición neutra y pegado<br />
al cuerpo, con el brazo en flexión de 90 grados y<br />
apoyado sobre el muslo.<br />
Es aconsejable empezar el estudio con un corte transversal<br />
de la corredera bicipital que aparece como una superficie<br />
cóncava que contiene al tendón, por dentro <strong>del</strong><br />
cual se sitúa el tendón <strong>del</strong> subescapular. Con el brazo en<br />
posición neutra, el tendón <strong>del</strong> bíceps aparece como una<br />
estructura oval hiperecoica y deben realizarse cortes transversales<br />
en la unión músculotendinosa, en la porción media<br />
<strong>del</strong> tendón y a nivel <strong>del</strong> manguito. Algunas veces puede<br />
verse una pequeña colección líquida alrededor <strong>del</strong> tendón<br />
de la PLB.<br />
A continuación se realiza un corte sagital, perpendicular<br />
al anterior y paralelo al tendón, con una rotación de<br />
90 grados en cuyo caso el tendón aparece en forma de<br />
líneas paralelas hiperecoicas. A veces es necesario balancear<br />
ligeramente el transductor para evitar la aparición de<br />
falsas zonas hipoecoicas.<br />
A partir de la posición inicial para el estudio <strong>del</strong> tendón<br />
de la PLB y dirigiendo el transductor hacia dentro, y<br />
con ligera rotación <strong>del</strong> brazo, se ve el tendón <strong>del</strong><br />
subescapular, en un plano que es paralelo a su eje mayor.<br />
Este tendón aparece en forma de una banda de ecos de<br />
mediano nivel por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> cual puede verse una línea<br />
ecogénica convexa que es la bursa sub<strong>del</strong>toidea. Es aconsejable<br />
el realizar rotación interna y externa pasiva con el<br />
brazo en aducción para velar por la integridad <strong>del</strong> tendón.<br />
Desde esta última posición y rotando 90 grados el<br />
transductor, se obtiene una vista transversal <strong>del</strong> tendón<br />
que ahora aparece oval.<br />
El estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se debe empezarse con un<br />
estudio transversal y para lo cual se mueve el transductor<br />
desde la vista transversal <strong>del</strong> subescapular hacia fuera y<br />
hasta atrás, apareciendo el tendón <strong>del</strong> Se como una banda<br />
de ecos medianos, por detrás de la bursa y por <strong>del</strong>ante de<br />
los ecos brillantes que produce la tuberosidad mayor. También<br />
debe estudiarse el cartílago de la cabeza humeral que<br />
aparece como una banda hipoecoica próximo a la cabeza,<br />
muchas veces oculta por el acromion. En esta posición es<br />
importante el estudio de la llamada zona crítica <strong>del</strong> tendón<br />
que se inicia a 1 cm posterolateral al tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />
que requiere, algunas veces, de una técnica especial.<br />
Una vez visualizado el tendón <strong>del</strong> Se. en su eje<br />
longitudinal, se debe rotar 90º el transductor. En esta vista<br />
el tendón aparece en forma de un pico extendido por debajo<br />
<strong>del</strong> acromion (con su sombra acústica) y su inserción a<br />
lo largo <strong>del</strong> trocánter. Es aconsejable el realizar una aducción<br />
y una abducción pasiva con la palma <strong>del</strong> paciente,<br />
paralela al tronco para poder estudiar su integridad. También<br />
es recomendable el realizar cortes laterales al trocánter<br />
para descartar pequeños derrames en la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />
Una vez estudiado este tendón en posición neutra debe<br />
realizarse un nuevo estudio con el brazo en extensión y<br />
rotación interna, para lo cual el paciente debe colocar su<br />
mano en la espalda con lo que se logra que el trocánter se<br />
localice más anteriormente y se vea mejor al tendón. A<br />
veces podemos observar una estrecha banda anecoica entre<br />
el tendón y el músculo <strong>del</strong>toides, que corresponde a la<br />
bursa subacromial.<br />
Para estudiar el tendón <strong>del</strong> Ie y a partir de la posición<br />
de corte transversal <strong>del</strong> Se, debemos movilizar el<br />
transductor posteriormente en un plano paralelo a la espina<br />
de la escápula para ver a su tendón que aparece en<br />
forma de un pico que se afina progresivamente hacia su<br />
inserción en la parte posterior <strong>del</strong> trocánter. Es aconsejable<br />
realizar rotación pasiva externa e interna. En esta misma<br />
posición se debe buscar la parte posterior <strong>del</strong> lábrum<br />
glenoideo que aparece como una estructura triangular,<br />
hiperecoica por detrás <strong>del</strong> tendón, así como al cartílago<br />
articular de la cabeza humeral que se muestra como una<br />
capa fina hipoecoica por <strong>del</strong>ante de los ecos que produce<br />
el hueso vecino.<br />
Para el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Rm y a partir de la posición<br />
inicial para el estudio <strong>del</strong> Ie. se rota el transductor de<br />
modo distal, a lo largo <strong>del</strong> húmero, manteniéndose paralelo<br />
a la espina de la escápula, con lo que se visualiza al<br />
tendón <strong>del</strong> Rm con su forma trapezoidal. Este tendón muestra<br />
ecos internos oblícuos que permiten diferenciarlos <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> Ie, que son más horizontales.<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 75
Debido a que los tendones <strong>del</strong> MR asumen un curso<br />
curvilíneo convexo a medida que pasan sobre la cabeza<br />
humeral, es importante el movilizar suavemente el<br />
transductor para visualizar sus diferentes porciones en un<br />
plano perpendicular al haz de US. Debido a que los tendones<br />
<strong>del</strong> MR se mezclan y fusionan entre sí, no pueden verse<br />
como estructuras separadas en la ecografía.<br />
Un estudio <strong>del</strong> MR permite determinar la existencia<br />
de múltiples capas: la más profunda es la corticalhumeral,<br />
seguida por una capa fina anecoica (cartílago hialino),<br />
luego los tendones <strong>del</strong> MR, la bursa, la grasa peribursal,<br />
el músculo <strong>del</strong>toides y el TCS.<br />
La bursa sub<strong>del</strong>toidea aparece como una capa<br />
hipoecoica rodeada por la grasa ecogénica y tiene un contorno<br />
convexo. En condiciones normales no hay líquido en<br />
su interior y cuando lo hay se localiza por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> SE próximo al apófisis coracoides.<br />
La parte posterior de la articulación GH, así como de<br />
los tendones <strong>del</strong> Ie y Rm se examinan por detrás <strong>del</strong> hombro<br />
con el paciente descansando su brazo en posición supina<br />
sobre el muslo. Para ello se palpa la espina de la escápula y<br />
el transductor se coloca inmediatamente por debajo y ligeramente<br />
lateral a ella, rotando pasivamente el brazo hacia<br />
afuera y hacia dentro para tratar de visualizar el tendón y<br />
músculo <strong>del</strong> Ie y el lábrum posterior. Esta posición es también<br />
útil para detectar pequeñas colecciones intraarticulares<br />
o en la bursa SASD. Si el transductor se moviliza ligeramente<br />
hacia abajo se ven el músculo y tendón <strong>del</strong> Rm.<br />
INDICACIONES DE LA ECOGRAFÍA EN LA PATOLOGÍA<br />
DEL HOMBRO<br />
La ecografía es de gran valor en el examen <strong>del</strong> hombro<br />
doloroso, ya que no sólo permite el diagnóstico de ruptura<br />
<strong>del</strong> MR, sino también el estudio de las bursas, así como la<br />
evaluación dinámica de la articulación en abducción y rotación.<br />
Otra indicación importante de la ecografía en el<br />
hombro es el síndrome de choque o de atrapamiento, conocida<br />
por algunos como disfunción primaria.<br />
La ecografía permite un estudio cuidadoso de los 4<br />
tendones <strong>del</strong> MR de los cuales el Se, el Ie, y el Rm son<br />
extrarrotadores y <strong>del</strong> SE que es intrarrotador. Las rupturas<br />
son más frecuentes en la unión miotendinosa o en la<br />
inserción en el trocánter. La situación anatómica de estos<br />
tendones, en especial <strong>del</strong> Se, cuando pasa por debajo <strong>del</strong><br />
arco osteofibroso producido por el acromion y el ligamento<br />
coracoacromial, explican lo frecuente que se interesan<br />
en los traumas <strong>del</strong> hombro.<br />
Los traumas frecuentes en el hombro se clasifican en<br />
directos o indirectos, y pueden ser causados por contracción<br />
o tracción. Un trauma compresivo sobre el manguito<br />
entre la epífisis humeral y el acromion, puede provocar un<br />
trauma directo <strong>del</strong> hombro o también puede ser producto<br />
de una caída sobre el codo o la mano.<br />
Las rupturas <strong>del</strong> MR pueden ser completas o incompletas.<br />
Las rupturas incompletas se subdividen en 3 grupos:<br />
las que interesan la superficie superior, la porción<br />
central la superficie inferior. Esta última es la más frecuente,<br />
y es rara la lesión central.<br />
La disfunción <strong>del</strong> MR se ha dividido en 2 categorías:<br />
disfunción primaria por el síndrome de choque o tendinosis<br />
intrínseca y la disfunción secundaria provocada por inestabilidad<br />
GH.<br />
Síndrome de choque o de atrapamiento<br />
Es un atrapamiento crónico <strong>del</strong> manguito y de la bursa,<br />
entre la cabeza humeral y el acromion.<br />
Como causas potenciales <strong>del</strong> síndrome de choque<br />
<strong>del</strong> hombro, capaces de ser estudiadas con la ecografía,<br />
se citan:<br />
. Inclinación congénita, en gancho, <strong>del</strong> acromion con<br />
disminución <strong>del</strong> espacio entre el acromion y la cabeza<br />
humeral.<br />
. Presencia de osteofitos y callos blandos en la cara inferior<br />
de la articulación acromioclavicular.<br />
. Engrosamiento <strong>del</strong> ligamento acromioclavicular (bien<br />
manifiesto con los movimientos <strong>del</strong> brazo).<br />
. Inestabilidad <strong>del</strong> hombro en los atletas.<br />
. Hiperdesarrollo <strong>del</strong> músculo supraspinoso por<br />
sobreuso.<br />
. Lesiones postraumáticas con remo<strong>del</strong>amiento incorrecto.<br />
. Tendinitis, sobre todo <strong>del</strong> supraspinoso.<br />
Neer ha dividido el síndrome de choque en 3 estadios:<br />
Estadio I. Hay edema y hemorragia en la bursa y en<br />
el manguito.<br />
Estadio II. Hay fibrosis con engrosamiento de los tejidos<br />
subacromiales y a veces ruptura parcial <strong>del</strong><br />
manguito.<br />
Estadio III. Se comprueba una ruptura total <strong>del</strong><br />
manguito.<br />
Los estadios I y II se caracterizan por presencia de<br />
líquido en la bursa con un afinamiento <strong>del</strong> manguito en<br />
más de 2 mm, cuando se compara con el lado sano. A<br />
veces hay líquido en la vaina <strong>del</strong> bíceps. En ocasiones la<br />
bursitis no es hipoecoica, las paredes son gruesas y el contenido<br />
es ecogénico. La ecografía es de gran valor en este<br />
síndrome.<br />
76 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Ruptura <strong>del</strong> MR<br />
La importancia de este síndrome nos obliga a insistir<br />
en el mismo. La ruptura <strong>del</strong> MR puede ser parcial o completa.<br />
La ruptura parcial puede interesar la superficie articular<br />
o bursal <strong>del</strong> MR con diferentes grados de profundidad<br />
y de extensión en los tendones. En la mayoría de los<br />
casos las lesiones intratendinosas no alcanzan las superficies<br />
mencionadas.<br />
En la forma completa se interesa todo el grosor <strong>del</strong><br />
MR y permite una comunicación directa entre la bursa<br />
subacromial y la articulación GH. En las rupturas masivas<br />
se afectan más de un tendón <strong>del</strong> MR.<br />
Se cree que la mayoría de las roturas totales <strong>del</strong> MR<br />
ocurren en presencia de cambios degenerativos tendinosos<br />
asociados con los traumas. La lesión <strong>del</strong> tendón (especialmente<br />
<strong>del</strong> Se) se creía debido a trastornos vasculares, aunque<br />
hoy en día esto se discute. Lo que sí está seguro es que<br />
se relacionan con los cambios degenerativos de la edad.<br />
Hallazgos ecográficos en la ruptura <strong>del</strong> MR<br />
Hay 2 formas de presentación en la ruptura <strong>del</strong> MR:<br />
una aguda y otra crónica.<br />
En la forma aguda la ruptura tiende a ser transversal o<br />
en forma de L, mientras que en la forma crónica el trazo<br />
tiende a ser oval o triangular. En la forma aguda predomina<br />
la ruptura intratendinosa mientras que en la forma crónica<br />
predomina en las inserciones <strong>del</strong> manguito en el<br />
trocánter mayor. El tendón <strong>del</strong> Se es el que más se interesa<br />
seguido <strong>del</strong> Ie y Rm y sólo raramente interesa al SE que<br />
puede ocurrir de manera aislada. En la ruptura <strong>del</strong> MR, la<br />
ecografía debe valorar el sitio y localización de la rotura,<br />
y en la variedad completa evaluar el grado de retracción<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se en relación con el trocánter.<br />
En la ruptura total <strong>del</strong> tendón se produce un defecto<br />
focal con retracción de los bordes rotos que a veces se<br />
llena de líquido anecoico. En las roturas pequeñas se puede<br />
producir una reflexión marcada de la interfase entre el<br />
líquido interpuesto y el cartílago articular y que se conoce<br />
como signo <strong>del</strong> cartílago descubierto. Si en la ruptura completa<br />
el líquido no llena el espacio, el músculo <strong>del</strong>toides y<br />
la grasa peribursal descienden en el espacio así creado y<br />
se ponen en contacto directo con la cabeza humeral y el<br />
cartílago vecino. En estos casos se pierde la convexidad<br />
normal <strong>del</strong> MR y de la grasa peribursal en el sitio de ruptura,<br />
que puede hacerse casi horizontal.<br />
Cuando no hay retracción evidente de los bordes <strong>del</strong><br />
tendón o cuando el defecto se llena por completo <strong>del</strong> tejido<br />
bursal inflamado, el diagnóstico es más difícil, ya que no<br />
se produce la alteración <strong>del</strong> contorno convexo <strong>del</strong> MR. En<br />
estos casos es conveniente hacer presión con el transductor<br />
sobre el <strong>del</strong>toides para comprimir el tejido bursal inflamado<br />
y ver mejor el defecto tendinoso.<br />
Cuando la ruptura es masiva y el MR se desprende <strong>del</strong><br />
trocánter mayor, se oculta por detrás <strong>del</strong> acromion y no se<br />
visualiza. En estos casos el <strong>del</strong>toides cubre a la cabeza y<br />
su cartílago, sin interposición <strong>del</strong> MR y hay que evitar<br />
confundir el <strong>del</strong>toides con el MR. En estos casos es muy<br />
útil la técnica de ecografía extendida en que se ve cómo el<br />
<strong>del</strong>toides se inserta por debajo de la tuberosidad mayor.<br />
También es útil el empleo de la técnica de los armónicos<br />
para una mayor resolución.<br />
De acuerdo con la extensión, las rupturas completas<br />
<strong>del</strong> MR se han clasificados en 3 grupos.<br />
- Pequeñas: menores de 1cm.<br />
- Anchas: entre 1 y 3 cm.<br />
- Masivas: mayores de 3cm.<br />
Se han tratado de establecer diferentes criterios<br />
ecográficos en el diagnóstico de esta afección, como son:<br />
- No hay visualización <strong>del</strong> manguito.<br />
- Ausencia focal o localizada.<br />
- Discontinuidad.<br />
- Ecogenicidad focal anormal.<br />
Como ya hemos señalado, en los pacientes con rupturas<br />
extensas <strong>del</strong> manguito no se visualiza ninguno de<br />
los tendones. Esto permite una aproximación de la bursa<br />
sub<strong>del</strong>toidea con la cabeza humeral, lo que provoca una<br />
configuración cóncava de la bursa en los cortes<br />
longitudinales <strong>del</strong> Se. La bursa sub<strong>del</strong>toidea puede estar<br />
engrosada llegando a medir más de 5 mm de grosor.<br />
El realizar movimientos pasivos de aducción y abducción<br />
permiten confirmar la ausencia <strong>del</strong> manguito. Es<br />
frecuente que estas lesiones grandes <strong>del</strong> manguito se<br />
acompañen de derrame articular y en la bursa, muchas<br />
veces rodeando al tendón de la PLB y por fuera <strong>del</strong><br />
trocánter respectivamente. La lesión <strong>del</strong> Se, que es la<br />
más frecuente, se acompaña con lesiones de los otros<br />
tendones.<br />
En las lesiones completas pero más pequeñas, se aprecia<br />
una ausencia localizada <strong>del</strong> manguito y vuelve a verse<br />
como la bursa sub<strong>del</strong>toidea contacta con la superficie humeral<br />
que aparece con una concavidad focal. Estas lesiones<br />
focalizadas predominan en la llamada zona crítica<br />
anterolateral <strong>del</strong> tendón, a 1cm lateral al mismo. A veces<br />
es difícil diferenciar entre una ruptura total pequeña, bien<br />
<strong>del</strong>imitada y con un paso brusco de lo normal a lo anormal,<br />
de un a<strong>del</strong>gazamiento difuso <strong>del</strong> manguito. Estas rupturas<br />
pequeñas se ven mejor con el brazo en extensión y<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 77
otación interna en que se acentúa el defecto y se llena de<br />
líquido procedente de la articulación o bursa.<br />
Las alteraciones de la ecogenicidad <strong>del</strong> manguito pueden<br />
ser difusas o focales. Las lesiones difusas tienen poco<br />
valor para el diagnóstico de ruptura, ya que pueden ser<br />
debidas a inflamación difusa o fibrosis y siempre es aconsejable<br />
un estudio comparativo con el lado sano. Otras<br />
veces se puede ver un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> manguito asociado<br />
con rupturas parciales, lo que sugiere la presencia<br />
de alteraciones progresivas <strong>del</strong> manguito.<br />
Por su lado, las alteraciones focales de la ecogenicidad se<br />
han asociado con pequeñas roturas totales y parciales. Para<br />
algunos, las áreas de aumento de la ecogenicidad se deben a<br />
la presencia de tejido de granulación, sinovial hipertrófica y<br />
hemorragia. Recientemente se ha señalado como diagnóstico<br />
de una ruptura parcial la presencia de un foco hipoecoico<br />
intratendinoso o una lesión ecogénica dominante.<br />
Como hemos podido apreciar, en las rupturas <strong>del</strong> MR<br />
existen signos directos o mayores e indirectos.<br />
- Signos directos.<br />
. Ausencia completa <strong>del</strong> MR.<br />
. Hendidura hipoecoica en el tendón.<br />
- Signos indirectos.<br />
. Inversión de la línea de la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />
. A<strong>del</strong>gazamiento severo de uno o varios tendones.<br />
. Irregularidad <strong>del</strong> troquiter.<br />
. Alteraciones de la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón.<br />
La ruptura total se diagnostica cuando la interrupción<br />
se extiende desde la superficie articular hasta su contacto<br />
con la bursa. Como signo secundario de ruptura total están:<br />
aplanamiento o concavidad de la grasa sub<strong>del</strong>toidea<br />
(ecogénica), líquido en la bursa e irregularidad en la cortical<br />
<strong>del</strong> troquiter. Puede verse retracción de la porción proximal<br />
<strong>del</strong> tendón y residuos presentes en el defecto tendinoso.<br />
Cuando el tendón proximal aparece retraído se produce<br />
un espacio grande lleno de líquido con restos ecogénicos.<br />
Otro signo frecuente es que el músculo <strong>del</strong>toides se acerca<br />
a la articulación, ocupando el espacio <strong>del</strong> manguito.<br />
En la ruptura completa es frecuente la presencia de<br />
derrame en la bursa que puede ser el resultado de una comunicación<br />
entre la bursa y la articulación o por una<br />
hipersecreción local de tipo reactivo.<br />
La presencia de un derrame articular abundante puede<br />
impedir la inversión de la línea de la bursa y provocar una<br />
imagen que recuerda a una línea sub<strong>del</strong>toidea flotante. En<br />
estos casos debe hacerse compresión con el transductor<br />
para demostrar la presencia de líquido articular y los cambios<br />
en la dirección de la curva.<br />
Las rupturas <strong>del</strong> MR se asocian a menudo a una afección<br />
degenerativa previa que cuando es muy severa y difusa<br />
contraindica el tratamiento quirúrgico.<br />
Las rupturas incompletas <strong>del</strong> MR se caracterizan por<br />
la presencia de una hendidura en el borde <strong>del</strong> tendón que<br />
mira a la cara superior en contacto con la bursa, o bien <strong>del</strong><br />
borde inferior que mira a la cavidad y más raramente en<br />
posición central, pero que no interesa a ambas superficies.<br />
Las lesiones en continuidad con estructuras serosas permiten<br />
la infiltración <strong>del</strong> tendón por líquido. Esto explica lo<br />
difícil de las lesiones centrales en que no penetra el líquido.<br />
Las rupturas parciales son más frecuentes que las totales,<br />
predominan entre los 40 y 60 años y por lo general<br />
ocurren a lo largo de la porción capsular profunda <strong>del</strong> MR,<br />
presentándose como un defecto hipoecoico nítido o mixto<br />
en CT y CL. También puede ser de localización<br />
intratendinosa o en la superficie bursal.<br />
Las rupturas aún más pequeñas <strong>del</strong> manguito pueden<br />
verse como una discontinuidad <strong>del</strong> mismo que a veces se<br />
llena de líquido hipoecoico procedente de la articulación o<br />
de tejido reactivo hiperecoico y en cuyo caso también es<br />
aconsejable realizar el estudio con rotación interna y externa.<br />
En ocasiones sólo se ve una pequeña cantidad de<br />
líquido en la bursa.<br />
La sensibilidad general de la ecografía para detectar<br />
la ruptura total <strong>del</strong> MR es <strong>del</strong> 94 % y <strong>del</strong> 93 % en las<br />
rupturas parciales.<br />
En cuanto a la localización y sitio de la ruptura <strong>del</strong><br />
MR la ecografía es de gran valor. El ancho de la ruptura<br />
se mide mejor en CT calculando la distancia entre las porciones<br />
<strong>del</strong> tendón roto. La localización se logra midiendo<br />
la distancia entre la ruptura y el tendón <strong>del</strong> bíceps. Hay<br />
que recordar que en un CT los primeros 1,5 cm vecinos al<br />
tendón <strong>del</strong> bíceps representan al tendón <strong>del</strong> Se y los siguientes<br />
1,5 cm al tendón <strong>del</strong> Ie.<br />
Como ya hemos señalado, un signo asociado con frecuencia<br />
con la ruptura <strong>del</strong> MR, es la presencia de líquido<br />
en la bursa sub<strong>del</strong>toidea y en la articulación. Cuando el<br />
líquido está presente en ambas localizaciones la sensibilidad<br />
<strong>del</strong> diagnóstico se eleva al 95 %, cuando sólo hay<br />
líquido en la bursa disminuye al 70 % y llega al 60 %<br />
cuando es sólo en la articulación.<br />
Se han descrito signos secundarios, como son: derrame<br />
de la articulación glenohumeral, bursitis subacromiosub<strong>del</strong>toidea,<br />
derrame en la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />
derrame en la articulación acromioclavicular. A veces puede<br />
verse irregularidad <strong>del</strong> trocánter mayor cuando la rotura<br />
se asocia a un síndrome de choque.<br />
78 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Entre las lesiones asociadas se citan: defectos focales<br />
e irregularidad de la cortical en la tuberosidad mayor, presencia<br />
de líquido en la bursa y en la articulación (lo que<br />
confirma el diagnóstico en el 95 % disminuyendo al 70%<br />
cuando sólo hay líquido en la bursa y al 60 % cuando sólo<br />
hay en la articulación).<br />
En los casos de ruptura <strong>del</strong> MR es importante evaluar,<br />
preoperatoriamente, el grado de trofismo muscular, lo que<br />
incluye su grosor y ecoestructura. Puede existir una aparente<br />
hipertrofia muscular o degeneración grasa con alteraciones<br />
de la ecogenicidad. El grado de trofismo muscular<br />
puede ser normal, hipotrófico, hasta atrófico. El fenómeno<br />
de degeneración grasa puede clasificarse como de<br />
baja degeneración en que se incluye al 50 % <strong>del</strong> músculo,<br />
aún reconocible y degeneración grasa mayor <strong>del</strong> 50 %<br />
casi siempre asociada a pérdida de la ecogenicidad <strong>del</strong><br />
hueso vecino.<br />
La evaluación simultánea de estos 2 parámetros permite<br />
distinguir 3 estadios:<br />
Estadio 0. El músculo es normotrófico y no hay fenómenos<br />
degenerativos. En estos casos se puede realizar<br />
reconstrucción <strong>del</strong> MR.<br />
Estadio 1. Hay hipotrofia muscular con degeneración<br />
grasa ligera (menos <strong>del</strong> 50 %). Se puede distinguir<br />
bien la ecoestructura. En estos casos se pueden realizar<br />
procedimientos reconstructivos y los test funcionales<br />
dan buenos resultados.<br />
Estadio 2. El músculo está hipotrófico o atrófico con<br />
lesiones degenerativas extensas y marcadas. No se<br />
reconoce la estructura muscular. En estos casos el<br />
tendón está muy alterado y retraído y los resultados<br />
quirúrgicos son pobres o simplemente poder<br />
realizar un debridamiento y acromioplastia.<br />
Hay 3 entidades que pueden confundirse clínicamente<br />
con una lesión <strong>del</strong> manguito rotador:<br />
1. Síndrome de Parsonage-Turnner o neuritis braquial<br />
aguda, frecuentemente bilateral y de resolución espontánea<br />
y ligada a una vacunación previa o infección y<br />
en la cual hay marcado edema (hipoecoico) <strong>del</strong> músculo<br />
<strong>del</strong> hombro afectado.<br />
2. Síndrome <strong>del</strong> espacio cuadrilátero, debido a fibrosis<br />
en el espacio cuadrilátero, lo que provoca compresión<br />
<strong>del</strong> nervio axilar. El músculo redondo menor se atrofia<br />
y se sustituye parcialmente por grasa y<br />
3. Quistes o gangliones <strong>del</strong> hueco supraglenoideo en que se<br />
produce una compresión <strong>del</strong> nervio supraescapular por<br />
un quiste o ganglión en la muesca espinoglenoidea y<br />
que provoca atrofia o edema <strong>del</strong> músculo infraspinoso.<br />
Por lo general se asocia a ruptura <strong>del</strong> labrum posterior.<br />
Patología <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
La afección <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps se puede clasificar<br />
en: inflamatoria, traumática o por inestabilidad, aunque<br />
no es raro que coexistan. En los casos de hombro doloroso<br />
por ruptura <strong>del</strong> MR, es frecuente la asociación de lesión<br />
<strong>del</strong> bíceps con lesión <strong>del</strong> MR (85 %). Este tendón está<br />
expuesto a las mismas fuerzas mecánicas que contribuyen<br />
al síndrome de choque o de atrapamiento <strong>del</strong> MR, debido<br />
a su localización anterior en la zona de choque. Su vaina<br />
sinovial, extensión de la capa que cubre la articulación<br />
GH, es susceptible de ser afectada por un proceso inflamatorio<br />
de la articulación GH. El tendón inflamado casi<br />
siempre es de tamaño normal aunque puede estar a<strong>del</strong>gazado<br />
y deshilachado.<br />
La ruptura ocurre a la entrada <strong>del</strong> surco bicipital y se<br />
presenta en el 10 % de los pacientes con hombro doloroso<br />
por MR roto. Se pueden ver los extremos rotos <strong>del</strong> tendón y<br />
el hematoma que los separa. En ocasiones puede verse engrosamiento<br />
<strong>del</strong> tendón en las rupturas severas <strong>del</strong> MR, resultado<br />
de un fenómeno de choque e inflamación crónica.<br />
En las rupturas no agudas <strong>del</strong> tendón este puede permanecer<br />
en el surco bicipital, ya que se adhiere al canal.<br />
En estos casos hay que buscar la ruptura desde el origen<br />
<strong>del</strong> tendón por detrás <strong>del</strong> acromion, hasta su inserción<br />
músculotendinosa. En la ruptura aguda traumática el tendón<br />
roto se retrae y no se ve en el canal, debiendo comprobarse<br />
en CS y en CT.<br />
La ausencia de visualización <strong>del</strong> tendón puede deberse<br />
a una subluxación. A veces el surco bicipital se llena de<br />
tejido ecogénico y puede dar un falso diagnóstico negativo.<br />
En estos casos el examen cuidadoso permite ver al<br />
tendón por <strong>del</strong>ante o por dentro de la tuberosidad menor.<br />
La ruptura aguda en un tendón normal es muy rara y<br />
por lo general ocurre en los pacientes con un tendón degenerado<br />
o con historia de lesión <strong>del</strong> MR.<br />
La inestabilidad <strong>del</strong> tendón varía desde una<br />
subluxación hasta una luxación medial y es casi siempre<br />
secundaria a una lesión de los ligamentos coraco-humeral<br />
y glenohumeral, o a una ruptura <strong>del</strong> MR. Cuando el<br />
tendón se desplaza medialmente puede situarse por <strong>del</strong>ante<br />
o por detrás <strong>del</strong> SE, dependiendo de la presencia o<br />
no de una ruptura de otras estructuras <strong>del</strong> MR. Se ha<br />
señalado una incidencia de más <strong>del</strong> 20 % de luxación de<br />
este tendón en la ruptura <strong>del</strong> MR. En estos casos la corredera<br />
bicipital aparece vacía y el tendón se sitúa por<br />
dentro de la misma. Se asocia con frecuencia a una ruptura<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE.<br />
La tendinitis bicipital aislada es rara y casi siempre se<br />
desconoce su causa. En la tendinitis bicipital se ha señala-<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 79
do una serie de hallazgos. El tendón puede ser normal en<br />
los casos de inflamación ligera. Excepcionalmente puede<br />
aparecer engrosado, hipervascular y con líquido en la vaina.<br />
Lo más frecuente es que aparezca a<strong>del</strong>gazado y deshilachado,<br />
con predisposición a la ruptura, lo que produce<br />
el llamado “músculo de Popeye.”<br />
Hay derrame en la vaina sinovial, con un tendón heterogéneo.<br />
En la tenosinovitis de la PLB el tendón puede aparecer<br />
engrosado y heterogéneo, con líquido a su alrededor. En el<br />
Doppler hay aumento <strong>del</strong> flujo.<br />
La tendinosis de la PLB se trata de una degeneración<br />
mucoide <strong>del</strong> tendón sin participación inflamatoria importante<br />
y puede producir un hombro doloroso. El tendón<br />
aparece engrosado y heterogéneo, sin defecto focal.<br />
Patología <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> subescapular (SE)<br />
Si bien el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se es de gran importancia<br />
en la enfermedad <strong>del</strong> MR, no es menos cierto que la<br />
ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE, en el curso de una ruptura <strong>del</strong><br />
MR, puede modificar el tratamiento; de ahí la importancia<br />
de su reconocimiento.<br />
Como ya hemos señalado el músculo SE se inicia en la<br />
superficie anterior de la escápula y se inserta en el trocánter<br />
menor. Un grupo de sus fibras se extiende lateralmente<br />
para formar la pared medial <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> bíceps y mezclarse<br />
posteriormente con el tendón <strong>del</strong> Se. En su parte<br />
inferior el tendón <strong>del</strong> SE se hace más corto y cerca de su<br />
inserción en el hueso, a este nivel, es puramente muscular.<br />
Las lesiones tendinosas (degeneración, rupturas<br />
degenerativas y traumáticas, etc.) predominan en su porción<br />
craneal. La porción caudal solo se interesa en las lesiones<br />
muy extensas o en aquellas que solo afectan a la<br />
porción inferior. Son muy raras las rupturas aisladas <strong>del</strong><br />
tendón, y lo frecuente es que se asocien a rupturas severas<br />
<strong>del</strong> MR o de su porción anterosuperior.<br />
Como ya hemos visto la ruptura aislada es muy rara,<br />
casi siempre de naturaleza traumática y ocurre luego de<br />
una rotación externa forzada con el brazo en abducción.<br />
También se asocia con luxación e inestabilidad anterior<br />
recidivante <strong>del</strong> hombro.<br />
Lo más frecuente es que se trate de una ruptura extensa<br />
<strong>del</strong> Se que se extiende al tendón SE, sobre todo en la<br />
lesión anterosuperior <strong>del</strong> MR que interesa con frecuencia<br />
a las estructuras internas <strong>del</strong> MR (ligamento<br />
coracohumeral, ligamento glenohumeral superior y las<br />
bolsas vecinas a los tendones <strong>del</strong> Se y <strong>del</strong> SE).<br />
Las lesiones de la porción craneal <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE<br />
son difíciles de diagnosticar con la ecografía e incluso,<br />
también en la cirugía, porque quedan ocultas por un tejido<br />
cicatrizal que une los bordes rotos <strong>del</strong> tendón.<br />
El tratamiento de la ruptura <strong>del</strong> SE depende de la demanda<br />
funcional <strong>del</strong> paciente y de la extensión de la lesión.<br />
Cuando la demanda funcional no es importante se<br />
debe hace tratamiento médico.<br />
Las lesiones de este tendón han sido clasificadas por<br />
algunos autores en diferentes grados, basado en los hallazgos<br />
de la cirugía o de la artroscopia:<br />
Grado 0. El tendón es normal.<br />
Grado 1. La lesión se localiza en el borde superior<br />
<strong>del</strong> tendón e interesa menos de ¼ <strong>del</strong> diámetro<br />
craneocaudal.<br />
Grado 2. La lesión es mayor de ¼ <strong>del</strong> diámetro<br />
craneocaudal <strong>del</strong> tendón, pero sin desinserción<br />
Grado 3. Hay desinserción completa <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />
trocánter menor.<br />
Para el diagnóstico de las lesiones <strong>del</strong> SE (ruptura<br />
parcial o total, degeneración, etc.) se prefiere actualmente<br />
la IRM con artrografía en que se recomiendan cortes<br />
coronales oblicuos y cortes parasagitales, para detectar<br />
las alteraciones de señales <strong>del</strong> tendón y ver la salida <strong>del</strong><br />
contraste inyectado en la articulación hasta el trocánter<br />
menor. La atrofia muscular y la infiltración grasa son complicaciones<br />
frecuentes de la ruptura <strong>del</strong> SE que aparece a<br />
las 6 semanas de ocurrido el accidente, y cuando interesa<br />
a más de la mitad <strong>del</strong> área de sección muscular, se considera<br />
como una contraindicación quirúrgica. Es frecuente<br />
la asociación con lesiones <strong>del</strong> tendón de la PLB, sobre<br />
todo una subluxación medial.<br />
Tendinitis calcificada<br />
En la tendinitis calcificada ocurre un depósito de calcio<br />
en un tendón viable. Su incidencia oscila entre 2,7 y 20 % y<br />
se cree debida a hipoxia transitoria, lo que lo hace susceptible<br />
al depósito de calcio. Las calcificaciones predominan<br />
en el tendón <strong>del</strong> Se, casi siempre por el depósito de<br />
hidroxiapatita por un proceso degenerativo. Como complicación<br />
de los depósitos cálcicos en los tendones puede<br />
ocurrir una periartritis con bursitis adhesiva<br />
En la ecografía hay focos hiperecoicos, irregulares,<br />
que pueden producir o no SA. Cuando no dan SA se pueden<br />
confundir con una ruptura <strong>del</strong> manguito, aunque es<br />
muy raro la asociación de calcificación y ruptura <strong>del</strong> MR.<br />
Patología articular<br />
Lesiones articulares inflamatorias<br />
Las lesiones articulares <strong>del</strong> hombro han sido tratadas<br />
dentro <strong>del</strong> subcapítulo dedicado a las articulaciones (ver<br />
80 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
capítulo 7) y por tanto ahora, solo nos vamos a referira<br />
ellas de una manera muy breve. Las enfermedades más<br />
frecuentes en que la ecografía tiene valor son:<br />
- Derrame en la articulación glenohumeral. La<br />
presencia de derrame articular es un signo frecuente<br />
de ruptura <strong>del</strong> manguito o <strong>del</strong> síndrome de<br />
choque. Debe valorarse su cantidad en el receso<br />
sinovial posterior con un corte transversal posterior,<br />
a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> infraspinoso.<br />
- Enfermedad reumatoidea. En la enfermedad<br />
reumatoidea <strong>del</strong> hombro predominan la sinovitis<br />
y la proliferación sinovial que interesa preferentemente<br />
a la cápsula <strong>del</strong> MR y al tendón <strong>del</strong> bíceps,<br />
con formación de quistes subcondrales.<br />
- Osteoartritis degenerativa. Osteoartrosis. La<br />
osteoartritis degenerativa primaria de la articulación<br />
GH es relativamente frecuente y se caracteriza<br />
por estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular, formación<br />
de hueso hipertrófico, quistes subcondrales<br />
y alteraciones asociadas <strong>del</strong> MR. En los individuos<br />
jóvenes se ve en los casos de luxaciones crónicas<br />
que han sido previamente operadas. Hay alteraciones<br />
ecográficas <strong>del</strong> cartílago articular con<br />
líquido sinovila en la porción distal de la clavícula<br />
en el componente acromial de la articulación AC y<br />
en la articulación GH, así como cuerpos libres<br />
intraarticulares con producción de SA.<br />
- Artritis infecciosa. En las artritis infecciosas, predominan<br />
los derrames y detritus. Puede coexistir<br />
con osteomielitis. El derrame articular es<br />
hipoecoico, y en el período crónico, pueden verse<br />
osteofitos en la articulación acromioclavicular.<br />
Lesiones de las bursas<br />
La enfermedad de la bursa SA-SD, puede tratarse de<br />
una bursitis primaria o de una toma secundaria a una lesión<br />
<strong>del</strong> manguito o de la articulación. Ya hemos señalado<br />
la presencia de colecciones líquidas en esta bursa en el<br />
curso de la ruptura total <strong>del</strong> manguito rotador.<br />
En los casos de bursitis secundaria a una artritis vecina,<br />
ella se puede extender hacia la porción más baja,<br />
sub<strong>del</strong>toidea. Si hay proliferación sinovial se pueden ver<br />
defectos hipoecoicos dentro de la bursa. Otras veces se ve<br />
una distribución atípica <strong>del</strong> líquido por adherencias. En la<br />
bursitis crónica se produce un aumento <strong>del</strong> tejido graso a<br />
ambos lados de la bursa, lo que provoca alteraciones difusas<br />
de la ecogenicidad.<br />
Ganglión quístico. En el hombro predomina en la región<br />
supraescapular y en la escotadura espinoglenoidea.<br />
La compresión <strong>del</strong> nervio supraescapular<br />
puede provocar atrofia de los músculos <strong>del</strong> Se e Ie.<br />
Para ver el ganglión, que es profundo, se debe utilizar<br />
un transductor con una frecuencia no mayor<br />
de 5 MHz buscándolo en la parte superior <strong>del</strong> hombro,<br />
medial al acromion o por detrás de la espina<br />
de la escápula. Se ve como una masa redondeada,<br />
lobulada, bien definida y anecoica.<br />
Cuerpos libres intraarticulares. Los cuerpos libres,<br />
cuando hay derrame asociado, pueden viajar en la<br />
vaina alrededor <strong>del</strong> bíceps y en la ecografía producir<br />
sombras acústicas, muchas veces desplazables<br />
por los movimientos <strong>del</strong> brazo.<br />
Síndrome <strong>del</strong> hombro de Milwaukee. Es una afección<br />
articular prácticamente limitada al hombro.<br />
Predomina en las ancianas debido a la acumulación<br />
de hidroxiapatita o cristales de fosfato de calcio,<br />
que provocan una artropatía destructiva. Hay<br />
una gran desorganización de las estructuras <strong>del</strong><br />
hombro con destrucción ósea y cartilaginosa, esclerosis<br />
subcondral, cuerpos libres intraarticulares,<br />
ruptura <strong>del</strong> manguito, etc., con ascenso de la cabeza<br />
humeral. La ecografía es útil para demostrar<br />
algunas de estas alteraciones.<br />
Luxación o inestabilidad <strong>del</strong> hombro<br />
Inestabilidad glenohumeral (GH)<br />
La estabilidad de esta articulación depende de las estructuras<br />
músculo-tendinosas estabilizadoras <strong>del</strong> MR, así<br />
como de la acción de casi todos los músculos <strong>del</strong> hombro,<br />
jugando un papel importante el complejo lábrum-ligamento<br />
glenohumeral (sobre todo <strong>del</strong> inferior). Se ha clasificado<br />
en 3 grupos.<br />
Luxación anterior <strong>del</strong> hombro. La luxación anterior<br />
persistente <strong>del</strong> hombro predomina en el adulto joven activo<br />
que casi siempre se inicia por un trauma. El diagnóstico<br />
positivo, no sólo es de valor, sino también importante<br />
para decidir el tipo de tratamiento.<br />
Es la más frecuente de las inestabilidades, casi siempre<br />
provocada por lesión <strong>del</strong> complejo lábrum-LGH inferior.<br />
El arrancamiento de este complejo <strong>del</strong> anillo glenoideo<br />
se conoce como lesión de Bankart. Este complejo puede<br />
romperse también en su porción media o arrancarse de su<br />
inserción humeral.<br />
Se sabe que la banda anterior <strong>del</strong> LGH inferior es la<br />
más gruesa y su falla puede ocurrir en su inserción<br />
glenoidea (40 %), en el espesor <strong>del</strong> ligamento (35 %) o en<br />
la inserción humeral (25 %). Las avulsiones son más frecuentes<br />
en la banda anterior <strong>del</strong> LGH inferior y en la parte<br />
anterior de su bolsa axilar, mientras que las lesiones<br />
Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 81
intraligamentosas predominan en la parte posterior de la<br />
bolsa axilar.<br />
Las avulsiones de Bankart constituyen una falla <strong>del</strong><br />
LGH inferior en su inserción glenoidea y la laxitud capsular<br />
representa una falla intrasustancia de este ligamento. La<br />
lesión de Bankart se puede asociar con fractura <strong>del</strong> anillo<br />
óseo anteroinferior, con ruptura o avulsión <strong>del</strong> lábrum.<br />
En la luxación anterior <strong>del</strong> hombro las alteraciones de<br />
la cápsula, lábrum y ligamentos glenohumerales, se estudian<br />
mejor con la IRM. La artrografía por IRM es la regla<br />
de oro en esta afección sobre todo en el diagnóstico de la<br />
ruptura <strong>del</strong> lábrum y lesión de la cápsula, lo que incluye a<br />
los ligamentos GH superior, medio e inferior.<br />
No obstante, la ecografía ha mostrado su valor en la<br />
inestabilidad <strong>del</strong> hombro, fractura de la cabeza humeral y<br />
desgarro anterior <strong>del</strong> lábrum, aunque existen limitaciones<br />
para el diagnóstico de las lesiones <strong>del</strong> anillo glenoideo y de<br />
los ligamentos capsulares.<br />
Para el diagnóstico de esta afección se aconseja una<br />
técnica cuidadosa que entraña el empleo de ventanas seleccionadas<br />
y de la ecografía dinámica, y que es la siguiente:<br />
- Ventana transversal anterior estática, con el paciente<br />
sentado, las manos en la cadera y el brazo<br />
en aducción.<br />
- Ventana transversal anterior dinámica, con rotación<br />
interna y externa <strong>del</strong> brazo.<br />
- Ventana transversal anterior con el paciente acostado,<br />
brazo en abducción de 90 grados, codo en flexión<br />
de 90 grados y antebrazo dirigido hacia el techo.<br />
- Ventana anterior dinámica, con el paciente acostado.<br />
- Ventana por vía axilar transversal, con el paciente y el<br />
brazo en la misma posición anterior.<br />
La ecografía es muy útil para evaluar las complicaciones<br />
de las luxaciones <strong>del</strong> hombro. La luxación anterior,<br />
la más frecuente, se puede complicar con fractura <strong>del</strong><br />
trocánter, ruptura <strong>del</strong> manguito, arrancamiento óseo, o la<br />
llamada deformidad de Hill-Sachs. Esta última provoca<br />
un defecto en cuña en la cara pósterolateral de la cabeza<br />
humeral, producto de una fractura por compresión contra<br />
el anillo glenoideo.<br />
El diagnóstico se puede hacer con la HC, los rayos X<br />
simples y la artrografía por IRM, aunque a veces hay discrepancias.<br />
La IRM con el uso <strong>del</strong> gadolinio intraarticular<br />
es la técnica ideal. No obstante, la ecografía tiene la ventaja<br />
de permitir un estudio dinámico de la articulación, así<br />
como compararla con el lado sano. No obstante, en la<br />
ecografía el complejo ligamento cápsula anterior se<br />
visualiza como una sola unidad.<br />
El diagnóstico de ruptura o arrancamiento <strong>del</strong> lábrum<br />
se basa en la visualización de un área hipoecoica mayor<br />
de 2 mm en su base. Otro signo importante de ruptura <strong>del</strong><br />
lábrum es su movilidad con los movimientos de rotación<br />
<strong>del</strong> brazo.<br />
Luxación posterior <strong>del</strong> hombro. Esta variedad de luxación<br />
es mucho más rara y se estudia mejor por vía posterior<br />
con una técnica similar como para el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />
Ie. Se puede asociar con fractura de la cabeza humeral o <strong>del</strong><br />
troquiter y se puede sospechar en presencia de una interrupción<br />
o fragmentación de la parte posterior <strong>del</strong> lábrum<br />
La inestabilidad persistente <strong>del</strong> hombro se trata<br />
quirúrgicamente.<br />
Luxación o inestabilidad glenohumeral multidireccional.<br />
En la forma verdadera de inestabilidad<br />
multidireccional de la articulación GH una fuerza aplicada<br />
distalmente en la extremidad superior, con el brazo en abducción,<br />
provoca una subluxación inferior de la cabeza humeral<br />
lo que produce una depresión evidente entre la prominencia<br />
<strong>del</strong> acromion y la cabeza humeral, subluxada hacia abajo.<br />
En la forma clásica de la inestabilidad multidireccional<br />
la laxitud <strong>del</strong> ligamento es bilateral y atraumática, predominando<br />
en las mujeres jóvenes. En estos casos los ligamentos<br />
capsulares son redundantes y el lábrum es hipoplásico.<br />
La ecografía, y muy especialmente la IRM, son las<br />
técnicas ideales para el estudio de esta variedad de inestabilidad<br />
GH.<br />
Lesiones óseas<br />
Traumas. En los pacientes con un trauma agudo y dificultad<br />
a la abducción es a veces difícil diferenciar entre una<br />
fractura <strong>del</strong> trocánter y la ruptura <strong>del</strong> manguito. Además de<br />
poderse estudiar la ruptura <strong>del</strong> manguito con la ecografía,<br />
se puede diagnosticar la fractura <strong>del</strong> húmero, sobre todo <strong>del</strong><br />
trocánter, que en estos casos muestra una superficie irregular<br />
con discontinuidad de su superficie lisa normal. En estos<br />
pacientes el tendón <strong>del</strong> Se puede aparecer engrosado por<br />
edema o hemorragia, y puede visualizarse una estructura<br />
muy ecogénica intraarticular debido a la presencia de grasa<br />
con formación de un nivel líquido-grasa. Es aconsejable<br />
realizar siempre un estudio de rayos X simple <strong>del</strong> hombro,<br />
ya que los cambios degenerativos y la tendinitis calcificada<br />
pueden simular una fractura.<br />
En los niños son frecuentes las fracturas por avulsión<br />
de las tuberosidades, bien evaluadas con la ecografía.<br />
Lesiones traumáticas de la articulación<br />
acromioclavicular<br />
Las lesiones traumáticas de la articulación<br />
acromioclavicular se han clasificado en 3 grados:<br />
Grado I esguince: hay estiramiento de la cápsula y<br />
<strong>del</strong> ligamento.<br />
Grado II subluxación: hay lesión de la cápsula fibrosa<br />
con ensanchamiento <strong>del</strong> espacio acromioclavicular<br />
Grado III luxación: hay lesión de la cápsula y <strong>del</strong><br />
ligamento con ensanchamiento de los espacios<br />
acromioclavicular y coracoclavicular.<br />
82 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
El esguince acromioclavicular puede estudiarse con la<br />
ecografía, sobre todo en el grado I, en que no hay desplazamiento<br />
de la clavícula sobre el acromion y sólo existe<br />
aumento de volumen de los tejidos blandos.<br />
Osteomielitis. Hay derrame articular y distensión de<br />
las bursas, así como lesión <strong>del</strong> húmero vecino.<br />
Aspectos posoperatorios <strong>del</strong> hombro<br />
Aunque ya hemos analizado el aspecto ecográfico<br />
posoperatorio <strong>del</strong> MR, es bueno insistir en esta condición.<br />
La ecografía tiene un papel importante en los pacientes<br />
operados con resección <strong>del</strong> acromion o reparación de<br />
una ruptura total. Las causas de reactivación de los síntomas<br />
obedecen a tendinitis recidivantes o síndrome de choque.<br />
También puede deberse a una nueva ruptura. Además<br />
de la artrografía y la IRM, se puede emplear la<br />
ecografía, aunque el examen es más difícil.<br />
En la acromioplastia descompresiva el cirujano extirpa<br />
la cara anteroinferior <strong>del</strong> acromion para dar más espacio<br />
al tendón <strong>del</strong> Se, lo que provoca una configuración<br />
punteada e irregular <strong>del</strong> acromion.<br />
En los casos de reparación quirúrgica, los tendones<br />
<strong>del</strong> manguito se reimplantan, a través de una cavidad perpendicular<br />
al eje <strong>del</strong> Se, en el troquiter para obtener una<br />
tensión óptima <strong>del</strong> tendón residual. El tendón aparece en<br />
posición más medial y el orificio en el trocánter se ve como<br />
un defecto redondeado en el contorno humeral cuando el<br />
tendón <strong>del</strong> Se. se visualiza longitudinalmente. El aspecto<br />
ecográfico <strong>del</strong> MR en los pacientes operados, lo muestra<br />
más ecogénico y afinado que en el lado normal y la operación<br />
contempla la extirpación de la bursa sub<strong>del</strong>toidea. Es<br />
aconsejable realizar estudios dinámicos con movimientos<br />
pasivos de aducción y abducción, tratando de identificar<br />
al manguito, más fino, pero intacto que puede aparecer<br />
isoecoico con el músculo <strong>del</strong>toides. La visualización de<br />
líquido alrededor <strong>del</strong> bíceps es frecuente.<br />
La presencia de una artropatía <strong>del</strong> manguito no es rara<br />
en los pacientes con rupturas recidivantes y se caracteriza<br />
por la observación de cambios degenerativos <strong>del</strong> cartílago<br />
humeral, provocados por traumas mínimos y repetidos y<br />
disminución de la nutrición vascular. En la ecografía, la<br />
artropatía <strong>del</strong> manguito muestra una irregularidad de la<br />
superficie ósea y pérdida <strong>del</strong> cartílago normal hipoecoico.<br />
ECOGRAFÍA DEL BRAZO<br />
En el brazo es necesario el estudio ecográfico de su<br />
cara anterior y posterior, con cortes transversales y<br />
longitudinales y que comprendan el tercio superior, medio<br />
e inferior.<br />
Deben identificarse los planos musculares de la región,<br />
los séptum fibroadiposos y las estructuras<br />
vasculonerviosas.<br />
El examen ecográfico <strong>del</strong> compartimiento anterior se<br />
realiza con el paciente sentado entre el equipo y el ecografista,<br />
lo que permite el estudio de estos músculos realizándose<br />
cortes transversales y longitudinales que logran diferenciar<br />
los músculos(bíceps y braquial) separados por líneas<br />
hiperecogénicas que corresponden a las aponeurosis. Muchas<br />
veces se hace necesario realizar contracciones<br />
isométricas <strong>del</strong> bíceps lo que permite independizarlo <strong>del</strong><br />
braquial anterior.<br />
Los tendones distales de este grupo muscular son difíciles<br />
de visualizar dada la complejidad <strong>del</strong> codo.<br />
El examen ecográfico <strong>del</strong> compartimiento posterior se<br />
realiza con el paciente sentado, con el brazo a lo largo <strong>del</strong><br />
cuerpo y separado de éste, con ligera flexión <strong>del</strong> antebrazo.<br />
En la ecografía sus 3 componentes aparecen bien <strong>del</strong>imitados<br />
por una línea hiperecogénica (aponeurosis) y el<br />
tendón se visualiza bien por su localización superficial,<br />
apareciendo en un CT como una estructura oval muy<br />
ecogénica y en un CL se visualiza bien su inserción en el<br />
olécranon llegando a medir entre 6 y 8 mm de espesor, con<br />
bordes regulares y una estructura finamente estriada.<br />
La enfermedad, principalmente traumática, relacionada<br />
o no con los deportes, interesa principalmente al músculo<br />
bíceps, sobre todo en las uniones músculo- tendinosas, casi<br />
siempre por traumas directos o movimientos excesivos. En el<br />
caso de las rupturas, la ecografía es muy sensible.<br />
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86 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ARTICULACIÓN DEL CODO. ANTEBRAZO<br />
ECOGRAFÍA DEL CODO<br />
BREVE RECUENTO ANATÓMICO<br />
El codo facilita la articulación de la extremidad distal<br />
<strong>del</strong> húmero con las extremidades proximales <strong>del</strong> cúbito y<br />
<strong>del</strong> radio. La articulación radiocubital vecina permite realizar<br />
los movimientos de pronación y supinación de la mano.<br />
Los extremos proximales <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio están íntimamente<br />
unidos por el ligamento anular <strong>del</strong> radio. Estas 2<br />
articulaciones <strong>del</strong> codo comparten la cápsula fibrosa y la<br />
cavidad sinovial.<br />
Las superficies articulares <strong>del</strong> codo incluyen al cóndilo<br />
troclear y al cóndilo <strong>del</strong> húmero o capitelum, así<br />
como al canal condilotroclear, con la cabeza <strong>del</strong> radio.<br />
La tróclea <strong>del</strong> húmero se articula con la cavidad troclear<br />
o sigmoidea <strong>del</strong> cúbito, mientras que la superficie cóncava<br />
superior de la cabeza <strong>del</strong> radio se articula con el cóndilo<br />
<strong>del</strong> húmero.<br />
La cápsula fibrosa <strong>del</strong> codo es relativamente débil y<br />
está reforzada por los ligamentos medial y lateral. La<br />
inserción humeral de la cápsula ocurre, por arriba, en la<br />
región supracondílea y en la fosa coronoides y por abajo<br />
en el proceso coronoideo <strong>del</strong> cúbito y porción anterior<br />
<strong>del</strong> ligamento radial. Existen fibras profundas procedentes<br />
<strong>del</strong> músculo brachialis que se insertan en la cara anterior<br />
de la cápsula. Por los lados, la porción posterior<br />
de la cápsula se mezcla con los ligamentos colaterales<br />
estando el ligamento colateral radial por detrás <strong>del</strong> extensor<br />
común <strong>del</strong> antebrazo, mientras que el ligamento<br />
colateral cubital se relaciona con el tendón <strong>del</strong> flexor común<br />
<strong>del</strong> antebrazo. La cápsula se refuerza por detrás por<br />
el tendón <strong>del</strong> tríceps braquial.<br />
Los ligamentos <strong>del</strong> codo pueden clasificarse en 3 grupos:<br />
anteriores (incluye al ligamento anular), posterior y<br />
colaterales medial y enteral.<br />
El ligamento anterior propiamente dicho se extiende<br />
por toda la cara anterior de la cápsula articular. Su inserción<br />
superior se confunde con la de la cápsula, desde la<br />
epitróclea hasta el epicóndilo. Por abajo termina en el borde<br />
externo de la apófisis coronoides, por <strong>del</strong>ante de la cavidad<br />
sigmoidea menor y en la porción proximal <strong>del</strong> ligamento<br />
anular.<br />
El ligamento anular, en forma de una cinta fibrosa de 1<br />
cm de altura se extiende de una a otra extremidad de la<br />
cavidad sigmoidea menor <strong>del</strong> cúbito, alrededor de la cabeza<br />
radial. Por arriba se continúa con la cápsula y por abajo<br />
rodea a la cabeza y cuello <strong>del</strong> radio sin insertarse en el mismo,<br />
lo que permite su rotación. Sus fibras entrecruzadas<br />
mantienen al ligamento en tensión durante la supinación y<br />
la pronación. El ligamento anular puede interponerse entre<br />
la cabeza radial y el capitelum provocando una subluxación<br />
de la cabeza radial en los niños menores de 2 años.<br />
El ligamento colateral medial o ligamento colateral<br />
cubital tiene 3 gruesas bandas: la banda anterior que es la<br />
más fuerte, que se extiende desde el epicóndilo medial hasta<br />
la porción medial <strong>del</strong> proceso coronoideo <strong>del</strong> húmero en<br />
un área conocida como tubérculo sublímite. La banda posterior<br />
se extiende desde el epicóndilo medial hasta la porción<br />
medial o borde <strong>del</strong> olécranon. El ligamento transverso<br />
u oblicuo es el más débil; se trata de una banda que une las<br />
inserciones cubitales de las bandas anterior y posterior.<br />
El ligamento colateral lateral o ligamento triangular<br />
radial es una banda fina cuyo vértice se inserta en el<br />
epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero y su base lo hace en el borde<br />
superior <strong>del</strong> ligamento anular.<br />
El ligamento posterior, poco desarrollado, se extiende<br />
desde los bordes laterales de la fosa olecraneana al pico<br />
<strong>del</strong> olécranon (haces húmero-olecraneanos oblícuos) y de<br />
un borde al otro de la fosa olecraneana (ligamentos<br />
humerohumerales).<br />
Por último el ligamento radiocubital inferior es un<br />
espesamiento de la cápsula en forma de una lámina cuadrilátera<br />
que se extiende desde el borde inferior de la cavidad<br />
sigmoidea menor <strong>del</strong> cúbito a la parte interna <strong>del</strong> cuello<br />
<strong>del</strong> radio.<br />
Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 87
Hay paquetes grasos que ocupan la fosa radial,<br />
coronoidea y olecraneana que son intracapsulares, pero<br />
extrasinoviales. También hay bursas rodeando al codo: la<br />
radiohumeral, la bicipitorradial, la olecraneana y la interósea.<br />
Los músculos que rodean al codo se dividen en 4 grupos:<br />
anterior, posterior, medial y lateral.<br />
El grupo anterior comprende al bíceps braquial y al<br />
braquial anterior.<br />
El grupo posterior comprende al tendón <strong>del</strong> tríceps y<br />
al músculo ancóneo.<br />
El grupo lateral o epicondíleo incluye al supinador largo<br />
y corto, primero y segundo radiales (extensor radial <strong>del</strong> carpo).<br />
El grupo medial o epitroclear comprende al pronador<br />
redondo, palmar mayor y menor y cubital anterior (flexor<br />
cubital <strong>del</strong> carpo).<br />
En relación con el paquete vasculonervioso <strong>del</strong> codo<br />
debemos recordar que la arteria braquial es el único vaso<br />
de la región, que se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo braquial<br />
y por dentro <strong>del</strong> bíceps.<br />
Los 3 nervios de esta región son: el nervio mediano<br />
que cursa superficial al músculo braquial, el nervio radial<br />
que cursa entre el braquial y el braquiorradial y el nervio<br />
cubital que pasa por detrás <strong>del</strong> epicóndilo medial.<br />
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DEL CODO EN<br />
LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL.<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />
ecográfica <strong>del</strong> codo, hemos considerado de interés el ofrecer<br />
una visión, en cortes anátomo-radiológico, de los diferentes<br />
planos <strong>del</strong> codo, aunque no todas las estructuras<br />
sean identificables en la ecografía.<br />
Cortes axiales.<br />
El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte:<br />
. En un corte superior se ven las fosas coronoidea (anterior)<br />
y olecraneana (posterior), con la presencia de los<br />
paquetes grasos. El músculo braquial anterior se sitúa<br />
por <strong>del</strong>ante y el músculo y tendón <strong>del</strong> tríceps por detrás.<br />
El nervio cubital se sitúa por detrás <strong>del</strong> epicóndilo<br />
medial mientras que el nervio mediano se sitúa entre<br />
el pronador redondo y el músculo brachialis. Por <strong>del</strong>ante<br />
de este último se ve al tendón <strong>del</strong> bíceps. Se pueden<br />
identificar las estructuras óseas de la región sobre<br />
todo la tróclea y el epicóndilo medial, a nivel de la<br />
parte superior de la articulación <strong>del</strong> codo (IRM).<br />
. En un corte distal al epicóndilo medial se ve el ligamento<br />
colateral medial que es <strong>del</strong>gado. El tendón <strong>del</strong><br />
extensor común rodea al codo, lateral al capitelum. A<br />
veces se puede ver la aponeurosis bicipital anterior<br />
entre la arteria braquial y el tendón <strong>del</strong> bíceps. El ligamento<br />
colateral lateral y el ligamento anular se ven<br />
a nivel de la porción distal <strong>del</strong> capitelum, distal y<br />
proximal a la cabeza <strong>del</strong> radio.<br />
. En un corte a nivel de la cabeza radial se ve al tendón<br />
<strong>del</strong> bíceps que se profundiza para insertarse en el borde<br />
posterior de la tuberosidad <strong>del</strong> radio. La aponeurosis<br />
bicipital atraviesa la fascia profunda <strong>del</strong> antebrazo para<br />
insertarse en la porción medial <strong>del</strong> mismo. A este nivel<br />
se ve la cabeza <strong>del</strong> radio dentro de la muesca semilunar<br />
(cóncava) <strong>del</strong> cúbito, así como el ligamento anular.<br />
. En un corte distal a la articulación radiocubital se ve<br />
la inserción proximal <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> brachialis en la<br />
cara anterior de la apófisis coronoide <strong>del</strong> cúbito y la<br />
inserción <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps en el radio. La arteria<br />
braquial anterior se ve por dentro <strong>del</strong> bíceps y superficial<br />
al músculo braquial anterior.<br />
Cortes sagitales<br />
. En un corte sagital medial se ve la articulación<br />
humerocubital y en un corte más lateral, la articulación<br />
humerorradial (IRM).<br />
. En los cortes sagitales, en línea media, se ve la inserción<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps, en la superficie posterosuperior<br />
<strong>del</strong> olécranon. También puede visualizarse el músculo<br />
ancóneo que se extiende desde el epicóndilo medial a la<br />
porción posterolateral <strong>del</strong> olécranon.<br />
. El tendón <strong>del</strong> bíceps, los músculos <strong>del</strong> grupo braquial,<br />
los paquetes grasos anterior y posterior y los cartílagos<br />
articulares se definen bien en él.<br />
Cortes coronales<br />
Las articulaciones humerocubital y humerorradial se<br />
pueden ver de modo simultáneo en un CC <strong>del</strong> codo, con el<br />
cartílago articular (IRM) y los ligamentos colaterales. Por<br />
dentro se ve al pronador redondo y por fuera al extensor<br />
radial <strong>del</strong> carpo. La anatomía de la cabeza radial y las<br />
líneas de crecimiento se ven bien en los CC. Por detrás se<br />
ve a la fosa olecraneana.<br />
En un CC en línea media articular, se ven los músculos<br />
bíceps y supinador, por debajo <strong>del</strong> capitelum y de la<br />
cabeza radial. El nervio cubital cruza por detrás y distal al<br />
epicóndilo medial <strong>del</strong> húmero, y hay que diferenciarlo <strong>del</strong><br />
músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo, por la grasa vecina que<br />
acompaña al nervio.<br />
TÉCNICA<br />
En el niño menor de 2 años se prefieren los<br />
transductores lineales entre 7,5 y 14 MHz, mientras que<br />
88 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
en el adulto se utilizan transductores entre 7,5 y 10 MHz,<br />
muchas veces con el auxilio de un proxón. Cuando hay<br />
limitación marcada en la extensión <strong>del</strong> codo, es preferible<br />
utilizar un transductor sectorial de alta resolución.<br />
La cara anterior <strong>del</strong> codo debe examinarse por <strong>del</strong>ante<br />
en extensión completa y con la mano en supinación,<br />
primero en CL para el estudio de la articulación<br />
cubitohumeral y posteriormente un CL oblicuo para<br />
visualizar al tendón <strong>del</strong> flexor común <strong>del</strong> antebrazo. La<br />
articulación radiohumeral se ve mejor en el plano<br />
longitudinal, y se prefiere el plano longitudinal oblicuo<br />
para el estudio <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor común<br />
en el epicóndilo lateral.<br />
El estudio de la porción anterolateral se realiza en CL<br />
y CL oblicuo con la mano <strong>del</strong> paciente en una posición<br />
intermedia entre la pronación y la supinación.<br />
Los cortes coronales de la cara anterior se realizan a<br />
nivel de la fosa antecubital hasta algo por debajo de la<br />
articulación <strong>del</strong> codo, lo que permite evaluar la articulación<br />
radiocubital y la anatomía vascular de la región.<br />
La articulación radiohumeral se ve mejor en el plano<br />
longitudinal y se prefiere el plano longitudinaloblicuo para<br />
el estudio <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor común en el<br />
epicóndilo lateral. Un corte longitudinal en línea media<br />
permite visualizar la porción anterior de la cápsula con su<br />
sinovial, así como el paquete graso anterior<br />
La evaluación de la cara posterior <strong>del</strong> codo se debe<br />
hacer con una elevación de 180 grados <strong>del</strong> brazo, flexión<br />
de 90 grados y ligera abducción, lo que se logra colocando<br />
su mano por detrás de la cabeza. Un corte<br />
longitudinal posterior permite el estudio de la fosa<br />
olecraneana mientras que los cortes transversales posteriores<br />
se utilizan para el estudio de la cara posterior<br />
de la cápsula fibrosa, de la sinovial y <strong>del</strong> paquete graso<br />
posterior. El epicóndilo lateral se evalúa en posición<br />
semiprona.<br />
El nervio mediano se sitúa entre el brachialis anterior<br />
y el pronador redondo, mientras el nervio radial se sitúa<br />
entre el tendón <strong>del</strong> bíceps y los músculos extensores.<br />
El nervio cubital se puede ver en la vista posterior con el<br />
brazo en extensión apareciendo como una estructura fibrilar,<br />
hiperecoica, por dentro de la fosa olecraneana, descansando<br />
en el borde posterior <strong>del</strong> epicóndilo medial. El tendón <strong>del</strong><br />
tríceps, insertado en el olécranon, aparece hiperecoico y es<br />
fácilmente identificado en una vista sagital posterior.<br />
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL DEL CODO<br />
En un corte transversal en la cara anterior <strong>del</strong> codo<br />
se pueden ver los músculos braquiorradialis, bíceps,<br />
brachialis anterior y pronador redondo, por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />
húmero, situados en las regiones radial, medial y cubital<br />
respectivamente.<br />
El tendón <strong>del</strong> flexor común a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial<br />
y el <strong>del</strong> extensor común en el epicóndilo lateral están cubiertos<br />
por los ligamentos colaterales medial y lateral respectivamente,<br />
que son hiperecoicos y que forman parte de<br />
la cápsula articular. El ligamento colateral lateral está íntimamente<br />
unido al ligamento anular.<br />
Los cojinetes grasos anterior y posterior aparecen como<br />
estructuras triangulares hiperecoicas en las fosas<br />
coronoidea y olecraneana. La bolsa grasa posterior es de<br />
mayor tamaño.<br />
El cartílago articular <strong>del</strong> capitelum y de la tróclea se<br />
muestran como una línea hipoecoica fina entre el paquete<br />
graso y el hueso.<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS DEL CODO<br />
Introducción<br />
El empleo de la ecografía en pacientes con dolor en el<br />
codo de causa desconocida puede detectar enfermedades no<br />
sospechadas previamente como son: fracturas ocultas,<br />
avulsiones <strong>del</strong> cartílago, periostitis y alteraciones de la<br />
sinovial. Una limitación de la ecografía lo constituye una<br />
pobre movilidad <strong>del</strong> codo que requiere en ocasiones sedación<br />
y siempre un examen comparativo con el lado sano.<br />
Las afecciones más frecuentes <strong>del</strong> codo detectables con<br />
la ecografía son: lesiones óseas traumáticas, inflamatorias,<br />
masas e infecciones.<br />
Lesiones de los ligamentos<br />
Con la ecografía se puede estudiar la integridad de los<br />
ligamentos <strong>del</strong> codo, sobre todo el ligamento cubital. En<br />
su ruptura aparece heterogéneo, relativamente hiperecoico<br />
y con material ecogénico en el sitio de ruptura, por detritus<br />
y hemorragia. Es frecuente que se asocie con arrancamiento<br />
óseo y derrame articular. A veces no se logra identificar<br />
en su localización anatómica habitual.<br />
Lesiones <strong>del</strong> codo en los deportistas<br />
Hay afecciones <strong>del</strong> codo que se identifican por el tipo<br />
de deporte que el paciente realiza, expresión de<br />
microtraumas repetidos y que pueden llevar a degeneración,<br />
ruptura tendinosa, lesiones de los ligamentos de la<br />
bursa, etc. Veamos algunas de estas lesiones:<br />
Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 89
Lesiones de los tendones <strong>del</strong> bíceps y tríceps<br />
En la tendinitis, estos tendones pueden aparecer engrosados<br />
y heterogéneos o hipoecoicos. Cuando ocurre una<br />
ruptura se pueden ver hendiduras hipoecoicas o anecoicas<br />
con o sin retracción de los bordes. Es frecuente el hallazgo<br />
de una insercionitis calcificada <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps en el<br />
olécranon, de origen traumático o degenerativo. La<br />
tendinitis inferior <strong>del</strong> biceps se ve en algunos deportistas<br />
al realizar una extensión activa forzada <strong>del</strong> antebrazo sobre<br />
el brazo, que contrae al bíceps, justamente por debajo<br />
de la cabeza radial.<br />
Síndromes por sobreuso. Epicondilitis<br />
Epicondilitis lateral (codo <strong>del</strong> tenista)<br />
Es debida a una tendinitis de los músculos extensores<br />
en su inserción en el epicóndilo lateral, donde toma la forma<br />
de un triángulo hiperecogénico. Ocurre cuando se realiza<br />
un movimiento preciso, como sucede en la extensión<br />
de la muñeca o supinación de la mano a partir de la posición<br />
prona, hecho frecuente al cerrar el puño, abrir una<br />
botella o especialmente en el jugador de tenis. Se interesan<br />
las porciones tendinosas de los músculos epicondíleos, el<br />
supinador corto y 2do radial, con participación <strong>del</strong> extensor<br />
común de los dedos.<br />
En estos casos el tendón aparece hipoecoico y engrosado.<br />
Otras veces aparece heterogéneo con calcificaciones<br />
y con rupturas intratendinosas. Hay desgarro <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> extensor, cercano a su inserción, presencia de tejido<br />
cicatrizal, etc. Puede inclusive ser más grave y asociarse a<br />
una fractura intraarticular <strong>del</strong> epicóndilo humeral.<br />
Epitrocleítis (codo <strong>del</strong> golfista)<br />
Se ve en los jugadores de golf y en los tenistas que<br />
juegan con una raqueta muy pesada. La lesión asienta en<br />
la inserción tendinosa en el codo, <strong>del</strong> haz humerocubital<br />
<strong>del</strong> músculo flexor común de los dedos en el tendón común<br />
a los músculos epitrocleares.<br />
Codo <strong>del</strong> lanzador de baseball<br />
Ocurre en los lanzadores jóvenes por exceso de lanzamientos.<br />
La lesión puede radicar en el lado interno <strong>del</strong> codo,<br />
produciendo avulsión <strong>del</strong> centro de osificación de la<br />
epitróclea o en el lado externo en que el choque repetido de<br />
la cabeza <strong>del</strong> radio contra el cóndilo puede provocar una<br />
osteocondritis <strong>del</strong> cóndilo, una necrosis avascular <strong>del</strong> radio,<br />
cuerpos libres y artrosis.<br />
Por otra parte tenemos el codo de los lanzadores adultos<br />
con largo tiempo de trabajo. En estos casos se desgastan<br />
las articulaciones <strong>del</strong> codo, con contractura en flexión,<br />
espolones de tracción en el ligamento colateral interno o<br />
su ruptura, parálisis tardía <strong>del</strong> nervio cubital, degeneración<br />
<strong>del</strong> cartílago, lesiones <strong>del</strong> compartimiento posterior<br />
(fositis olecraneana) y formación de cuerpos libres.<br />
Codo <strong>del</strong> lanzador de jabalina<br />
Se puede producir tanto cuando se realiza el lanzamiento<br />
en forma correcta, en que la extensión violenta puede provocar<br />
fractura <strong>del</strong> olécranon, como en la forma incorrecta o sea<br />
con el brazo incurvado, en que ocurre una tracción <strong>del</strong> ligamento<br />
interno <strong>del</strong> codo y formación de un espolón.<br />
Codo <strong>del</strong> boxeador<br />
Puede ocurrir al fallar el golpe, en que pueden desprenderse<br />
fragmentos óseos de la punta <strong>del</strong> olécranon, con<br />
formación de cuerpos libres; o por impactos directos <strong>del</strong><br />
olécranon sobre la tróclea, que puede desprender fragmentos<br />
de esta última y avulsión de la apófisis coronoides por<br />
tracción.<br />
Lesiones articulares<br />
Derrame articular y alteración de la sinovial<br />
En condiciones normales el líquido articular es mínimo,<br />
por lo que cuando mide más de 1 mm de grosor se considera<br />
un derrame grande. La ecografía es muy sensible para detectar<br />
un derrame articular. La cápsula aparece distendida<br />
por un líquido anecoico que desplaza las bolsas grasas, preferentemente<br />
el receso posterior <strong>del</strong> codo, en flexión. Muchas<br />
veces se observa mejor en el receso sinovial anterior,<br />
con el codo en extensión completa. Si se sospecha una artritis<br />
séptica la ecografía sirve como guía para la punción.<br />
Siempre deben buscarse cuerpos libres intraarticulares<br />
en los recesos de la articulación. En la artritis reumatoide<br />
el codo se afecta con frecuencia, pudiéndose ver derrame<br />
y sobre todo, proliferación sinovial que aparece como un<br />
nódulo hipoecoico (pannus). Puede asociarse a bursitis con<br />
un contenido heterogéneo que muchas veces precede a los<br />
cambios óseos y con frecuencia es bilateral.<br />
Alteraciones <strong>del</strong> cartílago<br />
En la ecografía el cartílago se visualiza como una estructura<br />
hipoecoica en las superficies articulares, en el niño,<br />
90 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
y en los sitios de crecimiento cartilaginoso. La ecografía<br />
permite detectar arrancamientos parciales o completos <strong>del</strong><br />
cartílago, asociado con frecuencia, a derrame articular,<br />
pudiendo detectarse además cuerpos libres intraarticulares.<br />
Los cuerpos libres cartilaginosos u osteocartilaginosos, se<br />
asocian con frecuencia con osteocondritis disecante, fractura<br />
osteocondral y osteocondromatosis sinovial, donde dan<br />
múltiples SA y hay que diferenciarlos de los osteofitos.<br />
Lesiones de las bursas<br />
Hay distensión de la bursa por el líquido y aumento de<br />
volumen de la región. En la ecografía se muestra en forma<br />
de una colección líquida limitada por la pared sinovial, de<br />
espesor variable. El contenido es hipoecoico o anecoico en<br />
las bursitis por fricción e hiperecoico en las bursitis infecciosas,<br />
metabólicas y en la gota. En este último caso pueden<br />
verse nódulos hiperecoicos calcificados. El DC puede<br />
mostrar aumento de la vascularización periférica.<br />
Lesiones articulares específicas<br />
Pueden acompañar al trauma, infección o inflamación.<br />
En los niños sin antecedentes de trauma debe sospecharse<br />
una artritis séptica. El diagnóstico con la ecografía puede<br />
realizarse por vía anterior o posterior. Por lo general es<br />
anecoica o puede aparecer ecogénica por pus en los casos<br />
sépticos, por presencia de sangre o formación de pannus.<br />
El grosor de la cápsula articular se modifica con la<br />
edad. Por lo general, y en condiciones normales, no es<br />
medible y cuando se afecta casi siempre se acompaña de<br />
engrosamiento de la sinovial vecina. En el niño debe descartarse<br />
una artritis séptica, una AR juvenil o una hemofilia<br />
y una poliarteritis o una AR en el adulto. Se prefiere el<br />
examen por vía posterior y con cortes transversales.<br />
La osteoartritis de la articulación radiohumeral es más<br />
frecuente que la cubito-humeral y por lo general es complicación<br />
de una fractura de la cabeza radial.<br />
Se puede ver irregularidad de las superficies articulares,<br />
osteofitos, quistes subcondrales y cuerpos osteocartilaginosos<br />
libres.<br />
Por su parte, en la Artritis reumatoidea, es frecuente<br />
la toma <strong>del</strong> codo, con derrame articular, inflamación de la<br />
sinovial y erosión de los huesos vecinos por el pannus. El<br />
espacio articular se estrecha más a nivel de la articulación<br />
humerocubital. Algunas de estas alteraciones, pueden<br />
visualizarse en la ecografía.<br />
Lesiones óseas<br />
Debido a que los huesos en crecimiento son más elásticos<br />
que los huesos <strong>del</strong> adulto, el examen de los niños con sospecha<br />
de fractura en tallo verde <strong>del</strong> codo obliga a un estudio<br />
cuidadoso de toda la cortical, sobre todo en las áreas de dolor<br />
o aumento de volumen de las partes blandas. El diagnóstico<br />
de una fractura de la cortical es fácilmente detectable con la<br />
ecografía y se puede acompañar de hematoma subperióstico<br />
y aumento de volumen de las partes blandas.<br />
La elevación <strong>del</strong> periostio no sólo puede verse en las<br />
fracturas subagudas sino también en los procesos<br />
inflamatorios con aumento <strong>del</strong> flujo sanguíneo. Las fracturas<br />
antiguas y las secuelas de las operaciones con<br />
remo<strong>del</strong>ación de la arquitectura ósea obligan a un estudio<br />
comparativo con el lado sano.<br />
El examen de los niños con sospecha de luxación <strong>del</strong> codo<br />
muchas veces requiere de sedación, teniendo la ventaja que la<br />
ecografía puede visualizar al cartílago no osificado. En estos<br />
casos es frecuente la presencia de derrame articular. La<br />
ecografía también es útil para realizar la reducción de la luxación<br />
<strong>del</strong> codo y además para evaluar los resultados, sobre<br />
todo cuando se asocia a fractura epifisaria o metafisaria.<br />
Osteocondritis disecante<br />
Predomina en los adolescentes y se asocia con un trauma<br />
agudo o crónico repetido. La lesión se inicia en el hueso<br />
subcondral con conservación inicial <strong>del</strong> cartílago articular<br />
vecino que recibe sus vasos por la sinovial. Hay infarto y<br />
reblandecimiento <strong>del</strong> tejido subcondral, secundario a la fractura,<br />
lo que puede provocar separación <strong>del</strong> cartílago y producción<br />
de cuerpos libres, más frecuentes en la fosa<br />
supratroclear. Se produce agrandamiento posterolateral de<br />
la cabeza radial, cierre prematuro <strong>del</strong> cartílago epifisario y<br />
una metáfisis deformada en tonel, mejor vistos en la IRM.<br />
Se pueden ver cuerpos libres, aplanamiento <strong>del</strong> capitelum e<br />
irregularidad de la cabeza radial. La presencia de líquido<br />
articular <strong>del</strong>imita cráteres óseos y permite visualizar los fragmentos<br />
osteocondrales libres en la ecografía.<br />
Osteocondrosis <strong>del</strong> capitelum. Enfermedad<br />
de Panner<br />
Es más frecuente entre los 5 y 10 años y se asocia con<br />
una historia de trauma. Cuando ocurre en la adolescencia,<br />
por sobreuso, en los lanzadores de pelotas, se conoce como<br />
el ¨Codo de las Ligas Menores¨. Predomina en el lado<br />
medial pero puede ser bilateral.<br />
En las radiografías hay fisura, fragmentación, y esclerosis<br />
<strong>del</strong> capitelum con disminución de su crecimiento y<br />
aceleración <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> epicóndilo medial. En la<br />
ecografía pueden visualizarse alteraciones en la cabeza <strong>del</strong><br />
radio, derrame articular y cuerpos libres. El núcleo de osificación<br />
<strong>del</strong> capitelum termina siendo pequeño e irregular.<br />
Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 91
Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital<br />
El nervio cubital cursa a través <strong>del</strong> túnel cubital por la<br />
porción posteromedial <strong>del</strong> húmero distal, en un surco vecino<br />
al epicóndilo medial. La presencia de exostosis óseas,<br />
traumáticas o degenerativas, o la presencia de un proceso<br />
expansivo tal como quistes o proliferación sinovial en los<br />
pacientes con AR, pueden provocar irritación <strong>del</strong> nervio<br />
cubital por desplazamiento o compresión <strong>del</strong> mismo. Los<br />
síntomas son el resultado de la inflamación <strong>del</strong> nervio que<br />
aparece engrosado e hipoecoico. Las maniobras dinámicas<br />
pueden provocar una subluxación intermitente <strong>del</strong> nervio<br />
que puede ser causa de una neuritis cubital.<br />
Luxación <strong>del</strong> nervio cubital. Síndrome<br />
<strong>del</strong> tríceps saltarín<br />
Entre las diferentes causas de dolor en la cara medial<br />
<strong>del</strong> codo y de una neuropatía cubital se citan: el síndrome<br />
de compresión <strong>del</strong> túnel cubital (ya estudiado), la luxación<br />
o subluxación <strong>del</strong> nervio cubital y el síndrome <strong>del</strong><br />
tríceps saltarín.<br />
La luxación <strong>del</strong> nervio cubital consiste en un movimiento<br />
anormal <strong>del</strong> nervio, que lo sitúa fuera <strong>del</strong> túnel<br />
cubital y lo desplaza por detrás <strong>del</strong> epicóndilo medial durante<br />
la flexión <strong>del</strong> codo. El síndrome <strong>del</strong> tríceps saltarín<br />
consiste en una luxación medial de la cabeza media <strong>del</strong><br />
tríceps sobre el epicóndilo durante la flexión <strong>del</strong> codo. En<br />
ambas entidades estas alteraciones se reducen con la extensión<br />
<strong>del</strong> codo y son detectables, a la palpación y a la<br />
ecografía, por una sensación de salto en la flexión.<br />
El estudio ecográfico de estas entidades se realiza durante<br />
un examen <strong>del</strong> túnel cubital con el paciente sentado<br />
en una banqueta, con el brazo extendido y en ligera rotación<br />
externa, para poder explorar el epicóndilo medial y el<br />
olécranon. El transductor se coloca en un plano transversal<br />
en la cara postero-medial <strong>del</strong> codo, con un extremo en<br />
el olécranon y el otro en el epicóndilo medial.<br />
En esta vista hay que identificar al nervio cubital, por<br />
<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> epicóndilo y donde aparece hipoecoico en relación<br />
con la grasa vecina. El DC permite diferenciarlo de<br />
las estructuras vasculares de la región. A continuación hay<br />
que identificar el origen <strong>del</strong> tendón flexor común, situado<br />
por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> nervio y de la cabeza medial <strong>del</strong> tríceps y<br />
posterior al vértice <strong>del</strong> epicóndilo medial. A continuación<br />
se realiza un estudio, con movimiento activo, de flexión<br />
<strong>del</strong> codo en el mismo plano.<br />
El diagnóstico de luxación <strong>del</strong> nervio cubital se basa<br />
en su desplazamiento por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong> epicóndilo<br />
medial, durante la flexión, pudiendo situarse por <strong>del</strong>ante<br />
<strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor común.<br />
El diagnóstico <strong>del</strong> síndrome <strong>del</strong> tríceps saltarín se hace,<br />
cuando el vientre muscular de la porción medial <strong>del</strong> tríceps<br />
(hipoecoico) se luxa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong> epicóndilo<br />
medial, en la flexión <strong>del</strong> codo.<br />
Estas dos entidades pueden coincidir en el mismo paciente<br />
o presentarse de modo independiente. En el primero de los<br />
casos se puede demostrar una sensación de doble salto en la<br />
flexión <strong>del</strong> codo; la primera representa la luxación <strong>del</strong> nervio<br />
y la segunda la luxación de la cabeza medial <strong>del</strong> tríceps.<br />
Cuando la luxación <strong>del</strong> nervio es secundaria a una luxación<br />
<strong>del</strong> tríceps, ambas estructuras permanecen a la misma<br />
distancia. Si se trata de una luxación aislada <strong>del</strong> nervio<br />
cubital, estas 2 estructuras se separan entre sí. En los pacientes<br />
con diagnóstico de síndrome <strong>del</strong> túnel cubital se ha<br />
demostrado un engrosamiento <strong>del</strong> nervio a nivel <strong>del</strong><br />
epicóndilo medial que se aplana durante la flexión <strong>del</strong> codo.<br />
Alteraciones de las partes blandas<br />
El edema profundo de los tejidos blandos se asocia frecuentemente<br />
con traumas óseos u osteomielitis. Este edema<br />
se acompaña con aumento de la ecogenicidad de los músculos,<br />
de la grasa subcutánea y pérdida de los planos fibrosos,<br />
lo que orienta a una celulitis. El drenaje linfático de la región<br />
se realiza en los ganglios epitrocleares, que cuando<br />
están alterados aparecen como masas ovoides hipoecoicas.<br />
Las lesiones neoplásicas y las anomalías congénitas<br />
<strong>del</strong> codo también pueden evaluarse con la ecografía. Ella<br />
permite conocer su naturaleza sólida o quística y valorar<br />
el flujo con el Doppler. Una aplicación particular <strong>del</strong><br />
Doppler lo ocupa la detección de trombos oclusivos a nivel<br />
de las hemodiálisis. De acuerdo con la edad <strong>del</strong> trombo<br />
puede aparecer hiperecoico o hipoecoico, y el análisis <strong>del</strong><br />
Doppler espectral es muy importante.<br />
ECOGRAFÍA DEL ANTEBRAZO<br />
El examen ecográfico de esta región se hace con el<br />
enfermo sentado frente al examinador, el brazo colgado<br />
frente al cuerpo, el codo flexionado a 80 0 , la cara palmar<br />
dirigida hacia arriba y el puño en la rodilla <strong>del</strong> ecografista.<br />
El gran número de músculos de la región obliga a un examen<br />
riguroso debiendo recurrirse a pruebas dinámicas,<br />
sobre todo a la flexión de los diferentes dedos.<br />
Sólo nos vamos a referir a algunos de los músculos de<br />
la región.<br />
El examen de los músculos de la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo<br />
comprende al flexor común profundo de los dedos<br />
que requiere de cortes horizontales en la mitad <strong>del</strong> antebra-<br />
92 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
zo. Es de localización profunda, cerca de la membrana<br />
interósea y se puede identificar por sus movimientos cuando<br />
se realiza la flexión de los 4 últimos dedos. Hay que<br />
diferenciarlo <strong>del</strong> flexor común superficial, situado en un plano<br />
más anterior. Con un barrido longitudinal se puede hacer<br />
un análisis individual de cada uno de sus 4 tendones.<br />
El flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo se puede identificar rápidamente<br />
en un CT, lo que se facilita por los movimientos<br />
de flexión.<br />
El flexor común superficial se identifica fácilmente en<br />
un CT, separado <strong>del</strong> flexor común profundo por una fascia,<br />
aunque en el plano dinámico, la flexión de los dedos provoca<br />
movimiento en ambos músculos.<br />
Los músculos epitrocleares, son superficiales y se hace<br />
necesario independizarlos de los músculos flexores. El<br />
músculo cubital anterior se ve en el borde interno <strong>del</strong> brazo,<br />
visualizándose su cuerpo muscular y su inserción en la<br />
epitróclea en un CL. Los músculos palmares mayor y<br />
menor se visualizan mejor en un CT en la mitad <strong>del</strong> antebrazo<br />
donde recubren por fuera al flexor superficial.<br />
El músculo pronador redondo se sitúa en el borde externo<br />
<strong>del</strong> palmar mayor y su borde inferior está en contacto<br />
con el flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
El examen ecográfico de la región externa <strong>del</strong> antebrazo<br />
se realiza en la misma posición que el anterior, con<br />
cortes longitudinales y transversles, con el transductor en<br />
el borde externo <strong>del</strong> antebrazo, pudiendo identificarse al<br />
supinador largo, muy superficial, y por debajo a los músculos<br />
radiales íntimamente unidos a la superficie ósea <strong>del</strong><br />
radio, en lo que tiene gran valor la pruebas dinámicas de<br />
pronosupinación.<br />
El examen ecográfico <strong>del</strong> plano posterior es difícil y<br />
siempre debe realizarse con estudios dinámicos. El paciente<br />
debe estar sentado de frente al examinador, con el antebrazo<br />
en extensión y rotación externa.<br />
La localización de los diferentes músculos <strong>del</strong> plano<br />
profundo posterior se realiza en CT, a nivel <strong>del</strong> tercio medio<br />
de este compartimiento. Cada músculo se reconoce por<br />
las pruebas dinámicas de extensión y flexión <strong>del</strong> pulgar y<br />
<strong>del</strong> índice. Hay una aponeurosis, muy ecogénica, que separa<br />
al abductor largo <strong>del</strong> 1er. dedo de los músculos<br />
extensores <strong>del</strong> pulgar.<br />
El examen de los músculos <strong>del</strong> plano superficial de<br />
esta región se realiza de manera similar a la anterior. Las<br />
maniobras de flexión-extensión de los dedos permiten localizar<br />
el músculo extensor común mientras que los movimientos<br />
<strong>del</strong> meñique logran identificar su músculo extensor.<br />
El músculo cubital posterior es el más interno de los<br />
músculos extensores y se reconoce fácilmente por la ausencia<br />
de su desplazamiento al movilizar los dedos.<br />
El nervio mediano puede visualizarse con facilidad en el<br />
antebrazo, hasta la altura de la muñeca. El examen se inicia<br />
en CT en la mitad <strong>del</strong> antebrazo a la altura <strong>del</strong> compartimiento<br />
anterior. El corte <strong>del</strong> nervio lo muestra como una imagen<br />
hiperecogénica, oval de 2 a 5mm de diámetro situado entre<br />
las aponeurosis de los flexores comunes superficial y profundo<br />
y siempre debe complementarse con CL.<br />
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94 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DE LA MANO Y LA MUÑECA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Desde el inicio de la Radiología hasta el momento actual,<br />
con el empleo de la mayoría de las técnicas más<br />
sofisticadas como son la TAC y la IRM, se han podido<br />
diagnosticar la mayoría de las lesiones óseas de la mano,<br />
de la muñeca y de las partes blandas vecinas. La ecografía<br />
tiene la ventaja de poder visualizar estructuras muy finas<br />
así como conocer la naturaleza sólida o quística y muy<br />
especialmente el realizar estudios dinámicos.<br />
ANATOMÍA ARTICULAR DE LA MUÑECA<br />
Las estructuras óseas de la muñeca están constituidas<br />
por la porción distal <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio y las porciones<br />
distal y proximal de los huesos <strong>del</strong> carpo y bases de los<br />
metacarpianos. Se distinguen 3 articulaciones: articulación<br />
radio-cubital distal, articulación radiocarpiana y articulación<br />
mediocarpiana.<br />
ARTICULACIÓN RADIOCUBITAL DISTAL<br />
En el lado medial de la porción distal <strong>del</strong> radio existe<br />
una depresión aplanada para articularse con la cabeza<br />
cubital, es la fosa sigmoidea que funciona como sitio para<br />
el polo rotacional de la porción distal <strong>del</strong> cúbito y proporciona<br />
cierta estabilidad ósea a la articulación, que tiene un<br />
ángulo de inclinación distal de 20 grados, lo cual es importante<br />
para mantener la rotación <strong>del</strong> antebrazo. La porción<br />
distal <strong>del</strong> cúbito está envuelta por el retináculo extensor.<br />
Los ligamentos estabilizadores de esta articulación son<br />
el ligamento fibrocartilaginoso triangular y los ligamentos<br />
capsulares dorsal y ventral. El ligamento triangular conecta<br />
el cúbito y el radio en sus porciones más distales y se extiende<br />
desde la faceta semilunar, en su borde más cubital,<br />
hasta la fosa sigmoidea de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito,<br />
donde se inserta por 2 ramas, una distal y otra proximal. El<br />
contacto entre la cabeza <strong>del</strong> cúbito y la porción sigmoidea<br />
<strong>del</strong> radio es mayor durante la rotación medial <strong>del</strong> antebrazo<br />
y disminuye en la pronación y supinación máximas.<br />
ARTICULACIÓN RADIOCARPIANA<br />
En su porción proximal está constituida por la superficie<br />
distal <strong>del</strong> radio y el ligamento triangular y en su porción<br />
distal por el piramidal y el escafoides. La porción<br />
distal <strong>del</strong> radio presenta 2 facetas que se articulan con el<br />
escafoides y semilunar en la fila proximal <strong>del</strong> carpo. El<br />
tubérculo de Lister, en el lado dorsal <strong>del</strong> radio, separa el<br />
tendón extensor largo <strong>del</strong> primer dedo, en el lado cubital,<br />
<strong>del</strong> extensor radial <strong>del</strong> carpo y <strong>del</strong> tendón extensor corto<br />
(en el lado radial). En este sitio es frecuente que se vean<br />
osteofitos u ocurran rupturas de tendones y ligamentos,<br />
sobretodo en la AR.<br />
ARTICULACIÓN MEDIOCARPIANA<br />
La primera fila <strong>del</strong> carpo lo forman el escafoides,<br />
semilunar y piramidal, que están unidos por fuertes ligamentos<br />
interóseos que trabajan en conjunto para formar una concavidad<br />
que se articula con la fila distal <strong>del</strong> carpo. La fila<br />
distal la constituyen el trapecio, trapezoide, grande y ganchoso.<br />
ARTICULACIONES INTERFALÁNGICAS<br />
Se tratan de unas articulaciones en bisagra con una<br />
anatomía bicondílea, con movimientos amplios de flexoextensión<br />
cuyos principales estabilizadores son los ligamentos<br />
colaterales y la lámina volar. El mecanismo extensor,<br />
los tendones flexores y los ligamentos retinaculares<br />
juegan un papel decisivo en la estabilidad dinámica.<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 95
ARTICULACIONES<br />
METACARPOFALÁNGICAS (MCF)<br />
Aunque las estructuras de soporte son similares a las<br />
de la articulación anterior, la anatomía unicondílea de la<br />
articulación MCF permite una importante desviación radial<br />
y cubital, así como cierto grado de rotación.<br />
Hay que independizar la articulación metacarpofalángica<br />
<strong>del</strong> primer dedo, que es una articulación de tipo<br />
condíleo que permite una movilidad en el eje de la flexiónextensión<br />
y cierto grado de rotación. Ella es estabilizada<br />
por la lámina volar, los ligamentos colaterales y las estructuras<br />
musculotendinosas.<br />
ANATOMÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />
DE LA MUÑECA<br />
Los ligamentos de la muñeca se dividen en 2 grandes<br />
grupos: ligamentos intrínsecos y extrínsecos y a su vez en<br />
palmares y dorsales.<br />
Los ligamentos extrínsecos se extienden entre el cúbito,<br />
el radio y los metacarpianos, mientras que los intrínsecos<br />
se originan y terminan dentro <strong>del</strong> carpo. La función de los<br />
ligamentos intrínsecos es el mantener la relación entre los<br />
huesos <strong>del</strong> carpo mientras que los extrínsecos mantienen<br />
la relación <strong>del</strong> carpo (como un todo), con la porción distal<br />
<strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio, así como con las bases de los<br />
metacarpianos.<br />
LIGAMENTOS EXTRÍNSECOS<br />
Sólo nos vamos a referir a los de mayor significado<br />
clínico.<br />
Ligamentos radiocarpianos (RC). Los ligamentos<br />
RC palmares son los más constantes y los más poderosos<br />
de los ligamentos extrínsecos. Entre los más<br />
importantes, desde el punto de vista mecánico, son<br />
los que se originan de la apófisis estiloides y porción<br />
distal <strong>del</strong> radio y que incluyen al ligamento<br />
radial colateral y los haces <strong>del</strong> ligamento<br />
radiocarpiano palmar. El ligamento radial colateral<br />
se origina en la punta de la apófisis estiloides<br />
radial y se inserta en la superficie radial inferior<br />
<strong>del</strong> escafoides. El ligamento radial colateral no es<br />
un verdadero ligamento; no obstante, tiene una función<br />
mecánica importante, ya que juega un papel<br />
en el mecanismo de fractura <strong>del</strong> escafoides.<br />
El ligamento radioescafoideo-hueso grande se origina<br />
de la apófisis estiloides <strong>del</strong> radio y tiene una<br />
inserción pequeña en la porción radial <strong>del</strong> cuello<br />
<strong>del</strong> escafoides. La mayoría de sus fibras se mezclan<br />
con las fibras <strong>del</strong> ligamento triangular. En ocasiones<br />
el ligamento puede interponerse entre los<br />
fragmentos de una fractura escafoidea e impide la<br />
consolidación.<br />
En general los ligamentos radiocarpianos extrínsecos,<br />
mantienen el carpo dentro de la articulación<br />
radial. La lesión de estos ligamentos permite el desplazamiento<br />
<strong>del</strong> carpo, frecuente en la AR.<br />
Ligamentos cubitocarpianos. De ellos el más importante<br />
es el llamado complejo fibrocartilaginoso<br />
triangular que está constituido por este ligamento<br />
(el disco articular), las porciones dorsal y palmar<br />
de los ligamentos radiocubitales, el menisco triangular<br />
y los ligamentos cubitosemilunar y<br />
cubitopiramidal.<br />
El término de complejo fibrocartilaginoso triangular<br />
se utiliza para designar a todas las estructuras<br />
(ligamentarias y cartilaginosas) que se creen jueguen<br />
un papel en la suspensión de la porción distal<br />
<strong>del</strong> radio y <strong>del</strong> carpo cubital, de la porción distal<br />
<strong>del</strong> cúbito. Este complejo también contribuye a la<br />
estabilidad dentro <strong>del</strong> carpo previniendo sus<br />
inestabilidades no disociativas.<br />
Ligamentos dorsales. Los ligamentos dorsales varían<br />
considerablemente, pero se pueden identificar<br />
2 componentes: el ligamento dorsal radioescafoideo-semilunar-piramidal,<br />
cuya función es<br />
prevenir una flexión palmar exagerada e interviene<br />
en el mecanismo de la inestabilidad palmar de<br />
la porción media <strong>del</strong> carpo y el escafoidespiramidal,<br />
orientado transversalmente desde el escafoides al<br />
piramidal.<br />
LIGAMENTOS INTRÍNSECOS<br />
Sólo nos vamos a referir a algunos de ellos.<br />
· Ligamento escafoides semilunar y semilunarpiramidal.<br />
Son ligamentos interóseos que juegan<br />
un papel importante en mantener la relación<br />
biomecánica entre los huesos <strong>del</strong> carpo, sobre todo<br />
de la primera fila. Para funcionar adecuadamente<br />
los huesos de la primera fila deben hacerlo en conjunto<br />
y los ligamentos internos son los que proporcionan<br />
esta unión flexible. Los ligamentos arriba<br />
mencionados son comparables en fuerza con el LCA<br />
de la rodilla. Estos 2 ligamentos se extienden desde<br />
la superficie sinovial dorsal hasta la superficie palmar<br />
y separan completamente los compartimientos<br />
radiocarpiano y mediocarpiano.<br />
96 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Ligamentos arcuatos o <strong>del</strong>toideos. Son 2 ligamentos<br />
que estabilizan la raíz distal de la fila proximal <strong>del</strong><br />
carpo y se conocen como ligamentos <strong>del</strong>toideos o<br />
arcuatos. Ellos previenen a la primera fila <strong>del</strong> carpo<br />
de una flexión palmar. Hay un ligamento cubital y<br />
otro radial y el espacio que los separa se conoce<br />
como espacio de Poirier.<br />
ESTRUCTURAS DE SOPORTE<br />
DE LOS DEDOS<br />
Las articulaciones interfalángicas proximales se tratan<br />
de articulaciones en bisagra con una anatomía<br />
bicondílea que permite una amplia movilidad de flexión y<br />
extensión de los dedos. Los principales estabilizadores de<br />
esta articulación son las estructuras blandas vecinas, especialmente<br />
los ligamentos colaterales y el plato volar. El<br />
mecanismo extensor, los tendones flexores y los ligamentos<br />
retinaculares juegan un papel decisivo en la estabilidad<br />
dinámica. El complejo ligamentoso colateral consta<br />
de un ligamento colateral y de un ligamento colateral accesorio.<br />
El primero se inicia en la cara dorsolateral de la<br />
cabeza de la falange proximal y se inserta en las porciones<br />
volar y lateral de la base de las falanges medias. El ligamento<br />
colateral accesorio se inicia en la misma área que el<br />
anterior, pero se inserta en el plato volar. El ligamento<br />
colateral propio se tensa en la flexión, mientras que el accesorio<br />
lo hace en la extensión.<br />
El plato volar, como ya habíamos dicho, es una estructura<br />
gruesa, fibrocartilaginosa que constituye la cara<br />
palmar de la cápsula de la articulación interfalángica<br />
proximal. Por debajo, ella está íntimamente unida al labio<br />
volar de la base de la falange media. Su inserción proximal,<br />
en la falange proximal, es más elástica y se divide en 2<br />
bandas laterales en forma de U. La función <strong>del</strong> plato volar<br />
es prevenir una hiperextensión de la articulación<br />
interfalángica proximal.<br />
Por su parte la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />
primer dedo es de tipo condílea, lo que permite una movilidad<br />
en el eje de la flexo-extensión y cierto grado de rotación.<br />
Esta articulación también es estabilizada por el plato<br />
volar, los ligamentos colaterales y las estructuras<br />
musculotendinosas.<br />
Las restantes articulaciones metacarpofalángicas tienen<br />
una estructura de soporte similar y como se tratan de<br />
articulaciones unicondíleas ellas permiten importantes desviaciones<br />
radial y cubital y cierto grado de rotación. Los<br />
ligamentos colaterales de esta articulación se tensan en la<br />
flexión y se relajan en lea extensión lo que permite la abducción<br />
y la aducción. También el plato volar es un estabilizador<br />
importante de esta articulación y se conecta con<br />
las articulaciones vecinas por el ligamento metacarpiano<br />
transverso profundo.<br />
En la ecografía es difícil identificar estas estructuras,<br />
no así en la IRM.<br />
TENDONES Y RETINÁCULOS<br />
DE LA MANO Y MUÑECA<br />
Existen 2 grupos de tendones extrínsecos que cruzan<br />
la muñeca y entran en la mano: los tendones flexores, en la<br />
superficie palmar y los extensores, en el plano dorsal<br />
TENDONES PALMARES DE LA MANO O FLEXORES<br />
Los 4 tendones flexores superficiales se disponen en<br />
2 filas, con los tendones <strong>del</strong> 3ro. y 4to. dedos, superficiales<br />
a los tendones <strong>del</strong> 2do. y 5to., terminando en los 4<br />
últimos dedos.<br />
Después de penetrar en sus respectivas vainas fibrosas<br />
flexoras, los tendones flexores superficiales se dividen en<br />
2 mitades a la altura de la falange proximal y se decursan<br />
parcialmente alrededor de los tendones flexores profundos<br />
para terminar en las falanges medias. Los tendones digitales<br />
flexores profundos se disponen en el mismo plano y se<br />
insertan en la base de las falanges terminales.<br />
Los tendones <strong>del</strong> flexor largo de los dedos junto con el<br />
nervio mediano, pasan por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor,<br />
rodeados por una vaina común.<br />
El retináculo flexor es un engrosamiento de la capa<br />
fascial profunda que forma el límite palmar para el túnel <strong>del</strong><br />
carpo; los huesos <strong>del</strong> carpo son su límite dorsal. El tendón<br />
<strong>del</strong> palmar largo y el nervio cubital pasan superficiales al<br />
retináculo flexor en el canal de Guyon. El flexor cubital <strong>del</strong><br />
carpo se inserta en el pisiforme, mientras que el flexor radial<br />
<strong>del</strong> carpo pasa a través de un espacio formado por la<br />
abertura <strong>del</strong> retináculo flexor, previo a su inserción radial.<br />
La superficie palmar cóncava <strong>del</strong> carpo y <strong>del</strong> retináculo<br />
flexor forman los límites anatómicos <strong>del</strong> túnel carpiano<br />
para el pase de los tendones flexores largos de los dedos y<br />
<strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
TENDONES DEL DORSO DE LA MANO O EXTENSORES<br />
Los tendones <strong>del</strong> extensor común de los dedos cursan<br />
a través de la articulación metacarpofalángica y contribuyen<br />
a la formación de la cápsula posterior de esta articulación.<br />
Los tendones extensores se sitúan en 6 compartimientos<br />
a nivel de la porción distal <strong>del</strong> cúbito y radio y apare-<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 97
cen limitados en la profundidad por los huesos, y por el<br />
retináculo extensor en su superficie dorsal. Los tendones<br />
<strong>del</strong> extensor común y <strong>del</strong> meñique se ensanchan en la región<br />
de las articulaciones metacarpianas para formar las<br />
expansiones extensoras, que sirven de punto de inserción<br />
a los músculos interóseos y lumbricales. Estos últimos son<br />
pequeños músculos intrínsecos de la mano. En su porción<br />
distal la expansión extensora de cada tendón se divide en 3<br />
componentes: 1 central y 2 bandas laterales que se insertan<br />
en la base de las falanges media y distal respectivamente.<br />
Los tendones interóseos y lumbricales se insertan<br />
en la expansión extensora dorsal.<br />
TENDONES Y MÚSCULOS DE LOS DEDOS<br />
La extensión digital comprende una acción simultánea<br />
de los músculos extensores intrínsecos y extrínsecos.<br />
Los extrínsecos se originan en el antebrazo y codo y se<br />
insertan en la mano y comprenden al extensor común de<br />
los dedos, al extensor <strong>del</strong> índice y al extensor <strong>del</strong> quinto<br />
dedo. Su función primordial es la extensión de la articulación<br />
metacarpofalángica, así como de las articulaciones<br />
interfalángicas proximal y distal. Los tendones <strong>del</strong> extensor<br />
<strong>del</strong> índice y <strong>del</strong> 5to. dedo se mueven independientemente,<br />
permitiendo una amplia movilidad de estos dedos.<br />
Los músculos intrínsecos son los interóseos y lumbricales<br />
que se originan e insertan en la mano. Su función es la<br />
extensión de las articulaciones interfalángicas proximal y<br />
distal y la flexión de la articulación MCF.<br />
Debemos recordar que los tendones extensores alcanzan<br />
la mano a través de canales osteofibrosos en el dorso<br />
de la muñeca. A nivel de la articulación MCF estos tendones<br />
extrínsecos aparecen estabilizados a la altura de la<br />
cabeza de los metacarpianos por bandas extensoras, las<br />
bandas sagitales son las más importantes. Por debajo de la<br />
articulación MCF los tendones extrínsecos e intrínsecos<br />
se mezclan con el aparato dorsal y se distribuyen por el<br />
dorso de los dedos. Al final, ambos tendones se reúnen<br />
para terminar en la falange distal por un tendón único.<br />
Por su parte los tendones flexores digitales atraviesan<br />
el túnel carpiano entrando en la palma de la mano y se<br />
dirigen a sus respectivos dedos. Cada dedo tiene 2 tendones<br />
flexores: el flexor superficial que se inserta en la porción<br />
media de la falange media y el flexor profundo que se<br />
inserta en la base volar de la falange distal. El tendón superficial<br />
se divide a nivel de la porción distal <strong>del</strong> metacarpo,<br />
rodea al tendón profundo y se reúne posteriormente por<br />
detrás de este último a la altura de la articulación<br />
interfalángica proximal, formando un anillo a traves <strong>del</strong><br />
cual el tendón profundo se hace superficial a la altura de<br />
la falange proximal.<br />
La porción fibrosa <strong>del</strong> canal cuenta con 5 poleas anulares<br />
que no son más que áreas de engrosamiento de las<br />
vainas tendinosas, bien definidas y de disposición transversal;<br />
también contribuyen 3 poleas accesorias. Su función<br />
es fijar las vainas tendinosas al esqueleto óseo, lo que<br />
permite la estabilización <strong>del</strong> tendón durante la flexión de<br />
los dedos.<br />
Vainas fibrosas y serosas de los tendones<br />
A los tendones flexores y extensores van anexas vainas<br />
osteofibrosas y serosas. Las primeras sirven de polea<br />
de reflexión a los tendones durante la extensión o la flexión,<br />
mientras que las vainas serosas facilitan el deslizamiento<br />
de los tendones en las vainas fibrosas.<br />
Las vainas osteofibrosas de los tendones flexores se<br />
dividen en carpianas y digitales. Las primeras, y más<br />
importantes, están situadas en el conducto carpiano que<br />
está constituido por el canal anterior <strong>del</strong> carpo, cerrado<br />
por <strong>del</strong>ante por el ligamento anular anterior, que se extiende<br />
desde el escafoides y trapecio al pisiforme y al<br />
ganchoso, y por donde pasa el nervio mediano. Por <strong>del</strong>ante<br />
de la porción interna <strong>del</strong> conducto carpiano se encuentra<br />
otro conducto osteofibroso, limitado por detrás<br />
por el ligamento anular anterior, por dentro por el<br />
pisiforme y por <strong>del</strong>ante por una expansión <strong>del</strong> tendón<br />
cubital anterior y por el donde pasa el paquete<br />
vasculonervioso cubital.<br />
En cuanto a las vainas serosas de los tendones flexores<br />
hay que diferenciar las vainas digitales, las carpianas y<br />
las digitocarpianas. Las vainas carpianas, en número de<br />
3, se distinguen en externa, interna y media, mientras<br />
que las vainas digitocarpianas se dividen en externas e<br />
internas.<br />
Los tendones extensores también cuentan con vainas<br />
osteofibrosas, que incluye al ligamento anular dorsal <strong>del</strong><br />
carpo, de cuya capa profunda se desprenden láminas verticales<br />
que transforman estos conductos en vainas<br />
osteofibrosas, en número de 6. En el interior de estas vainas<br />
osteofibrosas, los tendones están rodeados de una vaina<br />
serosa, también en número de 6.<br />
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />
DE LA MANO Y MUÑECA EN LOS PLANOS<br />
AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica y natomía<br />
ecográfica de la mano y muñeca, hemos considerado de<br />
interés el ofrecer una visión, en cortes anatomorradiológico,<br />
de los diferentes planos de estas estructuras, aunque no<br />
todas son identificables en la ecografía.<br />
98 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CORTES AXIALES<br />
El aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En cortes proximales se sitúan los tendones <strong>del</strong> flexor<br />
superficial y profundo de los dedos, en forma de estructuras<br />
tubulares con sus vainas sinoviales. También se puede ver al<br />
flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo por detrás <strong>del</strong> nervio mediano. En<br />
la porción distal él es flanqueado por el aductor <strong>del</strong> dedo gordo<br />
por dentro y los músculos de la región tenar por fuera.<br />
. Un corte a la altura de la articulación radiocubital distal,<br />
detecta el ligamento radiocubital palmar distal como<br />
una banda fina, por detrás de los tendones <strong>del</strong> flexor<br />
común profundo de los dedos.<br />
. El complejo fibrocartilaginoso triangular se sitúa en el<br />
lado cubital de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito. El tendón<br />
<strong>del</strong> palmar largo es superficial al nervio mediano.<br />
. El retináculo flexor expande el borde palmar <strong>del</strong> túnel<br />
carpiano, definiéndose mejor su inserción distal en el<br />
semilunar y trapecio.<br />
. En el dorso de la muñeca y dispuestos desde el lado<br />
cubital al radial se sitúan los tendones <strong>del</strong> extensor<br />
cubital <strong>del</strong> carpo, extensor <strong>del</strong> 5to. dedo, extensor común<br />
y <strong>del</strong> índice, y extensor radial largo <strong>del</strong> carpo. El<br />
ligamento colateral radial está estrechamente unido a<br />
la superficie radial <strong>del</strong> escafoides.<br />
. El tendón <strong>del</strong> palmar largo es superficial al nervio<br />
mediano y al retináculo flexor. Los tendones centrales<br />
<strong>del</strong> grupo flexor superficial, se localizan dentro <strong>del</strong><br />
túnel carpiano. Se pueden identificar los 4 tendones,<br />
separados <strong>del</strong> grupo flexor profundo.<br />
. En un corte distal al túnel carpiano se sitúa el origen<br />
de los músculos lumbricales por detrás de los tendones<br />
de los flexores mientras que el nervio mediano se<br />
puede ver en la cara radial superficial <strong>del</strong> túnel.<br />
. En un corte al nivel de la parte media de los<br />
metacarpianos se ven los tendones flexores por <strong>del</strong>ante<br />
de los músculos interóseos palmares mientras que<br />
los músculos interóseos dorsales se sitúan entre los<br />
metacarpianos<br />
CORTES SAGITALES<br />
Se consideran de gran valor para evaluar los patrones<br />
de inestabilidad, la migración proximal <strong>del</strong> hueso grande,<br />
valorar al fibrocartílago triangular y para el diagnóstico<br />
de fracturas y sus complicaciones, sobre todo con la IRM.<br />
Su aspecto varía con el nivel de corte.<br />
. En un CS por el plano radial se sitúan los tendones <strong>del</strong><br />
abductor largo <strong>del</strong> dedo gordo y el extensor corto <strong>del</strong><br />
mismo dedo.<br />
. En un CS que atraviesa al trapecio se encuentra el<br />
escafoides y más dorsalmente el trapezoides. También<br />
se puede ver el tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> primer<br />
dedo, dorsal a la articulación radioescafoidea y al ligamento<br />
radioescafoides-hueso grande, entre el radio<br />
y el escafoides.<br />
. El músculo pronador cuadrado se extiende por la superficie<br />
palmar de la metáfisis y porción distal de la<br />
diáfisis radial. El tendón <strong>del</strong> flexor radial <strong>del</strong> carpo, se<br />
localiza sobre la cara palmar <strong>del</strong> polo distal <strong>del</strong><br />
escafoides.<br />
. El tendón flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo se visualiza en la<br />
cara cubital <strong>del</strong> escafoides. El hueso grande, el<br />
semilunar y el radio (en CS) están alineados con el eje<br />
<strong>del</strong> tercer metacarpiano (IRM).<br />
. La rama radial <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo o arcuato se<br />
extiende desde la cara palmar <strong>del</strong> hueso grande al<br />
escafoides. En un CS el ligamento <strong>del</strong>toideo puede aparentar<br />
que conecta con la superficie palmar distal <strong>del</strong><br />
semilunar. El ligamento radiosemilunar se localiza entre<br />
la superficie palmar <strong>del</strong> semilunar y la porción distal<br />
<strong>del</strong> radio mientras que el ligamento cubitosemilunar se<br />
sitúa radial al ligamento triangular.<br />
. Los tendones flexores, superficiales y profundos se<br />
sitúan en la cara palmar <strong>del</strong> semilunar y <strong>del</strong> hueso<br />
grande. El retináculo flexor aparece como una línea<br />
fina, por <strong>del</strong>ante de los flexores superficiales.<br />
. La rama cubital <strong>del</strong> ligamento arcuato se sitúa palmar<br />
a la cara radial <strong>del</strong> piramidal.<br />
. El complejo fibrocartilaginoso triangular se localiza<br />
entre el semilunar y el cúbito y tiene una superficie<br />
distal cóncava.<br />
. En un CS por el plano cubital se sitúa el flexor cubital<br />
<strong>del</strong> carpo con su inserción en el pisiforme. Se puede<br />
ver al nervio cubital, profundo al flexor cubital <strong>del</strong><br />
carpo. El grueso tendón <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo<br />
se ve en la porción distal y posterior <strong>del</strong> cúbito.<br />
CORTES CORONALES<br />
Son importantes para establecer las relaciones entre el<br />
cartílago y las estructuras ligamentarias de la muñeca.<br />
. En cortes por la cara palmar, a nivel <strong>del</strong> túnel, se ve al<br />
retináculo flexor como una banda transversal por <strong>del</strong>ante<br />
de los tendones flexores, que cursan por dentro<br />
<strong>del</strong> túnel carpiano entre el hueso ganchoso y el trapecio.<br />
En este plano se puede ver al nervio mediano.<br />
. Los tendones <strong>del</strong> abductor largo <strong>del</strong> dedo gordo y <strong>del</strong><br />
extensor corto de este dedo bordean la cara palmar<br />
radial de la muñeca.<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 99
. En un corte a nivel <strong>del</strong> fibrocartílago triangular éste se<br />
ve como una banda homogénea y curvilínea, en forma<br />
de lazo de corbata, extendido horizontalmente desde<br />
la base de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito hasta la superficie<br />
cubital de la porción distal <strong>del</strong> radio (IRM).<br />
. La articulación radiocubital distal y su compartimiento<br />
están separadas <strong>del</strong> compartimiento radiocarpiano<br />
por el ligamento triangular.<br />
. El tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo bordea el lado cubital<br />
de la muñeca en el mismo plano coronal en que se ve al<br />
ligamento triangular y a los ligamentos interóseos. El<br />
ligamento colateral radial se puede ver parcialmente<br />
entre el escafoides y la estiloides radial (IRM).<br />
. En el dorso de la mano se ven los tendones <strong>del</strong> extensor<br />
<strong>del</strong> 5to. dedo en el lado cubital <strong>del</strong> piramidal, así<br />
como el extensor radial <strong>del</strong> carpo.<br />
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />
DE LOS DEDOS EN LOS PLANOS AXIAL,<br />
CORONAL Y SAGITAL<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />
ecográfica de los dedos, hemos considerado de interés el<br />
ofrecer una visión, en cortes anátomo-radiológico, de los<br />
diferentes planos de estas estructuras, aunque no todas son<br />
identificables en la ecografía.<br />
CORTES AXIALES<br />
El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En cortes por las articulaciones metacarpofalángicas (MF)<br />
se sitúan los tendones flexores, superficiales y profundos,<br />
poco diferenciados entre sí. Los 4 músculos<br />
lumbricales, que se originan <strong>del</strong> flexor digital profundo,<br />
aparecen unidos a la cara radial de la expansión extensora<br />
de los tendones flexores. Los tendones interóseos se insertan<br />
en la cara anterolateral de las expansiones<br />
extensoras y en la base de las falanges proximales.<br />
El ligamento palmar se sitúa entre la articulación MF<br />
y los tendones flexores.<br />
El fibrocartílago palmar se extiende desde la base de la<br />
falange proximal a la cabeza <strong>del</strong> metacarpiano. El ligamento<br />
metacarpiano transverso conecta la cara palmar<br />
de la 2da. a la 5ta. articulación metacarpofalángica.<br />
Los ligamentos colaterales se sitúan laterales a las articulaciones<br />
MF.<br />
. En un corte a nivel de la articulación interfalángica el<br />
tendón flexor superficial después de abrirse a la altura<br />
de la porción media de la falange proximal, se reúne y<br />
pasa por detrás <strong>del</strong> tendón flexor profundo. Las articulaciones<br />
interfalángicas, proximales y distales, tienen<br />
ligamentos palmares y colaterales similares a los<br />
de la articulación MF.<br />
CORTES SAGITALES<br />
Estos cortes permiten diferenciar el flexor superficial<br />
y profundo en su porción proximal y medial de la primera<br />
falange, antes que el tendón superficial se divida. La banda<br />
central <strong>del</strong> tendón extensor se identifica a la altura de<br />
las articulaciones interfalángicas. La expansión extensora<br />
dorsal es paralela y se mezcla con la cortical de la falange<br />
proximal (IRM).<br />
CORTES CORONALES<br />
Los ligamentos colaterales se ven a lo largo de los<br />
bordes de la articulación MF e interfalángicas. La banda<br />
lateral <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor y los tendones interóseos<br />
son paralelos a las diáfisis proximales de las falanges.<br />
ASPECTOS TÉCNICOS<br />
El estudio ecográfico de las estructuras<br />
musculotendinosas y ligamentos de la mano y muñeca requiere<br />
de transductores de muy alta resolución (7,5-<br />
14MHz), con empleo de un medio de acoplamiento y siempre<br />
con maniobras dinámicas. Se debe estudiar por la cara<br />
palmar y dorsal. Para el examen de la cara palmar, la mano<br />
se sitúa con su cara dorsal sobre un soporte.<br />
En la cara palmar se deben identificar los tendones<br />
superficiales y profundos de la mano y de los dedos, preferentemente<br />
en cortes longitudinales. En la región tenar<br />
se ve fácilmente al tendón flexor largo <strong>del</strong> pulgar que es<br />
muy ecogénico cuando se compara con los músculos<br />
hipoecoicos vecinos. Su tendón se sitúa entre los músculos<br />
de la región tenar por <strong>del</strong>ante y el músculo aductor <strong>del</strong><br />
pulgar por detrás. Los músculos de la región hipotenar y<br />
el músculo aductor <strong>del</strong> pulgar se sitúan por <strong>del</strong>ante de los<br />
músculos lumbricales e interóseos.<br />
A nivel metacarpiano y en un corte transversal de los<br />
tendones flexores superficiales y profundos de la mano y<br />
de los dedos, ellos aparecen redondeados e hiperecoicos,<br />
en íntima relación con los músculos lumbricales<br />
hipoecoicos. Los músculos interóseos, hipoecoicos, son aún<br />
más posteriores, situados por <strong>del</strong>ante de los metacarpianos.<br />
A nivel de las falanges los tendones <strong>del</strong> flexor digital superficial<br />
se entreabren para permitir el paso de los tendones<br />
<strong>del</strong> flexor digital profundo.<br />
En la región dorsal de la mano y de los dedos se ven<br />
los tendones extensores, con su estructura fibrilar e<br />
100 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
hiperecoica. A nivel de la parte posterior de las falanges,<br />
la expansión extensora hiperecoica, cubre toda la anchura<br />
de la falange. Las articulaciones metacarpofalángicas e<br />
interfalángicas, están reforzadas lateralmente por los ligamentos<br />
colaterales, hiperecoicos.<br />
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />
La compleja anatomía de la mano y de la muñeca,<br />
obliga a un examen cuidadoso de la misma y entraña el<br />
estudio de los músculos, tendones con sus vainas, nervios<br />
y vasos sanguíneos.<br />
MÚSCULOS (VER CAPÍTULO 1)<br />
Los músculos de la mano, como ya hemos señalado,<br />
pueden dividirse en 2 grandes grupos: intrínsecos como<br />
son los de la región tenar, interóseos, lumbricales y el grupo<br />
hipotenar, todos los cuales se originan y terminan en la<br />
mano; y el grupo extrínseco que procede <strong>del</strong> antebrazo y<br />
que ejerce su función en la mano a través de sus tendones.<br />
Estos últimos se dividen a su vez en músculos extensores<br />
que se extienden por el dorso <strong>del</strong> antebrazo y extienden la<br />
muñeca y los dedos, y los músculos flexores que caminan<br />
por la cara ventral y tienen función flexora.<br />
Los músculos intrínsecos aparecen en la ecografía<br />
hipoecoicos en relación con los tendones vecinos. Los<br />
músculos de esta región se agrupan en compartimientos y<br />
se distinguen en los de la cara dorsal y palmar.<br />
TENDONES Y COMPARTIMIENTOS<br />
DE LA CARA DORSAL<br />
En la cara dorsal de la región, como ya estudiamos, se<br />
distinguen 6 compartimientos sinoviales, todos situados por<br />
detrás <strong>del</strong> retináculo extensor o ligamento anular dorsal. El<br />
1er. compartimiento, en el lado radial, contiene al tendón<br />
<strong>del</strong> abductor o separador largo <strong>del</strong> primer dedo y al tendón<br />
<strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> mismo dedo. A veces hay un segundo<br />
tendón <strong>del</strong> abductor largo que se sitúa en un compartimiento<br />
adicional y que puede ser el causante de la recidiva de<br />
una enfermedad de De Quervain. Este primer compartimiento<br />
se corresponde con la tabaquera anatómica.<br />
En el 2do. compartimiento están los tendones <strong>del</strong> extensor<br />
radial largo y radial corto <strong>del</strong> carpo.<br />
El 3er. compartimiento contiene al extensor largo <strong>del</strong><br />
primer dedo, mientras que el 4to. compartimiento es el<br />
mayor y contiene los 4 tendones de los extensores y al<br />
tendón <strong>del</strong> extensor <strong>del</strong> dedo índice.<br />
El 5to. compartimiento contiene al tendón <strong>del</strong> extensor<br />
<strong>del</strong> 5to. dedo, mientras que el 6to. compartimiento,<br />
vecino a la cabeza cubital, contiene el tendón <strong>del</strong> extensor<br />
cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
TENDONES DE LA CARA PALMAR. TÚNEL CARPIANO<br />
Y CUBITAL<br />
Por su parte en la cara palmar, existe el ya mencionado<br />
túnel carpiano que es un canal osteofibroso localizado en la<br />
cara palmar de la muñeca y a través <strong>del</strong> cual pasan numerosos<br />
tendones y el nervio mediano. El piso de este canal está<br />
formado por los huesos <strong>del</strong> carpo y su techo es el retináculo<br />
flexor que se continúa con la fascia palmar. Este retináculo se<br />
extiende desde el tubérculo escafoideo y el trapecio por fuera,<br />
hasta el pisiforme y ganchoso por dentro. En una posición<br />
superficial y externa <strong>del</strong> túnel cursa el nervio mediano y por<br />
fuera de este nervio pasa el tendón largo <strong>del</strong> flexor <strong>del</strong> primer<br />
dedo con su bursa radial. Por su parte los 8 tendones flexores<br />
digitales superficiales y profundos están rodeados por la bursa<br />
cubital. El nervio mediano tiene una estructura fibrilar, menos<br />
ecogénica que los tendones flexores vecinos.<br />
En la cara cubitopalmar de la muñeca se sitúa el canal<br />
de Guyon o túnel cubital. Es un túnel osteofibroso que<br />
deja pasar al eje neurovascular cubital de la mano. Este<br />
canal está limitado en su techo por el ligamento palmar <strong>del</strong><br />
carpo, por abajo por el retináculo flexor y su borde medial<br />
está formado por el pisiforme y el ganchoso. Distal al túnel<br />
carpiano, los tendones de los flexores superficial y profundo<br />
<strong>del</strong> 2do., 3ro., 4to. y 5to. dedos se dirigen de manera<br />
divergente y cruzan en la palma de la mano por detrás<br />
de la fascia palmar. A nivel de las articulaciones MF, cada<br />
tendón cubierto por su vaina, entra en una vaina fibrosa<br />
digital compuesta de múltiples ligamentos anulares o poleas<br />
lo que junto al hueso forman un canal osteofibroso<br />
digital que evita su estrangulamiento durante la flexión.<br />
En la cara medial de la articulación, se puede identificar<br />
al complejo fibrocartilaginoso triangular que puede<br />
evaluarse con un corte coronal utilizando como ventana al<br />
tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
El aspecto en la ecografía de los tendones es similar a<br />
los <strong>del</strong> resto de la economía, o sea, muy ecogénicos y con<br />
una ecotextura fibrilar. Las vainas aparecen como estructuras<br />
finas hipoecoicas que tapizan los tendones.<br />
PAQUETE VASCULONERVIOSO DE LA MUÑECA<br />
En la muñeca las arterias radial y cubital aparecen<br />
como estructuras tubulares anecoicas que laten, mejor visibles<br />
con el Doppler.<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 101
El nervio mediano en la muñeca aparece como una<br />
estructura ecogénica, superficial, en forma de una cinta,<br />
de 3 a 5 mm. de grosor, anterior a los tendones flexores.<br />
En el túnel carpiano, el nervio aparece, en un CT como un<br />
área redondeada ecogénica. A veces se puede confundir<br />
con los tendones flexores pero el nervio no se desplaza con<br />
los movimientos de la mano y es menos ecogénico.<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
DE LA MANO Y DE LA MUÑECA<br />
ALTERACIÓN DE LOS TENDONES<br />
Tendinitis. Tenosinovitis aguda<br />
La tendinitis <strong>del</strong> flexor radial <strong>del</strong> carpo es una entidad<br />
poco conocida, aunque no rara. En estos pacientes se puede<br />
ver un engrosamiento <strong>del</strong> tendón a nivel de su inserción<br />
distal y en la vecindad <strong>del</strong> tubérculo escafoideo el cual<br />
aparece hipoecoico no homogéneo, con calcificaciones en<br />
la forma crónica.<br />
Otros tendones que pueden afectarse son los extensores<br />
radiales largo y corto <strong>del</strong> carpo, el extensor largo <strong>del</strong> primer<br />
dedo y el tendón <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
Debido a que los tendones flexores de la mano y la<br />
muñeca tienen una vaina sinovial extensa, la tenosinovitis<br />
es frecuente y se evalúa mejor en cortes transversales. En<br />
la forma aguda el tendón aparece engrosado, rodeado de<br />
líquido y con la membrana sinovial muy fina.<br />
Tenosinovitis crónica<br />
Los tendones afectados por una tenosinovitis crónica<br />
exudativa o hipertrófica se engruesan y se ven como cintas<br />
hiperecoicas rodeados de líquido. En los casos crónicos,<br />
infectados y en la AR, se pueden ver ecos internos<br />
dentro <strong>del</strong> líquido. Los tendones flexores y extensores de<br />
la muñeca son los más afectados. En los casos avanzados<br />
hay además alteraciones intrínsecas <strong>del</strong> tendón con<br />
un aspecto no homogéneo de bordes irregulares, a veces<br />
con ruptura patológica. En el DC puede haber aumento<br />
<strong>del</strong> flujo.<br />
Tenosinovitis estenosante<br />
En estos casos el tendón está atrapado por un canal<br />
osteofibroso o por un ligamento, lo que provoca una estenosis<br />
en el lado comprimido con inflamación de la porción vecina.<br />
Los tendones más afectados en la muñeca son: el abductor<br />
largo <strong>del</strong> primer dedo y el extensor corto de este dedo, en el<br />
primer compartimiento dorsal, que es lo que se conoce como<br />
enfermedad de De Quervain. A veces se confunde con una<br />
artritis de la articulación proximal <strong>del</strong> primer dedo. En un<br />
CT se ve un halo hipoecoico que rodea a estos tendones.<br />
El fenómeno <strong>del</strong> «dedo en gatillo» es frecuente en la<br />
tenosinovitis estenosante y por lo general interesa a los<br />
tendones flexores en la polea digital proximal de la mano<br />
donde existe una formación nodular en la superficie <strong>del</strong><br />
tendón, frecuente en los pacientes reumáticos.<br />
Lesiones traumáticas de los tendones<br />
Las lesiones traumáticas de los tendones pueden deberse<br />
a accidentes agudos, a fenómenos de sobreuso u ocurrir<br />
secundarios a una artritis inflamatoria. Para evaluar<br />
las lesiones traumáticas de los tendones de la mano se requiere<br />
la realización de cortes en planos paralelos y perpendiculares<br />
al eje de los mismos.<br />
La ruptura completa se ve como discontinuidad de estas<br />
estructuras, asociada a alteraciones en las partes blandas<br />
vecinas, por edema.<br />
Las rupturas parciales se aprecian como un engrosamiento<br />
<strong>del</strong> tendón, con alteración de la ecogenicidad.<br />
Las tenosinovitis ocurren con frecuencia en algunas<br />
actividades ocupacionales con traumas pequeños y repetidos<br />
o en el curso de una infección vecina.<br />
Lesiones traumáticas de los tendones<br />
extensores<br />
Estas lesiones son muy frecuentes debido a lo superficial<br />
y fino de estos tendones y se clasifican en 2 grupos.<br />
Lesiones abiertas de los tendones extensores<br />
Teniendo en cuenta su topografía lesional se han diferenciado<br />
distintas áreas anatómicas de lesión, lo que incluyen<br />
8 zonas. Debido a la localización y función <strong>del</strong><br />
aparato extensor sus lesiones producen alteraciones <strong>del</strong><br />
mismo y de las estructuras articulares. Sólo nos vamos a<br />
referir a las más frecuentes.<br />
La laceración <strong>del</strong> tendón terminal en la llamada zona<br />
1, en la articulación interfalángica distal, determina una<br />
deformidad en flexión de esta falange (deformidad en mazo<br />
abierto). La laceración <strong>del</strong> labio central en la zona 3 provoca<br />
una deformidad en ojal, secundaria a una flexión de<br />
la articulación interfalángica proximal y de hiperextensión<br />
de la articulación distal.<br />
102 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
La gran vascularización <strong>del</strong> aparato extensor favorece<br />
la formación de adherencias entre el tendón lesionado y<br />
los tejidos vecinos, lo que puede provocar grandes alteraciones<br />
funcionales y deformidades.<br />
La ruptura parcial provoca un área de discontinuidad<br />
con deshilachamiento e irregularidad en los bordes <strong>del</strong> tendón<br />
roto. Cuando la ruptura es aguda la zona de separación<br />
<strong>del</strong> tendón muestra un área de edema y hemorragia. Las<br />
áreas de adherencia aparecen en la ecografía como una zona<br />
maldefinida en los bordes de la superficie <strong>del</strong> tendón, asociada<br />
con alteración de la grasa vecina y distorsión de la<br />
anatomía normal <strong>del</strong> tendón. Cuando estas lesiones son debidas<br />
a la acción de objetos metálicos se puede ver la aparición<br />
de algunos artefactos visibles en la ecografía.<br />
Lesiones cerradas de los tendones extensores<br />
En este grupo se incluyen el llamado dedo en maza, la<br />
deformidad en ojal y la subluxación o luxación <strong>del</strong> mecanismo<br />
extensor de la articulación MCF.<br />
El dedo en maza es producto de una lesión <strong>del</strong> hueso o<br />
de la inserción ligamentosa <strong>del</strong> mecanismo extensor en la<br />
falange distal, lo que provoca una extensión incompleta<br />
de la articulación distal, hecho muy frecuente en los deportistas<br />
y que produce una flexión aguda de esta articulación<br />
y en la cual el paciente no puede extender la articulación.<br />
Si no se trata la lesión puede progresar a una deformidad<br />
en cuello de ganso, o sea, a una deformidad de la<br />
articulación IF distal, con una hiperextensión de la articulación<br />
proximal, la que es causada por una retracción <strong>del</strong><br />
mecanismo extensor.<br />
La deformidad en ojal es el resultado de un trauma de<br />
la banda central a nivel o cerca de su inserción en la base<br />
de la falange media.<br />
La IRM es el método ideal para el diagnóstico de una<br />
lesión de la banda central que puede mostrar ruptura completa<br />
de la porción central <strong>del</strong> tendón extensor con una<br />
interrupción completa de sus fibras. Además, puede proporcionar<br />
la información sobre el estado de la lámina volar<br />
y de los ligamentos de la articulación IFP. No obstante,<br />
la ecografía puede mostrar algunas de estas alteraciones.<br />
Lesiones traumáticas de los tendones flexores<br />
Se clasifican en 2 grupos: abiertas o cerradas.<br />
Lesiones abiertas de los tendones flexores<br />
Son más frecuentes las lesiones abiertas, asociadas con<br />
heridas de la piel, que las cerradas y casi siempre afectan<br />
la porción media <strong>del</strong> tendón y no su sitio de inserción normal.<br />
De la misma manera que se identifican diferentes zonas<br />
de lesión en los tendones extensores, se independizan 5<br />
zonas anatómicas de lesión de los tendones flexores, que<br />
tienen diferente pronóstico. Las lesiones traumáticas en<br />
las zonas proximales se asocian con frecuencia con lesiones<br />
de ambos tendones flexores y conducen a una pérdida<br />
de la actividad flexora en las articulaciones interfalángicas<br />
proximales y distales. Las avulsiones en la llamada zona<br />
II son las más frecuentes y de peor pronóstico. Esta zona<br />
se extiende desde la inserción distal <strong>del</strong> tendón flexor superficial<br />
hasta el pliegue distal palmar, con los tendones<br />
profundo y superficial en contacto directo.<br />
La ruptura de los tendones flexores puede ser parcial<br />
o completa.<br />
La ecografía puede identificar la interrupción <strong>del</strong> tendón<br />
y visualizar los extremos <strong>del</strong> mismo y permite diferenciar<br />
una ruptura parcial de una completa. Además, se<br />
puede ver: tenosinovitis, luxación <strong>del</strong> tendón lesionado y<br />
ruptura de las poleas.<br />
Lesiones cerradas de los tendones flexores<br />
Bajo este término se incluyen las avulsiones de los tendones<br />
flexores, superficiales y profundos de los dedos. La<br />
avulsión <strong>del</strong> tendón profundo es el tipo de ruptura cerrada<br />
más frecuente de este tendón provocado por una<br />
hiperextensión súbita durante una flexión activa, frecuente<br />
en los deportes. Se le conoce como dedo <strong>del</strong> suéter o yersey.<br />
El tendón profundo <strong>del</strong> dedo anular es el más frecuentemente<br />
lesionado y se ha dividido en 4 tipos, de acuerdo con el<br />
nivel de lesión, el grado de retracción y la presencia o ausencia<br />
de un fragmento óseo. La avulsión aislada <strong>del</strong> tendón<br />
flexor superficial es rara. ya que casi siempre se asocia a<br />
lesión <strong>del</strong> tendón profundo. En estos casos el tendón se rompe<br />
cuando el dedo es forzado en una extensión en contra de<br />
un músculo flexor contraído. La ecografía y aún mejor la<br />
IRM pueden demostrar al tendón retraído.<br />
Lesiones <strong>del</strong> sistema de las poleas<br />
Estas lesiones son cada día más frecuentes, sobre todo<br />
después de algunas actividades deportivas como el voleibol,<br />
karate-do, etc. que impone un estrés intenso en las estructuras<br />
de soporte de la mano y de los dedos.<br />
Hay que recordar que la porción fibrosa <strong>del</strong> canal lo<br />
constituyen 5 poleas anulares, dispuestas transversalmente<br />
y 3 poleas cruciformes. La 1ra. polea anular comienza en la<br />
cara palmar de la articulación MCF (A1). La 2da. (A2) va<br />
desde la cara volar de la falange proximal al tercio distal de<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 103
esta falange. La 3ra. polea (A3) es muy pequeña. La 4ta.<br />
polea (A4) se sitúa en la porción media de la falange media<br />
mientras que la 5ta. polea (A5) se sitúa en la articulación<br />
interfalángica distal. Las poleas A2 y A4 son las mayores y<br />
más gruesas. La principal función de las poleas anulares es<br />
fijar las vainas tendinosas al esqueleto óseo y estabilizar el<br />
tendón durante la flexión de los dedos.<br />
Una flexión intensa de los dedos con extensión de la<br />
articulación MCF, flexión de la articulación interfalángica<br />
proximal y extensión de la articulación distal puede provocar<br />
fuerzas muy intensas sobre las poleas A2 y A3 con<br />
su ruptura consecuente. Por lo general, la ruptura <strong>del</strong> sistema<br />
de las poleas se inicia en la porción distal de la polea<br />
A2, el componente más importante en la función flexora<br />
<strong>del</strong> tendón, y progresa de una ruptura parcial a una ruptura<br />
completa, lo que es seguido por toma de las poleas A3 y<br />
A4 y raramente de la polea A1. Es importante un diagnóstico<br />
preciso y precoz para seleccionar el tipo de tratamiento.<br />
La IRM permite un diagnóstico de la ruptura aislada<br />
<strong>del</strong> sistema de las poleas mostrando tanto signos directos<br />
como indirectos. Como signo indirecto se ha descrito la<br />
detección de un espacio entre el tendón flexor y el hueso<br />
en una vista sagital durante una flexión forzada (signo de<br />
la cuerda <strong>del</strong> ahorcado). El desplazamiento es máximo al<br />
nivel de las falanges proximal y media cuando las rupturas<br />
ocurren en las poleas A2 y A4 respectivamente.<br />
El espacio varía entre 2 y 5 mm, cuando hay lesión<br />
completa de una sola polea y puede llegar a medir entre 5 y<br />
8 mm cuando hay ruptura completa de varias poleas. Se<br />
duda que la ecografía tenga valor en este grupo de lesiones.<br />
Lesiones ligamentarias traumáticas<br />
Los traumas de la mano provocan con frecuencia lesiones<br />
capsulo-ligamentosas, cuyo diagnóstico precoz es<br />
muy importante. De todas ellas, una de las más importantes<br />
se refiere a las lesiones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso<br />
triangular.<br />
Lesiones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso<br />
triangular<br />
Este complejo está formado, como ya hemos señalado,<br />
por los ligamentos radiocubital, dorsal y palmar, ligamento<br />
colateral cubital, el menisco homólogo fibrocartilaginoso,<br />
el disco articular y la vaina <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
Se clasifica dentro <strong>del</strong> grupo de los ligamentos extrínsecos<br />
cubitocarpianos y estabiliza la articulación radiocubital distal<br />
y la articulación cubitocarpiana. Los ligamentos<br />
radiocubitales dorsal y palmar refuerzan la periferia <strong>del</strong> ligamento<br />
triangular.<br />
El fibrocartílago tiene una forma bicóncava y se articula<br />
con la porción distal <strong>del</strong> cúbito y el piramidal en la primera<br />
fila <strong>del</strong> carpo. Este ligamento triangular está bajo presión<br />
cuando todas sus inserciones suspensorias, alrededor de su<br />
periferia, están intactas. La porción central <strong>del</strong> fibrocartílago<br />
es la más fina y la más propensa a la ruptura.<br />
El ligamento triangular tiene el aspecto de un triángulo<br />
equilátero. El vértice <strong>del</strong> complejo converge en la apófisis<br />
estiloides <strong>del</strong> cúbito con la base <strong>del</strong> triángulo insertándose<br />
en el borde superior de la fosa sigmoidea <strong>del</strong> radio.<br />
El ligamento triangular se localiza inmediatamente por<br />
debajo <strong>del</strong> techo <strong>del</strong> cúbito, afinándose en su porción central.<br />
La porción periférica engrosada está compuesta de<br />
colágeno laminar y da origen a los ligamentos<br />
radiocubitales dorsal y palmar. El ligamento<br />
cubitocarpiano, se origina a partir de la superficie palmar<br />
distal <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />
El ligamento contribuye a estabilizar el lado medial de<br />
la articulación radio-carpiana, por lo que su ruptura se<br />
asocia a subluxación de la articulación radio-carpiana<br />
distal, durante la pronación.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> ligamento fibrocartilaginoso triangular<br />
requieren de un estudio especial. El ligamento triangular<br />
se puede ver en la ecografía, como una banda<br />
hiperecoica, situada entre la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito<br />
y <strong>del</strong> radio y los huesos <strong>del</strong> carpo. Puede ser estudiado en<br />
cortes transversales por la cara palmar o en corte<br />
longitudinal por la porción interna, utilizando en este último<br />
caso al tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo como ventana.<br />
Las fisuras o perforaciones, como ya hemos señalado,<br />
se ven como defectos hipoecoicos en el fibrocartílago.<br />
Las perforaciones centrales <strong>del</strong> ligamento son raras en<br />
los jóvenes, no así a partir de la 5ta. década en que las<br />
perforaciones son sintomáticas y ocurren en el 40 % de los<br />
pacientes estudiados. Las rupturas parciales son difíciles<br />
de ver y pueden ser aisladas o asociadas con subluxación<br />
de la articulación o <strong>del</strong> semilunar.<br />
En la ruptura <strong>del</strong> ligamento hay discontinuidad o fragmentación,<br />
más frecuentemente localizadas cerca de la<br />
inserción radial. Puede existir sinovitis asociada con una<br />
colección líquida o derrame en la articulación<br />
radiocarpiana, así como asociarse a condromalacia <strong>del</strong><br />
semilunar, <strong>del</strong> piramidal o <strong>del</strong> cúbito.<br />
En los individuos jóvenes la ruptura <strong>del</strong> ligamento triangular<br />
predomina en su inserción cubital. Las rupturas<br />
periféricas son casi siempre secundarias a avulsiones<br />
traumáticas mientras que las perforaciones centrales se<br />
asocian con degeneración <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />
104 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
OTRAS LESIONES TRAUMÁTICAS<br />
DE LOS LIGAMENTOS<br />
Las lesiones de los ligamentos colaterales de otras articulaciones<br />
MF son menos frecuentes e incapacitantes y<br />
por lo general interesan a la porción radial <strong>del</strong> 3ro., 4to. y<br />
5to. dedos. La competencia articular se mantiene por la<br />
acción de los músculos intrínsecos.<br />
Las lesiones ligamentosas de las articulaciones<br />
interfalángicas proximales son más frecuentes en el 2do.<br />
dedo, con ruptura en su cara palmar.<br />
Las lesiones traumáticas que interesan la cápsula y el<br />
ligamento de la articulación MF <strong>del</strong> 1er. dedo son frecuentes,<br />
sobre todo en los atletas profesionales que llegan a<br />
producir el llamado dedo <strong>del</strong> guardabosque.<br />
La lesión de Stener, es la ruptura <strong>del</strong> ligamento colateral<br />
cubital de la articulación MF <strong>del</strong> 1er. dedo y en cuyo<br />
caso la porción rota proximal <strong>del</strong> ligamento se coloca por<br />
encima de la aponeurosis <strong>del</strong> aductor <strong>del</strong> 1er. dedo en el<br />
lado cubital de esta articulación, lo que evita una curación<br />
espontánea. A veces el ligamento roto arranca un fragmento<br />
<strong>del</strong> hueso. Este tipo de lesión provoca una inestabilidad<br />
crónica y requiere de un tratamiento quirúrgico. La<br />
ruptura <strong>del</strong> ligamento colateral radial de esta articulación<br />
no es tan grave.<br />
Variación cubital<br />
La llamada variación cubital es muy importante en la<br />
afección <strong>del</strong> ligamento triangular y en el manejo de las<br />
fracturas distales <strong>del</strong> radio. Se refiere a las variaciones<br />
relativas de la longitud <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio y se manifiesta<br />
por la relación de las extremidades distales de estos<br />
2 huesos. Cuando el cúbito es corto se considera que la<br />
variación cubital es negativa, si el cúbito es largo se considera<br />
positiva. Estas medidas deben realizarse con el antebrazo<br />
y la muñeca en una pronación o supinación de<br />
cero grados, y se evalúan mejor en la IRM.<br />
Síndrome de impactación en el lado cubital<br />
de la muñeca<br />
Bajo este término se incluye un grupo de entidades<br />
que provocan dolor en el lado cubital de la muñeca y que<br />
comprenden al síndrome de impactación cubital, síndrome<br />
de choque cubital, síndrome de impactación<br />
cubitocarpiano secundario a una fractura no consolidada<br />
de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito, al síndrome de impactación<br />
de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito y al síndrome de choque<br />
entre el hueso grande y el semilunar.<br />
El síndrome de impactación cubital es la forma más<br />
frecuente <strong>del</strong> síndrome de impactación en el lado cubital,<br />
en que existe un proceso degenerativo en el lado cubital de<br />
la muñeca con una sobrecarga a través de la porción cubital<br />
<strong>del</strong> carpo, <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso cubital. En la<br />
radiografía de la muñeca puede visualizarse una variedad<br />
de predominancia cubital en el síndrome de impactación<br />
cubital, un cúbito corto en el síndrome de choque cubital,<br />
una falta de unión de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito en el<br />
síndrome de impactación secundario a una fractura no<br />
consolidada, una apófisis estiloides muy larga en el síndrome<br />
de impactación de la apófosis estiloides <strong>del</strong> cúbito<br />
y una variación <strong>del</strong> hueso semilunar en el síndrome de choque<br />
semilunar-hueso grande.<br />
Las alteraciones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso en<br />
esta entidad pueden visualizarse en la ecografía y sobre<br />
todo en la IRM<br />
Síndrome de choque cubitosemilunar<br />
Este síndrome se ha tratado de individualizar <strong>del</strong> síndrome<br />
de choque cubital de la muñeca. Ocurre cuando existe<br />
una variedad cubital positiva excesiva. Hay una compresión<br />
dolorosa de la porción distal <strong>del</strong> cúbito con la superficie<br />
medial <strong>del</strong> semilunar. Pueden verse gruesos defectos <strong>del</strong><br />
cartílago <strong>del</strong> semilunar, así como ruptura <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />
En los casos extremos, como sucede en la AR, ocurre<br />
una subluxación dorsal <strong>del</strong> cúbito y se bloquea la supinación.<br />
Puede haber una ruptura por fricción de los tendones<br />
extensores <strong>del</strong> 4to. y 5to. compartimientos, causados por el<br />
cúbito prominente. Las alteraciones pueden demostrarse en<br />
la ecografía, pero sobre todo en la IRM.<br />
Inestabilidad (subluxación) de la articulación<br />
radiocubital distal<br />
El estudio debe realizarse en pronación y supinación<br />
completa para hacer el diagnóstico de subluxación de esta<br />
articulación y se deben valorar las condiciones de los ligamentos<br />
radiocubital dorsal y palmar. La ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />
radio-cubital palmar puede asociarse con inestabilidad<br />
dorsal de la articulación radio-cubital distal. La ruptura<br />
<strong>del</strong> complejo triangular o de la porción distal <strong>del</strong> radio<br />
puede producir inestabilidad de esta articulación con<br />
subluxación. La inestabilidad de esta articulación se estudia<br />
mejor con la IRM.<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 105
LESIONES ARTICULARES<br />
Enfermedad reumatoidea<br />
Como ya hemos señalado, algunos autores consideran<br />
a la ecografía como el dedo extendido <strong>del</strong> reumatólogo.<br />
Si bien la placa simple puede mostrar los signos avanzados<br />
de una AR no sucede lo mismo con las alteraciones<br />
de los tendones y articulaciones que ocurren más<br />
precozmente y que sí pueden detectarse con la ecografía.<br />
En la AR se interesan preferentemente las articulaciones<br />
<strong>del</strong> carpo, las MF y las IF proximales. La inflamación<br />
de las partes blandas de los dedos se debe a derrame articular,<br />
edema y tenosinovitis. Se pueden ver las deformidades<br />
óseas en botón de camisa y en cuello de ganso y en los<br />
casos avanzados hay luxación, subluxación, desviación<br />
cubital en las articulaciones MF y desviación radial de la<br />
articulación radiocarpiana. También puede verse el<br />
telescopamiento óseo, erosiones cubitales y disociación<br />
escafoidessemilunar.<br />
La lesión de las estructuras ligamentosas predomina<br />
en los ligamentos cúbito-semilunar y cubitopiramidal, complejo<br />
triangular y menisco homólogo, ligamento colateral<br />
cubital, y provoca ligera desviación <strong>del</strong> carpo.<br />
Los signos de inflamación articular aparecen en la<br />
ecografía con ensanchamiento <strong>del</strong> espacio articular de contenido<br />
hipoecoico o anecoico, mejor visto en la cara dorsal<br />
de las articulaciones. A veces se pueden ver erosiones óseas<br />
subcondrales. En la muñeca la presencia de un engrosamiento<br />
sinovial vecino a la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito es<br />
muy sugestivo de esta enfermedad y se ve como una masa<br />
hipoecoica que rodea a esta apófisis, muy frecuentemente<br />
bilateral.<br />
Los nódulos reumatoideos en las PB periarticulares<br />
de los dedos se ven como masa pequeñas, ovales o redondeadas,<br />
hipoecoicas y bien definidas.<br />
La tenosinovitis de los tendones flexores o extensores<br />
es un signo precoz de AR que favorece la ruptura tendinosa<br />
y que ocurre por lo general vecina a una prominencia ósea<br />
donde produce las deformidades típicas de esta afección.<br />
En la ecografía las vainas tendinosas, engrosadas y<br />
fusiformes se ven hipoecoicas o anecoicas, a veces ovales<br />
y no homogéneas. El tendón central aparece hiperecoico,<br />
a veces con áreas focales de engrosamiento o a<strong>del</strong>gazamiento<br />
o con una textura no homogénea.<br />
En la AR juvenil con participación de la muñeca, puede<br />
ocurrir acumulación de líquido a lo largo de las vainas<br />
tendinosas, erosiones subarticulares y quistes, bien visibles<br />
con la IRM. También pueden verse subluxaciones y<br />
áreas de destrucción ósea, precozmente visibles en la IRM.<br />
Osteoartritis<br />
La artritis degenerativa <strong>del</strong> carpo se caracteriza por<br />
estrechamientos articulares debido a la pérdida <strong>del</strong> cartílago<br />
articular, con esclerosis y formación de quistes. La<br />
«SLAC» de la muñeca se produce por una sobrecarga<br />
incongruente y degeneración de la articulación<br />
radioescafoidea relacionada con una mala alineación <strong>del</strong><br />
escafoides. La lesión de «SLAC» constituye la forma más<br />
avanzada de la artritis degenerativa de la muñeca y se<br />
asocia con colapso gradual y pérdida <strong>del</strong> soporte<br />
ligamentoso. El primer signo se presenta en el lado radial<br />
<strong>del</strong> escafoides asociado a un afinamiento en la punta<br />
de la apófisis estiloides y pérdida <strong>del</strong> cartílago. La<br />
ecografía y sobre todo la IRM pueden mostrar estrechamiento<br />
de la articulación radioescafoidea y entre el hueso<br />
grande y el semilunar, lo que hace desaparecer el espacio<br />
articular con cambios degenerativos subsiguientes.<br />
Otra forma de presentación frecuente de la artritis<br />
degenerativa de la muñeca es la toma de 3 articulaciones,<br />
lo que incluye el escafoides, trapecio y trapezoide. Más<br />
raramente puede existir una artritis degenerativa entre la<br />
porción distal <strong>del</strong> cúbito y el semilunar.<br />
Las lesiones articulares son más frecuentes en el 1er.<br />
dedo y en la ecografía puede encontrarse derrame articular,<br />
distensión capsular, quistes mucosos, destrucción <strong>del</strong><br />
cartílago y formación de osteofitos.<br />
Gota<br />
En la artritis gotosa el derrame articular se acompaña<br />
de engrosamiento de la membrana sinovial. En los tofos<br />
gotosos crónicos, los cristales pueden depositarse alrededor<br />
de las estructuras articulares, ligamentos, bursas y tendones<br />
que pueden llegar a calcificarse. Predominan en la<br />
porción extensora de la muñeca y se presentan como masas<br />
moderadamente ecogénicas.<br />
Amiloidosis<br />
El depósito de material amiloideo en la mano o muñeca<br />
ocurre típicamente en los pacientes con IRC que requieren<br />
de diálisis prolongadas. Por lo general es simétrico<br />
y puede llevar a producir un síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano.<br />
El depósito de amiloide puede ocurrir en las partes blandas,<br />
cápsula articular, tendón, hueso, membrana sinovial<br />
o cartílago articular. Se muestra como una infiltración<br />
ecogénica de las estructuras que se interesan.<br />
106 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
OTRAS ARTRITIS<br />
En la artritis soriásica se ve la destrucción <strong>del</strong> fibrocartílago<br />
triangular, estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular,<br />
erosiones óseas, lesiones ligamentosas (escafoidessemilunar)<br />
y esclerosis subcondral <strong>del</strong> carpo. Puede haber<br />
también sinovitis <strong>del</strong> tendón flexor radial <strong>del</strong> carpo y de la<br />
articulación radiocubital inferior, así como subluxación<br />
dorsal <strong>del</strong> cúbito.<br />
En la artritis de Lyme hay acumulación de líquido con<br />
alteración de la sinovial; las deformidades articulares y<br />
erosiones cartilaginosas son poco manifiestas.<br />
En la sarcoidosis las lesiones predominan en las falanges<br />
media y distal. Se pueden ver los granulomas superficiales,<br />
así como defectos quísticos y áreas de destrucción<br />
cortical, más evidentes en la IRM.<br />
En la hemofilia puede verse la hemorragia en las partes<br />
blandas, a veces con nivel líquido-líquido. En la forma<br />
subaguda o crónica la hemosiderina muestra ausencia de<br />
señales con cualquier técnica.<br />
En la enfermedad por depósito de cristales hay áreas<br />
de calcificación intraarticular, así como esclerosis carpiana<br />
subcondral, erosiones y quistes intraóseos de pirofosfato<br />
cálcico, mejor visibles en la IRM.<br />
La sinovitis pigmentada villonodular, también conocida<br />
como tumor de células gigantes de las vainas de los<br />
tendones, se trata de una masa inflamatoria extraarticular<br />
en las partes blandas, frecuente en las manos y dedos, que<br />
puede estudiarse con la ecografía.<br />
Ganglión<br />
Los gangliones son lesiones quísticas artrosinoviales,<br />
que predominan en la mano y muñeca, por lo general de<br />
contornos bien definidos, y cuya localización más frecuente<br />
en la mano son: la cara dorsal de la muñeca, íntimamente<br />
relacionado con la cápsula, cara anterior de la muñeca, próximo<br />
a la arteria radial y en la falange distal vecina a la uña.<br />
Es la causa más frecuente de una masa a este nivel y<br />
se encuentra ligada a las vainas tendinosas o articulaciones.<br />
Carece de membrana sinovial y raramente se puede<br />
ver su comunicación con la articulación vecina.<br />
En la ecografía aparecen como lesiones anecoicas, redondeadas<br />
u ovales, con bordes finos y regulares, a veces<br />
agrupadas en racimos. Cuando recidivan los bordes son<br />
más gruesos y borrosos con ecos internos, de aspecto viscoso.<br />
Cuando se demuestra un pequeño conducto de comunicación<br />
con el espacio articular el diagnóstico es definitivo,<br />
lo cual es difícil de demostrar en los casos de larga<br />
evolución.<br />
Masas tumorales benignas de las partes blandas.<br />
Entre los más frecuentes están:<br />
Fibromatosis palmar<br />
Es la retracción de la aponeurosis palmar por una<br />
fibromatosis, lo que provoca una deformidad en flexión de<br />
las articulaciones distales de la mano. A veces se asocia a<br />
fibromatosis en otras localizaciones. En la ecografía los<br />
nódulos fibromatosos aparecen como masas focales<br />
fusiformes e hipoecoicas que engruesan el TCS, de bordes<br />
bien definidos. En los casos avanzados se interesan los<br />
planos profundos con retracción <strong>del</strong> TCS.<br />
Tumor de células gigantes de las vainas<br />
Es una forma localizada de la sinovitis villonodular de<br />
las vainas y es la 2da. causa más frecuente de lesión nodular<br />
en la mano. Predomina en la cara palmar de los dedos, a<br />
partir de las vainas de los tendones flexores o articulaciones<br />
interfalángicas. En la ecografía son hipoecoicos y con<br />
contornos mal definidos.<br />
Tumor glómico<br />
Predomina en la punta de los dedos y en la ecografía<br />
aparece como una masa hipoecoica, redondeada u oval y<br />
bien definida.<br />
Quiste epidermoide<br />
Es de origen traumático y predomina en la punta de<br />
los dedos. En la ecografía aparecen como masas quísticas<br />
o hipoecoicas, redondeadas, de bordes nítidos, a veces con<br />
pequeños núcleos hiperecoicos internos por acumulación<br />
de queratina.<br />
Tumores de los nervios<br />
Son muy raros, aunque por lo general son hipoecoicos<br />
y su diagnóstico se basa en su relación con el curso de un<br />
tronco nervioso de la región.<br />
Lipomas<br />
Son frecuentes en el túnel carpiano, por lo general<br />
encapsulados o infiltrativos, predominando como masas<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 107
ovales de bordes bien definidos, paralelos a los músculos.<br />
Por lo general son hiperecoicos, con tabiques finos y<br />
ecogénicos en su interior.<br />
Hemangiomas<br />
Son los tumores benignos más frecuentes de las PB en<br />
las manos y en los dedos. Están compuestos de elementos<br />
vasculares asociados con proliferación angioblástica y fenómenos<br />
frecuentes de regresión. Por lo general contienen tejido<br />
graso y otros tejidos no vasculares, tomando un aspecto<br />
serpiginoso, en forma de lagos con tabiques fibroadiposo<br />
intratumoral, lo que produce un aspecto lobulado.<br />
En la ecografía pueden ser hipoecoicos o hiperecoicos,<br />
pobremente definidos y a veces con calcificaciones. El<br />
Doppler es poco útil.<br />
Hay que diferenciarlo de un ganglión quístico, de una lesión<br />
en el curso de una AR, de una artritis degenerativa o<br />
postraumática, sinovitis, fractura aguda, inestabilidad <strong>del</strong><br />
carpo y <strong>del</strong> síndrome <strong>del</strong> choque cubital. En su patogenia<br />
se han señalado alteraciones en la longitud <strong>del</strong> cúbito<br />
(cúbito corto) y alteraciones microvasculares<br />
postraumática. Es posible que la ecografía con la técnica<br />
de Doppler color aporte datos de interés en esta entidad.<br />
Tumores óseos<br />
La ecografía sirve para visualizar su extensión a las<br />
partes blandas vecinas, sobre todo auxiliado con el DC.<br />
Además, en aquellos tumores que destruyen la cortical, se<br />
puede ver la irregularidad de la misma y las alteraciones<br />
<strong>del</strong> periostio.<br />
Tumores malignos de las PB<br />
El más frecuente es el sarcoma sinovial de la mano y<br />
puede variar en su ecogenicidad. Los que no contienen<br />
grasa o calcificaciones son hipoecoicos. Los<br />
rabdomiosarcomas pueden presentarse como masas<br />
quísticas complejas con necrosis central.<br />
LESIONES ÓSEAS<br />
Fractura <strong>del</strong> escafoides<br />
Las fracturas incompletas y de estrés son fácilmente<br />
identificables en la ecografía, teniendo especial valor en<br />
las fracturas <strong>del</strong> escafoides.<br />
La fractura que con mayor frecuencia se detecta en los<br />
traumas de la mano es la fractura <strong>del</strong> escafoides que se ve<br />
como una discontinuidad de la línea cortical, hiperecoica<br />
<strong>del</strong> hueso.<br />
Necrosis ósea avascular<br />
Interesa con mayor frecuencia al escafoides y<br />
semilunar. La necrosis avascular <strong>del</strong> escafoides es una lesión<br />
postraumática secundaria a una fractura proximal o<br />
de la cintura <strong>del</strong> escafoides que compromete su suplencia<br />
vascular. En el 30 % de los casos hay esclerosis <strong>del</strong> polo<br />
proximal relacionado con osteopenia e hiperemia <strong>del</strong> hueso<br />
vecino no necrosado. Cuando ocurre en ausencia de<br />
una fractura se conoce como enfermedad de Preiser.<br />
La necrosis avascular <strong>del</strong> semilunar (enfermedad de<br />
Kienböck) se trata de una necrosis de este hueso, con<br />
predominio en el sexo masculino entre los 20 y 40 años.<br />
Neuropatías compresivas<br />
En ciertas localizaciones de la muñeca los nervios de<br />
la región cursan a través de espacios estrechos formados<br />
por estructuras rígidas que a veces contienen estructuras<br />
anormales asociadas. Esto es frecuente a nivel <strong>del</strong> túnel<br />
carpiano para el nervio mediano y en el canal de Guyón<br />
para el nervio cubital. Las causas más frecuentes son: una<br />
fibrosis <strong>del</strong> ligamento transversal <strong>del</strong> carpo y una<br />
tenosinovitis de los tendones flexores. Otras causas pueden<br />
ser tumores, gangliones quísticos, etc.<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano<br />
Aunque ya hemos estudiado este síndrome en otros capítulos,<br />
por su importancia, volvemos a insistir en el mismo.<br />
La ecografía es el mejor método para el diagnóstico de<br />
este síndrome en que no sólo se analiza la lesión <strong>del</strong> nervio<br />
sino se puede descubrir la causa de su compresión. Cuando<br />
el nervio se mantiene mucho tiempo comprimido disminuye<br />
en su diámetro.<br />
Se sabe que 1 de cada 10 personas en los EE.UU. desarrollan<br />
esta afección o sufren síntomas relacionados con<br />
ella durante su existencia. Es una de las causas más frecuentes<br />
de enfermedad ocupacional, a un costo de millones<br />
de dólares. Se ha asociado a 2 grupos de factores:<br />
. Ocupacionales. Mecanógrafos, músicos, carpinteros.<br />
. Condicionales. Embarazos, AR, IRC, diabetes, traumas,<br />
tumor, gangliones, tendinitis, tenosinovitis, etc.<br />
Se cree que ciertas actividades repetitivas originan un<br />
proceso inflamatorio que conduce al edema, elevando la<br />
108 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
presión en el túnel carpiano con compresión <strong>del</strong> nervio<br />
mediano. La compresión crónica lleva a la isquemia <strong>del</strong><br />
nervio y de ahí a la neuropatía secundaria.<br />
El diagnóstico se basa en el examen físico y en la EMG,<br />
en que se mide la latencia de conducción de la velocidad <strong>del</strong><br />
nervio que sirve para determinar la severidad de la enfermedad<br />
y constituye la piedra angular <strong>del</strong> diagnóstico. No obstante,<br />
si hay fibras nerviosas sanas, el resultado <strong>del</strong> EMG<br />
puede ser normal por lo que una conducción de velocidad<br />
normal, no excluye la presencia de compresión. Actualmente,<br />
y con transductores de alta resolución, se ha logrado<br />
visualizar la anatomía interna <strong>del</strong> nervio así como las afecciones<br />
de las estructuras vecinas que lo pueden afectar.<br />
El nervio mediano se origina en el plexo braquial e<br />
inerva, entre otras estructuras a los músculos distales de<br />
la mano. Atraviesa el túnel carpiano (TC), localizado en<br />
la cara palmar de la muñeca, distal al pliegue de la muñeca.<br />
El nervio mediano cursa superficialmente entre los tendones<br />
<strong>del</strong> palmar largo y el flexor radial <strong>del</strong> carpo.<br />
El nervio pasa por detrás <strong>del</strong> ligamento transversal <strong>del</strong><br />
carpo a través <strong>del</strong> túnel. En el túnel carpiano los tendones<br />
están rodeados por sus bursas que pueden comprimir al nervio.<br />
Lo mismo que sucede con los gangliones, traumas con<br />
fracturas, enfermedades inflamatorias, músculos anómalos<br />
y en las embarazadas. En la palma de la mano el nervio<br />
mediano se divide en ramas que inervan la mayoría de los<br />
músculos de la eminencia tenar y dan sensibilidad a la cara<br />
radial de la palma de la mano y a la mayoría de los dedos.<br />
El túnel carpiano aparece limitado anteriormente por<br />
el retináculo flexor, que es ecogénico, por detrás por el<br />
hueso grande y por los lados por el escafoides y por el<br />
pisiforme. El nervio mediano, elíptico e hipoecoico, se<br />
destaca entre los tendones flexores hiperecoicos. Los huesos<br />
<strong>del</strong> carpo son muy ecogénicos y las arterias se destacan<br />
fácilmente por sus pulsaciones.<br />
En cortes anatómicos, y después de la disección de<br />
la piel y de la fascia superficial, se ve que la estructura<br />
más anterior es el tendón <strong>del</strong> palmar largo, con el<br />
retináculo flexor por detrás, separados por una capa de<br />
fascia fina. El nervio mediano se ve inmediatamente por<br />
detrás <strong>del</strong> retináculo flexor cubierto por una fascia fina<br />
y la vaina <strong>del</strong> nervio. A medida que cruza el TC se afina<br />
distalmente y se ramifica para inervar los dedos. En<br />
su interior el nervio muestra una estructura de baja<br />
ecogenicidad, rodeado de una capa fina hiperecoica que<br />
representa la vaina <strong>del</strong> nervio. En CT su configuración<br />
varía: en la porción proximal <strong>del</strong> TC el nervio tiene la<br />
forma de una elipse aplanada y se acuña distal al túnel<br />
lo que lo diferencia de los tendones que mantienen su<br />
forma y tamaño en su trayecto.<br />
ALTERACIONES ECOGRÁFICAS<br />
EN EL SÍNDROME DEL TC<br />
En cuanto a las mediciones normales tenemos:<br />
. Área de sección <strong>del</strong> nervio mediano 8,3 mm 2 en el<br />
hombre y 9,3 mm 2 en la mujer.<br />
. Diámetro AP <strong>del</strong> túnel carpiano 10,9 mm en el hombre<br />
y 10,3 mm en la mujer.<br />
. Grosor <strong>del</strong> retináculo flexor 1.,1 mm en el hombre y<br />
1,0 mm en la mujer.<br />
En el 84 % de los casos el nervio mediano de la mano<br />
dominante tiene un área de sección mayor, pero no se modifica<br />
el diámetro AP <strong>del</strong> TC.<br />
En los pacientes con síndrome <strong>del</strong> TC el nervio muestra<br />
aumento de su diámetro, que se corresponde con la gravedad<br />
de la afección y que hace que el área de sección llegue a<br />
medir más de 15 mm 2 . Además, y en CL se pueden visualizar<br />
cambios bruscos de su contorno a lo largo de su trayecto.<br />
La alta resolución de los transductores modernos, permite<br />
visualizar los cambios anatómicos y las alteraciones<br />
<strong>del</strong> nervio mediano en el síndrome <strong>del</strong> TC. Es importante<br />
la evaluación anatómica <strong>del</strong> túnel en el manejo de este síndrome<br />
detectando alguna enfermedad acompañante.<br />
Se ha demostrado una muy buena correlación entre<br />
los hallazgos de la ecografía y la EMG en los pacientes<br />
con síndrome <strong>del</strong> TC. Así tenemos:<br />
Los pacientes con EMG normal muestran áreas de<br />
sección normal <strong>del</strong> nervio mediano.<br />
. Los pacientes con EMG anormal muestran aumento<br />
marcado <strong>del</strong> área de sección <strong>del</strong> nervio.<br />
. Los pacientes con resultados anormales ligeros o moderados,<br />
muestran aumento ligero o moderado <strong>del</strong> área<br />
de sección.<br />
. Los pacientes sintomáticos de síndrome <strong>del</strong> TC muestran<br />
agrandamiento marcado <strong>del</strong> nervio mediano y alteraciones<br />
severas <strong>del</strong> EMG.<br />
. Los pacientes asintomáticos muestran tamaño normal<br />
<strong>del</strong> nervio y EMG normal.<br />
La ecografía puede demostrar no sólo las alteraciones<br />
<strong>del</strong> nervio mediano y <strong>del</strong> ligamento capsular, sino también<br />
otras alteraciones asociadas como es el borramiento de los<br />
bordes <strong>del</strong> nervio por edema. Además, en los pacientes con<br />
alteraciones moderadas o severas en el EMG, se observa<br />
marcada dilatación proximal <strong>del</strong> ligamento carpiano con cambios<br />
bruscos <strong>del</strong> calibre a la entrada <strong>del</strong> nervio en el túnel.<br />
En conclusión, se sabe que la ecografía es una técnica<br />
sencilla que permite evaluar al nervio mediano y al contenido<br />
<strong>del</strong> túnel carpiano. Su anatomía puede definirse cla-<br />
Ecografía de la mano y la muñeca 109
amente y se pueden obtener mediciones. Además, hay<br />
una estrecha correlación entre las alteraciones de conducción<br />
<strong>del</strong> nervio mediano en el EMG y las mediciones<br />
de su área de sección con la ecografía. Por otro lado, se<br />
puede valorar el grado de afectación <strong>del</strong> nervio mediano,<br />
lo que permite una mejor planificación <strong>del</strong> tratamiento y<br />
su evolución posoperatoria.<br />
En los pacientes operados <strong>del</strong> túnel carpiano, se puede<br />
ver el retináculo seccionado, así como las cicatrices<br />
posoperatorias, con alteraciones en el área de sección cuando<br />
hay recidiva de los síntomas.<br />
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Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital o <strong>del</strong> canal de<br />
Guyón<br />
Es un síndrome provocado por la compresión <strong>del</strong> nervio<br />
cubital a su entrada en la parte interna de la muñeca.<br />
El nervio cubital pasa por encima <strong>del</strong> retináculo flexor y<br />
por debajo <strong>del</strong> ligamento palmar <strong>del</strong> carpo a través de este<br />
canal que en condiciones normales solo contiene la arteria,<br />
vena y nervio. La causa más frecuente es un ganglión, que<br />
aparece como una lesión quística y redondeada. Otras veces<br />
obedece a microtraumas, traumas deportivos o idiopática.<br />
En la ecografía hay engrosamiento <strong>del</strong> nervio cubital<br />
y se puede identificar el factor causante.<br />
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Ecografía de la mano y la muñeca 111
112 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ARTICULACIÓN DE LA CADERA. MUSLO<br />
ECOGRAFÍA DE LA CADERA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Las numerosas inserciones tendinosas, las diferentes<br />
bursas serosas y lo extenso de los grupos musculares,<br />
explican la diversidad de las enfermedades encontradas<br />
en esta región.<br />
El dolor crónico de la cadera con un rayos X normal,<br />
con una historia y un examen físico inespecíficos constituyen<br />
un problema diagnóstico. El trauma, la infección, artritis,<br />
necrosis avascular, el tumor y la displasia de la cabeza<br />
femoral pueden presentarse con pocas manifestaciones<br />
radiográficas.<br />
En estos casos la ecografía puede ayudar en el diagnóstico,<br />
y se puede identificar la presencia de un derrame<br />
articular, una bursitis, etc.<br />
El derrame articular se ve mejor por vía anterior, a lo<br />
largo <strong>del</strong> cuello femoral. Por su parte la bursitis casi siempre<br />
interesa la bursa trocantérica o a la <strong>del</strong> psoas-ilíaco. En estos<br />
casos hay distensión por líquido de la bursa que aparece<br />
hipoecoica o anecoica y que puede ser dolorosa a la presión<br />
con el transductor. Estas bursas, sobre todo la <strong>del</strong> psoas-ilíaco<br />
pueden disecarse y contener material de desecho.<br />
También se ha utilizado la ecografía en el diagnóstico<br />
de la fractura subcapital no desplazada <strong>del</strong> fémur. Para<br />
ello se debe abordar la articulación tratando de identificar,<br />
en el mismo plano, la cápsula articular y el cuello femoral.<br />
En estos casos se debe buscar la presencia de un derrame<br />
o hemartrosis, con una separación mayor de 2 mm entre la<br />
cápsula y el cuello femoral, siempre comparándola con el<br />
lado sano.<br />
Otra utilización de la ecografía en la cadera se refiere<br />
a su valor en el diagnóstico de los pacientes con artroplastia<br />
total. En estos casos la ecografía es capaz de detectar alteraciones<br />
de la sinovial con signos de aflojamiento <strong>del</strong> componente<br />
acetabular de la artroplastia.<br />
Ahora bien, donde la ecografía ha jugado un papel<br />
preponderante ha sido en el diagnóstico de la afección dolorosa<br />
de la cadera en el niño, sobre todo en las displasias,<br />
malformaciones congénitas y en la enfermedad de Perthes.<br />
Una de las primeras aplicaciones de la ecografía en el<br />
SOMA, fue la evaluación de la cadera en el niño, ya que<br />
permitía estudiar los cartílagos que constituyen la mayor parte<br />
de la cabeza y <strong>del</strong> cuello femoral en los primeros 6 meses<br />
de vida y que no son visibles a los rayos X. Con posterioridad,<br />
se extendió su uso en niños mayores, con dolor o claudicación<br />
en la cadera y con exámenes de rayos X normales,<br />
para descartar una enfermedad articular. Con ello se logró el<br />
estudio de diferentes entidades congénitas, inflamatorias o<br />
traumáticas, sobre todo para su diagnóstico precoz.<br />
INDICACIONES<br />
Entre las causas de una cadera dolorosa, posible de<br />
estudiarse con la ecografía se citan:<br />
. Sinovitis transitoria.<br />
. Sinovitis traumática.<br />
. Artritis inflamatoria.<br />
.Artritis séptica.<br />
. Osteomielitis.<br />
. Enfermedad de Perthes.<br />
. Epifisiólisis femoral.<br />
. Traumas no accidentales.<br />
. Neoplasias (osteoma osteoide).<br />
En particular, en el niño pequeño, se ha utilizado en<br />
las siguientes entidades:<br />
. Displasia de desarrollo de la cadera.<br />
. Déficit femoral focal proximal.<br />
. Coxa vara congénita.<br />
. Miopatías congénitas.<br />
. Enfermedad de Perthes<br />
. Artritis séptica.<br />
. Osteomielitis.<br />
Articulación de la cadera. Muslo 113
ANATOMÍA NORMAL<br />
La cadera es una articulación en caja de bola con una<br />
amplia movilidad en todas direcciones. La cavidad<br />
acetabular, esférica, cubre gran parte de la cabeza femoral,<br />
salvo en su porción medial e inferior que se conoce como<br />
muesca acetabular y donde esta cavidad es deficiente. El<br />
ligamento acetabular transverso atraviesa esta porción<br />
deficiente <strong>del</strong> acetábulo.<br />
El acetábulo cubre el 40 % de la cabeza femoral y se<br />
ensancha por la presencia <strong>del</strong> lábrum fibrocartilaginoso<br />
para aumentar su profundidad. La cavidad acetabular contiene<br />
al ligamento tere y al paquete graso o pulvinar. El<br />
hueso de la cadera incluye al ilíaco, ísquion y pubis. Las<br />
relaciones <strong>del</strong> acetábulo y el fémur con la cúpula acetabular<br />
orientada anterolateral a la pelvis, y el cuello femoral dirigido<br />
posteriormente, contribuyen a la estabilidad de esta<br />
articulación. El cartílago (semilunar) en forma de herradura<br />
tapiza al acetábulo, salvo en su porción central o<br />
fosa acetabular, llena de tejido graso y tapizada por la<br />
sinovial. Toda la cabeza femoral está cubierta por el cartílago<br />
articular, salvo en su porción central o fóvea, de la<br />
cual se origina el ligamento redondo que cursa hacia abajo,<br />
dentro de la articulación para insertarse en el ligamento<br />
transverso. El cartílago articular de la cabeza femoral<br />
mide 3 mm en su porción mas gruesa (postero superior) y<br />
se a<strong>del</strong>gaza (0,5 mm) a lo largo de las porciones periférica<br />
e inferior.<br />
El lábrum glenoideo <strong>del</strong> acetábulo es triangular en los<br />
cortes y es más grueso por detrás y por arriba. Es menos<br />
organizado que el menisco de la rodilla y está unido directamente<br />
al anillo óseo <strong>del</strong> acetábulo, mezclándose con el<br />
ligamento transverso en los bordes de la muesca acetabular.<br />
En condiciones normales existe una hendidura en el sitio<br />
donde se unen el lábrum y el ligamento transverso, que no<br />
debe confundirse con una ruptura <strong>del</strong> lábrum.<br />
La cápsula articular se inserta en el anillo acetabular<br />
de la siguiente manera: por <strong>del</strong>ante y por detrás la cápsula<br />
se inserta directamente en la base <strong>del</strong> lábrum, por<br />
lo que se crea un pequeño receso entre el lábrum y la<br />
cápsula, mayor por arriba, ya que la cápsula se inserta<br />
varios milímetros por encima <strong>del</strong> lábrum. La cápsula<br />
tiene varios engrosamientos que refuerzan la articulación,<br />
lo que incluye los ligamentos pubofemoral,<br />
iliofemoral e isquiofemoral, compuestos de fibras superficiales<br />
orientadas longitudinalmente. Existe una<br />
capa de fibras profundas orientadas de manera circular<br />
que rodean la cápsula en la base <strong>del</strong> cuello femoral,<br />
que proceden de la profundidad <strong>del</strong> ligamento<br />
isquiopubiano y que se conoce como zona orbicular. El<br />
tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco está íntimamente relacionado con<br />
la cara anterior de la cadera y en el 10 al 15 % de los<br />
casos existe una comunicación directa entre la cápsula<br />
y la bursa <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco.<br />
Como ya hemos señalado la cápsula fibrosa de la articulación<br />
está reforzada por los ligamentos íliofemoral,<br />
pubofemoral e ísquiofemoral. El ligamento íliofemoral o<br />
de Bigelow es el más grueso y fuerte de los ligamentos<br />
capsulares y tiene la forma de una Y invertida anteriormente.<br />
La línea intertrocantérica, es el sitio de inserción<br />
<strong>del</strong> ligamento iliofemoral, lo que hace que el 95 % <strong>del</strong><br />
cuello femoral sea intracapsular. La cápsula, inelástica,<br />
limita la extensión completa de esta articulación.<br />
En el trocánter se han identificado 4 facetas: una anterior<br />
(oval) en su cara anterolateral, una lateral (en forma<br />
de un triángulo invertido), una faceta posterosuperior (con<br />
una orientación oblicua) y una faceta posterior (de forma<br />
curveada).<br />
Los músculos abductores, el glúteo medio y el glúteo<br />
menor, se insertan en el trocánter mayor; mientras que el<br />
tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco (flexor de la cadera) pasa por <strong>del</strong>ante<br />
de la articulación para terminar en el trocánter menor.<br />
El triángulo de Ward se sitúa en la región inferomedial<br />
<strong>del</strong> cuello femoral, donde existe un tejido trabecular con<br />
densidad ósea disminuida, de gran valor en el diagnóstico<br />
de la osteoporosis.<br />
En el adulto el ángulo <strong>del</strong> cuello femoral es de unos<br />
125 grados y el grado de anteroversión femoral es de unos<br />
14 grados; ambos disminuyen durante la maduración<br />
esquelética.<br />
BURSAS DE LA CADERA<br />
Se han descrito cerca de 20 bursas vecinas a la articulación<br />
de la cadera y 3 de ellas próximas al trocánter:<br />
la trocantérica, vecina a la faceta posterior <strong>del</strong> trocánter,<br />
la bursa <strong>del</strong> glúteo medio vecina a la faceta lateral y la<br />
<strong>del</strong> menor vecina a la faceta anterior. Algunos han descrito<br />
una bursa subglutea máxima, distal a la bursa<br />
trocantérica.<br />
VASCULARIZACIÓN<br />
La vascularización de la cabeza femoral y porción<br />
proximal <strong>del</strong> fémur se hace a través de las arterias<br />
circunflejas medial y lateral, donde forman anillos<br />
anastomóticos. Por su parte la arteria obturatriz le ofrece<br />
vascularización a la cabeza a través <strong>del</strong> ligamento teres.<br />
114 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DE LA CADERA<br />
EN LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />
Antes de empezar el estudio de las alteraciones patológicas<br />
de la cadera, hemos considerado de interés el ofrecer<br />
una visión, en cortes anátomo-radiológicos, de los diferentes<br />
planos de la cadera, aunque no todas las estructuras<br />
sean identificables en la ecografía.<br />
Cortes axiales<br />
Se usan para demostrar las relaciones de la cabeza<br />
femoral y el acetábulo con las estructuras musculares de<br />
soporte y su aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En un corte a nivel <strong>del</strong> techo acetabular se muestra el<br />
plano muscular de los glúteos, separados por la grasa<br />
que acompaña a sus fascias. El glúteo medio es lateral,<br />
el menor es profundo y el mayor es posterior. El<br />
músculo tensor de la fascia lata, es muy superficial y<br />
se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> glúteo medio. El músculo psoas<br />
ilíaco se sitúa por <strong>del</strong>ante de la cabeza femoral, a la<br />
hora 12. El músculo sartorio es el más anterior, mientras<br />
que el recto anterior ocupa el espacio entre el tendón<br />
de la fascia lata por fuera y el psoas ilíaco por<br />
dentro. El músculo obturador interno se sitúa por dentro<br />
de las columnas anterior y posterior <strong>del</strong> acetábulo.<br />
. El nervio ciático se sitúa por detrás de la columna<br />
posterior <strong>del</strong> acetábulo. Los vasos ilíacos externos<br />
cursan por dentro <strong>del</strong> psoas y por <strong>del</strong>ante de la columna<br />
anterior <strong>del</strong> acetábulo. El tendón <strong>del</strong> recto anterior,<br />
se inserta en la espina ilíaca anterosuperior.<br />
. En un corte a nivel de la cabeza femoral se visualizan<br />
los vasos femorales. También se ve el cartílago articular<br />
de la cabeza femoral, así como las porciones<br />
anterior y posterior <strong>del</strong> lábrum, de forma triangular,<br />
con su vértice orientado lateralmente.<br />
. En un corte a la altura <strong>del</strong> trocánter mayor y cuello<br />
femoral se ve el obturador interno por dentro <strong>del</strong> pubis<br />
e isquion, así como a las inserciones tendinosas<br />
<strong>del</strong> glúteo medio y glúteo menor en las facetas <strong>del</strong><br />
trocanter. La bursa trocantérica se puede ver como<br />
una línea hipoecogénica, rodeada por grasa, paralela<br />
a la faceta posterior <strong>del</strong> trocanter y se localiza por<br />
detrás <strong>del</strong> glúteo mayor y el tracto iliotibial. El ligamento<br />
iliofemoral, se une con la cortical anterior <strong>del</strong><br />
cuello femoral. El tracto iliotibial se visualiza hacia la<br />
periferia como una banda fina, rodeada por grasa en<br />
sus porciones medial y lateral. A este nivel el nervio<br />
ciático, por fuera de la tuberosidad isquiática, aparece<br />
rodeado por grasa entre el músculo cuadrado<br />
femoral por <strong>del</strong>ante y el glúteo mayor por detrás. Los<br />
vasos obturadores se sitúan por detrás y por fuera <strong>del</strong><br />
pubis, entre el pectíneo y el obturador interno.<br />
. En un corte realizado a nivel de la porción proximal<br />
<strong>del</strong> fémur permite ver a los músculos aductores<br />
(anteromediales), al obturador externo y al cuadrado<br />
femoral (por dentro), la inserción isquiática de la porción<br />
larga <strong>del</strong> bíceps femoral y el tendón <strong>del</strong><br />
semitendinoso(por detrás). El ligamento isquiofemoral<br />
se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo cuadrado femoral,<br />
por dentro <strong>del</strong> isquion, en relación con la cara posterior<br />
de la cápsula.<br />
Cortes coronales<br />
Se utilizan para la evaluación <strong>del</strong> lábrum y espacio<br />
articular.<br />
El lábrum se ve como un triángulo situado entre la<br />
porción superoexterna de la cabeza y la porción<br />
inferoexterna <strong>del</strong> acetábulo. La cápsula se ve rodeando al<br />
cuello femoral. Puede verse un defecto <strong>del</strong> cartílago articular<br />
por dentro, en el sitio de inserción <strong>del</strong> ligamento teres.<br />
La porción refleja de la cabeza <strong>del</strong> recto femoral se ve por<br />
fuera de la porción proximal <strong>del</strong> ligamento iliofemoral.<br />
Por <strong>del</strong>ante, y a la hora 7, se ve al tendón y músculo psoas<br />
ilíaco en relación con la cabeza femoral. El ligamento<br />
iliofemoral se sitúa por fuera <strong>del</strong> cuello femoral, cerca <strong>del</strong><br />
trocánter mayor. La parte superior <strong>del</strong> lábrum se localiza<br />
en la porción profunda <strong>del</strong> ligamento iliofemoral, a lo largo<br />
<strong>del</strong> borde inferoexterno <strong>del</strong> acetábulo. El paquete graso<br />
intraarticular se sitúa entre la porción medial de la cabeza<br />
y el acetábulo. El músculo obturador externo cruza al cuello<br />
femoral en cortes coronales posteriores.<br />
Cortes sagitales<br />
Son muy útiles para el estudio de los músculos de la<br />
región, así como para evaluar los componentes óseos de la<br />
articulación y para el diagnóstico precoz de la osteonecrosis<br />
(IRM).<br />
. En cortes sagitales laterales se ve al glúteo medio y a<br />
su tendón de inserción en el trocánter mayor. El tendón<br />
<strong>del</strong> obturador externo se sitúa por <strong>del</strong>ante y algo<br />
por debajo de este trocánter. También a este nivel se<br />
pueden identificar las estructuras óseas correspondientes<br />
a la espina ilíaca anteroinferior, el techo acetabular<br />
y la cabeza femoral. El ligamento iliofemoral se extiende<br />
hacia abajo por <strong>del</strong>ante de la porción anterior<br />
Articulación de la cadera. Muslo 115
<strong>del</strong> lábrum. El ligamento isquiofemoral se sitúa vecino<br />
a la cara posterior de la cabeza femoral. En estos<br />
cortes se pueden identificar al cartílago articular hialino<br />
de la cabeza y <strong>del</strong> acetábulo.<br />
. En cortes sagitales mediales se ve como el acetábulo<br />
cubre gran parte de la cabeza femoral.<br />
. En cortes sagitales aún más mediales, a través de la<br />
articulación de la cadera, se puede ver al ligamento<br />
teres dentro de la fosa acetabular, con el isquion por<br />
detrás y por debajo (IRM).<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
Dolor de la cadera en los atletas<br />
Si bien los cambios degenerativos de las diferentes<br />
articulaciones de la cadera constituyen motivo habitual de<br />
consulta en los pacientes de la tercera edad, en este capítulo<br />
solo nos vamos a referir a las causas más frecuentes de<br />
dolor de la cadera en los atletas. Entre ellas tenemos:<br />
Síndrome por sobreuso<br />
La mayoría de los pacientes con dolor en la cadera, obedecen<br />
a un sobreuso, provocado por un mal entrenamiento,<br />
frecuente en los corredores, sobre todo a nivel de los aductores<br />
o en la inserción superior de los músculos de la corva, y provocados<br />
por tendinitis, bursitis o lesión muscular. En estos<br />
pacientes la ecografía puede detectar su causa.<br />
Rupturas musculares<br />
Las rupturas musculares de esta región se han clasificado,<br />
como en otras regiones, en 3 grados.<br />
Grado I - Sólo hay espasmo muscular o calambres.<br />
El examen con ecografía puede ser negativo y solo<br />
tiene valor cuando se puede comparar con el lado<br />
sano contralateral. En la ecografía se puede identificar<br />
el edema o hemorragia, con conservación de<br />
la morfología muscular. La lesión es difusa e interesa<br />
a varios grupos musculares, lo que lo diferencia<br />
de un proceso inflamatorio agudo.<br />
Grado II - Hay una verdadera lesión por sobreuso. El<br />
dolor se produce con la actividad y se resuelve con<br />
el reposo. Hay hemorragia e interrupción de las<br />
fibras musculares que interesan hasta el 50 % de<br />
las fibras musculares.<br />
Grado III - Hay desgarro o una ruptura muscular, que<br />
puede ocurrir en el músculo, en la unión<br />
musculotendinosa, en su origen o en su terminación.<br />
En los casos de hemorragia intramuscular la ecografía<br />
es de gran valor y su aspecto varía con el tiempo de evolución<br />
de la hemorragia.<br />
Ruptura <strong>del</strong> manguito rotador (MR)<br />
de la cadera<br />
Se cree debido a una ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo<br />
medio o menor o de ambos, y se asocia con frecuencia a<br />
bursitis trocantérica o con arrancamiento <strong>del</strong> trocánter en<br />
la región de la faceta posterosuperior <strong>del</strong> trocánter.<br />
En la ecografía se ve un defecto <strong>del</strong> tendón interesado,<br />
muchas veces con atrofia <strong>del</strong> glúteo.<br />
Bursitis por sobreuso<br />
Aunque hay más de 20 bursas en la región, las más<br />
afectadas son en orden decreciente: la trocantérica (incluyen<br />
las bursas <strong>del</strong> glúteo medio y menor), la bursa<br />
isquioglútea y más raramente la bursa <strong>del</strong> psoas ilíaco.<br />
La bursitis trocantérica se ve en los corredores y deportes<br />
de raquetas, por la fricción repetida <strong>del</strong> tendón de la<br />
fascia lata en el trocánter mayor. Se puede ver la colección<br />
anecoica o hipoecoica vecina al tendón.<br />
Miositis osificante<br />
Ocurre secundaria a traumas con ruptura muscular,<br />
en el curso de grandes cirugías de la región o en pacientes<br />
con extensas quemaduras o parálisis. Raras veces complica<br />
a la espondilitis anquilopoyética.<br />
La ecografía puede detectar las áreas de calcificación<br />
u osificación mucho antes que los rayos X simples.<br />
LESIONES ARTICULARES<br />
Introducción<br />
Las artropatías de la cadera suelen ser poco manifiestas.<br />
La visualización en la placa simple de las lesiones<br />
precoces, como es la pérdida <strong>del</strong> cartílago, no siempre es<br />
posible. Pueden observarse pequeños osteofitos o cambios<br />
erosivos, especialmente en las espondiloartropatías, sobre<br />
todo en un adulto joven con dolor en la cadera, donde es<br />
frecuente la presencia de protrusión acetabular y alteraciones<br />
en las sacroilíacas.<br />
Osteoartritis. Osteoartrosis<br />
Es la forma más frecuente de degeneración <strong>del</strong> cartílago<br />
articular. La incidencia aumenta con la edad y se debe<br />
116 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
a un estrés excesivo de los tejidos normales o a una respuesta<br />
anormal frente a fuerzas fisiológicas. La mayoría<br />
de los pacientes tienen antecedentes de una enfermedad<br />
previa en la infancia o existen variaciones anatómicas como<br />
es el lábrum intracetabular.<br />
La osteoartritis puede presentarse precozmente con<br />
pequeños quistes, osteofitos y reforzamiento <strong>del</strong> cuello<br />
femoral o región vecina. El 20 % de los pacientes con esta<br />
afección suelen presentar una protrusión con mayor frecuencia<br />
que una subluxación superolateral (IRM).<br />
La pelvis de Otto es una osteoartritis de carácter hereditario<br />
más frecuente en la mujer, y en la cual existe<br />
protrusión y cambios degenerativos precoces. Se cree debida<br />
a una falla de la osificación acetabular o <strong>del</strong><br />
remo<strong>del</strong>amiento óseo.<br />
Hay una forma de osteoartritis precoz que se asocia a<br />
una diafoepifisiólisis de la cabeza femoral, la cual se desplaza<br />
medialmente.<br />
En las artritis la ecografía muestra le presencia frecuente<br />
de un derrame articular. Cuando es pequeño se puede<br />
ver en el receso superior de la articulación, limitado por<br />
arriba por el lábrum y por debajo y por dentro por el ligamento<br />
transverso. Cuando el derrame es mayor se abomban<br />
los bordes de la cápsula y la ecografía sirve para guiar<br />
una punción aspirativa.<br />
Artritis reumatoide<br />
La cadera se afecta en el 50 % de los pacientes con<br />
AR, frecuentemente de forma bilateral. En la forma juvenil<br />
se ven irregularidades de la cabeza femoral y <strong>del</strong> platillo<br />
de crecimiento, así como erosiones óseas (IRM). El<br />
a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago articular puede diagnosticarse<br />
mucho antes de que se produzca estrechamiento <strong>del</strong> espacio<br />
articular. El derrame articular en esta afección se puede<br />
abrir a través de la pared anterior de la cápsula en la<br />
bursa psoasilíaca, fácilmente identificada con la TAC o la<br />
ecografía. En estos casos la sinovial inflamada puede aparecer<br />
hiperecoica o hipoecoica y confundirse con líquido<br />
articular. Son frecuente las rupturas de los tendones<br />
periarticulares vecinos a la cadera.<br />
Artritis séptica<br />
El diagnóstico de artritis séptica de la cadera se basa<br />
en la presencia de derrame, pérdida <strong>del</strong> cartílago y destrucción<br />
de la cortical ósea, aunque la pérdida <strong>del</strong> cartílago<br />
puede no visualizarse en el período precoz. El derrame<br />
puede sospecharse en la rayos X simple por el desplazamiento<br />
y asimetría de las líneas grasas, sobre todo con la<br />
ecografía en que se muestra hipoecoico y que sirve de guía<br />
para la aspiración y cultivo <strong>del</strong> líquido.<br />
Osteoporosis transitoria<br />
Esta afección predomina en el hombre, a veces con<br />
carácter migratorio y en ocasiones con resolución espontánea.<br />
Se desconoce su causa, aunque se cree de origen<br />
neurogénico. En la mujer embarazada ocurre con mayor<br />
frecuencia en la cadera izquierda; en el hombre puede ser<br />
bilateral. Hay osteoporosis periarticular con el cartílago<br />
intacto, así como derrame que puede detectarse en la<br />
ecografía. El derrame regresa entre 6 y 10 meses y el diagnóstico<br />
diferencial con una artritis séptica es difícil.<br />
Condromatosis y Osteocondromatosis<br />
sinovial. Cuerpos libres<br />
La condromatosis sinovial es frecuente en la cadera,<br />
tratándose de una afectación monoarticular de la sinovial<br />
con metaplasia cartilaginosa. En esta afección el desarrollo<br />
de cuerpos libres intraarticulares puede conducir a la<br />
destrucción <strong>del</strong> cartílago hialino y progresar hasta una<br />
osteoartritis.<br />
Los cuerpos libres intraarticulares pueden identificarse<br />
en la ecografía.<br />
Sinovitis pigmentada villonodular<br />
En la histología de esta lesión hay una proliferación<br />
anormal de las células sinoviales con gran número de<br />
histiocitos y células gigantes que contienen hemosiderina.<br />
En el período precoz se producen quistes pequeños y múltiples<br />
en la parte externa <strong>del</strong> acetábulo, en la cabeza y cuello<br />
femoral, siempre fuera de las áreas de soporte de peso.<br />
Ya hemos hablado <strong>del</strong> aspecto ecográfico de esta afección<br />
en otras articulaciones, aunque el diagnóstico es más<br />
difícil por lo profundo de la articulación de la cadera.<br />
LESIONES ÓSEAS<br />
Fracturas <strong>del</strong> fémur y <strong>del</strong> acetábulo<br />
Las fracturas de la cadera se han clasificado en:<br />
. Intracapsulares: subcapsular, transcervical y basicervical.<br />
. Extracapsulares: intertrocantéreas y subtrocantéreas.<br />
. Fracturas de estrés: tipos I, II y III.<br />
. Fracturas ocultas por insuficiencia, por avulsión o<br />
estrés.<br />
Las fracturas <strong>del</strong> acetábulo se ven mejor en la TAC,<br />
sin embargo, la IRM es útil para evaluar las columnas <strong>del</strong><br />
acetábulo y el tejido medular subcondral. Las fracturas de<br />
Articulación de la cadera. Muslo 117
la columna anterior <strong>del</strong> acetábulo se asocian con rotación<br />
externa de la cabeza femoral, mientras que las de la columna<br />
posterior lo hacen con rotación interna. La presencia<br />
de fragmentos libres se pueden diagnosticar con la TAC,<br />
la ecografía y la IRM.<br />
Fracturas ocultas<br />
La fractura de la cabeza femoral a veces no se ve en<br />
los rayos X convencionales, sobre todo cuando no se altera<br />
la morfología esférica de la cabeza o cuando hay un<br />
área de impactación de la trabécula ósea. Lo mismo sucede<br />
en las fracturas de estrés de la porción proximal <strong>del</strong><br />
fémur. En todos estos casos la IRM es muy útil, sobre<br />
todo para valorar la viabilidad de la cabeza.<br />
Entre las fracturas ocultas, las más frecuentes son:<br />
Fractura <strong>del</strong> anillo acetabular<br />
Es importante el vigilar las lesiones <strong>del</strong> anillo, para<br />
detectar fractura subcapital <strong>del</strong> fémur, sobre todo asociado<br />
a luxación transitoria (IRM).<br />
Fractura por impacto <strong>del</strong> cuello femoral<br />
Se asocia frecuentemente a la luxación transitoria.<br />
Aparece como una línea cóncava y esclerótica de localización<br />
subcondral, asociada con frecuencia, a luxación transitoria<br />
y que es similar a la fractura por impactación de<br />
Hill-Sachs <strong>del</strong> hombro (IRM).<br />
Fractura por estrés<br />
Es importante el conocer su relación con algunos deportes,<br />
como ocurre con el pubis de los corredores o en la<br />
porción interna <strong>del</strong> cuello femoral. Al inicio aparece como<br />
una línea radiotransparente rodeada de esclerosis, pero<br />
otras veces de modo aislado.<br />
Fractura por insuficiencia<br />
Predomina en la región subcapital y provoca ligera<br />
angulación <strong>del</strong> cuello femoral, angulación de las trabéculas<br />
o una línea de impactación subcapital. La vista de rana es<br />
muy útil, y sobre todo la IRM.<br />
Nota. En los niños pequeños la ecografía y la IRM permiten<br />
identificar la fractura de las epífisis no osificadas.<br />
Fractura por avulsión<br />
En la pelvis, este tipo de fractura, se ve en los adolescentes<br />
y adultos jóvenes debido a que las apófisis de<br />
la pelvis solo aparecen en la pubertad, se unen al hueso<br />
a partir de los 25 años. Ocurre con mayor frecuencia,<br />
y en orden decreciente, en la espina ilíaca<br />
anterosuperior, espina ilíaca anteroinferior y tuberosidad<br />
isquiática. La primera se relaciona con la inserción <strong>del</strong><br />
sartorio y ocurre con la cadera en extensión y la rodilla<br />
flexionada. La fractura de la espina ilíaca anteroinferior<br />
se relaciona con una tracción de la cabeza <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> recto anterior, mientras que la de la tuberosidad<br />
isquiática se relaciona con los músculos de la corva y<br />
ocurre con la cadera en flexión y la rodilla en extensión,<br />
frecuente en los gimnastas. En la forma aguda el<br />
diagnóstico es difícil y puede desarrollarse posteriormente,<br />
una osificación heterotópica marcada.La<br />
ecografía permite detectar las lesiones de insercionitis<br />
de los tendones interesados.<br />
Displasia de desarrollo de la cadera (DDC)<br />
La historia natural de esta entidad no es sencilla y es<br />
importante el saber diferenciarla de una cadera normal.<br />
Ella se compone de 2 elementos fundamentales: inestabilidad<br />
y morfología anormal, discutiéndose cuál es el problema<br />
primario. Para algunos la alteración morfológica<br />
es lo primario, pero para otros lo que predomina es la<br />
inestabilidad que provoca un desplazamiento de la cabeza<br />
femoral en relación con el acetábulo, que a su vez<br />
impide un desarrollo normal de este último. Hay autores<br />
que plantean que el defecto primario radica en el<br />
acetábulo, lo que facilita el desplazamiento de la cabeza,<br />
que crea una inestabilidad. La ecografía es capaz de evaluar<br />
ambos elementos.<br />
TÉCNICA<br />
El examen debe realizarse con transductores lineales<br />
de diferentes frecuencias. En el RN deben ser de 7,5 MHz,<br />
entre 3 y 7 meses de 5 MHz y sólo raramente se empleará<br />
un transductor de 3,5 MHz. El niño debe permanecer relajado<br />
durante el examen preferentemente con una alimentación<br />
oral. Todo el examen se realiza por la cara lateral o<br />
postero-lateral de la cadera con el niño boca arriba y los<br />
pies hacia el examinador. Cuando se examina la cadera<br />
izquierda el operador sujeta la pierna izquierda <strong>del</strong> niño<br />
con su mano izquierda, utilizando el transductor con su<br />
mano derecha. Cuando se examina la cadera derecha el<br />
examinador sujeta el transductor con la mano izquierda y<br />
sujeta la pierna derecha <strong>del</strong> niño con su mano derecha.<br />
118 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
EVALUACIÓN ECOGRÁFICA DE LA CADERA<br />
EN LA DDC<br />
La evaluación ecográfica de la cadera debe valorar 3<br />
elementos:<br />
. Posición de la cabeza femoral.<br />
. Estabilidad de la articulación.<br />
. Morfología de la cabeza femoral y <strong>del</strong> acetábulo.<br />
Después de examinado el cuello femoral, sobre el receso<br />
anterior de la cápsula articular, se desplaza el<br />
transductor hacia arriba para estudiar la cabeza femoral.<br />
Debe evaluarse la simetría, configuración y posición de<br />
los centros de osificación de la cabeza. El cartílago que<br />
cubre la cabeza femoral es hipoecoico y puede confundirse<br />
con líquido intraarticular.<br />
En la cadera normal la cápsula articular tiene un contorno<br />
cóncavo y su grosor, medido desde el contorno externo<br />
a la cortical <strong>del</strong> cuello mide entre 2 y 5 mm. Una<br />
diferencia mayor de 2 mm, cuando se compara con el lado<br />
sano es señal de enfermedad y un contorno externo convexo<br />
es señal de distensión por líquido.<br />
Graff señala que lo más importante es la morfología<br />
acetabular, mientras que Harcke plantea que además, es<br />
importante la evaluación <strong>del</strong> grado de inestabilidad y da<br />
gran valor a las técnicas dinámicas. La valoración de la<br />
inestabilidad incluye la técnica dinámica en 2 vistas en<br />
estrés, ambas realizadas con la pelvis flexionada. El<br />
transductor se orienta en sentido coronal para una vista y<br />
en sentido axial para la otra y siempre debe realizarse luego<br />
de un examen físico y de los tests clínicos de provocación<br />
de la luxación en la pelvis inestable (test de Barlow),<br />
o de la reducción de una cadera luxada (test de Ortolani).<br />
El niño debe permanecer relajado durante el examen para<br />
valorar el grado de inestabilidad, que puede quedar oculto<br />
si el niño no está relajado. Para ello deben tomarse todas<br />
las medidas ambientales, de alimentación, así como evitar<br />
compresiones excesivas con el transductor durante la sujeción<br />
de los miembros o en la maniobra de estrés.<br />
Los movimientos de las piernas deben ser hechos<br />
gentilmente, desde una posición neutral hasta una flexión y<br />
desde la abducción a la aducción. Las maniobras de estrés<br />
consisten en una compresión posterior, con el fémur mantenido<br />
en flexión y aducción. El transductor debe mantenerse en<br />
una posición que permita reconocer los puntos de reparación<br />
<strong>del</strong> acetábulo, en el campo de visión. En algunas ocasiones se<br />
coloca al niño en posición oblicua con una toalla en su espalda,<br />
lo que permite que el transductor se sitúe en posición<br />
Tabla 1<br />
Tipo Descripción Ángulo Alfa (grados) Ángulo Beta (grados) Comentarios<br />
1 Normal > 60 No debe existir luxación<br />
en ausencia de un<br />
desbalance neuromuscular<br />
con alteración biomecánica<br />
2 A Inmadurez 50-59<br />
fisiológica 3M<br />
2 C Àcetábulo óseo 43-49 77 Un incremento <strong>del</strong> ángulo Beta<br />
subluxada<br />
implica un lábrum elevado<br />
y evertido y subluxación.<br />
3 Luxación 77<br />
4 Displasia Acetábulo Lábrum invertido e interpuesto<br />
severa/Luxación no medible<br />
Modificado de Donaldson JS, Pediatric Musculskeletal US, in Poznanski AK, Kirkpatrick JA Jr.<br />
Articulación de la cadera. Muslo 119
posterolateral, para obtener una buena visualización de la<br />
cabeza y <strong>del</strong> acetábulo durante las maniobras de estrés.<br />
La realización de un examen dinámico, permite un<br />
diagnóstico bastante preciso <strong>del</strong> grado de inestabilidad,<br />
que puede ir desde una laxitud ligera hasta una<br />
subluxación, que puede ser luxada. El diagnóstico es sencillo<br />
en los casos en que la cabeza femoral esta completamente<br />
desplazada <strong>del</strong> acetábulo. En estos casos es importante<br />
conocer el grado de reducción o no, para un<br />
manejo ortopédico adecuado. Se necesita conocer si la<br />
cabeza femoral regresa al acetábulo con la abducción, o<br />
si permanece luxado.<br />
En los casos de subluxación, la cabeza femoral tiende<br />
a situarse en posición normal en la abducción. El hecho<br />
más importante de una inestabilidad es el movimiento lateral<br />
(hacia el transductor) de la cabeza femoral a lo largo<br />
<strong>del</strong> isquión, lo que provoca un aumento de la ecogenicidad<br />
en las partes blandas mediales.<br />
El segundo aspecto para categorizar a una cadera como<br />
normal o anormal se refiere a la morfología <strong>del</strong> acetábulo.<br />
La mayoría de los autores utilizan el sistema propuesto<br />
por Graff, basado en el aspecto <strong>del</strong> acetábulo en CC, en<br />
posición neutral y con la medida <strong>del</strong> ángulo alfa (a) o inclinación<br />
<strong>del</strong> acetábulo o <strong>del</strong> ángulo beta (b) determinado<br />
por la posición <strong>del</strong> lábrum acetabular. Algunos autores le<br />
dan poco valor a estas mediciones y se atienen a la morfología<br />
acetabular.<br />
Los sitios de referencia para el estudio con la ecografía<br />
de la cadera en el RN son los siguientes:<br />
. El límite inferior <strong>del</strong> ilion en la fosa acetabular.<br />
. La parte media <strong>del</strong> techo acetabular, caracterizado por<br />
un eco recto a nivel <strong>del</strong> hueso ilíaco.<br />
. El lábrum.<br />
Cuando no se logran obtener estos 3 puntos de referencia,<br />
no se puede utilizar la ecografía para el diagnóstico<br />
de la displasia de la cadera. La realización de tests dinámicos<br />
o de estrés ha demostrado su valor, no sólo en la<br />
luxación, sino también en la displasia. El examen requiere<br />
de un conocimiento preciso de la técnica siguiendo planos<br />
estandarizados, para cuantificar los resultados.<br />
ECOGRAFÍA DINÁMICA DE LA CADERA<br />
Introducción<br />
En la cadera normal la posición de la cadera y la estabilidad<br />
deben de considerarse en conjunto, ya que están<br />
muy relacionados. En la displasia la posición de la cadera<br />
y la aplicación de estrés pueden alterar las relaciones de<br />
la cabeza en el acetábulo.<br />
La cabeza femoral se sitúa de modo congruente con<br />
el acetábulo. Se habla de desplazamiento ligero cuando<br />
la cabeza tiene contacto parcial con parte <strong>del</strong> acetábulo o<br />
está desplazada, pero parcialmente cubierta por él. Una<br />
cadera luxada no tiene contacto o no está cubierta por el<br />
acetábulo.<br />
La estabilidad de la cadera se refiere a los cambios de<br />
posición durante los movimientos y durante la maniobra de<br />
estrés, similar a las maniobras clínicas de Ortolani y Barlow.<br />
La ecografía es capaz de reconocer varios tipos de inestabilidad:<br />
en la forma más ligera (cadera laxa) ésta aparece<br />
normal en reposo pero muestra movimientos anormales dentro<br />
<strong>del</strong> acetábulo con las maniobras de estrés. La cadera<br />
laxa debe permanecer dentro de los confines <strong>del</strong> acetábulo<br />
en todo momento. La cadera no dislocable es una cadera<br />
subluxada que no se mueve fuera <strong>del</strong> acetábulo, aún con las<br />
maniobras de estrés. Cuando esto último ocurre se habla de<br />
cadera dislocable. Hay 2 tipos de inestabilidad en la cadera<br />
dislocable: la cadera que es capaz de retornar al acetábulo<br />
con tracción y abducción y que se conoce como reductible y<br />
otra forma más severa en que la cabeza es irreductible.<br />
Una valoración morfológica es importante y relaciona la<br />
configuración y desarrollo <strong>del</strong> acetábulo y de la cabeza<br />
femoral. Al nacimiento, cuando la cabeza <strong>del</strong> fémur y la mayor<br />
parte <strong>del</strong> acetábulo están compuestas de cartílago, las<br />
estructuras anatómicas claves se visualizan en la ecografía.<br />
La configuración <strong>del</strong> acetábulo óseo y cartilaginoso se ha<br />
estudiado con apreciación visual y con mediciones y constituyen<br />
la base para valorar el desarrollo. El desarrollo <strong>del</strong> centro<br />
de osificación de la cabeza femoral es un punto de referencia<br />
importante que puede reconocerse entre el 2do. y 8vo.<br />
mes de vida. Aparece primero en las hembras y hay una amplia<br />
variación normal en el momento de aparición. La ecografía<br />
permite ver el desarrollo <strong>del</strong> centro de osificación femoral<br />
mucho antes que las radiografías. Con la maduración se produce<br />
un aumento de tamaño <strong>del</strong> centro de osificación, y ya al<br />
año de edad es lo suficientemente grande para permitir su<br />
visualización en los puntos de referencias mediales <strong>del</strong><br />
acetábulo y a partir de entonces, es superado por los rayos X.<br />
Por vía lateral es posible estudiar la cadera en proyecciones<br />
ortogonales, así como visualizar sus movimientos<br />
y realizar maniobras de estrés. Incluso se puede utilizar<br />
para valorar la evolución con algunos tipos de tratamiento<br />
de inmovilización.<br />
Existen 4 vistas básicas cuya selección dependerá de<br />
la preferencia y habilidad <strong>del</strong> examinador y <strong>del</strong> estadio<br />
clínico <strong>del</strong> niño<br />
Estas vistas son las siguientes:<br />
120 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Vista coronal neutral<br />
El transductor se pone en un plano coronal con respecto<br />
al cuerpo. La cadera se estudia para determinar el<br />
plano acetabular medio y buscar puntos de referencias críticos<br />
como: la línea ilíaca recta, la unión <strong>del</strong> ilion y el<br />
cartílago triradiado y la punta <strong>del</strong> lábrum. En un CC neutral<br />
normal, la cabeza femoral descansa en el acetábulo.<br />
El techo óseo acetabular muestra una configuración cóncava<br />
y cubre aproximadamente la mitad de la cabeza<br />
femoral. El cartílago hipoecoico <strong>del</strong> techo acetabular, se<br />
extiende por fuera <strong>del</strong> hueso acetabular y forma el lábrum,<br />
compuesto de cartílago hialino, salvo en su punta que es<br />
un fibrocartílago. El fibrocartílago es ecogénico, y puede<br />
diferenciarse de la cápsula vecina, ecogénica.<br />
En la displasia, el techo óseo acetabular, cambia su<br />
configuración, con aumento de su angulación y con un<br />
aspecto redondeado en su esquina superolateral. Si la cadera<br />
se subluxa o luxa, la cabeza femoral migra lateralmente<br />
y hacia arriba, con pérdida de la cobertura <strong>del</strong><br />
acetábulo. Este desplazamiento hacia arriba y afuera se<br />
acompaña de una deflexión hacia arriba <strong>del</strong> lábrum que se<br />
deforma y engruesa. Cuando la cabeza femoral está francamente<br />
luxada, el lábrum deformado puede interponerse<br />
entre la cabeza femoral y el acetábulo, lo que contraindica<br />
una reducción manual.<br />
La clasificación de la cadera en esta vista se realiza<br />
sin necesidad de realizar el test dinámico, aunque algunos<br />
autores han descrito una técnica especial en estos casos.<br />
La posición de la cabeza femoral puede estar normal,<br />
subluxada o luxada. El acetábulo puede describirse sobre<br />
la base de sus características visuales, valorándose la profundidad,<br />
ángulo <strong>del</strong> techo y aspecto <strong>del</strong> lábrum. El desarrollo<br />
acetabular, basado en el cubrimiento de la cabeza<br />
femoral, se usa poco, ya que existen valores normales intermedios,<br />
tanto en rayos X como en la ecografía.<br />
Vista coronal en flexión<br />
El transductor se mantiene en un plano coronal con<br />
respecto al cuerpo, mientras la cadera se mueve en una<br />
flexión de 90 grados. Durante la obtención de estas vistas<br />
el transductor se mueve hacia a<strong>del</strong>ante y hacia atrás para<br />
identificar los 2 planos claves: uno en el acetábulo medio<br />
y el otro en el borde posterior <strong>del</strong> acetábulo.<br />
El plano acetabular medio es similar al de la vista<br />
coronal neutral, excepto por la ausencia de ecos procedentes<br />
de la metáfisis <strong>del</strong> fémur. La línea ilíaca recta, producto<br />
de la reflexión, de la unión <strong>del</strong> ílion y el cartílago<br />
triradiado y la punta ecogénica <strong>del</strong> lábrum, permanecen<br />
como puntos de referencia importantes. Cuando el<br />
transductor se coloca en el plano labial posterior de la cadera,<br />
el hueso ilíaco por arriba y el isquion por abajo, forman<br />
líneas ecogénicas horizontales separadas por el cartílago<br />
hipoecoico. Este cartílago es la parte posterior <strong>del</strong><br />
cartílago trirradiado que es una marca fácilmente reconocible.<br />
En la cadera normal no se visualiza la cabeza en<br />
este plano.<br />
El examen dinámico de la cadera se realiza fácilmente<br />
en esta vista. En el plano acetabular medio el fémur se<br />
abduce y aduce para buscar inestabilidad, que se evidencia<br />
por un cambio en los ecos de los tejidos blandos entre<br />
la cabeza y el acetábulo. El segundo chequeo de inestabilidad<br />
se hace con el transductor en el plano labial posterior<br />
realizando la maniobra de Barlow con aducción y una<br />
compresión posterior ligera en la rodilla. En la cadera normal,<br />
la cabeza femoral permanece en su lugar en el<br />
acetábulo y no se visualiza por encima <strong>del</strong> labio posterior<br />
<strong>del</strong> cartílago trirradiado. Cuando hay subluxación o luxación,<br />
la cabeza migra posteriormente y toda la cabeza o<br />
parte de ella aparece en el plano, dependiendo de la severidad<br />
<strong>del</strong> desplazamiento.<br />
En la cadera laxa, la cabeza, en reposo, está bien situada<br />
y la única alteración ocurre en el labio posterior<br />
durante la maniobra de compresión posterior de la rodilla<br />
y se ve como una pequeña parte de la cabeza femoral penetra<br />
en el plano, que es menor que el diámetro de la cabeza<br />
femoral y que desaparece cuanto se quita la maniobra<br />
de estrés.<br />
En la subluxación la cabeza femoral está desplazada<br />
lateralmente en el plano medio acetabular y puede verse<br />
posteriormente, una porción de la cabeza en reposo. En<br />
la maniobra de compresión posterior de la rodilla se hace<br />
visible casi toda la cabeza, y cuando se trata de una cadera<br />
dislocable, se hace visible una gran parte de la misma.<br />
En la cadera dislocada la cabeza se sitúa totalmente,<br />
por fuera <strong>del</strong> acetábulo. En la luxación superior la cabeza<br />
femoral puede descansar en el hueso ilíaco. En la luxación<br />
posterior la cabeza femoral en reposo, se ve sobre el<br />
labio posterior <strong>del</strong> cartílago trirradiado. En la luxación<br />
no se ve el acetábulo, ya que la diáfisis <strong>del</strong> fémur bloquea<br />
su visión. La reductibilidad de una cadera luxada<br />
se chequea por una maniobra de aducción y presión hacia<br />
<strong>del</strong>ante. Una abducción amplia es la posición más<br />
favorable para mantener la cadera en el acetábulo. En<br />
las luxaciones parcialmente reducidas puede observarse<br />
un retorno a la luxación cuando se elimina la presión y el<br />
fémur se aduce.<br />
Articulación de la cadera. Muslo 121
Vista transversal en flexión<br />
En esta vista el transductor se rota 90 grados de la<br />
posición coronal anterior lo que proporciona una vista axial<br />
en relación al cuerpo y a la articulación de la cadera. El<br />
transductor se sitúa posterolateral a la articulación para<br />
permitir una fácil aducción y abducción de la cadera. Esto<br />
se facilita rotando al niño en una posición oblícua anterior<br />
colocando una almohada o toalla por detrás de la espalda.<br />
Los ecos procedentes <strong>del</strong> fémur y <strong>del</strong> acetábulo producen<br />
una configuración en U, en esta vista. Por <strong>del</strong>ante, la diáfisis<br />
y metáfisis vecinas <strong>del</strong> fémur, producen ecos brillantes<br />
vecinos a la cabeza femoral sonolucente. Por detrás los<br />
ecos son producidos por el isquion y el pubis.<br />
La cadera flexionada se chequea dinámicamente con<br />
maniobras de aducción y abducción. La configuración de<br />
los ecos varía con la abducción que produce una configuración<br />
en letra U profunda, y con la aducción en que toma<br />
un aspecto más estrecho o en V. Con la cadera en aducción<br />
se produce una maniobra de estrés para empujar el<br />
fémur hacia atrás (test de Barlow).<br />
En la cadera normal la cabeza permanece en el<br />
acetábulo, manteniendo contacto con el isquion. En la<br />
cadera laxa se produce cierto grado de desplazamiento.<br />
En la aducción máxima los ecos de la base <strong>del</strong> acetábulo<br />
intensifican su grosor, casi al doble, pero no existe desplazamiento<br />
lateral al acetábulo. En la subluxación la<br />
cadera aparecerá ligeramente desplazada al reposo, que<br />
aumenta con la maniobra de estrés en aducción (la cabeza<br />
debe permanecer en contacto con una porción <strong>del</strong><br />
isquion). Debe señalarse que la abducción de una cadera<br />
flexionada, subluxada, puede tener un aspecto normal.<br />
La cadera luxada aparece desplazada lateral o<br />
posterolateral y en ella la cabeza femoral no está en contacto<br />
con el acetábulo y se pierde la configuración en U<br />
normal. En la cadera inestable se puede ver un movimiento<br />
hacia adentro y hacia fuera de la cabeza en relación<br />
con el acetábulo, dependiendo de la posición de descanso<br />
y <strong>del</strong> tipo de la maniobra aplicada. La cadera<br />
dislocable aparece subluxada en reposo y se mueve más<br />
allá <strong>del</strong> acetábulo con la maniobra de estrés. Con la abducción,<br />
la cadera luxada, es capaz de lograr una reducción<br />
parcial de la cabeza dislocada. No es raro el encontrar<br />
que una cabeza luxada parcialmente reducida, vuelva<br />
a dislocarse cuando se quitan las maniobras de reducción.<br />
Una cadera luxada puede ser irreductible cuando el<br />
niño se presenta después de 3 o 4 semanas de edad. Esta<br />
vista transversal en flexión es la más importante para<br />
evaluar la estabilidad, no proporcionando información<br />
sobre la morfología.<br />
Vista transversal neutral<br />
En esta vista el transductor se coloca horizontal con<br />
respecto al acetábulo como en la vista anterior. El fémur<br />
se coloca en posición fisiológica neutral y el plano de interés<br />
pasa a través de la cabeza femoral y <strong>del</strong> acetábulo en el<br />
centro de la articulación. En esta vista se verá al cartílago<br />
trirradiado con el pubis por <strong>del</strong>ante y el isquion por detrás.<br />
No se utilizan maniobras de estrés en esta vista.<br />
Las caderas mal posicionadas muestran ecos de partes<br />
blandas entre la cabeza femoral y el acetábulo. Con el<br />
desplazamiento, la cabeza femoral se mueve hacia atrás y<br />
la cadera subluxada permanece en contacto con la parte<br />
posterior <strong>del</strong> acetábulo. Las luxaciones típicas en la<br />
displasia son: lateral, posterior y superior. En la luxación<br />
lateral se visualizan los puntos de referencia <strong>del</strong> acetábulo.<br />
Cuando la cabeza y el fémur migran hacia arriba o lateralmente<br />
la diáfisis <strong>del</strong> fémur impide visualizar los ecos <strong>del</strong><br />
acetábulo y no se pueden ver los puntos mediales de reparo.<br />
En este caso, los ecos que se visualizan por dentro de<br />
la cabeza femoral corresponden al hueso ilíaco y se corresponden<br />
con lo descrito en los rayos X como un<br />
neoacetábulo.<br />
Nota: Aunque algunos autores utilizan todas estas vistas,<br />
la mayoría la consideran innecesaria empleándose 2<br />
vistas en proyección ortogonal: una vista coronal (neutral<br />
o en flexión) y una vista en flexión transversal, con maniobra<br />
de estrés.<br />
ECOGRAFÍA DINÁMICA EN EL DIAGNÓSTICO<br />
NEONATAL Y MANEJO DE LA DDC<br />
En algunos países (EE.UU., Inglaterra, Suecia), se<br />
recomienda el examen clínico masivo en el RN para el<br />
diagnóstico de esta afección. Si el examen físico es patológico<br />
se beneficia con la ecografía y debe realizarse entre<br />
la 1ra. y 2da. semana de edad. El diagnóstico precoz de<br />
una cadera inestable en el RN se reconoce como un método<br />
preventivo <strong>del</strong> diagnóstico de una displasia de desarrollo<br />
de la cadera y de sus complicaciones. Los RN con factores<br />
de riesgo y con un examen físico normal, deben<br />
chequearse entre las 4 y 6 semanas. Es importante que en<br />
la evaluación inicial se obtenga una relajación <strong>del</strong> niño.<br />
Las caderas normales en reposo pero con laxitud en el<br />
estrés se consideran patológicas.<br />
Las caderas subluxadas y luxadas casi siempre ofrecen<br />
información clínica y requieren un tratamiento rápido.<br />
La cadera subluxada, con un examen clínico normal en un<br />
niño menor de 4 semanas es un dilema, aunque la mayoría<br />
122 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
no requiere tratamiento ya que la inestabilidad puede resolverse<br />
espontáneamente.<br />
EVALUACIÓN ECOGRÁFICA DE LA DDC DURANTE<br />
EL TRATAMIENTO<br />
La ecografía puede utilizarse de modo efectivo para el seguimiento<br />
de aquellos niños en los cuales una alteración pueda<br />
resolverse sin tratamiento, ya que permite una observación segura<br />
de la resolución o el progreso de la enfermedad.<br />
En los casos en que se indique el tratamiento y el niño<br />
tenga 6 meses de edad la inmovilización con el arnés de<br />
Pavlik es la más recomendada. Este arnés dinámico mantiene<br />
a la cadera en una posición de flexión-abducción permitiendo<br />
movimientos <strong>del</strong> fémur dentro de ciertos límites. Este<br />
inmovilizador permite el estudio con la ecografía de la cadera<br />
con las vistas de flexión coronal y flexión transversal.<br />
No se pueden realizar maniobras de estrés hasta que no lo<br />
autorice el médico de asistencia. Este arnés de Pavlik, también<br />
puede utilizarse en los casos de franca luxación y la<br />
ecografía debe realizarse de manera semanal. Si en estos<br />
casos no se ve mejoría dentro de las 3 semanas de tratamiento,<br />
debe cambiarse el sistema de inmovilización. En las<br />
caderas subluxadas, la ecografía se emplea al inicio <strong>del</strong> tratamiento,<br />
cuando se hacen ajustes en el arnés o cuando se<br />
contemplan cambios en el tratamiento.<br />
Uno de los problemas que confronta el seguimiento<br />
con la ecografía ha sido la valoración <strong>del</strong> acetábulo óseo,<br />
en que existen controversias entre la ecografía y los rayos<br />
X. Es por ello que algunos autores aconsejan realizar una<br />
rayos X de la pelvis ósea al final <strong>del</strong> tratamiento con el<br />
arnés, por lo general entre los 3 y 4 meses.<br />
Los casos de displasia severa y que no responden al<br />
tratamiento de inmovilización con arnés de Pavlik, los casos<br />
que se diagnostican tardíamente, en el 1er. año de vida<br />
y que son tratados con reducción cerradas o con yesos<br />
rígidos, resultan muy difíciles de evaluar con la ecografía,<br />
lo cual puede intentarse por vía inguinal o quitando una<br />
porción <strong>del</strong> inmovilizador. En estos casos es de gran valor<br />
la TAC y sobre todo la IRM.<br />
Otras alteraciones de la cadera.<br />
En este capítulo nos vamos a referir a la enfermedad<br />
de Perthes, a la diafoepifisiólisis y a algunas displasias<br />
óseas congénitas menos frecuentes.<br />
Enfermedad de Perthes<br />
La enfermedad de Perthes se considera como una<br />
necrosis aséptica de la cabeza femoral, que tiene una evolución<br />
característica.<br />
La mayor incidencia de esta enfermedad ocurre entre<br />
2 y 8 años y se puede confundir con otros procesos,<br />
especialmente con la sinovitis transitoria. La cabeza<br />
femoral puede ser explorada con la ecografía solo en la<br />
fase de crecimiento cartilaginoso, donde puede penetrar<br />
en la matriz condral, ofreciéndonos además información<br />
sobre el estado de la cápsula, el líquido articular<br />
y los cartílagos articulares y metafisarios Lo ideal<br />
es realizar el diagnóstico en el período precoz de la<br />
sinovitis, antes de que ocurran los fenómenos de condensación<br />
y fragmentación de la epífisis femoral. En<br />
este momento la ecografía puede mostrar un aumento<br />
<strong>del</strong> espacio articular a expensas de un engrosamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago articular.<br />
Algunos autores han medido el grosor <strong>del</strong> cartílago<br />
articular así como el espacio articular en las caderas afectadas<br />
y las comparan con el lado sano. Todas las mediciones<br />
se realizan por vía anterior.<br />
En el período de condensación y fragmentación se<br />
mantiene la distensión capsular que se hace menos visible<br />
con el comienzo de la regeneración ósea que se caracteriza<br />
por la aparición histológica de tejido osteoide en las áreas<br />
de necrosis. Este tejido osteoide se detecta más precozmente<br />
con la ecografía que con los rayos X, lo que tiene importancia<br />
en el manejo terapéutico de estos niños.<br />
En esta enfermedad se ha utilizado el Doppler a color<br />
con los ecorrealzadores para determinar el grado de<br />
vascularización de la sinovitis y poderla diferenciar <strong>del</strong><br />
derrame que acompaña a la sinovitis transitoria.<br />
Los resultados de la ecografía ha permitido dividirla<br />
en 4 grupos, teniendo en cuenta la clasificación radiológica<br />
descrita por Waldesntroom:<br />
Fase I o de inicio. Hay ensanchamiento <strong>del</strong> espacio<br />
articular entre 0 y 6,5 mm., con una media de 2,7<br />
mm; la hipertrofia <strong>del</strong> cartílago oscila entre 0,4 y<br />
1,8 con una media de 1,03. En este estadio los Rx<br />
son negativos.<br />
Fase II o de fragmentación. El aumento <strong>del</strong> espacio<br />
articular oscila entre 0 y 5 mm con una media de<br />
1,5 mm. La hipertrofia <strong>del</strong> cartílago oscila entre<br />
0,5 y 2,5 mm con una media de 1,6 mm. Hay ecos<br />
muy ecogénicos y dispersos en la lesión epifisaria,<br />
mezclados con focos hipoecogénicos, que traducen<br />
la necrosis y la revascularización ósea, respectivamente.<br />
Fase III o de reosificación. El espacio articular oscila<br />
entre 0 y 3 mm con una media de 1,20 mm. La medida<br />
de la hipertrofia <strong>del</strong> cartílago es de 0,80 mm.<br />
En esta fase se puede identificar el tejido osteoide<br />
con ecogenicidad homogénea.<br />
Articulación de la cadera. Muslo 123
Algunos autores consideran que el método permite un<br />
diagnóstico precoz de la enfermedad de Perthes y su diferenciación<br />
de una sinovitis traumática y por lo tanto de un<br />
tratamiento precoz.<br />
Diafoepifisiólisis<br />
La diafoepifisiólisis se presenta entre los 9 y 12 años y<br />
muchas veces resulta difícil su diagnóstico, sobre todo en<br />
la forma crónica .<br />
La ecografía permite <strong>del</strong>imitar las epífisis y metáfisis<br />
vecinas y sobre todo el peldaño que se produce en esta<br />
entidad, que se corresponde con el desplazamiento<br />
epifisario inicial. También se ha utilizado para el estudio<br />
evolutivo de estos niños luego de la fijación con una varilla<br />
metálica, es capaz de mostrar como los pequeños desplazamiento<br />
residuales sufren una remo<strong>del</strong>ación, se obtiene<br />
una regresión a los 6 meses.<br />
OTRAS ANOMALÍAS CONGÉNITAS DE LA CADERA<br />
Otra anomalía diferente de la displasia de la cadera, es<br />
la que ocurre de manera más precoz en la vida fetal, asociada<br />
con otras malformaciones; o cadera teratológica. La<br />
luxación es más severa y no reductible, con un acetábulo<br />
pequeño y estrecho lleno de tejido fibrograso.<br />
Otra anomalía es el déficit focal de la porción proximal<br />
<strong>del</strong> fémur (PFFD) que se acompaña de un acortamiento<br />
<strong>del</strong> mismo y que puede ser demostrado con los rayos X<br />
simples. En estos casos la ecografía es útil para clasificar<br />
esta entidad y confirmar la localización de la cabeza<br />
femoral en relación con el acetábulo.<br />
Hay otra displasia ósea con alteración secundaria de<br />
la cadera en que el cartílago epifisario proximal <strong>del</strong> fémur<br />
aparece displásico y se asocia con frecuencia, a coxa vara.<br />
En algunas displasias se ve que el cartílago femoral,<br />
que normalmente es hipoecoico y con algunos ecos en su<br />
interior, aparece más ecogénico, incluso con morfología<br />
normal. A veces las displasias óseas se acompañan con un<br />
ensanchamiento <strong>del</strong> cartílago trirradiado.<br />
LESIONES ARTICULARES DE LA CADERA EN EL NIÑO<br />
Cadera Irritable. Sinovitis transitoria<br />
Esta entidad ocurre con mayor frecuencia entre 2 y 8<br />
años y se asocia a infecciones respiratorias en más <strong>del</strong> 50<br />
% de los casos. Entre las causas de la cadera irritable se<br />
incluyen la enfermedad de Perthes, artritis séptica, tuberculosis,<br />
sinovitis transitoria, etc. En general, el término se<br />
aplica con mayor frecuencia al de sinovitis transitoria.<br />
A veces el diagnóstico inicial de sinovitis se cambia<br />
por el de enfermedad de Perthes cuando aparecen las alteraciones<br />
morfológicas en la epífisis, sugestivas de esta<br />
enfermedad. También hay que diferenciarla de la<br />
epifisiólisis de la cabeza femoral y de la enfermedad reumática,<br />
sobre todo en niños mayores de 10 años<br />
En la sinovitis transitoria, la ecografía permite detectar<br />
precozmente la distensión capsular por derrame articular,<br />
siempre mayor de 2 mm, cuando se compara con el<br />
lado sano.<br />
El mayor peligro en el diagnóstico de esta afección es<br />
confundirla con la enfermedad de Perthes, algunos<br />
autores(R. Bosch y R. Paulus) han propuesto un algoritmo<br />
para el manejo diagnóstico diferencial de estos niños<br />
que es el siguiente:<br />
- A los niños con dolor ligero en la cadera se les realiza<br />
el examen ecográfico y una prueba sanguínea:<br />
si hay distensión capsular (mayor de 2 mm), sin<br />
alteraciones morfológicas en las epífisis y las pruebas<br />
sanguíneas son normales, se aconseja una estudio<br />
de chequeo a los 3 días. Si hay alteraciones<br />
morfológicas se realizan exámenes radiográficos o<br />
un estudio con IRM.<br />
Si en el examen de control hay disminución de la<br />
distensión capsular, se aconseja un examen<br />
ecográfico seriado hasta que desaparezcan los síntomas<br />
<strong>del</strong> paciente.<br />
- Cuando los síntomas aumentan, deben repetirse las<br />
pruebas sanguíneas, y dependiendo de los hallazgos<br />
ecográficos, se recomienda una punción aspirativa<br />
para descartar una artritis séptica. En la sinovitis<br />
transitoria el líquido es anecoico o hipoecoico, mientras<br />
que en la artritis séptica es ecogénico.<br />
- Si la distensión capsular persiste por más de 3 semanas<br />
se recomienda un examen radiológico y si persiste<br />
por más de 6 semanas hay que descartar una<br />
enfermedad reumatológica.<br />
Artritis séptica<br />
La artritis séptica de la cadera <strong>del</strong> RN es difícil de<br />
diferenciar de una displasia congénita, pero en estos casos<br />
hay líquido intraarticular, que es hipoecoico o ecogénico y<br />
rodea a la cabeza femoral. El líquido se puede diferenciar<br />
<strong>del</strong> cartílago normal (hipoecoico) con las maniobras dinámicas,<br />
ya que el cartílago no se moviliza.<br />
Miopatías<br />
En las formas congénitas hay aumento de la<br />
ecogenicidad de los músculos de la cadera, posiblemente<br />
por infiltración grasa. A veces se asocia con desplazamiento<br />
o inestabilidad de la cabeza femoral.<br />
124 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DEL MUSLO<br />
El examen ecográfico de la región comporta un análisis<br />
de sus compartimientos.<br />
El examen ecográfico de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />
anterior se realiza con el paciente acostado con el<br />
muslo y la pierna en extensión o ligera flexión de la rodilla,<br />
practicándose CT y CL. Hay que recordar que el vasto<br />
interno y el vasto externo tienen un trayecto oblicuo en su<br />
parte inferior.<br />
El examen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps se hace en decúbito<br />
supino con el muslo y la pierna extendidos y muchas<br />
veces con contracción <strong>del</strong> músculo para ponerlo en tensión.<br />
En los CL se mide la anchura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />
cuádriceps, en cuya cara posterior se sitúa la bursa<br />
suprarrotuliana que en condiciones normales, se limita por<br />
2 líneas hiperecogénicas separadas por un espacio<br />
anecogénico de 1 a 2 mm.<br />
El tendón rotuliano se estudia con el paciente en decúbito<br />
supino y la pierna en extensión y se puede seguir desde la rótula<br />
hasta la tibia. Por detrás. Por debajo se visualiza la bolsa<br />
prerrotuliana con las mismas características que la anterior.<br />
El examen de los músculos <strong>del</strong> compartimiento interno<br />
comprende el estudio de los músculos aductores, difíciles<br />
de observar y se estudian en conjunto. El paciente se<br />
coloca en decúbito supino, con el muslo en rotación externa<br />
y la rodilla ligeramente flexionada. Se prefieren cortes<br />
oblicuos y transversales y su tendón de inserción en el fémur<br />
es difícil de observar.<br />
El músculo sartorio se estudia de modo inicial con CT<br />
que lo muestran muy superficial, con una forma de lente<br />
biconvexa, por dentro <strong>del</strong> vasto interno y por encima de<br />
los vasos femorales. El músculo recto interno es muy similar<br />
al anterior, aunque por dentro <strong>del</strong> sartorio y en ocasiones<br />
se estudia mejor con el paciente en decúbito prono.<br />
Para el estudio de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />
posterior el paciente se coloca en decúbito prono con el<br />
muslo y la pierna en extensión. Se estudian en CT y CL,<br />
de fuera a dentro y de arriba abajo. El más externo es el<br />
bíceps, el más interno el semimembranoso y entre los 2 se<br />
encuentra el semitendinoso. Se diferencian bien por sus<br />
aponeurosis hiperecogénicas.<br />
Las lesiones traumáticas <strong>del</strong> muslo son muy frecuentes<br />
y constituyen el 75 % de los traumas deportivos.<br />
A veces es necesario utilizar un transductor de 5<br />
MHz, sobre todo en algunos deportistas con grandes<br />
masas musculares.<br />
Las lesiones traumáticas predominan en el cuádriceps,<br />
sobre todo en el recto anterior y vasto externo. En estas<br />
lesiones la ecografía puede calcular la importancia <strong>del</strong> daño<br />
anatómico, reconocer los signos de gravedad (ruptura<br />
aponeurótica y hematoma voluminoso), seguir su evolución<br />
y detectar su curación y complicaciones.<br />
La ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps, casi siempre por<br />
un trauma directo, puede localizarse en el cuerpo <strong>del</strong> tendón<br />
o en la unión musculotendinosa.<br />
Las rupturas intrínsecas de los músculos de esta región<br />
pueden ocurrir a cualquier altura son difíciles de identificar<br />
los arrancamientos superiores <strong>del</strong> tendón, que sólo<br />
se hace tardíamente al reconocer una calcificación.<br />
El aspecto evolutivo es similar en los traumas directo<br />
o indirectos, lográndose una restitución a la normalidad<br />
de la ecoestructura muscular y aponeurótica, u otras veces<br />
con una cicatriz fibrosa o calcificación.<br />
Las lesiones traumáticas de los músculos posteriores <strong>del</strong><br />
muslo predominan en los músculos isquiocrurales y aductores,<br />
y casi siempre se relacionan con algún tipo de deporte.<br />
Ahora bien, el examen ecográfico <strong>del</strong> paquete vasculonervioso<br />
<strong>del</strong> muslo se debe realizar con el paciente en<br />
decúbito supino con el MI en extensión y con una ligera<br />
rotación externa. Su porción distal puede estudiarse en decúbito<br />
prono.<br />
El examen se inicia con un CT hacia la porción<br />
superointerna <strong>del</strong> muslo, en que la arteria se ve como un<br />
anillo anecoico con reforzamiento posterior, por debajo <strong>del</strong><br />
músculo sartorio y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vasto interno, animada<br />
de latidos. Debe completarse con CL y preferentemente con<br />
técnica de Doppler color. La vena femoral, por dentro de la<br />
arteria tiene las mismas características, pero la pared es<br />
más fina, no está animada de latidos y se deja comprimir<br />
con el transductor. El Doppler es definitivo en su estudio.<br />
La ecografía de los nervios queda limitada al ciático,<br />
para lo cual el paciente se coloca en decúbito prono y el<br />
muslo en extensión. El examen se inicia con CT para localizarlo,<br />
apareciendo como una estructura redondeada<br />
hiperecogénica de alrededor de 1 cm de diámetro y por <strong>del</strong>ante<br />
<strong>del</strong> bíceps femoral. En CL el ciático aparece como una<br />
banda regular de estructura fibrilar hiperecogénica cuyo trayecto<br />
hacia el raquis puede seguirse a través de la nalga.<br />
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128 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ARTICULACIÓN DE LA RODILLA. PIERNA<br />
ECOGRAFÍA DE LA RODILLA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Las ventajas <strong>del</strong> estudio de la rodilla con la ecografía<br />
son similares a las <strong>del</strong> resto <strong>del</strong> SOMA: su naturaleza dinámica<br />
e interactiva, su rápida realización, la relación<br />
costo/beneficio, la ausencia de molestias para el paciente<br />
y la posibilidad de evaluar los tejidos blandos<br />
periarticulares. Si bien la IRM es la regla de oro en la<br />
enfermedad de los meniscos, médula ósea y tumores, la<br />
ecografía es el método de elección en las lesiones<br />
musculotendinosas, rupturas ligamentarias, masas<br />
poplíteas, dolor localizado en la rodilla y para evaluar la<br />
sinovial y las bursas.<br />
Los síndromes clínicos relacionados con la articulación<br />
de la rodilla pueden agruparse, según las regiones<br />
anatómicas dolorosas <strong>del</strong> paciente en: anterior, medial,<br />
lateral y posterior.<br />
Las causas de dolor en la región anterior incluyen al:<br />
síndrome patelofemoral, tendinopatía patelar, inestabilidad<br />
patelar o femoral, fenómeno de atrapamiento de la grasa,<br />
bursitis infrapatelar y prepatelar, plica sinovial, tendinitis<br />
<strong>del</strong> cuádriceps, enfermedad de Osgood-Schlater (O-Sch),<br />
enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson (SLJ) y al dolor<br />
referido originado en la cadera o columna lumbar.<br />
Las causas de dolor medial de la rodilla incluyen:<br />
tendinitis <strong>del</strong> pie anserino, bursitis, lesiones <strong>del</strong> LCM, lesiones<br />
<strong>del</strong> menisco medial, trastornos degenerativos, plica<br />
sinovial y el dolor referido originado en la cadera o columna<br />
lumbar.<br />
Las causas de dolor en la cara lateral incluyen al: síndrome<br />
de fricción de la banda iliotibial, síndrome de presión<br />
excesiva lateral, tendinitis <strong>del</strong> bíceps femoral, esguince<br />
de la articulación tibioperonea superior, enfermedad <strong>del</strong><br />
menisco lateral, osteoartritis (OA) y el dolor referido.<br />
Por último, las causas de dolor en la cara posterior se<br />
deben a: derrame articular, tendinitis <strong>del</strong> poplíteo, quiste de<br />
Baker, rotura <strong>del</strong> LCP, lesión <strong>del</strong> menisco y el dolor referido.<br />
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DE LA RODILLA<br />
EN LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica de la ecografía<br />
en la rodilla, hemos considerado de interés el ofrecer una<br />
visión, en cortes anatomorradiológicos, de los diferentes<br />
planos de esta articulación, aunque no todas las estructuras<br />
sean identificables en la ecografía.<br />
Cortes axiales.Proporcionan información sobre las relaciones<br />
entre la patela, el fémur y la tibia. Su aspecto<br />
varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En cortes a nivel de la porción media de la articulación<br />
patelofemoral, se pueden estudiar las carillas articulares<br />
de la patela: la externa más extensa y la medial<br />
más oblicua y se puede ver también el grueso cartílago;<br />
además, se visualizan los retináculos medial y lateral.<br />
Las reflexiones medial y lateral de la bursa<br />
suprapatelar no deben confundirse con la inserción de<br />
los retináculos ni con la plica sinovial.<br />
. En cortes a nivel de la articulación de la rodilla se ven<br />
los meniscos, el medial tiene la forma de una C abierta,<br />
con un cuerno anterior más estrecho. El menisco<br />
lateral tiene una forma más circular y es de grosor<br />
uniforme. El ligamento transversal de la rodilla tiene<br />
la forma de una banda que une los cuernos anteriores<br />
de ambos meniscos atravesando la grasa de Hoffa. Los<br />
tendones <strong>del</strong> semimembranoso (SM) y semitendinoso<br />
(ST) aparecen como estructuras circulares, situados<br />
por fuera de la cabeza medial <strong>del</strong> gemelo y posteriores<br />
al platillo tibial medial. El tendón <strong>del</strong> SM es más grueso<br />
que el <strong>del</strong> ST. El sartorio (elíptico) y el tendón <strong>del</strong><br />
Articulación de la rodilla. Pierna 129
gracilis (circular) se sitúan medial y posterior al SM y<br />
ST, en el mismo plano que el ligamento colateral medial<br />
(LCM). El tendón <strong>del</strong> bíceps femoral, próximo a su<br />
inserción en la cabeza <strong>del</strong> peroné se sitúa anterolateral<br />
a la cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo. La arteria poplítea se<br />
sitúa por <strong>del</strong>ante de la vena, entre las 2 cabezas <strong>del</strong><br />
gemelo y por detrás <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />
lateral. El ligamento colateral externo (LCE) está rodeado<br />
por grasa que es hiperecogénica. Las inserciones<br />
<strong>del</strong> ligamento cruzado anterior (LCA) y <strong>del</strong> ligamento<br />
cruzado posterior (LCP) pueden verse en la escotadura<br />
intercondílea, el LCP es circular. El origen <strong>del</strong> LCA<br />
puede verse en el lado medial <strong>del</strong> cóndilo femoral externo<br />
y el <strong>del</strong> ligamento cruzado posterior (LCP) en el<br />
lado externo <strong>del</strong> cóndilo femoral interno (en la IRM).<br />
. Un corte infrapatelar muestra la grasa de Hoffa, limitada<br />
por fuera por la banda iliotibial, por dentro por el<br />
retináculo medial y por <strong>del</strong>ante por el tendón patelar. A<br />
nivel de los cóndilos femorales el nervio tibial se localiza<br />
por detrás de la vena poplítea mientras que el nervio<br />
peroneo común se localiza lateral al músculo plantar.<br />
. En cortes más bajos se pueden ver las superficies de<br />
los platillos tibiales en cuya parte posterior aparece la<br />
inserción <strong>del</strong> LCP. El músculo poplíteo se ve por detrás<br />
de la tibia, a nivel de la articulación tibio-peronea<br />
superior.<br />
Cortes sagitales. Ofrecen una información espacial de<br />
los componentes de los ligamentos colaterales y de la<br />
cápsula vecina y son muy útiles para evaluar los<br />
meniscos. Su aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En un corte en línea media se ve el compartimiento<br />
patelofemoral, el cuádriceps y el tendón rotuliano. La<br />
grasa de Hoffa infrapatelar se sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón<br />
patelar. El cartílago posterior de la patela dibuja un<br />
arco liso convexo y a este nivel se puede ver una bursa<br />
en la parte superior de la patela. En la parte posterior<br />
de la rodilla se ve el tendón y músculo <strong>del</strong> SM. El vasto<br />
medial se sitúa anterior al cóndilo femoral medial.<br />
. En cortes realizados de la línea media hacia fuera se<br />
ve primero el LCP y luego el LCA. El primero es grueso,<br />
que se arquea desde su origen anterolateral en el<br />
cóndilo femoral interno hasta su inserción en la superficie<br />
posteroinferior de la tibia. Se pueden ver los ligamentos<br />
menisco femoral anterior y posterior, por <strong>del</strong>ante<br />
y por detrás <strong>del</strong> LCP (IRM).<br />
. En una sección a nivel <strong>del</strong> espacio intercodíleo se puede<br />
ver que la arteria poplítea es anterior a la vena. En<br />
la porción externa de la escotadura intercondílea se ve<br />
al LCA extendido oblicuamente desde su origen en la<br />
porción posteromedial <strong>del</strong> cóndilo femoral externo,<br />
hasta su inserción que se inicia a 15 mm. <strong>del</strong> borde<br />
anterior de la superficie articular de la tibia, entre las<br />
2 espinas tibiales. El LCA está compuesto de 2 bandas<br />
de fibras funcionales: una banda anteromedial y<br />
otra posterolateral.<br />
. En cortes muy externos se puede ver al tendón conjunto<br />
de inserción <strong>del</strong> LCL y <strong>del</strong> bíceps en la cabeza <strong>del</strong><br />
peroné. La cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo se ve por detrás<br />
<strong>del</strong> peroné y <strong>del</strong> músculo poplíteo que aparecen entre<br />
la cápsula y la periferia <strong>del</strong> menisco lateral con un<br />
trayecto intraarticular.<br />
Cortes coronales. Se utilizan de modo preferente para el<br />
estudio de los ligamentos colaterales y los ligamentos<br />
cruzados. Su aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En cortes muy posteriores se ve la cápsula posterior,<br />
el tendón <strong>del</strong> poplíteo, los ligamentos cruzados, los<br />
meniscos, los ligamentos colaterales y los músculos<br />
extensores. También se ven los vasos poplíteos. El LCL<br />
se ve como un cordón extendido desde su inserción en<br />
la cabeza peronea hasta el epicóndilo externo <strong>del</strong> fémur,<br />
separado <strong>del</strong> menisco lateral por el tendón<br />
poplíteo. Por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> LCP se ve al ligamento de<br />
Humphrey y por detrás, el de Wrisberg, en forma de<br />
bandas finas, y extendidos desde el cuerno posterior<br />
<strong>del</strong> menisco lateral a la superficie externa <strong>del</strong> cóndilo<br />
medial (IRM).<br />
. En cortes mediocoronales se ve la espina tibial anterior,<br />
y algo más por <strong>del</strong>ante se distingue la grasa de<br />
Hoffa infrapatelar, anterior al compartimiento lateral<br />
de la rodilla. También se puede identificar a la banda<br />
iliotibial que se confunde con el retináculo patelar lateral,<br />
y al vasto medial que está en continuidad con la<br />
inserción <strong>del</strong> retináculo medial. El ligamento colateral<br />
medial se ve en CC mediales que dan la impresión de<br />
fusionarse con la metáfisis interna, en forma de una<br />
banda que va desde el epicóndilo femoral al cóndilo<br />
medial de la tibia (IRM).<br />
. En cortes, aún más anteriores, se ven los tendones <strong>del</strong><br />
cuádriceps y de la patela. Los ligamentos cruzados también<br />
pueden estudiarse en CC. El LCP aparece en forma<br />
circular, en cortes anteriores y medio coronales. En CC<br />
posteriores, se ve la inserción triangular <strong>del</strong> LCP originado<br />
en la cara lateral <strong>del</strong> cóndilo femoral interno (IRM).<br />
TÉCNICA<br />
Para el estudio de la cara anterior de la rodilla el examen<br />
debe iniciarse con el paciente en decúbito supino, con<br />
130 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
las piernas extendidas. Siempre es aconsejable realizar un<br />
examen comparativo con el lado opuesto sano, así como<br />
practicar maniobras de contracción muscular isométrica y<br />
movimientos pasivos y activos de flexión y extensión de la<br />
rodilla. Se deben utilizar transductores entre 5 y 14 MHz,<br />
realizando cortes longitudinales y transversales que se extienden<br />
desde la región suprarrotuliana hasta la porción<br />
distal de la rodilla.<br />
Las porciones laterales (externa y medial) se pueden<br />
estudiar en esta misma posición o con una ligera inclinación<br />
<strong>del</strong> paciente tratando de separar ambas piernas.<br />
Para el estudio de la región posterior, se coloca al paciente<br />
en decúbito prono con los pies colgando fuera de la<br />
camilla, realizándose cortes longitudinales, en línea media<br />
y parasagitales, así como cortes transversales que se extienden<br />
por todo el hueco poplíteo.<br />
El estudio <strong>del</strong> paquete vasculonervioso de la región se<br />
ve auxiliado por la técnica de Doppler color.<br />
Existen técnicas especiales para el estudio de algunas<br />
regiones anatómicas de la rodilla, que permiten un mejor<br />
abordaje de estas y que serán señaladas en los capítulos<br />
correspondientes.<br />
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />
Pasaremos a realizar un breve recordatorio de las principales<br />
características ecográficas de las estructuras anatómicas<br />
de la rodilla.<br />
TENDONES Y MÚSCULOS<br />
Todos los tendones, cualquiera que sea su localización,<br />
tienen un patrón sonográfico similar: un peritendón<br />
con el aspecto de una banda hiperecoica periférica que<br />
rodea a las fibras internas, fibrilares, que son menos<br />
ecogénicas y con un patrón homogéneo y paralelo.<br />
De los tendones de la rodilla, uno de los más importantes<br />
es el que corresponde al tendón <strong>del</strong> cuádriceps. En<br />
la ecografía aparece como una estructura superficial bien<br />
definida, rodeada de tejido graso y por las PB vecinas. Por<br />
su parte el músculo vasto interno se extiende hasta el borde<br />
proximal interno de la patela, dando origen a un grueso<br />
tendón que se inserta más distalmente en el borde interno<br />
de la patela y en el borde medial <strong>del</strong> cóndilo femoral interno.<br />
El músculo vasto interno se continúa hacia abajo con<br />
el retináculo patelar medial, que es hiperecoico.<br />
En el borde externo de la patela se ve el retináculo<br />
patelar lateral (hiperecoico) que se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> vasto lateral y <strong>del</strong> tracto iliotibial y que yace en<br />
el contorno externo <strong>del</strong> cóndilo femoral lateral.<br />
Los músculos gemelos y semimembranoso aparecen<br />
hipoecoicos. El tendón <strong>del</strong> semitendinoso se sitúa por detrás<br />
<strong>del</strong> músculo y tendón <strong>del</strong> semimembranoso y forma<br />
con los tendones <strong>del</strong> recto interno y sartorio el llamado<br />
“pie anserino” que se inserta en la parte interna de la<br />
metáfisis tibial proximal.<br />
El tendón rotuliano se origina <strong>del</strong> borde inferior de la<br />
patela; ancho en su origen, se estrecha hacia su inserción<br />
distal en la tuberosidad anterior de la tibia. Para el estudio<br />
de este tendón el paciente se examina en posición supina<br />
con la rodilla ligeramente flexionada con cortes<br />
longitudinales y transversales. El tendón normal es menos<br />
ecogénico en sus sitios de inserción.<br />
LIGAMENTOS<br />
El LCM está compuesto por 2 bandas paralelas<br />
hiperecoicas, separadas por un tejido areolar laxo,<br />
hipoecoico. Su porción profunda se inserta en el menisco<br />
y la capa superficial se inserta por detrás en la cara lateral<br />
de la metáfisis tibial interna y en la porción proximal <strong>del</strong><br />
cóndilo femoral interno.<br />
El LCL es fino y relativamente hiperecoico, con un curso<br />
oblicuo anterior hacia el cóndilo femoral externo. En esta<br />
región hay 2 estructuras que se insertan en la cabeza <strong>del</strong><br />
peroné: el LCL, y el tendón <strong>del</strong> bíceps femoral que también<br />
es hiperecoico y con dirección oblicuo posterior.<br />
El nervio peroneo común se sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> bíceps y por fuera <strong>del</strong> gemelo externo, <strong>del</strong> plantar<br />
y <strong>del</strong> sóleo.<br />
El LCP puede visualizarse como una banda hipoecoica<br />
que cursa oblicuamente desde el platillo tibial de la espina<br />
tibial posterior al contorno lateral <strong>del</strong> cóndilo interno, con<br />
el paciente en decúbito prono.<br />
El LCA hipoecoico, se puede ver por detrás de la patela<br />
en un corte oblicuo lateral por vía anterior, con la rodilla<br />
flexionada en 60 grados. Este ligamento se ve como cursa<br />
oblicuamente desde el borde medial <strong>del</strong> cóndilo femoral<br />
externo hacia la espina tibial anterior.<br />
MENISCOS<br />
Los meniscos en forma de C o en semiluna, están unidos<br />
a la superficie condílea de la tibia y contribuyen a la<br />
estabilidad mecánica <strong>del</strong> deslizamiento femorotibial. Ellos<br />
protegen al cartílago articular actuando como un buffer<br />
entre la superficie femoral y tibial en la carga de peso.<br />
Ellos proporcionan lubricación y aumentan la estabilidad<br />
proporcionando congruencia entre las superficies articulares<br />
de la rodilla.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 131
En resumen sus funciones son:<br />
. Transmitir fuerzas axiales y de torsión a través de la<br />
articulación de la rodilla.<br />
. Producir acolchonamiento mecánico al peso corporal.<br />
. Limitar el desplazamiento compresivo de la rodilla.<br />
. Distribuir el líquido sinovial.<br />
. Aumentar el área de superficie para la movilidad de<br />
los cóndilos femorales.<br />
. Prevenir el síndrome de choque sinovial.<br />
La cara superior <strong>del</strong> menisco es lisa y cóncava para<br />
obtener mayor contacto con el fémur. La inserción tibial<br />
se hace a través de los ligamentos menisco- femoral y<br />
meniscotibial (ligamentos coronarios). Sólo <strong>del</strong> 10 al 25<br />
% de la periferia de los meniscos es irrigado por un plexo<br />
capilar, mientras que el menisco adulto es relativamente<br />
avascular.<br />
Cada menisco se divide en 2 cuernos y un cuerpo. Al<br />
corte sagital, los cuernos de ambos meniscos tienen una<br />
forma triangular con el borde externo convexo y el ápex<br />
dirigido al espacio intercondíleo.<br />
El cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial es mayor que su<br />
cuerno anterior. Se puede ver una pequeña banda de grasa,<br />
que rodea a la bursa entre el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />
medial y la parte posterior de la cápsula que es ecogénica.<br />
El menisco medial tiene forma de una letra C más abierta,<br />
es menos móvil y está unido a la capa profunda <strong>del</strong><br />
LCM y a la cápsula, lo que lo hace más susceptible a las<br />
lesiones. Puede verse una pequeña bursa que separa el<br />
cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial de la cápsula articular<br />
(IRM).<br />
Los cuernos anteriores no deben medir más de 6 mm<br />
de altura. En su microestrucura los haces colágenos se<br />
disponen en 2 zonas: una circunferencial en el tercio periférico<br />
<strong>del</strong> menisco y otra transversal que une la zona<br />
circunferencial con el borde libre <strong>del</strong> menisco.<br />
La unión meniscocapsular se sitúa en la periferia de la<br />
zona circunferencial y su función es resistir al estrés provocado<br />
por el peso.<br />
El menisco lateral, como ya hemos señalado, tiene forma<br />
de una letra C cerrada y acondiciona al tendón poplíteo<br />
por detrás. Está separado <strong>del</strong> LCL, y su cuerno posterior<br />
tiene una inserción en el LCP y en el cóndilo femoral interno,<br />
a través de los ligamentos meniscocapsulares posteriores.<br />
Este menisco, más móvil, cubre los 2/3 de la superficie<br />
articular de la tibia y tiene un hiato posterior de 1 cm.<br />
para el pase <strong>del</strong> tendón poplíteo. La función de este tendón<br />
es halar al menisco lateral hacia atrás con la rodilla en<br />
flexión. El músculo poplíteo puede rotar la tibia con la<br />
rodilla en extensión.<br />
En la ecografía el menisco normal aparece como una<br />
estructura triangular hiperecoica y homogénea, con el vértice<br />
dirigido a la porción medial de la articulación. El cuerno<br />
posterior y los bordes laterales pueden evaluarse con la<br />
ecografía. En la parte posterior <strong>del</strong> menisco lateral se puede<br />
ver un defecto producido por el tendón poplíteo que es<br />
hiperecoico; la vaina que lo rodea, tiene comunicación con<br />
la articulación y el tendón se inserta en la fosa correspondiente<br />
que tiene el cóndilo femoral lateral.<br />
Ligamento cruzado anterior (LCA)<br />
Los ligamentos cruzados son estructuras<br />
intracapsulares y extrasinoviales. El LCA es el estabilizador<br />
primario en el desplazamiento anterior de la tibia. Él<br />
se inserta por arriba en la cara posteromedial <strong>del</strong> cóndilo<br />
femoral externo y se extiende hacia adentro y abajo para<br />
terminar en el espacio intercondíleo entre las inserciones<br />
anteriores de los meniscos. Mide 11mm de ancho y entre<br />
31 y 38 mm de largo. Funcionalmente está constituido por<br />
2 haces de fibras: el haz anterior o anteromedial que es el<br />
mayor y que se pone en tensión con la flexión de la rodilla,<br />
mientras que el haz posterolateral (más corto) se tensa con<br />
la extensión de la rodilla. En la flexión las fibras<br />
anteromediales se tuercen sobre las fibras posterolaterales.<br />
El LCA previene la traslación anterior de la tibia y se opone<br />
a la traslación posterior <strong>del</strong> fémur. Es muy difícil su<br />
observación en la ecografía, no así con la IRM.<br />
Ligamento cruzado posterior (LCP)<br />
El LCP se origina en el lado externo <strong>del</strong> cóndilo femoral<br />
interno, cruza al LCA y se inserta en la parte posterior de<br />
la fosa intercondílea de la tibia. Tiene un haz anterolateral<br />
y otro posteromedial que se tensan en flexión y extensión<br />
respectivamente. En la flexión progresiva de la rodilla el<br />
haz posteromedial pasa hacia <strong>del</strong>ante y por debajo <strong>del</strong> haz<br />
anterolateral.<br />
El LCP se considera un estabilizador central de la rodilla<br />
limitando el desplazamiento tibial posterior de la tibia<br />
sobre el fémur. El LCP estabiliza la rodilla contra una<br />
excesiva angulación en valgo o en varo y se opone a la<br />
rotación interna de la tibia sobre el fémur.<br />
El LCP aparece como una estructura en banda gruesa,<br />
extendido desde el espacio intercondíleo en el cóndilo<br />
femoral interno por arriba, hasta la parte posterior <strong>del</strong> platillo<br />
tibial por debajo. Tiene una porción horizontal y otra<br />
más vertical, unidos por una rodilla suave. Las lesiones<br />
son menos frecuentes que las <strong>del</strong> LCA y raramente son<br />
aisladas. En la ecografía solo se visualiza parcialmente.<br />
132 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Ligamentos colaterales<br />
Si bien la mayoría de los ligamentos tienen una estructura<br />
anatómica similar, no sucede lo mismo con los<br />
ligamentos colaterales de la rodilla, que por su complejidad<br />
requieren de un estudio independiente.<br />
Ligamento colateral medial (LCM)<br />
El LCM mide entre 8 y 10 cm de largo y se extiende<br />
desde su origen en el epicóndilo medial hasta 4,5 cm por<br />
debajo <strong>del</strong> platillo tibial, posterior a la inserción <strong>del</strong> tendón<br />
anserino, cubierto por los músculos de esta región. En<br />
él se pueden distinguir 3 capas:<br />
Capa 1. Se trata de la capa superficial, en el lado<br />
medial de la rodilla, que está constituida por la continuación<br />
de la fascia crural profunda. Por arriba y<br />
por <strong>del</strong>ante la fascia se continua con la <strong>del</strong> vasto<br />
medial, mientras que por detrás lo hace con la <strong>del</strong><br />
músculo sartorio. Por <strong>del</strong>ante esta capa (1), unida<br />
a la capa (2) forman el retináculo medial patelar. A<br />
lo largo <strong>del</strong> tercio medio de la porción interna de la<br />
rodilla la fascia se separa de la porción superficial<br />
<strong>del</strong> LCM por una capa de tejido graso. Por detrás<br />
la fascia se sitúa superficial a los tendones <strong>del</strong> SM,<br />
ST y gracilis. Los tendones de estos 2 últimos músculos<br />
se mezclan con la fascia o con el LCM en su<br />
inserción en la tibia.<br />
Capa 2. El principal componente de esta capa medial<br />
es la porción superficial <strong>del</strong> LCM que se sitúa a lo<br />
largo <strong>del</strong> tercio medio de la rodilla y donde está<br />
compuesta por fibras verticales <strong>del</strong> LCM. Por detrás<br />
de este componente vertical <strong>del</strong> LCM se encuentra<br />
la porción oblicua posterior, la cual se fusiona<br />
con la capa (3) y está íntimamente unida a la<br />
porción posteromedial <strong>del</strong> menisco. Esta estructura<br />
así unida se conoce como ligamento oblicuo posterior.<br />
En su trayecto por detrás de la rodilla, esta<br />
estructura recibe fibras <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SM y de la<br />
vaina sinovial, rodeando la cara posterior <strong>del</strong> cóndilo<br />
femoral y donde recibe el nombre de ligamento<br />
poplíteo oblicuo.<br />
Capa 3. Constituye la porción más profunda de la<br />
capa capsular. Por <strong>del</strong>ante, esta capa (3), se continúa<br />
con la cápsula <strong>del</strong> receso suprarrotuliano que<br />
se extiende a los bordes de la patela. Por detrás <strong>del</strong><br />
componente vertical de la porción superficial <strong>del</strong><br />
LCM la cápsula se engruesa, formando la porción<br />
profunda de este ligamento, vecina al menisco. La<br />
porción profunda <strong>del</strong> LCM está compuesta de fibras<br />
vecinas al menisco y a las extensiones menisco-femoral<br />
y meniscotibial que constituyen el llamado<br />
ligamento coronario. La bursa <strong>del</strong> LCM se<br />
localiza entre las capas superficiales y profundas a<br />
lo largo <strong>del</strong> tercio medio de la rodilla.<br />
Ligamento colateral lateral. Compartimiento<br />
lateral o externo de la rodilla<br />
El compartimiento lateral o externo de la rodilla se ha<br />
dividido en 3 capas estructurales:<br />
Capa 1. Es la más superficial, constituida por el ligamento<br />
iliotibial con su expansión anterior y por la<br />
porción superficial <strong>del</strong> bíceps femoral con su expansión<br />
posterior.<br />
Capa 2. Por <strong>del</strong>ante está constituida por la extensión<br />
retinacular anterior <strong>del</strong> cuádriceps y por detrás por<br />
los ligamentos patelofemorales.<br />
NOTA. Las capas 1 y 2 se mezclan en el lado externo<br />
de la patela.<br />
Capa 3. Es la más profunda y está constituida por la<br />
porción lateral de la cápsula incluyendo las<br />
inserciones en el menisco lateral y el ligamento<br />
capsular lateral con sus componentes menisco<br />
femoral y menisco tibial.<br />
El LCL está localizado posteriormente entre las divisiones<br />
superficial y profunda de la 3ra. capa. El ligamento<br />
en sí, es considerado como una estructura de la capa 2. El<br />
llamado complejo posterolateral incluye al LCL, tendón<br />
<strong>del</strong> poplíteo, cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo y los ligamentos<br />
poplíteo arcuato y políteo oblicuo.<br />
El ligamento poplíteo arcuato expande la porción<br />
posterolateral de la articulación y se extiende hacia abajo<br />
paralelo al LCL. Este ligamento tiene inserciones en el<br />
menisco lateral y en el tendón poplíteo. El ligamento<br />
poplíteo oblicuo está formado por la porción refleja <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> SM y constituye la porción primaria de la cápsula<br />
posterior.<br />
El LCL mide entre 5 y 7 cm, es extracapsular, libre de<br />
inserción meniscal durante su trayecto y va desde el cóndilo<br />
femoral externo hasta insertarse, junto al tendón <strong>del</strong><br />
bíceps femoral, en la cabeza <strong>del</strong> peroné. La porción<br />
intracapsular <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> poplíteo pasa por detrás <strong>del</strong><br />
LCL y las fibras posteriores <strong>del</strong> LCL se mezclan con la<br />
cápsula profunda contribuyendo a formar el ligamento<br />
poplíteo arcuato.<br />
La porción lateral de la rodilla se estabiliza por una<br />
disposición compleja de ligamentos, tendones y músculos<br />
que proporcionan una estabilidad antero-lateral y<br />
posterolateral.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 133
La estabilidad anterolateral se consigue por el ligamento<br />
capsular y el tractus iliotibial. La cápsula (ligamento<br />
capsular) también contribuye a mantener la estabilidad<br />
anterior y posterolateral. Su porción anterior está<br />
reforzada por los retináculos superior e inferior y el músculo<br />
vasto lateral. El tracto iliotibial, extensión de la fascia<br />
lata, termina en la superficie anterolateral de la tibia. Antes<br />
de su inserción en la tibia, algunas de sus fibras anteriores<br />
se fijan al retináculo lateral y algunas de sus fibras<br />
posteriores lo hacen en el cóndilo femoral lateral.<br />
Algunos ortopédicos consideran a la región<br />
posterolateral como a una unidad tendoligamentosa funcional<br />
conocida como ligamento complejo arcuato y que<br />
incluye al ligamento colateral lateral, tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
femoral, tendón y músculo poplíteo, ligamentos<br />
popliteomeniscal y popliteoperoneo, ligamentos<br />
popliteooblicuo, arcuato y fabeloperoneo y al músculo<br />
gemelo lateral.<br />
El tendón <strong>del</strong> bíceps femoral (BF) desciende por detrás<br />
<strong>del</strong> tracto iliotibial. El LCL y el tendón <strong>del</strong> BF terminan<br />
como un tendón único en el peroné.<br />
La función <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> BF junto con el músculo<br />
poplíteo y el tracto iliotibial es el ser un estabilizador dinámico<br />
de la tibia, mientras que el BF es rotador externo<br />
de la tibia. Este músculo es el principal estabilizador lateral<br />
de la rodilla y también rotador interno de la tibia. El<br />
ligamento meniscopoplíteo protege al menisco lateral de<br />
un excesivo desplazamiento anterior durante la extensión<br />
de la rodilla, mientras que el ligamento popliteoperoneo<br />
actúa como una polea que fija al músculo en posición,<br />
durante la contracción.<br />
Cuando la fabela está presente el ligamento<br />
fabeloperoneo se extiende desde el proceso estiloideo <strong>del</strong><br />
peroné hasta la fabela, pero cuando este ligamento está<br />
ausente se extiende hasta el cóndilo femoral.<br />
Estas estructuras requieren a veces de técnicas especiales<br />
para ser visualizadas en la IRM y deben ser investigadas<br />
con la ecografía.<br />
OTRAS ESTRUCTURAS DE LA ARTICULACIÓN<br />
DE LA RODILLA<br />
Ligamento transverso<br />
Este ligamento, que une los cuernos anteriores de los<br />
meniscos, de diámetro variable y ausente en el 40 % de los<br />
pacientes, puede motivar un diagnóstico erróneo de una<br />
ruptura oblícua <strong>del</strong> cuerno anterior <strong>del</strong> menisco lateral. El<br />
ligamento cursa entre la inserción tibial <strong>del</strong> LCA y el paquete<br />
graso infrapatelar, hasta su inserción en la parte<br />
anterosuperior <strong>del</strong> cuerno anterior <strong>del</strong> menisco medial. El<br />
ligamento aparece redondeado y se extiende desde el cuerno<br />
anterior <strong>del</strong> menisco lateral al cuerno anterior <strong>del</strong> menisco<br />
medial.<br />
Ligamentos meniscofemorales<br />
Como ya hemos señalado estos ligamentos están situados<br />
en el compartimiento posterolateral y comprenden<br />
al ligamento de Humphrey, anterior al LCP y la rama posterior<br />
<strong>del</strong> ligamento de Wrisberg, que se extiende por detrás<br />
<strong>del</strong> LCP. Su inserción en el menisco lateral puede simular<br />
una rotura vertical <strong>del</strong> cuerno posterior.<br />
Tendón poplíteo<br />
Este tendón puede provocar un diagnóstico erróneo de<br />
ruptura <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral, es de grosor<br />
variable y cuando hay un derrame articular la presencia<br />
de líquido en la vaina <strong>del</strong> tendón poplíteo puede mostrar<br />
un área hipoecoica. El trayecto <strong>del</strong> tendón y <strong>del</strong> músculo<br />
poplíteo pueden visualizarse en CC posteriores(IRM).<br />
Superficies óseas articulares<br />
Las superficies óseas de los cóndilos femorales y de<br />
los platillos tibiales aparecen bien definidos como líneas<br />
muy ecogénicas que dan SA.<br />
La ecografía se puede utilizar para valorar la integridad<br />
y grosor <strong>del</strong> cartílago articular de los cóndilos<br />
femorales y <strong>del</strong> surco intercondíleo y para lo cual debe<br />
flexionarse la rodilla en diferentes grados para una mejor<br />
visualización <strong>del</strong> cartílago, el cual aparece como una banda<br />
hipoecoica con sus bordes anterior y posterior bien definidos,<br />
midiendo el cartílago entre 1,2 y 1,9 mm. La superficie<br />
articular de la patela no es accesible a la ecografía.<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS DE LA RODILLA<br />
Lesión de los tendones<br />
Introducción<br />
Como conocemos, las afecciones más frecuentes de<br />
los tendones son:<br />
Peritendonitis. Se considera el período inicial de una<br />
enfermedad tendinosa, caracterizada por un proceso<br />
inflamatorio y que en la ecografía puede mostrar<br />
edema <strong>del</strong> peritendón.<br />
Tendinitis. Es la inflamación aguda o crónica de un<br />
tendón, el cual se muestra doloroso a la palpación<br />
con el transductor.<br />
134 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Insercionitis. Hay un área hipoecoica en la inserción<br />
<strong>del</strong> tendón. A veces se asocia a<br />
microcalcificaciones y distensión de la bursa vecina.<br />
Tendinopatías degenerativas. Pueden ser locales o<br />
difusas y casi siempre preceden a una ruptura. Se<br />
ven con frecuencia en la xantomatosis, en la<br />
insercionitis proximal <strong>del</strong> tendón rotuliano y en la<br />
osteocondritis de la TTA.<br />
Rupturas parciales y totales. En las rupturas parciales<br />
no recientes, hay un patrón de tendinopatía<br />
degenerativa, con áreas hipoecoicas debidas a<br />
hematomas y retracción de algunas fibras. En las<br />
rupturas completas, se ve aún mejor el hematoma<br />
y la separación de los tendones. Por lo general el<br />
peritendón está íntegro.<br />
En la rodilla las lesiones de tendinitis predominan en<br />
los tendones <strong>del</strong> cuádriceps, rotuliano, bicipital y <strong>del</strong> pie<br />
anserino. La tendinitis se ve como un engrosamiento y aspecto<br />
hipoecoico <strong>del</strong> tendón. Las calcificaciones ocurren<br />
en las formas crónicas, donde dan SA.<br />
La tendinitis <strong>del</strong> cuádriceps se muestra como un engrosamiento<br />
focal, hipoecoico, de límites poco preciso. A<br />
veces hay una calcificación en la inserción tendinosa <strong>del</strong><br />
cuádriceps. Es frecuente que se asocie con una tendinitis<br />
previa.<br />
La tendinitis <strong>del</strong> bíceps crural ocurre en los 2 cm<br />
distales <strong>del</strong> tendón, sobre todo en los corredores y pacientes<br />
obesos, el cual aparece engrosado e hipoecogénico. La<br />
tendinitis <strong>del</strong> pie anserino es casi siempre un proceso inflamatorio<br />
y afecta particularmente, la inserción <strong>del</strong> ST en<br />
la cara antero-medial de la tibia. El tendón aparece engrosado<br />
hipoecoico y con una bursitis asociada.<br />
La tendinopatía patelar proximal o insercionitis, causada<br />
por un sobreuso <strong>del</strong> mecanismo extensor de la rodilla,<br />
es la llamada rodilla <strong>del</strong> saltador o corredor. Se ve con<br />
frecuencia en aquellos deportes que requieren una acción<br />
repetida <strong>del</strong> mecanismo extensor de la rodilla. Otras veces<br />
se trata de una tendinitis focal con antecedentes de un trauma<br />
cerrado en el tendón patelar.<br />
En la ecografía el tendón aparece engrosado<br />
focalmente, inmediatamente por debajo <strong>del</strong> vértice de la<br />
patela, ligeramente hipoecoico, por degeneración mixoide,<br />
lo que favorece su ruptura. Si se prolonga la tendinitis, en<br />
deportistas que siguen entrenando, se interesa todo el tendón<br />
que aparece engrosado e hipoecoico, a veces con calcificaciones<br />
en los casos crónicos. Hay que diferenciarlo<br />
de la bursitis peritendinosa de la TTA, que en la ecografía<br />
aparece como una colección anecoica, oval, vecina al tendón<br />
patelar, así como de una insercionitis, que es casi exclusiva<br />
de los atletas y en la cual hay un engrosamiento de<br />
la inserción fibrocartilaginosa <strong>del</strong> tendón. Hay alteraciones<br />
en la distribución y densidad de las fibrillas tendinosas<br />
que afectan principalmente a su porción profunda. En los<br />
casos crónicos hay calcificaciones distróficas. La grasa<br />
de Hoffa se inflama y se hace más hiperecoica.<br />
Ruptura tendinosa<br />
La ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps, frecuente en la<br />
prótesis total de la rodilla, en los traumas, en las<br />
contracturas musculares bruscas y en algunas enfermedades<br />
sistémicas, aparece como una hendidura hipoecoica<br />
con separación <strong>del</strong> tendón en ambos lados, en ocasiones<br />
con presencia de líquido arremolinado en su interior, muchas<br />
veces con producción de una sombra acústica por<br />
artefacto de refracción.<br />
La ruptura puede ser total o parcial y predomina en la<br />
unión musculotendinosa o en la inserción <strong>del</strong> tendón en la<br />
patela. En la ruptura parcial se ve un defecto hipoecoico<br />
(hematoma) en alguna de las 4 láminas de este tendón.<br />
Los tendones <strong>del</strong> bíceps femoral y los de la corva también<br />
son susceptibles a las rupturas tendinosas. Cuando se<br />
rompe el tendón <strong>del</strong> bíceps femoral, que ayuda a estabilizar<br />
la articulación, se confunde con una ruptura <strong>del</strong> menisco<br />
lateral. La ruptura de los tendones de la región<br />
anserina son frecuentes en los peloteros. El tendón aparece<br />
engrosado, hipoecoico y con una bursitis asociada.<br />
OTRAS TENDINOPATÍAS<br />
Casi siempre son postraumáticas o relacionadas con un<br />
trauma deportivo y casi nunca de naturaleza degenerativa,<br />
salvo la asociada con la enfermedad de Osgood-Schlatter<br />
(O-Sch). en que hay una apófisis tibial prominente que predispone<br />
a una tendinopatía crónica de la porción distal <strong>del</strong><br />
tendón patelar, asociado a veces con una bursitis infrapatelar.<br />
En la enfermedad de O-Sch, el cartílago no osificado<br />
de la TTA aparece inflamado con engrosamiento <strong>del</strong> TCS,<br />
edema <strong>del</strong> tendón patelar y distensión de la bursa profunda<br />
infrapatelar.<br />
La enfermedad de Sinding-Larsen-Johannson ocurre<br />
en el niño donde hay fragmentación <strong>del</strong> polo inferior de la<br />
patela y se puede ver en la ecografía, a veces asociada con<br />
edema <strong>del</strong> tendón patelar o de la grasa de Hoffa.<br />
Quiste <strong>del</strong> tendón patelar<br />
El quiste <strong>del</strong> tendón patelar se trata de una degeneración<br />
quística en el 1/3 proximal de este tendón en atletas de<br />
gran actividad física y que puede rodearse de una cápsula.<br />
Casi siempre se trata de un proceso degenerativo mucoide.<br />
En la ecografía aparece hipoecoico o anecoico, con bordes<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 135
ien definidos.<br />
LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS COLATERALES<br />
Los ligamentos extraarticulares de la rodilla son los<br />
de más fácil acceso a la ecografía y su enfermedad<br />
traumática es muy frecuente.<br />
Lesión <strong>del</strong> ligamento colateral medial (LCM)<br />
En condiciones normales, y como ya hemos señalado,<br />
el LCM muestra 2 bandas paralelas anchas hiperecoicas<br />
separadas por un tejido areolar laxo, hipoecoico, extendido<br />
desde el cóndilo medial a la metáfisis tibial interna, en<br />
forma de una estructura plana y ancha. La banda profunda<br />
está unida al menisco tibial. Su grosor promedio en su<br />
inserción femoral es de 4,3 mm y en la inserción tibial es<br />
de 2,3 mm. Tiene una capa profunda unida al menisco<br />
medial y una capa superficial.<br />
La lesión de este ligamento se produce por un estrés<br />
en valgo con la rodilla parcialmente flexionada. En ocasiones<br />
es complicación de una artroscopia. En la ecografía<br />
aparece como una estructura trilaminar compuesta de 2<br />
capas hiperecoicas separadas por una zona central<br />
hipoecoica constituida por tejido areolar laxo y ocasionalmente<br />
por una bursa.<br />
La ruptura de este ligamento, frecuente en los deportistas,<br />
se puede asociar con ruptura <strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> menisco<br />
medial.<br />
En la ecografía la ruptura se ve como una estructura<br />
hipoecoica heterogénea, con el ligamento engrosado, por<br />
edema y hemorragia. Por lo general la ruptura predomina<br />
en las fibras profundas vecinas al cóndilo femoral medial,<br />
donde se puede ver un área focal hipoecoica. En las rupturas<br />
agudas la lesión se muestra como una interrupción en<br />
las bandas hiperecoicas que interesan a ambos componentes<br />
<strong>del</strong> ligamento y cuyo defecto puede contener líquido.<br />
El sitio de ruptura (hipoecoico o anecoico), más frecuente<br />
es la unión de su porción profunda con el menisco medial.<br />
Cuando solo se lesiona la porción profunda <strong>del</strong> ligamento<br />
el hematoma queda limitado a la capa medial. En las lesiones<br />
más severas se rompen ambas capas. A veces, y en la<br />
ruptura parcial, solo se ve un engrosamiento hipoecoico<br />
<strong>del</strong> ligamento sin interrupción evidente de éste. En las rupturas<br />
pequeñas solo se ve engrosamiento <strong>del</strong> ligamento, lo<br />
que obliga a un estudio comparativo, siendo difícil de identificar<br />
la pérdida de integridad <strong>del</strong> ligamento. La distensión<br />
de la bursa intraligamentaria puede presentarse como<br />
una lesión quística a este nivel, siempre con conservación<br />
de la porción profunda <strong>del</strong> ligamento.<br />
La ruptura <strong>del</strong> LCM se asocia con frecuencia a ruptura<br />
<strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> menisco medio. En las lesiones crónicas<br />
con formación excesiva de un tejido de granulación y degeneración<br />
mucoide <strong>del</strong> ligamento, se puede ver una masa<br />
ecogénica dentro de él con interrupción <strong>del</strong> aspecto<br />
trilaminar que casi siempre es más prominente en su inserción<br />
femoral, a veces con calcificaciones (enfermedad de<br />
Pellegrini-Stieda). Este síndrome representa una miositis<br />
osificante en una ruptura crónica de este ligamento en su<br />
inserción femoral y produce una SA. Ocurre sobre todo en<br />
los casos de rupturas ligamentarias mal tratadas<br />
Lesión <strong>del</strong> ligamento colateral lateral (LCL).<br />
El LCL es más fino que el LCM y está orientado<br />
oblicuamente en dirección anterosuperior desde la cabeza<br />
<strong>del</strong> peroné al cóndilo femoral lateral. El tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
se sitúa por detrás y es muy ecogénico por su curso más<br />
paralelo. En la ecografía el ligamento normal aparece muchas<br />
veces hipoecoico por anisotropía. El tendón <strong>del</strong> bíceps<br />
femoral envuelve a este ligamento en forma de herradura,<br />
y en un CT su inserción peronea es difícil de diferenciar.<br />
Los traumas de este ligamento ocurren con la pierna<br />
en rotación interna y con una fuerza aplicada en varus.<br />
En la ecografía se ve como un área focal hipoecoica que<br />
es dolorosa a la presión o como un segmento engrosado<br />
vecino al peroné. Se asocia a desgarros <strong>del</strong> ligamento cruzado<br />
y <strong>del</strong> menisco lateral, así como a desgarro de la banda<br />
iliotibial.<br />
La ruptura completa <strong>del</strong> ligamento se muestra por una<br />
discontinuidad de éste con un hematoma (hipoecoico o<br />
anecoico), mientras que la ruptura parcial o esguince se<br />
puede ver como un área de hipoecogenicidad y de engrosamiento<br />
<strong>del</strong> ligamento. Se puede asociar con ruptura <strong>del</strong><br />
LCA, <strong>del</strong> menisco lateral, así como con desgarro de la<br />
banda iliotibial.<br />
Lesión de los ligamentos cruzados<br />
El estudio con ecografía de los ligamentos cruzados<br />
requiere de una gran experiencia y no siempre se obtiene<br />
una ventana adecuada para su estudio. Los ligamentos<br />
cruzados, son difíciles de estudiar con la ecografía, salvo<br />
la porción distal <strong>del</strong> LCP, especialmente cuando hay derrame<br />
articular asociado.<br />
Ligamento cruzado anterior (LCA)<br />
El ligamento cruzado anterior limita la hiperextensión<br />
y la rotación tibiofemoral, así como evita el desplazamiento<br />
anterior de la tibia. En condiciones normales el LCA se<br />
puede ver como una estructura lineal hipoecoica por detrás<br />
de la patela en un corte sagital oblícuo anterior, con la<br />
rodilla flexionada a 60 grados.<br />
136 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Las lesiones de este ligamento pueden ocurrir con la<br />
rotación externa y la abducción en hiperextensión, en ocasión<br />
de un desplazamiento directo hacia a<strong>del</strong>ante de la<br />
tibia; así como en la rotación interna de la tibia con la<br />
rodilla en extensión completa. La mayoría de las rupturas<br />
ocurren en la caída por salto en un “pivoteo” o una<br />
desaceleración súbita.<br />
Se asocia a derrame hemorrágico de la articulación<br />
y a desgarros <strong>del</strong> menisco medial y <strong>del</strong> ligamento colateral<br />
medial.<br />
En la hemartrosis aguda, frecuentemente asociada, hay<br />
una colección hipoecoica a lo largo de la pared lateral <strong>del</strong><br />
espacio intercondíleo femoral, lo que se corresponde siempre<br />
con la ruptura aguda de este ligamento. Se trata de un<br />
hematoma en su inserción femoral. Las lesiones <strong>del</strong> LCA,<br />
en su inserción tibial, no se ven en la ecografía.<br />
Ligamento cruzado posterior (LCP)<br />
El LCP se origina en la superficie lateral <strong>del</strong> cóndilo<br />
femoral interno y se inserta en el área intercondílea de la<br />
porción proximal de la tibia, a 1 cm por debajo de la superficie<br />
articular. Tiene un curso sagitaloblicuo en su ½<br />
distal en un plano paralelo y muy relacionado, con la porción<br />
proximal y posterior de la tibia. Su longitud promedio<br />
es de 38 mm y su ancho de 13 mm. Su área de corte<br />
seccional disminuye hacia su porción distal y en la medición<br />
se incluye la grasa vecina y los ligamentos<br />
meniscofemorales.<br />
Para su visualización se utiliza un transductor lineal<br />
de alta resolución con el paciente en decúbito prono y la<br />
rodilla en posición neutra. El transductor se sitúa en la<br />
fosa poplítea, longitudinal al trayecto <strong>del</strong> ligamento, cerca<br />
de su inserción distal en la tibia. Debe hacerse presión con<br />
la porción proximal <strong>del</strong> transductor y con una ligera<br />
angulación, para obtener un plano paralelo al ligamento.<br />
Sólo se logra ver bien su porción distal, la que se afina<br />
progresivamente. La medición <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong> ligamento se<br />
debe realizar a nivel de la inserción en la espina tibial,<br />
tomándose en cuenta su ecogenicidad y la definición de su<br />
contorno posterior.<br />
El LCP, es uniformemente hipoecoico, con su borde<br />
anterior íntimamente unido a la porción proximal de la<br />
tibia. El contorno posterior es liso y bien <strong>del</strong>imitado de la<br />
grasa intraarticular, que es hiperecoica. Se puede ver bien<br />
la porción de la cápsula que aparece como una línea<br />
hiperecoica entre la grasa articular y el músculo vecino,<br />
que es hipoecoico.<br />
En los pacientes normales, el grosor oscila entre 3,7 y<br />
6,2 mm, con una media de 4,5 mm; la diferencia de grosor<br />
con el ligamento sano, siempre es menor de 1 mm. La lesión<br />
aislada <strong>del</strong> LCP es rara. Casi siempre es resultado de<br />
un trauma directo en la cara anterior de la tibia con la<br />
pierna flexionada o por un trauma en hiperextensión. El<br />
ligamento cruzado posterior controla el desplazamiento<br />
posterior de la tibia sobre el fémur y estabiliza la rodilla<br />
en la angulación extrema en varus y valgus. Se asocia con<br />
desgarros <strong>del</strong> ligamento cruzado anterior, <strong>del</strong> menisco o<br />
de los ligamentos colaterales.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> LCP son frecuentes en los traumas de<br />
la rodilla, casi siempre por un trauma violento. En los desgarros<br />
agudos el diagnóstico clínico es difícil, ya que el<br />
dolor, la inflamación, la hemartrosis y el espasmo muscular,<br />
dificultan el examen. Es difícil diferenciarlos de una<br />
inestabilidad anteroposterior de la rodilla.<br />
Síndrome de la fricción iliotibial<br />
El síndrome de la fricción iliotibial (rodilla <strong>del</strong> corredor)<br />
es una fascitis debida a la inflamación de la fascia<br />
que forma el tracto iliotibial, que con los movimientos de<br />
flexión y extensión, hacen que la banda choque con el cóndilo<br />
lateral, especialmente en los corredores con excesiva<br />
pronación <strong>del</strong> pie. Es aconsejable realizar el estudio después<br />
<strong>del</strong> ejercicio en que se ve el engrosamiento de la fascia<br />
con disminución de su ecogenicidad. A veces la bursa vecina<br />
se distiende.<br />
Síndrome de presión excesiva lateral<br />
El síndrome de presión excesiva lateral resulta de la<br />
compresión de la articulación patelofemoral por un<br />
retináculo lateral muy rígido o por un esguince de la articulación<br />
tibioperonea superior. Este síndrome puede<br />
sospecharse en la ecografía cuando se observa el retináculo<br />
lateral muy rígido con los movimientos pasivos y activos.<br />
LESIONES DE LOS MENISCOS<br />
Es conveniente insistir en el aspecto anatómico y<br />
ecográfico normal de los meniscos. Los meniscos están<br />
compuestos de un cartílago semilunar unido en su periferia<br />
a la cápsula de la articulación de la rodilla. Los meniscos<br />
son estructuras triangulares con un borde externo convexo<br />
y un borde interno cóncavo, habiéndose dividido en un<br />
cuerno anterior, el cuerpo y un cuerno posterior.<br />
El menisco interno, más pequeño y fijo, en forma de<br />
una «C» abierta (más ancho por detrás), es asiento preferente<br />
de las rupturas traumáticas.<br />
El menisco externo, más grande y móvil, en forma de<br />
una «C» cerrada, soporta más carga y está más expuesto a<br />
lesiones degenerativas y es de localización casi exclusiva<br />
de las malformaciones congénitas.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 137
El examen debe realizarse en decúbito lateral con cortes<br />
transversales y longitudinales y haciendo ligero estrés<br />
en valgus y varus para examinar a los meniscos medial y<br />
lateral respectivamente. En la ecografía, el menisco aparece<br />
como un triángulo homogéneo hiperecoico interpuesto<br />
entre las capas hipoecoicas <strong>del</strong> cartílago articular.<br />
La ecografía es capaz de detectar las rupturas<br />
periféricas, sobre todo cuando se complican con un quiste.<br />
En la ecografía la ruptura <strong>del</strong> menisco puede verse como<br />
un defecto hipoecoico dentro <strong>del</strong> menisco, aunque también<br />
se ha descrito la presencia de bandas lineales ecogénicas o<br />
focos punteados dentro <strong>del</strong> mismo.<br />
Mucho se ha discutido el papel de la ecografía en las<br />
lesiones meniscales. Ello incluye:<br />
. La detección de rupturas o desgarros meniscales en<br />
ocasión <strong>del</strong> diagnóstico de un quiste de Baker.<br />
. La detección de una separación menisco-capsular.<br />
. La evaluación de una rodilla dolorosa con exámenes<br />
previos negativos.<br />
. Para identificar lesiones de los ligamentos colaterales<br />
o de las bursas periarticulares.<br />
. Para el diagnóstico de un quiste meniscal.<br />
. Para el estudio <strong>del</strong> menisco posoperatorio.<br />
. Para la identificación <strong>del</strong> grado de lesión meniscal, no<br />
siempre posible.<br />
DESGARROS Y RUPTURAS DE LOS MENISCOS<br />
La rotación <strong>del</strong> fémur sobre la tibia fija, durante la<br />
flexión y extensión llevan a los meniscos a un riesgo de<br />
ruptura. Los meniscos lesionados deben ser evaluados teniendo<br />
en cuenta modificaciones en su forma, volumen y<br />
las alteraciones en su ecogenicidad.<br />
La ruptura <strong>del</strong> menisco medial se inicia en la superficie<br />
inferior <strong>del</strong> cuerno posterior, mientras que el menisco<br />
lateral es más propenso a las rupturas transversales u oblicuas.<br />
Se asocia a menudo con hemorragia y las rupturas<br />
ocurren con frecuencia en las inserciones periféricas de<br />
los meniscos, lo que contribuye al dolor.<br />
Se ha tratado de establecer una clasificación de las<br />
rupturas meniscales con la ecografía parecida a la obtenida<br />
con la IRM y que la divide en 3 grados. Así tenemos:<br />
Lesión meniscal grado 1. Se ve un área con alteración<br />
de la ecogenicidad focal intrameniscal que no<br />
llega a la periferia. Puede verse de manera<br />
asintomática en algunos atletas. Se corresponde con<br />
un foco de degeneración mucinosa precoz, déficit<br />
de condrocitos o con un área hipocelular (mejor<br />
visualizada en la IRM).<br />
Lesión meniscal grado 2. Hay una línea horizontal<br />
intrameniscal, con alteración de la ecogenicidad que<br />
llega a la porción periférica <strong>del</strong> menisco sin interesar<br />
la superficie articular. Las áreas de degeneración<br />
mucinosa son más extensas y más frecuentes<br />
en el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial.<br />
Lesión meniscal grado 3. En este grado el área se<br />
extiende hasta la superficie articular. Se asocia con<br />
separación fibrocartilaginosa. Las lesiones de grado<br />
3 son más frecuentes en el cuerno posterior <strong>del</strong><br />
menisco medial sobre todo en su cara inferior.<br />
En todos los grados anteriores, deben valorarse las<br />
alteraciones de la morfología <strong>del</strong> menisco y modificaciones<br />
de su tamaño.<br />
Separación menisco-capsular<br />
La porción medial de la cápsula articular está dividida<br />
en un componente menisco femoral y otro menisco-tibial,<br />
separados de las fibras superficiales <strong>del</strong> ligamento colateral<br />
medial por una bursa. El cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />
medial, fijo a la tibia por el ligamento menisco-tibial y<br />
menos móvil, es muy susceptible a su ruptura en la inserción<br />
capsular.<br />
En condiciones normales el cartílago articular <strong>del</strong> platillo<br />
tibial, debe estar cubierto por el cuerno posterior <strong>del</strong><br />
menisco tibial, sin estar expuesto a la superficie <strong>del</strong> cartílago<br />
articular. Los signos de una separación meniscocapsular,<br />
en la IRM son:<br />
. Desplazamiento en 5 mm. o más <strong>del</strong> cuerno posterior<br />
<strong>del</strong> menisco medial.<br />
. Presencia de cartílago articular medial no cubierto por<br />
el menisco.<br />
. Presencia de líquido interpuesto entre el borde periférico<br />
<strong>del</strong> menisco y la cápsula.<br />
. Cuando hay una separación completa <strong>del</strong> cuerno posterior<br />
se puede ver al menisco flotando libremente, sobre<br />
todo si se asocia con ruptura <strong>del</strong> LCM, lo que es<br />
frecuente.<br />
En ocasiones y con la ecografía, se pueden identificar<br />
algunos de estos signos.<br />
Quistes meniscales<br />
Los quistes meniscales son masas quísticas<br />
multiloculadas llenas de material mucinoso. Para algunos<br />
se originan por una hendidura horizontal <strong>del</strong> menisco, mientras<br />
que para otros son debidos a una degeneración mixoide.<br />
Los quistes se asocian con frecuencia con ruptura horizontal<br />
<strong>del</strong> menisco lateral, son muy raros los quistes<br />
mediales asociados con ruptura y en cuyo caso predomina<br />
la teoría de la degeneración mixoide.<br />
138 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Casi siempre es el resultado de una ruptura periférica <strong>del</strong><br />
menisco o ruptura compleja con un mecanismo a válvula.<br />
En la ecografía los quistes meniscales aparecen como<br />
estructuras hipoecoicas o anecoicas loculadas y en los<br />
cuales puede verse el desplazamiento <strong>del</strong> líquido en su interior<br />
cuando se comprime con el transductor. En las áreas<br />
de degeneración mixoide el menisco aparece engrosado e<br />
hipoecoico. Por su parte el menisco puede protruir a partir<br />
de la articulación y provocar dolor e inflamación. Cuando<br />
un quiste es muy grande puede simular un tumor y provocar<br />
erosión <strong>del</strong> platillo tibial lateral. En las formas crónicas<br />
el líquido se espesa y puede aparecer sólido, situándose<br />
vecino o lejos de la articulación.<br />
Menisco discoide<br />
En esta entidad el menisco displásico pierde su forma<br />
semilunar en «C» y toma una configuración discoide ancha.<br />
Es más frecuente en el menisco lateral y son más susceptibles<br />
a los desgarros y quistes. El menisco es más alto<br />
que el opuesto (>2 mm) y se pierde su afinamiento central.<br />
Se dividen en 2 grupos.<br />
Con displasia menor, con un cuerno anterior o posterior<br />
muy grande.<br />
Con displasia mayor, donde se han descrito 3 formas.<br />
Nota. Hay una forma de menisco discoideo infantil,<br />
en el cual el menisco está aumentado en sus 3 porciones,<br />
pero conserva su forma semicircular<br />
Calcificación meniscal<br />
Ocurre en la condrocalcinosis, y durante el desarrollo,<br />
como aberración en la diferenciación de las células<br />
mesenquimales dentro <strong>del</strong> menisco. En la ecografía se pueden<br />
detectar sombras acústicas intraarticulares vecinas a<br />
los platillos tibiales producidas por las calcificaciones de<br />
los meniscos.<br />
CLASIFICACIÓN COMPARTIMENTAL DE LOS TRAUMAS<br />
DE LA RODILLA. ASPECTO ECOGRÁFICO<br />
En el estado de de los traumas de la rodilla se distinguen<br />
4 compartimientos: anterior, medial, lateral y posterior.<br />
Compartimiento anterior<br />
El compartimiento anterior comprende al cuádriceps,<br />
constituido por el recto anterior y por los vastos. Tiene<br />
una configuración trilaminar en la que se identifica una<br />
capa superficial (recto anterior), una capa media (vastos<br />
externo e interno) y una capa profunda (vasto intermedio).<br />
Los retináculos medial y lateral de la patela están compuestos<br />
de fibras procedentes de los vastos correspondientes.<br />
El tendón patelar se forma, principalmente, de fibras<br />
<strong>del</strong> recto anterior que cruzan por <strong>del</strong>ante de la patela para<br />
insertarse en la tibia.<br />
El recto anterior es el músculo más expuesto a las lesiones<br />
de la unión MT, lo que se explica por su localización<br />
superficial, predominio de las fibras tipo II, acción<br />
muscular excéntrica y extensión a través de 2 articulaciones.<br />
Las rupturas de su tendón obedecen por lo general a<br />
microtraumas repetidos o a una enfermedad previa por<br />
gota, diabetes, enfermedad <strong>del</strong> colágeno, etc. En ocasiones<br />
una desaceleración fuerte puede provocar una ruptura<br />
aguda, parcial o completa <strong>del</strong> tendón a pocos centímetros<br />
<strong>del</strong> polo superior de la patela. Lo mismo sucede en algunas<br />
lesiones deportivas en que puede ocurrir un arrancamiento<br />
agudo en la inserción <strong>del</strong> tendón rotuliano en el<br />
polo inferior de la patela y menos frecuentemente en su<br />
inserción tibial.<br />
La porción oblicua <strong>del</strong> vasto medial juega un papel<br />
importante como estabilizador medial de la patela. Esta<br />
porción <strong>del</strong> vasto medial se origina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> aductor<br />
mayor y se inserta en el borde medial de la patela. Su<br />
aponeurosis está íntimamente unida al ligamento<br />
patelofemoral vecino que se inserta en el tubérculo <strong>del</strong><br />
aductor. Las lesiones de las ramas oblicuas de este músculo<br />
favorecen las luxaciones laterales de la patela.<br />
En la ecografía las lesiones <strong>del</strong> ligamento y de esta<br />
parte <strong>del</strong> músculo provocan alteraciones de la ecogenicidad<br />
a nivel <strong>del</strong> tubérculo <strong>del</strong> aductor, así como en el fascículo<br />
oblicuo <strong>del</strong> músculo, edema <strong>del</strong> músculo aductor mayor y<br />
alteraciones <strong>del</strong> ligamento patelotibial, cerca de su inserción<br />
en la tibia.<br />
La ruptura <strong>del</strong> tendón patelar provoca una patela alta<br />
con pérdida de la capacidad de extensión de la rodilla.<br />
Puede asociarse con lesiones por avulsión a nivel <strong>del</strong> tubérculo<br />
tibial o <strong>del</strong> polo inferior de la patela.<br />
En las rupturas agudas y crónicas el tendón aparece<br />
con un contorno ondulado y aumento de su laxitud. La<br />
ruptura en el polo inferior de la patela puede asociarse con<br />
retracción proximal <strong>del</strong> tendón y aparecer engrosado.<br />
La tendinitis patelar o rodilla <strong>del</strong> saltador afecta, por<br />
lo general, al tendón y a sus inserciones, y casi siempre es<br />
precedido de cambios inflamatorios con un mal alineamiento<br />
<strong>del</strong> mecanismo extensor, inestabilidad en los ejercicios<br />
de salto (rodilla <strong>del</strong> saltador) o por un síndrome de sobreuso.<br />
En la ecografía hay engrosamiento <strong>del</strong> tendón. En las<br />
formas aguda o subaguda puede asociarse a ruptura parcial<br />
y engrosamiento focal <strong>del</strong> tendón, predominando en la<br />
porción proximal en la rodilla <strong>del</strong> saltador, mientras que el<br />
engrosamiento distal se ve en la enfermedad de Osgood-<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 139
Schlatter. En las rupturas crónicas hay hiperplasia sinovial,<br />
necrosis fibrinoide e inflamación, todo lo cual provoca áreas<br />
de ecogenicidad heterogéneas.<br />
Compartimiento medial<br />
En el compartimiento medial se ve el resultado de la unión<br />
de 3 músculos: sartorio, gracilis y semitendinoso, que forman<br />
el llamado pie anserino. Estos 3 músculos intervienen en la<br />
acción de doblar la rodilla y colaboran en la rotación medial<br />
de la misma. En su inserción tibial aparecen íntimamente ligados.<br />
El sartorio es el más expuesto a los traumas, debido a<br />
su localización superficial y curso biarticular.<br />
El músculo semimembranoso, originado en la<br />
tuberosidad isquiática cruza por la profundidad <strong>del</strong> ST y<br />
porción larga <strong>del</strong> bíceps. El SM y el ST, conocidos como<br />
los músculos mediales de la corva, participan en la flexión<br />
y rotación medial de la articulación de la rodilla.<br />
Las lesiones por arrancamiento de la inserción principal<br />
<strong>del</strong> semimembranoso, provocadas por un estrés en<br />
valgus de la rodilla, se asocian con frecuencia a ruptura<br />
<strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial.<br />
El SM es fusiforme y tiene un origen y una terminación<br />
tendinosa, lo que unido a su acción muscular excéntrica<br />
lo hace susceptible a las lesiones traumáticas.<br />
Las rupturas parciales <strong>del</strong> gemelo interno pueden asociarse<br />
con lesiones <strong>del</strong> SM. Este músculo tiene una inserción<br />
compleja. Su rama principal se inserta en el tubérculo<br />
infraglenoideo <strong>del</strong> platillo tibial posteromedial. También<br />
se inserta en la tibia, vecino al LCM, porción<br />
posteromedial de la cápsula, ligamento poplíteo oblicuo y<br />
fibras superficiales <strong>del</strong> LCM. La ecografía y la IRM permiten<br />
un estudio detallado de sus lesiones traumáticas.<br />
Compartimiento lateral<br />
En el compartimiento lateral tenemos al tractus iliotibial<br />
y al tendón <strong>del</strong> bíceps femoral.<br />
Tracto iliotibial (TIT)<br />
Es una banda poderosa de la fascia profunda, producto<br />
de la fusión de las aponeurosis que cubren al tensor de la<br />
fascia lata, al glúteo mayor y al glúteo medio. Por encima<br />
de la rodilla envía inserciones al tubérculo supracondíleo<br />
<strong>del</strong> cóndilo femoral lateral y se mezcla con el septum<br />
intermuscular. Su principal inserción por abajo es el tubérculo<br />
<strong>del</strong> Gerdy o tubérculo lateral de la tibia, aunque también<br />
incluye a la patela y al ligamento rotuliano. Es estabilizador<br />
de la rodilla, sobre todo de su cara lateral.<br />
En la ecografía su ruptura provoca discontinuidad<br />
y edema.<br />
Músculo y tendón <strong>del</strong> bíceps femoral<br />
El músculo bíceps femoral con sus 2 cabezas, y conocido<br />
como músculo lateral de la corva, dobla y rota en sentido<br />
lateral a la rodilla. Su inserción principal por abajo es<br />
en la cabeza y proceso estiloides <strong>del</strong> peroné, aunque tiene<br />
otras inserciones tendinosas y fasciales. Aquellas extensiones<br />
fasciales que ocurren en el borde posterior <strong>del</strong> TIT explican<br />
la coincidencia ocasional de lesiones traumáticas en<br />
ambas estructuras.<br />
En los pacientes con traumas agudos e inestabilidad<br />
anterolateral y antero-medial, son frecuentes las lesiones<br />
complejas <strong>del</strong> bíceps femoral que predominan en su porción<br />
corta y enfatizan la importancia de su papel estabilizador,<br />
dinámico y estático, en la cara externa de la rodilla.<br />
Las lesiones traumáticas que interesan al ligamento arcuato<br />
en su inserción peronea pueden provocar también un arrancamiento<br />
<strong>del</strong> bíceps, todas evaluables en la ecografía y<br />
mejor aún en la IRM.<br />
Compartimiento posterior<br />
Este compartimiento está constituido por los músculos<br />
gemelos, plantar y poplíteo.<br />
Los gemelos son los músculos más superficiales de la<br />
pantorrilla; se originan de la cara posterior de los cóndilos<br />
femorales y se unen para formar un solo músculo, insertándose<br />
en el calcáneo a través de un tendón plano, luego de<br />
unirse con el músculo sóleo. Su principal acción es la flexión<br />
plantar <strong>del</strong> pie, pero también flexionan la rodilla en la posición<br />
de reposo. Este músculo está propenso a las lesiones por<br />
su localización y por su acción a través de 2 articulaciones.<br />
Las lesiones de la cabeza medial en la porción media o<br />
proximal de la pierna pueden ocurrir aisladas o combinarse<br />
con ruptura de los músculos sóleo y plantar. Esta combinación<br />
de lesión se conoce como lesión <strong>del</strong> tenista.<br />
En la ecografía hay edema en la unión MT con un patrón<br />
emplumado, hematoma intramuscular, colecciones<br />
perifasciales y ruptura completa con retracción <strong>del</strong> tendón.<br />
Las lesiones <strong>del</strong> gemelo medial también pueden ocurrir a<br />
nivel de la rodilla, lo que provoca inestabilidad<br />
posteromedial, a veces asociado a ruptura tendinosa <strong>del</strong> SM.<br />
Las lesiones de la cabeza <strong>del</strong> gemelo interno ocurren<br />
en los pacientes con lesiones <strong>del</strong> complejo posterolateral<br />
que se asocian con frecuencia con lesiones <strong>del</strong> poplíteo,<br />
tendón <strong>del</strong> bíceps y músculo plantar.<br />
El músculo plantar originado en la línea externa<br />
supracondílea, algo por encima a la inserción de la cabeza<br />
140 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
lateral <strong>del</strong> gemelo, tiene un tendón fino y largo que cursa<br />
hacia abajo entre el gemelo interno y el sóleo, insertándose<br />
en el calcáneo, anteromedial al tendón de Aquiles o directamente<br />
en este tendón. Una contracción brusca puede provocar<br />
su ruptura. Las lesiones <strong>del</strong> plantar se han asociado<br />
frecuentemente con ruptura traumática <strong>del</strong> LCA, ligamento<br />
arcuato y músculos posterolaterales de esta región, gemelo<br />
externo y poplíteo. Se han descrito síndromes<br />
compartimentales posteriores, por ruptura <strong>del</strong> plantar o<br />
gemelo medio.<br />
El aspecto en la ecografía varía con la severidad <strong>del</strong><br />
trauma: edema en el músculo o en la unión MT, ruptura<br />
MT con retracción proximal <strong>del</strong> músculo y una masa entre<br />
el tendón <strong>del</strong> poplíteo y el gemelo interno, ruptura parcial<br />
asociada <strong>del</strong> gemelo interno, colecciones líquidas entre<br />
el gemelo medial y el sóleo, ruptura <strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong><br />
ligamento arcuato y contusión ósea en el compartimiento<br />
lateral de la rodilla (IRM).<br />
El músculo poplíteo forma parte <strong>del</strong> suelo de la fosa<br />
poplítea; originado en la porción posterointerna de la<br />
metáfisis tibial proximal, su tendón se extiende por el hueco<br />
poplíteo para terminar en el cóndilo femoral interno, al<br />
final <strong>del</strong> surco poplíteo, enviando además 2 inserciones:<br />
en la parte posterior de la cabeza peronea o ligamento<br />
poplíteo peroneo y en el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral.<br />
En reposo es el rotador interno primario de la tibia<br />
sobre el fémur y en situación de carga funciona como<br />
rotador <strong>del</strong> fémur en la pierna. Si bien puede lesionarse en<br />
cualquier lugar, predominan en el músculo y en la unión<br />
MT, casi siempre secundario a un trauma directo sobre la<br />
porción anteromedial de la porción proximal de la tibia<br />
con hiperextensión de la rodilla o por un trauma indirecto<br />
con rotación externa e hiperextensión.<br />
En la ecografía el músculo poplíteo traumatizado, aparece<br />
engrosado con alteración de su ecoestructura, así como<br />
puede mostrar una ruptura parcial o completa <strong>del</strong> mismo.<br />
El músculo poplíteo es uno de los estabilizadores mayores<br />
<strong>del</strong> ángulo posterolateral de la rodilla y se asocia con frecuencia,<br />
en sus lesiones, con ruptura <strong>del</strong> LCA y LCP, ruptura<br />
<strong>del</strong> menisco medial y lateral y ruptura <strong>del</strong> complejo<br />
peroneoarcuato lateral. También se asocia con lesiones <strong>del</strong><br />
gemelo y <strong>del</strong> bíceps femoral.<br />
CLASIFICACIÓN DE LOS TRAUMAS COMPLEJOS<br />
DE LA RODILLA BASADO EN SU MECANISMO<br />
DE PRODUCCIÓN<br />
Los traumas complejos de la rodilla son frecuentes en<br />
el curso de los accidentes o en la práctica de algunos deportes.<br />
La mayor parte de las lesiones de la rodilla son el<br />
resultado de la mezcla de 2 o más fuerzas ejercidas a<br />
través de la articulación de la rodilla flexionada o extendida.<br />
La mayoría de las fuerzas que actúan en la rodilla incluyen:<br />
traslación (anterior o posterior), angulación (en varus<br />
o valgus), rotación (interna o externa), hiperextensión, desplazamiento<br />
axial o trauma directo.<br />
La utilización de una clasificación basada en el mecanismo<br />
de producción <strong>del</strong> trauma puede ser útil dado que el<br />
conocimiento <strong>del</strong> mecanismo causante puede facilitar la<br />
detección completa de las lesiones y además, predecir una<br />
inestabilidad inmediata o tardía, con necesidad de un tratamiento<br />
quirúrgico. El reconocimiento con la ecografía<br />
de los patrones de lesiones de los ligamentos, meniscos y<br />
de la región capsular, asociado a los patrones específicos<br />
de edema medular o al magullamiento óseo (con la IRM),<br />
permiten plantear que estas lesiones pueden ser clasificadas<br />
de manera específica.<br />
Los huesos de la rodilla contribuyen poco a la estabilidad<br />
de la articulación, que depende mayormente de los<br />
tejidos blandos de soporte. Los meniscos, ligamentos, tendones,<br />
músculos y fascias contribuyen a la estabilidad de<br />
la rodilla.<br />
Basado en las características de las lesiones que se<br />
producen sobre las estructuras estabilizantes (primarias y<br />
secundarias) de la rodilla, unido a los patrones de las lesiones<br />
óseas (en la IRM), se han clasificado las lesiones<br />
traumáticas complejas en 10 categorías, de acuerdo con la<br />
posición de la rodilla en flexión o extensión, dirección de<br />
la fuerza y presencia o no de rotación.<br />
Ellas son: hiperextensión pura, hiperextensión con<br />
varus, hiperextensión con valgus, valgus aislado, varus<br />
aislado, flexión con valgus y rotación interna, flexión con<br />
varus y rotación interna, flexión con traslación tibial posterior,<br />
luxación de la patela y trauma directo.<br />
Las lesiones por hiperextensión, debidas a las mayores<br />
fuerzas ejercidas en la rodilla extendida o bloqueada,<br />
producen patrones de lesiones óseas (en la IRM) muy severas,<br />
a veces con francas fracturas. En ocasiones se ven<br />
lesiones por arrancamiento en la parte posterior de la rodilla<br />
que interesan las áreas críticas de las esquinas<br />
posteromedial y posterolateral.<br />
Las lesiones en flexión tienden a mostrar impactaciones<br />
óseas contiguas no muy extensas (IRM), aunque con frecuencia<br />
se producen lesiones debidas a rotación interna o<br />
externa. A veces se observan impactaciones no contiguas,<br />
así como pequeñas avulsiones óseas. Se ha demostrado que<br />
las lesiones en flexión asociadas con rotación de la rodilla<br />
producen con mayor frecuencia lesiones <strong>del</strong> menisco. Las<br />
lesiones que ocurren en flexión se caracterizan por un menor<br />
grado de contusión ósea. Con la rodilla en flexión, pre-<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 141
dominan las fuerzas de deslizamiento y rotación sobre las<br />
fuerzas de impactación. Muchas de las contusiones óseas<br />
en las lesiones de flexión interesan a las superficies óseas<br />
no contiguas, por que son debidas a una impactación<br />
rotacional secundaria, posterior a una ruptura ligamentaria.<br />
Se cree que la rotación secundaria en flexión, puede causar<br />
un mecanismo de atrapamiento o torsión, que explica lo<br />
frecuente de las rupturas meniscales en este tipo de lesión.<br />
Las categorías de los traumas en valgo y varus estrictos<br />
se caracterizan por un patrón de impactación en el<br />
sitio <strong>del</strong> golpe y un arrancamiento de los ligamentos en el<br />
sitio opuesto.<br />
La luxación de la patela se produce por la combinación<br />
de flexión, valgus y rotación <strong>del</strong> fémur sobre la tibia<br />
fija, detectable en la ecografía.<br />
El trauma directo se caracteriza por un área de contusión<br />
ancha en el sitio <strong>del</strong> impacto sin lesión en el lado opuesto.<br />
Lo más frecuente es un trauma directo anterior con<br />
contusión de la patela y <strong>del</strong> surco troclear vecino (IRM).<br />
De estos patrones, el más frecuente es el de flexión<br />
en valgus y rotación externa (46 %).<br />
Los patrones distintivos de ciertas lesiones de la rodilla<br />
pueden reconocerse con la ecografía, pero sobre todo<br />
con la IRM. Uno de los más conocidos es la asociación<br />
de ruptura aguda <strong>del</strong> LCA con contusión <strong>del</strong> cóndilo<br />
femoral externo y porción posterior <strong>del</strong> platillo tibial lateral.<br />
También se ha descrito la asociación frecuente de<br />
ruptura <strong>del</strong> LCA y contusión de la porción medial de la<br />
rodilla, atribuida por algunos a un arrancamiento de la inserción<br />
<strong>del</strong> semimembranoso o a una impactación por contragolpe,<br />
secundaria a una rotación.<br />
También se han señalado los patrones de edema de la<br />
médula ósea que acompañan a la fractura de Segond. Esta<br />
última hay que diferenciarla de la llamada tríada de<br />
O´Dognoghue, en la cual hay ruptura <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong> LCA<br />
por un mecanismo de flexión en valgus y rotación externa.<br />
Las lesiones en hiperextensión se caracterizan por<br />
áreas de contusión ósea vecinas, de base ancha, en la<br />
parte anterior de la rodilla. Las fuerzas requeridas para<br />
producir estas lesiones son importantes y el grado de lesión<br />
en las partes blandas opuestas y en la cara posterior<br />
de la rodilla pueden demostrarse por el edema detectado<br />
en la IRM.<br />
LESIONES DE LOS COMPONENTES ARTICULARES<br />
DE LA RODILLA<br />
Introducción<br />
Aunque estudiamos de modo detallado, en el capítulo<br />
dedicado a las enfermedades articulares todos sus componentes<br />
más importantes, lo frecuente de sus alteraciones<br />
en la rodilla justifican el realizar un breve recordatorio.<br />
Derrame articular<br />
El derrame articular en la rodilla es un signo inespecífico<br />
que se asocia con procesos inflamatorios,<br />
osteonecrosis, osteoartritis o traumas. En la ecografía puede<br />
detectarse aun en pequeñas cantidades, especialmente en<br />
la bursa suprapatelar, así como por dentro y por fuera de<br />
la patela, sobre todo luego de maniobras de compresión y<br />
búsqueda de este alrededor de la patela. En la rodilla el<br />
líquido se acumula inicialmente en la bursa suprapatelar,<br />
permitiendo conocer las características de la sinovial, precisar<br />
la presencia de coágulos o cuerpos libres y facilitar<br />
la punción aspirativa.<br />
En la ecografía el derrame se ve como una colección<br />
hipoecoica o anecoica y a veces se complica con cuerpos<br />
libres que aparecen como estructuras ecogénicas que dan SA.<br />
En la enfermedad reumática se pueden ver las<br />
vellosidades sinoviales cubiertas de un material fibroso<br />
que logra desprenderse y ocupar los recesos sinoviales de<br />
la articulación. Estos desechos se presentan como focos<br />
hiperecoicos que flotan en el líquido. Los cuerpos libres<br />
intraarticulares producto de fragmentos cartilaginosos,<br />
secuela de un trauma o ruptura de un menisco, tienen una<br />
forma poligonal. Otras veces se ven focos punteados muy<br />
ecorrefringentes producto de las calcificaciones que siguen<br />
a la inyección de esteroides en la articulación. La presencia<br />
de cuerpos libres, frecuentes en la osteocondromatosis<br />
secundaria, deben buscarse en la bursa suprapatelar y en<br />
los quistes de Baker.<br />
Es importante medir el grosor de la membrana sinovial<br />
y debe hacerse con una compresión suave de la bursa con<br />
el transductor.<br />
Además, la ecografía se puede utilizar para valorar la<br />
respuesta al tratamiento de una artritis inflamatoria cuyo signo<br />
favorable es la disminución <strong>del</strong> líquido, que por lo general<br />
ocurre dentro de las 48 horas de iniciado el tratamiento.<br />
En los casos de traumas la presencia de un derrame<br />
precoz debe hacer pensar en una hemartrosis aguda que<br />
puede ser debida a ruptura de los ligamentos cruzados,<br />
luxación de la patela, fractura osteocondral o ruptura<br />
periférica <strong>del</strong> menisco medial. Por otro lado, si el derrame<br />
aparece al día siguiente <strong>del</strong> trauma, es probable se deba a<br />
una lesión meniscal. En los casos de ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />
colateral casi nunca hay derrame. La presencia de detritus<br />
es señal de pus, coágulos, globos de grasa o fragmentos<br />
osteocondrales.<br />
Alteraciones sinoviales<br />
La evaluación con ecografía de las alteraciones de la<br />
sinovial de la rodilla se inicia, como ya hemos señalado,<br />
142 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
en la bursa suprapatelar. El engrosamiento de la sinovial<br />
puede ser inflamatorio, infiltrativo, infeccioso crónico,<br />
tumoral, etc. pero la ecografía carece de especificidad.<br />
La hipertrofia sinovial o pannus puede visualizarse en<br />
un grupo de artropatías inflamatorias (AR, artropatías<br />
hemofílicas, etc), así como en la invasión tumoral de la<br />
sinovial. También puede ocurrir en algunas infecciones<br />
crónicas (Tb, hongos) en cuyo caso es frecuente la presencia<br />
de adherencias fibrosas y sinequias.<br />
El pannus aparece hipoecoico en relación con las partes<br />
blandas vecinas y pueden verse desechos de fibrina,<br />
sobre todo en la AR, en cuyo caso es necesario realizar<br />
mediciones evolutivas <strong>del</strong> grosor de la sinovial y para lo<br />
cual se selecciona, por lo general, la medida de la mitad de<br />
la suma de las paredes engrosadas anterior y posterior de<br />
la bursa, luego de una compresión suave con el transductor.<br />
Alteraciones <strong>del</strong> cartílago articular<br />
En la ecografía el cartílago articular normal aparece<br />
como una capa fina hipoecoica, regular y homogénea vecina<br />
al tejido subcondral yuxtacortical, que cubre la cortical<br />
ósea y el cual se puede medir perfectamente.<br />
En la ecografía el primer signo de enfermedad <strong>del</strong> cartílago<br />
es la presencia de edema, que provoca bordes pobremente<br />
definidos, y un aspecto no homogéneo <strong>del</strong> cartílago.<br />
Más a<strong>del</strong>ante puede haber irregularidad de la superficie con<br />
pérdida de su grosor y que puede ocurrir con frecuencia en<br />
las artritis inflamatorias y osteoartritis y que se utiliza también<br />
para evaluar la respuesta al tratamiento.<br />
Las lesiones traumáticas focales pueden aparecer como<br />
focos hiperecoicos.<br />
Entre las limitaciones de la ecografía están la evaluación<br />
<strong>del</strong> cartílago retropatelar, la de los platillos tibiales<br />
y en general en los pacientes que tienen poca movilidad<br />
de la rodilla.<br />
LESIONES DE LAS BURSAS<br />
En la ecografía y cuando son patológicas pueden<br />
visualizarse todas las bursas alrededor de la rodilla. En la<br />
ecografía la bursa normal aparece como una hendidura<br />
hipoecoica en las partes blandas, a menudo <strong>del</strong>imitada por<br />
una línea hiperecoica producida por la interfase líquidotejido,<br />
nunca mayor de 2 mm.<br />
La afección de las bursas puede ser hemorrágica, por<br />
trauma agudo o crónico, infecciosa, debida a procesos<br />
inflamatorios o sistémicos, o por trastornos infiltrativos.<br />
En la bursitis aguda el líquido es anecoico, pero a veces<br />
contiene material ecogénico por hemorragia o pus con<br />
bordes borrosos.<br />
Puede verse proliferación sinovial, sinequias y cuerpos<br />
libres.<br />
En los atletas las bursas infrapatelares, superficial y<br />
profunda pueden inflamarse por un trauma o en la práctica<br />
de algunos deportes, por sobreuso. En estos casos la<br />
ecografía puede detectar la diferencia entre una lesión de<br />
la bursa y <strong>del</strong> tendón vecino.<br />
Hay que recordar que las bursas comunicantes se desarrollan<br />
con el tiempo y que pueden servir como reservas<br />
potencial a los derrames y cuerpos libres. Además, especialmente<br />
en las artritis inflamatorias, su cuantificación y la<br />
medición <strong>del</strong> grosor de la sinovial en la bursa suprapatelar<br />
sirve para evaluar la respuesta al tratamiento.<br />
Como en toda bursa comunicante la ecografía puede diagnosticar<br />
cuerpos libres, tabiques, hemorragia o inflamación.<br />
Cuando el quiste se inflama aparece multitabicado,<br />
con paredes gruesas, a veces con fragmentos<br />
osteocondrales en forma de masas ecogénicas móviles y<br />
nivel líquido-líquido. Cuando el quiste se rompe pierde<br />
su forma, se afina y el líquido se extiende a la pantorrilla,<br />
entre el gemelo y la fascia profunda o entre el gemelo<br />
y el sóleo.<br />
Hay formas atípicas <strong>del</strong> quiste como son su localización<br />
en la articulación tibioperonea o en la bursa entre la<br />
cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo y el bíceps femoral. Otras veces<br />
se sitúa en las partes blandas, proximal o distal a la fosa<br />
poplítea.<br />
Bursa anserina<br />
Es la bursa <strong>del</strong> tendón anserino, formado por la confluencia<br />
de los tendones <strong>del</strong> sartorio, recto interno y<br />
semitendinoso. Es una bursa profunda que cuando se<br />
distiende aparece por detrás <strong>del</strong> tendón anserino, a veces<br />
con tabiques. Por lo general ocurre en pacientes obesos<br />
con OA degenerativa o en atletas y puede confundirse con<br />
un quiste de Baker.<br />
LESIONES DE LA ARTICULACIÓN FEMOROTIBIAL<br />
Artropatías inflamatorias<br />
La presencia de engrosamiento de la sinovial es frecuente<br />
en las artritis inflamatorias, pero puede verse en las<br />
infecciones crónicas (TB). La ecografía puede utilizarse<br />
para detectar el derrame articular en la bursa suprapatelar,<br />
así como la presencia de una sinovitis proliferativa.<br />
El grosor normal de la pared de la bursa suprapatelar<br />
es de 2,7 ± 0,8 mm y sirve para evaluar la efectividad <strong>del</strong><br />
tratamiento en los procesos inflamatorios.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 143
En las artritis inflamatorias el líquido puede contener<br />
ecos lineales ecogénicos por detritus. En estas artritis el<br />
cartílago hialino articular en la fosa intercondílea, también<br />
se puede utilizar para medir la actividad de la enfermedad.<br />
En condiciones normales el cartílago es hipoecoico<br />
con sus bordes anterior y posterior bien definidos. En los<br />
pacientes con una artritis inflamatoria activa o en una<br />
artropatía degenerativa, el cartílago se altera (se engruesa<br />
o afina) y los bordes se hacen borrosos. El cartílago medial<br />
normal mide 1,2 mm y el lateral 1,9 mm.<br />
El DC puede ser de utilidad en estos casos al mostrar<br />
aumento <strong>del</strong> flujo en el tejido sinovial hiperplásico (pannus),<br />
así como en los tejidos blandos que rodean a la articulación.<br />
Artritis juvenil crónica<br />
Hay signos de sinovitis, sobre todo con alteración <strong>del</strong><br />
paquete graso infrarrotuliano; erosiones <strong>del</strong> cartílago articular<br />
e hipertrofia sinovial, así como quistes de Baker,<br />
todo evidenciable en la ecografía.<br />
Artritis reumatoidea<br />
Hay grandes derrames articulares y quistes poplíteos<br />
con presencia de tejido de granulación (pannus) y quistes<br />
subcondrales. Ya hemos señalado el valor de la ecografía<br />
en estos pacientes.<br />
Artritis degenerativa. Osteoartrosis (OA)<br />
El diagnóstico se basa en la medición <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong><br />
cartílago y en la detección de los osteofitos. La medición<br />
<strong>del</strong> grosor <strong>del</strong> cartílago debe hacerse con la rodilla completamente<br />
flexionada, lo que es difícil en estos pacientes.<br />
El grosor medio <strong>del</strong> cartílago en la zona de carga de peso<br />
varía entre 1,2 y 1,9 mm. A veces se pueden observar cambios<br />
degenerativos en los meniscos en forma de focos lineales<br />
muy ecogénicos. Además, es posible detectar fragmentos<br />
osteocondrales en la rodilla en presencia de líquido,<br />
sobre todo en la bursa suprapatelar o dentro de un<br />
quiste de Baker. Pueden existir desgarros, degeneración<br />
meniscal y esclerosis subcondral.<br />
Artritis séptica<br />
Hay distensión capsular, derrame articular y alteración<br />
en la grasa de Hoffa. Pueden existir alteraciones<br />
osteoperiósticas vecinas, así como detritus intraarticulares<br />
y sinovistis. Estas alteraciones son detectables con la<br />
ecografía, la cual sirve de guía para realizar punciones<br />
aspirativas diagnósticas.<br />
Artropatía hemofílica<br />
Hay depósito de hemosiderina y de tejido fibroso, producto<br />
de hemorragias repetidas. Las bolsas grasas aparecen<br />
irregulares y las reflexiones sinoviales se muestran<br />
muy engrosadas. Se pueden ver quistes subcondrales e<br />
intraóseos así como se identifican alteraciones óseas de<br />
los cóndilos femorales y superficies tibiales (IRM).<br />
Ganglión quístico<br />
Para algunos no hay diferencia entre un quiste sinovial<br />
y un ganglión quístico. Los gangliones contienen material<br />
mucinoso, tapizados por tejido conectivo y no comunican<br />
con la articulación. Los localizados alrededor de la<br />
rodilla se originan en la articulación tibioperonea superior<br />
donde pueden envolver músculos, tendones o vainas<br />
tendinosas. Algunos son intraarticulares, originados <strong>del</strong><br />
LCA o LCP, predominando en la fosa intercondílea. A<br />
veces se localizan en la grasa de Hoffa. Los gangliones<br />
por lo general son multilobulados y contienen un material<br />
grueso y viscoso.<br />
En la ecografía se presentan como una masa anecoica,<br />
septada, con una pared hiperecoica bien definida de 1 a<br />
2,5 mm de espesor. La masa puede comunicarse por un<br />
cuello estrecho con la articulación tibioperonea superior y<br />
por lo general se localizan dentro <strong>del</strong> músculo tibial anterior<br />
o peroneo largo.<br />
Sinovitis pigmentada villonodular<br />
Hay una forma difusa y otra localizada. Esta última se<br />
presenta como una tenosinovitis nodular y es debida al depósito<br />
de hemosiderina con proliferación vellosa y a formaciones<br />
nodulares, de tipo sesil o pedunculado. Produce masas<br />
sinoviales nodulares que se visualizan en la ecografía cuando<br />
se asocian a derrame. En la forma localizada provoca una<br />
masa bien definida dentro de la grasa de Hoffa infrapatelar.<br />
Osteocondromatosis sinovial<br />
Se trata de cambios metaplásicos dentro de la sinovial,<br />
con cuerpos libres cartilaginosos que pueden calcificarse<br />
y que producen sombras ecogénicas dentro de la articulación.<br />
Hay una forma primaria en que los fragmentos son<br />
similares en tamaño y una forma secundaria, en que son<br />
de diferente tamaño.<br />
144 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Condrocalcinosis<br />
Puede afectar al menisco o al cartílago hialino articular.<br />
En la ecografía hay áreas hiperecoicas lineales dentro<br />
de la articulación, paralelas a las superficies óseas.<br />
Lipohemartrosis<br />
La presencia de sangre intraarticular en un trauma<br />
obliga a sospechar una fractura intraarticular o una lesión<br />
severa capsuloligamentosa. La grasa se origina <strong>del</strong> hueso,<br />
membrana sinovial, estructuras capsuloligamentosas o<br />
grasa intraarticular. En la ecografía, y en los casos típicos<br />
se ve un nivel líquido-líquido, el superior es ecogénico producido<br />
por la grasa y el inferior hipoecoico, producido por<br />
la sangre.<br />
LESIONES DE LA ARTICULACIÓN FEMOROPATELAR<br />
Plica sinovial<br />
La plica constituye una variante anatómica presente<br />
en el adulto normal entre el 20 y el 60 % de los casos. Se<br />
puede localizar por encima, por dentro o por debajo de la<br />
patela, la variedad media linfrapatelar es la más frecuente.<br />
Muchas veces es un hallazgo durante el examen<br />
Ecográfico de la rodilla y el diagnóstico positivo se basa<br />
en un engrosamiento de la misma con variación de su<br />
ecogenicidad, alteración de la grasa vecina unido, muchas<br />
veces, a irregularidad y borramiento <strong>del</strong> cartílago articular<br />
vecino <strong>del</strong> cóndilo femoral interno. Es causa también<br />
de derrame articular y de perimeniscitis medial.<br />
Condromalacia<br />
En esta entidad hay reblandecimiento <strong>del</strong> cartílago<br />
articular de la patela asociado a cambios degenerativos.<br />
Puede ser primaria o idiopática o ser secuela de un trauma.<br />
Predomina en los adolescentes y adultos jóvenes.<br />
Como condiciones predisponentes se señalan: patela alta,<br />
un aumento <strong>del</strong> ángulo en valgus y una hipoplasia <strong>del</strong><br />
cóndilo femoral. La forma crónica se ha relacionado<br />
con subluxación, aumento <strong>del</strong> ángulo Q, imbalance <strong>del</strong><br />
cuádriceps, un mal alineamiento postrauma, un síndrome<br />
de presión excesiva lateral o lesión <strong>del</strong> LCP. También<br />
puede deberse a artritis inflamatoria, sinovitis e<br />
infección.<br />
La ecografía con cortes semioblicuos, permite detectar<br />
las alteraciones <strong>del</strong> cartílago articular de la patela, que<br />
pierde sus características normales y que puede observarse<br />
mejor cuando existe un derrame articular asociado.<br />
Lesión <strong>del</strong> retináculo patelar<br />
Los retináculos son extensiones de las fascias de los<br />
vastos medial y lateral que refuerzan y guían los desplazamientos<br />
normales de la patela. Los retináculos consisten<br />
en capas de tejido conectivo fibroso que cursan<br />
oblicuamente a partir de los bordes de la patela y que proporcionan<br />
estabilidad a la articulación.<br />
El retináculo medial se lesiona más frecuentemente,<br />
sobre todo en las luxaciones rotulianas y se puede asociar<br />
con edema y hemorragia.<br />
En la luxación patelar lateral el retináculo medial aparece<br />
parcial o completamente roto. Raras veces se rompe<br />
el retináculo lateral.<br />
En la ecografía los retináculos aparecen con estructuras<br />
bilaminares, con una capa superficial y otra profunda,<br />
más gruesos en su inserción patelar.<br />
El componente más importante <strong>del</strong> complejo retinacular<br />
es el ligamento patelo-femoral medial que se ve como una<br />
estructura lineal ecogénica, orientada superior y lateralmente<br />
a partir <strong>del</strong> borde superomedial de la patela hasta<br />
su inserción en el tubérculo <strong>del</strong> aductor.<br />
La ruptura aguda <strong>del</strong> retináculo medial se diagnostica<br />
mejor al demostrarse una interrupción <strong>del</strong> ligamento<br />
patelofemoral medial con presencia de un hematoma<br />
anecoico o hipoecoico, bien en la inserción patelar o a nivel<br />
<strong>del</strong> tubérculo <strong>del</strong> aductor. En las lesiones crónicas el<br />
retináculo permanece hiperecoico pero engrosado.<br />
Subluxación y luxación de la patela<br />
La luxación transitoria de la patela ocurre con mayor<br />
frecuencia en los adolescentes y en los adultos jóvenes que<br />
realizan actividades deportivas y que resulta de un movimiento<br />
giratorio con la rodilla en flexión. El fémur rota<br />
hacia dentro con la tibia fija, mientras que la rodilla está<br />
flexionada, lo que ocurre en una contracción <strong>del</strong> cuádriceps<br />
que produce un desplazamiento lateral de la patela fuera<br />
de su surco, lo que predomina en los individuos que presentan<br />
un surco troclear poco profundo.<br />
Entre los factores predisponentes se citan: patela alta,<br />
hipoplasia <strong>del</strong> cóndilo femoral lateral, genus valgus,<br />
recurvatum o una inversión lateral <strong>del</strong> tendón rotuliano o<br />
una patela displásica.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 145
La displasia de la superficie patelar <strong>del</strong> fémur es el<br />
factor predisponente más importante. No sucede lo mismo<br />
en el niño en que la inestabilidad depende de la configuración<br />
<strong>del</strong> cartílago articular y aquí la ecografía, es de<br />
gran valor. El examen se hace con la rodilla flexionada en<br />
90 0 , examinando la región por la porción más ventral de la<br />
faceta lateral de la patela, que en condiciones normales<br />
tiene un ángulo de 45 0 . Además, se puede demostrar la<br />
ruptura <strong>del</strong> retináculo.<br />
Entre las lesiones asociadas están el esguince o ruptura<br />
de las estructuras que restringen la porción medial de la<br />
rodilla, como son: el retináculo medial, el ligamento<br />
patelofemoral medial y el ligamento patelotibial interno.<br />
El ligamento patelofemoral medial es el mayor estabilizador<br />
de la patela para prevenir una subluxación lateral y<br />
cuando hay lesión de este ligamento o una lesión subcondral<br />
vecina es aconsejable el tratamiento quirúrgico.<br />
Patela alta y baja<br />
Hay una relación normal de 1 a 1 entre la longitud de<br />
la patela y su tendón. La patela alta se asocia con<br />
subluxación, condromalacia, síndrome de Sinding Larsen<br />
Johansson, parálisis cerebral y atrofia <strong>del</strong> cuádriceps. La<br />
patela baja se ve en la poliomielitis, acondroplasia y AR<br />
juvenil. Este tipo de enfermedad se estudia mejor en CS<br />
que permite su diagnóstico, asi como de la mayoría de sus<br />
causas.<br />
Bursitis patelar<br />
Hay 2 bursas subcutáneas anteriores, una por <strong>del</strong>ante<br />
de la patela y la otra anterior al tendón patelar. La bursitis<br />
prepatelar e infrapatelar superficial, se ven como una masa<br />
única por <strong>del</strong>ante de la patela y proximal al tendón patelar,<br />
respectivamente. La bursa infrapatelar profunda se ve por<br />
detrás <strong>del</strong> tendón y por debajo de la grasa de Hoffa. En la<br />
bursitis hay visualización de las bursas que aparecen con<br />
un contenido hipoecoico o anecoico. El Doppler color puede<br />
ser de utilidad para valorar el grado de actividad<br />
inflamatoria.<br />
Osteocondrosis patelar.<br />
Enfermedad de Osgood Schlatter. Síndrome de Sinding<br />
Larsen Johansson (SLJ)<br />
La enfermedad de Osgood Schlater (OS) consiste en<br />
una osteocondrosis de la tuberosidad tibial anterior en desarrollo.<br />
Se cree debida a una avulsión traumática en un<br />
adolescente en crecimiento.<br />
En la ecografía hay irregularidad de la porción distal<br />
<strong>del</strong> tendón y de la grasa de Hoffa infrapatelar. Se pueden<br />
ver múltiples fragmentos óseos pequeños o un fragmento<br />
único por <strong>del</strong>ante de la tuberosidad tibial anterior (TTA).<br />
El tendón aparece engrosado, con alteración de la<br />
ecogenicidad a nivel de su inserción en el hueso, por esclerosis.<br />
En el síndrome de SLJ la osteocondrosis interesa al<br />
polo inferior de la patela a nivel de la inserción tendinosa.<br />
La ecografía es útil en estos casos.<br />
Síndrome de choque sinovial<br />
Se trata de un síndrome de choque focal sinovial entre<br />
la patela y uno de los cóndilos femorales, relacionados<br />
con un osteofito o una plica sinovial medial.<br />
En la ecografía muestra un nódulo hipoecoico doloroso.<br />
LESIONES ÓSEAS<br />
Las lesiones óseas de la rodilla son difíciles de detectar<br />
con la ecografía, salvo cuando se asocien con derrame<br />
articular.<br />
La osteonecrosis, frecuente en las mujeres mayores de<br />
60 años, suele ser postraumática, asociada a fractura o ser<br />
espontánea. No es raro que se interese la superficie <strong>del</strong><br />
cóndilo femoral interno y más raramente los platillos<br />
tibiales y el cóndilo femoral lateral. Se asocia, frecuentemente,<br />
con desgarros <strong>del</strong> menisco. Todas estas alteraciones<br />
pueden ser sospechadas con la ecografía.<br />
En la osteocondritis (variedad disecante), las lesiones<br />
predominan en el cóndilo femoral interno y cuando hay<br />
derrame articular se pueden visualizar los fragmentos<br />
óseos, frecuentes en la porción interna.<br />
Una lesión ósea muy frecuente en la rodilla es el<br />
desmoides cortical periostal. Es una lesión benigna casi<br />
siempre por microtraumas que se localizan preferentemente<br />
en la porción posterior <strong>del</strong> cóndilo interno en individuos<br />
jóvenes con reacción perióstica visible a los rayos X. En<br />
la ecografía se ve la reacción perióstica como una banda<br />
hiperecoica desplazada de la cortical, con ausencia de lesión<br />
en las PB, localizada en el sitio de inserción de la<br />
cabeza medial <strong>del</strong> gemelo. Las lesiones tumorales<br />
esqueléticas de la rodilla solo se ven en la ecografía cuando<br />
destruyen la cortical o se extienden por las PB vecinas<br />
y en estos casos es muy útil el Doppler color.<br />
146 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
MASAS POPLÍTEAS<br />
La fosa poplítea, como ya hemos mencionado, está<br />
limitada por fuera por el tendón <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong> bíceps<br />
femoral, por dentro por los tendones <strong>del</strong> SM y ST y por<br />
debajo por las cabezas de los gemelos. Ella contiene el haz<br />
neuro-vascular de la región y sus bursas.<br />
El diagnóstico diferencial de una masa de la región<br />
poplítea comprende, entre otras: el quiste de Baker, el aneurisma<br />
de la arteria poplítea, la trombosis venosa, el hematoma<br />
y los tumores.<br />
El aspecto de los aneurismas varía con el grado de trombosis<br />
de su pared y el Doppler color es de gran ayuda, lo<br />
mismo que en las trombosis venosas. Los aneurismas de la<br />
arteria poplítea aparecen como estructuras saculares o<br />
fusiformes con trombos periféricos, hipoecoicos, a menudo<br />
con calcificaciones. En las trombosis venosas el contenido es<br />
hipoecoico y la vena no se deja comprimir con el transductor.<br />
Los nervios normales de la región aparecen como estructuras<br />
lineales, fibrilares e hiperecoicas, próximos a los<br />
vasos. Los tumores de los nervios se pueden presentar como<br />
masas poplíteas. El diagnóstico de un tumor de la vaina de<br />
un nervio determina una masa fusiforme e hipoecoica a lo<br />
largo <strong>del</strong> curso <strong>del</strong> mismo.<br />
TUMORES DE LAS PARTES BLANDAS<br />
Pueden ser benignos, como los lipomas, neurofibromas,<br />
etc. o de naturaleza maligna, como el sarcoma sinovial<br />
que predomina entre los 15 y 40 años, alrededor de la rodilla<br />
y tobillo. En la ecografía aparece como un tumor<br />
sólido bien <strong>del</strong>imitado y muy vascularizado. Puede ser<br />
mixto por hemorragia y en el 20 % tienen calcificaciones.<br />
VALOR DE LA ECOGRAFÍA POSARTROSCOPIA<br />
DE LA RODILLA<br />
La ecografía es de valor en los pacientes con dolor<br />
posterior a una artroscopia. Cuando se ha usado la vía<br />
transtendinosa lo más frecuente es una tendinitis patelar.<br />
La ruptura parcial se muestra como un área hipoecoica.<br />
En la vecindad de una artroscopia se han reportado otras<br />
complicaciones capaces de ser estudiadas con la ecografía:<br />
neuromas postraumáticos, gangliones, granulomas, trombosis<br />
venosas, seudoaneurismas arteriales y fístulas AV, y<br />
en la mayoría de ellos es de gran valor el Doppler color.<br />
ECOGRAFÍA DE LA PIERNA<br />
Deben examinarse los diferentes compartimientos<br />
musculotendinosos de la pierna. El examen ecográfico <strong>del</strong><br />
compartimiento anterior de la pierna requiere <strong>del</strong> empleo<br />
de una almohadilla de transmisión o de abundante gel para<br />
obtener una estrecha relación entre la sonda y el plano<br />
cutáneo y es indispensable el realizar un examen dinámico.<br />
El paciente se coloca en decúbito supino, con el muslo<br />
y la pierna en extensión y el pie en posición de reposo,<br />
empezándose con CT en la región anteroexterna de la pierna,<br />
por fuera de la cresta tibial lo que es seguido de CL.<br />
EL músculo tibial anterior se sitúa en la región pretibial,<br />
triangular al corte y con una lámina hiperecogénica que<br />
separa al músculo en 2 partes y que es el origen de su<br />
tendón. El músculo extensor común se sitúa por fuera <strong>del</strong><br />
tibial anterior y se puede identificar con los movimientos<br />
de extensión y flexión de los dedos, ya que el tibial anterior<br />
es inmóvil. Deben realizarse cortes CT y CL. El músculo<br />
extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo es muy pequeño, sólo<br />
visible en la mitad inferior de la pierna, por debajo <strong>del</strong><br />
extensor común. Se ve mejor con los movimientos de flexión<br />
y extensión <strong>del</strong> dedo gordo sobre todo en CL. El músculo<br />
peroneo anterior es poco identificable en la ecografía.<br />
En la ecografía de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />
muscular externo (peroneo largo y corto), el examen se<br />
realiza con el paciente en decúbito supino con el muslo y<br />
la pierna en extensión con una ligera rotación interna <strong>del</strong><br />
pie. Se realizan CT y CL auxiliados de movimientos de<br />
rotación de la pierna y de extensión de los dedos para diferenciarlos<br />
entre sí. Los peroneos se disponen en 2 planos,<br />
el más superficial es el peroneo largo.<br />
La ecografía <strong>del</strong> plano muscular posterior se hace con<br />
el paciente en decúbito prono, el muslo y la pierna en extensión<br />
y el pie colgando en posición de reposo. Es importante<br />
un estudio dinámico con movimiento de flexión de los dedos.<br />
El flexor común, de forma triangular, se sitúa a lo largo<br />
<strong>del</strong> peroné y se identifica por los movimientos de los<br />
dedos. El flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo se superpone al flexor<br />
común, pero se proyecta en la tibia. Los músculos poplíteos<br />
y tibial posterior se definen pobremente en la ecografía<br />
Ahora bien, el plano superficial <strong>del</strong> compartimiento<br />
posterior de la pierna lo constituyen el tríceps sural (gemelos<br />
y sóleos) y el plantar <strong>del</strong>gado.<br />
En CT los gemelos tienen la forma de 2 medias lunas,<br />
unidas por sus extremos en la línea media.<br />
En la ecografía las arterias y venas de la pierna son<br />
fácilmente visualizadas, sobre todo con la técnica de<br />
Doppler, aunque sus ramas más pequeñas son difíciles de<br />
ver. El examen de las venas de esta región es de gran valor<br />
en los casos de flebitis y el Doppler es de gran utilidad.<br />
Los nervios de las piernas son difíciles de reconocer<br />
con la ecografía.<br />
Articulación de la rodilla. Pierna 147
En cuanto a las lesiones traumáticas de la pierna son<br />
frecuentes en las afecciones deportivas y predominan a<br />
nivel <strong>del</strong> tríceps sural. El gemelo interno es asiento frecuente<br />
de estas lesiones, tanto por un mecanismo intrínseco<br />
como extrínseco.<br />
Las contusiones son muy frecuentes en la pantorrilla,<br />
asociadas a menudo con lesiones importantes <strong>del</strong> TCS.<br />
Los hematomas, con frecuencia, son voluminosos y la<br />
presencia de edema y hemorragia puede provocar un<br />
síndrome compartimental. Las contusiones de la cresta<br />
tibial anterior pueden provocar una periostosis. En la<br />
ecografía las contusiones pueden mostrar las alteraciones<br />
de las PB, con aumento <strong>del</strong> volumen de los músculos<br />
y alteraciones de su ecoestructura. Los<br />
hematomas por lo general son grandes, a veces<br />
hiperecoicos por difusión de la sangre, y son frecuentes<br />
las rupturas aponeuróticas.<br />
Las rupturas intrínsecas de los músculos de la pierna,<br />
parciales o totales, son frecuentes en algunos deportes y<br />
predominan en el gemelo interno. En la ecografía se puede<br />
ver la solución de continuidad <strong>del</strong> músculo con una colección<br />
transónica. La evolución puede ser favorable hacia la<br />
curación con presencia de una cicatriz fibrosa o por el<br />
contrario complicarse con un hematoma enquistado.<br />
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150 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA DEL TOBILLO Y DEL PIE<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La causa de un dolor en el tobillo o pie incluye las alteraciones<br />
de los huesos, cartílagos, tendones, ligamentos, así<br />
como colecciones anormales de líquidos o masas en las partes<br />
blandas (PB), las que pueden visualizarse con la ecografía.<br />
Entre las ventajas de la ecografía de esta región anatómica<br />
se citan: posibilidad de una correlación directa entre<br />
los síntomas <strong>del</strong> paciente y los hallazgos de la ecografía y<br />
su comparación con el lado sano, estudio dinámico <strong>del</strong><br />
tobillo y pie en diferentes planos, costos bajos y rapidez<br />
<strong>del</strong> examen. Entre las desventajas se citan la necesidad de<br />
tener experiencia con la técnica, conocimiento <strong>del</strong> aspecto<br />
ecográfico de la enfermedad, dependencia <strong>del</strong> operador y<br />
limitaciones en el estudio <strong>del</strong> esqueleto.<br />
Las principales indicaciones de la ecografía en el tobillo<br />
y el pie son:<br />
. Afección tendinosa: tenosinovitis, tendinosis, ruptura<br />
tendinosa, subluxación o luxación.<br />
. Afección de los ligamentos.<br />
. Enfermedad articular y de las bursas: derrame articular,<br />
bursitis, cuerpos libres intraarticulares.<br />
. Enfermedad de las PB: cuerpos extraños, fascitis plantar,<br />
neuroma de Morton, gangliones, celulitis y abscesos.<br />
. Valoración en los pacientes con prótesis metálicas.<br />
. Como guía para el intervencionismo.<br />
ANATOMÍA ARTICULAR<br />
En esta región anatómica hay que revisar la articulación<br />
tibioperonea distal, la tibioastragalina y las articulaciones<br />
<strong>del</strong> tarso, metatarso y dedos.<br />
ARTICULACIÓN TIBIOPERONEA DISTAL<br />
Es una articulación fibrosa, unida estrechamente por<br />
el ligamento interóseo y reforzado por los ligamentos<br />
tibioperoneos anterior y posterior. El ligamento transversal<br />
anterior, representa las fibras distales profundas <strong>del</strong><br />
ligamento tibio-peroneo posterior.<br />
ARTICULACIÓN DEL TOBILLO<br />
O TIBIO-PERONEA-ASTRAGALINA<br />
Es una articulación sinovial entre la porción distal de<br />
la tibia y <strong>del</strong> peroné, con el astrágalo. Las superficies articulares<br />
están cubiertas por cartílago hialino. La cápsula<br />
fibrosa se une a los contornos articulares de la tibia, peroné<br />
y astrágalo. Esta cápsula es fina por <strong>del</strong>ante y por detrás,<br />
pero está reforzada por gruesos ligamentos laterales.<br />
ARTICULACIONES DEL TARSO<br />
Las principales articulaciones <strong>del</strong> tarso son:<br />
Articulación subastragalina o calcáneo-astragalina.<br />
Es la articulación posterior entre el astrágalo y el<br />
calcáneo que tiene un ligamento muy fuerte, el ligamento<br />
calcáneo-astragalino o interóseo. La cápsula<br />
se tensa por los ligamentos calcáneoastragalinos<br />
medial y lateral<br />
Articulación calcáneo-astragalina-escafoidea, que<br />
articula estos 3 huesos y que tiene 3 ligamentos<br />
de soporte.<br />
Articulación calcáneo-cuboidea, entre la porción anterior<br />
<strong>del</strong> calcáneo y la superficie posterior <strong>del</strong><br />
cuboides. La articulación calcáneo-cuboidea y una<br />
parte de la articulación astrágalo-calcáneaescafoidea<br />
forman la articulación media <strong>del</strong> tarso.<br />
Ella está protegida por la cápsula fibrosa <strong>del</strong> ligamento<br />
bifurcado y por los ligamentos plantares.<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 151
REGIONES ANATÓMICAS DEL TOBILLO<br />
En el tobillo se describen 2 regiones anatómicas, una<br />
anterior y otra posterior, separadas por el esqueleto y las<br />
articulaciones.<br />
En la región anterior y dispuesta en un solo plano de<br />
dentro a fuera, se sitúan el tendón <strong>del</strong> tibial anterior, el<br />
tendón <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> dedo y los tendones <strong>del</strong> extensor<br />
común.<br />
En la región posterior y superficial, está el tendón de<br />
Aquiles y el tendón <strong>del</strong> plantar <strong>del</strong>gado, en la parte media<br />
y por fuera los tendones peroneos. En un segundo plano<br />
tendinoso, debajo de la aponeurosis se encuentran , de dentro<br />
a fuera en la región retromaleolar interna, el tendón <strong>del</strong><br />
tibial posterior, el flexor largo común de los dedos, los<br />
vasos y nervios tibiales posteriores y el tendón <strong>del</strong> flexor<br />
propio <strong>del</strong> dedo gordo, cada uno rodeado de su vaina serosa.<br />
RETINÁCULOS DEL TOBILLO.<br />
SUS RELACIONES CON LOS TENDONES<br />
Y LAS ESTRCTURAS VASCULONERVIOSAS<br />
DEL TOBILLO<br />
Los retináculos, extensor y flexor, se forman por un<br />
engrosamiento de la fascia profunda y su función es mantener<br />
la posición de los tendones que cruzan al tobillo.<br />
El retináculo extensor superior se inserta en la cara<br />
anterior y distal de la tibia y <strong>del</strong> peroné y envuelve (por<br />
dentro) al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />
El retináculo extensor inferior, tiene forma de una “Y”<br />
se inserta en la cara anterolateral <strong>del</strong> calcáneo y se extiende<br />
al maléolo interno y a la fascia plantar medial.<br />
Los tendones de la región anterior (tibial anterior, extensor<br />
propio <strong>del</strong> dedo grueso y extensor común de los<br />
dedos), dividen la parte superior de este retináculo en una<br />
capa superficial y otra profunda.<br />
El retináculo flexor va desde el maléolo interno hasta<br />
la superficie calcánea interna.<br />
Los tendones de la capa muscular profunda de la pantorrilla,<br />
en el compartimiento posterior, junto con las estructuras<br />
neurovasculares, pasan por debajo de los<br />
retináculos flexores.<br />
Por su parte, el retináculo peroneo superior se extiende<br />
desde el maléolo externo hasta la superficie lateral <strong>del</strong><br />
calcáneo, cubriendo a los peroneos.<br />
El nervio safeno, la vena safena mayor y las ramas<br />
medial y lateral <strong>del</strong> nervio peroneo, cruzan por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />
retináculo extensor, en una dirección medio-lateral. Los<br />
tendones <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> dedo<br />
gordo, <strong>del</strong> extensor largo de los dedos, la arteria tibial anterior<br />
con sus venas, el nervio peroneo profundo y el nervio<br />
peroneo tercius, pasan por detrás o a través <strong>del</strong><br />
retináculo extensor en dirección mediolateral.<br />
Ahora bien, el tendón <strong>del</strong> tibial posterior, <strong>del</strong> flexor<br />
largo de los dedos, la arteria tibial posterior y sus venas, el<br />
flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo y el nervio tibial, cursan por<br />
detrás <strong>del</strong> maléolo medial, en dirección mediolateral y por<br />
detrás <strong>del</strong> retináculo flexor.<br />
Los tendones de los peroneos largo y corto cursan por<br />
detrás <strong>del</strong> maléolo externo, y por debajo <strong>del</strong> retináculo<br />
peroneo superior.<br />
La grasa preaquiliana y el tendón de Aquiles se localizan<br />
en la parte posterior <strong>del</strong> tobillo.<br />
ARTICULACIONES<br />
METATARSOFALÁNGICAS<br />
E INTERFALÁNGICAS DEL PIE<br />
Las articulaciones metatarsofalángicas se sitúan entre<br />
las cabezas de los metatarsianos y la base de las falanges<br />
proximales y el plano fibrocartilaginoso plantar. Por su<br />
parte las articulaciones interfalángicas permiten la flexión<br />
y extensión de los dedos.<br />
LIGAMENTOS DEL TOBILLO<br />
Lo complejo y extenso de los ligamentos <strong>del</strong> tobillo<br />
obligan a un estudio detallado de los mismos. Hay 2 grupos<br />
ligamentarios que soportan esta articulación.<br />
Grupo <strong>del</strong> ligamento colateral lateral, compuesto por:<br />
. Ligamentos tibioperoneo anterior y posterior.<br />
. Ligamentos peroneoastragalino anterior y posterior.<br />
. Ligamento calcaneoperoneo.<br />
Grupo <strong>del</strong> ligamento colateral medial o <strong>del</strong>toideo, que<br />
puede subdividirse en un:<br />
. Componente superficial.<br />
. Componente profundo.<br />
El ligamento peroneoastragalino anterior, se sitúa en<br />
la porción anterior de la cápsula y se extiende desde la<br />
porción anterior <strong>del</strong> peroné a la porción lateral <strong>del</strong> cuello<br />
<strong>del</strong> astrágalo. El ligamento peroneoastragalino posterior<br />
se extiende desde la porción distal de la fosa maleolar al<br />
tubérculo posterior <strong>del</strong> astrágalo. El ligamento<br />
peroneoastragalino posterior tiene una inserción en forma<br />
de abanico en la porción distal <strong>del</strong> peroné y puede mostrarse<br />
heterogéneo y engrosado.<br />
El ligamento calcaneoperoneo cursa de modo oblicuo,<br />
inmediatamente profundo al tendón peroneo.<br />
152 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
MÚSCULOS DE LA PLANTA DEL PIE<br />
En la profundidad de la aponeurosis plantar, los músculos<br />
<strong>del</strong> pie se disponen en 4 capas, que de la superficie<br />
a la profundidad son:<br />
Primera capa. Abductor <strong>del</strong> dedo gordo, flexor corto<br />
de los dedos y abductor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />
Segunda capa. Cuadrado plantar, lumbricales, flexor<br />
largo de los dedos y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
Tercera capa. Flexor corto <strong>del</strong> 1er. dedo, aductor <strong>del</strong><br />
1er. dedo y flexor corto <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />
Cuarta capa. Interóseos plantares y tendones <strong>del</strong><br />
peroneo largo y <strong>del</strong> tibial posterior.<br />
ARCOS DEL PIE<br />
Estos arcos proporcionan el soporte para mantener la<br />
posición vertical y la propulsión hacia a<strong>del</strong>ante. Los arcos<br />
longitudinales internos y externos están formados por los<br />
huesos <strong>del</strong> tarso y <strong>del</strong> metatarso. El arco interno está constituido<br />
por el calcáneo, astrágalo, escafoides, las 3 cuñas<br />
y la porción medial de los 3 metatarsianos, y es más alto.<br />
El ligamento plantar calcaneoescafoideo fija la cabeza<br />
<strong>del</strong> astrágalo y se inserta por <strong>del</strong>ante en el escafoides y<br />
por detrás en el sustentáculo <strong>del</strong> astrágalo.<br />
El arco lateral externo está constituido por el calcáneo,<br />
cuboides y los 2 metatarsianos laterales.<br />
El peso <strong>del</strong> cuerpo se transmite a través de los pilares<br />
anterior y posterior de los arcos <strong>del</strong> pie. Los pilares posteriores<br />
de los arcos medial y lateral son los tubérculos situados<br />
en la cara inferior <strong>del</strong> calcáneo mientras que los pilares<br />
anteriores de los arcos medial y lateral están formados por<br />
las cabezas de los metatarsianos correspondientes. El arco<br />
transversal <strong>del</strong> pie está constituido por los 5 metatarsianos<br />
y porciones vecinas <strong>del</strong> cuboides y de las cuñas.<br />
FASCIA PLANTAR<br />
Se extiende desde la tuberosidad <strong>del</strong> calcáneo a la parte<br />
anterior <strong>del</strong> pie y tiene un grosor normal de 3,2 mm.<br />
CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />
DEL TOBILLO Y PIE EN LOS PLANOS<br />
AXIAL, CORONAL Y SAGITAL.<br />
Antes de empezar el estudio de la técnica ecográfica<br />
<strong>del</strong> tobillo y pie, hemos considerado de interés el ofrecer<br />
una visión, en cortes anatomorradiológicos, de los diferentes<br />
planos de esta región, aunque no todas las estructuras<br />
sean identificables en la ecografía.<br />
Cortes axiales. El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong><br />
corte.<br />
. En un corte a nivel de la porción inferior de la superficie<br />
tibial articular se ven las bandas de los ligamentos<br />
tibioperoneos anterior y posterior. Por <strong>del</strong>ante se sitúa<br />
el retináculo extensor inferior que está unido al maléolo<br />
interno.<br />
. En un corte a través de la articulación tibioastragalina<br />
se sitúan los tendones <strong>del</strong> compartimiento anterior. Los<br />
músculos y tendones de los peroneos son más laterales,<br />
por detrás <strong>del</strong> maléolo externo. En el compartimiento<br />
posterior se ven los tendones de la región que<br />
cursan por detrás <strong>del</strong> maléolo interno en dirección a la<br />
planta <strong>del</strong> pie. El tendón de Aquiles aparece como una<br />
estructura gruesa con su superficie posterior convexa<br />
y su superficie anterior aplanada. A este nivel no se ve<br />
el músculo sóleo.<br />
.En un corte a nivel de la porción distal <strong>del</strong> maléolo<br />
externo se sitúan los ligamentos peroneoastragalinos<br />
anterior y posterior. Por dentro se puede ver parte <strong>del</strong><br />
ligamento <strong>del</strong>toideo, así como el retináculo peroneo<br />
que cursa por dentro y por detrás <strong>del</strong> maléolo externo.<br />
El ligamento calcaneoastragalino interóseo se sitúa<br />
posterolateral en relación con el astrágalo. El ligamento<br />
plantar calcaneoescafoideo se localiza por debajo <strong>del</strong><br />
maléolo externo entre el tendón <strong>del</strong> tibial posterior y<br />
la porción externa <strong>del</strong> astrágalo. El nervio sural, se<br />
sitúa por detrás y por dentro <strong>del</strong> peroneo corto. El<br />
nervio tibial se sitúa por dentro <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor<br />
largo <strong>del</strong> dedo gordo y se continúa distalmente con los<br />
nervios plantares medial y lateral. El retináculo flexor<br />
es superficial a los tendones de los músculos profundos<br />
en el lado interno <strong>del</strong> tobillo.<br />
. El haz neurovascular anterior (arteria y vena tibial<br />
anterior y nervio peroneo profundo) se sitúan por detrás<br />
de los tendones extensores, mientras que el haz<br />
neurovascular posterior, compuesto de la arteria y vena<br />
tibial posterior y <strong>del</strong> nervio tibial posterior se localizan<br />
por detrás de los tendones <strong>del</strong> flexor común de los<br />
dedos y <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo.<br />
Corte coronales. El aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En los CC posteriores se ve el tendón de Aquiles con<br />
su inserción en el calcáneo. Los músculos peroneo corto<br />
y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se sitúan por fuera <strong>del</strong><br />
sóleo. Los tendones peroneos se localizan por debajo<br />
<strong>del</strong> maléolo externo. El músculo flexor largo de los<br />
dedos y su tendón cursan superficialmente en dirección<br />
mediolateral al tendón <strong>del</strong> tibial posterior, en la<br />
porción distal de la pierna. El tendón <strong>del</strong> tibial poste-<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 153
ior se localiza por dentro <strong>del</strong> maléolo posterior. Los<br />
ligamentos peroneo-astragalino posterior y<br />
tibioperoneo inferior se localizan a nivel <strong>del</strong> maléolo<br />
posterior, por detrás <strong>del</strong> astrágalo.<br />
. Los CC en el plano medio permiten ver al ligamento<br />
calcaneoperoneo a la altura de la articulación<br />
subastragalina posterior. La articulación subastragalina<br />
media está formada por el sustentáculo <strong>del</strong><br />
astrágalo y la superficie medial e inferior <strong>del</strong> astrágalo<br />
y es el sitio ideal para analizar las coaliciones<br />
calcaneoastragalinas (IRM). Los tendones peroneos<br />
cursan por el surco peroneo <strong>del</strong> calcáneo.<br />
. En CC anteriores se pueden ver las fibras <strong>del</strong> ligamento<br />
<strong>del</strong>toideo con el tendón <strong>del</strong> tibial posterior por dentro<br />
<strong>del</strong> ligamento y por encima <strong>del</strong> sustentáculum talis.<br />
En la parte anterior y distal de la tibia se ven los tendones<br />
<strong>del</strong> compartimiento anterior en localización<br />
medial y lateral. También se ven las fibras anteriores<br />
(tibioastragalinas) <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo.<br />
. Por otra parte, el flexor largo de los dedos entra en el<br />
pie después de haber cruzado superficialmente, y en<br />
dirección mediolateral, a los tendones <strong>del</strong> tibial posterior<br />
y <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo.<br />
En el pie y en CC, los tendones <strong>del</strong> flexor corto <strong>del</strong> 1er.<br />
dedo y músculos flexores largos se sitúan por detrás <strong>del</strong> 1er.<br />
metatarsiano y de la 1ra. cuña. El tendón <strong>del</strong> peroneo largo<br />
penetra en el pie detrás <strong>del</strong> maléolo externo y cruza el pie<br />
hasta la base <strong>del</strong> primer metatarsiano y la cuña medial.<br />
Cortes sagitales. Su aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />
. En un CS en su parte interna, a nivel <strong>del</strong> maléolo tibial,<br />
se puede ver, por detrás <strong>del</strong> mismo, a los tendones <strong>del</strong><br />
tibial posterior y flexor largo de los dedos. El tendón<br />
<strong>del</strong> tibial posterior penetra en el pie por detrás <strong>del</strong><br />
retináculo flexor para insertarse en el hueso navicular.<br />
También se puede ver al tendón <strong>del</strong> flexor largo de los<br />
dedos que penetra en el pie por detrás <strong>del</strong> maléolo interno,<br />
cubierto por el retináculo flexor, para terminar<br />
en la base de las falanges distales. El ligamento<br />
<strong>del</strong>toideo se ve como una banda ancha, que se extiende<br />
de forma radiada desde el maléolo tibial hasta la<br />
tuberosidad <strong>del</strong> navicular y el sustentáculum <strong>del</strong> astrágalo.<br />
En este corte se puede ver también el flexor<br />
corto de los dedos y el cuadrado plantar.<br />
En CS más internos se pueden ver el tendón <strong>del</strong> tibial<br />
anterior que cruza por la cara dorsal de astrágalo y se<br />
inserta en la cuña medial y en el 1er. metatarsiano.<br />
. Un corte sagital en línea media <strong>del</strong> tobillo permite identificar<br />
la articulación subastragalina media, al seno<br />
<strong>del</strong> tarso y la articulación subastragalina posterior. El<br />
peroneo largo que se extiende anteriormente a lo largo<br />
de la superficie lateroinferior <strong>del</strong> calcáneo penetra en<br />
el pie por la cara lateroinferior <strong>del</strong> cuboides. El tendón<br />
<strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se ve a lo largo <strong>del</strong><br />
dorso <strong>del</strong> pie hasta su inserción en la falange distal <strong>del</strong><br />
1er. dedo. El ligamento interóseo calcaneoastragalino,<br />
asociado con grasa, está limitado por <strong>del</strong>ante, por el<br />
proceso anterior <strong>del</strong> calcáneo y por detrás, por el proceso<br />
lateral <strong>del</strong> astrágalo. Se puede ver la grasa, por<br />
<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />
. En un corte sagital lateral, a nivel <strong>del</strong> peroné, se sitúan<br />
los tendones de los peroneos pasando por detrás <strong>del</strong><br />
maléolo externo, el peroneo corto es más anterior, y se<br />
puede seguir hasta su inserción en la base <strong>del</strong> 5to.<br />
metatarsiano. El tendón <strong>del</strong> peroneo largo penetra en<br />
la planta <strong>del</strong> pie por debajo y por dentro <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />
peroneo corto, en el sulcus cuboideo.<br />
TÉCNICA<br />
El examen se debe realizar con un transductor lineal<br />
entre 7,5 y 14 MHz, a veces con auxilio de un proxón para<br />
el estudio de las pequeña articulaciones <strong>del</strong> pie.<br />
El examen se inicia con el paciente en decúbito supino<br />
para el estudio de la cara anterior <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie, así<br />
como de las caras laterales, con maniobras de dorsiflexión.<br />
El estudio de la región plantar <strong>del</strong> pie se puede realizar en<br />
decúbito supino o preferentemente en decúbito prono con<br />
los pies fuera de la mesa y utilizando al tendón de Aquiles<br />
como ventana para el estudio de la cara posterior <strong>del</strong> tobillo.<br />
Todas estas regiones se estudian con CL y CT y siempre<br />
debe realizarse examen comparativo con el lado sano.<br />
La ecografía Doppler color es necesaria para el estudio de<br />
los vasos de la región.<br />
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />
DEL TOBILLO<br />
ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS TENDONES<br />
DEL TOBILLO<br />
En un corte por vía anterior se puede ver al tendón <strong>del</strong><br />
tibial anterior por dentro, y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> maléolo interno.<br />
El tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se sitúa por<br />
fuera <strong>del</strong> anterior, en frente de la porción media <strong>del</strong> astrágalo<br />
y por detrás de este tendón se ven la arteria tibial<br />
anterior y el nervio peroneo profundo. El tendón <strong>del</strong> extensor<br />
largo de los dedos es el más lateral, con el tendón<br />
peroneo corto por detrás.<br />
El tendón <strong>del</strong> peroneo corto se sitúa en un canal óseo<br />
en la cara posterior <strong>del</strong> maléolo externo, por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />
154 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
tendón <strong>del</strong> peroneo largo. Estos tendones se examinan mejor<br />
con las maniobras de eversión y dorsiflexión.<br />
En el borde posterior <strong>del</strong> maléolo interno, el tendón<br />
<strong>del</strong> tibial posterior tiene una localización muy posterior y<br />
es el tendón más grueso <strong>del</strong> tobillo después <strong>del</strong> tendón de<br />
Aquiles. Por detrás se sitúa el tendón <strong>del</strong> flexor largo y<br />
más atrás está el nervio tibial. Aún más posterior, está el<br />
tendón y músculo <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo que cursa<br />
por el borde posterior de la tibia y está separado <strong>del</strong> tendón<br />
de Aquiles por la grasa <strong>del</strong> triángulo de Kager.<br />
En un corte por vía posterior se ve al tendón de Aquiles<br />
que se origina a partir de los músculos gemelos y sóleo y se<br />
inserta en la cara posterior <strong>del</strong> calcáneo. Las fibras musculares,<br />
en la unión musculotendinosa, aparecen hipoecoicas<br />
y se debe evitar confundirla con una ruptura parcial.<br />
Lo mismo sucede con su inserción en el calcáneo, lo<br />
que se debe a la oblicuidad <strong>del</strong> tendón y al contenido<br />
cartilaginoso. El tendón se sitúa por debajo de la piel y <strong>del</strong><br />
TCS y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón está la grasa menos ecogénica<br />
<strong>del</strong> triángulo de Kager. El paciente se coloca en posición<br />
prona, con el pie colgando fuera de la mesa debiendo realizarse<br />
estudio dinámico y comparativo. Se puede ver la<br />
bursa retrocalcánea como una banda fina hipoecoica entre<br />
el calcáneo y el tendón. El tendón es usado como ventana<br />
acústica para visualizar al receso articular posterior.<br />
ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS TENDONES<br />
Y FASCIA DEL PIE<br />
En la región dorsal y media <strong>del</strong> pie se pueden ver de adentro<br />
hacia fuera al tendón <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong><br />
1er. dedo y <strong>del</strong> extensor común de los dedos. Este último<br />
cubre al músculo extensor corto <strong>del</strong> 1er.dedo, a nivel de los<br />
huesos cuneiformes. Como en otras articulaciones sinoviales<br />
se pueden analizar el cartílago hialino, la membrana sinovial<br />
hipoecoica y la cápsula articular hiperecoica.<br />
En un corte transversal se pueden evaluar los tendones<br />
peroneos en su trayecto inframaleolar; el peroneo corto<br />
es el más anterior y se inserta en la base <strong>del</strong> 5to.<br />
metatarsiano, mientras que el peroneo largo camina por<br />
debajo <strong>del</strong> calcáneo y cuboides con un curso plantar transversal<br />
para terminar en el 1er. dedo. El tendón <strong>del</strong> tibial<br />
posterior está orientado en sentido horizontal en su curso<br />
inframaleolar y se inserta en el escafoides, en contacto con<br />
el ligamento tibio-calcáneo. El tendón <strong>del</strong> flexor digital<br />
tiene un trayecto más vertical por debajo <strong>del</strong> maléolo interno<br />
y a lo largo de la superficie inferior <strong>del</strong> astrágalo,<br />
acompañado por el tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
En la planta <strong>del</strong> pie se encuentra medialmente el músculo<br />
aductor <strong>del</strong> dedo gordo, en posición central, el flexor corto<br />
de los dedos y por fuera el abductor <strong>del</strong> 5to. dedo. El<br />
músculo cuadrado plantar se sitúa profundamente al músculo<br />
flexor corto, con la estructura neurovascular entre ellos.<br />
En una posición más distal, el abductor corto <strong>del</strong> 5to. dedo<br />
y el aductor <strong>del</strong> 1er. dedo se ven en el borde inferolateral de<br />
la base <strong>del</strong> 5to. y 1er. metatarsiano respectivamente.<br />
En una posición más distal y a nivel de los espacios<br />
intermetatarsianos aparecen los músculos interóseos. Los tendones<br />
flexores aparecen en una posición superficial plantar.<br />
La aponeurosis plantar, hiperecoica, cubre la cara plantar<br />
<strong>del</strong> flexor digital corto y tiene una extensión lateral que<br />
cubre la mitad proximal <strong>del</strong> abductor <strong>del</strong> 5to. dedo. Un<br />
corte en línea media permite ver la fascia plantar unida al<br />
calcáneo y al flexor corto de los dedos. La medida <strong>del</strong><br />
espesor de la fascia plantar debe realizarse con un corte<br />
transversal en la región plantar posterior.<br />
ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS LIGAMENTOS<br />
DEL TOBILLO<br />
El ligamento tibioperoneo anterior se ve como una banda<br />
hiperecoica entre los 2 huesos. En un CS por vía anterior<br />
se evalúan también a los tendones anteriores, al receso<br />
tibioastragalino anterior y al cartílago hialino que cubre<br />
al astrágalo.<br />
Los ligamentos tibioperoneo anterior y calcaneoperoneo<br />
originados <strong>del</strong> maléolo externo, aparecen hiperecoicos. El<br />
ligamento peroneoastragalino anterior tiene un curso<br />
anteromedial, desde el borde anterior <strong>del</strong> maléolo peroneo,<br />
formando una estructura en forma de tienda sobre el astrágalo.<br />
Él se une a la porción frontal de la faceta articular<br />
lateral y por fuera al cuello <strong>del</strong> astrágalo y se expande sobre<br />
el espacio articular.<br />
El ligamento calcaneoperoneo se estudia en un plano<br />
sagital, ligeramente dorsal y paralelo al maléolo externo.<br />
Este ligamento va desde el vértice <strong>del</strong> maléolo peroneo en<br />
dirección caudal y ligeramente posterior, a la superficie<br />
lateral <strong>del</strong> calcáneo, pasando por debajo de los tendones<br />
de los peroneos largo y corto.<br />
Los ligamentos tibioastragalino anterior y posterior,<br />
el tibiocalcáneo y los ligamentos tibioescafoideos, se originan<br />
<strong>del</strong> maléolo interno, y se lesionan con menor frecuencia<br />
y pueden ser estudiados con la ecografía.<br />
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
DEL TOBILLO Y PIE<br />
LESIONES DE LOS LIGAMENTOS<br />
El esguince <strong>del</strong> tobillo es muy frecuente en los deportistas,<br />
sobre todo por lesión <strong>del</strong> ligamento lateral. En los<br />
esguinces <strong>del</strong> tobillo, y aún en presencia de lesiones<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 155
ligamentarias importantes, las radiografías simples sólo<br />
muestran aumento de volumen de las PB, a pesar de asistir<br />
una marcada inestabilidad <strong>del</strong> tobillo.<br />
Como ya habíamos señalado el ligamento<br />
peroneoastragalino anterior cursa por <strong>del</strong>ante y ligeramente<br />
por debajo de la cara anterior <strong>del</strong> tobillo en la porción distal<br />
<strong>del</strong> peroné hacia la cara lateral <strong>del</strong> astrágalo. El ligamento<br />
peroneoastragalino posterior es corto y horizontal, mientras<br />
que el ligamento peroneocalcáneo se dirige ligeramente posterior.<br />
El ligamento peroneoastragalino anterior es el más<br />
débil y el primero en romperse. Cuando la lesión es más<br />
severa se lesiona el ligamento calcaneoperoneo y sólo raramente<br />
el ligamento peroneoastragalino posterior.<br />
La causa más frecuente es una lesión <strong>del</strong> ligamento<br />
colateral lateral resultado de una inversión <strong>del</strong> tobillo, casi<br />
siempre interesando su porción anterior más débil. Puede<br />
asociarse a hematoma.<br />
Se han clasificado en 3 grados, siendo raros los de<br />
grado 3 o por ruptura completa.<br />
La ecografía es capaz de demostrar las rupturas parciales<br />
o completas de los ligamentos, así como su evolución<br />
tórpida por un tratamiento inadecuado en que se produce<br />
un tejido de granulación nodular doloroso. La<br />
ecografía es muy útil en los traumas agudos <strong>del</strong> tobillo y<br />
da más información que la IRM dado por el curso oblicuo<br />
de los ligamentos. A veces pueden verse calcificaciones<br />
ecogénicas y avulsiones óseas.<br />
La ecografía es de gran valor en las lesiones de los<br />
ligamentos peroneoastragalino anterior y tibioperoneo, ambos<br />
de gran importancia en la estabilidad <strong>del</strong> tobillo. Las<br />
rupturas de estos ligamentos y su hematoma asociado pueden<br />
verse en la ecografía, aunque no modifican el tratamiento.<br />
No sucede lo mismo en la ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />
tibioperoneo anterior, con inestabilidad de la articulación<br />
en que está indicado el tratamiento quirúrgico.<br />
fascículo accesorio <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior.<br />
La inflamación secundaria de la sinovial que produce<br />
la inestabilidad crónica lateral <strong>del</strong> tobillo, provoca<br />
una masa en las partes blandas debido a tejido sinovial<br />
hipertrófico y fibrosis.<br />
La presencia de atrapamiento óseo anteromedial o<br />
anterocentral debido a osteofitos en la parte anterior de la<br />
articulación puede aumentar el proceso.<br />
La ecografía y sobre todo la IRM muestran una masa<br />
meniscoide en la porción lateral <strong>del</strong> tobillo, hipointensa<br />
con cualquier técnica de IRM.<br />
La artroscopia terapéutica es de gran valor en estos casos.<br />
Síndrome <strong>del</strong> seno tarsal<br />
El seno <strong>del</strong> tarso es un receso lateral localizado entre<br />
el astrágalo y el calcáneo que contiene el ligamento<br />
calcaneoastragalino (<strong>del</strong> complejo sindesmótico), las raíces<br />
mediales de la porción inferior <strong>del</strong> retináculo extensor,<br />
estructuras neuro-vasculares y grasa.<br />
Este síndrome es provocado por hemorragia o inflamación<br />
de los recesos sinoviales <strong>del</strong> seno <strong>del</strong> tarso con o<br />
sin ruptura de los ligamentos. Por lo general se produce<br />
por una lesión en inversión <strong>del</strong> pie y se asocia con ruptura<br />
de los ligamentos colaterales laterales. También se ve en el<br />
curso de algunas afecciones reumatológicas y procesos<br />
biomecánicos anormales, tales como el pie plano secundario<br />
a una ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior. Estos pacientes<br />
muestran inestabilidad en la parte media <strong>del</strong> pie y<br />
dolor en su porción lateral.<br />
En la ecografía y en la IRM hay obliteración de la<br />
grasa <strong>del</strong> espacio tarsal, que es reemplazada por líquido o<br />
tejido cicatrizal con interrupción de los ligamentos. En los<br />
casos avanzados pueden verse signos de osteoartritis en la<br />
articulación subastragalina y quistes subcondrales.<br />
SÍNDROMES ASOCIADOS A RUPTURA CRÓNICA<br />
DE LOS LIGAMENTOS LATERALES<br />
Hay 2 síndromes que se asocian con la ruptura crónica<br />
de los ligamentos laterales <strong>del</strong> tobillo: el síndrome <strong>del</strong><br />
atropamiento anterolateral y el síndrome <strong>del</strong> seno tarsal.<br />
Síndrome <strong>del</strong> atrapamiento anterolateral<br />
Es motivo frecuente de dolor crónico en la parte lateral<br />
<strong>del</strong> tobillo e inestabilidad a la dorsiflexión normal. La<br />
causa más frecuente es una lesión de los ligamentos<br />
peroneoastragalino anterior (ligamento colateral) y<br />
tibioperoneo (<strong>del</strong> complejo sindesmótico), así como de un<br />
LESIONES DE LOS TENDONES DEL TOBILLO Y PIE<br />
Una de las razones para estudiar con la ecografía al<br />
tobillo y al pie es el examen de los tendones. Los tendones<br />
flexores, de localización posteromedial son los más<br />
afectados, mientras que los tendones extensores (anteriores),<br />
raras veces se afectan. Los tendones pueden ser<br />
lesionados por un trauma directo o por un fenómeno de<br />
sobreuso, como ya hemos estudiado en el capítulo correspondiente.<br />
Lesiones tendinosas elementales. Es conveniente recordar<br />
las lesiones elementales <strong>del</strong> tendón que comprenden:<br />
Tenosinovitis o paratendonitis. Es una inflamación<br />
de la vaina <strong>del</strong> tendón que provoca una colección<br />
156 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
líquida, anecoica, a su alrededor. Hay cierta cantidad<br />
de líquido normal, rodeando a los tendones <strong>del</strong><br />
tobillo, mayor en el tibial posterior que puede llegar<br />
a medir 4 mm.<br />
La tenosinovitis casi siempre obedece a una causa<br />
mecánica o a un proceso inflamatorio. Entre las<br />
causas mecánicas se citan el sobreuso y la fricción<br />
por aparatos ortopédicos, por osteofitos o cuerpos<br />
extraños intraarticulares o en la vaina <strong>del</strong> tendón.<br />
También puede ocurrir por un pannus adherente en<br />
una AR. En el DC se puede ver aumento de flujo<br />
en el anillo hipoecoico que rodea al tendón.<br />
Tendinitis. Se utiliza para designar el engrosamiento<br />
y alteración en la ecogenicidad de los tendones,<br />
aunque no hay células inflamatorias.<br />
Tendinosis. Es de una degeneración dentro <strong>del</strong> tendón<br />
debido a atrofia. Hay engrosamiento <strong>del</strong> tendón con<br />
aumento <strong>del</strong> espacio hipoecoico que normalmente<br />
existe entre las fibrillas ecogénicas <strong>del</strong> tendón y<br />
obedece a trauma o sobreuso.<br />
Ruptura tendinosa. Puede ser total o parcial. La ruptura<br />
total ocurre en las inserciones óseas (avulsión)<br />
o entre la inserción ósea y la unión musculotendinosa.<br />
Las rupturas parciales ocurren en la dirección<br />
longitudinal y paralelas a las fibras<br />
tendinosas, o en sentido transversal, perpendiculares<br />
al trayecto <strong>del</strong> tendón. En la ruptura completa<br />
se ve un defecto, que en las formas agudas se puede<br />
llenar de sangre (hipoecoico) o de tejido de granulación<br />
en los casos crónicos(isoecoicos). La retracción<br />
de los bordes rotos <strong>del</strong> tendón puede evaluarse<br />
con los movimientos <strong>del</strong> tobillo.<br />
En la ruptura parcial, el defecto longitudinal aparece<br />
hipoecoico y puede extenderse o no a la superficie.<br />
Otras veces se ve como un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong><br />
tendón con alteración de su ecogenicidad.<br />
Existe una progresión evolutiva entre tendinosis,<br />
ruptura parcial y ruptura completa, de ahí lo frecuente<br />
de la asociación de estas lesiones.<br />
Luxación y subluxación tendinosa. Predominan en<br />
los tendones de los peroneos y en el tendón <strong>del</strong> tibial<br />
posterior (TTP). En los casos de subluxación, es<br />
conveniente realizar el examen con movimientos<br />
<strong>del</strong> tobillo.<br />
LESIONES TENDINOSAS ESPECÍFICAS<br />
DEL TOBILLO Y PIE<br />
Veamos ahora algunas de las lesiones particulares de<br />
los tendones <strong>del</strong> tobillo.<br />
LESIONES DEL TENDÓN DE AQUILES Y DE LA BURSA<br />
RETROCALCÁNEA<br />
Las lesiones <strong>del</strong> tendón de Aquiles (TA) pueden ser<br />
agudas, subagudas y crónicas. En los procesos agudos el<br />
tendón se engruesa, es hipoecoico, pero se ven bien sus<br />
fibras. En un CT el borde anterior <strong>del</strong> tendón es convexo,<br />
sus bordes se hacen difusos, comprobándose una diferencia<br />
mayor de 2 mm en su diámetro AP cuando se compara<br />
con el lado sano y la grasa <strong>del</strong> triángulo de Kager se ve<br />
hipoecoica. En la tendinitis crónica son raras las calcificaciones.<br />
Cuando el engrosamiento ocurre en la inserción<br />
distal <strong>del</strong> tendón puede deberse a una enfermedad <strong>del</strong> mismo,<br />
de la bursa o de ambos a la vez.<br />
La tendinitis puede progresar hacia una fisura o ruptura,<br />
a veces difícil de visualizar como un segmento<br />
hipoecoico <strong>del</strong> tendón. En los atletas o en los pacientes<br />
con AR, lupus, gota, diabetes es frecuente la ruptura <strong>del</strong><br />
tendón entre 2 y 6 cm por encima <strong>del</strong> calcáneo.<br />
En la ecografía se puede ver una zona anecoica o<br />
hipoecoica heterogénea debida a un hematoma reciente con<br />
retracción e inflamación de los bordes <strong>del</strong> tendón. A veces<br />
el tendón muestra un aspecto deshilachado. En ocasiones<br />
la grasa llena el sitio de la ruptura. Es el tendón más frecuentemente<br />
afectado por una ruptura, sobre todo en su<br />
zona avascular, entre 2 y 6 cm proximal a su inserción en<br />
el calcáneo.<br />
En la ruptura <strong>del</strong> tendón de Aquiles se pueden ver los<br />
fragmentos desplazados <strong>del</strong> tendón que se modifican con<br />
los movimientos <strong>del</strong> pie, con obliteración parcial a la<br />
dorsiflexión plantar, lo que tiene importancia pronóstica y<br />
de tratamiento.<br />
En las rupturas espontáneas se han descrito cambios<br />
degenerativos asociados a inyecciones medicamentosas,<br />
hipertermia, fuerzas mecánicas o fuerzas musculares excéntricas<br />
o desiguales.<br />
La ecografía sirve para diagnosticar la ruptura y cuantificar<br />
su magnitud debiendo realizarse el estudio en flexión<br />
dorsal y plantar, así como evaluar las lesiones previas <strong>del</strong><br />
tendón plantar. Si el tendón plantar está intacto las pruebas<br />
clínicas de ruptura <strong>del</strong> tendón pueden ser negativas,<br />
aún en presencia de una ruptura <strong>del</strong> mismo. Este tendón,<br />
presente en el 90 % de los pacientes, se puede utilizar para<br />
la reparación quirúrgica <strong>del</strong> TA.<br />
En las rupturas crónicas <strong>del</strong> TA el defecto<br />
intratendinoso se llena con líquido o tejido de granulación<br />
y pierde las características de un tendón normal. El dolor<br />
es debido, por lo general, a una tendinosis y se puede complicar<br />
con una ruptura parcial. En la ecografía hay engrosamiento<br />
fusiforme <strong>del</strong> tendón con áreas hipoecogénicas.<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 157
En los pacientes operados de una ruptura tendinosa puede<br />
ocurrir una nueva ruptura parcial y en estos casos la<br />
ecografía es muy útil. En los pacientes con buena evolución<br />
las señales intratendinosas disminuyen a medida que<br />
cura el tendón, aunque a veces aparece engrosado simulando<br />
una tendinosis crónica. Se pueden identificar los<br />
puntos de sutura.<br />
En la gota, con toma frecuente <strong>del</strong> tendón de Aquiles,<br />
puede verse engrosamiento tendinoso por los tofos y en<br />
los xantomas hay un engrosamiento con áreas hipoecoicas.<br />
Los xantomas <strong>del</strong> tendón de Aquiles son frecuentes en la<br />
hipercolesterolemia familiar, por lo general bilateral, con<br />
el tendón difusamente engrosado y con nódulos<br />
xantomatosos hipoecoicos.<br />
Deformidad de Haglund<br />
Se corresponde a un choque doloroso a nivel <strong>del</strong> borde<br />
superior <strong>del</strong> calcáneo debido a una compresión excesiva<br />
<strong>del</strong> tendón de Aquiles entre el calcáneo y el zapato. Se<br />
asocia a una morfología particular <strong>del</strong> calcáneo en el cual,<br />
el ángulo que se forma de la unión de su borde inferior con<br />
el posterior mide más de 70 grados.<br />
En la ecografía hay engrosamiento de la piel, <strong>del</strong> TCS<br />
y <strong>del</strong> tendón de Aquiles en el borde posterosuperior <strong>del</strong><br />
calcáneo. A veces hay una bursa neoformada en el TCS,<br />
bursitis retrocalcánea y calcificación <strong>del</strong> tendón.<br />
LESIONES DEL TENDÓN DEL TIBIAL POSTERIOR (TTP)<br />
La tenosinovitis <strong>del</strong> TTP es preferible estudiarla en<br />
CT para ver mejor el líquido que lo rodea. Además, deben<br />
buscarse los signos de tendinitis o rupturas parciales con<br />
que se puede complicar. Se relaciona con el sobreuso y se<br />
ve en atletas jóvenes.<br />
La ruptura de este tendón, segundo en frecuencia en el<br />
tobillo, provoca marcados síntomas. Las lesiones de esta<br />
región pueden producir ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior<br />
a nivel <strong>del</strong> maléolo medial y de los peroneos en el maléolo<br />
lateral, asociado frecuentemente a fracturas maleolares. La<br />
ruptura, casi siempre longitudinal, lo hace aparecer elongado<br />
y engrosado con algunas hendiduras en su eje mayor. Las<br />
rupturas transversales son más raras y provocan un pie plano<br />
doloroso y una deformidad en valgus.<br />
La ruptura crónica de este tendón puede mantenerse<br />
sin diagnóstico clínico por meses o años, con gran<br />
disfunción <strong>del</strong> pie. Casi siempre es de origen traumático o<br />
mecánico (sobreuso), e incluye laceración y fenómeno de<br />
choque por un osteofito en la cortical posterior de la tibia,<br />
todo ello evaluable con la ecografía.<br />
Se ve en pacientes con artritis, obesidad, hipertensión,<br />
diabetes, uso crónico de esteroides y cirugía previa, predominando<br />
en las mujeres por encima de los 45 años. La<br />
ruptura predomina a la altura <strong>del</strong> maléolo medial o en su<br />
inserción en el escafoides.<br />
La ruptura aguda parcial o completa <strong>del</strong> TTP, frecuente<br />
en atleta jóvenes ocurre por lo general en su inserción en el<br />
escafoides.<br />
El aspecto de la ruptura <strong>del</strong> TTP, basado en los hallazgos<br />
de la ecografía y de la cirugía, se ha clasificado en 3 tipos:<br />
Tipo I. En la ecografía el tendón está engrosado, con<br />
áreas focales hipoecoicas por hendiduras<br />
longitudinales y degeneración.<br />
Tipo II. En la ecografía hay a<strong>del</strong>gazamiento focal <strong>del</strong><br />
tendón con alteraciones de la ecogenicidad por ruptura<br />
parcial y fibrosis.<br />
Tipo III. En la ecografía hay un defecto focal en el<br />
tendón que aparece relleno de líquido anecoico o<br />
hipoecoico en la forma aguda, o de tejido de granulación<br />
ecogénico en la forma crónica.<br />
La luxación <strong>del</strong> TTP ocurre con mayor frecuencia en<br />
los jóvenes y es de naturaleza traumática. El tendón se<br />
sitúa medial al maléolo interno asociado con ruptura <strong>del</strong><br />
retináculo flexor. Se puede estudiar mejor con el pie en<br />
dorsiflexión y en supinación forzada.<br />
LESIONES DE LOS TENDONES PERONEOS<br />
Las lesiones de estos tendones son frecuentes e incluyen<br />
peritendinosis, tenosinovitis, rupturas y luxaciones.<br />
La tenosinovitis de los tendones peroneos ocurre en<br />
los esguinces de tobillo, en las tendinitis, rupturas o procesos<br />
inflamatorios de estos tendones. En los de causa<br />
traumática el líquido es generalmente anecoico, pero puede<br />
hacerse ligeramente ecogénico en los procesos crónicos,<br />
asociados a engrosamiento de la vaina sinovial. Puede<br />
ocurrir una ruptura <strong>del</strong> tendón peroneo en las fracturas<br />
intraarticulares <strong>del</strong> calcáneo.<br />
Hay una variedad de tenosinovitis estenosante de los<br />
peroneos que ocurre por microtraumas en la vida profesional<br />
y que provoca reacción inflamatoria en las vainas<br />
de estos tendones.<br />
La ruptura de los tendones peroneos puede ir precedida<br />
de una lesión <strong>del</strong> retináculo peroneo superior, lo que<br />
puede conducir a subluxación o luxación de los tendones<br />
o resultar en una tenosinovitis, tendinosis o ruptura<br />
longitudinal <strong>del</strong> tendón. Es frecuente que se asocie con<br />
una fractura por avulsión de la porción lateral <strong>del</strong> peroné,<br />
con arrancamiento <strong>del</strong> retináculo peroneo, mejor<br />
visualizado en la rotación interna <strong>del</strong> tobillo. Casi siempre<br />
158 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
se trata de un trauma o esguince o una fractura calcánea<br />
compleja. Es frecuente en los deportes de patinaje, por el<br />
mecanismo de dorsiflexión y eversión. Se ha invocado un<br />
factor congénito en la subluxación <strong>del</strong> peroneo y en la consiguiente<br />
lesión <strong>del</strong> tendón.<br />
La ruptura puede ser parcial o completa, longitudinal<br />
o transversal. En la ecografía aparece como un área<br />
hipoecoica o anecoica, con aumento <strong>del</strong> líquido sinovial.<br />
La ruptura longitudinal <strong>del</strong> peroneo corto es de diagnóstico<br />
difícil, predomina alrededor de la porción distal<br />
<strong>del</strong> peroné y puede extenderse hacia arriba o hacia abajo,<br />
sobre todo en los atletas por un trauma repetido o en el<br />
anciano por degeneración. Cuando la ruptura <strong>del</strong> peroneo<br />
corto es longitudinal, puede asumir una forma de letra C o<br />
de herradura, con el peroneo largo dentro de la porción<br />
rota <strong>del</strong> peroneo corto.<br />
El diagnóstico por ecografía de las rupturas de los tendones<br />
peroneos requiere de maniobras dinámicas, sobre<br />
todo en la subluxación y se pueden diagnosticar las fracturas<br />
por avulsión con las que se asocia. Se debe investigar<br />
con maniobras de dorsiflexión y eversión, utilizando<br />
la ecografía dinámica que puede mostrar además los signos<br />
de tendinitis o tenosinovitis, y en los casos dudosos<br />
confirma el diagnóstico de una ruptura.<br />
La luxación de los tendones peroneos es una secuela<br />
frecuente en los traumas laterales <strong>del</strong> tobillo, con ruptura<br />
<strong>del</strong> retináculo peroneo superior, lo que provoca subluxación<br />
de los tendones peroneos que se sitúan por detrás <strong>del</strong><br />
maléolo lateral, sobre todo cuando el paciente camina en<br />
superficies irregulares. Casi siempre hay una tenosinovitis<br />
asociada con presencia de líquido que se moviliza en la<br />
vaina <strong>del</strong> tendón.<br />
El engrosamiento sinovial se muestra hipoecoico y en<br />
los pacientes con problemas muy crónicos se puede ver<br />
engrosamiento fusiforme de ambos tendones peroneos en<br />
la punta <strong>del</strong> maléolo. Se puede ver un desgarro longitudinal,<br />
así como subluxación intermitente a la dorsiflexión y<br />
eversión <strong>del</strong> pie.<br />
LESIONES DEL TENDÓN DEL FLEXOR LARGO DEL<br />
DEDO GORDO (FLH)<br />
Este tendón se identifica fácilmente cerca de la articulación<br />
tibioastragalina, ya que es el que mayor volumen<br />
muscular presenta a este nivel. En el pie cursa por debajo<br />
<strong>del</strong> sustentáculum tali, al cual utiliza como polea para la<br />
flexión plantar <strong>del</strong> pie.<br />
Este tendón se lesiona cuando pasa por el canal<br />
osteofibroso entre los tubérculos medial y lateral <strong>del</strong> astrágalo.<br />
Las fricciones continuas en este sitio predisponen<br />
a tenosinovitis crónica o estenosante, tendinosis y<br />
ruptura.<br />
El tendón <strong>del</strong> FLH es frecuentemente afectado en los<br />
bailarines de ballet, corredores, etc. También se ha descrito<br />
una tenosinovitis estenosante de este tendón en los hombres<br />
de edad media con vida sedentaria.<br />
La ruptura longitudinal <strong>del</strong> FHL predomina a nivel o<br />
distal al sustentáculo tali y se rodea de un área nodular en<br />
el tendón engrosado. Las rupturas completas son más raras<br />
y ocurren cerca de su inserción en la falange distal <strong>del</strong><br />
dedo grueso o por debajo <strong>del</strong> sustentáculum tali. En ocasiones<br />
se asocia a otras enfermedades, tales como: un<br />
ganglión de la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> FLH o tenosinovitis<br />
<strong>del</strong> TTP, o <strong>del</strong> flexor largo de los dedos, ruptura <strong>del</strong> peroneo<br />
corto, etc. En la ecografía debe examinarse el tendón durante<br />
la flexión dorsal y plantar <strong>del</strong> tobillo. La presencia<br />
de abundante líquido intraarticular es expresión de la comunicación<br />
entre la vaina <strong>del</strong> tendón y la articulación.<br />
LESIONES DEL TENDÓN DEL TIBIAL<br />
ANTERIOR (TTA)<br />
La afección de los tendones extensores es menos frecuente<br />
que la de los tendones anteriormente estudiados, ya<br />
que están expuestos a menos fenómenos de sobreuso, a lo<br />
que se suma su gran vascularización. De todos los tendones<br />
extensores el que más se afecta es el TTA, por lo general<br />
en los pacientes mayores de 45 años. Puede deberse a<br />
traumas, laceración <strong>del</strong> tendón, degeneración tendinosa o<br />
enfermedad sistémica. El sitio de ruptura predomina dentro<br />
de los 3 cm de su inserción en la cuña medial.<br />
La ruptura <strong>del</strong> TTA se muestra por un defecto<br />
hipoecoico, con discontinuidad <strong>del</strong> tendón en la ruptura<br />
completa, cuyo segmento retraído puede simular un tumor.<br />
Siempre debe valorarse el estado <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor<br />
largo <strong>del</strong> dedo gordo con fines quirúrgicos.<br />
Además de las rupturas pueden verse alteraciones debidas<br />
a tenosinovitis, celulitis o abscesos de los tendones<br />
extensores.<br />
LESIONES DE LOS TENDONES DE LA REGIÓN<br />
METATARSOFALÁNGICA<br />
En las tendinitis <strong>del</strong> pie, sobre todo a nivel de las articulaciones<br />
MTF hay predomino de la hiperplasia<br />
angiofibrosa, degeneración y necrosis, con pocas o ningunas<br />
células inflamatorias. En la ecografía se ve engrosamiento<br />
difuso o focal <strong>del</strong> tendón.<br />
En las tenosinovitis de los tendones <strong>del</strong> pie hay inflamación<br />
de la vaina <strong>del</strong> tendón, sinovitis inflamatoria, in-<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 159
fección o irritación mecánica que predomina a nivel <strong>del</strong><br />
flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
En la ecografía se ve al tendón rodeado por líquido.<br />
Puede complicarse con una ruptura, que casi siempre ocurre<br />
en tendones degenerados o en el curso de una enfermedad<br />
sistémica. La ecografía puede demostrar si la ruptura<br />
es parcial o completa.<br />
LESIONES ARTICULARES<br />
La enfermedad de esta articulación, más frecuente en<br />
la tibioastragalina, comprende a los derrames, sinovitis y<br />
cuerpos libres intraarticulares. Además, puede ser la expresión<br />
de una manifestación local en el curso de una<br />
artropatía.<br />
Derrame. Sinovitis. Cuerpos libres<br />
El derrame se identifica fácilmente como una colección<br />
hipoecoica o anecoica de bordes bien definidos que<br />
predomina a nivel de la articulación tibioastragalina anterior.<br />
A veces el derrame es complejo por infección, trauma,<br />
hemorragia, osteocondromatosis sinovial o SPVN.<br />
Los derrames se evalúan mejor en los recesos<br />
tibioastragalino anterior y posterior, así como en las porciones<br />
laterales <strong>del</strong> tobillo. El examen debe realizarse con<br />
el tobillo en posición neutra o flexión plantar y la ecografía<br />
sirve de guía para las punciones aspirativas.<br />
El derrame de las articulaciones metatarsofalángicas<br />
e interfalángicas se ve mejor por vía dorsal y la ecografía<br />
sirve de guía para la punción aspirativa.<br />
Si se decide realizar una punción <strong>del</strong> derrame es mejor<br />
hacerlo guiado por la ecografía que es capaz de detectar<br />
una artritis séptica, una tenosinovitis séptica, un absceso<br />
o sinovitis. En las pequeñas articulaciones <strong>del</strong> pie, como<br />
ya hemos señalado, se prefiere la ventana dorsal para la<br />
punción aspirativa.<br />
En la sinovitis se puede ver un engrosamiento hipoecoico<br />
en la sinovial de la porción anterior de la cápsula.<br />
Los cuerpos libres intraarticulares se visualizan en<br />
forma de nódulos ecogénicos o lineales que se desplazan<br />
con los movimientos de la articulación, mejor visibles cuando<br />
hay derrame, frecuentes en la AR en que además, hay<br />
proliferación sinovial.<br />
La ecografía también puede detectar la presencia de<br />
una exostosis ósea en la porción anterior de la tibia, a<br />
nivel de la inserción capsular y que puede originar dolor<br />
por un síndrome de choque en los tendones extensores,<br />
sobre todo con la técnica dinámica.<br />
Artritis reumatoide. Gota en el pie<br />
La ecografía se ha utilizado para evaluar diferentes<br />
tipos de artritis inflamatorias y puede mostrar alteraciones<br />
no visibles en las radiografías convencionales.<br />
En la AR la ecografía es capaz de detectar erosiones<br />
óseas precoces, formación de pannus y pequeñas cantidades<br />
de líquido a su nivel.<br />
En las artritis inflamatorias la ecografía puede detectar<br />
precozmente ruptura de los ligamentos y tendones,<br />
bursitis, a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago articular, fascitis<br />
plantar, etc. Las alteraciones predominan en las articulaciones<br />
metatarsofalángicas y subastragalina.<br />
Cuando la AR interesa al pie se puede ver derrame<br />
articular, hipoecoico o anecoico, por lo general bilateral<br />
en la articulación metatarsofalángica. La proliferación<br />
sinovial, se expresa por engrosamiento de la misma. Puede<br />
haber erosión en la cabeza <strong>del</strong> 5to. metatarsiano con un<br />
nódulo hipoecoico debido al pannus.<br />
Los tofos gotosos, predominan en la porción interna<br />
de la cabeza <strong>del</strong> primer metatarsiano apareciendo como<br />
nódulos hipoecoicos que pueden contener calcificaciones,<br />
en ocasiones con erosión ósea y rodeando a los tendones<br />
extensores. Puede haber lesión <strong>del</strong> TCS.<br />
Osteoartritis<br />
La osteoartritis (OA), que incluye la variedad<br />
postraumática, provoca un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago<br />
hialino en las articulaciones tibioastragalina y<br />
subastragalina, así como la presencia de cuerpos libres<br />
asociados con osteofitos. Las alteraciones pronunciadas<br />
<strong>del</strong> cartílago se asocian a lesiones subcondrales vecinas.<br />
La ecografía permite detectar fácilmente el aumento <strong>del</strong><br />
líquido intraarticular, así como los osteofitos, aún cuando<br />
no están totalmente calcificados (condrofitos).<br />
Las lesiones de esta naturaleza en el pie, predominan en<br />
la primera articulación MTF, casi siempre por sobrecarga<br />
de peso y en los pacientes con deformidad en hallux valgus.<br />
Artritis infecciosa. Osteomielitis<br />
El diagnóstico precoz y el tratamiento de la osteomielitis<br />
y de la artritis séptica es decisivo para preservar la función y<br />
para evitar una extensión local o generalizada y la ecografía<br />
juega un papel importante en la detección precoz de estas<br />
lesiones. En el período crónico hay formación de quistes, fragmentos<br />
óseos y un mal alineamiento, sobre todo de las articulaciones<br />
metatarsofalángicas, asociado a derrame articular.<br />
160 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
La presencia de periostitis se puede identificar precozmente<br />
como bandas hiperecoicas a lo largo de la corteza.<br />
La osteomielitis en el pie ocurre más frecuentemente<br />
en la diabetes, asociado con ulceraciones cutáneas en las<br />
regiones de presión, sobre todo en el 1er.y 5to.<br />
metatarsianos. Se asocian a celulitis, abscesos de las PB,<br />
fístulas e interrupción de la cortical, bien identificables<br />
con la ecografía.<br />
Artropatía hemofílica<br />
Los pacientes hemofílicos pueden presentar artropatías<br />
severas y mutilantes por hemartrosis repetidas. El tobillo es<br />
la articulación más afectada, sobre todo en la 2da. década.<br />
La ecografía es muy útil para detectar los derrames hemáticos<br />
intraarticulares y las alteraciones de las PB vecinas.<br />
Sinovitis pigmentada villonodular<br />
Se caracteriza por una proliferación inflamatoria de la<br />
sinovial asociada con depósitos de hemosiderina. Puede<br />
ocurrir en cualquier articulación, vaina tendinosa o bursa<br />
aunque es más frecuente en la rodilla, cadera, tobillo y<br />
codo. En el pie predomina en las vainas <strong>del</strong> tendón peroneo<br />
y en los flexores. Ocurre, muy frecuentemente entre los 20<br />
y 50 años y puede presentarse como una masa focal o una<br />
lesión difusa que interesa toda la articulación. La ecografía<br />
y sobre todo la IRM son muy útiles en el diagnóstico de<br />
esta afección.<br />
ALTERACIONES DE LAS BURSAS<br />
El dolor crónico en la parte posterior <strong>del</strong> tobillo puede<br />
ser secundario a una enfermedad bursal. La bursa<br />
retrocalcánea se sitúa entre el TA y el calcáneo y puede<br />
visualizarse en condiciones normales. La bursa<br />
preaquiliana, localizada posterior al TA no se ve en las<br />
personas normales. La forma y tamaño de la bursa<br />
retrocalcánea se modifican con los movimientos de flexión<br />
y extensión.<br />
El diagnóstico de una bursa patológica se hace cuando<br />
el líquido en su interior mide más de 3 mm en su diámetro<br />
AP, y puede ser inflamatoria o hemorrágica.<br />
La bursitis retrocalcánea puede presentarse aislada o<br />
asociada a la tendinitis <strong>del</strong> Aquiles. Ocurre con frecuencia<br />
en las enfermedades artríticas y en las bursitis por fricción.<br />
En la ecografía se ve una bursa hipoecoica o anecoica<br />
entre la cara anterior <strong>del</strong> tendón y el borde posterosuperior<br />
<strong>del</strong> calcáneo.<br />
En la bursitis intermetatarsiana hay una colección líquida<br />
anecoica que se deforma con la compresión, lo que<br />
la diferencia de los neuromas, con el cual se asocia, sobre<br />
todo cuando se localiza en la cara dorsal <strong>del</strong> 3er. espacio<br />
interdigital.<br />
MASAS QUÍSTICAS EN EL TOBILLO Y PIE<br />
Los gangliones quísticos son frecuentes en el tobillo y<br />
se ven como masas simples o multiloculadas con contenido<br />
hipoecoico o anecoico. Cuando se localizan en la región<br />
<strong>del</strong> seno <strong>del</strong> tarso pueden provocar un síndrome <strong>del</strong><br />
tunel tarsiano. Es muy rara la comunicación con la articulación.<br />
Otras lesiones quísticas incluyen: la bursitis vecina<br />
al tendón y las tenosinovitis quísticas.<br />
En el pie las masas quísticas pueden tratarse de quistes<br />
sinoviales o bursas dilatadas. Los gangliones quísticos<br />
son lesiones anecoicas y las bursitis pueden desarrollarse<br />
por dentro de la cabeza <strong>del</strong> 1er metatarsiano en los pacientes<br />
con deformidad en valgus, y más raramente entre las<br />
cabezas de los metatarsianos.<br />
LESIONES ÓSEAS.<br />
Fracturas por estrés.<br />
Las fracturas por estrés son frecuentes en el calcáneo,<br />
escafoide y astrágalo y sobre todo a nivel <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />
metatarsianos. Las fracturas por estrés en el pie son frecuentes<br />
en los corredores, bailarines de ballet, gimnastas<br />
y reclutas. Como factores predisponentes se citan el hallux<br />
valgus, pie plano, etc. En los casos de hallux valgus, se<br />
interesa con frecuencia a los sesamoideos. A veces se presentan<br />
fracturas subcondrales en las cabezas de los<br />
metatarsianos, en pacientes diabéticos, con artropatía<br />
neurotrófica.<br />
En la ecografía se puede ver la reacción perióstica,<br />
que se muestra como una banda hiperecoica a lo largo de<br />
la corteza, así como hemorragia perióstica, en la cual el<br />
periostio hiperecoico se separa de la corteza por una banda<br />
hipoecoica o interrupción de la cortical, todos ellos signos<br />
precoces. También pueden verse osteonecrosis y pequeñas<br />
fracturas de los huesos <strong>del</strong> tarso.<br />
Fracturas transcondrales<br />
Aunque este grupo de lesiones escapa al diagnóstico de<br />
la ecografía, su clasificación en estadios depende de que exista<br />
o no desplazamiento, de que exista o no lesión ligamentaria,<br />
Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 161
o de que existan o no fragmentos libres osteocondrales, todo<br />
lo cual puede ser detectado en la ecografía.<br />
Sesamoiditis<br />
Otra afección frecuente en las mujeres que usan tacón<br />
alto o que practican bailes <strong>del</strong> tipo zapateado es la<br />
sesamoiditis, que se asocia con higroma en la cara plantar<br />
<strong>del</strong> sesamoideo interno, que se ha luxado hacia la base <strong>del</strong><br />
metatarsiano, y que es posible detectar con la ecografía.<br />
VARIANTES NORMALES<br />
Pueden existir centros de osificación secundarios y huesos<br />
sesamoideos bipartitos que no deben confundirse con<br />
fracturas. No obstante, algunas variantes anatómicas pueden<br />
ser sintomáticas como sucede con el hueso navicular<br />
accesorio tipo II.<br />
En estos casos se puede ver un foco ecogénico<br />
curvilíneo adicional con SA, similar a otras estructuras<br />
óseas. A veces el tendón <strong>del</strong> tibial posterior se inserta en<br />
este hueso accesorio.<br />
PATOLOGÍA DE LAS PB<br />
La mayoría de las lesiones de las PB <strong>del</strong> tobillo y pie<br />
son benignas. Las lesiones más frecuentes son: gangliones,<br />
fibromatosis plantar, lipomas, tumores de células gigantes<br />
de las vainas, celulitis, abscesos, fascitis plantar, neuroma<br />
de Morton y cuerpos extraños.<br />
La ecografía puede diferenciar su naturaleza sólida o<br />
quística, se puede explorar su compresibilidad, movilizar<br />
su contenido y valorar el flujo con el Doppler. Además<br />
permite evaluar el tamaño, la localización y su relación<br />
con las estructuras vecinas.<br />
CUERPOS EXTRAÑOS<br />
La ecografía es especialmente útil en la detección de<br />
cuerpos extraños pequeños, dando mayor información que<br />
la TAC o la IRM, salvo en aquellos casos en que el cuerpo<br />
extraño es hiperecogénico y en íntima relación con la<br />
cortical. También ha mostrado su utilidad en los cuerpos<br />
extraños constituidos por madera o vidrio en los que produce<br />
una SA difusa por detrás.<br />
NEUROPATÍAS COMPRESIVAS<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano<br />
Es provocado por la compresión <strong>del</strong> nervio tibial posterior<br />
cuando pasa a través <strong>del</strong> túnel osteofibroso formado<br />
por el retináculo flexor. Puede verse en pacientes con una<br />
anomalía <strong>del</strong> pie o <strong>del</strong> mecanismo <strong>del</strong> tobillo, como es una<br />
rotación excesiva en valgo o por un síndrome de choque<br />
provocado por un ganglión, lipoma, neuroma, ingurgitación<br />
venosa, tendón accesorio, aunque en el 50 % se desconoce<br />
la causa. En la ecografía se puede visualizar la<br />
posible causa de este síndrome.<br />
Neuroma de Morton<br />
Es una masa de tejido fibroso perineural que interesa<br />
al nervio plantar interdigital y que predomina en la cabeza<br />
de los metatarsianos (4to.-5to.).<br />
La fibrosis perineural <strong>del</strong> nervio digital plantar<br />
(neuroma) puede provocar dolor y parestesias en el antepie.<br />
En la ecografía aparece como una masa ovoidea,<br />
hipoecoica, bien definida, localizada en el espacio<br />
interdigital, a nivel o proximal a la cabeza de los<br />
metatarsianos. A veces se puede ver el nervio que los atraviesa,<br />
profundo a los músculos interóseos y distales al ligamento<br />
intermetatarsiano.<br />
La compresión con el transductor o apretando el pie<br />
con la mano provoca un dolor característico.<br />
PATOLOGÍA DE LA FASCIA PLANTAR<br />
Fascitis plantar<br />
La afección dolorosa de la planta <strong>del</strong> pie se debe con<br />
mayor frecuencia a una fascitis plantar. Se trata de una<br />
inflamación o ruptura parcial de esta fascia y cuyas causas<br />
pueden ser mecánicas o traumáticas. Predomina en los<br />
corredores o por algún defecto mecánico (mal alineamiento<br />
<strong>del</strong> pie, obesidad o procesos inflamatorios). Se asocia<br />
con frecuencia a exostosis <strong>del</strong> calcáneo. La técnica <strong>del</strong><br />
examen debe ser cuidadosa, realizando las mediciones de<br />
su grosor cerca de la inserción en el calcáneo.<br />
En condiciones normales la fascia aparece con una<br />
ecoestructura fibrilar y mide menos de 4 mm de grosor. La<br />
hipoecogenicidad de la fascia, combinada con un grosor<br />
mayor de 4 mm, en un paciente sintomático, es diagnóstico<br />
de una fascitis plantar. En las fascitis plantar la aponeurosis<br />
se engruesa y se pueden ver osteofitos en forma de bandas<br />
hiperecoicas en su inserción calcánea asociadas a una zona<br />
hipoecoica vecina y a una bursitis neoformada.<br />
Fibromas. Fibromatosis. Ruptura de la fascia<br />
plantar.<br />
Otras afecciones de la planta <strong>del</strong> pie son los<br />
fibromas, la fibromatosis y la ruptura de la fascia. La<br />
162 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
fascitis plantar crónica puede asociarse con nódulos<br />
fibrosos dolorosos, mientras que los fibromas plantares<br />
no son dolorosos.<br />
La fibromatosis plantar es una afección benigna, localmente<br />
agresiva, con proliferación de fibroblastos en el<br />
TCS de la planta <strong>del</strong> pie. Ella predomina en las porciones<br />
medial y distal de la aponeurosis, a diferencia de lo que<br />
ocurre en la fascitis plantar. En la ecografía se puede ver<br />
una masa nodular hipoecoica. Se le conoce también como<br />
enfermedad de Ledderhose.<br />
La ruptura de la fascia plantar es rara, casi siempre<br />
localizada cerca de su inserción en el calcáneo y puede ser<br />
aguda o crónica.<br />
La ecografía tiene valor en estas entidades para lo cual<br />
se requieren transductores de muy alta resolución.<br />
LESIONES TUMORALES ÓSEAS Y DE LAS PB<br />
El tobillo y el pie pueden ser asiento de múltiples lesiones<br />
tumorales óseas y de las PB. Entre las lesiones óseas<br />
benignas más frecuentes están los encondromas y los tumores<br />
benignos de células gigantes. Estas articulaciones<br />
pueden ser asiento de cualquier variedad de tumor maligno,<br />
pero son muy raras las lesiones metastásicas, así como<br />
las lesiones en el curso de los linfomas y la leucemia.<br />
El valor de la ecografía en estos casos es el tratar de<br />
diferenciar entre las lesiones quísticas y sólidas y auxiliados<br />
<strong>del</strong> Doppler color, analizar las características<br />
vasculares de las mismas, sobre todo de las lesiones de la<br />
PB o cuando las lesiones óseas rompen la cortical y se<br />
extienden por las regiones vecinas.<br />
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164 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ECOGRAFÍA EN LOS TUMORES ÓSEOS Y DE LAS PARTES BLANDAS<br />
CONSIDERACIONES GENERALES<br />
Hay una gran variedad de tumores y de lesiones<br />
seudotumorales originadas en el sistema<br />
musculoesquelético que se presentan con un amplio espectro<br />
radiográfico, motivo frecuente de dudas e incluso<br />
de errores.<br />
Durante mucho tiempo el tratamiento de los tumores<br />
malignos de este sistema se limitaba a la amputación, lo<br />
que era seguido de metástasis relativamente precoces. En<br />
las últimas décadas han ocurrido grandes cambios terapéuticos<br />
que conducen a una cirugía menos agresiva combinada<br />
con el tratamiento con citostáticos y un mejor pronóstico.<br />
Aunque los rayos X simples constituyen la modalidad<br />
diagnóstica inicial para la caracterización de una lesión<br />
ósea, capaz de diferenciar una lesión benigna de una<br />
maligna y generar un diagnóstico diferencial; sin lugar a<br />
dudas, la TAC, la IRM y la ecografía son los procederes<br />
imagenológicos de elección para determinar la extensión<br />
de la lesión, tanto dentro <strong>del</strong> hueso como en los tejidos<br />
blandos vecinos.<br />
En los últimos años la ecografía con la técnica de<br />
DC y el auxilio de los ecorealzadores, ha adquirido gran<br />
importancia en el diagnóstico y estadiamiento de estos<br />
tumores, sobre todo de los localizados en las PB.<br />
La diferenciación entre benignidad y malignidad en<br />
este grupo de lesiones, utilizando los métodos<br />
imagenológicos está en discusión. Las lesiones óseas benignas<br />
tienden a tener bordes bien definidos, a no englobar<br />
estructuras neurovasculares y a no destruir el hueso; por<br />
el contrario, las lesiones malignas tienden, a tener bordes<br />
irregulares, englobar estructuras neurovasculares y a destruir<br />
el hueso.<br />
A continuación haremos un breve resumen de los datos<br />
que brinda la ecografía en algunos tumores óseos y<br />
sobre todo en los tumores y lesiones seudotumorales de<br />
las partes blandas.<br />
TUMORES ÓSEOS<br />
INTRODUCCIÓN<br />
A pesar de que en las lesiones tumorales óseas el diagnóstico<br />
definitivo pertenece al campo de la anatomía patológica,<br />
no es menos cierto que el diagnóstico de ciertos tumores<br />
óseos es a veces difícil para el patólogo. Esto se debe<br />
fundamentalmente a que, en ocasiones, el material obtenido<br />
no es adecuado para su estudio o a que la técnica histológica<br />
es deficiente. La exploración imagenológica tiene siempre<br />
la máxima importancia, y hay que insistir en la necesidad<br />
de facilitar al anatomopatólogo la información radiológica<br />
pertinente, siempre que se le pida que establezca el diagnóstico<br />
histológico de una lesión ósea. La imagenología debe<br />
servir para precisar la localización exacta de la lesión (es<br />
decir, el hueso y la parte <strong>del</strong> hueso afectado), indicar si esta<br />
tiene su origen en el hueso o si ha pasado los tejidos blandos,<br />
así como mostrar su tamaño y forma. Estas características,<br />
que equivalen a la anatomopatología macroscópica<br />
de las lesiones de los tejidos óseos no pueden, en general,<br />
determinarse por el examen histológico de una biopsia. Estos<br />
datos imagenológicos (verbigracia, las características<br />
<strong>del</strong> borde de la lesión, la naturaleza de las posibles alteraciones<br />
<strong>del</strong> tejido óseo adyacente, la presencia de calcificaciones<br />
en la lesión y las formas que revisten, etc.) pueden<br />
servir a un radiólogo experto para predecir el tipo histológico<br />
<strong>del</strong> tumor de que se trate.<br />
OMS<br />
La ecografía se ha utilizado poco para el estudio de los<br />
tumores óseos y sólo puede aportar información cuando la<br />
lesión es expansiva (osteolítica u osteoblástica) cuando hay<br />
interrupción de la cortical o una marcada reacción perióstica.<br />
En este capítulo solo nos vamos a referir a aquellas lesiones<br />
tumorales <strong>del</strong> esqueleto que reúnan algunos de estos requisitos<br />
y que son susceptibles de su estudio con la ecografía.<br />
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto<br />
la siguiente clasificación de los tumores óseos.<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 165
Tumores Benignos Malignos<br />
Originados a partir de cartílago<br />
Originados a partir de hueso<br />
Condroma<br />
Osteocondroma<br />
Condroblastoma<br />
Fibroma condromixoide<br />
Osteoma osteoide<br />
Osteoblastoma<br />
Condrosarcoma<br />
Osteosarcoma<br />
De células gigantes (Osteoclastoma) Benigno Maligno<br />
De la médula ósea - Sarcoma de Ewing<br />
Hematológicos (Linfoma,<br />
Retículosarcoma, Plasmocitoma)<br />
Hemangioma<br />
Hemangiopericitoma<br />
De origen vascular Linfangioma Hemangioendotelioma<br />
Glomangioma<br />
Angiosarcoma<br />
Fibrohistiocitoma maligno<br />
Lipoma<br />
Fibrosarcoma<br />
De tejido conectivo Fibroma desmoplásico Liposarcoma<br />
Fibrohistiocitoma<br />
Mesenquimoma maligno<br />
Sarcoma indiferenciado<br />
De origen nervioso<br />
Neurilemoma<br />
Neurofibroma<br />
Schwannoma maligno<br />
Otros - Cordoma<br />
Adamantinoma<br />
La OMS plantea, que existe un grupo de lesiones que<br />
se incluyen bajo el capítulo de lesiones seudotumorales<br />
<strong>del</strong> esqueleto, pero que pueden confundirse con los tumores<br />
óseos verdaderos y tomarse actitudes muy agresivas.<br />
Muchas de ellas se engloban dentro <strong>del</strong> grupo de las llamadas<br />
“lesiones que no deben tocarse”. Entre ellas están:<br />
osteoma, fibroma no osificante (defecto fibroso cortical),<br />
desmoide periostal, quiste óseo simple (juvenil), quiste óseo<br />
aneurismático, granuloma eosinofílico, displasia fibrosa<br />
localizada, tumor pardo <strong>del</strong> hiperparatiroidismo, miositis<br />
osificante, y ganglión intraóseo (quiste óseo yuxtacortical).<br />
A la hora de analizar un paciente con un tumor óseo,<br />
es importante el valorar su historia clínica, realizar un<br />
examen físico completo, analizar las radiografías convencionales,<br />
valorar los resultados de la ecografía con técnica<br />
Doppler y en algunas ocasiones emplear la TAC o la IRM.<br />
El tratamiento previo de la lesión e incluso la toma de una<br />
biopsia puede dificultar el diagnóstico inicial.<br />
En el momento de analizar una lesión ósea tumoral el<br />
primer paso debe ser el tratar de diferenciar entre una posible<br />
lesión benigna y una lesión maligna y para ello nos valemos<br />
de los llamados patrones de presentación de los tumores óseos.<br />
PATRONES PARA LA CLASIFICACIÓN<br />
DE LOS TUMORES ÓSEOS<br />
Una vez que se ha detectado una alteración esquelética,<br />
debemos tratar de caracterizarla, y además, establecer su<br />
diagnóstico diferencial. Existen 2 máximas a tener en cuenta<br />
en el manejo de estas lesiones:<br />
. Dejar de tratar a una lesión aparentemente benigna,<br />
tratándose de un tumor maligno.<br />
. No indicar un tratamiento agresivo de una lesión maligna<br />
por haber realizado un diagnóstico erróneo de<br />
un tumor benigno.<br />
Los tumores óseos se pueden clasificar, como ya hemos<br />
señalado, de acuerdo con su tejido de origen, y estos a su<br />
vez, en benignos y malignos. Antes <strong>del</strong> análisis de las imágenes<br />
que nos ofrecen estas lesiones tumorales, debemos<br />
valorar una serie de factores, entre los cuales cabe citar:<br />
166 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Edad. Los tumores óseos tienen, con frecuencia, un<br />
pico de incidencia con la edad: para el<br />
osteosarcoma, son las 2da. y 3ra. décadas, las metástasis<br />
predominan en el adulto y el mieloma ocurre<br />
por lo general, por encima de los 40 años, mientras<br />
que las metástasis óseas de un neuroblastoma<br />
se presentan en los niños menores de 2 años. El<br />
tumor de células gigantes se presenta casi exclusivamente<br />
cuando ha terminado el crecimiento, mientras<br />
que el sarcoma de Ewing predomina en las 2<br />
primeras décadas de la vida.<br />
Sexo. Los tumores óseos tienen predominio en el sexo<br />
masculino.<br />
Origen étnico. Hay tumores como el sarcoma de<br />
Ewing que son raros en los pacientes procedentes<br />
<strong>del</strong> trópico y por el contrario son frecuentes en la<br />
raza caucásica.<br />
Historia familiar. Se ha visto la frecuente transformación<br />
maligna de una tumoración ósea en el curso<br />
de una enfermedad de Ollier o de una<br />
osteocondromatosis múltiple.<br />
Otro tumor primitivo. La presencia de un tumor<br />
primitivo en otra localización, sobre todo en la<br />
mama, pulmón o próstata orienta hacia la naturaleza<br />
metastásica de la lesión.<br />
Multiplicidad de las lesiones. Es importante desde<br />
el inicio, el establecer si se trata de una lesión<br />
solitaria o múltiple. Las lesiones múltiples son frecuentes<br />
en el mieloma, en las metástasis y en el<br />
granuloma eosinófilo.<br />
Localización. Los diferentes tipos de tumores óseos<br />
se distribuyen de manera desigual en el esqueleto.<br />
La mayoría se localizan en los huesos de las extremidades,<br />
sobre todo en la rodilla, fémur y tibia. Por<br />
otra parte, los tumores óseos malignos son<br />
infrecuentes en las manos y pies y con excepción<br />
<strong>del</strong> mieloma, cordoma y osteoblastoma benigno, son<br />
muy raros en la columna.<br />
Patrón oseo predonante. Una vez analizados los factores<br />
anteriores se debe tratar de identificar el patrón óseo<br />
predominante. Se han descrito diferentes patrones, los principales<br />
son, los de destrucción ósea y los de neoformación<br />
ósea, asociados o no a reacción <strong>del</strong> periostio. El análisis de<br />
estos patrones ayuda al diagnóstico diferencial: en el patrón<br />
de destrucción ósea, la presencia de una interfase de bordes<br />
bien definidos entre el tumor y el hueso vecino habla a<br />
favor de una lesión de evolución lenta, aunque no siempre<br />
un aspecto agresivo es señal de malignidad, pero en general<br />
los tumores malignos tienen un crecimiento más rápido.<br />
Se han descrito en la TAC, patrones que acompañan a las<br />
áreas geográficas de destrucción ósea, muchas veces rodeadas<br />
de un borde esclerótico (Tipo I A), la mayoría benignos.<br />
En el Tipo I B, la lesión aparece bien definida, pero sin bordes<br />
escleróticos (casi siempre benignas) y en el tipo I C<br />
el borde es mal definido, con destrucción frecuente de la<br />
cortical, lo que habla a favor de malignidad. Otras veces<br />
hay un patrón que recuerda a las imágenes producidas por<br />
la mordida de un ratón (Tipo II) o de permeación (Tipo III),<br />
señal de una lesión más agresiva, con muy poca o ninguna<br />
reacción <strong>del</strong> hueso vecino, como sucede en algunas metástasis<br />
y en el sarcoma de Ewing. En alguno de estos casos la<br />
ecografía puede ayudar a identificar los patrones diagnósticos.<br />
Otro patrón a analizar es la posible reacción perióstica,<br />
que puede ser continua, con o sin destrucción de la cortical,<br />
interrumpida o combinada, y que tiene poca especificidad,<br />
a veces visibles en la ecografía.<br />
Por último, debemos tratar de especificar la matriz<br />
tumoral, o sustancia intercelular, que puede calcificarse u<br />
osificarse y que hay que diferenciarla de algunas fracturas<br />
con callo, de las reacciones escleróticas vecinas al<br />
tumor y de las calcificaciones distróficas. La presencia<br />
de una matriz tumoral muy ecogénica es señal de un proceso<br />
de origen osteoide o condroide, aunque no permite<br />
un diagnóstico diferencial entre benignidad y malignidad.<br />
Nota: Estos patrones imagenológicos de los tumores<br />
óseos son mejor identificados con la TAC y con la IRM.<br />
PATOLOGÍA<br />
De acuerdo con la clasificación de la OMS pasaremos<br />
a analizar los principales tumores óseos primarios<br />
susceptibles de ser estudiados con la ecografía.<br />
TUMORES PRODUCTORES DE CARTÍLAGO<br />
BENIGNOS<br />
Osteocondroma<br />
Concepto<br />
Es una lesión ósea frecuente, caracterizada por una<br />
excrescencia ósea recubierta de cartílago que se desarrolla<br />
en la superficie externa de un hueso. Su mayor desarrollo<br />
ocurre en los niños, viéndose como su crecimiento<br />
se interrumpe con la maduración esquelética. Las lesiones<br />
solitarias son metafisarias y excéntricas, mientras<br />
que las lesiones múltiples pueden afectar toda la diáfisis.<br />
Se ha descrito, con relativa frecuencia, la transformación<br />
maligna en los casos de lesiones múltiples.<br />
OMS.<br />
Sinonimia<br />
Exostosis osteocartilaginosa, osteoma encondral y<br />
encondroma.<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 167
Patología<br />
Las exostosis pueden ser sesiles o pedunculadas; las<br />
primeras aparecen aplanadas, mientras que las segundas<br />
tienen un aspecto alargado y grácil, que toma a veces<br />
forma de coliflor, con o sin tallo. La corteza de la<br />
exostosis y su manguito perióstico se continúan de manera<br />
insensible con las <strong>del</strong> hueso vecino. A menudo se<br />
observa una bolsa serosa que recubre a la exostosis.<br />
Por lo general, el cartílago hialino <strong>del</strong> casquete tumoral<br />
llega a tener un grosor de 2-3 mm que, en los adolescentes,<br />
alcanza hasta 1 cm o más. Las exostosis que han<br />
detenido definitivamente su crecimiento, suelen carecer<br />
<strong>del</strong> casquete cartilaginoso.<br />
El tamaño promedio de este tumor es de unos 4 cm.<br />
Con frecuencia, y sobre todo en los grandes<br />
osteocondromas que están en contacto con los músculos<br />
y tendones, se desarrollan bursas revestidas por un tejido<br />
semejante al sinovial, a veces con cuerpos libres condrales<br />
osificados o calcificados.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina en los 2 primeros decenios de la vida.<br />
Sexo. Para la mayoría de los autores, no existe predominio.<br />
Sin embargo, para Dahlin, el 60 % corresponde<br />
al sexo masculino.<br />
Localización. Predomina en los huesos de osificación<br />
endocondral, tales como:<br />
1. Huesos largos: sobre todo en las rodillas (80 %) y en<br />
el húmero.<br />
2. Huesos planos: escápula, pelvis, columna y costilla<br />
(20 %).<br />
Situación. Es un tumor metafisario y excéntrico. En las<br />
lesiones múltiples, puede estar afectada toda la<br />
diáfisis <strong>del</strong> hueso.<br />
Ecografía<br />
La ecografía tiene gran valor para identificar y medir el<br />
grosor y aspecto <strong>del</strong> cartílago que la rodea y que es el asiento<br />
frecuente de la transformación maligna en un condrosarcoma<br />
Condroblastoma benigno<br />
Concepto<br />
Tumor benigno, relativamente raro que se caracteriza por<br />
un tejido muy celular y relativamente indiferenciado, constituido<br />
por células redondeadas o poligonales, semejantes a los<br />
condroblastos de bordes netos, y por células gigantes<br />
multinucleadas de tipo osteoblástico, aisladas o en grupo. En<br />
general se encuentra poco material intercelular, pero es típica<br />
la presencia de pequeñas cantidades de matriz cartilaginosa<br />
intercelular con zonas de calcificaciones focales.<br />
OMS.<br />
Este tumor tiene su origen en focos de células<br />
cartilaginosas epifisarias anormales, tanto en cuanto a su<br />
situación como a su proliferación, que se desarrollan con<br />
posterioridad a la formación completa <strong>del</strong> núcleo epifisario,<br />
pero nunca después de la fusión de este, ya que, para entonces,<br />
no existe el condroblasto.<br />
Sinonimia<br />
Tumor de células gigantes calcificado, osteoblastoma<br />
condromatoso, condroblastoma periférico, condroblastoma<br />
epifisario, tumor condromatoso epifisario de células gigantes<br />
y tumor de Codman.<br />
Patología<br />
Es un tumor de pequeño tamaño que en ocasiones se<br />
haya rodeado por una ligera esclerosis ósea. A veces destruye<br />
la cortical y crece en las partes blandas vecinas.<br />
Aunque se localiza fundamentalmente en las epífisis puede<br />
situarse en las metáfisis, con poca invasión de la epífisis,<br />
lo que lo diferencia <strong>del</strong> fibroma condromixoide, que es<br />
metafisario o yuxtametafisario.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Se presenta casi siempre antes de los 20 años.<br />
Sexo. Existe predominio en el sexo masculino.<br />
Localización. Aparece con más frecuencia en los huesos<br />
largos, como son el fémur (tercio inferior y superior),<br />
la tibia (tercio superior), húmero (tercio superior) y<br />
en otros huesos tubulares, inclusive en las manos y los<br />
pies. También se ha descrito en la pelvis y escápula.<br />
Situación. Es un tumor epifisario que se puede extender<br />
hacia la metáfisis o erosionar al cartílago, y llegar al<br />
espacio articular. Se han descrito casos de este tipo de<br />
tumor, localizados en los núcleos secundarios de osificación,<br />
particularmente en los trocánteres.<br />
Ecografía<br />
De modo excepcional se pueden estudiar estos tumores<br />
con la ecografía, donde ofrecen un aspecto agresivo,<br />
con frecuentes alteraciones en las partes blandas, de ahí<br />
que habitualmente, se utilice el término de condroblastoma<br />
benigno.<br />
Condroma (encondroma)<br />
Nota: este tipo de tumor, por su localización frecuentemente<br />
central y rodeado de la cortical no puede ser estu-<br />
168 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
diado con la ecografía, salvo en aquellos casos en que<br />
ocurre una fractura y se puede precisar la misma.<br />
Fibroma condromixoide<br />
Nota: este tipo de tumor no es susceptible de ser estudiado<br />
con la ecografía.<br />
MALIGNOS<br />
Condrosarcoma<br />
Concepto<br />
Tumor maligno caracterizado porque sus células forman<br />
cartílago, pero no tejido óseo. Las mitosis son poco<br />
frecuentes. El condrosarcoma es relativamente frecuente,<br />
y suele presentarse en sujetos de 30-60 años, raramente en<br />
individuos de menos de 20 años. Al revés de lo que pasa<br />
con los tumores cartilaginosos benignos, que se desarrollan<br />
sobre todo en la parte periférica de los miembros, el<br />
condrosarcoma se observa principalmente en la pelvis, las<br />
costiilas, la cintura escapular, el fémur y el húmero. El<br />
condrosarcoma suele originarse en el tejido central <strong>del</strong> hueso.<br />
Algunos aparecen sin lesión previa, mientras que otros,<br />
denominados a veces «condrosarcomas secundarios», tienen<br />
su origen en un tumor cartilaginoso benigno preexistente,<br />
sobre todo en los casos de exostosis hereditaria múltiple<br />
o de encondromatosis múltiple. La distinción histológica entre<br />
los tumores cartilaginosos benignos y los malignos es a veces<br />
difícil y aún no se ha llegado a un acuerdo general sobre<br />
los criterios precisos que convendría adoptar.<br />
OMS<br />
Sinonimia<br />
Condromixosarcoma, osteocondrosarcoma,<br />
condroblastosarcoma y sarcoma osteogénico.<br />
Patología<br />
Según su localización puede ser central o periférico.<br />
Cuando se localiza en las zonas diafisarias casi siempre es<br />
de tipo central. El de tipo periférico se origina a partir de un<br />
osteocondroma o directamente de la superficie <strong>del</strong> hueso.<br />
A nivel de la diáfisis provoca expansión de ésta con engrosamiento<br />
de la cortical, la cual es invadida por el tumor que,<br />
posteriormente, se extiende por las partes blandas vecinas.<br />
Cuando se está en presencia de una exostosis cuyo<br />
casquete cartilaginoso aparece irregularmente engrosado<br />
y con un espesor mayor de 1 cm, se debe pensar en la<br />
posibilidad de un condrosarcoma.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Este tumor predomina entre los 30-60 años; aparece<br />
pocas veces por debajo de los 20 años. El<br />
condrosarcoma primario predomina en los pacientes<br />
mayores.<br />
Sexo. Existe un ligero predominio en el sexo masculino.<br />
Localización. Es necesario diferenciar las 2 variantes que<br />
presenta y que son las siguientes:<br />
1. Condrosarcoma primario: a diferencia de lo que ocurre<br />
con los tumores cartilaginosos benignos, que se<br />
desarrollan fundamentalmente en la periferia de los<br />
miembros, el condrosarcoma predomina en los huesos<br />
vecinos al tronco, como son: la pelvis, las costillas,<br />
el tercio proximal <strong>del</strong> fémur, tercio distal <strong>del</strong> fémur,<br />
la tibia, el esternón, tercio proximal <strong>del</strong> húmero<br />
y las vértebras; casi nunca se encuentra en las porciones<br />
distales de los miembros.<br />
2. Condrosarcoma secundario: tiene la localización <strong>del</strong><br />
tumor primitivo que le dio origen.<br />
Situación. Suele originarse en la porción central <strong>del</strong> hueso,<br />
aunque a veces es de localización periférica.<br />
Ecografía<br />
La ecografía es de utilidad, sobre todo por la extensión<br />
hacia las partes blandas vecinas, para precisar su relación<br />
con los paquetes vasculonerviosos, así como el compromiso<br />
de la articulación.<br />
TUMORES PRODUCTORES DE HUESO<br />
BENIGNOS<br />
Osteoma osteoide. Osteoblastoma. No son susceptibles<br />
de ser estudiados con la ecografía<br />
MALIGNOS<br />
Osteosarcoma<br />
Concepto<br />
Se trata de un tumor maligno caracterizado por la formación<br />
directa de tejido óseo u osteoide a partir de las<br />
células tumorales. Patológicamente presenta cuadros<br />
histológicos muy variados, pues difieren mucho en la cantidad<br />
de tejido tumoral, óseo u osteoide neoformado, así<br />
como en el pleomorfismo <strong>del</strong> tejido tumoral.<br />
Además de tejido óseo y osteoide, las células tumorales<br />
pueden producir cartílago, tejido fibroso o tejido mixoide.<br />
La división en variedades osteoblásticas, condroblásticas<br />
o fibroblásticas predominantes, no parece útil desde el<br />
punto de vista pronóstico.<br />
OMS<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 169
Sinonimia<br />
Sarcoma osteogénico, sarcoma esclerosante, sarcoma<br />
osteolítico, sarcoma medular, sarcoma subperióstico y<br />
sarcoma periostal.<br />
Patología<br />
Es un tumor de consistencia variable, a veces blando<br />
y friable, o por el contrario, duro y fibroso, con focos de<br />
osificación irregular y cantidades variables de material<br />
condroide. En ocasiones es muy denso. Este tumor se propaga<br />
no solo invadiendo rápidamente la cortical, sino extendiéndose<br />
también a la largo <strong>del</strong> canal medular, lo que es<br />
importante con vistas a su tratamiento.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina entre los 10-20 años. A veces se<br />
presenta en pacientes de mayor edad y casi siempre<br />
asociado a la enfermedad de Paget.<br />
Sexo. Existe predominio en el sexo masculino.<br />
Localización. Es posible afirmar que aproximadamente<br />
la mitad de los casos predominan en los huesos<br />
largos, sobre todo en las rodillas. Este tumor se<br />
localiza pocas veces en las porciónes distales de<br />
los miembros; asimismo, ha sido descrito, con menor<br />
frecuencia, en los huesos planos.<br />
Situación. Se localiza preferentemente en la metáfisis<br />
de los huesos largos, y casi siempre en posición central,<br />
infiltrando e invadiendo los tejidos vecinos.<br />
Ecografía<br />
La ecografía permite detectar áreas de calcificación u<br />
osificación así como las lesiones osteolíticas que expanden<br />
y destruyen la cortical y sobre todo es de gran utilidad<br />
para precisar su extensión por las partes blandas vecinas.<br />
Algunos autores reportan el gran valor <strong>del</strong> DC para seleccionar<br />
el área de mayor actividad tumoral con el fin de<br />
dirigir el sitio de la biopsia<br />
Osteosarcoma yuxtacortical<br />
Concepto<br />
Es un tipo distinto de osteosarcoma, que se caracteriza<br />
por tener su origen en la superficie externa <strong>del</strong> hueso, y<br />
por su gran diferenciación estructural. Estos tumores tienen<br />
un crecimiento relativamente lento, y su pronóstico es<br />
mejor que el <strong>del</strong> osteosarcoma ordinario.<br />
OMS<br />
Sinonimia<br />
Osteosarcoma parostal, sarcoma osteogénico<br />
yuxtacortical, sarcoma osificante parostal, fibrosarcoma<br />
periostal osificante, osteítis crónica, osteoma parostal,<br />
miositis osificante atípica y desmoide óseo.<br />
Patología<br />
Este tumor tiene tendencia a rodear y envolver completamente<br />
al hueso formando masas lobuladas, grandes e irregulares,<br />
en íntima relación con el periostio y la corteza; esta<br />
última puede ser destruida por el tumor, que es capaz de<br />
extenderse a la cavidad medular en las fases avanzadas.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina en los adultos jóvenes, sobre todo<br />
entre los 10-20 años de edad.<br />
Sexo. Para algunos autores es más frecuente en el sexo<br />
masculino, mientras que para otros predomina en<br />
la mujer.<br />
Localización. Este tumor se presenta con más frecuencia<br />
en los huesos largos, sobre todo en la cara<br />
posteroinferior <strong>del</strong> fémur y en la porción superior<br />
<strong>del</strong> húmero. También se ha descrito su presencia en<br />
la tibia, en el hueso ilíaco y en la columna vertebral.<br />
Situación. Predomina en las porciones metafisarias<br />
de los huesos largos, con extensión hacia la diáfisis.<br />
Es de localización excéntrica.<br />
Ecografía<br />
La ecografía es de gran utilidad para diferenciar entre<br />
una miositis osificante y esta variedad de osteosarcoma.<br />
Tumor de células gigantes (osteoclastoma)<br />
Concepto<br />
Se trata de un tumor agresivo, caracterizado por un<br />
tejido muy vascularizado constituido por células fusiformes<br />
u ovoides y por la presencia de numerosas células gigantes<br />
de tipo osteoclástico uniformemente distribuidas por<br />
todo el tejido tumoral. Este tumor es muy raro por debajo<br />
de los 15 años (más frecuente entre 20-40 a), lo que permite<br />
diferenciarlo de ciertas lesiones benignas que se interpretan<br />
como tumores de células gigantes<br />
(condroblastoma, quiste óseo aneurismático y defecto fibroso<br />
metafisario). El tumor de células gigantes recidiva<br />
con frecuencia después <strong>del</strong> curetaje (hasta 50 %) aunque<br />
son pocos los que llegan a producir metástasis pulmonares.<br />
170 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Se ha intentado clasificar este tumor en distintos grados<br />
de malignidad, tomando como criterio histológico la elevada<br />
celularidad y la presencia de numerosas mitosis. Sin<br />
embargo, estos criterios no han resultado satisfactorios.<br />
OMS<br />
Sinonimia<br />
Osteoclastoma, tumor a mieloplaxa y sarcoma de células<br />
gigantes.<br />
Patología<br />
En su crecimiento se ve cómo el tumor abomba al hueso,<br />
con a<strong>del</strong>gazamiento o destrucción de la cortical. Su<br />
aspecto varía de acuerdo con la presencia de hemorragias,<br />
degeneración, necrosis, fibrosis y presencia de áreas<br />
quísticas.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Este tumor predomina entre los 20-40 años. Su<br />
aparición en pacientes menores de 15 años es infrecuente.<br />
Sexo. No existe predominio, aunque para algunos autores<br />
son más frecuentes en la mujer.<br />
Localización. Predomina en los huesos largos (60 %),<br />
sus localizaciones más frecuentes son: tercio inferior<br />
<strong>del</strong> fémur, tercio superior de la tibia, tercio<br />
inferior <strong>del</strong> radio, cabeza de los metacarpianos y<br />
falanges, y extremidades <strong>del</strong> cúbito y peroné. Esta<br />
lesión ha sido descrita también en algunos huesos<br />
planos, sobre todo en la pelvis y en el cráneo. Excepcionalmente<br />
aparece en las vértebras, costillas<br />
y maxilares.<br />
Situación. Se sitúa en la proximidad <strong>del</strong> cartílago articular,<br />
extendiéndose a la metáfisis vecina y casi<br />
siempre en posición excéntrica en relación con el<br />
hueso donde asienta.<br />
Hay 4 criterios fundamentales para su diagnóstico:<br />
. Ocurre en pacientes, con cierre de la epífisis (98-99 %<br />
de los casos).<br />
. La lesión es epifisaria y puede abombar la superficie<br />
articular. La lesión se origina en la epífisis y se extiende<br />
a la metáfisis.<br />
. Se sitúan excéntricamente en las epífisis aunque, cuando<br />
son grandes, se hacen centrales.<br />
. La lesión tiene bordes nítidos pero no escleróticos, salvo<br />
en la pelvis y en el calcáneo.<br />
Ecografía<br />
Nos puede ofrecer información valiosa en este tipo<br />
de tumor dado el frecuente a<strong>del</strong>gazamiento e interrupción<br />
de la cortical lo que permite visualizar su aspecto quístico<br />
muchas veces con nivel líquido en su interior. La ausencia<br />
de reacción perióstica es otro signo evidenciable en la<br />
ecografía.<br />
TUMORES QUE SE ORIGINAN<br />
DE LA MÉDULA ÓSEA<br />
Sarcoma de Ewing<br />
Concepto<br />
Tumor maligno caracterizado por un tejido de aspecto<br />
histológico bastante uniforme, constituido por pequeñas<br />
células dispuestas en conglomerados compactos, con núcleos<br />
redondos y sin límites citoplasmáticos netos ni<br />
nucléolos que destaquen. Con frecuencia existen tabiques<br />
fibrosos que dividen el tejido tumoral en masas irregulares.<br />
En él no se observa la red intercelular de fibras de reticulina<br />
característica <strong>del</strong> reticulosarcoma. La naturaleza y el origen<br />
de este tumor son objeto de controversia desde que Ewing<br />
lo describió, en 1921, con el nombre de mieloma endotelial.<br />
Las dificultades que ofrece el diagnóstico diferencial entre<br />
este tumor y el grupo de los tumores malignos óseos de<br />
células redondas (especialmente entre el sarcoma de ewing,<br />
el reticulosarcoma y el neuroblastoma metastásico), son harto<br />
conocidas. El sarcoma de Ewing metastiza pronto en los<br />
pulmones, en el hígado y en otros huesos. Su marcada tendencia<br />
a afectar otros huesos ha hecho pensar en la posibilidad<br />
de un origen multicéntrico.<br />
OMS<br />
Sinonimia<br />
Endotelioma óseo difuso, mieloma endotelial, sarcoma<br />
endotelial, hemangioendotelioma, omoblastoma,<br />
linfangioendotelioma primario intracortical y subperiostal<br />
y endotelioma solitario difuso.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina entre los 5-15 años; casi nunca se presenta<br />
por encima de los 30 años, en cuyo caso hay<br />
que pensar en metástasis de un carcinoma. Si ocurre<br />
por debajo de los 5 años es preciso descartar la metástasis<br />
de un neuroblastoma o una leucosis aguda.<br />
Sexo. Aparece con más frecuencia en el sexo masculino.<br />
Localización. Predomina en los huesos largos de las<br />
extremidades, sobre todo en el fémur, la tibia, el<br />
húmero y peroné. También se ha descrito en los<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 171
huesos planos: el cráneo, las costillas, pelvis y escápula.<br />
Es el tumor maligno que afecta con más<br />
periodicidad a la clavícula, el peroné y la escápula.<br />
Situación. Predomina en las diáfisis y metáfisis de los<br />
huesos largos, aunque a veces ocupa gran parte <strong>del</strong><br />
hueso; puede ser de localización central o excéntrica.<br />
No han sido vistos casos de localización puramente<br />
epifisaria.<br />
Ecografía<br />
En su localización periférica estas lesiones simulan<br />
los hallazgos de una osteomielitis y llama la atención las<br />
marcadas alteraciones de las partes blandas y el grado de<br />
reacción perióstica.<br />
Mieloma múltiple<br />
Concepto<br />
Tumor maligno que suele provocar una afección múltiple<br />
o difusa <strong>del</strong> hueso y que se caracteriza por la presencia<br />
de células redondas <strong>del</strong> tipo de las células plasmáticas,<br />
pero con diversos grados de inmadurez e incluso con formas<br />
atípicas. La mayor parte de los mielomas provocan<br />
lesiones óseas múltiples (mieloma multiple y mielomatosis),<br />
constituyendo así uno de los procesos malignos más frecuentes<br />
<strong>del</strong> esqueleto.<br />
El mieloma suele observarse entre los 50-70 años de<br />
edad y sus localizaciones más frecuentes son la columna<br />
vertebral, la pelvis, las costillas, el esternón y el cráneo.<br />
Mucho menos se encuentra una lesión ósea aparentemente<br />
solitaria con estructura de mieloma. El diagnóstico de<br />
mieloma solitario debe hacerse siempre con gran cautela,<br />
pues la mayor parte de los casos evolucionan hacia la<br />
mielomatosis generalizada.<br />
OMS<br />
Sinonimia<br />
Mieloma de células plasmáticas, plasmocitoma y<br />
mielomatosis.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina entre los 50-70 años; casi nunca<br />
aparece en pacientes por debajo de los 30 años.<br />
Sexo. Existe un discreto predominio en el sexo<br />
masculino.<br />
Localización. La mayoría de las lesiones mielomatosas<br />
diagnosticadas radiológicamente se localizan en los<br />
huesos planos y cortos, dada la riqueza de éstos en<br />
médula hematopoyética. Dichas lesiones casi siempre<br />
aparecen de manera generalizada, tomando en<br />
orden de frecuencia: las vértebras, costillas, el cráneo,<br />
la pelvis, el fémur, la clavícula, escápula, el<br />
húmero, esternón, etc. Otras veces se presentan en<br />
forma localizada interesando el fémur, húmero, las<br />
vértebras, el ilíaco y cráneo, pero, por lo general,<br />
en su evolución interesan gran parte <strong>del</strong> esqueleto.<br />
Situación. La situación varía de acuerdo con las diferentes<br />
localizaciones <strong>del</strong> tumor. En el cráneo, las<br />
lesiones predominan en la bóveda; mientras que en<br />
las vértebras prefieren la columna lumbar y dorsal,<br />
sobre todo a nivel <strong>del</strong> cuerpo vertebral. En los<br />
huesos largos, las lesiones, que son más extensas<br />
en las diáfisis, se extienden con posterioridad hacia<br />
las metáfisis vecinas.<br />
Ecografía<br />
La ecografía solo es útil en las lesiones periféricas, y<br />
muy especialmente en las lesiones osteolíticas <strong>del</strong> cráneo<br />
y de las costillas que abomban las partes blandas vecinas.<br />
Su sospecha diagnóstica debe complementarse con el cuadro<br />
clínico y hematológico <strong>del</strong> paciente.<br />
Linfosarcoma óseo<br />
Concepto<br />
Tumor linfoide maligno, caracterizado por la presencia<br />
de células bien diferenciadas, <strong>del</strong> tipo linfocítico, o escasamente<br />
diferenciadas, <strong>del</strong> tipo linfoblástico. El<br />
linfosarcoma primitivo <strong>del</strong> hueso es una lesión sumamente<br />
rara que hay que distinguir de las localizaciones óseas secundarias<br />
<strong>del</strong> linfosarcoma.<br />
OMS.<br />
Sinonimia<br />
Linfoma óseo maligno.<br />
Patología<br />
Puede localizarse en cualquier porción de un hueso<br />
largo e inclusive invadir una porción extensa de éste.<br />
Las lesiones predominan a veces en las metáfisis con<br />
extensión a las partes blandas vecinas. Existen también<br />
numerosas lesiones osteolíticas que en ocasiones manifiestan<br />
cierto grado de esclerosis irregular, que provoca que<br />
se le confunda con una osteomielitis crónica.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Puede presentarse a cualquier edad, aunque es<br />
infrecuente verlo en pacientes muy jóvenes.<br />
Sexo. Aparece con más frecuencia en el sexo femenino.<br />
Localización. Predomina en los huesos largos, aunque<br />
también ha sido visto en la columna vertebral,<br />
172 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
pelvis, el cráneo, las costillas, la escápula y los huesos<br />
cortos de la mano.<br />
Situación. Casi siempre ocupa gran parte de la diáfisis<br />
o porción vecina de la metáfisis.<br />
Ecografía<br />
La ecografía solo ofrece información en aquellas lesiones<br />
periféricas y muy extensas comportándose como<br />
una lesión muy agresiva.<br />
TUMORES DE ORIGEN VASCULAR.<br />
TUMORES VASCULARES INTERMEDIOS<br />
O INDETERMINADOS<br />
Hemangioendotelioma<br />
Concepto<br />
Tumor invasor pero que, prácticamente, no metastiza,<br />
caracterizado por la presencia de cordones celulares macizos<br />
y estructuras endoteliales vasculares. Las células<br />
endoteliales suelen ser prominentes y gruesas, pero el tumor<br />
no presenta las características histológicas francamente<br />
malignas <strong>del</strong> angiosarcoma. Es un tumor muy raro. En general,<br />
presenta las mismas características histológicas que<br />
el tumor de los tejidos blandos que lleva el mismo nombre.<br />
Suele recidivar localmente después de la ablación, pero rara<br />
vez da metástasis. Como en el caso de otros tumores<br />
vasculares <strong>del</strong> hueso, las lesiones pueden ser múltiples.<br />
OMS.<br />
Este tumor se localiza, preferentemente, en las vértebras<br />
lumbares, pelvis, y, a veces, interesa varios huesos de<br />
modo simultáneo.<br />
Desde el punto de vista radiológico determinan zonas<br />
de osteólisis únicas o múltiples, susceptibles de detectar<br />
con la ecografía.<br />
Hemangiopericitoma<br />
Se forma de las células de Zimmerman, que se ubican<br />
alrededor de los espacios vasculares revestidos por una<br />
sola capa de células endoteliales y rodeados por zonas de<br />
proliferación celular. Es de agresividad intermedia y puede<br />
ser benigno o maligno.<br />
La clínica es de dolor y edema de larga duración,<br />
hasta que se logra evidenciar la lesión tumoral. Generalmente<br />
se localiza en el muslo y en la axila. La lesión<br />
primaria en el hueso es rara (vértebras, costillas y pelvis<br />
ósea).<br />
Edad: 15-45 años<br />
Ecografía<br />
No hay ningún signo sugestivo de este diagnóstico y<br />
el DC puede mostrar el grado de vascularización de la<br />
lesión y servir de guía para la toma de la biopsia, evitando<br />
un sangramiento innecesario.<br />
ANGIOSARCOMA<br />
Concepto<br />
Tumor maligno caracterizado por la formación de conductos<br />
vasculares irregulares y anastomóticos, revestidos<br />
de una o más capas de células endoteliales atípicas, de<br />
aspecto frecuentemente inmaduro y que se acompaña de<br />
masas compactas de un tejido escasamente diferenciado o<br />
anaplásico. El angiosarcoma <strong>del</strong> hueso es un tumor raro.<br />
El angiosarcoma es muy maligno y metastiza rápidamente<br />
en los pulmones. Pueden coexistir angiosarcomas múltiples<br />
en los huesos o en los huesos y tejido blando.<br />
OMS.<br />
Sinonimia<br />
Angioblastoma, angioendotelioma, hemangiosarcoma,<br />
hemangioma maligno, sarcoma telangiectásico y aneurisma<br />
óseo maligno.<br />
Patología<br />
Este tumor, que es de consistencia blanda, mal <strong>del</strong>imitado<br />
<strong>del</strong> tejido que la rodea, revela su carácter vascular<br />
por la coloración rojo intenso o pardo que presenta. Otras<br />
veces tiene un aspecto más sólido y blanquecino.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. No existe edad predominante, aunque se describe<br />
con relativa frecuencia en los individuos jóvenes.<br />
Sexo. No hay predominio por ningún sexo.<br />
Localización. Se ha descrito su presencia en el cráneo,<br />
la clavícula, escápula, las costillas, el ilíaco,<br />
fémur, la tibia, el peroné, radio, carpo, tarso, etc.<br />
Puede lesionar un solo hueso o presentarse de modo<br />
simultáneo en diferentes huesos <strong>del</strong> esqueleto.<br />
Situación Es de localización metafisaria, aunque a<br />
veces se extiende a las epífisis.<br />
Ecografía<br />
La ecografía con técnica Doppler puede ser de utilidad<br />
en estos casos y sobre todo para guiar el sitio de una<br />
punción espirativa.<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 173
Tumor glómico. Glomangioma<br />
Lesión benigna constituida por células redondas, uniformes,<br />
íntimamente asociadas a estructuras vasculares.<br />
Se localiza predominantemente en el dorso de la falange<br />
distal de las manos y los pies. Se origina a expensas de las<br />
partes blandas y rara veces es óseo, en cuyo caso puede<br />
haber componente osteolítico de la falange, aunque también<br />
puede ocurrir por compresión vecina. Es una lesión<br />
muy dolorosa.<br />
En la ecografía se puede visualizar una imagen quística<br />
que erosiona la falange ósea vecina y que puede aparecer<br />
ligeramente vascularizada con el DC.<br />
TUMORES ÓSEOS QUE SE ORIGINAN<br />
DEL TEJIDO CONECTIVO<br />
BENIGNOS<br />
Lipoma. Fibroma desmoplástico. Histiocitoma fibroso<br />
benigno (fibroxantoma).<br />
Nota: Las lesiones óseas benignas dependientes <strong>del</strong><br />
tejido conectivo, no ofrecen información en la Ecografía.<br />
MALIGNOS<br />
Fibrosarcoma. Fibrohistiocitoma maligno<br />
Concepto<br />
Tumor maligno que se caracteriza por la presencia de<br />
haces entrelazados de fibras colágenas, formados por las<br />
células tumorales, así como por la ausencia de otros tipos<br />
de diferenciación histológica, tales como la formación de<br />
cartílago o hueso.<br />
Al principio, el fibrosarcoma óseo se clasificaba con los<br />
osteosarcomas, pero, actualmente, se admite que constituye<br />
una categoría independiente. El fibrosarcoma suele desarrollarse<br />
en los huesos largos, especialmente en la parte inferior<br />
<strong>del</strong> fémur y en la superior de la tibia, y aparece en edades más<br />
tardías que el osteosarcoma (sobre todo entre los 20-70 años).<br />
Su imagen radiológica es la de una lesión osteolítica.<br />
OMS.<br />
Sinonimia<br />
Fibrosarcoma central, fibrosarcoma endostal,<br />
fibrosarcoma medular y osteofibrosarcoma.<br />
Patología<br />
Ambos son tumores fibrosos malignos con presentación<br />
imagenológica similar y anatomopatológica algo diferentes,<br />
pero bastante similares, en vista de lo cual se<br />
tratan como una sola entidad imagenológica. El<br />
histiocitoma maligno, originalmente clasificado por los<br />
patólogos como fibrosarcoma, es un tumor relativamente<br />
frecuente en los huesos y en las partes blandas, aunque<br />
radiológicamente se comporta de manera similar al<br />
fibrosarcoma, y como éste puede presentar lesiones<br />
osteolíticas pequeñas o grandes, así como secuestros. Algunos<br />
autores preconizan que se tratan de lesiones de partes<br />
blandas que infiltran e invaden al tejido óseo. Algunas<br />
veces este tumor aparece constituido por una masa de tejido<br />
fibroso duro; otras, por el contrario, es de consistencia<br />
blanda, carnoso o inclusive con aspecto mixoide. La infiltración<br />
<strong>del</strong> hueso por la general es irregular, aunque se<br />
han descrito casos con limites regulares. Por lo común<br />
contiene zonas necróticas y de hemorragias, y en su crecimiento<br />
invade la cortical, extendiéndose hacia las partes<br />
blandas vecinas.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Predomina entre los 20-60 años, aunque aparece<br />
en edades más tardías que el osteosarcoma.<br />
Sexo. No existe predilección por uno u otro sexo.<br />
Localización. Afecta principalmente los huesos largos;<br />
interesa sobre todo la región de la rodilla. También<br />
se ha descrito su presencia en las costillas, el<br />
radio, cúbito, húmero, la escápula y pelvis.<br />
Situación. Predomina en las zonas metafisarias con<br />
extensión a veces a las diáfisis. Puede ser central o<br />
excéntrico.<br />
Ecografía<br />
La ecografía sólo sirve para precisar su extensión por<br />
las partes blandas vecinas y para ayudar a seleccionar el<br />
sitio de la biopsia.<br />
Cordoma<br />
Concepto<br />
Tumor maligno caracterizado por una disposición<br />
lobular <strong>del</strong> tejido que, de ordinario, está constituido por células<br />
muy vacuoladas (células fisaliferas) y por una sustancia<br />
mucoide intercelular. Este tumor solo aparece a la largo<br />
<strong>del</strong> eje <strong>del</strong> esqueleto, lo cual, unido a su estructura histológica,<br />
hace pensar que tiene un origen notocordal. El cordoma predomina<br />
en el sexo masculino y solo aparece en el eje <strong>del</strong><br />
esqueleto, sobre todo en las regiones sacra y esfenooccipital;<br />
raramente afecta a las vértebras intermedias.<br />
OMS<br />
174 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Sinonimia<br />
No existe.<br />
Patología<br />
Es un tumor de consistencia variable, a veces blando y<br />
otras sólido, lo que depende de la presencia de áreas<br />
quísticas, focos de necrosis y zonas de hemorragias. Su<br />
aspecto es lobulado y su superficie de sección tiene una<br />
apariencia mucinosa o gelatinosa. En ocasiones es<br />
translúcido y recuerda al condrosarcoma.<br />
Cuando la tumoración no es muy extensa, o no ha sido<br />
tratada, se puede identificar una cápsula fina de tejido fibroso,<br />
la que le da aspecto encapsulado, excepto en la zona<br />
en que invade al hueso. Algunos cordomas presentan focos<br />
de calcificación u osificación.<br />
Edad, sexo, localización y situación<br />
Edad. Este tumor se puede ver en la infancia y adolescencia<br />
aunque es más frecuente en edades por<br />
encima de los 40 años.<br />
Sexo. Para algunos autores predomina en el sexo<br />
masculino.<br />
Localización. Se localiza, preferentemente, en el eje<br />
<strong>del</strong> esqueleto, sobre todo en la región sacra y en la<br />
unión craneoespinal. Aunque raras veces se implanta<br />
en las vértebras intermedias, si lo hace aparece<br />
en el siguiente orden de frecuencia: en la columna<br />
cervical, dorsal y lumbar.<br />
Situación. En la columna vertebral predomina en la<br />
región sacrococcígea, y en el cráneo en la región<br />
<strong>del</strong> clivus.<br />
Ecografía<br />
Cuando estos tumores asientan en la pelvis ósea pueden<br />
llegar a adquirir gran tamaño y se extienden por la<br />
región glútea y hacia la excavación pélvica. La ecografía<br />
es de gran valor en estos casos viéndose la imagen tumoral<br />
que desplaza los músculos de la región glútea. Otras veces<br />
se confirma su crecimiento hacia la pelvis, donde provoca<br />
compresión de la vejiga y <strong>del</strong> recto, bien identificables en<br />
la ecografía.<br />
TUMORES DE LAS PARTES BLANDAS (PB)<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La principal aspiración en la evaluación radiográfica<br />
de un tumor de las partes blandas (PB) es: su detección,<br />
identificación de un posible diagnóstico específico o de un<br />
razonable diagnóstico diferencial y su estadiamiento, todo<br />
lo cual se ha mejorado notablemente en los últimos años,<br />
con el empleo de la TAC y sobre todo de la IRM, que<br />
permiten su más rápida detección y estadiamiento, dada la<br />
facilidad en precisar sus límites anatomopatológicos. En<br />
los últimos años, el USAR se ha convertido en la herramienta<br />
inicial de estudio de estas lesiones. Se calcula que<br />
son capaces de establecer un diagnóstico relativamente<br />
específico en el 25-50 % de estos tumores.<br />
La evaluación imagenológica de estos tumores es bastante<br />
similar a la descrita anteriormente en los tumores<br />
óseos, y en particular, en los tumores de las PB. La incidencia<br />
de los tumores benignos de las PB es muy alta,<br />
sobrepasando con mucho a los tumores malignos. Si bien,<br />
existen múltiples variedades, ellos pueden agruparse en 2<br />
grandes categorías:<br />
-Lesiones benignas: lipomas, histiocitoma fibroso,<br />
fascitis nodular, neoplasia neurogénica,<br />
hemangiomas, fibromatosis, sinovitis pigmentada,<br />
gangliones quístico, etc.<br />
-Lesiones malignas: fibrohistiocitoma maligno,<br />
fibrosarcoma, liposarcoma, sarcomas inespecíficos<br />
de células fusiformes, leiomiosarcoma,<br />
rabdomiosarcoma, tumores malignos de las vainas<br />
de los nervios periféricos, dermatofibrosarcoma<br />
protuberans y sarcoma sinovial.<br />
CLASIFICACIÓN. PRINCIPIOS<br />
DE LA CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL<br />
DE LOS TUMORES DE PARTES BLANDAS<br />
Una clasificación precisa de estos tumores ha de basarse<br />
en una estrecha correlación entre el cuadro clínico y<br />
el histológico, apoyados en los datos <strong>del</strong> laboratorio y de<br />
la imagenología. Para establecer un diagnóstico correcto<br />
es importante considerar los aspectos siguientes:<br />
1. Datos de la historia clínica que incluyen edad, sexo,<br />
raza, antecedentes patológicos personales y familiares,<br />
exposición a radiaciones, polvos, etc.<br />
2. Una exploración física completa que incluya la localización<br />
precisa <strong>del</strong> tumor, su relación con la piel y órganos<br />
vecinos, su carácter único o múltiple, velocidad<br />
de crecimiento, tamaño, movilidad, consistencia, etc.<br />
Así, tenemos que:<br />
Si se trata de un tumor nodular, profundo y voluminoso,<br />
es probable que sea un liposarcoma.<br />
Si comienza en las capas profundas y crece hacia la<br />
piel produciendo una masa fungosa, rojo oscura, debe<br />
pensarse en un rabdomiosarcoma.<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 175
Si produce un engrosamiento fusiforme, que se moviliza<br />
lateralmente, pero no en el eje mayor de la extremidad,<br />
es casi seguro que sea un tumor de las vainas.<br />
Si se trata de una lesión subungueal, que produce ataques<br />
paroxísticos de dolor, se debe sospechar la presencia<br />
de un tumor glómico.<br />
CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL<br />
DE LOS TUMORES DE LOS TEJIDOS<br />
BLANDOS DE F. M. ENZINGER<br />
Y COLABORADORES<br />
I. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />
flbroso<br />
BENIGNOS<br />
A. Fibromas<br />
1. Fibroma duro.<br />
2. Fibroma blando (fibrolipoma).<br />
3 Dermatofibroma (histiocitoma, hemangioma<br />
esclerosante).<br />
4. Elastofibroma (dorsal).<br />
B. Fibromatosis<br />
1. Fibroma cicatrizal (de amputación).<br />
2. Queloide.<br />
3. Fascitis nodular (fibromatosis seudosarcomatosa).<br />
4. Fibromatosis <strong>del</strong> pene.<br />
5. Fibromatosis por irradiación.<br />
6. Fibromatosis <strong>del</strong> cuello.<br />
7. Fibromatosis palmar.<br />
8. Fibroma aponeurótico juvenil (fibroma calcificante).<br />
9. Fibromatosis plantar.<br />
10. Fibroma nasofaríngeo (angiofibroma juvenil).<br />
11. Fibromatosis abdominal (desmoide abdominal).<br />
12. Fibromatosis progresiva (desmoide extraabdominal).<br />
13. Fibromatosis congénita generalizada.<br />
14. Fibrosis retroperitoneal idiopática.<br />
MALIGNOS<br />
C. Dermatofibrosarcoma protuberans.<br />
D. Fibrosarcoma.<br />
II. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />
adiposo<br />
BENIGNOS<br />
1. Lipoma (incluye el fibrolipoma y el angiolipoma).<br />
2. Lipoma intramuscular (lipoma infiltrante).<br />
3. Hibernoma.<br />
4. Angiomiolipoma.<br />
5. Mielolipoma.<br />
6 Lipoblastomatosis (lipoma fetal).<br />
7 Lipomatosis difusa.<br />
MALIGNOS<br />
Liposarcoma y sus variedades:<br />
1. Predominantemente bien diferenciado.<br />
2. Predominantemente mixoide (embrionario).<br />
3. Predominantemente de células redondas.<br />
4. Predominantemente pleomórfico (escasamente diferenciado).<br />
5 De tipo mixto.<br />
III. Tumores <strong>del</strong> tejido muscular<br />
A. Músculo liso.<br />
BENIGNOS.<br />
1. Leiomioma.<br />
2. Angiomioma (leiomioma vascular).<br />
3. Leiomioma epitelioide (atípico o leiomioblastoma).<br />
MALIGNOS.<br />
Leiomiosarcoma.<br />
Músculo estriado.<br />
BENIGNOS.<br />
Rabdomioma.<br />
MALIGNOS.<br />
Rabdomiosarcoma y sus variedades:<br />
1. Predominantemente embrionario.<br />
2. Predominantemente alveolar.<br />
3. Predominantemente pleomórfico.<br />
4. Mixto.<br />
IV. Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />
sanguíneos<br />
BENIGNOS.<br />
1. Hemangiomas.<br />
A. Hemangioendotelioma benigno.<br />
B. Hemangioma capilar (juvenil).<br />
C. Hemangioma cavernoso.<br />
176 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
D. Hemangioma venoso.<br />
E. Hemangioma racemoso (cirsoide): arterial, venoso o<br />
arteriovenoso.<br />
2. Hemangioma intramuscular: capilar, cavernoso o<br />
arteriovenoso.<br />
3. Hemangiomatosis generalizada.<br />
4. Hemangiomatosis con o sin fístulas arteriovenosas<br />
congénitas.<br />
5. Hemangiopericitoma benigno.<br />
6. Tumor glómico (glomangioma).<br />
7. Angiomioma (leiomioma vascular).<br />
8. Granuloma telangiectásico.<br />
MALIGNOS.<br />
1. Hemangioendotelioma maligno (angiosarcoma).<br />
2. Hemangiopericitoma maligno.<br />
V. Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />
linfáticos<br />
BENIGNOS<br />
1. Linfangioma.<br />
a) Variedad simple o papilar.<br />
b) Variedad cavernosa.<br />
c) Variedad quística.<br />
2. Linfangiomioma.<br />
3. Linfangiomatosis generalizada.<br />
MALIGNOS<br />
1. Linfangioendotelioma maligno (linfangiosarcoma).<br />
VI. Tumores <strong>del</strong> tejido sinovial<br />
BENIGNOS<br />
1. Sinovioma benigno.<br />
MALIGNOS<br />
1. Sarcoma sinovial (sinovioma maligno) y sus variedades.<br />
a) predominantemente bifásico (células fusiformes y<br />
con características epitelioides).<br />
b) predominantemente monofásico (células fusiformes<br />
o con características epitelioides).<br />
VII. Tumores <strong>del</strong> tejido mesotelial<br />
BENIGNOS.<br />
Mesotelioma.<br />
a) predominantemente epitelioide.<br />
b) predominantemente fibroso (células fusiformes).<br />
c) predominantemente bifásico.<br />
MALIGNO.<br />
Mesotelioma.<br />
a) predominantemente epitelioide.<br />
b) predominantemente fibroso (células fusiformes).<br />
c) bifásico.<br />
VIII. Tumores y lesiones seudotumorales de los nervios<br />
periféricos<br />
BENIGNOS.<br />
1. Neuroma traumático (de amputación).<br />
2. Neurofibroma.<br />
3. Neurilemoma (Schwannoma).<br />
4. Neurofibromatosis generalizada.<br />
MALIGNOS<br />
1.Schwannoma maligno (sarcoma neurogénico o<br />
neurofibrosarcoma).<br />
2 Tumores periféricos <strong>del</strong> neuroectodermo primitivo.<br />
IX. Tumores de los ganglios simpáticos<br />
BENIGNOS<br />
Ganglioneuroma.<br />
MALIGNOS<br />
1. Neuroblastoma (simpaticoblastoma, simpaticogonioma).<br />
2. Ganglioneuroblastoma.<br />
X. Tumores de las estructuras paraganglionares<br />
1. Feocromocitoma.<br />
a) benigno.<br />
b) maligno.<br />
2. Quemodectoma (paraganglioma no cromafín).<br />
a) benigno.<br />
b) maligno.<br />
3. Paragangliomas no clasificados.<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 177
XI. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong><br />
mesénquima pluripotencial<br />
BENIGNOS<br />
Mesenquimoma.<br />
MALIGNOS<br />
Mesenquimoma.<br />
XII. Tumores de vestigios de estructuras embrionarias<br />
BENIGNOS<br />
Cordoma<br />
MALIGNOS<br />
Cordoma.<br />
XIII. Tumores originados, posiblemente, en células<br />
germinales extragonadales<br />
BENIGNOS<br />
Teratoma (quiste dermoide).<br />
MALIGNOS<br />
1. Teratocarcinoma.<br />
2. Carcinoma embrionario.<br />
3. Coriocarcinoma.<br />
XIV. Tumores de histogénesis controvertida o insegura<br />
BENIGNOS<br />
1. Tumor de células granulosas (mioblastoma de células<br />
granulosas).<br />
2. Condroma de partes blandas.<br />
3. Osteoma de partes blandas.<br />
4. Glioma nasal (ganglioglioma).<br />
5. Tumor de los corpúsculos de Pacini.<br />
6. Tumor adenomatoide <strong>del</strong> aparato genital<br />
7. Mixoma.<br />
8. Progonoma melánico (tumor <strong>del</strong> anclaje retiniano, tumor<br />
neuroectodérmico<br />
Melánico infantil).<br />
9. Hamartoma fibroso infantil.<br />
MALIGNOS<br />
1. Sarcoma alveolar de partes blandas (mioblastoma<br />
organoide maligno de células granulosas).<br />
2. Tumor maligno de células granulosas (mioblastoma<br />
maligno no organoide, de células granulosas).<br />
3. Condrosarcoma de partes blandas.<br />
4. Osteosarcoma de partes blandas.<br />
5. Tumor maligno de células gigantes de partes blandas.<br />
6. Fibroxantoma maligno (histiocitoma maligno).<br />
7. Sarcoma de Kaposi.<br />
8. Sarcoma de células claras de los tendones y<br />
aponeurosis.<br />
XV. Lesiones de los tejidos blandos no neoplásicos,<br />
o de carácter neoplásico discutible, que resultan<br />
de interés por su parecido con las neoplasias<br />
verdaderas<br />
A. Grupo <strong>del</strong> xantoma.<br />
1. Fibroxantoma (histiocitoma fibroso).<br />
a) fibroxantoma atípico.<br />
2. Xantoma.<br />
3. Xantogranuloma juvenil.<br />
4. Xantogranuloma retroperitoneal (oberling).<br />
5. Tenosinovitis nodular (tumor de células gigantes de las<br />
vainas tendinosas y sinovitis pigmentada villonodular).<br />
B. Ganglión.<br />
C. Mixedema localizado.<br />
D. Miositis osificante.<br />
E. Miositis proliferante.<br />
F. Hamartoma linfoide.<br />
XVI. Cualquier lesión tumoral o seudotumoral<br />
de partes blandas que no esté incluida<br />
en los capítulos anteriores<br />
EVALUACIÓN IMAGENOLÓGICA<br />
Esta evaluación debe iniciarse con un estudio radiológico<br />
simple y un estudio con la ecografía, preferentemente con<br />
técnica de Doppler color, muchas veces olvidadas y sustituidas<br />
por técnicas muy costosas. El estudio radiológico simple<br />
nos puede mostrar que la aparente lesión tumoral de las<br />
PB es provocada por una lesión ósea vecina (exostosis);<br />
otras veces la presencia de calcificaciones habla a favor de<br />
un hemangioma, una condromatosis sinovial o una miositis<br />
osificante. Estas calcificaciones se evidencian aún mejor<br />
con la ecografía, la TAC y en ocasiones con la IRM.<br />
Otras veces la radiografía simple nos brinda información<br />
complementaria sobre la agresividad de la lesión<br />
tumoral de las PB (reacción perióstica, destrucción de la<br />
cortical o invasión de la médula ósea).<br />
178 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Las ventajas de la TAC, de la IRM y de la ecografía<br />
en relación con la radiología simple en la evaluación de<br />
estas lesiones se debe, sobre todo, a su superior resolución<br />
de contraste y posibilidad de su estadiamiento.<br />
La ecografía es una de las técnicas ideales en la detección<br />
de los tumores de las PB, habiéndose demostrado su<br />
utilidad también en los tumores óseos, que se extienden por<br />
las PB vecinas. La ecografía permite determinar el tamaño<br />
y la consistencia de las lesiones de las PB, principalmente<br />
para diferenciar entre lesión quística y sólida. También es de<br />
utilidad para diferenciar una masa localizada, de un edema<br />
difuso, así como para precisar la localización intraarticular o<br />
extraarticular de una tumoración. Si bien no permite diferenciar<br />
una lesión benigna de una maligna puede servir de guía<br />
para una punción aspirativa con aguja fina o biopsia.<br />
En los casos en que se sospecha una masa de las PB,<br />
la mayoría de los autores prefieren utilizar la ecografía<br />
como método inicial de estudio, lo que puede ser seguido<br />
de un estudio con IRM y posteriormente una biopsia. La<br />
introducción <strong>del</strong> Doppler color (DC) permite evaluar el<br />
grado de vascularización de las masas tumorales, así como<br />
identificar algunas lesiones inflamatorias. También se ha<br />
utilizado, para monitorear los efectos de la quimioterapia<br />
en los pacientes con tumores malignos, basándose en los<br />
cambios de la vascularización tumoral y de la perfusión.<br />
Si bien la ecografía es de gran valor en la evaluación<br />
de las masas <strong>del</strong> SOMA, se trata de una técnica poco específica.<br />
Los tumores sólidos benignos y malignos, los<br />
linfomas, los tumores de los nervios, etc., se presentan como<br />
lesiones hipoecoicas inespecíficas. Como signos de malignidad<br />
se describen: bordes irregulares, textura heterogénea<br />
y distorsión de la arquitectura debido a infiltración de los<br />
tejidos vecinos. Las tumoraciones benignas tienden a desplazar<br />
y no a invadir las estructuras cercanas, y por lo<br />
general presentan un contorno nítido y una ecotextura homogénea.<br />
No obstante, hay algunos sarcomas que pueden<br />
mostrar límites nítidos y tener una textura homogénea,<br />
sobre todo los de pequeño tamaño.<br />
A pesar de la información que ofrecen la ecografía y<br />
la IRM, en la mayoría de los casos, se hace necesario realizar<br />
una biopsia, preferentemente guiada por la ecografía.<br />
Las lesiones profundas requieren de transductores entre<br />
3,5 y 5 mhz.<br />
Como ya hemos señalado, el DC ofrece una información<br />
<strong>del</strong> flujo, lo que permite determinar el grado de<br />
vascularización, la dirección <strong>del</strong> mismo, así como realizar<br />
un estudio cuantitativo. Se ha utilizado para demostrar las<br />
características biológicas de los tumores malignos y para<br />
monitorear la inhibición de la neovascularización tumoral,<br />
con el uso de agentes citotóxicos, que actúan directamente<br />
sobre la red vascular. El DC permite visualizar el origen y<br />
el patrón de los vasos que suplen a las masas sólidas, así<br />
como demostrar el flujo sanguíneo intratumoral. La ausencia<br />
de este flujo puede deberse a la existencia de un<br />
flujo de muy baja velocidad, no posible de detectar con el<br />
Doppler, lo que ocurre con frecuencia en los tumores muy<br />
grandes con extensas áreas de necrosis.<br />
En los tumores malignos se han podido identificar en<br />
el Doppler 2 tipos de señales diferentes, que pueden coexistir<br />
en el mismo tumor y que predominan en su periferia,<br />
que es el área de propagación. Se pueden ver señales<br />
altas, con o sin aumento <strong>del</strong> flujo diastólico, expresión de<br />
una fístula arteriovenosa; otras veces se obtienen señales<br />
de baja impedancia, con ligera variación sisto-diastólica,<br />
posiblemente por la presencia de espacios sinusoidales de<br />
paredes finas.<br />
En los tumores malignos y en los tumores óseos, con<br />
extensión a las PB, es frecuente la presencia de señales<br />
Doppler de alta frecuencia; no sucede lo mismo en las lesiones<br />
benignas. No obstante, en los abscesos puede verse<br />
un anillo periférico de vascularización.<br />
La mayoría de los autores están de acuerdo conque los<br />
parámetros que se deben evaluar en el DC son: cambios<br />
en el flujo sanguíneo intratumoral y cambios en la suplencia<br />
sanguínea tumoral a través de las arterias nutrientes.<br />
El primer parámetro puede evaluarse cualitativamente<br />
y semicuantitativamente. Estos pacientes deben ser estudiados<br />
previos al tratamiento, así como valorando el grado de<br />
destrucción cortical, si este existe. Se deben identificar áreas<br />
de necrosis tumoral y de calcificación u osificación.<br />
La cantidad <strong>del</strong> flujo intratumoral, puede determinarse<br />
con el Doppler en una escala de 4 puntos:<br />
. No hay flujo en el área estudiada.<br />
. El flujo es mínimo y aparece pobremente diseminado<br />
en la masa.<br />
. El flujo es intermedio con presencia de un anillo<br />
vascularizado con o sin áreas diseminadas de flujo central.<br />
. El flujo es marcado y difuso dentro <strong>del</strong> tumor.<br />
La persistencia o aumento <strong>del</strong> flujo intratumoral posterior<br />
a un ciclo de quimioterapia, es sugestiva de una pobre<br />
respuesta histológica. Por el contrario, la desaparición<br />
completa <strong>del</strong> flujo habla a favor de una buena respuesta.<br />
El segundo parámetro, depende <strong>del</strong> sitio de localización<br />
de la lesión. Los tumores óseos y de las PB frecuentes<br />
en la rodilla, deben evaluarse con un estudio de Doppler<br />
de la arteria femoral distal; los localizados en la tibia y<br />
peroné se estudian con el Doppler de la arteria poplítea.<br />
La técnica es la habitual <strong>del</strong> Doppler, debiendo vigilarse el<br />
ángulo <strong>del</strong> haz y su realización en reposo. El componente<br />
diastólico de la curva es el que más se afecta por la presencia<br />
de una actividad metabólica tumoral, lo que se re-<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 179
fleja en el Índice de resistencia (IR). Estas mediciones se<br />
deben realizar durante y después de la quimioterapia, en<br />
que debe haber una disminución de la resistencia vascular<br />
intratumoral y no verse la inversión diastólica <strong>del</strong> flujo;<br />
por tanto se diminuye el valor <strong>del</strong> IR. Cuando el IR permanece<br />
anormal o disminuye, durante y después <strong>del</strong> tratamiento,<br />
es señal de una pobre respuesta.<br />
La ecografía es de gran valor en las recidivas de estos<br />
tumores; casi siempre aparecen como una masa hipoecoica,<br />
que no debe confundirse con un hematoma, absceso o tejido<br />
de granulación. En estos casos el Doppler no muestra flujo;<br />
no sucede lo mismo en los granulomas precoces vascularizados<br />
que pueden mostrar aumento de la vascularización. De ahí la<br />
importancia de realizar una ecografía básica entre 4 y 6 semanas<br />
<strong>del</strong> posoperatorio que debe repetirse cada 3 meses. En<br />
casos dudosos, se aconseja realizar una biopsia para diferenciar<br />
una recidiva de una cicatriz.<br />
ESTADIAMIENTO<br />
Existen diferentes sistemas para el estadiamiento de<br />
los tumores de las PB y la mayoría se basa en el grado de<br />
diferenciación histológica, extensión intracompartimental<br />
o extracompartimental, tamaño de la lesión, invasión <strong>del</strong><br />
hueso y de los haces neurovasculares, así como de la presencia<br />
o no de metástasis regional o a distancia.<br />
El tratamiento de elección para la mayoría de los<br />
sarcomas de las PB es la resección quirúrgica con conservación<br />
de la extremidad, y de hecho la imagenología, en<br />
particular la ecografía y la IRM, juegan un papel decisivo.<br />
Estas técnicas permiten analizar la extensión de la<br />
tumoración (si se interesa más de un compartimiento), si<br />
el tamaño de la lesión es mayor de 5 cm, si hay toma <strong>del</strong><br />
hueso, articulación o estructuras vasculonerviosas vecinas,<br />
todos de mal pronóstico.<br />
¿Cómo evaluar una lesión de las PB?<br />
A la hora de evaluarlas hay que tener en cuenta algunos<br />
de estos factores:<br />
-Localización de la lesión. Hay tumores que tienen<br />
localizaciones preferentes como sucede en el<br />
fibrohistiocitoma y en el liposarcoma, que son frecuentes<br />
en el muslo. Lo más importante es su localización<br />
en el compartimiento interesado que puede<br />
ser, subcutáneo, intermuscular, intramuscular,<br />
intraarticular, periarticular o tratarse de lesiones<br />
múltiples. Las masas intermusculares habitualmente<br />
se rodean de un anillo de grasa, (hiperecoica)<br />
bien detectado en la ecografía, mientras que las<br />
masas intramusculares reemplazan su ecogenicidad<br />
normal, rodeados por el músculo vecino y con ausencia<br />
<strong>del</strong> anillo graso en la periferia.<br />
Los tumores originados cerca de una articulación casi<br />
siempre son benignos, salvo el sarcoma sinovial que<br />
rara veces se origina en una articulación. Entre las<br />
lesiones intraarticulares frecuentes están: la sinovitis<br />
vellosa nodular, la condromatosis sinovial y el lipoma<br />
arborescente, todas evaluables con la ecografía.<br />
- Número de lesiones. La detección de varias lesiones<br />
en las PB orienta hacia una lipomatosis,<br />
fibromatosis, o lesión angiomatosa. Los pacientes<br />
con neurofibromatosis tipo I, presentan con<br />
frecuencia tumores neurogénicos múltiple, que<br />
cuando crecen rápidamente hay que pensar en su<br />
transformación maligna.<br />
- Características intrínsecas de las lesiones tumorales<br />
de la PB. Las características intrínsecas de las imágenes<br />
que ofrecen las masas de las PB, con frecuencia<br />
sugieren el diagnóstico e incluyen alteraciones<br />
en su ecogenicidad, así como en su morfología<br />
y estructura interna. La presencia de grasa<br />
orienta hacia el diagnóstico de lipoma, hibernoma,<br />
hemangioma o liposarcoma. Las masas<br />
hipoecogénicas orientan hacia una lesión con un<br />
alto contenido de tejido colágeno (fibromatosis) o<br />
por la presencia de hemosiderina (sinovitis vellosa<br />
nodular). Las masas tumorales de las PB que aparecen<br />
anecoicas sugieren una lesión quística y hacen<br />
planteable un ganglión, una bursa distendida,<br />
abscesos, hematomas o neoplasias mixoides.<br />
- La forma de la lesión y su estructura interna pueden<br />
reflejar su morfología macroscópica y su composición<br />
histológica. Un tumor compuesto de canales<br />
serpiginosos casi siempre se trata de una<br />
lesión angiomatosa, bien detectada con el DC, una<br />
masa fusiforme que sigue el trayecto de un nervio,<br />
casi siempre causado por un tumor<br />
neurogénico. Por su parte, la extensión de una<br />
masa por los planos fasciales es frecuente en la<br />
fibromatosis, fascitis nodular y en el<br />
dermatofibrosarcoma protuberans.<br />
Las neoplasias de las PB (benignas y malignas),<br />
por lo general tienen bordes bien definidos con<br />
poco edema vecino y con una seudocápsula frecuente,<br />
lo que las hace muy difícil de diferenciar<br />
con los métodos imagenológicos, requiriendo <strong>del</strong><br />
complemento citopatológico.<br />
Por otra parte, igual que ocurre en los tumores óseos,<br />
la combinación de hechos clínicos con los hallazgos<br />
imagenológicos pueden orientar en el diagnóstico: un tumor<br />
de las PB compuesto de pequeñas cantidades de grasa<br />
(hipoecoica), por su contenido mucoide, en un paciente<br />
mayor de 20 años, casi siempre representa a un liposarcoma<br />
mixoide; pero en un niño menor de 2 años, debe tratarse<br />
de un lipoblastoma.<br />
180 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Veamos en detalle algunas de las tumoraciones de las<br />
PB más frecuentes.<br />
TUMORES Y LESIONES<br />
SEUDOTUMORALES DEL TEJIDO FIBROSO<br />
BENIGNOS<br />
Fascitis nodular<br />
Concepto<br />
Es una proliferación celular de causa desconocida; el<br />
término de subcutáneo se ha desechado, ya que se ha observado<br />
en otras localizaciones. Se trata de una formación<br />
fibroblástica benigna, probablemente reactiva.<br />
Sinonimia<br />
Fibromatosis seudosarcomatosa subcutánea, fascitis<br />
seudosarcomatosa, fascitis nodular infiltrativa y fascitis<br />
nodular proliferativa.<br />
Edad, sexo y localización.<br />
Edad. Predomina en los adultos jóvenes; es rara en<br />
niños y viejos. Según Stout, puede verse a cualquier<br />
edad. Para otros, predomina entre la 4ta. y<br />
6ta. décadas de la vida.<br />
Sexo. No hay diferencia.<br />
Localización. Se origina frecuentemente en la fascia<br />
subcutánea de los miembros, tronco, cabeza y cuello;<br />
también en la fascia de los músculos estriados<br />
y, raras veces, en la mama, parótida, tráquea, manos<br />
y pies. Los sitios más frecuentes son los miembros<br />
superiores (antebrazo y brazo).<br />
Ecografía<br />
La ecografía con transductores de muy alta resolución<br />
permite precisar su naturaleza sólida y su localización<br />
superficial.<br />
Fibromatosis palmar<br />
Concepto<br />
Lesión fibrosa benigna, nodular, firme, infiltrante y de<br />
celularidad variable que se origina en la aponeurosis palmar,<br />
con contractura de los dedos. Según Stout, no siempre<br />
se asocia a contractura de Dupuytren.<br />
Sinonimia<br />
Contractura de Dupuytren, contractura progresiva<br />
unilateral o bilateral de los dedos <strong>del</strong> borde cubital de la<br />
mano, fibroma o seudotumor de contractura de Dupuytren.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Más frecuente por encima de los 30 años.<br />
Sexo. Predomina en el sexo masculino.<br />
Localización. En la palma de la mano.<br />
Fibromatosis plantar<br />
Concepto<br />
Es una sustitución fibrosa de la aponeurosis plantar,<br />
similar a la contractura de Dupuytren de la fibromatosis<br />
palmar. Es una afección muy rara; se han descrito casos<br />
de coexistencia de fibromatosis palmar y plantar.<br />
Sinonimia<br />
No tiene.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Se ve en individuos más jóvenes que los que<br />
presentan fibromatosis palmar, por lo general por<br />
debajo de los 30 años. A veces aparece como una<br />
afección congénita.<br />
Sexo. Hay discreto predominio en el sexo masculino.<br />
Localización. En la planta de los pies, frecuentemente<br />
bilateral, y en ocasiones asociada a las otras variedades<br />
de fibromatosis.<br />
Ecografía<br />
En estas dos entidades la utilización de transductores<br />
de 14 Mhz nos ayuda a establecer un diagnóstico diferencial<br />
de estas lesiones.<br />
Fibromatosis abdominal<br />
Concepto<br />
Son tumores o más propiamente lesiones seudotumorales,<br />
localmente agresivas, de crecimiento lento, pero progresivo,<br />
no encapsuladas, de patogenia desconocida y que se desarrollan<br />
a partir de las estructuras musculoaponeuróticas <strong>del</strong><br />
músculo recto mayor y de los músculos adyacentes de la pared<br />
abdominal<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 181
Sinonimia<br />
Desmoides, tumor desmoides, fibromatosis desmoides.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Se presentan en personas jóvenes, en plena actividad<br />
sexual (se han descrito casos en niños).<br />
Sexo. Aparecen casi exclusivamente en el sexo femenino.<br />
Localización. En la pared abdominal anterior. Las localizaciones<br />
extraabdominales, tales coma extremidades,<br />
pared torácica y mediastino, no son muy<br />
raras. Ellos no dan metástasis pero pueden crecer<br />
de manera indefinida con gran deformidad de las<br />
pb y ser recurrentes.<br />
Ecografía<br />
Las lesiones aparecen hipoecoicas por su contenido<br />
fibroso.<br />
Fibrosarcoma<br />
Concepto<br />
Son tumores malignos que proceden <strong>del</strong> tejido fibroso<br />
y que se desarrollan a expensas de los fibroblastos, que<br />
son células específicas que se derivan <strong>del</strong> mesénquima primitivo.<br />
Con este nombre se han incluido tumores de otra<br />
naturaleza o lesiones seudotumorales, como son: el<br />
dermatofibrosarcoma, la fascitis nodular infiltrativa y el<br />
fibrohistiocitoma maligno.<br />
Según los diferentes autores, su frecuencia es muy variable.<br />
De manera general se acepta que ellos constituyen cerca<br />
<strong>del</strong> 20 % de los tumores malignos de las partes blandas.<br />
Sinonimia<br />
Fibromixosarcoma, fibrosarcoma mixomatoide, sarcoma<br />
neurogénico<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Pueden encontrarse en cualquier grupo de edades,<br />
aunque más frecuentes en la 3ra., 4ta. y 5ta.<br />
décadas, aunque son raros en los niños<br />
Sexo. Para algunos no hay predominio. Para Stout lo<br />
hay en el sexo masculino.<br />
Localización. Pueden aparecer en cualquier lugar <strong>del</strong><br />
cuerpo, aunque las más frecuentes aparecen en la<br />
piel, TCS., tejido musculotendinoso, periostio y cicatrices.<br />
Se les puede encontrar frecuentemente<br />
en las partes blandas profundas de las extremidades,<br />
sobre todo en los miembros inferiores, así como<br />
también en la cabeza (órbita y cavidad oral), cuello,<br />
pared abdominal, pared torácica, retroperitoneo,<br />
mediastino y sistema nervioso central.<br />
Fibrohistiocitoma maligno. Fibrosarcoma.<br />
El fibrohistiocitoma maligno es un tumor frecuente de<br />
las PB, incluido, en las antiguas clasificaciones, dentro<br />
<strong>del</strong> grupo de los fibrosarcomas. Algunos autores lo estudian<br />
en conjunto.<br />
Pueden encontrarse en cualquier grupo de edades, pero<br />
son raros en los niños. Son frecuentes en las pb periféricas<br />
de las extremidades. Su forma de crecimiento, es variable:<br />
lentos, pero de manera progresiva adquieren gran tamaño,<br />
de crecimiento rápido desde el inicio o después de permanecer<br />
estacionarios durante muchos años. En el momento<br />
<strong>del</strong> diagnóstico son por lo general de gran tamaño, bien<br />
<strong>del</strong>imitados pero no encapsulados, de consistencia firme o<br />
blanda. A veces dan la impresión de tener un origen<br />
multicéntrico, pues hay áreas separadas <strong>del</strong> tumor. Pueden<br />
sufrir necrosis y rodearse de una seudocápsula de células<br />
tumorales.<br />
Ecografía<br />
En su localización intramuscular, estos dos tumores<br />
reemplazan el aspecto ecográfico normal de los músculos,<br />
los cuales rodean a la lesión y en ocasiones presentan un<br />
anillo graso (hiperecogénico), salvo que interesen a todo<br />
el compartimiento muscular.<br />
TUMORES Y LESIONES SEUDOTUMORALES<br />
DEL TEJIDO ADIPOSO<br />
BENIGNOS<br />
Lipoma<br />
Concepto<br />
Formación benigna constituida, exclusivamente, por<br />
células maduras de tejido adiposo, sin atipia celular. Es<br />
uno de los tumores más frecuentes de las partes blandas.<br />
Los tumores con alto contenido de grasa son fácilmente<br />
detectados por la TAC, la IRM y la ecografía e incluyen a<br />
los lipomas, lipoblastomas, hibernomas y liposarcomas con<br />
sus variantes.<br />
Los lipomas se presentan como masas homogéneas de<br />
tejido adiposo bien definidas, encapsuladas, trabeculadas,<br />
182 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
dependiendo <strong>del</strong> grado de tejido fibroso asociado<br />
(fibrolipomas), dentro o entre los músculos, por lo general<br />
bien diferenciados de los tejidos vecinos, salvo cuando son<br />
muy superficiales.<br />
Sinonimia<br />
Lipoma simple, fibrolipoma, angiolipoma, lipoma<br />
sinovial, lipoma arborescente.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Más frecuente entre los 30 y 50 años. Son raros<br />
en los niños<br />
Sexo. Aparecen más frecuentemente en la mujer.<br />
Localización. No hay área de la economía donde no<br />
se hayan reportado lipomas. Predominan en el TCS<br />
de la espalda y <strong>del</strong> hombro, aunque puede tener<br />
cualquier localización en las extremidades. También<br />
pueden verse en el mediastino y retroperitoneo.<br />
Están descritos casos a nivel intramuscular, son<br />
frecuentes en la pared abdominal y paraspinal.<br />
Existen también lipomas no encapsulados.<br />
Ecografía<br />
El aspecto ecográfico de los lipomas es muy variable;<br />
la mayoría son ecogénicos y bien <strong>del</strong>imitados, a veces con<br />
tabiques fibrosos en su interior.<br />
Lipoma intramuscular<br />
Concepto<br />
Es una proliferación benigna de tejido adiposo maduro<br />
que infiltra el músculo estriado y que se origina a expensas<br />
de las fascias adyacentes.<br />
Sinonimia<br />
Lipoma infiltrante.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. No hay variación con el lipoma.<br />
Sexo. Las mismas consideraciones que en el lipoma.<br />
Localización: se sitúa profundamente dentro de los<br />
músculos.<br />
Ecografía<br />
En estos casos se ve una masa hipoecogénica entre las<br />
capas musculares, a las cuales desplaza.<br />
Hibernoma<br />
Concepto<br />
Tumor benigno, muy raro, lobulado y encapsulado,<br />
constituido por células que toman el aspecto de grasa<br />
pardusca o grasa fetal<br />
Sinonimia<br />
Lipoma de célula grasa fetal.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Se ven más frecuentemente en los adultos jóvenes.<br />
Sexo. Se ha descrito un predominio en la mujer.<br />
Localización. Se localizan en el tejido celular subcutáneo<br />
<strong>del</strong> hombro, axila, cuello, muslo, región<br />
poplítea, espalda, pared abdominal y mediastino.<br />
Ecografía<br />
Los hibernomas, compuesto de grasa marrón, son más<br />
vascularizados que los lipomas, y se pueden identificar<br />
con el DC.<br />
Lipoblastomatosis<br />
Concepto<br />
Se trata de una formación benigna, lobulada y<br />
lipoblástica de carácter semejante al de la típica grasa fetal,<br />
pero que se puede confundir con un tumor maligno de<br />
grasa. Es una entidad neoplásica benigna constituida por<br />
tejido adiposo fetal, es diferente al hibernoma y carece de<br />
semejanza con los lipomas. Es una afección muy rara.<br />
Sinonimia<br />
Lipoma fetal.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Aparece en los niños menores de 10 años.<br />
Sexo. No hay predominio.<br />
Localización. Extremidades, pared torácica,<br />
mediastino y región inguinal. Se han descrito casos<br />
en el sistema nervioso central, asociadas a malformaciones<br />
congénitas de éste.<br />
Ecografía<br />
Los lipoblastomas pueden ser focales o difusamente<br />
infiltrativos (lipoblastomatosis), comportándose como una<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 183
masa de tejido predominantemente graso. En los jóvenes<br />
puede contener componente mixoide.<br />
MALIGNOS<br />
Liposarcoma<br />
Concepto<br />
Es una neoplasia maligna e infiltrante caracterizada<br />
por la presencia de lipoblastos atípicos en diversas fases<br />
de diferenciación. El cuadro histológico comprende desde<br />
células bien diferenciadas, pasando por las mixoides, células<br />
redondas, células pleomórficas, hasta las formas<br />
mixtas. Es uno de los tumores más frecuentes de las partes<br />
blandas.<br />
Generalmente están formados por varias masas de<br />
apariencia bien definida. Tienen comportamiento sólido,<br />
no necesariamente graso, con áreas de grasa, necrosis,<br />
degeneración quística o hemorragia.<br />
Anatomopatológicamente hay 4 tipos: a) bien diferenciado,<br />
b) de células redondas, c) mixoide y d) pleomórfico.<br />
La variedad mixoide es la más frecuente. Los liposarcomas<br />
mixoides son de localización preferentemente<br />
intermuscular, tomando aspecto seudoquístico. Las variedades<br />
de célula redonda y pleomórfica dan metástasis precoces.<br />
Sinonimia<br />
Lipoma de célula grasa fetal, lipoma infiltrante, lipoma<br />
lipoblástico, lipomixosarcoma, mixolipoma, mixoma<br />
lipomatoide, mixoliposarcoma, lipoma de célula grasa primitiva<br />
y liposarcoma indiferenciado.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Son propios <strong>del</strong> adulto joven y de la edad media<br />
(3ra., 4ta. y 5ta. décadas); muy raros en los niños.<br />
Se ha podido establecer una relación entre la localización<br />
y la edad de aparición (los localizados en los<br />
miembros inferiores se presentan en individuos más<br />
jóvenes que los situados en el espacio<br />
retroperitoneal), así como entre su aspecto histológico<br />
y la edad de los enfermos (los liposarcomas de las<br />
variedades de células redondas y mixoides ocurren<br />
en enfermos más jóvenes que los que padecen de las<br />
variedades bien diferenciada y pleomórfica).<br />
Sexo. Hay ligero predominio <strong>del</strong> sexo masculino.<br />
Localización. Se localizan frecuentemente en las<br />
zonas <strong>del</strong> organismo donde hay mayor acumulación<br />
de grasa.<br />
Ecografía<br />
Estas lesiones aparecen hipoecogénicas, aunque<br />
frecuentemente tienen un aspecto mixto. La variedad<br />
mixomatosa puede presentar un aspecto seudoquístico. Las<br />
calcificaciones son raras (10 %).<br />
TUMORES Y LESIONES<br />
SEUDOTUMORALES DE LOS VASOS SAN-<br />
GUÍNEOS<br />
BENIGNOS<br />
Sinonimia<br />
Angioendotelioma, angioma, angioqueratoma, angioma<br />
pigmentoso atrófico, hemangioendotelioma, hemangiopericitoma<br />
benigno, tumor eréctil, granuloma piogénico,<br />
hemangioendotelioblastoma, nevus anémico, nevus<br />
flameus, nevus vasculoso, angioma plexiforme, aneurisma<br />
racemoso, nevus en arana, nevus vascular,<br />
telangiectasia hereditaria.<br />
Hemangiomas<br />
Concepto<br />
Se trata de lesiones benignas, no circunscritas, constituidas<br />
por la proliferación de diversos tipos de vasos sanguíneos.<br />
A veces, es difícil distinguir entre verdaderos tumores<br />
y malformaciones hísticas (hamartomas). Se pueden<br />
clasificar en:<br />
a) Hemangioendotelioma benigno. Se trata de una masa<br />
benigna y en gran parte maciza de células<br />
endoteliales de aspecto típico, caracterizadas por<br />
la formación, en algunos puntos, de capilares y otras<br />
estructuras vasculares específicas.<br />
b) Hemangioma capilar. Lesión benigna compuesta<br />
de pequeños conductos vasculares, con el calibre<br />
de capilares y revestidos de una sola capa de células<br />
endoteliales.<br />
c) Hemangioma cavernosa. Lesión benigna formada,<br />
sobre todo, por estructuras vasculares cavernosas<br />
revestidas de una sola capa endotelial<br />
d) Hemangioma venoso. Lesión benigna, constituida<br />
por vasos irregulares, de tamaño intermedio o grande<br />
y, en su mayoría, de tipo venoso.<br />
e) Hemangioma racemoso. Cirsoide: arterial, venoso<br />
o arteriovenoso. Es una lesión de aspecto semejante<br />
al de una malformación compuesta por vasos<br />
sanguíneos de tipo arterial y venoso, tortuosos y de<br />
paredes gruesas.<br />
f) Angiomatosis y síndrome angiomatoso. Constituyen<br />
infiltraciones difusas de las PB por tejido<br />
184 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
hemangiomatoso o linfangiomatoso. Por lo general<br />
ocupan grandes espacios a veces con participación<br />
visceral.<br />
Ecografía<br />
Estos tumores con frecuencia tienen flebolitos fácilmente<br />
detectados en la ecografía. La característica principal<br />
es la visualización de canales vasculares serpinginosos<br />
en forma de ovillos, bien identificables en el Doppler color.<br />
En la variedad intramuscular se asocian con frecuencia<br />
con atrofia muscular e infiltración grasa. Cuando se<br />
sitúan vecinos a un hueso, pueden producir un patrón<br />
osteolítico.<br />
Hemangioendotelioma maligno<br />
Concepto<br />
Son neoplasias de gran malignidad, caracterizadas por<br />
la formación de conductos vasculares anastomóticos tapizados<br />
de una o más capas de células endoteliales atípicas<br />
que, frecuentemente, presentan un aspecto inmaduro, proliferando<br />
hacia la luz, la que llenan total o parcialmente, y<br />
dado que comunican con la circulación sanguínea normal,<br />
las metástasis por esta vía se favorecen.<br />
Sinonimia<br />
Angiosarcoma, angiofibrosarcoma, hemangioblastoma,<br />
hemangioendotelioblastoma, hemangioendoteliosarcoma.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Existe variabilidad en cuanto a la edad; se han<br />
descrito casos en el nacimiento y en los ancianos,<br />
aunque hay predominio por la 3ra. Y 6ta. Décadas<br />
de la vida.<br />
Sexo. Según Pack y Ariel, predominan en el sexo masculino,<br />
mientras que Stout y Saavedra no refieren<br />
diferencias en el sexo.<br />
Localización. Se localizan en las paredes superficiales<br />
por debajo de la piel; resultan más frecuentes<br />
en los miembros superiores e inferiores, la pared<br />
torácica, la cabeza, el cuello y el retroperitoneo.<br />
Hemangiopericitoma maligno<br />
Concepto<br />
Es un tumor maligno caracterizado por la proliferacion<br />
de células redondas, ovales o fusiformes, de aspecto bastante<br />
uniforme, las que se sitúan en torno a espacios<br />
vasculares de tamaño variable, que se hallan revestidos<br />
por usa sola capa de células endoteliales.<br />
Sinonimia<br />
Angiosarcoma, hemangioendotelioma, sarcoma<br />
hemangiopericítico angiosarcoma peritelial, peritelioma.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Se pueden presentar a cualquier edad, con predominio<br />
entre los 30 y 60 años.<br />
Sexo. No hay diferencia.<br />
Localización. Este tumor se desarrolla en las partes<br />
blandas superficiales (subcutáneo o intramuscular),<br />
sobre todo en las extremidades (muslo, cabeza,<br />
cuello, retroperitoneo y pared torácica).<br />
Son tumores de las PB que se originan de las paredes<br />
vasculares (pericitos) y que se sitúan a nivel capilar. Son<br />
tumores benignos, bien localizados, pero suelen recurrir.<br />
No suelen ser mayores de 10 cm, aunque a veces sí lo son.<br />
Esta descrita la posibilidad de dar metástasis al pulmón.<br />
Su localización más frecuente es en el muslo.<br />
Ecografía<br />
Al ser lesiones ricamente vascularizadas se pueden<br />
evaluar con el Doppler color. Se muestra como un tumor<br />
sólido, con áreas heterogéneas en su interior, relacionadas<br />
con áreas sólidas, que da un aspecto heterogéneo, pero<br />
siempre con un buen encapsulamiento.<br />
TUMORES Y LESIONES<br />
SEUDOTUMORALES DE LOS VASOS<br />
LINFÁTICOS<br />
BENIGNOS<br />
Linfangiomas<br />
Concepto<br />
Tumores benignos constituidos exclusivamente por<br />
vasos linfáticos de diversos tamaños, revestidos por una<br />
sola capa de células endoteliales. Con frecuencia la lesión<br />
es congénita y es causada por una malformación hística<br />
ocurrida durante las primeras fases <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> sistema<br />
linfático. Se pueden dividir en: capilares (muy raros<br />
y difíciles de distinguir de los hemangiomas capilares),<br />
cavernosos y quísticos (higromas).<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 185
a) Variedad simple o capilar. Compuesto por quistes<br />
linfáticos muy pequeños, conglomerados o<br />
agrupados, situados en la piel y tejido celular subcutáneo,<br />
así como en la membrana mucosa de la<br />
cavidad oral. A la presión exudan linfa espesa.<br />
b) Variedad cavernosa. Son discretos o voluminosos, subcutáneos,<br />
compresibles pero no fluctuantes. Se localizan<br />
alrededor <strong>del</strong> hombro, <strong>del</strong> cuello y de la lengua.<br />
c) Variedad quística (higroma). Se parecen a la variedad<br />
cavernosa, pero se diferencian de esta por el<br />
mayor tamaño de los lóculos y su distribución entre<br />
y alrededor de las estructuras profundas.<br />
Casi siempre se tratan de lesiones cavernomatosas localizados<br />
en el cuello o axila, en los 2 primeros años de la vida.<br />
Ecografía<br />
Se presentan como espacios quísticos uniloculares o<br />
multiloculares, aunque en el 25 % de las lesiones pueden<br />
ser mixtas. Es de gran valor en su localización cervical en<br />
los niños.<br />
MALIGNOS<br />
Linfangioendotelioma maligno.<br />
Concepto<br />
Neoplasia maligna caracterizada por la formación de<br />
estructuras linfáticas irregulares, revestidas de una o varias<br />
capas de células endoteliales, en las que pueden verse<br />
diversos grados de atipia celular. Casi siempre es usa<br />
complicación de un linfedema de larga duración.<br />
Sinonimia<br />
Linfangioendotelioma, linfangioblastoma, linfangioendotelioblastoma,<br />
linfangiosarcoma.<br />
Edad, sexo, localización<br />
Edad. Son más frecuentes entre el 5to. y el 6to. decenios<br />
de la vida.<br />
Sexo. Se ven casi exclusivamente en la mujer.<br />
Localización. En las extremidades, sobre todo en los<br />
miembros superiores.<br />
Ecografía<br />
La ecografía es poco útil en estos pacientes, pero cuando<br />
se presentan con un cuadro de linfedema, ella es capaz<br />
de detectar los linfáticos dilatados.<br />
TUMORES DERIVADOS DE LAS FIBRAS<br />
MUSCULARES ESTRIADAS<br />
MALIGNOS<br />
Rabdomiosarcoma<br />
Concepto<br />
Son tumores extraordinariamente malignos, constituidos<br />
por rabdomioblastos en distintas fases de diferenciación,<br />
con o sin miofibrillas intracelulares y con o<br />
sin estrías transversales. De acuerdo con sus características<br />
clínico-patológicas se dividen en tres grupos:<br />
1. Rabdomiosarcoma embrionario; 2. Rabdomiosarcoma<br />
alveolar y 3. Rabdomiosarcoma pleomórfico. Solo<br />
nos vamos a referir a esta última variedad.<br />
Rabdomiosarcoma pleomórfico.<br />
Es la forma más rara de tales tumoraciones, que constituyen<br />
sólo el 15 % de éstas. No obstante, para Stout, es<br />
la variedad más frecuente.<br />
Sinonimia<br />
Rabdomiosarcoma adulto.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Entre el 4to. y 6to. decenios de la vida; son<br />
muy raros en los niños. Según Evans, resultan más<br />
frecuentes entre los 40 y 50 años.<br />
Sexo. Predominan en el sexo masculino.<br />
Localización. Prefieren las extremidades, sobre todo<br />
los miembros inferiores; además, suelen presentarse<br />
en el mediastino, la cabeza y el cuello.<br />
Las lesiones se presentan como nódulos de límites bien<br />
precisos en las masas musculares con áreas de necrosis y<br />
hemorragia.<br />
Ecografía<br />
La ecografía, sobre todo con la técnica Doppler permite<br />
precisar las lesiones de necrosis y hemorragia, así<br />
como seleccionar el sitio de la biopsia.<br />
186 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TUMORES DEL TEJIDO SINOVIAL<br />
MALIGNOS<br />
Sarcoma sinovial<br />
Concepto<br />
Neoplasia maligna de estructura celular bifásica, formada<br />
por hendiduras o estructuras acinosas, revestidas de<br />
células de aspecto epitelial, con o sin formación de material<br />
mucoide, y separadas por zonas más o menos numerosas<br />
de células fusiformes, parecidas a las <strong>del</strong> fibrosarcoma,<br />
las que producen reticulina y colágeno.<br />
Sinonimia<br />
Sinovioma maligno, mesotelioma maligno,<br />
sarcoendotelioma sinovial, sarcomesotelioma sinovial,<br />
angiofibroma maligno.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Es propio <strong>del</strong> adulto joven. El 60 % ocurre en<br />
pacientes entre 15 y 40 años de edad.<br />
Sexo. Predominan en los hombres en una proporción<br />
de 3 a 2.<br />
Localización. Se desarrollan en los tejidos próximos<br />
a las grandes articulaciones.<br />
Ecografía<br />
Pueden tener necrosis intratumoral y calcificaciones,<br />
las que se determinan mejor por la TAC y la ecografía.<br />
También se describen degeneraciones quísticas y hemorragia<br />
intratumoral, que pueden dar niveles líquidos.<br />
TUMORES Y LESIONES<br />
SEUDOTUMORALES DE LOS NERVIOS<br />
PERIFÉRICOS<br />
BENIGNOS<br />
Neuroma traumático (de amputación)<br />
Concepto<br />
Proliferacion benigna no neoplásica, formada por fibras<br />
nerviosas, células de Schwann y tejido cicatrizal, que<br />
se localiza en el cabo proximal de un tronco nervioso seccionado.<br />
Neurofibroma<br />
Concepto<br />
Tumor benigno localizado o difuso, constituido por una<br />
mezcla de células de schwann y fibroblastos, acompañado<br />
de fibras de colágeno poco densas y de material<br />
mucinoso.<br />
Neurilemoma<br />
Concepto<br />
Tumor benigno y por lo general bien circunscrito o<br />
encapsulado, originado, probablemente en las vainas nerviosas.<br />
Es una tumoración relativamente frecuente.<br />
Sinonimia<br />
Neurilemoma benigno, schwannoma benigno,<br />
neurinoma, glioma periférico, tumor de las células de<br />
schwann.<br />
Edad, sexo, localización<br />
Edad. Se han descrito en cualquiera edad, aunque predominan<br />
alrededor de los 40 años.<br />
Sexo. No hay predominio.<br />
Localización. Se pueden observar en el trayecto de<br />
los nervios de las extremidades.<br />
Ecografía<br />
Las formas benignas y malignas de los tumores de las<br />
vainas de los nervios, tienen un aspecto fusiforme, en relación<br />
con el trayecto <strong>del</strong> nervio. La diferenciación entre<br />
lesión benigna y maligna es difícil. En favor de esta última<br />
están: lesión mayor de 5 cm, con contornos mal definidos,<br />
necrosis central y rápido crecimiento.<br />
Neurofibromatosis<br />
Es una hamartomatosis de origen ectodérmico,<br />
mesodérmico y endodérmico, autosómica dominante,<br />
que se origina de la vaina que recubre a los nervios,<br />
pudiendo presentarse solitaria (en forma de nódulo),<br />
difusa afectando varios planos (piel, TCS, etc.) o ser<br />
de tipo plexiforme (que se extiende a través de los<br />
nervios mayores y menores, formando una red<br />
multinodular). En esta entidad los neurofibromas se asocian<br />
con manchas de color café con leche en la piel<br />
Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 187
y son frecuentes otras lesiones, especialmente la deformidad<br />
<strong>del</strong> esqueleto y las alteraciones <strong>del</strong> SNC.<br />
Hay un ligero predominio en el sexo masculino, y aunque<br />
aparece en cualquier edad predomina en los jóvenes.<br />
Los neurofibromas ocurren con mayor frecuencia<br />
en el dorso y en las extremidades<br />
ECOGRAFÍA<br />
Demuestra una o varias lesiones situadas en los espacios<br />
vasculonerviosos, que pueden ser solitarios (nódulo)<br />
y que pueden llegar a tener cualquier tamaño, o múltiples<br />
nodulillos, que siguen el trayecto de los nervios.<br />
MALIGNOS<br />
Schwannoma maligno<br />
Concepto<br />
Tumor por la común densamente celular constituido<br />
por células de origen Schwannaniano y frecuentemente<br />
acompañado de fibras colágenas. Se origina, por lo general,<br />
de un neurofibroma previo, sobre todo en el curso de<br />
una neurofibromatosis generalizada.<br />
Sinonimia<br />
Neurofibrosarcoma, sarcoma neurogénico,<br />
neurilemoma maligno.<br />
Edad, sexo y localización<br />
Edad. Aunque se puede presentar en cualquier edad,<br />
son más frecuentes entre los 30 y 40 años. En los<br />
pacientes con neurofibromatosis múltiple, pueden<br />
aparecer desde el nacimiento o durante la infancia.<br />
Sexo. No hay predominio.<br />
Localización. Pueden localizarse en las extremidades<br />
inferiores (a expensas <strong>del</strong> nervio ciático, <strong>del</strong> femoral<br />
o <strong>del</strong> tibial posterior); en las extremidades superiores<br />
(a expensas <strong>del</strong> plexo braquial)así como en el<br />
retroperitoneo, tórax, cabeza y cuello.<br />
Ecografía<br />
Por lo general se presentan como una masa sólida,<br />
ecogénica en el trayecto de un nervio y especialmente en el<br />
curso de una neurofibromatosis generalizada, acompañada<br />
de un crecimiento rápido de la lesión.<br />
TUMORES NO ESPECÍFICOS<br />
En ocasiones nos encontramos con una masa tumoral<br />
de las PB que no tienen ningún signo de especificidad e<br />
incluso, la biopsia obtenida, no aclara su naturaleza. Frente<br />
a esta situación, nos podemos valer de alguno de los<br />
datos que nos ofrece la ecografía y de los cuales ya hemos<br />
hablado con anterioridad.<br />
Las lesiones menores de 5 cm, homogéneas, de bordes<br />
bien definidos, que no engloban los haces neurovasculares,<br />
sugieren un proceso benigno. Por el contrario, las lesiones<br />
mayores de 5 cm, heterogéneas, de bordes mal definidos y<br />
con participación ósea o neurovascular, se debe sospechar<br />
su naturaleza maligna.<br />
No siempre sucede así, y hay un grupo de lesiones benignas<br />
que pueden tener características de agresividad, como<br />
son: algunos hematomas, fibromatosis, absceso y la miositis<br />
osificante. Por su parte hay lesiones malignas que pueden<br />
simular una lesión benigna, como ocurre con el sarcoma<br />
sinovial y el liposarcoma mixoide. En estos casos se impone<br />
realizar también una biopsia previa durante el acto quirúrgico.<br />
OTRAS LESIONES TUMORALES<br />
Sinovitis pigmentada villonodular. La sinovitis<br />
pigmentada villonodular puede ser focal o difusa<br />
y por su contenido en hemosiderina da un aspecto<br />
heterogéneo en la ecografía, en presencia de una<br />
lesión intrarticular, bursal o en la vaina de un tendón<br />
Osteocondromatosis sinovial. Muestra un aspecto<br />
bastante sugestivo en la ecografía. Hay múltiples<br />
cuerpos condrales intraarticulares en las<br />
bursas o tendones en la variedad condromatosa.<br />
A veces se calcifican y se ve la presencia de SA.<br />
Masas quísticas. Hay un grupo de masas de las PB<br />
que puede ofrecer un aspecto francamente quístico:<br />
quiste sinovial, colección en una bursa, ganglión<br />
quístico, quiste parameniscal, hematomas, abscesos<br />
y las neoplasias mixomatosas. Todas ellas aparecen<br />
hipoecoicas o anecoicas en la ecografía.<br />
Los quistes sinoviales se localizan cerca de las articulaciones,<br />
el más característico es el quiste de Baker en la<br />
región poplítea. Pueden complicarse por una hemorragia<br />
o romperse en la pantorrilla.<br />
Los gangliones quísticos a diferencia de los quistes<br />
sinoviales, no están tapizados por sinovial, sino por tejido<br />
fibroso. Pueden ser únicos o múltiples y predominan en la<br />
muñeca (70 %), son por lo general pequeños y de localización<br />
intermuscular o intraarticular.<br />
Las neoplasias mixomatosas incluyen a los mixomas,<br />
neoplasias neurogénicas, liposarcomas, fibrohistiocitoma<br />
maligno y los condrosarcomas extraesqueléticos.<br />
Con la ecografía se pueden identificar las lesiones<br />
nodulares periféricas susceptibles de tomar una muestra<br />
guiada por la ecografía.<br />
188 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
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276. ULRICH, D. P. and P. C. BUCY:
INTERVENCIONISMO<br />
Si bien la IRM, con la introducción de equipos de bajo<br />
campo y magnetos abiertos, ha permitido incursionar en<br />
el intervencionismo <strong>del</strong> SOMA, la ecografía tiene múltiples<br />
ventajas, habiéndose utilizado como: proceder diagnóstico<br />
y terapéutico.<br />
PROCEDERES DIAGNÓSTICOS<br />
INTERVENCIONISTAS CON LA ECOGRAFÍA<br />
- Guía para realizar biopsia hística o aspiración<br />
citológica.<br />
- Guía para las punciones con fines anestésicos,<br />
sobre todo en la cadera.<br />
- Biopsia de las lesiones osteolíticas y en los sitios<br />
de insercionitis.<br />
- Con el auxilio <strong>del</strong> Doppler color, la ecografía permite<br />
obtener muestras de las lesiones activas y<br />
además realizar un estudio evolutivo inmediato<br />
para garantizar la demostración <strong>del</strong> material aspirado<br />
o de cualquier complicación.<br />
- Para evaluar el estado posartroscopia y detectar<br />
complicaciones, tales como neuromas<br />
postraumáticos, granulomas, trombosis venosa,<br />
seudoaneurismas arteriales y fístulas<br />
arteriovenosas, donde es de gran valor el Doppler.<br />
- La ecografía es útil también para evaluar la<br />
neoformación ósea precoz en el sitio de una fractura<br />
durante un proceder de tracción con alambres.<br />
Esta detección precoz permite definir el grado<br />
de tracción que debe realizarse y que se logra<br />
visualizar muchas semanas previas a lo que se ve<br />
en los rayos X. En la ecografía el callo se ve como<br />
un foco ecogénico dispuesto en el plano<br />
longitudinal y que aumenta evolutivamente.<br />
PROCEDERES TERAPÉUTICOS<br />
INTERVENCIONISTAS CON LA ECOGRAFÍA<br />
- Inyecciones articulares de corticoides.<br />
- Inyecciones de esteroides en bursas y vainas<br />
tendinosas, sobre todo en las artropatías<br />
inflamatorias crónicas.<br />
- Tratamiento particular de las calcificaciones <strong>del</strong><br />
MR, para su lavado y aspiración.<br />
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192 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
OSTEOSONOMETRÍA<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Este capítulo ofrece una breve información de los principios<br />
técnicos en que se basan las mediciones cuantitativas<br />
óseas utilizando la ecografía (osteosonometría), haciéndose<br />
énfasis en los sistemas de contacto (con agua o<br />
gel) de las mediciones realizadas en el calcáneo, luego de<br />
demostrado su valor para predecir el riesgo de una fractura<br />
por osteoporosis.<br />
La osteoporosis es una enfermedad metabólica de los<br />
huesos que se acompaña de una reducción de la densidad<br />
ósea y deterioro de la arquitectura de los mismos, lo que<br />
provoca un aumento en el riesgo de fracturas. Hay una<br />
forma primaria que predomina en las mujeres con un déficit<br />
de la masa ósea, provocada por la caída <strong>del</strong> estrógeno<br />
después de la menopausia. Las formas secundarias pueden<br />
verse en algunas enfermedades metabólicas, tratamientos<br />
con esteroides, etc.<br />
Cerca de 200 000 000 de personas sufren osteoporosis<br />
en el mundo, 25 000 000 de ellas en los EE.UU. Se sabe, que<br />
1 de cada 3 mujeres sufrirá una fractura ósea por osteoporosis<br />
después de la menopausia. Las fracturas más precoces ocurren<br />
en el antebrazo, alrededor de los 10 años después de la<br />
menopausia , seguidas más tarde por las fracturas vertebrales<br />
y menos frecuentes las fracturas de cadera (15 % en las<br />
mujeres mayores de 50 años) . Esta última fractura aumenta<br />
marcadamente su frecuencia después de los 55 años.<br />
En los EE.UU. con más de 1 000 000 de fracturas de<br />
la cadera por año, el costo por tratamiento, sólo interesando<br />
al aspecto ortopédico, es mayor de 10 000 000 000 de<br />
dólares. Se calcula que el costo por rehabilitación debe de<br />
ser el doble y la pérdida a la economía nacional es varias<br />
veces mayor que los gastos por el tratamiento y la rehabilitación.<br />
En el futuro estas cifras se espera que aumenten<br />
dramáticamente, a lo que se suma que entre el 5 y el 20 %<br />
de los pacientes con fracturas de la cadera, mueren dentro<br />
<strong>del</strong> año de haberla padecido y más <strong>del</strong> 50 % de los que<br />
sobreviven lo hacen en condiciones difíciles.<br />
La osteosonometría (OS) es un nuevo método para el<br />
diagnóstico de la osteoporosis, que se basa en las mediciones<br />
de las ondas de pulso ultrasónicas y se realiza en el<br />
calcáneo.<br />
Métodos de medición para el diagnóstico de la<br />
osteoporosis. Entre los diferentes métodos para el diagnóstico<br />
precoz de la osteoporosis se citan:<br />
Métodos radiológicos de densitometría. Se incluyen<br />
los métodos de absorción de fotones que han sido sustituidos<br />
actualmente por los métodos de absorciometría con<br />
doble energía de rayos X y más recientemente por la<br />
densitometría utilizando la TAC. Esta última técnica, permite<br />
una evaluación independiente de la cortical y de la<br />
esponjosa, a diferencia de la técnica de doble absorción,<br />
que sólo mide el hueso trabecular.<br />
Las mediciones se hacen en la columna lumbar y en el<br />
cuello femoral. Estos métodos se limitan a medir la densidad<br />
ósea sin tener en cuenta las propiedades estructurales <strong>del</strong> hueso.<br />
MÉTODOS ULTRASONOGRÁFICOS<br />
DE DENSITOMETRÍA. TECNOLOGÍA<br />
DE LA OSTEOSONOMETRÍA<br />
Desde los trabajos iniciales de Langton y cols. en 1984,<br />
en que establecieron que ¨la medición de la atenuación de<br />
una onda de ultrasonido de banda ancha en el calcáneo,<br />
podía discriminar entre mujeres de la tercera edad con fracturas<br />
o no de la cadera¨, grandes avances se han realizado<br />
en este campo <strong>del</strong> ultrasonido cuantitativo (QUS).<br />
Genant, en 1992 y posteriormente Greg, en 1997 proponen<br />
el término de QUS para expresar la medición cuantitativa<br />
de la densidad ósea con el ultrasonido, de forma<br />
similar a los términos que se habían utilizado para describir<br />
las diferentes mediciones de la absorción con fotones<br />
(DPA), RX (DEXA), o la TAC (QCT).<br />
Hoy en día hay un criterio bastante uniforme que el<br />
QUS ha probado su valor en la detección <strong>del</strong> riesgo de una<br />
fractura espontánea en las ancianas.<br />
Osteosonometría 193
Los equipos de ecografía utilizados en la densitometría<br />
tienen la capacidad de medir, además, la velocidad <strong>del</strong> sonido<br />
en el calcáneo ( Speed Of Sound: SOS) y por tanto<br />
ofrecen una información estructural (con la BUA) y otra<br />
información adicional sobre la porosidad, conectividad y<br />
grosor trabecular.<br />
En los inicios se emplearon equipos con sistemas de<br />
agua para los estudios <strong>del</strong> calcáneo y en los últimos años<br />
se han empleado los sistemas secos para su realización.<br />
La introducción de algunos equipos con posibilidades<br />
de variar o seleccionar el sitio <strong>del</strong> examen <strong>del</strong> calcáneo<br />
están en investigación y recientemente se han informado<br />
equipos de densitometría ecográfica que dan información<br />
en los huesos largos (tibia) y otros que llegan hasta el estudio<br />
de la columna y <strong>del</strong> fémur.<br />
Si bien los equipos de ecografía diagnóstica utilizan<br />
transductores con frecuencias entre 2 y 14 MHz, los equipos<br />
con sistemas de QUS, generalmente miden a la BUA<br />
utilizando transductores con un gran diámetro de apertura,<br />
significativamente mayor que la longitud de onda <strong>del</strong><br />
ultrasonido. Para una velocidad <strong>del</strong> sonido de 1500 m/s y<br />
una variación de frecuencia entre 0,2 y 0,6 MHz, que es el<br />
rango habitualmente utilizado para las mediciones <strong>del</strong><br />
BUA, la longitud de las ondas varía entre 7,5 mm y 2,5<br />
mm. La utilización de transductores más anchos (D =<br />
20mm), reducen la dispersión <strong>del</strong> haz de ultrasonido causado<br />
por difracción y aumentan la señal <strong>del</strong> receptor. El<br />
espacio frente al transductor se divide en 2 zonas, una cercana<br />
al campo y otra lejana. Para un diámetro de 20 mm y<br />
una longitud de onda entre 7,5 y 2,5 mm, la transición<br />
entre estas 2 zonas yace en una distancia que varía entre<br />
13 y 40 mm.<br />
Para medir el BUA es necesario colocar cuidadosamente<br />
el talón entre los 2 transductores, receptor y transmisor.<br />
Al transmitir un pulso corto de ultrasonido (0,5<br />
microsegundos) y posteriormente recibirlo, se le procesa<br />
con un analizador de frecuencia. Es necesario tomar en<br />
cuenta el espesor <strong>del</strong> calcáneo, el efecto de la conformación<br />
<strong>del</strong> pulso, el perfil <strong>del</strong> haz y la atenuación en el tanque<br />
de agua. Al graficar la atenuación debida exclusivamente<br />
al calcáneo, contra la frecuencia, nos encontramos<br />
con una relación lineal. La pendiente, que está dada en<br />
unidades de Db/MHz, es el índice que se denomina BUA.<br />
Los equipos convencionales con sistema QUS para<br />
medir el BUA en el calcáneo, también ofrecen una nueva<br />
información, al dividir la distancia de propagación (distancia<br />
entre los transductores) por el tiempo de tránsito<br />
<strong>del</strong> pulso, que es lo que se conoce como SOS.<br />
Para medir la velocidad a través <strong>del</strong> calcáneo (SOS)<br />
es necesario (en dependencia <strong>del</strong> sistema), tomar en cuenta<br />
varios factores como son: la distancia entre los<br />
transductores, el espesor <strong>del</strong> calcáneo, el espesor de las<br />
partes blandas, etc.<br />
Todo esto se calcula realizando mediciones de calibración<br />
con fantoms en el caso de los sistemas secos y con el<br />
tanque con agua en el caso de los sistemas húmedos. Con<br />
estas mediciones y ciertas correcciones se llega a una magnitud<br />
bastante exacta de la velocidad <strong>del</strong> haz <strong>del</strong> US en el<br />
calcáneo (SOS).<br />
Cabría preguntarse: ¿Es que el QUS ofrece una información<br />
diferente de la que aportan los equipos de<br />
densitometría ósea? Esto es discutido en la literatura mundial;<br />
no obstante, existen múltiples ventajas conocidas <strong>del</strong><br />
empleo de la osteosonometría <strong>del</strong> calcáneo como son:<br />
. Fácil acceso.<br />
. Alto contenido de hueso trabecular <strong>del</strong> calcáneo.<br />
. Estudio en un hueso que soporta peso con participación<br />
importante en la osteoporosis, similar a la columna<br />
vertebral.<br />
. No usa radiaciones.<br />
. Es más económica.<br />
. El equipo puede trasladarse a la cama <strong>del</strong> paciente.<br />
Como ya hemos señalado la mayoría de los equipos<br />
comerciales que se utilizan en la osteosonometría <strong>del</strong> calcáneo<br />
ofrecen mediciones <strong>del</strong> BUA y <strong>del</strong> SOS, habiéndose<br />
demostrado que estos 2 parámetros se correlacionan y que<br />
por tanto su unión produciría un nuevo parámetro de medición<br />
que mejora la medición y exactitud <strong>del</strong> diagnóstico.<br />
Los sistemas “Lunar Achilles” correlacionaron estos<br />
índices en un solo sistema dándole un valor a cada uno de<br />
estos 2 parámetros para formar uno nuevo al que denominaron<br />
stiffness donde:<br />
“Stiffness” = 0,667 x BUA + 0,278 x SOS - 417<br />
Otros sistemas como el que usamos, utilizan otra combinación<br />
de BUA y SOS para formar otro parámetro al<br />
que denominan QUI o BQI donde:<br />
BQI = 0,41 x (BUA + SOS) – 571<br />
Este índice tiene una correlación muy exacta con los<br />
equipos DEXA (r = 0,85).<br />
Ahora bien, en relación con la pregunta realizada, hay<br />
numerosos autores que plantean que la osteosonometría ofrece<br />
una información diferente que las técnicas radiológicas,<br />
más relacionada con la calidad <strong>del</strong> hueso que con su densidad.<br />
Se cree que la BUA se relaciona con factores estructurales<br />
tales como: porosidad, conectividad y grosor trabecular,<br />
mientras que la SOS se relaciona además de la densidad<br />
ósea, con la elasticidad <strong>del</strong> hueso como tal.<br />
194 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CORRELACIÓN DE LAS MEDICIONES<br />
ENTRE LA DENSITOMETRÍA<br />
RADIOLÓGICA Y LA OSTEOSONOMETRÍA.<br />
T-SCORE. Z-SCORE.<br />
Las mediciones resultantes se presentan independientes<br />
de sus valores absolutos, en forma de lo que se denomina<br />
un T-score y un Z-score. El T-Score establece una<br />
correlación con los valores normales en los adultos jóvenes<br />
y se calcula por las desviaciones estándares a partir<br />
de un valor medio. Por su parte el Z-Score tiene en cuenta<br />
una distribución por edades, que muestra los valores<br />
más bajos de la densidad ósea o de la velocidad <strong>del</strong> sonido<br />
después de la menopausia, y con incremento de la edad.<br />
Cuando los resultados caen entre +1 o –1 DS no tienen<br />
significado para un mayor riesgo de las fracturas. Con<br />
cada paso negativo de la DS, el riesgo de fractura se<br />
incrementa (-2 DS en 2 veces - 3 DS en 4 veces, etc.).<br />
Como convenio, la OMS definió el valor para la presencia<br />
de osteoporosis en las pacientes femeninas<br />
caucásicas sin fractura para un T score mayor de 2,5 desviaciones<br />
estándares por debajo <strong>del</strong> pico de masa ósea de<br />
las vértebras en las pacientes jóvenes normales. Cuando el<br />
valor se haya entre 1 y 2,5 desviaciones estándares por<br />
debajo <strong>del</strong> pico de masa ósea se recomendó definirlo como<br />
osteopenia, todo fue recomendado para equipos DEXA.<br />
No hay recomendación que sepamos para los estudios hechos<br />
con osteosonometría, ni tampoco los hombres fueron<br />
incluidos en esta recomendación y sus valores de umbral<br />
no están definidos hasta donde sabemos. Como un modo<br />
de trabajo en la práctica diaria se ha adoptado el mismo<br />
umbral ya descrito para la osteosonometría y para los pacientes<br />
masculinos.<br />
Haciéndose un análisis cuidadoso, podemos apreciar<br />
que los métodos de absorciometría incluyendo el DEXA,<br />
determinan la medición de la masa ósea por unidad de superficie,<br />
o sea en g/cm 2 y por tanto el concepto estricto de<br />
densitometría no se cumple. Sólo los métodos cuantitativos<br />
que utiliza la TAC permiten tener mediciones reales<br />
de la densidad ósea (g/cm 3 ). Con la técnica de la BUA, los<br />
métodos de US se basan en la medición de la absorción <strong>del</strong><br />
sonido dependiente de la frecuencia. Hay evidencias que<br />
confirman que las mediciones de las SOS contienen 2<br />
parámetros diferentes: la densidad por un lado y la elasticidad<br />
por el otro. Es difícil el poder comparar entre estos 2<br />
métodos que utilizan parámetros tan variables.<br />
Algunos estudios de correlación entre los equipos de<br />
osteosonometría (OS) y los equipos DEXA han demostrado<br />
que cerca <strong>del</strong> 99 % de los casos que son reportados como<br />
normales en la OS (sin radiaciones) también lo son en el<br />
DEXA (radiaciones). Esto evitaría el uso de los estudios<br />
DEXA sin que un estudio de OS sea hecho previamente.<br />
En el caso que la OS arroje valores de osteopenia u<br />
osteoporosis, entonces se enviaría al paciente a un estudio<br />
DEXA más espécifico o de rayos X.<br />
Al inicio existían dudas de la correlación entre los<br />
métodos de densitometría radiológica y de la<br />
osteosonometría.<br />
La precisión <strong>del</strong> método se verificó con un fantom que<br />
tenía una velocidad de sonido conocida (3 890 m/seg), y<br />
una calibración similar <strong>del</strong> equipo. La precisión varió entre<br />
0,1 y 0,2 %.<br />
En cuanto a la posibilidad de replicar las mediciones,<br />
osciló entre 0,1 y el 0,93 %; ambas mediciones demuestran<br />
la precisión de este método.<br />
INDICACIONES<br />
DE UNA OSTEOSONOMETRÍA<br />
INDICACIONES ABSOLUTAS<br />
1. Mujeres premenopáusicas.<br />
- Amenorrea primaria de origen endocrino.<br />
- Amenorrea secundaria por más de 6 meses.<br />
2. Mujeres posmenopáusicas.<br />
- Examen dentro de los 2 años posteriores a la menopausia<br />
con el fin de mostrar la pérdida de hueso antes<br />
que la osteoporosis sea manifiesta.<br />
3. Posterior a una menopausia poshisterectomía y tan pronto<br />
se demuestren niveles de FSH mayores de 30 UI.<br />
INDICACIONES POTENCIALES<br />
1. Pacientes con factores de riesgo.<br />
- Historia familiar de osteoporosis.<br />
- Delgado y peso menor de 2 BMI
4. Otras enfermedades en las cuales puede ocurrir<br />
osteoporosis.<br />
- Hemopatías graves.<br />
- Mastocitosis.<br />
- Inmovilización prolongada.<br />
- Insuficiencia renal a término o pretérmino.<br />
- Fracturas.<br />
- Osteogénesis imperfecta.<br />
- Sospecha radiológica de osteoporosis, especialmente<br />
con fractura vertebral.<br />
5. Ingestión de medicamentos que pueden producir una<br />
osteoporosis.<br />
- Toma de esteroides por más de 3 meses.<br />
- Postrasplantes.<br />
- Tratamiento con fenobarbital o fenitoína por un tiempo<br />
mayor de 1 año.<br />
6. Mediciones evolutivas de la osteoporosis.<br />
- Evaluación <strong>del</strong> progreso de la enfermedad durante el<br />
tratamiento.<br />
- Persistencia de osteoporosis con un tratamiento metódico.<br />
Los intervalos de chequeo dependen de la precisión<br />
<strong>del</strong> método de medición, la extensión de la osteoporosis y<br />
<strong>del</strong> período entre la menopausia y el inicio <strong>del</strong> tratamiento.<br />
CONTRAINDICACIONES<br />
- Edema marcado en MI.<br />
- Deformidad anatómica de la tibia.<br />
- Fractura de la tibia.<br />
Nota: siempre debe seleccionarse el tobillo en que no<br />
exista lesión.<br />
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198 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TERAPIA ECOLÓGICA. QUIROMASAJE TERAPÉUTICO<br />
INTRODUCCIÓN<br />
El Quiromasaje terapéutico o masaje con las manos es<br />
un tratamiento milenario, que se origina en Suecia, extendido<br />
a toda Europa, América y que es introducido en Cuba<br />
a partir de 1996.<br />
El masaje es muy gentil y superficial, con manipulaciones<br />
semejantes al masaje psicosensorial de la Escuela<br />
Californiana.<br />
Hemos reactivado y readaptado a las condiciones actuales,<br />
esta técnica de tratamiento conservador, donde las<br />
sustancias tóxicas de los medicamentos, la dieta, el ambiente,<br />
y la vida moderna condicionan un deterioro de la<br />
calidad de vida en el planeta.<br />
En este capitulo describiremos las experiencias personales<br />
en el tratamiento de muchas enfermedades y algunas<br />
modificaciones de la técnica original <strong>del</strong> masaje, con los<br />
cuales hemos obtenido resultados alentadores. Se incluyen<br />
enfermedades ortopédicas, de origen traumático o no,<br />
enfermedades articulares y otras, donde los síntomas predominantes<br />
son el dolor y los trastornos neurológicos.<br />
BASES TEÓRICAS DEL TRATAMIENTO<br />
Está demostrada la teoría de las zonas reflejas, que<br />
plantea que para cada órgano y sistema existe una zona<br />
refleja en la piel (transformación hipertónica de un músculo),<br />
relacionada con una afección, cuyas zonas reflejas<br />
pueden ser el punto de partida para la selección <strong>del</strong> tratamiento:<br />
según esta teoría, para cada enfermedad existe un<br />
segmento anatómico comprometido; de ahí la importancia<br />
de conocer la distribución segmentaria de cada entidad y<br />
sus manifestaciones clínicas más importantes que pueden<br />
ser: cambios en la coloración de la piel, hipertonía o<br />
hipotonía, hiperalgia, hipoestesia, etc.<br />
Se han descrito cambios palpables en la epidermis y<br />
tejido celular subcutáneo, que adoptan la forma de un cordón,<br />
de una cuerda tendinosa o de un nódulo, que al inicio<br />
es blando y después firme; obteniéndose, en determinadas<br />
enfermedades y por medio <strong>del</strong> masaje, cambios en su grado<br />
de tensión y la desaparición de los trastornos funcionales.<br />
Se demuestra también la relación refleja no sólo en el<br />
sentido visceropiel, sino también en el sentido contrario.<br />
Se pensaba que las relaciones reflejas <strong>del</strong> órgano con la<br />
superficie de la piel sólo servían para la protección de los<br />
mismos, demostrándose, hoy en día, que no es así.<br />
La experiencia demuestra que todos los tejidos son afectados<br />
en el interior de un segmento, que involucra periostio,<br />
músculos, vasos, nervios, tejido celular subcutáneo y piel,<br />
pero tal como nos indica la doctrina de los reflejos<br />
visceroviscerales, puede extenderse, a todo el organismo,<br />
cuando los órganos y sistemas están enfermos y las fronteras<br />
de los segmentos correspondientes resultan rebasados<br />
“por simpatía”; de ahí la posible extensión de las zonas<br />
<strong>del</strong> masaje en determinadas enfermedades.<br />
Hemos señalado que toda manifestación de reflejo debe<br />
producirse sobre el trayecto de los nervios en el interior de<br />
un segmento, que va <strong>del</strong> órgano irritado a la raíz posterior,<br />
pasando <strong>del</strong> nervio vegetativo al ganglio simpático, de ahí<br />
a la rama comunicante gris y al ganglio espinal de asociación,<br />
con posibilidad de alcanzar, sea la raíz anterior por<br />
la neurona de asociación o la musculatura por el nervio<br />
periférico, donde puede producirse una hipertonía; o por<br />
último al ganglio de la cadena simpática por medio de los<br />
cuernos laterales y anteriores (fibras con mielina) y a la<br />
rama comunicante blanca, donde se produce la transferencia<br />
por la rama comunicante gris a la piel o al tejido<br />
conectivo subcutáneo.<br />
Se supone que en el mecanismo de acción <strong>del</strong><br />
quiromasaje interviene, como factor determinante, un aumento<br />
de la vascularización local, lo que favorece el regreso<br />
de las lesiones y el alivio de los síntomas (Fig.18 a).<br />
El trayecto nervioso que parte de la zona refleja, músculo<br />
o tejido celular subcutáneo (lo que llaman reflejo al<br />
Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico 199
evés por donde viaja el efecto <strong>del</strong> masaje), se dirige por la<br />
vía sensitiva pasando por el ganglio espinal hacia la raíz<br />
posterior y desde allí, gracias a las neuronas de asociación a<br />
la raíz anterior. Después, por las ramas comunicantes blancas,<br />
viaja hacia el ganglio espinal de la cadena lateral. De<br />
esta forma se tiene la prueba que toda terapéutica situada<br />
sobre los segmentos, actúa por medio de los nervios, desencadenando<br />
reacciones químicas, humorales y nerviosas, favorables<br />
para la producción de endorfinas lo que disminuyendo<br />
en primera instancia el dolor, restaura posteriormente<br />
los trastornos funcionales internos (Fig. 18 b).<br />
GENERALIDADES<br />
En este trabajo excluimos las afecciones agudas donde<br />
el quiromasaje está contraindicado, y nos ocuparemos de<br />
las enfermedades ortopédicas, traumáticas o no, de las enfermedades<br />
articulares en sus fases subagudas o crónicas e<br />
incluiremos algunas enfermedades sistémicas con repercusión<br />
grave en las partes blandas de las extremidades.<br />
Para su mejor manejo las lesiones traumáticas se dividen<br />
en grupos y subgrupos, permitiéndonos un mejor enfoque<br />
terapéutico y en la cual el desarrollo de la ecografía<br />
de las partes blandas ha jugado un papel importante.<br />
Las manipulaciones terapéuticas básicas más utilizadas<br />
son: la digital, la palmodigital y la nudillar, todas sin<br />
aplicar presión «quitar el dolor sin provocar dolor» y pueden<br />
asociarse con el estiramiento, movilización y pellizqueo,<br />
como complemento de las 3 manipulaciones básicas.<br />
En algunas lesiones, de evolución crónica, es importante<br />
el tratamiento combinado, es decir tratar al mismo<br />
tiempo la afección en sí y sus zonas reflejas.<br />
El masaje debe ser continuo, sin interrupción hasta<br />
el final de la sesión, con un tiempo de duración aproximado<br />
a 1 minuto, pero esto depende de las habilidades<br />
<strong>del</strong> terapeuta.<br />
Además de la necesidad de realizar un masaje continuo,<br />
sin interrupción, son importantes otros 2 factores:<br />
- Las articulaciones no deben movilizarse hasta que el<br />
dolor no ceda en su totalidad.<br />
- La frecuencia <strong>del</strong> masaje debe ser con un mínimo de 2<br />
sesiones semanales y un máximo de 4, en dependencia<br />
<strong>del</strong> cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />
TRATAMIENTO<br />
En este capítulo solo nos vamos a referir a nuestra experiencia<br />
en algunas enfermedades articulares y ortopédicas,<br />
en las que hemos trabajado en los últimos 3 años.<br />
LESIONES ARTICULARES<br />
Sinovitis<br />
Predominan en la rodilla y en la cadera y requieren de<br />
un tratamiento meticuloso, ya que son articulaciones que<br />
soportan peso. El masaje facilita la recirculación <strong>del</strong> líquido<br />
sinovial, ayudando al desbloqueo <strong>del</strong> mismo. Se debe<br />
incluir dentro de la mano a toda la articulación rebasándola<br />
en sentido proximal y distal. La reeducación articular y<br />
su fortalecimiento requieren dedicación y <strong>del</strong>icadeza <strong>del</strong><br />
terapeuta. Debe limitarse la actividad física hasta la recuperación<br />
total de la articulación y de los músculos<br />
periarticulares.<br />
Tendinitis<br />
En el tratamiento de la tendinitis es fundamental avanzar<br />
con el masaje desde la inserción musculotendinosa distal<br />
hasta la inserción proximal. Una vez yugulado el dolor se<br />
debe continuar con ejercicios fortalecedores de toda la musculatura.<br />
Nuestros resultados han sido alentadores en la<br />
tendinitis <strong>del</strong> Aquiliano, especialmente en los deportistas.<br />
Bursitis<br />
Para evitar complicaciones (cronicidad y calcificaciones)<br />
se requiere de un especial cuidado. Por su incidencia<br />
nos ocuparemos de las bursitis <strong>del</strong> hombro y <strong>del</strong> codo. El<br />
hombro es una articulación donde los componentes óseos<br />
juegan un papel no predominante, no así las partes blandas,<br />
razón por la cual ella posee un número elevado de<br />
bursas. La irritación de las mismas produce un dolor<br />
invalidante cuyo tratamiento debe ser gentil. El dolor se<br />
produce por una reacción química como consecuencia de<br />
la inflamación y precipitación de sales de calcio en la<br />
bursa, por lo que el masaje debe comenzarse en zonas<br />
distantes, a partir <strong>del</strong> cuello y omóplato, avanzándose en<br />
sentido distal hasta el brazo, con manipulaciones que variarán,<br />
según la zona anatómica tratada. Ahora bien, si<br />
hay calcificaciones, el tratamiento es más prolongado y<br />
cuando se asocia al hombro congelado, después que se<br />
alivia el dolor, se agregan estiramientos gentiles en todas<br />
las direcciones, manteniéndolos por 20 segundos, para buscar<br />
respuesta de los husos musculares y con ello mejorar<br />
las contracturas. Es importante la rehabilitación total de<br />
los músculos para evitar recidivas y atrofias musculares.<br />
200 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Bursitis <strong>del</strong> codo. Epicondilitis<br />
Estas afecciones son muy frecuentes y algunos las<br />
consideran como enfermedades profesionales, como consecuencia<br />
directa de un exceso en la actividad física sobre<br />
la zona (sobreuso). A veces se pueden producir por<br />
un trauma directo. El masaje debe ser contralateral, sobre<br />
la epitroclea, con manipulaciones nudillares y digitales<br />
muy suaves y una vez que ceda el dolor se fortalece toda<br />
la musculatura extensora <strong>del</strong> antebrazo con rehabilitación<br />
gentil.<br />
Osteoartritis. Gota<br />
Por la presentación sistémica de ambas entidades decidimos<br />
describir un tratamiento en común. La base <strong>del</strong><br />
mismo radica en un masaje en toda la espalda por su efecto<br />
sistémico, aunque puede tratarse con la misma técnica<br />
las molestias locales que asientan en las articulaciones<br />
grandes o pequeñas.<br />
Mano reumatoidea.<br />
Por la prioridad y predominio de las alteraciones en<br />
las manos, dentro de la enfermedad reumática, nos detendremos<br />
a describir su tratamiento. Este consiste en<br />
un micromasaje digital ascendente, que puede llegar a<br />
las muñecas y aun rebasarlas. El tiempo de duración<br />
<strong>del</strong> masaje es una excepción, pues debe prolongarse<br />
hasta que se produzca un chasquido articular y posteriormente<br />
se procede a la técnica de tracción digital y<br />
ejercicio reeducador.<br />
LESIONES ORTOPÉDICAS TRAUMÁTICAS<br />
Anquilosis<br />
La anquilosis, sobre todo en su forma postraumática,<br />
es una entidad de difícil pronóstico con cualquier tipo de<br />
tratamiento. Con el masaje revascularizador ayudamos<br />
a la reproducción y movilización <strong>del</strong> líquido sinovial,<br />
hecho fundamental en la regeneración de las estructuras<br />
internas y con ello la proliferación de las células<br />
sinoviales.<br />
Ruptura parcial de los meniscos<br />
Con el desarrollo de la ecografía, y sobre todo de la<br />
IRM, podemos determinar en muchos pacientes el grado<br />
de lesión de los meniscos. En el caso de una ruptura parcial<br />
el masaje facilita la incorporación de los elementos de<br />
recuperación. En nuestra experiencia un número considerable<br />
de pacientes bien diagnosticados, han evolucionado<br />
de modo satisfactorio.<br />
Sudet de la mano y <strong>del</strong> pie<br />
Es importante señalar que para el tratamiento de estas<br />
lesiones vasomotoras reflejas, deben incluirse siempre a<br />
los plexos lumbares y cervicales, responsables de las zonas<br />
afectadas. El tratamiento incluye también el masaje<br />
con estiramiento y «digiteo» en los miembros.<br />
ENFERMEDADES ORTOPÉDICAS NO TRAUMÁTICAS<br />
Síndrome <strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo<br />
En un tanto por ciento importante de estos pacientes,<br />
hay alteraciones provocadas por el nervio mediano en el<br />
túnel carpiano y por las ramas de los nervios cervicales.<br />
De ahí la importancia que el tratamiento debe abarcar a<br />
ambas zonas.<br />
Nervios periféricos<br />
Estas lesiones requieren una especial atención. El masaje<br />
reduce, inicialmente los niveles de glutamato, sustancia<br />
neurotrasmisora que después <strong>del</strong> trauma aumenta considerablemente,<br />
es responsable de la necrosis y extensión<br />
de la lesión inicial. Una vez regulados estos niveles, el<br />
masaje facilita la concentración de otras sustancias que<br />
por naturaleza existen en bajas concentraciones a nivel<br />
neural y que su déficit entorpece la regeneración nerviosa;<br />
ellas son: las neurotrofinas y las nitrinas.<br />
Luego de aumentados estos niveles con el masaje, las<br />
neuronas dañadas experimentan cambios en su estructura<br />
y función (neuroplasticidad). Este efecto neuroplástico <strong>del</strong><br />
masaje lo hemos podido alcanzar en pacientes lesionados,<br />
prolongando el tratamiento durante 12 meses o más, con<br />
lo que los trastornos sensitivos, motores y autonómicos se<br />
han ido recuperando. Este tratamiento es válido para la<br />
médula espinal y el cerebro, pero no están descritos en el<br />
presente trabajo por no ser sus objetivos.<br />
Enfermedad de Dupuytren de la mano<br />
El tratamiento debe comenzarse precozmente antes que<br />
la contractura de la fascia palmar provoque una flexión<br />
mantenida de los dedos. Después <strong>del</strong> masaje es importante<br />
realizar ejercicios de estiramiento palmar.<br />
Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico 201
OTRAS ENFERMEDADES<br />
Miembros espásticos<br />
Por lo general son consecuencia de trastornos<br />
neurológicos que afectan al cerebro o a la médula espinal,<br />
y por ende el tratamiento debe incluir a los miembros afectados,<br />
así como un masaje en la región craneoespinal.<br />
Miembros flácidos<br />
Estas alteraciones también se presentan por combinación<br />
de lesiones, ya sea central o periférica. El tratamiento<br />
es basado en masajes de la región craneoespinal y<br />
pellizqueo distal, independientemente que deben seguirse<br />
las normas de rehabilitación para las extremidades. Esto<br />
último es válido también para las lesiones espásticas.<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
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12. VÁZQUEZ, J: El masaje terapéutico. Madrid 1985.<br />
13. WEST, O: Guía práctica de masaje, Barcelona, 1985.<br />
202 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.2.1 a Aire Fig.2.1 b Aire<br />
Fig.2.2 a Cuerpo extraño Fig.2.2 b Cuerpo extraño<br />
Fig.2.2 c Cuerpo extraño Fig.2.2 d Calcificación<br />
Ilustraciones 209
Fig.2.3 a Colección Fig.2.3 b Calcificación<br />
Fig.3 a Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> muslo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.3 b Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.3 c Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> muslo con el<br />
transductor en corte transversal.<br />
Fig.3 d Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
210 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3 e Vista anatómica de la región posterior de la pierna con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.3 f Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />
MÚSCULO NORMAL<br />
Fig.3.1 a CL <strong>del</strong> tríceps sural.<br />
Fig.3.1 b CL en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />
Fig.3.1 c CT en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />
Fig.3.1 d CT en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />
Ilustraciones 211
Fig.3.2 CT en SieScape <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.3 CT <strong>del</strong> recto interno y <strong>del</strong> aductor mayor.<br />
TRAUMA MUSCULAR<br />
Fig.3.4 a CT en un desgarro parcial <strong>del</strong> cuadríceps.<br />
Fig.3.4 b CT (vista compuesta) que muestra un desgarro parcial<br />
<strong>del</strong> cuadríceps.<br />
Fig.3.4 c CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> cuadríceps.<br />
Fig.3.4 d CT en SieScape que muestra un desgarro parcial <strong>del</strong><br />
cuadríceps (SieScape CT).<br />
212 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.4 e CT con DC en un paciente con desgarro parcial <strong>del</strong><br />
cuádriceps.<br />
Fig.3.4 f Otra vista con DC <strong>del</strong> paciente anterior.<br />
Fig.3.4 g CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.4 h CL en 3D de un desgarro parcial <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.5 CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> gastrocnemio.<br />
Fig.3.6 CT en un desgarro parcial <strong>del</strong> recto interno.<br />
Ilustraciones 213
Fig.3.7 a CL en un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />
Fig.3.7 b CL en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />
Fig.3.7 c CL en SieScape de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral<br />
mayor. La flecha señala las fibras musculares retraídas.<br />
Fig.3.7 d CT en 3D. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor <strong>del</strong> mismo<br />
paciente.<br />
Fig.3.7 e CL en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />
Fig.3.7 f CL en 3D de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />
214 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.7 g CL en SieScape de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral<br />
mayor.<br />
Fig.3.7 h CL en 3D de paciente anterior.<br />
Fig.3.8 a CT en un paciente con ruptura casi total <strong>del</strong> oblicuo<br />
interno <strong>del</strong> abdomen.<br />
Fig.3.8 b CT <strong>del</strong> paciente anterior.<br />
Fig.3.9 a CL que muestra un pequeño dergarro parcial <strong>del</strong> recto<br />
abdominal anterior.<br />
Fig.3.9 b Cl en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior.<br />
Ilustraciones 215
Fig.3.9 c CL. Ruptura casi total <strong>del</strong> recto abdominal anterior.<br />
Fig.3.9 d CL en SieScape en que se observa mejor la ruptura<br />
muscular <strong>del</strong> recto anterior.<br />
Fig.3.9 e Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.3.9 f Vista en 3D <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.3.10 a CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> gastrocnemio.<br />
Fig.3.10 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
216 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.11 a CL. Pequeño desgarro <strong>del</strong> vasto lateral <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.11 b CL en SieScape que muestra aún mejor, el pequeño<br />
desgarro.<br />
Fig.3.12 a CT en SieScape. Desgarro parcial con gran hematoma<br />
<strong>del</strong> gastrocnemio.<br />
Fig.3.12 b CL en SieScape. El mismo caso de la figura anterior.<br />
Fig.3.13 a CL en SieScape. Ruptura total <strong>del</strong> recto anterior <strong>del</strong><br />
cuádriceps.<br />
Fig.3.13 b Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Ilustraciones 217
Fig.3.13 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve la ausencia<br />
<strong>del</strong> recto anterior.<br />
Fig.3.13 d CT en SieScape, por encima <strong>del</strong> corte anterior, donde<br />
se observa el cabo proximal <strong>del</strong> recto anterior roto.<br />
Fig.3.14 a CT. Se ve el pectoral mayor normal.<br />
Fig.3.14 b CT que muestra la ruptura casi total <strong>del</strong> pectoral mayor<br />
a nivel <strong>del</strong> borde axilar.<br />
Fig.3.14 c CL <strong>del</strong> caso anterior donde se demuestra el origen de<br />
la ruptura.<br />
Fig.3.14 d CL donde se ve aún mejor la lesión <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />
218 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.14 e CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, donde se define mejor<br />
la lesión descrita.<br />
Fig.3.14 f CL en SieScape de la axila contralateral, donde se ve al<br />
músculo pectoral mayor normal.<br />
COLECCIONES EXTRAMUSCULARES<br />
Fig.3.15 a CL. Colección intermuscular en la pantorrilla.<br />
Fig.3.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, en que se puede<br />
determinar la extensión de la colección.<br />
Fig.3.15 c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.3.15 d CT en SieScape que muestra la relación de la colección<br />
hemática con las estructuras vecinas.<br />
Ilustraciones 219
Fig.3.16 a CL. Colección extramuscular en la pantorrilla, que<br />
comunica con la piel a través de un trayecto fistuloso.<br />
Fig.3.16 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se dibuja todo<br />
el trayecto fistuloso.<br />
COMPLICACIONES DE LAS RUPTURAS MUSCULARES<br />
Fig.3.17 a CL. Colección intramuscular postraumática.<br />
Fig.3.17 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.3.18 a CL en SieScape que muestra un quiste intramuscular<br />
postraumático.<br />
Fig.3.18 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza<br />
mejor el quiste.<br />
220 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.19 a CT. Gruesa calcificación, secuela de la ruptura <strong>del</strong><br />
cuádriceps.<br />
Fig.3.19 b SieScape en CT <strong>del</strong> caso anterior. Miositis osificante<br />
(flecha).<br />
Fig.3.19 c CT con transductor de 5 MHz que muestra una miositis<br />
osificante.<br />
Fig.3.19 d vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.3.20 a CT. Miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.20 b CT. Miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Ilustraciones 221
Fig.3.20 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.3.20 d CL en SieScape<strong>del</strong> mismo caso. Miositis osificante.<br />
Fig.3.21 a CL fase inicial de una miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.3.21 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.3.21 c CL en SieScape de una miositis osificante <strong>del</strong><br />
cuádriceps.<br />
Fig.3.21 d Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior. Miositis osificante.<br />
222 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
MIOSITIS<br />
Fig.3.22 a CL que muestra inversión de la ecoestructura muscular<br />
normal.<br />
Fig.3.22 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.3.22 c CT que muestra inversión de la ecoestructura muscular<br />
normal.<br />
Fig.3.22 d Vista de acercamiento <strong>del</strong> caso anterior. Miositis.<br />
Fig.3.22 e CL en una miositis. Desorganización de la ecoestructura<br />
muscular normal.<br />
Fig.3.22 f CL en una miositis. Inversión de la ecoestructura muscular.<br />
Ilustraciones 223
Fig.3.23 a CL se aprecian 2 colecciones intramusculares. Absceso<br />
de la región glútea.<br />
Fig.3.23 b CL. Vista magnificada de uno de los abscesos, con gruesos<br />
tabiques dentro de la cavidad.<br />
Fig.3.24 a CT <strong>del</strong> bíceps braquial con una gruesa colección a su<br />
nivel.<br />
Fig.3.24 b Vista de magnificación <strong>del</strong> caso anterior. Polimiositis.<br />
Fig.3.25 a CT. Gruesa calcificación <strong>del</strong> cuádriceps en una miositis<br />
osificante.<br />
Fig.3.25 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior en que se ven las<br />
calcificaciones (flecha).<br />
224 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.3.25 c Gruesa calcificación secuela de la ruptura <strong>del</strong><br />
cuadríceps (CT).<br />
Fig.3.25 d CL con técnica de SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Miositis<br />
osificante.<br />
SÍNDROME COMPARTIMENTAL<br />
Fig.3.26 a SC en SieScape que muestra un aumento de volumen<br />
<strong>del</strong> sóleo y disminución focal de su ecogenicidad .<br />
Fig.3.26 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior en que se aprecia<br />
mejor las alteraciones descritas.<br />
Fig.3.26 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se muestran<br />
mejor las alteraciones que caracterizan a este síndrome.<br />
Fig.3.26 d CT en SieScape vecino al anterior con inversión de la<br />
ecogenicidad muscular por síndrome compartimental.<br />
Ilustraciones 225
Fig.3.27 CL comparativo, donde se observa un síndrome compartimental <strong>del</strong> músculo tibial anterior izquierdo (septum fibroadiposos<br />
hiperecoicos y engrosamiento <strong>del</strong> músculo).<br />
Fig.3.28 CL donde se observa un síndrome compartimental <strong>del</strong> gemelo medial caracterizado por engrosamiento de la membrana<br />
musculoaponeurótica (x).<br />
226 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4a Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> pie con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.4 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />
(entre flechas) al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />
Fig.4.c Estudio ecográfico en CL de esa región posterior <strong>del</strong> tobillo<br />
donde se visualiza (entre flechas) la inserción<br />
fibrocartilaginosa <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />
Fig.4.d Estudio ecográfico en CL y con técnica de extendido de la<br />
región posterior <strong>del</strong> tobillo donde se visualiza (entre flechas)<br />
todo el tendón de Aquiles y su inserción<br />
fibrocartilaginosa.<br />
ASPECTO NORMAL<br />
Fig.4.1 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve al<br />
tendón <strong>del</strong> SE, hipoecoico, que se inserta en el troquin.<br />
Fig.4.1 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se abarca<br />
una mayor extensión de las estructuras anatómicas<br />
músculotendinosas <strong>del</strong> hombro.<br />
Ilustraciones 227
Fig.4.2 a CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro donde se ve al tendón<br />
<strong>del</strong> Se, hipoecoico, de forma triangular.<br />
Fig.4.2 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se visualiza<br />
el tendón insertándose en el troquiter.<br />
Fig.4.3 a CT posteroinferior <strong>del</strong> hombro donde se visualizan a los<br />
tendones <strong>del</strong> Ie y Rm, los que se insertan en el troquiter.<br />
Fig.4.3 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven aún<br />
mejor estas estructuras.<br />
Fig.4.4 a CL de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve al<br />
tendón de la PLB, con un aspecto fibrilar y rodeado de<br />
una línea ecogénica que corresponde con su vaina sinovial<br />
(flecha).<br />
Fig.4.4 b Vista en SieScape donde se aprecia la unión<br />
musculotendinosa de la PLB.<br />
228 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.5 CL de la región anterior de la rodilla en un niño de 3 años<br />
de edad. Nótese que la patela aún no está osificada. Se<br />
definen bien las inserciones tendinosas <strong>del</strong> cuádriceps y<br />
<strong>del</strong> patelar.<br />
Fig.4.6 CL de la región suprapatelar donde se observa al tendón<br />
<strong>del</strong> cuádriceps normal y su inserción en la patela. Véase<br />
su aspecto fibrilar y su relativa baja ecogenicidad.<br />
Fig.4.7 a CL <strong>del</strong> tendón patelar. Véase su aspecto fibrilar normal.<br />
Fig.4.7 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se visualiza<br />
al tendón patelar en toda su extensión.<br />
Fig.4.8 a CT a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> tobillo. Se observan<br />
ambos tendones peroneos (T) como sendos nódulos<br />
ecogénicos, rodeados de un fino halo de baja ecogenicidad<br />
que corresponde con líquido sinovial.<br />
Fig.4.8 b CL <strong>del</strong> mismo paciente con estudio de la cara medial<br />
<strong>del</strong> tobillo donde se define al tendón <strong>del</strong> flexor propio<br />
<strong>del</strong> 1er. dedo. Nótese su aspecto fibrilar normal.<br />
Ilustraciones 229
TENDINOPATÍAS INFLAMATORIAS<br />
Fig.4.9 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se observan todos<br />
los tendones que cursan por este canal rodeados de líquido<br />
sinovial.<br />
Fig.4.9 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente en que se seleccionaron 2 de<br />
los tendones donde se demuestra, aún mejor, las lesiones.<br />
Fig.4.10 a CT en SieScape en la cara palmar de la mano que<br />
muestra signos de tenosinovitis <strong>del</strong> flexor profundo <strong>del</strong><br />
4to. dedo.<br />
Fig.4.10 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente a nivel <strong>del</strong> 4to. dedo donde<br />
se demuestra, aún mejor, lo anteriormente descrito.<br />
Fig.4.11 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se demuestra la<br />
presencia de moderados signos de tenosinovitis.<br />
Fig.4.11 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se define a uno<br />
de estos tendones. Nótese que se visualiza la distensión de<br />
la vaina con material ecogénico en su interior (flecha).<br />
230 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.12 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> primer dedo. Polea A1.<br />
Tenosinovitis estenosante <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> pulgar.<br />
Fig.4.12 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> primer dedo <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.4.13 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano<br />
derecha. Tenosinovitis.<br />
Fig.4.13 b CT distal a la articulación MCF <strong>del</strong> 3er. dedo de la<br />
mano derecha <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.4.13 c Doppler color <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.4.13 d Doppler color <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Ilustraciones 231
Fig.4.14 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />
un engrosamiento en la inserción de los tendones<br />
epitrocleares (T), con aumento de su ecogenicidad.<br />
Fig.4.14 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se logra definir<br />
mejor al tendón engrosado y ecogénico, con gruesa<br />
calcificación.<br />
Fig.4.14.c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.4.14 d CL en 3D <strong>del</strong> paciente anterior, donde se demuestra<br />
aún mejor todo lo descrito.<br />
Fig.4.15 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />
engrosamiento y ecogenicidad mixta <strong>del</strong> tendón común<br />
de los extensores <strong>del</strong> carpo (T) por proceso inflamatorio<br />
crónico agudizado.<br />
Fig.4.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde, además de<br />
todo lo descrito, se demuestra la presencia de una calcificación<br />
en proyección de la inserción tendinosa (flechas).<br />
232 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.16 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo de otro paciente con<br />
cuadro ecográfico similar al descrito en el paciente anterior.<br />
Fig.4.16 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />
mejor todo el tendón y sus alteraciones (flechas).<br />
Fig.4.17 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se demuestra<br />
la distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />
Fig.4.17 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde además se<br />
pone de manifiesto toda la relación anatómica <strong>del</strong> tendón<br />
de la PLB con las estructuras vecinas.<br />
Fig.4.18 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro con signos de<br />
tenosinovitis de la PLB.<br />
Fig.4.18 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra la<br />
distensión de la vaina sinovial, con engrosamiento de sus<br />
paredes (flechas) .<br />
Ilustraciones 233
Fig.4.19 a CT selectivo de la PLB a nivel de la región anterosuperior<br />
<strong>del</strong> brazo. Se definen signos importantes de<br />
tenosinovitis crónica con engrosamiento de las paredes<br />
de la bursa(x).<br />
Fig.4.19 b CL <strong>del</strong> paciente anterior donde se corrobora lo anteriormente<br />
descrito.<br />
Fig.4.20 a CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis<br />
crónica (flecha) de la PLB.<br />
Fig.4.20 b CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis<br />
crónica de la PLB, La flecha señala la gran proliferación<br />
sinovial.<br />
Fig.4.21 a CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> hombro que muestra<br />
moderado engrosamiento <strong>del</strong> tendón de la PLB y<br />
distensión de su vaina con abundante material espeso<br />
en su interior.<br />
Fig.4.21 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />
mejor lo descrito anteriormente.<br />
234 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.22 a CT a nivel de la región posteromedial <strong>del</strong> muslo donde<br />
se definen las estructuras tendinosas que forman el tendón<br />
<strong>del</strong> pie anserino rodeadas de un halo hipoecoico por<br />
la vaina sinovial distendida.<br />
Fig.4.22 b CL a nivel de uno de los tendones <strong>del</strong> pie anserino<br />
donde se demuestra la moderada distensión de su vaina<br />
sinovial con material ecogénico en su interior.<br />
Fig.4.23 a CL infrapatelar donde se ve al tendón patelar difusamente<br />
engrosado, a predominio de su mitad proximal,<br />
con disminución de su ecogenicidad.<br />
Fig.4.23 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa<br />
al tendón patelar en toda su longitud, así como un área<br />
de fibrosis próximo al origen <strong>del</strong> mismo (flecha)..<br />
Fig.4.24 CL en la región posterior <strong>del</strong> tobillo. Tenosinovitis crónica <strong>del</strong><br />
tibial posterior, con proliferación de las vellosidades sinoviales.<br />
Ilustraciones 235
Fig.4.25 a CL de la cara medial <strong>del</strong> tobillo donde se definen signos<br />
de tenosinovitis <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior.<br />
Fig.4.25 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />
mejor lo descrito anteriormente.<br />
Fig.4.26 a CT de la cara lateral <strong>del</strong> tobillo donde se visualizan<br />
ambos tendones peroneos engrosados y con distensión<br />
de su vaina sinovial.<br />
Fig.4.26 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se evidencia mejor lo<br />
descrito anteriormente en el tendón <strong>del</strong> peroneo largo.<br />
TENDINOPATÍAS DEGENERATIVAS<br />
Fig.4.27 a CL de la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo de la mano con<br />
signos de una tenosinovitis crónica <strong>del</strong> flexor profundo,<br />
con gran distensión de su vaina sinovial y abundante<br />
contenido de material sólido.<br />
Fig.4.27 b CL en SieScape donde se ve aún mejor lo descrito anteriormente.<br />
La flecha señala la distensión crónica de la<br />
vaina sinovial.<br />
236 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.28 CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro donde se observan cambios<br />
en la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se por lesión antigua<br />
(flechas).<br />
Fig.4.29 CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro, con acentuados cambios<br />
en la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se y presencia de una<br />
gruesa calcificación (flecha), asociado a ligera distensión<br />
de la bursa subacromial.<br />
Fig.4.30 a CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro con pobre definición<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se, que se muestra muy ecogénico y con<br />
presencia de 2 gruesas calcificaciones (flechas).<br />
Fig.4.30 b CT posteroinferior <strong>del</strong> mismo paciente, con alteraciones<br />
similares en el tendón <strong>del</strong> Rm, el que muestra una<br />
gruesa calcificación en su inserción (flecha).<br />
Fig.4.31 a CL a nivel de la cara lateral de la cadera donde se<br />
observa engrosamiento con alteración de la ecogenicidad<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo medio (flechas).<br />
Fig.4.31 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se observan aún mejor<br />
las lesiones.<br />
Ilustraciones 237
Fig.4.32 a CL suprapatelar donde se observa la presencia de un<br />
área ecogénica en la inserción <strong>del</strong> cuadríceps sugestiva<br />
de una zona de fibrosis (flecha).<br />
Fig.4.32 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se definen aún<br />
mejor las alteraciones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuadríceps ya descritas.<br />
Fig.4.33 a CL a nivel <strong>del</strong> borde posterior <strong>del</strong> tobillo donde se<br />
observa engrosamiento <strong>del</strong> tendón de Aquiles por presencia<br />
de xantomas.<br />
Fig.4.33 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente, en que se define mejor la<br />
lesión xantomatosa.<br />
RUPTURAS TENDINOSAS<br />
Fig.4.34 a CL en la cara dorsal, <strong>del</strong> metacarpo donde se aprecia<br />
engrosamiento <strong>del</strong> tendón extensor <strong>del</strong> 1er. dedo, con<br />
retracción de sus haces por sección traumática. La vaina<br />
sinovial está distendida con presencia de material<br />
ecogénico en su interior.<br />
Fig.4.34 b CL a nivel metacarpiano algo más proximal que el<br />
anterior, demostrándose ausencia <strong>del</strong> tendón en el interior<br />
de su vaina.<br />
238 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.34 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa<br />
el arrollamiento proximal <strong>del</strong> tendón (flecha).<br />
Fig.4.34 d Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.4.34 e CT <strong>del</strong> 1er. metacarpiano <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />
hay ausencia <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor propio de este dedo<br />
en el interior de su vaina.<br />
Fig.4.34 f CL en 3D donde se ve mejor la ruptura tendinosa total<br />
y la vaina distendida con abundante material espeso en<br />
su interior.<br />
Fig.4.35 a CT a distintos niveles <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong><br />
carpo. En los cortes 1 y 2 se ve al tendón en el interior de<br />
su vaina; en el corte 3 el tendón está ausente y en el<br />
corte 4 se observa el cabo distal retraído, por una ruptura<br />
total.<br />
Fig.4.35 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se comprueba<br />
la ruptura total <strong>del</strong> tendón antes descrita (flecha).<br />
Ilustraciones 239
Fig.4.36 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observan<br />
signos de desgarro parcial en el origen <strong>del</strong> tendón<br />
común <strong>del</strong> extensor <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.4.36 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente observándose al<br />
tendón en toda su longitud.<br />
Fig.4.37 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo. Se observa desinserción<br />
humeral <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.4.37 b Otra vista similar a la anterior <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Nótese la presencia de colección líquida (sangre) asociada<br />
a la retracción tendinosa (flechas).<br />
Fig.4.38 a CT comparativo de la región anterior de ambos hombros<br />
observándose la ausencia <strong>del</strong> tendón de la PLB <strong>del</strong><br />
interior de la corredera bicipital en la imagen de la derecha<br />
por ruptura completa <strong>del</strong> tendón. El lado opuesto<br />
es normal.<br />
Fig.4.38 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa material<br />
ecogénico dentro de la corredera, posiblemente en relación<br />
con la presencia de sangre o tejido de granulación,<br />
sin que se observe al tendón de la PLB.<br />
240 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.39 a CT a nivel posteroexterno <strong>del</strong> hombro. Se define un<br />
área de ecogenicidad mixta por ruptura parcial<br />
(intrasustancia) de la inserción <strong>del</strong> Se. La bursa<br />
subacromial (b) está distendida.<br />
Fig.4.39 b Otra vista de la región posteroexterna <strong>del</strong> hombro<br />
donde se observan signos de ruptura parcial extensa <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> Se (flechas). La bursa subacromial (b) muestra<br />
sus paredes engrosadas.<br />
Fig.4.39 c CT en SieScape de la región posteroexterna <strong>del</strong> hombro.<br />
Nótese el aplanamiento <strong>del</strong> borde superficial <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> Se, por desgarro parcial antiguo. El tendón<br />
muestra áreas ecogénicas en su interior.<br />
Fig.4.39 d CT en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven mejor las<br />
lesiones antiguas (intrasustancia) <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flechas).<br />
Fig.4.40 a CL de la región infrapatelar con signos de ruptura<br />
parcial <strong>del</strong> tendón patelar y presencia de una colección<br />
líquida vecina (flechas).<br />
Fig.4.40 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso donde, además, se<br />
visualiza al tendón en toda su longitud.<br />
Ilustraciones 241
Fig.4.41 a CL suprapatelar donde se observa ruptura total <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> cuadríceps. Hay distensión de la bursa<br />
suprapatelar con múltiples tabiques internos (flechas).<br />
Fig.4.41 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso donde de ve aún mejor<br />
lo descrito anteriormente (flechas).<br />
Fig.4.42 a CL en SieScape suprapatelar con signos de ruptura<br />
total <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuadríceps.<br />
Fig.4.42 b CL en SieScape de la región infrapatelar <strong>del</strong> mismo<br />
paciente donde se demuestra el arrollamiento <strong>del</strong> tendón<br />
patelar por ruptura <strong>del</strong> tendón cuadricipital.<br />
Fig.4.43 a CT infrapatelar donde se demuestra la presencia de<br />
un área hipoecoica en relación con una colección por<br />
ruptura parcial <strong>del</strong> tendón patelar.<br />
Fig.4.43 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra lo descrito<br />
anteriormente.<br />
242 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.4.43 c CL en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se ve aún<br />
mejor todo el tendón patelar y su ruptura.<br />
Fig.4.43 d CL en SieScape de la región infrapatelar donde se<br />
observan signos de engrosamiento <strong>del</strong> tercio proximal<br />
<strong>del</strong> tendón patelar por desgarro parcial intrasustancia.<br />
Fig.4.44 a CL a nivel de la región dorsal <strong>del</strong> 5to. dedo <strong>del</strong> pie<br />
donde se observa ruptura y retracción hacia arriba <strong>del</strong><br />
tendón extensor profundo, asociado a una colección líquida<br />
por <strong>del</strong>ante.<br />
Fig.4.44 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra<br />
todo lo anteriormente descrito (flecha).<br />
Fig.4.45 a CL <strong>del</strong> tendón de Aquiles, donde se ve engrosamiento<br />
marcado <strong>del</strong> mismo con gruesas calcificaciones<br />
intrasustancia.<br />
Fig.4.45 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde hay una<br />
mejor visualización de la lesión.<br />
Ilustraciones 243
Fig.5 a Vista anatómica de la región medial de la rodilla con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.5 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />
el complejo cápsulo ligamentoso medial (*).<br />
ASPECTO NORMAL<br />
Fig.5.1 CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se<br />
visualiza el ligamento humeral transverso a nivel de la<br />
corredera bicipital.<br />
Fig.5.2 CL a nivel de la cara lateral de la rodilla donde se ve el<br />
ligamento colateral peroneo.<br />
Fig.5.3 a CT a nivel <strong>del</strong> carpo donde se ve el ligamento transverso<br />
normal (flecha).<br />
Fig.5.3 b CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el ligamento<br />
transverso de aspecto normal (+).<br />
244 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
LESIONES LIGAMENTARIAS<br />
Fig.5.4 a CL en el hombro donde se observa un engrosamiento<br />
<strong>del</strong> ligamento coracoacromial asociado con distensión de<br />
la bursa subacromial. Hombro de choque.<br />
Fig.5.4 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor el<br />
ligamento engrosado (flechas).<br />
Fig.5.5 a CL a nivel de la cara lateral de la rodilla donde se ve el<br />
ligamento colateral con un área hipoecoica en su inserción<br />
distal, por desgarro (flecha).<br />
Fig.5.5 b CL <strong>del</strong> retináculo lateral de la rodilla donde se observa<br />
un área hipoecoica cercana a la patela por desgarro parcial<br />
(flechas).<br />
Fig.5.5 c Vista en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se ve aún<br />
mejor la lesión <strong>del</strong> retináculo (flecha) y su relación con<br />
la bursa suprapatelar distendida.<br />
Fig.5.5 d Vista en 3D <strong>del</strong> mismo paciente en que se demuestra<br />
distensión de la bursa y ruptura <strong>del</strong> retináculo (flechas).<br />
Ilustraciones 245
Fig.5.6 CL <strong>del</strong> retináculo medial de la rótula donde se observa<br />
retracción <strong>del</strong> mismo por ruptura total (flechas).<br />
Fig.5.7 CL <strong>del</strong> ligamento colateral peroneo con ruptura parcial<br />
de sus haces en su porción distal (flechas).<br />
Fig.5.8 a CT en que se aprecia engrosamiento <strong>del</strong> complejo<br />
capsuloligamentoso medial de la rodilla (flechas).<br />
Fig.5.8 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Ruptura parcial cápsula-ligamentosa.<br />
Fig.5.9 a CL <strong>del</strong> ligamento colateral medial de la rodilla donde se<br />
observa una calcificación en su origen (flechas) por lesión<br />
crónica <strong>del</strong> mismo.<br />
Fig.5.9 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve aún<br />
mejor la lesión crónica calcificada (flechas).<br />
246 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.5.10 a CL <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso medial de la rodilla<br />
donde se observa una lesión de su componente profundo<br />
(Lig. menisco-femoral).<br />
Fig.510 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. Se visualiza aún<br />
mejor la lesión <strong>del</strong> ligamento menisco-femoral (flecha).<br />
Fig.5.11 a CL. Ruptura <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior,<br />
con una gruesa calcificación.<br />
Fig.5.11 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza<br />
mejor la calcificación (flecha) <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino<br />
anterior.<br />
Fig.5.12 a CL Ruptura parcial (flecha) <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino<br />
anterior con un hematoma.<br />
Fig.5.12 b CT Ruptura total <strong>del</strong> ligamento peroneo-astragalino<br />
anterior con un arrancamiento óseo (flecha) y hematoma<br />
asociado (+).<br />
Ilustraciones 247
Fig.5.13 CL Estudio comparativo. Distensión <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior derecho. El lado izquierdo es normal.<br />
Fig.6. a Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> muslo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.6.b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />
(entre flechas) al nervio ciático.<br />
ASPECTO NORMAL<br />
Fig.6.1 a CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se ve al nervio<br />
cubital (+) inmediatamente por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />
transverso en íntimo contacto con la arteria <strong>del</strong> mismo<br />
nombre (flecha).<br />
Fig.6.2 a CL <strong>del</strong> nervio ciático. Nótese su aspecto fibrilar normal.<br />
248 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.6.2 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. (flechas)<br />
Fig.6.2 c CT <strong>del</strong> mismo paciente (flecha).<br />
LESIONES INFLAMATORIAS<br />
Fig.6.3 a CL <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio mediano con pérdida<br />
de su ecoestructura normal y contornos mal definidos (+).<br />
Fig.6.3 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso (flecha).<br />
Fig.6. 4 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Nervio mediano<br />
normal.<br />
Fig.6.4 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> lado contralateral.<br />
Aplanamiento <strong>del</strong> nervio mediano por engrosamiento <strong>del</strong><br />
ligamento transverso.<br />
Ilustraciones 249
ATRAPAMIENTO NERVIOSO<br />
Fig.6.5 a CT a nivel <strong>del</strong> carpo donde se ve el engrosamiento <strong>del</strong><br />
ligamento transverso (flecha) y la deformidad que le<br />
produce al nervio mediano.<br />
Fig.6.5 b CT por encima <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio<br />
mediano (flecha) englobado parcialmente por una masa<br />
hipoecoica en relación con tejido de granulación.<br />
Fig.6.5 c Otra vista transversal <strong>del</strong> paciente anterior.<br />
Fig.6.5 d Fig.6. Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.6.5 e CL por encima <strong>del</strong> canal carpiano donde se ve al nervio<br />
mediano mal definido y englobado por un área hipoecoica<br />
(flechas).<br />
Fig.6.5 f Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
250 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.6.6 a CL a nivel <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio<br />
mediano mal definido (flecha) con aumento de su<br />
ecogenicidad, después <strong>del</strong> tratamiento quirúrgico.<br />
Fig.6.6 b CL <strong>del</strong> caso anterior ligeramente mas distal.<br />
TUMORES<br />
Fig.6.7 a CL a nivel de la región posterior y tercio distal de la<br />
pierna. Neuroma <strong>del</strong> tibial posterior.<br />
Fig.6.7 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.6.8 a CL a nivel <strong>del</strong> borde medial <strong>del</strong> pie donde se ve una<br />
lesión nodular hipoecoica en proyección <strong>del</strong> nervio plantar<br />
medial.<br />
Fig.6.8 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Ilustraciones 251
Fig.6.8 c CL en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior. Neuroma plantar.<br />
HOMBRO NORMAL<br />
Fig.7.1 a.CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro. Se ve al tendón<br />
<strong>del</strong> SE.<br />
Fig.7.1 b CT de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro, con visualización<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.7.1 c Otra vista <strong>del</strong> caso anterior donde se ve la bursa<br />
subacromial (flecha).<br />
Fig.7.1 d CT por debajo <strong>del</strong> anterior en que se ven los tendones<br />
<strong>del</strong> Ie y Rm.<br />
252 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CODO NORMAL<br />
Fig.7.2 a CL en la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se define al hueso<br />
subcondral de los extremos óseos de la articulación e<br />
inmediatamente por <strong>del</strong>ante de los mismos una fina banda<br />
hipoecoica que corresponde al cartílago articular.<br />
Entre el cartílago y el bíceps braquial se ve al tendón<br />
epicodíleo, de mayor ecogenicidad.<br />
Fig.7.2 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente en la cara radial <strong>del</strong> codo<br />
en que se define mejor el bíceps braquial.<br />
Fig.7.2 c CT a nivel de la fosa olecraneana <strong>del</strong> codo donde se<br />
define al cartílago articular como una fina banda<br />
hipoecoica vecina al hueso subcondral.<br />
Fig.7.2 d CT en la región anterior <strong>del</strong> codo donde se ven las estructuras<br />
musculares de la región y al cartílago articular.<br />
Fig.7.2 e CL en SieScape en la cara cubital de la articulación<br />
donde se visualizan los músculos pronador redondo<br />
braquial anterior, así como a la cortical de las extremidades<br />
óseas de la articulación.<br />
Fig.7.2 f CL en SieScape en la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se ven<br />
a los músculos braquiorradial, bíceps braquial, así como<br />
a la cortical de los huesos que forman la articulación.<br />
Ilustraciones 253
MANO Y MUÑECA NORNALES<br />
Fig.7.3 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el ligamento<br />
transverso (flechas) y por detrás algunos de los<br />
flexores <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.7.3 b Otra vista similar <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.7.3 c CL a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el nervio<br />
mediano.<br />
Fig.7.3 d CL más proximal, <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.7.3 e CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observan el<br />
nervio y la arteria cubital (flechas)<br />
Fig.7.3 f CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el nervio<br />
cubital (flecha), por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor (+).<br />
254 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.7.3 g CL a nivel de la muñeca donde se define el fibrocartílago<br />
triangular interpuesto entre el cúbito y el piramidal<br />
(flecha), por detrás <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.7.3 h Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />
el fibrocartílago triangular (flecha).<br />
CADERA NORMAL<br />
Fig.7.4 a CL en región anterior de la cadera de un niño donde se<br />
ve el grueso cartílago y la línea de crecimiento.<br />
Fig.7.4 b CL en la cadera de un adulto donde se ve el cartílago y<br />
la ecogenicidad de la cortical vecina.<br />
Fig.7.4 c CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve la porción anterior<br />
<strong>del</strong> labrum acetabular (flecha).<br />
Fig.7.4 d CT <strong>del</strong> mismo caso, para visualizar el labrum (flecha).<br />
Ilustraciones 255
RODILLA NORMAL<br />
Fig.7.5 a CL en la región anterior de la rodilla de un niño donde<br />
se ve la patela y sus tendones vecinos y por detrás la<br />
tróclea femoral con su cartílago.<br />
Fig.7.5 b CL de la región suprapatelar de un adulto, donde se ve<br />
la inserción <strong>del</strong> cuadríceps y por detrás la grasa de la<br />
región.<br />
Fig.7.5 c CL infrapatelar en que se observa al tendón patelar y<br />
por detrás a la grasa de Hoffa.<br />
Fig.7.5 d CT de la región infrapatelar en que se visualiza al cartílago<br />
intercondíleo.<br />
Fig.7.5 e CL en SieScape <strong>del</strong> tendón patelar <strong>del</strong> mismo caso que<br />
se visualiza en toda su extensión.<br />
Fig.7.5 f CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, pero estudiando la<br />
rodilla opuesta para realizar mediciones comparativas.<br />
256 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TOBILLO Y PIE NORMALES<br />
Fig.7.6 a CL en SieScape de la región anterior <strong>del</strong> tobillo, para<br />
visualizar al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />
Fig.7.6 b CT <strong>del</strong> mismo caso. Se visualizan los tendones <strong>del</strong> tibial<br />
anterior y <strong>del</strong> extensor común de los dedos.<br />
Fig.7.6 c CL en la región anterior <strong>del</strong> tobillo a nivel de uno de los<br />
tendones extensores.<br />
Fig.7.6 d CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> tobillo para visualizar<br />
los tendones extensores <strong>del</strong> pie.<br />
Fig.7.6 e CT en la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Otra vista de los<br />
tendones extensores <strong>del</strong> pie.<br />
Fig.7.6 f CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. Se obtiene una visualización<br />
panorámica de los tendones.<br />
Ilustraciones 257
Fig.7.6 g CL .en la región posterior <strong>del</strong> tobillo, para el estudio<br />
<strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />
Fig.7.6 h CT <strong>del</strong> caso anterior, a nivel <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />
Fig.7.6 i CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior a nivel de la unión<br />
musculotendinosa <strong>del</strong> Aquiles.<br />
Fig.7.6 j CL más distal, en SieScape, <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.7.6 k CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> tercio distal<br />
de la pierna y tobillo para visualizar al músculo tríceps<br />
sural y su tendón.<br />
Fig.7.6 l Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se visualizan<br />
mejor estas estructuras.<br />
258 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />
Bursas<br />
A B A B<br />
Fig.7.7 CT suprapatelar en SieScape. Distensión de la bursa (B).<br />
Esquema (A).<br />
Fig.7.8 CL infrapatelar en SieScape. Bursitis prepatelar (B). Esquema<br />
(A).<br />
A B<br />
Fig.7.9 CT en SieScape de la región poplítea. Quiste de Baker<br />
(B). Esquema (A).<br />
Fig.7.10 CL comparativos en región aquiliana. Bursitis preaquiliana<br />
bilateral.<br />
Fig.7. 11 a CL de la región pre-patelar. Bursitis gotosa.<br />
Fig.7.11 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza mejor la<br />
bursitis.<br />
Ilustraciones 259
Fig.7.12 a CT en SieScape de la región poplítea. Calcificación en<br />
un quiste de Baker.<br />
Fig.7.12 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, en que se visualizan<br />
mejor las calcificaciones (flechas).<br />
Fig.7.13 a CL de la región aquiliana. Bursitis crónica.<br />
Fig.7.13 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.7.14 CL en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tendinitis crónica<br />
de la PLB. Bursitis sub<strong>del</strong>toidea crónica.<br />
Fig.7.15 CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Bursitis crónica<br />
calcificada.<br />
260 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
A B A B<br />
Fig.7.16 CL infrapatelar. Bursitis crónica prepatelar (B). Esquema<br />
(A).<br />
Fig.7.17 CT suprapatelar en SieScape. Derrame articular y<br />
sinovitis crónica (A). Esquema (B).<br />
Fig.7.18 a CT suprapatelar. Bursitis crónica.<br />
Fig.7.18 b CL compuesto <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la proliferación<br />
sinovial.<br />
Fig.7.18 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.7.19 CC en 3D de la cadera. Sinovitis crónica con proliferación<br />
sinovial.<br />
Ilustraciones 261
Fig.7.20 a CT en SieScape en la región anterior <strong>del</strong> hombro.<br />
Bursitis.<br />
Fig.7.20 b CT en SieScape en la región posterolateral <strong>del</strong> hombro<br />
<strong>del</strong> mismo paciente. Bursitis.<br />
ALTERACIONES SINOVIALES<br />
Fig.7.21 CL <strong>del</strong> compartimento medial de la rodilla. Sinovitis<br />
Fig.7.22 CT <strong>del</strong> carpo. Sinovitis.<br />
Fig.7.23 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Proliferación sinovial<br />
sin derrame articular.<br />
Fig.7.23 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, con mejor visualización<br />
de la lesión sinovial.<br />
262 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.7.24 CL en SieScape que muestra osteofitos en una<br />
osteoartritis de la rodilla.<br />
Fig.7.25 CT comparativo en región infrapatelar. Engrosamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago con destrucción <strong>del</strong> hueso subcondral derecho.<br />
LESIONES CARTILAGINOSAS<br />
Fig.7.26 CL a nivel <strong>del</strong> compartimento posteromedial de la rodilla.<br />
Lesión meniscal. (flechas)<br />
Fig.7.27 CL a nivel <strong>del</strong> compartimento posterolateral de la rodilla.<br />
Lesión meniscal profunda (flechas).<br />
Fig.7.28 a CL en el compartimento medial de la rodilla donde se<br />
sospecha un quiste parameniscal.<br />
Fig.7.28 b CL en SieScape <strong>del</strong> compartimento medial de la rodilla<br />
<strong>del</strong> mismo paciente donde se confirma el quiste<br />
parameniscal.<br />
Ilustraciones 263
Fig.7.29 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Lesión <strong>del</strong><br />
fibrocartílago triangular (flecha)<br />
Fig.7.29 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo, comparativa, <strong>del</strong> mismo<br />
caso.<br />
PLICAS<br />
Fig.7.30 CLO en región infrapatelar. Plica sinovial (flecha) sin<br />
signos inflamatorios.<br />
Fig.7.31 CLO infrapatelar de ambas rodillas. Gran engrosamiento<br />
de la plica medio-patelar izquierda con afinamiento <strong>del</strong><br />
cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
CARTÍLAGO ÓSEO<br />
Fig.7.32 CT en SieScape en región infrapatelar derecha. Afinamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago articular hacia el cóndilo medial.<br />
Fig.7.33 CT comparativo en región infrapatelar. Afinamiento <strong>del</strong><br />
cartílago articular <strong>del</strong> cóndilo lateral derecho.<br />
264 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CUERPOS LIBRES<br />
Fig.7.34 a CT en SieScape en región suprapatelar. Presencia de<br />
cuerpos libres intraarticulares (flechas).<br />
Fig.7.34 b CT en SieScape en región suprapatelar <strong>del</strong> mismo paciente<br />
(B). Esquema (A).<br />
Fig.7.35 a CT parapatelar medial. Cuerpo libre intraarticular<br />
(flecha)<br />
Fig.7.35 b CL suprapatelar <strong>del</strong> mismo caso. Cuerpos libres<br />
intraarticulares.<br />
Fig.7.36 CL en el compartimento medial de la rodilla. Cuerpo<br />
libre intraarticular (flechas)<br />
Fig.7.37 CL en región suprapatelar. Cuerpos libres<br />
intraarticulares (flechas).<br />
Ilustraciones 265
Fig.7.38 CL en el compartimiento medial de la rodilla. Masa compleja<br />
intraarticular.<br />
Fig.7.39 CL en SieScape en el compartimiento medial de la rodilla.<br />
Cuerpo libre intraarticular.<br />
Fig.7.40 CL en SieScape en región infrapatelar. Cuerpos libres<br />
intraarticulares (flechas)<br />
Fig.7.41 CL en compartimiento lateral de las rodillas. Masa compleja<br />
intraarticular.<br />
TUMORES<br />
Fig.7.42 a CT en región infrapatelar. Masa intraarticular.<br />
Fig.7.42 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se define mejor<br />
la lesión.<br />
266 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.7.43 a CL en el compartimiento lateral de la rodilla. Masa<br />
compleja intraarticular.<br />
Fig7.43 b CT infrapatelar a nivel de la meseta tibial <strong>del</strong> mismo<br />
caso.<br />
MASAS EXTRAARTICULARES<br />
Fig.7.44 CL en región lumbosacra. Gran masa tumoral que produce<br />
invasión a las estructuras óseas vecinas.<br />
Fig.7.45 CL en la región posterior <strong>del</strong> brazo. Tumor óseo con<br />
crecimiento extraóseo e invasión a los planos musculares<br />
vecinos (flechas).<br />
LESIONES DE LOS TENDONES<br />
Fig.7.46 CL en la cara anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis crónica<br />
de la PLB.<br />
Fig.7.47 CL en región suprapatelar. Calcificaciones en la inserción<br />
<strong>del</strong> cuádriceps (flechas).<br />
Ilustraciones 267
Fig.7.48 a CL en la cara dorsal y radial <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong> antebrazo.<br />
Ganglión quístico <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> pulgar.<br />
Fig.7.48 b CL en la cara dorsal y radial <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong> antebrazo<br />
<strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.7.49 a CL en cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano. Ganglión<br />
quístico articular.<br />
Fig.7.49 b CL <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza mejor la situación<br />
<strong>del</strong> ganglión.<br />
Fig.7.49 c CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.7.50 CL en la cara dorsal <strong>del</strong> carpo. Ganglión quístico articular.<br />
268 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.7.51 CL suprapatelar. Insercionitis ligera (flechas)<br />
Fig.7.52 CL infrapatelar. Insercionitis proximal.<br />
LESIONES DE LOS LIGAMENTOS<br />
Fig.7.53 CT en la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Engrosamiento <strong>del</strong> ligamento<br />
transverso (flechas).<br />
Fig.7.54 CT a nivel de la región superior <strong>del</strong> hombro.<br />
Deshilachamiento <strong>del</strong> ligamento coracoacromial en su<br />
mital distal (flechas).<br />
Fig.7.55 a CL compuesto <strong>del</strong> compartimiento medial de la rodilla.<br />
Engrosamiento y desgarro parcial <strong>del</strong> complejo<br />
capsuloligamentoso (flechas).<br />
Fig.7.55 b CL compuesto <strong>del</strong> mismo caso. Calcificación <strong>del</strong> extremo<br />
proximal <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso.<br />
Ilustraciones 269
LESIONES ÓSEAS<br />
Fig.8.1 a CL a nivel <strong>del</strong> tercio medio de la tibia. Engrosamiento<br />
cortical por periostitis en un maratonista (flecha).<br />
Fig.8.1 b CT <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza mejor la zona de<br />
periostitis (flecha).<br />
Fig.8.2 CL comparativo a nivel de las espinas ilíacas<br />
anterosuperior. Solución de continuidad e irregularidad<br />
por fractura en el lado izquierdo (flecha).<br />
Fig.8.3 CL con técnica de SieScape a nivel <strong>del</strong> tercio inferior de<br />
la pierna. Solución de continuidad en la superficie<br />
cortical <strong>del</strong> peroné por fractura (flecha).<br />
Fig.8.4 CL a nivel de la cara dorsal de la muñeca. Interrupción<br />
en la superficie cortical <strong>del</strong> escafoides (flecha).<br />
270 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.8.5 a CL prepatelar. Interrupción en la superficie cortical de<br />
la patela por fractura (flecha).<br />
Fig.8.5 b CT a nivel patelar. Interrupción de la superficie cortical<br />
de la patela por fractura (flecha).<br />
Fig.8.5 c CL prepatelar <strong>del</strong> caso anterior con transductor de 14<br />
MHz. Se ve aun mejor la fractura (flecha).<br />
Fig.8.5 d CC en 3D de la patela <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve aún<br />
mejor el área de fractura.<br />
Fig.8.6 CL a nivel de la muñeca. Fractura <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong><br />
radio, algo desplazada y con escasa colección vecina por<br />
hematoma fracturario (flecha).<br />
Fig.8.7 CL <strong>del</strong> codo de un niño. Fractura por avulsión <strong>del</strong> cóndilo<br />
humeral con escasa colección vecina por hematoma<br />
fracturario (flecha).<br />
Ilustraciones 271
Fig.8.8 CL a nivel de 1/3 distal <strong>del</strong> antebrazo. Fractura <strong>del</strong> radio,<br />
con cavidad seudoartrósica por retardo en la consolidación<br />
(flecha).<br />
Fig.8.9 CL a nivel de la región anterior de la rodilla (meseta tibial).<br />
Presencia de cuerpos extraños metálicos (flechas dobles)<br />
por osteosíntesis a este nivel. Las flechas sencillas señalan<br />
el artefacto en cola de cometa.<br />
Fig.8.10 CL en 1/3 medio de la tibia. Gran colección celular en<br />
íntimo contacto con la superficie cortical, producto de<br />
una fractura con fragmentos óseos (CE) en las partes<br />
blandas.<br />
Fig.8.11 CL en la región lateral de la cadera. Gran colección<br />
celular en íntimo contacto con la superficie cortical <strong>del</strong><br />
coxal, la que se muestra muy irregular. Osteomielitis<br />
(flechas).<br />
Fig.8.12 CT <strong>del</strong> cóndilo femoral medial donde se observa destrucción<br />
<strong>del</strong> hueso subcondral y colección celular asociada.<br />
272 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.8.13 CL en la cara medial y tercio distal <strong>del</strong> muslo de un<br />
niño. Exostosis <strong>del</strong> fémur.<br />
Fig.8.14 CT a nivel <strong>del</strong> muslo con irregularidad de la cortical <strong>del</strong><br />
fémur y participación de las partes blandas vecinas.<br />
Condrosarcoma.<br />
Fig.8.15 a CL en SieScape <strong>del</strong> muslo. Interrupción de la cortical<br />
<strong>del</strong> fémur con engrosamiento <strong>del</strong> periostio por metástasis<br />
a este nivel.<br />
Fig.8.15 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza aun mejor<br />
la lesión.<br />
Fig.8.16 a CT a nivel <strong>del</strong> brazo. Hay pérdida de la cortical <strong>del</strong><br />
húmero con infiltración en las partes blandas vecinas.<br />
Fig.8.16 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la invasión a la<br />
médula ósea. Tumor óseo maligno.<br />
Ilustraciones 273
Fig. 8.17 a CL en SieScape <strong>del</strong> brazo. Irregularidad de la cortical<br />
con extensión a las partes blandas vecinas (flechas).<br />
Fig. 8.17 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso en que se visualizan aun<br />
mejor las lesiones ya reportadas. Metástasis ósea de un<br />
melanoma.<br />
Fig. 8.18 a CL <strong>del</strong> esternón. Hay una lesión tumoral que expande<br />
la cortical <strong>del</strong> esternón.<br />
Fig. 8.18 b CC con Doppler poder <strong>del</strong> mismo caso en que se aprecian<br />
pequeños vasos intratumorales. Plasmocitoma.<br />
Fig. 8.18 c CT a nivel <strong>del</strong> tórax óseo. Se aprecian lesiones<br />
tumorales que interesan el manubrio esternal y porciones<br />
vecinas de las costillas que expanden la cortical.<br />
Fig. 8.18 d CC en 3D <strong>del</strong> mismo caso. en que se visualiza la<br />
lesión osteolítica de la articulación esternocostal.<br />
Plasmocitoma.<br />
274 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TENDÓN DEL BÍCEPS.<br />
Fig. 9a Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> hombro (corredera<br />
bicipital) con el transductor en corte transversal.<br />
Fig. 9b Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
Fig. 9c Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> hombro (corredera<br />
bicipital) con el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig. 9d Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />
TENDÓN DEL SUBESCAPULAR.<br />
Fig. 9e Vista anatómica de la región anteromedial <strong>del</strong> hombro<br />
(inserción <strong>del</strong> SE) con el transductor en corte transversal.<br />
Fig. 9f Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
Ilustraciones 275
TENDÓN DEL SUPRASPINOSO.<br />
Fig. 9g Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro<br />
(Se). Con el transductor en corte transversal, en posición<br />
neutra.<br />
Fig. 9h Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
Fig. 9i Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro,<br />
con extensión y rotación medial <strong>del</strong> brazo (tendón <strong>del</strong><br />
Se) con el transductor en corte transversal<br />
Fig. 9j Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
TENDÓN DEL INFRASPINOSO.<br />
Fig. 9k Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro,<br />
con oblicuidad inferior (tendones <strong>del</strong> Ie y <strong>del</strong> rmn) con<br />
el transductor en corte transversal, en posición neutra.<br />
Fig. 9l Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
276 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TENDÓN DEL REDONDO MENOR.<br />
Fig. 9m Vista anatómica de la región posterolateral con oblicuidad<br />
inferior <strong>del</strong> hombro, con flexión y rotación medial<br />
<strong>del</strong> brazo, con el transductor en corte transversal.<br />
Fig. 9n Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
HOMBRO NORMAL<br />
Fig.9.1 a CT en vista anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> subescapular (SE).<br />
Fig.9.1 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.9.1 c CT en vista anterior. Corredera bicipital con el tendón<br />
de la porción larga <strong>del</strong> bíceps (flecha).<br />
Fig.9.1 d Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />
la corredera bicipital (flecha).<br />
Ilustraciones 277
Fig.9.1 e CL a nivel de la corredera bicipital. Tendón de la porción<br />
larga <strong>del</strong> bíceps (flecha).<br />
Fig.9.1 f CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, con una visión más<br />
completa <strong>del</strong> caso anterior (flecha).<br />
Fig.9.1 g Vista posterior. CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> supraespinoso.<br />
Fig.9.1 h Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.9.1 i CSO de los tendones <strong>del</strong> infraespinoso y redondo menor.<br />
Fig.9.1 j Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
278 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
TENDINOPATÍAS<br />
Fig.9.2 a CT. Tenosinovitis de la PLB.<br />
Fig.9.2 b Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se ve al tendón con<br />
su vaina en la corredera bicipital con signos inflamatorios<br />
(flecha).<br />
Fig.9.2 c SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.9.2 d SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve que hay participación<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.2 e CS en 3D que muestra el engrosamiento de la sinovial<br />
peritendinosa.<br />
Fig.9.2 f Vista en 3D en que se ven las alteraciones intrínsecas<br />
<strong>del</strong> tendón.<br />
Ilustraciones 279
Fig.9.3 a CL en SieScape <strong>del</strong> tendón de la PLB con signos de<br />
peritendinitis.<br />
Fig.9.3 b CT <strong>del</strong> caso anterior a nivel de la corredera.<br />
Fig.9.4 a CSO. Gruesas calcificaciones a nivel <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se<br />
(flechas).<br />
Fig.9.4 b Vista 3D <strong>del</strong> Caso anterior en que se demuestran mejor<br />
las calcificaciones tendinosas.<br />
Fig.9.5 a CT. Sinovitis crónica de la PLB.<br />
Fig.9.5 b CL <strong>del</strong> caso anterior en que se observa el engrosamiento<br />
de la sinovial peritendinosa.<br />
280 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.6 a CSO. Ruptura intrasustancia <strong>del</strong> supraespinoso.<br />
Fig.9.6 b CT de la PLB a nivel de la corredera con signos de una<br />
tenosinovitis en el mismo paciente.<br />
Fig.9.7 a CSO. Tendinitis crónica <strong>del</strong> Se que muestra lesiones<br />
nodulares ecogénicas intratendinosas (flechas).<br />
Fig.9.7 b Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se aprecia el engrosamiento<br />
de la sinovial (flechas) y de la bursa.<br />
Fig.9.8 a CT. Tenosinovitis aguda con lesión hipoecoica<br />
intratendinosa y participación de la bursa.<br />
Fig.9.8 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve participación<br />
<strong>del</strong> tendón y de la vaina de la PLB.<br />
Ilustraciones 281
Fig.9.8 c CSO. Vista <strong>del</strong> Se en que se aprecian calcificaciones<br />
(flecha).<br />
Fig.9.8 d CT. Presencia de calcificaciones en el tendón <strong>del</strong> SE.<br />
Fig.9.9 a CT de la PLB que muestra signos de tenosinovitis.<br />
Fig.9.9 b CT. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se ven aún mejor<br />
las lesiones.<br />
Fig.9.10 a CL en SieScape de una tenosinovitis de la PLB.<br />
Fig.9.10 b CSO en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestran<br />
alteraciones similares en el Se.<br />
282 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.11 a CT. Tenosinovitis crónica proliferante de la PLB.<br />
Fig.9.11 b Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.9.11 c CT. Tenosinovitis crónica de la PLB con participación<br />
de la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />
Fig.9.11 d CT en SieScape que muestra gruesa calcificación <strong>del</strong><br />
tendón <strong>del</strong> SE.<br />
Fig.9.11 e Otra vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior<br />
Fig.9.11 f CT. Moderada tenosinovitis de la PLB.<br />
Ilustraciones 283
Fig.9.12 a CT. Ruptura completa que interesa a todo el plano<br />
muscular posterior <strong>del</strong> MR.<br />
Fig.9.12 b Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.9.12 c CT. Vista selectiva de la ruptura <strong>del</strong> Rm <strong>del</strong> mismo<br />
paciente.<br />
Fig.9.12 d CT en que se ve la participación <strong>del</strong> SE <strong>del</strong> mismo<br />
caso.<br />
Fig.9.13 a CT. Ruptura parcial <strong>del</strong> SE con reacción de la bursa<br />
vecina.<br />
Fig.9.13 b Otra vista <strong>del</strong> mismo caso en que se ve la colección<br />
intratendinosa <strong>del</strong> SE.<br />
284 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.14 a CT que muestra una gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> SE.<br />
Fig.9.14 b Otra vista, en CT <strong>del</strong> mismo paciente que muestra<br />
una ruptura crónica <strong>del</strong> SE, el cual aparece engrosado.<br />
Fig.9.14 c SieScape que muestra una ruptura parcial <strong>del</strong> SE vecina<br />
a la corredera bicipital (flecha).<br />
Fig.9.14 d SieScape en corte más posterior <strong>del</strong> caso anterior, que<br />
muestra una ruptura parcial <strong>del</strong> Ie (flecha).<br />
Fig.9.15 a CT de una ruptura parcial <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se que aparece<br />
engrosado.<br />
Fig.9.15 b SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Ilustraciones 285
Fig.9.16 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ven signos<br />
de una tenosinovitis de la PLB.<br />
Fig.9.16 b CT posteroexterno <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve<br />
gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.17 a CT. Gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.17 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.9.17 c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se<br />
ve aún mejor la calcificación.<br />
Fig.9.17 d CT posteroexterno en SieScape donde se ve gruesa<br />
calcificación en la inserción <strong>del</strong> Ie.<br />
286 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.18 a CT. Gruesa calcificación en la inserción <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.18 b Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve que hay<br />
múltiples calcificaciones en dicho tendón.<br />
Fig.9.19 a CT en región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve la presencia<br />
de una colección líquida a nivel de la inserción<br />
<strong>del</strong> SE, por desgarro parcial.<br />
Fig.9.19 b Otra vista <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.9.19 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.9.19 d Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente con un desgarro<br />
parcial <strong>del</strong> SE.<br />
Ilustraciones 287
Fig.9.20 a CT donde se define gruesa calcificación intrasustancia<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flechas).<br />
Fig.9.20 b Imagen en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.9.21 a CT donde se ven signos de desgarro parcial,<br />
intrasustancia, <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.21 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior donde se ve gruesa<br />
calcificación en proyección de la inserción <strong>del</strong> Ie.<br />
Fig.9.21 c CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se donde se ven signos de lesiones<br />
crónicas intrasustancia.<br />
Fig.9.21 d Vista en SieScape <strong>del</strong> Ie y Rm <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />
se observan lesiones similares en el Rm.<br />
288 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.22 a CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se donde se ven los signos de desgarro<br />
parcial intrasustancia y la presencia de un área<br />
hipoecogénica compatible con una colección hemática.<br />
Hay distensión de la bursa subacromial.<br />
Fig.9.22 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven<br />
aún mejor las lesiones.<br />
Fig.9.22 c Otra vista <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se <strong>del</strong> paciente anterior.<br />
Fig.9.22 d Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.9.23 a CT posterolateral donde se ve lesión crónica <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> Se.<br />
Fig.9.23 b CT en SieScape donde se ve calcificación <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> SE.<br />
Ilustraciones 289
Fig.9.23 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. La flecha ilustra<br />
la lesión <strong>del</strong> subescapular<br />
Fig.9.23 d Otro CT más anterior, en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.9.24 a CL de la corredera bicipital donde se ven marcados<br />
signos de tenosinovitis crónica de la PLB.<br />
Fig.9.24 b CT <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve el engrosamiento<br />
<strong>del</strong> tendón de la PLB, distensión de su vaina y engrosamiento<br />
sinovial en su interior.<br />
Fig.9.25 a CT posterior donde se ve engrosamiento y gruesa calcificación<br />
en el tendón <strong>del</strong> Rm (flecha).<br />
Fig.9.25 b CT anterior donde se ven moderados signos de una<br />
tenosinovitis de la PLB en el mismo paciente.<br />
290 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.26 a CT a nivel de la corredera bicipital donde se observan<br />
ligeros signos de tenosinovitis de la PLB.<br />
Fig.9.26 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven tabiques en el<br />
interior de la vaina de la PLB (flecha).<br />
Fig.9.27 a CT posterolateral donde se observan gruesas calcificaciones<br />
en proyección <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flecha).<br />
Fig.9.27 b CT posterolateral <strong>del</strong> mismo paciente donde además,<br />
se ve distensión de la bursa subacromial.<br />
Fig.9.27 c CT posterolateral <strong>del</strong> paciente anterior, donde se ve<br />
que la inserción <strong>del</strong> tendón también está calcificada.<br />
Fig.9.27 d Otra vista posterolateral con rotación medial <strong>del</strong> antebrazo<br />
para ver la región musculotendinosa, cubierta, en<br />
vistas anteriores, por la sombra acústica <strong>del</strong> acromion.<br />
Ilustraciones 291
Fig.9.27 e CT posterolateral donde se ve gruesa calcificación que<br />
cubre prácticamente todo el tendón <strong>del</strong> supraespinoso.<br />
Hay ligera distensión de la bursa subacromial.<br />
Fig.9.27 f Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.9.27 g Reconstrucción en 3D a nivel de la corredera bicipital<br />
donde se ve una gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />
Fig.9.27 h Otra reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso con muy<br />
buena visualización <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />
LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS<br />
Fig.9.28 a CT a nivel <strong>del</strong> tercio superior de la corredera bicipital<br />
donde se ve al tendón de la PLB cubierto, en su región<br />
anterior, por una banda ecogénica que corresponde al<br />
ligamento humeral transverso (flechas).<br />
Fig.9.29 a Orta vista anterosuperior <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />
se ve mejor la relación <strong>del</strong> ligamento coracoacromial con<br />
la bursa subacromial.<br />
292 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
LESIONES CARTILAGINOSAS Y DEL LABRUM GLENOIDEO<br />
Fig.9.30 a CT de la articulación glenohumeral, donde se ve una<br />
colección líquida a nivel de la porción posteroinferior<br />
<strong>del</strong> labrum, que abomba ligeramente el contorno profundo<br />
<strong>del</strong> Rm.<br />
Fig.9.30 b CT posteroinferior en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente<br />
Fig.9.30 c Otra vista posteroinferior en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente<br />
con una lesión de Hill-Sach.<br />
Fig.9.31a CT posterosuperior donde se ve una depresión de contornos<br />
irregulares en la porción posterosuperior de la<br />
cabeza humeral (lesión de Hill-Sach).<br />
Ilustraciones 293
SINOVIAL<br />
Fig.9.32 a CT anterior donde se observan signos de distensión de<br />
la bursa subacromial con abundante material espeso en<br />
su interior (proliferación sinovial)<br />
Fig.9.32 b CT posterolateral donde se ve distensión de la bursa<br />
subacromial sin proliferación sinovial.<br />
Fig.9.33 a CL donde se observa distensión de la bursa subacromial<br />
con material ecogénico en su interior. Por detrás se situa<br />
el tendón de la PLB.<br />
Fig.9.33 b CT anterior <strong>del</strong> mismo caso, donde se ven estucturas<br />
nodulares que penden de las paredes de la bursa<br />
subacromial.<br />
Fig.9.33 c CT <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.9.33 d CT algo más abajo donde se ve mayor distensión de la<br />
bursa subacromial.<br />
294 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.9.34 a CT donde se observa marcada distensión de la bursa<br />
subacromial con múltiples y gruesos tabiques en su interior.<br />
Fig.9.34 b CT donde se ve marcada distensión de la bursa<br />
subacromial con imágenes nodulares que penden de las<br />
paredes de la bursa y que corresponden con engrosamiento<br />
sinovial (flechas).<br />
ARTROPATÍAS<br />
Fig.9.35 a CT con marcada distensión articular y contorno óseo<br />
subcondral irregular.<br />
Fig.9.35 b CT <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve mejor la irregularidad<br />
<strong>del</strong> hueso subcondral (flechas).<br />
Fig.9.35 c Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo paciente (flechas).<br />
Fig.9.35 d CT posterosuperior, donde se ve marcada irregularidad<br />
<strong>del</strong> hueso subcondral (flechas), engrosamiento <strong>del</strong><br />
cartílago articular y derrame articular.<br />
Ilustraciones 295
TUMORES<br />
Fig.9.36 a CT con presencia de una masa tumoral compleja<br />
intraarticular, anterior al tendón <strong>del</strong> SE.<br />
Fig.9.36 b CL anterosuperior <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la relación<br />
de la masa tumoral con las estructuras vecinas.<br />
Fig.9.36 c Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.9.36 d CT donde se observa gran distensión articular y la<br />
presencia de una masa tumoral en su interior asociada<br />
a derrame articular.<br />
Fig.9.36 e CL donde se ve la relación de la masa tumoral con el<br />
tendón de la PLB.<br />
Fig.9.36 f CT anterior donde se demuestra la presencia de<br />
adenopatías metastásicas.<br />
296 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.10 a Vista anatómica de la región anterolateral <strong>del</strong> codo con<br />
el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.10 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se<br />
visualizan los músculos braquiorradial, bíceps braquial<br />
y las superficies articulares <strong>del</strong> húmero y <strong>del</strong> radio.<br />
Fig.10 c Vista anatómica de la región anteromedial <strong>del</strong> codo con<br />
el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.10 d Estudio ecográfico en CL de esa región donde se<br />
visualizan los músculos pronador redondo, braquial anterior<br />
y las superficies articulares <strong>del</strong> húmero y <strong>del</strong><br />
cúbito.<br />
Fig.10 e Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> codo con el<br />
transductor en corte transversal.<br />
Fig.10 f Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
Ilustraciones 297
Fig.10 g Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> codo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.10 h Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.10 i Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> codo con el<br />
transductor en corte transversal.<br />
Fig.10 j Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
NORMAL<br />
Fig.10.1 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo normal, donde se visualiza<br />
el tendón de origen de los extensores.<br />
Fig.10.1 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente, que muestra aún mejor,<br />
el origen <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />
carpo (*).<br />
298 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.10.1 c CT a nivel de la flexura anterior <strong>del</strong> codo que muestra<br />
el cartílago articular bien definido.<br />
Fig.10.1 d CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. Nótese la anatomía<br />
normal de la región.<br />
Fig.10.1 e CL <strong>del</strong> compartimiento lateral donde se observa el<br />
cartílago articular (C).<br />
Fig.10.1 f CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.10.1 g Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se<br />
definen mejor el músculo braquiorradial por <strong>del</strong>ante y<br />
el bíceps braquial por detrás.<br />
Fig.10.1 h Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, pero estudiado<br />
por su compartimiento medial donde se ve el músculo<br />
pronador redondo (superficial) y más profundo al<br />
braquial anterior.<br />
Ilustraciones 299
Fig.10.1 i CL por la cara posterior donde se observa la inserción<br />
<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps braquial en el olécranon.<br />
Fig.10. j CT por la cara posterior <strong>del</strong> mismo caso a nivel de la<br />
fosa olecraneana, ocupada por grasa. A este nivel se define<br />
muy bien al cartílago articular.<br />
TENDINITIS<br />
Fig.10.2 a CL a nivel <strong>del</strong> compartimiento lateral donde se demuestran<br />
ligeros signos de tendinitis a nivel <strong>del</strong> tendón<br />
común de los extensores <strong>del</strong> carpo (epicondilitis) (flechas).<br />
Fig.10.2 b CL a nivel <strong>del</strong> compartimiento lateral. Se aprecia<br />
marcado engrosamiento <strong>del</strong> tendón común de los<br />
extensores <strong>del</strong> carpo, con engrosamiento y distorsión de<br />
su patrón normal. Predomina la baja ecogenicidad.<br />
Fig.10.3 a CL <strong>del</strong> compartimiento lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />
un área hipoecoica debida a una epicondilitis crónica<br />
agudizada (flecha).<br />
Fig.10.3 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, con una mejor<br />
visualización de la epicondilitis.<br />
300 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.10.4 a CL <strong>del</strong> compartimiento lateral <strong>del</strong> codo. Moderado<br />
engrosamiento e hipoecogenicidad <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón<br />
común de los extensores <strong>del</strong> carpo en una tendinitis crónica<br />
agudizada (flecha).<br />
Fig.10.4 b CL <strong>del</strong> compartimiento medial <strong>del</strong> mismo paciente,<br />
con aumento de la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón común de<br />
los flexores <strong>del</strong> carpo, con áreas de baja ecogenicidad<br />
(intrasustancia) por tendinitis crónica agudizada.<br />
Fig.10.5 a CL a nivel de la cara medial <strong>del</strong> codo donde se observa<br />
engrosamiento <strong>del</strong> tendón común de los músculos<br />
epitrocleares (*).<br />
Fig.10.5 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente en que se pueden estudiar<br />
mejor las estructuras vecinas.<br />
Fig.10.5 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve mejor el<br />
tendón epitroclear engrosado.<br />
Fig.10.5 d Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se<br />
ofrece una vista panorámica.<br />
Ilustraciones 301
Fig.10.6 a CL a nivel en la cara lateral <strong>del</strong> codo. Hay engrosamiento<br />
<strong>del</strong> tendón común de los músculos epicondíleos<br />
con una gruesa calcificación intrasustancia (flechas).<br />
Fig.10.6 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún<br />
mejor, todo lo anteriormente descrito.<br />
Fig.10.6 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo enfermo donde se ve aún mejor el<br />
tendón engrosado y la gruesa calcificación.<br />
Fig.10.7 a CL en la cara radial, donde se ve engrosamiento <strong>del</strong><br />
tendón común de los músculos epicondíleos, de<br />
ecogenicidad mixta y presencia de microcalcificaciones<br />
(flecha).<br />
Fig.10.7 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. Las flechas señalan<br />
las microcalcificaciones.<br />
302 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
RUPTURAS TENDINOSAS<br />
Fig.10.8 a CL en la cara radial <strong>del</strong> codo donde se observa engrosamiento<br />
de aspecto inflamatorio crónico <strong>del</strong> tendón<br />
común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.10.8 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve aún mejor<br />
el engrosamiento tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />
carpo.<br />
Fig.10.9 CL a nivel de la cara radial donde se aprecia engrosamiento<br />
<strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo,<br />
definiéndose un área hipoecoica en su origen en relación<br />
con una colección líquida por desgarro parcial.<br />
Fig.10.10 CL a nivel de la cara radial donde se observa ruptura<br />
casi total <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />
Nótese el área nodular ecogénica, que corresponde al<br />
cabo tendinoso retraído. Las pequeñas zonas hipoecoica<br />
son colecciones hemáticas.<br />
Fig.10.11 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se ve la<br />
desinserción <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />
carpo, rodeado de una colección hemática.<br />
Fig.10.11 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve el<br />
cabo tendinoso retraído y la colección hemática.<br />
Ilustraciones 303
Fig.10.12 a CL en la cara cubital <strong>del</strong> codo donde se aprecian<br />
signos de desgarro parcial <strong>del</strong> tendón común de los músculos<br />
epitrocleares.<br />
Fig.10.12 b Otro CL de la cara cubital <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
BURSAS<br />
Fig.10.13 a CT a nivel de la cara anterior <strong>del</strong> codo donde se ve una<br />
imagen ecolúcida, de bordes bien definidos y contenido<br />
acelular, vecina al paquete vasculonervioso de la región.<br />
Fig.10.13 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve la imagen descrita<br />
anteriormente, que era producido por una bursa<br />
distendida.<br />
Fig.10.14 a CL a nivel de la cara posterior <strong>del</strong> codo, donde se ve,<br />
por detrás de la inserción <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps braquial,<br />
una estructura hipoecoica, con múltiples y gruesos tabiques<br />
en su interior.<br />
Fig.10.14 b CT <strong>del</strong> mismo paciente en que se confirma el diagnóstico<br />
de un higroma <strong>del</strong> codo.<br />
304 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
SINOVITIS<br />
Fig.10.15 a CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se observa<br />
distensión de la cápsula articular, por abundante<br />
material espeso y escasa cantidad de líquido claro.<br />
Fig.10.15 b Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve<br />
mejor la distensión de la cápsula articular y el engrosamiento<br />
de la sinovial.<br />
CUERPOS LIBRES INTRAARTICULARES<br />
Fig.10.16 a CL en la región posterior <strong>del</strong> codo, donde se observan<br />
pequeñas calcificaciones en la fosa olecraneana (flecha).<br />
Fig.10.16 b CT en la cara cubital <strong>del</strong> mismo paciente, donde se<br />
observa distensión de la cápsula articular, con múltiples<br />
y pequeños cuerpos libres en su interior (flechas),<br />
asociado a engrosamiento sinovial.<br />
Fig.10.17 a CT a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial <strong>del</strong> húmero, donde<br />
se ven varios cuerpos libres intrarticulares (flechas).<br />
Fig.10.17 b Otra vista en CT a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial <strong>del</strong><br />
mismo paciente.<br />
Ilustraciones 305
Fig.10.18 a CT a nivel de la cara posterior <strong>del</strong> codo, donde se ve<br />
una gruesa calcificación en la fosa olecraneana (flechas).<br />
Fig.10.19 CL a nivel de la cara cubital donde se ve distensión de<br />
la cápsula articular, engrosamiento sinovial y varios cuerpos<br />
libres.<br />
FRACTURAS<br />
Fig.10.20 CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> codo donde se observa<br />
una solución de continuidad a nivel <strong>del</strong> cóndilo y presencia<br />
de un fragmento óseo (flecha) desplazado hacia<br />
<strong>del</strong>ante, en un niño de 10 años.<br />
Fig.11 a Vista anatómica de la región dorsal de la muñeca con el<br />
transductor en corte transversal.<br />
Fig.11 b Estudio ecográfico en CT de esa región donde se<br />
visualizan los tendones extensores por detrás <strong>del</strong><br />
retináculo extensor (flechas).<br />
306 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.11 c Vista anatómica de la región dorsolateral de la muñeca<br />
con el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.11 d Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />
el tendón extensor largo <strong>del</strong> pulgar.<br />
MANO Y MUÑECA NORMAL<br />
Fig.11.1 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el ligamento<br />
transverso (flechas) y por detrás algunos de los<br />
flexores <strong>del</strong> carpo.<br />
Fig.11.1 b Otra vista similar <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.11.1 c CL a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el nervio<br />
mediano.<br />
Fig.11.1 d CL más proximal <strong>del</strong> nervio mediano en el mismo paciente.<br />
Ilustraciones 307
Fig.11.1 e CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observan el<br />
nervio y la arteria cubital (flechas).<br />
Fig.11.1 f CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el nervio<br />
cubital (flecha), por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor (*).<br />
Fig.11.1 g CL a nivel <strong>del</strong> carpo donde se visualiza el fibrocartílago<br />
triangular por detrás <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo,<br />
interpuesto entre el cúbito y el piramidal (flecha).<br />
Fig.11.1 h Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />
el fibrocartílago triangular (flecha).<br />
LESIONES LIGAMENTARIAS<br />
Fig.11. 2 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se nota<br />
engrosamiento <strong>del</strong> ligamento transverso, en un paciente<br />
con un síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano. Nótese la presencia<br />
<strong>del</strong> nervio mediano inmediatamente por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />
transverso (flecha).<br />
Fig.11.2 b CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo paciente<br />
en que se definen aún mejor los datos anteriores.<br />
308 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.11.3 CT en la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se demuestra engrosamiento<br />
difuso <strong>del</strong> ligamento transverso y desplazamiento<br />
<strong>del</strong> nervio mediano.<br />
Fig.11.4 CL comparativo de ambos carpos, donde se demuestra<br />
lesión <strong>del</strong> fibrocartílago triangular en el lado izquierdo.<br />
Fig.11. 5 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />
deformidad y ecogenicidad heterogénea <strong>del</strong> fibrocartílago<br />
triangular por lesión <strong>del</strong> mismo (flecha).<br />
Fig.11.5 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se ve un<br />
área hipoecoica en proyección <strong>del</strong> fibrocartílago triangular<br />
sugestiva de lesión (flecha).<br />
Fig.11.6 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />
deformidad y alteración en la ecogenicidad <strong>del</strong> fibrocartílago<br />
triangular (flecha).<br />
Fig.11.6 b Otro CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> caso<br />
anterior, donde se define un área hipoecoica,<br />
longitudinal, que divide en 2 al fibrocartílago triangular<br />
(flecha).<br />
Ilustraciones 309
LESIONES TENDINOSAS<br />
Fig.7 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />
distensión de la vaina de los tendones flexores.<br />
Fig.11.7 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo de la mano<br />
<strong>del</strong> mismo paciente donde se define mejor la distensión<br />
de la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor profundo.<br />
Fig.11.8 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> metacarpo, donde se<br />
ve distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón flexor profundo <strong>del</strong><br />
4to. dedo.<br />
Fig.11.8 b CT selectivo en la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo, donde se<br />
demuestra, aún mejor, lo anteriormente descrito.<br />
Fig.11.8 c Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve aún mejor<br />
la distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón flexor <strong>del</strong> 4to. dedo.<br />
Fig.11.8 d Reconstrucción en 3D, en vista sagital, <strong>del</strong> mismo caso.<br />
310 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.11.9 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo de la mano donde se<br />
aprecia un área de distorsión de la ecoestructura <strong>del</strong><br />
tendón flexor por ruptura parcial <strong>del</strong> mismo (flechas).<br />
Fig. 11. 10 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se ve<br />
distensión de la vaina de los tendones de los flexores con<br />
desplazamiento anterior <strong>del</strong> ligamento transverso.<br />
Fig.11.10 b CL a nivel de la cara palmar de uno de los tendones<br />
flexores <strong>del</strong> caso anterior donde se aprecia distensión de<br />
su vaina y presencia de material espeso en su interior.<br />
Fig. 11.10 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se aprecian<br />
aún mejor las lesiones ya descritas.<br />
Fig.11.11 CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se demuestra<br />
distensión de la vaina de los tendones flexores<br />
de los dedos, con ligero desplazamiento hacia <strong>del</strong>ante<br />
<strong>del</strong> ligamento transverso.<br />
Ilustraciones 311
Fig.11.12 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano en que<br />
se aprecia distensión de la vaina por tenosinovitis.<br />
Fig.11.12 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano<br />
contralateral <strong>del</strong> mismo paciente, que es normal.<br />
Fig.11.13 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 1er. dedo de la mano donde<br />
se ve al extensor largo <strong>del</strong> pulgar engrosado, ondulado y<br />
con un material espeso a su alrededor (flecha).<br />
Fig.11.13 b CT <strong>del</strong> mismo caso que confirma los hallazgos ya<br />
referidos. Tenosinovitis de Quervain.<br />
Fig.11.14 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo donde se ven los<br />
fascículos longitudinales <strong>del</strong> flexor propio engrosados y<br />
ecogénicos.<br />
Fig.11.14 b CT <strong>del</strong> caso anterior. Se observa al tendón ecogénico<br />
y con un halo hipoecoico que lo rodea. Tenosinovitis<br />
estenosante.<br />
312 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
LESIONES DE LA SINOVIAL<br />
Fig.11.15 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
distensión de la vaina de los tendones de los flexores<br />
de los dedos y de la cápsula articular, con engrosamiento<br />
sinovial.<br />
Fig.11.15 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo<br />
paciente, donde se ve distensión de la cápsula articular<br />
y engrosamiento sinovial.<br />
Fig.11.16 CL a nivel de la articulación escafoidesemilunar, donde<br />
se observa distensión de la cápsula articular y engrosamiento<br />
de la sinovial.<br />
Fig.11.17 a CL a nivel de la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />
1er. dedo con distensión de la cápsula articular y engrosamiento<br />
sinovial.<br />
Fig.11.17 b CT a nivel de la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />
1er. dedo donde se ve distensión de la vaina y engrosamiento<br />
sinovial.<br />
Fig.11.17 c CL a nivel de la articulación carpometacarpiana,<br />
donde se aprecia ligera distensión de la cápsula articular<br />
con predominio <strong>del</strong> engrosamiento sinovial.<br />
Ilustraciones 313
GANGLIÓN QUÍSTICO<br />
Fig.11.18 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo, donde se ve<br />
distensión de forma sacular, de la vaina correspondiente<br />
al extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />
Fig.11.18 b Otro CL <strong>del</strong> mismo caso, en que el aspecto de la lesión<br />
sugiere un ganglión quístico.<br />
Fig.11.18 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se aprecian<br />
varios tabiques en el interior <strong>del</strong> ganglión (flecha).<br />
Fig.11.18 d CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza la<br />
relación <strong>del</strong> ganglión con las estructuras vecinas.<br />
Fig.11.18 e CT selectivo <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve al tendón<br />
rodeado por líquido y presencia de material sólido en su<br />
interior.<br />
Fig.11.18 f CT en SieScape donde se puede ver el tendón ecogénico<br />
e irregular (flecha).<br />
314 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.11.18 g Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se corrobora<br />
lo anteriormente descrito.<br />
Fig.11.18 h Reconstrucción en 3D de un ganglión quístico, donde<br />
se ve su cuello estrecho que lo comunica con la cavidad<br />
articular.<br />
Fig.11.19 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo, donde se<br />
observa la presencia de un quiste en proyección <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> flexor, por un ganglión quístico.<br />
Fig.11.19 b CL ampliado <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve mejor el<br />
ganglión quístico.<br />
Fig.11.20 CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 1er. dedo de la mano.<br />
Gangliones quísticios <strong>del</strong> flexor propio.<br />
Fig.11.21 CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Ganglión<br />
radiocarpiano.<br />
Ilustraciones 315
LESIONES ÓSEAS<br />
Fig.11.22 CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
solución de continuidad de la cortical <strong>del</strong> radio por fractura<br />
<strong>del</strong> mismo (flecha).<br />
Fig.11.23 CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
solución de continuidad, por fractura, de la cortical <strong>del</strong><br />
escafoides (flecha).<br />
Fig.11.24 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
solución de continuidad de la cortical <strong>del</strong> escafoides<br />
por fractura <strong>del</strong> mismo (flecha).<br />
Fig.11.24 b CT a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
solución de continuidad por fractura, de la cortical<br />
<strong>del</strong> escafoides (flecha).<br />
Fig.11.25 CL comparativo a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa solución de<br />
continuidad, por fractura, de la cortical <strong>del</strong> escafoides derecho. Escafoides izquierdo<br />
normal.<br />
316 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
ATRAPAMIENTO NERVIOSO<br />
Fig.11.26 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se define<br />
al nervio mediano normal (flecha).<br />
Fig.11.26 b CL <strong>del</strong> lado contralateral donde se ve al nervio medial<br />
mal definido, engrosado y ecogénico, en una paciente<br />
operada de un neuroma a este nivel.<br />
Fig.11.27 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se ve al<br />
nervio mediano desplazado y comprimido por la distensión<br />
de las vainas tendinosas vecinas.<br />
Fig.11.27 b CT de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo caso, donde<br />
se ve que los tendones que forman parte <strong>del</strong> contenido<br />
<strong>del</strong> canal carpiano muestran su vaina distendida.<br />
Fig.11.28 a CT de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se aprecia que<br />
el nervio mediano se encuentra comprimido y desplazado<br />
por engrosamiento <strong>del</strong> tendón vecino.<br />
Fig.11.28 b CL <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve al tendón mal definido.<br />
Ilustraciones 317
Fig.11.29 a CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyón observándose al nervio<br />
cubital normal.<br />
Fig.11.29 b CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyón contralateral donde se<br />
observa engrosamiento <strong>del</strong> ligamento transverso.<br />
Fig.11.30 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se<br />
observa al nervio cubital mal definido, de bordes irregulares<br />
y aumentado en ecogenicidad.<br />
Fig.11.30 b CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />
la compresión que sobre el nervio mediano ejercen<br />
los tendones vecinos, los que se encuentran engrosados,<br />
con distensión de su vaina.<br />
ARTROPATÍAS<br />
Fig.11. 31 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano. Deformidad con<br />
irregularidad <strong>del</strong> contorno óseo subcondral de la cabeza <strong>del</strong><br />
metacarpiano (flecha) en el curso de una AR asociado a signos de<br />
tenosinovitis crónica <strong>del</strong> flexor correspondiente.<br />
318 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
CUERPOS EXTRAÑOS<br />
Fig.11. 32 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo de la mano. Cuerpo<br />
extraño (+) de origen vegetal en el TCS.<br />
Fig.11. 33 CL en la región hipotenar de la mano. Cuerpo extraño<br />
(flecha) de origen vegetal en los músculos hipotenares.<br />
Fig.11. 34 a CL en la región tenar de la mano. Cuerpo extraño<br />
(flecha) de origen vegetal en el TCS.<br />
Fig.11.34 b CL <strong>del</strong> mismo caso con técnica de SieScape.<br />
LESIONES TUMORALES<br />
1. <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>. Madrid, Octubre. 21-24 1998.<br />
Fig.11.35 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se ve<br />
distensión de la cápsula articular por la presencia de<br />
masas sólidas en su interior, en un paciente con insuficiencia<br />
renal, en tratamiento crónico con hemodiálisis.<br />
Fig.11.35 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. En que se aprecian<br />
mejor las alteraciones.<br />
Ilustraciones 319
Fig.11.35 c CT de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.11.35 d CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Las alteraciones de<br />
este paciente estaban en relación con el depósito de<br />
amiloide.<br />
Fig. 12 a Posición <strong>del</strong> lactante para el estudio ecográfico de la<br />
cadera.<br />
Fig. 12 b CT donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />
cadera de un lactante.<br />
Fig. 12 c Posición <strong>del</strong> lactante para el estudio ecográfico de la<br />
cadera.<br />
Fig. 12 d CL donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />
cadera de un lactante.<br />
320 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.12 e<br />
Fig.12 f y 12 g<br />
Ilustraciones 321
Fig. 12 H Cadera normal en un RN. CT neutral. Cabeza femoral<br />
(c) cartilaginosa situada de modo simétrica por encima<br />
<strong>del</strong> cartílago triradiado (flecha).<br />
Fig. 12 I CC en flexión, <strong>del</strong> caso anterior. La cabeza femoral está<br />
situada normalmente en el acetábulo. El cartílago<br />
triradiado se señala con una flecha abierta y el labrum<br />
con una flecha sólida.<br />
Fig.12 J Se ve el núcleo epifisario superior <strong>del</strong> fémur osificado<br />
que produce una sombra acústica. La flecha abierta señala<br />
el labrum fibrocartilaginoso.<br />
Fig.12 k Vista coronal en flexión de una cadera subluxada. Hay<br />
aumento de la ecogenicidad <strong>del</strong> labrum y <strong>del</strong> pulvinar<br />
(flecha). La cabeza femoral cartilaginosa está subluxada<br />
en sentido súperolateral. El labrum aparece hiperecoico<br />
(flecha inclinada).<br />
Fig. 12 l A. Cadera normal en un RN. Vista cornal en flexión. La<br />
cabeza femoral redondeada está situada dentro <strong>del</strong><br />
acetábulo, ambos de aspecto normal. El acetábulo cubre<br />
en cerca de un 50% a la cabeza femoral lo que se<br />
demuestra por una línea trazada a nivel <strong>del</strong> borde lateral<br />
<strong>del</strong> ilium.<br />
Fig. 12 l B Cadera normal en un RN. Vista coronal transversa en<br />
flexión. La cabeza aparece bien situada dentro de la copilla<br />
en forma de U formada por la metafisis femoral<br />
ósea.<br />
322 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig. 12 l C. Cadera normal en un RN. Vista coronal en flexión <strong>del</strong><br />
labio posterior <strong>del</strong> acetábulo, durante la maniobra de<br />
aducción forzada. El labio posterior está bien definido.<br />
No hay evidencia de subluxación.<br />
Fig. 12 m A. Vista coronal en flexión con maniobra de aducción<br />
forzada. La cabeza fetal está subluxada pero mantiene<br />
contacto con el borde <strong>del</strong> acetábulo y el labrum.<br />
Fig. 12 m B. CT en flexión con maniobra de estrés. Hay distorsión<br />
de la metafisis proximal <strong>del</strong> fémur (M) y <strong>del</strong> acetábulo (A).<br />
Fig. 12 m C. Vista coronal flexionada <strong>del</strong> labio posterior <strong>del</strong><br />
acetábulo con maniobra de estrés. La cabeza femorall (c)<br />
aparece subluxada posteriormente en relación con el labio<br />
posterior (flecha).<br />
Fig. 12 m D. Vista coronal en flexión y abducción con el arnes.<br />
La cabeza aparece mejor situada en el acetábulo.<br />
Fig. 12 n A. Vista coronal en flexión que muestra la cabeza luxada,<br />
súpero-lateral. Hay falta de contacto entre la cabeza<br />
femoral y el acetábulo óseo.<br />
Ilustraciones 323
Fig. 12 n B. Vista coronal en flexión. La cabeza femoral (G) aparece<br />
luxada en sentido superolateral.<br />
Fig. 12 n C. Vista coronal en flexión <strong>del</strong> labio posterior <strong>del</strong><br />
acetábulo. Hay una luxación posterior de la cabeza (flecha).<br />
Se señala el labio posterior (A).<br />
Fig. 12 n D. Vista coronal en flexión. Se muestra el cuadrante<br />
invertido <strong>del</strong> labrum (flecha) formado por las líneas de<br />
Perkins y de Hilgenreiner.<br />
NORMAL<br />
Fig.12.1 a CL de la articulación coxo-femoral. De atrás a <strong>del</strong>ante<br />
se observa la porción extrarticular y anterior de la cabeza<br />
femoral y porción vecina <strong>del</strong> acetábulo; el triángulo<br />
ecogénico por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> espacio articular que corresponde<br />
con el labrum glenoideo y en un plano mas<br />
anterior los músculos de la región.<br />
Fig.12.1 b CL en SieScape, donde se ven mejor la cabeza y el<br />
cuello femoral, así como la cápsula articular (flechas).<br />
324 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.12.1 c CL a nivel de la cabeza femoral en un niño de 3 años,<br />
con buena visualización <strong>del</strong> cartílago articular.<br />
TENDINOPATÍAS<br />
Fig.12.2 a CL a nivel <strong>del</strong> trocánter mayor, donde se observa engrosamiento<br />
difuso <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo medio (flechas), con<br />
ecogenicidad no homogénea. Hay una pequeña calcificación<br />
en la inserción <strong>del</strong> tendón.<br />
Fig.12.2 b CL (compuesto) a nivel de la cara lateral de la articulación<br />
de la cadera, donde se ve engrosamiento <strong>del</strong> tendón<br />
<strong>del</strong> glúteo medio (flechas), con ecogenicidad disminuida.<br />
LESIONES DE LAS BURSAS<br />
Fig.12.3 a CL a nivel de la región anterior de la articulación de<br />
la cadera, donde se ve, inmediatamente por detrás de la<br />
vena femoral, una estructura hipoecoica de bordes bien<br />
definidos por distensión de la bursa.<br />
Fig.12.3 b CT a nivel de la articulación de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />
paciente, donde se define mejor la bursa, así como su<br />
comunicación con la cavidad articular.<br />
Ilustraciones 325
Fig.12.4 a CL a nivel de la cara lateral de la articulación de la<br />
cadera, donde se observa distensión de la bursa<br />
trocantérica.<br />
Fig.12.4 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
LESIÓN DE LA SINOVIAL<br />
Fig.12.5 a CL a nivel <strong>del</strong> receso anterior de la articulación de la<br />
cadera donde se ve distensión de la bursa ilio-pectínea,<br />
con contenido homogéneo.<br />
Fig.12.5 b Otro CL similar al anterior, pero con mayor reacción<br />
sinovial producto de una epifisiolisis (flecha).<br />
Fig.12.6 aCL a nivel <strong>del</strong> receso anterior de la articulación de la<br />
cadera donde se ve distensión de la bursa ilio-pectínea,<br />
con material espeso en su interior.<br />
Fig.12.6 b Otro CL similar al anterior.<br />
326 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.12.6 c Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, donde se<br />
demuestra mejor la distensión capsular y el engrosamiento<br />
sinovial.<br />
Fig.12.6 d Reconstrucción 3D de la cadera contralateral <strong>del</strong> mismo<br />
paciente, que muestra también distensión de la cápsula<br />
articular y engrosamiento sinovial.<br />
ARTRITIS SÉPTICA<br />
Fig.12.7 a CL a nivel de la cadera, donde se ve distensión de la<br />
cápsula articular, con engrosamiento sinovial<br />
Fig.12.7 b CL a nivel de la cara lateral de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />
caso, donde se ve aún mejor lo anteriormente descrito.<br />
Fig.12.7 c Reconstrucción 3D donde se observa distensión de la<br />
cápsula articular, con engrosamiento de la sinovial y elementos<br />
celulares en suspensión.<br />
Fig.12.7 d Reconstrucción 3D de la cadera contralateral donde se<br />
observa distensión de la cápsula articular con proliferación<br />
sinovial y alteración en la morfología de la cabeza.<br />
Ilustraciones 327
Fig.12.8 a CL de la región anterior de la cadera observándose<br />
ligera distensión de la cápsula articular, con proliferación<br />
sinovial y escasa cantidad de líquido.<br />
Fig.12.8 b CL de la cadera contralateral <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />
se observa mayor distensión de la cápsula articular, con<br />
predominio de la proliferación sinovial.<br />
Fig.12. 8 c CL en SieScape de la región anterior de la cadera,<br />
donde se define escasa cantidad de derrame articular y<br />
proliferación sinovial.<br />
Fig.12.8 d CL en SieScape de la región anterior de la cadera,<br />
donde se ve distensión de la cápsula articular por derrame<br />
articular.<br />
ARTROPATÍA POR DEPÓSITO DE CRISTALES<br />
Fig.12.9 a CL de la región anterior de la cadera donde se observan<br />
calcificaciones intracapsulares, sin derrame articular<br />
(flecha).<br />
Fig.12.9 b CL en SieScape de la región anterior de la cadera <strong>del</strong><br />
mismo caso, donde se comprueba lo ya descrito.<br />
328 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.12.9 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven, aún mejor,<br />
los cuerpos libres intrarticulares y la irregularidad de<br />
la superficie cortical <strong>del</strong> cuello femoral.<br />
Fig.12.9 d CT en 3D a nivel <strong>del</strong> cuello femoral <strong>del</strong> mismo paciente,<br />
donde se ven las calcificaciones intrarticulares y la<br />
osteolisis <strong>del</strong> cuello. Gota.<br />
Fig.12.10 a CT comparativa de ambas caderas, donde se observan<br />
cuerpos libres Intrarticulares en el lado derecho.<br />
Fig.12.10 b CL de la cadera derecha <strong>del</strong> paciente anterior, donde<br />
se ven aún mejor las calcificaciones (flechas). Gota.<br />
COXOARTROSIS<br />
Fig.12.11 a CL a nivel de la región anterior de la cadera observándose<br />
la presencia de osteofitos a nivel <strong>del</strong> cuello<br />
femoral (flecha).<br />
Fig.12.11 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún mejor,<br />
el osteofito (flecha).<br />
Ilustraciones 329
Fig.12.12 a CL a nivel de la región anterior de la cadera, donde<br />
se observa presencia de osteofito en posición subcapital<br />
(flecha).<br />
Fig.12.12 b CT a nivel de la articulación de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />
paciente, donde se ve otro osteofito a nivel <strong>del</strong> espacio<br />
articular.<br />
Fig.12.12 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. La flecha ilustra la<br />
exostosis.<br />
Fig.12.12 d CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún mejor,<br />
lo descrito anteriormente.<br />
CADERA DEL NEONATO<br />
Fig.12.13 a CT donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />
cadera de un lactante.<br />
Fig.12.13 b CT <strong>del</strong> mismo caso con la aplicación <strong>del</strong> programa de<br />
Graf.<br />
330 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.12.13 c CT con la aplicación <strong>del</strong> programa de Graf.<br />
Fig.12.13 d CT con la aplicación <strong>del</strong> programa de Graf.<br />
Fig.13.a Vista anatómica de la región anterior de la rodilla y el<br />
muslo con el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.13.b Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.13.c Vista anatómica de la región anterior de la rodilla y el<br />
muslo con el transductor en corte transversal.<br />
Fig.13.d Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />
Ilustraciones 331
Fig.13.e Vista anatómica de la región anterior de la rodilla con el<br />
transductor en corte longitudinal medial.<br />
Fig.13.f Estudio ecográfico en CL de la región medial, las flechas<br />
señalan al complejo cápsulo-ligamentoso medial (LCM).<br />
Fig.13.g Vista anatómica de la región anterior de la rodilla con el<br />
transductor en corte longitudinal lateral.<br />
Fig.13.h Estudio ecográfico en CL de la región lateral, las flechas<br />
señalan al ligamento colateral lateral.<br />
Fig.13.i Vista anatómica de la región posterior de la rodilla con<br />
el transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.13.j Estudio ecográfico con técnica de SieScape de esa región.<br />
332 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
NORMAL<br />
Fig.13.1 a CL <strong>del</strong> tendón cuadríceps normal.<br />
Fig.13.1 b CL. Tendón patelar normal.<br />
Fig.13.1 c CT en SieScape <strong>del</strong> tendón cuadríceps.<br />
Fig.13.1 d CL <strong>del</strong> tendón cuadríceps normal.<br />
Fig.13.1 e CT. En SieScape. Tendón patelar normal.<br />
Fig.13.1 f CL en SieScape. Tendón patelar normal.<br />
Ilustraciones 333
LESIONES TENDINOSAS<br />
Fig.13.2 a CL. Tendinitis aguda <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.13.2 b CL en SieScape en una tendinitis <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.13.3 CL en una fibrosis de la inserción <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Fig.13.4 CL en un paciente con una tendinitis patelar difusa.<br />
Fig.13.5 CL en SieScape en una tendinitis patelar difusa.<br />
Fig.13.6 CL en SieScape en una tendinitis patelar con desgarro<br />
parcial.<br />
334 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.7 a CT. Tenosinovitis anserina.<br />
Fig.13.7 b CL <strong>del</strong> mismo paciente con una tenosinovitis anserina.<br />
LIGAMENTOS<br />
Fig.13.8 a CL. Complejo capsuloligamentoso medial normal.<br />
Fig.13.8 b CL. Complejo capsuloligamentoso medial normal. Vista<br />
de acercamiento.<br />
Fig.13.9 a CL de un desgarro parcial <strong>del</strong> complejo cápsuloligamentoso<br />
medial.<br />
Fig.13.9 b CL en SieScape en un desgarro parcial (flecha) <strong>del</strong><br />
complejo capsuloligamentoso medial.<br />
Ilustraciones 335
Fig.13.10 a CL en un desgarro <strong>del</strong> retináculo medial.<br />
Fig.13.10 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.13.11 a CL en un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />
Fig.13.11 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.13.11 c CL en SieScape de un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />
Fig.13.11 d CL en 3D de un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />
336 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.12 a CL de un desgarro <strong>del</strong> ligamento colateral peroneo.<br />
Fig.13.12 b CL en SieScape de un desgarro <strong>del</strong> ligamento colateral<br />
peroneo.<br />
Fig.13.13 a CL. Ruptura y calcificación <strong>del</strong> complejo<br />
capsuloligamentoso medial.<br />
Fig.13.13 b CL en SieScape con ruptura y calcificación <strong>del</strong> complejo<br />
capsuloligamentoso medial.<br />
Fig.13.14 a CL con desgarro parcial <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso<br />
medial (flecha).<br />
Fig.13.14 b CL en 3D que muestra mejor el desgarro parcial <strong>del</strong><br />
complejo capsuloligamentoso medial (flecha).<br />
Ilustraciones 337
Fig.13.15 a CL a nivel de la fosa poplitea derecha, donde se ve al<br />
segmento distal normal <strong>del</strong> LCP.<br />
Fig.13.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, donde se define<br />
aun mejor la extensión <strong>del</strong> ligamento.<br />
Fig.13.15 c CL <strong>del</strong> segmento distal <strong>del</strong> LCP contralateral <strong>del</strong><br />
mismo paciente donde se demuestra engrosamiento <strong>del</strong><br />
mismo.<br />
Fig.13.15 d CL en SieScape, donde además de lo descrito anteriormente,<br />
se ven áreas de fibrosis (ecogénicas) <strong>del</strong> LCP<br />
en su inserción en la tibia.<br />
COLECCIÓN EXTRAARTICULAR<br />
Fig.13.16 a CL. Colección extrarticular de la rodilla.<br />
Fig.13.16 b CT <strong>del</strong> caso anterior, con una colección extrarticular<br />
de la rodilla.<br />
338 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.17 a CL. Colección extrarticular de la rodilla.<br />
Fig.13.17 b CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />
BURSAS<br />
Fig.13.18 CL en SieScape que muestra una bursitis prepatelar.<br />
Fig.13.19 CL en una bursitis pretibial.<br />
Fig.13.20 a CL en la región prepatelar donde se observa distensión<br />
de la bursa prepatelar con contenido espeso y una<br />
gruesa calcificación (flecha) hacia su extremo inferior.<br />
Fig.13.20 b CT de la región patelar donde se demuestra lo anteriormente<br />
descrito. Las flechas señalan dos gruesas calcificaciones.<br />
Ilustraciones 339
Fig.13.20 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde además se<br />
puede ver la relación de la bursa con los tendones <strong>del</strong><br />
aparato extensor.<br />
Fig.13.20 d Otro CL en SieScape donde se ve mejor la relación<br />
de la bursa con la expansión prepatelar <strong>del</strong> cuádriceps.<br />
Hemobursa postraumática<br />
Fig.13.21 a CT en SieScape. Quiste de Baker.<br />
Fig.13.21 b CT en 3D en un paciente con Quiste de Baker.<br />
Fig.13.22 a CT en SieScape. Quiste de Baker con calcificación.<br />
Fig.13.22 b CC en 3D de un Quiste de Baker con calcificación.<br />
340 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.23 a CT en SieScape. Bursitis suprapatelar.<br />
Fig.13.23 b CL en SieScape. Bursitis suprapatelar.<br />
Fig.13.24 a CT en SieScape Quiste de Baker comunicante.<br />
Fig.13.24 CL en SieScape. Quiste de Baker con paredes engrosadas.<br />
Fig.13.25 a CL en una bursitis traumática prepatelar.<br />
Fig.13.25 b CL en 3D. Bursitis traumática prepatelar. La flecha<br />
señala la fractura <strong>del</strong> extremo distal de la patela.<br />
Ilustraciones 341
CUERPOS LIBRES<br />
Fig.13.26 a CT. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
Fig.13.26 b CT en SieScape. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
Fig.13.26 c CL. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
Fig.13.26 d CL. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
Fig.13.26 e CL en SieScape. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
Fig.13.27 CL en una bursitis suprapatelar con calcificación.<br />
342 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
LESIÓN DE LOS CARTÍLAGOS<br />
Fig.13.28 a CT a nivel de los cóndilos femorales con visualización<br />
<strong>del</strong> cartílago articular normal de la rodilla.<br />
Fig.13.28 b CT en SieScape que muestra, aun mejor el cartílago<br />
articular normal.<br />
Fig.13.29 a CT. Afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.29 b CT. Lado contralateral normal.<br />
Fig.13.30 a CT en SieScape. Irregularidad y afinamiento <strong>del</strong> cartílago<br />
de los cóndilos femorales de la rodilla derecha.<br />
Fig.13.30 b CT. Engrosamiento de aspecto inflamatorio <strong>del</strong> cartílago<br />
<strong>del</strong> cóndilo femoral medial de la rodilla izquierda<br />
<strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Ilustraciones 343
PLICA SINOVIAL<br />
Fig.13.31 a CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar (flecha)<br />
con afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.31 b CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar (flecha)<br />
con afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.32 CL. Plica sinovial medio-patelar normal.<br />
Fig.13.33 CL. Plica sinovial medio-patelar engrosada con afinamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.34 a CL. Vista comparativa de ambas rodillas: Engrosamiento<br />
de la plica medio-patelar izquierda.<br />
Fig.13.34 b CL. Plica sinovial medio-patelar normal.<br />
344 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.35 a CL. Plica sinovial medio-patelar engrosada.<br />
Fig.13.35 b CL. Plica sinovial medio-patelar con afinamiento e<br />
irregularidad <strong>del</strong> cartílago articular <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.36 a CT. Plica sinovial medio-patelar engrosada y afinamiento<br />
<strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.36 b CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar engrosada<br />
y afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />
Fig.13.37 CL. Plica Suprapatelar en paciente con una sinovitis<br />
postraumática.<br />
Fig.13.38 CL. Plica medio-patelar y engrosamiento <strong>del</strong> cartílago<br />
<strong>del</strong> CFM.<br />
Ilustraciones 345
LESIÓN DE LOS MENISCOS<br />
Fig.13.39 a CL. Cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial normal.<br />
Fig.13.39 b CL. Vista selectiva <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />
medial normal.<br />
Fig.13.40 CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial<br />
(flecha).<br />
Fig.13.41 CL. Vista comparativa de ambas rodillas con lesión <strong>del</strong><br />
cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial derecho (flecha).<br />
Fig.13.42 CL. Quiste parameniscal lateral.<br />
Fig.13.43 CL en SieScape. Lesión meniscal (flecha), con quiste<br />
parameniscal medial.<br />
346 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.44 CL. comparativo de ambas rodillas con lesión <strong>del</strong> cuerno<br />
posterior <strong>del</strong> menisco medial derecho (flecha).<br />
Fig.13.45 CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral<br />
(flecha) con quiste parameniscal<br />
Fig.13.46 a CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral<br />
(flecha).<br />
Fig.13.46 b CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior<br />
Fig.13.47 a CL de un menisco medial suturado (flecha).<br />
Fig.13.47 b CL. en que se ven puntos de sutura hasta la piel<br />
(flechas).<br />
Ilustraciones 347
SINOVITIS<br />
Fig.13.48 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />
grueso tabique en el interior de la bursa suprapatelar<br />
(flecha).<br />
Fig.13.48 b CT en SieScape. Derrame articular sin proliferación<br />
sinovial.<br />
Fig.13.49 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />
grueso osteofito (flecha) a nivel <strong>del</strong> polo superior de la<br />
patela.<br />
Fig.13.49 b CL. Derrame articular con proliferación sinovial (+)<br />
a predominio de la pared posterior <strong>del</strong>a bursa.<br />
Fig.13.50 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial.<br />
Fig.13.50 b CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />
348 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.51 a Cl. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />
signos de gonartrosis.<br />
Fig.13.51 b CL en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />
sinovial y signos de gonartrosis.<br />
Fig.13.52 a CT. Derrame articular con proliferación sinovial.<br />
Fig.13.52 b CT en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />
sinovial.<br />
Fig.13.52 c CT en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />
sinovial <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.13.52 d CT en SieScape. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Ilustraciones 349
Fig.13.53 a CT Derrame articular con proliferación sinovial y<br />
grueso tabique (flechas).<br />
Fig.13.53 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.13.54 a CL Derrame articular con proliferación sinovial.<br />
Fig.13.54 b CL en 3D <strong>del</strong> paciente de la figura anterior.<br />
Fig.13.55 a CL Sinovitis crónica en un paciente con AR que muestra<br />
una calcificación (flecha).<br />
Fig.13.55 b CT en SieScape. Derrame articular postraumático<br />
en otro paciente.<br />
350 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
OSTEOARTRITIS<br />
Fig.13.56 a CL. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular medial<br />
(flechas).<br />
Fig.13.56 b CL en SieScape. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular<br />
medial.<br />
Fig.13.57 a CL. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular medial con<br />
gruesos osteofítos.<br />
Fig.13.57 b CL en 3D en que se ve mejor el estrechamiento articular<br />
y los osteofitos.<br />
Fig.13.57 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.13.57 d CL en 3D. Signos de Osteoartritis con presencia de<br />
osteofitos.<br />
Ilustraciones 351
LESIONES ÓSEAS<br />
Fig.13.58 a CL. Osteocondroma próximo al cóndilo tibial lateral<br />
(flechas).<br />
Fig.13.58 b CL en SieScape que muestra mejor el osteocondroma.<br />
Fig.13.59 a Cl en una fractura patelar.<br />
Fig.13.59 b CL en que se muestra la rótula contralateral normal.<br />
Fig.13.60 a CL en SieScape. Fractura patelar.<br />
Fig.13.60 b CL en 3D. Fractura patelar señalada por las flechas.<br />
352 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.61 a CT comparativo de ambas rodillas: osteomielitis <strong>del</strong><br />
CFM derecho. El lado izquierdo es normal.<br />
Fig.13.61 b CT Vista selectiva de la rodilla derecha de la figura<br />
anterior.<br />
LESIONES EXTRAARTICULARES<br />
Fig.13.62 a CL Colección extrarticular.<br />
Fig.13.62 b CT en SieScape de la lesión anterior.<br />
Fig.13.62 c CL Colección extrarticular.<br />
Fig.13.62 d Cl en SieScape en que se aprecia una colección<br />
extrarticular.<br />
Ilustraciones 353
TUMORES INTRAARTICULARES<br />
Fig.13.63 a CT de la rodilla con una masa intraarticular.<br />
Fig.13.63 b CT en SieScape de la masa intraarticular de la figura<br />
anterior.<br />
Fig.13.64 a CT. Tumor intraarticular.<br />
Fig.13.64 b Técnica Doppler Color de la lesión Intraarticular<br />
anterior.<br />
Fig.13.65 a CT. Tumor intraarticular de la rodilla.<br />
Fig.13.65 b CT en SieScape de la lesión anterior.<br />
354 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.13.66 a CT. Tumor Intraarticular.<br />
Fig.13.66 b CT. en SieScape <strong>del</strong> tumor intraarticular de la figura<br />
anterior.<br />
Fig.13.67 a CT. Tumor intraarticular<br />
Fig.13.67 b CT en SieScape <strong>del</strong> tumor intraarticular de la lesión<br />
anterior. Sarcoma sinovial.<br />
Fig.13.68 a CT de una tumoración en íntima relación con la<br />
cortical de la tibia.<br />
Fig.13.68 b CL <strong>del</strong> caso anterior en que se ve la irregularidad <strong>del</strong><br />
periostio. Sarcoma parostal.<br />
Ilustraciones 355
Fig.14 a Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> tobillo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 b Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.14 c Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> tobillo con el<br />
transductor en corte transversal.<br />
Fig.14 d Estudio Ecográfico en CT de esa región.<br />
Fig.14 e Vista anatómica de la región lateral <strong>del</strong> tobillo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 f Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
356 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.14 g Vista anatómica de la región medial <strong>del</strong> tobillo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 h Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.14 i Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> tobillo con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 j Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
Fig.14 k Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> pie con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 l Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
Ilustraciones 357
Fig.14 m Vista anatómica de la región plantar <strong>del</strong> pie con el<br />
transductor en corte longitudinal.<br />
Fig.14 n Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />
NORMAL<br />
Fig.14.1 a CL en SieScape de la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendón<br />
<strong>del</strong> tibial anterior.<br />
Fig.14.1 b CT <strong>del</strong> mismo caso. Se visualizan los tendones <strong>del</strong><br />
tibial anterior y <strong>del</strong> extensor común de los dedos.<br />
Fig.14.1 c CL en la región anterior <strong>del</strong> tobillo a nivel de uno de los<br />
tendones extensores anteriores.<br />
Fig.14.1 d CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendones<br />
extensores <strong>del</strong> pie.<br />
358 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.14.1 e CT en la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendones<br />
extensores <strong>del</strong> pie.<br />
Fig.14.1 f CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
Fig.14.1 g CL .en la región posterior <strong>del</strong> tobillo. Tendón de<br />
Aquiles (TA).<br />
Fig.14.1 h CT <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.14.1 iCL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente a nivel de la unión<br />
músculo-tendinosa <strong>del</strong> Aquiles.<br />
Fig.14.1 j CL más distal <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Ilustraciones 359
Fig.14.1 k CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> tercio distal<br />
de la pierna y tobillo. Tríceps sural y su tendón común.<br />
Fig.14.1 l Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se ve el<br />
tendón de Aquiles.<br />
TENDINITIS Y TENOSINOVITIS<br />
Fig.14.2 a CL en SieScape. Tenosinovitis de los flexores <strong>del</strong> pie.<br />
Fig.14.2 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.14.3 a CT Tenosinovitis de los peroneos.<br />
Fig.14.3 b CL <strong>del</strong> caso anterior.<br />
360 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.14.4 a CL de otro paciente con tenosinovitis de los peroneos.<br />
Fig.14.4 b CL <strong>del</strong> mismo <strong>del</strong> caso de la figura anterior.<br />
Fig.14.5 a CL con tenosinovitis crónica <strong>del</strong> tibial posterior.<br />
Fig.14.5 b CT <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.14.6 a CT. Tenosinovitis de los peroneos.<br />
Fig.14.6 b CT <strong>del</strong> caso de la figura anterior.<br />
Ilustraciones 361
Fig.14.7 CL. Tenosinovitis <strong>del</strong> flexor <strong>del</strong> 2do.dedo <strong>del</strong> pie derecho.<br />
Fig.14.8 CT. Tenosinovitis de los flexores <strong>del</strong> 2do. Y 3er dedos <strong>del</strong><br />
pie izquierdo.<br />
Fig.14.9 CL. Tenosinovitis crónica <strong>del</strong> extensor con calcificaciones<br />
y sinovitis interfalangica <strong>del</strong> 1 er dedo.<br />
Fig.14.10 CT con tenosinovitis crónica <strong>del</strong> extensor.<br />
Fig.14.11 a CL. Bursitis crónica pre-aquiliana.<br />
Fig.14.11 b CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />
362 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS<br />
Fig.14.12 a CL a nivel de la articulación peronea-astragalina anterior,<br />
donde, además de la distensión articular, se observa<br />
engrosamiento <strong>del</strong> ligamento (flechas).<br />
Fig.14.12 b CL de la articulación peronea-astragalina contralateral<br />
donde se observa al ligamento <strong>del</strong> mismo nombre, de<br />
aspecto normal.<br />
Fig.14.12 c CL a nivel de la articulación tibio-escafoidea <strong>del</strong> mismo<br />
paciente, donde se observa engrosamiento y pérdida<br />
<strong>del</strong> patrón normal <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo.<br />
Fig.14.12 d CL a nivel de la articulación tibio-escafoidea observándose<br />
signos de desgarro <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo, en<br />
su componente anterior.<br />
SINOVITIS<br />
Fig.14.13 a CL. sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo. La flecha indica el EA<br />
estrechado.<br />
Fig.14.13 b CL. Otro aspecto de una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Ilustraciones 363
Fig.14.13 c CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.13 d CL. en un paciente con una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.13 e CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.14 CL. Otro paciente con una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.15 a CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.15 b CL. Otro aspecto de una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
364 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.14.16 a CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14. 16 b CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />
Fig.14.17 CL. en SieScape de un paciente con una sinovitis<br />
crónica <strong>del</strong> tobillo. La flecha señala una de las calcificaciones<br />
(flecha).<br />
Fig.14.18 CL en SieScape de un paciente con una sinovitis crónica<br />
<strong>del</strong> tobillo con una calcificación (flecha).<br />
Fig.14.19 a CL. Articulación metatarso-falángica normal.<br />
Fig.14.19 b CL. Sinovitis metatarso-falángica <strong>del</strong> 2 do dedo.<br />
Ilustraciones 365
Fig.14.20 CL. Sinovitis crónica de la articulación tibio-tarsiana.<br />
Fig.14.21 Cl. Sinovitis crónica de la articulación tarsometatarsiana.<br />
TUMORES<br />
Fig.14.22 CT. Tumor en el trayecto <strong>del</strong> nervio tibial posterior.<br />
Fig.14.23 CL. Tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />
Fig.14.24 a CL. Otra vista <strong>del</strong> tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />
Fig.14.24 b CL. Tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />
366 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
GRANULOMA<br />
Fig.14.25 a CL. Granuloma a cuerpo extraño.<br />
Fig.14.25 b CL en SieScape. Se ve mejor el granuloma a cuerpo<br />
extraño.<br />
Fig.14.25 c CL. Otra vista <strong>del</strong> granuloma a cuerpo extraño.<br />
Fig.14.25 d CL. Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.14.25 e CL en SieScape en que se observa el granuloma en<br />
toda su extensión.<br />
Ilustraciones 367
Fig.15.1 a CT. en SieScape de un tumor <strong>del</strong> pectoral mayor con<br />
características de benignidad.<br />
Fig.15.1 b CL. en SieScape <strong>del</strong> caso anterior con las características<br />
de un tumor benigno.<br />
Fig.15.2 a CL. Tumor benigno <strong>del</strong> aductor mayor.<br />
Fig.15.2 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.15.2 c CL. en SieScape <strong>del</strong> tumor benigno <strong>del</strong> aductor mayor.<br />
Fig.15.2 d CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />
368 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.15.3 a CL. de un tumor muscular con características de benignidad<br />
en la cara antero interna <strong>del</strong> muslo.<br />
Fig.15.3 b CL en SIeScape de un tumor maligno de la cadera, con<br />
calcificaciones.<br />
Fig.15.4 a CT en un tumor maligno <strong>del</strong> muslo con extensas áreas<br />
de necrosis.<br />
Fig.15.4 b CT. con vista de magnificación <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.15.4 c CT. de una composición fotográfica <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.15.4 d Vista de magnificación que muestra la extensa área de<br />
necrosis tumoral. Fibrohistiocitoma maligno.<br />
Ilustraciones 369
Fig.15.5 a CT. de un Rabdomiosarcoma <strong>del</strong> recto interno.<br />
Fig.15.5 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.15.5 c SieScape en CL <strong>del</strong> paciente con el Rabdomiosarcoma<br />
<strong>del</strong> recto interno.<br />
Fig.15.5 d Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />
Fig.15.6 a Corte en que se aprecia una recidiva tumoral.<br />
Fig.15.6 b CL. en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
370 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.15.7 a CL. de un paciente con recidiva tumoral de un sarcoma<br />
intramuscular <strong>del</strong> peroneo largo.<br />
Fig.15.7 b CL. <strong>del</strong> caso anterior en que se ve que el tumor respeta<br />
al peroné (flechas).<br />
Fig.15.8 a CL. de una tumoración <strong>del</strong> cuadríceps de contornos<br />
bien definidos. No hay lesión ósea.<br />
Fig.15.8 b DC <strong>del</strong> caso anterior que muestra un gran número de<br />
vasos intratumorales y un Espectro patológico.<br />
Fibrohistiocitoma maligno.<br />
Fig.15.9 a CT de un tumor sólido <strong>del</strong> vasto intermedio.<br />
Fig.15.9 b DC <strong>del</strong> caso anterior que muestra vasos intratumorales.<br />
Ilustraciones 371
Fig.15.9 c Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente que demuestra su origen<br />
en el vasto intermedio.<br />
Fig.15.9 d Imagen en 3D en que se ve la extensión longitudinal<br />
de la tumoración.<br />
Fig.15.9 e DC que muestra un gran flujo vascular dentro <strong>del</strong> tumor<br />
Fig.15.9 f DC <strong>del</strong> mismo caso que muestra el aspecto patológico<br />
<strong>del</strong> espectro.<br />
Fig.15.10 a CT en la cara posterior <strong>del</strong> brazo. Gran masa tumoral<br />
intramuscular.<br />
Fig.15.10 b CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> brazo <strong>del</strong><br />
mismo caso.<br />
372 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.15.10 c CT en SieScape de la región posterio <strong>del</strong> brazo <strong>del</strong><br />
mismo paciente.<br />
Fig.15.10 d CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior donde se ve mejor su zona<br />
central de necrosis.<br />
Fig.15.10 e Doppler color <strong>del</strong> caso anterior donde se ve la escasa<br />
vascularización <strong>del</strong> tumor.<br />
Fig.15.10 f CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso. Tumor maligno <strong>del</strong> brazo.<br />
Fig.15.11 a CL de la región anterior <strong>del</strong> muslo. Tumor mixto<br />
intramuscular.<br />
Fig.15.11 b CL en SieScape de la región posterior de la pierna.<br />
Ilustraciones 373
TUMOR INTRAMUSCULAR.<br />
Fig.15. 11 c CL en Siescape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.15. 11 d CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente. Sarcoma indiferenciado<br />
MASAS EXTRAMUSCULARES<br />
Fig.15.12 a CT <strong>del</strong> muslo donde se visualiza un nódulo ecogénico<br />
y bien definido en el TCS, con el aspecto de un lipoma.<br />
Fig.15.12 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve aún<br />
mejor su fina pared.<br />
Fig.15.12 c Cl en SieScape <strong>del</strong> tercio superior <strong>del</strong> brazo donde se<br />
observa un nódulo ovalado entre el TCS y el <strong>del</strong>toides.<br />
Fig.15.12 d CL en 3D. Lipoma.<br />
374 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.15.13 a CL. Mixoma extramuscular <strong>del</strong> hombro.<br />
Fig.15.13 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />
Fig.15.13 c Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente en que se comprueba su<br />
naturaleza extramuscular.<br />
Fig.15.13 d CL en SieScape que muestra aún mejor la localización<br />
y extensión <strong>del</strong> tumor.<br />
Fig.15.14 a CL de la región dorsal <strong>del</strong> hombro donde se observa<br />
tumor extramuscular.<br />
Fig.15.14 b CL con Doppler color <strong>del</strong> mismo caso en que se ve que<br />
la tumoración aparece pobremente vascularizada.<br />
Ilustraciones 375
Fig.15.15 a CL. Infiltración linfomatosa de las partes blandas <strong>del</strong><br />
tórax en íntima relación con la pleura.<br />
Fig.15.15 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior que demuestra aún<br />
mejor la infiltración tumoral en un linfoma (LNH).<br />
Fig.16 a Trayecto de la aguja lejos de la lesión.<br />
Fig.16 b Se ve el trayecto de la aguja acercándose a la lesión.<br />
Fig.16 c Trayecto de la aguja en la periferia de la lesión.<br />
Fig.16 d Se ve la aguja penetrando en la lesión.<br />
376 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.16 e Se ve la aguja en el centro de la lesión.<br />
Fig.16 f Se visualiza el trayecto de retirada de la aguja.<br />
PACIENTE NORMAL<br />
Fig.17 a<br />
Ilustraciones 377
PACIENTE CON OSTEOPENIA<br />
Fig.17 b<br />
PACIENTE CON OSTEOPOROSIS<br />
Fig.17 c<br />
378 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>
Fig.18 a Reflejo viscerocutáneo y visceromuscular.<br />
Fig.18 b Cutivisceral y cutimuscular.<br />
Ilustraciones 379
FIG.18 c Pacientes estudiados.<br />
380 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>