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Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Ecografía<br />

<strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong><br />

Prof. Orlando Valls Pérez<br />

Lic. Jorge Luis Hernández Castro<br />

Dr. Ricardo Anillo Badía<br />

La Habana, 2003


Edición: Lic. Maura Esther Díaz Antúnez<br />

Diseño y emplane: D.I. José Manuel Oubiña González<br />

© Orlando Valls Pérez ,<br />

Jorge Luis Hernández Castro,<br />

Ricardo Anillo Badía, 2003<br />

© Sobre la presente edición:<br />

Editorial Ciencias Médicas, 2003<br />

ISBN 959-212-090-0<br />

Editorial Ciencias Médicas<br />

Calle I No. 202 esquina a Línea<br />

El Vedado, Ciudad de La Habana<br />

CP 10400, Cuba<br />

Teléfono (53-7) 55 3375<br />

ecimed@infomed.sld.cu


AUTORES<br />

Prof. Orlando Valls Pérez<br />

Doctor en Ciencias, Profesor Titular de la Universidad Médica de La Habana.<br />

Lic.Jorge Luis Hernández Castro<br />

Licenciado en Tecnología de la Salud. Especialista en Imagenología.<br />

Dr. Ricardo Anillo Badía<br />

Especialista de I Grado en Medicina deportiva. Máster en Control Médico <strong>del</strong><br />

Entrenamiento Deportivo. Instructor.<br />

COLABORADORES<br />

Dra. María E. Parrilla Delgado<br />

Especialista de II Grado en Radiología. Asistente.<br />

Dr. Emilio Villanueva Cajigas<br />

Especialista de I Grado en Medicina Deportiva<br />

Dr. Rubén Pérez Castillo<br />

Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología<br />

Dra. María <strong>del</strong> C. Aguilar Callejas<br />

Especialista de I Grado en Radiología<br />

Lic. Roberto Caballero Pinedo<br />

Licenciado en tecnología de la Salud<br />

Lic. José A. Prado González<br />

Licenciado en Tecnología de la Salud<br />

Lic. José M. Chao Paredes<br />

Licenciado en Tecnología de la Salud<br />

Tec. Especializado en Imagenología Alfredo Matute Carrión


PRÓLOGO<br />

Profesionales de gran experiencia en el área de la Imagenología, ponen en<br />

nuestras manos la presente obra que recoge, de manera teórica y práctica, el<br />

empleo <strong>del</strong> Ultrasonido de Alta Resolución en el diagnóstico imagenológico<br />

<strong>del</strong> aparato locomotor o sistema osteomioarticular.<br />

En él se señalan las alteraciones intraarticulares y periarticulares, imprescindibles<br />

en el diagnóstico de las enfermedades más frecuentes en los deportistas,<br />

tanto las provocadas por accidentes o por lesiones de sobreuso, las<br />

cuales requerían, para su diagnóstico, de métodos invasivos y en muchos casos<br />

no eran lo suficientemente certeras.<br />

Este libro representa un documento de referencia, sobre un método de diagnóstico<br />

de gran utilidad para los especialistas <strong>del</strong> área de la Medicina Deportiva,<br />

así como para los traumatólogos, en la aplicación ulterior de técnicas<br />

quirúrgicas que han alcanzado un gran desarrollo en la “Escuela Cubana de<br />

Medicina <strong>del</strong> Deporte”, lo que ha permitido obtener reconocidos éxitos nacionales<br />

e internacionales.<br />

Es por ello que a todo el colectivo de profesores que trabajaron en cada<br />

capítulo de este libro, le expresamos el reconocimiento de nuestra institución<br />

por tan valiosa contribución al quehacer científico de nuestro país, lo que<br />

demuestra la razón por la que somos una potencia médica.<br />

Reconocer la importancia de esta obra es creer en el valor de ella como la<br />

semilla que germinará en ulteriores textos.<br />

Dr. Mario Granda Fraga<br />

Director<br />

Instituto de Medicina <strong>del</strong> Deporte


INTRODUCCIÓN<br />

La historia de la imagenología <strong>del</strong> aparato locomotor<br />

o sistema osteomioarticular (SOMA), está ligada al desarrollo<br />

de varias técnicas, iniciadas con la radiología convencional<br />

y seguidas posteriormente por los estudios de<br />

medicina nuclear (MN), radiología digital (RD), tomografía<br />

axial computarizada (TAC) y más recientemente con la<br />

resonancia magnética (IRM) y el ultrasonido de alta resolución<br />

(USAR).<br />

La TAC y en particular la IRM, ofrecen información<br />

de las alteraciones intraarticulares y periarticulares, extendiéndose<br />

hasta las afecciones de la médula ósea, músculos<br />

y otros tejidos blandos, a los cuales sólo podíamos<br />

acceder por medios invasivos.<br />

.No obstante, la radiología convencional y muy especialmente<br />

la digitálica, tiene un papel determinante en el<br />

estudio de las enfermedades óseas y en muchas ocasiones<br />

constituye el único examen para su diagnóstico.<br />

La medicina nuclear, a pesar de su bajo nivel de resolución,<br />

continúa siendo una modalidad diagnóstica para evaluar<br />

las lesiones esqueléticas difusas..<br />

Por su parte la historia de la ecografía <strong>del</strong> sistema<br />

ostemioarticular, se pudiera remontar al año 1877, en que<br />

se realiza la descripción anatómica en la ruptura <strong>del</strong> manguito<br />

rotador <strong>del</strong> hombro. Pero es sólo hasta el año 1939<br />

en que se informa la primera exploración ecográfica de<br />

este importante sistema.<br />

Resulta difícil el realizar una breve reseña de sus principales<br />

aplicaciones en el SOMA, pero intentaremos revisar<br />

algunas de ellas.<br />

Como ya habíamos señalado la radiología convencional,<br />

sólo podía diagnosticar la mayoría de las lesiones óseas,<br />

estando muy limitada su aplicación en el estudio de los<br />

tejidos blandos vecinos. La introducción de algunas técnicas<br />

de avanzada como la tomografía axial computarizada<br />

y muy especialmente la resonancia magnética, permitieron<br />

visualizar estructuras, no sólo <strong>del</strong> hueso, sino también<br />

de los tejidos blandos que la rodean.<br />

El advenimiento de transductores de ultrasonido de<br />

muy alta resolución, ha permitido que compita con estas<br />

técnicas imagenológicas sofisticadas, ofreciéndonos además,<br />

la posibilidad de realizar estudios dinámicos, de gran<br />

importancia en la afección <strong>del</strong> SOMA.<br />

Otro campo de aplicación de la ecografía, ha sido en<br />

las artropatías, y en la cual, algunos autores, la reconocen<br />

como “el dedo extendido <strong>del</strong> reumatólogo”.<br />

En las enfermedades inflamatorias de las articulaciones,<br />

la ecografía permite un diagnóstico muy precoz, es<br />

mucho más sensible que los rayos X para detectar las<br />

lesiones erosivas iniciales de las artritis, sobre todo en sus<br />

localizaciones periféricas. Además, logra diagnosticar una<br />

sinovitis inicial y diferenciar un derrame articular de una<br />

hipertrofia sinovial.<br />

En este campo <strong>del</strong> conocimiento es frecuente que sirva<br />

de guía para la localización adecuada de las agujas con<br />

el fin de realizar inyecciones de agentes terapéuticos, aspiraciones<br />

diagnósticas o biopsias.<br />

Otra limitante de la radiología convencional, es el<br />

estudio de los cartílagos articulares y óseos, que fue superado,<br />

luego de la introducción de la IRM. Del mismo<br />

modo, la ecografía permite el estudio <strong>del</strong> cartílago articular<br />

y óseo, de gran importancia para la evaluación de<br />

los centros de osificación, en el diagnóstico de la displasia<br />

de desarrollo de la cadera, y para el diagnóstico de las<br />

lesiones traumáticas que interesan las epífisis<br />

cartilaginosas y las metáfisis de crecimiento de los huesos<br />

largos en el niño.<br />

En años recientes se ha demostrado el valor de la<br />

ecografía en diferentes tipos de fracturas de los huesos<br />

largos, costillas, etc. y particularmente en algunas de sus<br />

complicaciones (osteomielitis). Existen múltiples artículos<br />

en que se valora el uso de la ecografía como el método<br />

ideal para el seguimiento de las fracturas de los huesos<br />

largos con la técnica de estiramiento progresivo, con el fin<br />

de conocer la evolución <strong>del</strong> callo óseo.<br />

Otras de las aplicaciones recientes de la ecografía es<br />

su extensión al diagnóstico de la osteoporosis, en que la<br />

evaluación de la velocidad <strong>del</strong> sonido y la atenuación acústica<br />

en la región <strong>del</strong> tobillo, constituye una técnica competitiva<br />

en el diagnóstico precoz de la osteopenia y<br />

osteoporosis.


Ahora bien, un campo reservado a la ecografía es el<br />

referido al estudio de las lesiones de los deportistas. Se sabe<br />

que el deporte, especialmente el de las grandes competiciones,<br />

provoca gran interés en los medios de comunicación,<br />

lo que ha incrementado la demanda <strong>del</strong> movimiento deportivo.<br />

Ello obliga a realizar esfuerzos físicos notables, con el<br />

aumento natural de lesiones, especialmente durante la<br />

precompetición, ya que los técnicos exigen un mayor entrenamiento<br />

y sobre todo, por períodos prolongados. Hoy en<br />

día las competencias deportivas de alto nivel, se desarrollan<br />

casi de manera universal y es raro el mes o semana en que<br />

no se rompa una marca internacional, lo que explica lo frecuente<br />

de estas lesiones en los deportistas.<br />

Ello exige un diagnóstico precoz y preciso, no solo por<br />

la gravedad de las mismas, sino también por la posible<br />

repercusión socioeconómica que ellas representan.<br />

Las estadísticas demuestran que la mayoría de las lesiones<br />

deportivas ocurren en las partes blandas y de ahí el<br />

papel determinante de la ecografía en el área <strong>del</strong> deporte,<br />

que no solo permite un diagnóstico precoz y preciso, sino<br />

también un diagnóstico evolutivo de estas lesiones, lo que<br />

unido al examen físico permite al especialista en medicina<br />

deportiva o cirujano ortopédico determinar el momento de<br />

reanudar el entrenamiento, el tipo de trabajo físico a realizar<br />

y por tanto, disminuir al mínimo, el período de reposo<br />

para poder reiniciar la actividad deportiva.<br />

Las ventajas generales de la ecografía son bien conocidas,<br />

y en particular en el SOMA debemos recalcar:<br />

- La posibilidad de realizar una correlación directa entre<br />

los síntomas <strong>del</strong> paciente y los hallazgos de la<br />

ecografía.<br />

- El poder establecer un estudio comparativo con el<br />

lado sano.<br />

- La valoración dinámica en diferentes planos de estudio.<br />

- El bajo costo y la velocidad <strong>del</strong> examen.<br />

No obstante, existen algunas desventajas en la utilización<br />

de la ecografía en las afecciones <strong>del</strong> SOMA, entre<br />

las que cabe citar:<br />

- Experiencia previa <strong>del</strong> operador.<br />

- Conocimiento anterior <strong>del</strong> aspecto ecográfico de las<br />

diferentes enfermedades.<br />

- Dependencia técnica con el operador.<br />

- Limitaciones en el estudio <strong>del</strong> esqueleto.<br />

La introducción de nuevos equipos de ultrasonido con<br />

nuevas técnicas, tales como la ecografía extendida<br />

(SieScape), el empleo de los armónicos y de los equipos<br />

de tercera dimensión, nos impulsó a realizar este Libro,<br />

con el cual esperamos que todos los médicos interesados<br />

en esta técnica encuentren una guía para el diagnóstico<br />

de la enfermedad <strong>del</strong> SOMA.<br />

La incorporación de la osteodensitometría<br />

ultrasonográfica completa, a nuestro parecer, las múltiples<br />

indicaciones actuales de la ecografía en el SOMA.<br />

El libro contiene un capítulo dedicado a una revisión<br />

somera de la anatomía musculotendinosa <strong>del</strong> SOMA que<br />

incluye también los haces vasculonerviosos de las extremidades,<br />

independientemente de que en cada una de las<br />

grandes articulaciones aparece un recordatorio de sus estructuras<br />

anatómicas principales.<br />

A continuación se revisan los aspectos principales de<br />

todas las articulaciones con la ecografía, lo que va precedido<br />

de un análisis imagenológico de las lesiones musculares,<br />

tendinosas, ligamentarias, articulares, periósticas, y<br />

óseas, y un capítulo dedicado al aspecto ecográfico en los<br />

tumores óseos y de la partes blandas.<br />

El libro tiene un capítulo dedicado a la experiencia de<br />

uno de los colaboradores en lo que él ha llamado la “Terapia<br />

Ecológica. Quiromasaje Terapéutico” en algunas afecciones<br />

<strong>del</strong> SOMA.<br />

La mayoría de las ilustraciones ecográficas aparecen<br />

señalizadas, anexándose las abreviaturas de los términos<br />

utilizados.


ABREVIATURAS<br />

A<br />

Acetábulo: AC.<br />

Acromion: Ac<br />

Aductor menor:: Ad Mn.<br />

Aductor mayor Ad My.<br />

Arteria: Art<br />

Artritis reumatoidea: AR.<br />

Astrágalo: Ast.<br />

B<br />

Bíceps braquial: B Br.<br />

Bursa: B.<br />

Bursa pretibial: BPT.<br />

Bursa subacromial: BSA.<br />

Bursa sub<strong>del</strong>toidea: BSD.<br />

Bursa suprapatelar: BSP.<br />

C<br />

Calcáneo: Cal.<br />

Calcificación: Ca.<br />

Carpo: Carp.<br />

Cartílago articular: C.<br />

Cartílago trirradiado: Ct.<br />

Clavícula: Clav.<br />

Colección: Col.<br />

Complejo capsuloligamentoso medial: LCM.<br />

Cóndilo femoral lateral: CFL.<br />

Cóndilo femoral medial: CFM.<br />

Cóndilo tibial lateral: CTL.<br />

Cóndilo tibial medial: CTM.<br />

Coracoides: Cor.<br />

Cúbito: Cub.<br />

Cuerno posterior menisco lateral: cpml<br />

Cuerno posterior menisco medial: cpmm<br />

Cuerpo <strong>del</strong> menisco lateral: cupml<br />

Cuerpo <strong>del</strong> menisco medial: cupmm<br />

Cuerpo extraño: CE.<br />

Cuerpo libre: Cuerp L.<br />

D<br />

Deltoides: Delt.<br />

Derecho: Der.<br />

Desgarros: *<br />

Diáfisis: D.<br />

Distal: dist.<br />

E<br />

Epicóndilo: Epic.<br />

Epífisis: E.<br />

Epitróclea: Epit.<br />

Espacio articular: EA.<br />

F<br />

Falanges: fal.<br />

Fémur: Fem.<br />

Fibras: Fb<br />

Fibrocartílago: Tc.<br />

Fosa olecraniana: FO.<br />

Fractura: Fx.<br />

G<br />

Ganglios: G.<br />

Ganglión quístico: Gq.<br />

Gemelo lateral :GL.<br />

Gemelo medial :GM.<br />

Glúteo medio: Glúteo med.<br />

Glúteo mínimo: Glúteo min.<br />

Grasa de Hoffa: GH.<br />

H, I<br />

Húmero: Hum.<br />

Infraespinoso: Ie.<br />

Izquierdo: Izq.


L<br />

Labrum: Lab.<br />

Ligamento colateral peroneo: LCP.<br />

Ligamento coracocromial: Lig. C-A<br />

Ligamento humeral transverso: LHT.<br />

Ligamento peroneoastragalino<br />

anterior: Lig.PAA.<br />

Ligamento transverso <strong>del</strong> carpo: LTC.<br />

Lipoma: Lip.<br />

Líquido: L.<br />

M<br />

Maléolo peroneo: Mal Per.<br />

Maléolo tibial: Mal. Tib.<br />

Masa: M.<br />

Media: med.<br />

Menisco: Mn.<br />

Metacarpiano: Metac.<br />

Metacarpofalángica: MCF.<br />

Metatarsianos: metat.<br />

Miositis osificante: MO.<br />

Músculo: Musc.<br />

Músculo braquial anterior: Br A.<br />

Músculo braquiorradialis: Br R.<br />

Músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo: Fcc.<br />

Músculo pronador redondo: Pr R.<br />

N<br />

Nervio ciático: NC.<br />

Nervio cubital: Nc.<br />

Nervio mediano: Nm.<br />

Nódulo: N.<br />

O<br />

Oblicuo externo: OE.<br />

Oblicuo interno: OI.<br />

Osteofitos: Ost.<br />

P, Q<br />

Patela: Pat.<br />

Pectoral mayor: P May.<br />

Pectoral menor: P Mn.<br />

Peroné: Per.<br />

Porción larga <strong>del</strong> bíceps. PLB.<br />

Proximal: prox.<br />

Quistes: Q.<br />

R<br />

Radio: R.<br />

Rampa condílea medial: RCM.<br />

Rampa condílea lateral: RCL.<br />

Recto anterior: RA.<br />

Recto interno: RI.<br />

Redondo menor: Rm.<br />

Retináculo lateral: Ret Lat.<br />

Retináculo medial: Ret Med.<br />

S<br />

Sartorio: Sar.<br />

Semimembranoso: SM.<br />

Semitendinoso: ST.<br />

Sesamoideo: Sesam.<br />

Sinovial: S.<br />

Sóleo: Sol.<br />

Sombra acústica: Sa.<br />

Subescapular: SE.<br />

Supraespinoso: Se.<br />

T<br />

Tabique: Tab.<br />

Tejido celular subcutáneo: TCS.<br />

Tendón: T.<br />

Tendón común de los epicondíleos: Ep.<br />

Tendón común de los epitrocleares: Et.<br />

Tendón común de los flexores plantares: FP.<br />

Tendón de Aquiles: TA.<br />

Tendón <strong>del</strong> cuádriceps: TC.<br />

Tendón <strong>del</strong> tibial anterior: T Ant.<br />

Tendón <strong>del</strong> tibial posterior: T Post.<br />

Tendón extensor común de los dedos <strong>del</strong> pie: ECDP.<br />

Tendón extensor propio primer dedo: EP1D.<br />

Tendón patelar: TP.<br />

Tendón peroneo corto: TPC.<br />

Tendón peroneo largo: TPL.<br />

Tibia: Tib.<br />

Trapecio: Trap.<br />

Triángulo de Kager: TK.<br />

Tríceps braquial: T Br.<br />

Tumor: T.<br />

V<br />

Vaina tendinosa: V.<br />

Vasto intermedio: VI.<br />

Vasto lateral: VL.<br />

Vasto medial: VM.<br />

Vellosidades sinoviales: Vs.<br />

Vena: V


CONTENIDO<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor<br />

(SOMA)/ 1<br />

Hombro. Brazo/ 1<br />

Hombro/ 1<br />

Brazo/ 1<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> hombro y brazo/ 2<br />

Codo. Antebrazo/ 2<br />

Antebrazo/ 2<br />

Muñeca. Mano/ 4<br />

Muñeca/ 4<br />

Mano/ 4<br />

Cadera. Muslo/ 5<br />

Cadera/ 5<br />

Muslo/ 6<br />

Rodilla. Pierna/ 7<br />

Rodilla/ 7<br />

Pierna/ 7<br />

Tobillo. Pie/ 8<br />

Tobillo/ 8<br />

Pie/ 9<br />

Breve revisión de la física de la ecografía aplicada<br />

al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor/ 11<br />

Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular/ 13<br />

Introducción/ 13<br />

Ventajas. Desventajas. Indicaciones de la ecografía<br />

muscular/ 13<br />

Desventajas de la ecografía en relación con la IRM/ 13<br />

Indicaciones/ 13<br />

Técnica <strong>del</strong> examen/ 14<br />

Aspecto ecográfico normal/ 14<br />

Patología muscular/ 14<br />

Mecanismo <strong>del</strong> trauma/ 14<br />

Hallazgos ecográficos en el trauma/ 15<br />

Enfermedades neuromusculares. Aplicaciones de la<br />

ecografía/ 18<br />

Introducción/ 18<br />

Miopatías/ 18<br />

Distrofia muscular progresiva/ 19<br />

Distrofia miotónica/ 19<br />

Distrofia muscular congénita/ 19<br />

Miopatías inflamatorias/ 19<br />

Características en la ecografía de la distrofia muscular<br />

progresiva y de las miopatías inflamatorias/ 19<br />

Neuropatías/ 19<br />

Neuropatía hereditaria sensoromotora/ 20<br />

Atrofia muscular espina/ 20<br />

Ecografía de los tendones/ 23<br />

Introducción/ 23<br />

Técnica/ 23<br />

Ecografía normal/ 23<br />

Patología tendinosa/ 24<br />

Procesos inflamatorios/ 24<br />

Tendinitis y tenosinovitis agudas/ 24<br />

Tendinitis crónica/ 24<br />

Tendinitis de inserción/ 24<br />

Tendinitis de causas misceláneas (trastornos<br />

metabólicos y sistémicos)/ 24<br />

Tenosinovitis infecciosas/ 25<br />

Tendinitis calcificante. Tendinitis estenosante/ 25<br />

Procesos degenerativos. Tendinosis/ 25<br />

Ruptura tendinosa/ 25<br />

Luxación tendinosa/ 26<br />

Tumores tendinosos/ 26<br />

Ecografía de los ligamentos/ 29<br />

Introducción/ 29<br />

Técnica/ 29


Anatomía de los ligamentos/ 29<br />

Ecografía normal/ 30<br />

Mecanismo de lesión/ 30<br />

Patología de los ligamentos/ 30<br />

Fisiología de la cicatrización de los ligamentos/ 31<br />

Fase I (de inflamación)/ 31<br />

Fase II (de proliferación de matriz y células)/ 31<br />

Fase III (de remo<strong>del</strong>ación)/ 31<br />

Fase IV (de maduración)/ 31<br />

Aspecto particular de las lesiones ligamentarias/ 31<br />

Ecografía de los nervios periféricos/ 35<br />

Introducción/ 35<br />

Técnica/ 35<br />

Anatomía ecográfica normal/ 36<br />

Patología de los nervios/ 36<br />

Lesiones traumáticas/ 36<br />

Lesiones nerviosas por inyección muscular/ 36<br />

Lesiones nerviosas inflamatorias/ 36<br />

Cirugía reconstructiva de los nervios/ 36<br />

Neuropatías por atrapamiento/ 36<br />

Introducción/ 36<br />

Síndromes compresivos/ 37<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades/ 43<br />

Introducción/ 43<br />

Técnica/ 43<br />

Patología articular/ 44<br />

Patología articular traumática/ 44<br />

Patología articular no traumática/ 44<br />

Hallazgos ecográficos generales de la patología<br />

articular/ 45<br />

Líquido articular/ 45<br />

Alteraciones de la sinovial/ 45<br />

Patología tendinosa periarticular/ 45<br />

Patología de los ligamentos/ 45<br />

Patología de las inserciones tendinosas y<br />

ligamentarias. Insercionitis. Entensiopatías/ 45<br />

Breve estudio ecográfico de la patología de las principales<br />

articulaciones/ 46<br />

Articulación acromioclavicular/ 46<br />

Articulación glenohumeral/ 46<br />

Articulación <strong>del</strong> codo/ 46<br />

Articulaciones de la mano y de la muñeca/ 46<br />

Articulación de la cadera/ 46<br />

Articulación de la rodilla/ 47<br />

Articulaciones <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 47<br />

Ecografía en la patología articular crónica/ 47<br />

Introducción/ 47<br />

Ecografía en las artritis inflamatorias/ 48<br />

Indicaciones de la ecografía en las afecciones<br />

reumatoideas (resumen)/ 49<br />

Ecografía en las artritis por depósito de cristales/ 50<br />

Gota/ 50<br />

Calcificación <strong>del</strong> cartílago. Condrocalcinosis/ 50<br />

Calcificación de las bursas. Bursa<br />

subacromiosub<strong>del</strong>toidea (SASD) o subcoracoidea / 50<br />

Ecografía en otros procesos articulares/ 50<br />

Osteoartritis. Osteoartrosis/ 50<br />

Procesos articulares sépticos/ 50<br />

Artritis por depósito de amiloide/ 51<br />

Enfermedad articular rápidamente destructiva/ 51<br />

Artropatía neurotrófica. Artropatía de Charcot/ 51<br />

Artropatía neurotrófica de los miembros superiores/ 52<br />

Artropatía neurotrófica de los miembros inferiores/ 52<br />

Hombro de Milwaukee/ 53<br />

Artropatía hemofílica/ 53<br />

Ecografía en las enfermedades de la sinovial/ 53<br />

Introducción/ 53<br />

Aspectos técnicos/ 53<br />

Alteraciones patológicas/ 54<br />

Derrame articular. Sinovitis/ 54<br />

Tenosinovitis/ 55<br />

Masas sinoviales intraarticulares/ 55<br />

Sinovitis pigmentada villonodular/ 55<br />

Osteocondromatosis sinovial/ 55<br />

Lipoma arborescente sinovial/ 56<br />

Hemangioma sinovial articular/ 56<br />

Masas sinoviales en las vainas tendinosas o bursas/ 56<br />

Quistes sinoviales/ 56<br />

Ecografía en las enfermedades de las bursas/ 56<br />

Introducción/ 56<br />

Alteraciones patológicas/ 56<br />

Bursitis agudas no comunicantes/ 57<br />

Bursitis comunicantes/ 57<br />

Gangliones/ 57<br />

Ecografía de los cuerpos libres intraarticulares y en<br />

las bursas/ 57<br />

Introducción/ 57<br />

Patogenia/ 58<br />

Aspecto ecográfico particular de los cuerpos libres en<br />

diferentes articulaciones y bursas/ 59<br />

Hombro/ 59<br />

Codo/ 59<br />

Rodilla/ 59<br />

Tobillo/ 60<br />

Aspecto ecográfico <strong>del</strong> cartílago articular y óseo/ 60<br />

Introducción/ 60<br />

Técnica/ 60


Aspecto ecográfico normal/ 60<br />

Alteraciones patológicas/ 61<br />

Lesiones traumáticas/ 61<br />

Lesiones no traumáticas/ 61<br />

Ecografía <strong>del</strong> periostio y la cortical/ 65<br />

Alteraciones patológicas/ 65<br />

Cuerpos extraños en las partes blandas/ 66<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo/ 69<br />

Ecografía <strong>del</strong> hombro/ 69<br />

Introducción/ 69<br />

Anatomía normal <strong>del</strong> hombro/ 69<br />

Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> hombro en los planos<br />

axial, coronal y sagital/ 73<br />

Técnica y anatomía ecográfica normal/ 74<br />

Indicaciones de la ecografía en la patología <strong>del</strong> hombro/<br />

76<br />

Ecografía <strong>del</strong> brazo/ 83<br />

Tendones y retináculos de la mano y muñeca/ 97<br />

Tendones palmares de la mano o flexores/ 97<br />

Tendones <strong>del</strong> dorso de la mano o extensores/ 97<br />

Tendones y músculos de los dedos/ 98<br />

Cortes anatomorradiológicos de la mano y de la muñeca<br />

en los planos axial, coronal y sagital/ 98<br />

Cortes anatomorradiológicos de los dedos en los<br />

planos axial, coronal y sagital/ 100<br />

Aspectos técnicos/ 100<br />

Anatomía ecográfica normal/ 101<br />

Músculos/ 101<br />

Tendones y compartimientos de la cara dorsal/ 101<br />

Tendones de la cara palmar. Túnel carpiano y cubital/ 101<br />

Paquete vasculonervioso de la muñeca/ 101<br />

Alteraciones patológicas de la mano y de la muñeca/<br />

102<br />

Alteración de los tendones/ 102<br />

Otras lesiones traumáticas de los ligamentos/ 105<br />

Lesiones articulares/ 106<br />

Otras artritis/ 107<br />

Lesiones óseas/ 108<br />

Alteraciones ecográficas en el síndrome <strong>del</strong> túnel<br />

carpiano/ 109<br />

Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo/ 87<br />

Ecografía <strong>del</strong> codo/ 87<br />

Breve recuento anatómico/ 87<br />

Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> codo en los planos<br />

axial, coronal y sagital/ 88<br />

Técnica/ 88<br />

Anatomía ecográfica normal <strong>del</strong> codo/ 89<br />

Alteraciones patológicas <strong>del</strong> codo/ 89<br />

Ecografía <strong>del</strong> antebrazo/ 92<br />

Ecografía de la mano y de la muñeca/ 95<br />

Introducción/ 95<br />

Anatomía articular de la muñeca/ 95<br />

Articulación radiocubital distal/ 95<br />

Articulación radiocarpiana/ 95<br />

Articulación mediocarpiana/ 95<br />

Articulaciones interfalángicas/ 95<br />

Articulación metacarpofalángicas (MCF)/ 96<br />

Anatomía de los ligamentos de la muñeca/ 96<br />

Ligamentos extrínsecos/ 96<br />

Ligamentos intrínsecos/ 96<br />

Estructuras de soporte de los dedos/ 97<br />

Articulación de la cadera. Muslo/ 113<br />

Ecografía de la cadera/ 113<br />

Introducción/ 113<br />

Indicaciones/ 113<br />

Anatomía normal/ 114<br />

Bursas de la cadera/ 114<br />

Vascularización/ 114<br />

Cortes anatomorradiológicos de la cadera en los planos<br />

axial, coronal y sagital/ 115<br />

Alteraciones patológicas/ 116<br />

Lesiones articulares/ 116<br />

Lesiones óseas/ 117<br />

Técnica/ 118<br />

Evaluación ecográfica de la cadera en la displasia <strong>del</strong><br />

desarrollo de la cadera/ 119<br />

Ecografía dinámica de la cadera/ 120<br />

Ecografía dinámica en el diagnóstico neonatal<br />

y manejo de la displasia <strong>del</strong> desarrollo de la cadera/ 122<br />

Evaluación ecográfica de la DDC durante<br />

el tratamiento/ 123<br />

Otras anomalías congénitas de la cadera/ 124<br />

Lesiones articulares de la cadera en el niño/ 124<br />

Ecografía <strong>del</strong> muslo/ 125


Articulación de la rodilla. Pierna/ 129<br />

Ecografía de la rodilla/ 129<br />

Introducción/ 129<br />

Cortes anatomorradiológicos de la rodilla en los planos<br />

axial, coronal y sagital/ 129<br />

Técnica/ 130<br />

Anatomía ecográfica normal/ 131<br />

Tendones y músculos/ 131<br />

Ligamentos/ 131<br />

Meniscos/ 131<br />

Otras estructuras de la articulación de la rodilla/ 134<br />

Alteraciones patológicas de la rodilla/ 134<br />

Otras tendinopatías/ 135<br />

Lesión de los ligamentos colaterales/ 136<br />

Lesiones de los meniscos/ 137<br />

Desgarros y rupturas de los meniscos/ 138<br />

Clasificación compartimental de los traumas<br />

de la rodilla. Aspecto ecográfico/ 139<br />

Clasificación de los traumas complejos de la rodilla basado<br />

en su mecanismo de producción/ 141<br />

Lesiones de los componentes articulares de la rodilla/ 142<br />

Lesiones de las bursas/ 143<br />

Lesiones de la articulación femorotibial/ 143<br />

Lesiones de la articulación femoropatelar/ 145<br />

Lesiones óseas/ 146<br />

Masas poplíteas/ 147<br />

Tumores de las partes blandas/ 147<br />

Valor de la ecografía posartroscopia de la rodilla/ 147<br />

Ecografía de la pierna/ 147<br />

Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> tobillo y pie<br />

en los planos axial, coronal y sagital/ 153<br />

Técnica/ 154<br />

Anatomía ecográfica normal <strong>del</strong> tobillo/ 154<br />

Estudio ecográfico de los tendones <strong>del</strong> tobillo/ 154<br />

Estudio ecográfico de los tendones y fascias <strong>del</strong> pie/ 155<br />

Estudio ecográfico de los ligamentos <strong>del</strong> tobillo/ 155<br />

Alteraciones patológicas <strong>del</strong> tobillo y pie/ 155<br />

Lesiones de los ligamentos/ 155<br />

Síndromes asociados a ruptura crónica de los ligamentos<br />

laterales/ 156<br />

Lesiones de los tendones <strong>del</strong> tobillo y pie/ 156<br />

Lesiones tendinosas específicas <strong>del</strong> tobillo y pie/ 157<br />

Lesiones <strong>del</strong> tendón de aquiles y de la bursa<br />

retrocalcánea/ 157<br />

Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior (TTP)/ 158<br />

Lesiones de los tendones peroneos/ 158<br />

Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo<br />

(FLH)/ 159<br />

Lesiones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial anterior (TTA)/ 159<br />

Lesiones de los tendones de la región<br />

metatarsofalángica/ 159<br />

Lesiones articulares/ 160<br />

Alteraciones de las bursas/ 161<br />

Masas quísticas en el tobillo y pie/ 161<br />

Lesiones óseas/ 161<br />

Variantes normales/ 162<br />

Neuropatías compresivas/ 162<br />

Patologías de las PB/ 162<br />

Cuerpos extraños/ 162<br />

Patología de la fascia plantar/ 162<br />

Lesiones tumorales óseas y de las PB/ 163<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 151<br />

Introducción/ 151<br />

Anatomía articular/ 151<br />

Articulación tibioperonea distal/ 151<br />

Articulación <strong>del</strong> tobillo o tibio-peronea-astragalina/ 151<br />

Articulaciones <strong>del</strong> tarso/ 151<br />

Regiones anatómicas <strong>del</strong> tobillo/ 152<br />

Retináculos <strong>del</strong> tobillo. Sus relaciones<br />

con los tendones y las estructuras vasculonerviosas<br />

<strong>del</strong> tobillo/ 152<br />

Articulaciones metatarsofalángicas e interfalángicas<br />

<strong>del</strong> pie/ 152<br />

Ligamentos <strong>del</strong> tobillo/ 152<br />

Músculos de la planta <strong>del</strong> pie/ 153<br />

Arcos <strong>del</strong> pie/ 153<br />

Fascia plantar/ 153<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes<br />

blandas/ 165<br />

Consideraciones generales/ 165<br />

Tumores óseos/ 165<br />

Introducción/ 165<br />

Patrones para la clasificación de los tumores óseos/ 166<br />

Patología/ 167<br />

Tumores productores de cartílago/ 167<br />

Benignos/ 167<br />

Malignos/ 169<br />

Tumores productores de hueso/ 169<br />

Benignos/ 169<br />

Malignos/ 169<br />

Tumores que se originan de la médula ósea/ 171<br />

Tumores de origen vascular. Tumores vasculares<br />

intermedios o indeterminados/ 173<br />

Tumores óseos que se originan <strong>del</strong> tejido conectivo/ 174


Benignos/ 174<br />

Malignos/ 174<br />

Tumores de las partes blandas (PB)/ 175<br />

Introducción/ 175<br />

Clasificación. Principios de la clasificación<br />

internacional de los tumores de partes blandas/ 175<br />

Clasificación internacional de los tumores de los tejidos<br />

blandos de F.M. Enzinger y colaboradores/ 176<br />

Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido fibroso/<br />

181<br />

Benignos/ 181<br />

Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />

adiposo/ 182<br />

Benignos/ 182<br />

Malignos/ 184<br />

Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos sanguíneos/<br />

184<br />

Benignos/ 184<br />

Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />

linfáticos/ 185<br />

Benignos/ 185<br />

Malignos/ 186<br />

Tumores derivados de las fibras musculares<br />

estriadas/ 186<br />

Malignos/ 186<br />

Tumores <strong>del</strong> tejido sinovial/ 187<br />

Malignos/ 187<br />

Tumores y lesiones seudotumorales de los nervios<br />

periféricos/ 187<br />

Benignos/ 187<br />

Malignos/ 188<br />

Tumores no específicos/ 188<br />

Otras lesiones tumorales/ 188<br />

Intervencionismo/ 191<br />

Procederes diagnósticos intervencionistas<br />

con la ecografía/ 191<br />

Osteosonometría/ 193<br />

Introducción/ 193<br />

Métodos ultrasonográficos de densitometría. Tecnología<br />

de la osteosonometría/ 193<br />

Correlación de las mediciones entre la densitometría<br />

radiológica y la osteosonometría. T-score. Z-score/ 195<br />

Indicaciones de una osteosonometría/ 195<br />

Indicaciones absolutas/ 195<br />

Indicaciones potenciales/ 195<br />

Contraindicaciones/ 196<br />

Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico/ 199<br />

Introducción/ 199<br />

Bases teóricas <strong>del</strong> tratamiento/ 199<br />

Generalidades/ 200<br />

Tratamiento/ 200<br />

Lesiones articulares/ 200<br />

Lesiones ortopédicas traumáticas/ 201<br />

Enfermedades ortopédicas no traumáticas/ 201<br />

Otras enfermedades/ 202<br />

Capítulo 2. Breve revisión de la física de la ecografía<br />

aplicada al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor/ 205<br />

Capítulo 3. Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular/ 206<br />

Capítulo 4. Ecografía de los tendones/ 223<br />

Capítulo 5. Ecografía de los ligamentos/ 240<br />

Capítulo 6. Ecografía de los nervios periféricos/ 244<br />

Capítulo 7. Articulaciones. Ecografía. Generalidades/ 248<br />

Capítulo 8. Ecografía <strong>del</strong> periostio y la cortical/ 266<br />

Capítulo 9. Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo/ 271<br />

Capítulo 10. Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo/ 293<br />

Capítulo 11. Ecografía de la mano y de la muñeca/ 302<br />

Capítulo 12. Articulación de la cadera. Muslo/ 316<br />

Capítulo 13. Articulación de la rodilla. Pierna/ 327<br />

Capítulo 14. Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie/ 352<br />

Capítulo 15. Ecografía en los tumores óseos y de las<br />

partes blandas/ 364<br />

Capítulo 16. Intervencionismo/ 372<br />

Capítulo 17. Osteosonometría/ 373<br />

Capítulo 18. Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico/<br />

375


BREVE REVISIÓN ANATÓMICA DEL APARATO LOCOMOTOR (SOMA)<br />

En este capítulo solo nos vamos a referir a aquellas<br />

estructuras <strong>del</strong> SOMA susceptibles de ser estudiadas con<br />

la ecografía, especialmente de los planos musculotendinosos.<br />

HOMBRO. BRAZO<br />

HOMBRO<br />

Planos musculotendinosos <strong>del</strong> hombro.<br />

Los músculos <strong>del</strong> hombro son potentes y aseguran una<br />

precisión y estabilidad, muy importante en esta articulación,<br />

que es la más móvil <strong>del</strong> organismo.<br />

Los músculos <strong>del</strong> hombro se dividen en 4 grandes grupos:<br />

Grupo muscular anterior. Está compuesto por 3 músculos<br />

que son: el pectoral mayor, el pectoral menor y el<br />

subclavio. Los 2 últimos forman el plano profundo, mientras<br />

que el pectoral mayor, que es el más superficial, se<br />

extiende desde el tórax hasta el húmero terminando en el<br />

labio anterior de la corredera bicipital. Su función es la de<br />

ser aductor y rotador externo <strong>del</strong> brazo.<br />

Grupo muscular interno. Está constituido por un solo<br />

músculo, el serrato mayor. Se sitúa por debajo de los músculos<br />

pectorales. Su función es mantener el omóplato fijo<br />

al tórax.<br />

Grupo muscular posterior. Es el que más nos interesa.<br />

Lo componen 5 músculos, uno en la cara anterior: el<br />

músculo subescapular (SE) y los restantes en la cara posterior:<br />

el músculo supraespinoso (Se), el infraespinoso (Ie),<br />

el redondo menor (Rm) y el redondo mayor (RM). Este<br />

último no será objeto de estudio porque no forma parte <strong>del</strong><br />

manguito rotador <strong>del</strong> hombro (MR).<br />

El músculo SE se extiende desde la escápula y a través<br />

de la cara anterior de la cápsula humeral,y termina por un<br />

tendón en la porción superointerna <strong>del</strong> troquín. Tiene 2 bolsas<br />

serosas: la subcoracoidea y la subescapular. Puede existir<br />

comunicación entre las 2 bolsas serosas y la cápsula articular.<br />

Su función es la de facilitar la rotación interna.<br />

El músculo Se se extiende desde la fosa supraespinosa<br />

hacia la extremidad posterosuperior <strong>del</strong> húmero donde termina<br />

en un poderoso tendón en la cara superior <strong>del</strong> troquiter;<br />

su parte distal se adhiere a la cápsula. Es aductor <strong>del</strong> brazo.<br />

El músculo Ie se origina en la fosa infraespinosa, rodea<br />

al húmero y se inserta en el troquiter por debajo <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> Se. No está adherido a la cápsula articular. Es<br />

rotador externo y abductor <strong>del</strong> brazo.<br />

El músculo Rm se sitúa por debajo <strong>del</strong> anterior y tiene<br />

la misma función que el Ie.<br />

Grupo muscular externo. Está constituido por un solo<br />

músculo, el <strong>del</strong>toides. Se origina de la clavícula, acromion<br />

y espina <strong>del</strong> omóplato y se inserta en la parte media de la<br />

cara externa <strong>del</strong> húmero. En su cara interna hay una bolsa<br />

muy amplia, que lo separa de la articulación y que puede<br />

comunicar con la cavidad articular. La principal función<br />

<strong>del</strong> <strong>del</strong>toides es la abducción <strong>del</strong> brazo y en menor grado<br />

interviene en la anteropulsión y retropulsión.<br />

BRAZO<br />

Planos musculotendinosos<br />

Está formado por 2 compartimientos: uno anterior y<br />

otro posterior.<br />

Compartimiento anterior. Comprende 3 músculos:<br />

bíceps braquial, braquial y coracobraquial.<br />

El bíceps es el más superficial y se extiende desde el<br />

omóplato hasta la extremidad superior <strong>del</strong> radio. Tiene una<br />

porción corta que se inserta por arriba en la apófisis<br />

coracoides y una porción larga que lo hace en el rodete<br />

glenoideo. Esta última, después de salir de la articulación,<br />

desciende en un canal óseo, la corredera bicipital; luego<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 1


los 2 cuerpos musculares se reúnen en un solo músculo,<br />

que da origen a un tendón que termina en la tuberosidad<br />

bicipital <strong>del</strong> radio. Acción: es flexor <strong>del</strong> brazo en la articulación<br />

y participa en la supinación <strong>del</strong> antebrazo; a expensas<br />

de la cabeza larga participa en la abducción <strong>del</strong> brazo<br />

y a expensas de la cabeza corta interviene en la aducción<br />

<strong>del</strong> mismo.<br />

El músculo braquial pertenece al plano profundo y va<br />

desde la parte anterior y media <strong>del</strong> húmero hasta el extremo<br />

anterosuperior <strong>del</strong> cúbito. Acción: Interviene en la<br />

flexión <strong>del</strong> antebrazo sobre el brazo y tensa la cápsula de<br />

la articulación <strong>del</strong> codo.<br />

El músculo coracobraquial, también pertenece al plano<br />

profundo y va desde la apófisis coracoides hasta la cara<br />

interna y medial <strong>del</strong> húmero. En su parte superior está<br />

separado <strong>del</strong> SE por una bolsa. Acción: levanta el brazo y<br />

lo acerca a la línea media.<br />

Compartimiento posterior <strong>del</strong> brazo. Está formado<br />

por un músculo principal: el tríceps braquial, constituido<br />

por 3 grandes haces: el vasto interno, el vasto externo y la<br />

porción larga <strong>del</strong> tríceps. Este último se origina por arriba,<br />

en la tuberosidad subglenoidea <strong>del</strong> omóplato, mientras<br />

que los vastos se insertan en el húmero. Todos se reúnen y<br />

terminan en un tendón que se inserta en la cara superior<br />

<strong>del</strong> olécranon. Acción: es extensor <strong>del</strong> antebrazo sobre el<br />

brazo; el movimiento <strong>del</strong> brazo hacia atrás y la aducción<br />

<strong>del</strong> húmero hacia el tronco tienen lugar a expensas de la<br />

porción larga.<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> hombro y brazo<br />

La arteria axilar está situada en la región <strong>del</strong> mismo<br />

nombre, donde es continuación de la arteria subclavia. Se<br />

origina en la parte media <strong>del</strong> borde posterior de la clavícula<br />

y se extiende hasta el borde inferior <strong>del</strong> pectoral mayor,<br />

donde se continúa con la arteria humeral. Ella está dirigida<br />

oblicuamente hacia abajo, fuera y atrás y describe una<br />

curva de concavidad inferointerna. La arteria está acompañada<br />

en toda su longitud por la vena axilar y las ramas<br />

principales <strong>del</strong> plexo braquial.<br />

La arteria humeral continúa a la arteria axilar y se<br />

sitúa en la región anterior <strong>del</strong> brazo y <strong>del</strong> codo. Se extiende<br />

desde el borde inferior <strong>del</strong> pectoral mayor hasta el pliegue<br />

<strong>del</strong> codo, con un trayecto casi rectilíneo. Ella va acompañada<br />

de 2 venas satélites, una interna y otra externa.<br />

De los nervios de la región solo nos vamos a referir a<br />

dos de ellos: el supraescapular y el mediano.<br />

El nervio supraescapular procede <strong>del</strong> primer tronco<br />

primario <strong>del</strong> plexo braquial; penetra en la fosa<br />

supraespinosa pasando por la escotadura coracoidea, debajo<br />

<strong>del</strong> ligamento coracoideo, que lo separa de la arteria<br />

subescapular; luego atraviesa la fosa supraespinosa por<br />

debajo de este músculo, contornea el borde externo de la<br />

espina <strong>del</strong> omóplato y termina en el músculo Ie.<br />

El nervio mediano, una de las ramas terminales <strong>del</strong><br />

plexo braquial, atraviesa la pared inferior de la axila, desciende<br />

por el lado interno <strong>del</strong> brazo y se extiende por la<br />

línea media hacia abajo.<br />

CODO. ANTEBRAZO<br />

El codo será objeto de estudio independiente en la revisión<br />

de las grandes articulaciones.<br />

ANTEBRAZO<br />

Planos musculotendinosos <strong>del</strong> antebrazo<br />

Está formado por 3 compartimientos musculares: anterior,<br />

externo y posterior.<br />

Compartimiento muscular anterior. Está constituido<br />

por 8 músculos dispuestos en 4 planos superpuestos.<br />

· Plano profundo. Está formado por el pronador cuadrado<br />

que se extiende transversalmente desde el cúbito<br />

al radio, en la parte inferior <strong>del</strong> antebrazo. Acción:<br />

interviene en la pronación <strong>del</strong> antebrazo.<br />

·Plano de los flexores profundos. Está constituido por<br />

el músculo flexor común profundo de los dedos, que<br />

se extiende desde la parte superior <strong>del</strong> radio y <strong>del</strong> cúbito<br />

hasta la mano, dividiéndose en 4 haces tendinosos que<br />

se fijan en la cara palmar de la 3ra. falange de los 4<br />

últimos dedos y cuya función es flexor de las falanges<br />

distales de los dedos II - V; y por el flexor largo <strong>del</strong><br />

1er. dedo, que originado por fuera <strong>del</strong> anterior y en la<br />

cara anterior <strong>del</strong> radio, se dirige hacia la mano y termina<br />

por un tendón en la cara palmar de la 2da. falange<br />

<strong>del</strong> pulgar. Acción: es flexor de la falange distal <strong>del</strong><br />

pulgar.<br />

·Plano <strong>del</strong> flexor común superficial. Está constituido<br />

por el músculo <strong>del</strong> mismo nombre. Por arriba se origina<br />

por uno de los cabos en la región humerocubital y<br />

por el otro en el radio. Ambos cabos se reúnen dirigiéndose<br />

hacia la cara palmar de la mano donde finalizan<br />

en 4 tendones bífidos en la 2da. falange <strong>del</strong> II al<br />

V dedos. Acción: es flexor de la mano y de las 2das.<br />

falanges de los dedos (II al V).<br />

·Plano de los músculos epitrocleares. Es el plano más<br />

superficial y está constituido por 4 músculos que se<br />

originan por arriba en la epitróclea a través de un tendón<br />

común. Ellos son: el pronador redondo, el flexor<br />

2 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


adial <strong>del</strong> carpo, el palmar largo, y el flexor cubital<br />

<strong>del</strong> carpo. El pronador redondo se origina por 2 cabezas,<br />

la mayor humeral y la menor cubital y termina<br />

por un tendón estrecho en el tercio medio de la cara<br />

lateral <strong>del</strong> radio. Acción: participa en la pronación <strong>del</strong><br />

antebrazo y en su flexión.<br />

·El flexor radial <strong>del</strong> carpo es el más lateral de los flexores<br />

<strong>del</strong> antebrazo. Se inicia en el epicóndilo medial <strong>del</strong><br />

húmero, pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo de los músculos<br />

flexores hacia la cara palmar <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />

metacarpianos. Acción: flexiona y participa en la<br />

pronación de la mano.<br />

El palmar largo se origina en el epicóndilo medial. En<br />

la mano pasa a la aponeurosis palmar ancha. Acción: tensa<br />

la aponeurosis palmar y participa en la flexión de la<br />

mano.<br />

El flexor cubital <strong>del</strong> carpo ocupa el borde medial <strong>del</strong><br />

antebrazo. Se origina por 2 cabezas, una humeral y la otra<br />

cubital y su tendón pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo flexor<br />

para insertarse en el pisiforme, ganchoso y 5to.<br />

metacarpiano. Acción: flexiona la mano y participa en su<br />

aducción.<br />

Compartimiento muscular externo o epicondíleo.<br />

Está constituido por 3 músculos, que son: braquiorradial,<br />

extensor radial largo <strong>del</strong> carpo y extensor radial corto <strong>del</strong><br />

carpo. El braquiorradial se inicia por encima <strong>del</strong> epicóndilo<br />

lateral y termina en la cara lateral <strong>del</strong> radio, cerca de la<br />

apófisis estiloides. Acción: flexiona el brazo en el codo y<br />

participa en la pronación y supinación <strong>del</strong> radio. El músculo<br />

extensor radial largo <strong>del</strong> carpo, cubierto en su porción<br />

superior por el músculo braquiorradial, se inicia en el<br />

epicóndilo lateral, pasa por debajo <strong>del</strong> retináculo de los<br />

extensores y se inserta en la base de la cara posterior <strong>del</strong><br />

2do. metacarpiano. Acción: flexiona el brazo en el codo,<br />

lo extiende y participa en su abducción. El músculo extensor<br />

radial corto <strong>del</strong> carpo se inicia en el epicóndilo lateral<br />

y termina por abajo en la base <strong>del</strong> 3er. metacarpiano. Acción:<br />

extiende el brazo y participa en su abducción.<br />

Compartimiento muscular posterior. Está constituido<br />

por 2 planos: uno profundo y otro superficial.<br />

Plano profundo. Está formado por 5 músculos superpuestos<br />

que de fuera a dentro son:<br />

. Supinador. Se inicia en el epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero<br />

y en la cápsula de la articulación <strong>del</strong> codo y termina<br />

en la extremidad superior <strong>del</strong> radio. Acción: es<br />

supinador <strong>del</strong> antebrazo y participa en la extensión<br />

<strong>del</strong> brazo en la articulación <strong>del</strong> codo.<br />

. Abductor largo <strong>del</strong> pulgar. Va desde los huesos <strong>del</strong><br />

antebrazo al primer metacarpiano. Acción: es abductor<br />

<strong>del</strong> pulgar y de toda la mano.<br />

. Extensor corto <strong>del</strong> pulgar. Parte <strong>del</strong> antebrazo, por<br />

debajo <strong>del</strong> anterior y termina en la primera falange <strong>del</strong><br />

pulgar. Acción: es extensor y abductor de la falange<br />

proximal <strong>del</strong> pulgar.<br />

. Extensor largo <strong>del</strong> pulgar. Se extiende desde el cúbito<br />

a la 2da. falange <strong>del</strong> pulgar. Acción: es extensor <strong>del</strong><br />

pulgar y participa en la abducción parcial.<br />

. Extensor propio <strong>del</strong> índice. Va desde el cúbito al índice.<br />

Acción: es extensor <strong>del</strong> índice.<br />

Plano superficial. Está formado por 4 músculos que<br />

se originan en el epicóndilo y se disponen de fuera a dentro,<br />

dirigiéndose hacia la mano. Ellos son:<br />

. Extensor común de los dedos. Es el más externo de<br />

los músculos superficiales y se inserta en los 4 últimos<br />

dedos. Acción: es extensor de los dedos.<br />

. Extensor propio <strong>del</strong> 5to. dedo. Se sitúa por dentro<br />

<strong>del</strong> extensor común y se inserta en el 5to. dedo. Acción:<br />

es extensor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />

. Extensor cubital <strong>del</strong> carpo. Está situado en el borde<br />

interno de la cara posterior <strong>del</strong> antebrazo. Se inicia en<br />

el epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero, borde posterior <strong>del</strong><br />

cúbito y en la cápsula de la articulación y termina en<br />

la base de la cara posterior <strong>del</strong> 5to. metacarpiano.<br />

Acción: participa en la abducción <strong>del</strong> brazo hacia el<br />

lado <strong>del</strong> codo y lo extiende.<br />

. Ancóneo. Parte <strong>del</strong> epicóndilo lateral y ligamento colateral<br />

radial para terminar en la cara posterior <strong>del</strong><br />

olécranon. Viene a ser una continuación de la cabeza<br />

medial <strong>del</strong> tríceps. Acción: extiende el antebrazo en el<br />

codo y tira de la cápsula articular. aki<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> codo y antebrazo<br />

A nivel <strong>del</strong> codo, la arteria humeral se divide en 2 ramas<br />

terminales: arteria radial y arteria cubital. La arteria<br />

radial, es la rama de bifurcación externa de la humeral. Se<br />

extiende por la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo y de la muñeca,<br />

desde el pliegue <strong>del</strong> codo hasta la palma de la mano. En el<br />

antebrazo la arteria radial está en relación por detrás, y de<br />

arriba abajo, con el supinador corto, pronador redondo,<br />

flexor común superficial, flexor largo <strong>del</strong> pulgar y el<br />

pronador cuadrado. Por <strong>del</strong>ante está cubierta, en su parte<br />

superior, por el supinador largo, mientras que en la parte<br />

inferior <strong>del</strong> antebrazo, recorre el canal <strong>del</strong> pulso entre el<br />

tendón <strong>del</strong> supinador largo por fuera y el <strong>del</strong> palmar mayor<br />

por dentro. Va acompañada por fuera, por una rama<br />

<strong>del</strong> nervio radial. En la muñeca la arteria radial contornea<br />

al ligamento lateral externo de la articulación<br />

radiocarpiana, pasando por debajo de los tendones de los<br />

músculos supinador largo y extensor corto <strong>del</strong> pulgar.<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 3


La arteria cubital es más voluminosa que la radial, y<br />

es la bifurcación interna de la arteria humeral. Se sitúa en<br />

la parte anterointerna <strong>del</strong> antebrazo y se extiende desde el<br />

pliegue <strong>del</strong> codo a la palma de la mano, donde termina<br />

formando el arco palmar superficial. En el tercio superior<br />

<strong>del</strong> antebrazo la arteria cubital pasa, sucesivamente, por<br />

debajo <strong>del</strong> pronador redondo y <strong>del</strong> arco <strong>del</strong> flexor común<br />

superficial. Está cubierta por los músculos epitrocleares y<br />

el nervio mediano cruza la arteria y pasa por <strong>del</strong>ante de<br />

ella.<br />

El nervio mediano pertenece al grupo anterior de las<br />

ramas terminales <strong>del</strong> plexo braquial. Su origen está constituido<br />

por 2 ramas: una externa y otra interna. Este nervio<br />

desciende por el lado interno <strong>del</strong> brazo, atraviesa el pliegue<br />

<strong>del</strong> codo, sigue por la línea media <strong>del</strong> antebrazo, pasa por<br />

debajo <strong>del</strong> ligamento anular anterior y llega a la palma de la<br />

mano. En el brazo, está en íntima relación con la arteria<br />

humeral; en el pliegue <strong>del</strong> codo se sitúa por dentro de la<br />

arteria humeral, cubierto por la expansión aponeurótica <strong>del</strong><br />

bíceps y se introduce después por debajo <strong>del</strong> arco formado<br />

por los haces <strong>del</strong> flexor común superficial.<br />

En el antebrazo desciende por la parte media de la<br />

región anterior, por detrás <strong>del</strong> flexor común superficial;<br />

mientras que en la parte inferior <strong>del</strong> antebrazo se sitúa por<br />

fuera <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> índice, siempre acompañado de la arteria<br />

<strong>del</strong> nervio mediano.<br />

En la muñeca, y como estudiaremos posteriormente,<br />

el nervio mediano penetra en el conducto radiocarpiano,<br />

situándose por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón superficial <strong>del</strong> índice y<br />

entre las bursas serosas digitocarpianas, dividiéndose en 5<br />

ramas terminales.<br />

MUÑECA. MANO<br />

MUÑECA<br />

La muñeca será objeto de estudio en el análisis de las<br />

grandes articulaciones.<br />

MANO<br />

Planos musculotendinosos<br />

Los músculos de la mano, en correspondencia con su<br />

posición, se dividen en 2 grupos: músculos de la cara palmar<br />

y de la cara dorsal. En la cara palmar se distinguen<br />

los músculos <strong>del</strong> grupo medio, de la eminencia tenar (pulgar)<br />

y de la eminencia hipotenar (meñique). En la mano<br />

hay que identificar también los tendones flexores y<br />

extensores procedentes <strong>del</strong> antebrazo.<br />

Músculos de la cara palmar<br />

. Músculos <strong>del</strong> grupo medio. Están constituidos por<br />

los músculos lumbricales y los músculos palmares<br />

interóseos. Los músculos lumbricales son 4, de aspecto<br />

fusiforme. Cada uno de ellos se inicia en el borde<br />

radial <strong>del</strong> tendón correspondiente <strong>del</strong> músculo flexor<br />

profundo de los dedos y se inserta en la cara dorsal de<br />

las falanges proximales, desde el índice al meñique.<br />

Acción: flexionan las falanges proximales de los 4<br />

dedos y ponen rectas las falanges media y distal de los<br />

mismos dedos.<br />

. Los músculos interóseos palmares tienen aspecto fusiforme<br />

y se sitúan en los espacios interóseos de los<br />

huesos metacarpianos. Acción: flexionan las falanges<br />

proximales y ponen rectas las falanges media y distal<br />

de los dedos índice, anular y meñique; aproximan estos<br />

dedos al dedo medio.<br />

. Músculos de la eminencia tenar (pulgar). Están compuestos<br />

por 4 planos, superpuestos de la profundidad<br />

a la superficie y todos dirigidos hacia el pulgar. En el<br />

primer plano o profundo se sitúa el aductor <strong>del</strong> pulgar<br />

que va desde el macizo carpiano y <strong>del</strong> 2do. y 3ro.<br />

metacarpianos a la falange proximal <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

Acción: aproxima el pulgar y participa en la flexión<br />

de su falange proximal. En esta región se sitúa el flexor<br />

corto <strong>del</strong> pulgar que se extiende de la 2da. fila de los<br />

huesos <strong>del</strong> carpo a la 1ra. falange <strong>del</strong> pulgar. Acción:<br />

flexiona la falange proximal <strong>del</strong> pulgar. El 3er. plano<br />

está compuesto por el haz profundo <strong>del</strong> flexor corto<br />

<strong>del</strong> pulgar y el 4to. plano, el más superficial, está compuesto<br />

por el músculo abducctor corto <strong>del</strong> pulgar, que<br />

termina en la 1ra. falange <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción: aproxima<br />

al pulgar y participa en la flexión de su falange<br />

proximal. El músculo oponente <strong>del</strong> pulgar se aloja por<br />

debajo <strong>del</strong> abductor corto y se inserta en el borde externo<br />

<strong>del</strong> 1er. metacarpiano. Acción: opone el pulgar<br />

al meñique.<br />

. Músculos de la eminencia hipotenar (meñique). Los<br />

músculos de la eminencia hipotenar, anexos al meñique<br />

son 4, dispuestos <strong>del</strong> plano profundo a la superficie<br />

en el siguiente orden:<br />

. Oponente <strong>del</strong> meñique. Va desde la 2da. fila <strong>del</strong> carpo<br />

al 5to. metacarpiano. Acción: lleva el dedo meñique<br />

hacia <strong>del</strong>ante y hacia fuera y lo opone al pulgar.<br />

. Flexor corto <strong>del</strong> dedo meñique. Se extiende de la<br />

2da. fila <strong>del</strong> carpo a la 1ra. falange <strong>del</strong> 5to.dedo. Acción:<br />

es flexor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />

. Abductor <strong>del</strong> meñique. Ocupa la posición más medial<br />

de todos los músculos de este grupo. Se origina en el<br />

4 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


hueso pisiforme, tendón <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo y<br />

retináculo de los músculos flexores y termina en el<br />

borde cubital de la base de la falange proximal <strong>del</strong><br />

meñique. Acción: separa el meñique y participa en la<br />

flexión de su falange proximal.<br />

. Palmar breve o cutáneo. Se extiende desde el borde<br />

lateral interno de la aponeurosis palmar media, a la<br />

cara profunda de la dermis <strong>del</strong> meñique. Acción: prolonga<br />

la piel en la eminencia hipotenar.<br />

Músculos de la cara dorsal<br />

Están representados por los músculos interóseos dorsales<br />

en número de 4, alojados en espacios interóseos de la<br />

cara dorsal de la mano. Se originan en los metacarpianos<br />

y se insertan de la siguiente manera: el 1ro. y el 2do. músculo<br />

en el borde radial de los dedos índice y medio y los<br />

3ro. y 4to. en el borde cubital de los dedos medio y anular.<br />

Tendones de la mano<br />

Los tendones de la mano se dividen también en palmares<br />

y dorsales. Los de la cara palmar, en número de 9,<br />

proceden <strong>del</strong> antebrazo y son responsables de la flexión de<br />

los dedos. Su trayecto es superficial, con excepción <strong>del</strong><br />

flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo. Los tendones de la cara dorsal,<br />

en número de 5, proceden <strong>del</strong> antebrazo y finalizan en<br />

la cara dorsal de cada dedo.<br />

Paquete vasculonervioso de la muñeca y la mano<br />

La arteria cubital, más voluminosa que la radial, es la<br />

rama de bifurcación interna de la arteria humeral. Está situada<br />

en la parte interna de la región <strong>del</strong> antebrazo y se extiende<br />

<strong>del</strong> pliegue <strong>del</strong> codo a la palma de la mano, donde termina<br />

formando el arco palmar superficial. En la muñeca pasa por<br />

fuera <strong>del</strong> pisiforme y por la cara anterior <strong>del</strong> ligamento anterior<br />

<strong>del</strong> carpo, estando contenida en un conducto osteofibroso<br />

formado por el pisiforme, por dentro, el ligamento anular<br />

anterior por detrás y una expansión <strong>del</strong> cubital anterior y <strong>del</strong><br />

ligamento anular dorsal <strong>del</strong> carpo, por <strong>del</strong>ante.<br />

La arteria radial, rama de bifurcación externa de la<br />

humeral, se extiende por la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo y<br />

por la cara dorsal de la muñeca, desde el pliegue <strong>del</strong> codo<br />

hasta la palma de la mano. En la muñeca pasa por debajo<br />

de los tendones de los músculos separador largo y extensor<br />

corto <strong>del</strong> pulgar, atraviesa la tabaquera anatómica alcanzando<br />

la palma de la mano.<br />

Los arcos palmares están formados por las anastomosis<br />

que unen en la palma de la mano, las arterias radial y<br />

cubital. En número de 2, se distinguen con los nombres de<br />

superficial y profundo.<br />

Las venas profundas acompañan a las arterias, en número<br />

de 2 por cada arteria y reciben el nombre de la arteria<br />

correspondiente.<br />

El nervio cubital desciende en el brazo por detrás de la<br />

epitróclea pasando por el lado anterointerno <strong>del</strong> antebrazo<br />

hasta el borde externo <strong>del</strong> pisiforme. En la muñeca, por<br />

dentro de la arteria, pasa por el conducto osteofibroso ya<br />

descrito.<br />

El nervio mediano desciende por el lado interno <strong>del</strong><br />

brazo, alcanza el eje vertical medio <strong>del</strong> antebrazo, pasa<br />

por debajo <strong>del</strong> ligamento anular anterior y llega a la palma<br />

de la mano. En la muñeca el nervio mediano penetra en el<br />

conducto radiocarpiano. En este conducto está situado<br />

<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón superficial <strong>del</strong> índice, a lo largo <strong>del</strong> borde<br />

externo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> dedo medio y entre las 2 serosas<br />

digitocarpianas.<br />

CADERA. MUSLO<br />

CADERA<br />

Planos musculotendinosos<br />

Se disponen en 3 planos: profundo, medio y superficial.<br />

Plano profundo. Está formado por el glúteo menor, el<br />

piramidal, los géminos, los obturadores y el cuadrado<br />

crural.<br />

. El glúteo menor es un músculo grueso y aplanado de<br />

forma triangular y se extiende de la parte de la fosa<br />

ilíaca externa situada debajo de la línea semicircular<br />

anterior al borde anterior <strong>del</strong> trocánter mayor. Generalmente<br />

hay una bolsa serosa entre su tendón y el<br />

borde superior <strong>del</strong> trocánter mayor. Es separador <strong>del</strong><br />

muslo.<br />

. El piramidal va desde la cara anterior <strong>del</strong> sacro a la<br />

extremidad superior <strong>del</strong> fémur, situado, parte en la<br />

pelvis y parte en la región glútea. Es rotador <strong>del</strong> muslo<br />

hacia fuera y separador <strong>del</strong> mismo.<br />

. El obturador interno, en forma de abanico se extiende<br />

desde la cavidad pelviana al trocánter mayor. Participa<br />

en la supinación <strong>del</strong> muslo.<br />

. El obturador externo es aplanado y triangular y se<br />

extiende desde el agujero ísquiopubiano al trocánter<br />

mayor. Es rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera.<br />

. Géminos. Los géminos son 2 haces carnosos, accesorios<br />

y extrapélvicos <strong>del</strong> obturador interno, situados a<br />

lo largo de los bordes superior e inferior de la porción<br />

extrapélvica <strong>del</strong> obturador interno. Su función es similar<br />

a este último músculo.<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 5


. Cuadrado crural o femoral. Es un músculo cuadrilátero,<br />

aplanado y grueso, situado por debajo <strong>del</strong> gémino<br />

inferior y por detrás <strong>del</strong> obturador interno. Va <strong>del</strong><br />

isquion al fémur. Es rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera y<br />

aproximador <strong>del</strong> mismo.<br />

Plano medio. Sólo hay un músculo, el glúteo mediano,<br />

que es ancho y grueso, situado por detrás <strong>del</strong> glúteo<br />

menor al cual cubre. Se extiende desde la fosa ilíaca externa<br />

al trocánter mayor y es separador <strong>del</strong> muslo. Participa<br />

en la erección <strong>del</strong> tronco inclinado hacia <strong>del</strong>ante.<br />

Plano superficial. Está constituido por el glúteo mayor<br />

y el tensor de la fascia lata. El glúteo mayor es ancho,<br />

grueso y cuadrilátero, situado por detrás de los otros músculos<br />

de la región de la nalga. Se extiende desde el ilíaco y<br />

sacro a la extremidad superior <strong>del</strong> fémur. Es extensor y<br />

rotador <strong>del</strong> muslo hacia fuera. Participa en la erección <strong>del</strong><br />

tronco cuando está inclinado hacia <strong>del</strong>ante y tensa la fascia<br />

lata.<br />

El tensor de la fascia lata es aplanado y alargado, carnoso<br />

por arriba y tendinoso por abajo y se extiende <strong>del</strong><br />

coxal a la rodilla por la parte externa <strong>del</strong> muslo. Tensa la<br />

fascia lata y participa en la flexión <strong>del</strong> muslo.<br />

Paquete vasculonervioso de la cadera<br />

En la región glútea se identifican dos pedículos<br />

vasculonerviosos, uno superior y otro inferior. En el superior<br />

están la arteria glútea, las venas colaterales y el nervio<br />

glúteo superior. La arteria glútea se divide en 2 ramas:<br />

una superficial, que se ramifica entre el glúteo mayor y el<br />

mediano y otra profunda entre el glúteo mediano y el glúteo<br />

menor. El pedículo inferior comprende las arterias<br />

isquiática y pudenda interna, sus venas satélites, los nervios<br />

ciáticos mayores, menores, pudendo interno y obturador<br />

interno. La zona de emergencia de este pedículo<br />

vasculonervioso inferior está situada a 3 cm por debajo<br />

<strong>del</strong> punto de entrada <strong>del</strong> pedículo superior en la región<br />

glútea, en donde se divide en 2 haces, uno externo y otro<br />

interno. El haz externo comprende la arteria isquiática,<br />

sus venas satélites y sobre todo los nervios ciáticos.<br />

El nervio ciático mayor es continuación <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong><br />

plexo sacro y sale de la pelvis por la escotadura ciática<br />

mayor, por debajo <strong>del</strong> piramidal, donde tiene un aspecto<br />

aplanado y una anchura entre 1 y 1,5 cm. Desciende primero<br />

a la región glútea y después a la región posterior <strong>del</strong><br />

muslo. En la nalga el nervio desciende por el canal comprendido<br />

entre el isquion y el trocánter mayor, cubierto<br />

por el glúteo mayor.<br />

MUSLO<br />

Planos musculotendinosos<br />

En el muslo hay 3 compartimientos: anterior, interno<br />

y posterior.<br />

Compartimiento anterior. Está formado por un músculo:<br />

el cuadríceps, que tiene 4 vientres: vasto externo,<br />

vasto interno, recto anterior y crural o vasto intermedio.<br />

El recto anterior, se origina en el ilíaco, mientras que los<br />

restantes lo hacen de la diáfisis femoral. Por abajo terminan<br />

en el tendón rotuliano que continúa al tendón<br />

cuadricipital después que se inserta en la rótula para terminar<br />

en la tuberosidad tibial anterior. Acción: es extensor<br />

de la pierna sobre el muslo y a expensas <strong>del</strong> recto<br />

femoral participa en la flexión <strong>del</strong> muslo.<br />

Compartimiento interno. Está compuesto por los<br />

músculos aductores (menor, mediano y mayor), el músculo<br />

sartorio y el músculo recto interno.<br />

. Los músculos aductores se originan en el ilíaco y todos<br />

terminan en la cara posterior <strong>del</strong> fémur. Acción:<br />

son aproximadores <strong>del</strong> muslo sobre la pelvis e intervienen<br />

en su flexión y rotación externa.<br />

. El sartorio se origina <strong>del</strong> ilíaco, y el recto interno <strong>del</strong><br />

pubis. Ambos terminan por un tendón en la cara interna<br />

de la meseta tibial, y junto con el semitendinoso,<br />

constituyen los músculos de la pata de ganso. Acción:<br />

el sartorio es flexor de la pierna y <strong>del</strong> muslo, rotando<br />

el muslo hacia fuera y la pierna hacia dentro. El recto<br />

interno es aproximador <strong>del</strong> muslo, rotándolo hacia<br />

fuera y participa en la flexión de la pierna.<br />

Compartimiento posterior. Está constituido por 3<br />

músculos: el semimembranoso, el semitendinoso y el bíceps<br />

femoral. Los 3 se originan en el ísquion y terminan,<br />

mediante tendones en la cabeza <strong>del</strong> peroné (el bíceps<br />

femoral), en el borde posterior de la meseta tibial (el<br />

semimembranoso) y en la pata de ganso, el semitendinoso.<br />

Acción: el semitendinoso extiende el muslo, flexiona la<br />

pierna, girándola ligeramente hacia dentro; participa en la<br />

extensión <strong>del</strong> tronco. Por su parte el semimembranoso extiende<br />

el muslo y flexiona la pierna, rotándolo hacia dentro,<br />

mientras que el bíceps femoral extiende el muslo,<br />

flexiona la pierna, rotándola hacia fuera.<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> muslo<br />

La arteria femoral sigue a la arteria ilíaca externa. Está<br />

situada en la parte anteroexterna <strong>del</strong> muslo y se extiende<br />

desde el arco femoral al anillo <strong>del</strong> 3er. aductor donde se<br />

6 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


continúa con la arteria poplítea. Ella cursa por el conducto<br />

femoral acompañado por la vena femoral, que está por<br />

fuera de la arteria en su tercio inferior. También está en<br />

relación con el nervio crural.<br />

La inervación <strong>del</strong> miembro inferior depende de 4 nervios:<br />

crural, obturador, musculocutáneo y ciático. El ciático<br />

es un gran tronco de cerca de 1 cm de diámetro que cursa<br />

en la parte posterior de la nalga y después por el muslo por<br />

<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> bíceps femoral para dividirse un poco por encima<br />

de la rodilla en sus 2 ramas: ciático poplíteo interno<br />

y externo.<br />

RODILLA. PIERNA<br />

RODILLA<br />

La rodilla será estudiada en el capítulo correspondiente<br />

a su articulación.<br />

PIERNA<br />

Planos musculotendinosos de la pierna<br />

Los músculos de la pierna se disponen en 3 grupos:<br />

anterior, posterior y lateral o externo. El grupo posterior<br />

se dispone en 2 capas: superficial y profunda. Los músculos<br />

<strong>del</strong> grupo lateral son preferentemente flexores y<br />

pronadores <strong>del</strong> pie, los <strong>del</strong> grupo anterior son extensores<br />

<strong>del</strong> pie, mientras que los <strong>del</strong> grupo posterior, en lo primordial,<br />

son flexores y supinadores <strong>del</strong> pie.<br />

Compartimiento anterior. Comprende 4 músculos:<br />

tibial anterior, extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo, extensor largo<br />

de los dedos y peroneo anterior.<br />

. Músculo tibial anterior. Se origina por arriba en la<br />

diáfisis tibial y por abajo termina por un tendón en la<br />

cara interna de la 1ra. cuña y en la parte inferointerna<br />

de la base <strong>del</strong> 1er. metatarsiano. Acción: extiende el<br />

pie, levantando su borde medial<br />

. Músculo extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. Se origina <strong>del</strong><br />

peroné y de la membrana intertibioperonea y termina<br />

en la falange <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción: es extensor <strong>del</strong><br />

dedo gordo <strong>del</strong> pie sobre el 1er. metatarsiano y participa<br />

en la extensión <strong>del</strong> pie, levantando su borde medial.<br />

. Músculo extensor largo de los dedos. Se origina, principalmente<br />

en la cabeza <strong>del</strong> peroné y por abajo se divide<br />

en 4 partes para insertarse en la cara superior de<br />

cada uno de los 4 últimos dedos. Acción: es extensor<br />

de los 4 dedos (II-V) y extiende el pie levantando su<br />

borde externo.<br />

. Músculo peroneo anterior. Es de poca importancia.<br />

Compartimiento lateral o externo. Está formado por<br />

2 músculos: el peroneo lateral corto y el largo. Ambos se<br />

originan en la cara externa <strong>del</strong> peroné. El peroneo largo<br />

sigue el borde externo <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie para dirigirse<br />

hacia la planta <strong>del</strong> pie e insertarse en la cara inferior <strong>del</strong><br />

1er. metatarsiano, participando en la conservación de la<br />

bóveda plantar; mientras que el peroné lateral corto pasa<br />

por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> anterior y termina en el borde externo <strong>del</strong><br />

pie a nivel <strong>del</strong> 5to. metatarsiano. Este último interviene en<br />

la extensión <strong>del</strong> pie sobre la pierna, la aducción y rotación<br />

externa <strong>del</strong> pie.<br />

Compartimiento posterior. Este compartimiento o<br />

pantorrilla, está formado por un plano superficial, constituido<br />

por el tríceps sural y el músculo plantar, y un plano<br />

profundo con 4 músculos: poplíteo, flexor largo <strong>del</strong> 1er.<br />

dedo, flexor largo de los dedos y tibial posterior.<br />

. Plano profundo <strong>del</strong> compartimiento posterior. Los 4<br />

músculos se originan por arriba en la tibia y el peroné,<br />

el poplíteo es el superior y los restantes se sitúan en la<br />

parte media y posterior de la pierna y de <strong>del</strong>ante hacia<br />

detrás en el siguiente orden: flexor largo de los dedos,<br />

tibial posterior y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. El músculo<br />

poplíteo va desde el extremo superior de la tibia<br />

hasta el cóndilo externo <strong>del</strong> fémur. Acción: flexiona la<br />

pierna, rotándola hacia dentro y tira de la cápsula articular<br />

de la rodilla.<br />

El músculo flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se origina en la<br />

cara posterior de la pierna y termina en un tendón que<br />

pasa por detrás <strong>del</strong> maléolo interno y por debajo <strong>del</strong><br />

pie y se fija en la cara interna <strong>del</strong> 1er. dedo. Acción:<br />

flexiona el dedo grueso <strong>del</strong> pie y participa en la flexión<br />

<strong>del</strong> 2do. al 5to. dedo. Además flexiona y rota el pie<br />

hacia fuera.<br />

El músculo tibial posterior se origina por arriba en el<br />

borde externo de la cara posterior de la diáfisis tibial,<br />

cursa por debajo <strong>del</strong> flexor común de los dedos, se<br />

continúa con su tendón, por detrás <strong>del</strong> maléolo interno,<br />

por <strong>del</strong>ante de los tendones de los músculos flexores<br />

y termina en la cara interna <strong>del</strong> tarso. Acción: flexiona<br />

el pie, rotándolo hacia fuera.<br />

Por último, está el músculo flexor largo de los dedos<br />

que se origina en la cara posterior de la diáfisis tibial,<br />

pasa por encima <strong>del</strong> tibial posterior y se continúa con<br />

un tendón largo, entre los tendones <strong>del</strong> flexor propio<br />

<strong>del</strong> 1er. dedo y <strong>del</strong> tibial posterior para pasar por debajo<br />

<strong>del</strong> arco plantar y dividirse en sus 4 tendones que<br />

se insertan en la cara inferior de los 4 últimos dedos<br />

<strong>del</strong> pie. Acción: flexiona las falanges distales de los<br />

dedos II-V y participa en la flexión plantar <strong>del</strong> pie,<br />

levantando su borde medial.<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 7


. Plano superficial <strong>del</strong> compartimiento posterior de la<br />

pierna. Lo forman el tríceps sural y el plantar. El tríceps<br />

sural tiene 3 vientres: los 2 gemelos y el sóleo. Los<br />

gemelos se originan de los cóndilos femorales y terminan<br />

en la parte media de la pantorrilla en la cara posterior<br />

de una lámina tendinosa que se une a la <strong>del</strong> sóleo<br />

para formar el tendón de Aquiles. El sóleo se origina<br />

de 2 haces musculares, tibial y peroneo que se unen<br />

para formar una arcada fibrosa de donde nace una<br />

aponeurosis intramuscular en el interior <strong>del</strong> sóleo. Las<br />

fibras musculares se dirigen hacia abajo y se unen con<br />

los gemelos. Acción: el tríceps sural flexiona la pierna<br />

en la articulación de la rodilla, produciendo la flexión<br />

plantar <strong>del</strong> pie, levantando el calcáneo y con el pie<br />

fijo, tira de la pierna y <strong>del</strong> muslo hacia atrás.<br />

El plantar es un músculo rudimentario y muy inconstante.<br />

Se inicia en el cóndilo lateral <strong>del</strong> fémur y en la<br />

pared posterior de la cápsula articular de la rodilla y<br />

termina por un tendón muy largo y estrecho entre los<br />

gemelos y el sóleo, uniéndose al tendón calcáneo o<br />

terminando de modo independiente. Acción: tensa la<br />

cápsula de la articulación de la rodilla.<br />

Paquete vasculonervioso de la rodilla y pierna<br />

La arteria poplítea sigue a la arteria femoral, a la cual<br />

continúa. Comienza en el anillo <strong>del</strong> 3er. aductor, atraviesa<br />

el hueco poplíteo y termina en el arco <strong>del</strong> sóleo, donde se<br />

divide en arteria tibial anterior y el tronco tibioperoneo.<br />

La arteria poplítea camina de arriba abajo, por detrás <strong>del</strong><br />

fémur, por el plano posterior de la articulación de la rodilla<br />

y <strong>del</strong> músculo poplíteo. Está cubierta de arriba abajo,<br />

por el semimembranoso, por la aponeurosis profunda <strong>del</strong><br />

hueco poplíteo y por los músculos gemelos. Está acompañada<br />

por la vena poplítea situada por detrás y por fuera de<br />

la arteria, y por el nervio ciático poplíteo interno, situado<br />

por fuera y por detrás de la vena.<br />

La arteria tibial anterior es la rama de bifurcación<br />

anterior de la arteria poplítea, atraviesa el orificio comprendido<br />

entre la tibia, el peroné y el borde superior <strong>del</strong><br />

ligamento interóseo y desciende hasta el borde inferior <strong>del</strong><br />

ligamento frondiforme, donde toma el nombre de arteria<br />

pedia. La arteria cursa por el intersticio que separa al tibial<br />

anterior (que está por dentro) de los músculos extensores<br />

(que están por fuera). Está acompañada, en toda su extensión,<br />

por el nervio tibial anterior. El tronco tibio peroneo<br />

es la rama de bifurcación anterior de la arteria poplítea.<br />

Comienza en el anillo <strong>del</strong> sóleo, desciende verticalmente y<br />

termina dividiéndose en 2 ramas: arteria peronea y arteria<br />

tibial posterior.<br />

La arteria peronea se origina <strong>del</strong> tronco tibioperoneo y<br />

cursa por la cara profunda <strong>del</strong> sóleo.<br />

Las venas <strong>del</strong> MI se dividen en superficiales y profundas.<br />

Las venas profundas, con excepción <strong>del</strong> tronco venoso<br />

tibio peroneo, de la vena poplítea y de la vena femoral,<br />

son en número de 2 para cada arteria y reciben el nombre<br />

de la arteria que acompañan.<br />

Las venas superficiales cursan por el TCS, formando<br />

una red venosa, cuya sangre se vierte en 2 troncos colectores:<br />

las venas safenas interna y externa. La vena safena<br />

interna se origina a nivel <strong>del</strong> maléolo, asciende verticalmente<br />

por la cara interna de la pierna, en el borde interno<br />

de la tibia, contorneando por arriba al cóndilo interno <strong>del</strong><br />

fémur. Al llegar al muslo, camina paralela al músculo<br />

sartorio, atraviesa la fascia cribiforme y desemboca en la<br />

femoral a 4 cm por debajo <strong>del</strong> arco, donde describe una<br />

curva de concavidad inferior o cayado de la safena. La<br />

vena safena externa contornea la extremidad inferior <strong>del</strong><br />

borde posterior <strong>del</strong> maléolo externo, alcanza la línea media<br />

y desemboca en la cara posterior de la vena poplítea,<br />

en el cayado de la safena externa.<br />

El nervio safeno externo acompaña a la vena <strong>del</strong> mismo<br />

nombre y cursa por la cara posterior de la pantorrilla.<br />

El nervio ciático poplíteo externo es la rama de bifurcación<br />

externa y se origina en el ángulo superior <strong>del</strong> hueco<br />

poplíteo, dirigiéndose hacia abajo y fuera por debajo de la<br />

aponeurosis. Desciende por detrás de la cabeza <strong>del</strong> peroné<br />

y poco después se divide en sus ramas terminales.<br />

El nervio ciático poplíteo interno es más voluminoso<br />

que el anterior y desciende verticalmente <strong>del</strong> ángulo superior<br />

al ángulo inferior <strong>del</strong> hueco poplíteo.<br />

El nervio tibial posterior, comienza a nivel <strong>del</strong> anillo<br />

<strong>del</strong> sóleo donde sigue la dirección <strong>del</strong> ciático poplíteo interno.<br />

Tiene una dirección oblicua hacia abajo y dentro,<br />

hasta el canal <strong>del</strong> calcáneo, donde se divide en 2 ramas<br />

terminales: plantar interno y externo.<br />

En la garganta <strong>del</strong> pie, como veremos a continuación,<br />

el tibial posterior se introduce por debajo <strong>del</strong> ligamento<br />

anular interno y camina por detrás de los vasos y en la<br />

misma vaina que ellos.<br />

TOBILLO. PIE<br />

TOBILLO<br />

Planos musculotendinosos <strong>del</strong> tobillo<br />

En el tobillo se distinguen dos regiones: una anterior y<br />

otra posterior.<br />

Región anterior. La región anterior <strong>del</strong> tobillo da paso<br />

a los tendones de la pierna, dispuestos en un solo plano,<br />

8 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


que de dentro a fuera son: tendón <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong><br />

extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo y <strong>del</strong> extensor común.<br />

Los tendones y sus vainas fibrosas están separados<br />

<strong>del</strong> plano osteoarticular, por un tejido celuloadiposo, en el<br />

cual se encuentran la arteria tibial anterior, sus 2 venas<br />

satélites y el nervio tibial anterior.<br />

Región posterior. En la región posterior <strong>del</strong> tobillo se<br />

distinguen 2 planos tendinosos:<br />

Primer plano. Comprende el tendón de Aquiles y el<br />

tendón <strong>del</strong> plantar <strong>del</strong>gado o sóleo, en la parte media,<br />

y a los tendones de los peroneos laterales por fuera.<br />

El tendón de Aquiles ocupa la porción media y se inserta<br />

en la mitad inferior de la cara posterior <strong>del</strong> calcáneo,<br />

separado <strong>del</strong> mismo por la bursa serosa<br />

retrocalcánea. El tendón <strong>del</strong> sóleo, adosado al anterior,<br />

se inserta en el calcáneo por dentro <strong>del</strong> tendón de<br />

Aquiles. Los tendones de los peroneos laterales cursan<br />

por la corredera osteofibrosa retromaleolar externa,<br />

rodeados por una vaina serosa común.<br />

Segundo plano. El segundo plano musculotendinoso de<br />

esta región cursa por detrás <strong>del</strong> maléolo interno, y de<br />

dentro a fuera se identifican los tendones <strong>del</strong> tibial posterior,<br />

flexor común de los dedos y flexor largo propio<br />

<strong>del</strong> 1er. dedo. Cada uno de estos tendones están rodeados<br />

por una vaina serosa, que se desliza en una vaina<br />

osteofibrosa formada por el esqueleto, la hoja profunda<br />

<strong>del</strong> ligamento anular interno y sus expansiones.<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> tobillo<br />

El paquete vasculonervioso comprende a la arteria<br />

tibial anterior, al nervio tibial anterior y a la arteria<br />

peronea anterior. En la cara posterior el paquete<br />

vasculonervioso está constituido por la arteria tibial posterior,<br />

sus venas satélites y el nervio tibial posterior. Este<br />

haz vasculonervioso, cubierto por el ligamento anular,<br />

ocupa el intervalo entre el tendón <strong>del</strong> flexor común y <strong>del</strong><br />

flexor propio.<br />

PIE<br />

Planos musculotendinosos<br />

Los músculos <strong>del</strong> pie se dividen en músculos de la cara<br />

dorsal y músculos de la cara plantar, separados por el esqueleto<br />

y las articulaciones <strong>del</strong> pie. Los músculos <strong>del</strong> dorso<br />

<strong>del</strong> pie son principalmente extensores, mientras que los<br />

músculos plantares son esencialmente flexores.<br />

Cara dorsal. El plano muscular de esta región está<br />

formado por 2 músculos: el extensor corto de los dedos y<br />

el extensor corto <strong>del</strong> dedo grueso. El músculo extensor<br />

corto de los dedos, situado en la cara dorsal, se inicia en la<br />

porción anterior <strong>del</strong> calcáneo, se dirige hacia dentro, se<br />

continúa con 4 tendones estrechos y se une en su porción<br />

distal con los tendones <strong>del</strong> músculo extensor largo de los<br />

dedos para insertarse en las falanges proximales de los<br />

dedos II – V. Acción: extiende a estos dedos y los tira<br />

hacia el lado lateral. El músculo extensor corto <strong>del</strong> dedo<br />

gordo se sitúa por dentro <strong>del</strong> anterior. Se inicia en la cara<br />

anterosuperior <strong>del</strong> calcáneo y se inserta por su tendón en<br />

la base de la falange proximal <strong>del</strong> dedo grueso En su porción<br />

distal se fusiona con el tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong><br />

dedo grueso. Acción: extiende el dedo grueso <strong>del</strong> pie.<br />

En la cara dorsal se distingue el plano tendinoso, que<br />

de dentro a fuera, está constituido por:<br />

. Tendón <strong>del</strong> tibial anterior, que termina en la cara interna<br />

de la 1ra. cuña y en la base <strong>del</strong> 1er. metatarsiano.<br />

. Tendón <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo que termina<br />

en la falange distal de ese dedo.<br />

. Tendones <strong>del</strong> extensor corto, que van a los últimos 4<br />

dedos.<br />

. Tendón <strong>del</strong> peroneo anterior, que termina en la cara<br />

dorsal <strong>del</strong> 5to. metatarsiano.<br />

En su trayecto se pueden ver sus vainas serosas, que<br />

rodean a los tendones en la garganta <strong>del</strong> pie y se prolongan<br />

en la región dorsal.<br />

Cara plantar. La cara plantar o planta <strong>del</strong> pie, permite<br />

identificar por debajo <strong>del</strong> TCS a la aponeurosis plantar<br />

superficial, que se continúa por detrás con la aponeurosis<br />

superficial de la garganta <strong>del</strong> pie, y por los lados se adhiere<br />

al 1ro. y 5to. metatarsianos. Ella se divide en 3 porciones:<br />

media, externa e interna.<br />

La aponeurosis plantar media, muy gruesa y resistente,<br />

se ensancha de atrás a <strong>del</strong>ante y termina por 5 cintillas<br />

pretendinosas, que se unen por algunas fibras transversales<br />

y que forman, a nivel de las articulaciones<br />

metatarsofalángicas, un ligamento transversal superficial<br />

y un ligamento plantar interdigital.<br />

La aponeurosis plantar externa es gruesa en su origen, en<br />

el calcáneo y se afina en su terminación a nivel <strong>del</strong> 5to.<br />

metatarsiano, mientras que la aponeurosis plantar interna es<br />

<strong>del</strong>gada por detrás y aumenta su espesor en su parte anterior.<br />

En los dedos la aponeurosis plantar superficial está<br />

reemplazada por una vaina fibrosa que cubre a los tendones<br />

flexores y forma, con la cara anterior de las falanges<br />

unos conductos osteofibrosos.<br />

De la cara profunda de los límites entre estas<br />

aponeurosis parten 2 tabiques fibrosos intermusculares,<br />

uno interno y otro externo, que junto a la aponeurosis<br />

plantar superficial y la aponeurosis profunda que cubre<br />

a los músculos interóseos, forman 3 celdas plantares que<br />

contienen a los músculos de la región.<br />

Breve revisión anatómica <strong>del</strong> aparato locomotor (SOMA) 9


En la celda plantar interna se sitúan:<br />

. El músculo flexor corto <strong>del</strong> 1er. dedo, que termina por<br />

2 haces en los sesamoideos interno y externo. Acción:<br />

es flexor <strong>del</strong> dedo grueso.<br />

. Abductor <strong>del</strong> dedo grueso. Es un músculo superficial.<br />

Se inicia en el retináculo de los músculos flexores, en<br />

la parte medial de la tuberosidad calcánea y en la cara<br />

plantar <strong>del</strong> hueso navicular y se inserta en el<br />

sesamoideo medial <strong>del</strong> dedo grueso y en la base de su<br />

falange proximal. Acción: flexiona y separa el dedo<br />

grueso <strong>del</strong> pie y refuerza la porción medial de la bóveda<br />

<strong>del</strong> pie.<br />

. El aductor o aproximador <strong>del</strong> 1er. dedo, que termina<br />

en el sesamoideo interno <strong>del</strong> dedo grueso. Acción: es<br />

flexor y aproximador <strong>del</strong> dedo grueso y contribuye a<br />

formar el conducto calcáneo.<br />

Existe un conducto osteofibromuscular en la región<br />

retromaleolar interna de la garganta <strong>del</strong> pie y en la región<br />

plantar que contiene a los tendones <strong>del</strong> tibial posterior, <strong>del</strong><br />

flexor común, <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso, los vasos y<br />

nervios tibiales posteriores y las arterias y nervios plantares.<br />

En realidad es un canal óseo transformado en un conducto<br />

por la hoja profunda <strong>del</strong> ligamento anular interno por arriba,<br />

y por el músculo y aponeurosis <strong>del</strong> músculo<br />

aproximador <strong>del</strong> dedo grueso.<br />

En la celda plantar media se pueden diferenciar, de la<br />

superficie a la profundidad, 4 planos:<br />

. Primer plano. Está ocupado por el flexor corto de los<br />

dedos que va desde la tuberosidad interna <strong>del</strong> calcáneo<br />

y de la aponeurosis plantar a los 4 últimos dedos,<br />

donde termina en sus tendones que se alojan en los<br />

canales sinoviales junto con los tendones de los músculos<br />

flexores largo de los dedos. En la región de las<br />

falanges proximales de los II – V dedos, el tendón <strong>del</strong><br />

músculo flexor corto se divide en 2 partes, insertándose<br />

en la base de las falanges medias de los dedos<br />

indicados. Acción: flexiona la 2 da falange de los 4 últimos<br />

dedos sobre la 1ra. falange y éstas sobre el<br />

metatarsiano correspondiente.<br />

. Segundo plano. En este plano, y por encima <strong>del</strong> flexor<br />

corto plantar, cursa el paquete vasculonervioso: arteria<br />

y nervio plantar externo.<br />

. Tercer plano. Contiene al tendón <strong>del</strong> flexor largo de<br />

los dedos, su accesorio, los músculos lumbricales y el<br />

tendón <strong>del</strong> flexor largo propio <strong>del</strong> dedo grueso. El tendón<br />

<strong>del</strong> flexor largo está unido en su trayecto con el<br />

flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso y se divide en 4 tendones<br />

terminales. El tendón accesorio <strong>del</strong> flexor largo o músculo<br />

cuadrado plantar va desde la cara inferior <strong>del</strong><br />

calcáneo al tendón <strong>del</strong> flexor corto de los dedos.<br />

Los músculos lumbricales, situados entre los tendones<br />

<strong>del</strong> flexor común, van a las primeras falanges y al tendón<br />

correspondiente <strong>del</strong> extensor común. Acción: flexiona la<br />

1ra. falange y extiende las otras 2.<br />

Las serosas que rodean los tendones de los flexores en<br />

la garganta <strong>del</strong> pie, se prolongan en la planta hasta la altura<br />

de la articulación cuneoescafoidea.<br />

Celda plantar externa. La celda plantar externa<br />

contiene:<br />

. Músculo abductor <strong>del</strong> 5to. dedo, que termina en la<br />

1ra. falange de este dedo. Acción: separa y flexiona la<br />

falange proximal <strong>del</strong> dedo pequeño.<br />

. Músculo flexor corto <strong>del</strong> 5 to dedo y el oponente <strong>del</strong><br />

5to. dedo, que van al 5to. dedo y al 5to. metatarsiano.<br />

Acción: el primero es flexor de la 1ra. falange y el<br />

2do. tira <strong>del</strong> 5to. metatarsiano hacia dentro.<br />

La celda profunda contiene a los metatarsianos y los<br />

músculos interóseos que ocupan los espacios<br />

intermetatarsianos.<br />

Paquete vasculonervioso <strong>del</strong> pie<br />

El paquete vasculonervioso profundo de la región dorsal<br />

<strong>del</strong> pie, está constituido por la arteria pedia (continuación<br />

de la arteria tibial anterior), dispuesta en línea recta<br />

desde la región intermaleolar hasta la extremidad posterior<br />

<strong>del</strong> 1er. espacio interóseo, situada primero por fuera<br />

<strong>del</strong> tendón extensor propio y por dentro <strong>del</strong> músculo pedio.<br />

Aparece acompañada de sus 2 venas satélites y de la rama<br />

interna <strong>del</strong> nervio tibial anterior.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

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Livingstone, Edinburgh,1989.<br />

10 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


BREVE REVISIÓN DE LA FÍSICA DE LA ECOGRAFÍA APLICADA<br />

AL ESTUDIO DEL APARATO LOCOMOTOR<br />

El sonido se refleja en las interfases entre estructuras<br />

con diferente impedancia acústica (Partes blandas-hueso).<br />

El ángulo de incidencia <strong>del</strong> haz de US debe ser de 90 grados<br />

con respecto a las estructuras que se evalúan, para<br />

mantener la refracción al mínimo y lograr una reflexión<br />

máxima, especialmente en el estudio de las partes blandas<br />

(PB). El grado de absorción <strong>del</strong> haz de sonido es directamente<br />

proporcional a su frecuencia.<br />

En los últimos años se han introducidos grandes avances<br />

técnicos con el fin de reducir los artefactos y obtener<br />

una mayor información, con el objetivo de garantizar una<br />

alta resolución de contraste (capacidad de diferenciar dos<br />

estructuras hísticas de densidad casi similares), y una alta<br />

resolución espacial (capacidad de diferenciar entre estructuras<br />

tisulares vecinas). Esto se conoce genéricamente<br />

como Ecografía de alta resolución (USAR) y se obtiene<br />

con transductores entre 7.5 y 14 MHz, y que para el estudio<br />

de las partes blandas se prefieren los transductores<br />

lineales.<br />

La exploración ecográfica de los tejidos blandos permite<br />

la realización de los diferentes tipos de cortes incluso<br />

con dirección oblicua o curva. De forma rutinaria se utiliza<br />

la contracción o relajación de las estructuras músculotendinosas<br />

y de los ligamentos, así como las maniobras de<br />

estrés. La compresión de los tejidos por el transductor nos<br />

ofrece una información valiosa sobre la permeabilidad de<br />

las venas, grosor de la sinovial y la exploración de zonas<br />

con aumento de la sensibilidad.<br />

Se han descrito una serie de artefactos en la técnica<br />

Ecográfica, algunos de ellos (artefactos buenos) de gran<br />

utilidad en el estudio de las PB. Entre ellos tenemos:<br />

. Artefacto de sombra. Se corresponde con una ausencia<br />

de señales por detrás de la lesión que se examina.<br />

Puede ser producido por tejido cicatricial, septum<br />

fibrosos normales, calcificaciones o superficies óseas.<br />

. Ausencia <strong>del</strong> artefacto de sombra. Esto es debido<br />

al empleo de un transductor de baja resolución, que<br />

motiva, que cuando las calcificaciones son muy pequeñas<br />

con relación al ancho <strong>del</strong> haz de US, no se<br />

producen las sombras por detrás de las mismas.<br />

. Artefacto de realce por aumento de la transmisión.<br />

La ecogenicidad aumentada de los tejidos localizados<br />

por detrás de estructuras que tienen una baja atenuación<br />

<strong>del</strong> sonido, provoca un realce de las mismas. Esto<br />

ocurre en estructuras normales como los vasos o en<br />

procesos patológicos como los quistes y las inserciones<br />

tendinosas inflamadas.<br />

. Artefacto por anisotropía. Es el artefacto en la<br />

ecogenicidad normal de estructuras como los tendones<br />

y músculos, y se producen cuando se examinan<br />

con ángulos que no son perpendiculares a los mismos.<br />

. Artefacto de sombra retroactiva. Se conoce también<br />

como sombra de ángulo crítico. Es la ausencia de ecos<br />

de retorno en las márgenes laterales de una superficie<br />

muy curva, como sucede en los bordes de un quiste o<br />

de un tendón.<br />

. Artefacto de reverberancia. Se conoce también como<br />

artefacto en cola de cometa y es producido durante el<br />

estudio Ecográfico de objetos metálicos o de cristal.<br />

Se ven bandas ecogénicas repetitivas que aparecen a<br />

intervalos iguales al grosor <strong>del</strong> objeto y que disminuyen<br />

por la distancia <strong>del</strong> mismo. De modo característico<br />

este artefacto cruza los límites tisulares. El aire<br />

también produce artefactos de reverberancia y provoca<br />

una sombra posterior de ecos difusos.<br />

NOTA. A continuación y comprendiendo los capítulos desde<br />

el 3 hasta el 8, se realizará un estudio con la ecografía, <strong>del</strong> aspecto<br />

normal y las principales enfermedades de los músculos, ligamentos,<br />

tendones, nervios periféricos, lesiones articulares, <strong>del</strong> periostio y de la<br />

cortical, aunque volveremos a insistir en sus aspectos principales en<br />

los capítulos dedicados al estudio de las grandes articulaciones.<br />

Breve revisión de la física de la ecografía aplicada al estudio <strong>del</strong> aparato locomotor 11


BIBLIOGRAFÍA<br />

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Radiology 1998; 206:45 – 48.<br />

12 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DEL SISTEMA MUSCULAR<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La ecografía es la técnica imagenológica ideal para el<br />

estudio de las lesiones musculares, sobre todo en las personas<br />

que practican un deporte en que la enfermedad muscular<br />

y tendinosa, esencialmente de origen traumático, es<br />

cada día más frecuente. Además, pueden tener una importante<br />

repercusión funcional, así como presentar complicaciones<br />

que comprometen el porvenir de un deportista o<br />

profesional. La realización técnica <strong>del</strong> examen requiere de<br />

una estrecha relación con el paciente y de un examen clínico<br />

completo, la ecografía es para algunos, su prolongación<br />

técnica.<br />

El músculo esquelético es un músculo estriado,<br />

constituido por fibras alargadas las que se agrupan en<br />

fascículos.<br />

Hay múltiples formaciones que participan en la arquitectura<br />

general <strong>del</strong> músculo:<br />

. El endomisio, que es el espacio conjuntivo, muy vascularizado,<br />

que rodea a las fibras musculares.<br />

. El perimisio, que rodea a cada fascículo.<br />

. El epimisio, que rodea al músculo o aponeurosis de<br />

envoltura.<br />

. Los espacios intermusculares, constituidos por tejido<br />

conjuntivo-adiposo.<br />

La vascularización muscular es muy rica, en respuesta<br />

a la importancia de sus requerimientos energéticos.<br />

Los músculos presentan aspectos anatómicos bien diferentes<br />

y su fuerza es proporcional a la sección fisiológica<br />

<strong>del</strong> músculo correspondiente. Pueden ser monoarticulares,<br />

biarticulares o pluriarticulares. Algunos grupos<br />

musculares pueden trabajar de modo sinérgicos o ser antagonistas.<br />

Para su funcionamiento, es importante que los músculos<br />

tengan cierto grado de tensión en reposo, es lo que se<br />

llama tono muscular.<br />

Existen 2 tipos de contracciones musculares: la contracción<br />

isotónica o con acortamiento y la contracción<br />

isométrica o sin acortamiento.<br />

VENTAJAS. DESVENTAJAS. INDICACIONES<br />

DE LA ECOGRAFÍA MUSCULAR<br />

VENTAJAS DE LA ECOGRAFÍA SOBRE LA IRM EN<br />

LAS AFECCIONES MUSCULARES:<br />

·Bajo costo.<br />

· Posibilidad de su desplazamiento a la cama <strong>del</strong> enfermo.<br />

·Existencia de un mayor número de equipos.<br />

·Permite realizar estudios comparativos con el lado sano.<br />

·Sirve de guía para una biopsia.<br />

·Se pueden estudiar los tejidos blandos vecinos a las<br />

prótesis metálicas.<br />

·La resolución de la ecografía es de 200 a 450 um y los<br />

cortes pueden llegar a ser menores de 1 mm.<br />

DESVENTAJAS DE LA ECOGRAFÍA EN RELACIÓN<br />

CON LA IRM<br />

·Depende de la habilidad <strong>del</strong> operador.<br />

·Tiene limitaciones en la evaluación global de los tejidos<br />

<strong>del</strong> SOMA, especialmente de los huesos.<br />

INDICACIONES.<br />

Son múltiples las indicaciones de la ecografía en las lesiones<br />

musculares y entre ellas caben citar, su valor en las:<br />

·Lesiones traumáticas, calambres, rupturas, evolución,complicaciones.<br />

·Lesiones inflamatorias. Miositis viral o bacteriana.<br />

·Lesiones musculares periféricas. Lesiones de la fascia,<br />

aponeurosis e inserción musculotendinosa.<br />

Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 13


·Síndrome compartimental. Agudo y crónico.<br />

·Rabdomiólisis.<br />

·Tumores musculoesqueléticos.<br />

·Enfermedad neuromuscular.<br />

·Como guía para las punciones aspirativas o<br />

medicamentosas<br />

TÉCNICA DEL EXAMEN<br />

Es preferible utilizar transductores lineales de alta resolución<br />

(7,5-14 MHz.), realizando cortes longitudinales<br />

(CL), transversales (CT) y oblicuos (CO), siempre comparando<br />

con el lado opuesto sano y realizando, de modo<br />

simultáneo, una palpación ultrasonográfica con el<br />

transductor.<br />

Los músculos deben estudiarse en reposo y luego de<br />

una contracción isométrica, a veces con maniobras de<br />

flexión y extensión, pasivas y activas.<br />

Cuando se quiere valorar el grado de vascularización<br />

es aconsejable el empleo <strong>del</strong> DC, que también debe realizarse<br />

en reposo y luego <strong>del</strong> ejercicio.<br />

En las lesiones no palpables es aconsejable utilizar la<br />

ecografía para marcar en la piel el sitio de la lesión previa<br />

a la biopsia aspirativa o al acto quirúrgico. La punción<br />

aspirativa puede realizarse en tiempo real.<br />

ASPECTO ECOGRÁFICO NORMAL<br />

Como ya hemos señalado los músculos esqueléticos<br />

están constituidos por fibras musculares agrupadas en fascículos,<br />

separados entre sí por septum de tejido<br />

fibroadiposo (perimisium). El músculo a su vez, está rodeado<br />

por el epimisium. La suplencia vascular es rica con<br />

fluctuaciones importantes en el flujo que pueden variar<br />

con el nivel de ejercicio.<br />

El patrón ecográfico es similar en todos los músculos<br />

esqueléticos: en cortes longitudinales el perimisium aparece<br />

como una estría ecogénica, oblicua y paralela que<br />

contrasta con el fondo muscular (hipoecoico); en corte<br />

transversal el perimisium aparece como pequeños ecos en<br />

mancha y líneas cortas distribuidas a lo largo <strong>del</strong> fondo<br />

muscular hipoecoico. En ocasiones y en cortes transversales<br />

se pueden ver gruesos septum intramusculares<br />

ecogénicos, lo que produce un patrón reticulado. La fascia<br />

intermuscular es muy ecogénica.<br />

Durante la contracción muscular el músculo cambia<br />

en su forma y en la orientación de las estrías ecogénicas,<br />

bien visibles en cortes longitudinales.<br />

El DC puede mostrar los vasos intramusculares, de<br />

pequeño tamaño.<br />

PATOLOGÍA MUSCULAR<br />

Lesiones musculares traumáticas<br />

La afección traumática es la enfermedad muscular más<br />

frecuente y predomina en las extremidades. Los accidentes<br />

relacionados con el deporte en el curso de un esfuerzo<br />

muscular y los accidentes de la vía pública, constituyen la<br />

enfermedad muscular traumática más frecuente. Es importante<br />

utilizar los métodos imagenológicos siempre en<br />

colaboración con los ortopédicos, reumatólogos y médicos<br />

de Medicina Deportiva, que aportan datos de gran<br />

importancia a la hora de interpretar las imágenes.<br />

El papel de la ecografía en la evaluación de los traumas<br />

musculares ha sido motivo de múltiples trabajos. Sus<br />

principales indicaciones son:<br />

. Valorar la extensión de una lesión y medir la distancia<br />

de separación de los bordes de la herida muscular, de<br />

valor pronóstico en el grado de cicatrización y como<br />

guía para la evacuación de los hematomas, cuando<br />

están presentes.<br />

. Determinar el estado de la curación, de valor pronóstico<br />

para reiniciar las actividades físicas o deportivas.<br />

. Valorar la magnitud de la cicatrización o de fibrosis,<br />

de valor pronóstico sobre la pérdida de la capacidad<br />

muscular y presencia de lesiones residuales (quistes,<br />

miositis osificante, etc.).<br />

MECANISMO DEL TRAUMA<br />

Los traumas musculares pueden ser clasificados en:<br />

externos o directos, que pueden provocar desde una contusión<br />

hasta una ruptura, y en internos o indirectos que<br />

pueden ir desde un calambre hasta una ruptura. También<br />

es importante el diferenciar las lesiones agudas, las manifestaciones<br />

evolutivas y sus complicaciones.<br />

Trauma directo o externo<br />

El trauma directo de un músculo puede ser provocado<br />

por cualquier objeto romo. Durante algunos deportes el<br />

trauma es producto <strong>del</strong> choque entre 2 jugadores o entre el<br />

jugador y un objeto estacionario. En el trauma directo el<br />

músculo interesado es comprimido contra el hueso vecino<br />

y la lesión puede variar desde una contusión hasta un hematoma<br />

intramuscular de rápida evolución. Cuando el<br />

músculo está en tensión en el momento <strong>del</strong> trauma una<br />

contusión puede llevar a una ruptura muscular.<br />

Cuando se produce una isquemia de las fibras musculares<br />

por un trauma directo extenso o una compresión prolongada<br />

puede ocurrir una rabdomiólisis en que se produ-<br />

14 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ce una pérdida de la integridad de la membrana celular<br />

con salida de su contenido en el espacio extracelular.<br />

Trauma indirecto o interno<br />

El trauma muscular indirecto o interno es frecuente en<br />

las actividades atléticas, sobre todo cuando se exceden sus<br />

límites fisiológicos, así como en los no atletas cuando realizan<br />

un estrés de intensidad normal sobre un músculo debilitado<br />

o sin entrenamiento previo.<br />

En el trauma indirecto el músculo es estresado más<br />

allá de sus límites a través de un estiramiento pasivo excesivo<br />

o más a menudo por un aumento brusco de la presión<br />

durante la contracción. Este último fenómeno puede resultar<br />

de un bloqueo brusco en un movimiento normal o a la<br />

hora de realizar un movimiento en una posición inadecuada.<br />

Los músculos más afectados son el cuadríceps y los<br />

músculos de la corva en los jugadores de fútbol, mientras<br />

que el gemelo interno se lesiona más frecuentemente en los<br />

saltadores de altura, saltos largos, volley ball, baloncesto<br />

y jugadores de tenis.<br />

HALLAZGOS ECOGRÁFICOS EN EL TRAUMA<br />

En el trauma muscular el ecografista debe tratar de<br />

contestar las siguientes preguntas:<br />

. ¿Existe una lesión?<br />

. ¿En que músculo o compartimiento está localizada?.<br />

. ¿Está roto el músculo? ¿Cuál es la extensión de la<br />

ruptura y que tamaño tiene el hematoma?.<br />

. ¿Cómo se modifican las lesiones con el tiempo?.<br />

Veamos el aspecto ecográfico que nos ofrecen los diferentes<br />

tipos de trauma muscular:<br />

Lesiones agudas<br />

Calambres. Casi siempre es el resultado de un estiramiento<br />

o sobreuso muscular. En estos casos el examen<br />

ecográfico es negativo ya que no hay lesión<br />

macroscópicamente detectable. El calambre desaparece de<br />

modo espontáneo.<br />

Elongación. En la elongación hay un estiramiento muscular<br />

con microrrupturas de fibrillas y una pequeña hemorragia<br />

localizada, asociado a edema local. En la ecografía,<br />

sobre todo comparativa, se puede despertar el dolor durante<br />

el examen, existe aumento moderado <strong>del</strong> volumen<br />

muscular, y es difícil de identificar la arquitectura normal.<br />

Contusiones. Hematomas. Las contusiones pueden<br />

ser mínimas, interesando a pocas fibras musculares con<br />

poca hemorragia e infiltración de sangre entre las fibras.<br />

El aspecto <strong>del</strong> hematoma muscular varía con el tipo y edad<br />

<strong>del</strong> mismo. Al inicio la efusión hemorrágica se muestra<br />

como un área difusa y mal definida, hiperecoica. Otras<br />

veces un hematoma reciente, sólo produce un engrosamiento<br />

muscular mal definido, con aumento de la ecogenicidad,<br />

en cuyo caso se aconseja un estudio evolutivo. Más a<strong>del</strong>ante,<br />

el hematoma se define mejor por disminución de la<br />

ecogenicidad, que puede llegar a ser marcadamente<br />

hipoecoico y simular una colección llena de líquido y cuya<br />

aspiración es negativa. Posteriormente el hematoma se hace<br />

líquido y tiende a la reabsorción, pueden observarse bandas<br />

de fibrina ecogénicas o septum en su interior.<br />

Rupturas. En estos casos hay discontinuidad de las fibras<br />

musculares (signo directo) y presencia de un hematoma<br />

(signo indirecto), con pérdida total de la función. Cuando<br />

la ruptura es completa se ven los fragmentos musculares<br />

ecogénicos retraídos, rodeados por un hematoma hipoecoico<br />

que produce el signo <strong>del</strong> badajo de campana. En los casos<br />

de hematomas pequeños u organizados, se aconseja realizar<br />

el estudio en contracción muscular para demostrar el defecto<br />

entre los fragmentos musculares rotos.<br />

En los traumas musculares por aplastamiento las fibras<br />

musculares se comprimen contra el hueso, con destrucción<br />

de gran número de fibras y formación de<br />

hematomas. En estos casos pueden afectarse también las<br />

fascias que separan a algunos músculos. Estas lesiones<br />

muestran una cavidad de bordes irregulares con contenido<br />

ecogénico. Cerca <strong>del</strong> 20 % de estos traumas severos provocan<br />

una miositis osificante.<br />

De un modo esquemático se han diferenciado 3 fases<br />

en la rotura muscular completa, casi siempre provocado<br />

por un trauma directo.<br />

. Fase aguda. Cavidad irregular con bordes difusos,<br />

con un hematoma ecogénico.<br />

. Fase intermedia (24 -72 horas). Colección anecoica.<br />

. Fase tardía o de curación. El tejido cicatrizal que<br />

rellena la cavidad, aparece hiperecoico. Pueden<br />

visualizarse calcificaciones (miositis osificante).<br />

La ruptura parcial también obedece a un mecanismo<br />

de elongación y se manifiesta por una colección hipoecoica<br />

en el músculo, con pérdida de continuidad de las fibras.<br />

En las rupturas parciales se afecta un número limitado de<br />

fascículos.<br />

En la ecografía se puede ver una discontinuidad <strong>del</strong><br />

perimisium ecogénico. El área de rotura muestra unos bordes<br />

dentellados, rodeado, a veces, de un halo hiperecoico.<br />

Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 15


Cuando el hematoma asociado es muy hipoecoico se pueden<br />

detectar hasta las rupturas muy pequeñas. En estos<br />

casos es aconsejable realizar el examen durante una contracción<br />

muscular que puede aumentar el tamaño y el contraste<br />

<strong>del</strong> área focal de la ruptura, realizando siempre cortes<br />

sagital y coronal. La extensión de la ruptura y el volumen<br />

<strong>del</strong> hematoma tienen importancia pronóstica y terapéutica.<br />

Muchas veces es difícil de determinar la extensión<br />

de la ruptura parcial en la fase aguda o cuando hay<br />

un gran hematoma.<br />

Algunos autores han independizado las rupturas musculares<br />

indirectas y las han clasificado en 3 grupos:<br />

Grado I: se interesa menos <strong>del</strong> 5 % de la masa muscular.<br />

En la ecografía se ven cavidades con líquido<br />

serosanguinolento de aspecto hipoecoico en el vientre<br />

muscular, que desaparece a las 2 semanas de reposo.<br />

Grado II: se interesa más <strong>del</strong> 5 % de la masa muscular<br />

sin separación marcada <strong>del</strong> músculo. En la ecografía<br />

se ve un área hipoecoica intramuscular, con interrupción<br />

de los septum fibroadiposos y fragmentos musculares<br />

libres en la cavidad.<br />

Grado III: se interesa toda la masa muscular con separación<br />

<strong>del</strong> tejido. En la ecografía hay una cavidad llena<br />

de sangre (hematoma). Los segmentos musculares<br />

retraídos y arrollados, pueden simular un tumor.<br />

Evolución ecográfica de las lesiones musculares<br />

traumáticas<br />

La ecografía es ideal para el seguimiento de las rupturas<br />

musculares, sobre todo pequeñas, en que deben extremarse<br />

las condiciones técnicas. En los casos favorables,<br />

la ecotextura <strong>del</strong> músculo regresa a la normalidad a las<br />

pocas semanas, lo que va a permitir el reintegro <strong>del</strong> paciente<br />

a la vida normal.<br />

En las lesiones musculares, bien sean intrínsecas o extrínsecas,<br />

ocurren 3 procesos evolutivos: un proceso inflamatorio,<br />

un proceso de reabsorción y un proceso de reparación<br />

muscular. La reparación muscular implica 3 procesos<br />

equilibrados: regeneración de fibras musculares, producción<br />

de tejido conectivo y brote de vasos capilares.<br />

La ruptura <strong>del</strong> equilibrio de estos procesos favorece la<br />

producción excesiva de tejido conectivo y fibrosis.<br />

La ecografía es útil para evaluar la evolución de una<br />

ruptura muscular cuya curación, por lo general, ocurre<br />

entre las semanas 3 y 16, pero cuya duración depende de<br />

la extensión y localización de la lesión y que debe realizarse<br />

con maniobras de contracción y relajación. Durante el<br />

período de curación el músculo roto se llena gradualmente<br />

de tejido de granulación que aparece como una estructura<br />

ecogénica finamente nodular en la periferia de la lesión, la<br />

cual se engruesa progresivamente y reemplaza la cavidad<br />

<strong>del</strong> hematoma. Al final la cicatriz puede verse como una<br />

banda hiperecoica, a veces con sombra acústica.<br />

Complicaciones de las rupturas musculares<br />

Las rupturas musculares, como ya hemos señalado,<br />

pueden complicarse por fibrosis, calcificación, miositis<br />

osificante o formaciónes quísticas. También puede verse<br />

retracción de la fascia y septum, expresión de la pérdida<br />

de volumen muscular.<br />

Las complicaciones de las rupturas musculares se han<br />

dividido en 4 órdenes.<br />

Primer orden<br />

. Recidivas por movilización precoz con fibrosis tardía.<br />

. Retardo en la reparación, y como secuela tardía, una<br />

fibrosis.<br />

Segundo orden<br />

. Fibrosis perineural y perimuscular.<br />

. Hematomas enquistados.<br />

Tercer orden<br />

. Miositis osificante.<br />

. Hernia muscular.<br />

Cuarto orden<br />

. Infección.<br />

. Dolor fantasma o dolor muscular tardío.<br />

. Tendinitis refleja.<br />

Cicatrices fibrosas<br />

Las rupturas pequeñas curan, por lo general, sin secuelas.<br />

En los casos de rupturas recurrentes o no bien tratadas<br />

se forma un tejido de granulación que impide la regeneración<br />

de las fibras musculares con formación de una<br />

cicatriz fibrosa permanente. En la ecografía se ve un área<br />

ecogénica, focal y estrellada, por lo general adherida al<br />

epimisium, que no cambia su forma durante la contracción<br />

muscular y que predispone a una nueva ruptura de<br />

muy difícil diagnóstico. En el caso de una ruptura completa<br />

crónica, se puede producir una cicatriz gruesa entre los<br />

2 segmentos musculares rotos y separados, lo que provoca<br />

la formación de un músculo digástrico. Otras veces el<br />

área de fibrosis puede atrapar a un nervio vecino.<br />

16 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Hematomas quísticos<br />

Es la evolución de un hematoma hacia una colección<br />

líquida, lo que interfiere a la curación y predispone a una<br />

nueva ruptura. El hematoma enquistado aparece como un<br />

área hipoecoica con una pared gruesa y bordes nítidos.<br />

Miositis osificante<br />

Se trata de la formación de tejido óseo heterotópico no<br />

tumoral, dentro o vecino a un músculo y en relación con el<br />

hueso. Puede ser debida a un trauma marcado o a pequeños<br />

traumas repetidos y cuya localización se relaciona, a<br />

veces, con la actividad deportiva. El <strong>del</strong>toides, en los deportes<br />

con rifle de caza, el músculo braquial en la esgrima,<br />

los músculos aductores en los que montan a caballo o<br />

el músculo sóleo en el ballet, son los más frecuentemente<br />

afectados. La mayoría de las miositis osificantes<br />

traumáticas se relacionan con el músculo cuadríceps. También<br />

puede ser secuela de enfermedades, tales como quemaduras,<br />

trastornos neurológicos o ser idiopáticas.<br />

El aspecto de la lesión varía con el tiempo. En el período<br />

inicial la ecografía puede mostrar sábanas de material<br />

ecogénico producto de calcificaciones laminares. A medida<br />

que las calcificaciones se hacen más groseras se muestran<br />

como focos hiperecoicos grandes y con sombra acústica,<br />

paralelos a la diáfisis vecina, lo que lo diferencia <strong>del</strong> patrón<br />

de calcificación en anillo fino que ocurre en la forma no<br />

traumática. Su madurez se alcanza entre 3 y 5 meses. El<br />

diagnóstico diferencial con un sarcoma parostal es muy difícil<br />

cuando no hay antecedentes de un trauma evidente.<br />

Hernia muscular. Eventración<br />

Se trata de la herniación de un músculo a través de<br />

una aponeurosis o fascia rota o debilitada. Otras veces<br />

ocurren en áreas debilitadas de la pared abdominal, sobre<br />

todo en la región umbilical e inguinal. Las eventraciones<br />

casi siempre ocurren al nivel de una cicatriz posoperatoria.<br />

El examen ecográfico con contracción <strong>del</strong> músculo interesado<br />

demuestra la herniación muscular a través de la<br />

fascia o aponeurosis que explica la tumoración palpable,<br />

es más frecuente en el recto anterior, músculos de la corva<br />

y tibial anterior. Al inicio, la porción muscular herniada<br />

tiene la misma ecogenicidad que el músculo, que se aumenta<br />

con la contracción muscular. Posteriormente toma<br />

un aspecto hipoecoico, por agrupamiento de los septum<br />

fibroadiposos. En la fase crónica el aspecto <strong>del</strong> músculo<br />

herniado es hipoecoico, por edema y necrosis.<br />

En las eventraciones y en las hernias a través de orificios,<br />

la ecografía puede mostrar una masa mixta y en la<br />

cual se pueden identificar las asas intestinales. Se logra la<br />

reducción de la hernia con el transductor.<br />

Dolor muscular de origen tardío<br />

Se trata de un dolor muscular, posterior a un ejercicio<br />

intenso y en el cual el edema es el factor determinante.<br />

En estos casos se produce un aumento de la<br />

ecogenicidad muscular que borra la estructura normal<br />

<strong>del</strong> músculo.<br />

Síndrome compartimental. Se ha dividido en 2 grandes<br />

grupos:<br />

Síndrome compartimental agudo.<br />

En la fase aguda hay aumento de los diámetros <strong>del</strong><br />

compartimiento con desplazamiento y a<strong>del</strong>gazamiento de<br />

las fascias vecinas. En la ecografía hay aumento de la<br />

ecogenicidad muscular manteniéndose los septum<br />

hiperecoicos. En la fase crónica hay áreas hipoecoicas<br />

(quistes) con material ecogénico en su interior. Al final<br />

hay fibrosis extensa y osificación, bien identificables en la<br />

ecografía.<br />

Síndrome compartimental crónico: obedece a 2 mecanismos:<br />

. No hay aumento de volumen y sí engrosamiento y rigidez<br />

de las membranas interóseas, a veces con hernia<br />

muscular a través de la fascia vecina. Constituye una<br />

tercera parte de los casos.<br />

. Hay una expansión normal <strong>del</strong> compartimiento, con<br />

demora en la recuperación fisiológica (6 veces por<br />

encima de lo normal). Constituye las dos terceras partes<br />

de los casos.<br />

En conclusión, en la forma aguda <strong>del</strong> síndrome<br />

compartimental, la ecografía muestra un aumento difuso<br />

de la ecogenicidad mientras que los haces musculares<br />

periféricos permanecen hipoecoicos. Se aumenta el volumen<br />

<strong>del</strong> compartimiento y se abomban las fascias y membranas<br />

interóseas. Tardíamente ocurre una rabdomiólisis<br />

con un patrón heterogéneo. La necrosis muscular produce<br />

fibrosis y osificación y en los casos avanzados la evolución<br />

es irreversible. Otras veces la evolución es favorable<br />

con recuperación de la normalidad.<br />

Miositis. Piomiositis<br />

El diagnóstico de una infección musculotendinosa no<br />

siempre es evidente, ya que la presencia de una extremidad<br />

inflamada puede deberse, entre otras causas a: una<br />

celulitis, ruptura de un quiste sinovial, ruptura de un tendón,<br />

tromboflebitis, artritis, infarto muscular, etc.<br />

Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 17


La ecografía es la técnica ideal en estos casos debido a:<br />

. Bajo costo y uso amplio.<br />

. Puede realizarse de urgencia y en la cama <strong>del</strong> paciente.<br />

. Puede repetirse evolutivamente.<br />

. Es muy sensible para detectar la presencia de una colección<br />

líquida y facilita la punción aspirativa.<br />

La piomiositis se trata de un absceso primario<br />

intramuscular que predomina en los países tropicales, en<br />

pacientes inmunosuprimidos y en los drogadictos. El agente<br />

causal más frecuente es el estafilococo áureo (90 %).<br />

El aspecto en la ecografía varía con el estadio de la<br />

enfermedad: en el primer estadio, en fase de flemón, se ve<br />

un área hipoecoica, mal definida intramuscular, provocado<br />

por edema y que es inespecífico; más tardíamente se ve<br />

una colección intramuscular o absceso.<br />

Lesiones perimusculares. Síndrome por<br />

sobreuso de la canilla. Ruptura de las fascias<br />

Ya hemos hablado de algunas de estas lesiones en las<br />

rupturas musculares parciales en que se pueden interesar<br />

las uniones musculotendinosas y las fascias.<br />

Existen algunas lesiones fasciales que presentan características<br />

propias, como son:<br />

. Síndrome por «sobreuso de la canilla». Hay engrosamiento<br />

de la fascia medial de la tibia y <strong>del</strong> sitio de inserción<br />

<strong>del</strong> compartimiento muscular en el periostio, a lo<br />

largo de los bordes posteromedial y lateral de la tibia.<br />

. Síndrome de fricción de la banda iliotibial o rodilla <strong>del</strong><br />

corredor. La fascia disminuye su ecogenicidad por edema,<br />

confundiéndose con una bursa llena de líquido<br />

(sólo aparece después <strong>del</strong> ejercicio).<br />

. Ruptura de la fascia plantar. Predomina en 1/3 medio<br />

o posterior de la fascia, apreciándose un engrosamiento<br />

hipoecoico fusiforme, a veces con interrupción de la<br />

fascia. Hay que diferenciarla de la bursitis subcutánea<br />

<strong>del</strong> calcáneo.<br />

Rabdomiólisis<br />

Puede deberse a traumas, compresiones musculares<br />

prolongadas, quemaduras, etc, o ser espontánea. Entre sus<br />

causas se incluyen la glicogénesis, la enfermedad de Mac<br />

Ardle, las de causas metabólicas, medicamentosas o<br />

idiopáticas. En los deportes pueden ocurrir después de un<br />

ejercicio muscular prolongado.<br />

En la fase aguda la ecografía muestra que el tejido<br />

muscular normal es reemplazado por un área no homogénea<br />

de ecogenicidad mixta que posteriormente se hace<br />

hipoecoica y se transforma en una colección llena de líquido.<br />

En los casos favorables la restitución de la arquitectura<br />

muscular se obtiene a las 4 semanas.<br />

ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES.<br />

APLICACIONES DE LA ECOGRAFÍA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Bajo este término incluimos las miopatías y las<br />

miastenias.<br />

Las miopatías se tratan de distrofias musculares progresivas<br />

e irreversibles. La más frecuente es la miopatía<br />

de Duchenne o miopatía seudohipertrófica.<br />

Las otras miopatías son más raras. Por su parte la<br />

miastenia se asocia con frecuencia a otras afecciones<br />

autoinmunes y el diagnóstico sólo se hace con la biopsia<br />

neuromuscular.<br />

La ecografía se ha utilizado para evaluar las afecciones<br />

neuromusculares en el niño y en el adulto. La técnica<br />

<strong>del</strong> examen debe ser estandarizada y se aconseja tener preparado<br />

patrones por grupos etáreos entre 1 y 12 meses,<br />

entre 12 meses y 5 años y de 5 años en a<strong>del</strong>ante. El paciente<br />

debe ser examinado en posición supina y siempre realizando<br />

estudios comparativos. Deben definirse los hallazgos<br />

anatómicos, identificarse la enfermedad y realizar<br />

medidas <strong>del</strong> grosor muscular y de la grasa.<br />

Existen 5 características principales que deben ser evaluadas<br />

durante esta técnica, así como el grosor de la masa<br />

muscular y de la grasa (tabla 1).<br />

En los individuos normales los planos fasciales y las<br />

interfases óseas aparecen hiperecoicas y los huesos producen<br />

sombras acústicas, mientras que el parénquima<br />

muscular normal muestra ecogenicidad de bajo o mediano<br />

nivel.<br />

MIOPATÍAS<br />

En las enfermedades de esta naturaleza casi todos los<br />

músculos esqueléticos están interesados, por lo que puede<br />

seleccionarse la porción media <strong>del</strong> brazo o el muslo, salvo<br />

en las miopatías inflamatorias en que debe estudiarse el<br />

músculo afectado.<br />

La característica ecográfica principal de las miopatías<br />

es un aumento de la ecogenicidad muscular y una disminución<br />

en la diferenciación de los planos miofasciales, de<br />

las interfases con los bordes óseos y de las sombras que<br />

producen los huesos.<br />

18 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Tabla 1<br />

Variables ecográficas.<br />

Ecogenicidad.<br />

Intensidad.<br />

Distribución.<br />

Término descriptivo.<br />

Isoecoica, hiperecoica o hipoecoica.<br />

Homogénea o heterogénea.<br />

Visualización de interfases con el hueso.<br />

Visualización de la sombra <strong>del</strong> hueso.<br />

Visualización de las interfases fasciales.<br />

Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />

Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />

Normal, disminuida, indeterminada, ausente.<br />

DISTROFIA MUSCULAR PROGRESIVA<br />

Bajo este término se incluyen varias entidades en<br />

las cuales la ecografía refleja el estadio de la enfermedad:<br />

a mayor lesión muscular, mayor alteración en la<br />

ecografía. Al inicio el músculo se afecta ligeramente y<br />

se ve un aumento de la ecogenicidad muscular, con pocas<br />

alteraciones anatómicas. A medida que avanza la<br />

enfermedad aumenta la ecogenicidad de los músculos<br />

recordando el aspecto de una tormenta de nieve, y que<br />

puede ocultar, en los casos muy graves, la ecoestructura<br />

normal <strong>del</strong> músculo.<br />

DISTROFIA MIOTÓNICA<br />

El aspecto en la ecografía es muy variable: puede ser<br />

normal o existir un aumento de la ecogenicidad.<br />

DISTROFIA MUSCULAR CONGÉNITA<br />

Los pacientes con esta afección muestran aumento de<br />

la ecogenicidad en el músculo cuadríceps, que puede ser<br />

generalizada o afectar selectivamente al vasto intermedio.<br />

MIOPATÍAS INFLAMATORIAS<br />

En la polimiositis y en la dermatomiositis se interesa el<br />

músculo en forma de parches, el cual muestra aumento de<br />

la ecogenicidad, asociado a una pobre definición de los límites<br />

entre los bordes óseos y los planos miofasciales. Este<br />

patrón varía con la progresión o mejoría de la enfermedad y<br />

evolutivamente se interesan nuevos músculos. En el período<br />

final la ecogenicidad puede interesar a todos los músculos<br />

y en los casos de recuperación clínica el músculo no<br />

regresa a la normalidad. A veces resulta difícil diferenciar<br />

con la ecografía estas 2 últimas entidades (tabla 2).<br />

CARACTERÍSTICAS EN LA ECOGRAFÍA<br />

DE LA DISTROFIA MUSCULAR<br />

PROGRESIVA Y DE LAS MIOPATÍAS<br />

INFLAMATORIAS<br />

NEUROPATÍAS<br />

En las neuropatías, se requiere conocer el músculo<br />

inervado para poder realizar un estudio ecográfico. Los<br />

Tabla 2<br />

US DMP MI<br />

Ecogenicidad Aumentada Aumentada<br />

Ecotextura Homogénea Homogénea<br />

Interfases óseas Disminuida Preservada<br />

Sombras <strong>del</strong> hueso Disminuida Mayoría preservada<br />

Músculos afectados Todos Algunos<br />

Grosor <strong>del</strong> músculo Aumentado o sin modificar Disminuido o sin modificar<br />

Ecografía <strong>del</strong> sistema muscular 19


signos de denervación se manifiestan en forma de áreas<br />

hipoecogénicas en el músculo que alternan con áreas de<br />

ecogenicidad normal.<br />

NEUROPATÍA HEREDITARIA SENSOROMOTORA<br />

La ecografía de la musculatura periférica de esta afección<br />

muestra un aumento de la ecogenicidad de los músculos<br />

y pérdida de la masa muscular por atrofia, predominando<br />

en la porción proximal de los miembros superiores.<br />

ATROFIA MUSCULAR ESPINAL<br />

El patrón predominante es un aumento heterogéneo de<br />

la ecogenicidad muscular. Se asocia con disminución de la<br />

ecogenicidad de las interfases con los bordes óseos e<br />

interfases miofasciales. La lesión, por lo general es difusa,<br />

lo que la diferencia de la anterior.<br />

En ocasiones resulta difícil el diferenciar, con la<br />

ecografía, una miopatía de una neuropatía (tabla 3).<br />

Diferenciación con US entre miopatía y neuropatía<br />

Tabla 3<br />

US MIOPATÍA NEUROPATÍA<br />

Ecogenicidad Aumentada Aumentada<br />

Ecotextura Homogénea Heterogénea<br />

Sitio de lesión Todo el músculo Parte <strong>del</strong> músculo<br />

Visualización de las interfases óseas Muy disminuida Disminuida<br />

Sombras <strong>del</strong> hueso Disminuida Relativamente conservada<br />

Músculo afectado Proximales o todos Distal o focal<br />

Engrosamiento muscular Aumentado o normal Disminuido<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

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22 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DE LOS TENDONES<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El tendón es un órgano de transmisión, regulador de la<br />

motilidad y cuyas propiedades de resistencia, extensibilidad,<br />

movilidad y sensibilidad son bien conocidas.<br />

Las alteraciones de los tendones constituyen una de las<br />

mejores aplicaciones de la ecografía, debido a su alta sensibilidad<br />

para detectar sus lesiones, su bajo costo y la capacidad<br />

de identificar diferentes condiciones patológicas.<br />

Los tendones forman parte integral de la unidad<br />

musculotendinosa y transmiten al hueso las tensiones generadas<br />

en los músculos.<br />

El tendón es una estructura compleja formada por<br />

fibrillas colágenas embebidas en una matriz de<br />

proteoglicanos, con pocas células (fibroblastos) que están<br />

distribuidas en filas paralelas entre los haces <strong>del</strong> colágeno.<br />

El principal componente <strong>del</strong> tendón es el colágeno tipo I<br />

(85 %) y a él se debe su aspecto en la ecografía.<br />

Los fascículos, dentro <strong>del</strong> tendón, se mantienen unidos<br />

por un tejido conectivo laxo (endotendón) que permite<br />

el movimiento longitudinal de los fascículos y soporta los<br />

vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Están rodeados por<br />

una vaina que actúa como polea.<br />

Los tendones que se mueven en línea recta no tienen<br />

vainas y están rodeados por un tejido conjuntivo laxo<br />

(paratendón).<br />

El estudio de los tendones obliga al análisis de sus<br />

anexos, que intervienen en la movilidad de los mismos y<br />

en su capacidad de desplazamiento. Ellos comprenden:<br />

. El paratendón, constituido de tejido conectivo laxo y<br />

cuya función es amortiguar sus movimientos.<br />

. Las vainas fibrosas y las sinoviales.<br />

. Las bursas serosas, que juegan un papel de protección<br />

y que facilitan su desplazamiento con el hueso.<br />

. La unión osteotendinosa, conocida como entesis y que<br />

comprende 4 zonas de cambios progresivos entre estas<br />

2 estructuras.<br />

La vascularización <strong>del</strong> tendón, se hace por el<br />

mesotendón, con participación de los vasos musculares y<br />

periósticos, sobre todo en las uniones músculo-tendinosas<br />

y ósteo-tendinosas. La inervación se hace a través de los<br />

elementos neurotendinosos de los órganos de Golgi que<br />

son estructuras sensibles al estiramiento y que intervienen<br />

en el control <strong>del</strong> tono y en la contracción muscular.<br />

TÉCNICA<br />

Se requieren de transductores lineales de muy alta resolución<br />

con el haz dirigido en sentido perpendicular al<br />

tendón. Todo examen debe ir precedido de un interrogatorio<br />

en que se investigue el modo de aparición de la lesión,<br />

el deporte practicado, el movimiento responsable de la lesión,<br />

etc. Se deben realizar cortes transversales y<br />

longitudinales, comparando con el lado opuesto, así como<br />

estudiarlos dinámicamente. El DC tiene gran valor, sobre<br />

todo en los procesos inflamatorios y tumorales.<br />

ECOGRAFÍA NORMAL<br />

En la ecografía el tendón muestra una arquitectura interna<br />

de ecos finos y paralelos, fuertemente empaquetados,<br />

con un patrón fibrilar. Estos ecos se tratan de reflexiones<br />

especulares al haz de US y se definen mejor con los<br />

transductores de muy alta frecuencia. Esto explica la marcada<br />

anisotropía de los tendones y la necesidad de realizar<br />

un estudio cuidadoso de los mismos. El epitendón se ve<br />

como una línea reflectiva que rodea al tendón.<br />

Los tendones que derivan de un solo músculo tienen<br />

un patrón fibrilar uniforme. No sucede lo mismo con los<br />

que se originan por la unión de varios músculos, como lo<br />

es el tendón de Aquiles (TA), en que la convergencia de<br />

los tendones determina la formación de ecos centrales engrosados<br />

producto de la unión de las envolturas<br />

peritendinosas que lo forman. Lo mismo sucede con el tendón<br />

<strong>del</strong> cuadríceps.<br />

Ecografía de los tendones 23


En algunas regiones anatómicas, como sucede en los<br />

tendones que forman el manguito rotador <strong>del</strong> hombro (MR),<br />

la ecografía no es capaz de diferenciar los tendones, que<br />

se entremezclan, pues lo hacen de una forma muy compleja<br />

y continua. Como ya hemos señalado los tendones están<br />

rodeados de las vainas sinoviales o paratendones. Estos<br />

últimos están constituidos por un tejido areolar laxo adiposo,<br />

adherido al epitendón y dentro <strong>del</strong> cual el tendón se<br />

moviliza. En la ecografía aparece como un tejido<br />

hiperecoico, pobremente definido, en continuidad con la<br />

grasa subcutánea.<br />

La vaina sinovial es una estructura compleja compuesta<br />

de dos capas: una capa visceral (interna) unida al tendón<br />

subyacente y una capa parietal (externa) en continuidad<br />

con el tejido conectivo vecino.<br />

Ambas capas están conectadas por un mesotendón que<br />

proporciona la suplencia vascular. Las vainas facilitan los<br />

movimientos <strong>del</strong> tendón y en la Ecografía se ven como<br />

anillos finos hiperecoicos que rodean a los tendones, separados<br />

por una capa <strong>del</strong>gada de líquido hipoecoico. Esta<br />

vaina sinovial rodea a los tendones largos que cursan por<br />

los túneles osteofibrosos.<br />

Existen estructuras que fijan a los tendones<br />

(retináculos, poleas) y que los mantienen en sus surcos<br />

durante la actividad física. Su aspecto depende <strong>del</strong> sitio<br />

anatómico específico, configuración <strong>del</strong> túnel, poleas, etc.<br />

Estas estructuras, ancladas en los extremos de las estructuras<br />

osteofibrosas, rectifican el curso <strong>del</strong> tendón, previniendo<br />

su compresión durante la actividad física.<br />

En las porciones distales de los tendones la unión con<br />

el músculo es gradual, mientras que la inserción ósea es<br />

brusca e incluye una pequeña banda hipoecoica por el fibrocartílago<br />

interpuesto o por una capa de tejido fibroso.<br />

PATOLOGÍA TENDINOSA<br />

PROCESOS INFLAMATORIOS<br />

En los procesos inflamatorios el aspecto varía de acuerdo<br />

con el tendón interesado y su forma de presentación,<br />

aguda o crónica. Por lo general el tendón se engruesa y se<br />

hace heterogéneo con áreas focales hipoecoicas.<br />

TENDINITIS Y TENOSINOVITIS AGUDAS<br />

En los tendones sin vaina sinovial, la tendinitis aparece<br />

como un engrosamiento <strong>del</strong> tendón con hipoecogenicidad<br />

focal o difusa. En la forma focal se puede ver aumento <strong>del</strong><br />

sonido por detrás <strong>del</strong> tendón inflamado, así como formación<br />

de sombras laterales debido al fenómeno de refracción,<br />

con un aspecto similar a una ruptura parcial. El DC<br />

permite visualizar señales de flujo dentro y alrededor <strong>del</strong><br />

tendón con índice de resistencia (IR) bajo.<br />

En los tendones con vaina sinovial la inflamación es<br />

casi siempre secundaria a un trauma, sobreuso, fricción<br />

ósea, dispositivos ortopédicos vecinos, compresión extrínseca,<br />

infecciones o artritis. El signo más importante es la<br />

presencia de líquido en la vaina, asociado a engrosamiento<br />

sinovial.<br />

En la fase aguda la cantidad de líquido se relaciona<br />

con el grado de inflamación. En las tenosinovitis infecciosas,<br />

el líquido se hace más ecogénico con puntos<br />

hiperecoicos. En el DC puede haber aumento de la<br />

vascularización.<br />

TENDINITIS CRÓNICA<br />

En los tendones sin vaina sinovial la tendinitis crónica<br />

muestra, por lo general, un engrosamiento focal con<br />

ecogenicidad heterogénea. El tendón puede tener un aspecto<br />

nodular con borde irregular y mal definido.<br />

La ecografía puede mostrar microrrupturas <strong>del</strong> tendón.<br />

La inserción tendinosa puede calcificarse y extenderse<br />

al tendón, en forma de focos hiperecoicos con sombra<br />

acústica (SA).<br />

En los tendones con vaina sinovial, se puede ver el<br />

engrosamiento de la sinovial, que aparece irregularmente<br />

hipoecoico o hiperecoico, con o sin líquido.<br />

En la tenosinovitis tuberculosa la membrana sinovial<br />

aparece muy engrosada por los cambios granulomatosos.<br />

TENDINITIS DE INSERCIÓN<br />

Se conoce también como entesiopatía o lesión por<br />

sobreuso. Estas lesiones se sitúan a nivel de la unión <strong>del</strong><br />

tendón con el hueso y el conflicto es de naturaleza mecánica<br />

con microtraumas por contracciones repetidas en los<br />

tendones. En la ecografía son difíciles de identificar,<br />

requiriéndose transductores de muy alta resolución. Es rara<br />

la presencia de nódulos y de calcificaciones.<br />

TENDINITIS DE CAUSAS MISCELÁNEAS (TRASTORNOS<br />

METABÓLICOS Y SISTÉMICOS)<br />

Algunos trastornos metabólicos y sistémicos pueden<br />

inducir diferentes tipos de tendinitis, como ocurre en el<br />

hombro y la muñeca por depósito de hidroxiapatita. También<br />

pueden ocurrir trastornos por depósito anómalo de<br />

amiloide en los pacientes en hemodiálisis prolongada, que<br />

producen tendones engrosados y heterogéneos.<br />

24 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


En la tenosinovitis hipertrófica de la AR se ven<br />

vellosidades hipoecoicas mejor visualizadas cuando hay<br />

líquido articular. El pannus favorece la ruptura tendinosa.<br />

Los tofos gotosos son menos destructivos y tienen una<br />

ecotextura nodular heterogénea.<br />

TENOSINOVITIS INFECCIOSA<br />

La tenosinovitis aguda supurada casi siempre es producida<br />

por el estafilococo, predominando en la vaina de los<br />

tendones flexores de los dedos, casi siempre a partir de una<br />

herida penetrante asociada, a veces, con un cuerpo extraño.<br />

En la forma aguda la ecografía muestra acumulación de líquido<br />

celular (pus) en la vaina de los tendones, los que pueden estar<br />

engrosados. En el Doppler hay aumento de la vascularización.<br />

En las tenosinovitis micobacterianas o por hongos se<br />

produce por lo general una tenosinovitis subaguda o crónica<br />

(proliferativa). En estos casos se ve un engrosamiento<br />

de la membrana sinovial, que aparece hipoecoica o<br />

isoecoica, que rodea al tendón y la cual no se deja deprimir<br />

con el transductor. En el DC hay aumento <strong>del</strong> flujo.<br />

La ecografía puede utilizarse para realizar un lavado <strong>del</strong><br />

tendón o una biopsia de la membrana sinovial.<br />

TENDINITIS CALCIFICANTE. TENOSINOVITIS<br />

ESTENOSANTE<br />

En la tendinitis calcificante hay depósito de calcio, frecuente<br />

en los tendones <strong>del</strong> MR. Se trata de un proceso de<br />

calcificación activo. Después de la reabsorción <strong>del</strong> calcio,<br />

el tejido de granulación provoca una remisión espontánea.<br />

La mayoría de las calcificaciones se localizan en el tendón<br />

<strong>del</strong> Se. La ecografía puede servir de guía para el tratamiento<br />

de estas calcificaciones con irrigación y aspiración.<br />

En la tenosinovitis estenosante, como sucede en la enfermedad<br />

de Quervain, el atrapamiento y conflicto de los<br />

tendones en los túneles osteofibrosos o por debajo de un<br />

ligamento o polea, puede provocar microtraumas crónicos,<br />

a nivel <strong>del</strong> retináculo extensor, que llevan a la inflamación<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> pulgar y <strong>del</strong><br />

abductor largo <strong>del</strong> mismo dedo, con engrosamiento <strong>del</strong><br />

retináculo. Los tendones interesados aparecen difusamente<br />

inflamados con alteración de su estructura intrínseca y<br />

engrosamiento focal o difuso de la vaina sinovial. En los<br />

períodos de agudización hay derrame articular y durante<br />

los movimientos pasivos puede verse el atrapamiento de la<br />

vaina sinovial a la entrada <strong>del</strong> túnel interesado.<br />

PROCESOS DEGENERATIVOS. TENDINOSIS<br />

La ecografía permite identificar los cambios<br />

degenerativos, diferenciar entre ruptura parcial y completa<br />

y determinar si la lesión necesita tratamiento médico o<br />

quirúrgico.<br />

La tendinosis se manifiesta por engrosamiento con irregularidad<br />

<strong>del</strong> aspecto fibrilar <strong>del</strong> tendón, con áreas focales<br />

hipoecoicas y calcificaciones. En el tendón de Aquiles y<br />

en el patelar, las áreas hipoecoicas se corresponden con<br />

degeneración fibromixoide.<br />

En la hiperlipidemia, se pueden visualizar los nódulos<br />

xantomatosos, frecuentes en el tendón de Aquiles, que se ven<br />

como nódulos focales o difusos dentro de un tendón engrosado.<br />

En la tendinosis patelar (rodilla <strong>del</strong> saltador) hay engrosamiento<br />

focal <strong>del</strong> tendón en la porción proximal de la<br />

inserción patelar con un patrón hipoecoico y aumento <strong>del</strong><br />

flujo en el DC. En las lesiones de inserción patelar (Osgood-<br />

Schlatter y Síndrome de Larsen-Johansen) se ven los signos<br />

de osteocondrosis en forma de áreas focales de engrosamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago y fragmentación de los centros de<br />

osificación dentro de la sustancia <strong>del</strong> tendón.<br />

RUPTURA TENDINOSA<br />

Como ya hemos señalado, los tendones son estructuras<br />

fuertes que se comportan absorbiendo los fenómenos<br />

de choque y evitan daños potenciales al músculo. Por ello<br />

solo se rompen en presencia de traumas directos importantes,<br />

salvo cuando hay cambios degenerativos previos o<br />

microtraumas repetidos.<br />

Se sabe que en el 90 al 95 % de las rupturas <strong>del</strong> tendón<br />

de Aquiles de un lado, hay alteraciones en el tendón<br />

contralateral y que la ruptura es el período final de un<br />

proceso degenerativo de los tendones, en que existe un espectro<br />

de lesiones que va desde una degeneración<br />

intratendinosa (tendinosis) a una ruptura parcial o total.<br />

Es posible que juegue un papel importante el sobreuso,<br />

las alteraciones metabólicas, enfermedades sistémicas, inyecciones<br />

de esteroides, etc.<br />

En la ruptura completa hay una interrupción total <strong>del</strong><br />

tendón interesado con retracción de los extremos y desarrollo<br />

de un hematoma o tejido de granulación. La ausencia<br />

de hematoma asociado a un engrosamiento tendinoso<br />

habla a favor de una ruptura no reciente. En los casos<br />

dudosos y con maniobras pasivas, se puede lograr ver mejor<br />

la separación de los extremos <strong>del</strong> tendón.<br />

El aspecto ecográfico es muy variable y depende <strong>del</strong><br />

sitio de la ruptura y de la presencia o no de vaina sinovial.<br />

En los tendones con vaina se ve una cantidad pequeña<br />

de líquido entre los bordes retraídos y engrosados <strong>del</strong> tendón<br />

y cuando también se rompe la vaina se produce un<br />

hematoma mayor con bordes difusos.<br />

En las rupturas parciales no hay retracción de los bordes,<br />

y solo se ve la desaparición <strong>del</strong> patrón fibrilar en el<br />

Ecografía de los tendones 25


área de rotura parcial, pero permanece normal en el lado<br />

no roto.<br />

En el tendón de Aquiles la ruptura parcial interesa con<br />

mayor frecuencia las fibras anteriores <strong>del</strong> sóleo y muestra<br />

una irregularidad o discontinuidad localizada en su superficie.<br />

En la ruptura de este tendón la grasa de Hoffa puede<br />

herniarse en el tendón roto.<br />

En la ruptura parcial <strong>del</strong> MR el músculo <strong>del</strong>toides<br />

puede provocar una concavidad o aplanamiento, vecino al<br />

tendón <strong>del</strong> Se.<br />

En la ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior (TTP) o<br />

<strong>del</strong> peroneo se pueden ver rupturas parciales longitudinales<br />

a lo largo <strong>del</strong> eje <strong>del</strong> tendón. A veces se asocian a fracturas<br />

por avulsión en sus inserciones óseas o rupturas de las<br />

uniones miotendinosas.<br />

En cuanto al estudio evolutivo posoperatorio, la<br />

ecografía sirve para monitorear el proceso reparativo, así<br />

como para excluir nuevas rupturas.<br />

Cuando se produce una lesión directa sobre un tendón<br />

vascularizado (paratendón) la herida se llena de productos<br />

inflamatorios y fibroblastos, generándose un tejido de<br />

granulación que tiene poca capacidad de fuerza tensil.<br />

Posteriormente los extremos <strong>del</strong> tendón empiezan a fusionarse<br />

por un puente fibroso, debido a la proliferación de<br />

fibroblastos y colágeno (callo fibroso).<br />

La cicatrización en un tendón con vaina es controversial.<br />

Antiguamente se creía que la reconstrucción solo era a expensas<br />

de la vaina fibrosa, pero hoy se sabe, que predomina<br />

la respuesta intrínseca <strong>del</strong> endotendón, siempre que se realicen<br />

movimientos pasivos controlados; mientras que en el<br />

tendón inmovilizado la cicatrización se produce por crecimiento<br />

hacia el interior <strong>del</strong> mismo <strong>del</strong> tejido conectivo de la<br />

vaina y de la proliferación celular <strong>del</strong> endotendón.<br />

En la ecografía se verá como el tendón permanece aumentado<br />

de volumen, a veces durante varios meses, con<br />

contorno irregular y una ecoestructura heterogénea. La<br />

evolución muchas veces depende <strong>del</strong> tipo de sutura que se<br />

emplee y por tanto debemos velar por la ubicación correcta<br />

de los puntos de sutura en relación con el foco de ruptura<br />

y que deben realizarse perpendiculares al tendón antes<br />

de pasarla por la lesión. También es importante conocer el<br />

grado de separación entre los muñones <strong>del</strong> tendón. Hay<br />

que vigilar los beneficios de la movilidad pasiva en los<br />

primeros meses de la reparación evitando sobreesfuerzos<br />

o roturas secundarias por maniobras inadecuadas.<br />

LUXACIÓN TENDINOSA<br />

La luxación ocurre en los tendones con vaina sinovial<br />

posterior a la lesión de uno o varios de los elementos <strong>del</strong><br />

canal osteofibroso que lo contiene. El examen dinámico<br />

con ecografía facilita el diagnóstico, sobre todo en los casos<br />

de subluxaciones recidivantes e intermitentes. En los<br />

pacientes sintomáticos con luxación tendinosa hay una<br />

tenosinovitis con derrame.<br />

A continuación vamos a revisar el aspecto particular<br />

de la luxación de algunos tendones.<br />

. Luxación <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />

Se produce cuando hay pérdida de la integridad <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> subescapular (SE) y <strong>del</strong> ligamento<br />

transverso. En estos casos el tendón de la PLB se desplaza<br />

hacia dentro por detrás <strong>del</strong> SE siempre que se<br />

conserve el ligamento transverso. Si se rompe el ligamento<br />

transverso el tendón <strong>del</strong> bíceps se desplaza por<br />

<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> SE. El canal bicipital aparece vacío, salvo<br />

cuando se llena con material de desecho de la sinovial.<br />

Puede haber aumento de líquido sinovial peritendinoso.<br />

. Luxación <strong>del</strong> tendón peroneo.<br />

Es secuela de un esguince <strong>del</strong> tobillo con ruptura <strong>del</strong><br />

retináculo peroneo superior. El tendón sale <strong>del</strong> surco<br />

por detrás <strong>del</strong> maléolo externo y migra hacia la cara<br />

lateral <strong>del</strong> tobillo. Es de valor el examen con<br />

dorsiflexión y eversión <strong>del</strong> pié, sobre todo en los casos<br />

de subluxación.<br />

. Luxación <strong>del</strong> flexor largo de los dedos.<br />

Ocurre secundario a una ruptura aguda de la polea<br />

digital anular. En estos casos el tendón se aleja de la<br />

cara palmar <strong>del</strong> plano óseo y no cursa por la concavidad<br />

de las falanges. El estudio dinámico con ecografía,<br />

durante una flexión con resistencia <strong>del</strong> dedo afectado,<br />

aumenta el grado de luxación tendinosa.<br />

TUMORES TENDINOSOS<br />

La mayoría de los tumores primarios proceden de las<br />

vainas, son más frecuentes los benignos: fibromas,<br />

gangliones y tumores de células gigantes de las vainas.<br />

Los gangliones son lesiones quísticas, no tumorales<br />

con contenido líquido mucoide y que predominan en el<br />

dorso de la mano o <strong>del</strong> pie. La mayoría son anecoicos,<br />

aunque los crónicos o inflamados muestran ecos de bajo<br />

nivel. Raras veces crecen dentro <strong>del</strong> tendón y predisponen<br />

a su ruptura.<br />

Los tumores de células gigantes de las vainas tendinosas,<br />

se presentan como masas de crecimiento lento en las manos<br />

y pies, próximos a los tendones. En la ecografía aparecen<br />

como una masa sólida hipoecoica, bien definida, a veces<br />

con erosión ósea y pueden mostrar flujo en el DC.<br />

Los tumores malignos de los tendones son muy raros.<br />

26 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


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28 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La literatura mundial confirma que la mayoría de las<br />

lesiones deportivas afectan a las articulaciones <strong>del</strong> tobillo<br />

y de la rodilla; los esguinces <strong>del</strong> tobillo son las lesiones<br />

más frecuentes.<br />

El valor <strong>del</strong> USAR en la determinación de las lesiones<br />

tendinosas, rupturas musculares, derrames articulares y otras<br />

lesiones intraarticulares, están muy bien documentadas, no<br />

así en cuanto a las afecciones de los ligamentos, estructuras<br />

que por su pequeño tamaño y difícil visualización, deben<br />

ser estudiadas con transductores de muy alta frecuencia y<br />

para cuyo examen el ecografista debe conocer detalladamente<br />

la anatomía y la técnica adecuada para su estudio.<br />

La mayor experiencia informada en la literatura mundial,<br />

relacionada con el empleo <strong>del</strong> USAR en las lesiones<br />

de los ligamentos, se refiere a las articulaciones de la rodilla<br />

y <strong>del</strong> tobillo. En la rodilla, el ligamento más estudiado<br />

es el colateral medial, cuya valoración requiere de un examen<br />

de la rodilla en posición neutra o con estrés, para<br />

medir (entre otras) la apertura <strong>del</strong> espacio articular medial.<br />

En el tobillo se estudian con relativa facilidad los ligamentos<br />

peroneo-astragalino anterior, peroneocalcáneo y<br />

tibioperoneo anterior, además <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo, es<br />

posible el diagnóstico de desgarro o ruptura, así como de<br />

lesiones asociadas de gran importancia.<br />

En el hombro, y especialmente en el síndrome de choque se<br />

puede estudiar el ligamento coracoacromial, de gran importancia<br />

para la toma de decisiones terapéuticas. También se ha<br />

reportado el estudio de las distensiones <strong>del</strong> ligamento<br />

acromioclavicular relacionadas con traumas en el hombro así<br />

como ruptura <strong>del</strong> ligamento humeral transverso, que puede<br />

cursar con luxaciones <strong>del</strong> tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />

En lo que se refiere al ligamento triangular <strong>del</strong> carpo,<br />

sus lesiones son frecuentes en algunos deportes como el<br />

balón mano, voleibol y basquetbol, en los cuales el sobreuso<br />

de la articulación y los microtraumas repetidos, provocan<br />

lesiones en este ligamento.<br />

Una de las mayores razones para determinar con acierto<br />

las afecciones de los ligamentos articulares, radica en tomar<br />

decisiones en cuanto a su tipo de tratamiento, el cual,<br />

en la mayoría de los casos, es de tipo conservador.<br />

El realizar estudios evolutivos es de gran importancia<br />

en el pronóstico y en la determinación <strong>del</strong> tiempo de recuperación<br />

de cada paciente afectados por lesiones de los<br />

ligamentos articulares. Por tal motivo, el médico debe estar<br />

en constante comunicación con el paciente para evitar<br />

posibles deserciones <strong>del</strong> seguimiento ecográfico.<br />

TÉCNICA<br />

Las ventajas <strong>del</strong> USAR sobre la IRM son bien conocidas,<br />

pero se requieren transductores entre 7,5 y 14 MHz,<br />

debido a que los ligamentos son muy <strong>del</strong>gados y de localización<br />

muy superficial.<br />

Se debe tener cuidado con el manejo de las ganancias<br />

<strong>del</strong> equipo y el estudio se facilita si el transductor se alinea<br />

con el eje longitudinal <strong>del</strong> ligamento a examinar. Los CT<br />

son de poco valor diagnóstico, y como siempre, la comparación<br />

con la extremidad contralateral es de mucho valor.<br />

ANATOMÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />

Los ligamentos se definen como bandas formadas por<br />

tejido conjuntivo fibroso, resistentes pero flexibles, que<br />

conectan a los huesos o sujetan estructuras.<br />

Los ligamentos están constituidos por fibras paralelas<br />

de fibroblastos y haces de fibras colágenas. Su componente<br />

fundamental (70 % de su peso) es el colágeno tipo I.<br />

El colágeno está dispuesto de una manera característica,<br />

que junto a la acción de otros componentes extracelulares,<br />

le confieren propiedades especiales. Desde el punto de vista<br />

biomecánico el colágeno se dispone en un patrón ondulado,<br />

lo que se relaciona con la elasticidad <strong>del</strong> ligamento,<br />

similar a un muelle, en que el patrón se recupera después<br />

Ecografía de los ligamentos 29


de habérsele aplicado una carga, lo que permite que los<br />

ligamentos puedan someterse a importantes tensiones internas<br />

en el curso <strong>del</strong> movimiento normal de una actividad<br />

física.Su inserción en el hueso se hace a través de una<br />

zona de transición con fibrocartílago y fibrocartílago mineralizado,<br />

lo que permite un cambio gradual en la rapidez<br />

de los movimientos, evitando la concentración de la<br />

tensión en el lugar de inserción.<br />

ECOGRAFÍA NORMAL<br />

Los ligamentos están compuestos por tejido conectivo<br />

denso, muy similares a los tendones. Su estructura difiere<br />

de los tendones en que los ligamentos poseen fibras de<br />

colágeno lo que les da una apariencia histológica y<br />

ecográfica menos regular.<br />

Todos los ligamentos aparecen como bandas homogéneas<br />

hiperecogénicas aproximadamente de 2 a 3 mm de<br />

grosor que acercan 2 contornos óseos. La única excepción<br />

a este aspecto ecográfico es el ligamento colateral medial<br />

de la rodilla.<br />

La ecografía es especialmente valiosa en la exploración<br />

de los ligamentos extraarticulares y se visualizan mejor<br />

en un plano longitudinal paralelo al eje mayor <strong>del</strong> ligamento.<br />

MECANISMO DE LESIÓN<br />

Los mecanismos de lesión de los ligamentos están relacionados<br />

directamente con sus propiedades materiales y<br />

sus inserciones.<br />

Cuando se sobrepasa el límite de elongación de un ligamento<br />

se produce un patrón de falla característica. Los<br />

ligamentos poseen una curva de tensión-estiramiento muy<br />

característica que puede dividirse arbitrariamente en 4<br />

componentes principales, que reflejan la respuesta física<br />

<strong>del</strong> ligamento:<br />

La zona inicial se denomina región de la punta y representa<br />

el estiramiento de las bandas <strong>del</strong> colágeno. La<br />

zona siguiente de la curva es la región funcional. Esta porción<br />

media, casi lineal, representa el tiempo en que se produce<br />

el reclutamiento y la resistencia de las fibras. Esta es<br />

la zona de trabajo <strong>del</strong> ligamento, que se produce frente a<br />

cargas fisiológicas normales. A medida que aumenta la<br />

carga hasta los límites <strong>del</strong> ligamento, puede producirse la<br />

falla microscópica de las fibras de colágeno y de los haces.<br />

Esto queda representado en la curva de tensión-estiramiento<br />

como la región de falla precoz. Aunque en este<br />

punto se produce la disrupción microscópica <strong>del</strong> ligamento,<br />

este conserva su aspecto macroscópico normal y sigue<br />

siendo capaz de resistir cierta tracción. La región final de<br />

la curva de estiramiento, es la región de falla. Esta zona<br />

representa el fracaso completo <strong>del</strong> ligamento, en la que no<br />

es capaz de resistir ninguna tracción. Es interesante señalar<br />

que en esta zona de la curva (falla completa) los ligamentos<br />

pueden seguir mostrando continuidad.<br />

El tipo de falla de los ligamentos, parece depender de<br />

diversos factores, incluyendo el eje de carga, la velocidad<br />

de estiramiento, edad <strong>del</strong> paciente y nivel de actividad.<br />

En estudios experimentales se ha demostrado que las<br />

avulsiones óseas por lesiones ligamentarias se producen<br />

más frecuentemente a velocidades bajas de estiramiento,<br />

mientras que las lesiones de la zona media <strong>del</strong> ligamento<br />

son más frecuentes a velocidades superiores.<br />

En cuanto a la edad, se cree que en los sujetos que<br />

poseen epífisis de crecimiento abiertas, todas las fallas<br />

ligamentosas se producen por avulsión ósea, mientras que<br />

en los que tienen epífisis cerrada los ligamentos fallan en<br />

la zona media. El desuso o la inmovilización durante períodos<br />

prolongados, ha demostrado que causa una importante<br />

disminución en la resistencia de la inserción <strong>del</strong> ligamento<br />

en el hueso. En general la lesión de los ligamentos,<br />

es un fenómeno multifactorial.<br />

PATOLOGÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />

Según el Comité de Aspectos Médicos <strong>del</strong> Deporte de<br />

la AMA, la lesión de los ligamentos se puede clasificar en<br />

3 grados:<br />

. Lesión de primer grado. Se trata de un desgarro de un<br />

número mínimo de fibras, menor de 1/3 <strong>del</strong> ligamento,<br />

con dolor local y sin inestabilidad apreciable, ni laxitud.<br />

. Lesión de segundo grado. Hay desgarro de un mayor<br />

número de fibras <strong>del</strong> ligamento, más de 1/3 y menos<br />

de 2/3 <strong>del</strong> mismo, con impotencia funcional y derrame<br />

articular, pero sin laxitud ni inestabilidad.<br />

. Lesión de tercer grado. Hay desgarro de un mayor<br />

número de las fibras <strong>del</strong> ligamento, más de 2/3 <strong>del</strong><br />

mismo, con laxitud demostrable.<br />

Los criterios ecográficos aplicables a la mayoría de<br />

los ligamentos para definir sus afecciones son:<br />

. Esguince o ruptura parcial.<br />

Engrosamiento <strong>del</strong> área <strong>del</strong> ligamento que está comprometida<br />

Disminución de la ecogenicidad en la zona lesionada<br />

. Ruptura total:<br />

Solución de continuidad en el ligamento<br />

Separación de las porciones proximal y distal<br />

Colección líquida (hematoma) que ocupa la hendidura<br />

<strong>del</strong> ligamento y que aparece hipoecoica o anecoica,<br />

dependiendo <strong>del</strong> tiempo de evolución que tenga el hematoma.<br />

30 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


FISIOLOGÍA DE LA CICATRIZACIÓN<br />

DE LOS LIGAMENTOS<br />

La cicatrización de los ligamentos extraarticulares es<br />

análoga al proceso de reparación observado en otros tejidos<br />

vascularizados.<br />

Después de la lesión se produce la exudación de sangre<br />

y productos hemáticos asociados; a partir de los vasos<br />

afectados se organiza el coágulo de fibrina, se vasculariza<br />

este coágulo, proliferan las células y se sintetiza la matriz<br />

extracelular y por último se remo<strong>del</strong>a y madura el tejido<br />

de reparación.<br />

Aunque el proceso se realiza de manera continua se<br />

han tratado de independizar 4 fases que dependen de los<br />

fenómenos morfológicos y bioquímicos que se producen:<br />

FASE I (DE INFLAMACIÓN)<br />

Después de la rotura completa de un ligamento, los<br />

extremos desgarrados se retraen. La lesión de los capilares<br />

en el interior <strong>del</strong> ligamento y en los tejidos vecinos<br />

provoca un hematoma que llena el espacio generado por<br />

el desplazamiento y la retracción de los extremos <strong>del</strong><br />

ligamento. En respuesta a la lesión se liberan<br />

vasodilatadores y mediadores de la respuesta<br />

inflamatoria. Estos mediadores, en combinación con el<br />

tejido lesionado y el coágulo, ayudan a que se inicie la<br />

cicatrización. Esto se produce a las 72 horas de la lesión.<br />

En el período final de la fase inflamatoria comienza<br />

la proliferación fibroblástica. Estos fibroblastos producen<br />

un molde de cicatriz extracelular a base de<br />

colágeno y proteoglicanos.<br />

FASE II (DE PROLIFERACIÓN DE MATRIZ<br />

Y DE CÉLULAS)<br />

Esta fase, que se produce a las 6 semanas siguientes<br />

a la lesión, está asociada a la organización <strong>del</strong> coágulo<br />

de fibrina y se caracteriza por la proliferación matricial<br />

y celular. El espacio que existe entre los extremos <strong>del</strong><br />

desgarro ligamentoso se llena de tejido friable de granulación<br />

vascularizado, en el que predominan los<br />

fibroblastos.<br />

FASE III (DE REMODELACIÓN)<br />

Existe una disminución relativa de la celularidad<br />

(fibroblastos y macrófagos) y de la vascularización de<br />

la cicatriz de reparación, y un aumento de la densidad<br />

<strong>del</strong> colágeno. El contenido de colágeno <strong>del</strong> ligamento<br />

en cicatrización se estabiliza, mientras que la fuerza<br />

tensil que se opone a la falla por carga sigue aumentando.<br />

Se cree que la remo<strong>del</strong>ación de la cicatriz es suficiente<br />

a las 6 semanas, lo que permite hablar de una<br />

buena cicatrización. En ello se fundamenta la aplicación<br />

de un período de inmovilización de 6 semanas en<br />

el tratamiento de las lesiones ligamentarias. No obstante,<br />

aunque el ligamento aparece cicatrizado<br />

estructuralmente, no alcanza una normalidad completa<br />

hasta varios meses después.<br />

FASE IV (DE MADURACIÓN)<br />

La cicatriz <strong>del</strong> ligamento va madurando de forma gradual<br />

en los meses siguientes, aunque sigue estando algo<br />

desorganizada y se mantiene ligeramente hipercelular. La<br />

duración de esta fase de cicatrización se considera muy<br />

variable y probablemente requiere no menos de 12 meses.<br />

Se ha demostrado que los ligamentos reparados (suturados)<br />

se curan con menor formación de cicatriz.<br />

La aposición precisa de los ligamentos seccionados<br />

limpiamente, ha mostrado como resultado una respuesta<br />

<strong>del</strong> tipo de cicatrización primaria, caracterizada en<br />

las primeras fases de la reparación por un proceso ordenado,<br />

en comparación con el mo<strong>del</strong>o de cicatrización<br />

espaciada.<br />

Se señala que los ligamentos suturados son<br />

significativamente más resistentes que los ligamentos no<br />

reparados en las primeras fases de la cicatrización. Mientras<br />

más temprana sea la reparación (sutura) más resistencia<br />

<strong>del</strong> ligamento (especialmente en los 3 primeros días).<br />

Los ligamentos que tienen gran suplencia vascular pueden<br />

cicatrizar por reparación espontánea.<br />

ASPECTO PARTICULAR DE LAS LESIONES<br />

LIGAMENTARIAS<br />

Veamos a continuación el aspecto particular de las lesiones<br />

de algunos ligamentos.<br />

- En las lesiones <strong>del</strong> ligamento humeral transverso<br />

el diagnóstico se basa en la no identificación <strong>del</strong><br />

tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps dentro de la<br />

corredera bicipital y su desplazamiento hacia la<br />

línea media por luxación <strong>del</strong> mismo.<br />

- En las lesiones <strong>del</strong> ligamento coracoacromial <strong>del</strong><br />

hombro el criterio ecográfico más frecuente es un<br />

Ecografía de los ligamentos 31


aumento de su grosor y de su ecogenicidad, generado<br />

por áreas de fibrosis producto de la fricción<br />

constante con las estructuras que cursan por<br />

debajo de este ligamento.<br />

- En las lesiones de la articulación acromioclavicular<br />

son frecuentes las lesiones de los ligamentos<br />

acromioclavicular y coracoclavicular. Las<br />

lesiones traumáticas de esta articulación se clasifican<br />

en 3 grados:<br />

. Grado I. Se corresponde con la distensión de<br />

los ligamentos, que se observa en la ecografía<br />

como una distensión de la cápsula y ligero aumento<br />

<strong>del</strong> espacio articular entre el acromion y<br />

la clavícula.<br />

. Grado II. Hay ruptura <strong>del</strong> ligamento acromioclavicular,<br />

con distensión de los ligamentos<br />

coracoclaviculares.<br />

. Grado III. Hay rupturas de ambos ligamentos<br />

asociado a luxación.<br />

- En las lesiones ligamentarias de la rodilla, el<br />

diagnóstico de lesión de los ligamentos colaterales<br />

los muestra engrosados y heterogéneamente<br />

hipoecoicos. Ya hemos señalado la importancia<br />

<strong>del</strong> estudio dinámico en estos casos, utilizando<br />

maniobra de estrés en valgo o en varus según el<br />

caso, con el fin de realizar medidas en la apertura<br />

<strong>del</strong> espacio articular. Una diferencia entre la<br />

medida de reposo y en estrés, mayor de 3 mm es<br />

considerada positiva, lo que permite determinar<br />

el grado de lesión e inestabilidad de la rodilla.<br />

- En las lesiones ligamentarias de la articulación<br />

<strong>del</strong> tobillo, una de las más afectadas en los atletas,<br />

se beneficia <strong>del</strong> empleo <strong>del</strong> USAR, que no<br />

sólo permite el diagnóstico de la lesión<br />

ligamentaria, que aparece difusamente engrosado<br />

e hipoecoico, sino también otras lesiones asociadas<br />

de gran importancia.<br />

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32 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


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Ecografía de los ligamentos 33


Ecografía de los nervios periféricos<br />

INTRODUCCIÓN<br />

En la mayoría de los pacientes con lesiones de los nervios,<br />

su evaluación se hace con la HC, el examen<br />

neurológico y los estudios electrofisiológicos, los que, por<br />

otra parte, tienen poca especificidad. Los métodos<br />

imagenológicos, sobretodo la TAC y la IRM, permiten<br />

demostrar los tumores de origen nervioso, pero solo a nivel<br />

de los nervios de grueso calibre. En años recientes la<br />

ecografía se ha utilizado para el estudio de los nervios<br />

periféricos.<br />

La ecografía con transductores entre 5 y 15 MHz. permite<br />

visualizar, con alta precisión, la mayoría de los nervios,<br />

demostrando su estructura fascicular, es capaz de<br />

reconocer alteraciones específicas, diferenciar entre tumores<br />

intraneurales y extraneurales y evaluar la extensión de<br />

la lesión y el seguimiento evolutivo <strong>del</strong> nervio interesado.<br />

Si bien los síndromes de compresión nerviosa se basan<br />

en un diagnóstico apoyado con la clínica y la<br />

electromiografía, ellos no proporcionan una información<br />

espacial <strong>del</strong> nervio ni de las estructuras que lo rodean, que<br />

suele ser la causa de estos síndromes. Además la Ecografía<br />

permite estudiar largos segmentos de los troncos nerviosos,<br />

así como realizar estudios estáticos y dinámicos.<br />

Una aplicación importante de la ecografía lo constituye<br />

la evaluación de los síndromes de atrapamiento nervioso<br />

en determinadas regiones anatómicas.<br />

Los túneles osteofibrosos incluyen en el miembro superior<br />

al túnel <strong>del</strong> carpo para el nervio mediano (1/3 inferior)<br />

y cubital (1/3 superior), y al túnel de Guyón para el<br />

nervio cubital (1/3 inferior); mientras que en los miembros<br />

inferiores se incluyen el túnel <strong>del</strong> cuello peroneo para<br />

el nervio peroneo común, el <strong>del</strong> túnel tarsiano para el nervio<br />

tibial posterior y el de los espacios intermetatarsianos<br />

para los nervios interdigitales.<br />

TÉCNICA<br />

Se prefieren los transductores lineales entre 3,5 y 14,0<br />

MHz. para el estudio de los nervios y deben examinarse a<br />

lo largo de su curso anatómico con cortes longitudinales y<br />

transversales. Los cortes transversales permiten diferenciarlo<br />

de los séptum fibrosos intramusculares que aparecen<br />

como ecos lineales. Las técnicas dinámicas con movimientos<br />

de flexión y extensión permiten distinguir las estructuras<br />

musculotendinosas movibles, de un nervio, que<br />

no se moviliza.<br />

ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />

Los nervios son cordones redondeados o aplanados con<br />

una estructura interna compleja que recuerdan a un cable<br />

eléctrico. Están compuestos por fibras nerviosas (axones,<br />

vainas de mielina y células de Schwann) agrupadas en fascículos.<br />

El tamaño y número de los fascículos de un nervio<br />

depende <strong>del</strong> nervio que se trate, de la distancia a partir<br />

de su origen y de la presión a que está sujeto.<br />

Los fascículos están protegidos y fijados por una serie<br />

de cubiertas concéntricas y finas de tejido conectivo. Las<br />

fibras individuales están cubiertas por el endoneuro, cada<br />

fascículo por el perineuro y el tronco nervioso por el<br />

epineuro, que tiene una capa superficial y otra que se extiende<br />

hacia dentro. El epineuro es grueso y contiene tejido<br />

colágeno laxo, fibras elásticas y vasos.<br />

En la ecografía un nervio normal aparece compuesto<br />

de áreas lineales múltiples y paralelas (hipoecoicas),<br />

discontinuas, separadas por bandas hiperecoicas. En un<br />

CT las líneas paralelas, hipoecoicas, se hacen redondeadas<br />

con un fondo hiperecoico. Las estructuras hipoecoicas<br />

se corresponden a los fascículos longitudinales <strong>del</strong> nervio<br />

y las estructuras hiperecoicas al epineuro profundo. La<br />

membrana de Schwann es más ecogénica.<br />

Ecografía de los nervios periféricos. 35


Los tendones se parecen mucho a los nervios, no obstante<br />

los primeros tienen más anisotropía y los nervios<br />

aparecen más vascularizados en el Doppler.<br />

El reconocimiento de los nervios normales depende de<br />

su tamaño y curso. Los mejores identificados son: el mediano,<br />

cubital y radial en el MS y el ciático, el peroneo<br />

común y tibial posterior en el MI. Hay que tener en cuenta<br />

las variaciones anatómicas, sobre todo la presencia de ramas<br />

accesorias y bifurcaciones prematuras, de gran importancia<br />

desde el punto de vista quirúrgico.<br />

El diámetro de los nervios varía de acuerdo con la localización<br />

anatómica; el ciático que es el más grueso, puede<br />

llegar a medir 9 mm. y en un estudio comparativo normal<br />

puede verse ligera asimetría, cuando se compara con<br />

el lado sano.<br />

PATOLOGÍAS DE LOS NERVIOS<br />

LESIONES TRAUMÁTICAS<br />

Las lesiones traumáticas pueden ser debidas a una<br />

contusión, o a una laceración directa <strong>del</strong> nervio en el curso<br />

de una punción o por un trauma penetrante. Casi siempre<br />

se debe a una compresión local en las fracturas-luxaciones<br />

de la cadera que tienen tratamiento de reemplazo. También<br />

ocurren en las parálisis anestésicas, por torniquetes,<br />

etc. Otras veces obedecen a un hematoma, lipoma, aneurisma<br />

o cicatriz posoperatoria.<br />

No obstante, las lesiones menos evidentes, se refieren<br />

a estiramiento de un nervio por esguince repetido o<br />

sobreuso. Los microtraumas repetidos pueden conducir a<br />

fenómenos de compresión <strong>del</strong> nervio, que puede tener carácter<br />

acumulativo. Las presiones mecánicas mantenidas<br />

se asocian con cierto grado de isquemia localizada <strong>del</strong> nervio,<br />

capaz de producir lesiones de las fibras nerviosas,<br />

que cuando son severas y prolongadas, pueden determinar<br />

pérdida axonal y degeneración Walleriana. La alteración<br />

puede ser ligera, con pérdida focal <strong>del</strong> patrón fascicular y<br />

aumento de la vascularización dentro <strong>del</strong> nervio. En los<br />

traumas más importantes puede verse una interrupción de<br />

la continuidad <strong>del</strong> nervio.<br />

En los casos de una ruptura muy amplia se produce<br />

un neuroma en forma de una masa hipoecoica alargada,<br />

conectada con la porción proximal <strong>del</strong> nervio lesionado.<br />

La mayoría de los neuromas tienen una cápsula fibrosa y<br />

aparecen bien definidos, a veces con calcificaciones internas.<br />

El estudio con ecografía de la compresión de un<br />

nervio obliga a descartar una masa vecina responsable<br />

de la lesión.<br />

LESIONES NERVIOSAS POR INYECCIÓN<br />

INTRAMUSCULAR<br />

Estas lesiones ocurren con mayor frecuencia en las<br />

regiones glúteas en pacientes <strong>del</strong>gados o crónicamente enfermos<br />

o por mala técnica. En su mecanismo intervienen<br />

el trauma directo con la aguja, la constricción secundaria<br />

a la cicatriz y la acción química neurotóxica <strong>del</strong> medicamento.<br />

La ecografía permite localizar el sitio de la colección<br />

o el nódulo de la cicatriz responsables de la compresión<br />

local. En el caso particular <strong>del</strong> nervio ciático se pueden<br />

detectar gangliones degenerativos intraneurales.<br />

LESIONES NERVIOSAS INFLAMATORIAS<br />

Se han descrito los hallazgos en la ecografía de la<br />

neurilenitis, degeneración fibrosa de los nervios y en la<br />

lepra tuberculoide. En la neurilenitis la ecografía puede<br />

mostrar engrosamiento local o difuso <strong>del</strong> nervio con disminución<br />

de la ecogenicidad interna y desaparición de la<br />

ecotextura fibrilar paralela. En la lepra se ve una masa<br />

hipoecoica relacionada con la bolsa que rodea al nervio<br />

engrosado.<br />

CIRUGÍA RECONSTRUCTIVA<br />

DE LOS NERVIOS<br />

La ecografía es de gran valor en las lesiones nerviosas<br />

reparadas quirúrgicamente, que permite evaluar la continuidad<br />

<strong>del</strong> segmento interpuesto entre los bordes <strong>del</strong> nervio<br />

lesionado, así como identificar la formación de un tejido<br />

fibroso en el sitio de la sutura. En los casos con buena<br />

evolución el único signo reconocible es el cambio de calibre<br />

entre el nervio original y el puente interpuesto.<br />

Las fallas quirúrgicas pueden deberse a infección en<br />

el sitio de la sutura o a una tensión excesiva, lo que provoca<br />

la formación de tejido fibroso, a veces detectable en la<br />

ecografía.<br />

NEUROPATÍAS POR ATRAPAMIENTO<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Los canales osteofibrosos son pasajes anatómicos estrechos<br />

que redireccionan el curso de los nervios, (junto<br />

con los vasos y tendones), al cruzar una articulación<br />

sinovial. El piso está constituido por huesos y el techo por<br />

36 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


engrosamiento focal transversal de una fascia profunda<br />

(retináculo), los cuales se insertan en las porciones terminales<br />

de las prominencias óseas correspondientes, para<br />

prevenir la luxación y los traumatismos de las estructuras<br />

contenidas en el túnel durante la actividad articular. En<br />

estos túneles los nervios son más vulnerables a la compresión<br />

o al atrapamiento.<br />

La compresión nerviosa puede ser de causa externa o<br />

por la presencia de un tejido normal dentro <strong>del</strong> túnel. La<br />

irritación crónica o la lesión <strong>del</strong> nervio por efecto de la<br />

presión pueden comprometer la microvascularización<br />

intraneural con rotura de la barrera nervio-sanguínea y<br />

congestión venosa, lo que puede provocar edema alrededor<br />

<strong>del</strong> nervio y aumento de la presión <strong>del</strong> líquido<br />

endoneural. En el período inicial los síntomas son intermitentes<br />

o muchas veces desaparecen después <strong>del</strong> ejercicio,<br />

por drenaje <strong>del</strong> edema. A medida que progresa la enfermedad<br />

el edema <strong>del</strong> perineuro sufre cambios fibróticos con<br />

constricción <strong>del</strong> mismo, que cuando es muy prolongado<br />

puede lesionar la vaina de mielina y provocar degeneración<br />

axonal, lo que puede llevar a una pérdida de la función<br />

<strong>del</strong> nervio y <strong>del</strong> músculo correspondiente.<br />

Los síndromes por atrapamiento neural, como ya hemos<br />

mencionado, son más frecuentes en las zonas donde<br />

ellos atraviesan los túneles osteofibrosos, o donde aparecen<br />

fijados por bandas de músculos prominentes o anómalos,<br />

o por debajo de puentes óseos que los fijan.<br />

Las lesiones compresivas de los nervios producen un<br />

síndrome compartimental en miniatura con edema, que<br />

como ya hemos señalado se asocia con congestión vascular<br />

inicial que progresa hacia la fibrosis y constricción <strong>del</strong><br />

nervio. Posteriormente hay lesión de la mielina de la vaina<br />

y degeneración axonal inducida por la fibrosis, que puede<br />

llevar a la pérdida permanente de la función <strong>del</strong> nervio y<br />

atrofia de los músculos.<br />

En los síndromes compresivos, la ecografía puede detectar<br />

cambios en la forma y ecotextura <strong>del</strong> nervio. Puede verse<br />

un aplanamiento difuso o un estrechamiento localizado <strong>del</strong><br />

nervio, asociado a inflamación de la porción proximal <strong>del</strong><br />

mismo en relación con la compresión. El nervio puede aparece<br />

uniformemente hipoecoico con pérdida de su ecoestructura<br />

fascicular. En el DC se puede ver aumento <strong>del</strong> flujo.<br />

SÍNDROMES COMPRESIVOS<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano<br />

El nervio mediano entra en la mano por una vía estrecha<br />

en la muñeca; es el llamado túnel carpiano, <strong>del</strong>imitado<br />

por detrás por los huesos <strong>del</strong> carpo y por <strong>del</strong>ante por el<br />

ligamento transverso <strong>del</strong> carpo, que se trata de un retináculo<br />

flexor inextensible. Además <strong>del</strong> nervio mediano el túnel contiene<br />

los 8 tendones de los flexores superficial y profundo y<br />

el tendón flexor largo <strong>del</strong> dedo grueso. El retináculo, de 3 a<br />

4 cm de ancho se inserta desde la tuberosidad <strong>del</strong> escafoides<br />

y porción proximal <strong>del</strong> pisiforme (túnel carpiano proximal)<br />

hasta el tubérculo <strong>del</strong> trapezoide y gancho <strong>del</strong> ganchoso o<br />

túnel carpiano distal. En su lado radial se divide en 2 capas<br />

verticales que contienen al tendón <strong>del</strong> flexor largo radial <strong>del</strong><br />

carpo que se continúa en la porción media de la palma de la<br />

mano con la aponeurosis palmar. El nervio mediano se sitúa<br />

inmediatamente por detrás <strong>del</strong> retináculo y cursa por<br />

<strong>del</strong>ante y paralelo a los tendones flexores <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />

dedos y medial al tendón flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo. En la<br />

palma de la mano da ramas sensoriales al 1er., 2do. y 3er.<br />

dedos y a la mitad radial <strong>del</strong> 4to. dedo. También da una<br />

rama motora radial para los músculos de la porción tenar.<br />

Los síntomas más frecuentes son: dolor quemante con<br />

parestesia en la mano, sobre todo al dormir, y los signos<br />

positivos de Tinel y de Phalen. Hay trastornos sensoriales<br />

en la distribución <strong>del</strong> nervio mediano con atrofia de la<br />

eminencia tenar, debido al agotamiento <strong>del</strong> abductor corto<br />

<strong>del</strong> dedo gordo, oponente <strong>del</strong> dedo gordo o el músculo flexor<br />

corto <strong>del</strong> dedo gordo.<br />

El diagnóstico de este síndrome se hace con la historia<br />

clínica y los hallazgos <strong>del</strong> examen físico. El diagnóstico<br />

con imágenes puede ser útil en casos atípicos, sobre todo<br />

para evaluar las complicaciones posquirúrgicas y diferenciar<br />

las tenosinovitis de los flexores de otras lesiones que<br />

ocupan espacio.<br />

Hay numerosas causas extrínsecas que provocan<br />

atrapamiento de este nervio. A veces se trata de anomalías<br />

congénitas, como ocurre en presencia <strong>del</strong> flexor aberrante<br />

<strong>del</strong> índice y en la persistencia de la arteria medial <strong>del</strong> antebrazo.<br />

Entre las enfermedades adquiridas que pueden provocar<br />

un aumento en el contenido <strong>del</strong> túnel están: la<br />

tenosinovitis de los tendones flexores, el ganglión quístico,<br />

lipomas, tumores vasculares y el depósito de amiloide.<br />

Estos procesos pueden producir una disminución en el tamaño<br />

<strong>del</strong> túnel, como también ocurre en el alineamiento<br />

incorrecto de los huesos <strong>del</strong> carpo o fracturas óseas.<br />

En un corte transversal el nervio aparece elíptico y se<br />

aplana de manera progresiva a medida que cursa<br />

distalmente. Con la ecografía dinámica en un corte<br />

longitudinal y al realizar la flexión digital, se demuestra<br />

un desplazamiento pasivo <strong>del</strong> nervio medial por <strong>del</strong>ante de<br />

los tendones flexores.<br />

Ecografía de los nervios periféricos. 37


El criterio ecográfico de compresión <strong>del</strong> nervio mediano<br />

incluye la tríada clásica de aplanamiento <strong>del</strong> nervio<br />

en la porción distal <strong>del</strong> túnel, inflamación <strong>del</strong> nervio en 1/3<br />

distal <strong>del</strong> radio o en 1/3 proximal <strong>del</strong> túnel y un abombamiento<br />

palmar <strong>del</strong> retináculo flexor. Se acepta que un área<br />

mayor de 0,09 cm 2 en un corte transversal <strong>del</strong> nervio a<br />

nivel <strong>del</strong> túnel proximal, se considera como el mejor signo<br />

diagnóstico de esta lesión. También se puede observar como<br />

existe una reducción <strong>del</strong> desplazamiento transversal <strong>del</strong><br />

nervio por debajo <strong>del</strong> retináculo durante la flexión y la<br />

extensión. También pueden verse sus causas: tenosinovitis,<br />

ganglión, depósito de amiloide, anomalías musculares, etc.<br />

El Doppler color puede mostrar el edema y las alteraciones<br />

de perfusión sanguínea.<br />

Después de la descompresión, el aspecto y la movilidad<br />

<strong>del</strong> nervio pueden mejorar y se puede ver una hendidura<br />

quirúrgica en el retináculo. La ausencia de mejoría<br />

después de la operación se debe a una sección incompleta<br />

<strong>del</strong> retináculo (complicación precoz) o a la formación de<br />

un tejido cicatrizal (recidiva tardía).<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital proximal<br />

En su paso a través de la porción medial <strong>del</strong> codo, el<br />

nervio cubital se sitúa en un anillo osteofibroso o túnel<br />

cubital, el cual está formado por una muesca entre el proceso<br />

olecraneano <strong>del</strong> cúbito y el epicóndilo medial <strong>del</strong><br />

húmero, cubierto por una vaina fascial que se conoce como<br />

retináculo cubital <strong>del</strong> túnel o fascia de Osborne. El nervio<br />

entra en el espacio entre las cabezas cubital y humeral <strong>del</strong><br />

músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo, cuyo origen está conectado<br />

por un arco aponeurótico o ligamento arcuato que<br />

representa una expansión distal <strong>del</strong> retináculo cubital <strong>del</strong><br />

túnel. En el túnel cubital el nervio cubital es subcutáneo y<br />

puede palparse por detrás de la punta <strong>del</strong> epicóndilo medial.<br />

Durante los movimientos de flexión y extensión <strong>del</strong> codo<br />

el túnel cubital cambia su forma, de ligeramente ovoideo a<br />

elíptico, así como de volumen, debido al origen excéntrico<br />

<strong>del</strong> retináculo. Cuando el nervio cubital se curva sobre el<br />

epicóndilo medial se produce una elongación y aplanamiento<br />

de este relacionado con el mecanismo de tracción,<br />

lo que ocurre normalmente en la flexión <strong>del</strong> codo. Cuando<br />

existe aumento de la presión en el túnel cubital por efecto<br />

<strong>del</strong> aumento de la tensión <strong>del</strong> retináculo y abombamiento<br />

<strong>del</strong> ligamento colateral medial (LCM), se produce una reducción<br />

de más <strong>del</strong> 55 % de esta área y un aumento marcado<br />

de la presión intersticial <strong>del</strong> túnel cubital.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> nervio cubital provocan dolor en la<br />

parte interna <strong>del</strong> codo, trastornos sensoriales en el 4to. y<br />

5to. dedos y trastornos motores en los músculos inervados<br />

por él. Estos signos pueden ser provocados por enfermedad<br />

de las raíces cervicales, <strong>del</strong> plexo braquial o <strong>del</strong> trayecto<br />

<strong>del</strong> nervio; de ahí la importancia de la ecografía.<br />

El paciente es examinado en decúbito supino con el brazo<br />

en abducción en cortes transversales y longitudinales, debiendo<br />

evitar confundirse con los músculos tríceps y flexor<br />

cubital <strong>del</strong> carpo que pasan por el mismo lugar. En el túnel,<br />

el nervio cubital se ve como una estructura ovoide o bífida<br />

muy próximo a la cortical hiperecoica, <strong>del</strong> epicóndilo. Debido<br />

a su trayecto, el nervio tiende a ser menos ecogénico<br />

por el fenómeno de anisotropía. El retináculo cubital es muy<br />

fino y difícil de observar. El Doppler color permite diferenciarlo<br />

de la arteria y venas cubitales recurrentes.<br />

Cualquier proceso inflamatorio dentro <strong>del</strong> canal, inflamación<br />

o engrosamiento de la vaina fascial pueden comprimir<br />

al nervio y comprometer su vascularización. Hay 2 áreas<br />

muy próximas, donde se observan las compresiones <strong>del</strong> nervio:<br />

una proximal en la muesca condílea y la otra distal en<br />

el borde de la aponeurosis <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

Entre las lesiones responsables de atrapamiento <strong>del</strong><br />

nervio cubital se citan: exostosis en la muesca condílea,<br />

osificación heterotópica en el área <strong>del</strong> túnel, engrosamiento<br />

<strong>del</strong> ligamento colateral medial en el piso <strong>del</strong> túnel, un<br />

músculo epitroclear ancóneo anómalo, cuerpos libres<br />

intrarticulares, ganglión quístico, deformidad posterior a<br />

fracturas, etc.<br />

La ecografía puede mostrar un estrechamiento brusco<br />

y desplazamiento <strong>del</strong> nervio dentro <strong>del</strong> túnel cubital, asociado<br />

a alteraciones de las estructuras vecinas. A veces se<br />

puede ver un engrosamiento <strong>del</strong> retináculo a nivel de la<br />

compresión.<br />

En la porción proximal al túnel el nervio comprimido<br />

aparece con una estructura engrosada, hipoecoica, con<br />

ausencia de su patrón fascicular. El examen durante la<br />

flexión <strong>del</strong> codo puede determinar una subluxación intermitente<br />

y anterior <strong>del</strong> nervio sobre el epicóndilo con una<br />

neuritis por fricción secundaria. Distal al túnel cubital el<br />

nervio entra en un segundo canal, entre las cabezas cubital<br />

y humeral <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo, que están conectadas<br />

por el ligamento arcuato. A este nivel los signos<br />

compresivos están limitados a la deformidad <strong>del</strong> nervio<br />

sin que se demuestre lesión extrínseca.<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital distal o <strong>del</strong> canal<br />

de Guyón<br />

Después de descender en el antebrazo entre los músculos<br />

flexores digitales profundos y el flexor cubital <strong>del</strong><br />

carpo, el nervio cubital atraviesa la fascia profunda y entra<br />

en la muñeca por el canal de Guyón. Este canal está<br />

constituido por el pisiforme por dentro y el gancho <strong>del</strong><br />

ganchoso por fuera. El piso lo forma el retináculo flexor y<br />

38 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


el techo está formado por el ligamento palmar carpiano y<br />

el músculo palmar corto. Este canal contiene al nervio,<br />

vena y arteria cubitales. En su porción distal el nervio se<br />

divide en una rama superficial sensitiva y en una rama<br />

motora profunda, para los músculos de la porción<br />

hipotenar; luego atraviesa la palma de la mano para<br />

distribuirse entre los músculos intrínsecos de la mano.<br />

En la ecografía y en un CT a nivel <strong>del</strong> pisiforme, el<br />

nervio cubital se ve como una estructura fina redondeada,<br />

por dentro de la arteria; también pueden verse sus ramas<br />

de bifurcación.<br />

Las neuropatías cubitales a nivel <strong>del</strong> canal son raras y<br />

dependen <strong>del</strong> sitio de lesión y de la toma <strong>del</strong> tronco principal<br />

o sus divisiones. Las presiones externas, crónicas y<br />

repetidas son las causas más frecuentes de atrapamiento<br />

nervioso. En la ecografía se pueden detectar algunas lesiones,<br />

tal como ganglión quístico relacionado con la articulación<br />

piramidal-pisiforme, músculos anómalos,<br />

seudoaneurismas de la arteria radial y fracturas residuales.<br />

Síndrome de compresión <strong>del</strong> nervio peroneo<br />

común o <strong>del</strong> cuello peroneo<br />

En el vértice de la fosa poplítea el nervio ciático se<br />

divide en 2 ramas: el mayor o nervio tibial y el más pequeño<br />

o nervio peroneo común (ciático poplíteo externo). Si<br />

bien el nervio tibial continúa el trayecto <strong>del</strong> nervio ciático,<br />

el nervio peroneo común desciende oblicuamente a través<br />

de la fosa poplítea rodeando al cuello peroneo. Este nervio<br />

pasa profundamente a la inserción de la cabeza superficial<br />

<strong>del</strong> músculo peroneo largo y se divide en 2 ramas: los nervios<br />

peroneos superficial y profundo, que tienen fibras<br />

sensoriales y motoras.<br />

Los nervios que inervan al peroneo superficial son: los<br />

peroneos largo y corto (músculos eversores), mientras que<br />

la rama profunda lo hace de los músculos extensores y<br />

dorsiflexores <strong>del</strong> pie y de los dedos (tibial anterior, extensor<br />

largo <strong>del</strong> primer dedo y extensor corto y largo de los dedos).<br />

Una lesión completa <strong>del</strong> nervio peroneo común produce<br />

un pie péndulo y una marcha característica con trastornos<br />

sensoriales en la cara anterolateral de la porción distal de la<br />

pierna y dorso <strong>del</strong> pie. El nervio peroneo común o ciático<br />

poplíteo externo puede comprimirse cuando pasa superficial<br />

a la cabeza <strong>del</strong> peroné, en la cara posterior de la rodilla.<br />

Aunque no hay un verdadero túnel osteo-fibroso, el nervio<br />

cursa por un espacio estrecho entre el hueso y la fascia.<br />

En la ecografía se puede ver al nervio peroneo común<br />

en su trayecto por la porción lateral de la fosa poplítea<br />

dirigido hacia el cuello peroneo. Para identificarlo mejor<br />

se debe visualizar el borde posterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

femoral y el perfil ecogénico de la cabeza <strong>del</strong> peroné.<br />

Aunque es una afección rara, el atrapamiento ocurre<br />

en el pequeño espacio que existe entre el hueso y la fascia<br />

cuando el nervio se arrolla alrededor de la parte posterior<br />

<strong>del</strong> cuello peroneo. La lesión se produce por un aumento<br />

de la presión en la región durante el sueño o al cruzar la<br />

pierna. Otras causas incluyen los gangliones quísticos,<br />

tumores de partes blandas, masas óseas o fabelas<br />

hipertróficas, así como a secuelas de fracturas o luxaciones,<br />

muchas veces en relación con el tratamiento.<br />

Las lesiones ganglionares de la vaina <strong>del</strong> nervio ocurren<br />

en el tronco común y casi siempre están relacionadas<br />

con una extensión de la articulación tibioperonea. En la<br />

ecografía se puede ver una estructura quística en forma de<br />

huso. El quiste hipoecoico, provoca un agrandamiento<br />

focal <strong>del</strong> nervio, muchas veces con pérdida de la estructura<br />

fascicular y en ocasiones con tabiques.<br />

Síndrome de compresión <strong>del</strong> nervio tibial<br />

(proximal y distal) Síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano<br />

En la porción interna <strong>del</strong> tobillo el nervio tibial, continuación<br />

<strong>del</strong> tronco medial <strong>del</strong> nervio ciático pasa profundamente<br />

al retináculo de los flexores en el espacio entre el<br />

maléolo interno y la pared medial <strong>del</strong> calcáneo. El retináculo<br />

aparece como una fascia fina que forma el techo <strong>del</strong> canal<br />

<strong>del</strong> tarso. Junto al nervio tibial se sitúan los tendones <strong>del</strong><br />

tibial posterior, flexor largo de los dedos y flexor largo <strong>del</strong><br />

dedo gordo, así como la arteria y venas tibiales posteriores.<br />

Por debajo y por detrás <strong>del</strong> maléolo interno el nervio<br />

tibial se divide en las ramas plantares medial y lateral y<br />

una rama sensitiva al calcáneo. El nervio plantar inerva a<br />

los músculos intrínsecos <strong>del</strong> pie, con excepción <strong>del</strong> extensor<br />

corto, que es inervado por la rama profunda <strong>del</strong> peroneo.<br />

En el síndrome proximal <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> tarso hay un<br />

atrapamiento <strong>del</strong> nervio tibial en la región retromaleolar,<br />

mientras que el síndrome tarsal distal interesa las divisiones<br />

<strong>del</strong> nervio tibial. En los casos clásicos de este síndrome<br />

se asume que el proceso afecta a ambas zonas, aunque<br />

en ocasiones, solo interesa una porción de este nervio.<br />

La causa más frecuente de compresión externa se asocia<br />

a un yeso mal colocado en el tobillo. Otras veces se<br />

debe a una lesión que ocupa espacio en la porción medial<br />

<strong>del</strong> tobillo como sucede en las tenosinovitis de los flexores,<br />

ganglión relacionado con la articulación calcaneoastragalina,<br />

séptum de la fascia, músculo o tendones anómalos<br />

o fracturas residuales. Los síntomas incluyen molestias o<br />

dolores en el tobillo y pie y parestesia en la planta, pero el<br />

diagnóstico es muy difícil, salvo que exista una inflamación<br />

en la porción interna <strong>del</strong> tobillo.<br />

Ecografía de los nervios periféricos. 39


El túnel <strong>del</strong> tarso está formado por el retináculo flexor,<br />

la pared medial <strong>del</strong> calcáneo, la porción posteromedial <strong>del</strong><br />

astrágalo y la porción distal de la tibia. Contiene al nervio<br />

tibial posterior, arteria y venas tibiales posteriores y 3 tendones<br />

(tibial posterior, flexor largo de los dedos y flexor<br />

largo <strong>del</strong> dedo grueso). El síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano se<br />

refiere al atrapamiento <strong>del</strong> nervio tibial posterior (túnel<br />

proximal), o a sus 2 ramas plantares a lo largo de la porción<br />

medial <strong>del</strong> tobillo (porción distal <strong>del</strong> túnel).<br />

Con la ecografía se puede estudiar la anatomía de este<br />

canal y seguir el curso <strong>del</strong> nervio tibial y de sus ramas en<br />

la parte interna <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie. El nervio tibial se<br />

sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón largo flexor de los dedos y superficial<br />

al tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er.. dedo, muy próximo<br />

a los vasos tibiales posteriores, los que se identifican<br />

fácilmente con el Doppler color. En la ecografía se puede<br />

ver el engrosamiento fusiforme <strong>del</strong> nervio con alteración<br />

<strong>del</strong> patrón fascicular o una diferencia de tamaño entre la<br />

rama medial y lateral.<br />

En casos de lesiones que ocupan espacio en el túnel, la<br />

ecografía es muy útil, así como para ver las lesiones propias<br />

<strong>del</strong> nervio, en forma de engrosamiento fusiforme focal<br />

asociado a pérdida <strong>del</strong> patrón fascicular.<br />

Síndrome de compresión de los nervios<br />

interdigitales<br />

Los nervios plantares medial y lateral se dividen, cerca<br />

de la base de los metatarsianos, en los nervios<br />

interdigitales, que envían ramas motoras a los músculos<br />

<strong>del</strong> pie y ramas cutáneas a los dedos. En su curso hacia los<br />

dedos los nervios interdigitales pasan por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />

intermetatarsiano transverso, los que conectan a las<br />

cabezas de los metatarsianos para mantener el arco transversal<br />

<strong>del</strong> pie. Fenómenos locales y repetitivos de choque<br />

<strong>del</strong> nervio por debajo de este ligamento afectan a los nervios<br />

con una posterior degeneración y fibrosis perineural<br />

responsable de los neuromas de Morton (neuritis<br />

interdigital). Otro mecanismo puede ser la presencia de<br />

isquemia y compresión <strong>del</strong> nervio interdigital por una bursa<br />

inflamada y agrandada.<br />

Masas tumorales de los nervios<br />

Neuroma de Morton<br />

Los síntomas <strong>del</strong> neuroma de Morton son: dolor en la<br />

planta <strong>del</strong> pie y parestesia en el dedo vecino, que se exacerba<br />

al estirar las articulaciones metatarsofalángicas como<br />

ocurre en la dorsiflexión de los dedos o al caminar con<br />

zapatos estrechos.<br />

Aunque muchos ortopédicos consideran que el<br />

neuroma es un diagnóstico clínico, su diagnóstico correcto<br />

se hace mejor con los métodos imagenológicos.<br />

En la cabeza de los metatarsianos, los nervios<br />

interdigitales pueden estar comprimidos, casi siempre por<br />

una dorsiflexión repetida y marcada de los dedos, lo que<br />

provoca atrapamiento de estos nervios. Los traumas crónicos<br />

y algunos síndromes de choque de la región pueden<br />

provocar engrosamientos fusiformes y degeneración fibrosa<br />

<strong>del</strong> nervio, con desarrollo de una masa plantar que se corresponde<br />

con el neuroma de Morton.<br />

La ecografía puede hacerse por vía dorsal o plantar.<br />

Cuando se usa la vía dorsal los dedos se colocan en flexión<br />

plantar y con una presión manual en el lado plantar afectado.<br />

Cuando se usa la vía plantar se realiza dorsiflexión<br />

de los dedos con una presión manual en el lado dorsal. La<br />

mayoría de los autores prefieren utilizar la vía dorsal, dado<br />

lo fina de la piel y ausencia de queratosis. La técnica<br />

Doppler puede ayudar a localizar al nervio que camina<br />

vecino a la arteria y la vena intermetatarsianas.<br />

Neuromas traumáticos<br />

Los neuromas ocurren preferentemente en el 2do. y<br />

3er. espacios, a nivel o ligeramente proximal a las cabezas<br />

de los metatarsianos. En la ecografía aparecen como masas<br />

hipoecoicas fusiformes u ovoideas, bien definidas, con<br />

su eje mayor paralelo a los metatarsianos. Las porciones<br />

proximal y distal a la masa pueden aparecer ligeramente<br />

engrosadas y en el Power Doppler aparecen<br />

hipervascularizadas. En un CS se puede demostrar su continuidad<br />

con el nervio. El dolor local se puede aumentar<br />

realizando una compresión con el transductor.<br />

Tumores benignos y malignos de los nervios<br />

periféricos<br />

Los tumores neurogénicos están íntimamente relacionados<br />

con los haces neurovasculares y pueden asociarse<br />

con ligera atrofia de los músculos inervados. Para su diagnóstico<br />

hay que demostrar la íntima relación entre el tumor<br />

y el nervio.<br />

A veces se puede diferenciar con la ecografía a los<br />

tumores benignos de los nervios periféricos (neurofibromas<br />

y schwannomas) de los tumores malignos. La mayoría de<br />

los tumores periféricos son homogéneos, con aumento de<br />

la transmisión <strong>del</strong> sonido, cambios quísticos, mientras que<br />

los neurofibromas tienen una ecogenicidad grosera y un<br />

patrón hipovascular.<br />

La distinción entre los diferentes tumores benignos es<br />

a veces posible. Los tumores de las vainas aparecen como<br />

masas globulosas, separadas de las fibras intactas <strong>del</strong> nervio<br />

por una cápsula fibrosa y se puede ver al nervio de<br />

40 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


origen comprimido sobre la cápsula. Los neurofibromas,<br />

por el contrario, aparecen como masas fusiformes, no<br />

encapsuladas.<br />

Los tumores malignos casi siempre se originan por<br />

transformación sarcomatosa de un neurofibroma previo.<br />

Pueden ser globulosos o fusiformes, bien circunscritos,<br />

con una seudocápsula fibrosa, el nervio ciático es el más<br />

interesado. En la ecografía los bordes pueden ser mal definidos<br />

y estar adheridos a los tejidos vecinos. Se recomienda<br />

la biopsia que suele ser muy dolorosa.<br />

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Ecografía de los nervios periféricos. 41


42 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ARTICULACIONES. ECOGRAFÍA. GENERALIDADES<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Si bien el estudio ecográfico de cada una de las grandes<br />

articulaciones se va a realizar en sus capítulos correspondientes,<br />

consideramos necesario el dedicarle un<br />

subcapítulo al estudio ecográfico de las articulaciones. Por<br />

la importancia que tiene esta técnica en las diferentes enfermedades<br />

articulares, nos referiremos en primer lugar a<br />

su valor en la patología general articular y posteriormente<br />

al valor de la ecografía en la artritis reumatoide, en las<br />

enfermedades articulares por artritis no reumatoidea,<br />

osteoartrosis, procesos sépticos, depósitos de amiloide o<br />

de cristales, etc. También incluiremos otros capítulos que<br />

abordan las enfermedades de la sinovial, las afecciones<br />

<strong>del</strong> cartílago articular y óseo, las enfermedades de las bursas<br />

y la detección de los cuerpos libres intraarticulares.<br />

La ecografía <strong>del</strong> SOMA se está utilizando de modo<br />

cada vez más frecuente, no sólo por los radiólogos, sino<br />

también por los médicos de Medicina Deportiva, médicos<br />

de urgencia y cirujanos ortopédicos. Aunque la IRM continúa<br />

siendo la técnica de elección para el estudio de las<br />

alteraciones articulares se han señalado ventajas de la<br />

ecografía sobre la IRM como son:<br />

- Más barata.<br />

- Más ampliamente disponible.<br />

- Imagen en tiempo real (TR) con posibles estudios<br />

dinámicos.<br />

- No se requiere sedación en los niños.<br />

- Es portable.<br />

- Los resultados pueden compararse con el lado sano.<br />

- Permite una mejor caracterización de los líquidos.<br />

- Es la técnica ideal para el diagnóstico de los cuerpos<br />

extraños no radiopacos y<br />

- Sirve de guía para las punciones aspirativas diagnósticas<br />

y terapéuticas.<br />

No obstante, un buen estudio ecográfico articular requiere<br />

de:<br />

- Un conocimiento de la física de la ecografía.<br />

- Un entrenamiento previo sobre el aspecto normal<br />

y patológico de las articulaciones y estructuras<br />

periarticulares.<br />

- Un conocimiento y familiaridad en el aspecto ecográfico<br />

de la mayoría de las lesiones patológicas<br />

de las articulaciones.<br />

- Disponer de un buen equipo y de un transductor<br />

con diferentes frecuencias.<br />

- Conocer bien el cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />

TÉCNICA<br />

Se debe usar un transductor lineal entre 5 y 14 MHz,<br />

con manejo adecuado de las ganancias para evitar fenómenos<br />

de ruido y de reverberancia. En las superficies curvas<br />

es conveniente el empleo de los proxones o de abundante<br />

gel. Deben realizarse los cortes necesarios para aclarar<br />

la anatomía de la articulación estudiada y su relación<br />

con las estructuras vecinas. El Doppler color es de gran<br />

utilidad cuando se sospecha un aneurisma o para detectar<br />

el flujo intratumoral vecino a una articulación.<br />

Debe realizarse estudio anatómico y funcional comparativo<br />

con el lado sano, un estudio dinámico de la articulación,<br />

así como durante la contracción muscular, y con<br />

compresión y descompresión con el transductor en el sitio<br />

sospechoso de lesión, lo que permite diferenciar una bursa<br />

inflamada o líquido intraarticular, de un pannus sinovial,<br />

así como diferenciar entre líquido intersticial y las venas.<br />

También es de gran valor la exploración de los puntos<br />

dolorosos <strong>del</strong> paciente, que casi siempre se corresponden<br />

con el sitio más afectado.<br />

Hay que evitar los artefactos de anisotropía en el estudio<br />

de los tendones y los ligamentos. En condiciones técni-<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 43


cas adecuadas, como ya hemos señalado, estas últimas<br />

estructuras se muestran en forma de haces de fibras paralelas<br />

y compactas, con un curso rectilíneo o curvo. En un<br />

corte paralelo a su eje mayor las fibras aparecen como<br />

líneas ecogénicas brillantes paralelas entre sí, y en un corte<br />

transversal como puntos brillantes agrupados. Si el corte<br />

no es perpendicular a las fibras, éstas aparecen con áreas<br />

hipoeoicas en su interior que simulan una ruptura o<br />

tendinitis.<br />

PATOLOGÍA ARTICULAR.<br />

En la práctica clínica hay dos grandes categorías de<br />

patología articular susceptibles de estudiar con la ecografía:<br />

1. Traumáticas.<br />

- Trauma crónico repetido.<br />

- Lesiones de PB.<br />

- Lesiones <strong>del</strong> cartílago no osificado.<br />

2. No traumáticas.<br />

- Inflamación local o masa.<br />

- Inflamación articular difusa.<br />

- Dolor agudo con pérdida de los movimientos.<br />

- Dolor articular no específico.<br />

- Dolor articular al movimiento.<br />

- Displasia de desarrollo de la cadera (niño).<br />

PATOLOGÍA ARTICULAR TRAUMÁTICA<br />

Los traumas crónicos y repetidos pueden producir una<br />

masa localizada provocada por una bursa agrandada, un<br />

ganglión o provocar lesiones focales en tendones, ligamentos,<br />

músculos, cartílago y aún en el hueso, que casi nunca<br />

se ven en los rayos X convencionales. La ecografía puede<br />

detectar la mayoría de estas lesiones, así como permite<br />

detectar cuerpos libres intraarticulares y erosiones óseas<br />

asociadas.<br />

En los traumas agudos articulares la radiología convencional<br />

puede ser negativa o mostrar signos indirectos<br />

de una enfermedad articular (hemartrosis, derrame) pero<br />

no da información sobre los tejidos blandos vecinos. Esto<br />

se logra con la ecografía que además puede informarnos<br />

sobre la presencia de hemartrosis o lipohemartrosis, así<br />

como sospecha de una fractura intrarticular o lesión<br />

osteocondral.<br />

Si bien la radiología convencional constituye la piedra<br />

de oro para valorar las fracturas completas, en algunas<br />

condiciones la ecografía es de más valor. En los<br />

niños pequeños y sobre todo en los neonatos, la ecografía<br />

permite diagnosticar fracturas y desplazamientos en las<br />

epífisis y apófisis no osificadas, no visibles en los rayos<br />

X. La ecografía puede mostrar fracturas, deformidades<br />

y desplazamiento <strong>del</strong> cartílago no osificado y por<br />

tanto prevenir deformidades futuras y trastornos <strong>del</strong> crecimiento.<br />

Un valor adicional de la ecografía es el diagnóstico de<br />

los cuerpos extraños no opacos en los tejidos blandos, frecuentemente<br />

asociados a pequeños traumas que a veces se<br />

rodean de una reacción inflamatoria marcada y se presentan<br />

como una masa vecina a la articulación. Además, se<br />

facilita su extracción guiada por la ecografía.<br />

PATOLOGÍA ARTICULAR NO TRAUMÁTICA<br />

En la mayoría de los casos, el paciente con una enfermedad<br />

articular se presenta con una masa localizada en el<br />

TCS o con una masa inflamatoria asociada a dolor e inflamación.<br />

En estos casos la masa puede deberse a una bursa<br />

distendida, ganglión quístico, inflamación de un músculo<br />

o tendón o debido a una ruptura tendinosa parcial. Otras<br />

veces obedece a un tumor, granuloma de cuerpo extraño,<br />

absceso, tofo, nódulo reumatoideo, pannus o tejido<br />

amiloideo.<br />

La ecografía se ha utilizado para la valoración de las<br />

infecciones articulares agudas y crónicas, en la AR, en la<br />

sinovitis pigmentada villonodular (SPVN) y en las<br />

artropatías por depósito de cristales. Los hallazgos casi<br />

siempre son inespecíficos: masa o engrosamiento sinovial,<br />

detritus ecogénico, erosiones óseas o cartilaginosas, etc.<br />

lo que requiere en ocasiones de una biopsia.<br />

La presencia de un dolor agudo y la pérdida de movimiento<br />

de la articulación coxofemoral, en ausencia de un<br />

trauma pueden indicar una infección, pero es<br />

indiferenciable de la llamada osteoporosis transitoria o de<br />

la sinovitis aguda por depósito de cristales. La ecografía<br />

puede asegurar la presencia de derrame articular y comprobar<br />

su naturaleza, por aspiración.<br />

Otras veces los dolores articulares son inespecíficos,<br />

difíciles de evaluar. En la enfermedad por depósito de<br />

hidroxiapatita se pueden ver calcificaciones periarticulares<br />

asociadas a dolor articular difuso y severo.<br />

En las lesiones <strong>del</strong> MR es frecuente provocar el dolor<br />

con los movimientos <strong>del</strong> hombro.<br />

En el recién nacido (RN) la ecografía es el método<br />

ideal para el diagnóstico de la displasia de cadera, ya que<br />

permite visualizar el acetábulo y la cabeza femoral no osificadas,<br />

así como evaluar los efectos, en TR, de las maniobras<br />

de estrés.<br />

44 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


HALLAZGOS ECOGRÁFICOS GENERALES<br />

DE LA PATOLOGÍA ARTICULAR<br />

Es conveniente revisar los diferentes datos ecográficos<br />

producidos por los diversos procesos patológicos de las<br />

articulaciones, lo que ayuda a entender y a detectar ciertos<br />

hallazgos en determinadas afecciones articulares y que<br />

pueden afectar a la articulación propiamente dicha y a sus<br />

estructuras vecinas.<br />

LÍQUIDO ARTICULAR<br />

El derrame articular se ve en la ecografía como un<br />

área hipoecoica, limitada por la cápsula articular, que cuando<br />

el líquido es simple aparece anecoico. Cuando aumenta<br />

la ecogenicidad hay que pensar en una infección o<br />

hemartrosis. A veces se asocia con engrosamiento sinovial,<br />

cuerpos libres y muestra ecos irregulares.<br />

No obstante, la ecografía no puede diferenciar un líquido<br />

infestado <strong>del</strong> que ocurre en una sinovitis traumática,<br />

en una artropatía por depósito de cristales, en una artritis<br />

inflamatoria o en una hemartrosis, lo que requiere de la<br />

aspiración con aguja.<br />

ALTERACIONES DE LA SINOVIAL<br />

Puede ocurrir en la cápsula articular, bursa o vaina<br />

tendinosa. En las articulaciones y bursas la sinovitis aparece<br />

como un engrosamiento difuso o nodular de la articulación<br />

o en los bordes de la bursa, con engrosamiento<br />

nodular de los pliegues sinoviales, asociada a derrame. A<br />

veces el pannus sinovial, se puede confundir con el líquido<br />

articular y en estos casos es importante la compresión con<br />

el transductor.<br />

En las vainas tendinosas, la sinovitis se muestra como<br />

un anillo hipoecoico alrededor <strong>del</strong> tendón que puede confundirse<br />

con líquido. El DC puede mostrar flujo en la<br />

sinovial hipervascularizada.<br />

PATOLOGÍA TENDINOSA PERIARTICULAR<br />

Hay una gran variedad de enfermedad tendinosa que<br />

acompaña a las afecciones articulares con un aspecto diferente<br />

en la ecografía.<br />

La inflamación tendinosa local puede deberse al síndrome<br />

de sobreuso, como sucede en la tendinosis patelar o<br />

de Aquiles. Se caracteriza por presentar áreas focales internas<br />

hipoecoicas o por el depósito de algunas sustancias<br />

como sucede en los trastornos familiares <strong>del</strong> colesterol.<br />

La tenosinovitis se manifiesta por engrosamiento de la<br />

vaina, con presencia de un anillo hipoecoico alrededor <strong>del</strong><br />

tendón, debido al depósito de líquido o sinovitis.<br />

Las calcificaciones tendinosas aparecen como áreas<br />

hiperecoicas focales y brillantes, con diferentes grados de<br />

SA. Predominan en el hombro con una necrosis fibrinoide<br />

intratendinosa que se acompaña con depósito de cristales de<br />

hidroxiapatita o de pirofosfato cálcico. En este último caso<br />

la calcificación ocurre en el sitio de inserción <strong>del</strong> tendón y<br />

no en la zona isquémica <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se <strong>del</strong> hombro.<br />

Las rupturas totales pueden aparecer como un defecto<br />

transversal de los haces fibrosos o como una deformidad<br />

focal de su contorno, lo que se evidencia mejor cuando se<br />

hace compresión local con el transductor o diferentes maniobras<br />

pasivas o activas.<br />

La luxación de algunos tendones puede ocurrir espontáneamente<br />

o durante maniobras específicas.<br />

PATOLOGÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />

Los ligamentos tienen una organización y grosor variables,<br />

por lo que el aspecto ecográfico varía según la<br />

localización. Ellos se mezclan de modo imperceptible con<br />

las cápsulas articulares y se pueden visualizar en el CS<br />

como un verdadero engrosamiento capsular o como estructuras<br />

bien <strong>del</strong>imitadas. Se parecen a los tendones con<br />

haces de fibras ecogénicas paralelas y unidas estrechamente<br />

entre sí.<br />

En la ruptura completa el ligamento puede aparecer<br />

interrumpido o reemplazado por un tejido de granulación,<br />

hipoecoico. En las rupturas parciales se ven áreas focales<br />

internas hipoecoicas.<br />

PATOLOGÍA DE LAS INSERCIONES TENDINOSAS<br />

Y LIGAMENTARIAS. INSERCIONITIS. ENTESIOPATÍAS<br />

Se trata de alteraciones de la inserción de los ligamentos,<br />

tendones y cápsulas en el hueso, en las llamadas fibras<br />

de Sharpey y que tienen como finalidad el estabilizar<br />

las articulaciones.<br />

En las artritis hay que distinguir 2 tipos de<br />

entensiopatías.<br />

Entesiopatías inflamatorias erosivas. Son frecuentes en<br />

la espondilitis anquilopoyética, en la artritis que acompaña<br />

a las enfermedades inflamatorias <strong>del</strong> intestino y<br />

en los síndromes de Reiter y de Behcet. En estas afecciones<br />

las lesiones predominan en la columna vertebral<br />

y se acompañan de erosiones en los bordes vertebrales<br />

con neoformación ósea vecina.<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 45


Entesiopatías no erosivas. Pueden obedecer a traumas,<br />

fenómenos de tracción crónica sin lesión<br />

inflamatoria o erosión y sin inflamación de las partes<br />

blandas vecinas. Con frecuencia ocurren en los<br />

ancianos obesos con predomino de las lesiones óseas<br />

neoformativas. Una variedad especial es la que<br />

ocurre en la hipertrofia difusa idiopática que predomina<br />

en el lado derecho de la columna dorsal,<br />

pelvis, hombro y tendón de Aquiles.<br />

Las lesiones de insercionitis modifican el aspecto<br />

ecográfico de las inserciones de los ligamentos, tendones y<br />

cápsulas, que se hacen hipoecoicas.<br />

BREVE ESTUDIO ECOGRÁFICO<br />

DE LA PATOLOGÍA DE LAS PRINCIPALES<br />

ARTICULACIONES.<br />

Como ya hemos señalado, las articulaciones mayores<br />

van a ser objeto de un estudio posterior. No obstante, consideramos<br />

de utilidad el hacer un breve resumen de los<br />

principales aspectos patológicos de estas articulaciones.<br />

ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR<br />

La inflamación localizada casi siempre se debe a una<br />

osteoartritis (OA). En la ecografía se ven osteofitos, engrosamiento<br />

capsular y derrame articular. La presencia de<br />

derrame casi siempre se debe a comunicación con la bursa<br />

subacromial.<br />

En los traumas agudos la articulación puede mostrarse<br />

inestable y la ecografía permite visualizar el estado de<br />

la cápsula, medir la distancia acromioclavicular y valorar<br />

la reducción o no de las luxaciones de esta articulación.<br />

ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL<br />

Las lesiones <strong>del</strong> MR provocan dolor en el hombro,<br />

sobre todo en la abducción y rotación interna. La ecografía<br />

no sólo permite el estudio de la enfermedad estática <strong>del</strong><br />

MR (lesiones tendinosas, bursitis, etc.) sino también permite<br />

explorar su enfermedad dinámica (síndrome de choque<br />

y luxación de la PLB). También tiene gran valor para<br />

el diagnóstico de las fracturas por avulsión o fracturas<br />

impactadas, muchas veces con un estudio radiográfico<br />

convencional negativo.<br />

La ecografía es de gran valor para detectar las calcificaciones<br />

de los tendones <strong>del</strong> MR o de las bursas. También<br />

permite el diagnóstico de la lesión de Bankart, o sea, <strong>del</strong><br />

desgarro de la porción anterior <strong>del</strong> labrum en la luxación<br />

recidivante, así como demostrar la deformidad de Hill-<br />

Sachs, frecuente en la luxación anterior <strong>del</strong> hombro.<br />

ARTICULACIÓN DEL CODO<br />

En los niños y jóvenes, la ecografía permite visualizar<br />

las fracturas epifisarias y <strong>del</strong> cartílago de crecimiento (no<br />

osificado), imposibles de ver con los rayos X. También<br />

pueden diagnosticarse luxaciones, desplazamientos<br />

apofisarios y fracturas <strong>del</strong> cartílago. En esta articulación<br />

la ecografía puede detectar de manera precoz la presencia<br />

de líquido (entre 1 y 3 mL.). En las artritis sépticas se<br />

puede diagnosticar una periostitis reactiva.<br />

Una de las lesiones más frecuentes es la presencia de<br />

cuerpos libres intrarticulares que dificulta la movilización<br />

<strong>del</strong> codo, a veces no visibles en los rayos X convencionales,<br />

pero fácilmente detectables en la ecografía.<br />

ARTICULACIONES DE LA MANO Y DE LA MUÑECA<br />

La causa más frecuente de una masa en esta región es<br />

el ganglión quístico.<br />

La inflamación local es frecuente en las artritis, asociadas<br />

a sinovitis y erosiones óseas, a veces no visibles<br />

con los rayos X, y muy frecuentes en las AR.<br />

También pueden estudiarse las alteraciones propias de<br />

la gota, enfermedades por depósito de cristales y los depósitos<br />

amiloideos.<br />

La enfermedad de Quervain es una tenosinovitis de la<br />

muñeca debido a sobreuso, o por una AR o Tb. En la<br />

ecografía hay distensión de la vaina tendinosa con líquido<br />

sinovial, hipoecoico. Puede asociarse a rupturas tendinosas<br />

parciales o completas, con desarrollo secundario de<br />

granulomas reparativos.<br />

En el síndrome <strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo el nervio es comprimido<br />

en el canal osteofibroso por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />

transverso <strong>del</strong> carpo. Sus causas más frecuentes son:<br />

sinovitis, depósitos amiloideos, traumas repetidos y masas<br />

vecinas. También se ven en el curso de una AR provocado<br />

por engrosamiento sinovial radiocarpiano o sinovitis<br />

de la vaina <strong>del</strong> tendón. El área de sección <strong>del</strong> nervio está<br />

aumentada por inflamación y edema, llegando a medir más<br />

de 15 mm.<br />

ARTICULACIÓN DE LA CADERA<br />

La ecografía juega un papel determinante en la detección<br />

y manejo de la displasia de desarrollo de la cadera,<br />

sobre todo con las maniobras de estrés, para evaluar la<br />

estabilidad de esta articulación. También es útil en la artritis<br />

séptica para guiar una punción aspirativa.<br />

46 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Se ha demostrado su valor en el síndrome de la cadera<br />

irritable, en la cual se provoca dolor y crepitación en la<br />

abducción y rotación externa. Se cree debido a una bursitis<br />

<strong>del</strong> psoas-ilíaco o a una tendinitis provocada por el paso<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> psoas-ilíaco a través <strong>del</strong> tubérculo<br />

iliopectineo. Otros lo atribuyen a un desgarro <strong>del</strong> labrum<br />

acetabular.<br />

ARTICULACIÓN DE LA RODILLA<br />

La inflamación de la rodilla puede deberse a derrame,<br />

infección, artritis erosiva, hemorragias o masas sinoviales.<br />

Otras veces se debe a afecciones tendinosas, osteocondritis,<br />

traumas, etc.<br />

La sinovitis de la rodilla se manifiesta por un engrosamiento<br />

hipoecoico de la sinovial. La SPVN se muestra en<br />

forma de nódulos ecogénicos intraarticulares con derrame<br />

o hemartrosis y aumento <strong>del</strong> flujo en el Doppler.<br />

Los quistes de Baker son uniformemente hipoecoicos<br />

y comunican con la articulación por un cuello estrecho.<br />

Los quistes meniscales pueden aparecer hipoecoicos o<br />

hiperecoicos, en el borde articular de la rodilla y a menudo<br />

comunicando con una ruptura <strong>del</strong> menisco subyacente.<br />

La condromatosis sinovial muestra múltiples cuerpos<br />

ecogénicos intrarticulares, libres o unidos a la sinovial.<br />

La enfermedad <strong>del</strong> tendón patelar es causa frecuente<br />

de dolor. En la rodilla <strong>del</strong> saltador, o tendinosis, el tendón<br />

aparece engrosado, con áreas focales hipoecoicas por degeneración<br />

mucoide, que predomina en su inserción en el<br />

polo inferior de la rótula. Puede asociarse a ruptura parcial<br />

o completa.<br />

La osteocondritis de Osgood Schlatter ocurre en los<br />

adolescentes a nivel de la inserción <strong>del</strong> tendón patelar en la<br />

tuberosidad de la tibia. En la ecografía se puede ver la<br />

degeneración intratendinosa y la falta de continuidad de<br />

sus fibras, así como su fragmentación y el aumento de<br />

volumen de las PB.<br />

La ruptura postraumática de los retináculos patelares<br />

se visualiza en forma de una interrupción de sus fascículos.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> ligamento colateral interno (LCI) aparecen<br />

como bandas hipoecoicas heterogéneas, en un ligamento<br />

engrosado y asociado con frecuencia a ruptura <strong>del</strong><br />

ligamento cruzado anterior (LCA). En la ecografía hay un<br />

área focal hipoecoica por hematoma.<br />

En la articulación tibioperonea proximal se puede ver<br />

un síndrome de atrapamiento y compresión <strong>del</strong> nervio<br />

peroneo, asiento de un ganglión que produce una masa<br />

hipoecoica profunda y que muestra comunicación con la<br />

articulación.<br />

ARTICULACIONES DEL TOBILLO Y DEL PIE<br />

La inflamación focal <strong>del</strong> tobillo se debe con frecuencia<br />

a una enfermedad bursal, tendinosa, ligamentaria o a<br />

un ganglión. La bursa es hipoecoica y en su localización<br />

anatómica habitual, como es el caso de la bursa<br />

retrocalcánea.<br />

La tenosinovitis es una causa frecuente de dolor en el<br />

tobillo, sobre todo a nivel <strong>del</strong> tibial posterior y flexor largo<br />

<strong>del</strong> dedo gordo y menos frecuente en el tendón <strong>del</strong> peroneo<br />

y <strong>del</strong> tibial anterior. En la ecografía aparece como un anillo<br />

hipoecoico alrededor <strong>del</strong> mismo.<br />

La mayoría de los gangliones se relacionan con los<br />

tendones (tibial posterior) o proceden de articulación<br />

tibioastragalina.<br />

La tendinosis y la ruptura tendinosa de la región se<br />

deben a traumas crónicos repetidos sin inflamación y predominan<br />

en el tendón de Aquiles. En la tendinosis, hay<br />

engrosamiento <strong>del</strong> tendón y presencia de defectos internos<br />

hipoecoicos lineales o redondeados. En los casos de ruptura<br />

completa hay discontinuidad de las fibras <strong>del</strong> tendón<br />

con formación de un hematoma. A veces hay luxación <strong>del</strong><br />

tendón tibial, posterior a un esguince <strong>del</strong> tobillo.<br />

La lesión <strong>del</strong> ligamento tibio astragalino posterior puede<br />

llevar a inestabilidad y dolor. La ecografía puede determinar<br />

la ruptura <strong>del</strong> ligamento y el derrame asociado y es<br />

capaz de detectar hasta 2 ml de líquido, pero cuya naturaleza<br />

no puede ser determinada con la ecografía.<br />

ECOGRAFÍA EN LA PATOLOGÍA<br />

ARTICULAR CRÓNICA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La ecografía se ha considerado como el dedo extendido<br />

<strong>del</strong> reumatólogo. No obstante, existen limitaciones en<br />

su uso, ya que hay puntos ocultos de las articulaciones<br />

que por su disposición anatómica hacen difícil el examen<br />

como son:<br />

- El visualizar las erosiones de las superficies articulares<br />

situadas profundamente como ocurre en la región<br />

retropatelar.<br />

- En las lesiones de las articulaciones metacarpianas y<br />

metatarsianas.<br />

- En las lesiones espondiloartropáticas que predominan<br />

en la columna y articulaciones sacroilíacas.<br />

Aunque se considera a la ecografía como un complemento<br />

y no un sustituto de la radiografía, en la sinovitis y<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 47


en las erosiones de las artritis, tiene grandes ventajas, incluyendo<br />

al examen clínico, como son:<br />

- Es de gran valor en las articulaciones de localización<br />

relativamente profundas, por ejemplo el hombro y la<br />

cadera, difíciles de evaluar con el examen clínico.<br />

- La detección clínica de una sinovitis ligera es difícil,<br />

no así con la ecografía.<br />

- En la clínica, es difícil diferenciar, una sinovitis de<br />

otras causas de inflamación articular. La ecografía permite<br />

una mejor valoración cuantitativa y cualitativa<br />

de la sinovial.<br />

- La ecografía logra diferenciar el derrame de la hipertrofia<br />

sinovial y tomar la decisión o no de una punción.<br />

- Por último, permite una localización adecuada de las<br />

agujas para la inyección de agentes terapéuticos, aspiraciones<br />

diagnósticas o biopsias.<br />

ECOGRAFÍA EN LAS ARTRITIS<br />

INFLAMATORIAS<br />

La sinovial es el sitio de inflamación primaria en la<br />

mayoría de las artritis. La detección de una sinovitis ayuda<br />

al clínico a diferenciar entre artritis inflamatoria y artritis<br />

mecánica.<br />

La ecografía es mucho más sensible que los rayos X<br />

para demostrar las lesiones erosivas precoces de las artritis,<br />

sobre todo en las articulaciones pequeñas.<br />

En la mayoría de las publicaciones los estudios se han<br />

limitado al empleo de la ecografia en las grandes articulaciones,<br />

aunque esta técnica es útil también para demostrar<br />

la presencia de derrame y de sinovitis en las articulaciones<br />

pequeñas, siendo capaz de visualizar las lesiones erosivas<br />

iniciales en las articulaciones de las manos.<br />

En la AR la identificación precoz de una sinovitis y su<br />

tratamiento, limitan la progresión de la enfermedad.<br />

Veamos a continuación el aspecto ecográfico general de<br />

las artritis en las principales localizaciones anatómicas.<br />

En la artritis inflamatoria de la cadera el diagnóstico<br />

se basa en el hallazgo ecográfico de un aumento de la distancia<br />

de 7 mm o más entre el cuello femoral y la cápsula<br />

articular, o de 1 mm o más cuando se compara con el lado<br />

sano, expresión de un derrame articular.<br />

Se sabe que en el estudio con ecografía de la cadera de los<br />

adultos con una AR activa, el 15 % mostrará derrame y de<br />

ellos un tercio serán asintomáticos. La ecografía sirve, además,<br />

para evaluar los efectos <strong>del</strong> tratamiento con los esteroides.<br />

El diagnóstico de la sinovitis <strong>del</strong> hombro se basa en el<br />

hallazgo de un aumento de la distancia (mayor de 3,5 mm)<br />

entre la cápsula y el húmero estudiado con la ecografía<br />

por vía axilar, o por la diferencia de 1 mm o más cuando<br />

se compara con el lado sano.<br />

Los hombros dolorosos de los pacientes con AR muestran<br />

con mayor frecuencia: bursitis SASD (70 %),<br />

sinovitis (58 %), tendinitis <strong>del</strong> bíceps (57 %) y alteraciones<br />

<strong>del</strong> Se (33 %).<br />

Cerca <strong>del</strong> 70 % de los pacientes con hombro doloroso<br />

en la AR, muestran alteraciones múltiples en la ecografía<br />

y solo el 11 % son normales.<br />

La presencia de líquido en la bursa SASD, sobre todo<br />

asociado con derrame articular, se ve con frecuencia en la<br />

ruptura <strong>del</strong> MR, pero esto último también es muy frecuente<br />

en las artropatías inflamatorias, especialmente en la AR; de<br />

ahí la necesidad de tratar de diferenciar entre estas entidades.<br />

Ello se basa en la asociación de erosión ósea y de su<br />

localización: en la AR la erosión ocurre en la superficie<br />

articular de la cabeza humeral, en la espondiloartropatía la<br />

erosión ocurre en las tuberosidades por debajo de la inserción<br />

<strong>del</strong> MR, mientras que en el síndrome de choque ocurre<br />

en la unión de la tuberosidad mayor y la cabeza humeral.<br />

La sinovitis <strong>del</strong> codo se sospecha por la elevación de<br />

la grasa posterior, debida a derrame. El olécranon es asiento<br />

frecuente de nódulos reumatoideos que aparecen como<br />

cavidades redondeadas llenas de líquido, con bordes bien<br />

definidos y con una ecogenicidad central provocada por el<br />

líquido fibrinoide que contiene.<br />

El DC es de gran utilidad en los casos de hiperemia a<br />

nivel de la sinovial o tendones y parece que el contraste<br />

gaseoso utilizado en la ecografía va a tener más valor que<br />

el Gd, ya que las burbujas no pasan a la sinovial sino<br />

permanecen en el compartimiento intravascular.<br />

En pacientes con sospecha o diagnóstico de AR se ha<br />

demostrado que las lesiones de las partes blandas de los<br />

dedos se corresponden con una sinovitis. Cuando se comparan<br />

las articulaciones metacarpofalángicas e<br />

intercarpianas en los pacientes con AR, se ve que existe<br />

un aumento importante de alteraciones ecográficas de la<br />

sinovial y de erosiones óseas, en relación con los voluntarios<br />

normales.<br />

La ecografía también es capaz de detectar las lesiones<br />

óseas corticales en forma de un defecto irregular de la<br />

cortical que siempre debe ser confirmado en 2 planos.<br />

Las alteraciones sinoviales y erosiones óseas de las<br />

manos en los pacientes con AR varían con el estado de<br />

actividad o no de la enfermedad.<br />

Cuando se evalúan las articulaciones MCF de los pacientes<br />

con AR el 80 % muestra alteraciones en la ecografía,<br />

especialmente ensanchamiento de la cavidad articular (más<br />

de 3 mm) por engrosamiento sinovial y/o derrame, y sólo<br />

el 80 % tiene erosiones óseas en las manos sintomáticas.<br />

También se ha demostrado pérdida de la definición <strong>del</strong><br />

cartílago articular metacarpiano en el 85 % de los pacientes<br />

con AR estudiados con ecografía.<br />

48 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Por su parte, cerca <strong>del</strong> 80 % de los pacientes con una<br />

AR bien establecida presentan alteraciones ecográficas en<br />

los tendones, sobre todo engrosamiento de las vainas de<br />

los flexores, por hipertrofia sinovial o derrame, o ambos.<br />

El engrosamiento de la vaina en la tenosinovitis puede medir<br />

13 mm o más.<br />

La tenosinovitis <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo en la muñeca<br />

ocurre en más <strong>del</strong> 50% de los pacientes y se muestra<br />

en forma de pérdida de la disposición fibrilar <strong>del</strong> tendón.<br />

Por su parte la tenosinovitis de los tendones extensores<br />

se puede ver con la ecografía en el 30 % de los pacientes<br />

con una AR estable, con participación de la muñeca. Los<br />

signos de tendinitis con pérdida de la ecotextura se ven en<br />

el 55 % al 60 %, mientras que la tenosinovitis de los tendones<br />

extensores se observa, en la ecografía, en el 30 % de<br />

los pacientes con una AR bien establecida. La formación<br />

de quistes sinoviales ocurre en el 20 % de los pacientes en<br />

que hay participación de la muñeca.<br />

La incidencia de ruptura tendinosa parcial o total reportada<br />

con la ecografía, oscila entre el 10 % y el 40 % en<br />

los pacientes con tenosinovitis de la muñeca.<br />

En la AR lo frecuente es que se afecten múltiples tendones,<br />

aunque predominan en los de la muñeca.<br />

Otras veces se producen síndromes compresivos por<br />

tenosinovitis localizadas en túneles osteofibrosos (síndrome<br />

<strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo).<br />

La identificación ecográfica de líquido en las vainas<br />

flexoras es un signo precoz de una tenosinovitis supurada<br />

aguda, en ocasiones puede identificarse su causa.<br />

La tenosinovitis estenosante, especialmente, la enfermedad<br />

de De Quervain, se puede demostrar en la ecografía.<br />

Se trata de una tenosinovitis por sobreuso que afecta los<br />

tendones <strong>del</strong> abductor largo y <strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> primer<br />

dedo. El proceso puede llegar a provocar una fibrosis<br />

local con engrosamiento y edema de la vaina sinovial.<br />

No es posible diferenciar entre tenosinovitis reumática,<br />

infecciosa o por sobreuso. En caso de dudas se aconseja<br />

la punción aspirativa.<br />

Por otro lado, la presencia de líquido en las bursas no<br />

siempre refleja una enfermedad, sobre todo de modo aislado<br />

y mucho menos un proceso inflamatorio, ya que la<br />

mayoría es de origen mecánico. El efecto de la acción de<br />

absorción de los fenómenos de choque <strong>del</strong> líquido sinovial<br />

en las bursas conduce, a una hipertrofia sinovial y acumulación<br />

de líquido, que cuando es excesiva o cuando la<br />

sinovitis es resultado de una artropatía inflamatoria, aparecen<br />

los síntomas.<br />

La acumulación anormal de líquido anecoico, se ha<br />

detectado en el 11 % de la bursa superficial infrapatelar y<br />

en el 1 % de la bursa prepatelar, en trabajadores que descansan<br />

sobre sus rodillas, lo que no sucede en otro grupo<br />

de trabajadores. La lesión <strong>del</strong> tendón patelar es rara en<br />

este grupo de pacientes y posiblemente se relacione con el<br />

tipo de trabajo.<br />

El quiste de Baker en la rodilla, aunque frecuente en la<br />

AR, puede verse en otras afecciones articulares.<br />

INDICACIONES DE LA ECOGRAFÍA<br />

EN LAS AFECCIONES REUMATOIDEAS<br />

(RESUMEN)<br />

En resumen, las indicaciones de la ecografía en las<br />

afecciones reumatoideas son múltiples, especialmente en<br />

el diagnóstico precoz, detección <strong>del</strong> grado de inflamación<br />

y para el diagnóstico de sus complicaciones, como se expresa<br />

a continuación:<br />

1. En el diagnóstico precoz.<br />

- Aumento <strong>del</strong> líquido intraarticular. En condiciones<br />

normales el líquido en los recesos sinoviales<br />

no debe ser mayor de 3mm.<br />

- Engrosamiento <strong>del</strong> cartílago por edema (se hace<br />

mayor de 2,5 mm).<br />

- Inflamación de la sinovial. Aparece irregular con<br />

aspecto hipoecoico que contrasta con la grasa vecina<br />

inflamada (hiperecoica). A veces se observan<br />

sinequias y aparece el pannus, como una masa<br />

hipoecoica de aspecto velloso o seudotumoral.<br />

2. En la valoración <strong>del</strong> grado de inflamación.<br />

- Debe medirse el grosor de la sinovial y el contenido<br />

líquido intraarticular. Cuando la inflamación<br />

<strong>del</strong> cartílago se hace crónica, las superficies<br />

articulares se hacen borrosas, disminuyen<br />

en grosor y aparecen lesiones erosivas corticales<br />

en forma de cráteres, que se llenan <strong>del</strong> pannus.<br />

Posteriormente aparecen los quistes subcondriales<br />

que también se llenan <strong>del</strong> pannus (hipoecoico).<br />

En la deteccción de complicaciones.<br />

- Infecciones. Hay aumento rápido <strong>del</strong> líquido<br />

intrarticular sin alteraciones en la membrana sinovial<br />

con presencia de ecos internos en el líquido.<br />

- Ruptura de un quiste de Baker.<br />

- Complicaciones periarticulares. Tenosinovitis,<br />

luxaciones y rupturas tendinosas; laxitud y rupturas<br />

ligamentosas; atrofia y ruptura muscular.<br />

- Complicación por el uso de esteroides. Lesiones<br />

destructivas, con aumento brusco <strong>del</strong> derrame<br />

articular, cuerpos libres cartilaginosos y<br />

óseos, así como lesiones de los ligamentos y<br />

tendones.<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 49


ECOGRAFÍA EN LAS ARTRITIS POR DEPÓ-<br />

SITO DE CRISTALES<br />

Aunque han sido mencionados anteriormente, creímos<br />

conveniente el independizar su estudio ecográfico.<br />

GOTA<br />

Es una enfermedad metabólica en la que hay un aumento<br />

en la concentración sérica de urato, episodios de artritis<br />

aguda, depósito de tofos dentro y alrededor de las articulaciones,<br />

litiasis urinaria de ácido úrico y enfermedad renal.<br />

Las manifestaciones articulares ocurren en diferentes períodos<br />

de la enfermedad e incluyen: una fase de artritis aguda,<br />

una fase intermedia y por último los tofos crónicos.<br />

La forma monoarticular aguda de la gota es de difícil<br />

diagnóstico, mientras que la forma a tofos crónicos obliga<br />

a una evaluación imagenológica. Los tofos crónicos predominan<br />

en el hombre entre la 5ta. y 7ma. décadas, por lo<br />

general de distribución articular simétrica en la forma<br />

poliarticular, similar a una AR. Las lesiones predominan<br />

en los miembros inferiores y los sitios más frecuentes son:<br />

pies, manos, muñecas, codos y rodillas.<br />

Los tofos crónicos interesan las articulaciones y partes<br />

blandas vecinas. Se muestran como masas excéntricas<br />

o asimétricas vecinas a las articulaciones, son raras las<br />

calcificaciones. Es frecuente la erosión ósea intraarticular<br />

y yuxtaarticular, por lo general vecina a la masa de partes<br />

blandas. Las erosiones son de localización excéntrica, casi<br />

siempre con bordes escleróticos; no hay osteoporosis y el<br />

espacio articular está conservado hasta el período final de<br />

la enfermedad. La mayoría de los tofos se localizan en el<br />

espacio periarticular, aunque algunos pueden ser<br />

intraóseos, intraarticulares o extraarticulares. No es rara<br />

la presencia de estos tofos en las inserciones de algunos<br />

tendones, sobre todo <strong>del</strong> cuadríceps, tríceps y tendón de<br />

Aquiles, con ruptura frecuente de los mismos.<br />

Los hallazgos de la ecografía en la gota no son específicos<br />

e incuyen: edema subcutáneo, sinovitis, insercionitis, lesiones<br />

periarticulares y tofos. Los tofos, por depósito de cristales<br />

complejos de uratos alrededor de la articulación, aparecen<br />

como nódulos hiperecoicos con sombra acústica, mientras<br />

que las erosiones óseas son similares a las que ocurren en<br />

la AR. A veces se ven calcificaciones periarticulares.<br />

CALCIFICACIÓN DEL CARTÍLAGO.<br />

CONDROCALCINOSIS<br />

Las calcificaciones <strong>del</strong> cartílago hialino pueden ser fisiológicas<br />

en los ancianos, casi siempre por depósito de<br />

pirofosfato cálcico deshidratado, expresión de la actividad<br />

metabólica de los condorcitos y como mecanismo protector<br />

<strong>del</strong> cartílago hialino. Predomina en las articulaciones<br />

que tienen fibrocartílago.<br />

La condrocarcinosis incluye a un grupo de afecciones<br />

en que se afecta el metabolismo <strong>del</strong> Ca, <strong>del</strong> Fe , o <strong>del</strong> Mg.<br />

El depósito de estos cristales provoca una sinovitis<br />

inflamatoria, aunque no siempre se acompana de manifestaciones<br />

clínicas.<br />

El aspecto es parecido a la gota pero las lesiones de<br />

insercionitis y de erosión son menos frecuentes. Puede haber<br />

calcificaciones de la cápsula y <strong>del</strong> menisco, especialmente<br />

de la rodilla, asociados a osteoartritis con osteofitos y estrechamiento<br />

<strong>del</strong> espacio articular medial. La ecografía es<br />

muy sensible para detectar los depósitos calcificados de<br />

pirofosfato en el cartílago, que aparecen como una línea<br />

densa y definida, que cursa paralela a la superficie <strong>del</strong><br />

cartílago.<br />

CALCIFICACIONES DE LAS BURSAS. BURSAS<br />

SUBACROMIO-SUBDELTOIDEA (SASD)<br />

O SUBCORACOIDEA<br />

La calcificación de la bursa SASD o subcoracoidea,<br />

puede visualizarse cuando se asocia con inflamación. Puede<br />

producirse una artritis aguda secundaria a la ruptura<br />

intraarticular de la calcificación de la bursa, como ocurre<br />

en la rotura <strong>del</strong> MR en que hay comunicación entre la<br />

bursa y la cavidad glenohumeral.<br />

ECOGRAFÍA EN OTROS PROCESOS<br />

ARTICULARES<br />

OSTEOARTRITIS. OSTEOARTROSIS<br />

Mucho tiempo se le consideró como un proceso no<br />

inflamatorio, pero en el 73% de los pacientes se ha demostrado<br />

sinovitis en las articulaciones sintomáticas, sobre<br />

todo en la bursa suprapatelar (90 %).<br />

En esta afección se ha demostrado un ampollamiento<br />

de la superficie <strong>del</strong> cartílago, así como ulceraciones tardías<br />

y osteofitos en los bordes articulares, muchas veces<br />

visualizados en la ecografía, con un examen radiológico<br />

negativo.<br />

PROCESOS ARTICULARES SÉPTICOS<br />

Las artritis infecciosas pueden provocar grandes alteraciones<br />

articulares que requieren de un tratamiento específico,<br />

de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que<br />

50 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


de no realizarse puede conducir a lesiones irreparables. Se<br />

ha tratado de diferenciar entre artritis séptica y tuberculosa<br />

(TB), utilizando la punción espirativa guiada por la<br />

ecografía, unida al cuadro cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />

La artritis TB, de comienzo insidioso, se caracteriza<br />

por la presencia de osteopenia y cierto grado de esclerosis<br />

ósea subcondral, con preservación relativa <strong>del</strong> espacio articular.<br />

El pannus, en la TB, produce erosión y destrución<br />

<strong>del</strong> cartílago y posteriormente <strong>del</strong> hueso, pero lo hace de<br />

una manera no homogénea, mezclando áreas de destrucción<br />

<strong>del</strong> cartílago con áreas de tejido condral prácticamente<br />

normal; de ahí que las alteraciones óseas subcondrales<br />

se presenten con un espacio articular conservado. En cuanto<br />

a la extensión por las PB vecinas, hay que tratar de diferenciar<br />

un absceso TB de una miositis vecina.<br />

La ecografía permite demostrar la localización exacta<br />

de la inflamación, su extensión y las características <strong>del</strong><br />

líquido sinovial. Además, sirve de guía para las punciones<br />

aspirativas. En el niño hay distensión capsular y la<br />

ecografía muestra el derrame pero no su naturaleza. No es<br />

raro la formación de un absceso periostal.<br />

La ecografía permite detectar también las infecciones<br />

que complican las fijaciones internas de las fracturas, ya<br />

que puede mostrar la prótesis metálica y su relación con la<br />

superficie <strong>del</strong> hueso, así como diferenciar una complicación<br />

mecánica de una infecciosa. En estos casos y vecina<br />

a la prótesis puede verse un derrame articular con aumento<br />

de la distancia entre el hueso y la cápsula de 10 mm<br />

comparado con 2,6 mm que ocurre en las artroplastias no<br />

infestadas de la cadera. La presencia de líquido extrarticular<br />

es muy sugestiva de una infección.<br />

ARTRITIS POR DEPÓSITO DE AMILOIDE<br />

Es una afección que se ve con frecuencia en los pacientes<br />

sometidos a hemodiálisis prolongada y se debe al<br />

depósito extracelular de una proteína amiloidea en uno o<br />

varios sitios <strong>del</strong> organismo. La artropatía puede interesar<br />

al esqueleto axial, especialmente a la columna cervical o<br />

al esqueleto periférico. Estos pacientes, en que hay una<br />

alteración en la microglobulina beta-2, pueden presentar<br />

lesiones osteolíticas en el carpo y el síndrome <strong>del</strong> túnel<br />

carpiano, que junto al dolor <strong>del</strong> hombro son los síntomas<br />

que predominan. En las grandes articulaciones la artropatía<br />

amiloidea recuerda a otras artritis inflamatorias, al existir<br />

alteración de las PB periarticulares, osteoporosis vecina<br />

ligera y quistes subcondrales con bordes escleróticos bien<br />

definidos. El espacio articular se conserva hasta el final.<br />

Son frecuentes las fracturas patológicas.<br />

Se han descrito alteraciones <strong>del</strong> hombro, especialmente<br />

<strong>del</strong> MR asociadas con alteraciones de la cápsula y sinovial.<br />

El derrame articular de la rodilla se presenta en el 30 % y<br />

hay hipertrofia sinovial en el 50 %, similar a una AR.<br />

ENFERMEDAD ARTICULAR RÁPIDAMENTE<br />

DESTRUCTIVA<br />

Es una variedad rara de osteoartritis, predominantemente<br />

unilateral aunque a veces interesa más de una articulación,<br />

pero predomina en la cadera. Ocurre con mayor<br />

frecuencia en las ancianas y hay que diferenciarla de las<br />

osteonecrosis, artritis séptica, neuroartropatías y<br />

artropatías por depósito de cristales. Los estudios seriados<br />

de la cadera muestran pérdida progresiva <strong>del</strong> espacio articular<br />

y <strong>del</strong> hueso subcondral en la cabeza femoral y<br />

acetábulo con aplanamiento y deformidad de la cabeza, lo<br />

que puede llevar a una subluxación superolateral de la<br />

misma o una verdadera penetración en el ilion, asociado a<br />

defectos subcondrales y esclerosis ligera. En esta afección<br />

el examen histológico muestra cambios osteoartríticos<br />

avanzados sin necrosis importante. También hay cambios<br />

inflamatorios con presencia de microorganismos o cristales.<br />

La ecografía no es específica, aunque colabora en el<br />

diagnóstico.<br />

ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA. ARTROPATÍA<br />

DE CHARCOT<br />

El término se utiliza para designar a las alteraciones<br />

articulares relacionadas con lesiones neurológicas centrales<br />

o periféricas. La pérdida de la sensibilidad profunda y<br />

propioceptiva, unida a traumas repetidos juegan un papel<br />

importante en su patogenia.<br />

Se trata de un espectro de lesiones destructivas óseas y<br />

articulares asociadas con déficit neurosensorial. La pérdida<br />

de la sensibilidad propioceptiva se ha señalado como su<br />

patogenia y ocurre frecuentemente en los pacientes con diabetes,<br />

siringomielia, sífilis etc. Su aspecto radiológico puede<br />

confundirse con una osteoartritis, infección o tumor.<br />

Hay 2 teorías principales que tratan de explicar la<br />

fisiopatología de las artropatías neurotróficas:<br />

. Teoría neurotraumática. En estos casos la ausencia<br />

de un mecanismo sensorial protector provoca que traumas<br />

mecánicos repetidos asintomáticos, produzcan una<br />

destrucción articular progresiva.<br />

. Teoría neurovascular. En estos casos la lesión vascular<br />

es la más importante. En ausencia <strong>del</strong> estímulo nervioso<br />

en el miembro, se pierde el tono simpático, lo<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 51


que lleva a vasodilatación e hiperemia, lo que conduce<br />

a una reabsorción ósea.<br />

Ambas teorías parecen jugar papel en estas artropatías.<br />

Un ejemplo de ello lo constituye el hecho de que estas alteraciones<br />

pueden ocurrir en pacientes inmovilizados y en<br />

los cuales, pequeños traumas se sobreañaden a la debilidad<br />

<strong>del</strong> hueso por un mecanismo neurovascular.<br />

La distribución de las lesiones articulares varía con<br />

las diferentes causas. En la siringomielia las lesiones predominan<br />

en los hombros, mientras que en los diabéticos o<br />

en el alcoholismo crónico, las articulaciones <strong>del</strong> tarso y<br />

<strong>del</strong> metatarso son las más afectadas. En los casos precoces<br />

simulan a una osteoartritis, pero en los casos avanzados<br />

hay fragmentación, depresión, absorción <strong>del</strong> hueso<br />

subcondral, asociado a esclerosis, osteofitos y fragmentos<br />

óseos intrarticulares, así como presencia de subluxación,<br />

fractura de huesos vecinos y derrame articular.<br />

Se ha descrito un patrón hipertrófico y otro atrófico.<br />

En la variedad hipertrófica hay destrucción y fragmentación<br />

articular, esclerosis ósea y formación de osteofitos<br />

que aparecen muy precozmente y con bordes redondeados.<br />

La forma atrófica muestra un predominio de la<br />

reabsorción ósea que da la impresión de una amputación<br />

quirúrgica muchas veces similar a una Artritis séptica. La<br />

forma atrófica pura es más frecuente que la hipertrófica<br />

aislada, aunque lo habitual es el patrón mixto.<br />

No es raro que un paciente se inicie con un patrón<br />

atrófico y evolucione hacia uno hipertrófico. Las fracturas<br />

no son raras y en los huesos largos tienen una dirección<br />

transversal, que cuando no se reconocen precozmente,<br />

puede curar con formación de un callo exuberante (IRM).<br />

La ecografía es útil al mostrar todas las alteraciones<br />

en las PB articulares, lo que unido al cuadro clínico permite<br />

sospechar el diagnóstico. Otras veces puede conducirnos<br />

a un diagnóstico erróneo, confundiéndose con una<br />

lesión tumoral de la articulación o una condromatosis.<br />

ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA DE LOS MIEMBROS<br />

SUPERIORES<br />

Como ya habíamos señalado, son menos frecuentes<br />

que la artropatía de los miembros inferiores y sus causas<br />

habituales son: la siringomielia o la lesión medular cervical,<br />

sobre todo posterior a un trauma y más raramente a la<br />

lepra o diabetes.<br />

En la lesión <strong>del</strong> hombro hay una masa debida a la acumulación<br />

de líquido en la articulación glenohumeral y distensión<br />

de la bursa subacromio-sub<strong>del</strong>toidea. La fragmentación<br />

ósea y los detritos, característicos de estas<br />

artropatías, pueden confundirse con un tumor en las placas<br />

convencionales, sobre todo con un condrosarcoma. No<br />

obstante, el aspecto amputado de la porción proximal <strong>del</strong><br />

húmero, la luxación, los grandes derrames articulares y<br />

los fragmentos óseos permiten el diagnóstico. De modo<br />

característico, la lesión es articular con toma de los huesos<br />

vecinos.<br />

En la lepra las lesiones predominan en las manos o<br />

en los pies y simulan a una osteomielitis aguda o crónica<br />

y se deben a la asociación de traumas, infección secundaria<br />

y trastorno nervioso. También se ha descrito un<br />

tipo de atrofia ósea concéntrica con una deformidad típica<br />

de las manos y los pies y que se cree debido a un<br />

trastorno <strong>del</strong> balance entre las fuerzas tensiles y<br />

compresivas que mantienen la arquitectura normal <strong>del</strong><br />

hueso. En la lepra el proceso de absorción ósea provoca<br />

una reducción en la longitud y ancho <strong>del</strong> hueso con afinamiento<br />

<strong>del</strong> mismo.<br />

ARTROPATÍA NEUROTRÓFICA DE LOS MIEMBROS<br />

INFERIORES<br />

La sífilis, y actualmente la diabetes, son las causas<br />

más frecuentes de estas lesiones en el pie y tobillo. La<br />

lesión es precipitada por un pequeño trauma con poco<br />

dolor, iniciándose las alteraciones en la porción media<br />

<strong>del</strong> pie y subluxación de la articulación<br />

tarsometatarsiana <strong>del</strong> 2do. dedo. La presencia de una<br />

fractura de Lisfranc o de una luxación sin trauma agudo,<br />

debe obligar a descartar una diabetes o cualquier<br />

tipo de neuropatía sensorial. La asociación de artropatía<br />

neurotrófica <strong>del</strong> pie y calcificación vascular es muy frecuente<br />

en la diabetes.<br />

Las lesiones pueden tener un patrón atrófico o<br />

hipertrófico, siendo frecuentes los arrancamientos <strong>del</strong> tubérculo<br />

posterior <strong>del</strong> calcáneo y las fracturas subcondrales<br />

de la cabeza <strong>del</strong> 2do. metatarsiano. En los alcohólicos crónicos<br />

con neuropatías sensorial y motora son frecuentes<br />

las lesiones en el pie.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> tobillo son muy raras, debido a la abundante<br />

inervación nerviosa <strong>del</strong> tobillo, mientras que en las<br />

de las caderas pueden presentar el patrón atrófico o<br />

hipertrófico, o simplemente como una fractura <strong>del</strong> cuello.<br />

Los niños con artropatía neurotrófica de los MI, pueden<br />

manifestarse por arrancamientos epifisarios,<br />

osteoartropatías neurotróficas, fracturas metafisarias o<br />

diafisarias de los huesos largos. Las fracturas neurotróficas<br />

de los MI, son frecuentes en los niños con mielomeningocele<br />

inmovilizados después de una fijación de la columna, aunque<br />

las causas más frecuentes de artropatía neurotrófica<br />

52 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


en el niño son: indiferencia o insensibilidad al dolor y<br />

neuropatía hereditaria sensorial y motora de los nervios<br />

periféricos. La ecografía es útil al mostrar las alteraciones<br />

de las PB y la desorganización ósea.<br />

HOMBRO DE MILWAUKEE<br />

Es la asociación de una rotura completa <strong>del</strong> manguito<br />

rotador, cambios osteoartríticos, derrame articular<br />

no inflamatorio que contiene cristales cálcicos de<br />

hidroxiapatita y de pirofosfato, hiperplasia sinovial, destrucción<br />

<strong>del</strong> cartílago y <strong>del</strong> hueso subcondral y múltiples<br />

cuerpos libres osteocondrales. Predomina en las<br />

ancianas donde produce una artritis destructiva, rápida<br />

y progresiva. Esta artropatía provoca estrechamiento<br />

<strong>del</strong> espacio articular, esclerosis subcondral con formación<br />

de quistes, destrucción de hueso subcondral, calcificación<br />

de la cápsula, cuerpos libres intrarticulares e<br />

inflamación de las PB.<br />

La ecografía unida al cuadro clínico puede hacernos<br />

sospechar el diagnóstico.<br />

ARTROPATÍA HEMOFÍLICA<br />

La hemofilia clásica o A y la hemofilia B o enfermedad<br />

de Christmas, pueden asociarse a sangramientos repetidos<br />

en las articulaciones sinoviales con cambios<br />

artropáticos, que predominan en la rodilla, tobillo, codo y<br />

hombro; es frecuente la toma bilateral. La artropatía<br />

hemofílica predomina durante la 1ra. y 2da. décadas de la<br />

vida. El sangramiento repetido en la misma articulación<br />

provoca hiperplasia, cambios inflamatorios crónicos,<br />

fibrosis y hemosiderosis de la membrana sinovial. También<br />

ocurre sangramiento en los músculos que provocan<br />

contracciones articulares, seudotumores de PB y<br />

seudotumores óseos.<br />

Los hallazgos radiográficos varían mucho con los estadios<br />

de la artropatía (hemartrosis aguda, subaguda o crónica)<br />

y reflejan la presencia de derrame articular, inflamación<br />

sinovial e hiperemia, lo que provoca osteoporosis y<br />

crecimiento exagerado de las epífisis, erosiones condrales<br />

y subcondrales, estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular, presencia<br />

de seudotumores y proliferación ósea con esclerosis<br />

y osteofitos. Puede verse ensanchamiento <strong>del</strong> espacio<br />

intercondíleo, aplanamiento de la superficie condílea y<br />

cuadratura de la rótula.<br />

Los hallazgos ecográficos varían con el período de la<br />

enfermedad: en los brotes agudos predominan los signos<br />

de sinovitis mientras que en los procesos crónicos, las deformidades<br />

articulares y las alteraciones óseas dificultan<br />

la exploración.<br />

ECOGRAFÍA EN LAS ENFERMEDADES<br />

DE LA SINOVIAL<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La importancia de esta estructura y el papel determinante<br />

que juega en la mayoría de las afecciones articulares<br />

justifican que insistamos en su estudio.<br />

La membrana sinovial cubre la superficie interna de la<br />

cavidad articular, extendiéndose a los recesos, bursas y vainas<br />

de los tendones. En su histología la membrana sinovial<br />

se compone de 2 capas: un componente superficial que es<br />

esencialmente celular y una capa profunda que contiene tejido<br />

fibroadiposo. La superficie de la membrana sinovial es<br />

lisa con algunas vellosidades y pliegues en forma de plicas.<br />

Ella tiene 3 funciones:<br />

1. Segrega líquido para lubricar la superficie articular.<br />

2. Degrada material de desecho procedente de la articulación.<br />

3. Participa en la nutrición, regulando el transporte de<br />

electrolitos entre la sangre y el líquido sinovial.<br />

La aspiración <strong>del</strong> líquido sinovial puede contribuir al<br />

diagnóstico y debe analizarse color, viscosidad y cantidad,<br />

realizar análisis químico, identificación <strong>del</strong> contenido<br />

de cristales y evaluación microbiológica. La biopsia<br />

está indicada cuando los demás exámenes no sean concluyentes<br />

y es de especial valor en los procesos inflamatorios<br />

o infiltrantes, como son la sinovitis pigmentada,<br />

amiloidosis, sarcoidosis, reticulohistiocitosis multicéntrica<br />

y en las enfermedades granulomatosas.<br />

ASPECTOS TÉCNICOS<br />

Se prefieren los transductores entre 5 y 14 MHz y todo<br />

estudio ecográfico articular, como ya hemos señalado, debe<br />

incluir:<br />

. Búsqueda de derrame o proliferación sinovial.<br />

. Evaluación de los tendones, bursas, cartílago articular<br />

y estructuras óseas vecinas.<br />

. Estudios dinámicos para valorar el movimiento de los<br />

tendones y sus vainas o para demostrar desplazamiento<br />

<strong>del</strong> líquido desde la articulación hacia un receso articular<br />

o una bursa comunicante o para hacer visible,<br />

aun mejor, una bursa llena de líquido como sucede en<br />

la abducción forzada <strong>del</strong> brazo en que se logra un relleno<br />

máximo de la porción lateral de la bursa<br />

subacromio-sub<strong>del</strong>toidea.<br />

. Realizar compresión graduada de los recesos articulares<br />

para poder observar mejor los pliegue sinoviales<br />

hipertróficos o una masa atrapada entre el transductor<br />

y el hueso vecino.<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 53


ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

La sinovial está constituida por escasas células que<br />

tapizan todas las grandes articulaciones. Está muy<br />

vascularizada por una fina red capilar que carece de membrana<br />

basal y que ultrafiltra el plasma para formar el líquido<br />

sinovial. Su principal propósito es lubricar la articulación<br />

y nutrir al cartílago hialino, que es avascular, y<br />

que contiene a los condrocitos.<br />

Las lesiones inflamatorias de la sinovial son frecuentes<br />

y se caracterizan por provocar engrosamiento y edema,<br />

lo que se acompaña con aumento de la perfusión<br />

vascular, congestión y desarrollo de pliegues papilares.<br />

Ella puede proliferar y transformarse en el pannus.<br />

Para entender mejor las manifestaciones imagenológicas<br />

de las alteraciones de la sinovial en la ecografía, es conveniente<br />

el recordar su aspecto en los estudios radiológicos<br />

convencionales. En el período precoz puede haber aumento<br />

de volumen en las partes blandas periarticulares, con erosiones<br />

óseas en las llamadas «áreas descubiertas», o sea,<br />

aquellas donde la sinovial está en contacto con el hueso vecino<br />

sin la protección que le ofrece el cartílago hialino. Esto<br />

se acompaña con cierto grado de osteopenia y destrucción<br />

de la cortical y de alteración <strong>del</strong> tejido trabecular vecino.<br />

Estas alteraciones son frecuentes en los procesos<br />

reumatoideos, sobre todo al final <strong>del</strong> segundo año de su evolución.<br />

Otras veces, como sucede en la gota, hay una masa<br />

focal sinovial que provoca identación de la cortical, con<br />

remo<strong>del</strong>ación de la misma.<br />

Cuando la sinovial se engruesa puede aumentar su contenido<br />

en hierro (hemofilia, tumor sinovial), o en el contenido<br />

de calcio (sinovitis condromatosa). En estos casos se<br />

produce una opacidad de la articulación con presencia o<br />

no de cuerpos cartilaginosos calcificados.<br />

DERRAME ARTICULAR.SINOVITIS<br />

La sinovial normal no puede visualizarse en la<br />

ecografía. Cualquier proceso que afecte la sinovial provoca<br />

edema y estimula la secreción de esta membrana, la que<br />

se distiende por líquido, interesando las bursas y vainas<br />

tendinosas vecinas.<br />

La acumulación de liquido es el signo más precoz de<br />

una lesión sinovial y la ecografía ayuda en el diagnóstico,<br />

aunque hay que tener en cuenta algunas condiciones anatómicas:<br />

en la rodilla se debe buscar en la región<br />

suprapatelar y paralela a los bordes medial y lateral de la<br />

articulación femoropatelar, mientras que en la cadera el<br />

derrame se busca por vía anterior con el transductor paralelo<br />

al eje longitudinal <strong>del</strong> cuello femoral, buscando la acumulación<br />

de líquido en el receso articular anterior. En los<br />

niños, y frente a un derrame muy tenso de la articulación<br />

coxo femoral, el líquido desplaza la cabeza femoral hacia<br />

<strong>del</strong>ante y se acumula por detrás. En la articulación <strong>del</strong><br />

hombro hay que diferenciar el derrame, de una bursa muy<br />

distendida. Esta última cubre la superficie anterior <strong>del</strong> surco<br />

bicipital y se extiende lateralmente. En los derrames de la<br />

articulación <strong>del</strong> hombro el líquido se acumula entre la superficie<br />

anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> infraespinoso y la cara<br />

posterior de la cabeza humeral, por lo que se aconseja su<br />

estudio por vía posterior. En el tobillo debe utilizarse la<br />

vía anterior ya que los ligamentos lateral y medial limitan<br />

la distensión de estos recesos.<br />

El derrame es fácilmente visible en la ecografía, pero<br />

carece de especificidad. La ecogenicidad <strong>del</strong> líquido varía<br />

con su composición. En la ecografía el derrame articular<br />

es anecoico y pueden observarse tabiques finos o gruesos<br />

que provocan un aspecto loculado. Pueden verse ecos internos<br />

que se mueven libremente en la cavidad o masas<br />

ecogénicas debidas a coágulos, depósitos fibrinosos o grandes<br />

masas sinoviales que hay que diferenciarla de la<br />

sinovitis difusa proliferativa que se presenta como una<br />

estructura hipoecoica de diferente forma (masas vellosas<br />

nodulares) que flotan libremente o que están adheridas a<br />

la cápsula. Son frecuentes en las sinovitis traumáticas.<br />

Una vez diagnosticado el derrame, el próximo paso es<br />

determinar la presencia o ausencia de proliferación sinovial<br />

asociada, para confirmar o eliminar el diagnóstico de<br />

sinovitis. El examen clínico algunas veces es útil, pero en<br />

los casos difíciles la ecografía permite diferenciar entre<br />

edema de partes blandas, derrame articular, hipertrofia<br />

sinovial y acumulación de líquido en la vaina tendinosa.<br />

La compresión gradual de una articulación distendida desplaza<br />

al líquido fuera de los recesos articulares, mientras<br />

que la sinovial proliferante permanece atrapada por el<br />

transductor.<br />

La causa de un derrame con o sin hipertrofia sinovial<br />

asociada, incluye: trauma, desorganización de la articulación,<br />

sinovitis infecciosa o inflamatoria, artropatía inducida<br />

por cristales y osteoartritis.<br />

Si bien la ecografía no puede determinar la naturaleza<br />

<strong>del</strong> líquido, sí es importante en el manejo diagnóstico, sobre<br />

todo como guía para una punción.<br />

Además, la ecografía es capaz de contribuir al diagnóstico<br />

precoz de una sinovitis asociada con artropatía<br />

antes <strong>del</strong> inicio de las lesiones osteocartilaginosas o <strong>del</strong><br />

estrechamiento articular.<br />

Por otro lado, el examen puede repetirse para el seguimiento<br />

de la sinovitis inflamatoria y valorar su actividad o<br />

54 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


emisión, así como para detectar algunas de sus complicaciones,<br />

tales como la artritis séptica o la ruptura tendinosa.<br />

En la artritis séptica el derrame aparece<br />

homogéneamente hipoecoico.<br />

En el niño existen algunas infecciones en que se afecta<br />

procozmente la sinovial. En la sinovitis transitoria de la<br />

cadera <strong>del</strong> niño hay aumento <strong>del</strong> líquido intraarticular con<br />

desplazamiento anterior <strong>del</strong> ligamento íliofemoral. En el<br />

período tardío de la enfermedad de Perthes hay engrosamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago y aplanamiento de la cabeza femoral.<br />

Existen otras afecciones con engrosamiento sinovial:<br />

. Un engrosamiento difuso e irregular de la sinovial se<br />

ve en las enfermedades inflamatorias e infecciosas. En<br />

la AR el engrosamiento puede ser difuso e irregular.<br />

. En la sinovitis villonodular predomina el engrosamiento<br />

focal.<br />

. En la osteocondromatosis o posterior a la inyección de<br />

esteroides, la sinovial puede presentar calcificaciones.<br />

. La pared de la sinovial hipertrofiada es por lo general<br />

hipoecoica y la medición de su grosor debe obtenerse<br />

por compresión de los recesos articulares.<br />

TENOSINOVITIS<br />

Hay un grupo de tendones rodeados por la membrana<br />

sinovial. Su función es el facilitar el movimiento de los tendones<br />

y participar en su nutrición. Los trastornos de esta<br />

membrana provocan edema y acumulación de líquido.<br />

En la tenosinovitis el tendón aparece como una estructura<br />

central hiperecoica, rodeada de un halo hipoecoico o<br />

de la membrana sinovial engrosada. En los procesos crónicos<br />

este tejido o pannus aparece hipoecoico, lo que hace<br />

difícil la diferenciación con el líquido y donde tiene valor<br />

la maniobra de compresión, que nunca desaparece en los<br />

casos <strong>del</strong> pannus.<br />

La presencia de un contorno irregular <strong>del</strong> tendón es<br />

signo de una tenosinovitis crónica. Lo mismo sucede en la<br />

tendinitis y tenosinovitis ocupacionales, producto de<br />

microtraumas crónicos y repetidos.<br />

En las tenosinovitis inflamatorias se puede ver este<br />

tipo de alteraciones, y en la AR las lesiones predominan<br />

en las manos, tobillos y en el tendón peroneo. En esta última<br />

afección se puede ver edema y pannus sinovial<br />

peritendinoso y deben buscarse nódulos reumatoideos<br />

intratendinosos y rupturas.<br />

La tenosinovitis séptica aguda ocurre con mayor frecuencia<br />

en las manos y debe descartarse un cuerpo extraño,<br />

que en la ecografía puede aparecer en forma de foco<br />

hiperecoico con sombra acústica o de artefacto en forma<br />

de cometa.<br />

MASAS SINOVIALES INTRAARTICULARES<br />

Entre las masas sinoviales intraarticulares, de las cuales<br />

ya hemos hablado, deben tenerse en cuenta las siguientes<br />

entidades:<br />

SINOVITIS PIGMENTADA VILLONODULAR (SPV)<br />

Como ya hemos señalado es un proceso proliferativo<br />

e inflamatorio que puede interesar la articulación, las vainas<br />

o las bursas. Está compuesto de masas nodulares o<br />

vellosas de color rojo-marrón. La pigmentación de la<br />

sinovial es una consecuencia <strong>del</strong> depósito de productos<br />

derivados de la hemoglobina. Hay una forma difusa que<br />

interesa toda la superficie sinovial, y otra focal. Típicamente<br />

es monoarticular y el líquido sinovial es seroso o<br />

teñido con sangre. En la forma avanzada hay erosión ósea<br />

y cartilaginosa con destrucción articular.<br />

En la ecografía hay un gran derrame articular con hipertrofia<br />

sinovial que aparece en forma de nódulos o<br />

vellosidades que tapizan la superficie profunda de la cápsula<br />

articular. Otras veces produce masas pedunculadas,<br />

hipoecoicas que flotan en el líquido y que se ven mejor en<br />

los recesos con la técnica de la compresión. Esta proliferación<br />

sinovial puede ocurrir en otras artritis. Se ha reportado<br />

aumento <strong>del</strong> flujo en el DC.<br />

OSTEOCONDROMATOSIS SINOVIAL<br />

Es un trastorno monoarticular benigno, de origen desconocido,<br />

caracterizado por proliferación y transformación<br />

metaplásica de la sinovial, con formación de múltiples<br />

nódulos cartilaginosos u osteocartilaginosos en las<br />

articulaciones, bursas o vainas tendinosas. La rodilla, el<br />

codo, la cadera y el hombro son las articulaciones más<br />

afectadas. Algunas veces se asocia a un osteocondroma,<br />

predominando en la 4ta. y 5ta. décadas de la vida y sobre<br />

todo en el hombre.<br />

Puede confundirse con otras causas de cuerpos libres<br />

intraarticulares, que es la llamada osteocondromatosis secundaria,<br />

debida a trauma, osteoartritis, osteonecrosis o<br />

artropatía neuropática.<br />

El análisis patológico muestra múltiples nódulos de<br />

cartílago hialino unidos a la sinovial, los cuales pueden<br />

desprenderse y convertirse en cuerpos libres.<br />

El aspecto radiológico de la forma primaria o<br />

idiopática depende <strong>del</strong> estadio de la enfermedad y <strong>del</strong><br />

grado de calcificación y osificación de los nódulos<br />

cartilaginosos. En los casos más típicos se ven múltiples<br />

nódulos pequeños, bien definidos, de tamaño uniforme y<br />

de posición yuxtaarticular. Otras veces hay una masa<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 55


amorfa grande mineralizada. La calcificación puede estar<br />

ausente en el 25 % al 30 % y en estos casos se ve una<br />

masa en las partes blandas que rodea la articulación,<br />

ensancha el espacio articular, erosiona los huesos vecinos<br />

o provoca cambios osteoartríticos precoces; no hay<br />

osteoporosis. En la TAC aparecen cuerpos intraarticulares<br />

múltiples, calcificados u osificados o una masa<br />

intraarticular con densidad de agua con múltiples calcificaciones<br />

internas.<br />

La ecografía puede demostrar las masas sólidas de aspecto<br />

hipoecoico que al calcificarse producen una sombra<br />

acústica.<br />

LIPOMA ARBORESCENTE SINOVIAL<br />

Se trata de una hiperplasia benigna de la membrana,<br />

secundaria a una infiltración por células adiposas por debajo<br />

de la sinovial y que predomina en la rodilla. En la<br />

ecografía aparece como una masa intraarticular, hipoecoica<br />

y bien <strong>del</strong>imitada.<br />

HEMANGIOMA SINOVIAL ARTICULAR<br />

Es monoarticular y predomina en la rodilla de los niños.<br />

En la ecografía se ve una masa blanda, compresible,<br />

con estructuras tubulares tortuosas y que en el Doppler<br />

muestra un flujo venoso en su interior.<br />

MASAS SINOVIALES EN LAS VAINAS TENDINOSAS<br />

O BURSAS<br />

La mayoría de las masas descritas anteriormente en la<br />

sinovial también ocurren en las vainas de los tendones o<br />

bursas, y por tanto hay que hacer la diferenciación con las<br />

lesiones restantes de las vainas tendinosas o las masas<br />

dentro de una bursa.<br />

QUISTES SINOVIALES<br />

Los quistes sinoviales son cavidades tapizadas por<br />

tejido fibroso o sinovial rellenos con líquido. Se asocian<br />

con trauma, artropatías degenerativas e<br />

inflamatorias. Los quistes pueden observarse en cualquier<br />

articulación, incluyendo tobillo, muñeca, codo,<br />

cadera y hombro.<br />

El quiste <strong>del</strong> menisco es una colección de material<br />

mucinoso que comunica con su periferia. En la ecografía<br />

se ve un área quística hipoecoica vecina a un menisco roto.<br />

ECOGRAFÍA EN LAS ENFERMEDADES<br />

DE LAS BURSAS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Las bursas sinoviales son bolsones de forma y tamaño<br />

variables, tapizadas por dentro por la membrana sinovial.<br />

Ellas facilitan el deslizamiento de ligamentos, tendones,<br />

músculo y piel. Hay 3 tipos de bursas: superficial, profunda<br />

y adventicial.<br />

De acuerdo con la forma de presentación y evolución,<br />

las lesiones de las bursas se han clasificado en<br />

bursitis agudas o crónicas, comunicantes o no. De acuerdo<br />

con su causa se han dividido en bursitis simple,<br />

traumática, hemorrágica, por fricción, químicas,<br />

metabólicas y asociadas a enfermedades sistémicas o infecciosas.<br />

La bursa normal es difícil de ver en la ecografía y<br />

aparece como una hendidura hipoecoica en un área anatómica<br />

específica. Los procesos patológicos producen<br />

hipersecreción por la sinovial con acumulación de líquido<br />

y engrosamiento de la pared, lo que provoca una colección<br />

líquida circunscrita.<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

Como ya hemos señalado, su aspecto varía con su<br />

contenido y forma de evolución. Cuando se distienden<br />

por líquido aparecen como estructuras hipoecoicas bien<br />

definidas y con un contenido de ecogenicidad variable.<br />

Las bursitis superficiales causadas por traumas, infección,<br />

gota, AR., etc., son de fácil diagnóstico clínico,<br />

salvo cuando hay edema de las partes blandas o cuando se<br />

sospeche su naturaleza séptica. Las bursas profundas se<br />

evalúan mejor con la ecografía.<br />

Las bursas adventiciales se desarrollan sobre una entidad<br />

patológica previa (hallus valgus, exostosis, pie plano,<br />

amputación). En el caso de la exostosis la bursa que la<br />

cubre puede provocar una sobreestimación <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong><br />

cartílago.<br />

Clasificación<br />

De acuerdo con su comunicación o no con el espacio<br />

articular vecino, como ya hemos señalado, se clasifican en:<br />

1. Bursas no comunicantes.<br />

2. Bursas comunicantes.<br />

56 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


De acuerdo con su evolución las bursitis se dividen en:<br />

1. Bursitis aguda. La ecografía muestra aumento de volumen<br />

de la bursa con un contenido anecoico y paredes<br />

finas. Pueden ser inflamatorias, infecciosas o por<br />

fricción y predominan en la región rotuliana y<br />

retrocalcánea.<br />

2. Bursitis crónica. La pared se engruesa y su contenido<br />

puede ser anecoico, hipoecoico o hiperecoico. Sus contornos<br />

son irregulares y difusos. Las bursas<br />

neoformadas son de tipo crónico.<br />

BURSITIS AGUDAS NO COMUNICANTES<br />

Entre las bursitis agudas no comunicantes tenemos:<br />

Bursitis de fricción o bursitis traumática. Hay aumento<br />

de volumen de la bursa con su contenido líquido<br />

anecoico, que favorece la visualización de las estructuras<br />

profundas. La bursa se distiende con ecos en su<br />

interior con sus paredes engrosadas que aparecen visibles<br />

como una lámina hiperecoica fina. Su contorno<br />

se hace irregular y pueden verse calcificaciones, así<br />

como lesiones de los tendones o bursas vecinas.<br />

Bursitis hemorrágica. Puede deberse a un trauma directo,<br />

ruptura de un tendón vecino, fractura ósea o un<br />

trastorno de la coagulación. La bursa aparece muy<br />

distendida y el líquido contiene ecos, que al inicio se<br />

depositan en la porción de declive y tardíamente aparecen<br />

como masas heterogéneas hiperecoicas e irregulares,<br />

debidas a coágulos que flotan en el líquido.<br />

La pared sinovial está conservada.<br />

Bursitis química. Se incluyen a las bursitis resultantes<br />

de trastornos metabólicos y a procesos inflamatorios<br />

o degenerativos de los tendones vecinos. En el USAR<br />

la bursa aparece distendida con líquido hipoecoico o<br />

anecoico con focos hiperecoicos dentro de la bursa o<br />

en los tendones vecinos, por calcificaciones.<br />

Bursitis reumatoidea y séptica. El contenido de la bursa<br />

es turbio con ecos internos y engrosamiento de las paredes<br />

sinoviales. En la bursitis séptica por organismos<br />

productores de gas, se producen sombras acústicas.<br />

Las bursitis sépticas predominan en las bursas<br />

olecraneana y prerrotuliana, con una pared gruesa y<br />

un contenido homogéneamente ecogénico.<br />

Bursitis inflamatoria e infecciosa. Ocurren en las enfermedades<br />

sistémicas. La pared de la bursa es gruesa y<br />

el contenido líquido presenta ecos.<br />

BURSITIS COMUNICANTES<br />

En este grupo contamos con:<br />

Bursitis adquiridas por aumento de la presión<br />

Intraarticular. La bursa aparece distendida y contiene<br />

líquido hipoecoico o anecoico, pudiendo demostrarse<br />

la conexión con el espacio articular.<br />

Bursitis inflamatorias adquiridas. Se acompañan de engrosamiento<br />

de la membrana sinovial, a veces con ecos<br />

intensos dentro <strong>del</strong> líquido.<br />

Quiste de Baker. Por su frecuencia merece una consideración<br />

especial. Este tipo de quiste, en la región <strong>del</strong><br />

hueco poplíteo, puede producirse por un aumento de<br />

la presión intraarticular, lo que se acompaña de irregularidades<br />

de la superficie articular, con el contenido<br />

líquido anecoico dentro <strong>del</strong> quiste. Otras veces se asocia<br />

a una artropatía inflamatoria. En estos casos el<br />

quiste es más grande, con múltiples ecos en su interior<br />

y marcada irregularidad de la membrana sinovial. En<br />

ocasiones se pueden ver cuerpos libres intraquísticos<br />

en forma de focos hiperreflectivos.<br />

Bursitis traumática por sobrecarga o sobreuso. En el<br />

USAR la bursa distendida contiene líquido anecoico y<br />

las estructuras vecinas son normales.<br />

GANGLIONES<br />

Los gangliones son estructuras quísticas rodeadas de<br />

tejido fibroso, sin cubierta sinovial, llenos de líquido<br />

mucinoso. Predominan en las manos y muñecas donde<br />

pueden provocar compresión. En la ecografía aparecen<br />

como masas anecoicas y es importante demostrar su comunicación<br />

con el espacio articular.<br />

ECOGRAFÍA DE LOS CUERPOS LIBRES<br />

INTRAARTICULARES Y EN LAS BURSAS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Los cuerpos libres intraarticulares son fragmentos<br />

condrales, óseos u osteocondrales, localizados en la cavidad<br />

articular. Ellos derivan de la superficie interna de las<br />

articulaciones sinoviales, lo que incluye las superficies<br />

óseas cubiertas de cartílago hialino y la pared interna de la<br />

cápsula cubierta por la membrana sinovial. Los cuerpos<br />

libres pueden quedar atrapados en las superficies articulares<br />

y producir síntomas. Desde el punto de vista clínico se<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 57


pueden dividir en estables o inestables, y en sintomáticos<br />

y asintomáticos. Cuando quedan limitados a una bursa o<br />

receso sinovial son asintomáticos. Con la ecografía no sólo<br />

hay que hacer el diagnóstico de esta entidad, sino además<br />

referir su número, tamaño y localización.<br />

PATOGENIA<br />

Es el resultado de un trauma agudo con desprendimiento<br />

de un fragmento osteocondral o por afecciones crónicas,<br />

tales como la osteoartritis, traumas crónicos repetidos<br />

y la osteocondromatosis sinovial. El mecanismo de<br />

formación de los cuerpos libres varía en cada una de estas<br />

entidades.<br />

En la osteocondromatosis los cuerpos libres se forman<br />

en la membrana sinovial por una metaplasia<br />

osteocondromatosa, mientras que en las otras variedades<br />

los fragmentos se originan <strong>del</strong> cartílago articular y <strong>del</strong> hueso<br />

subcondral vecino, como resultado de un trauma agudo o<br />

crónico, o por un fenómeno isquémico subcondral. Cuando<br />

son múltiples son más pequeños y casi siempre uniformes<br />

en forma y tamaño. Cuando son únicos ocurren en las<br />

fracturas transcondrales y en la ostecondritis disecante.<br />

En la osteoartritis y osteonecrosis lo habitual es que hayan<br />

pocos fragmentos mientras que en la osteocondromatosis<br />

los fragmentos son múltiples.<br />

Una vez que el cuerpo libre yace en la cavidad articular,<br />

sufre el mismo proceso y los mismos cambios<br />

morfológicos que interesan al componente óseo y condral<br />

<strong>del</strong> cuerpo extraño, no importa la causa. Debido a la falta<br />

de vascularización el componente óseo sufre daño celular,<br />

seguido de necrosis isquémica. Debido a que el cartílago<br />

es avascular, y es irrigado por la sinovial, hay proliferación<br />

<strong>del</strong> componente condromatoso y aposición de nuevo<br />

cartílago lo que conduce a su crecimiento y a un aspecto<br />

más uniformemente liso.<br />

El cartílago original y las nuevas capas que se depositan<br />

tienden a la calcificación secundaria, debido a la muerte<br />

de los condrocitos. Ello explica la composición de los cuerpos<br />

libres crónicos: un fragmento central original, con<br />

cambios óseos necróticos y anillos concéntricos periféricos<br />

de cartílago calcificado que muestran áreas locales de formación<br />

ósea que le dan un aspecto laminar en los rayos X.<br />

En ocasiones los fragmentos pueden unirse a la<br />

sinovial a gran distancia de su origen, a veces con detención<br />

<strong>del</strong> crecimiento, cuando no reciben el líquido sinovial<br />

que los nutre. Cuando se fijan a la pared sinovial pueden<br />

desaparecer o sumarse al hueso por una nueva<br />

vascularización procedente de la membrana sinovial. Esto<br />

ocurre en las articulaciones muy tensas. Otras veces pueden<br />

abrirse paso a través de la cápsula y presentarse como<br />

un condroma extracapsular que puede sufrir una transformación<br />

maligna.<br />

Las fracturas subcondrales con separación de un fragmento<br />

de cartílago o de cartílago y hueso subcondral, es<br />

casi siempre el resultado de un trauma tangencial sobre<br />

una superficie articular convexa. Puede ser parcial o completa.<br />

En las fracturas osteocondrales los cuerpos libres<br />

pueden tener sólo cartílago articular o cartílago y hueso<br />

vecino. Por lo general las fracturas osteocondrales afectan<br />

a las articulaciones que soportan peso como consecuencia<br />

de un movimiento brusco de torsión o luxación articular.<br />

Los sitios frecuentes son: las superficies articulares de la<br />

rótula y la cara lateral de la tróclea femoral en la luxación<br />

patelar lateral, la superficie que soporta peso <strong>del</strong> cóndilo<br />

femoral en el esguince de la rodilla, así como las caras<br />

laterales <strong>del</strong> domo astragalino en la inversión traumática<br />

<strong>del</strong> tobillo.<br />

La ostecondritis disecante, predomina en la rodilla (cóndilo<br />

interno <strong>del</strong> fémur y la muesca intercondílea) y en el<br />

codo (superficie <strong>del</strong> capitelum). Su aspecto recuerda a una<br />

fractura osteocondral, que con frecuencia es bilateral. Predomina<br />

en la rodilla, a veces con distribución familiar.<br />

En la osteoartritis, osteonecrosis y en la artropatía<br />

neuropática hay una desintegración progresiva de la superficie<br />

interna articular con desprendimiento de fragmentos<br />

condrales y óseos en la cavidad articular. Predomina<br />

en las articulaciones que soportan peso y en el codo. En su<br />

patogenia, se asocia a una incongruencia de la superficie<br />

articular opuesta con ausencia de dolor, que lleva a la formación<br />

de pequeños fragmentos que una vez libres en la<br />

cavidad, pueden aumentar en tamaño y que posteriormente<br />

no sólo se agravan las lesiones de las superficies articulares,<br />

sino también los síntomas de la artritis.<br />

La osteocondromatosis sinovial, como ya sabemos puede<br />

ser primaria o secundaria a otras artritis. En su forma<br />

primaria se desconoce su causa, y hay hiperplasia sinovial<br />

y metaplasia osteocondral, con formación de múltiples<br />

nódulos condrales u osteocondrales.<br />

La mayoría se presenta como una artritis<br />

monoarticular, aunque a veces puede ser múltiple, interesando<br />

la rodilla, el codo y el hombro. En raras ocasiones<br />

se interesa la vaina sinovial de un tendón o una bursa<br />

sinovial.<br />

La forma secundaria ocurre en articulaciones previamente<br />

afectadas de una artritis, los cuerpos libres<br />

son menos numerosos, de mayor tamaño y de forma menos<br />

regular.<br />

El cartílago articular se ve en la ecografía como una<br />

capa fina hipoecoica, de grosor uniforme, de superficie<br />

lisa y que cubre a la línea gruesa hiperecoica correspondiendo<br />

al hueso subcondral. El tamaño <strong>del</strong> fragmento y el<br />

58 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


grosor <strong>del</strong> cartílago pueden ser fácilmente determinados<br />

con la ecografía.<br />

El aspecto en la ecografía de los cuerpos libres, refleja<br />

su estructura anatómica. Los fragmentos calcificados aparecen<br />

como imágenes hiperecoicas sin la presencia <strong>del</strong> anillo<br />

hipoecoico <strong>del</strong> cartílago. Casi siempre se asocia a aumento<br />

<strong>del</strong> líquido intraarticular, lo que facilita su movilidad.<br />

El derrame asociado es hipoecoico o anecoico.<br />

En los cuerpos libres osteocondrales, posteriores a un<br />

trauma agudo, puede verse el contenido hemorrágico <strong>del</strong><br />

líquido.<br />

La movilidad de los cuerpos libres permite diferenciarlo<br />

de los osteofitos y de las calcificaciones capsulares<br />

y sinoviales, que permanecen fijas, lo cual se logra con el<br />

estudio ecográfico dinámico de la articulación.<br />

Por su parte, la hipertrofia sinovial se ve en forma de<br />

proyecciones vellosas hiperecoicas que protruyen en el líquido<br />

sinovial y que se vascularizan en el Doppler.<br />

En las articulaciones con grandes cavidades como la<br />

rodilla y el hombro los cuerpos libres se pueden mover<br />

fácilmente entre los diferentes compartimientos de estas<br />

articulaciones, pero no es importante para el artroscopista,<br />

que está obligado a explorar todos los espacios. No sucede<br />

lo mismo con las articulaciones pequeñas o tensas<br />

en que el cuerpo libre puede quedar limitado a un compartimiento<br />

tan pequeño, que no pueda explorarse por el<br />

artroscopista y requiera utilizar una vía de acceso apropiada;<br />

de ahí el valor de su localización precisa con los<br />

métodos imagenológicos.<br />

ASPECTO ECOGRÁFICO PARTICULAR<br />

DE LOS CUERPOS LIBRES<br />

EN LAS DIFERENTES ARTICULACIONES<br />

Y BURSAS<br />

Es necesario conocer el aspecto de los recesos<br />

sinoviales y de las bursas paraarticulares, así como las<br />

referencias anatómicas de las articulaciones que tienen<br />

cuerpos libres.<br />

Como ya hemos señalado, en la ecografía, los cuerpos<br />

libres se ven como focos ecogénicos aislados dentro<br />

de la cavidad articular, más visibles cuando hay derrame<br />

articular asociado. A veces se requieren maniobras para<br />

desplazar el líquido y ver mejor los cuerpos libres, que<br />

por lo general se sitúan en localizaciones específicas en<br />

las diferentes articulaciones. Vamos a referirnos a la detección<br />

de los cuerpos libres en las principales articulaciones<br />

y a realizar un pequeño recordatorio anatómico<br />

de las diferentes bursas.<br />

HOMBRO<br />

El hombro tiene 3 recesos sinoviales principales:<br />

1. Un receso axilar localizado por debajo <strong>del</strong> hombro entre<br />

la metáfisis proximal y el cuello glenoideo.<br />

2. Un receso subcoracoideo, por debajo de la coracoides<br />

y medial a la articulación.<br />

3. El receso de la vaina <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />

Los cuerpos libres predominan en el receso axilar y el<br />

estudio se hace con el paciente acostado, el hombro elevado<br />

y el transductor en la axila. En la ecografía se puede<br />

ver la cabeza humeral, cubierta por el cartílago hialino, el<br />

espacio articular, la porción inferior de la glenoides y la<br />

bolsa axilar situada entre la cabeza humeral y la grasa de<br />

la axila. Los movimientos <strong>del</strong> brazo, lo que incluye diferentes<br />

grados de elevación o rotación, contribuyen a detectar<br />

los cuerpos libres.<br />

El receso subcoracoideo se estudia en CS y CT con el<br />

paciente sentado y el brazo en aducción. El receso se sitúa<br />

inmediatamente por debajo y por dentro de la apófisis<br />

coracoides, debiendo realizarse movimientos de rotación<br />

interna y externa, con lo que se modifica el receso y se<br />

desplazan los fragmentos libres.<br />

Los cuerpos libres en la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

casi siempre son pequeños y deben estudiarse con la técnica<br />

habitual de este tendón.<br />

CODO<br />

Los principales recesos <strong>del</strong> codo son: el receso<br />

coronoideo anterior y el receso olecraneano posterior. El<br />

receso anterior se examina con CS y CT, a nivel <strong>del</strong> braquial<br />

anterior y con el codo extendido, mientras que el receso<br />

posterior se estudia con una angulación de 90º <strong>del</strong> codo y<br />

a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps.<br />

Si bien los movimientos de flexión y extensión son útiles<br />

para el diagnóstico de cuerpos libres, sólo son posibles<br />

los CT con el codo flexionado para el estudio <strong>del</strong> receso<br />

anterior. En los casos sin líquido los cuerpos libres se ven<br />

entre los cartílagos articulares y los paquetes grasos<br />

intracapsulares anterior y posterior que aparecen como<br />

estructuras hiperecoicas. El estudio se facilita cuando hay<br />

líquido intrarticular que rodea los cuerpos libres.<br />

RODILLA<br />

El receso suprapatelar, que es el mayor de la rodilla y<br />

que se extiende hasta el extremo craneal de la articulación<br />

patelofemoral, debe ser estudiado en CT y CS con el pa-<br />

Articulaciones. Ecografía. Generalidades 59


ciente en decúbito supino y la rodilla extendida. Debe realizarse<br />

contracción isométrica <strong>del</strong> cuadríceps lo que favorece<br />

la colección de líquido en la bursa, y permite detectar<br />

pequeños fragmentos o cuerpos extraños imposibles de<br />

observar con la rodilla flexionada. Cuando no hay líquido,<br />

los fragmentos pueden visualizarse dentro de un área<br />

hipoecoica entre la grasa prefemoral y el tendón <strong>del</strong><br />

cuadríceps, que corresponde a la membrana sinovial de la<br />

bolsa <strong>del</strong> cuadríceps colapsada. La presencia de osteofitos<br />

originados a partir de la cara superior de la tróclea, cubiertos<br />

de cartílago, pueden confundirse con cuerpos extraños<br />

osteocondrales si la rodilla no se examina con diferentes<br />

ángulos de flexión.<br />

Los recesos lateral y medial de la rótula se ven mejor<br />

en CT con el paciente en decúbito supino, con diferentes<br />

grados de rotación interna y externa de la pierna. Los fragmentos<br />

localizados en estos sitios se visualizan fácilmente<br />

en la ecografía, donde pueden ser desplazados con el<br />

transductor o con los dedos.<br />

El receso posteromedial es un pequeño receso medial<br />

a la porción posterior <strong>del</strong> cóndilo interno y que debe evaluarse<br />

en CS y CT a través <strong>del</strong> espacio poplíteo. El estudio<br />

debe realizarse con diferentes grados de flexión de la rodilla<br />

tratando que el líquido rodee al cuerpo libre. No debe<br />

confundirse con la fabela que está unida al tendón proximal<br />

<strong>del</strong> gemelo externo, o puede quedar enmascarado por la<br />

interposición <strong>del</strong> fémur.<br />

La bursa <strong>del</strong> semimembranoso-gemelo se localiza en<br />

la cara posteromedial de la rodilla, en la fosa poplítea entre<br />

la cabeza proximal <strong>del</strong> músculo gemelo medial y el<br />

tendón <strong>del</strong> semimembranoso. Esta bursa comunica con la<br />

cavidad articular por una abertura en la parte posterior de<br />

la cápsula que actúa como un mecanismo a válvula. Puede<br />

distenderse y formar un quiste de Baker. Los cuerpos<br />

libres intraarticulares pueden movilizarse con los cambios<br />

de posición <strong>del</strong> paciente y penetrar dentro de estos quistes,<br />

en cuyo interior pueden movilizarse con las maniobras dinámicas.<br />

TOBILLO<br />

Los recesos anterior y posterior <strong>del</strong> tobillo se estudian<br />

por vía anterior y posterior con CS y CT. La ecografía<br />

muestra los contornos óseos de la epífisis distal de la tibia<br />

y <strong>del</strong> astrágalo y deja ver la articulación.<br />

El receso anterior se localiza por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> cuello <strong>del</strong><br />

astrágalo y se ve mejor en CS. Los movimientos de flexión<br />

y extensión de la articulación modifican la forma <strong>del</strong> receso<br />

anterior y por tanto de la posición de los cuerpos libres.<br />

El receso posterior es más pequeño y más profundo y puede<br />

examinarse en un CS a través <strong>del</strong> tendón de Aquiles,<br />

entre el proceso posterior <strong>del</strong> astrágalo y el maléolo posterior<br />

de la tibia. Sólo raramente pueden existir cuerpos libres<br />

pequeños situados en la cara lateral de la articulación<br />

por debajo <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior.<br />

Es posible que pequeños fragmentos libres se sitúen<br />

en la cara lateral de la articulación debajo <strong>del</strong> ligamento<br />

peroneoastragalino, son indiferenciables de una calcificación<br />

postraumática <strong>del</strong> ligamento.<br />

ASPECTO ECOGRÁFICO DEL CARTÍLAGO<br />

ARTICULAR Y ÓSEO<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Solo vamos a realizar una breve referencia, pues lo<br />

hemos analizado en los capítulos anteriores.<br />

Las alteraciones <strong>del</strong> hueso y <strong>del</strong> cartílago articular constituyen<br />

hallazgos incidentales en el curso de la evaluación<br />

ecográfica de las PB vecinas. A veces se ha empleado como<br />

método electivo para evaluar una lesión ósea o articular,<br />

especialmente en los niños, en que es posible ver los centros<br />

de crecimiento previo a su osificación. Ejemplos los<br />

constituyen la evaluación de las displasias de cadera y las<br />

lesiones traumáticas que interesan las epífisis cartilaginosas<br />

y las metáfisis en crecimiento. Otras indicaciones lo constituyen<br />

la evaluación de fracturas, osteomielitis y alteraciones<br />

<strong>del</strong> cartílago hialino y fibrocartílago.<br />

TÉCNICA<br />

Se prefiere utilizar transductores lineales entre 7,5 y<br />

14 MHz. Siempre que sea posible el transductor debe estar<br />

situado de modo paralelo a la superficie <strong>del</strong> área interesada,<br />

pero en ocasiones las imágenes obtenidas con ángulo<br />

pueden ofrecer información muy útil.<br />

ASPECTO ECOGRÁFICO NORMAL<br />

El cartílago articular hialino se ve como una banda<br />

hipoecoica de 2 a 3 mm, de grosor uniforme, de superficie<br />

lisa, vecina al hueso subcondral que es hiperecoico en la<br />

ecografía. Este mismo aspecto tiene el cartílago hialino en<br />

los centros de osificación <strong>del</strong> niño. Por su parte el fibrocartílago<br />

aparece ecogénico.<br />

La cortical <strong>del</strong> hueso normal aparece en la ecografía como<br />

una sombra lisa perfectamente especular. Los ecos que se<br />

ven por detrás de la cortical son producidos por el fenómeno<br />

de reverberancia. El periostio normal no se ve, por lo que<br />

las alteraciones de la superficie ósea o alteraciones <strong>del</strong><br />

periostio pueden hacer sospechar una enfermedad vecina.<br />

60 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

Se pueden agrupar en lesiones traumáticas y no<br />

traumáticas.<br />

LESIONES TRAUMÁTICAS<br />

La ecografía tiene gran valor en las fracturas y<br />

luxaciones de los centros de osificación de los niños y en<br />

los platillos de crecimiento vecinos. Cuando la fractura<br />

ocurre a lo largo de la cortical, si el periostio está intacto,<br />

se puede desplazar por un hematoma subperióstico.<br />

Si bien la radiología es el método clásico para el estudio<br />

de las fracturas, en ocasiones, la ecografía puede demostrar<br />

una fractura radiológicamente oculta, que se muestra<br />

como una discontinuidad brusca o una deformidad con<br />

angulación o ambas, en la cortical <strong>del</strong> hueso. Estos patrones<br />

pueden ocurrir también en las erosiones inflamatorias<br />

y en la tendinitis calcificada.<br />

LESIONES NO TRAUMÁTICAS<br />

La enfermedad no traumática <strong>del</strong> cartílago hialino<br />

puede presentarse bajo 2 formas:<br />

Forma aguda, en que hay engrosamiento <strong>del</strong> cartílago<br />

por edema, con bordes mal definidos y de aspecto no<br />

homogéneo.<br />

Forma crónica en que la superficie <strong>del</strong> cartílago se hace<br />

verrugosa con pérdida de su grosor. A veces se pueden<br />

detectar lesiones osteocondrales vecinas, así como cuerpos<br />

libres, calcificados o no, que pueden visualizarse siempre<br />

que haya aumento <strong>del</strong> contenido líquido articular.<br />

No obstante, la ecografía tiene limitaciones, principalmente<br />

por dificultades en el acceso a algunas articulaciones<br />

y por la falta de especificidad.<br />

En los cóndilos femorales el cartílago patológico se<br />

logra ver bien con áreas focales o difusas de a<strong>del</strong>gazamiento.<br />

Cuando hay un derrame articular complejo con o<br />

sin inflamación sinovial, es difícil de visualizar la superficie<br />

<strong>del</strong> cartílago, a lo que se suma la curvatura de los huesos<br />

y las alteraciones que produce la grasa.<br />

En relación con la enfermedad no traumática <strong>del</strong> fibrocartílago<br />

(meniscos), la ecografía ha mostrado gran valor. En la<br />

ecografía el fibrocartílago normal de la rodilla tiene un aspecto<br />

hiperecoico homogéneo y los desgarros aparecen como defectos<br />

hipoecoicos. A veces se asocia a quistes meniscales, sobre<br />

todo en los desgarros horizontales, llegando a comunicar con el<br />

espacio articular y dejándose comprimir por el transductor. Las<br />

rupturas de los meniscos pueden mostrar estructuras hipoecoicas<br />

vecinas al mismo, con tabiques en su interior.<br />

En los cambios degenerativos el menisco aparece engrosado<br />

y con la ecogenicidad disminuida con protrusión hacia<br />

afuera de la periferia <strong>del</strong> mismo, no dejándose comprimir por<br />

el transductor. Los fragmentos <strong>del</strong> menisco pueden calcificarse<br />

y comportarse como cuerpos libres intraarticulares.<br />

Algunos han utilizado la ecografía intraarticular, basándose<br />

no solo en el aspecto macroscópico sino también<br />

en los cambios de la velocidad <strong>del</strong> sonido y de su atenuación,<br />

en los que pueden llegar a verse fibrilaciones superficiales<br />

en el cartílago, como signo precoz de una lesión.<br />

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64 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DEL PERIOSTIO Y LA CORTICAL<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

La ecografía, como ya hemos señalado, no es capaz<br />

de reconocer al periostio ni la cortical normal, que producen<br />

una absorción <strong>del</strong> sonido que impide su estudio. No<br />

sucede lo mismo con algunos procesos patológicos de estas<br />

regiones.<br />

Las fracturas pequeñas y las avulsiones óseas pueden<br />

detectarse con la ecografía. Las fracturas se ven como una<br />

interrupción de la interfase entre el hueso y las partes blandas<br />

en su superficie, muy reflectante. Otras veces se detectan<br />

por la hemorragia subperióstica que aparece como<br />

una estructura hipoecoica que eleva al periostio hiperecoico<br />

normal. En las fracturas impactadas, como sucede en las<br />

lesiones de Hill-Sachs, se puede ver un defecto en el contorno<br />

posterolateral de la cabeza humeral.<br />

También se ha utilizado para detectar fracturas incompletas<br />

u ocultas con el método de la palpación sonográfica,<br />

en que se despierta dolor a la compresión suave con el<br />

transductor.<br />

Las fracturas de estrés pueden ser detectadas por la<br />

ecografía, sobre todo en la fase de curación en que la lesión<br />

perióstica provoca una línea hiperecoica vecina al callo<br />

hipoecoico, cercano a una interrupción de la cortical.<br />

En los procesos sépticos (osteomielitis) la ecografía es<br />

de gran valor y precede, en varios días a la aparición de<br />

las primeras manifestaciones radiológicas.<br />

La evaluación con la ecografía de las lesiones infecciosas<br />

de los huesos generalmente ocurre durante la evaluación<br />

de una lesión de las partes blandas, tales como:<br />

abscesos, bursitis o derrame articular.<br />

El signo más precoz de osteomielitis en los huesos largos<br />

se muestra como una banda hipoecoica, vecina a la<br />

interfase hueso-partes blandas. Es frecuente ver una alteración<br />

<strong>del</strong> patrón de reverberancia normal <strong>del</strong> hueso, que<br />

provoca alteraciones en la sombra por detrás <strong>del</strong> mismo,<br />

que ahora aparece más clara. En el caso de un absceso<br />

subperióstico hay desplazamiento <strong>del</strong> periostio e infiltración<br />

de los tejidos vecinos. Cuando hay destrucción cortical<br />

y comunicación con la cavidad medular se visualiza mejor<br />

la médula ósea.<br />

En la osteomielitis crónica la reacción perióstica aparece<br />

como una banda engrosada e hiperecoica. La<br />

reactivación aguda se muestra por la presencia de líquido<br />

subperióstico o un absceso de las partes blandas.<br />

La detección de un proceso infeccioso en un paciente<br />

con una prótesis artroplástica es difícil. La ecografía permite<br />

diferenciar una lesión relacionada con las partes blandas<br />

de una lesión articular. Además, sirve para realizar punciones<br />

aspirativas y valorar la evolución de las fracturas en<br />

la técnica de inmovilización externa con alambres. La<br />

ecografía permite evaluar los casos de este tipo de inmovilización,<br />

sobre todo cuando tienen una mala evolución.<br />

Otra aplicación de la ecografía es la posibilidad de<br />

detectar las erosiones óseas marginales y las inclusiones<br />

sinoviales en la enfermedad reumatoidea, mucho antes que<br />

los rayos X convencionales.<br />

Un valor particular de la ecografía es el estudio de la<br />

enfermedad osteocartilaginosa <strong>del</strong> niño, especialmente en<br />

las afecciones de la cadera. Lo mismo sucede en las lesiones<br />

subperiósticas <strong>del</strong> niño, ya que ella permite determinar<br />

su extensión y facilitar una punción aspirativa.<br />

En los osteocondromas la ecografía es capaz de medir<br />

el grosor de la capa <strong>del</strong> cartílago, de gran importancia para<br />

el pronóstico de la lesión, ya que un aumento progresivo<br />

<strong>del</strong> grosor orienta hacia un proceso maligno.<br />

Por su parte, los tumores glómicos producen un defecto<br />

óseo por debajo de la uña que aparecen<br />

hipervascularizados con el Doppler color, mientras que en<br />

los quistes óseos aneurismáticos puede verse la cortical<br />

a<strong>del</strong>gazada con un nivel líquido-líquido en su interior.<br />

En las lesiones malignas la ecografía permite detectar,<br />

de modo precoz, las alteraciones <strong>del</strong> periostio y de la cortical<br />

y sobre todo, su extensión por las partes blandas vecinas.<br />

Ecografía <strong>del</strong> Periostio y la Cortical 65


El DC juega un papel importante en todos estos pacientes.<br />

CUERPOS EXTRAÑOS EN LAS PARTES BLANDAS<br />

Las radiografías convencionales solo pueden detectar<br />

los cuerpos extraños radiopacos, no así la ecografía que<br />

permite ver también los cuerpos extraños radiotransparentes.<br />

Los pedazos de madera, aparecen inicialmente hipoecoicos<br />

y al final pueden desaparecer.<br />

Los cuerpos extraños plásticos son menos<br />

ecogénicos que la madera. Por su parte el vidrio y el<br />

metal producen fuertes artefactos de reverberancia (cola<br />

de cometa).<br />

Hay una serie de signos secundarios asociados a los<br />

cuerpos extraños como son: presencia de aire, hematoma,<br />

pus, etc, todos identificables con la ecografía.<br />

El engrosamiento difuso <strong>del</strong> TCS y de las PB muestra<br />

un patrón reticulado, anecoico y desorganizado, producido<br />

por la distensión de los linfáticos. Los abscesos, complicación<br />

frecuente, varían desde una colección libre<br />

anecoica, hasta una lesión heterogénea compleja, con deshechos<br />

internos y tabicaciones. En el Doppler color hay<br />

aumento <strong>del</strong> flujo, predominantemente periférico.<br />

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Ecografía <strong>del</strong> Periostio y la Cortical 67


68 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ARTICULACIÓN DEL HOMBRO. BRAZO<br />

ECOGRAFÍA DEL HOMBRO<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El dolor en el hombro y la dificultad en elevar el brazo,<br />

frecuente en los pacientes mayores de 40 años, tiene<br />

como causa habitual una lesión <strong>del</strong> manguito rotador (MR),<br />

sobre todo en los ancianos o pacientes que llevan una vida<br />

sedentaria, con adicción al tabaquismo. En los pacientes<br />

más jóvenes se requiere una lesión mayor capaz de lesionar<br />

los tendones <strong>del</strong> manguito o provocar fractura ósea<br />

vecina. El hombro doloroso es un síndrome frecuente en la<br />

práctica reumatológica.<br />

El hombro doloroso puede ser producido por un trauma<br />

directo, pero más frecuentemente por problemas en<br />

las estructuras periarticulares, debido a un roce excesivo<br />

de los tendones al pasar por zonas estrechas asociadas a<br />

movimientos y traumas repetidos entre el acromion y el<br />

troquiter, lo que se acompaña de una reacción inflamatoria<br />

con degeneración posterior y rotura de las fibras<br />

tendinosas.<br />

La mayor parte de la enfermedad <strong>del</strong> hombro se centra<br />

en la articulación glenohumeral que muestra una gran incongruencia<br />

en sus superficies articulares, lo que se compensa<br />

con el rodete glenoideo, la cápsula articular laxa y<br />

la función de sujeción de los músculos y tendones <strong>del</strong> MR.<br />

Los principales músculos y tendones <strong>del</strong> hombro que se<br />

estudian con la ecografía son: el supraspinoso (Se), el<br />

infraspinoso (Ie), el redondo menor (Rm) y el subescapular<br />

(SE), que forman parte <strong>del</strong> MR. También se estudian el<br />

músculo <strong>del</strong>toides y el tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps<br />

(PLB). De todos ellos el más importante es el tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> MR son raras por debajo de los<br />

30 años y pueden alcanzar hasta el 60 % de frecuencia<br />

en la década de los 60. También se sabe que pacientes<br />

sin síntomas de lesión en el hombro presentan lesiones<br />

<strong>del</strong> MR, sobre todo entre los 55 y 85 años. Las lesiones<br />

masivas <strong>del</strong> MR o sea mayores de 3 a 5 cm obligan<br />

a un tratamiento quirúrgico.<br />

Las fibras <strong>del</strong> manguito pueden dañarse parcialmente<br />

con un cuadro clínico similar a una bursitis o tendinitis.<br />

Cuando la lesión es más extensa se provoca un cuadro de<br />

debilidad aguda en la elevación y rotación externa, a veces<br />

precedido por un fenómeno de desgaste <strong>del</strong> manguito<br />

por acción <strong>del</strong> ligamento coracoacromial.<br />

Las lesiones más frecuentes <strong>del</strong> hombro, susceptibles<br />

de estudiar con la ecografía son:<br />

. Síndrome de choque.<br />

. Desgarro o ruptura <strong>del</strong> manguito rotador.<br />

. Tendinitis cálcica.<br />

. Lesiones de la P.L. <strong>del</strong> bíceps.<br />

. Inestabilidad <strong>del</strong> hombro.<br />

. Lesiones de la cápsula articular.<br />

. Lesiones relacionadas con las estructuras musculares<br />

y óseas.<br />

. Lesiones traumáticas agudas.<br />

. Osteonecrosis.<br />

. Enfermedad inflamatoria articular<br />

. Osteoartritis primitiva degenerativa.<br />

. Osteoartritis secundaria y enfermedad reumatoidea.<br />

ANATOMÍA NORMAL DEL HOMBRO<br />

La articulación <strong>del</strong> hombro se compone de 3 articulaciones:<br />

la glenohumeral (GH), la acromioclavicular (AC)<br />

y la esternoclavicular (EC).<br />

Anatomía normal de la articulación<br />

glenohumeral<br />

La cabeza humeral se articula con la fosa glenoidea,<br />

que es relativamente poco profunda y que para su estabilidad<br />

depende de la integridad de los músculos, ligamentos<br />

y <strong>del</strong> complejo ligamento-cápsula-lábrum.<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 69


En el esqueleto <strong>del</strong> hombro nos vamos a referir a la<br />

extremidad superior <strong>del</strong> húmero, al omóplato y a la clavícula,<br />

que intervienen en la articulación <strong>del</strong> hombro.<br />

La extremidad externa de la clavícula, aplanada de<br />

arriba abajo, presenta una cara articular elíptica, alargada<br />

de <strong>del</strong>ante a atrás y cortada en bisel a expensas de la cara<br />

inferior <strong>del</strong> hueso, que se apoya sobre la superficie articular<br />

<strong>del</strong> acromion orientada de modo inverso.<br />

En el omóplato debemos recordar que su cara anterior,<br />

excavada en toda su extensión recibe el nombre de fosa<br />

subescapular donde se insertan las láminas tendinosas <strong>del</strong><br />

músculo subescapular. Su cara posterior está dividida en 2<br />

partes por una elevación transversal, la espina <strong>del</strong> omóplato.<br />

La espina <strong>del</strong> omóplato se continúa hacia fuera con<br />

una apófisis que se conoce como acromion, que se articula<br />

con la clavícula. Hay una fosa por encima o supraespinosa,<br />

y otra por debajo o infraespinosa.<br />

Se han descrito variantes en la forma y la inclinación<br />

<strong>del</strong> acromion que tienen significado clínico y que se estudian<br />

mejor en los cortes oblicuo sagitales en la IRM. La<br />

forma de la cara inferior <strong>del</strong> acromion puede aparecer lineal,<br />

curveada o en gancho, lo cual ha sido referida como<br />

los tipos I a III en algunas clasificaciones, las más frecuentes<br />

son las 2 últimas. La inclinación normal <strong>del</strong><br />

acromion en estos cortes varía entre 10º y 40º. Un acromion<br />

con un pequeño ángulo ha sido descrito como un acromion<br />

plano o desplazado hacia abajo.<br />

La forma y la inclinación <strong>del</strong> acromion son importantes<br />

en la altura <strong>del</strong> agujero de salida <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />

supraspinoso, que es el espacio por debajo <strong>del</strong> arco<br />

coracoacromial, constituido por la porción anterior <strong>del</strong><br />

acromion, el ligamento coracoacromial y la articulación<br />

acromioclavicular.<br />

En el ángulo externo de la escápula hay 3 estructuras<br />

importantes: la cavidad glenoidea, el cuello <strong>del</strong> omóplato<br />

y la apófisis coracoides. La cavidad glenoidea es cóncava,<br />

ovalada, con la extremidad más gruesa inferior. Mira hacia<br />

fuera, hacia <strong>del</strong>ante y un poco hacia arriba y se articula<br />

con la cabeza <strong>del</strong> húmero. Por encima de esta cavidad<br />

hay una superficie rugosa o tuberosidad supraglenoidea<br />

en la cual se fija el tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />

La cavidad glenoidea está soportada por un cuello grueso,<br />

corto y aplanado de a<strong>del</strong>ante atrás o cuello <strong>del</strong> omóplato.<br />

Por su parte, la apófisis coracoides se implanta en la<br />

cara superior <strong>del</strong> cuello de la glenoides en forma de un<br />

dedo semiflexionado, con un segmento vertical y otro horizontal<br />

y cuya cara inferior es cóncava y lisa.<br />

En cuanto a la extremidad superior <strong>del</strong> húmero se pueden<br />

identificar 3 eminencias: una interna, articular (cabeza<br />

<strong>del</strong> húmero) y 2 no articulares, el troquiter por fuera y<br />

el troquín por <strong>del</strong>ante de la precedente.<br />

La cabeza <strong>del</strong> húmero, redondeada, lisa y uniforme,<br />

representa el tercio de una esfera de 30 mm de diámetro.<br />

Ella mira hacia adentro, hacia atrás y hacia arriba; y su<br />

eje, dirigido oblicuamente hacia fuera y hacia abajo, forma<br />

con el eje <strong>del</strong> cuerpo <strong>del</strong> hueso un ángulo de unos 130<br />

grados.<br />

El troquiter o tuberosidad mayor se sitúa por fuera de<br />

la cabeza y en su parte posterosuperior, presenta 3 carillas<br />

que dan inserción al músculo Se, al Ie y al Rm.<br />

La tuberosidad mayor y la menor o troquín están separadas<br />

por un canal o corredera bicipital donde cursa el<br />

tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps.<br />

Articulación glenohumeral y su complejo<br />

ligamentoso-cápsula-lábrum<br />

La cabeza humeral se articula con la cavidad glenoidea<br />

revestida por una capa uniforme de cartílago de unos 2<br />

mm de grosor. La cavidad glenoidea menos extensa tiene<br />

una orientación inversa a la cabeza. Es de forma ovalada,<br />

con su extremidad inferior mayor y su excavación desigual,<br />

lo cual conforma el cartílgo que la reviste, que tiene<br />

un espesor desigual, mayor en la mitad inferior de la cavidad.<br />

La pequeña concavidad de la cavidad glenoidea no se<br />

adapta a la curvatura esférica de la cabeza <strong>del</strong> hueso y la<br />

adaptación se realiza por medio <strong>del</strong> rodete glenoideo. Este<br />

rodete es un anillo fibrocartilaginoso aplicado al contorno<br />

de la cavidad glenoidea que aumenta la profundidad de<br />

esta cavidad. Vista en un corte, es de forma triangular y,<br />

por tanto, tiene 3 caras: periférica, externa o articular e<br />

interna o adherente.<br />

La cara periférica prolonga hacia afuera la superficie<br />

<strong>del</strong> cuello <strong>del</strong> omóplato y en ella se inserta, por arriba el<br />

tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps y por abajo el tendón<br />

de la porción larga <strong>del</strong> tríceps. La cara externa o articular,<br />

lisa y cóncava, forma parte de la superficie articular<br />

glenoidea. La cara interna o adherente está en íntima conexión<br />

con la periferia de la cavidad glenoidea.<br />

El húmero y el omóplato están unidos por una cápsula<br />

articular, por los ligamentos que refuerzan esta cápsula y<br />

por los músculos y tendones periarticulares. La cápsula<br />

articular tiene la forma de un manguito fibroso muy laxo<br />

que permite una separación de las superficies articulares,<br />

de 2 a 3 cm de extensión y va desde el contorno de la<br />

cavidad glenoidea a la extremidad superior <strong>del</strong> húmero.<br />

Por arriba la inserción capsular se relaciona con la inserción<br />

<strong>del</strong> tendón de la porción larga <strong>del</strong> bíceps, mientras<br />

que por abajo la cápsula articular se fusiona con el tendón<br />

de la porción larga <strong>del</strong> tríceps. La cápsula articular es relativamente<br />

<strong>del</strong>gada y es más gruesa por debajo donde no<br />

70 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


está en relación inmediata con ningún músculo. Por arriba,<br />

por <strong>del</strong>ante y por detrás, se hace más <strong>del</strong>gada debajo<br />

de los tendones que la cubren.<br />

Ligamentos glenohumerales (LGH)<br />

Los ligamentos glenohumerales juegan un papel importante<br />

como estabilizadores <strong>del</strong> hombro. Se tratan de<br />

bandas engrosadas de la cápsula articular y que se dividen<br />

en: superior (LGS), medio (LGM) e inferior (LGI).<br />

- Ligamento glenohumeral inferior (LGI). El LGI<br />

es el mayor y más importante y contribuye a la<br />

formación de las porciones anterior y posterior<br />

<strong>del</strong> lábrum. Tiene una banda anterior, una posterior<br />

y una bolsa axilar, y se inserta en los dos<br />

tercios inferiores de la glenoides por intermedio<br />

<strong>del</strong> lábrum. Este ligamento se pone laxo en la posición<br />

de aducción, mientras que en la abducción<br />

progresiva se tensa y su banda anterior se mueve<br />

hacia arriba en relación con la cabeza humeral.<br />

La banda anterior se inserta a lo largo de los 2/3<br />

inferiores de la porción anterior <strong>del</strong> lábrum y si<br />

bien es prominente, en el 25 % de los casos puede<br />

ser muy fina. La banda posterior es muy <strong>del</strong>gada.<br />

Este ligamento es el principal opositor a la luxación<br />

anterior y posterior en los 90 grados de abducción.<br />

- Ligamento glenohumeral medio (LGM). Su tamaño<br />

y sitio de inserción en la glenoides es muy<br />

variable. Suele ocurrir en la porción<br />

anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, aunque más frecuentemente<br />

se inserta, medialmente en el cuello de la<br />

glenoide. Este ligamento puede estar ausente o<br />

aparecer engrosado en forma de una cuerda, como<br />

sucede en el llamado complejo de Buford. Además,<br />

su aspecto varía mucho con la rotación <strong>del</strong><br />

hombro: en la rotación externa el ligamento se<br />

estira y se localiza vecino a la cápsula, mientras<br />

que en la rotación interna puede aparecer redundante.<br />

Se puede identificar entre el tendón <strong>del</strong><br />

subescapular (SE) y la banda anterior <strong>del</strong> LGI y<br />

juega un papel importante en la estabilidad de la<br />

articulación, entre 0 y 45 grados de la abducción.<br />

- Ligamento glenohumeral superior (LGS). Es<br />

el más pequeño, se origina en la parte superior de<br />

la cavidad glenoidea y en la base de la coracoides<br />

y está unido al LGM, al tendón <strong>del</strong> bíceps y al<br />

lábrum. Su curso es casi perpendicular al ligamento<br />

medial y paralelo a la coracoides. Se inserta<br />

en la porción anterosuperior <strong>del</strong> cuello anatómico<br />

<strong>del</strong> húmero, íntimamente relacionado con<br />

el ligamento coracohumeral que es extrarticular.<br />

Estos 2 ligamentos contribuyen a la estabilización<br />

de la articulación glenohumeral y previenen<br />

la luxación posterior e inferior.<br />

Lábrum glenoideo y cápsula articular<br />

El lábrum glenoideo se trata de una estructura<br />

fibrocartilaginosa, de unos 4 mm de ancho y 3 mm de<br />

altura, unido al anillo glenoideo. Por <strong>del</strong>ante se mezcla<br />

con la banda anterior <strong>del</strong> ligamento glenohumeral inferior<br />

y por arriba con el tendón <strong>del</strong> bíceps y el ligamento<br />

glenohumeral superior. El LGM también contribuye, pues<br />

forma la porción más superior <strong>del</strong> lábrum anterior.<br />

El lábrum, en forma de cuña, está unido a los bordes<br />

de la cavidad glenoidea, a la cual hace más profunda. Los<br />

movimientos de esta articulación, la de mayor movilidad,<br />

dependen de la congruencia de la cabeza humeral, la fosa<br />

glenoidea, el músculo <strong>del</strong>toides y el mecanismo de acción<br />

<strong>del</strong> manguito rotador (MR).<br />

El lábrum es más móvil por encima de la línea epifisaria<br />

y proporciona estabilidad a la articulación GH y funciona<br />

junto con el tendón <strong>del</strong> bíceps, como un complejo móvil<br />

que se desliza sobre el polo superior cartilaginoso de la<br />

glenoides. La tensión <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps aumenta la profundidad<br />

<strong>del</strong> lábrum y estabiliza la cabeza humeral.<br />

El complejo capsular anterior o pared anterior de la<br />

cápsula comprende la membrana sinovial, los ligamentos<br />

glenohumerales, el ligamento coraco-humeral, la bursa<br />

subescapular y el tendón y músculo <strong>del</strong> SE. La pared posterior<br />

de la cápsula incluye a los músculos infraspinoso<br />

(Ie) y redondo menor (Rm).<br />

En cuanto a la cápsula se han descrito numerosas variantes<br />

de su forma y <strong>del</strong> mecanismo de inserción en la<br />

glenoides, con 3 tipos de inserción capsular:<br />

Tipo I. La cápsula se inserta en la punta o cerca de la<br />

punta <strong>del</strong> lábrum glenoideo anterior.<br />

Tipos II y III. Ocurre una inserción más medial, a lo<br />

largo <strong>del</strong> cuello escapular que puede formar un receso<br />

por detrás <strong>del</strong> músculo SE.<br />

Estos tipos de inserción representan variaciones normales<br />

en el tamaño y morfología <strong>del</strong> receso<br />

subescapular que dependen de la rotación <strong>del</strong> hombro.<br />

En la rotación interna el receso se agranda y<br />

la cápsula parece insertarse más medialmente en el<br />

cuello escapular.<br />

El tipo III predispone a las luxaciones<br />

recidivantes <strong>del</strong> hombro. Las variaciones de<br />

unión de la cápsula anterior de la articulación<br />

glenohumeral pueden conducir a errores y en<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 71


los casos II y III debe evitarse hacer el diagnóstico<br />

de inestabilidad anterior, fragmentación<br />

anterior de la glenoides o alteraciones<br />

capsulares.<br />

Variantes anatómicas <strong>del</strong> lábrum<br />

Hay 2 variantes normales en el lábrum anterior que<br />

pueden simular un desgarro o desinserción <strong>del</strong> mismo. Ambas<br />

ocurren en la porción anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, donde<br />

son raras las rupturas. La primera variante es un foramen<br />

por debajo <strong>del</strong> lábrum que se trata de una abertura por detrás<br />

de la porción antero-superior <strong>del</strong> mismo y <strong>del</strong> hueso<br />

glenoideo, que puede simular una desinserción. La otra variante<br />

es el llamado complejo de Buford, que consiste en la<br />

ausencia de la porción anterosuperior <strong>del</strong> lábrum, asociado<br />

a un ligamento glenohumeral medio engrosado.<br />

Bursas<br />

La mayor bursa <strong>del</strong> cuerpo, subacromio-coracoidea o<br />

sub<strong>del</strong>toidea (SA-SD) se sitúa entre el acromion y el<br />

<strong>del</strong>toides por un lado y el manguito rotador y la cabeza <strong>del</strong><br />

húmero por el otro.<br />

Tiene 3 porciones: subacromial, sub<strong>del</strong>toidea y<br />

subcoracoidea. Esta bursa facilita el deslizamiento entre<br />

el MR y el músculo <strong>del</strong>toides.<br />

Si bien la porción subcoracoidea comunica en solo<br />

el 10 % de los casos con la porción subacromial y es<br />

muy variable en su tamaño, las 2 restantes, usualmente,<br />

comunican entre sí y son hallazgos constantes.<br />

La porción subacromial se sitúa entre el acromion y el<br />

tendón <strong>del</strong> supraspinoso y está unida a la cara inferior <strong>del</strong><br />

acromion y ligamento coracoacromial, así como al tendón<br />

<strong>del</strong> Se. Si bien existe comunicación entre la bursa<br />

subacromial y subcoracoidea, no hay comunicación entre<br />

la bursa subcoracoidea y la subescapular.<br />

La porción subcoracoidea se sitúa por debajo <strong>del</strong> apófisis<br />

coracoides, entre los tendones de la porción corta <strong>del</strong><br />

bíceps y el músculo coracobraquial por <strong>del</strong>ante, y el tendón<br />

<strong>del</strong> SE por detrás.<br />

La porción sub<strong>del</strong>toidea, que es la mayor, se sitúa por<br />

debajo <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong>toides, por encima <strong>del</strong> manguito<br />

rotador y por fuera <strong>del</strong> troquiter. Parte de la bursa cubre al<br />

surco bicipital. En ocasiones existe un séptum que separa<br />

la porción subacromial de la sub<strong>del</strong>toidea. Esta porción<br />

sub<strong>del</strong>toidea no comunica con la articulación glenohumeral;<br />

su cara interna está constituida por tejido sinovial, rodeado<br />

por fuera por grasa, la cual puede visualizarse en los<br />

rayos X como una banda radiotransparente de 1 a 2 mm.<br />

Otra bursa de gran interés es la <strong>del</strong> subescapular (SE),<br />

localizada entre el tendón <strong>del</strong> SE y el ligamento<br />

glenohumeral medio, extendiéndose sobre el cuello de la<br />

escápula. Esta bursa comunica con la articulación<br />

glenohumeral entre los 3 ligamentos glenohumerales. Ella<br />

puede rodear al tendón <strong>del</strong> SE y extenderse a lo largo de<br />

la superficie anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE. Puede confundirse<br />

con la porción subcoracoidea de la bursa<br />

subacromio-sub<strong>del</strong>toidea, o con la bursa <strong>del</strong> músculo<br />

coracobraquial. En la porción superior de la bursa pueden<br />

verse los pliegues <strong>del</strong> tejido capsular que no deben<br />

confundirse con una enfermedad.<br />

Arco acromiocoracoideo<br />

El ligamento acromiocoracoideo, el acromion y la apófisis<br />

coracoides constituyen, por encima de la articulación<br />

escapulohumeral, una bóveda osteofibrosa o área conocida<br />

con el nombre de arco acromiocoracoideo.<br />

En este capítulo nos vamos a referir a los ligamentos<br />

coracoacromial y coracohumeral<br />

El ligamento coracoacromial es la principal estructura<br />

de este arco y juega un papel importante en el llamado<br />

síndrome de choque <strong>del</strong> hombro. Este ligamento se inserta<br />

en las superficies anterior, lateral e inferior <strong>del</strong> acromion.<br />

En condiciones normales la unión <strong>del</strong> ligamento con el<br />

acromion muestra bajas señales y en los CC oblicuos de la<br />

IRM se puede confundir con una enfermedad. En el tratamiento<br />

<strong>del</strong> síndrome de choque, la acromioplastia, se acompaña<br />

de sección de este ligamento.<br />

Por su parte el ligamento coracohumeral es una lámina<br />

fibrosa, gruesa que se inserta por dentro en el borde externo<br />

de la apófisis coracoides por debajo <strong>del</strong> ligamento<br />

acromiocoracoideo, se dirige transversalmente hacia fuera<br />

y termina por 2 haces en el troquín y en el troquiter, a cada<br />

lado de la corredera bicipital. Su cara superior está separada<br />

<strong>del</strong> ligamento acromiocoracoideo por la bursa SA-SD.<br />

Ambos ligamentos contribuyen a estabilizar la articulación<br />

GH y evitan la luxación posterior e inferior de la<br />

cabeza humeral.<br />

Articulación acromioclavicular<br />

Esta articulación une el acromion a la extremidad externa<br />

de la clavícula. La superficie acromial mira hacia<br />

arriba y adentro, mientras que la superficie clavicular tiene<br />

una orientación inversa, lo que explica lo frecuente de<br />

la luxación de la clavícula hacia arriba. Existe 1 cápsula<br />

72 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


articular y 3 ligamentos que unen estas estructuras: el ligamento<br />

acromioclavicular y los coracoclaviculares<br />

(conoides y trapezoides).<br />

Anatomía normal <strong>del</strong> MR<br />

El MR está formado por 4 músculos y sus tendones:<br />

SE, Se, Ie, Rm. Los 4 músculos actúan primariamente<br />

para proporcionar una estabilidad dinámica a la articulación<br />

glenohumeral (GH), que es inestable y además auxilian<br />

en la rotación interna y externa y en la abducción <strong>del</strong><br />

hombro.<br />

El SE, el más anterior, es un músculo grande y triangular<br />

que se origina en la fosa subescapular y se extiende<br />

lateralmente, anterior a la articulación, para converger por<br />

un tendón ancho y corto en la tuberosidad menor.<br />

El Se, el músculo más superior, se origina en la fosa<br />

supraespinosa, pasa por debajo <strong>del</strong> acromion y termina en un<br />

tendón que cruza por encima de la cabeza humeral para insertarse<br />

en la porción más anterior de la tuberosidad mayor.<br />

El músculo Ie se origina en la fosa infraespinosa y su<br />

tendón se extiende lateralmente para insertarse en la<br />

tuberosidad mayor en localización posteroinferior al tendón<br />

<strong>del</strong> Se.<br />

El Rm se origina en el borde lateral de la escápula y se<br />

inserta por debajo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Ie.<br />

Estos 3 tendones <strong>del</strong> MR se hacen confluentes y forman<br />

una inserción común en la tuberosidad mayor <strong>del</strong> húmero.<br />

El tendón <strong>del</strong> PLB, de 9 cm de longitud, se origina en<br />

la porción posterosuperior <strong>del</strong> lábrum glenoideo. Se envuelve<br />

por la membrana sinovial cuando atraviesa<br />

oblicuamente la articulación <strong>del</strong> hombro y describe un arco<br />

sobre la cabeza humeral para descender en el surco<br />

intercondíleo. El tendón es intraarticular pero extrasinovial.<br />

Bandas tendinosas procedentes <strong>del</strong> SE y <strong>del</strong> Se se unen<br />

para formar una vaina que rodea al tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />

que lo mantienen en el surco bicipital en su porción<br />

proximal. Una banda procedente <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se forma<br />

el techo de la vaina, y una banda <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE pasa<br />

por debajo <strong>del</strong> mismo para unirse con las fibras procedentes<br />

<strong>del</strong> Se y formar el piso.<br />

El ligamento coracohumeral que se origina de la cara<br />

lateral de la base de la apófisis coracoides y se inserta<br />

entre los tendones <strong>del</strong> Se y el SE, también forma parte <strong>del</strong><br />

techo y <strong>del</strong> piso <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps y es el principal<br />

estabilizador <strong>del</strong> tendón en el surco. Para algunos el ligamento<br />

transverso sólo juega un papel secundario.<br />

El músculo <strong>del</strong>toides, originado en la clavícula,<br />

acromion y escápula, converge en un tendón corto que se<br />

inserta en la cara lateral de la diáfisis proximal <strong>del</strong> húmero.<br />

Entre el MR y el <strong>del</strong>toides se sitúa la bursa SA-SD.<br />

Esta bursa se extiende anteriormente cubriendo al tendón<br />

<strong>del</strong> bíceps, lateralmente por detrás <strong>del</strong> <strong>del</strong>toides y posteriormente<br />

para separar el <strong>del</strong>toides <strong>del</strong> músculo Ie.<br />

Cortes anatomorradiológicos <strong>del</strong> hombro en los<br />

planos axial, coronal y sagital<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />

ecográfica <strong>del</strong> hombro, hemos considerado de interés el<br />

ofrecer una visión, en cortes anatomo-radiológicos, de los<br />

diferentes planos <strong>del</strong> hombro, aunque no todas las estructuras<br />

sean identificables en la ecografía.<br />

Cortes axiales<br />

- En un corte a nivel de la articulación<br />

acromioclavicular se ven las estructuras óseas, con<br />

la articulación correspondiente. El músculo <strong>del</strong>toides<br />

se ve por <strong>del</strong>ante, lateral y algo por detrás. El músculo<br />

y tendón <strong>del</strong> Se se ven por detrás. El ligamento<br />

coracoacromial se visualiza vecino a la coracoides.<br />

La bursa subacromio-sub<strong>del</strong>toidea y el músculo<br />

<strong>del</strong>toides se ven entre el manguito y el acromion.<br />

- En cortes altos se ve el curso oblicuo normal <strong>del</strong><br />

músculo Se y su tendón, desde su inserción en la<br />

cápsula y en la tuberosidad mayor, por detrás <strong>del</strong><br />

surco bicipital, hasta la fosa supraespinosa de la<br />

escápula.<br />

- En cortes a nivel <strong>del</strong> proceso coracoideo superior,<br />

se ve el origen <strong>del</strong> Ie, a partir de la superficie<br />

posteroinferior de la escápula que cruza la articulación<br />

GH, por detrás <strong>del</strong> Se para insertarse en<br />

la cara lateral de la tuberosidad mayor. Este tendón,<br />

cerca de la tuberosidad mayor, se mezcla<br />

con la cortical <strong>del</strong> húmero. La espina de la escápula<br />

separa los músculos Ie y Se. El redondo<br />

menor se sitúa posterolateral al Ie y se origina en<br />

el borde axilar de la escápula, terminando en la<br />

faceta inferior de la tuberosidad mayor.<br />

- En cortes algo más bajos, se ve un corte transversal<br />

<strong>del</strong> tendón de la PLB, dentro de la corredera<br />

bicipital, a veces rodeado de una pequeña cantidad<br />

de grasa. Por dentro y algo por <strong>del</strong>ante se<br />

sitúa el ligamento coracohumeral.<br />

La arteria y el nervio supraescapular, rodeados<br />

por grasa, se localizan por detrás y por dentro <strong>del</strong><br />

anillo glenoideo superior.<br />

El lábrum, se localiza a nivel de la articulación<br />

GH, por debajo de la coracoides. En condiciones<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 73


normales el lábrum tiene un contorno triangular<br />

bien definido.<br />

- Un corte a nivel <strong>del</strong> centro de la articulación permite<br />

ver el cartílago articular que sigue la forma<br />

cóncava de la cavidad glenoidea.<br />

- En un corte anterolateral a la glenoides, se ve al<br />

músculo SE que se origina en la fosa subescapular<br />

y se inserta en la tuberosidad menor. Su tendón se<br />

ve a nivel de la porción media y superior de la<br />

articulación GH. El LGM se ve descansando en<br />

este tendón, como una banda. El LGS se identifica<br />

a nivel de la coracoides y <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps.<br />

- En cortes por la porción inferior de la articulación<br />

glenohumeral se puede ver al LGI como una<br />

estructura laxa. Por dentro de la articulación se<br />

pueden identificar de a<strong>del</strong>ante a atrás: el músculo<br />

pectoral mayor, el músculo coracobraquial, el tendón<br />

de la PLB, el músculo y tendón <strong>del</strong> Se, la<br />

glenoides y la parte posterior <strong>del</strong> lábrum.<br />

Cortes coronales<br />

Estos cortes permiten una mejor evaluación <strong>del</strong> MR,<br />

sobre todo de la anatomía <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se. (IRM)<br />

- En un corte anterior y medio coronal, se ve el músculo<br />

Se en continuidad con su tendón central, hasta<br />

su inserción en la tuberosidad mayor. La bursa<br />

subacromial, se interpone entre el acromion y el MR.<br />

- En cortes coronales más anteriores se pueden ver<br />

las fibras <strong>del</strong> músculo SE y su convergencia<br />

tendinosa en la tuberosidad menor, así como ver<br />

los ligamentos CH y AC, que aparecen como estructuras<br />

finas. Con el hombro en posición neutra<br />

o con rotación interna se ve al tendón de la PLB en<br />

el surco bicipital, que penetra en la cápsula por<br />

debajo <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se y que puede seguirse hasta<br />

su inserción en el anillo superior de la glenoides.<br />

- En CC aún más anteriores se pueden ver los ligamentos<br />

coraco-claviculares. La anatomía de la articulación<br />

AC se ve mejor a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

- En cortes aún más posteriores, el tendón <strong>del</strong> Ie se<br />

puede confundir con el tendón <strong>del</strong> Se. El cartílago<br />

de la cabeza humeral, se interpone entre el tendón<br />

<strong>del</strong> Se por encima y la cortical por debajo.<br />

- El tendón y músculo <strong>del</strong> redondo menor se ven en<br />

cortes aún más posteriores a nivel de la espina de<br />

la escápula.<br />

- La arteria circunfleja humeral posterior y el nervio<br />

axilar se identifican por dentro de los músculos<br />

coracobraquial, dorsal ancho y el músculo y<br />

tendón <strong>del</strong> redondo mayor.<br />

Cortes sagitales<br />

Estos cortes son útiles para el estudio <strong>del</strong> grupo muscular<br />

de la región, especialmente <strong>del</strong> MR.<br />

- En un CS a la altura de la articulación<br />

glenohumeral se puede ver esta articulación<br />

rodeada por el lábrum. Por arriba se ve a la<br />

clavícula por <strong>del</strong>ante y al acromion por atrás.<br />

Por debajo de la articulación se visualizan el<br />

tendón y músculo <strong>del</strong> Se. Por detrás, y de arriba<br />

abajo, se visualizan al músculo y tendón<br />

<strong>del</strong> Ie, la porción posterior <strong>del</strong> músculo<br />

<strong>del</strong>toides, el ligamento glenohumeral inferior<br />

y más posteriormente al Rm. Por <strong>del</strong>ante, y de<br />

arriba abajo se identifican al ligamento<br />

coracoclavicular, la porción anterior <strong>del</strong> músculo<br />

<strong>del</strong>toides, el tendón y músculo <strong>del</strong> SE,<br />

así como los músculos pectoral menor,<br />

coracobraquial y pectoral mayor.<br />

- En un CS por la porción central, se ve al<br />

húmero rodeado por arriba por el acromion<br />

con el músculo y tendón <strong>del</strong> Se por detrás <strong>del</strong><br />

ligamento coracoacromial y vecino al tendón<br />

de la PLB. Por detrás, y de arriba a abajo, se<br />

encuentran el tendón y músculo <strong>del</strong> Ie, la parte<br />

posterior <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong>toides y el Rm. Por<br />

<strong>del</strong>ante de la cabeza humeral, y de arriba abajo<br />

se ven la porción anterior <strong>del</strong> <strong>del</strong>toides, el<br />

músculo y tendón <strong>del</strong> SE, el músculo<br />

coracobraquial y el pectoral mayor.<br />

- En un CS por la porción lateral se ve la porción<br />

distal <strong>del</strong> acromion, con el tendón <strong>del</strong> Se por debajo,<br />

el <strong>del</strong> Ie por detrás, el músculo <strong>del</strong>toides<br />

por <strong>del</strong>ante, junto al tendón de la PLB y <strong>del</strong> SE.<br />

- La arteria y venas axilares, así como el plexo<br />

braquial se sitúan por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo SE y<br />

por detrás <strong>del</strong> pectoral menor.<br />

TÉCNICA Y ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />

Se debe utilizar un transductor lineal entre 7 y 14 MHz.<br />

En los individuos obesos la técnica de los armónicos disminuye<br />

los ruidos y aumenta el contraste. El Doppler color<br />

(DC) es de utilidad para visualizar los cambios hiperémicos.<br />

El paciente se sitúa en una silla giratoria con el explorador<br />

por detrás, con el brazo en posición neutra o en rotación<br />

interna y en hiperextensión, para conseguir una rotación<br />

anterior <strong>del</strong> MR, que se deja ver por fuera <strong>del</strong> acromion<br />

y facilita el diagnóstico precoz de sus lesiones.<br />

Los tendones deben estudiarse en cortes transversales<br />

y longitudinales y deben identificarse la piel y el TCS,<br />

74 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


hipoecoicos, que son más superficiales seguida <strong>del</strong> músculo<br />

<strong>del</strong>toides y de los tendones <strong>del</strong> manguito, que forman<br />

la próxima capa y son menos ecogénicos que los tendones<br />

vecinos. Entre los tendones y el músculo se debe visualizar<br />

la bursa sub<strong>del</strong>toidea y la grasa vecina (hiperecoica). Profundamente<br />

hay que identificar la cabeza humeral y el cartílago<br />

hialino, que es hipoecoico.<br />

Como parte <strong>del</strong> estudio <strong>del</strong> hombro se incluye al tendón<br />

<strong>del</strong> bíceps que ocupa la corredera bicipital.<br />

En un CT se puede ver la sombra <strong>del</strong> acromion por<br />

dentro de la PLB. Por <strong>del</strong>ante, el tendón de la PLB, en la<br />

corredera bicipital, está cubierto por el ligamento transverso,<br />

la bursa sub<strong>del</strong>toidea y el músculo <strong>del</strong>toides.<br />

El lábrum glenoideo se puede estudiar mejor en CT<br />

por vía posterior donde aparece cubierto por el músculo<br />

infraspinoso, presentándose como una estructura triangular<br />

hiperecoica. También por esta vía, y con rotación externa<br />

<strong>del</strong> brazo, se puede visualizar el receso articular posterior<br />

donde se acumula precozmente el líquido articular.<br />

Veamos a continuación la forma de estudio de los tendones<br />

<strong>del</strong> MR y su aspecto ecográfico normal.<br />

El examen se inicia como ya hemos señalado, con el<br />

paciente relajado, con el hombro en posición neutra y pegado<br />

al cuerpo, con el brazo en flexión de 90 grados y<br />

apoyado sobre el muslo.<br />

Es aconsejable empezar el estudio con un corte transversal<br />

de la corredera bicipital que aparece como una superficie<br />

cóncava que contiene al tendón, por dentro <strong>del</strong><br />

cual se sitúa el tendón <strong>del</strong> subescapular. Con el brazo en<br />

posición neutra, el tendón <strong>del</strong> bíceps aparece como una<br />

estructura oval hiperecoica y deben realizarse cortes transversales<br />

en la unión músculotendinosa, en la porción media<br />

<strong>del</strong> tendón y a nivel <strong>del</strong> manguito. Algunas veces puede<br />

verse una pequeña colección líquida alrededor <strong>del</strong> tendón<br />

de la PLB.<br />

A continuación se realiza un corte sagital, perpendicular<br />

al anterior y paralelo al tendón, con una rotación de<br />

90 grados en cuyo caso el tendón aparece en forma de<br />

líneas paralelas hiperecoicas. A veces es necesario balancear<br />

ligeramente el transductor para evitar la aparición de<br />

falsas zonas hipoecoicas.<br />

A partir de la posición inicial para el estudio <strong>del</strong> tendón<br />

de la PLB y dirigiendo el transductor hacia dentro, y<br />

con ligera rotación <strong>del</strong> brazo, se ve el tendón <strong>del</strong><br />

subescapular, en un plano que es paralelo a su eje mayor.<br />

Este tendón aparece en forma de una banda de ecos de<br />

mediano nivel por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> cual puede verse una línea<br />

ecogénica convexa que es la bursa sub<strong>del</strong>toidea. Es aconsejable<br />

el realizar rotación interna y externa pasiva con el<br />

brazo en aducción para velar por la integridad <strong>del</strong> tendón.<br />

Desde esta última posición y rotando 90 grados el<br />

transductor, se obtiene una vista transversal <strong>del</strong> tendón<br />

que ahora aparece oval.<br />

El estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se debe empezarse con un<br />

estudio transversal y para lo cual se mueve el transductor<br />

desde la vista transversal <strong>del</strong> subescapular hacia fuera y<br />

hasta atrás, apareciendo el tendón <strong>del</strong> Se como una banda<br />

de ecos medianos, por detrás de la bursa y por <strong>del</strong>ante de<br />

los ecos brillantes que produce la tuberosidad mayor. También<br />

debe estudiarse el cartílago de la cabeza humeral que<br />

aparece como una banda hipoecoica próximo a la cabeza,<br />

muchas veces oculta por el acromion. En esta posición es<br />

importante el estudio de la llamada zona crítica <strong>del</strong> tendón<br />

que se inicia a 1 cm posterolateral al tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />

que requiere, algunas veces, de una técnica especial.<br />

Una vez visualizado el tendón <strong>del</strong> Se. en su eje<br />

longitudinal, se debe rotar 90º el transductor. En esta vista<br />

el tendón aparece en forma de un pico extendido por debajo<br />

<strong>del</strong> acromion (con su sombra acústica) y su inserción a<br />

lo largo <strong>del</strong> trocánter. Es aconsejable el realizar una aducción<br />

y una abducción pasiva con la palma <strong>del</strong> paciente,<br />

paralela al tronco para poder estudiar su integridad. También<br />

es recomendable el realizar cortes laterales al trocánter<br />

para descartar pequeños derrames en la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />

Una vez estudiado este tendón en posición neutra debe<br />

realizarse un nuevo estudio con el brazo en extensión y<br />

rotación interna, para lo cual el paciente debe colocar su<br />

mano en la espalda con lo que se logra que el trocánter se<br />

localice más anteriormente y se vea mejor al tendón. A<br />

veces podemos observar una estrecha banda anecoica entre<br />

el tendón y el músculo <strong>del</strong>toides, que corresponde a la<br />

bursa subacromial.<br />

Para estudiar el tendón <strong>del</strong> Ie y a partir de la posición<br />

de corte transversal <strong>del</strong> Se, debemos movilizar el<br />

transductor posteriormente en un plano paralelo a la espina<br />

de la escápula para ver a su tendón que aparece en<br />

forma de un pico que se afina progresivamente hacia su<br />

inserción en la parte posterior <strong>del</strong> trocánter. Es aconsejable<br />

realizar rotación pasiva externa e interna. En esta misma<br />

posición se debe buscar la parte posterior <strong>del</strong> lábrum<br />

glenoideo que aparece como una estructura triangular,<br />

hiperecoica por detrás <strong>del</strong> tendón, así como al cartílago<br />

articular de la cabeza humeral que se muestra como una<br />

capa fina hipoecoica por <strong>del</strong>ante de los ecos que produce<br />

el hueso vecino.<br />

Para el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Rm y a partir de la posición<br />

inicial para el estudio <strong>del</strong> Ie. se rota el transductor de<br />

modo distal, a lo largo <strong>del</strong> húmero, manteniéndose paralelo<br />

a la espina de la escápula, con lo que se visualiza al<br />

tendón <strong>del</strong> Rm con su forma trapezoidal. Este tendón muestra<br />

ecos internos oblícuos que permiten diferenciarlos <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> Ie, que son más horizontales.<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 75


Debido a que los tendones <strong>del</strong> MR asumen un curso<br />

curvilíneo convexo a medida que pasan sobre la cabeza<br />

humeral, es importante el movilizar suavemente el<br />

transductor para visualizar sus diferentes porciones en un<br />

plano perpendicular al haz de US. Debido a que los tendones<br />

<strong>del</strong> MR se mezclan y fusionan entre sí, no pueden verse<br />

como estructuras separadas en la ecografía.<br />

Un estudio <strong>del</strong> MR permite determinar la existencia<br />

de múltiples capas: la más profunda es la corticalhumeral,<br />

seguida por una capa fina anecoica (cartílago hialino),<br />

luego los tendones <strong>del</strong> MR, la bursa, la grasa peribursal,<br />

el músculo <strong>del</strong>toides y el TCS.<br />

La bursa sub<strong>del</strong>toidea aparece como una capa<br />

hipoecoica rodeada por la grasa ecogénica y tiene un contorno<br />

convexo. En condiciones normales no hay líquido en<br />

su interior y cuando lo hay se localiza por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> SE próximo al apófisis coracoides.<br />

La parte posterior de la articulación GH, así como de<br />

los tendones <strong>del</strong> Ie y Rm se examinan por detrás <strong>del</strong> hombro<br />

con el paciente descansando su brazo en posición supina<br />

sobre el muslo. Para ello se palpa la espina de la escápula y<br />

el transductor se coloca inmediatamente por debajo y ligeramente<br />

lateral a ella, rotando pasivamente el brazo hacia<br />

afuera y hacia dentro para tratar de visualizar el tendón y<br />

músculo <strong>del</strong> Ie y el lábrum posterior. Esta posición es también<br />

útil para detectar pequeñas colecciones intraarticulares<br />

o en la bursa SASD. Si el transductor se moviliza ligeramente<br />

hacia abajo se ven el músculo y tendón <strong>del</strong> Rm.<br />

INDICACIONES DE LA ECOGRAFÍA EN LA PATOLOGÍA<br />

DEL HOMBRO<br />

La ecografía es de gran valor en el examen <strong>del</strong> hombro<br />

doloroso, ya que no sólo permite el diagnóstico de ruptura<br />

<strong>del</strong> MR, sino también el estudio de las bursas, así como la<br />

evaluación dinámica de la articulación en abducción y rotación.<br />

Otra indicación importante de la ecografía en el<br />

hombro es el síndrome de choque o de atrapamiento, conocida<br />

por algunos como disfunción primaria.<br />

La ecografía permite un estudio cuidadoso de los 4<br />

tendones <strong>del</strong> MR de los cuales el Se, el Ie, y el Rm son<br />

extrarrotadores y <strong>del</strong> SE que es intrarrotador. Las rupturas<br />

son más frecuentes en la unión miotendinosa o en la<br />

inserción en el trocánter. La situación anatómica de estos<br />

tendones, en especial <strong>del</strong> Se, cuando pasa por debajo <strong>del</strong><br />

arco osteofibroso producido por el acromion y el ligamento<br />

coracoacromial, explican lo frecuente que se interesan<br />

en los traumas <strong>del</strong> hombro.<br />

Los traumas frecuentes en el hombro se clasifican en<br />

directos o indirectos, y pueden ser causados por contracción<br />

o tracción. Un trauma compresivo sobre el manguito<br />

entre la epífisis humeral y el acromion, puede provocar un<br />

trauma directo <strong>del</strong> hombro o también puede ser producto<br />

de una caída sobre el codo o la mano.<br />

Las rupturas <strong>del</strong> MR pueden ser completas o incompletas.<br />

Las rupturas incompletas se subdividen en 3 grupos:<br />

las que interesan la superficie superior, la porción<br />

central la superficie inferior. Esta última es la más frecuente,<br />

y es rara la lesión central.<br />

La disfunción <strong>del</strong> MR se ha dividido en 2 categorías:<br />

disfunción primaria por el síndrome de choque o tendinosis<br />

intrínseca y la disfunción secundaria provocada por inestabilidad<br />

GH.<br />

Síndrome de choque o de atrapamiento<br />

Es un atrapamiento crónico <strong>del</strong> manguito y de la bursa,<br />

entre la cabeza humeral y el acromion.<br />

Como causas potenciales <strong>del</strong> síndrome de choque<br />

<strong>del</strong> hombro, capaces de ser estudiadas con la ecografía,<br />

se citan:<br />

. Inclinación congénita, en gancho, <strong>del</strong> acromion con<br />

disminución <strong>del</strong> espacio entre el acromion y la cabeza<br />

humeral.<br />

. Presencia de osteofitos y callos blandos en la cara inferior<br />

de la articulación acromioclavicular.<br />

. Engrosamiento <strong>del</strong> ligamento acromioclavicular (bien<br />

manifiesto con los movimientos <strong>del</strong> brazo).<br />

. Inestabilidad <strong>del</strong> hombro en los atletas.<br />

. Hiperdesarrollo <strong>del</strong> músculo supraspinoso por<br />

sobreuso.<br />

. Lesiones postraumáticas con remo<strong>del</strong>amiento incorrecto.<br />

. Tendinitis, sobre todo <strong>del</strong> supraspinoso.<br />

Neer ha dividido el síndrome de choque en 3 estadios:<br />

Estadio I. Hay edema y hemorragia en la bursa y en<br />

el manguito.<br />

Estadio II. Hay fibrosis con engrosamiento de los tejidos<br />

subacromiales y a veces ruptura parcial <strong>del</strong><br />

manguito.<br />

Estadio III. Se comprueba una ruptura total <strong>del</strong><br />

manguito.<br />

Los estadios I y II se caracterizan por presencia de<br />

líquido en la bursa con un afinamiento <strong>del</strong> manguito en<br />

más de 2 mm, cuando se compara con el lado sano. A<br />

veces hay líquido en la vaina <strong>del</strong> bíceps. En ocasiones la<br />

bursitis no es hipoecoica, las paredes son gruesas y el contenido<br />

es ecogénico. La ecografía es de gran valor en este<br />

síndrome.<br />

76 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Ruptura <strong>del</strong> MR<br />

La importancia de este síndrome nos obliga a insistir<br />

en el mismo. La ruptura <strong>del</strong> MR puede ser parcial o completa.<br />

La ruptura parcial puede interesar la superficie articular<br />

o bursal <strong>del</strong> MR con diferentes grados de profundidad<br />

y de extensión en los tendones. En la mayoría de los<br />

casos las lesiones intratendinosas no alcanzan las superficies<br />

mencionadas.<br />

En la forma completa se interesa todo el grosor <strong>del</strong><br />

MR y permite una comunicación directa entre la bursa<br />

subacromial y la articulación GH. En las rupturas masivas<br />

se afectan más de un tendón <strong>del</strong> MR.<br />

Se cree que la mayoría de las roturas totales <strong>del</strong> MR<br />

ocurren en presencia de cambios degenerativos tendinosos<br />

asociados con los traumas. La lesión <strong>del</strong> tendón (especialmente<br />

<strong>del</strong> Se) se creía debido a trastornos vasculares, aunque<br />

hoy en día esto se discute. Lo que sí está seguro es que<br />

se relacionan con los cambios degenerativos de la edad.<br />

Hallazgos ecográficos en la ruptura <strong>del</strong> MR<br />

Hay 2 formas de presentación en la ruptura <strong>del</strong> MR:<br />

una aguda y otra crónica.<br />

En la forma aguda la ruptura tiende a ser transversal o<br />

en forma de L, mientras que en la forma crónica el trazo<br />

tiende a ser oval o triangular. En la forma aguda predomina<br />

la ruptura intratendinosa mientras que en la forma crónica<br />

predomina en las inserciones <strong>del</strong> manguito en el<br />

trocánter mayor. El tendón <strong>del</strong> Se es el que más se interesa<br />

seguido <strong>del</strong> Ie y Rm y sólo raramente interesa al SE que<br />

puede ocurrir de manera aislada. En la ruptura <strong>del</strong> MR, la<br />

ecografía debe valorar el sitio y localización de la rotura,<br />

y en la variedad completa evaluar el grado de retracción<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se en relación con el trocánter.<br />

En la ruptura total <strong>del</strong> tendón se produce un defecto<br />

focal con retracción de los bordes rotos que a veces se<br />

llena de líquido anecoico. En las roturas pequeñas se puede<br />

producir una reflexión marcada de la interfase entre el<br />

líquido interpuesto y el cartílago articular y que se conoce<br />

como signo <strong>del</strong> cartílago descubierto. Si en la ruptura completa<br />

el líquido no llena el espacio, el músculo <strong>del</strong>toides y<br />

la grasa peribursal descienden en el espacio así creado y<br />

se ponen en contacto directo con la cabeza humeral y el<br />

cartílago vecino. En estos casos se pierde la convexidad<br />

normal <strong>del</strong> MR y de la grasa peribursal en el sitio de ruptura,<br />

que puede hacerse casi horizontal.<br />

Cuando no hay retracción evidente de los bordes <strong>del</strong><br />

tendón o cuando el defecto se llena por completo <strong>del</strong> tejido<br />

bursal inflamado, el diagnóstico es más difícil, ya que no<br />

se produce la alteración <strong>del</strong> contorno convexo <strong>del</strong> MR. En<br />

estos casos es conveniente hacer presión con el transductor<br />

sobre el <strong>del</strong>toides para comprimir el tejido bursal inflamado<br />

y ver mejor el defecto tendinoso.<br />

Cuando la ruptura es masiva y el MR se desprende <strong>del</strong><br />

trocánter mayor, se oculta por detrás <strong>del</strong> acromion y no se<br />

visualiza. En estos casos el <strong>del</strong>toides cubre a la cabeza y<br />

su cartílago, sin interposición <strong>del</strong> MR y hay que evitar<br />

confundir el <strong>del</strong>toides con el MR. En estos casos es muy<br />

útil la técnica de ecografía extendida en que se ve cómo el<br />

<strong>del</strong>toides se inserta por debajo de la tuberosidad mayor.<br />

También es útil el empleo de la técnica de los armónicos<br />

para una mayor resolución.<br />

De acuerdo con la extensión, las rupturas completas<br />

<strong>del</strong> MR se han clasificados en 3 grupos.<br />

- Pequeñas: menores de 1cm.<br />

- Anchas: entre 1 y 3 cm.<br />

- Masivas: mayores de 3cm.<br />

Se han tratado de establecer diferentes criterios<br />

ecográficos en el diagnóstico de esta afección, como son:<br />

- No hay visualización <strong>del</strong> manguito.<br />

- Ausencia focal o localizada.<br />

- Discontinuidad.<br />

- Ecogenicidad focal anormal.<br />

Como ya hemos señalado, en los pacientes con rupturas<br />

extensas <strong>del</strong> manguito no se visualiza ninguno de<br />

los tendones. Esto permite una aproximación de la bursa<br />

sub<strong>del</strong>toidea con la cabeza humeral, lo que provoca una<br />

configuración cóncava de la bursa en los cortes<br />

longitudinales <strong>del</strong> Se. La bursa sub<strong>del</strong>toidea puede estar<br />

engrosada llegando a medir más de 5 mm de grosor.<br />

El realizar movimientos pasivos de aducción y abducción<br />

permiten confirmar la ausencia <strong>del</strong> manguito. Es<br />

frecuente que estas lesiones grandes <strong>del</strong> manguito se<br />

acompañen de derrame articular y en la bursa, muchas<br />

veces rodeando al tendón de la PLB y por fuera <strong>del</strong><br />

trocánter respectivamente. La lesión <strong>del</strong> Se, que es la<br />

más frecuente, se acompaña con lesiones de los otros<br />

tendones.<br />

En las lesiones completas pero más pequeñas, se aprecia<br />

una ausencia localizada <strong>del</strong> manguito y vuelve a verse<br />

como la bursa sub<strong>del</strong>toidea contacta con la superficie humeral<br />

que aparece con una concavidad focal. Estas lesiones<br />

focalizadas predominan en la llamada zona crítica<br />

anterolateral <strong>del</strong> tendón, a 1cm lateral al mismo. A veces<br />

es difícil diferenciar entre una ruptura total pequeña, bien<br />

<strong>del</strong>imitada y con un paso brusco de lo normal a lo anormal,<br />

de un a<strong>del</strong>gazamiento difuso <strong>del</strong> manguito. Estas rupturas<br />

pequeñas se ven mejor con el brazo en extensión y<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 77


otación interna en que se acentúa el defecto y se llena de<br />

líquido procedente de la articulación o bursa.<br />

Las alteraciones de la ecogenicidad <strong>del</strong> manguito pueden<br />

ser difusas o focales. Las lesiones difusas tienen poco<br />

valor para el diagnóstico de ruptura, ya que pueden ser<br />

debidas a inflamación difusa o fibrosis y siempre es aconsejable<br />

un estudio comparativo con el lado sano. Otras<br />

veces se puede ver un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> manguito asociado<br />

con rupturas parciales, lo que sugiere la presencia<br />

de alteraciones progresivas <strong>del</strong> manguito.<br />

Por su lado, las alteraciones focales de la ecogenicidad se<br />

han asociado con pequeñas roturas totales y parciales. Para<br />

algunos, las áreas de aumento de la ecogenicidad se deben a<br />

la presencia de tejido de granulación, sinovial hipertrófica y<br />

hemorragia. Recientemente se ha señalado como diagnóstico<br />

de una ruptura parcial la presencia de un foco hipoecoico<br />

intratendinoso o una lesión ecogénica dominante.<br />

Como hemos podido apreciar, en las rupturas <strong>del</strong> MR<br />

existen signos directos o mayores e indirectos.<br />

- Signos directos.<br />

. Ausencia completa <strong>del</strong> MR.<br />

. Hendidura hipoecoica en el tendón.<br />

- Signos indirectos.<br />

. Inversión de la línea de la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />

. A<strong>del</strong>gazamiento severo de uno o varios tendones.<br />

. Irregularidad <strong>del</strong> troquiter.<br />

. Alteraciones de la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón.<br />

La ruptura total se diagnostica cuando la interrupción<br />

se extiende desde la superficie articular hasta su contacto<br />

con la bursa. Como signo secundario de ruptura total están:<br />

aplanamiento o concavidad de la grasa sub<strong>del</strong>toidea<br />

(ecogénica), líquido en la bursa e irregularidad en la cortical<br />

<strong>del</strong> troquiter. Puede verse retracción de la porción proximal<br />

<strong>del</strong> tendón y residuos presentes en el defecto tendinoso.<br />

Cuando el tendón proximal aparece retraído se produce<br />

un espacio grande lleno de líquido con restos ecogénicos.<br />

Otro signo frecuente es que el músculo <strong>del</strong>toides se acerca<br />

a la articulación, ocupando el espacio <strong>del</strong> manguito.<br />

En la ruptura completa es frecuente la presencia de<br />

derrame en la bursa que puede ser el resultado de una comunicación<br />

entre la bursa y la articulación o por una<br />

hipersecreción local de tipo reactivo.<br />

La presencia de un derrame articular abundante puede<br />

impedir la inversión de la línea de la bursa y provocar una<br />

imagen que recuerda a una línea sub<strong>del</strong>toidea flotante. En<br />

estos casos debe hacerse compresión con el transductor<br />

para demostrar la presencia de líquido articular y los cambios<br />

en la dirección de la curva.<br />

Las rupturas <strong>del</strong> MR se asocian a menudo a una afección<br />

degenerativa previa que cuando es muy severa y difusa<br />

contraindica el tratamiento quirúrgico.<br />

Las rupturas incompletas <strong>del</strong> MR se caracterizan por<br />

la presencia de una hendidura en el borde <strong>del</strong> tendón que<br />

mira a la cara superior en contacto con la bursa, o bien <strong>del</strong><br />

borde inferior que mira a la cavidad y más raramente en<br />

posición central, pero que no interesa a ambas superficies.<br />

Las lesiones en continuidad con estructuras serosas permiten<br />

la infiltración <strong>del</strong> tendón por líquido. Esto explica lo<br />

difícil de las lesiones centrales en que no penetra el líquido.<br />

Las rupturas parciales son más frecuentes que las totales,<br />

predominan entre los 40 y 60 años y por lo general<br />

ocurren a lo largo de la porción capsular profunda <strong>del</strong> MR,<br />

presentándose como un defecto hipoecoico nítido o mixto<br />

en CT y CL. También puede ser de localización<br />

intratendinosa o en la superficie bursal.<br />

Las rupturas aún más pequeñas <strong>del</strong> manguito pueden<br />

verse como una discontinuidad <strong>del</strong> mismo que a veces se<br />

llena de líquido hipoecoico procedente de la articulación o<br />

de tejido reactivo hiperecoico y en cuyo caso también es<br />

aconsejable realizar el estudio con rotación interna y externa.<br />

En ocasiones sólo se ve una pequeña cantidad de<br />

líquido en la bursa.<br />

La sensibilidad general de la ecografía para detectar<br />

la ruptura total <strong>del</strong> MR es <strong>del</strong> 94 % y <strong>del</strong> 93 % en las<br />

rupturas parciales.<br />

En cuanto a la localización y sitio de la ruptura <strong>del</strong><br />

MR la ecografía es de gran valor. El ancho de la ruptura<br />

se mide mejor en CT calculando la distancia entre las porciones<br />

<strong>del</strong> tendón roto. La localización se logra midiendo<br />

la distancia entre la ruptura y el tendón <strong>del</strong> bíceps. Hay<br />

que recordar que en un CT los primeros 1,5 cm vecinos al<br />

tendón <strong>del</strong> bíceps representan al tendón <strong>del</strong> Se y los siguientes<br />

1,5 cm al tendón <strong>del</strong> Ie.<br />

Como ya hemos señalado, un signo asociado con frecuencia<br />

con la ruptura <strong>del</strong> MR, es la presencia de líquido<br />

en la bursa sub<strong>del</strong>toidea y en la articulación. Cuando el<br />

líquido está presente en ambas localizaciones la sensibilidad<br />

<strong>del</strong> diagnóstico se eleva al 95 %, cuando sólo hay<br />

líquido en la bursa disminuye al 70 % y llega al 60 %<br />

cuando es sólo en la articulación.<br />

Se han descrito signos secundarios, como son: derrame<br />

de la articulación glenohumeral, bursitis subacromiosub<strong>del</strong>toidea,<br />

derrame en la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps y<br />

derrame en la articulación acromioclavicular. A veces puede<br />

verse irregularidad <strong>del</strong> trocánter mayor cuando la rotura<br />

se asocia a un síndrome de choque.<br />

78 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Entre las lesiones asociadas se citan: defectos focales<br />

e irregularidad de la cortical en la tuberosidad mayor, presencia<br />

de líquido en la bursa y en la articulación (lo que<br />

confirma el diagnóstico en el 95 % disminuyendo al 70%<br />

cuando sólo hay líquido en la bursa y al 60 % cuando sólo<br />

hay en la articulación).<br />

En los casos de ruptura <strong>del</strong> MR es importante evaluar,<br />

preoperatoriamente, el grado de trofismo muscular, lo que<br />

incluye su grosor y ecoestructura. Puede existir una aparente<br />

hipertrofia muscular o degeneración grasa con alteraciones<br />

de la ecogenicidad. El grado de trofismo muscular<br />

puede ser normal, hipotrófico, hasta atrófico. El fenómeno<br />

de degeneración grasa puede clasificarse como de<br />

baja degeneración en que se incluye al 50 % <strong>del</strong> músculo,<br />

aún reconocible y degeneración grasa mayor <strong>del</strong> 50 %<br />

casi siempre asociada a pérdida de la ecogenicidad <strong>del</strong><br />

hueso vecino.<br />

La evaluación simultánea de estos 2 parámetros permite<br />

distinguir 3 estadios:<br />

Estadio 0. El músculo es normotrófico y no hay fenómenos<br />

degenerativos. En estos casos se puede realizar<br />

reconstrucción <strong>del</strong> MR.<br />

Estadio 1. Hay hipotrofia muscular con degeneración<br />

grasa ligera (menos <strong>del</strong> 50 %). Se puede distinguir<br />

bien la ecoestructura. En estos casos se pueden realizar<br />

procedimientos reconstructivos y los test funcionales<br />

dan buenos resultados.<br />

Estadio 2. El músculo está hipotrófico o atrófico con<br />

lesiones degenerativas extensas y marcadas. No se<br />

reconoce la estructura muscular. En estos casos el<br />

tendón está muy alterado y retraído y los resultados<br />

quirúrgicos son pobres o simplemente poder<br />

realizar un debridamiento y acromioplastia.<br />

Hay 3 entidades que pueden confundirse clínicamente<br />

con una lesión <strong>del</strong> manguito rotador:<br />

1. Síndrome de Parsonage-Turnner o neuritis braquial<br />

aguda, frecuentemente bilateral y de resolución espontánea<br />

y ligada a una vacunación previa o infección y<br />

en la cual hay marcado edema (hipoecoico) <strong>del</strong> músculo<br />

<strong>del</strong> hombro afectado.<br />

2. Síndrome <strong>del</strong> espacio cuadrilátero, debido a fibrosis<br />

en el espacio cuadrilátero, lo que provoca compresión<br />

<strong>del</strong> nervio axilar. El músculo redondo menor se atrofia<br />

y se sustituye parcialmente por grasa y<br />

3. Quistes o gangliones <strong>del</strong> hueco supraglenoideo en que se<br />

produce una compresión <strong>del</strong> nervio supraescapular por<br />

un quiste o ganglión en la muesca espinoglenoidea y<br />

que provoca atrofia o edema <strong>del</strong> músculo infraspinoso.<br />

Por lo general se asocia a ruptura <strong>del</strong> labrum posterior.<br />

Patología <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

La afección <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps se puede clasificar<br />

en: inflamatoria, traumática o por inestabilidad, aunque<br />

no es raro que coexistan. En los casos de hombro doloroso<br />

por ruptura <strong>del</strong> MR, es frecuente la asociación de lesión<br />

<strong>del</strong> bíceps con lesión <strong>del</strong> MR (85 %). Este tendón está<br />

expuesto a las mismas fuerzas mecánicas que contribuyen<br />

al síndrome de choque o de atrapamiento <strong>del</strong> MR, debido<br />

a su localización anterior en la zona de choque. Su vaina<br />

sinovial, extensión de la capa que cubre la articulación<br />

GH, es susceptible de ser afectada por un proceso inflamatorio<br />

de la articulación GH. El tendón inflamado casi<br />

siempre es de tamaño normal aunque puede estar a<strong>del</strong>gazado<br />

y deshilachado.<br />

La ruptura ocurre a la entrada <strong>del</strong> surco bicipital y se<br />

presenta en el 10 % de los pacientes con hombro doloroso<br />

por MR roto. Se pueden ver los extremos rotos <strong>del</strong> tendón y<br />

el hematoma que los separa. En ocasiones puede verse engrosamiento<br />

<strong>del</strong> tendón en las rupturas severas <strong>del</strong> MR, resultado<br />

de un fenómeno de choque e inflamación crónica.<br />

En las rupturas no agudas <strong>del</strong> tendón este puede permanecer<br />

en el surco bicipital, ya que se adhiere al canal.<br />

En estos casos hay que buscar la ruptura desde el origen<br />

<strong>del</strong> tendón por detrás <strong>del</strong> acromion, hasta su inserción<br />

músculotendinosa. En la ruptura aguda traumática el tendón<br />

roto se retrae y no se ve en el canal, debiendo comprobarse<br />

en CS y en CT.<br />

La ausencia de visualización <strong>del</strong> tendón puede deberse<br />

a una subluxación. A veces el surco bicipital se llena de<br />

tejido ecogénico y puede dar un falso diagnóstico negativo.<br />

En estos casos el examen cuidadoso permite ver al<br />

tendón por <strong>del</strong>ante o por dentro de la tuberosidad menor.<br />

La ruptura aguda en un tendón normal es muy rara y<br />

por lo general ocurre en los pacientes con un tendón degenerado<br />

o con historia de lesión <strong>del</strong> MR.<br />

La inestabilidad <strong>del</strong> tendón varía desde una<br />

subluxación hasta una luxación medial y es casi siempre<br />

secundaria a una lesión de los ligamentos coraco-humeral<br />

y glenohumeral, o a una ruptura <strong>del</strong> MR. Cuando el<br />

tendón se desplaza medialmente puede situarse por <strong>del</strong>ante<br />

o por detrás <strong>del</strong> SE, dependiendo de la presencia o<br />

no de una ruptura de otras estructuras <strong>del</strong> MR. Se ha<br />

señalado una incidencia de más <strong>del</strong> 20 % de luxación de<br />

este tendón en la ruptura <strong>del</strong> MR. En estos casos la corredera<br />

bicipital aparece vacía y el tendón se sitúa por<br />

dentro de la misma. Se asocia con frecuencia a una ruptura<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE.<br />

La tendinitis bicipital aislada es rara y casi siempre se<br />

desconoce su causa. En la tendinitis bicipital se ha señala-<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 79


do una serie de hallazgos. El tendón puede ser normal en<br />

los casos de inflamación ligera. Excepcionalmente puede<br />

aparecer engrosado, hipervascular y con líquido en la vaina.<br />

Lo más frecuente es que aparezca a<strong>del</strong>gazado y deshilachado,<br />

con predisposición a la ruptura, lo que produce<br />

el llamado “músculo de Popeye.”<br />

Hay derrame en la vaina sinovial, con un tendón heterogéneo.<br />

En la tenosinovitis de la PLB el tendón puede aparecer<br />

engrosado y heterogéneo, con líquido a su alrededor. En el<br />

Doppler hay aumento <strong>del</strong> flujo.<br />

La tendinosis de la PLB se trata de una degeneración<br />

mucoide <strong>del</strong> tendón sin participación inflamatoria importante<br />

y puede producir un hombro doloroso. El tendón<br />

aparece engrosado y heterogéneo, sin defecto focal.<br />

Patología <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> subescapular (SE)<br />

Si bien el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se es de gran importancia<br />

en la enfermedad <strong>del</strong> MR, no es menos cierto que la<br />

ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE, en el curso de una ruptura <strong>del</strong><br />

MR, puede modificar el tratamiento; de ahí la importancia<br />

de su reconocimiento.<br />

Como ya hemos señalado el músculo SE se inicia en la<br />

superficie anterior de la escápula y se inserta en el trocánter<br />

menor. Un grupo de sus fibras se extiende lateralmente<br />

para formar la pared medial <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> bíceps y mezclarse<br />

posteriormente con el tendón <strong>del</strong> Se. En su parte<br />

inferior el tendón <strong>del</strong> SE se hace más corto y cerca de su<br />

inserción en el hueso, a este nivel, es puramente muscular.<br />

Las lesiones tendinosas (degeneración, rupturas<br />

degenerativas y traumáticas, etc.) predominan en su porción<br />

craneal. La porción caudal solo se interesa en las lesiones<br />

muy extensas o en aquellas que solo afectan a la<br />

porción inferior. Son muy raras las rupturas aisladas <strong>del</strong><br />

tendón, y lo frecuente es que se asocien a rupturas severas<br />

<strong>del</strong> MR o de su porción anterosuperior.<br />

Como ya hemos visto la ruptura aislada es muy rara,<br />

casi siempre de naturaleza traumática y ocurre luego de<br />

una rotación externa forzada con el brazo en abducción.<br />

También se asocia con luxación e inestabilidad anterior<br />

recidivante <strong>del</strong> hombro.<br />

Lo más frecuente es que se trate de una ruptura extensa<br />

<strong>del</strong> Se que se extiende al tendón SE, sobre todo en la<br />

lesión anterosuperior <strong>del</strong> MR que interesa con frecuencia<br />

a las estructuras internas <strong>del</strong> MR (ligamento<br />

coracohumeral, ligamento glenohumeral superior y las<br />

bolsas vecinas a los tendones <strong>del</strong> Se y <strong>del</strong> SE).<br />

Las lesiones de la porción craneal <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SE<br />

son difíciles de diagnosticar con la ecografía e incluso,<br />

también en la cirugía, porque quedan ocultas por un tejido<br />

cicatrizal que une los bordes rotos <strong>del</strong> tendón.<br />

El tratamiento de la ruptura <strong>del</strong> SE depende de la demanda<br />

funcional <strong>del</strong> paciente y de la extensión de la lesión.<br />

Cuando la demanda funcional no es importante se<br />

debe hace tratamiento médico.<br />

Las lesiones de este tendón han sido clasificadas por<br />

algunos autores en diferentes grados, basado en los hallazgos<br />

de la cirugía o de la artroscopia:<br />

Grado 0. El tendón es normal.<br />

Grado 1. La lesión se localiza en el borde superior<br />

<strong>del</strong> tendón e interesa menos de ¼ <strong>del</strong> diámetro<br />

craneocaudal.<br />

Grado 2. La lesión es mayor de ¼ <strong>del</strong> diámetro<br />

craneocaudal <strong>del</strong> tendón, pero sin desinserción<br />

Grado 3. Hay desinserción completa <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />

trocánter menor.<br />

Para el diagnóstico de las lesiones <strong>del</strong> SE (ruptura<br />

parcial o total, degeneración, etc.) se prefiere actualmente<br />

la IRM con artrografía en que se recomiendan cortes<br />

coronales oblicuos y cortes parasagitales, para detectar<br />

las alteraciones de señales <strong>del</strong> tendón y ver la salida <strong>del</strong><br />

contraste inyectado en la articulación hasta el trocánter<br />

menor. La atrofia muscular y la infiltración grasa son complicaciones<br />

frecuentes de la ruptura <strong>del</strong> SE que aparece a<br />

las 6 semanas de ocurrido el accidente, y cuando interesa<br />

a más de la mitad <strong>del</strong> área de sección muscular, se considera<br />

como una contraindicación quirúrgica. Es frecuente<br />

la asociación con lesiones <strong>del</strong> tendón de la PLB, sobre<br />

todo una subluxación medial.<br />

Tendinitis calcificada<br />

En la tendinitis calcificada ocurre un depósito de calcio<br />

en un tendón viable. Su incidencia oscila entre 2,7 y 20 % y<br />

se cree debida a hipoxia transitoria, lo que lo hace susceptible<br />

al depósito de calcio. Las calcificaciones predominan<br />

en el tendón <strong>del</strong> Se, casi siempre por el depósito de<br />

hidroxiapatita por un proceso degenerativo. Como complicación<br />

de los depósitos cálcicos en los tendones puede<br />

ocurrir una periartritis con bursitis adhesiva<br />

En la ecografía hay focos hiperecoicos, irregulares,<br />

que pueden producir o no SA. Cuando no dan SA se pueden<br />

confundir con una ruptura <strong>del</strong> manguito, aunque es<br />

muy raro la asociación de calcificación y ruptura <strong>del</strong> MR.<br />

Patología articular<br />

Lesiones articulares inflamatorias<br />

Las lesiones articulares <strong>del</strong> hombro han sido tratadas<br />

dentro <strong>del</strong> subcapítulo dedicado a las articulaciones (ver<br />

80 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


capítulo 7) y por tanto ahora, solo nos vamos a referira<br />

ellas de una manera muy breve. Las enfermedades más<br />

frecuentes en que la ecografía tiene valor son:<br />

- Derrame en la articulación glenohumeral. La<br />

presencia de derrame articular es un signo frecuente<br />

de ruptura <strong>del</strong> manguito o <strong>del</strong> síndrome de<br />

choque. Debe valorarse su cantidad en el receso<br />

sinovial posterior con un corte transversal posterior,<br />

a la altura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> infraspinoso.<br />

- Enfermedad reumatoidea. En la enfermedad<br />

reumatoidea <strong>del</strong> hombro predominan la sinovitis<br />

y la proliferación sinovial que interesa preferentemente<br />

a la cápsula <strong>del</strong> MR y al tendón <strong>del</strong> bíceps,<br />

con formación de quistes subcondrales.<br />

- Osteoartritis degenerativa. Osteoartrosis. La<br />

osteoartritis degenerativa primaria de la articulación<br />

GH es relativamente frecuente y se caracteriza<br />

por estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular, formación<br />

de hueso hipertrófico, quistes subcondrales<br />

y alteraciones asociadas <strong>del</strong> MR. En los individuos<br />

jóvenes se ve en los casos de luxaciones crónicas<br />

que han sido previamente operadas. Hay alteraciones<br />

ecográficas <strong>del</strong> cartílago articular con<br />

líquido sinovila en la porción distal de la clavícula<br />

en el componente acromial de la articulación AC y<br />

en la articulación GH, así como cuerpos libres<br />

intraarticulares con producción de SA.<br />

- Artritis infecciosa. En las artritis infecciosas, predominan<br />

los derrames y detritus. Puede coexistir<br />

con osteomielitis. El derrame articular es<br />

hipoecoico, y en el período crónico, pueden verse<br />

osteofitos en la articulación acromioclavicular.<br />

Lesiones de las bursas<br />

La enfermedad de la bursa SA-SD, puede tratarse de<br />

una bursitis primaria o de una toma secundaria a una lesión<br />

<strong>del</strong> manguito o de la articulación. Ya hemos señalado<br />

la presencia de colecciones líquidas en esta bursa en el<br />

curso de la ruptura total <strong>del</strong> manguito rotador.<br />

En los casos de bursitis secundaria a una artritis vecina,<br />

ella se puede extender hacia la porción más baja,<br />

sub<strong>del</strong>toidea. Si hay proliferación sinovial se pueden ver<br />

defectos hipoecoicos dentro de la bursa. Otras veces se ve<br />

una distribución atípica <strong>del</strong> líquido por adherencias. En la<br />

bursitis crónica se produce un aumento <strong>del</strong> tejido graso a<br />

ambos lados de la bursa, lo que provoca alteraciones difusas<br />

de la ecogenicidad.<br />

Ganglión quístico. En el hombro predomina en la región<br />

supraescapular y en la escotadura espinoglenoidea.<br />

La compresión <strong>del</strong> nervio supraescapular<br />

puede provocar atrofia de los músculos <strong>del</strong> Se e Ie.<br />

Para ver el ganglión, que es profundo, se debe utilizar<br />

un transductor con una frecuencia no mayor<br />

de 5 MHz buscándolo en la parte superior <strong>del</strong> hombro,<br />

medial al acromion o por detrás de la espina<br />

de la escápula. Se ve como una masa redondeada,<br />

lobulada, bien definida y anecoica.<br />

Cuerpos libres intraarticulares. Los cuerpos libres,<br />

cuando hay derrame asociado, pueden viajar en la<br />

vaina alrededor <strong>del</strong> bíceps y en la ecografía producir<br />

sombras acústicas, muchas veces desplazables<br />

por los movimientos <strong>del</strong> brazo.<br />

Síndrome <strong>del</strong> hombro de Milwaukee. Es una afección<br />

articular prácticamente limitada al hombro.<br />

Predomina en las ancianas debido a la acumulación<br />

de hidroxiapatita o cristales de fosfato de calcio,<br />

que provocan una artropatía destructiva. Hay<br />

una gran desorganización de las estructuras <strong>del</strong><br />

hombro con destrucción ósea y cartilaginosa, esclerosis<br />

subcondral, cuerpos libres intraarticulares,<br />

ruptura <strong>del</strong> manguito, etc., con ascenso de la cabeza<br />

humeral. La ecografía es útil para demostrar<br />

algunas de estas alteraciones.<br />

Luxación o inestabilidad <strong>del</strong> hombro<br />

Inestabilidad glenohumeral (GH)<br />

La estabilidad de esta articulación depende de las estructuras<br />

músculo-tendinosas estabilizadoras <strong>del</strong> MR, así<br />

como de la acción de casi todos los músculos <strong>del</strong> hombro,<br />

jugando un papel importante el complejo lábrum-ligamento<br />

glenohumeral (sobre todo <strong>del</strong> inferior). Se ha clasificado<br />

en 3 grupos.<br />

Luxación anterior <strong>del</strong> hombro. La luxación anterior<br />

persistente <strong>del</strong> hombro predomina en el adulto joven activo<br />

que casi siempre se inicia por un trauma. El diagnóstico<br />

positivo, no sólo es de valor, sino también importante<br />

para decidir el tipo de tratamiento.<br />

Es la más frecuente de las inestabilidades, casi siempre<br />

provocada por lesión <strong>del</strong> complejo lábrum-LGH inferior.<br />

El arrancamiento de este complejo <strong>del</strong> anillo glenoideo<br />

se conoce como lesión de Bankart. Este complejo puede<br />

romperse también en su porción media o arrancarse de su<br />

inserción humeral.<br />

Se sabe que la banda anterior <strong>del</strong> LGH inferior es la<br />

más gruesa y su falla puede ocurrir en su inserción<br />

glenoidea (40 %), en el espesor <strong>del</strong> ligamento (35 %) o en<br />

la inserción humeral (25 %). Las avulsiones son más frecuentes<br />

en la banda anterior <strong>del</strong> LGH inferior y en la parte<br />

anterior de su bolsa axilar, mientras que las lesiones<br />

Articulación <strong>del</strong> hombro. Brazo 81


intraligamentosas predominan en la parte posterior de la<br />

bolsa axilar.<br />

Las avulsiones de Bankart constituyen una falla <strong>del</strong><br />

LGH inferior en su inserción glenoidea y la laxitud capsular<br />

representa una falla intrasustancia de este ligamento. La<br />

lesión de Bankart se puede asociar con fractura <strong>del</strong> anillo<br />

óseo anteroinferior, con ruptura o avulsión <strong>del</strong> lábrum.<br />

En la luxación anterior <strong>del</strong> hombro las alteraciones de<br />

la cápsula, lábrum y ligamentos glenohumerales, se estudian<br />

mejor con la IRM. La artrografía por IRM es la regla<br />

de oro en esta afección sobre todo en el diagnóstico de la<br />

ruptura <strong>del</strong> lábrum y lesión de la cápsula, lo que incluye a<br />

los ligamentos GH superior, medio e inferior.<br />

No obstante, la ecografía ha mostrado su valor en la<br />

inestabilidad <strong>del</strong> hombro, fractura de la cabeza humeral y<br />

desgarro anterior <strong>del</strong> lábrum, aunque existen limitaciones<br />

para el diagnóstico de las lesiones <strong>del</strong> anillo glenoideo y de<br />

los ligamentos capsulares.<br />

Para el diagnóstico de esta afección se aconseja una<br />

técnica cuidadosa que entraña el empleo de ventanas seleccionadas<br />

y de la ecografía dinámica, y que es la siguiente:<br />

- Ventana transversal anterior estática, con el paciente<br />

sentado, las manos en la cadera y el brazo<br />

en aducción.<br />

- Ventana transversal anterior dinámica, con rotación<br />

interna y externa <strong>del</strong> brazo.<br />

- Ventana transversal anterior con el paciente acostado,<br />

brazo en abducción de 90 grados, codo en flexión<br />

de 90 grados y antebrazo dirigido hacia el techo.<br />

- Ventana anterior dinámica, con el paciente acostado.<br />

- Ventana por vía axilar transversal, con el paciente y el<br />

brazo en la misma posición anterior.<br />

La ecografía es muy útil para evaluar las complicaciones<br />

de las luxaciones <strong>del</strong> hombro. La luxación anterior,<br />

la más frecuente, se puede complicar con fractura <strong>del</strong><br />

trocánter, ruptura <strong>del</strong> manguito, arrancamiento óseo, o la<br />

llamada deformidad de Hill-Sachs. Esta última provoca<br />

un defecto en cuña en la cara pósterolateral de la cabeza<br />

humeral, producto de una fractura por compresión contra<br />

el anillo glenoideo.<br />

El diagnóstico se puede hacer con la HC, los rayos X<br />

simples y la artrografía por IRM, aunque a veces hay discrepancias.<br />

La IRM con el uso <strong>del</strong> gadolinio intraarticular<br />

es la técnica ideal. No obstante, la ecografía tiene la ventaja<br />

de permitir un estudio dinámico de la articulación, así<br />

como compararla con el lado sano. No obstante, en la<br />

ecografía el complejo ligamento cápsula anterior se<br />

visualiza como una sola unidad.<br />

El diagnóstico de ruptura o arrancamiento <strong>del</strong> lábrum<br />

se basa en la visualización de un área hipoecoica mayor<br />

de 2 mm en su base. Otro signo importante de ruptura <strong>del</strong><br />

lábrum es su movilidad con los movimientos de rotación<br />

<strong>del</strong> brazo.<br />

Luxación posterior <strong>del</strong> hombro. Esta variedad de luxación<br />

es mucho más rara y se estudia mejor por vía posterior<br />

con una técnica similar como para el estudio <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />

Ie. Se puede asociar con fractura de la cabeza humeral o <strong>del</strong><br />

troquiter y se puede sospechar en presencia de una interrupción<br />

o fragmentación de la parte posterior <strong>del</strong> lábrum<br />

La inestabilidad persistente <strong>del</strong> hombro se trata<br />

quirúrgicamente.<br />

Luxación o inestabilidad glenohumeral multidireccional.<br />

En la forma verdadera de inestabilidad<br />

multidireccional de la articulación GH una fuerza aplicada<br />

distalmente en la extremidad superior, con el brazo en abducción,<br />

provoca una subluxación inferior de la cabeza humeral<br />

lo que produce una depresión evidente entre la prominencia<br />

<strong>del</strong> acromion y la cabeza humeral, subluxada hacia abajo.<br />

En la forma clásica de la inestabilidad multidireccional<br />

la laxitud <strong>del</strong> ligamento es bilateral y atraumática, predominando<br />

en las mujeres jóvenes. En estos casos los ligamentos<br />

capsulares son redundantes y el lábrum es hipoplásico.<br />

La ecografía, y muy especialmente la IRM, son las<br />

técnicas ideales para el estudio de esta variedad de inestabilidad<br />

GH.<br />

Lesiones óseas<br />

Traumas. En los pacientes con un trauma agudo y dificultad<br />

a la abducción es a veces difícil diferenciar entre una<br />

fractura <strong>del</strong> trocánter y la ruptura <strong>del</strong> manguito. Además de<br />

poderse estudiar la ruptura <strong>del</strong> manguito con la ecografía,<br />

se puede diagnosticar la fractura <strong>del</strong> húmero, sobre todo <strong>del</strong><br />

trocánter, que en estos casos muestra una superficie irregular<br />

con discontinuidad de su superficie lisa normal. En estos<br />

pacientes el tendón <strong>del</strong> Se puede aparecer engrosado por<br />

edema o hemorragia, y puede visualizarse una estructura<br />

muy ecogénica intraarticular debido a la presencia de grasa<br />

con formación de un nivel líquido-grasa. Es aconsejable<br />

realizar siempre un estudio de rayos X simple <strong>del</strong> hombro,<br />

ya que los cambios degenerativos y la tendinitis calcificada<br />

pueden simular una fractura.<br />

En los niños son frecuentes las fracturas por avulsión<br />

de las tuberosidades, bien evaluadas con la ecografía.<br />

Lesiones traumáticas de la articulación<br />

acromioclavicular<br />

Las lesiones traumáticas de la articulación<br />

acromioclavicular se han clasificado en 3 grados:<br />

Grado I esguince: hay estiramiento de la cápsula y<br />

<strong>del</strong> ligamento.<br />

Grado II subluxación: hay lesión de la cápsula fibrosa<br />

con ensanchamiento <strong>del</strong> espacio acromioclavicular<br />

Grado III luxación: hay lesión de la cápsula y <strong>del</strong><br />

ligamento con ensanchamiento de los espacios<br />

acromioclavicular y coracoclavicular.<br />

82 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


El esguince acromioclavicular puede estudiarse con la<br />

ecografía, sobre todo en el grado I, en que no hay desplazamiento<br />

de la clavícula sobre el acromion y sólo existe<br />

aumento de volumen de los tejidos blandos.<br />

Osteomielitis. Hay derrame articular y distensión de<br />

las bursas, así como lesión <strong>del</strong> húmero vecino.<br />

Aspectos posoperatorios <strong>del</strong> hombro<br />

Aunque ya hemos analizado el aspecto ecográfico<br />

posoperatorio <strong>del</strong> MR, es bueno insistir en esta condición.<br />

La ecografía tiene un papel importante en los pacientes<br />

operados con resección <strong>del</strong> acromion o reparación de<br />

una ruptura total. Las causas de reactivación de los síntomas<br />

obedecen a tendinitis recidivantes o síndrome de choque.<br />

También puede deberse a una nueva ruptura. Además<br />

de la artrografía y la IRM, se puede emplear la<br />

ecografía, aunque el examen es más difícil.<br />

En la acromioplastia descompresiva el cirujano extirpa<br />

la cara anteroinferior <strong>del</strong> acromion para dar más espacio<br />

al tendón <strong>del</strong> Se, lo que provoca una configuración<br />

punteada e irregular <strong>del</strong> acromion.<br />

En los casos de reparación quirúrgica, los tendones<br />

<strong>del</strong> manguito se reimplantan, a través de una cavidad perpendicular<br />

al eje <strong>del</strong> Se, en el troquiter para obtener una<br />

tensión óptima <strong>del</strong> tendón residual. El tendón aparece en<br />

posición más medial y el orificio en el trocánter se ve como<br />

un defecto redondeado en el contorno humeral cuando el<br />

tendón <strong>del</strong> Se. se visualiza longitudinalmente. El aspecto<br />

ecográfico <strong>del</strong> MR en los pacientes operados, lo muestra<br />

más ecogénico y afinado que en el lado normal y la operación<br />

contempla la extirpación de la bursa sub<strong>del</strong>toidea. Es<br />

aconsejable realizar estudios dinámicos con movimientos<br />

pasivos de aducción y abducción, tratando de identificar<br />

al manguito, más fino, pero intacto que puede aparecer<br />

isoecoico con el músculo <strong>del</strong>toides. La visualización de<br />

líquido alrededor <strong>del</strong> bíceps es frecuente.<br />

La presencia de una artropatía <strong>del</strong> manguito no es rara<br />

en los pacientes con rupturas recidivantes y se caracteriza<br />

por la observación de cambios degenerativos <strong>del</strong> cartílago<br />

humeral, provocados por traumas mínimos y repetidos y<br />

disminución de la nutrición vascular. En la ecografía, la<br />

artropatía <strong>del</strong> manguito muestra una irregularidad de la<br />

superficie ósea y pérdida <strong>del</strong> cartílago normal hipoecoico.<br />

ECOGRAFÍA DEL BRAZO<br />

En el brazo es necesario el estudio ecográfico de su<br />

cara anterior y posterior, con cortes transversales y<br />

longitudinales y que comprendan el tercio superior, medio<br />

e inferior.<br />

Deben identificarse los planos musculares de la región,<br />

los séptum fibroadiposos y las estructuras<br />

vasculonerviosas.<br />

El examen ecográfico <strong>del</strong> compartimiento anterior se<br />

realiza con el paciente sentado entre el equipo y el ecografista,<br />

lo que permite el estudio de estos músculos realizándose<br />

cortes transversales y longitudinales que logran diferenciar<br />

los músculos(bíceps y braquial) separados por líneas<br />

hiperecogénicas que corresponden a las aponeurosis. Muchas<br />

veces se hace necesario realizar contracciones<br />

isométricas <strong>del</strong> bíceps lo que permite independizarlo <strong>del</strong><br />

braquial anterior.<br />

Los tendones distales de este grupo muscular son difíciles<br />

de visualizar dada la complejidad <strong>del</strong> codo.<br />

El examen ecográfico <strong>del</strong> compartimiento posterior se<br />

realiza con el paciente sentado, con el brazo a lo largo <strong>del</strong><br />

cuerpo y separado de éste, con ligera flexión <strong>del</strong> antebrazo.<br />

En la ecografía sus 3 componentes aparecen bien <strong>del</strong>imitados<br />

por una línea hiperecogénica (aponeurosis) y el<br />

tendón se visualiza bien por su localización superficial,<br />

apareciendo en un CT como una estructura oval muy<br />

ecogénica y en un CL se visualiza bien su inserción en el<br />

olécranon llegando a medir entre 6 y 8 mm de espesor, con<br />

bordes regulares y una estructura finamente estriada.<br />

La enfermedad, principalmente traumática, relacionada<br />

o no con los deportes, interesa principalmente al músculo<br />

bíceps, sobre todo en las uniones músculo- tendinosas, casi<br />

siempre por traumas directos o movimientos excesivos. En el<br />

caso de las rupturas, la ecografía es muy sensible.<br />

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86 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ARTICULACIÓN DEL CODO. ANTEBRAZO<br />

ECOGRAFÍA DEL CODO<br />

BREVE RECUENTO ANATÓMICO<br />

El codo facilita la articulación de la extremidad distal<br />

<strong>del</strong> húmero con las extremidades proximales <strong>del</strong> cúbito y<br />

<strong>del</strong> radio. La articulación radiocubital vecina permite realizar<br />

los movimientos de pronación y supinación de la mano.<br />

Los extremos proximales <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio están íntimamente<br />

unidos por el ligamento anular <strong>del</strong> radio. Estas 2<br />

articulaciones <strong>del</strong> codo comparten la cápsula fibrosa y la<br />

cavidad sinovial.<br />

Las superficies articulares <strong>del</strong> codo incluyen al cóndilo<br />

troclear y al cóndilo <strong>del</strong> húmero o capitelum, así<br />

como al canal condilotroclear, con la cabeza <strong>del</strong> radio.<br />

La tróclea <strong>del</strong> húmero se articula con la cavidad troclear<br />

o sigmoidea <strong>del</strong> cúbito, mientras que la superficie cóncava<br />

superior de la cabeza <strong>del</strong> radio se articula con el cóndilo<br />

<strong>del</strong> húmero.<br />

La cápsula fibrosa <strong>del</strong> codo es relativamente débil y<br />

está reforzada por los ligamentos medial y lateral. La<br />

inserción humeral de la cápsula ocurre, por arriba, en la<br />

región supracondílea y en la fosa coronoides y por abajo<br />

en el proceso coronoideo <strong>del</strong> cúbito y porción anterior<br />

<strong>del</strong> ligamento radial. Existen fibras profundas procedentes<br />

<strong>del</strong> músculo brachialis que se insertan en la cara anterior<br />

de la cápsula. Por los lados, la porción posterior<br />

de la cápsula se mezcla con los ligamentos colaterales<br />

estando el ligamento colateral radial por detrás <strong>del</strong> extensor<br />

común <strong>del</strong> antebrazo, mientras que el ligamento<br />

colateral cubital se relaciona con el tendón <strong>del</strong> flexor común<br />

<strong>del</strong> antebrazo. La cápsula se refuerza por detrás por<br />

el tendón <strong>del</strong> tríceps braquial.<br />

Los ligamentos <strong>del</strong> codo pueden clasificarse en 3 grupos:<br />

anteriores (incluye al ligamento anular), posterior y<br />

colaterales medial y enteral.<br />

El ligamento anterior propiamente dicho se extiende<br />

por toda la cara anterior de la cápsula articular. Su inserción<br />

superior se confunde con la de la cápsula, desde la<br />

epitróclea hasta el epicóndilo. Por abajo termina en el borde<br />

externo de la apófisis coronoides, por <strong>del</strong>ante de la cavidad<br />

sigmoidea menor y en la porción proximal <strong>del</strong> ligamento<br />

anular.<br />

El ligamento anular, en forma de una cinta fibrosa de 1<br />

cm de altura se extiende de una a otra extremidad de la<br />

cavidad sigmoidea menor <strong>del</strong> cúbito, alrededor de la cabeza<br />

radial. Por arriba se continúa con la cápsula y por abajo<br />

rodea a la cabeza y cuello <strong>del</strong> radio sin insertarse en el mismo,<br />

lo que permite su rotación. Sus fibras entrecruzadas<br />

mantienen al ligamento en tensión durante la supinación y<br />

la pronación. El ligamento anular puede interponerse entre<br />

la cabeza radial y el capitelum provocando una subluxación<br />

de la cabeza radial en los niños menores de 2 años.<br />

El ligamento colateral medial o ligamento colateral<br />

cubital tiene 3 gruesas bandas: la banda anterior que es la<br />

más fuerte, que se extiende desde el epicóndilo medial hasta<br />

la porción medial <strong>del</strong> proceso coronoideo <strong>del</strong> húmero en<br />

un área conocida como tubérculo sublímite. La banda posterior<br />

se extiende desde el epicóndilo medial hasta la porción<br />

medial o borde <strong>del</strong> olécranon. El ligamento transverso<br />

u oblicuo es el más débil; se trata de una banda que une las<br />

inserciones cubitales de las bandas anterior y posterior.<br />

El ligamento colateral lateral o ligamento triangular<br />

radial es una banda fina cuyo vértice se inserta en el<br />

epicóndilo lateral <strong>del</strong> húmero y su base lo hace en el borde<br />

superior <strong>del</strong> ligamento anular.<br />

El ligamento posterior, poco desarrollado, se extiende<br />

desde los bordes laterales de la fosa olecraneana al pico<br />

<strong>del</strong> olécranon (haces húmero-olecraneanos oblícuos) y de<br />

un borde al otro de la fosa olecraneana (ligamentos<br />

humerohumerales).<br />

Por último el ligamento radiocubital inferior es un<br />

espesamiento de la cápsula en forma de una lámina cuadrilátera<br />

que se extiende desde el borde inferior de la cavidad<br />

sigmoidea menor <strong>del</strong> cúbito a la parte interna <strong>del</strong> cuello<br />

<strong>del</strong> radio.<br />

Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 87


Hay paquetes grasos que ocupan la fosa radial,<br />

coronoidea y olecraneana que son intracapsulares, pero<br />

extrasinoviales. También hay bursas rodeando al codo: la<br />

radiohumeral, la bicipitorradial, la olecraneana y la interósea.<br />

Los músculos que rodean al codo se dividen en 4 grupos:<br />

anterior, posterior, medial y lateral.<br />

El grupo anterior comprende al bíceps braquial y al<br />

braquial anterior.<br />

El grupo posterior comprende al tendón <strong>del</strong> tríceps y<br />

al músculo ancóneo.<br />

El grupo lateral o epicondíleo incluye al supinador largo<br />

y corto, primero y segundo radiales (extensor radial <strong>del</strong> carpo).<br />

El grupo medial o epitroclear comprende al pronador<br />

redondo, palmar mayor y menor y cubital anterior (flexor<br />

cubital <strong>del</strong> carpo).<br />

En relación con el paquete vasculonervioso <strong>del</strong> codo<br />

debemos recordar que la arteria braquial es el único vaso<br />

de la región, que se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo braquial<br />

y por dentro <strong>del</strong> bíceps.<br />

Los 3 nervios de esta región son: el nervio mediano<br />

que cursa superficial al músculo braquial, el nervio radial<br />

que cursa entre el braquial y el braquiorradial y el nervio<br />

cubital que pasa por detrás <strong>del</strong> epicóndilo medial.<br />

CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DEL CODO EN<br />

LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL.<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />

ecográfica <strong>del</strong> codo, hemos considerado de interés el ofrecer<br />

una visión, en cortes anátomo-radiológico, de los diferentes<br />

planos <strong>del</strong> codo, aunque no todas las estructuras<br />

sean identificables en la ecografía.<br />

Cortes axiales.<br />

El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte:<br />

. En un corte superior se ven las fosas coronoidea (anterior)<br />

y olecraneana (posterior), con la presencia de los<br />

paquetes grasos. El músculo braquial anterior se sitúa<br />

por <strong>del</strong>ante y el músculo y tendón <strong>del</strong> tríceps por detrás.<br />

El nervio cubital se sitúa por detrás <strong>del</strong> epicóndilo<br />

medial mientras que el nervio mediano se sitúa entre<br />

el pronador redondo y el músculo brachialis. Por <strong>del</strong>ante<br />

de este último se ve al tendón <strong>del</strong> bíceps. Se pueden<br />

identificar las estructuras óseas de la región sobre<br />

todo la tróclea y el epicóndilo medial, a nivel de la<br />

parte superior de la articulación <strong>del</strong> codo (IRM).<br />

. En un corte distal al epicóndilo medial se ve el ligamento<br />

colateral medial que es <strong>del</strong>gado. El tendón <strong>del</strong><br />

extensor común rodea al codo, lateral al capitelum. A<br />

veces se puede ver la aponeurosis bicipital anterior<br />

entre la arteria braquial y el tendón <strong>del</strong> bíceps. El ligamento<br />

colateral lateral y el ligamento anular se ven<br />

a nivel de la porción distal <strong>del</strong> capitelum, distal y<br />

proximal a la cabeza <strong>del</strong> radio.<br />

. En un corte a nivel de la cabeza radial se ve al tendón<br />

<strong>del</strong> bíceps que se profundiza para insertarse en el borde<br />

posterior de la tuberosidad <strong>del</strong> radio. La aponeurosis<br />

bicipital atraviesa la fascia profunda <strong>del</strong> antebrazo para<br />

insertarse en la porción medial <strong>del</strong> mismo. A este nivel<br />

se ve la cabeza <strong>del</strong> radio dentro de la muesca semilunar<br />

(cóncava) <strong>del</strong> cúbito, así como el ligamento anular.<br />

. En un corte distal a la articulación radiocubital se ve<br />

la inserción proximal <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> brachialis en la<br />

cara anterior de la apófisis coronoide <strong>del</strong> cúbito y la<br />

inserción <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> bíceps en el radio. La arteria<br />

braquial anterior se ve por dentro <strong>del</strong> bíceps y superficial<br />

al músculo braquial anterior.<br />

Cortes sagitales<br />

. En un corte sagital medial se ve la articulación<br />

humerocubital y en un corte más lateral, la articulación<br />

humerorradial (IRM).<br />

. En los cortes sagitales, en línea media, se ve la inserción<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps, en la superficie posterosuperior<br />

<strong>del</strong> olécranon. También puede visualizarse el músculo<br />

ancóneo que se extiende desde el epicóndilo medial a la<br />

porción posterolateral <strong>del</strong> olécranon.<br />

. El tendón <strong>del</strong> bíceps, los músculos <strong>del</strong> grupo braquial,<br />

los paquetes grasos anterior y posterior y los cartílagos<br />

articulares se definen bien en él.<br />

Cortes coronales<br />

Las articulaciones humerocubital y humerorradial se<br />

pueden ver de modo simultáneo en un CC <strong>del</strong> codo, con el<br />

cartílago articular (IRM) y los ligamentos colaterales. Por<br />

dentro se ve al pronador redondo y por fuera al extensor<br />

radial <strong>del</strong> carpo. La anatomía de la cabeza radial y las<br />

líneas de crecimiento se ven bien en los CC. Por detrás se<br />

ve a la fosa olecraneana.<br />

En un CC en línea media articular, se ven los músculos<br />

bíceps y supinador, por debajo <strong>del</strong> capitelum y de la<br />

cabeza radial. El nervio cubital cruza por detrás y distal al<br />

epicóndilo medial <strong>del</strong> húmero, y hay que diferenciarlo <strong>del</strong><br />

músculo flexor cubital <strong>del</strong> carpo, por la grasa vecina que<br />

acompaña al nervio.<br />

TÉCNICA<br />

En el niño menor de 2 años se prefieren los<br />

transductores lineales entre 7,5 y 14 MHz, mientras que<br />

88 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


en el adulto se utilizan transductores entre 7,5 y 10 MHz,<br />

muchas veces con el auxilio de un proxón. Cuando hay<br />

limitación marcada en la extensión <strong>del</strong> codo, es preferible<br />

utilizar un transductor sectorial de alta resolución.<br />

La cara anterior <strong>del</strong> codo debe examinarse por <strong>del</strong>ante<br />

en extensión completa y con la mano en supinación,<br />

primero en CL para el estudio de la articulación<br />

cubitohumeral y posteriormente un CL oblicuo para<br />

visualizar al tendón <strong>del</strong> flexor común <strong>del</strong> antebrazo. La<br />

articulación radiohumeral se ve mejor en el plano<br />

longitudinal, y se prefiere el plano longitudinal oblicuo<br />

para el estudio <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor común<br />

en el epicóndilo lateral.<br />

El estudio de la porción anterolateral se realiza en CL<br />

y CL oblicuo con la mano <strong>del</strong> paciente en una posición<br />

intermedia entre la pronación y la supinación.<br />

Los cortes coronales de la cara anterior se realizan a<br />

nivel de la fosa antecubital hasta algo por debajo de la<br />

articulación <strong>del</strong> codo, lo que permite evaluar la articulación<br />

radiocubital y la anatomía vascular de la región.<br />

La articulación radiohumeral se ve mejor en el plano<br />

longitudinal y se prefiere el plano longitudinaloblicuo para<br />

el estudio <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor común en el<br />

epicóndilo lateral. Un corte longitudinal en línea media<br />

permite visualizar la porción anterior de la cápsula con su<br />

sinovial, así como el paquete graso anterior<br />

La evaluación de la cara posterior <strong>del</strong> codo se debe<br />

hacer con una elevación de 180 grados <strong>del</strong> brazo, flexión<br />

de 90 grados y ligera abducción, lo que se logra colocando<br />

su mano por detrás de la cabeza. Un corte<br />

longitudinal posterior permite el estudio de la fosa<br />

olecraneana mientras que los cortes transversales posteriores<br />

se utilizan para el estudio de la cara posterior<br />

de la cápsula fibrosa, de la sinovial y <strong>del</strong> paquete graso<br />

posterior. El epicóndilo lateral se evalúa en posición<br />

semiprona.<br />

El nervio mediano se sitúa entre el brachialis anterior<br />

y el pronador redondo, mientras el nervio radial se sitúa<br />

entre el tendón <strong>del</strong> bíceps y los músculos extensores.<br />

El nervio cubital se puede ver en la vista posterior con el<br />

brazo en extensión apareciendo como una estructura fibrilar,<br />

hiperecoica, por dentro de la fosa olecraneana, descansando<br />

en el borde posterior <strong>del</strong> epicóndilo medial. El tendón <strong>del</strong><br />

tríceps, insertado en el olécranon, aparece hiperecoico y es<br />

fácilmente identificado en una vista sagital posterior.<br />

ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL DEL CODO<br />

En un corte transversal en la cara anterior <strong>del</strong> codo<br />

se pueden ver los músculos braquiorradialis, bíceps,<br />

brachialis anterior y pronador redondo, por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />

húmero, situados en las regiones radial, medial y cubital<br />

respectivamente.<br />

El tendón <strong>del</strong> flexor común a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial<br />

y el <strong>del</strong> extensor común en el epicóndilo lateral están cubiertos<br />

por los ligamentos colaterales medial y lateral respectivamente,<br />

que son hiperecoicos y que forman parte de<br />

la cápsula articular. El ligamento colateral lateral está íntimamente<br />

unido al ligamento anular.<br />

Los cojinetes grasos anterior y posterior aparecen como<br />

estructuras triangulares hiperecoicas en las fosas<br />

coronoidea y olecraneana. La bolsa grasa posterior es de<br />

mayor tamaño.<br />

El cartílago articular <strong>del</strong> capitelum y de la tróclea se<br />

muestran como una línea hipoecoica fina entre el paquete<br />

graso y el hueso.<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS DEL CODO<br />

Introducción<br />

El empleo de la ecografía en pacientes con dolor en el<br />

codo de causa desconocida puede detectar enfermedades no<br />

sospechadas previamente como son: fracturas ocultas,<br />

avulsiones <strong>del</strong> cartílago, periostitis y alteraciones de la<br />

sinovial. Una limitación de la ecografía lo constituye una<br />

pobre movilidad <strong>del</strong> codo que requiere en ocasiones sedación<br />

y siempre un examen comparativo con el lado sano.<br />

Las afecciones más frecuentes <strong>del</strong> codo detectables con<br />

la ecografía son: lesiones óseas traumáticas, inflamatorias,<br />

masas e infecciones.<br />

Lesiones de los ligamentos<br />

Con la ecografía se puede estudiar la integridad de los<br />

ligamentos <strong>del</strong> codo, sobre todo el ligamento cubital. En<br />

su ruptura aparece heterogéneo, relativamente hiperecoico<br />

y con material ecogénico en el sitio de ruptura, por detritus<br />

y hemorragia. Es frecuente que se asocie con arrancamiento<br />

óseo y derrame articular. A veces no se logra identificar<br />

en su localización anatómica habitual.<br />

Lesiones <strong>del</strong> codo en los deportistas<br />

Hay afecciones <strong>del</strong> codo que se identifican por el tipo<br />

de deporte que el paciente realiza, expresión de<br />

microtraumas repetidos y que pueden llevar a degeneración,<br />

ruptura tendinosa, lesiones de los ligamentos de la<br />

bursa, etc. Veamos algunas de estas lesiones:<br />

Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 89


Lesiones de los tendones <strong>del</strong> bíceps y tríceps<br />

En la tendinitis, estos tendones pueden aparecer engrosados<br />

y heterogéneos o hipoecoicos. Cuando ocurre una<br />

ruptura se pueden ver hendiduras hipoecoicas o anecoicas<br />

con o sin retracción de los bordes. Es frecuente el hallazgo<br />

de una insercionitis calcificada <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps en el<br />

olécranon, de origen traumático o degenerativo. La<br />

tendinitis inferior <strong>del</strong> biceps se ve en algunos deportistas<br />

al realizar una extensión activa forzada <strong>del</strong> antebrazo sobre<br />

el brazo, que contrae al bíceps, justamente por debajo<br />

de la cabeza radial.<br />

Síndromes por sobreuso. Epicondilitis<br />

Epicondilitis lateral (codo <strong>del</strong> tenista)<br />

Es debida a una tendinitis de los músculos extensores<br />

en su inserción en el epicóndilo lateral, donde toma la forma<br />

de un triángulo hiperecogénico. Ocurre cuando se realiza<br />

un movimiento preciso, como sucede en la extensión<br />

de la muñeca o supinación de la mano a partir de la posición<br />

prona, hecho frecuente al cerrar el puño, abrir una<br />

botella o especialmente en el jugador de tenis. Se interesan<br />

las porciones tendinosas de los músculos epicondíleos, el<br />

supinador corto y 2do radial, con participación <strong>del</strong> extensor<br />

común de los dedos.<br />

En estos casos el tendón aparece hipoecoico y engrosado.<br />

Otras veces aparece heterogéneo con calcificaciones<br />

y con rupturas intratendinosas. Hay desgarro <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> extensor, cercano a su inserción, presencia de tejido<br />

cicatrizal, etc. Puede inclusive ser más grave y asociarse a<br />

una fractura intraarticular <strong>del</strong> epicóndilo humeral.<br />

Epitrocleítis (codo <strong>del</strong> golfista)<br />

Se ve en los jugadores de golf y en los tenistas que<br />

juegan con una raqueta muy pesada. La lesión asienta en<br />

la inserción tendinosa en el codo, <strong>del</strong> haz humerocubital<br />

<strong>del</strong> músculo flexor común de los dedos en el tendón común<br />

a los músculos epitrocleares.<br />

Codo <strong>del</strong> lanzador de baseball<br />

Ocurre en los lanzadores jóvenes por exceso de lanzamientos.<br />

La lesión puede radicar en el lado interno <strong>del</strong> codo,<br />

produciendo avulsión <strong>del</strong> centro de osificación de la<br />

epitróclea o en el lado externo en que el choque repetido de<br />

la cabeza <strong>del</strong> radio contra el cóndilo puede provocar una<br />

osteocondritis <strong>del</strong> cóndilo, una necrosis avascular <strong>del</strong> radio,<br />

cuerpos libres y artrosis.<br />

Por otra parte tenemos el codo de los lanzadores adultos<br />

con largo tiempo de trabajo. En estos casos se desgastan<br />

las articulaciones <strong>del</strong> codo, con contractura en flexión,<br />

espolones de tracción en el ligamento colateral interno o<br />

su ruptura, parálisis tardía <strong>del</strong> nervio cubital, degeneración<br />

<strong>del</strong> cartílago, lesiones <strong>del</strong> compartimiento posterior<br />

(fositis olecraneana) y formación de cuerpos libres.<br />

Codo <strong>del</strong> lanzador de jabalina<br />

Se puede producir tanto cuando se realiza el lanzamiento<br />

en forma correcta, en que la extensión violenta puede provocar<br />

fractura <strong>del</strong> olécranon, como en la forma incorrecta o sea<br />

con el brazo incurvado, en que ocurre una tracción <strong>del</strong> ligamento<br />

interno <strong>del</strong> codo y formación de un espolón.<br />

Codo <strong>del</strong> boxeador<br />

Puede ocurrir al fallar el golpe, en que pueden desprenderse<br />

fragmentos óseos de la punta <strong>del</strong> olécranon, con<br />

formación de cuerpos libres; o por impactos directos <strong>del</strong><br />

olécranon sobre la tróclea, que puede desprender fragmentos<br />

de esta última y avulsión de la apófisis coronoides por<br />

tracción.<br />

Lesiones articulares<br />

Derrame articular y alteración de la sinovial<br />

En condiciones normales el líquido articular es mínimo,<br />

por lo que cuando mide más de 1 mm de grosor se considera<br />

un derrame grande. La ecografía es muy sensible para detectar<br />

un derrame articular. La cápsula aparece distendida<br />

por un líquido anecoico que desplaza las bolsas grasas, preferentemente<br />

el receso posterior <strong>del</strong> codo, en flexión. Muchas<br />

veces se observa mejor en el receso sinovial anterior,<br />

con el codo en extensión completa. Si se sospecha una artritis<br />

séptica la ecografía sirve como guía para la punción.<br />

Siempre deben buscarse cuerpos libres intraarticulares<br />

en los recesos de la articulación. En la artritis reumatoide<br />

el codo se afecta con frecuencia, pudiéndose ver derrame<br />

y sobre todo, proliferación sinovial que aparece como un<br />

nódulo hipoecoico (pannus). Puede asociarse a bursitis con<br />

un contenido heterogéneo que muchas veces precede a los<br />

cambios óseos y con frecuencia es bilateral.<br />

Alteraciones <strong>del</strong> cartílago<br />

En la ecografía el cartílago se visualiza como una estructura<br />

hipoecoica en las superficies articulares, en el niño,<br />

90 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


y en los sitios de crecimiento cartilaginoso. La ecografía<br />

permite detectar arrancamientos parciales o completos <strong>del</strong><br />

cartílago, asociado con frecuencia, a derrame articular,<br />

pudiendo detectarse además cuerpos libres intraarticulares.<br />

Los cuerpos libres cartilaginosos u osteocartilaginosos, se<br />

asocian con frecuencia con osteocondritis disecante, fractura<br />

osteocondral y osteocondromatosis sinovial, donde dan<br />

múltiples SA y hay que diferenciarlos de los osteofitos.<br />

Lesiones de las bursas<br />

Hay distensión de la bursa por el líquido y aumento de<br />

volumen de la región. En la ecografía se muestra en forma<br />

de una colección líquida limitada por la pared sinovial, de<br />

espesor variable. El contenido es hipoecoico o anecoico en<br />

las bursitis por fricción e hiperecoico en las bursitis infecciosas,<br />

metabólicas y en la gota. En este último caso pueden<br />

verse nódulos hiperecoicos calcificados. El DC puede<br />

mostrar aumento de la vascularización periférica.<br />

Lesiones articulares específicas<br />

Pueden acompañar al trauma, infección o inflamación.<br />

En los niños sin antecedentes de trauma debe sospecharse<br />

una artritis séptica. El diagnóstico con la ecografía puede<br />

realizarse por vía anterior o posterior. Por lo general es<br />

anecoica o puede aparecer ecogénica por pus en los casos<br />

sépticos, por presencia de sangre o formación de pannus.<br />

El grosor de la cápsula articular se modifica con la<br />

edad. Por lo general, y en condiciones normales, no es<br />

medible y cuando se afecta casi siempre se acompaña de<br />

engrosamiento de la sinovial vecina. En el niño debe descartarse<br />

una artritis séptica, una AR juvenil o una hemofilia<br />

y una poliarteritis o una AR en el adulto. Se prefiere el<br />

examen por vía posterior y con cortes transversales.<br />

La osteoartritis de la articulación radiohumeral es más<br />

frecuente que la cubito-humeral y por lo general es complicación<br />

de una fractura de la cabeza radial.<br />

Se puede ver irregularidad de las superficies articulares,<br />

osteofitos, quistes subcondrales y cuerpos osteocartilaginosos<br />

libres.<br />

Por su parte, en la Artritis reumatoidea, es frecuente<br />

la toma <strong>del</strong> codo, con derrame articular, inflamación de la<br />

sinovial y erosión de los huesos vecinos por el pannus. El<br />

espacio articular se estrecha más a nivel de la articulación<br />

humerocubital. Algunas de estas alteraciones, pueden<br />

visualizarse en la ecografía.<br />

Lesiones óseas<br />

Debido a que los huesos en crecimiento son más elásticos<br />

que los huesos <strong>del</strong> adulto, el examen de los niños con sospecha<br />

de fractura en tallo verde <strong>del</strong> codo obliga a un estudio<br />

cuidadoso de toda la cortical, sobre todo en las áreas de dolor<br />

o aumento de volumen de las partes blandas. El diagnóstico<br />

de una fractura de la cortical es fácilmente detectable con la<br />

ecografía y se puede acompañar de hematoma subperióstico<br />

y aumento de volumen de las partes blandas.<br />

La elevación <strong>del</strong> periostio no sólo puede verse en las<br />

fracturas subagudas sino también en los procesos<br />

inflamatorios con aumento <strong>del</strong> flujo sanguíneo. Las fracturas<br />

antiguas y las secuelas de las operaciones con<br />

remo<strong>del</strong>ación de la arquitectura ósea obligan a un estudio<br />

comparativo con el lado sano.<br />

El examen de los niños con sospecha de luxación <strong>del</strong> codo<br />

muchas veces requiere de sedación, teniendo la ventaja que la<br />

ecografía puede visualizar al cartílago no osificado. En estos<br />

casos es frecuente la presencia de derrame articular. La<br />

ecografía también es útil para realizar la reducción de la luxación<br />

<strong>del</strong> codo y además para evaluar los resultados, sobre<br />

todo cuando se asocia a fractura epifisaria o metafisaria.<br />

Osteocondritis disecante<br />

Predomina en los adolescentes y se asocia con un trauma<br />

agudo o crónico repetido. La lesión se inicia en el hueso<br />

subcondral con conservación inicial <strong>del</strong> cartílago articular<br />

vecino que recibe sus vasos por la sinovial. Hay infarto y<br />

reblandecimiento <strong>del</strong> tejido subcondral, secundario a la fractura,<br />

lo que puede provocar separación <strong>del</strong> cartílago y producción<br />

de cuerpos libres, más frecuentes en la fosa<br />

supratroclear. Se produce agrandamiento posterolateral de<br />

la cabeza radial, cierre prematuro <strong>del</strong> cartílago epifisario y<br />

una metáfisis deformada en tonel, mejor vistos en la IRM.<br />

Se pueden ver cuerpos libres, aplanamiento <strong>del</strong> capitelum e<br />

irregularidad de la cabeza radial. La presencia de líquido<br />

articular <strong>del</strong>imita cráteres óseos y permite visualizar los fragmentos<br />

osteocondrales libres en la ecografía.<br />

Osteocondrosis <strong>del</strong> capitelum. Enfermedad<br />

de Panner<br />

Es más frecuente entre los 5 y 10 años y se asocia con<br />

una historia de trauma. Cuando ocurre en la adolescencia,<br />

por sobreuso, en los lanzadores de pelotas, se conoce como<br />

el ¨Codo de las Ligas Menores¨. Predomina en el lado<br />

medial pero puede ser bilateral.<br />

En las radiografías hay fisura, fragmentación, y esclerosis<br />

<strong>del</strong> capitelum con disminución de su crecimiento y<br />

aceleración <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> epicóndilo medial. En la<br />

ecografía pueden visualizarse alteraciones en la cabeza <strong>del</strong><br />

radio, derrame articular y cuerpos libres. El núcleo de osificación<br />

<strong>del</strong> capitelum termina siendo pequeño e irregular.<br />

Articulación <strong>del</strong> codo. Antebrazo 91


Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital<br />

El nervio cubital cursa a través <strong>del</strong> túnel cubital por la<br />

porción posteromedial <strong>del</strong> húmero distal, en un surco vecino<br />

al epicóndilo medial. La presencia de exostosis óseas,<br />

traumáticas o degenerativas, o la presencia de un proceso<br />

expansivo tal como quistes o proliferación sinovial en los<br />

pacientes con AR, pueden provocar irritación <strong>del</strong> nervio<br />

cubital por desplazamiento o compresión <strong>del</strong> mismo. Los<br />

síntomas son el resultado de la inflamación <strong>del</strong> nervio que<br />

aparece engrosado e hipoecoico. Las maniobras dinámicas<br />

pueden provocar una subluxación intermitente <strong>del</strong> nervio<br />

que puede ser causa de una neuritis cubital.<br />

Luxación <strong>del</strong> nervio cubital. Síndrome<br />

<strong>del</strong> tríceps saltarín<br />

Entre las diferentes causas de dolor en la cara medial<br />

<strong>del</strong> codo y de una neuropatía cubital se citan: el síndrome<br />

de compresión <strong>del</strong> túnel cubital (ya estudiado), la luxación<br />

o subluxación <strong>del</strong> nervio cubital y el síndrome <strong>del</strong><br />

tríceps saltarín.<br />

La luxación <strong>del</strong> nervio cubital consiste en un movimiento<br />

anormal <strong>del</strong> nervio, que lo sitúa fuera <strong>del</strong> túnel<br />

cubital y lo desplaza por detrás <strong>del</strong> epicóndilo medial durante<br />

la flexión <strong>del</strong> codo. El síndrome <strong>del</strong> tríceps saltarín<br />

consiste en una luxación medial de la cabeza media <strong>del</strong><br />

tríceps sobre el epicóndilo durante la flexión <strong>del</strong> codo. En<br />

ambas entidades estas alteraciones se reducen con la extensión<br />

<strong>del</strong> codo y son detectables, a la palpación y a la<br />

ecografía, por una sensación de salto en la flexión.<br />

El estudio ecográfico de estas entidades se realiza durante<br />

un examen <strong>del</strong> túnel cubital con el paciente sentado<br />

en una banqueta, con el brazo extendido y en ligera rotación<br />

externa, para poder explorar el epicóndilo medial y el<br />

olécranon. El transductor se coloca en un plano transversal<br />

en la cara postero-medial <strong>del</strong> codo, con un extremo en<br />

el olécranon y el otro en el epicóndilo medial.<br />

En esta vista hay que identificar al nervio cubital, por<br />

<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> epicóndilo y donde aparece hipoecoico en relación<br />

con la grasa vecina. El DC permite diferenciarlo de<br />

las estructuras vasculares de la región. A continuación hay<br />

que identificar el origen <strong>del</strong> tendón flexor común, situado<br />

por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> nervio y de la cabeza medial <strong>del</strong> tríceps y<br />

posterior al vértice <strong>del</strong> epicóndilo medial. A continuación<br />

se realiza un estudio, con movimiento activo, de flexión<br />

<strong>del</strong> codo en el mismo plano.<br />

El diagnóstico de luxación <strong>del</strong> nervio cubital se basa<br />

en su desplazamiento por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong> epicóndilo<br />

medial, durante la flexión, pudiendo situarse por <strong>del</strong>ante<br />

<strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor común.<br />

El diagnóstico <strong>del</strong> síndrome <strong>del</strong> tríceps saltarín se hace,<br />

cuando el vientre muscular de la porción medial <strong>del</strong> tríceps<br />

(hipoecoico) se luxa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vértice <strong>del</strong> epicóndilo<br />

medial, en la flexión <strong>del</strong> codo.<br />

Estas dos entidades pueden coincidir en el mismo paciente<br />

o presentarse de modo independiente. En el primero de los<br />

casos se puede demostrar una sensación de doble salto en la<br />

flexión <strong>del</strong> codo; la primera representa la luxación <strong>del</strong> nervio<br />

y la segunda la luxación de la cabeza medial <strong>del</strong> tríceps.<br />

Cuando la luxación <strong>del</strong> nervio es secundaria a una luxación<br />

<strong>del</strong> tríceps, ambas estructuras permanecen a la misma<br />

distancia. Si se trata de una luxación aislada <strong>del</strong> nervio<br />

cubital, estas 2 estructuras se separan entre sí. En los pacientes<br />

con diagnóstico de síndrome <strong>del</strong> túnel cubital se ha<br />

demostrado un engrosamiento <strong>del</strong> nervio a nivel <strong>del</strong><br />

epicóndilo medial que se aplana durante la flexión <strong>del</strong> codo.<br />

Alteraciones de las partes blandas<br />

El edema profundo de los tejidos blandos se asocia frecuentemente<br />

con traumas óseos u osteomielitis. Este edema<br />

se acompaña con aumento de la ecogenicidad de los músculos,<br />

de la grasa subcutánea y pérdida de los planos fibrosos,<br />

lo que orienta a una celulitis. El drenaje linfático de la región<br />

se realiza en los ganglios epitrocleares, que cuando<br />

están alterados aparecen como masas ovoides hipoecoicas.<br />

Las lesiones neoplásicas y las anomalías congénitas<br />

<strong>del</strong> codo también pueden evaluarse con la ecografía. Ella<br />

permite conocer su naturaleza sólida o quística y valorar<br />

el flujo con el Doppler. Una aplicación particular <strong>del</strong><br />

Doppler lo ocupa la detección de trombos oclusivos a nivel<br />

de las hemodiálisis. De acuerdo con la edad <strong>del</strong> trombo<br />

puede aparecer hiperecoico o hipoecoico, y el análisis <strong>del</strong><br />

Doppler espectral es muy importante.<br />

ECOGRAFÍA DEL ANTEBRAZO<br />

El examen ecográfico de esta región se hace con el<br />

enfermo sentado frente al examinador, el brazo colgado<br />

frente al cuerpo, el codo flexionado a 80 0 , la cara palmar<br />

dirigida hacia arriba y el puño en la rodilla <strong>del</strong> ecografista.<br />

El gran número de músculos de la región obliga a un examen<br />

riguroso debiendo recurrirse a pruebas dinámicas,<br />

sobre todo a la flexión de los diferentes dedos.<br />

Sólo nos vamos a referir a algunos de los músculos de<br />

la región.<br />

El examen de los músculos de la cara anterior <strong>del</strong> antebrazo<br />

comprende al flexor común profundo de los dedos<br />

que requiere de cortes horizontales en la mitad <strong>del</strong> antebra-<br />

92 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


zo. Es de localización profunda, cerca de la membrana<br />

interósea y se puede identificar por sus movimientos cuando<br />

se realiza la flexión de los 4 últimos dedos. Hay que<br />

diferenciarlo <strong>del</strong> flexor común superficial, situado en un plano<br />

más anterior. Con un barrido longitudinal se puede hacer<br />

un análisis individual de cada uno de sus 4 tendones.<br />

El flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo se puede identificar rápidamente<br />

en un CT, lo que se facilita por los movimientos<br />

de flexión.<br />

El flexor común superficial se identifica fácilmente en<br />

un CT, separado <strong>del</strong> flexor común profundo por una fascia,<br />

aunque en el plano dinámico, la flexión de los dedos provoca<br />

movimiento en ambos músculos.<br />

Los músculos epitrocleares, son superficiales y se hace<br />

necesario independizarlos de los músculos flexores. El<br />

músculo cubital anterior se ve en el borde interno <strong>del</strong> brazo,<br />

visualizándose su cuerpo muscular y su inserción en la<br />

epitróclea en un CL. Los músculos palmares mayor y<br />

menor se visualizan mejor en un CT en la mitad <strong>del</strong> antebrazo<br />

donde recubren por fuera al flexor superficial.<br />

El músculo pronador redondo se sitúa en el borde externo<br />

<strong>del</strong> palmar mayor y su borde inferior está en contacto<br />

con el flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

El examen ecográfico de la región externa <strong>del</strong> antebrazo<br />

se realiza en la misma posición que el anterior, con<br />

cortes longitudinales y transversles, con el transductor en<br />

el borde externo <strong>del</strong> antebrazo, pudiendo identificarse al<br />

supinador largo, muy superficial, y por debajo a los músculos<br />

radiales íntimamente unidos a la superficie ósea <strong>del</strong><br />

radio, en lo que tiene gran valor la pruebas dinámicas de<br />

pronosupinación.<br />

El examen ecográfico <strong>del</strong> plano posterior es difícil y<br />

siempre debe realizarse con estudios dinámicos. El paciente<br />

debe estar sentado de frente al examinador, con el antebrazo<br />

en extensión y rotación externa.<br />

La localización de los diferentes músculos <strong>del</strong> plano<br />

profundo posterior se realiza en CT, a nivel <strong>del</strong> tercio medio<br />

de este compartimiento. Cada músculo se reconoce por<br />

las pruebas dinámicas de extensión y flexión <strong>del</strong> pulgar y<br />

<strong>del</strong> índice. Hay una aponeurosis, muy ecogénica, que separa<br />

al abductor largo <strong>del</strong> 1er. dedo de los músculos<br />

extensores <strong>del</strong> pulgar.<br />

El examen de los músculos <strong>del</strong> plano superficial de<br />

esta región se realiza de manera similar a la anterior. Las<br />

maniobras de flexión-extensión de los dedos permiten localizar<br />

el músculo extensor común mientras que los movimientos<br />

<strong>del</strong> meñique logran identificar su músculo extensor.<br />

El músculo cubital posterior es el más interno de los<br />

músculos extensores y se reconoce fácilmente por la ausencia<br />

de su desplazamiento al movilizar los dedos.<br />

El nervio mediano puede visualizarse con facilidad en el<br />

antebrazo, hasta la altura de la muñeca. El examen se inicia<br />

en CT en la mitad <strong>del</strong> antebrazo a la altura <strong>del</strong> compartimiento<br />

anterior. El corte <strong>del</strong> nervio lo muestra como una imagen<br />

hiperecogénica, oval de 2 a 5mm de diámetro situado entre<br />

las aponeurosis de los flexores comunes superficial y profundo<br />

y siempre debe complementarse con CL.<br />

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94 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DE LA MANO Y LA MUÑECA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Desde el inicio de la Radiología hasta el momento actual,<br />

con el empleo de la mayoría de las técnicas más<br />

sofisticadas como son la TAC y la IRM, se han podido<br />

diagnosticar la mayoría de las lesiones óseas de la mano,<br />

de la muñeca y de las partes blandas vecinas. La ecografía<br />

tiene la ventaja de poder visualizar estructuras muy finas<br />

así como conocer la naturaleza sólida o quística y muy<br />

especialmente el realizar estudios dinámicos.<br />

ANATOMÍA ARTICULAR DE LA MUÑECA<br />

Las estructuras óseas de la muñeca están constituidas<br />

por la porción distal <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio y las porciones<br />

distal y proximal de los huesos <strong>del</strong> carpo y bases de los<br />

metacarpianos. Se distinguen 3 articulaciones: articulación<br />

radio-cubital distal, articulación radiocarpiana y articulación<br />

mediocarpiana.<br />

ARTICULACIÓN RADIOCUBITAL DISTAL<br />

En el lado medial de la porción distal <strong>del</strong> radio existe<br />

una depresión aplanada para articularse con la cabeza<br />

cubital, es la fosa sigmoidea que funciona como sitio para<br />

el polo rotacional de la porción distal <strong>del</strong> cúbito y proporciona<br />

cierta estabilidad ósea a la articulación, que tiene un<br />

ángulo de inclinación distal de 20 grados, lo cual es importante<br />

para mantener la rotación <strong>del</strong> antebrazo. La porción<br />

distal <strong>del</strong> cúbito está envuelta por el retináculo extensor.<br />

Los ligamentos estabilizadores de esta articulación son<br />

el ligamento fibrocartilaginoso triangular y los ligamentos<br />

capsulares dorsal y ventral. El ligamento triangular conecta<br />

el cúbito y el radio en sus porciones más distales y se extiende<br />

desde la faceta semilunar, en su borde más cubital,<br />

hasta la fosa sigmoidea de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito,<br />

donde se inserta por 2 ramas, una distal y otra proximal. El<br />

contacto entre la cabeza <strong>del</strong> cúbito y la porción sigmoidea<br />

<strong>del</strong> radio es mayor durante la rotación medial <strong>del</strong> antebrazo<br />

y disminuye en la pronación y supinación máximas.<br />

ARTICULACIÓN RADIOCARPIANA<br />

En su porción proximal está constituida por la superficie<br />

distal <strong>del</strong> radio y el ligamento triangular y en su porción<br />

distal por el piramidal y el escafoides. La porción<br />

distal <strong>del</strong> radio presenta 2 facetas que se articulan con el<br />

escafoides y semilunar en la fila proximal <strong>del</strong> carpo. El<br />

tubérculo de Lister, en el lado dorsal <strong>del</strong> radio, separa el<br />

tendón extensor largo <strong>del</strong> primer dedo, en el lado cubital,<br />

<strong>del</strong> extensor radial <strong>del</strong> carpo y <strong>del</strong> tendón extensor corto<br />

(en el lado radial). En este sitio es frecuente que se vean<br />

osteofitos u ocurran rupturas de tendones y ligamentos,<br />

sobretodo en la AR.<br />

ARTICULACIÓN MEDIOCARPIANA<br />

La primera fila <strong>del</strong> carpo lo forman el escafoides,<br />

semilunar y piramidal, que están unidos por fuertes ligamentos<br />

interóseos que trabajan en conjunto para formar una concavidad<br />

que se articula con la fila distal <strong>del</strong> carpo. La fila<br />

distal la constituyen el trapecio, trapezoide, grande y ganchoso.<br />

ARTICULACIONES INTERFALÁNGICAS<br />

Se tratan de unas articulaciones en bisagra con una<br />

anatomía bicondílea, con movimientos amplios de flexoextensión<br />

cuyos principales estabilizadores son los ligamentos<br />

colaterales y la lámina volar. El mecanismo extensor,<br />

los tendones flexores y los ligamentos retinaculares<br />

juegan un papel decisivo en la estabilidad dinámica.<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 95


ARTICULACIONES<br />

METACARPOFALÁNGICAS (MCF)<br />

Aunque las estructuras de soporte son similares a las<br />

de la articulación anterior, la anatomía unicondílea de la<br />

articulación MCF permite una importante desviación radial<br />

y cubital, así como cierto grado de rotación.<br />

Hay que independizar la articulación metacarpofalángica<br />

<strong>del</strong> primer dedo, que es una articulación de tipo<br />

condíleo que permite una movilidad en el eje de la flexiónextensión<br />

y cierto grado de rotación. Ella es estabilizada<br />

por la lámina volar, los ligamentos colaterales y las estructuras<br />

musculotendinosas.<br />

ANATOMÍA DE LOS LIGAMENTOS<br />

DE LA MUÑECA<br />

Los ligamentos de la muñeca se dividen en 2 grandes<br />

grupos: ligamentos intrínsecos y extrínsecos y a su vez en<br />

palmares y dorsales.<br />

Los ligamentos extrínsecos se extienden entre el cúbito,<br />

el radio y los metacarpianos, mientras que los intrínsecos<br />

se originan y terminan dentro <strong>del</strong> carpo. La función de los<br />

ligamentos intrínsecos es el mantener la relación entre los<br />

huesos <strong>del</strong> carpo mientras que los extrínsecos mantienen<br />

la relación <strong>del</strong> carpo (como un todo), con la porción distal<br />

<strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio, así como con las bases de los<br />

metacarpianos.<br />

LIGAMENTOS EXTRÍNSECOS<br />

Sólo nos vamos a referir a los de mayor significado<br />

clínico.<br />

Ligamentos radiocarpianos (RC). Los ligamentos<br />

RC palmares son los más constantes y los más poderosos<br />

de los ligamentos extrínsecos. Entre los más<br />

importantes, desde el punto de vista mecánico, son<br />

los que se originan de la apófisis estiloides y porción<br />

distal <strong>del</strong> radio y que incluyen al ligamento<br />

radial colateral y los haces <strong>del</strong> ligamento<br />

radiocarpiano palmar. El ligamento radial colateral<br />

se origina en la punta de la apófisis estiloides<br />

radial y se inserta en la superficie radial inferior<br />

<strong>del</strong> escafoides. El ligamento radial colateral no es<br />

un verdadero ligamento; no obstante, tiene una función<br />

mecánica importante, ya que juega un papel<br />

en el mecanismo de fractura <strong>del</strong> escafoides.<br />

El ligamento radioescafoideo-hueso grande se origina<br />

de la apófisis estiloides <strong>del</strong> radio y tiene una<br />

inserción pequeña en la porción radial <strong>del</strong> cuello<br />

<strong>del</strong> escafoides. La mayoría de sus fibras se mezclan<br />

con las fibras <strong>del</strong> ligamento triangular. En ocasiones<br />

el ligamento puede interponerse entre los<br />

fragmentos de una fractura escafoidea e impide la<br />

consolidación.<br />

En general los ligamentos radiocarpianos extrínsecos,<br />

mantienen el carpo dentro de la articulación<br />

radial. La lesión de estos ligamentos permite el desplazamiento<br />

<strong>del</strong> carpo, frecuente en la AR.<br />

Ligamentos cubitocarpianos. De ellos el más importante<br />

es el llamado complejo fibrocartilaginoso<br />

triangular que está constituido por este ligamento<br />

(el disco articular), las porciones dorsal y palmar<br />

de los ligamentos radiocubitales, el menisco triangular<br />

y los ligamentos cubitosemilunar y<br />

cubitopiramidal.<br />

El término de complejo fibrocartilaginoso triangular<br />

se utiliza para designar a todas las estructuras<br />

(ligamentarias y cartilaginosas) que se creen jueguen<br />

un papel en la suspensión de la porción distal<br />

<strong>del</strong> radio y <strong>del</strong> carpo cubital, de la porción distal<br />

<strong>del</strong> cúbito. Este complejo también contribuye a la<br />

estabilidad dentro <strong>del</strong> carpo previniendo sus<br />

inestabilidades no disociativas.<br />

Ligamentos dorsales. Los ligamentos dorsales varían<br />

considerablemente, pero se pueden identificar<br />

2 componentes: el ligamento dorsal radioescafoideo-semilunar-piramidal,<br />

cuya función es<br />

prevenir una flexión palmar exagerada e interviene<br />

en el mecanismo de la inestabilidad palmar de<br />

la porción media <strong>del</strong> carpo y el escafoidespiramidal,<br />

orientado transversalmente desde el escafoides al<br />

piramidal.<br />

LIGAMENTOS INTRÍNSECOS<br />

Sólo nos vamos a referir a algunos de ellos.<br />

· Ligamento escafoides semilunar y semilunarpiramidal.<br />

Son ligamentos interóseos que juegan<br />

un papel importante en mantener la relación<br />

biomecánica entre los huesos <strong>del</strong> carpo, sobre todo<br />

de la primera fila. Para funcionar adecuadamente<br />

los huesos de la primera fila deben hacerlo en conjunto<br />

y los ligamentos internos son los que proporcionan<br />

esta unión flexible. Los ligamentos arriba<br />

mencionados son comparables en fuerza con el LCA<br />

de la rodilla. Estos 2 ligamentos se extienden desde<br />

la superficie sinovial dorsal hasta la superficie palmar<br />

y separan completamente los compartimientos<br />

radiocarpiano y mediocarpiano.<br />

96 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Ligamentos arcuatos o <strong>del</strong>toideos. Son 2 ligamentos<br />

que estabilizan la raíz distal de la fila proximal <strong>del</strong><br />

carpo y se conocen como ligamentos <strong>del</strong>toideos o<br />

arcuatos. Ellos previenen a la primera fila <strong>del</strong> carpo<br />

de una flexión palmar. Hay un ligamento cubital y<br />

otro radial y el espacio que los separa se conoce<br />

como espacio de Poirier.<br />

ESTRUCTURAS DE SOPORTE<br />

DE LOS DEDOS<br />

Las articulaciones interfalángicas proximales se tratan<br />

de articulaciones en bisagra con una anatomía<br />

bicondílea que permite una amplia movilidad de flexión y<br />

extensión de los dedos. Los principales estabilizadores de<br />

esta articulación son las estructuras blandas vecinas, especialmente<br />

los ligamentos colaterales y el plato volar. El<br />

mecanismo extensor, los tendones flexores y los ligamentos<br />

retinaculares juegan un papel decisivo en la estabilidad<br />

dinámica. El complejo ligamentoso colateral consta<br />

de un ligamento colateral y de un ligamento colateral accesorio.<br />

El primero se inicia en la cara dorsolateral de la<br />

cabeza de la falange proximal y se inserta en las porciones<br />

volar y lateral de la base de las falanges medias. El ligamento<br />

colateral accesorio se inicia en la misma área que el<br />

anterior, pero se inserta en el plato volar. El ligamento<br />

colateral propio se tensa en la flexión, mientras que el accesorio<br />

lo hace en la extensión.<br />

El plato volar, como ya habíamos dicho, es una estructura<br />

gruesa, fibrocartilaginosa que constituye la cara<br />

palmar de la cápsula de la articulación interfalángica<br />

proximal. Por debajo, ella está íntimamente unida al labio<br />

volar de la base de la falange media. Su inserción proximal,<br />

en la falange proximal, es más elástica y se divide en 2<br />

bandas laterales en forma de U. La función <strong>del</strong> plato volar<br />

es prevenir una hiperextensión de la articulación<br />

interfalángica proximal.<br />

Por su parte la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />

primer dedo es de tipo condílea, lo que permite una movilidad<br />

en el eje de la flexo-extensión y cierto grado de rotación.<br />

Esta articulación también es estabilizada por el plato<br />

volar, los ligamentos colaterales y las estructuras<br />

musculotendinosas.<br />

Las restantes articulaciones metacarpofalángicas tienen<br />

una estructura de soporte similar y como se tratan de<br />

articulaciones unicondíleas ellas permiten importantes desviaciones<br />

radial y cubital y cierto grado de rotación. Los<br />

ligamentos colaterales de esta articulación se tensan en la<br />

flexión y se relajan en lea extensión lo que permite la abducción<br />

y la aducción. También el plato volar es un estabilizador<br />

importante de esta articulación y se conecta con<br />

las articulaciones vecinas por el ligamento metacarpiano<br />

transverso profundo.<br />

En la ecografía es difícil identificar estas estructuras,<br />

no así en la IRM.<br />

TENDONES Y RETINÁCULOS<br />

DE LA MANO Y MUÑECA<br />

Existen 2 grupos de tendones extrínsecos que cruzan<br />

la muñeca y entran en la mano: los tendones flexores, en la<br />

superficie palmar y los extensores, en el plano dorsal<br />

TENDONES PALMARES DE LA MANO O FLEXORES<br />

Los 4 tendones flexores superficiales se disponen en<br />

2 filas, con los tendones <strong>del</strong> 3ro. y 4to. dedos, superficiales<br />

a los tendones <strong>del</strong> 2do. y 5to., terminando en los 4<br />

últimos dedos.<br />

Después de penetrar en sus respectivas vainas fibrosas<br />

flexoras, los tendones flexores superficiales se dividen en<br />

2 mitades a la altura de la falange proximal y se decursan<br />

parcialmente alrededor de los tendones flexores profundos<br />

para terminar en las falanges medias. Los tendones digitales<br />

flexores profundos se disponen en el mismo plano y se<br />

insertan en la base de las falanges terminales.<br />

Los tendones <strong>del</strong> flexor largo de los dedos junto con el<br />

nervio mediano, pasan por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor,<br />

rodeados por una vaina común.<br />

El retináculo flexor es un engrosamiento de la capa<br />

fascial profunda que forma el límite palmar para el túnel <strong>del</strong><br />

carpo; los huesos <strong>del</strong> carpo son su límite dorsal. El tendón<br />

<strong>del</strong> palmar largo y el nervio cubital pasan superficiales al<br />

retináculo flexor en el canal de Guyon. El flexor cubital <strong>del</strong><br />

carpo se inserta en el pisiforme, mientras que el flexor radial<br />

<strong>del</strong> carpo pasa a través de un espacio formado por la<br />

abertura <strong>del</strong> retináculo flexor, previo a su inserción radial.<br />

La superficie palmar cóncava <strong>del</strong> carpo y <strong>del</strong> retináculo<br />

flexor forman los límites anatómicos <strong>del</strong> túnel carpiano<br />

para el pase de los tendones flexores largos de los dedos y<br />

<strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

TENDONES DEL DORSO DE LA MANO O EXTENSORES<br />

Los tendones <strong>del</strong> extensor común de los dedos cursan<br />

a través de la articulación metacarpofalángica y contribuyen<br />

a la formación de la cápsula posterior de esta articulación.<br />

Los tendones extensores se sitúan en 6 compartimientos<br />

a nivel de la porción distal <strong>del</strong> cúbito y radio y apare-<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 97


cen limitados en la profundidad por los huesos, y por el<br />

retináculo extensor en su superficie dorsal. Los tendones<br />

<strong>del</strong> extensor común y <strong>del</strong> meñique se ensanchan en la región<br />

de las articulaciones metacarpianas para formar las<br />

expansiones extensoras, que sirven de punto de inserción<br />

a los músculos interóseos y lumbricales. Estos últimos son<br />

pequeños músculos intrínsecos de la mano. En su porción<br />

distal la expansión extensora de cada tendón se divide en 3<br />

componentes: 1 central y 2 bandas laterales que se insertan<br />

en la base de las falanges media y distal respectivamente.<br />

Los tendones interóseos y lumbricales se insertan<br />

en la expansión extensora dorsal.<br />

TENDONES Y MÚSCULOS DE LOS DEDOS<br />

La extensión digital comprende una acción simultánea<br />

de los músculos extensores intrínsecos y extrínsecos.<br />

Los extrínsecos se originan en el antebrazo y codo y se<br />

insertan en la mano y comprenden al extensor común de<br />

los dedos, al extensor <strong>del</strong> índice y al extensor <strong>del</strong> quinto<br />

dedo. Su función primordial es la extensión de la articulación<br />

metacarpofalángica, así como de las articulaciones<br />

interfalángicas proximal y distal. Los tendones <strong>del</strong> extensor<br />

<strong>del</strong> índice y <strong>del</strong> 5to. dedo se mueven independientemente,<br />

permitiendo una amplia movilidad de estos dedos.<br />

Los músculos intrínsecos son los interóseos y lumbricales<br />

que se originan e insertan en la mano. Su función es la<br />

extensión de las articulaciones interfalángicas proximal y<br />

distal y la flexión de la articulación MCF.<br />

Debemos recordar que los tendones extensores alcanzan<br />

la mano a través de canales osteofibrosos en el dorso<br />

de la muñeca. A nivel de la articulación MCF estos tendones<br />

extrínsecos aparecen estabilizados a la altura de la<br />

cabeza de los metacarpianos por bandas extensoras, las<br />

bandas sagitales son las más importantes. Por debajo de la<br />

articulación MCF los tendones extrínsecos e intrínsecos<br />

se mezclan con el aparato dorsal y se distribuyen por el<br />

dorso de los dedos. Al final, ambos tendones se reúnen<br />

para terminar en la falange distal por un tendón único.<br />

Por su parte los tendones flexores digitales atraviesan<br />

el túnel carpiano entrando en la palma de la mano y se<br />

dirigen a sus respectivos dedos. Cada dedo tiene 2 tendones<br />

flexores: el flexor superficial que se inserta en la porción<br />

media de la falange media y el flexor profundo que se<br />

inserta en la base volar de la falange distal. El tendón superficial<br />

se divide a nivel de la porción distal <strong>del</strong> metacarpo,<br />

rodea al tendón profundo y se reúne posteriormente por<br />

detrás de este último a la altura de la articulación<br />

interfalángica proximal, formando un anillo a traves <strong>del</strong><br />

cual el tendón profundo se hace superficial a la altura de<br />

la falange proximal.<br />

La porción fibrosa <strong>del</strong> canal cuenta con 5 poleas anulares<br />

que no son más que áreas de engrosamiento de las<br />

vainas tendinosas, bien definidas y de disposición transversal;<br />

también contribuyen 3 poleas accesorias. Su función<br />

es fijar las vainas tendinosas al esqueleto óseo, lo que<br />

permite la estabilización <strong>del</strong> tendón durante la flexión de<br />

los dedos.<br />

Vainas fibrosas y serosas de los tendones<br />

A los tendones flexores y extensores van anexas vainas<br />

osteofibrosas y serosas. Las primeras sirven de polea<br />

de reflexión a los tendones durante la extensión o la flexión,<br />

mientras que las vainas serosas facilitan el deslizamiento<br />

de los tendones en las vainas fibrosas.<br />

Las vainas osteofibrosas de los tendones flexores se<br />

dividen en carpianas y digitales. Las primeras, y más<br />

importantes, están situadas en el conducto carpiano que<br />

está constituido por el canal anterior <strong>del</strong> carpo, cerrado<br />

por <strong>del</strong>ante por el ligamento anular anterior, que se extiende<br />

desde el escafoides y trapecio al pisiforme y al<br />

ganchoso, y por donde pasa el nervio mediano. Por <strong>del</strong>ante<br />

de la porción interna <strong>del</strong> conducto carpiano se encuentra<br />

otro conducto osteofibroso, limitado por detrás<br />

por el ligamento anular anterior, por dentro por el<br />

pisiforme y por <strong>del</strong>ante por una expansión <strong>del</strong> tendón<br />

cubital anterior y por el donde pasa el paquete<br />

vasculonervioso cubital.<br />

En cuanto a las vainas serosas de los tendones flexores<br />

hay que diferenciar las vainas digitales, las carpianas y<br />

las digitocarpianas. Las vainas carpianas, en número de<br />

3, se distinguen en externa, interna y media, mientras<br />

que las vainas digitocarpianas se dividen en externas e<br />

internas.<br />

Los tendones extensores también cuentan con vainas<br />

osteofibrosas, que incluye al ligamento anular dorsal <strong>del</strong><br />

carpo, de cuya capa profunda se desprenden láminas verticales<br />

que transforman estos conductos en vainas<br />

osteofibrosas, en número de 6. En el interior de estas vainas<br />

osteofibrosas, los tendones están rodeados de una vaina<br />

serosa, también en número de 6.<br />

CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />

DE LA MANO Y MUÑECA EN LOS PLANOS<br />

AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica y natomía<br />

ecográfica de la mano y muñeca, hemos considerado de<br />

interés el ofrecer una visión, en cortes anatomorradiológico,<br />

de los diferentes planos de estas estructuras, aunque no<br />

todas son identificables en la ecografía.<br />

98 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CORTES AXIALES<br />

El aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En cortes proximales se sitúan los tendones <strong>del</strong> flexor<br />

superficial y profundo de los dedos, en forma de estructuras<br />

tubulares con sus vainas sinoviales. También se puede ver al<br />

flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo por detrás <strong>del</strong> nervio mediano. En<br />

la porción distal él es flanqueado por el aductor <strong>del</strong> dedo gordo<br />

por dentro y los músculos de la región tenar por fuera.<br />

. Un corte a la altura de la articulación radiocubital distal,<br />

detecta el ligamento radiocubital palmar distal como<br />

una banda fina, por detrás de los tendones <strong>del</strong> flexor<br />

común profundo de los dedos.<br />

. El complejo fibrocartilaginoso triangular se sitúa en el<br />

lado cubital de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito. El tendón<br />

<strong>del</strong> palmar largo es superficial al nervio mediano.<br />

. El retináculo flexor expande el borde palmar <strong>del</strong> túnel<br />

carpiano, definiéndose mejor su inserción distal en el<br />

semilunar y trapecio.<br />

. En el dorso de la muñeca y dispuestos desde el lado<br />

cubital al radial se sitúan los tendones <strong>del</strong> extensor<br />

cubital <strong>del</strong> carpo, extensor <strong>del</strong> 5to. dedo, extensor común<br />

y <strong>del</strong> índice, y extensor radial largo <strong>del</strong> carpo. El<br />

ligamento colateral radial está estrechamente unido a<br />

la superficie radial <strong>del</strong> escafoides.<br />

. El tendón <strong>del</strong> palmar largo es superficial al nervio<br />

mediano y al retináculo flexor. Los tendones centrales<br />

<strong>del</strong> grupo flexor superficial, se localizan dentro <strong>del</strong><br />

túnel carpiano. Se pueden identificar los 4 tendones,<br />

separados <strong>del</strong> grupo flexor profundo.<br />

. En un corte distal al túnel carpiano se sitúa el origen<br />

de los músculos lumbricales por detrás de los tendones<br />

de los flexores mientras que el nervio mediano se<br />

puede ver en la cara radial superficial <strong>del</strong> túnel.<br />

. En un corte al nivel de la parte media de los<br />

metacarpianos se ven los tendones flexores por <strong>del</strong>ante<br />

de los músculos interóseos palmares mientras que<br />

los músculos interóseos dorsales se sitúan entre los<br />

metacarpianos<br />

CORTES SAGITALES<br />

Se consideran de gran valor para evaluar los patrones<br />

de inestabilidad, la migración proximal <strong>del</strong> hueso grande,<br />

valorar al fibrocartílago triangular y para el diagnóstico<br />

de fracturas y sus complicaciones, sobre todo con la IRM.<br />

Su aspecto varía con el nivel de corte.<br />

. En un CS por el plano radial se sitúan los tendones <strong>del</strong><br />

abductor largo <strong>del</strong> dedo gordo y el extensor corto <strong>del</strong><br />

mismo dedo.<br />

. En un CS que atraviesa al trapecio se encuentra el<br />

escafoides y más dorsalmente el trapezoides. También<br />

se puede ver el tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> primer<br />

dedo, dorsal a la articulación radioescafoidea y al ligamento<br />

radioescafoides-hueso grande, entre el radio<br />

y el escafoides.<br />

. El músculo pronador cuadrado se extiende por la superficie<br />

palmar de la metáfisis y porción distal de la<br />

diáfisis radial. El tendón <strong>del</strong> flexor radial <strong>del</strong> carpo, se<br />

localiza sobre la cara palmar <strong>del</strong> polo distal <strong>del</strong><br />

escafoides.<br />

. El tendón flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo se visualiza en la<br />

cara cubital <strong>del</strong> escafoides. El hueso grande, el<br />

semilunar y el radio (en CS) están alineados con el eje<br />

<strong>del</strong> tercer metacarpiano (IRM).<br />

. La rama radial <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo o arcuato se<br />

extiende desde la cara palmar <strong>del</strong> hueso grande al<br />

escafoides. En un CS el ligamento <strong>del</strong>toideo puede aparentar<br />

que conecta con la superficie palmar distal <strong>del</strong><br />

semilunar. El ligamento radiosemilunar se localiza entre<br />

la superficie palmar <strong>del</strong> semilunar y la porción distal<br />

<strong>del</strong> radio mientras que el ligamento cubitosemilunar se<br />

sitúa radial al ligamento triangular.<br />

. Los tendones flexores, superficiales y profundos se<br />

sitúan en la cara palmar <strong>del</strong> semilunar y <strong>del</strong> hueso<br />

grande. El retináculo flexor aparece como una línea<br />

fina, por <strong>del</strong>ante de los flexores superficiales.<br />

. La rama cubital <strong>del</strong> ligamento arcuato se sitúa palmar<br />

a la cara radial <strong>del</strong> piramidal.<br />

. El complejo fibrocartilaginoso triangular se localiza<br />

entre el semilunar y el cúbito y tiene una superficie<br />

distal cóncava.<br />

. En un CS por el plano cubital se sitúa el flexor cubital<br />

<strong>del</strong> carpo con su inserción en el pisiforme. Se puede<br />

ver al nervio cubital, profundo al flexor cubital <strong>del</strong><br />

carpo. El grueso tendón <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo<br />

se ve en la porción distal y posterior <strong>del</strong> cúbito.<br />

CORTES CORONALES<br />

Son importantes para establecer las relaciones entre el<br />

cartílago y las estructuras ligamentarias de la muñeca.<br />

. En cortes por la cara palmar, a nivel <strong>del</strong> túnel, se ve al<br />

retináculo flexor como una banda transversal por <strong>del</strong>ante<br />

de los tendones flexores, que cursan por dentro<br />

<strong>del</strong> túnel carpiano entre el hueso ganchoso y el trapecio.<br />

En este plano se puede ver al nervio mediano.<br />

. Los tendones <strong>del</strong> abductor largo <strong>del</strong> dedo gordo y <strong>del</strong><br />

extensor corto de este dedo bordean la cara palmar<br />

radial de la muñeca.<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 99


. En un corte a nivel <strong>del</strong> fibrocartílago triangular éste se<br />

ve como una banda homogénea y curvilínea, en forma<br />

de lazo de corbata, extendido horizontalmente desde<br />

la base de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito hasta la superficie<br />

cubital de la porción distal <strong>del</strong> radio (IRM).<br />

. La articulación radiocubital distal y su compartimiento<br />

están separadas <strong>del</strong> compartimiento radiocarpiano<br />

por el ligamento triangular.<br />

. El tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo bordea el lado cubital<br />

de la muñeca en el mismo plano coronal en que se ve al<br />

ligamento triangular y a los ligamentos interóseos. El<br />

ligamento colateral radial se puede ver parcialmente<br />

entre el escafoides y la estiloides radial (IRM).<br />

. En el dorso de la mano se ven los tendones <strong>del</strong> extensor<br />

<strong>del</strong> 5to. dedo en el lado cubital <strong>del</strong> piramidal, así<br />

como el extensor radial <strong>del</strong> carpo.<br />

CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />

DE LOS DEDOS EN LOS PLANOS AXIAL,<br />

CORONAL Y SAGITAL<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica y anatomía<br />

ecográfica de los dedos, hemos considerado de interés el<br />

ofrecer una visión, en cortes anátomo-radiológico, de los<br />

diferentes planos de estas estructuras, aunque no todas son<br />

identificables en la ecografía.<br />

CORTES AXIALES<br />

El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En cortes por las articulaciones metacarpofalángicas (MF)<br />

se sitúan los tendones flexores, superficiales y profundos,<br />

poco diferenciados entre sí. Los 4 músculos<br />

lumbricales, que se originan <strong>del</strong> flexor digital profundo,<br />

aparecen unidos a la cara radial de la expansión extensora<br />

de los tendones flexores. Los tendones interóseos se insertan<br />

en la cara anterolateral de las expansiones<br />

extensoras y en la base de las falanges proximales.<br />

El ligamento palmar se sitúa entre la articulación MF<br />

y los tendones flexores.<br />

El fibrocartílago palmar se extiende desde la base de la<br />

falange proximal a la cabeza <strong>del</strong> metacarpiano. El ligamento<br />

metacarpiano transverso conecta la cara palmar<br />

de la 2da. a la 5ta. articulación metacarpofalángica.<br />

Los ligamentos colaterales se sitúan laterales a las articulaciones<br />

MF.<br />

. En un corte a nivel de la articulación interfalángica el<br />

tendón flexor superficial después de abrirse a la altura<br />

de la porción media de la falange proximal, se reúne y<br />

pasa por detrás <strong>del</strong> tendón flexor profundo. Las articulaciones<br />

interfalángicas, proximales y distales, tienen<br />

ligamentos palmares y colaterales similares a los<br />

de la articulación MF.<br />

CORTES SAGITALES<br />

Estos cortes permiten diferenciar el flexor superficial<br />

y profundo en su porción proximal y medial de la primera<br />

falange, antes que el tendón superficial se divida. La banda<br />

central <strong>del</strong> tendón extensor se identifica a la altura de<br />

las articulaciones interfalángicas. La expansión extensora<br />

dorsal es paralela y se mezcla con la cortical de la falange<br />

proximal (IRM).<br />

CORTES CORONALES<br />

Los ligamentos colaterales se ven a lo largo de los<br />

bordes de la articulación MF e interfalángicas. La banda<br />

lateral <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor y los tendones interóseos<br />

son paralelos a las diáfisis proximales de las falanges.<br />

ASPECTOS TÉCNICOS<br />

El estudio ecográfico de las estructuras<br />

musculotendinosas y ligamentos de la mano y muñeca requiere<br />

de transductores de muy alta resolución (7,5-<br />

14MHz), con empleo de un medio de acoplamiento y siempre<br />

con maniobras dinámicas. Se debe estudiar por la cara<br />

palmar y dorsal. Para el examen de la cara palmar, la mano<br />

se sitúa con su cara dorsal sobre un soporte.<br />

En la cara palmar se deben identificar los tendones<br />

superficiales y profundos de la mano y de los dedos, preferentemente<br />

en cortes longitudinales. En la región tenar<br />

se ve fácilmente al tendón flexor largo <strong>del</strong> pulgar que es<br />

muy ecogénico cuando se compara con los músculos<br />

hipoecoicos vecinos. Su tendón se sitúa entre los músculos<br />

de la región tenar por <strong>del</strong>ante y el músculo aductor <strong>del</strong><br />

pulgar por detrás. Los músculos de la región hipotenar y<br />

el músculo aductor <strong>del</strong> pulgar se sitúan por <strong>del</strong>ante de los<br />

músculos lumbricales e interóseos.<br />

A nivel metacarpiano y en un corte transversal de los<br />

tendones flexores superficiales y profundos de la mano y<br />

de los dedos, ellos aparecen redondeados e hiperecoicos,<br />

en íntima relación con los músculos lumbricales<br />

hipoecoicos. Los músculos interóseos, hipoecoicos, son aún<br />

más posteriores, situados por <strong>del</strong>ante de los metacarpianos.<br />

A nivel de las falanges los tendones <strong>del</strong> flexor digital superficial<br />

se entreabren para permitir el paso de los tendones<br />

<strong>del</strong> flexor digital profundo.<br />

En la región dorsal de la mano y de los dedos se ven<br />

los tendones extensores, con su estructura fibrilar e<br />

100 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


hiperecoica. A nivel de la parte posterior de las falanges,<br />

la expansión extensora hiperecoica, cubre toda la anchura<br />

de la falange. Las articulaciones metacarpofalángicas e<br />

interfalángicas, están reforzadas lateralmente por los ligamentos<br />

colaterales, hiperecoicos.<br />

ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />

La compleja anatomía de la mano y de la muñeca,<br />

obliga a un examen cuidadoso de la misma y entraña el<br />

estudio de los músculos, tendones con sus vainas, nervios<br />

y vasos sanguíneos.<br />

MÚSCULOS (VER CAPÍTULO 1)<br />

Los músculos de la mano, como ya hemos señalado,<br />

pueden dividirse en 2 grandes grupos: intrínsecos como<br />

son los de la región tenar, interóseos, lumbricales y el grupo<br />

hipotenar, todos los cuales se originan y terminan en la<br />

mano; y el grupo extrínseco que procede <strong>del</strong> antebrazo y<br />

que ejerce su función en la mano a través de sus tendones.<br />

Estos últimos se dividen a su vez en músculos extensores<br />

que se extienden por el dorso <strong>del</strong> antebrazo y extienden la<br />

muñeca y los dedos, y los músculos flexores que caminan<br />

por la cara ventral y tienen función flexora.<br />

Los músculos intrínsecos aparecen en la ecografía<br />

hipoecoicos en relación con los tendones vecinos. Los<br />

músculos de esta región se agrupan en compartimientos y<br />

se distinguen en los de la cara dorsal y palmar.<br />

TENDONES Y COMPARTIMIENTOS<br />

DE LA CARA DORSAL<br />

En la cara dorsal de la región, como ya estudiamos, se<br />

distinguen 6 compartimientos sinoviales, todos situados por<br />

detrás <strong>del</strong> retináculo extensor o ligamento anular dorsal. El<br />

1er. compartimiento, en el lado radial, contiene al tendón<br />

<strong>del</strong> abductor o separador largo <strong>del</strong> primer dedo y al tendón<br />

<strong>del</strong> extensor corto <strong>del</strong> mismo dedo. A veces hay un segundo<br />

tendón <strong>del</strong> abductor largo que se sitúa en un compartimiento<br />

adicional y que puede ser el causante de la recidiva de<br />

una enfermedad de De Quervain. Este primer compartimiento<br />

se corresponde con la tabaquera anatómica.<br />

En el 2do. compartimiento están los tendones <strong>del</strong> extensor<br />

radial largo y radial corto <strong>del</strong> carpo.<br />

El 3er. compartimiento contiene al extensor largo <strong>del</strong><br />

primer dedo, mientras que el 4to. compartimiento es el<br />

mayor y contiene los 4 tendones de los extensores y al<br />

tendón <strong>del</strong> extensor <strong>del</strong> dedo índice.<br />

El 5to. compartimiento contiene al tendón <strong>del</strong> extensor<br />

<strong>del</strong> 5to. dedo, mientras que el 6to. compartimiento,<br />

vecino a la cabeza cubital, contiene el tendón <strong>del</strong> extensor<br />

cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

TENDONES DE LA CARA PALMAR. TÚNEL CARPIANO<br />

Y CUBITAL<br />

Por su parte en la cara palmar, existe el ya mencionado<br />

túnel carpiano que es un canal osteofibroso localizado en la<br />

cara palmar de la muñeca y a través <strong>del</strong> cual pasan numerosos<br />

tendones y el nervio mediano. El piso de este canal está<br />

formado por los huesos <strong>del</strong> carpo y su techo es el retináculo<br />

flexor que se continúa con la fascia palmar. Este retináculo se<br />

extiende desde el tubérculo escafoideo y el trapecio por fuera,<br />

hasta el pisiforme y ganchoso por dentro. En una posición<br />

superficial y externa <strong>del</strong> túnel cursa el nervio mediano y por<br />

fuera de este nervio pasa el tendón largo <strong>del</strong> flexor <strong>del</strong> primer<br />

dedo con su bursa radial. Por su parte los 8 tendones flexores<br />

digitales superficiales y profundos están rodeados por la bursa<br />

cubital. El nervio mediano tiene una estructura fibrilar, menos<br />

ecogénica que los tendones flexores vecinos.<br />

En la cara cubitopalmar de la muñeca se sitúa el canal<br />

de Guyon o túnel cubital. Es un túnel osteofibroso que<br />

deja pasar al eje neurovascular cubital de la mano. Este<br />

canal está limitado en su techo por el ligamento palmar <strong>del</strong><br />

carpo, por abajo por el retináculo flexor y su borde medial<br />

está formado por el pisiforme y el ganchoso. Distal al túnel<br />

carpiano, los tendones de los flexores superficial y profundo<br />

<strong>del</strong> 2do., 3ro., 4to. y 5to. dedos se dirigen de manera<br />

divergente y cruzan en la palma de la mano por detrás<br />

de la fascia palmar. A nivel de las articulaciones MF, cada<br />

tendón cubierto por su vaina, entra en una vaina fibrosa<br />

digital compuesta de múltiples ligamentos anulares o poleas<br />

lo que junto al hueso forman un canal osteofibroso<br />

digital que evita su estrangulamiento durante la flexión.<br />

En la cara medial de la articulación, se puede identificar<br />

al complejo fibrocartilaginoso triangular que puede<br />

evaluarse con un corte coronal utilizando como ventana al<br />

tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

El aspecto en la ecografía de los tendones es similar a<br />

los <strong>del</strong> resto de la economía, o sea, muy ecogénicos y con<br />

una ecotextura fibrilar. Las vainas aparecen como estructuras<br />

finas hipoecoicas que tapizan los tendones.<br />

PAQUETE VASCULONERVIOSO DE LA MUÑECA<br />

En la muñeca las arterias radial y cubital aparecen<br />

como estructuras tubulares anecoicas que laten, mejor visibles<br />

con el Doppler.<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 101


El nervio mediano en la muñeca aparece como una<br />

estructura ecogénica, superficial, en forma de una cinta,<br />

de 3 a 5 mm. de grosor, anterior a los tendones flexores.<br />

En el túnel carpiano, el nervio aparece, en un CT como un<br />

área redondeada ecogénica. A veces se puede confundir<br />

con los tendones flexores pero el nervio no se desplaza con<br />

los movimientos de la mano y es menos ecogénico.<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

DE LA MANO Y DE LA MUÑECA<br />

ALTERACIÓN DE LOS TENDONES<br />

Tendinitis. Tenosinovitis aguda<br />

La tendinitis <strong>del</strong> flexor radial <strong>del</strong> carpo es una entidad<br />

poco conocida, aunque no rara. En estos pacientes se puede<br />

ver un engrosamiento <strong>del</strong> tendón a nivel de su inserción<br />

distal y en la vecindad <strong>del</strong> tubérculo escafoideo el cual<br />

aparece hipoecoico no homogéneo, con calcificaciones en<br />

la forma crónica.<br />

Otros tendones que pueden afectarse son los extensores<br />

radiales largo y corto <strong>del</strong> carpo, el extensor largo <strong>del</strong> primer<br />

dedo y el tendón <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

Debido a que los tendones flexores de la mano y la<br />

muñeca tienen una vaina sinovial extensa, la tenosinovitis<br />

es frecuente y se evalúa mejor en cortes transversales. En<br />

la forma aguda el tendón aparece engrosado, rodeado de<br />

líquido y con la membrana sinovial muy fina.<br />

Tenosinovitis crónica<br />

Los tendones afectados por una tenosinovitis crónica<br />

exudativa o hipertrófica se engruesan y se ven como cintas<br />

hiperecoicas rodeados de líquido. En los casos crónicos,<br />

infectados y en la AR, se pueden ver ecos internos<br />

dentro <strong>del</strong> líquido. Los tendones flexores y extensores de<br />

la muñeca son los más afectados. En los casos avanzados<br />

hay además alteraciones intrínsecas <strong>del</strong> tendón con<br />

un aspecto no homogéneo de bordes irregulares, a veces<br />

con ruptura patológica. En el DC puede haber aumento<br />

<strong>del</strong> flujo.<br />

Tenosinovitis estenosante<br />

En estos casos el tendón está atrapado por un canal<br />

osteofibroso o por un ligamento, lo que provoca una estenosis<br />

en el lado comprimido con inflamación de la porción vecina.<br />

Los tendones más afectados en la muñeca son: el abductor<br />

largo <strong>del</strong> primer dedo y el extensor corto de este dedo, en el<br />

primer compartimiento dorsal, que es lo que se conoce como<br />

enfermedad de De Quervain. A veces se confunde con una<br />

artritis de la articulación proximal <strong>del</strong> primer dedo. En un<br />

CT se ve un halo hipoecoico que rodea a estos tendones.<br />

El fenómeno <strong>del</strong> «dedo en gatillo» es frecuente en la<br />

tenosinovitis estenosante y por lo general interesa a los<br />

tendones flexores en la polea digital proximal de la mano<br />

donde existe una formación nodular en la superficie <strong>del</strong><br />

tendón, frecuente en los pacientes reumáticos.<br />

Lesiones traumáticas de los tendones<br />

Las lesiones traumáticas de los tendones pueden deberse<br />

a accidentes agudos, a fenómenos de sobreuso u ocurrir<br />

secundarios a una artritis inflamatoria. Para evaluar<br />

las lesiones traumáticas de los tendones de la mano se requiere<br />

la realización de cortes en planos paralelos y perpendiculares<br />

al eje de los mismos.<br />

La ruptura completa se ve como discontinuidad de estas<br />

estructuras, asociada a alteraciones en las partes blandas<br />

vecinas, por edema.<br />

Las rupturas parciales se aprecian como un engrosamiento<br />

<strong>del</strong> tendón, con alteración de la ecogenicidad.<br />

Las tenosinovitis ocurren con frecuencia en algunas<br />

actividades ocupacionales con traumas pequeños y repetidos<br />

o en el curso de una infección vecina.<br />

Lesiones traumáticas de los tendones<br />

extensores<br />

Estas lesiones son muy frecuentes debido a lo superficial<br />

y fino de estos tendones y se clasifican en 2 grupos.<br />

Lesiones abiertas de los tendones extensores<br />

Teniendo en cuenta su topografía lesional se han diferenciado<br />

distintas áreas anatómicas de lesión, lo que incluyen<br />

8 zonas. Debido a la localización y función <strong>del</strong><br />

aparato extensor sus lesiones producen alteraciones <strong>del</strong><br />

mismo y de las estructuras articulares. Sólo nos vamos a<br />

referir a las más frecuentes.<br />

La laceración <strong>del</strong> tendón terminal en la llamada zona<br />

1, en la articulación interfalángica distal, determina una<br />

deformidad en flexión de esta falange (deformidad en mazo<br />

abierto). La laceración <strong>del</strong> labio central en la zona 3 provoca<br />

una deformidad en ojal, secundaria a una flexión de<br />

la articulación interfalángica proximal y de hiperextensión<br />

de la articulación distal.<br />

102 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


La gran vascularización <strong>del</strong> aparato extensor favorece<br />

la formación de adherencias entre el tendón lesionado y<br />

los tejidos vecinos, lo que puede provocar grandes alteraciones<br />

funcionales y deformidades.<br />

La ruptura parcial provoca un área de discontinuidad<br />

con deshilachamiento e irregularidad en los bordes <strong>del</strong> tendón<br />

roto. Cuando la ruptura es aguda la zona de separación<br />

<strong>del</strong> tendón muestra un área de edema y hemorragia. Las<br />

áreas de adherencia aparecen en la ecografía como una zona<br />

maldefinida en los bordes de la superficie <strong>del</strong> tendón, asociada<br />

con alteración de la grasa vecina y distorsión de la<br />

anatomía normal <strong>del</strong> tendón. Cuando estas lesiones son debidas<br />

a la acción de objetos metálicos se puede ver la aparición<br />

de algunos artefactos visibles en la ecografía.<br />

Lesiones cerradas de los tendones extensores<br />

En este grupo se incluyen el llamado dedo en maza, la<br />

deformidad en ojal y la subluxación o luxación <strong>del</strong> mecanismo<br />

extensor de la articulación MCF.<br />

El dedo en maza es producto de una lesión <strong>del</strong> hueso o<br />

de la inserción ligamentosa <strong>del</strong> mecanismo extensor en la<br />

falange distal, lo que provoca una extensión incompleta<br />

de la articulación distal, hecho muy frecuente en los deportistas<br />

y que produce una flexión aguda de esta articulación<br />

y en la cual el paciente no puede extender la articulación.<br />

Si no se trata la lesión puede progresar a una deformidad<br />

en cuello de ganso, o sea, a una deformidad de la<br />

articulación IF distal, con una hiperextensión de la articulación<br />

proximal, la que es causada por una retracción <strong>del</strong><br />

mecanismo extensor.<br />

La deformidad en ojal es el resultado de un trauma de<br />

la banda central a nivel o cerca de su inserción en la base<br />

de la falange media.<br />

La IRM es el método ideal para el diagnóstico de una<br />

lesión de la banda central que puede mostrar ruptura completa<br />

de la porción central <strong>del</strong> tendón extensor con una<br />

interrupción completa de sus fibras. Además, puede proporcionar<br />

la información sobre el estado de la lámina volar<br />

y de los ligamentos de la articulación IFP. No obstante,<br />

la ecografía puede mostrar algunas de estas alteraciones.<br />

Lesiones traumáticas de los tendones flexores<br />

Se clasifican en 2 grupos: abiertas o cerradas.<br />

Lesiones abiertas de los tendones flexores<br />

Son más frecuentes las lesiones abiertas, asociadas con<br />

heridas de la piel, que las cerradas y casi siempre afectan<br />

la porción media <strong>del</strong> tendón y no su sitio de inserción normal.<br />

De la misma manera que se identifican diferentes zonas<br />

de lesión en los tendones extensores, se independizan 5<br />

zonas anatómicas de lesión de los tendones flexores, que<br />

tienen diferente pronóstico. Las lesiones traumáticas en<br />

las zonas proximales se asocian con frecuencia con lesiones<br />

de ambos tendones flexores y conducen a una pérdida<br />

de la actividad flexora en las articulaciones interfalángicas<br />

proximales y distales. Las avulsiones en la llamada zona<br />

II son las más frecuentes y de peor pronóstico. Esta zona<br />

se extiende desde la inserción distal <strong>del</strong> tendón flexor superficial<br />

hasta el pliegue distal palmar, con los tendones<br />

profundo y superficial en contacto directo.<br />

La ruptura de los tendones flexores puede ser parcial<br />

o completa.<br />

La ecografía puede identificar la interrupción <strong>del</strong> tendón<br />

y visualizar los extremos <strong>del</strong> mismo y permite diferenciar<br />

una ruptura parcial de una completa. Además, se<br />

puede ver: tenosinovitis, luxación <strong>del</strong> tendón lesionado y<br />

ruptura de las poleas.<br />

Lesiones cerradas de los tendones flexores<br />

Bajo este término se incluyen las avulsiones de los tendones<br />

flexores, superficiales y profundos de los dedos. La<br />

avulsión <strong>del</strong> tendón profundo es el tipo de ruptura cerrada<br />

más frecuente de este tendón provocado por una<br />

hiperextensión súbita durante una flexión activa, frecuente<br />

en los deportes. Se le conoce como dedo <strong>del</strong> suéter o yersey.<br />

El tendón profundo <strong>del</strong> dedo anular es el más frecuentemente<br />

lesionado y se ha dividido en 4 tipos, de acuerdo con el<br />

nivel de lesión, el grado de retracción y la presencia o ausencia<br />

de un fragmento óseo. La avulsión aislada <strong>del</strong> tendón<br />

flexor superficial es rara. ya que casi siempre se asocia a<br />

lesión <strong>del</strong> tendón profundo. En estos casos el tendón se rompe<br />

cuando el dedo es forzado en una extensión en contra de<br />

un músculo flexor contraído. La ecografía y aún mejor la<br />

IRM pueden demostrar al tendón retraído.<br />

Lesiones <strong>del</strong> sistema de las poleas<br />

Estas lesiones son cada día más frecuentes, sobre todo<br />

después de algunas actividades deportivas como el voleibol,<br />

karate-do, etc. que impone un estrés intenso en las estructuras<br />

de soporte de la mano y de los dedos.<br />

Hay que recordar que la porción fibrosa <strong>del</strong> canal lo<br />

constituyen 5 poleas anulares, dispuestas transversalmente<br />

y 3 poleas cruciformes. La 1ra. polea anular comienza en la<br />

cara palmar de la articulación MCF (A1). La 2da. (A2) va<br />

desde la cara volar de la falange proximal al tercio distal de<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 103


esta falange. La 3ra. polea (A3) es muy pequeña. La 4ta.<br />

polea (A4) se sitúa en la porción media de la falange media<br />

mientras que la 5ta. polea (A5) se sitúa en la articulación<br />

interfalángica distal. Las poleas A2 y A4 son las mayores y<br />

más gruesas. La principal función de las poleas anulares es<br />

fijar las vainas tendinosas al esqueleto óseo y estabilizar el<br />

tendón durante la flexión de los dedos.<br />

Una flexión intensa de los dedos con extensión de la<br />

articulación MCF, flexión de la articulación interfalángica<br />

proximal y extensión de la articulación distal puede provocar<br />

fuerzas muy intensas sobre las poleas A2 y A3 con<br />

su ruptura consecuente. Por lo general, la ruptura <strong>del</strong> sistema<br />

de las poleas se inicia en la porción distal de la polea<br />

A2, el componente más importante en la función flexora<br />

<strong>del</strong> tendón, y progresa de una ruptura parcial a una ruptura<br />

completa, lo que es seguido por toma de las poleas A3 y<br />

A4 y raramente de la polea A1. Es importante un diagnóstico<br />

preciso y precoz para seleccionar el tipo de tratamiento.<br />

La IRM permite un diagnóstico de la ruptura aislada<br />

<strong>del</strong> sistema de las poleas mostrando tanto signos directos<br />

como indirectos. Como signo indirecto se ha descrito la<br />

detección de un espacio entre el tendón flexor y el hueso<br />

en una vista sagital durante una flexión forzada (signo de<br />

la cuerda <strong>del</strong> ahorcado). El desplazamiento es máximo al<br />

nivel de las falanges proximal y media cuando las rupturas<br />

ocurren en las poleas A2 y A4 respectivamente.<br />

El espacio varía entre 2 y 5 mm, cuando hay lesión<br />

completa de una sola polea y puede llegar a medir entre 5 y<br />

8 mm cuando hay ruptura completa de varias poleas. Se<br />

duda que la ecografía tenga valor en este grupo de lesiones.<br />

Lesiones ligamentarias traumáticas<br />

Los traumas de la mano provocan con frecuencia lesiones<br />

capsulo-ligamentosas, cuyo diagnóstico precoz es<br />

muy importante. De todas ellas, una de las más importantes<br />

se refiere a las lesiones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso<br />

triangular.<br />

Lesiones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso<br />

triangular<br />

Este complejo está formado, como ya hemos señalado,<br />

por los ligamentos radiocubital, dorsal y palmar, ligamento<br />

colateral cubital, el menisco homólogo fibrocartilaginoso,<br />

el disco articular y la vaina <strong>del</strong> extensor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

Se clasifica dentro <strong>del</strong> grupo de los ligamentos extrínsecos<br />

cubitocarpianos y estabiliza la articulación radiocubital distal<br />

y la articulación cubitocarpiana. Los ligamentos<br />

radiocubitales dorsal y palmar refuerzan la periferia <strong>del</strong> ligamento<br />

triangular.<br />

El fibrocartílago tiene una forma bicóncava y se articula<br />

con la porción distal <strong>del</strong> cúbito y el piramidal en la primera<br />

fila <strong>del</strong> carpo. Este ligamento triangular está bajo presión<br />

cuando todas sus inserciones suspensorias, alrededor de su<br />

periferia, están intactas. La porción central <strong>del</strong> fibrocartílago<br />

es la más fina y la más propensa a la ruptura.<br />

El ligamento triangular tiene el aspecto de un triángulo<br />

equilátero. El vértice <strong>del</strong> complejo converge en la apófisis<br />

estiloides <strong>del</strong> cúbito con la base <strong>del</strong> triángulo insertándose<br />

en el borde superior de la fosa sigmoidea <strong>del</strong> radio.<br />

El ligamento triangular se localiza inmediatamente por<br />

debajo <strong>del</strong> techo <strong>del</strong> cúbito, afinándose en su porción central.<br />

La porción periférica engrosada está compuesta de<br />

colágeno laminar y da origen a los ligamentos<br />

radiocubitales dorsal y palmar. El ligamento<br />

cubitocarpiano, se origina a partir de la superficie palmar<br />

distal <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />

El ligamento contribuye a estabilizar el lado medial de<br />

la articulación radio-carpiana, por lo que su ruptura se<br />

asocia a subluxación de la articulación radio-carpiana<br />

distal, durante la pronación.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> ligamento fibrocartilaginoso triangular<br />

requieren de un estudio especial. El ligamento triangular<br />

se puede ver en la ecografía, como una banda<br />

hiperecoica, situada entre la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito<br />

y <strong>del</strong> radio y los huesos <strong>del</strong> carpo. Puede ser estudiado en<br />

cortes transversales por la cara palmar o en corte<br />

longitudinal por la porción interna, utilizando en este último<br />

caso al tendón extensor cubital <strong>del</strong> carpo como ventana.<br />

Las fisuras o perforaciones, como ya hemos señalado,<br />

se ven como defectos hipoecoicos en el fibrocartílago.<br />

Las perforaciones centrales <strong>del</strong> ligamento son raras en<br />

los jóvenes, no así a partir de la 5ta. década en que las<br />

perforaciones son sintomáticas y ocurren en el 40 % de los<br />

pacientes estudiados. Las rupturas parciales son difíciles<br />

de ver y pueden ser aisladas o asociadas con subluxación<br />

de la articulación o <strong>del</strong> semilunar.<br />

En la ruptura <strong>del</strong> ligamento hay discontinuidad o fragmentación,<br />

más frecuentemente localizadas cerca de la<br />

inserción radial. Puede existir sinovitis asociada con una<br />

colección líquida o derrame en la articulación<br />

radiocarpiana, así como asociarse a condromalacia <strong>del</strong><br />

semilunar, <strong>del</strong> piramidal o <strong>del</strong> cúbito.<br />

En los individuos jóvenes la ruptura <strong>del</strong> ligamento triangular<br />

predomina en su inserción cubital. Las rupturas<br />

periféricas son casi siempre secundarias a avulsiones<br />

traumáticas mientras que las perforaciones centrales se<br />

asocian con degeneración <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />

104 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


OTRAS LESIONES TRAUMÁTICAS<br />

DE LOS LIGAMENTOS<br />

Las lesiones de los ligamentos colaterales de otras articulaciones<br />

MF son menos frecuentes e incapacitantes y<br />

por lo general interesan a la porción radial <strong>del</strong> 3ro., 4to. y<br />

5to. dedos. La competencia articular se mantiene por la<br />

acción de los músculos intrínsecos.<br />

Las lesiones ligamentosas de las articulaciones<br />

interfalángicas proximales son más frecuentes en el 2do.<br />

dedo, con ruptura en su cara palmar.<br />

Las lesiones traumáticas que interesan la cápsula y el<br />

ligamento de la articulación MF <strong>del</strong> 1er. dedo son frecuentes,<br />

sobre todo en los atletas profesionales que llegan a<br />

producir el llamado dedo <strong>del</strong> guardabosque.<br />

La lesión de Stener, es la ruptura <strong>del</strong> ligamento colateral<br />

cubital de la articulación MF <strong>del</strong> 1er. dedo y en cuyo<br />

caso la porción rota proximal <strong>del</strong> ligamento se coloca por<br />

encima de la aponeurosis <strong>del</strong> aductor <strong>del</strong> 1er. dedo en el<br />

lado cubital de esta articulación, lo que evita una curación<br />

espontánea. A veces el ligamento roto arranca un fragmento<br />

<strong>del</strong> hueso. Este tipo de lesión provoca una inestabilidad<br />

crónica y requiere de un tratamiento quirúrgico. La<br />

ruptura <strong>del</strong> ligamento colateral radial de esta articulación<br />

no es tan grave.<br />

Variación cubital<br />

La llamada variación cubital es muy importante en la<br />

afección <strong>del</strong> ligamento triangular y en el manejo de las<br />

fracturas distales <strong>del</strong> radio. Se refiere a las variaciones<br />

relativas de la longitud <strong>del</strong> cúbito y <strong>del</strong> radio y se manifiesta<br />

por la relación de las extremidades distales de estos<br />

2 huesos. Cuando el cúbito es corto se considera que la<br />

variación cubital es negativa, si el cúbito es largo se considera<br />

positiva. Estas medidas deben realizarse con el antebrazo<br />

y la muñeca en una pronación o supinación de<br />

cero grados, y se evalúan mejor en la IRM.<br />

Síndrome de impactación en el lado cubital<br />

de la muñeca<br />

Bajo este término se incluye un grupo de entidades<br />

que provocan dolor en el lado cubital de la muñeca y que<br />

comprenden al síndrome de impactación cubital, síndrome<br />

de choque cubital, síndrome de impactación<br />

cubitocarpiano secundario a una fractura no consolidada<br />

de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito, al síndrome de impactación<br />

de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito y al síndrome de choque<br />

entre el hueso grande y el semilunar.<br />

El síndrome de impactación cubital es la forma más<br />

frecuente <strong>del</strong> síndrome de impactación en el lado cubital,<br />

en que existe un proceso degenerativo en el lado cubital de<br />

la muñeca con una sobrecarga a través de la porción cubital<br />

<strong>del</strong> carpo, <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso cubital. En la<br />

radiografía de la muñeca puede visualizarse una variedad<br />

de predominancia cubital en el síndrome de impactación<br />

cubital, un cúbito corto en el síndrome de choque cubital,<br />

una falta de unión de la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito en el<br />

síndrome de impactación secundario a una fractura no<br />

consolidada, una apófisis estiloides muy larga en el síndrome<br />

de impactación de la apófosis estiloides <strong>del</strong> cúbito<br />

y una variación <strong>del</strong> hueso semilunar en el síndrome de choque<br />

semilunar-hueso grande.<br />

Las alteraciones <strong>del</strong> complejo fibrocartilaginoso en<br />

esta entidad pueden visualizarse en la ecografía y sobre<br />

todo en la IRM<br />

Síndrome de choque cubitosemilunar<br />

Este síndrome se ha tratado de individualizar <strong>del</strong> síndrome<br />

de choque cubital de la muñeca. Ocurre cuando existe<br />

una variedad cubital positiva excesiva. Hay una compresión<br />

dolorosa de la porción distal <strong>del</strong> cúbito con la superficie<br />

medial <strong>del</strong> semilunar. Pueden verse gruesos defectos <strong>del</strong><br />

cartílago <strong>del</strong> semilunar, así como ruptura <strong>del</strong> ligamento triangular.<br />

En los casos extremos, como sucede en la AR, ocurre<br />

una subluxación dorsal <strong>del</strong> cúbito y se bloquea la supinación.<br />

Puede haber una ruptura por fricción de los tendones<br />

extensores <strong>del</strong> 4to. y 5to. compartimientos, causados por el<br />

cúbito prominente. Las alteraciones pueden demostrarse en<br />

la ecografía, pero sobre todo en la IRM.<br />

Inestabilidad (subluxación) de la articulación<br />

radiocubital distal<br />

El estudio debe realizarse en pronación y supinación<br />

completa para hacer el diagnóstico de subluxación de esta<br />

articulación y se deben valorar las condiciones de los ligamentos<br />

radiocubital dorsal y palmar. La ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />

radio-cubital palmar puede asociarse con inestabilidad<br />

dorsal de la articulación radio-cubital distal. La ruptura<br />

<strong>del</strong> complejo triangular o de la porción distal <strong>del</strong> radio<br />

puede producir inestabilidad de esta articulación con<br />

subluxación. La inestabilidad de esta articulación se estudia<br />

mejor con la IRM.<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 105


LESIONES ARTICULARES<br />

Enfermedad reumatoidea<br />

Como ya hemos señalado, algunos autores consideran<br />

a la ecografía como el dedo extendido <strong>del</strong> reumatólogo.<br />

Si bien la placa simple puede mostrar los signos avanzados<br />

de una AR no sucede lo mismo con las alteraciones<br />

de los tendones y articulaciones que ocurren más<br />

precozmente y que sí pueden detectarse con la ecografía.<br />

En la AR se interesan preferentemente las articulaciones<br />

<strong>del</strong> carpo, las MF y las IF proximales. La inflamación<br />

de las partes blandas de los dedos se debe a derrame articular,<br />

edema y tenosinovitis. Se pueden ver las deformidades<br />

óseas en botón de camisa y en cuello de ganso y en los<br />

casos avanzados hay luxación, subluxación, desviación<br />

cubital en las articulaciones MF y desviación radial de la<br />

articulación radiocarpiana. También puede verse el<br />

telescopamiento óseo, erosiones cubitales y disociación<br />

escafoidessemilunar.<br />

La lesión de las estructuras ligamentosas predomina<br />

en los ligamentos cúbito-semilunar y cubitopiramidal, complejo<br />

triangular y menisco homólogo, ligamento colateral<br />

cubital, y provoca ligera desviación <strong>del</strong> carpo.<br />

Los signos de inflamación articular aparecen en la<br />

ecografía con ensanchamiento <strong>del</strong> espacio articular de contenido<br />

hipoecoico o anecoico, mejor visto en la cara dorsal<br />

de las articulaciones. A veces se pueden ver erosiones óseas<br />

subcondrales. En la muñeca la presencia de un engrosamiento<br />

sinovial vecino a la apófisis estiloides <strong>del</strong> cúbito es<br />

muy sugestivo de esta enfermedad y se ve como una masa<br />

hipoecoica que rodea a esta apófisis, muy frecuentemente<br />

bilateral.<br />

Los nódulos reumatoideos en las PB periarticulares<br />

de los dedos se ven como masa pequeñas, ovales o redondeadas,<br />

hipoecoicas y bien definidas.<br />

La tenosinovitis de los tendones flexores o extensores<br />

es un signo precoz de AR que favorece la ruptura tendinosa<br />

y que ocurre por lo general vecina a una prominencia ósea<br />

donde produce las deformidades típicas de esta afección.<br />

En la ecografía las vainas tendinosas, engrosadas y<br />

fusiformes se ven hipoecoicas o anecoicas, a veces ovales<br />

y no homogéneas. El tendón central aparece hiperecoico,<br />

a veces con áreas focales de engrosamiento o a<strong>del</strong>gazamiento<br />

o con una textura no homogénea.<br />

En la AR juvenil con participación de la muñeca, puede<br />

ocurrir acumulación de líquido a lo largo de las vainas<br />

tendinosas, erosiones subarticulares y quistes, bien visibles<br />

con la IRM. También pueden verse subluxaciones y<br />

áreas de destrucción ósea, precozmente visibles en la IRM.<br />

Osteoartritis<br />

La artritis degenerativa <strong>del</strong> carpo se caracteriza por<br />

estrechamientos articulares debido a la pérdida <strong>del</strong> cartílago<br />

articular, con esclerosis y formación de quistes. La<br />

«SLAC» de la muñeca se produce por una sobrecarga<br />

incongruente y degeneración de la articulación<br />

radioescafoidea relacionada con una mala alineación <strong>del</strong><br />

escafoides. La lesión de «SLAC» constituye la forma más<br />

avanzada de la artritis degenerativa de la muñeca y se<br />

asocia con colapso gradual y pérdida <strong>del</strong> soporte<br />

ligamentoso. El primer signo se presenta en el lado radial<br />

<strong>del</strong> escafoides asociado a un afinamiento en la punta<br />

de la apófisis estiloides y pérdida <strong>del</strong> cartílago. La<br />

ecografía y sobre todo la IRM pueden mostrar estrechamiento<br />

de la articulación radioescafoidea y entre el hueso<br />

grande y el semilunar, lo que hace desaparecer el espacio<br />

articular con cambios degenerativos subsiguientes.<br />

Otra forma de presentación frecuente de la artritis<br />

degenerativa de la muñeca es la toma de 3 articulaciones,<br />

lo que incluye el escafoides, trapecio y trapezoide. Más<br />

raramente puede existir una artritis degenerativa entre la<br />

porción distal <strong>del</strong> cúbito y el semilunar.<br />

Las lesiones articulares son más frecuentes en el 1er.<br />

dedo y en la ecografía puede encontrarse derrame articular,<br />

distensión capsular, quistes mucosos, destrucción <strong>del</strong><br />

cartílago y formación de osteofitos.<br />

Gota<br />

En la artritis gotosa el derrame articular se acompaña<br />

de engrosamiento de la membrana sinovial. En los tofos<br />

gotosos crónicos, los cristales pueden depositarse alrededor<br />

de las estructuras articulares, ligamentos, bursas y tendones<br />

que pueden llegar a calcificarse. Predominan en la<br />

porción extensora de la muñeca y se presentan como masas<br />

moderadamente ecogénicas.<br />

Amiloidosis<br />

El depósito de material amiloideo en la mano o muñeca<br />

ocurre típicamente en los pacientes con IRC que requieren<br />

de diálisis prolongadas. Por lo general es simétrico<br />

y puede llevar a producir un síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano.<br />

El depósito de amiloide puede ocurrir en las partes blandas,<br />

cápsula articular, tendón, hueso, membrana sinovial<br />

o cartílago articular. Se muestra como una infiltración<br />

ecogénica de las estructuras que se interesan.<br />

106 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


OTRAS ARTRITIS<br />

En la artritis soriásica se ve la destrucción <strong>del</strong> fibrocartílago<br />

triangular, estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular,<br />

erosiones óseas, lesiones ligamentosas (escafoidessemilunar)<br />

y esclerosis subcondral <strong>del</strong> carpo. Puede haber<br />

también sinovitis <strong>del</strong> tendón flexor radial <strong>del</strong> carpo y de la<br />

articulación radiocubital inferior, así como subluxación<br />

dorsal <strong>del</strong> cúbito.<br />

En la artritis de Lyme hay acumulación de líquido con<br />

alteración de la sinovial; las deformidades articulares y<br />

erosiones cartilaginosas son poco manifiestas.<br />

En la sarcoidosis las lesiones predominan en las falanges<br />

media y distal. Se pueden ver los granulomas superficiales,<br />

así como defectos quísticos y áreas de destrucción<br />

cortical, más evidentes en la IRM.<br />

En la hemofilia puede verse la hemorragia en las partes<br />

blandas, a veces con nivel líquido-líquido. En la forma<br />

subaguda o crónica la hemosiderina muestra ausencia de<br />

señales con cualquier técnica.<br />

En la enfermedad por depósito de cristales hay áreas<br />

de calcificación intraarticular, así como esclerosis carpiana<br />

subcondral, erosiones y quistes intraóseos de pirofosfato<br />

cálcico, mejor visibles en la IRM.<br />

La sinovitis pigmentada villonodular, también conocida<br />

como tumor de células gigantes de las vainas de los<br />

tendones, se trata de una masa inflamatoria extraarticular<br />

en las partes blandas, frecuente en las manos y dedos, que<br />

puede estudiarse con la ecografía.<br />

Ganglión<br />

Los gangliones son lesiones quísticas artrosinoviales,<br />

que predominan en la mano y muñeca, por lo general de<br />

contornos bien definidos, y cuya localización más frecuente<br />

en la mano son: la cara dorsal de la muñeca, íntimamente<br />

relacionado con la cápsula, cara anterior de la muñeca, próximo<br />

a la arteria radial y en la falange distal vecina a la uña.<br />

Es la causa más frecuente de una masa a este nivel y<br />

se encuentra ligada a las vainas tendinosas o articulaciones.<br />

Carece de membrana sinovial y raramente se puede<br />

ver su comunicación con la articulación vecina.<br />

En la ecografía aparecen como lesiones anecoicas, redondeadas<br />

u ovales, con bordes finos y regulares, a veces<br />

agrupadas en racimos. Cuando recidivan los bordes son<br />

más gruesos y borrosos con ecos internos, de aspecto viscoso.<br />

Cuando se demuestra un pequeño conducto de comunicación<br />

con el espacio articular el diagnóstico es definitivo,<br />

lo cual es difícil de demostrar en los casos de larga<br />

evolución.<br />

Masas tumorales benignas de las partes blandas.<br />

Entre los más frecuentes están:<br />

Fibromatosis palmar<br />

Es la retracción de la aponeurosis palmar por una<br />

fibromatosis, lo que provoca una deformidad en flexión de<br />

las articulaciones distales de la mano. A veces se asocia a<br />

fibromatosis en otras localizaciones. En la ecografía los<br />

nódulos fibromatosos aparecen como masas focales<br />

fusiformes e hipoecoicas que engruesan el TCS, de bordes<br />

bien definidos. En los casos avanzados se interesan los<br />

planos profundos con retracción <strong>del</strong> TCS.<br />

Tumor de células gigantes de las vainas<br />

Es una forma localizada de la sinovitis villonodular de<br />

las vainas y es la 2da. causa más frecuente de lesión nodular<br />

en la mano. Predomina en la cara palmar de los dedos, a<br />

partir de las vainas de los tendones flexores o articulaciones<br />

interfalángicas. En la ecografía son hipoecoicos y con<br />

contornos mal definidos.<br />

Tumor glómico<br />

Predomina en la punta de los dedos y en la ecografía<br />

aparece como una masa hipoecoica, redondeada u oval y<br />

bien definida.<br />

Quiste epidermoide<br />

Es de origen traumático y predomina en la punta de<br />

los dedos. En la ecografía aparecen como masas quísticas<br />

o hipoecoicas, redondeadas, de bordes nítidos, a veces con<br />

pequeños núcleos hiperecoicos internos por acumulación<br />

de queratina.<br />

Tumores de los nervios<br />

Son muy raros, aunque por lo general son hipoecoicos<br />

y su diagnóstico se basa en su relación con el curso de un<br />

tronco nervioso de la región.<br />

Lipomas<br />

Son frecuentes en el túnel carpiano, por lo general<br />

encapsulados o infiltrativos, predominando como masas<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 107


ovales de bordes bien definidos, paralelos a los músculos.<br />

Por lo general son hiperecoicos, con tabiques finos y<br />

ecogénicos en su interior.<br />

Hemangiomas<br />

Son los tumores benignos más frecuentes de las PB en<br />

las manos y en los dedos. Están compuestos de elementos<br />

vasculares asociados con proliferación angioblástica y fenómenos<br />

frecuentes de regresión. Por lo general contienen tejido<br />

graso y otros tejidos no vasculares, tomando un aspecto<br />

serpiginoso, en forma de lagos con tabiques fibroadiposo<br />

intratumoral, lo que produce un aspecto lobulado.<br />

En la ecografía pueden ser hipoecoicos o hiperecoicos,<br />

pobremente definidos y a veces con calcificaciones. El<br />

Doppler es poco útil.<br />

Hay que diferenciarlo de un ganglión quístico, de una lesión<br />

en el curso de una AR, de una artritis degenerativa o<br />

postraumática, sinovitis, fractura aguda, inestabilidad <strong>del</strong><br />

carpo y <strong>del</strong> síndrome <strong>del</strong> choque cubital. En su patogenia<br />

se han señalado alteraciones en la longitud <strong>del</strong> cúbito<br />

(cúbito corto) y alteraciones microvasculares<br />

postraumática. Es posible que la ecografía con la técnica<br />

de Doppler color aporte datos de interés en esta entidad.<br />

Tumores óseos<br />

La ecografía sirve para visualizar su extensión a las<br />

partes blandas vecinas, sobre todo auxiliado con el DC.<br />

Además, en aquellos tumores que destruyen la cortical, se<br />

puede ver la irregularidad de la misma y las alteraciones<br />

<strong>del</strong> periostio.<br />

Tumores malignos de las PB<br />

El más frecuente es el sarcoma sinovial de la mano y<br />

puede variar en su ecogenicidad. Los que no contienen<br />

grasa o calcificaciones son hipoecoicos. Los<br />

rabdomiosarcomas pueden presentarse como masas<br />

quísticas complejas con necrosis central.<br />

LESIONES ÓSEAS<br />

Fractura <strong>del</strong> escafoides<br />

Las fracturas incompletas y de estrés son fácilmente<br />

identificables en la ecografía, teniendo especial valor en<br />

las fracturas <strong>del</strong> escafoides.<br />

La fractura que con mayor frecuencia se detecta en los<br />

traumas de la mano es la fractura <strong>del</strong> escafoides que se ve<br />

como una discontinuidad de la línea cortical, hiperecoica<br />

<strong>del</strong> hueso.<br />

Necrosis ósea avascular<br />

Interesa con mayor frecuencia al escafoides y<br />

semilunar. La necrosis avascular <strong>del</strong> escafoides es una lesión<br />

postraumática secundaria a una fractura proximal o<br />

de la cintura <strong>del</strong> escafoides que compromete su suplencia<br />

vascular. En el 30 % de los casos hay esclerosis <strong>del</strong> polo<br />

proximal relacionado con osteopenia e hiperemia <strong>del</strong> hueso<br />

vecino no necrosado. Cuando ocurre en ausencia de<br />

una fractura se conoce como enfermedad de Preiser.<br />

La necrosis avascular <strong>del</strong> semilunar (enfermedad de<br />

Kienböck) se trata de una necrosis de este hueso, con<br />

predominio en el sexo masculino entre los 20 y 40 años.<br />

Neuropatías compresivas<br />

En ciertas localizaciones de la muñeca los nervios de<br />

la región cursan a través de espacios estrechos formados<br />

por estructuras rígidas que a veces contienen estructuras<br />

anormales asociadas. Esto es frecuente a nivel <strong>del</strong> túnel<br />

carpiano para el nervio mediano y en el canal de Guyón<br />

para el nervio cubital. Las causas más frecuentes son: una<br />

fibrosis <strong>del</strong> ligamento transversal <strong>del</strong> carpo y una<br />

tenosinovitis de los tendones flexores. Otras causas pueden<br />

ser tumores, gangliones quísticos, etc.<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano<br />

Aunque ya hemos estudiado este síndrome en otros capítulos,<br />

por su importancia, volvemos a insistir en el mismo.<br />

La ecografía es el mejor método para el diagnóstico de<br />

este síndrome en que no sólo se analiza la lesión <strong>del</strong> nervio<br />

sino se puede descubrir la causa de su compresión. Cuando<br />

el nervio se mantiene mucho tiempo comprimido disminuye<br />

en su diámetro.<br />

Se sabe que 1 de cada 10 personas en los EE.UU. desarrollan<br />

esta afección o sufren síntomas relacionados con<br />

ella durante su existencia. Es una de las causas más frecuentes<br />

de enfermedad ocupacional, a un costo de millones<br />

de dólares. Se ha asociado a 2 grupos de factores:<br />

. Ocupacionales. Mecanógrafos, músicos, carpinteros.<br />

. Condicionales. Embarazos, AR, IRC, diabetes, traumas,<br />

tumor, gangliones, tendinitis, tenosinovitis, etc.<br />

Se cree que ciertas actividades repetitivas originan un<br />

proceso inflamatorio que conduce al edema, elevando la<br />

108 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


presión en el túnel carpiano con compresión <strong>del</strong> nervio<br />

mediano. La compresión crónica lleva a la isquemia <strong>del</strong><br />

nervio y de ahí a la neuropatía secundaria.<br />

El diagnóstico se basa en el examen físico y en la EMG,<br />

en que se mide la latencia de conducción de la velocidad <strong>del</strong><br />

nervio que sirve para determinar la severidad de la enfermedad<br />

y constituye la piedra angular <strong>del</strong> diagnóstico. No obstante,<br />

si hay fibras nerviosas sanas, el resultado <strong>del</strong> EMG<br />

puede ser normal por lo que una conducción de velocidad<br />

normal, no excluye la presencia de compresión. Actualmente,<br />

y con transductores de alta resolución, se ha logrado<br />

visualizar la anatomía interna <strong>del</strong> nervio así como las afecciones<br />

de las estructuras vecinas que lo pueden afectar.<br />

El nervio mediano se origina en el plexo braquial e<br />

inerva, entre otras estructuras a los músculos distales de<br />

la mano. Atraviesa el túnel carpiano (TC), localizado en<br />

la cara palmar de la muñeca, distal al pliegue de la muñeca.<br />

El nervio mediano cursa superficialmente entre los tendones<br />

<strong>del</strong> palmar largo y el flexor radial <strong>del</strong> carpo.<br />

El nervio pasa por detrás <strong>del</strong> ligamento transversal <strong>del</strong><br />

carpo a través <strong>del</strong> túnel. En el túnel carpiano los tendones<br />

están rodeados por sus bursas que pueden comprimir al nervio.<br />

Lo mismo que sucede con los gangliones, traumas con<br />

fracturas, enfermedades inflamatorias, músculos anómalos<br />

y en las embarazadas. En la palma de la mano el nervio<br />

mediano se divide en ramas que inervan la mayoría de los<br />

músculos de la eminencia tenar y dan sensibilidad a la cara<br />

radial de la palma de la mano y a la mayoría de los dedos.<br />

El túnel carpiano aparece limitado anteriormente por<br />

el retináculo flexor, que es ecogénico, por detrás por el<br />

hueso grande y por los lados por el escafoides y por el<br />

pisiforme. El nervio mediano, elíptico e hipoecoico, se<br />

destaca entre los tendones flexores hiperecoicos. Los huesos<br />

<strong>del</strong> carpo son muy ecogénicos y las arterias se destacan<br />

fácilmente por sus pulsaciones.<br />

En cortes anatómicos, y después de la disección de<br />

la piel y de la fascia superficial, se ve que la estructura<br />

más anterior es el tendón <strong>del</strong> palmar largo, con el<br />

retináculo flexor por detrás, separados por una capa de<br />

fascia fina. El nervio mediano se ve inmediatamente por<br />

detrás <strong>del</strong> retináculo flexor cubierto por una fascia fina<br />

y la vaina <strong>del</strong> nervio. A medida que cruza el TC se afina<br />

distalmente y se ramifica para inervar los dedos. En<br />

su interior el nervio muestra una estructura de baja<br />

ecogenicidad, rodeado de una capa fina hiperecoica que<br />

representa la vaina <strong>del</strong> nervio. En CT su configuración<br />

varía: en la porción proximal <strong>del</strong> TC el nervio tiene la<br />

forma de una elipse aplanada y se acuña distal al túnel<br />

lo que lo diferencia de los tendones que mantienen su<br />

forma y tamaño en su trayecto.<br />

ALTERACIONES ECOGRÁFICAS<br />

EN EL SÍNDROME DEL TC<br />

En cuanto a las mediciones normales tenemos:<br />

. Área de sección <strong>del</strong> nervio mediano 8,3 mm 2 en el<br />

hombre y 9,3 mm 2 en la mujer.<br />

. Diámetro AP <strong>del</strong> túnel carpiano 10,9 mm en el hombre<br />

y 10,3 mm en la mujer.<br />

. Grosor <strong>del</strong> retináculo flexor 1.,1 mm en el hombre y<br />

1,0 mm en la mujer.<br />

En el 84 % de los casos el nervio mediano de la mano<br />

dominante tiene un área de sección mayor, pero no se modifica<br />

el diámetro AP <strong>del</strong> TC.<br />

En los pacientes con síndrome <strong>del</strong> TC el nervio muestra<br />

aumento de su diámetro, que se corresponde con la gravedad<br />

de la afección y que hace que el área de sección llegue a<br />

medir más de 15 mm 2 . Además, y en CL se pueden visualizar<br />

cambios bruscos de su contorno a lo largo de su trayecto.<br />

La alta resolución de los transductores modernos, permite<br />

visualizar los cambios anatómicos y las alteraciones<br />

<strong>del</strong> nervio mediano en el síndrome <strong>del</strong> TC. Es importante<br />

la evaluación anatómica <strong>del</strong> túnel en el manejo de este síndrome<br />

detectando alguna enfermedad acompañante.<br />

Se ha demostrado una muy buena correlación entre<br />

los hallazgos de la ecografía y la EMG en los pacientes<br />

con síndrome <strong>del</strong> TC. Así tenemos:<br />

Los pacientes con EMG normal muestran áreas de<br />

sección normal <strong>del</strong> nervio mediano.<br />

. Los pacientes con EMG anormal muestran aumento<br />

marcado <strong>del</strong> área de sección <strong>del</strong> nervio.<br />

. Los pacientes con resultados anormales ligeros o moderados,<br />

muestran aumento ligero o moderado <strong>del</strong> área<br />

de sección.<br />

. Los pacientes sintomáticos de síndrome <strong>del</strong> TC muestran<br />

agrandamiento marcado <strong>del</strong> nervio mediano y alteraciones<br />

severas <strong>del</strong> EMG.<br />

. Los pacientes asintomáticos muestran tamaño normal<br />

<strong>del</strong> nervio y EMG normal.<br />

La ecografía puede demostrar no sólo las alteraciones<br />

<strong>del</strong> nervio mediano y <strong>del</strong> ligamento capsular, sino también<br />

otras alteraciones asociadas como es el borramiento de los<br />

bordes <strong>del</strong> nervio por edema. Además, en los pacientes con<br />

alteraciones moderadas o severas en el EMG, se observa<br />

marcada dilatación proximal <strong>del</strong> ligamento carpiano con cambios<br />

bruscos <strong>del</strong> calibre a la entrada <strong>del</strong> nervio en el túnel.<br />

En conclusión, se sabe que la ecografía es una técnica<br />

sencilla que permite evaluar al nervio mediano y al contenido<br />

<strong>del</strong> túnel carpiano. Su anatomía puede definirse cla-<br />

Ecografía de la mano y la muñeca 109


amente y se pueden obtener mediciones. Además, hay<br />

una estrecha correlación entre las alteraciones de conducción<br />

<strong>del</strong> nervio mediano en el EMG y las mediciones<br />

de su área de sección con la ecografía. Por otro lado, se<br />

puede valorar el grado de afectación <strong>del</strong> nervio mediano,<br />

lo que permite una mejor planificación <strong>del</strong> tratamiento y<br />

su evolución posoperatoria.<br />

En los pacientes operados <strong>del</strong> túnel carpiano, se puede<br />

ver el retináculo seccionado, así como las cicatrices<br />

posoperatorias, con alteraciones en el área de sección cuando<br />

hay recidiva de los síntomas.<br />

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Síndrome <strong>del</strong> túnel cubital o <strong>del</strong> canal de<br />

Guyón<br />

Es un síndrome provocado por la compresión <strong>del</strong> nervio<br />

cubital a su entrada en la parte interna de la muñeca.<br />

El nervio cubital pasa por encima <strong>del</strong> retináculo flexor y<br />

por debajo <strong>del</strong> ligamento palmar <strong>del</strong> carpo a través de este<br />

canal que en condiciones normales solo contiene la arteria,<br />

vena y nervio. La causa más frecuente es un ganglión, que<br />

aparece como una lesión quística y redondeada. Otras veces<br />

obedece a microtraumas, traumas deportivos o idiopática.<br />

En la ecografía hay engrosamiento <strong>del</strong> nervio cubital<br />

y se puede identificar el factor causante.<br />

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Ecografía de la mano y la muñeca 111


112 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ARTICULACIÓN DE LA CADERA. MUSLO<br />

ECOGRAFÍA DE LA CADERA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Las numerosas inserciones tendinosas, las diferentes<br />

bursas serosas y lo extenso de los grupos musculares,<br />

explican la diversidad de las enfermedades encontradas<br />

en esta región.<br />

El dolor crónico de la cadera con un rayos X normal,<br />

con una historia y un examen físico inespecíficos constituyen<br />

un problema diagnóstico. El trauma, la infección, artritis,<br />

necrosis avascular, el tumor y la displasia de la cabeza<br />

femoral pueden presentarse con pocas manifestaciones<br />

radiográficas.<br />

En estos casos la ecografía puede ayudar en el diagnóstico,<br />

y se puede identificar la presencia de un derrame<br />

articular, una bursitis, etc.<br />

El derrame articular se ve mejor por vía anterior, a lo<br />

largo <strong>del</strong> cuello femoral. Por su parte la bursitis casi siempre<br />

interesa la bursa trocantérica o a la <strong>del</strong> psoas-ilíaco. En estos<br />

casos hay distensión por líquido de la bursa que aparece<br />

hipoecoica o anecoica y que puede ser dolorosa a la presión<br />

con el transductor. Estas bursas, sobre todo la <strong>del</strong> psoas-ilíaco<br />

pueden disecarse y contener material de desecho.<br />

También se ha utilizado la ecografía en el diagnóstico<br />

de la fractura subcapital no desplazada <strong>del</strong> fémur. Para<br />

ello se debe abordar la articulación tratando de identificar,<br />

en el mismo plano, la cápsula articular y el cuello femoral.<br />

En estos casos se debe buscar la presencia de un derrame<br />

o hemartrosis, con una separación mayor de 2 mm entre la<br />

cápsula y el cuello femoral, siempre comparándola con el<br />

lado sano.<br />

Otra utilización de la ecografía en la cadera se refiere<br />

a su valor en el diagnóstico de los pacientes con artroplastia<br />

total. En estos casos la ecografía es capaz de detectar alteraciones<br />

de la sinovial con signos de aflojamiento <strong>del</strong> componente<br />

acetabular de la artroplastia.<br />

Ahora bien, donde la ecografía ha jugado un papel<br />

preponderante ha sido en el diagnóstico de la afección dolorosa<br />

de la cadera en el niño, sobre todo en las displasias,<br />

malformaciones congénitas y en la enfermedad de Perthes.<br />

Una de las primeras aplicaciones de la ecografía en el<br />

SOMA, fue la evaluación de la cadera en el niño, ya que<br />

permitía estudiar los cartílagos que constituyen la mayor parte<br />

de la cabeza y <strong>del</strong> cuello femoral en los primeros 6 meses<br />

de vida y que no son visibles a los rayos X. Con posterioridad,<br />

se extendió su uso en niños mayores, con dolor o claudicación<br />

en la cadera y con exámenes de rayos X normales,<br />

para descartar una enfermedad articular. Con ello se logró el<br />

estudio de diferentes entidades congénitas, inflamatorias o<br />

traumáticas, sobre todo para su diagnóstico precoz.<br />

INDICACIONES<br />

Entre las causas de una cadera dolorosa, posible de<br />

estudiarse con la ecografía se citan:<br />

. Sinovitis transitoria.<br />

. Sinovitis traumática.<br />

. Artritis inflamatoria.<br />

.Artritis séptica.<br />

. Osteomielitis.<br />

. Enfermedad de Perthes.<br />

. Epifisiólisis femoral.<br />

. Traumas no accidentales.<br />

. Neoplasias (osteoma osteoide).<br />

En particular, en el niño pequeño, se ha utilizado en<br />

las siguientes entidades:<br />

. Displasia de desarrollo de la cadera.<br />

. Déficit femoral focal proximal.<br />

. Coxa vara congénita.<br />

. Miopatías congénitas.<br />

. Enfermedad de Perthes<br />

. Artritis séptica.<br />

. Osteomielitis.<br />

Articulación de la cadera. Muslo 113


ANATOMÍA NORMAL<br />

La cadera es una articulación en caja de bola con una<br />

amplia movilidad en todas direcciones. La cavidad<br />

acetabular, esférica, cubre gran parte de la cabeza femoral,<br />

salvo en su porción medial e inferior que se conoce como<br />

muesca acetabular y donde esta cavidad es deficiente. El<br />

ligamento acetabular transverso atraviesa esta porción<br />

deficiente <strong>del</strong> acetábulo.<br />

El acetábulo cubre el 40 % de la cabeza femoral y se<br />

ensancha por la presencia <strong>del</strong> lábrum fibrocartilaginoso<br />

para aumentar su profundidad. La cavidad acetabular contiene<br />

al ligamento tere y al paquete graso o pulvinar. El<br />

hueso de la cadera incluye al ilíaco, ísquion y pubis. Las<br />

relaciones <strong>del</strong> acetábulo y el fémur con la cúpula acetabular<br />

orientada anterolateral a la pelvis, y el cuello femoral dirigido<br />

posteriormente, contribuyen a la estabilidad de esta<br />

articulación. El cartílago (semilunar) en forma de herradura<br />

tapiza al acetábulo, salvo en su porción central o<br />

fosa acetabular, llena de tejido graso y tapizada por la<br />

sinovial. Toda la cabeza femoral está cubierta por el cartílago<br />

articular, salvo en su porción central o fóvea, de la<br />

cual se origina el ligamento redondo que cursa hacia abajo,<br />

dentro de la articulación para insertarse en el ligamento<br />

transverso. El cartílago articular de la cabeza femoral<br />

mide 3 mm en su porción mas gruesa (postero superior) y<br />

se a<strong>del</strong>gaza (0,5 mm) a lo largo de las porciones periférica<br />

e inferior.<br />

El lábrum glenoideo <strong>del</strong> acetábulo es triangular en los<br />

cortes y es más grueso por detrás y por arriba. Es menos<br />

organizado que el menisco de la rodilla y está unido directamente<br />

al anillo óseo <strong>del</strong> acetábulo, mezclándose con el<br />

ligamento transverso en los bordes de la muesca acetabular.<br />

En condiciones normales existe una hendidura en el sitio<br />

donde se unen el lábrum y el ligamento transverso, que no<br />

debe confundirse con una ruptura <strong>del</strong> lábrum.<br />

La cápsula articular se inserta en el anillo acetabular<br />

de la siguiente manera: por <strong>del</strong>ante y por detrás la cápsula<br />

se inserta directamente en la base <strong>del</strong> lábrum, por<br />

lo que se crea un pequeño receso entre el lábrum y la<br />

cápsula, mayor por arriba, ya que la cápsula se inserta<br />

varios milímetros por encima <strong>del</strong> lábrum. La cápsula<br />

tiene varios engrosamientos que refuerzan la articulación,<br />

lo que incluye los ligamentos pubofemoral,<br />

iliofemoral e isquiofemoral, compuestos de fibras superficiales<br />

orientadas longitudinalmente. Existe una<br />

capa de fibras profundas orientadas de manera circular<br />

que rodean la cápsula en la base <strong>del</strong> cuello femoral,<br />

que proceden de la profundidad <strong>del</strong> ligamento<br />

isquiopubiano y que se conoce como zona orbicular. El<br />

tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco está íntimamente relacionado con<br />

la cara anterior de la cadera y en el 10 al 15 % de los<br />

casos existe una comunicación directa entre la cápsula<br />

y la bursa <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco.<br />

Como ya hemos señalado la cápsula fibrosa de la articulación<br />

está reforzada por los ligamentos íliofemoral,<br />

pubofemoral e ísquiofemoral. El ligamento íliofemoral o<br />

de Bigelow es el más grueso y fuerte de los ligamentos<br />

capsulares y tiene la forma de una Y invertida anteriormente.<br />

La línea intertrocantérica, es el sitio de inserción<br />

<strong>del</strong> ligamento iliofemoral, lo que hace que el 95 % <strong>del</strong><br />

cuello femoral sea intracapsular. La cápsula, inelástica,<br />

limita la extensión completa de esta articulación.<br />

En el trocánter se han identificado 4 facetas: una anterior<br />

(oval) en su cara anterolateral, una lateral (en forma<br />

de un triángulo invertido), una faceta posterosuperior (con<br />

una orientación oblicua) y una faceta posterior (de forma<br />

curveada).<br />

Los músculos abductores, el glúteo medio y el glúteo<br />

menor, se insertan en el trocánter mayor; mientras que el<br />

tendón <strong>del</strong> psoas ilíaco (flexor de la cadera) pasa por <strong>del</strong>ante<br />

de la articulación para terminar en el trocánter menor.<br />

El triángulo de Ward se sitúa en la región inferomedial<br />

<strong>del</strong> cuello femoral, donde existe un tejido trabecular con<br />

densidad ósea disminuida, de gran valor en el diagnóstico<br />

de la osteoporosis.<br />

En el adulto el ángulo <strong>del</strong> cuello femoral es de unos<br />

125 grados y el grado de anteroversión femoral es de unos<br />

14 grados; ambos disminuyen durante la maduración<br />

esquelética.<br />

BURSAS DE LA CADERA<br />

Se han descrito cerca de 20 bursas vecinas a la articulación<br />

de la cadera y 3 de ellas próximas al trocánter:<br />

la trocantérica, vecina a la faceta posterior <strong>del</strong> trocánter,<br />

la bursa <strong>del</strong> glúteo medio vecina a la faceta lateral y la<br />

<strong>del</strong> menor vecina a la faceta anterior. Algunos han descrito<br />

una bursa subglutea máxima, distal a la bursa<br />

trocantérica.<br />

VASCULARIZACIÓN<br />

La vascularización de la cabeza femoral y porción<br />

proximal <strong>del</strong> fémur se hace a través de las arterias<br />

circunflejas medial y lateral, donde forman anillos<br />

anastomóticos. Por su parte la arteria obturatriz le ofrece<br />

vascularización a la cabeza a través <strong>del</strong> ligamento teres.<br />

114 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DE LA CADERA<br />

EN LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />

Antes de empezar el estudio de las alteraciones patológicas<br />

de la cadera, hemos considerado de interés el ofrecer<br />

una visión, en cortes anátomo-radiológicos, de los diferentes<br />

planos de la cadera, aunque no todas las estructuras<br />

sean identificables en la ecografía.<br />

Cortes axiales<br />

Se usan para demostrar las relaciones de la cabeza<br />

femoral y el acetábulo con las estructuras musculares de<br />

soporte y su aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En un corte a nivel <strong>del</strong> techo acetabular se muestra el<br />

plano muscular de los glúteos, separados por la grasa<br />

que acompaña a sus fascias. El glúteo medio es lateral,<br />

el menor es profundo y el mayor es posterior. El<br />

músculo tensor de la fascia lata, es muy superficial y<br />

se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> glúteo medio. El músculo psoas<br />

ilíaco se sitúa por <strong>del</strong>ante de la cabeza femoral, a la<br />

hora 12. El músculo sartorio es el más anterior, mientras<br />

que el recto anterior ocupa el espacio entre el tendón<br />

de la fascia lata por fuera y el psoas ilíaco por<br />

dentro. El músculo obturador interno se sitúa por dentro<br />

de las columnas anterior y posterior <strong>del</strong> acetábulo.<br />

. El nervio ciático se sitúa por detrás de la columna<br />

posterior <strong>del</strong> acetábulo. Los vasos ilíacos externos<br />

cursan por dentro <strong>del</strong> psoas y por <strong>del</strong>ante de la columna<br />

anterior <strong>del</strong> acetábulo. El tendón <strong>del</strong> recto anterior,<br />

se inserta en la espina ilíaca anterosuperior.<br />

. En un corte a nivel de la cabeza femoral se visualizan<br />

los vasos femorales. También se ve el cartílago articular<br />

de la cabeza femoral, así como las porciones<br />

anterior y posterior <strong>del</strong> lábrum, de forma triangular,<br />

con su vértice orientado lateralmente.<br />

. En un corte a la altura <strong>del</strong> trocánter mayor y cuello<br />

femoral se ve el obturador interno por dentro <strong>del</strong> pubis<br />

e isquion, así como a las inserciones tendinosas<br />

<strong>del</strong> glúteo medio y glúteo menor en las facetas <strong>del</strong><br />

trocanter. La bursa trocantérica se puede ver como<br />

una línea hipoecogénica, rodeada por grasa, paralela<br />

a la faceta posterior <strong>del</strong> trocanter y se localiza por<br />

detrás <strong>del</strong> glúteo mayor y el tracto iliotibial. El ligamento<br />

iliofemoral, se une con la cortical anterior <strong>del</strong><br />

cuello femoral. El tracto iliotibial se visualiza hacia la<br />

periferia como una banda fina, rodeada por grasa en<br />

sus porciones medial y lateral. A este nivel el nervio<br />

ciático, por fuera de la tuberosidad isquiática, aparece<br />

rodeado por grasa entre el músculo cuadrado<br />

femoral por <strong>del</strong>ante y el glúteo mayor por detrás. Los<br />

vasos obturadores se sitúan por detrás y por fuera <strong>del</strong><br />

pubis, entre el pectíneo y el obturador interno.<br />

. En un corte realizado a nivel de la porción proximal<br />

<strong>del</strong> fémur permite ver a los músculos aductores<br />

(anteromediales), al obturador externo y al cuadrado<br />

femoral (por dentro), la inserción isquiática de la porción<br />

larga <strong>del</strong> bíceps femoral y el tendón <strong>del</strong><br />

semitendinoso(por detrás). El ligamento isquiofemoral<br />

se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> músculo cuadrado femoral,<br />

por dentro <strong>del</strong> isquion, en relación con la cara posterior<br />

de la cápsula.<br />

Cortes coronales<br />

Se utilizan para la evaluación <strong>del</strong> lábrum y espacio<br />

articular.<br />

El lábrum se ve como un triángulo situado entre la<br />

porción superoexterna de la cabeza y la porción<br />

inferoexterna <strong>del</strong> acetábulo. La cápsula se ve rodeando al<br />

cuello femoral. Puede verse un defecto <strong>del</strong> cartílago articular<br />

por dentro, en el sitio de inserción <strong>del</strong> ligamento teres.<br />

La porción refleja de la cabeza <strong>del</strong> recto femoral se ve por<br />

fuera de la porción proximal <strong>del</strong> ligamento iliofemoral.<br />

Por <strong>del</strong>ante, y a la hora 7, se ve al tendón y músculo psoas<br />

ilíaco en relación con la cabeza femoral. El ligamento<br />

iliofemoral se sitúa por fuera <strong>del</strong> cuello femoral, cerca <strong>del</strong><br />

trocánter mayor. La parte superior <strong>del</strong> lábrum se localiza<br />

en la porción profunda <strong>del</strong> ligamento iliofemoral, a lo largo<br />

<strong>del</strong> borde inferoexterno <strong>del</strong> acetábulo. El paquete graso<br />

intraarticular se sitúa entre la porción medial de la cabeza<br />

y el acetábulo. El músculo obturador externo cruza al cuello<br />

femoral en cortes coronales posteriores.<br />

Cortes sagitales<br />

Son muy útiles para el estudio de los músculos de la<br />

región, así como para evaluar los componentes óseos de la<br />

articulación y para el diagnóstico precoz de la osteonecrosis<br />

(IRM).<br />

. En cortes sagitales laterales se ve al glúteo medio y a<br />

su tendón de inserción en el trocánter mayor. El tendón<br />

<strong>del</strong> obturador externo se sitúa por <strong>del</strong>ante y algo<br />

por debajo de este trocánter. También a este nivel se<br />

pueden identificar las estructuras óseas correspondientes<br />

a la espina ilíaca anteroinferior, el techo acetabular<br />

y la cabeza femoral. El ligamento iliofemoral se extiende<br />

hacia abajo por <strong>del</strong>ante de la porción anterior<br />

Articulación de la cadera. Muslo 115


<strong>del</strong> lábrum. El ligamento isquiofemoral se sitúa vecino<br />

a la cara posterior de la cabeza femoral. En estos<br />

cortes se pueden identificar al cartílago articular hialino<br />

de la cabeza y <strong>del</strong> acetábulo.<br />

. En cortes sagitales mediales se ve como el acetábulo<br />

cubre gran parte de la cabeza femoral.<br />

. En cortes sagitales aún más mediales, a través de la<br />

articulación de la cadera, se puede ver al ligamento<br />

teres dentro de la fosa acetabular, con el isquion por<br />

detrás y por debajo (IRM).<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

Dolor de la cadera en los atletas<br />

Si bien los cambios degenerativos de las diferentes<br />

articulaciones de la cadera constituyen motivo habitual de<br />

consulta en los pacientes de la tercera edad, en este capítulo<br />

solo nos vamos a referir a las causas más frecuentes de<br />

dolor de la cadera en los atletas. Entre ellas tenemos:<br />

Síndrome por sobreuso<br />

La mayoría de los pacientes con dolor en la cadera, obedecen<br />

a un sobreuso, provocado por un mal entrenamiento,<br />

frecuente en los corredores, sobre todo a nivel de los aductores<br />

o en la inserción superior de los músculos de la corva, y provocados<br />

por tendinitis, bursitis o lesión muscular. En estos<br />

pacientes la ecografía puede detectar su causa.<br />

Rupturas musculares<br />

Las rupturas musculares de esta región se han clasificado,<br />

como en otras regiones, en 3 grados.<br />

Grado I - Sólo hay espasmo muscular o calambres.<br />

El examen con ecografía puede ser negativo y solo<br />

tiene valor cuando se puede comparar con el lado<br />

sano contralateral. En la ecografía se puede identificar<br />

el edema o hemorragia, con conservación de<br />

la morfología muscular. La lesión es difusa e interesa<br />

a varios grupos musculares, lo que lo diferencia<br />

de un proceso inflamatorio agudo.<br />

Grado II - Hay una verdadera lesión por sobreuso. El<br />

dolor se produce con la actividad y se resuelve con<br />

el reposo. Hay hemorragia e interrupción de las<br />

fibras musculares que interesan hasta el 50 % de<br />

las fibras musculares.<br />

Grado III - Hay desgarro o una ruptura muscular, que<br />

puede ocurrir en el músculo, en la unión<br />

musculotendinosa, en su origen o en su terminación.<br />

En los casos de hemorragia intramuscular la ecografía<br />

es de gran valor y su aspecto varía con el tiempo de evolución<br />

de la hemorragia.<br />

Ruptura <strong>del</strong> manguito rotador (MR)<br />

de la cadera<br />

Se cree debido a una ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo<br />

medio o menor o de ambos, y se asocia con frecuencia a<br />

bursitis trocantérica o con arrancamiento <strong>del</strong> trocánter en<br />

la región de la faceta posterosuperior <strong>del</strong> trocánter.<br />

En la ecografía se ve un defecto <strong>del</strong> tendón interesado,<br />

muchas veces con atrofia <strong>del</strong> glúteo.<br />

Bursitis por sobreuso<br />

Aunque hay más de 20 bursas en la región, las más<br />

afectadas son en orden decreciente: la trocantérica (incluyen<br />

las bursas <strong>del</strong> glúteo medio y menor), la bursa<br />

isquioglútea y más raramente la bursa <strong>del</strong> psoas ilíaco.<br />

La bursitis trocantérica se ve en los corredores y deportes<br />

de raquetas, por la fricción repetida <strong>del</strong> tendón de la<br />

fascia lata en el trocánter mayor. Se puede ver la colección<br />

anecoica o hipoecoica vecina al tendón.<br />

Miositis osificante<br />

Ocurre secundaria a traumas con ruptura muscular,<br />

en el curso de grandes cirugías de la región o en pacientes<br />

con extensas quemaduras o parálisis. Raras veces complica<br />

a la espondilitis anquilopoyética.<br />

La ecografía puede detectar las áreas de calcificación<br />

u osificación mucho antes que los rayos X simples.<br />

LESIONES ARTICULARES<br />

Introducción<br />

Las artropatías de la cadera suelen ser poco manifiestas.<br />

La visualización en la placa simple de las lesiones<br />

precoces, como es la pérdida <strong>del</strong> cartílago, no siempre es<br />

posible. Pueden observarse pequeños osteofitos o cambios<br />

erosivos, especialmente en las espondiloartropatías, sobre<br />

todo en un adulto joven con dolor en la cadera, donde es<br />

frecuente la presencia de protrusión acetabular y alteraciones<br />

en las sacroilíacas.<br />

Osteoartritis. Osteoartrosis<br />

Es la forma más frecuente de degeneración <strong>del</strong> cartílago<br />

articular. La incidencia aumenta con la edad y se debe<br />

116 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


a un estrés excesivo de los tejidos normales o a una respuesta<br />

anormal frente a fuerzas fisiológicas. La mayoría<br />

de los pacientes tienen antecedentes de una enfermedad<br />

previa en la infancia o existen variaciones anatómicas como<br />

es el lábrum intracetabular.<br />

La osteoartritis puede presentarse precozmente con<br />

pequeños quistes, osteofitos y reforzamiento <strong>del</strong> cuello<br />

femoral o región vecina. El 20 % de los pacientes con esta<br />

afección suelen presentar una protrusión con mayor frecuencia<br />

que una subluxación superolateral (IRM).<br />

La pelvis de Otto es una osteoartritis de carácter hereditario<br />

más frecuente en la mujer, y en la cual existe<br />

protrusión y cambios degenerativos precoces. Se cree debida<br />

a una falla de la osificación acetabular o <strong>del</strong><br />

remo<strong>del</strong>amiento óseo.<br />

Hay una forma de osteoartritis precoz que se asocia a<br />

una diafoepifisiólisis de la cabeza femoral, la cual se desplaza<br />

medialmente.<br />

En las artritis la ecografía muestra le presencia frecuente<br />

de un derrame articular. Cuando es pequeño se puede<br />

ver en el receso superior de la articulación, limitado por<br />

arriba por el lábrum y por debajo y por dentro por el ligamento<br />

transverso. Cuando el derrame es mayor se abomban<br />

los bordes de la cápsula y la ecografía sirve para guiar<br />

una punción aspirativa.<br />

Artritis reumatoide<br />

La cadera se afecta en el 50 % de los pacientes con<br />

AR, frecuentemente de forma bilateral. En la forma juvenil<br />

se ven irregularidades de la cabeza femoral y <strong>del</strong> platillo<br />

de crecimiento, así como erosiones óseas (IRM). El<br />

a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago articular puede diagnosticarse<br />

mucho antes de que se produzca estrechamiento <strong>del</strong> espacio<br />

articular. El derrame articular en esta afección se puede<br />

abrir a través de la pared anterior de la cápsula en la<br />

bursa psoasilíaca, fácilmente identificada con la TAC o la<br />

ecografía. En estos casos la sinovial inflamada puede aparecer<br />

hiperecoica o hipoecoica y confundirse con líquido<br />

articular. Son frecuente las rupturas de los tendones<br />

periarticulares vecinos a la cadera.<br />

Artritis séptica<br />

El diagnóstico de artritis séptica de la cadera se basa<br />

en la presencia de derrame, pérdida <strong>del</strong> cartílago y destrucción<br />

de la cortical ósea, aunque la pérdida <strong>del</strong> cartílago<br />

puede no visualizarse en el período precoz. El derrame<br />

puede sospecharse en la rayos X simple por el desplazamiento<br />

y asimetría de las líneas grasas, sobre todo con la<br />

ecografía en que se muestra hipoecoico y que sirve de guía<br />

para la aspiración y cultivo <strong>del</strong> líquido.<br />

Osteoporosis transitoria<br />

Esta afección predomina en el hombre, a veces con<br />

carácter migratorio y en ocasiones con resolución espontánea.<br />

Se desconoce su causa, aunque se cree de origen<br />

neurogénico. En la mujer embarazada ocurre con mayor<br />

frecuencia en la cadera izquierda; en el hombre puede ser<br />

bilateral. Hay osteoporosis periarticular con el cartílago<br />

intacto, así como derrame que puede detectarse en la<br />

ecografía. El derrame regresa entre 6 y 10 meses y el diagnóstico<br />

diferencial con una artritis séptica es difícil.<br />

Condromatosis y Osteocondromatosis<br />

sinovial. Cuerpos libres<br />

La condromatosis sinovial es frecuente en la cadera,<br />

tratándose de una afectación monoarticular de la sinovial<br />

con metaplasia cartilaginosa. En esta afección el desarrollo<br />

de cuerpos libres intraarticulares puede conducir a la<br />

destrucción <strong>del</strong> cartílago hialino y progresar hasta una<br />

osteoartritis.<br />

Los cuerpos libres intraarticulares pueden identificarse<br />

en la ecografía.<br />

Sinovitis pigmentada villonodular<br />

En la histología de esta lesión hay una proliferación<br />

anormal de las células sinoviales con gran número de<br />

histiocitos y células gigantes que contienen hemosiderina.<br />

En el período precoz se producen quistes pequeños y múltiples<br />

en la parte externa <strong>del</strong> acetábulo, en la cabeza y cuello<br />

femoral, siempre fuera de las áreas de soporte de peso.<br />

Ya hemos hablado <strong>del</strong> aspecto ecográfico de esta afección<br />

en otras articulaciones, aunque el diagnóstico es más<br />

difícil por lo profundo de la articulación de la cadera.<br />

LESIONES ÓSEAS<br />

Fracturas <strong>del</strong> fémur y <strong>del</strong> acetábulo<br />

Las fracturas de la cadera se han clasificado en:<br />

. Intracapsulares: subcapsular, transcervical y basicervical.<br />

. Extracapsulares: intertrocantéreas y subtrocantéreas.<br />

. Fracturas de estrés: tipos I, II y III.<br />

. Fracturas ocultas por insuficiencia, por avulsión o<br />

estrés.<br />

Las fracturas <strong>del</strong> acetábulo se ven mejor en la TAC,<br />

sin embargo, la IRM es útil para evaluar las columnas <strong>del</strong><br />

acetábulo y el tejido medular subcondral. Las fracturas de<br />

Articulación de la cadera. Muslo 117


la columna anterior <strong>del</strong> acetábulo se asocian con rotación<br />

externa de la cabeza femoral, mientras que las de la columna<br />

posterior lo hacen con rotación interna. La presencia<br />

de fragmentos libres se pueden diagnosticar con la TAC,<br />

la ecografía y la IRM.<br />

Fracturas ocultas<br />

La fractura de la cabeza femoral a veces no se ve en<br />

los rayos X convencionales, sobre todo cuando no se altera<br />

la morfología esférica de la cabeza o cuando hay un<br />

área de impactación de la trabécula ósea. Lo mismo sucede<br />

en las fracturas de estrés de la porción proximal <strong>del</strong><br />

fémur. En todos estos casos la IRM es muy útil, sobre<br />

todo para valorar la viabilidad de la cabeza.<br />

Entre las fracturas ocultas, las más frecuentes son:<br />

Fractura <strong>del</strong> anillo acetabular<br />

Es importante el vigilar las lesiones <strong>del</strong> anillo, para<br />

detectar fractura subcapital <strong>del</strong> fémur, sobre todo asociado<br />

a luxación transitoria (IRM).<br />

Fractura por impacto <strong>del</strong> cuello femoral<br />

Se asocia frecuentemente a la luxación transitoria.<br />

Aparece como una línea cóncava y esclerótica de localización<br />

subcondral, asociada con frecuencia, a luxación transitoria<br />

y que es similar a la fractura por impactación de<br />

Hill-Sachs <strong>del</strong> hombro (IRM).<br />

Fractura por estrés<br />

Es importante el conocer su relación con algunos deportes,<br />

como ocurre con el pubis de los corredores o en la<br />

porción interna <strong>del</strong> cuello femoral. Al inicio aparece como<br />

una línea radiotransparente rodeada de esclerosis, pero<br />

otras veces de modo aislado.<br />

Fractura por insuficiencia<br />

Predomina en la región subcapital y provoca ligera<br />

angulación <strong>del</strong> cuello femoral, angulación de las trabéculas<br />

o una línea de impactación subcapital. La vista de rana es<br />

muy útil, y sobre todo la IRM.<br />

Nota. En los niños pequeños la ecografía y la IRM permiten<br />

identificar la fractura de las epífisis no osificadas.<br />

Fractura por avulsión<br />

En la pelvis, este tipo de fractura, se ve en los adolescentes<br />

y adultos jóvenes debido a que las apófisis de<br />

la pelvis solo aparecen en la pubertad, se unen al hueso<br />

a partir de los 25 años. Ocurre con mayor frecuencia,<br />

y en orden decreciente, en la espina ilíaca<br />

anterosuperior, espina ilíaca anteroinferior y tuberosidad<br />

isquiática. La primera se relaciona con la inserción <strong>del</strong><br />

sartorio y ocurre con la cadera en extensión y la rodilla<br />

flexionada. La fractura de la espina ilíaca anteroinferior<br />

se relaciona con una tracción de la cabeza <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> recto anterior, mientras que la de la tuberosidad<br />

isquiática se relaciona con los músculos de la corva y<br />

ocurre con la cadera en flexión y la rodilla en extensión,<br />

frecuente en los gimnastas. En la forma aguda el<br />

diagnóstico es difícil y puede desarrollarse posteriormente,<br />

una osificación heterotópica marcada.La<br />

ecografía permite detectar las lesiones de insercionitis<br />

de los tendones interesados.<br />

Displasia de desarrollo de la cadera (DDC)<br />

La historia natural de esta entidad no es sencilla y es<br />

importante el saber diferenciarla de una cadera normal.<br />

Ella se compone de 2 elementos fundamentales: inestabilidad<br />

y morfología anormal, discutiéndose cuál es el problema<br />

primario. Para algunos la alteración morfológica<br />

es lo primario, pero para otros lo que predomina es la<br />

inestabilidad que provoca un desplazamiento de la cabeza<br />

femoral en relación con el acetábulo, que a su vez<br />

impide un desarrollo normal de este último. Hay autores<br />

que plantean que el defecto primario radica en el<br />

acetábulo, lo que facilita el desplazamiento de la cabeza,<br />

que crea una inestabilidad. La ecografía es capaz de evaluar<br />

ambos elementos.<br />

TÉCNICA<br />

El examen debe realizarse con transductores lineales<br />

de diferentes frecuencias. En el RN deben ser de 7,5 MHz,<br />

entre 3 y 7 meses de 5 MHz y sólo raramente se empleará<br />

un transductor de 3,5 MHz. El niño debe permanecer relajado<br />

durante el examen preferentemente con una alimentación<br />

oral. Todo el examen se realiza por la cara lateral o<br />

postero-lateral de la cadera con el niño boca arriba y los<br />

pies hacia el examinador. Cuando se examina la cadera<br />

izquierda el operador sujeta la pierna izquierda <strong>del</strong> niño<br />

con su mano izquierda, utilizando el transductor con su<br />

mano derecha. Cuando se examina la cadera derecha el<br />

examinador sujeta el transductor con la mano izquierda y<br />

sujeta la pierna derecha <strong>del</strong> niño con su mano derecha.<br />

118 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


EVALUACIÓN ECOGRÁFICA DE LA CADERA<br />

EN LA DDC<br />

La evaluación ecográfica de la cadera debe valorar 3<br />

elementos:<br />

. Posición de la cabeza femoral.<br />

. Estabilidad de la articulación.<br />

. Morfología de la cabeza femoral y <strong>del</strong> acetábulo.<br />

Después de examinado el cuello femoral, sobre el receso<br />

anterior de la cápsula articular, se desplaza el<br />

transductor hacia arriba para estudiar la cabeza femoral.<br />

Debe evaluarse la simetría, configuración y posición de<br />

los centros de osificación de la cabeza. El cartílago que<br />

cubre la cabeza femoral es hipoecoico y puede confundirse<br />

con líquido intraarticular.<br />

En la cadera normal la cápsula articular tiene un contorno<br />

cóncavo y su grosor, medido desde el contorno externo<br />

a la cortical <strong>del</strong> cuello mide entre 2 y 5 mm. Una<br />

diferencia mayor de 2 mm, cuando se compara con el lado<br />

sano es señal de enfermedad y un contorno externo convexo<br />

es señal de distensión por líquido.<br />

Graff señala que lo más importante es la morfología<br />

acetabular, mientras que Harcke plantea que además, es<br />

importante la evaluación <strong>del</strong> grado de inestabilidad y da<br />

gran valor a las técnicas dinámicas. La valoración de la<br />

inestabilidad incluye la técnica dinámica en 2 vistas en<br />

estrés, ambas realizadas con la pelvis flexionada. El<br />

transductor se orienta en sentido coronal para una vista y<br />

en sentido axial para la otra y siempre debe realizarse luego<br />

de un examen físico y de los tests clínicos de provocación<br />

de la luxación en la pelvis inestable (test de Barlow),<br />

o de la reducción de una cadera luxada (test de Ortolani).<br />

El niño debe permanecer relajado durante el examen para<br />

valorar el grado de inestabilidad, que puede quedar oculto<br />

si el niño no está relajado. Para ello deben tomarse todas<br />

las medidas ambientales, de alimentación, así como evitar<br />

compresiones excesivas con el transductor durante la sujeción<br />

de los miembros o en la maniobra de estrés.<br />

Los movimientos de las piernas deben ser hechos<br />

gentilmente, desde una posición neutral hasta una flexión y<br />

desde la abducción a la aducción. Las maniobras de estrés<br />

consisten en una compresión posterior, con el fémur mantenido<br />

en flexión y aducción. El transductor debe mantenerse en<br />

una posición que permita reconocer los puntos de reparación<br />

<strong>del</strong> acetábulo, en el campo de visión. En algunas ocasiones se<br />

coloca al niño en posición oblicua con una toalla en su espalda,<br />

lo que permite que el transductor se sitúe en posición<br />

Tabla 1<br />

Tipo Descripción Ángulo Alfa (grados) Ángulo Beta (grados) Comentarios<br />

1 Normal > 60 No debe existir luxación<br />

en ausencia de un<br />

desbalance neuromuscular<br />

con alteración biomecánica<br />

2 A Inmadurez 50-59<br />

fisiológica 3M<br />

2 C Àcetábulo óseo 43-49 77 Un incremento <strong>del</strong> ángulo Beta<br />

subluxada<br />

implica un lábrum elevado<br />

y evertido y subluxación.<br />

3 Luxación 77<br />

4 Displasia Acetábulo Lábrum invertido e interpuesto<br />

severa/Luxación no medible<br />

Modificado de Donaldson JS, Pediatric Musculskeletal US, in Poznanski AK, Kirkpatrick JA Jr.<br />

Articulación de la cadera. Muslo 119


posterolateral, para obtener una buena visualización de la<br />

cabeza y <strong>del</strong> acetábulo durante las maniobras de estrés.<br />

La realización de un examen dinámico, permite un<br />

diagnóstico bastante preciso <strong>del</strong> grado de inestabilidad,<br />

que puede ir desde una laxitud ligera hasta una<br />

subluxación, que puede ser luxada. El diagnóstico es sencillo<br />

en los casos en que la cabeza femoral esta completamente<br />

desplazada <strong>del</strong> acetábulo. En estos casos es importante<br />

conocer el grado de reducción o no, para un<br />

manejo ortopédico adecuado. Se necesita conocer si la<br />

cabeza femoral regresa al acetábulo con la abducción, o<br />

si permanece luxado.<br />

En los casos de subluxación, la cabeza femoral tiende<br />

a situarse en posición normal en la abducción. El hecho<br />

más importante de una inestabilidad es el movimiento lateral<br />

(hacia el transductor) de la cabeza femoral a lo largo<br />

<strong>del</strong> isquión, lo que provoca un aumento de la ecogenicidad<br />

en las partes blandas mediales.<br />

El segundo aspecto para categorizar a una cadera como<br />

normal o anormal se refiere a la morfología <strong>del</strong> acetábulo.<br />

La mayoría de los autores utilizan el sistema propuesto<br />

por Graff, basado en el aspecto <strong>del</strong> acetábulo en CC, en<br />

posición neutral y con la medida <strong>del</strong> ángulo alfa (a) o inclinación<br />

<strong>del</strong> acetábulo o <strong>del</strong> ángulo beta (b) determinado<br />

por la posición <strong>del</strong> lábrum acetabular. Algunos autores le<br />

dan poco valor a estas mediciones y se atienen a la morfología<br />

acetabular.<br />

Los sitios de referencia para el estudio con la ecografía<br />

de la cadera en el RN son los siguientes:<br />

. El límite inferior <strong>del</strong> ilion en la fosa acetabular.<br />

. La parte media <strong>del</strong> techo acetabular, caracterizado por<br />

un eco recto a nivel <strong>del</strong> hueso ilíaco.<br />

. El lábrum.<br />

Cuando no se logran obtener estos 3 puntos de referencia,<br />

no se puede utilizar la ecografía para el diagnóstico<br />

de la displasia de la cadera. La realización de tests dinámicos<br />

o de estrés ha demostrado su valor, no sólo en la<br />

luxación, sino también en la displasia. El examen requiere<br />

de un conocimiento preciso de la técnica siguiendo planos<br />

estandarizados, para cuantificar los resultados.<br />

ECOGRAFÍA DINÁMICA DE LA CADERA<br />

Introducción<br />

En la cadera normal la posición de la cadera y la estabilidad<br />

deben de considerarse en conjunto, ya que están<br />

muy relacionados. En la displasia la posición de la cadera<br />

y la aplicación de estrés pueden alterar las relaciones de<br />

la cabeza en el acetábulo.<br />

La cabeza femoral se sitúa de modo congruente con<br />

el acetábulo. Se habla de desplazamiento ligero cuando<br />

la cabeza tiene contacto parcial con parte <strong>del</strong> acetábulo o<br />

está desplazada, pero parcialmente cubierta por él. Una<br />

cadera luxada no tiene contacto o no está cubierta por el<br />

acetábulo.<br />

La estabilidad de la cadera se refiere a los cambios de<br />

posición durante los movimientos y durante la maniobra de<br />

estrés, similar a las maniobras clínicas de Ortolani y Barlow.<br />

La ecografía es capaz de reconocer varios tipos de inestabilidad:<br />

en la forma más ligera (cadera laxa) ésta aparece<br />

normal en reposo pero muestra movimientos anormales dentro<br />

<strong>del</strong> acetábulo con las maniobras de estrés. La cadera<br />

laxa debe permanecer dentro de los confines <strong>del</strong> acetábulo<br />

en todo momento. La cadera no dislocable es una cadera<br />

subluxada que no se mueve fuera <strong>del</strong> acetábulo, aún con las<br />

maniobras de estrés. Cuando esto último ocurre se habla de<br />

cadera dislocable. Hay 2 tipos de inestabilidad en la cadera<br />

dislocable: la cadera que es capaz de retornar al acetábulo<br />

con tracción y abducción y que se conoce como reductible y<br />

otra forma más severa en que la cabeza es irreductible.<br />

Una valoración morfológica es importante y relaciona la<br />

configuración y desarrollo <strong>del</strong> acetábulo y de la cabeza<br />

femoral. Al nacimiento, cuando la cabeza <strong>del</strong> fémur y la mayor<br />

parte <strong>del</strong> acetábulo están compuestas de cartílago, las<br />

estructuras anatómicas claves se visualizan en la ecografía.<br />

La configuración <strong>del</strong> acetábulo óseo y cartilaginoso se ha<br />

estudiado con apreciación visual y con mediciones y constituyen<br />

la base para valorar el desarrollo. El desarrollo <strong>del</strong> centro<br />

de osificación de la cabeza femoral es un punto de referencia<br />

importante que puede reconocerse entre el 2do. y 8vo.<br />

mes de vida. Aparece primero en las hembras y hay una amplia<br />

variación normal en el momento de aparición. La ecografía<br />

permite ver el desarrollo <strong>del</strong> centro de osificación femoral<br />

mucho antes que las radiografías. Con la maduración se produce<br />

un aumento de tamaño <strong>del</strong> centro de osificación, y ya al<br />

año de edad es lo suficientemente grande para permitir su<br />

visualización en los puntos de referencias mediales <strong>del</strong><br />

acetábulo y a partir de entonces, es superado por los rayos X.<br />

Por vía lateral es posible estudiar la cadera en proyecciones<br />

ortogonales, así como visualizar sus movimientos<br />

y realizar maniobras de estrés. Incluso se puede utilizar<br />

para valorar la evolución con algunos tipos de tratamiento<br />

de inmovilización.<br />

Existen 4 vistas básicas cuya selección dependerá de<br />

la preferencia y habilidad <strong>del</strong> examinador y <strong>del</strong> estadio<br />

clínico <strong>del</strong> niño<br />

Estas vistas son las siguientes:<br />

120 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Vista coronal neutral<br />

El transductor se pone en un plano coronal con respecto<br />

al cuerpo. La cadera se estudia para determinar el<br />

plano acetabular medio y buscar puntos de referencias críticos<br />

como: la línea ilíaca recta, la unión <strong>del</strong> ilion y el<br />

cartílago triradiado y la punta <strong>del</strong> lábrum. En un CC neutral<br />

normal, la cabeza femoral descansa en el acetábulo.<br />

El techo óseo acetabular muestra una configuración cóncava<br />

y cubre aproximadamente la mitad de la cabeza<br />

femoral. El cartílago hipoecoico <strong>del</strong> techo acetabular, se<br />

extiende por fuera <strong>del</strong> hueso acetabular y forma el lábrum,<br />

compuesto de cartílago hialino, salvo en su punta que es<br />

un fibrocartílago. El fibrocartílago es ecogénico, y puede<br />

diferenciarse de la cápsula vecina, ecogénica.<br />

En la displasia, el techo óseo acetabular, cambia su<br />

configuración, con aumento de su angulación y con un<br />

aspecto redondeado en su esquina superolateral. Si la cadera<br />

se subluxa o luxa, la cabeza femoral migra lateralmente<br />

y hacia arriba, con pérdida de la cobertura <strong>del</strong><br />

acetábulo. Este desplazamiento hacia arriba y afuera se<br />

acompaña de una deflexión hacia arriba <strong>del</strong> lábrum que se<br />

deforma y engruesa. Cuando la cabeza femoral está francamente<br />

luxada, el lábrum deformado puede interponerse<br />

entre la cabeza femoral y el acetábulo, lo que contraindica<br />

una reducción manual.<br />

La clasificación de la cadera en esta vista se realiza<br />

sin necesidad de realizar el test dinámico, aunque algunos<br />

autores han descrito una técnica especial en estos casos.<br />

La posición de la cabeza femoral puede estar normal,<br />

subluxada o luxada. El acetábulo puede describirse sobre<br />

la base de sus características visuales, valorándose la profundidad,<br />

ángulo <strong>del</strong> techo y aspecto <strong>del</strong> lábrum. El desarrollo<br />

acetabular, basado en el cubrimiento de la cabeza<br />

femoral, se usa poco, ya que existen valores normales intermedios,<br />

tanto en rayos X como en la ecografía.<br />

Vista coronal en flexión<br />

El transductor se mantiene en un plano coronal con<br />

respecto al cuerpo, mientras la cadera se mueve en una<br />

flexión de 90 grados. Durante la obtención de estas vistas<br />

el transductor se mueve hacia a<strong>del</strong>ante y hacia atrás para<br />

identificar los 2 planos claves: uno en el acetábulo medio<br />

y el otro en el borde posterior <strong>del</strong> acetábulo.<br />

El plano acetabular medio es similar al de la vista<br />

coronal neutral, excepto por la ausencia de ecos procedentes<br />

de la metáfisis <strong>del</strong> fémur. La línea ilíaca recta, producto<br />

de la reflexión, de la unión <strong>del</strong> ílion y el cartílago<br />

triradiado y la punta ecogénica <strong>del</strong> lábrum, permanecen<br />

como puntos de referencia importantes. Cuando el<br />

transductor se coloca en el plano labial posterior de la cadera,<br />

el hueso ilíaco por arriba y el isquion por abajo, forman<br />

líneas ecogénicas horizontales separadas por el cartílago<br />

hipoecoico. Este cartílago es la parte posterior <strong>del</strong><br />

cartílago trirradiado que es una marca fácilmente reconocible.<br />

En la cadera normal no se visualiza la cabeza en<br />

este plano.<br />

El examen dinámico de la cadera se realiza fácilmente<br />

en esta vista. En el plano acetabular medio el fémur se<br />

abduce y aduce para buscar inestabilidad, que se evidencia<br />

por un cambio en los ecos de los tejidos blandos entre<br />

la cabeza y el acetábulo. El segundo chequeo de inestabilidad<br />

se hace con el transductor en el plano labial posterior<br />

realizando la maniobra de Barlow con aducción y una<br />

compresión posterior ligera en la rodilla. En la cadera normal,<br />

la cabeza femoral permanece en su lugar en el<br />

acetábulo y no se visualiza por encima <strong>del</strong> labio posterior<br />

<strong>del</strong> cartílago trirradiado. Cuando hay subluxación o luxación,<br />

la cabeza migra posteriormente y toda la cabeza o<br />

parte de ella aparece en el plano, dependiendo de la severidad<br />

<strong>del</strong> desplazamiento.<br />

En la cadera laxa, la cabeza, en reposo, está bien situada<br />

y la única alteración ocurre en el labio posterior<br />

durante la maniobra de compresión posterior de la rodilla<br />

y se ve como una pequeña parte de la cabeza femoral penetra<br />

en el plano, que es menor que el diámetro de la cabeza<br />

femoral y que desaparece cuanto se quita la maniobra<br />

de estrés.<br />

En la subluxación la cabeza femoral está desplazada<br />

lateralmente en el plano medio acetabular y puede verse<br />

posteriormente, una porción de la cabeza en reposo. En<br />

la maniobra de compresión posterior de la rodilla se hace<br />

visible casi toda la cabeza, y cuando se trata de una cadera<br />

dislocable, se hace visible una gran parte de la misma.<br />

En la cadera dislocada la cabeza se sitúa totalmente,<br />

por fuera <strong>del</strong> acetábulo. En la luxación superior la cabeza<br />

femoral puede descansar en el hueso ilíaco. En la luxación<br />

posterior la cabeza femoral en reposo, se ve sobre el<br />

labio posterior <strong>del</strong> cartílago trirradiado. En la luxación<br />

no se ve el acetábulo, ya que la diáfisis <strong>del</strong> fémur bloquea<br />

su visión. La reductibilidad de una cadera luxada<br />

se chequea por una maniobra de aducción y presión hacia<br />

<strong>del</strong>ante. Una abducción amplia es la posición más<br />

favorable para mantener la cadera en el acetábulo. En<br />

las luxaciones parcialmente reducidas puede observarse<br />

un retorno a la luxación cuando se elimina la presión y el<br />

fémur se aduce.<br />

Articulación de la cadera. Muslo 121


Vista transversal en flexión<br />

En esta vista el transductor se rota 90 grados de la<br />

posición coronal anterior lo que proporciona una vista axial<br />

en relación al cuerpo y a la articulación de la cadera. El<br />

transductor se sitúa posterolateral a la articulación para<br />

permitir una fácil aducción y abducción de la cadera. Esto<br />

se facilita rotando al niño en una posición oblícua anterior<br />

colocando una almohada o toalla por detrás de la espalda.<br />

Los ecos procedentes <strong>del</strong> fémur y <strong>del</strong> acetábulo producen<br />

una configuración en U, en esta vista. Por <strong>del</strong>ante, la diáfisis<br />

y metáfisis vecinas <strong>del</strong> fémur, producen ecos brillantes<br />

vecinos a la cabeza femoral sonolucente. Por detrás los<br />

ecos son producidos por el isquion y el pubis.<br />

La cadera flexionada se chequea dinámicamente con<br />

maniobras de aducción y abducción. La configuración de<br />

los ecos varía con la abducción que produce una configuración<br />

en letra U profunda, y con la aducción en que toma<br />

un aspecto más estrecho o en V. Con la cadera en aducción<br />

se produce una maniobra de estrés para empujar el<br />

fémur hacia atrás (test de Barlow).<br />

En la cadera normal la cabeza permanece en el<br />

acetábulo, manteniendo contacto con el isquion. En la<br />

cadera laxa se produce cierto grado de desplazamiento.<br />

En la aducción máxima los ecos de la base <strong>del</strong> acetábulo<br />

intensifican su grosor, casi al doble, pero no existe desplazamiento<br />

lateral al acetábulo. En la subluxación la<br />

cadera aparecerá ligeramente desplazada al reposo, que<br />

aumenta con la maniobra de estrés en aducción (la cabeza<br />

debe permanecer en contacto con una porción <strong>del</strong><br />

isquion). Debe señalarse que la abducción de una cadera<br />

flexionada, subluxada, puede tener un aspecto normal.<br />

La cadera luxada aparece desplazada lateral o<br />

posterolateral y en ella la cabeza femoral no está en contacto<br />

con el acetábulo y se pierde la configuración en U<br />

normal. En la cadera inestable se puede ver un movimiento<br />

hacia adentro y hacia fuera de la cabeza en relación<br />

con el acetábulo, dependiendo de la posición de descanso<br />

y <strong>del</strong> tipo de la maniobra aplicada. La cadera<br />

dislocable aparece subluxada en reposo y se mueve más<br />

allá <strong>del</strong> acetábulo con la maniobra de estrés. Con la abducción,<br />

la cadera luxada, es capaz de lograr una reducción<br />

parcial de la cabeza dislocada. No es raro el encontrar<br />

que una cabeza luxada parcialmente reducida, vuelva<br />

a dislocarse cuando se quitan las maniobras de reducción.<br />

Una cadera luxada puede ser irreductible cuando el<br />

niño se presenta después de 3 o 4 semanas de edad. Esta<br />

vista transversal en flexión es la más importante para<br />

evaluar la estabilidad, no proporcionando información<br />

sobre la morfología.<br />

Vista transversal neutral<br />

En esta vista el transductor se coloca horizontal con<br />

respecto al acetábulo como en la vista anterior. El fémur<br />

se coloca en posición fisiológica neutral y el plano de interés<br />

pasa a través de la cabeza femoral y <strong>del</strong> acetábulo en el<br />

centro de la articulación. En esta vista se verá al cartílago<br />

trirradiado con el pubis por <strong>del</strong>ante y el isquion por detrás.<br />

No se utilizan maniobras de estrés en esta vista.<br />

Las caderas mal posicionadas muestran ecos de partes<br />

blandas entre la cabeza femoral y el acetábulo. Con el<br />

desplazamiento, la cabeza femoral se mueve hacia atrás y<br />

la cadera subluxada permanece en contacto con la parte<br />

posterior <strong>del</strong> acetábulo. Las luxaciones típicas en la<br />

displasia son: lateral, posterior y superior. En la luxación<br />

lateral se visualizan los puntos de referencia <strong>del</strong> acetábulo.<br />

Cuando la cabeza y el fémur migran hacia arriba o lateralmente<br />

la diáfisis <strong>del</strong> fémur impide visualizar los ecos <strong>del</strong><br />

acetábulo y no se pueden ver los puntos mediales de reparo.<br />

En este caso, los ecos que se visualizan por dentro de<br />

la cabeza femoral corresponden al hueso ilíaco y se corresponden<br />

con lo descrito en los rayos X como un<br />

neoacetábulo.<br />

Nota: Aunque algunos autores utilizan todas estas vistas,<br />

la mayoría la consideran innecesaria empleándose 2<br />

vistas en proyección ortogonal: una vista coronal (neutral<br />

o en flexión) y una vista en flexión transversal, con maniobra<br />

de estrés.<br />

ECOGRAFÍA DINÁMICA EN EL DIAGNÓSTICO<br />

NEONATAL Y MANEJO DE LA DDC<br />

En algunos países (EE.UU., Inglaterra, Suecia), se<br />

recomienda el examen clínico masivo en el RN para el<br />

diagnóstico de esta afección. Si el examen físico es patológico<br />

se beneficia con la ecografía y debe realizarse entre<br />

la 1ra. y 2da. semana de edad. El diagnóstico precoz de<br />

una cadera inestable en el RN se reconoce como un método<br />

preventivo <strong>del</strong> diagnóstico de una displasia de desarrollo<br />

de la cadera y de sus complicaciones. Los RN con factores<br />

de riesgo y con un examen físico normal, deben<br />

chequearse entre las 4 y 6 semanas. Es importante que en<br />

la evaluación inicial se obtenga una relajación <strong>del</strong> niño.<br />

Las caderas normales en reposo pero con laxitud en el<br />

estrés se consideran patológicas.<br />

Las caderas subluxadas y luxadas casi siempre ofrecen<br />

información clínica y requieren un tratamiento rápido.<br />

La cadera subluxada, con un examen clínico normal en un<br />

niño menor de 4 semanas es un dilema, aunque la mayoría<br />

122 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


no requiere tratamiento ya que la inestabilidad puede resolverse<br />

espontáneamente.<br />

EVALUACIÓN ECOGRÁFICA DE LA DDC DURANTE<br />

EL TRATAMIENTO<br />

La ecografía puede utilizarse de modo efectivo para el seguimiento<br />

de aquellos niños en los cuales una alteración pueda<br />

resolverse sin tratamiento, ya que permite una observación segura<br />

de la resolución o el progreso de la enfermedad.<br />

En los casos en que se indique el tratamiento y el niño<br />

tenga 6 meses de edad la inmovilización con el arnés de<br />

Pavlik es la más recomendada. Este arnés dinámico mantiene<br />

a la cadera en una posición de flexión-abducción permitiendo<br />

movimientos <strong>del</strong> fémur dentro de ciertos límites. Este<br />

inmovilizador permite el estudio con la ecografía de la cadera<br />

con las vistas de flexión coronal y flexión transversal.<br />

No se pueden realizar maniobras de estrés hasta que no lo<br />

autorice el médico de asistencia. Este arnés de Pavlik, también<br />

puede utilizarse en los casos de franca luxación y la<br />

ecografía debe realizarse de manera semanal. Si en estos<br />

casos no se ve mejoría dentro de las 3 semanas de tratamiento,<br />

debe cambiarse el sistema de inmovilización. En las<br />

caderas subluxadas, la ecografía se emplea al inicio <strong>del</strong> tratamiento,<br />

cuando se hacen ajustes en el arnés o cuando se<br />

contemplan cambios en el tratamiento.<br />

Uno de los problemas que confronta el seguimiento<br />

con la ecografía ha sido la valoración <strong>del</strong> acetábulo óseo,<br />

en que existen controversias entre la ecografía y los rayos<br />

X. Es por ello que algunos autores aconsejan realizar una<br />

rayos X de la pelvis ósea al final <strong>del</strong> tratamiento con el<br />

arnés, por lo general entre los 3 y 4 meses.<br />

Los casos de displasia severa y que no responden al<br />

tratamiento de inmovilización con arnés de Pavlik, los casos<br />

que se diagnostican tardíamente, en el 1er. año de vida<br />

y que son tratados con reducción cerradas o con yesos<br />

rígidos, resultan muy difíciles de evaluar con la ecografía,<br />

lo cual puede intentarse por vía inguinal o quitando una<br />

porción <strong>del</strong> inmovilizador. En estos casos es de gran valor<br />

la TAC y sobre todo la IRM.<br />

Otras alteraciones de la cadera.<br />

En este capítulo nos vamos a referir a la enfermedad<br />

de Perthes, a la diafoepifisiólisis y a algunas displasias<br />

óseas congénitas menos frecuentes.<br />

Enfermedad de Perthes<br />

La enfermedad de Perthes se considera como una<br />

necrosis aséptica de la cabeza femoral, que tiene una evolución<br />

característica.<br />

La mayor incidencia de esta enfermedad ocurre entre<br />

2 y 8 años y se puede confundir con otros procesos,<br />

especialmente con la sinovitis transitoria. La cabeza<br />

femoral puede ser explorada con la ecografía solo en la<br />

fase de crecimiento cartilaginoso, donde puede penetrar<br />

en la matriz condral, ofreciéndonos además información<br />

sobre el estado de la cápsula, el líquido articular<br />

y los cartílagos articulares y metafisarios Lo ideal<br />

es realizar el diagnóstico en el período precoz de la<br />

sinovitis, antes de que ocurran los fenómenos de condensación<br />

y fragmentación de la epífisis femoral. En<br />

este momento la ecografía puede mostrar un aumento<br />

<strong>del</strong> espacio articular a expensas de un engrosamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago articular.<br />

Algunos autores han medido el grosor <strong>del</strong> cartílago<br />

articular así como el espacio articular en las caderas afectadas<br />

y las comparan con el lado sano. Todas las mediciones<br />

se realizan por vía anterior.<br />

En el período de condensación y fragmentación se<br />

mantiene la distensión capsular que se hace menos visible<br />

con el comienzo de la regeneración ósea que se caracteriza<br />

por la aparición histológica de tejido osteoide en las áreas<br />

de necrosis. Este tejido osteoide se detecta más precozmente<br />

con la ecografía que con los rayos X, lo que tiene importancia<br />

en el manejo terapéutico de estos niños.<br />

En esta enfermedad se ha utilizado el Doppler a color<br />

con los ecorrealzadores para determinar el grado de<br />

vascularización de la sinovitis y poderla diferenciar <strong>del</strong><br />

derrame que acompaña a la sinovitis transitoria.<br />

Los resultados de la ecografía ha permitido dividirla<br />

en 4 grupos, teniendo en cuenta la clasificación radiológica<br />

descrita por Waldesntroom:<br />

Fase I o de inicio. Hay ensanchamiento <strong>del</strong> espacio<br />

articular entre 0 y 6,5 mm., con una media de 2,7<br />

mm; la hipertrofia <strong>del</strong> cartílago oscila entre 0,4 y<br />

1,8 con una media de 1,03. En este estadio los Rx<br />

son negativos.<br />

Fase II o de fragmentación. El aumento <strong>del</strong> espacio<br />

articular oscila entre 0 y 5 mm con una media de<br />

1,5 mm. La hipertrofia <strong>del</strong> cartílago oscila entre<br />

0,5 y 2,5 mm con una media de 1,6 mm. Hay ecos<br />

muy ecogénicos y dispersos en la lesión epifisaria,<br />

mezclados con focos hipoecogénicos, que traducen<br />

la necrosis y la revascularización ósea, respectivamente.<br />

Fase III o de reosificación. El espacio articular oscila<br />

entre 0 y 3 mm con una media de 1,20 mm. La medida<br />

de la hipertrofia <strong>del</strong> cartílago es de 0,80 mm.<br />

En esta fase se puede identificar el tejido osteoide<br />

con ecogenicidad homogénea.<br />

Articulación de la cadera. Muslo 123


Algunos autores consideran que el método permite un<br />

diagnóstico precoz de la enfermedad de Perthes y su diferenciación<br />

de una sinovitis traumática y por lo tanto de un<br />

tratamiento precoz.<br />

Diafoepifisiólisis<br />

La diafoepifisiólisis se presenta entre los 9 y 12 años y<br />

muchas veces resulta difícil su diagnóstico, sobre todo en<br />

la forma crónica .<br />

La ecografía permite <strong>del</strong>imitar las epífisis y metáfisis<br />

vecinas y sobre todo el peldaño que se produce en esta<br />

entidad, que se corresponde con el desplazamiento<br />

epifisario inicial. También se ha utilizado para el estudio<br />

evolutivo de estos niños luego de la fijación con una varilla<br />

metálica, es capaz de mostrar como los pequeños desplazamiento<br />

residuales sufren una remo<strong>del</strong>ación, se obtiene<br />

una regresión a los 6 meses.<br />

OTRAS ANOMALÍAS CONGÉNITAS DE LA CADERA<br />

Otra anomalía diferente de la displasia de la cadera, es<br />

la que ocurre de manera más precoz en la vida fetal, asociada<br />

con otras malformaciones; o cadera teratológica. La<br />

luxación es más severa y no reductible, con un acetábulo<br />

pequeño y estrecho lleno de tejido fibrograso.<br />

Otra anomalía es el déficit focal de la porción proximal<br />

<strong>del</strong> fémur (PFFD) que se acompaña de un acortamiento<br />

<strong>del</strong> mismo y que puede ser demostrado con los rayos X<br />

simples. En estos casos la ecografía es útil para clasificar<br />

esta entidad y confirmar la localización de la cabeza<br />

femoral en relación con el acetábulo.<br />

Hay otra displasia ósea con alteración secundaria de<br />

la cadera en que el cartílago epifisario proximal <strong>del</strong> fémur<br />

aparece displásico y se asocia con frecuencia, a coxa vara.<br />

En algunas displasias se ve que el cartílago femoral,<br />

que normalmente es hipoecoico y con algunos ecos en su<br />

interior, aparece más ecogénico, incluso con morfología<br />

normal. A veces las displasias óseas se acompañan con un<br />

ensanchamiento <strong>del</strong> cartílago trirradiado.<br />

LESIONES ARTICULARES DE LA CADERA EN EL NIÑO<br />

Cadera Irritable. Sinovitis transitoria<br />

Esta entidad ocurre con mayor frecuencia entre 2 y 8<br />

años y se asocia a infecciones respiratorias en más <strong>del</strong> 50<br />

% de los casos. Entre las causas de la cadera irritable se<br />

incluyen la enfermedad de Perthes, artritis séptica, tuberculosis,<br />

sinovitis transitoria, etc. En general, el término se<br />

aplica con mayor frecuencia al de sinovitis transitoria.<br />

A veces el diagnóstico inicial de sinovitis se cambia<br />

por el de enfermedad de Perthes cuando aparecen las alteraciones<br />

morfológicas en la epífisis, sugestivas de esta<br />

enfermedad. También hay que diferenciarla de la<br />

epifisiólisis de la cabeza femoral y de la enfermedad reumática,<br />

sobre todo en niños mayores de 10 años<br />

En la sinovitis transitoria, la ecografía permite detectar<br />

precozmente la distensión capsular por derrame articular,<br />

siempre mayor de 2 mm, cuando se compara con el<br />

lado sano.<br />

El mayor peligro en el diagnóstico de esta afección es<br />

confundirla con la enfermedad de Perthes, algunos<br />

autores(R. Bosch y R. Paulus) han propuesto un algoritmo<br />

para el manejo diagnóstico diferencial de estos niños<br />

que es el siguiente:<br />

- A los niños con dolor ligero en la cadera se les realiza<br />

el examen ecográfico y una prueba sanguínea:<br />

si hay distensión capsular (mayor de 2 mm), sin<br />

alteraciones morfológicas en las epífisis y las pruebas<br />

sanguíneas son normales, se aconseja una estudio<br />

de chequeo a los 3 días. Si hay alteraciones<br />

morfológicas se realizan exámenes radiográficos o<br />

un estudio con IRM.<br />

Si en el examen de control hay disminución de la<br />

distensión capsular, se aconseja un examen<br />

ecográfico seriado hasta que desaparezcan los síntomas<br />

<strong>del</strong> paciente.<br />

- Cuando los síntomas aumentan, deben repetirse las<br />

pruebas sanguíneas, y dependiendo de los hallazgos<br />

ecográficos, se recomienda una punción aspirativa<br />

para descartar una artritis séptica. En la sinovitis<br />

transitoria el líquido es anecoico o hipoecoico, mientras<br />

que en la artritis séptica es ecogénico.<br />

- Si la distensión capsular persiste por más de 3 semanas<br />

se recomienda un examen radiológico y si persiste<br />

por más de 6 semanas hay que descartar una<br />

enfermedad reumatológica.<br />

Artritis séptica<br />

La artritis séptica de la cadera <strong>del</strong> RN es difícil de<br />

diferenciar de una displasia congénita, pero en estos casos<br />

hay líquido intraarticular, que es hipoecoico o ecogénico y<br />

rodea a la cabeza femoral. El líquido se puede diferenciar<br />

<strong>del</strong> cartílago normal (hipoecoico) con las maniobras dinámicas,<br />

ya que el cartílago no se moviliza.<br />

Miopatías<br />

En las formas congénitas hay aumento de la<br />

ecogenicidad de los músculos de la cadera, posiblemente<br />

por infiltración grasa. A veces se asocia con desplazamiento<br />

o inestabilidad de la cabeza femoral.<br />

124 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DEL MUSLO<br />

El examen ecográfico de la región comporta un análisis<br />

de sus compartimientos.<br />

El examen ecográfico de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />

anterior se realiza con el paciente acostado con el<br />

muslo y la pierna en extensión o ligera flexión de la rodilla,<br />

practicándose CT y CL. Hay que recordar que el vasto<br />

interno y el vasto externo tienen un trayecto oblicuo en su<br />

parte inferior.<br />

El examen <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps se hace en decúbito<br />

supino con el muslo y la pierna extendidos y muchas<br />

veces con contracción <strong>del</strong> músculo para ponerlo en tensión.<br />

En los CL se mide la anchura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />

cuádriceps, en cuya cara posterior se sitúa la bursa<br />

suprarrotuliana que en condiciones normales, se limita por<br />

2 líneas hiperecogénicas separadas por un espacio<br />

anecogénico de 1 a 2 mm.<br />

El tendón rotuliano se estudia con el paciente en decúbito<br />

supino y la pierna en extensión y se puede seguir desde la rótula<br />

hasta la tibia. Por detrás. Por debajo se visualiza la bolsa<br />

prerrotuliana con las mismas características que la anterior.<br />

El examen de los músculos <strong>del</strong> compartimiento interno<br />

comprende el estudio de los músculos aductores, difíciles<br />

de observar y se estudian en conjunto. El paciente se<br />

coloca en decúbito supino, con el muslo en rotación externa<br />

y la rodilla ligeramente flexionada. Se prefieren cortes<br />

oblicuos y transversales y su tendón de inserción en el fémur<br />

es difícil de observar.<br />

El músculo sartorio se estudia de modo inicial con CT<br />

que lo muestran muy superficial, con una forma de lente<br />

biconvexa, por dentro <strong>del</strong> vasto interno y por encima de<br />

los vasos femorales. El músculo recto interno es muy similar<br />

al anterior, aunque por dentro <strong>del</strong> sartorio y en ocasiones<br />

se estudia mejor con el paciente en decúbito prono.<br />

Para el estudio de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />

posterior el paciente se coloca en decúbito prono con el<br />

muslo y la pierna en extensión. Se estudian en CT y CL,<br />

de fuera a dentro y de arriba abajo. El más externo es el<br />

bíceps, el más interno el semimembranoso y entre los 2 se<br />

encuentra el semitendinoso. Se diferencian bien por sus<br />

aponeurosis hiperecogénicas.<br />

Las lesiones traumáticas <strong>del</strong> muslo son muy frecuentes<br />

y constituyen el 75 % de los traumas deportivos.<br />

A veces es necesario utilizar un transductor de 5<br />

MHz, sobre todo en algunos deportistas con grandes<br />

masas musculares.<br />

Las lesiones traumáticas predominan en el cuádriceps,<br />

sobre todo en el recto anterior y vasto externo. En estas<br />

lesiones la ecografía puede calcular la importancia <strong>del</strong> daño<br />

anatómico, reconocer los signos de gravedad (ruptura<br />

aponeurótica y hematoma voluminoso), seguir su evolución<br />

y detectar su curación y complicaciones.<br />

La ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps, casi siempre por<br />

un trauma directo, puede localizarse en el cuerpo <strong>del</strong> tendón<br />

o en la unión musculotendinosa.<br />

Las rupturas intrínsecas de los músculos de esta región<br />

pueden ocurrir a cualquier altura son difíciles de identificar<br />

los arrancamientos superiores <strong>del</strong> tendón, que sólo<br />

se hace tardíamente al reconocer una calcificación.<br />

El aspecto evolutivo es similar en los traumas directo<br />

o indirectos, lográndose una restitución a la normalidad<br />

de la ecoestructura muscular y aponeurótica, u otras veces<br />

con una cicatriz fibrosa o calcificación.<br />

Las lesiones traumáticas de los músculos posteriores <strong>del</strong><br />

muslo predominan en los músculos isquiocrurales y aductores,<br />

y casi siempre se relacionan con algún tipo de deporte.<br />

Ahora bien, el examen ecográfico <strong>del</strong> paquete vasculonervioso<br />

<strong>del</strong> muslo se debe realizar con el paciente en<br />

decúbito supino con el MI en extensión y con una ligera<br />

rotación externa. Su porción distal puede estudiarse en decúbito<br />

prono.<br />

El examen se inicia con un CT hacia la porción<br />

superointerna <strong>del</strong> muslo, en que la arteria se ve como un<br />

anillo anecoico con reforzamiento posterior, por debajo <strong>del</strong><br />

músculo sartorio y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vasto interno, animada<br />

de latidos. Debe completarse con CL y preferentemente con<br />

técnica de Doppler color. La vena femoral, por dentro de la<br />

arteria tiene las mismas características, pero la pared es<br />

más fina, no está animada de latidos y se deja comprimir<br />

con el transductor. El Doppler es definitivo en su estudio.<br />

La ecografía de los nervios queda limitada al ciático,<br />

para lo cual el paciente se coloca en decúbito prono y el<br />

muslo en extensión. El examen se inicia con CT para localizarlo,<br />

apareciendo como una estructura redondeada<br />

hiperecogénica de alrededor de 1 cm de diámetro y por <strong>del</strong>ante<br />

<strong>del</strong> bíceps femoral. En CL el ciático aparece como una<br />

banda regular de estructura fibrilar hiperecogénica cuyo trayecto<br />

hacia el raquis puede seguirse a través de la nalga.<br />

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128 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ARTICULACIÓN DE LA RODILLA. PIERNA<br />

ECOGRAFÍA DE LA RODILLA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Las ventajas <strong>del</strong> estudio de la rodilla con la ecografía<br />

son similares a las <strong>del</strong> resto <strong>del</strong> SOMA: su naturaleza dinámica<br />

e interactiva, su rápida realización, la relación<br />

costo/beneficio, la ausencia de molestias para el paciente<br />

y la posibilidad de evaluar los tejidos blandos<br />

periarticulares. Si bien la IRM es la regla de oro en la<br />

enfermedad de los meniscos, médula ósea y tumores, la<br />

ecografía es el método de elección en las lesiones<br />

musculotendinosas, rupturas ligamentarias, masas<br />

poplíteas, dolor localizado en la rodilla y para evaluar la<br />

sinovial y las bursas.<br />

Los síndromes clínicos relacionados con la articulación<br />

de la rodilla pueden agruparse, según las regiones<br />

anatómicas dolorosas <strong>del</strong> paciente en: anterior, medial,<br />

lateral y posterior.<br />

Las causas de dolor en la región anterior incluyen al:<br />

síndrome patelofemoral, tendinopatía patelar, inestabilidad<br />

patelar o femoral, fenómeno de atrapamiento de la grasa,<br />

bursitis infrapatelar y prepatelar, plica sinovial, tendinitis<br />

<strong>del</strong> cuádriceps, enfermedad de Osgood-Schlater (O-Sch),<br />

enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson (SLJ) y al dolor<br />

referido originado en la cadera o columna lumbar.<br />

Las causas de dolor medial de la rodilla incluyen:<br />

tendinitis <strong>del</strong> pie anserino, bursitis, lesiones <strong>del</strong> LCM, lesiones<br />

<strong>del</strong> menisco medial, trastornos degenerativos, plica<br />

sinovial y el dolor referido originado en la cadera o columna<br />

lumbar.<br />

Las causas de dolor en la cara lateral incluyen al: síndrome<br />

de fricción de la banda iliotibial, síndrome de presión<br />

excesiva lateral, tendinitis <strong>del</strong> bíceps femoral, esguince<br />

de la articulación tibioperonea superior, enfermedad <strong>del</strong><br />

menisco lateral, osteoartritis (OA) y el dolor referido.<br />

Por último, las causas de dolor en la cara posterior se<br />

deben a: derrame articular, tendinitis <strong>del</strong> poplíteo, quiste de<br />

Baker, rotura <strong>del</strong> LCP, lesión <strong>del</strong> menisco y el dolor referido.<br />

CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS DE LA RODILLA<br />

EN LOS PLANOS AXIAL, CORONAL Y SAGITAL<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica de la ecografía<br />

en la rodilla, hemos considerado de interés el ofrecer una<br />

visión, en cortes anatomorradiológicos, de los diferentes<br />

planos de esta articulación, aunque no todas las estructuras<br />

sean identificables en la ecografía.<br />

Cortes axiales.Proporcionan información sobre las relaciones<br />

entre la patela, el fémur y la tibia. Su aspecto<br />

varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En cortes a nivel de la porción media de la articulación<br />

patelofemoral, se pueden estudiar las carillas articulares<br />

de la patela: la externa más extensa y la medial<br />

más oblicua y se puede ver también el grueso cartílago;<br />

además, se visualizan los retináculos medial y lateral.<br />

Las reflexiones medial y lateral de la bursa<br />

suprapatelar no deben confundirse con la inserción de<br />

los retináculos ni con la plica sinovial.<br />

. En cortes a nivel de la articulación de la rodilla se ven<br />

los meniscos, el medial tiene la forma de una C abierta,<br />

con un cuerno anterior más estrecho. El menisco<br />

lateral tiene una forma más circular y es de grosor<br />

uniforme. El ligamento transversal de la rodilla tiene<br />

la forma de una banda que une los cuernos anteriores<br />

de ambos meniscos atravesando la grasa de Hoffa. Los<br />

tendones <strong>del</strong> semimembranoso (SM) y semitendinoso<br />

(ST) aparecen como estructuras circulares, situados<br />

por fuera de la cabeza medial <strong>del</strong> gemelo y posteriores<br />

al platillo tibial medial. El tendón <strong>del</strong> SM es más grueso<br />

que el <strong>del</strong> ST. El sartorio (elíptico) y el tendón <strong>del</strong><br />

Articulación de la rodilla. Pierna 129


gracilis (circular) se sitúan medial y posterior al SM y<br />

ST, en el mismo plano que el ligamento colateral medial<br />

(LCM). El tendón <strong>del</strong> bíceps femoral, próximo a su<br />

inserción en la cabeza <strong>del</strong> peroné se sitúa anterolateral<br />

a la cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo. La arteria poplítea se<br />

sitúa por <strong>del</strong>ante de la vena, entre las 2 cabezas <strong>del</strong><br />

gemelo y por detrás <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />

lateral. El ligamento colateral externo (LCE) está rodeado<br />

por grasa que es hiperecogénica. Las inserciones<br />

<strong>del</strong> ligamento cruzado anterior (LCA) y <strong>del</strong> ligamento<br />

cruzado posterior (LCP) pueden verse en la escotadura<br />

intercondílea, el LCP es circular. El origen <strong>del</strong> LCA<br />

puede verse en el lado medial <strong>del</strong> cóndilo femoral externo<br />

y el <strong>del</strong> ligamento cruzado posterior (LCP) en el<br />

lado externo <strong>del</strong> cóndilo femoral interno (en la IRM).<br />

. Un corte infrapatelar muestra la grasa de Hoffa, limitada<br />

por fuera por la banda iliotibial, por dentro por el<br />

retináculo medial y por <strong>del</strong>ante por el tendón patelar. A<br />

nivel de los cóndilos femorales el nervio tibial se localiza<br />

por detrás de la vena poplítea mientras que el nervio<br />

peroneo común se localiza lateral al músculo plantar.<br />

. En cortes más bajos se pueden ver las superficies de<br />

los platillos tibiales en cuya parte posterior aparece la<br />

inserción <strong>del</strong> LCP. El músculo poplíteo se ve por detrás<br />

de la tibia, a nivel de la articulación tibio-peronea<br />

superior.<br />

Cortes sagitales. Ofrecen una información espacial de<br />

los componentes de los ligamentos colaterales y de la<br />

cápsula vecina y son muy útiles para evaluar los<br />

meniscos. Su aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En un corte en línea media se ve el compartimiento<br />

patelofemoral, el cuádriceps y el tendón rotuliano. La<br />

grasa de Hoffa infrapatelar se sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón<br />

patelar. El cartílago posterior de la patela dibuja un<br />

arco liso convexo y a este nivel se puede ver una bursa<br />

en la parte superior de la patela. En la parte posterior<br />

de la rodilla se ve el tendón y músculo <strong>del</strong> SM. El vasto<br />

medial se sitúa anterior al cóndilo femoral medial.<br />

. En cortes realizados de la línea media hacia fuera se<br />

ve primero el LCP y luego el LCA. El primero es grueso,<br />

que se arquea desde su origen anterolateral en el<br />

cóndilo femoral interno hasta su inserción en la superficie<br />

posteroinferior de la tibia. Se pueden ver los ligamentos<br />

menisco femoral anterior y posterior, por <strong>del</strong>ante<br />

y por detrás <strong>del</strong> LCP (IRM).<br />

. En una sección a nivel <strong>del</strong> espacio intercodíleo se puede<br />

ver que la arteria poplítea es anterior a la vena. En<br />

la porción externa de la escotadura intercondílea se ve<br />

al LCA extendido oblicuamente desde su origen en la<br />

porción posteromedial <strong>del</strong> cóndilo femoral externo,<br />

hasta su inserción que se inicia a 15 mm. <strong>del</strong> borde<br />

anterior de la superficie articular de la tibia, entre las<br />

2 espinas tibiales. El LCA está compuesto de 2 bandas<br />

de fibras funcionales: una banda anteromedial y<br />

otra posterolateral.<br />

. En cortes muy externos se puede ver al tendón conjunto<br />

de inserción <strong>del</strong> LCL y <strong>del</strong> bíceps en la cabeza <strong>del</strong><br />

peroné. La cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo se ve por detrás<br />

<strong>del</strong> peroné y <strong>del</strong> músculo poplíteo que aparecen entre<br />

la cápsula y la periferia <strong>del</strong> menisco lateral con un<br />

trayecto intraarticular.<br />

Cortes coronales. Se utilizan de modo preferente para el<br />

estudio de los ligamentos colaterales y los ligamentos<br />

cruzados. Su aspecto varía con el nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En cortes muy posteriores se ve la cápsula posterior,<br />

el tendón <strong>del</strong> poplíteo, los ligamentos cruzados, los<br />

meniscos, los ligamentos colaterales y los músculos<br />

extensores. También se ven los vasos poplíteos. El LCL<br />

se ve como un cordón extendido desde su inserción en<br />

la cabeza peronea hasta el epicóndilo externo <strong>del</strong> fémur,<br />

separado <strong>del</strong> menisco lateral por el tendón<br />

poplíteo. Por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> LCP se ve al ligamento de<br />

Humphrey y por detrás, el de Wrisberg, en forma de<br />

bandas finas, y extendidos desde el cuerno posterior<br />

<strong>del</strong> menisco lateral a la superficie externa <strong>del</strong> cóndilo<br />

medial (IRM).<br />

. En cortes mediocoronales se ve la espina tibial anterior,<br />

y algo más por <strong>del</strong>ante se distingue la grasa de<br />

Hoffa infrapatelar, anterior al compartimiento lateral<br />

de la rodilla. También se puede identificar a la banda<br />

iliotibial que se confunde con el retináculo patelar lateral,<br />

y al vasto medial que está en continuidad con la<br />

inserción <strong>del</strong> retináculo medial. El ligamento colateral<br />

medial se ve en CC mediales que dan la impresión de<br />

fusionarse con la metáfisis interna, en forma de una<br />

banda que va desde el epicóndilo femoral al cóndilo<br />

medial de la tibia (IRM).<br />

. En cortes, aún más anteriores, se ven los tendones <strong>del</strong><br />

cuádriceps y de la patela. Los ligamentos cruzados también<br />

pueden estudiarse en CC. El LCP aparece en forma<br />

circular, en cortes anteriores y medio coronales. En CC<br />

posteriores, se ve la inserción triangular <strong>del</strong> LCP originado<br />

en la cara lateral <strong>del</strong> cóndilo femoral interno (IRM).<br />

TÉCNICA<br />

Para el estudio de la cara anterior de la rodilla el examen<br />

debe iniciarse con el paciente en decúbito supino, con<br />

130 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


las piernas extendidas. Siempre es aconsejable realizar un<br />

examen comparativo con el lado opuesto sano, así como<br />

practicar maniobras de contracción muscular isométrica y<br />

movimientos pasivos y activos de flexión y extensión de la<br />

rodilla. Se deben utilizar transductores entre 5 y 14 MHz,<br />

realizando cortes longitudinales y transversales que se extienden<br />

desde la región suprarrotuliana hasta la porción<br />

distal de la rodilla.<br />

Las porciones laterales (externa y medial) se pueden<br />

estudiar en esta misma posición o con una ligera inclinación<br />

<strong>del</strong> paciente tratando de separar ambas piernas.<br />

Para el estudio de la región posterior, se coloca al paciente<br />

en decúbito prono con los pies colgando fuera de la<br />

camilla, realizándose cortes longitudinales, en línea media<br />

y parasagitales, así como cortes transversales que se extienden<br />

por todo el hueco poplíteo.<br />

El estudio <strong>del</strong> paquete vasculonervioso de la región se<br />

ve auxiliado por la técnica de Doppler color.<br />

Existen técnicas especiales para el estudio de algunas<br />

regiones anatómicas de la rodilla, que permiten un mejor<br />

abordaje de estas y que serán señaladas en los capítulos<br />

correspondientes.<br />

ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />

Pasaremos a realizar un breve recordatorio de las principales<br />

características ecográficas de las estructuras anatómicas<br />

de la rodilla.<br />

TENDONES Y MÚSCULOS<br />

Todos los tendones, cualquiera que sea su localización,<br />

tienen un patrón sonográfico similar: un peritendón<br />

con el aspecto de una banda hiperecoica periférica que<br />

rodea a las fibras internas, fibrilares, que son menos<br />

ecogénicas y con un patrón homogéneo y paralelo.<br />

De los tendones de la rodilla, uno de los más importantes<br />

es el que corresponde al tendón <strong>del</strong> cuádriceps. En<br />

la ecografía aparece como una estructura superficial bien<br />

definida, rodeada de tejido graso y por las PB vecinas. Por<br />

su parte el músculo vasto interno se extiende hasta el borde<br />

proximal interno de la patela, dando origen a un grueso<br />

tendón que se inserta más distalmente en el borde interno<br />

de la patela y en el borde medial <strong>del</strong> cóndilo femoral interno.<br />

El músculo vasto interno se continúa hacia abajo con<br />

el retináculo patelar medial, que es hiperecoico.<br />

En el borde externo de la patela se ve el retináculo<br />

patelar lateral (hiperecoico) que se sitúa por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> vasto lateral y <strong>del</strong> tracto iliotibial y que yace en<br />

el contorno externo <strong>del</strong> cóndilo femoral lateral.<br />

Los músculos gemelos y semimembranoso aparecen<br />

hipoecoicos. El tendón <strong>del</strong> semitendinoso se sitúa por detrás<br />

<strong>del</strong> músculo y tendón <strong>del</strong> semimembranoso y forma<br />

con los tendones <strong>del</strong> recto interno y sartorio el llamado<br />

“pie anserino” que se inserta en la parte interna de la<br />

metáfisis tibial proximal.<br />

El tendón rotuliano se origina <strong>del</strong> borde inferior de la<br />

patela; ancho en su origen, se estrecha hacia su inserción<br />

distal en la tuberosidad anterior de la tibia. Para el estudio<br />

de este tendón el paciente se examina en posición supina<br />

con la rodilla ligeramente flexionada con cortes<br />

longitudinales y transversales. El tendón normal es menos<br />

ecogénico en sus sitios de inserción.<br />

LIGAMENTOS<br />

El LCM está compuesto por 2 bandas paralelas<br />

hiperecoicas, separadas por un tejido areolar laxo,<br />

hipoecoico. Su porción profunda se inserta en el menisco<br />

y la capa superficial se inserta por detrás en la cara lateral<br />

de la metáfisis tibial interna y en la porción proximal <strong>del</strong><br />

cóndilo femoral interno.<br />

El LCL es fino y relativamente hiperecoico, con un curso<br />

oblicuo anterior hacia el cóndilo femoral externo. En esta<br />

región hay 2 estructuras que se insertan en la cabeza <strong>del</strong><br />

peroné: el LCL, y el tendón <strong>del</strong> bíceps femoral que también<br />

es hiperecoico y con dirección oblicuo posterior.<br />

El nervio peroneo común se sitúa por detrás <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> bíceps y por fuera <strong>del</strong> gemelo externo, <strong>del</strong> plantar<br />

y <strong>del</strong> sóleo.<br />

El LCP puede visualizarse como una banda hipoecoica<br />

que cursa oblicuamente desde el platillo tibial de la espina<br />

tibial posterior al contorno lateral <strong>del</strong> cóndilo interno, con<br />

el paciente en decúbito prono.<br />

El LCA hipoecoico, se puede ver por detrás de la patela<br />

en un corte oblicuo lateral por vía anterior, con la rodilla<br />

flexionada en 60 grados. Este ligamento se ve como cursa<br />

oblicuamente desde el borde medial <strong>del</strong> cóndilo femoral<br />

externo hacia la espina tibial anterior.<br />

MENISCOS<br />

Los meniscos en forma de C o en semiluna, están unidos<br />

a la superficie condílea de la tibia y contribuyen a la<br />

estabilidad mecánica <strong>del</strong> deslizamiento femorotibial. Ellos<br />

protegen al cartílago articular actuando como un buffer<br />

entre la superficie femoral y tibial en la carga de peso.<br />

Ellos proporcionan lubricación y aumentan la estabilidad<br />

proporcionando congruencia entre las superficies articulares<br />

de la rodilla.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 131


En resumen sus funciones son:<br />

. Transmitir fuerzas axiales y de torsión a través de la<br />

articulación de la rodilla.<br />

. Producir acolchonamiento mecánico al peso corporal.<br />

. Limitar el desplazamiento compresivo de la rodilla.<br />

. Distribuir el líquido sinovial.<br />

. Aumentar el área de superficie para la movilidad de<br />

los cóndilos femorales.<br />

. Prevenir el síndrome de choque sinovial.<br />

La cara superior <strong>del</strong> menisco es lisa y cóncava para<br />

obtener mayor contacto con el fémur. La inserción tibial<br />

se hace a través de los ligamentos menisco- femoral y<br />

meniscotibial (ligamentos coronarios). Sólo <strong>del</strong> 10 al 25<br />

% de la periferia de los meniscos es irrigado por un plexo<br />

capilar, mientras que el menisco adulto es relativamente<br />

avascular.<br />

Cada menisco se divide en 2 cuernos y un cuerpo. Al<br />

corte sagital, los cuernos de ambos meniscos tienen una<br />

forma triangular con el borde externo convexo y el ápex<br />

dirigido al espacio intercondíleo.<br />

El cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial es mayor que su<br />

cuerno anterior. Se puede ver una pequeña banda de grasa,<br />

que rodea a la bursa entre el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />

medial y la parte posterior de la cápsula que es ecogénica.<br />

El menisco medial tiene forma de una letra C más abierta,<br />

es menos móvil y está unido a la capa profunda <strong>del</strong><br />

LCM y a la cápsula, lo que lo hace más susceptible a las<br />

lesiones. Puede verse una pequeña bursa que separa el<br />

cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial de la cápsula articular<br />

(IRM).<br />

Los cuernos anteriores no deben medir más de 6 mm<br />

de altura. En su microestrucura los haces colágenos se<br />

disponen en 2 zonas: una circunferencial en el tercio periférico<br />

<strong>del</strong> menisco y otra transversal que une la zona<br />

circunferencial con el borde libre <strong>del</strong> menisco.<br />

La unión meniscocapsular se sitúa en la periferia de la<br />

zona circunferencial y su función es resistir al estrés provocado<br />

por el peso.<br />

El menisco lateral, como ya hemos señalado, tiene forma<br />

de una letra C cerrada y acondiciona al tendón poplíteo<br />

por detrás. Está separado <strong>del</strong> LCL, y su cuerno posterior<br />

tiene una inserción en el LCP y en el cóndilo femoral interno,<br />

a través de los ligamentos meniscocapsulares posteriores.<br />

Este menisco, más móvil, cubre los 2/3 de la superficie<br />

articular de la tibia y tiene un hiato posterior de 1 cm.<br />

para el pase <strong>del</strong> tendón poplíteo. La función de este tendón<br />

es halar al menisco lateral hacia atrás con la rodilla en<br />

flexión. El músculo poplíteo puede rotar la tibia con la<br />

rodilla en extensión.<br />

En la ecografía el menisco normal aparece como una<br />

estructura triangular hiperecoica y homogénea, con el vértice<br />

dirigido a la porción medial de la articulación. El cuerno<br />

posterior y los bordes laterales pueden evaluarse con la<br />

ecografía. En la parte posterior <strong>del</strong> menisco lateral se puede<br />

ver un defecto producido por el tendón poplíteo que es<br />

hiperecoico; la vaina que lo rodea, tiene comunicación con<br />

la articulación y el tendón se inserta en la fosa correspondiente<br />

que tiene el cóndilo femoral lateral.<br />

Ligamento cruzado anterior (LCA)<br />

Los ligamentos cruzados son estructuras<br />

intracapsulares y extrasinoviales. El LCA es el estabilizador<br />

primario en el desplazamiento anterior de la tibia. Él<br />

se inserta por arriba en la cara posteromedial <strong>del</strong> cóndilo<br />

femoral externo y se extiende hacia adentro y abajo para<br />

terminar en el espacio intercondíleo entre las inserciones<br />

anteriores de los meniscos. Mide 11mm de ancho y entre<br />

31 y 38 mm de largo. Funcionalmente está constituido por<br />

2 haces de fibras: el haz anterior o anteromedial que es el<br />

mayor y que se pone en tensión con la flexión de la rodilla,<br />

mientras que el haz posterolateral (más corto) se tensa con<br />

la extensión de la rodilla. En la flexión las fibras<br />

anteromediales se tuercen sobre las fibras posterolaterales.<br />

El LCA previene la traslación anterior de la tibia y se opone<br />

a la traslación posterior <strong>del</strong> fémur. Es muy difícil su<br />

observación en la ecografía, no así con la IRM.<br />

Ligamento cruzado posterior (LCP)<br />

El LCP se origina en el lado externo <strong>del</strong> cóndilo femoral<br />

interno, cruza al LCA y se inserta en la parte posterior de<br />

la fosa intercondílea de la tibia. Tiene un haz anterolateral<br />

y otro posteromedial que se tensan en flexión y extensión<br />

respectivamente. En la flexión progresiva de la rodilla el<br />

haz posteromedial pasa hacia <strong>del</strong>ante y por debajo <strong>del</strong> haz<br />

anterolateral.<br />

El LCP se considera un estabilizador central de la rodilla<br />

limitando el desplazamiento tibial posterior de la tibia<br />

sobre el fémur. El LCP estabiliza la rodilla contra una<br />

excesiva angulación en valgo o en varo y se opone a la<br />

rotación interna de la tibia sobre el fémur.<br />

El LCP aparece como una estructura en banda gruesa,<br />

extendido desde el espacio intercondíleo en el cóndilo<br />

femoral interno por arriba, hasta la parte posterior <strong>del</strong> platillo<br />

tibial por debajo. Tiene una porción horizontal y otra<br />

más vertical, unidos por una rodilla suave. Las lesiones<br />

son menos frecuentes que las <strong>del</strong> LCA y raramente son<br />

aisladas. En la ecografía solo se visualiza parcialmente.<br />

132 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Ligamentos colaterales<br />

Si bien la mayoría de los ligamentos tienen una estructura<br />

anatómica similar, no sucede lo mismo con los<br />

ligamentos colaterales de la rodilla, que por su complejidad<br />

requieren de un estudio independiente.<br />

Ligamento colateral medial (LCM)<br />

El LCM mide entre 8 y 10 cm de largo y se extiende<br />

desde su origen en el epicóndilo medial hasta 4,5 cm por<br />

debajo <strong>del</strong> platillo tibial, posterior a la inserción <strong>del</strong> tendón<br />

anserino, cubierto por los músculos de esta región. En<br />

él se pueden distinguir 3 capas:<br />

Capa 1. Se trata de la capa superficial, en el lado<br />

medial de la rodilla, que está constituida por la continuación<br />

de la fascia crural profunda. Por arriba y<br />

por <strong>del</strong>ante la fascia se continua con la <strong>del</strong> vasto<br />

medial, mientras que por detrás lo hace con la <strong>del</strong><br />

músculo sartorio. Por <strong>del</strong>ante esta capa (1), unida<br />

a la capa (2) forman el retináculo medial patelar. A<br />

lo largo <strong>del</strong> tercio medio de la porción interna de la<br />

rodilla la fascia se separa de la porción superficial<br />

<strong>del</strong> LCM por una capa de tejido graso. Por detrás<br />

la fascia se sitúa superficial a los tendones <strong>del</strong> SM,<br />

ST y gracilis. Los tendones de estos 2 últimos músculos<br />

se mezclan con la fascia o con el LCM en su<br />

inserción en la tibia.<br />

Capa 2. El principal componente de esta capa medial<br />

es la porción superficial <strong>del</strong> LCM que se sitúa a lo<br />

largo <strong>del</strong> tercio medio de la rodilla y donde está<br />

compuesta por fibras verticales <strong>del</strong> LCM. Por detrás<br />

de este componente vertical <strong>del</strong> LCM se encuentra<br />

la porción oblicua posterior, la cual se fusiona<br />

con la capa (3) y está íntimamente unida a la<br />

porción posteromedial <strong>del</strong> menisco. Esta estructura<br />

así unida se conoce como ligamento oblicuo posterior.<br />

En su trayecto por detrás de la rodilla, esta<br />

estructura recibe fibras <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> SM y de la<br />

vaina sinovial, rodeando la cara posterior <strong>del</strong> cóndilo<br />

femoral y donde recibe el nombre de ligamento<br />

poplíteo oblicuo.<br />

Capa 3. Constituye la porción más profunda de la<br />

capa capsular. Por <strong>del</strong>ante, esta capa (3), se continúa<br />

con la cápsula <strong>del</strong> receso suprarrotuliano que<br />

se extiende a los bordes de la patela. Por detrás <strong>del</strong><br />

componente vertical de la porción superficial <strong>del</strong><br />

LCM la cápsula se engruesa, formando la porción<br />

profunda de este ligamento, vecina al menisco. La<br />

porción profunda <strong>del</strong> LCM está compuesta de fibras<br />

vecinas al menisco y a las extensiones menisco-femoral<br />

y meniscotibial que constituyen el llamado<br />

ligamento coronario. La bursa <strong>del</strong> LCM se<br />

localiza entre las capas superficiales y profundas a<br />

lo largo <strong>del</strong> tercio medio de la rodilla.<br />

Ligamento colateral lateral. Compartimiento<br />

lateral o externo de la rodilla<br />

El compartimiento lateral o externo de la rodilla se ha<br />

dividido en 3 capas estructurales:<br />

Capa 1. Es la más superficial, constituida por el ligamento<br />

iliotibial con su expansión anterior y por la<br />

porción superficial <strong>del</strong> bíceps femoral con su expansión<br />

posterior.<br />

Capa 2. Por <strong>del</strong>ante está constituida por la extensión<br />

retinacular anterior <strong>del</strong> cuádriceps y por detrás por<br />

los ligamentos patelofemorales.<br />

NOTA. Las capas 1 y 2 se mezclan en el lado externo<br />

de la patela.<br />

Capa 3. Es la más profunda y está constituida por la<br />

porción lateral de la cápsula incluyendo las<br />

inserciones en el menisco lateral y el ligamento<br />

capsular lateral con sus componentes menisco<br />

femoral y menisco tibial.<br />

El LCL está localizado posteriormente entre las divisiones<br />

superficial y profunda de la 3ra. capa. El ligamento<br />

en sí, es considerado como una estructura de la capa 2. El<br />

llamado complejo posterolateral incluye al LCL, tendón<br />

<strong>del</strong> poplíteo, cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo y los ligamentos<br />

poplíteo arcuato y políteo oblicuo.<br />

El ligamento poplíteo arcuato expande la porción<br />

posterolateral de la articulación y se extiende hacia abajo<br />

paralelo al LCL. Este ligamento tiene inserciones en el<br />

menisco lateral y en el tendón poplíteo. El ligamento<br />

poplíteo oblicuo está formado por la porción refleja <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> SM y constituye la porción primaria de la cápsula<br />

posterior.<br />

El LCL mide entre 5 y 7 cm, es extracapsular, libre de<br />

inserción meniscal durante su trayecto y va desde el cóndilo<br />

femoral externo hasta insertarse, junto al tendón <strong>del</strong><br />

bíceps femoral, en la cabeza <strong>del</strong> peroné. La porción<br />

intracapsular <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> poplíteo pasa por detrás <strong>del</strong><br />

LCL y las fibras posteriores <strong>del</strong> LCL se mezclan con la<br />

cápsula profunda contribuyendo a formar el ligamento<br />

poplíteo arcuato.<br />

La porción lateral de la rodilla se estabiliza por una<br />

disposición compleja de ligamentos, tendones y músculos<br />

que proporcionan una estabilidad antero-lateral y<br />

posterolateral.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 133


La estabilidad anterolateral se consigue por el ligamento<br />

capsular y el tractus iliotibial. La cápsula (ligamento<br />

capsular) también contribuye a mantener la estabilidad<br />

anterior y posterolateral. Su porción anterior está<br />

reforzada por los retináculos superior e inferior y el músculo<br />

vasto lateral. El tracto iliotibial, extensión de la fascia<br />

lata, termina en la superficie anterolateral de la tibia. Antes<br />

de su inserción en la tibia, algunas de sus fibras anteriores<br />

se fijan al retináculo lateral y algunas de sus fibras<br />

posteriores lo hacen en el cóndilo femoral lateral.<br />

Algunos ortopédicos consideran a la región<br />

posterolateral como a una unidad tendoligamentosa funcional<br />

conocida como ligamento complejo arcuato y que<br />

incluye al ligamento colateral lateral, tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

femoral, tendón y músculo poplíteo, ligamentos<br />

popliteomeniscal y popliteoperoneo, ligamentos<br />

popliteooblicuo, arcuato y fabeloperoneo y al músculo<br />

gemelo lateral.<br />

El tendón <strong>del</strong> bíceps femoral (BF) desciende por detrás<br />

<strong>del</strong> tracto iliotibial. El LCL y el tendón <strong>del</strong> BF terminan<br />

como un tendón único en el peroné.<br />

La función <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> BF junto con el músculo<br />

poplíteo y el tracto iliotibial es el ser un estabilizador dinámico<br />

de la tibia, mientras que el BF es rotador externo<br />

de la tibia. Este músculo es el principal estabilizador lateral<br />

de la rodilla y también rotador interno de la tibia. El<br />

ligamento meniscopoplíteo protege al menisco lateral de<br />

un excesivo desplazamiento anterior durante la extensión<br />

de la rodilla, mientras que el ligamento popliteoperoneo<br />

actúa como una polea que fija al músculo en posición,<br />

durante la contracción.<br />

Cuando la fabela está presente el ligamento<br />

fabeloperoneo se extiende desde el proceso estiloideo <strong>del</strong><br />

peroné hasta la fabela, pero cuando este ligamento está<br />

ausente se extiende hasta el cóndilo femoral.<br />

Estas estructuras requieren a veces de técnicas especiales<br />

para ser visualizadas en la IRM y deben ser investigadas<br />

con la ecografía.<br />

OTRAS ESTRUCTURAS DE LA ARTICULACIÓN<br />

DE LA RODILLA<br />

Ligamento transverso<br />

Este ligamento, que une los cuernos anteriores de los<br />

meniscos, de diámetro variable y ausente en el 40 % de los<br />

pacientes, puede motivar un diagnóstico erróneo de una<br />

ruptura oblícua <strong>del</strong> cuerno anterior <strong>del</strong> menisco lateral. El<br />

ligamento cursa entre la inserción tibial <strong>del</strong> LCA y el paquete<br />

graso infrapatelar, hasta su inserción en la parte<br />

anterosuperior <strong>del</strong> cuerno anterior <strong>del</strong> menisco medial. El<br />

ligamento aparece redondeado y se extiende desde el cuerno<br />

anterior <strong>del</strong> menisco lateral al cuerno anterior <strong>del</strong> menisco<br />

medial.<br />

Ligamentos meniscofemorales<br />

Como ya hemos señalado estos ligamentos están situados<br />

en el compartimiento posterolateral y comprenden<br />

al ligamento de Humphrey, anterior al LCP y la rama posterior<br />

<strong>del</strong> ligamento de Wrisberg, que se extiende por detrás<br />

<strong>del</strong> LCP. Su inserción en el menisco lateral puede simular<br />

una rotura vertical <strong>del</strong> cuerno posterior.<br />

Tendón poplíteo<br />

Este tendón puede provocar un diagnóstico erróneo de<br />

ruptura <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral, es de grosor<br />

variable y cuando hay un derrame articular la presencia<br />

de líquido en la vaina <strong>del</strong> tendón poplíteo puede mostrar<br />

un área hipoecoica. El trayecto <strong>del</strong> tendón y <strong>del</strong> músculo<br />

poplíteo pueden visualizarse en CC posteriores(IRM).<br />

Superficies óseas articulares<br />

Las superficies óseas de los cóndilos femorales y de<br />

los platillos tibiales aparecen bien definidos como líneas<br />

muy ecogénicas que dan SA.<br />

La ecografía se puede utilizar para valorar la integridad<br />

y grosor <strong>del</strong> cartílago articular de los cóndilos<br />

femorales y <strong>del</strong> surco intercondíleo y para lo cual debe<br />

flexionarse la rodilla en diferentes grados para una mejor<br />

visualización <strong>del</strong> cartílago, el cual aparece como una banda<br />

hipoecoica con sus bordes anterior y posterior bien definidos,<br />

midiendo el cartílago entre 1,2 y 1,9 mm. La superficie<br />

articular de la patela no es accesible a la ecografía.<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS DE LA RODILLA<br />

Lesión de los tendones<br />

Introducción<br />

Como conocemos, las afecciones más frecuentes de<br />

los tendones son:<br />

Peritendonitis. Se considera el período inicial de una<br />

enfermedad tendinosa, caracterizada por un proceso<br />

inflamatorio y que en la ecografía puede mostrar<br />

edema <strong>del</strong> peritendón.<br />

Tendinitis. Es la inflamación aguda o crónica de un<br />

tendón, el cual se muestra doloroso a la palpación<br />

con el transductor.<br />

134 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Insercionitis. Hay un área hipoecoica en la inserción<br />

<strong>del</strong> tendón. A veces se asocia a<br />

microcalcificaciones y distensión de la bursa vecina.<br />

Tendinopatías degenerativas. Pueden ser locales o<br />

difusas y casi siempre preceden a una ruptura. Se<br />

ven con frecuencia en la xantomatosis, en la<br />

insercionitis proximal <strong>del</strong> tendón rotuliano y en la<br />

osteocondritis de la TTA.<br />

Rupturas parciales y totales. En las rupturas parciales<br />

no recientes, hay un patrón de tendinopatía<br />

degenerativa, con áreas hipoecoicas debidas a<br />

hematomas y retracción de algunas fibras. En las<br />

rupturas completas, se ve aún mejor el hematoma<br />

y la separación de los tendones. Por lo general el<br />

peritendón está íntegro.<br />

En la rodilla las lesiones de tendinitis predominan en<br />

los tendones <strong>del</strong> cuádriceps, rotuliano, bicipital y <strong>del</strong> pie<br />

anserino. La tendinitis se ve como un engrosamiento y aspecto<br />

hipoecoico <strong>del</strong> tendón. Las calcificaciones ocurren<br />

en las formas crónicas, donde dan SA.<br />

La tendinitis <strong>del</strong> cuádriceps se muestra como un engrosamiento<br />

focal, hipoecoico, de límites poco preciso. A<br />

veces hay una calcificación en la inserción tendinosa <strong>del</strong><br />

cuádriceps. Es frecuente que se asocie con una tendinitis<br />

previa.<br />

La tendinitis <strong>del</strong> bíceps crural ocurre en los 2 cm<br />

distales <strong>del</strong> tendón, sobre todo en los corredores y pacientes<br />

obesos, el cual aparece engrosado e hipoecogénico. La<br />

tendinitis <strong>del</strong> pie anserino es casi siempre un proceso inflamatorio<br />

y afecta particularmente, la inserción <strong>del</strong> ST en<br />

la cara antero-medial de la tibia. El tendón aparece engrosado<br />

hipoecoico y con una bursitis asociada.<br />

La tendinopatía patelar proximal o insercionitis, causada<br />

por un sobreuso <strong>del</strong> mecanismo extensor de la rodilla,<br />

es la llamada rodilla <strong>del</strong> saltador o corredor. Se ve con<br />

frecuencia en aquellos deportes que requieren una acción<br />

repetida <strong>del</strong> mecanismo extensor de la rodilla. Otras veces<br />

se trata de una tendinitis focal con antecedentes de un trauma<br />

cerrado en el tendón patelar.<br />

En la ecografía el tendón aparece engrosado<br />

focalmente, inmediatamente por debajo <strong>del</strong> vértice de la<br />

patela, ligeramente hipoecoico, por degeneración mixoide,<br />

lo que favorece su ruptura. Si se prolonga la tendinitis, en<br />

deportistas que siguen entrenando, se interesa todo el tendón<br />

que aparece engrosado e hipoecoico, a veces con calcificaciones<br />

en los casos crónicos. Hay que diferenciarlo<br />

de la bursitis peritendinosa de la TTA, que en la ecografía<br />

aparece como una colección anecoica, oval, vecina al tendón<br />

patelar, así como de una insercionitis, que es casi exclusiva<br />

de los atletas y en la cual hay un engrosamiento de<br />

la inserción fibrocartilaginosa <strong>del</strong> tendón. Hay alteraciones<br />

en la distribución y densidad de las fibrillas tendinosas<br />

que afectan principalmente a su porción profunda. En los<br />

casos crónicos hay calcificaciones distróficas. La grasa<br />

de Hoffa se inflama y se hace más hiperecoica.<br />

Ruptura tendinosa<br />

La ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuádriceps, frecuente en la<br />

prótesis total de la rodilla, en los traumas, en las<br />

contracturas musculares bruscas y en algunas enfermedades<br />

sistémicas, aparece como una hendidura hipoecoica<br />

con separación <strong>del</strong> tendón en ambos lados, en ocasiones<br />

con presencia de líquido arremolinado en su interior, muchas<br />

veces con producción de una sombra acústica por<br />

artefacto de refracción.<br />

La ruptura puede ser total o parcial y predomina en la<br />

unión musculotendinosa o en la inserción <strong>del</strong> tendón en la<br />

patela. En la ruptura parcial se ve un defecto hipoecoico<br />

(hematoma) en alguna de las 4 láminas de este tendón.<br />

Los tendones <strong>del</strong> bíceps femoral y los de la corva también<br />

son susceptibles a las rupturas tendinosas. Cuando se<br />

rompe el tendón <strong>del</strong> bíceps femoral, que ayuda a estabilizar<br />

la articulación, se confunde con una ruptura <strong>del</strong> menisco<br />

lateral. La ruptura de los tendones de la región<br />

anserina son frecuentes en los peloteros. El tendón aparece<br />

engrosado, hipoecoico y con una bursitis asociada.<br />

OTRAS TENDINOPATÍAS<br />

Casi siempre son postraumáticas o relacionadas con un<br />

trauma deportivo y casi nunca de naturaleza degenerativa,<br />

salvo la asociada con la enfermedad de Osgood-Schlatter<br />

(O-Sch). en que hay una apófisis tibial prominente que predispone<br />

a una tendinopatía crónica de la porción distal <strong>del</strong><br />

tendón patelar, asociado a veces con una bursitis infrapatelar.<br />

En la enfermedad de O-Sch, el cartílago no osificado<br />

de la TTA aparece inflamado con engrosamiento <strong>del</strong> TCS,<br />

edema <strong>del</strong> tendón patelar y distensión de la bursa profunda<br />

infrapatelar.<br />

La enfermedad de Sinding-Larsen-Johannson ocurre<br />

en el niño donde hay fragmentación <strong>del</strong> polo inferior de la<br />

patela y se puede ver en la ecografía, a veces asociada con<br />

edema <strong>del</strong> tendón patelar o de la grasa de Hoffa.<br />

Quiste <strong>del</strong> tendón patelar<br />

El quiste <strong>del</strong> tendón patelar se trata de una degeneración<br />

quística en el 1/3 proximal de este tendón en atletas de<br />

gran actividad física y que puede rodearse de una cápsula.<br />

Casi siempre se trata de un proceso degenerativo mucoide.<br />

En la ecografía aparece hipoecoico o anecoico, con bordes<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 135


ien definidos.<br />

LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS COLATERALES<br />

Los ligamentos extraarticulares de la rodilla son los<br />

de más fácil acceso a la ecografía y su enfermedad<br />

traumática es muy frecuente.<br />

Lesión <strong>del</strong> ligamento colateral medial (LCM)<br />

En condiciones normales, y como ya hemos señalado,<br />

el LCM muestra 2 bandas paralelas anchas hiperecoicas<br />

separadas por un tejido areolar laxo, hipoecoico, extendido<br />

desde el cóndilo medial a la metáfisis tibial interna, en<br />

forma de una estructura plana y ancha. La banda profunda<br />

está unida al menisco tibial. Su grosor promedio en su<br />

inserción femoral es de 4,3 mm y en la inserción tibial es<br />

de 2,3 mm. Tiene una capa profunda unida al menisco<br />

medial y una capa superficial.<br />

La lesión de este ligamento se produce por un estrés<br />

en valgo con la rodilla parcialmente flexionada. En ocasiones<br />

es complicación de una artroscopia. En la ecografía<br />

aparece como una estructura trilaminar compuesta de 2<br />

capas hiperecoicas separadas por una zona central<br />

hipoecoica constituida por tejido areolar laxo y ocasionalmente<br />

por una bursa.<br />

La ruptura de este ligamento, frecuente en los deportistas,<br />

se puede asociar con ruptura <strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> menisco<br />

medial.<br />

En la ecografía la ruptura se ve como una estructura<br />

hipoecoica heterogénea, con el ligamento engrosado, por<br />

edema y hemorragia. Por lo general la ruptura predomina<br />

en las fibras profundas vecinas al cóndilo femoral medial,<br />

donde se puede ver un área focal hipoecoica. En las rupturas<br />

agudas la lesión se muestra como una interrupción en<br />

las bandas hiperecoicas que interesan a ambos componentes<br />

<strong>del</strong> ligamento y cuyo defecto puede contener líquido.<br />

El sitio de ruptura (hipoecoico o anecoico), más frecuente<br />

es la unión de su porción profunda con el menisco medial.<br />

Cuando solo se lesiona la porción profunda <strong>del</strong> ligamento<br />

el hematoma queda limitado a la capa medial. En las lesiones<br />

más severas se rompen ambas capas. A veces, y en la<br />

ruptura parcial, solo se ve un engrosamiento hipoecoico<br />

<strong>del</strong> ligamento sin interrupción evidente de éste. En las rupturas<br />

pequeñas solo se ve engrosamiento <strong>del</strong> ligamento, lo<br />

que obliga a un estudio comparativo, siendo difícil de identificar<br />

la pérdida de integridad <strong>del</strong> ligamento. La distensión<br />

de la bursa intraligamentaria puede presentarse como<br />

una lesión quística a este nivel, siempre con conservación<br />

de la porción profunda <strong>del</strong> ligamento.<br />

La ruptura <strong>del</strong> LCM se asocia con frecuencia a ruptura<br />

<strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> menisco medio. En las lesiones crónicas<br />

con formación excesiva de un tejido de granulación y degeneración<br />

mucoide <strong>del</strong> ligamento, se puede ver una masa<br />

ecogénica dentro de él con interrupción <strong>del</strong> aspecto<br />

trilaminar que casi siempre es más prominente en su inserción<br />

femoral, a veces con calcificaciones (enfermedad de<br />

Pellegrini-Stieda). Este síndrome representa una miositis<br />

osificante en una ruptura crónica de este ligamento en su<br />

inserción femoral y produce una SA. Ocurre sobre todo en<br />

los casos de rupturas ligamentarias mal tratadas<br />

Lesión <strong>del</strong> ligamento colateral lateral (LCL).<br />

El LCL es más fino que el LCM y está orientado<br />

oblicuamente en dirección anterosuperior desde la cabeza<br />

<strong>del</strong> peroné al cóndilo femoral lateral. El tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

se sitúa por detrás y es muy ecogénico por su curso más<br />

paralelo. En la ecografía el ligamento normal aparece muchas<br />

veces hipoecoico por anisotropía. El tendón <strong>del</strong> bíceps<br />

femoral envuelve a este ligamento en forma de herradura,<br />

y en un CT su inserción peronea es difícil de diferenciar.<br />

Los traumas de este ligamento ocurren con la pierna<br />

en rotación interna y con una fuerza aplicada en varus.<br />

En la ecografía se ve como un área focal hipoecoica que<br />

es dolorosa a la presión o como un segmento engrosado<br />

vecino al peroné. Se asocia a desgarros <strong>del</strong> ligamento cruzado<br />

y <strong>del</strong> menisco lateral, así como a desgarro de la banda<br />

iliotibial.<br />

La ruptura completa <strong>del</strong> ligamento se muestra por una<br />

discontinuidad de éste con un hematoma (hipoecoico o<br />

anecoico), mientras que la ruptura parcial o esguince se<br />

puede ver como un área de hipoecogenicidad y de engrosamiento<br />

<strong>del</strong> ligamento. Se puede asociar con ruptura <strong>del</strong><br />

LCA, <strong>del</strong> menisco lateral, así como con desgarro de la<br />

banda iliotibial.<br />

Lesión de los ligamentos cruzados<br />

El estudio con ecografía de los ligamentos cruzados<br />

requiere de una gran experiencia y no siempre se obtiene<br />

una ventana adecuada para su estudio. Los ligamentos<br />

cruzados, son difíciles de estudiar con la ecografía, salvo<br />

la porción distal <strong>del</strong> LCP, especialmente cuando hay derrame<br />

articular asociado.<br />

Ligamento cruzado anterior (LCA)<br />

El ligamento cruzado anterior limita la hiperextensión<br />

y la rotación tibiofemoral, así como evita el desplazamiento<br />

anterior de la tibia. En condiciones normales el LCA se<br />

puede ver como una estructura lineal hipoecoica por detrás<br />

de la patela en un corte sagital oblícuo anterior, con la<br />

rodilla flexionada a 60 grados.<br />

136 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Las lesiones de este ligamento pueden ocurrir con la<br />

rotación externa y la abducción en hiperextensión, en ocasión<br />

de un desplazamiento directo hacia a<strong>del</strong>ante de la<br />

tibia; así como en la rotación interna de la tibia con la<br />

rodilla en extensión completa. La mayoría de las rupturas<br />

ocurren en la caída por salto en un “pivoteo” o una<br />

desaceleración súbita.<br />

Se asocia a derrame hemorrágico de la articulación<br />

y a desgarros <strong>del</strong> menisco medial y <strong>del</strong> ligamento colateral<br />

medial.<br />

En la hemartrosis aguda, frecuentemente asociada, hay<br />

una colección hipoecoica a lo largo de la pared lateral <strong>del</strong><br />

espacio intercondíleo femoral, lo que se corresponde siempre<br />

con la ruptura aguda de este ligamento. Se trata de un<br />

hematoma en su inserción femoral. Las lesiones <strong>del</strong> LCA,<br />

en su inserción tibial, no se ven en la ecografía.<br />

Ligamento cruzado posterior (LCP)<br />

El LCP se origina en la superficie lateral <strong>del</strong> cóndilo<br />

femoral interno y se inserta en el área intercondílea de la<br />

porción proximal de la tibia, a 1 cm por debajo de la superficie<br />

articular. Tiene un curso sagitaloblicuo en su ½<br />

distal en un plano paralelo y muy relacionado, con la porción<br />

proximal y posterior de la tibia. Su longitud promedio<br />

es de 38 mm y su ancho de 13 mm. Su área de corte<br />

seccional disminuye hacia su porción distal y en la medición<br />

se incluye la grasa vecina y los ligamentos<br />

meniscofemorales.<br />

Para su visualización se utiliza un transductor lineal<br />

de alta resolución con el paciente en decúbito prono y la<br />

rodilla en posición neutra. El transductor se sitúa en la<br />

fosa poplítea, longitudinal al trayecto <strong>del</strong> ligamento, cerca<br />

de su inserción distal en la tibia. Debe hacerse presión con<br />

la porción proximal <strong>del</strong> transductor y con una ligera<br />

angulación, para obtener un plano paralelo al ligamento.<br />

Sólo se logra ver bien su porción distal, la que se afina<br />

progresivamente. La medición <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong> ligamento se<br />

debe realizar a nivel de la inserción en la espina tibial,<br />

tomándose en cuenta su ecogenicidad y la definición de su<br />

contorno posterior.<br />

El LCP, es uniformemente hipoecoico, con su borde<br />

anterior íntimamente unido a la porción proximal de la<br />

tibia. El contorno posterior es liso y bien <strong>del</strong>imitado de la<br />

grasa intraarticular, que es hiperecoica. Se puede ver bien<br />

la porción de la cápsula que aparece como una línea<br />

hiperecoica entre la grasa articular y el músculo vecino,<br />

que es hipoecoico.<br />

En los pacientes normales, el grosor oscila entre 3,7 y<br />

6,2 mm, con una media de 4,5 mm; la diferencia de grosor<br />

con el ligamento sano, siempre es menor de 1 mm. La lesión<br />

aislada <strong>del</strong> LCP es rara. Casi siempre es resultado de<br />

un trauma directo en la cara anterior de la tibia con la<br />

pierna flexionada o por un trauma en hiperextensión. El<br />

ligamento cruzado posterior controla el desplazamiento<br />

posterior de la tibia sobre el fémur y estabiliza la rodilla<br />

en la angulación extrema en varus y valgus. Se asocia con<br />

desgarros <strong>del</strong> ligamento cruzado anterior, <strong>del</strong> menisco o<br />

de los ligamentos colaterales.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> LCP son frecuentes en los traumas de<br />

la rodilla, casi siempre por un trauma violento. En los desgarros<br />

agudos el diagnóstico clínico es difícil, ya que el<br />

dolor, la inflamación, la hemartrosis y el espasmo muscular,<br />

dificultan el examen. Es difícil diferenciarlos de una<br />

inestabilidad anteroposterior de la rodilla.<br />

Síndrome de la fricción iliotibial<br />

El síndrome de la fricción iliotibial (rodilla <strong>del</strong> corredor)<br />

es una fascitis debida a la inflamación de la fascia<br />

que forma el tracto iliotibial, que con los movimientos de<br />

flexión y extensión, hacen que la banda choque con el cóndilo<br />

lateral, especialmente en los corredores con excesiva<br />

pronación <strong>del</strong> pie. Es aconsejable realizar el estudio después<br />

<strong>del</strong> ejercicio en que se ve el engrosamiento de la fascia<br />

con disminución de su ecogenicidad. A veces la bursa vecina<br />

se distiende.<br />

Síndrome de presión excesiva lateral<br />

El síndrome de presión excesiva lateral resulta de la<br />

compresión de la articulación patelofemoral por un<br />

retináculo lateral muy rígido o por un esguince de la articulación<br />

tibioperonea superior. Este síndrome puede<br />

sospecharse en la ecografía cuando se observa el retináculo<br />

lateral muy rígido con los movimientos pasivos y activos.<br />

LESIONES DE LOS MENISCOS<br />

Es conveniente insistir en el aspecto anatómico y<br />

ecográfico normal de los meniscos. Los meniscos están<br />

compuestos de un cartílago semilunar unido en su periferia<br />

a la cápsula de la articulación de la rodilla. Los meniscos<br />

son estructuras triangulares con un borde externo convexo<br />

y un borde interno cóncavo, habiéndose dividido en un<br />

cuerno anterior, el cuerpo y un cuerno posterior.<br />

El menisco interno, más pequeño y fijo, en forma de<br />

una «C» abierta (más ancho por detrás), es asiento preferente<br />

de las rupturas traumáticas.<br />

El menisco externo, más grande y móvil, en forma de<br />

una «C» cerrada, soporta más carga y está más expuesto a<br />

lesiones degenerativas y es de localización casi exclusiva<br />

de las malformaciones congénitas.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 137


El examen debe realizarse en decúbito lateral con cortes<br />

transversales y longitudinales y haciendo ligero estrés<br />

en valgus y varus para examinar a los meniscos medial y<br />

lateral respectivamente. En la ecografía, el menisco aparece<br />

como un triángulo homogéneo hiperecoico interpuesto<br />

entre las capas hipoecoicas <strong>del</strong> cartílago articular.<br />

La ecografía es capaz de detectar las rupturas<br />

periféricas, sobre todo cuando se complican con un quiste.<br />

En la ecografía la ruptura <strong>del</strong> menisco puede verse como<br />

un defecto hipoecoico dentro <strong>del</strong> menisco, aunque también<br />

se ha descrito la presencia de bandas lineales ecogénicas o<br />

focos punteados dentro <strong>del</strong> mismo.<br />

Mucho se ha discutido el papel de la ecografía en las<br />

lesiones meniscales. Ello incluye:<br />

. La detección de rupturas o desgarros meniscales en<br />

ocasión <strong>del</strong> diagnóstico de un quiste de Baker.<br />

. La detección de una separación menisco-capsular.<br />

. La evaluación de una rodilla dolorosa con exámenes<br />

previos negativos.<br />

. Para identificar lesiones de los ligamentos colaterales<br />

o de las bursas periarticulares.<br />

. Para el diagnóstico de un quiste meniscal.<br />

. Para el estudio <strong>del</strong> menisco posoperatorio.<br />

. Para la identificación <strong>del</strong> grado de lesión meniscal, no<br />

siempre posible.<br />

DESGARROS Y RUPTURAS DE LOS MENISCOS<br />

La rotación <strong>del</strong> fémur sobre la tibia fija, durante la<br />

flexión y extensión llevan a los meniscos a un riesgo de<br />

ruptura. Los meniscos lesionados deben ser evaluados teniendo<br />

en cuenta modificaciones en su forma, volumen y<br />

las alteraciones en su ecogenicidad.<br />

La ruptura <strong>del</strong> menisco medial se inicia en la superficie<br />

inferior <strong>del</strong> cuerno posterior, mientras que el menisco<br />

lateral es más propenso a las rupturas transversales u oblicuas.<br />

Se asocia a menudo con hemorragia y las rupturas<br />

ocurren con frecuencia en las inserciones periféricas de<br />

los meniscos, lo que contribuye al dolor.<br />

Se ha tratado de establecer una clasificación de las<br />

rupturas meniscales con la ecografía parecida a la obtenida<br />

con la IRM y que la divide en 3 grados. Así tenemos:<br />

Lesión meniscal grado 1. Se ve un área con alteración<br />

de la ecogenicidad focal intrameniscal que no<br />

llega a la periferia. Puede verse de manera<br />

asintomática en algunos atletas. Se corresponde con<br />

un foco de degeneración mucinosa precoz, déficit<br />

de condrocitos o con un área hipocelular (mejor<br />

visualizada en la IRM).<br />

Lesión meniscal grado 2. Hay una línea horizontal<br />

intrameniscal, con alteración de la ecogenicidad que<br />

llega a la porción periférica <strong>del</strong> menisco sin interesar<br />

la superficie articular. Las áreas de degeneración<br />

mucinosa son más extensas y más frecuentes<br />

en el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial.<br />

Lesión meniscal grado 3. En este grado el área se<br />

extiende hasta la superficie articular. Se asocia con<br />

separación fibrocartilaginosa. Las lesiones de grado<br />

3 son más frecuentes en el cuerno posterior <strong>del</strong><br />

menisco medial sobre todo en su cara inferior.<br />

En todos los grados anteriores, deben valorarse las<br />

alteraciones de la morfología <strong>del</strong> menisco y modificaciones<br />

de su tamaño.<br />

Separación menisco-capsular<br />

La porción medial de la cápsula articular está dividida<br />

en un componente menisco femoral y otro menisco-tibial,<br />

separados de las fibras superficiales <strong>del</strong> ligamento colateral<br />

medial por una bursa. El cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />

medial, fijo a la tibia por el ligamento menisco-tibial y<br />

menos móvil, es muy susceptible a su ruptura en la inserción<br />

capsular.<br />

En condiciones normales el cartílago articular <strong>del</strong> platillo<br />

tibial, debe estar cubierto por el cuerno posterior <strong>del</strong><br />

menisco tibial, sin estar expuesto a la superficie <strong>del</strong> cartílago<br />

articular. Los signos de una separación meniscocapsular,<br />

en la IRM son:<br />

. Desplazamiento en 5 mm. o más <strong>del</strong> cuerno posterior<br />

<strong>del</strong> menisco medial.<br />

. Presencia de cartílago articular medial no cubierto por<br />

el menisco.<br />

. Presencia de líquido interpuesto entre el borde periférico<br />

<strong>del</strong> menisco y la cápsula.<br />

. Cuando hay una separación completa <strong>del</strong> cuerno posterior<br />

se puede ver al menisco flotando libremente, sobre<br />

todo si se asocia con ruptura <strong>del</strong> LCM, lo que es<br />

frecuente.<br />

En ocasiones y con la ecografía, se pueden identificar<br />

algunos de estos signos.<br />

Quistes meniscales<br />

Los quistes meniscales son masas quísticas<br />

multiloculadas llenas de material mucinoso. Para algunos<br />

se originan por una hendidura horizontal <strong>del</strong> menisco, mientras<br />

que para otros son debidos a una degeneración mixoide.<br />

Los quistes se asocian con frecuencia con ruptura horizontal<br />

<strong>del</strong> menisco lateral, son muy raros los quistes<br />

mediales asociados con ruptura y en cuyo caso predomina<br />

la teoría de la degeneración mixoide.<br />

138 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Casi siempre es el resultado de una ruptura periférica <strong>del</strong><br />

menisco o ruptura compleja con un mecanismo a válvula.<br />

En la ecografía los quistes meniscales aparecen como<br />

estructuras hipoecoicas o anecoicas loculadas y en los<br />

cuales puede verse el desplazamiento <strong>del</strong> líquido en su interior<br />

cuando se comprime con el transductor. En las áreas<br />

de degeneración mixoide el menisco aparece engrosado e<br />

hipoecoico. Por su parte el menisco puede protruir a partir<br />

de la articulación y provocar dolor e inflamación. Cuando<br />

un quiste es muy grande puede simular un tumor y provocar<br />

erosión <strong>del</strong> platillo tibial lateral. En las formas crónicas<br />

el líquido se espesa y puede aparecer sólido, situándose<br />

vecino o lejos de la articulación.<br />

Menisco discoide<br />

En esta entidad el menisco displásico pierde su forma<br />

semilunar en «C» y toma una configuración discoide ancha.<br />

Es más frecuente en el menisco lateral y son más susceptibles<br />

a los desgarros y quistes. El menisco es más alto<br />

que el opuesto (>2 mm) y se pierde su afinamiento central.<br />

Se dividen en 2 grupos.<br />

Con displasia menor, con un cuerno anterior o posterior<br />

muy grande.<br />

Con displasia mayor, donde se han descrito 3 formas.<br />

Nota. Hay una forma de menisco discoideo infantil,<br />

en el cual el menisco está aumentado en sus 3 porciones,<br />

pero conserva su forma semicircular<br />

Calcificación meniscal<br />

Ocurre en la condrocalcinosis, y durante el desarrollo,<br />

como aberración en la diferenciación de las células<br />

mesenquimales dentro <strong>del</strong> menisco. En la ecografía se pueden<br />

detectar sombras acústicas intraarticulares vecinas a<br />

los platillos tibiales producidas por las calcificaciones de<br />

los meniscos.<br />

CLASIFICACIÓN COMPARTIMENTAL DE LOS TRAUMAS<br />

DE LA RODILLA. ASPECTO ECOGRÁFICO<br />

En el estado de de los traumas de la rodilla se distinguen<br />

4 compartimientos: anterior, medial, lateral y posterior.<br />

Compartimiento anterior<br />

El compartimiento anterior comprende al cuádriceps,<br />

constituido por el recto anterior y por los vastos. Tiene<br />

una configuración trilaminar en la que se identifica una<br />

capa superficial (recto anterior), una capa media (vastos<br />

externo e interno) y una capa profunda (vasto intermedio).<br />

Los retináculos medial y lateral de la patela están compuestos<br />

de fibras procedentes de los vastos correspondientes.<br />

El tendón patelar se forma, principalmente, de fibras<br />

<strong>del</strong> recto anterior que cruzan por <strong>del</strong>ante de la patela para<br />

insertarse en la tibia.<br />

El recto anterior es el músculo más expuesto a las lesiones<br />

de la unión MT, lo que se explica por su localización<br />

superficial, predominio de las fibras tipo II, acción<br />

muscular excéntrica y extensión a través de 2 articulaciones.<br />

Las rupturas de su tendón obedecen por lo general a<br />

microtraumas repetidos o a una enfermedad previa por<br />

gota, diabetes, enfermedad <strong>del</strong> colágeno, etc. En ocasiones<br />

una desaceleración fuerte puede provocar una ruptura<br />

aguda, parcial o completa <strong>del</strong> tendón a pocos centímetros<br />

<strong>del</strong> polo superior de la patela. Lo mismo sucede en algunas<br />

lesiones deportivas en que puede ocurrir un arrancamiento<br />

agudo en la inserción <strong>del</strong> tendón rotuliano en el<br />

polo inferior de la patela y menos frecuentemente en su<br />

inserción tibial.<br />

La porción oblicua <strong>del</strong> vasto medial juega un papel<br />

importante como estabilizador medial de la patela. Esta<br />

porción <strong>del</strong> vasto medial se origina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> aductor<br />

mayor y se inserta en el borde medial de la patela. Su<br />

aponeurosis está íntimamente unida al ligamento<br />

patelofemoral vecino que se inserta en el tubérculo <strong>del</strong><br />

aductor. Las lesiones de las ramas oblicuas de este músculo<br />

favorecen las luxaciones laterales de la patela.<br />

En la ecografía las lesiones <strong>del</strong> ligamento y de esta<br />

parte <strong>del</strong> músculo provocan alteraciones de la ecogenicidad<br />

a nivel <strong>del</strong> tubérculo <strong>del</strong> aductor, así como en el fascículo<br />

oblicuo <strong>del</strong> músculo, edema <strong>del</strong> músculo aductor mayor y<br />

alteraciones <strong>del</strong> ligamento patelotibial, cerca de su inserción<br />

en la tibia.<br />

La ruptura <strong>del</strong> tendón patelar provoca una patela alta<br />

con pérdida de la capacidad de extensión de la rodilla.<br />

Puede asociarse con lesiones por avulsión a nivel <strong>del</strong> tubérculo<br />

tibial o <strong>del</strong> polo inferior de la patela.<br />

En las rupturas agudas y crónicas el tendón aparece<br />

con un contorno ondulado y aumento de su laxitud. La<br />

ruptura en el polo inferior de la patela puede asociarse con<br />

retracción proximal <strong>del</strong> tendón y aparecer engrosado.<br />

La tendinitis patelar o rodilla <strong>del</strong> saltador afecta, por<br />

lo general, al tendón y a sus inserciones, y casi siempre es<br />

precedido de cambios inflamatorios con un mal alineamiento<br />

<strong>del</strong> mecanismo extensor, inestabilidad en los ejercicios<br />

de salto (rodilla <strong>del</strong> saltador) o por un síndrome de sobreuso.<br />

En la ecografía hay engrosamiento <strong>del</strong> tendón. En las<br />

formas aguda o subaguda puede asociarse a ruptura parcial<br />

y engrosamiento focal <strong>del</strong> tendón, predominando en la<br />

porción proximal en la rodilla <strong>del</strong> saltador, mientras que el<br />

engrosamiento distal se ve en la enfermedad de Osgood-<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 139


Schlatter. En las rupturas crónicas hay hiperplasia sinovial,<br />

necrosis fibrinoide e inflamación, todo lo cual provoca áreas<br />

de ecogenicidad heterogéneas.<br />

Compartimiento medial<br />

En el compartimiento medial se ve el resultado de la unión<br />

de 3 músculos: sartorio, gracilis y semitendinoso, que forman<br />

el llamado pie anserino. Estos 3 músculos intervienen en la<br />

acción de doblar la rodilla y colaboran en la rotación medial<br />

de la misma. En su inserción tibial aparecen íntimamente ligados.<br />

El sartorio es el más expuesto a los traumas, debido a<br />

su localización superficial y curso biarticular.<br />

El músculo semimembranoso, originado en la<br />

tuberosidad isquiática cruza por la profundidad <strong>del</strong> ST y<br />

porción larga <strong>del</strong> bíceps. El SM y el ST, conocidos como<br />

los músculos mediales de la corva, participan en la flexión<br />

y rotación medial de la articulación de la rodilla.<br />

Las lesiones por arrancamiento de la inserción principal<br />

<strong>del</strong> semimembranoso, provocadas por un estrés en<br />

valgus de la rodilla, se asocian con frecuencia a ruptura<br />

<strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial.<br />

El SM es fusiforme y tiene un origen y una terminación<br />

tendinosa, lo que unido a su acción muscular excéntrica<br />

lo hace susceptible a las lesiones traumáticas.<br />

Las rupturas parciales <strong>del</strong> gemelo interno pueden asociarse<br />

con lesiones <strong>del</strong> SM. Este músculo tiene una inserción<br />

compleja. Su rama principal se inserta en el tubérculo<br />

infraglenoideo <strong>del</strong> platillo tibial posteromedial. También<br />

se inserta en la tibia, vecino al LCM, porción<br />

posteromedial de la cápsula, ligamento poplíteo oblicuo y<br />

fibras superficiales <strong>del</strong> LCM. La ecografía y la IRM permiten<br />

un estudio detallado de sus lesiones traumáticas.<br />

Compartimiento lateral<br />

En el compartimiento lateral tenemos al tractus iliotibial<br />

y al tendón <strong>del</strong> bíceps femoral.<br />

Tracto iliotibial (TIT)<br />

Es una banda poderosa de la fascia profunda, producto<br />

de la fusión de las aponeurosis que cubren al tensor de la<br />

fascia lata, al glúteo mayor y al glúteo medio. Por encima<br />

de la rodilla envía inserciones al tubérculo supracondíleo<br />

<strong>del</strong> cóndilo femoral lateral y se mezcla con el septum<br />

intermuscular. Su principal inserción por abajo es el tubérculo<br />

<strong>del</strong> Gerdy o tubérculo lateral de la tibia, aunque también<br />

incluye a la patela y al ligamento rotuliano. Es estabilizador<br />

de la rodilla, sobre todo de su cara lateral.<br />

En la ecografía su ruptura provoca discontinuidad<br />

y edema.<br />

Músculo y tendón <strong>del</strong> bíceps femoral<br />

El músculo bíceps femoral con sus 2 cabezas, y conocido<br />

como músculo lateral de la corva, dobla y rota en sentido<br />

lateral a la rodilla. Su inserción principal por abajo es<br />

en la cabeza y proceso estiloides <strong>del</strong> peroné, aunque tiene<br />

otras inserciones tendinosas y fasciales. Aquellas extensiones<br />

fasciales que ocurren en el borde posterior <strong>del</strong> TIT explican<br />

la coincidencia ocasional de lesiones traumáticas en<br />

ambas estructuras.<br />

En los pacientes con traumas agudos e inestabilidad<br />

anterolateral y antero-medial, son frecuentes las lesiones<br />

complejas <strong>del</strong> bíceps femoral que predominan en su porción<br />

corta y enfatizan la importancia de su papel estabilizador,<br />

dinámico y estático, en la cara externa de la rodilla.<br />

Las lesiones traumáticas que interesan al ligamento arcuato<br />

en su inserción peronea pueden provocar también un arrancamiento<br />

<strong>del</strong> bíceps, todas evaluables en la ecografía y<br />

mejor aún en la IRM.<br />

Compartimiento posterior<br />

Este compartimiento está constituido por los músculos<br />

gemelos, plantar y poplíteo.<br />

Los gemelos son los músculos más superficiales de la<br />

pantorrilla; se originan de la cara posterior de los cóndilos<br />

femorales y se unen para formar un solo músculo, insertándose<br />

en el calcáneo a través de un tendón plano, luego de<br />

unirse con el músculo sóleo. Su principal acción es la flexión<br />

plantar <strong>del</strong> pie, pero también flexionan la rodilla en la posición<br />

de reposo. Este músculo está propenso a las lesiones por<br />

su localización y por su acción a través de 2 articulaciones.<br />

Las lesiones de la cabeza medial en la porción media o<br />

proximal de la pierna pueden ocurrir aisladas o combinarse<br />

con ruptura de los músculos sóleo y plantar. Esta combinación<br />

de lesión se conoce como lesión <strong>del</strong> tenista.<br />

En la ecografía hay edema en la unión MT con un patrón<br />

emplumado, hematoma intramuscular, colecciones<br />

perifasciales y ruptura completa con retracción <strong>del</strong> tendón.<br />

Las lesiones <strong>del</strong> gemelo medial también pueden ocurrir a<br />

nivel de la rodilla, lo que provoca inestabilidad<br />

posteromedial, a veces asociado a ruptura tendinosa <strong>del</strong> SM.<br />

Las lesiones de la cabeza <strong>del</strong> gemelo interno ocurren<br />

en los pacientes con lesiones <strong>del</strong> complejo posterolateral<br />

que se asocian con frecuencia con lesiones <strong>del</strong> poplíteo,<br />

tendón <strong>del</strong> bíceps y músculo plantar.<br />

El músculo plantar originado en la línea externa<br />

supracondílea, algo por encima a la inserción de la cabeza<br />

140 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


lateral <strong>del</strong> gemelo, tiene un tendón fino y largo que cursa<br />

hacia abajo entre el gemelo interno y el sóleo, insertándose<br />

en el calcáneo, anteromedial al tendón de Aquiles o directamente<br />

en este tendón. Una contracción brusca puede provocar<br />

su ruptura. Las lesiones <strong>del</strong> plantar se han asociado<br />

frecuentemente con ruptura traumática <strong>del</strong> LCA, ligamento<br />

arcuato y músculos posterolaterales de esta región, gemelo<br />

externo y poplíteo. Se han descrito síndromes<br />

compartimentales posteriores, por ruptura <strong>del</strong> plantar o<br />

gemelo medio.<br />

El aspecto en la ecografía varía con la severidad <strong>del</strong><br />

trauma: edema en el músculo o en la unión MT, ruptura<br />

MT con retracción proximal <strong>del</strong> músculo y una masa entre<br />

el tendón <strong>del</strong> poplíteo y el gemelo interno, ruptura parcial<br />

asociada <strong>del</strong> gemelo interno, colecciones líquidas entre<br />

el gemelo medial y el sóleo, ruptura <strong>del</strong> LCA y <strong>del</strong><br />

ligamento arcuato y contusión ósea en el compartimiento<br />

lateral de la rodilla (IRM).<br />

El músculo poplíteo forma parte <strong>del</strong> suelo de la fosa<br />

poplítea; originado en la porción posterointerna de la<br />

metáfisis tibial proximal, su tendón se extiende por el hueco<br />

poplíteo para terminar en el cóndilo femoral interno, al<br />

final <strong>del</strong> surco poplíteo, enviando además 2 inserciones:<br />

en la parte posterior de la cabeza peronea o ligamento<br />

poplíteo peroneo y en el cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral.<br />

En reposo es el rotador interno primario de la tibia<br />

sobre el fémur y en situación de carga funciona como<br />

rotador <strong>del</strong> fémur en la pierna. Si bien puede lesionarse en<br />

cualquier lugar, predominan en el músculo y en la unión<br />

MT, casi siempre secundario a un trauma directo sobre la<br />

porción anteromedial de la porción proximal de la tibia<br />

con hiperextensión de la rodilla o por un trauma indirecto<br />

con rotación externa e hiperextensión.<br />

En la ecografía el músculo poplíteo traumatizado, aparece<br />

engrosado con alteración de su ecoestructura, así como<br />

puede mostrar una ruptura parcial o completa <strong>del</strong> mismo.<br />

El músculo poplíteo es uno de los estabilizadores mayores<br />

<strong>del</strong> ángulo posterolateral de la rodilla y se asocia con frecuencia,<br />

en sus lesiones, con ruptura <strong>del</strong> LCA y LCP, ruptura<br />

<strong>del</strong> menisco medial y lateral y ruptura <strong>del</strong> complejo<br />

peroneoarcuato lateral. También se asocia con lesiones <strong>del</strong><br />

gemelo y <strong>del</strong> bíceps femoral.<br />

CLASIFICACIÓN DE LOS TRAUMAS COMPLEJOS<br />

DE LA RODILLA BASADO EN SU MECANISMO<br />

DE PRODUCCIÓN<br />

Los traumas complejos de la rodilla son frecuentes en<br />

el curso de los accidentes o en la práctica de algunos deportes.<br />

La mayor parte de las lesiones de la rodilla son el<br />

resultado de la mezcla de 2 o más fuerzas ejercidas a<br />

través de la articulación de la rodilla flexionada o extendida.<br />

La mayoría de las fuerzas que actúan en la rodilla incluyen:<br />

traslación (anterior o posterior), angulación (en varus<br />

o valgus), rotación (interna o externa), hiperextensión, desplazamiento<br />

axial o trauma directo.<br />

La utilización de una clasificación basada en el mecanismo<br />

de producción <strong>del</strong> trauma puede ser útil dado que el<br />

conocimiento <strong>del</strong> mecanismo causante puede facilitar la<br />

detección completa de las lesiones y además, predecir una<br />

inestabilidad inmediata o tardía, con necesidad de un tratamiento<br />

quirúrgico. El reconocimiento con la ecografía<br />

de los patrones de lesiones de los ligamentos, meniscos y<br />

de la región capsular, asociado a los patrones específicos<br />

de edema medular o al magullamiento óseo (con la IRM),<br />

permiten plantear que estas lesiones pueden ser clasificadas<br />

de manera específica.<br />

Los huesos de la rodilla contribuyen poco a la estabilidad<br />

de la articulación, que depende mayormente de los<br />

tejidos blandos de soporte. Los meniscos, ligamentos, tendones,<br />

músculos y fascias contribuyen a la estabilidad de<br />

la rodilla.<br />

Basado en las características de las lesiones que se<br />

producen sobre las estructuras estabilizantes (primarias y<br />

secundarias) de la rodilla, unido a los patrones de las lesiones<br />

óseas (en la IRM), se han clasificado las lesiones<br />

traumáticas complejas en 10 categorías, de acuerdo con la<br />

posición de la rodilla en flexión o extensión, dirección de<br />

la fuerza y presencia o no de rotación.<br />

Ellas son: hiperextensión pura, hiperextensión con<br />

varus, hiperextensión con valgus, valgus aislado, varus<br />

aislado, flexión con valgus y rotación interna, flexión con<br />

varus y rotación interna, flexión con traslación tibial posterior,<br />

luxación de la patela y trauma directo.<br />

Las lesiones por hiperextensión, debidas a las mayores<br />

fuerzas ejercidas en la rodilla extendida o bloqueada,<br />

producen patrones de lesiones óseas (en la IRM) muy severas,<br />

a veces con francas fracturas. En ocasiones se ven<br />

lesiones por arrancamiento en la parte posterior de la rodilla<br />

que interesan las áreas críticas de las esquinas<br />

posteromedial y posterolateral.<br />

Las lesiones en flexión tienden a mostrar impactaciones<br />

óseas contiguas no muy extensas (IRM), aunque con frecuencia<br />

se producen lesiones debidas a rotación interna o<br />

externa. A veces se observan impactaciones no contiguas,<br />

así como pequeñas avulsiones óseas. Se ha demostrado que<br />

las lesiones en flexión asociadas con rotación de la rodilla<br />

producen con mayor frecuencia lesiones <strong>del</strong> menisco. Las<br />

lesiones que ocurren en flexión se caracterizan por un menor<br />

grado de contusión ósea. Con la rodilla en flexión, pre-<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 141


dominan las fuerzas de deslizamiento y rotación sobre las<br />

fuerzas de impactación. Muchas de las contusiones óseas<br />

en las lesiones de flexión interesan a las superficies óseas<br />

no contiguas, por que son debidas a una impactación<br />

rotacional secundaria, posterior a una ruptura ligamentaria.<br />

Se cree que la rotación secundaria en flexión, puede causar<br />

un mecanismo de atrapamiento o torsión, que explica lo<br />

frecuente de las rupturas meniscales en este tipo de lesión.<br />

Las categorías de los traumas en valgo y varus estrictos<br />

se caracterizan por un patrón de impactación en el<br />

sitio <strong>del</strong> golpe y un arrancamiento de los ligamentos en el<br />

sitio opuesto.<br />

La luxación de la patela se produce por la combinación<br />

de flexión, valgus y rotación <strong>del</strong> fémur sobre la tibia<br />

fija, detectable en la ecografía.<br />

El trauma directo se caracteriza por un área de contusión<br />

ancha en el sitio <strong>del</strong> impacto sin lesión en el lado opuesto.<br />

Lo más frecuente es un trauma directo anterior con<br />

contusión de la patela y <strong>del</strong> surco troclear vecino (IRM).<br />

De estos patrones, el más frecuente es el de flexión<br />

en valgus y rotación externa (46 %).<br />

Los patrones distintivos de ciertas lesiones de la rodilla<br />

pueden reconocerse con la ecografía, pero sobre todo<br />

con la IRM. Uno de los más conocidos es la asociación<br />

de ruptura aguda <strong>del</strong> LCA con contusión <strong>del</strong> cóndilo<br />

femoral externo y porción posterior <strong>del</strong> platillo tibial lateral.<br />

También se ha descrito la asociación frecuente de<br />

ruptura <strong>del</strong> LCA y contusión de la porción medial de la<br />

rodilla, atribuida por algunos a un arrancamiento de la inserción<br />

<strong>del</strong> semimembranoso o a una impactación por contragolpe,<br />

secundaria a una rotación.<br />

También se han señalado los patrones de edema de la<br />

médula ósea que acompañan a la fractura de Segond. Esta<br />

última hay que diferenciarla de la llamada tríada de<br />

O´Dognoghue, en la cual hay ruptura <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong> LCA<br />

por un mecanismo de flexión en valgus y rotación externa.<br />

Las lesiones en hiperextensión se caracterizan por<br />

áreas de contusión ósea vecinas, de base ancha, en la<br />

parte anterior de la rodilla. Las fuerzas requeridas para<br />

producir estas lesiones son importantes y el grado de lesión<br />

en las partes blandas opuestas y en la cara posterior<br />

de la rodilla pueden demostrarse por el edema detectado<br />

en la IRM.<br />

LESIONES DE LOS COMPONENTES ARTICULARES<br />

DE LA RODILLA<br />

Introducción<br />

Aunque estudiamos de modo detallado, en el capítulo<br />

dedicado a las enfermedades articulares todos sus componentes<br />

más importantes, lo frecuente de sus alteraciones<br />

en la rodilla justifican el realizar un breve recordatorio.<br />

Derrame articular<br />

El derrame articular en la rodilla es un signo inespecífico<br />

que se asocia con procesos inflamatorios,<br />

osteonecrosis, osteoartritis o traumas. En la ecografía puede<br />

detectarse aun en pequeñas cantidades, especialmente en<br />

la bursa suprapatelar, así como por dentro y por fuera de<br />

la patela, sobre todo luego de maniobras de compresión y<br />

búsqueda de este alrededor de la patela. En la rodilla el<br />

líquido se acumula inicialmente en la bursa suprapatelar,<br />

permitiendo conocer las características de la sinovial, precisar<br />

la presencia de coágulos o cuerpos libres y facilitar<br />

la punción aspirativa.<br />

En la ecografía el derrame se ve como una colección<br />

hipoecoica o anecoica y a veces se complica con cuerpos<br />

libres que aparecen como estructuras ecogénicas que dan SA.<br />

En la enfermedad reumática se pueden ver las<br />

vellosidades sinoviales cubiertas de un material fibroso<br />

que logra desprenderse y ocupar los recesos sinoviales de<br />

la articulación. Estos desechos se presentan como focos<br />

hiperecoicos que flotan en el líquido. Los cuerpos libres<br />

intraarticulares producto de fragmentos cartilaginosos,<br />

secuela de un trauma o ruptura de un menisco, tienen una<br />

forma poligonal. Otras veces se ven focos punteados muy<br />

ecorrefringentes producto de las calcificaciones que siguen<br />

a la inyección de esteroides en la articulación. La presencia<br />

de cuerpos libres, frecuentes en la osteocondromatosis<br />

secundaria, deben buscarse en la bursa suprapatelar y en<br />

los quistes de Baker.<br />

Es importante medir el grosor de la membrana sinovial<br />

y debe hacerse con una compresión suave de la bursa con<br />

el transductor.<br />

Además, la ecografía se puede utilizar para valorar la<br />

respuesta al tratamiento de una artritis inflamatoria cuyo signo<br />

favorable es la disminución <strong>del</strong> líquido, que por lo general<br />

ocurre dentro de las 48 horas de iniciado el tratamiento.<br />

En los casos de traumas la presencia de un derrame<br />

precoz debe hacer pensar en una hemartrosis aguda que<br />

puede ser debida a ruptura de los ligamentos cruzados,<br />

luxación de la patela, fractura osteocondral o ruptura<br />

periférica <strong>del</strong> menisco medial. Por otro lado, si el derrame<br />

aparece al día siguiente <strong>del</strong> trauma, es probable se deba a<br />

una lesión meniscal. En los casos de ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />

colateral casi nunca hay derrame. La presencia de detritus<br />

es señal de pus, coágulos, globos de grasa o fragmentos<br />

osteocondrales.<br />

Alteraciones sinoviales<br />

La evaluación con ecografía de las alteraciones de la<br />

sinovial de la rodilla se inicia, como ya hemos señalado,<br />

142 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


en la bursa suprapatelar. El engrosamiento de la sinovial<br />

puede ser inflamatorio, infiltrativo, infeccioso crónico,<br />

tumoral, etc. pero la ecografía carece de especificidad.<br />

La hipertrofia sinovial o pannus puede visualizarse en<br />

un grupo de artropatías inflamatorias (AR, artropatías<br />

hemofílicas, etc), así como en la invasión tumoral de la<br />

sinovial. También puede ocurrir en algunas infecciones<br />

crónicas (Tb, hongos) en cuyo caso es frecuente la presencia<br />

de adherencias fibrosas y sinequias.<br />

El pannus aparece hipoecoico en relación con las partes<br />

blandas vecinas y pueden verse desechos de fibrina,<br />

sobre todo en la AR, en cuyo caso es necesario realizar<br />

mediciones evolutivas <strong>del</strong> grosor de la sinovial y para lo<br />

cual se selecciona, por lo general, la medida de la mitad de<br />

la suma de las paredes engrosadas anterior y posterior de<br />

la bursa, luego de una compresión suave con el transductor.<br />

Alteraciones <strong>del</strong> cartílago articular<br />

En la ecografía el cartílago articular normal aparece<br />

como una capa fina hipoecoica, regular y homogénea vecina<br />

al tejido subcondral yuxtacortical, que cubre la cortical<br />

ósea y el cual se puede medir perfectamente.<br />

En la ecografía el primer signo de enfermedad <strong>del</strong> cartílago<br />

es la presencia de edema, que provoca bordes pobremente<br />

definidos, y un aspecto no homogéneo <strong>del</strong> cartílago.<br />

Más a<strong>del</strong>ante puede haber irregularidad de la superficie con<br />

pérdida de su grosor y que puede ocurrir con frecuencia en<br />

las artritis inflamatorias y osteoartritis y que se utiliza también<br />

para evaluar la respuesta al tratamiento.<br />

Las lesiones traumáticas focales pueden aparecer como<br />

focos hiperecoicos.<br />

Entre las limitaciones de la ecografía están la evaluación<br />

<strong>del</strong> cartílago retropatelar, la de los platillos tibiales<br />

y en general en los pacientes que tienen poca movilidad<br />

de la rodilla.<br />

LESIONES DE LAS BURSAS<br />

En la ecografía y cuando son patológicas pueden<br />

visualizarse todas las bursas alrededor de la rodilla. En la<br />

ecografía la bursa normal aparece como una hendidura<br />

hipoecoica en las partes blandas, a menudo <strong>del</strong>imitada por<br />

una línea hiperecoica producida por la interfase líquidotejido,<br />

nunca mayor de 2 mm.<br />

La afección de las bursas puede ser hemorrágica, por<br />

trauma agudo o crónico, infecciosa, debida a procesos<br />

inflamatorios o sistémicos, o por trastornos infiltrativos.<br />

En la bursitis aguda el líquido es anecoico, pero a veces<br />

contiene material ecogénico por hemorragia o pus con<br />

bordes borrosos.<br />

Puede verse proliferación sinovial, sinequias y cuerpos<br />

libres.<br />

En los atletas las bursas infrapatelares, superficial y<br />

profunda pueden inflamarse por un trauma o en la práctica<br />

de algunos deportes, por sobreuso. En estos casos la<br />

ecografía puede detectar la diferencia entre una lesión de<br />

la bursa y <strong>del</strong> tendón vecino.<br />

Hay que recordar que las bursas comunicantes se desarrollan<br />

con el tiempo y que pueden servir como reservas<br />

potencial a los derrames y cuerpos libres. Además, especialmente<br />

en las artritis inflamatorias, su cuantificación y la<br />

medición <strong>del</strong> grosor de la sinovial en la bursa suprapatelar<br />

sirve para evaluar la respuesta al tratamiento.<br />

Como en toda bursa comunicante la ecografía puede diagnosticar<br />

cuerpos libres, tabiques, hemorragia o inflamación.<br />

Cuando el quiste se inflama aparece multitabicado,<br />

con paredes gruesas, a veces con fragmentos<br />

osteocondrales en forma de masas ecogénicas móviles y<br />

nivel líquido-líquido. Cuando el quiste se rompe pierde<br />

su forma, se afina y el líquido se extiende a la pantorrilla,<br />

entre el gemelo y la fascia profunda o entre el gemelo<br />

y el sóleo.<br />

Hay formas atípicas <strong>del</strong> quiste como son su localización<br />

en la articulación tibioperonea o en la bursa entre la<br />

cabeza lateral <strong>del</strong> gemelo y el bíceps femoral. Otras veces<br />

se sitúa en las partes blandas, proximal o distal a la fosa<br />

poplítea.<br />

Bursa anserina<br />

Es la bursa <strong>del</strong> tendón anserino, formado por la confluencia<br />

de los tendones <strong>del</strong> sartorio, recto interno y<br />

semitendinoso. Es una bursa profunda que cuando se<br />

distiende aparece por detrás <strong>del</strong> tendón anserino, a veces<br />

con tabiques. Por lo general ocurre en pacientes obesos<br />

con OA degenerativa o en atletas y puede confundirse con<br />

un quiste de Baker.<br />

LESIONES DE LA ARTICULACIÓN FEMOROTIBIAL<br />

Artropatías inflamatorias<br />

La presencia de engrosamiento de la sinovial es frecuente<br />

en las artritis inflamatorias, pero puede verse en las<br />

infecciones crónicas (TB). La ecografía puede utilizarse<br />

para detectar el derrame articular en la bursa suprapatelar,<br />

así como la presencia de una sinovitis proliferativa.<br />

El grosor normal de la pared de la bursa suprapatelar<br />

es de 2,7 ± 0,8 mm y sirve para evaluar la efectividad <strong>del</strong><br />

tratamiento en los procesos inflamatorios.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 143


En las artritis inflamatorias el líquido puede contener<br />

ecos lineales ecogénicos por detritus. En estas artritis el<br />

cartílago hialino articular en la fosa intercondílea, también<br />

se puede utilizar para medir la actividad de la enfermedad.<br />

En condiciones normales el cartílago es hipoecoico<br />

con sus bordes anterior y posterior bien definidos. En los<br />

pacientes con una artritis inflamatoria activa o en una<br />

artropatía degenerativa, el cartílago se altera (se engruesa<br />

o afina) y los bordes se hacen borrosos. El cartílago medial<br />

normal mide 1,2 mm y el lateral 1,9 mm.<br />

El DC puede ser de utilidad en estos casos al mostrar<br />

aumento <strong>del</strong> flujo en el tejido sinovial hiperplásico (pannus),<br />

así como en los tejidos blandos que rodean a la articulación.<br />

Artritis juvenil crónica<br />

Hay signos de sinovitis, sobre todo con alteración <strong>del</strong><br />

paquete graso infrarrotuliano; erosiones <strong>del</strong> cartílago articular<br />

e hipertrofia sinovial, así como quistes de Baker,<br />

todo evidenciable en la ecografía.<br />

Artritis reumatoidea<br />

Hay grandes derrames articulares y quistes poplíteos<br />

con presencia de tejido de granulación (pannus) y quistes<br />

subcondrales. Ya hemos señalado el valor de la ecografía<br />

en estos pacientes.<br />

Artritis degenerativa. Osteoartrosis (OA)<br />

El diagnóstico se basa en la medición <strong>del</strong> grosor <strong>del</strong><br />

cartílago y en la detección de los osteofitos. La medición<br />

<strong>del</strong> grosor <strong>del</strong> cartílago debe hacerse con la rodilla completamente<br />

flexionada, lo que es difícil en estos pacientes.<br />

El grosor medio <strong>del</strong> cartílago en la zona de carga de peso<br />

varía entre 1,2 y 1,9 mm. A veces se pueden observar cambios<br />

degenerativos en los meniscos en forma de focos lineales<br />

muy ecogénicos. Además, es posible detectar fragmentos<br />

osteocondrales en la rodilla en presencia de líquido,<br />

sobre todo en la bursa suprapatelar o dentro de un<br />

quiste de Baker. Pueden existir desgarros, degeneración<br />

meniscal y esclerosis subcondral.<br />

Artritis séptica<br />

Hay distensión capsular, derrame articular y alteración<br />

en la grasa de Hoffa. Pueden existir alteraciones<br />

osteoperiósticas vecinas, así como detritus intraarticulares<br />

y sinovistis. Estas alteraciones son detectables con la<br />

ecografía, la cual sirve de guía para realizar punciones<br />

aspirativas diagnósticas.<br />

Artropatía hemofílica<br />

Hay depósito de hemosiderina y de tejido fibroso, producto<br />

de hemorragias repetidas. Las bolsas grasas aparecen<br />

irregulares y las reflexiones sinoviales se muestran<br />

muy engrosadas. Se pueden ver quistes subcondrales e<br />

intraóseos así como se identifican alteraciones óseas de<br />

los cóndilos femorales y superficies tibiales (IRM).<br />

Ganglión quístico<br />

Para algunos no hay diferencia entre un quiste sinovial<br />

y un ganglión quístico. Los gangliones contienen material<br />

mucinoso, tapizados por tejido conectivo y no comunican<br />

con la articulación. Los localizados alrededor de la<br />

rodilla se originan en la articulación tibioperonea superior<br />

donde pueden envolver músculos, tendones o vainas<br />

tendinosas. Algunos son intraarticulares, originados <strong>del</strong><br />

LCA o LCP, predominando en la fosa intercondílea. A<br />

veces se localizan en la grasa de Hoffa. Los gangliones<br />

por lo general son multilobulados y contienen un material<br />

grueso y viscoso.<br />

En la ecografía se presentan como una masa anecoica,<br />

septada, con una pared hiperecoica bien definida de 1 a<br />

2,5 mm de espesor. La masa puede comunicarse por un<br />

cuello estrecho con la articulación tibioperonea superior y<br />

por lo general se localizan dentro <strong>del</strong> músculo tibial anterior<br />

o peroneo largo.<br />

Sinovitis pigmentada villonodular<br />

Hay una forma difusa y otra localizada. Esta última se<br />

presenta como una tenosinovitis nodular y es debida al depósito<br />

de hemosiderina con proliferación vellosa y a formaciones<br />

nodulares, de tipo sesil o pedunculado. Produce masas<br />

sinoviales nodulares que se visualizan en la ecografía cuando<br />

se asocian a derrame. En la forma localizada provoca una<br />

masa bien definida dentro de la grasa de Hoffa infrapatelar.<br />

Osteocondromatosis sinovial<br />

Se trata de cambios metaplásicos dentro de la sinovial,<br />

con cuerpos libres cartilaginosos que pueden calcificarse<br />

y que producen sombras ecogénicas dentro de la articulación.<br />

Hay una forma primaria en que los fragmentos son<br />

similares en tamaño y una forma secundaria, en que son<br />

de diferente tamaño.<br />

144 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Condrocalcinosis<br />

Puede afectar al menisco o al cartílago hialino articular.<br />

En la ecografía hay áreas hiperecoicas lineales dentro<br />

de la articulación, paralelas a las superficies óseas.<br />

Lipohemartrosis<br />

La presencia de sangre intraarticular en un trauma<br />

obliga a sospechar una fractura intraarticular o una lesión<br />

severa capsuloligamentosa. La grasa se origina <strong>del</strong> hueso,<br />

membrana sinovial, estructuras capsuloligamentosas o<br />

grasa intraarticular. En la ecografía, y en los casos típicos<br />

se ve un nivel líquido-líquido, el superior es ecogénico producido<br />

por la grasa y el inferior hipoecoico, producido por<br />

la sangre.<br />

LESIONES DE LA ARTICULACIÓN FEMOROPATELAR<br />

Plica sinovial<br />

La plica constituye una variante anatómica presente<br />

en el adulto normal entre el 20 y el 60 % de los casos. Se<br />

puede localizar por encima, por dentro o por debajo de la<br />

patela, la variedad media linfrapatelar es la más frecuente.<br />

Muchas veces es un hallazgo durante el examen<br />

Ecográfico de la rodilla y el diagnóstico positivo se basa<br />

en un engrosamiento de la misma con variación de su<br />

ecogenicidad, alteración de la grasa vecina unido, muchas<br />

veces, a irregularidad y borramiento <strong>del</strong> cartílago articular<br />

vecino <strong>del</strong> cóndilo femoral interno. Es causa también<br />

de derrame articular y de perimeniscitis medial.<br />

Condromalacia<br />

En esta entidad hay reblandecimiento <strong>del</strong> cartílago<br />

articular de la patela asociado a cambios degenerativos.<br />

Puede ser primaria o idiopática o ser secuela de un trauma.<br />

Predomina en los adolescentes y adultos jóvenes.<br />

Como condiciones predisponentes se señalan: patela alta,<br />

un aumento <strong>del</strong> ángulo en valgus y una hipoplasia <strong>del</strong><br />

cóndilo femoral. La forma crónica se ha relacionado<br />

con subluxación, aumento <strong>del</strong> ángulo Q, imbalance <strong>del</strong><br />

cuádriceps, un mal alineamiento postrauma, un síndrome<br />

de presión excesiva lateral o lesión <strong>del</strong> LCP. También<br />

puede deberse a artritis inflamatoria, sinovitis e<br />

infección.<br />

La ecografía con cortes semioblicuos, permite detectar<br />

las alteraciones <strong>del</strong> cartílago articular de la patela, que<br />

pierde sus características normales y que puede observarse<br />

mejor cuando existe un derrame articular asociado.<br />

Lesión <strong>del</strong> retináculo patelar<br />

Los retináculos son extensiones de las fascias de los<br />

vastos medial y lateral que refuerzan y guían los desplazamientos<br />

normales de la patela. Los retináculos consisten<br />

en capas de tejido conectivo fibroso que cursan<br />

oblicuamente a partir de los bordes de la patela y que proporcionan<br />

estabilidad a la articulación.<br />

El retináculo medial se lesiona más frecuentemente,<br />

sobre todo en las luxaciones rotulianas y se puede asociar<br />

con edema y hemorragia.<br />

En la luxación patelar lateral el retináculo medial aparece<br />

parcial o completamente roto. Raras veces se rompe<br />

el retináculo lateral.<br />

En la ecografía los retináculos aparecen con estructuras<br />

bilaminares, con una capa superficial y otra profunda,<br />

más gruesos en su inserción patelar.<br />

El componente más importante <strong>del</strong> complejo retinacular<br />

es el ligamento patelo-femoral medial que se ve como una<br />

estructura lineal ecogénica, orientada superior y lateralmente<br />

a partir <strong>del</strong> borde superomedial de la patela hasta<br />

su inserción en el tubérculo <strong>del</strong> aductor.<br />

La ruptura aguda <strong>del</strong> retináculo medial se diagnostica<br />

mejor al demostrarse una interrupción <strong>del</strong> ligamento<br />

patelofemoral medial con presencia de un hematoma<br />

anecoico o hipoecoico, bien en la inserción patelar o a nivel<br />

<strong>del</strong> tubérculo <strong>del</strong> aductor. En las lesiones crónicas el<br />

retináculo permanece hiperecoico pero engrosado.<br />

Subluxación y luxación de la patela<br />

La luxación transitoria de la patela ocurre con mayor<br />

frecuencia en los adolescentes y en los adultos jóvenes que<br />

realizan actividades deportivas y que resulta de un movimiento<br />

giratorio con la rodilla en flexión. El fémur rota<br />

hacia dentro con la tibia fija, mientras que la rodilla está<br />

flexionada, lo que ocurre en una contracción <strong>del</strong> cuádriceps<br />

que produce un desplazamiento lateral de la patela fuera<br />

de su surco, lo que predomina en los individuos que presentan<br />

un surco troclear poco profundo.<br />

Entre los factores predisponentes se citan: patela alta,<br />

hipoplasia <strong>del</strong> cóndilo femoral lateral, genus valgus,<br />

recurvatum o una inversión lateral <strong>del</strong> tendón rotuliano o<br />

una patela displásica.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 145


La displasia de la superficie patelar <strong>del</strong> fémur es el<br />

factor predisponente más importante. No sucede lo mismo<br />

en el niño en que la inestabilidad depende de la configuración<br />

<strong>del</strong> cartílago articular y aquí la ecografía, es de<br />

gran valor. El examen se hace con la rodilla flexionada en<br />

90 0 , examinando la región por la porción más ventral de la<br />

faceta lateral de la patela, que en condiciones normales<br />

tiene un ángulo de 45 0 . Además, se puede demostrar la<br />

ruptura <strong>del</strong> retináculo.<br />

Entre las lesiones asociadas están el esguince o ruptura<br />

de las estructuras que restringen la porción medial de la<br />

rodilla, como son: el retináculo medial, el ligamento<br />

patelofemoral medial y el ligamento patelotibial interno.<br />

El ligamento patelofemoral medial es el mayor estabilizador<br />

de la patela para prevenir una subluxación lateral y<br />

cuando hay lesión de este ligamento o una lesión subcondral<br />

vecina es aconsejable el tratamiento quirúrgico.<br />

Patela alta y baja<br />

Hay una relación normal de 1 a 1 entre la longitud de<br />

la patela y su tendón. La patela alta se asocia con<br />

subluxación, condromalacia, síndrome de Sinding Larsen<br />

Johansson, parálisis cerebral y atrofia <strong>del</strong> cuádriceps. La<br />

patela baja se ve en la poliomielitis, acondroplasia y AR<br />

juvenil. Este tipo de enfermedad se estudia mejor en CS<br />

que permite su diagnóstico, asi como de la mayoría de sus<br />

causas.<br />

Bursitis patelar<br />

Hay 2 bursas subcutáneas anteriores, una por <strong>del</strong>ante<br />

de la patela y la otra anterior al tendón patelar. La bursitis<br />

prepatelar e infrapatelar superficial, se ven como una masa<br />

única por <strong>del</strong>ante de la patela y proximal al tendón patelar,<br />

respectivamente. La bursa infrapatelar profunda se ve por<br />

detrás <strong>del</strong> tendón y por debajo de la grasa de Hoffa. En la<br />

bursitis hay visualización de las bursas que aparecen con<br />

un contenido hipoecoico o anecoico. El Doppler color puede<br />

ser de utilidad para valorar el grado de actividad<br />

inflamatoria.<br />

Osteocondrosis patelar.<br />

Enfermedad de Osgood Schlatter. Síndrome de Sinding<br />

Larsen Johansson (SLJ)<br />

La enfermedad de Osgood Schlater (OS) consiste en<br />

una osteocondrosis de la tuberosidad tibial anterior en desarrollo.<br />

Se cree debida a una avulsión traumática en un<br />

adolescente en crecimiento.<br />

En la ecografía hay irregularidad de la porción distal<br />

<strong>del</strong> tendón y de la grasa de Hoffa infrapatelar. Se pueden<br />

ver múltiples fragmentos óseos pequeños o un fragmento<br />

único por <strong>del</strong>ante de la tuberosidad tibial anterior (TTA).<br />

El tendón aparece engrosado, con alteración de la<br />

ecogenicidad a nivel de su inserción en el hueso, por esclerosis.<br />

En el síndrome de SLJ la osteocondrosis interesa al<br />

polo inferior de la patela a nivel de la inserción tendinosa.<br />

La ecografía es útil en estos casos.<br />

Síndrome de choque sinovial<br />

Se trata de un síndrome de choque focal sinovial entre<br />

la patela y uno de los cóndilos femorales, relacionados<br />

con un osteofito o una plica sinovial medial.<br />

En la ecografía muestra un nódulo hipoecoico doloroso.<br />

LESIONES ÓSEAS<br />

Las lesiones óseas de la rodilla son difíciles de detectar<br />

con la ecografía, salvo cuando se asocien con derrame<br />

articular.<br />

La osteonecrosis, frecuente en las mujeres mayores de<br />

60 años, suele ser postraumática, asociada a fractura o ser<br />

espontánea. No es raro que se interese la superficie <strong>del</strong><br />

cóndilo femoral interno y más raramente los platillos<br />

tibiales y el cóndilo femoral lateral. Se asocia, frecuentemente,<br />

con desgarros <strong>del</strong> menisco. Todas estas alteraciones<br />

pueden ser sospechadas con la ecografía.<br />

En la osteocondritis (variedad disecante), las lesiones<br />

predominan en el cóndilo femoral interno y cuando hay<br />

derrame articular se pueden visualizar los fragmentos<br />

óseos, frecuentes en la porción interna.<br />

Una lesión ósea muy frecuente en la rodilla es el<br />

desmoides cortical periostal. Es una lesión benigna casi<br />

siempre por microtraumas que se localizan preferentemente<br />

en la porción posterior <strong>del</strong> cóndilo interno en individuos<br />

jóvenes con reacción perióstica visible a los rayos X. En<br />

la ecografía se ve la reacción perióstica como una banda<br />

hiperecoica desplazada de la cortical, con ausencia de lesión<br />

en las PB, localizada en el sitio de inserción de la<br />

cabeza medial <strong>del</strong> gemelo. Las lesiones tumorales<br />

esqueléticas de la rodilla solo se ven en la ecografía cuando<br />

destruyen la cortical o se extienden por las PB vecinas<br />

y en estos casos es muy útil el Doppler color.<br />

146 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


MASAS POPLÍTEAS<br />

La fosa poplítea, como ya hemos mencionado, está<br />

limitada por fuera por el tendón <strong>del</strong> músculo <strong>del</strong> bíceps<br />

femoral, por dentro por los tendones <strong>del</strong> SM y ST y por<br />

debajo por las cabezas de los gemelos. Ella contiene el haz<br />

neuro-vascular de la región y sus bursas.<br />

El diagnóstico diferencial de una masa de la región<br />

poplítea comprende, entre otras: el quiste de Baker, el aneurisma<br />

de la arteria poplítea, la trombosis venosa, el hematoma<br />

y los tumores.<br />

El aspecto de los aneurismas varía con el grado de trombosis<br />

de su pared y el Doppler color es de gran ayuda, lo<br />

mismo que en las trombosis venosas. Los aneurismas de la<br />

arteria poplítea aparecen como estructuras saculares o<br />

fusiformes con trombos periféricos, hipoecoicos, a menudo<br />

con calcificaciones. En las trombosis venosas el contenido es<br />

hipoecoico y la vena no se deja comprimir con el transductor.<br />

Los nervios normales de la región aparecen como estructuras<br />

lineales, fibrilares e hiperecoicas, próximos a los<br />

vasos. Los tumores de los nervios se pueden presentar como<br />

masas poplíteas. El diagnóstico de un tumor de la vaina de<br />

un nervio determina una masa fusiforme e hipoecoica a lo<br />

largo <strong>del</strong> curso <strong>del</strong> mismo.<br />

TUMORES DE LAS PARTES BLANDAS<br />

Pueden ser benignos, como los lipomas, neurofibromas,<br />

etc. o de naturaleza maligna, como el sarcoma sinovial<br />

que predomina entre los 15 y 40 años, alrededor de la rodilla<br />

y tobillo. En la ecografía aparece como un tumor<br />

sólido bien <strong>del</strong>imitado y muy vascularizado. Puede ser<br />

mixto por hemorragia y en el 20 % tienen calcificaciones.<br />

VALOR DE LA ECOGRAFÍA POSARTROSCOPIA<br />

DE LA RODILLA<br />

La ecografía es de valor en los pacientes con dolor<br />

posterior a una artroscopia. Cuando se ha usado la vía<br />

transtendinosa lo más frecuente es una tendinitis patelar.<br />

La ruptura parcial se muestra como un área hipoecoica.<br />

En la vecindad de una artroscopia se han reportado otras<br />

complicaciones capaces de ser estudiadas con la ecografía:<br />

neuromas postraumáticos, gangliones, granulomas, trombosis<br />

venosas, seudoaneurismas arteriales y fístulas AV, y<br />

en la mayoría de ellos es de gran valor el Doppler color.<br />

ECOGRAFÍA DE LA PIERNA<br />

Deben examinarse los diferentes compartimientos<br />

musculotendinosos de la pierna. El examen ecográfico <strong>del</strong><br />

compartimiento anterior de la pierna requiere <strong>del</strong> empleo<br />

de una almohadilla de transmisión o de abundante gel para<br />

obtener una estrecha relación entre la sonda y el plano<br />

cutáneo y es indispensable el realizar un examen dinámico.<br />

El paciente se coloca en decúbito supino, con el muslo<br />

y la pierna en extensión y el pie en posición de reposo,<br />

empezándose con CT en la región anteroexterna de la pierna,<br />

por fuera de la cresta tibial lo que es seguido de CL.<br />

EL músculo tibial anterior se sitúa en la región pretibial,<br />

triangular al corte y con una lámina hiperecogénica que<br />

separa al músculo en 2 partes y que es el origen de su<br />

tendón. El músculo extensor común se sitúa por fuera <strong>del</strong><br />

tibial anterior y se puede identificar con los movimientos<br />

de extensión y flexión de los dedos, ya que el tibial anterior<br />

es inmóvil. Deben realizarse cortes CT y CL. El músculo<br />

extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo es muy pequeño, sólo<br />

visible en la mitad inferior de la pierna, por debajo <strong>del</strong><br />

extensor común. Se ve mejor con los movimientos de flexión<br />

y extensión <strong>del</strong> dedo gordo sobre todo en CL. El músculo<br />

peroneo anterior es poco identificable en la ecografía.<br />

En la ecografía de los músculos <strong>del</strong> compartimiento<br />

muscular externo (peroneo largo y corto), el examen se<br />

realiza con el paciente en decúbito supino con el muslo y<br />

la pierna en extensión con una ligera rotación interna <strong>del</strong><br />

pie. Se realizan CT y CL auxiliados de movimientos de<br />

rotación de la pierna y de extensión de los dedos para diferenciarlos<br />

entre sí. Los peroneos se disponen en 2 planos,<br />

el más superficial es el peroneo largo.<br />

La ecografía <strong>del</strong> plano muscular posterior se hace con<br />

el paciente en decúbito prono, el muslo y la pierna en extensión<br />

y el pie colgando en posición de reposo. Es importante<br />

un estudio dinámico con movimiento de flexión de los dedos.<br />

El flexor común, de forma triangular, se sitúa a lo largo<br />

<strong>del</strong> peroné y se identifica por los movimientos de los<br />

dedos. El flexor propio <strong>del</strong> 1er. dedo se superpone al flexor<br />

común, pero se proyecta en la tibia. Los músculos poplíteos<br />

y tibial posterior se definen pobremente en la ecografía<br />

Ahora bien, el plano superficial <strong>del</strong> compartimiento<br />

posterior de la pierna lo constituyen el tríceps sural (gemelos<br />

y sóleos) y el plantar <strong>del</strong>gado.<br />

En CT los gemelos tienen la forma de 2 medias lunas,<br />

unidas por sus extremos en la línea media.<br />

En la ecografía las arterias y venas de la pierna son<br />

fácilmente visualizadas, sobre todo con la técnica de<br />

Doppler, aunque sus ramas más pequeñas son difíciles de<br />

ver. El examen de las venas de esta región es de gran valor<br />

en los casos de flebitis y el Doppler es de gran utilidad.<br />

Los nervios de las piernas son difíciles de reconocer<br />

con la ecografía.<br />

Articulación de la rodilla. Pierna 147


En cuanto a las lesiones traumáticas de la pierna son<br />

frecuentes en las afecciones deportivas y predominan a<br />

nivel <strong>del</strong> tríceps sural. El gemelo interno es asiento frecuente<br />

de estas lesiones, tanto por un mecanismo intrínseco<br />

como extrínseco.<br />

Las contusiones son muy frecuentes en la pantorrilla,<br />

asociadas a menudo con lesiones importantes <strong>del</strong> TCS.<br />

Los hematomas, con frecuencia, son voluminosos y la<br />

presencia de edema y hemorragia puede provocar un<br />

síndrome compartimental. Las contusiones de la cresta<br />

tibial anterior pueden provocar una periostosis. En la<br />

ecografía las contusiones pueden mostrar las alteraciones<br />

de las PB, con aumento <strong>del</strong> volumen de los músculos<br />

y alteraciones de su ecoestructura. Los<br />

hematomas por lo general son grandes, a veces<br />

hiperecoicos por difusión de la sangre, y son frecuentes<br />

las rupturas aponeuróticas.<br />

Las rupturas intrínsecas de los músculos de la pierna,<br />

parciales o totales, son frecuentes en algunos deportes y<br />

predominan en el gemelo interno. En la ecografía se puede<br />

ver la solución de continuidad <strong>del</strong> músculo con una colección<br />

transónica. La evolución puede ser favorable hacia la<br />

curación con presencia de una cicatriz fibrosa o por el<br />

contrario complicarse con un hematoma enquistado.<br />

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150 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA DEL TOBILLO Y DEL PIE<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La causa de un dolor en el tobillo o pie incluye las alteraciones<br />

de los huesos, cartílagos, tendones, ligamentos, así<br />

como colecciones anormales de líquidos o masas en las partes<br />

blandas (PB), las que pueden visualizarse con la ecografía.<br />

Entre las ventajas de la ecografía de esta región anatómica<br />

se citan: posibilidad de una correlación directa entre<br />

los síntomas <strong>del</strong> paciente y los hallazgos de la ecografía y<br />

su comparación con el lado sano, estudio dinámico <strong>del</strong><br />

tobillo y pie en diferentes planos, costos bajos y rapidez<br />

<strong>del</strong> examen. Entre las desventajas se citan la necesidad de<br />

tener experiencia con la técnica, conocimiento <strong>del</strong> aspecto<br />

ecográfico de la enfermedad, dependencia <strong>del</strong> operador y<br />

limitaciones en el estudio <strong>del</strong> esqueleto.<br />

Las principales indicaciones de la ecografía en el tobillo<br />

y el pie son:<br />

. Afección tendinosa: tenosinovitis, tendinosis, ruptura<br />

tendinosa, subluxación o luxación.<br />

. Afección de los ligamentos.<br />

. Enfermedad articular y de las bursas: derrame articular,<br />

bursitis, cuerpos libres intraarticulares.<br />

. Enfermedad de las PB: cuerpos extraños, fascitis plantar,<br />

neuroma de Morton, gangliones, celulitis y abscesos.<br />

. Valoración en los pacientes con prótesis metálicas.<br />

. Como guía para el intervencionismo.<br />

ANATOMÍA ARTICULAR<br />

En esta región anatómica hay que revisar la articulación<br />

tibioperonea distal, la tibioastragalina y las articulaciones<br />

<strong>del</strong> tarso, metatarso y dedos.<br />

ARTICULACIÓN TIBIOPERONEA DISTAL<br />

Es una articulación fibrosa, unida estrechamente por<br />

el ligamento interóseo y reforzado por los ligamentos<br />

tibioperoneos anterior y posterior. El ligamento transversal<br />

anterior, representa las fibras distales profundas <strong>del</strong><br />

ligamento tibio-peroneo posterior.<br />

ARTICULACIÓN DEL TOBILLO<br />

O TIBIO-PERONEA-ASTRAGALINA<br />

Es una articulación sinovial entre la porción distal de<br />

la tibia y <strong>del</strong> peroné, con el astrágalo. Las superficies articulares<br />

están cubiertas por cartílago hialino. La cápsula<br />

fibrosa se une a los contornos articulares de la tibia, peroné<br />

y astrágalo. Esta cápsula es fina por <strong>del</strong>ante y por detrás,<br />

pero está reforzada por gruesos ligamentos laterales.<br />

ARTICULACIONES DEL TARSO<br />

Las principales articulaciones <strong>del</strong> tarso son:<br />

Articulación subastragalina o calcáneo-astragalina.<br />

Es la articulación posterior entre el astrágalo y el<br />

calcáneo que tiene un ligamento muy fuerte, el ligamento<br />

calcáneo-astragalino o interóseo. La cápsula<br />

se tensa por los ligamentos calcáneoastragalinos<br />

medial y lateral<br />

Articulación calcáneo-astragalina-escafoidea, que<br />

articula estos 3 huesos y que tiene 3 ligamentos<br />

de soporte.<br />

Articulación calcáneo-cuboidea, entre la porción anterior<br />

<strong>del</strong> calcáneo y la superficie posterior <strong>del</strong><br />

cuboides. La articulación calcáneo-cuboidea y una<br />

parte de la articulación astrágalo-calcáneaescafoidea<br />

forman la articulación media <strong>del</strong> tarso.<br />

Ella está protegida por la cápsula fibrosa <strong>del</strong> ligamento<br />

bifurcado y por los ligamentos plantares.<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 151


REGIONES ANATÓMICAS DEL TOBILLO<br />

En el tobillo se describen 2 regiones anatómicas, una<br />

anterior y otra posterior, separadas por el esqueleto y las<br />

articulaciones.<br />

En la región anterior y dispuesta en un solo plano de<br />

dentro a fuera, se sitúan el tendón <strong>del</strong> tibial anterior, el<br />

tendón <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> dedo y los tendones <strong>del</strong> extensor<br />

común.<br />

En la región posterior y superficial, está el tendón de<br />

Aquiles y el tendón <strong>del</strong> plantar <strong>del</strong>gado, en la parte media<br />

y por fuera los tendones peroneos. En un segundo plano<br />

tendinoso, debajo de la aponeurosis se encuentran , de dentro<br />

a fuera en la región retromaleolar interna, el tendón <strong>del</strong><br />

tibial posterior, el flexor largo común de los dedos, los<br />

vasos y nervios tibiales posteriores y el tendón <strong>del</strong> flexor<br />

propio <strong>del</strong> dedo gordo, cada uno rodeado de su vaina serosa.<br />

RETINÁCULOS DEL TOBILLO.<br />

SUS RELACIONES CON LOS TENDONES<br />

Y LAS ESTRCTURAS VASCULONERVIOSAS<br />

DEL TOBILLO<br />

Los retináculos, extensor y flexor, se forman por un<br />

engrosamiento de la fascia profunda y su función es mantener<br />

la posición de los tendones que cruzan al tobillo.<br />

El retináculo extensor superior se inserta en la cara<br />

anterior y distal de la tibia y <strong>del</strong> peroné y envuelve (por<br />

dentro) al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />

El retináculo extensor inferior, tiene forma de una “Y”<br />

se inserta en la cara anterolateral <strong>del</strong> calcáneo y se extiende<br />

al maléolo interno y a la fascia plantar medial.<br />

Los tendones de la región anterior (tibial anterior, extensor<br />

propio <strong>del</strong> dedo grueso y extensor común de los<br />

dedos), dividen la parte superior de este retináculo en una<br />

capa superficial y otra profunda.<br />

El retináculo flexor va desde el maléolo interno hasta<br />

la superficie calcánea interna.<br />

Los tendones de la capa muscular profunda de la pantorrilla,<br />

en el compartimiento posterior, junto con las estructuras<br />

neurovasculares, pasan por debajo de los<br />

retináculos flexores.<br />

Por su parte, el retináculo peroneo superior se extiende<br />

desde el maléolo externo hasta la superficie lateral <strong>del</strong><br />

calcáneo, cubriendo a los peroneos.<br />

El nervio safeno, la vena safena mayor y las ramas<br />

medial y lateral <strong>del</strong> nervio peroneo, cruzan por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />

retináculo extensor, en una dirección medio-lateral. Los<br />

tendones <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> dedo<br />

gordo, <strong>del</strong> extensor largo de los dedos, la arteria tibial anterior<br />

con sus venas, el nervio peroneo profundo y el nervio<br />

peroneo tercius, pasan por detrás o a través <strong>del</strong><br />

retináculo extensor en dirección mediolateral.<br />

Ahora bien, el tendón <strong>del</strong> tibial posterior, <strong>del</strong> flexor<br />

largo de los dedos, la arteria tibial posterior y sus venas, el<br />

flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo y el nervio tibial, cursan por<br />

detrás <strong>del</strong> maléolo medial, en dirección mediolateral y por<br />

detrás <strong>del</strong> retináculo flexor.<br />

Los tendones de los peroneos largo y corto cursan por<br />

detrás <strong>del</strong> maléolo externo, y por debajo <strong>del</strong> retináculo<br />

peroneo superior.<br />

La grasa preaquiliana y el tendón de Aquiles se localizan<br />

en la parte posterior <strong>del</strong> tobillo.<br />

ARTICULACIONES<br />

METATARSOFALÁNGICAS<br />

E INTERFALÁNGICAS DEL PIE<br />

Las articulaciones metatarsofalángicas se sitúan entre<br />

las cabezas de los metatarsianos y la base de las falanges<br />

proximales y el plano fibrocartilaginoso plantar. Por su<br />

parte las articulaciones interfalángicas permiten la flexión<br />

y extensión de los dedos.<br />

LIGAMENTOS DEL TOBILLO<br />

Lo complejo y extenso de los ligamentos <strong>del</strong> tobillo<br />

obligan a un estudio detallado de los mismos. Hay 2 grupos<br />

ligamentarios que soportan esta articulación.<br />

Grupo <strong>del</strong> ligamento colateral lateral, compuesto por:<br />

. Ligamentos tibioperoneo anterior y posterior.<br />

. Ligamentos peroneoastragalino anterior y posterior.<br />

. Ligamento calcaneoperoneo.<br />

Grupo <strong>del</strong> ligamento colateral medial o <strong>del</strong>toideo, que<br />

puede subdividirse en un:<br />

. Componente superficial.<br />

. Componente profundo.<br />

El ligamento peroneoastragalino anterior, se sitúa en<br />

la porción anterior de la cápsula y se extiende desde la<br />

porción anterior <strong>del</strong> peroné a la porción lateral <strong>del</strong> cuello<br />

<strong>del</strong> astrágalo. El ligamento peroneoastragalino posterior<br />

se extiende desde la porción distal de la fosa maleolar al<br />

tubérculo posterior <strong>del</strong> astrágalo. El ligamento<br />

peroneoastragalino posterior tiene una inserción en forma<br />

de abanico en la porción distal <strong>del</strong> peroné y puede mostrarse<br />

heterogéneo y engrosado.<br />

El ligamento calcaneoperoneo cursa de modo oblicuo,<br />

inmediatamente profundo al tendón peroneo.<br />

152 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


MÚSCULOS DE LA PLANTA DEL PIE<br />

En la profundidad de la aponeurosis plantar, los músculos<br />

<strong>del</strong> pie se disponen en 4 capas, que de la superficie<br />

a la profundidad son:<br />

Primera capa. Abductor <strong>del</strong> dedo gordo, flexor corto<br />

de los dedos y abductor <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />

Segunda capa. Cuadrado plantar, lumbricales, flexor<br />

largo de los dedos y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

Tercera capa. Flexor corto <strong>del</strong> 1er. dedo, aductor <strong>del</strong><br />

1er. dedo y flexor corto <strong>del</strong> 5to. dedo.<br />

Cuarta capa. Interóseos plantares y tendones <strong>del</strong><br />

peroneo largo y <strong>del</strong> tibial posterior.<br />

ARCOS DEL PIE<br />

Estos arcos proporcionan el soporte para mantener la<br />

posición vertical y la propulsión hacia a<strong>del</strong>ante. Los arcos<br />

longitudinales internos y externos están formados por los<br />

huesos <strong>del</strong> tarso y <strong>del</strong> metatarso. El arco interno está constituido<br />

por el calcáneo, astrágalo, escafoides, las 3 cuñas<br />

y la porción medial de los 3 metatarsianos, y es más alto.<br />

El ligamento plantar calcaneoescafoideo fija la cabeza<br />

<strong>del</strong> astrágalo y se inserta por <strong>del</strong>ante en el escafoides y<br />

por detrás en el sustentáculo <strong>del</strong> astrágalo.<br />

El arco lateral externo está constituido por el calcáneo,<br />

cuboides y los 2 metatarsianos laterales.<br />

El peso <strong>del</strong> cuerpo se transmite a través de los pilares<br />

anterior y posterior de los arcos <strong>del</strong> pie. Los pilares posteriores<br />

de los arcos medial y lateral son los tubérculos situados<br />

en la cara inferior <strong>del</strong> calcáneo mientras que los pilares<br />

anteriores de los arcos medial y lateral están formados por<br />

las cabezas de los metatarsianos correspondientes. El arco<br />

transversal <strong>del</strong> pie está constituido por los 5 metatarsianos<br />

y porciones vecinas <strong>del</strong> cuboides y de las cuñas.<br />

FASCIA PLANTAR<br />

Se extiende desde la tuberosidad <strong>del</strong> calcáneo a la parte<br />

anterior <strong>del</strong> pie y tiene un grosor normal de 3,2 mm.<br />

CORTES ANATOMORRADIOLÓGICOS<br />

DEL TOBILLO Y PIE EN LOS PLANOS<br />

AXIAL, CORONAL Y SAGITAL.<br />

Antes de empezar el estudio de la técnica ecográfica<br />

<strong>del</strong> tobillo y pie, hemos considerado de interés el ofrecer<br />

una visión, en cortes anatomorradiológicos, de los diferentes<br />

planos de esta región, aunque no todas las estructuras<br />

sean identificables en la ecografía.<br />

Cortes axiales. El aspecto varía con el nivel <strong>del</strong><br />

corte.<br />

. En un corte a nivel de la porción inferior de la superficie<br />

tibial articular se ven las bandas de los ligamentos<br />

tibioperoneos anterior y posterior. Por <strong>del</strong>ante se sitúa<br />

el retináculo extensor inferior que está unido al maléolo<br />

interno.<br />

. En un corte a través de la articulación tibioastragalina<br />

se sitúan los tendones <strong>del</strong> compartimiento anterior. Los<br />

músculos y tendones de los peroneos son más laterales,<br />

por detrás <strong>del</strong> maléolo externo. En el compartimiento<br />

posterior se ven los tendones de la región que<br />

cursan por detrás <strong>del</strong> maléolo interno en dirección a la<br />

planta <strong>del</strong> pie. El tendón de Aquiles aparece como una<br />

estructura gruesa con su superficie posterior convexa<br />

y su superficie anterior aplanada. A este nivel no se ve<br />

el músculo sóleo.<br />

.En un corte a nivel de la porción distal <strong>del</strong> maléolo<br />

externo se sitúan los ligamentos peroneoastragalinos<br />

anterior y posterior. Por dentro se puede ver parte <strong>del</strong><br />

ligamento <strong>del</strong>toideo, así como el retináculo peroneo<br />

que cursa por dentro y por detrás <strong>del</strong> maléolo externo.<br />

El ligamento calcaneoastragalino interóseo se sitúa<br />

posterolateral en relación con el astrágalo. El ligamento<br />

plantar calcaneoescafoideo se localiza por debajo <strong>del</strong><br />

maléolo externo entre el tendón <strong>del</strong> tibial posterior y<br />

la porción externa <strong>del</strong> astrágalo. El nervio sural, se<br />

sitúa por detrás y por dentro <strong>del</strong> peroneo corto. El<br />

nervio tibial se sitúa por dentro <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor<br />

largo <strong>del</strong> dedo gordo y se continúa distalmente con los<br />

nervios plantares medial y lateral. El retináculo flexor<br />

es superficial a los tendones de los músculos profundos<br />

en el lado interno <strong>del</strong> tobillo.<br />

. El haz neurovascular anterior (arteria y vena tibial<br />

anterior y nervio peroneo profundo) se sitúan por detrás<br />

de los tendones extensores, mientras que el haz<br />

neurovascular posterior, compuesto de la arteria y vena<br />

tibial posterior y <strong>del</strong> nervio tibial posterior se localizan<br />

por detrás de los tendones <strong>del</strong> flexor común de los<br />

dedos y <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo.<br />

Corte coronales. El aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En los CC posteriores se ve el tendón de Aquiles con<br />

su inserción en el calcáneo. Los músculos peroneo corto<br />

y flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se sitúan por fuera <strong>del</strong><br />

sóleo. Los tendones peroneos se localizan por debajo<br />

<strong>del</strong> maléolo externo. El músculo flexor largo de los<br />

dedos y su tendón cursan superficialmente en dirección<br />

mediolateral al tendón <strong>del</strong> tibial posterior, en la<br />

porción distal de la pierna. El tendón <strong>del</strong> tibial poste-<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 153


ior se localiza por dentro <strong>del</strong> maléolo posterior. Los<br />

ligamentos peroneo-astragalino posterior y<br />

tibioperoneo inferior se localizan a nivel <strong>del</strong> maléolo<br />

posterior, por detrás <strong>del</strong> astrágalo.<br />

. Los CC en el plano medio permiten ver al ligamento<br />

calcaneoperoneo a la altura de la articulación<br />

subastragalina posterior. La articulación subastragalina<br />

media está formada por el sustentáculo <strong>del</strong><br />

astrágalo y la superficie medial e inferior <strong>del</strong> astrágalo<br />

y es el sitio ideal para analizar las coaliciones<br />

calcaneoastragalinas (IRM). Los tendones peroneos<br />

cursan por el surco peroneo <strong>del</strong> calcáneo.<br />

. En CC anteriores se pueden ver las fibras <strong>del</strong> ligamento<br />

<strong>del</strong>toideo con el tendón <strong>del</strong> tibial posterior por dentro<br />

<strong>del</strong> ligamento y por encima <strong>del</strong> sustentáculum talis.<br />

En la parte anterior y distal de la tibia se ven los tendones<br />

<strong>del</strong> compartimiento anterior en localización<br />

medial y lateral. También se ven las fibras anteriores<br />

(tibioastragalinas) <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo.<br />

. Por otra parte, el flexor largo de los dedos entra en el<br />

pie después de haber cruzado superficialmente, y en<br />

dirección mediolateral, a los tendones <strong>del</strong> tibial posterior<br />

y <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> dedo gordo.<br />

En el pie y en CC, los tendones <strong>del</strong> flexor corto <strong>del</strong> 1er.<br />

dedo y músculos flexores largos se sitúan por detrás <strong>del</strong> 1er.<br />

metatarsiano y de la 1ra. cuña. El tendón <strong>del</strong> peroneo largo<br />

penetra en el pie detrás <strong>del</strong> maléolo externo y cruza el pie<br />

hasta la base <strong>del</strong> primer metatarsiano y la cuña medial.<br />

Cortes sagitales. Su aspecto depende <strong>del</strong> nivel <strong>del</strong> corte.<br />

. En un CS en su parte interna, a nivel <strong>del</strong> maléolo tibial,<br />

se puede ver, por detrás <strong>del</strong> mismo, a los tendones <strong>del</strong><br />

tibial posterior y flexor largo de los dedos. El tendón<br />

<strong>del</strong> tibial posterior penetra en el pie por detrás <strong>del</strong><br />

retináculo flexor para insertarse en el hueso navicular.<br />

También se puede ver al tendón <strong>del</strong> flexor largo de los<br />

dedos que penetra en el pie por detrás <strong>del</strong> maléolo interno,<br />

cubierto por el retináculo flexor, para terminar<br />

en la base de las falanges distales. El ligamento<br />

<strong>del</strong>toideo se ve como una banda ancha, que se extiende<br />

de forma radiada desde el maléolo tibial hasta la<br />

tuberosidad <strong>del</strong> navicular y el sustentáculum <strong>del</strong> astrágalo.<br />

En este corte se puede ver también el flexor<br />

corto de los dedos y el cuadrado plantar.<br />

En CS más internos se pueden ver el tendón <strong>del</strong> tibial<br />

anterior que cruza por la cara dorsal de astrágalo y se<br />

inserta en la cuña medial y en el 1er. metatarsiano.<br />

. Un corte sagital en línea media <strong>del</strong> tobillo permite identificar<br />

la articulación subastragalina media, al seno<br />

<strong>del</strong> tarso y la articulación subastragalina posterior. El<br />

peroneo largo que se extiende anteriormente a lo largo<br />

de la superficie lateroinferior <strong>del</strong> calcáneo penetra en<br />

el pie por la cara lateroinferior <strong>del</strong> cuboides. El tendón<br />

<strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se ve a lo largo <strong>del</strong><br />

dorso <strong>del</strong> pie hasta su inserción en la falange distal <strong>del</strong><br />

1er. dedo. El ligamento interóseo calcaneoastragalino,<br />

asociado con grasa, está limitado por <strong>del</strong>ante, por el<br />

proceso anterior <strong>del</strong> calcáneo y por detrás, por el proceso<br />

lateral <strong>del</strong> astrágalo. Se puede ver la grasa, por<br />

<strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />

. En un corte sagital lateral, a nivel <strong>del</strong> peroné, se sitúan<br />

los tendones de los peroneos pasando por detrás <strong>del</strong><br />

maléolo externo, el peroneo corto es más anterior, y se<br />

puede seguir hasta su inserción en la base <strong>del</strong> 5to.<br />

metatarsiano. El tendón <strong>del</strong> peroneo largo penetra en<br />

la planta <strong>del</strong> pie por debajo y por dentro <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong><br />

peroneo corto, en el sulcus cuboideo.<br />

TÉCNICA<br />

El examen se debe realizar con un transductor lineal<br />

entre 7,5 y 14 MHz, a veces con auxilio de un proxón para<br />

el estudio de las pequeña articulaciones <strong>del</strong> pie.<br />

El examen se inicia con el paciente en decúbito supino<br />

para el estudio de la cara anterior <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie, así<br />

como de las caras laterales, con maniobras de dorsiflexión.<br />

El estudio de la región plantar <strong>del</strong> pie se puede realizar en<br />

decúbito supino o preferentemente en decúbito prono con<br />

los pies fuera de la mesa y utilizando al tendón de Aquiles<br />

como ventana para el estudio de la cara posterior <strong>del</strong> tobillo.<br />

Todas estas regiones se estudian con CL y CT y siempre<br />

debe realizarse examen comparativo con el lado sano.<br />

La ecografía Doppler color es necesaria para el estudio de<br />

los vasos de la región.<br />

ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL<br />

DEL TOBILLO<br />

ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS TENDONES<br />

DEL TOBILLO<br />

En un corte por vía anterior se puede ver al tendón <strong>del</strong><br />

tibial anterior por dentro, y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> maléolo interno.<br />

El tendón <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong> 1er. dedo se sitúa por<br />

fuera <strong>del</strong> anterior, en frente de la porción media <strong>del</strong> astrágalo<br />

y por detrás de este tendón se ven la arteria tibial<br />

anterior y el nervio peroneo profundo. El tendón <strong>del</strong> extensor<br />

largo de los dedos es el más lateral, con el tendón<br />

peroneo corto por detrás.<br />

El tendón <strong>del</strong> peroneo corto se sitúa en un canal óseo<br />

en la cara posterior <strong>del</strong> maléolo externo, por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong><br />

154 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


tendón <strong>del</strong> peroneo largo. Estos tendones se examinan mejor<br />

con las maniobras de eversión y dorsiflexión.<br />

En el borde posterior <strong>del</strong> maléolo interno, el tendón<br />

<strong>del</strong> tibial posterior tiene una localización muy posterior y<br />

es el tendón más grueso <strong>del</strong> tobillo después <strong>del</strong> tendón de<br />

Aquiles. Por detrás se sitúa el tendón <strong>del</strong> flexor largo y<br />

más atrás está el nervio tibial. Aún más posterior, está el<br />

tendón y músculo <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo que cursa<br />

por el borde posterior de la tibia y está separado <strong>del</strong> tendón<br />

de Aquiles por la grasa <strong>del</strong> triángulo de Kager.<br />

En un corte por vía posterior se ve al tendón de Aquiles<br />

que se origina a partir de los músculos gemelos y sóleo y se<br />

inserta en la cara posterior <strong>del</strong> calcáneo. Las fibras musculares,<br />

en la unión musculotendinosa, aparecen hipoecoicas<br />

y se debe evitar confundirla con una ruptura parcial.<br />

Lo mismo sucede con su inserción en el calcáneo, lo<br />

que se debe a la oblicuidad <strong>del</strong> tendón y al contenido<br />

cartilaginoso. El tendón se sitúa por debajo de la piel y <strong>del</strong><br />

TCS y por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> tendón está la grasa menos ecogénica<br />

<strong>del</strong> triángulo de Kager. El paciente se coloca en posición<br />

prona, con el pie colgando fuera de la mesa debiendo realizarse<br />

estudio dinámico y comparativo. Se puede ver la<br />

bursa retrocalcánea como una banda fina hipoecoica entre<br />

el calcáneo y el tendón. El tendón es usado como ventana<br />

acústica para visualizar al receso articular posterior.<br />

ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS TENDONES<br />

Y FASCIA DEL PIE<br />

En la región dorsal y media <strong>del</strong> pie se pueden ver de adentro<br />

hacia fuera al tendón <strong>del</strong> tibial anterior, <strong>del</strong> extensor largo <strong>del</strong><br />

1er. dedo y <strong>del</strong> extensor común de los dedos. Este último<br />

cubre al músculo extensor corto <strong>del</strong> 1er.dedo, a nivel de los<br />

huesos cuneiformes. Como en otras articulaciones sinoviales<br />

se pueden analizar el cartílago hialino, la membrana sinovial<br />

hipoecoica y la cápsula articular hiperecoica.<br />

En un corte transversal se pueden evaluar los tendones<br />

peroneos en su trayecto inframaleolar; el peroneo corto<br />

es el más anterior y se inserta en la base <strong>del</strong> 5to.<br />

metatarsiano, mientras que el peroneo largo camina por<br />

debajo <strong>del</strong> calcáneo y cuboides con un curso plantar transversal<br />

para terminar en el 1er. dedo. El tendón <strong>del</strong> tibial<br />

posterior está orientado en sentido horizontal en su curso<br />

inframaleolar y se inserta en el escafoides, en contacto con<br />

el ligamento tibio-calcáneo. El tendón <strong>del</strong> flexor digital<br />

tiene un trayecto más vertical por debajo <strong>del</strong> maléolo interno<br />

y a lo largo de la superficie inferior <strong>del</strong> astrágalo,<br />

acompañado por el tendón <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

En la planta <strong>del</strong> pie se encuentra medialmente el músculo<br />

aductor <strong>del</strong> dedo gordo, en posición central, el flexor corto<br />

de los dedos y por fuera el abductor <strong>del</strong> 5to. dedo. El<br />

músculo cuadrado plantar se sitúa profundamente al músculo<br />

flexor corto, con la estructura neurovascular entre ellos.<br />

En una posición más distal, el abductor corto <strong>del</strong> 5to. dedo<br />

y el aductor <strong>del</strong> 1er. dedo se ven en el borde inferolateral de<br />

la base <strong>del</strong> 5to. y 1er. metatarsiano respectivamente.<br />

En una posición más distal y a nivel de los espacios<br />

intermetatarsianos aparecen los músculos interóseos. Los tendones<br />

flexores aparecen en una posición superficial plantar.<br />

La aponeurosis plantar, hiperecoica, cubre la cara plantar<br />

<strong>del</strong> flexor digital corto y tiene una extensión lateral que<br />

cubre la mitad proximal <strong>del</strong> abductor <strong>del</strong> 5to. dedo. Un<br />

corte en línea media permite ver la fascia plantar unida al<br />

calcáneo y al flexor corto de los dedos. La medida <strong>del</strong><br />

espesor de la fascia plantar debe realizarse con un corte<br />

transversal en la región plantar posterior.<br />

ESTUDIO ECOGRÁFICO DE LOS LIGAMENTOS<br />

DEL TOBILLO<br />

El ligamento tibioperoneo anterior se ve como una banda<br />

hiperecoica entre los 2 huesos. En un CS por vía anterior<br />

se evalúan también a los tendones anteriores, al receso<br />

tibioastragalino anterior y al cartílago hialino que cubre<br />

al astrágalo.<br />

Los ligamentos tibioperoneo anterior y calcaneoperoneo<br />

originados <strong>del</strong> maléolo externo, aparecen hiperecoicos. El<br />

ligamento peroneoastragalino anterior tiene un curso<br />

anteromedial, desde el borde anterior <strong>del</strong> maléolo peroneo,<br />

formando una estructura en forma de tienda sobre el astrágalo.<br />

Él se une a la porción frontal de la faceta articular<br />

lateral y por fuera al cuello <strong>del</strong> astrágalo y se expande sobre<br />

el espacio articular.<br />

El ligamento calcaneoperoneo se estudia en un plano<br />

sagital, ligeramente dorsal y paralelo al maléolo externo.<br />

Este ligamento va desde el vértice <strong>del</strong> maléolo peroneo en<br />

dirección caudal y ligeramente posterior, a la superficie<br />

lateral <strong>del</strong> calcáneo, pasando por debajo de los tendones<br />

de los peroneos largo y corto.<br />

Los ligamentos tibioastragalino anterior y posterior,<br />

el tibiocalcáneo y los ligamentos tibioescafoideos, se originan<br />

<strong>del</strong> maléolo interno, y se lesionan con menor frecuencia<br />

y pueden ser estudiados con la ecografía.<br />

ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

DEL TOBILLO Y PIE<br />

LESIONES DE LOS LIGAMENTOS<br />

El esguince <strong>del</strong> tobillo es muy frecuente en los deportistas,<br />

sobre todo por lesión <strong>del</strong> ligamento lateral. En los<br />

esguinces <strong>del</strong> tobillo, y aún en presencia de lesiones<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 155


ligamentarias importantes, las radiografías simples sólo<br />

muestran aumento de volumen de las PB, a pesar de asistir<br />

una marcada inestabilidad <strong>del</strong> tobillo.<br />

Como ya habíamos señalado el ligamento<br />

peroneoastragalino anterior cursa por <strong>del</strong>ante y ligeramente<br />

por debajo de la cara anterior <strong>del</strong> tobillo en la porción distal<br />

<strong>del</strong> peroné hacia la cara lateral <strong>del</strong> astrágalo. El ligamento<br />

peroneoastragalino posterior es corto y horizontal, mientras<br />

que el ligamento peroneocalcáneo se dirige ligeramente posterior.<br />

El ligamento peroneoastragalino anterior es el más<br />

débil y el primero en romperse. Cuando la lesión es más<br />

severa se lesiona el ligamento calcaneoperoneo y sólo raramente<br />

el ligamento peroneoastragalino posterior.<br />

La causa más frecuente es una lesión <strong>del</strong> ligamento<br />

colateral lateral resultado de una inversión <strong>del</strong> tobillo, casi<br />

siempre interesando su porción anterior más débil. Puede<br />

asociarse a hematoma.<br />

Se han clasificado en 3 grados, siendo raros los de<br />

grado 3 o por ruptura completa.<br />

La ecografía es capaz de demostrar las rupturas parciales<br />

o completas de los ligamentos, así como su evolución<br />

tórpida por un tratamiento inadecuado en que se produce<br />

un tejido de granulación nodular doloroso. La<br />

ecografía es muy útil en los traumas agudos <strong>del</strong> tobillo y<br />

da más información que la IRM dado por el curso oblicuo<br />

de los ligamentos. A veces pueden verse calcificaciones<br />

ecogénicas y avulsiones óseas.<br />

La ecografía es de gran valor en las lesiones de los<br />

ligamentos peroneoastragalino anterior y tibioperoneo, ambos<br />

de gran importancia en la estabilidad <strong>del</strong> tobillo. Las<br />

rupturas de estos ligamentos y su hematoma asociado pueden<br />

verse en la ecografía, aunque no modifican el tratamiento.<br />

No sucede lo mismo en la ruptura <strong>del</strong> ligamento<br />

tibioperoneo anterior, con inestabilidad de la articulación<br />

en que está indicado el tratamiento quirúrgico.<br />

fascículo accesorio <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior.<br />

La inflamación secundaria de la sinovial que produce<br />

la inestabilidad crónica lateral <strong>del</strong> tobillo, provoca<br />

una masa en las partes blandas debido a tejido sinovial<br />

hipertrófico y fibrosis.<br />

La presencia de atrapamiento óseo anteromedial o<br />

anterocentral debido a osteofitos en la parte anterior de la<br />

articulación puede aumentar el proceso.<br />

La ecografía y sobre todo la IRM muestran una masa<br />

meniscoide en la porción lateral <strong>del</strong> tobillo, hipointensa<br />

con cualquier técnica de IRM.<br />

La artroscopia terapéutica es de gran valor en estos casos.<br />

Síndrome <strong>del</strong> seno tarsal<br />

El seno <strong>del</strong> tarso es un receso lateral localizado entre<br />

el astrágalo y el calcáneo que contiene el ligamento<br />

calcaneoastragalino (<strong>del</strong> complejo sindesmótico), las raíces<br />

mediales de la porción inferior <strong>del</strong> retináculo extensor,<br />

estructuras neuro-vasculares y grasa.<br />

Este síndrome es provocado por hemorragia o inflamación<br />

de los recesos sinoviales <strong>del</strong> seno <strong>del</strong> tarso con o<br />

sin ruptura de los ligamentos. Por lo general se produce<br />

por una lesión en inversión <strong>del</strong> pie y se asocia con ruptura<br />

de los ligamentos colaterales laterales. También se ve en el<br />

curso de algunas afecciones reumatológicas y procesos<br />

biomecánicos anormales, tales como el pie plano secundario<br />

a una ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior. Estos pacientes<br />

muestran inestabilidad en la parte media <strong>del</strong> pie y<br />

dolor en su porción lateral.<br />

En la ecografía y en la IRM hay obliteración de la<br />

grasa <strong>del</strong> espacio tarsal, que es reemplazada por líquido o<br />

tejido cicatrizal con interrupción de los ligamentos. En los<br />

casos avanzados pueden verse signos de osteoartritis en la<br />

articulación subastragalina y quistes subcondrales.<br />

SÍNDROMES ASOCIADOS A RUPTURA CRÓNICA<br />

DE LOS LIGAMENTOS LATERALES<br />

Hay 2 síndromes que se asocian con la ruptura crónica<br />

de los ligamentos laterales <strong>del</strong> tobillo: el síndrome <strong>del</strong><br />

atropamiento anterolateral y el síndrome <strong>del</strong> seno tarsal.<br />

Síndrome <strong>del</strong> atrapamiento anterolateral<br />

Es motivo frecuente de dolor crónico en la parte lateral<br />

<strong>del</strong> tobillo e inestabilidad a la dorsiflexión normal. La<br />

causa más frecuente es una lesión de los ligamentos<br />

peroneoastragalino anterior (ligamento colateral) y<br />

tibioperoneo (<strong>del</strong> complejo sindesmótico), así como de un<br />

LESIONES DE LOS TENDONES DEL TOBILLO Y PIE<br />

Una de las razones para estudiar con la ecografía al<br />

tobillo y al pie es el examen de los tendones. Los tendones<br />

flexores, de localización posteromedial son los más<br />

afectados, mientras que los tendones extensores (anteriores),<br />

raras veces se afectan. Los tendones pueden ser<br />

lesionados por un trauma directo o por un fenómeno de<br />

sobreuso, como ya hemos estudiado en el capítulo correspondiente.<br />

Lesiones tendinosas elementales. Es conveniente recordar<br />

las lesiones elementales <strong>del</strong> tendón que comprenden:<br />

Tenosinovitis o paratendonitis. Es una inflamación<br />

de la vaina <strong>del</strong> tendón que provoca una colección<br />

156 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


líquida, anecoica, a su alrededor. Hay cierta cantidad<br />

de líquido normal, rodeando a los tendones <strong>del</strong><br />

tobillo, mayor en el tibial posterior que puede llegar<br />

a medir 4 mm.<br />

La tenosinovitis casi siempre obedece a una causa<br />

mecánica o a un proceso inflamatorio. Entre las<br />

causas mecánicas se citan el sobreuso y la fricción<br />

por aparatos ortopédicos, por osteofitos o cuerpos<br />

extraños intraarticulares o en la vaina <strong>del</strong> tendón.<br />

También puede ocurrir por un pannus adherente en<br />

una AR. En el DC se puede ver aumento de flujo<br />

en el anillo hipoecoico que rodea al tendón.<br />

Tendinitis. Se utiliza para designar el engrosamiento<br />

y alteración en la ecogenicidad de los tendones,<br />

aunque no hay células inflamatorias.<br />

Tendinosis. Es de una degeneración dentro <strong>del</strong> tendón<br />

debido a atrofia. Hay engrosamiento <strong>del</strong> tendón con<br />

aumento <strong>del</strong> espacio hipoecoico que normalmente<br />

existe entre las fibrillas ecogénicas <strong>del</strong> tendón y<br />

obedece a trauma o sobreuso.<br />

Ruptura tendinosa. Puede ser total o parcial. La ruptura<br />

total ocurre en las inserciones óseas (avulsión)<br />

o entre la inserción ósea y la unión musculotendinosa.<br />

Las rupturas parciales ocurren en la dirección<br />

longitudinal y paralelas a las fibras<br />

tendinosas, o en sentido transversal, perpendiculares<br />

al trayecto <strong>del</strong> tendón. En la ruptura completa<br />

se ve un defecto, que en las formas agudas se puede<br />

llenar de sangre (hipoecoico) o de tejido de granulación<br />

en los casos crónicos(isoecoicos). La retracción<br />

de los bordes rotos <strong>del</strong> tendón puede evaluarse<br />

con los movimientos <strong>del</strong> tobillo.<br />

En la ruptura parcial, el defecto longitudinal aparece<br />

hipoecoico y puede extenderse o no a la superficie.<br />

Otras veces se ve como un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong><br />

tendón con alteración de su ecogenicidad.<br />

Existe una progresión evolutiva entre tendinosis,<br />

ruptura parcial y ruptura completa, de ahí lo frecuente<br />

de la asociación de estas lesiones.<br />

Luxación y subluxación tendinosa. Predominan en<br />

los tendones de los peroneos y en el tendón <strong>del</strong> tibial<br />

posterior (TTP). En los casos de subluxación, es<br />

conveniente realizar el examen con movimientos<br />

<strong>del</strong> tobillo.<br />

LESIONES TENDINOSAS ESPECÍFICAS<br />

DEL TOBILLO Y PIE<br />

Veamos ahora algunas de las lesiones particulares de<br />

los tendones <strong>del</strong> tobillo.<br />

LESIONES DEL TENDÓN DE AQUILES Y DE LA BURSA<br />

RETROCALCÁNEA<br />

Las lesiones <strong>del</strong> tendón de Aquiles (TA) pueden ser<br />

agudas, subagudas y crónicas. En los procesos agudos el<br />

tendón se engruesa, es hipoecoico, pero se ven bien sus<br />

fibras. En un CT el borde anterior <strong>del</strong> tendón es convexo,<br />

sus bordes se hacen difusos, comprobándose una diferencia<br />

mayor de 2 mm en su diámetro AP cuando se compara<br />

con el lado sano y la grasa <strong>del</strong> triángulo de Kager se ve<br />

hipoecoica. En la tendinitis crónica son raras las calcificaciones.<br />

Cuando el engrosamiento ocurre en la inserción<br />

distal <strong>del</strong> tendón puede deberse a una enfermedad <strong>del</strong> mismo,<br />

de la bursa o de ambos a la vez.<br />

La tendinitis puede progresar hacia una fisura o ruptura,<br />

a veces difícil de visualizar como un segmento<br />

hipoecoico <strong>del</strong> tendón. En los atletas o en los pacientes<br />

con AR, lupus, gota, diabetes es frecuente la ruptura <strong>del</strong><br />

tendón entre 2 y 6 cm por encima <strong>del</strong> calcáneo.<br />

En la ecografía se puede ver una zona anecoica o<br />

hipoecoica heterogénea debida a un hematoma reciente con<br />

retracción e inflamación de los bordes <strong>del</strong> tendón. A veces<br />

el tendón muestra un aspecto deshilachado. En ocasiones<br />

la grasa llena el sitio de la ruptura. Es el tendón más frecuentemente<br />

afectado por una ruptura, sobre todo en su<br />

zona avascular, entre 2 y 6 cm proximal a su inserción en<br />

el calcáneo.<br />

En la ruptura <strong>del</strong> tendón de Aquiles se pueden ver los<br />

fragmentos desplazados <strong>del</strong> tendón que se modifican con<br />

los movimientos <strong>del</strong> pie, con obliteración parcial a la<br />

dorsiflexión plantar, lo que tiene importancia pronóstica y<br />

de tratamiento.<br />

En las rupturas espontáneas se han descrito cambios<br />

degenerativos asociados a inyecciones medicamentosas,<br />

hipertermia, fuerzas mecánicas o fuerzas musculares excéntricas<br />

o desiguales.<br />

La ecografía sirve para diagnosticar la ruptura y cuantificar<br />

su magnitud debiendo realizarse el estudio en flexión<br />

dorsal y plantar, así como evaluar las lesiones previas <strong>del</strong><br />

tendón plantar. Si el tendón plantar está intacto las pruebas<br />

clínicas de ruptura <strong>del</strong> tendón pueden ser negativas,<br />

aún en presencia de una ruptura <strong>del</strong> mismo. Este tendón,<br />

presente en el 90 % de los pacientes, se puede utilizar para<br />

la reparación quirúrgica <strong>del</strong> TA.<br />

En las rupturas crónicas <strong>del</strong> TA el defecto<br />

intratendinoso se llena con líquido o tejido de granulación<br />

y pierde las características de un tendón normal. El dolor<br />

es debido, por lo general, a una tendinosis y se puede complicar<br />

con una ruptura parcial. En la ecografía hay engrosamiento<br />

fusiforme <strong>del</strong> tendón con áreas hipoecogénicas.<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 157


En los pacientes operados de una ruptura tendinosa puede<br />

ocurrir una nueva ruptura parcial y en estos casos la<br />

ecografía es muy útil. En los pacientes con buena evolución<br />

las señales intratendinosas disminuyen a medida que<br />

cura el tendón, aunque a veces aparece engrosado simulando<br />

una tendinosis crónica. Se pueden identificar los<br />

puntos de sutura.<br />

En la gota, con toma frecuente <strong>del</strong> tendón de Aquiles,<br />

puede verse engrosamiento tendinoso por los tofos y en<br />

los xantomas hay un engrosamiento con áreas hipoecoicas.<br />

Los xantomas <strong>del</strong> tendón de Aquiles son frecuentes en la<br />

hipercolesterolemia familiar, por lo general bilateral, con<br />

el tendón difusamente engrosado y con nódulos<br />

xantomatosos hipoecoicos.<br />

Deformidad de Haglund<br />

Se corresponde a un choque doloroso a nivel <strong>del</strong> borde<br />

superior <strong>del</strong> calcáneo debido a una compresión excesiva<br />

<strong>del</strong> tendón de Aquiles entre el calcáneo y el zapato. Se<br />

asocia a una morfología particular <strong>del</strong> calcáneo en el cual,<br />

el ángulo que se forma de la unión de su borde inferior con<br />

el posterior mide más de 70 grados.<br />

En la ecografía hay engrosamiento de la piel, <strong>del</strong> TCS<br />

y <strong>del</strong> tendón de Aquiles en el borde posterosuperior <strong>del</strong><br />

calcáneo. A veces hay una bursa neoformada en el TCS,<br />

bursitis retrocalcánea y calcificación <strong>del</strong> tendón.<br />

LESIONES DEL TENDÓN DEL TIBIAL POSTERIOR (TTP)<br />

La tenosinovitis <strong>del</strong> TTP es preferible estudiarla en<br />

CT para ver mejor el líquido que lo rodea. Además, deben<br />

buscarse los signos de tendinitis o rupturas parciales con<br />

que se puede complicar. Se relaciona con el sobreuso y se<br />

ve en atletas jóvenes.<br />

La ruptura de este tendón, segundo en frecuencia en el<br />

tobillo, provoca marcados síntomas. Las lesiones de esta<br />

región pueden producir ruptura <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior<br />

a nivel <strong>del</strong> maléolo medial y de los peroneos en el maléolo<br />

lateral, asociado frecuentemente a fracturas maleolares. La<br />

ruptura, casi siempre longitudinal, lo hace aparecer elongado<br />

y engrosado con algunas hendiduras en su eje mayor. Las<br />

rupturas transversales son más raras y provocan un pie plano<br />

doloroso y una deformidad en valgus.<br />

La ruptura crónica de este tendón puede mantenerse<br />

sin diagnóstico clínico por meses o años, con gran<br />

disfunción <strong>del</strong> pie. Casi siempre es de origen traumático o<br />

mecánico (sobreuso), e incluye laceración y fenómeno de<br />

choque por un osteofito en la cortical posterior de la tibia,<br />

todo ello evaluable con la ecografía.<br />

Se ve en pacientes con artritis, obesidad, hipertensión,<br />

diabetes, uso crónico de esteroides y cirugía previa, predominando<br />

en las mujeres por encima de los 45 años. La<br />

ruptura predomina a la altura <strong>del</strong> maléolo medial o en su<br />

inserción en el escafoides.<br />

La ruptura aguda parcial o completa <strong>del</strong> TTP, frecuente<br />

en atleta jóvenes ocurre por lo general en su inserción en el<br />

escafoides.<br />

El aspecto de la ruptura <strong>del</strong> TTP, basado en los hallazgos<br />

de la ecografía y de la cirugía, se ha clasificado en 3 tipos:<br />

Tipo I. En la ecografía el tendón está engrosado, con<br />

áreas focales hipoecoicas por hendiduras<br />

longitudinales y degeneración.<br />

Tipo II. En la ecografía hay a<strong>del</strong>gazamiento focal <strong>del</strong><br />

tendón con alteraciones de la ecogenicidad por ruptura<br />

parcial y fibrosis.<br />

Tipo III. En la ecografía hay un defecto focal en el<br />

tendón que aparece relleno de líquido anecoico o<br />

hipoecoico en la forma aguda, o de tejido de granulación<br />

ecogénico en la forma crónica.<br />

La luxación <strong>del</strong> TTP ocurre con mayor frecuencia en<br />

los jóvenes y es de naturaleza traumática. El tendón se<br />

sitúa medial al maléolo interno asociado con ruptura <strong>del</strong><br />

retináculo flexor. Se puede estudiar mejor con el pie en<br />

dorsiflexión y en supinación forzada.<br />

LESIONES DE LOS TENDONES PERONEOS<br />

Las lesiones de estos tendones son frecuentes e incluyen<br />

peritendinosis, tenosinovitis, rupturas y luxaciones.<br />

La tenosinovitis de los tendones peroneos ocurre en<br />

los esguinces de tobillo, en las tendinitis, rupturas o procesos<br />

inflamatorios de estos tendones. En los de causa<br />

traumática el líquido es generalmente anecoico, pero puede<br />

hacerse ligeramente ecogénico en los procesos crónicos,<br />

asociados a engrosamiento de la vaina sinovial. Puede<br />

ocurrir una ruptura <strong>del</strong> tendón peroneo en las fracturas<br />

intraarticulares <strong>del</strong> calcáneo.<br />

Hay una variedad de tenosinovitis estenosante de los<br />

peroneos que ocurre por microtraumas en la vida profesional<br />

y que provoca reacción inflamatoria en las vainas<br />

de estos tendones.<br />

La ruptura de los tendones peroneos puede ir precedida<br />

de una lesión <strong>del</strong> retináculo peroneo superior, lo que<br />

puede conducir a subluxación o luxación de los tendones<br />

o resultar en una tenosinovitis, tendinosis o ruptura<br />

longitudinal <strong>del</strong> tendón. Es frecuente que se asocie con<br />

una fractura por avulsión de la porción lateral <strong>del</strong> peroné,<br />

con arrancamiento <strong>del</strong> retináculo peroneo, mejor<br />

visualizado en la rotación interna <strong>del</strong> tobillo. Casi siempre<br />

158 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


se trata de un trauma o esguince o una fractura calcánea<br />

compleja. Es frecuente en los deportes de patinaje, por el<br />

mecanismo de dorsiflexión y eversión. Se ha invocado un<br />

factor congénito en la subluxación <strong>del</strong> peroneo y en la consiguiente<br />

lesión <strong>del</strong> tendón.<br />

La ruptura puede ser parcial o completa, longitudinal<br />

o transversal. En la ecografía aparece como un área<br />

hipoecoica o anecoica, con aumento <strong>del</strong> líquido sinovial.<br />

La ruptura longitudinal <strong>del</strong> peroneo corto es de diagnóstico<br />

difícil, predomina alrededor de la porción distal<br />

<strong>del</strong> peroné y puede extenderse hacia arriba o hacia abajo,<br />

sobre todo en los atletas por un trauma repetido o en el<br />

anciano por degeneración. Cuando la ruptura <strong>del</strong> peroneo<br />

corto es longitudinal, puede asumir una forma de letra C o<br />

de herradura, con el peroneo largo dentro de la porción<br />

rota <strong>del</strong> peroneo corto.<br />

El diagnóstico por ecografía de las rupturas de los tendones<br />

peroneos requiere de maniobras dinámicas, sobre<br />

todo en la subluxación y se pueden diagnosticar las fracturas<br />

por avulsión con las que se asocia. Se debe investigar<br />

con maniobras de dorsiflexión y eversión, utilizando<br />

la ecografía dinámica que puede mostrar además los signos<br />

de tendinitis o tenosinovitis, y en los casos dudosos<br />

confirma el diagnóstico de una ruptura.<br />

La luxación de los tendones peroneos es una secuela<br />

frecuente en los traumas laterales <strong>del</strong> tobillo, con ruptura<br />

<strong>del</strong> retináculo peroneo superior, lo que provoca subluxación<br />

de los tendones peroneos que se sitúan por detrás <strong>del</strong><br />

maléolo lateral, sobre todo cuando el paciente camina en<br />

superficies irregulares. Casi siempre hay una tenosinovitis<br />

asociada con presencia de líquido que se moviliza en la<br />

vaina <strong>del</strong> tendón.<br />

El engrosamiento sinovial se muestra hipoecoico y en<br />

los pacientes con problemas muy crónicos se puede ver<br />

engrosamiento fusiforme de ambos tendones peroneos en<br />

la punta <strong>del</strong> maléolo. Se puede ver un desgarro longitudinal,<br />

así como subluxación intermitente a la dorsiflexión y<br />

eversión <strong>del</strong> pie.<br />

LESIONES DEL TENDÓN DEL FLEXOR LARGO DEL<br />

DEDO GORDO (FLH)<br />

Este tendón se identifica fácilmente cerca de la articulación<br />

tibioastragalina, ya que es el que mayor volumen<br />

muscular presenta a este nivel. En el pie cursa por debajo<br />

<strong>del</strong> sustentáculum tali, al cual utiliza como polea para la<br />

flexión plantar <strong>del</strong> pie.<br />

Este tendón se lesiona cuando pasa por el canal<br />

osteofibroso entre los tubérculos medial y lateral <strong>del</strong> astrágalo.<br />

Las fricciones continuas en este sitio predisponen<br />

a tenosinovitis crónica o estenosante, tendinosis y<br />

ruptura.<br />

El tendón <strong>del</strong> FLH es frecuentemente afectado en los<br />

bailarines de ballet, corredores, etc. También se ha descrito<br />

una tenosinovitis estenosante de este tendón en los hombres<br />

de edad media con vida sedentaria.<br />

La ruptura longitudinal <strong>del</strong> FHL predomina a nivel o<br />

distal al sustentáculo tali y se rodea de un área nodular en<br />

el tendón engrosado. Las rupturas completas son más raras<br />

y ocurren cerca de su inserción en la falange distal <strong>del</strong><br />

dedo grueso o por debajo <strong>del</strong> sustentáculum tali. En ocasiones<br />

se asocia a otras enfermedades, tales como: un<br />

ganglión de la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> FLH o tenosinovitis<br />

<strong>del</strong> TTP, o <strong>del</strong> flexor largo de los dedos, ruptura <strong>del</strong> peroneo<br />

corto, etc. En la ecografía debe examinarse el tendón durante<br />

la flexión dorsal y plantar <strong>del</strong> tobillo. La presencia<br />

de abundante líquido intraarticular es expresión de la comunicación<br />

entre la vaina <strong>del</strong> tendón y la articulación.<br />

LESIONES DEL TENDÓN DEL TIBIAL<br />

ANTERIOR (TTA)<br />

La afección de los tendones extensores es menos frecuente<br />

que la de los tendones anteriormente estudiados, ya<br />

que están expuestos a menos fenómenos de sobreuso, a lo<br />

que se suma su gran vascularización. De todos los tendones<br />

extensores el que más se afecta es el TTA, por lo general<br />

en los pacientes mayores de 45 años. Puede deberse a<br />

traumas, laceración <strong>del</strong> tendón, degeneración tendinosa o<br />

enfermedad sistémica. El sitio de ruptura predomina dentro<br />

de los 3 cm de su inserción en la cuña medial.<br />

La ruptura <strong>del</strong> TTA se muestra por un defecto<br />

hipoecoico, con discontinuidad <strong>del</strong> tendón en la ruptura<br />

completa, cuyo segmento retraído puede simular un tumor.<br />

Siempre debe valorarse el estado <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> extensor<br />

largo <strong>del</strong> dedo gordo con fines quirúrgicos.<br />

Además de las rupturas pueden verse alteraciones debidas<br />

a tenosinovitis, celulitis o abscesos de los tendones<br />

extensores.<br />

LESIONES DE LOS TENDONES DE LA REGIÓN<br />

METATARSOFALÁNGICA<br />

En las tendinitis <strong>del</strong> pie, sobre todo a nivel de las articulaciones<br />

MTF hay predomino de la hiperplasia<br />

angiofibrosa, degeneración y necrosis, con pocas o ningunas<br />

células inflamatorias. En la ecografía se ve engrosamiento<br />

difuso o focal <strong>del</strong> tendón.<br />

En las tenosinovitis de los tendones <strong>del</strong> pie hay inflamación<br />

de la vaina <strong>del</strong> tendón, sinovitis inflamatoria, in-<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 159


fección o irritación mecánica que predomina a nivel <strong>del</strong><br />

flexor largo <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

En la ecografía se ve al tendón rodeado por líquido.<br />

Puede complicarse con una ruptura, que casi siempre ocurre<br />

en tendones degenerados o en el curso de una enfermedad<br />

sistémica. La ecografía puede demostrar si la ruptura<br />

es parcial o completa.<br />

LESIONES ARTICULARES<br />

La enfermedad de esta articulación, más frecuente en<br />

la tibioastragalina, comprende a los derrames, sinovitis y<br />

cuerpos libres intraarticulares. Además, puede ser la expresión<br />

de una manifestación local en el curso de una<br />

artropatía.<br />

Derrame. Sinovitis. Cuerpos libres<br />

El derrame se identifica fácilmente como una colección<br />

hipoecoica o anecoica de bordes bien definidos que<br />

predomina a nivel de la articulación tibioastragalina anterior.<br />

A veces el derrame es complejo por infección, trauma,<br />

hemorragia, osteocondromatosis sinovial o SPVN.<br />

Los derrames se evalúan mejor en los recesos<br />

tibioastragalino anterior y posterior, así como en las porciones<br />

laterales <strong>del</strong> tobillo. El examen debe realizarse con<br />

el tobillo en posición neutra o flexión plantar y la ecografía<br />

sirve de guía para las punciones aspirativas.<br />

El derrame de las articulaciones metatarsofalángicas<br />

e interfalángicas se ve mejor por vía dorsal y la ecografía<br />

sirve de guía para la punción aspirativa.<br />

Si se decide realizar una punción <strong>del</strong> derrame es mejor<br />

hacerlo guiado por la ecografía que es capaz de detectar<br />

una artritis séptica, una tenosinovitis séptica, un absceso<br />

o sinovitis. En las pequeñas articulaciones <strong>del</strong> pie, como<br />

ya hemos señalado, se prefiere la ventana dorsal para la<br />

punción aspirativa.<br />

En la sinovitis se puede ver un engrosamiento hipoecoico<br />

en la sinovial de la porción anterior de la cápsula.<br />

Los cuerpos libres intraarticulares se visualizan en<br />

forma de nódulos ecogénicos o lineales que se desplazan<br />

con los movimientos de la articulación, mejor visibles cuando<br />

hay derrame, frecuentes en la AR en que además, hay<br />

proliferación sinovial.<br />

La ecografía también puede detectar la presencia de<br />

una exostosis ósea en la porción anterior de la tibia, a<br />

nivel de la inserción capsular y que puede originar dolor<br />

por un síndrome de choque en los tendones extensores,<br />

sobre todo con la técnica dinámica.<br />

Artritis reumatoide. Gota en el pie<br />

La ecografía se ha utilizado para evaluar diferentes<br />

tipos de artritis inflamatorias y puede mostrar alteraciones<br />

no visibles en las radiografías convencionales.<br />

En la AR la ecografía es capaz de detectar erosiones<br />

óseas precoces, formación de pannus y pequeñas cantidades<br />

de líquido a su nivel.<br />

En las artritis inflamatorias la ecografía puede detectar<br />

precozmente ruptura de los ligamentos y tendones,<br />

bursitis, a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago articular, fascitis<br />

plantar, etc. Las alteraciones predominan en las articulaciones<br />

metatarsofalángicas y subastragalina.<br />

Cuando la AR interesa al pie se puede ver derrame<br />

articular, hipoecoico o anecoico, por lo general bilateral<br />

en la articulación metatarsofalángica. La proliferación<br />

sinovial, se expresa por engrosamiento de la misma. Puede<br />

haber erosión en la cabeza <strong>del</strong> 5to. metatarsiano con un<br />

nódulo hipoecoico debido al pannus.<br />

Los tofos gotosos, predominan en la porción interna<br />

de la cabeza <strong>del</strong> primer metatarsiano apareciendo como<br />

nódulos hipoecoicos que pueden contener calcificaciones,<br />

en ocasiones con erosión ósea y rodeando a los tendones<br />

extensores. Puede haber lesión <strong>del</strong> TCS.<br />

Osteoartritis<br />

La osteoartritis (OA), que incluye la variedad<br />

postraumática, provoca un a<strong>del</strong>gazamiento <strong>del</strong> cartílago<br />

hialino en las articulaciones tibioastragalina y<br />

subastragalina, así como la presencia de cuerpos libres<br />

asociados con osteofitos. Las alteraciones pronunciadas<br />

<strong>del</strong> cartílago se asocian a lesiones subcondrales vecinas.<br />

La ecografía permite detectar fácilmente el aumento <strong>del</strong><br />

líquido intraarticular, así como los osteofitos, aún cuando<br />

no están totalmente calcificados (condrofitos).<br />

Las lesiones de esta naturaleza en el pie, predominan en<br />

la primera articulación MTF, casi siempre por sobrecarga<br />

de peso y en los pacientes con deformidad en hallux valgus.<br />

Artritis infecciosa. Osteomielitis<br />

El diagnóstico precoz y el tratamiento de la osteomielitis<br />

y de la artritis séptica es decisivo para preservar la función y<br />

para evitar una extensión local o generalizada y la ecografía<br />

juega un papel importante en la detección precoz de estas<br />

lesiones. En el período crónico hay formación de quistes, fragmentos<br />

óseos y un mal alineamiento, sobre todo de las articulaciones<br />

metatarsofalángicas, asociado a derrame articular.<br />

160 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


La presencia de periostitis se puede identificar precozmente<br />

como bandas hiperecoicas a lo largo de la corteza.<br />

La osteomielitis en el pie ocurre más frecuentemente<br />

en la diabetes, asociado con ulceraciones cutáneas en las<br />

regiones de presión, sobre todo en el 1er.y 5to.<br />

metatarsianos. Se asocian a celulitis, abscesos de las PB,<br />

fístulas e interrupción de la cortical, bien identificables<br />

con la ecografía.<br />

Artropatía hemofílica<br />

Los pacientes hemofílicos pueden presentar artropatías<br />

severas y mutilantes por hemartrosis repetidas. El tobillo es<br />

la articulación más afectada, sobre todo en la 2da. década.<br />

La ecografía es muy útil para detectar los derrames hemáticos<br />

intraarticulares y las alteraciones de las PB vecinas.<br />

Sinovitis pigmentada villonodular<br />

Se caracteriza por una proliferación inflamatoria de la<br />

sinovial asociada con depósitos de hemosiderina. Puede<br />

ocurrir en cualquier articulación, vaina tendinosa o bursa<br />

aunque es más frecuente en la rodilla, cadera, tobillo y<br />

codo. En el pie predomina en las vainas <strong>del</strong> tendón peroneo<br />

y en los flexores. Ocurre, muy frecuentemente entre los 20<br />

y 50 años y puede presentarse como una masa focal o una<br />

lesión difusa que interesa toda la articulación. La ecografía<br />

y sobre todo la IRM son muy útiles en el diagnóstico de<br />

esta afección.<br />

ALTERACIONES DE LAS BURSAS<br />

El dolor crónico en la parte posterior <strong>del</strong> tobillo puede<br />

ser secundario a una enfermedad bursal. La bursa<br />

retrocalcánea se sitúa entre el TA y el calcáneo y puede<br />

visualizarse en condiciones normales. La bursa<br />

preaquiliana, localizada posterior al TA no se ve en las<br />

personas normales. La forma y tamaño de la bursa<br />

retrocalcánea se modifican con los movimientos de flexión<br />

y extensión.<br />

El diagnóstico de una bursa patológica se hace cuando<br />

el líquido en su interior mide más de 3 mm en su diámetro<br />

AP, y puede ser inflamatoria o hemorrágica.<br />

La bursitis retrocalcánea puede presentarse aislada o<br />

asociada a la tendinitis <strong>del</strong> Aquiles. Ocurre con frecuencia<br />

en las enfermedades artríticas y en las bursitis por fricción.<br />

En la ecografía se ve una bursa hipoecoica o anecoica<br />

entre la cara anterior <strong>del</strong> tendón y el borde posterosuperior<br />

<strong>del</strong> calcáneo.<br />

En la bursitis intermetatarsiana hay una colección líquida<br />

anecoica que se deforma con la compresión, lo que<br />

la diferencia de los neuromas, con el cual se asocia, sobre<br />

todo cuando se localiza en la cara dorsal <strong>del</strong> 3er. espacio<br />

interdigital.<br />

MASAS QUÍSTICAS EN EL TOBILLO Y PIE<br />

Los gangliones quísticos son frecuentes en el tobillo y<br />

se ven como masas simples o multiloculadas con contenido<br />

hipoecoico o anecoico. Cuando se localizan en la región<br />

<strong>del</strong> seno <strong>del</strong> tarso pueden provocar un síndrome <strong>del</strong><br />

tunel tarsiano. Es muy rara la comunicación con la articulación.<br />

Otras lesiones quísticas incluyen: la bursitis vecina<br />

al tendón y las tenosinovitis quísticas.<br />

En el pie las masas quísticas pueden tratarse de quistes<br />

sinoviales o bursas dilatadas. Los gangliones quísticos<br />

son lesiones anecoicas y las bursitis pueden desarrollarse<br />

por dentro de la cabeza <strong>del</strong> 1er metatarsiano en los pacientes<br />

con deformidad en valgus, y más raramente entre las<br />

cabezas de los metatarsianos.<br />

LESIONES ÓSEAS.<br />

Fracturas por estrés.<br />

Las fracturas por estrés son frecuentes en el calcáneo,<br />

escafoide y astrágalo y sobre todo a nivel <strong>del</strong> 2do. y 3er.<br />

metatarsianos. Las fracturas por estrés en el pie son frecuentes<br />

en los corredores, bailarines de ballet, gimnastas<br />

y reclutas. Como factores predisponentes se citan el hallux<br />

valgus, pie plano, etc. En los casos de hallux valgus, se<br />

interesa con frecuencia a los sesamoideos. A veces se presentan<br />

fracturas subcondrales en las cabezas de los<br />

metatarsianos, en pacientes diabéticos, con artropatía<br />

neurotrófica.<br />

En la ecografía se puede ver la reacción perióstica,<br />

que se muestra como una banda hiperecoica a lo largo de<br />

la corteza, así como hemorragia perióstica, en la cual el<br />

periostio hiperecoico se separa de la corteza por una banda<br />

hipoecoica o interrupción de la cortical, todos ellos signos<br />

precoces. También pueden verse osteonecrosis y pequeñas<br />

fracturas de los huesos <strong>del</strong> tarso.<br />

Fracturas transcondrales<br />

Aunque este grupo de lesiones escapa al diagnóstico de<br />

la ecografía, su clasificación en estadios depende de que exista<br />

o no desplazamiento, de que exista o no lesión ligamentaria,<br />

Ecografía <strong>del</strong> tobillo y <strong>del</strong> pie 161


o de que existan o no fragmentos libres osteocondrales, todo<br />

lo cual puede ser detectado en la ecografía.<br />

Sesamoiditis<br />

Otra afección frecuente en las mujeres que usan tacón<br />

alto o que practican bailes <strong>del</strong> tipo zapateado es la<br />

sesamoiditis, que se asocia con higroma en la cara plantar<br />

<strong>del</strong> sesamoideo interno, que se ha luxado hacia la base <strong>del</strong><br />

metatarsiano, y que es posible detectar con la ecografía.<br />

VARIANTES NORMALES<br />

Pueden existir centros de osificación secundarios y huesos<br />

sesamoideos bipartitos que no deben confundirse con<br />

fracturas. No obstante, algunas variantes anatómicas pueden<br />

ser sintomáticas como sucede con el hueso navicular<br />

accesorio tipo II.<br />

En estos casos se puede ver un foco ecogénico<br />

curvilíneo adicional con SA, similar a otras estructuras<br />

óseas. A veces el tendón <strong>del</strong> tibial posterior se inserta en<br />

este hueso accesorio.<br />

PATOLOGÍA DE LAS PB<br />

La mayoría de las lesiones de las PB <strong>del</strong> tobillo y pie<br />

son benignas. Las lesiones más frecuentes son: gangliones,<br />

fibromatosis plantar, lipomas, tumores de células gigantes<br />

de las vainas, celulitis, abscesos, fascitis plantar, neuroma<br />

de Morton y cuerpos extraños.<br />

La ecografía puede diferenciar su naturaleza sólida o<br />

quística, se puede explorar su compresibilidad, movilizar<br />

su contenido y valorar el flujo con el Doppler. Además<br />

permite evaluar el tamaño, la localización y su relación<br />

con las estructuras vecinas.<br />

CUERPOS EXTRAÑOS<br />

La ecografía es especialmente útil en la detección de<br />

cuerpos extraños pequeños, dando mayor información que<br />

la TAC o la IRM, salvo en aquellos casos en que el cuerpo<br />

extraño es hiperecogénico y en íntima relación con la<br />

cortical. También ha mostrado su utilidad en los cuerpos<br />

extraños constituidos por madera o vidrio en los que produce<br />

una SA difusa por detrás.<br />

NEUROPATÍAS COMPRESIVAS<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel tarsiano<br />

Es provocado por la compresión <strong>del</strong> nervio tibial posterior<br />

cuando pasa a través <strong>del</strong> túnel osteofibroso formado<br />

por el retináculo flexor. Puede verse en pacientes con una<br />

anomalía <strong>del</strong> pie o <strong>del</strong> mecanismo <strong>del</strong> tobillo, como es una<br />

rotación excesiva en valgo o por un síndrome de choque<br />

provocado por un ganglión, lipoma, neuroma, ingurgitación<br />

venosa, tendón accesorio, aunque en el 50 % se desconoce<br />

la causa. En la ecografía se puede visualizar la<br />

posible causa de este síndrome.<br />

Neuroma de Morton<br />

Es una masa de tejido fibroso perineural que interesa<br />

al nervio plantar interdigital y que predomina en la cabeza<br />

de los metatarsianos (4to.-5to.).<br />

La fibrosis perineural <strong>del</strong> nervio digital plantar<br />

(neuroma) puede provocar dolor y parestesias en el antepie.<br />

En la ecografía aparece como una masa ovoidea,<br />

hipoecoica, bien definida, localizada en el espacio<br />

interdigital, a nivel o proximal a la cabeza de los<br />

metatarsianos. A veces se puede ver el nervio que los atraviesa,<br />

profundo a los músculos interóseos y distales al ligamento<br />

intermetatarsiano.<br />

La compresión con el transductor o apretando el pie<br />

con la mano provoca un dolor característico.<br />

PATOLOGÍA DE LA FASCIA PLANTAR<br />

Fascitis plantar<br />

La afección dolorosa de la planta <strong>del</strong> pie se debe con<br />

mayor frecuencia a una fascitis plantar. Se trata de una<br />

inflamación o ruptura parcial de esta fascia y cuyas causas<br />

pueden ser mecánicas o traumáticas. Predomina en los<br />

corredores o por algún defecto mecánico (mal alineamiento<br />

<strong>del</strong> pie, obesidad o procesos inflamatorios). Se asocia<br />

con frecuencia a exostosis <strong>del</strong> calcáneo. La técnica <strong>del</strong><br />

examen debe ser cuidadosa, realizando las mediciones de<br />

su grosor cerca de la inserción en el calcáneo.<br />

En condiciones normales la fascia aparece con una<br />

ecoestructura fibrilar y mide menos de 4 mm de grosor. La<br />

hipoecogenicidad de la fascia, combinada con un grosor<br />

mayor de 4 mm, en un paciente sintomático, es diagnóstico<br />

de una fascitis plantar. En las fascitis plantar la aponeurosis<br />

se engruesa y se pueden ver osteofitos en forma de bandas<br />

hiperecoicas en su inserción calcánea asociadas a una zona<br />

hipoecoica vecina y a una bursitis neoformada.<br />

Fibromas. Fibromatosis. Ruptura de la fascia<br />

plantar.<br />

Otras afecciones de la planta <strong>del</strong> pie son los<br />

fibromas, la fibromatosis y la ruptura de la fascia. La<br />

162 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


fascitis plantar crónica puede asociarse con nódulos<br />

fibrosos dolorosos, mientras que los fibromas plantares<br />

no son dolorosos.<br />

La fibromatosis plantar es una afección benigna, localmente<br />

agresiva, con proliferación de fibroblastos en el<br />

TCS de la planta <strong>del</strong> pie. Ella predomina en las porciones<br />

medial y distal de la aponeurosis, a diferencia de lo que<br />

ocurre en la fascitis plantar. En la ecografía se puede ver<br />

una masa nodular hipoecoica. Se le conoce también como<br />

enfermedad de Ledderhose.<br />

La ruptura de la fascia plantar es rara, casi siempre<br />

localizada cerca de su inserción en el calcáneo y puede ser<br />

aguda o crónica.<br />

La ecografía tiene valor en estas entidades para lo cual<br />

se requieren transductores de muy alta resolución.<br />

LESIONES TUMORALES ÓSEAS Y DE LAS PB<br />

El tobillo y el pie pueden ser asiento de múltiples lesiones<br />

tumorales óseas y de las PB. Entre las lesiones óseas<br />

benignas más frecuentes están los encondromas y los tumores<br />

benignos de células gigantes. Estas articulaciones<br />

pueden ser asiento de cualquier variedad de tumor maligno,<br />

pero son muy raras las lesiones metastásicas, así como<br />

las lesiones en el curso de los linfomas y la leucemia.<br />

El valor de la ecografía en estos casos es el tratar de<br />

diferenciar entre las lesiones quísticas y sólidas y auxiliados<br />

<strong>del</strong> Doppler color, analizar las características<br />

vasculares de las mismas, sobre todo de las lesiones de la<br />

PB o cuando las lesiones óseas rompen la cortical y se<br />

extienden por las regiones vecinas.<br />

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164 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ECOGRAFÍA EN LOS TUMORES ÓSEOS Y DE LAS PARTES BLANDAS<br />

CONSIDERACIONES GENERALES<br />

Hay una gran variedad de tumores y de lesiones<br />

seudotumorales originadas en el sistema<br />

musculoesquelético que se presentan con un amplio espectro<br />

radiográfico, motivo frecuente de dudas e incluso<br />

de errores.<br />

Durante mucho tiempo el tratamiento de los tumores<br />

malignos de este sistema se limitaba a la amputación, lo<br />

que era seguido de metástasis relativamente precoces. En<br />

las últimas décadas han ocurrido grandes cambios terapéuticos<br />

que conducen a una cirugía menos agresiva combinada<br />

con el tratamiento con citostáticos y un mejor pronóstico.<br />

Aunque los rayos X simples constituyen la modalidad<br />

diagnóstica inicial para la caracterización de una lesión<br />

ósea, capaz de diferenciar una lesión benigna de una<br />

maligna y generar un diagnóstico diferencial; sin lugar a<br />

dudas, la TAC, la IRM y la ecografía son los procederes<br />

imagenológicos de elección para determinar la extensión<br />

de la lesión, tanto dentro <strong>del</strong> hueso como en los tejidos<br />

blandos vecinos.<br />

En los últimos años la ecografía con la técnica de<br />

DC y el auxilio de los ecorealzadores, ha adquirido gran<br />

importancia en el diagnóstico y estadiamiento de estos<br />

tumores, sobre todo de los localizados en las PB.<br />

La diferenciación entre benignidad y malignidad en<br />

este grupo de lesiones, utilizando los métodos<br />

imagenológicos está en discusión. Las lesiones óseas benignas<br />

tienden a tener bordes bien definidos, a no englobar<br />

estructuras neurovasculares y a no destruir el hueso; por<br />

el contrario, las lesiones malignas tienden, a tener bordes<br />

irregulares, englobar estructuras neurovasculares y a destruir<br />

el hueso.<br />

A continuación haremos un breve resumen de los datos<br />

que brinda la ecografía en algunos tumores óseos y<br />

sobre todo en los tumores y lesiones seudotumorales de<br />

las partes blandas.<br />

TUMORES ÓSEOS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

A pesar de que en las lesiones tumorales óseas el diagnóstico<br />

definitivo pertenece al campo de la anatomía patológica,<br />

no es menos cierto que el diagnóstico de ciertos tumores<br />

óseos es a veces difícil para el patólogo. Esto se debe<br />

fundamentalmente a que, en ocasiones, el material obtenido<br />

no es adecuado para su estudio o a que la técnica histológica<br />

es deficiente. La exploración imagenológica tiene siempre<br />

la máxima importancia, y hay que insistir en la necesidad<br />

de facilitar al anatomopatólogo la información radiológica<br />

pertinente, siempre que se le pida que establezca el diagnóstico<br />

histológico de una lesión ósea. La imagenología debe<br />

servir para precisar la localización exacta de la lesión (es<br />

decir, el hueso y la parte <strong>del</strong> hueso afectado), indicar si esta<br />

tiene su origen en el hueso o si ha pasado los tejidos blandos,<br />

así como mostrar su tamaño y forma. Estas características,<br />

que equivalen a la anatomopatología macroscópica<br />

de las lesiones de los tejidos óseos no pueden, en general,<br />

determinarse por el examen histológico de una biopsia. Estos<br />

datos imagenológicos (verbigracia, las características<br />

<strong>del</strong> borde de la lesión, la naturaleza de las posibles alteraciones<br />

<strong>del</strong> tejido óseo adyacente, la presencia de calcificaciones<br />

en la lesión y las formas que revisten, etc.) pueden<br />

servir a un radiólogo experto para predecir el tipo histológico<br />

<strong>del</strong> tumor de que se trate.<br />

OMS<br />

La ecografía se ha utilizado poco para el estudio de los<br />

tumores óseos y sólo puede aportar información cuando la<br />

lesión es expansiva (osteolítica u osteoblástica) cuando hay<br />

interrupción de la cortical o una marcada reacción perióstica.<br />

En este capítulo solo nos vamos a referir a aquellas lesiones<br />

tumorales <strong>del</strong> esqueleto que reúnan algunos de estos requisitos<br />

y que son susceptibles de su estudio con la ecografía.<br />

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto<br />

la siguiente clasificación de los tumores óseos.<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 165


Tumores Benignos Malignos<br />

Originados a partir de cartílago<br />

Originados a partir de hueso<br />

Condroma<br />

Osteocondroma<br />

Condroblastoma<br />

Fibroma condromixoide<br />

Osteoma osteoide<br />

Osteoblastoma<br />

Condrosarcoma<br />

Osteosarcoma<br />

De células gigantes (Osteoclastoma) Benigno Maligno<br />

De la médula ósea - Sarcoma de Ewing<br />

Hematológicos (Linfoma,<br />

Retículosarcoma, Plasmocitoma)<br />

Hemangioma<br />

Hemangiopericitoma<br />

De origen vascular Linfangioma Hemangioendotelioma<br />

Glomangioma<br />

Angiosarcoma<br />

Fibrohistiocitoma maligno<br />

Lipoma<br />

Fibrosarcoma<br />

De tejido conectivo Fibroma desmoplásico Liposarcoma<br />

Fibrohistiocitoma<br />

Mesenquimoma maligno<br />

Sarcoma indiferenciado<br />

De origen nervioso<br />

Neurilemoma<br />

Neurofibroma<br />

Schwannoma maligno<br />

Otros - Cordoma<br />

Adamantinoma<br />

La OMS plantea, que existe un grupo de lesiones que<br />

se incluyen bajo el capítulo de lesiones seudotumorales<br />

<strong>del</strong> esqueleto, pero que pueden confundirse con los tumores<br />

óseos verdaderos y tomarse actitudes muy agresivas.<br />

Muchas de ellas se engloban dentro <strong>del</strong> grupo de las llamadas<br />

“lesiones que no deben tocarse”. Entre ellas están:<br />

osteoma, fibroma no osificante (defecto fibroso cortical),<br />

desmoide periostal, quiste óseo simple (juvenil), quiste óseo<br />

aneurismático, granuloma eosinofílico, displasia fibrosa<br />

localizada, tumor pardo <strong>del</strong> hiperparatiroidismo, miositis<br />

osificante, y ganglión intraóseo (quiste óseo yuxtacortical).<br />

A la hora de analizar un paciente con un tumor óseo,<br />

es importante el valorar su historia clínica, realizar un<br />

examen físico completo, analizar las radiografías convencionales,<br />

valorar los resultados de la ecografía con técnica<br />

Doppler y en algunas ocasiones emplear la TAC o la IRM.<br />

El tratamiento previo de la lesión e incluso la toma de una<br />

biopsia puede dificultar el diagnóstico inicial.<br />

En el momento de analizar una lesión ósea tumoral el<br />

primer paso debe ser el tratar de diferenciar entre una posible<br />

lesión benigna y una lesión maligna y para ello nos valemos<br />

de los llamados patrones de presentación de los tumores óseos.<br />

PATRONES PARA LA CLASIFICACIÓN<br />

DE LOS TUMORES ÓSEOS<br />

Una vez que se ha detectado una alteración esquelética,<br />

debemos tratar de caracterizarla, y además, establecer su<br />

diagnóstico diferencial. Existen 2 máximas a tener en cuenta<br />

en el manejo de estas lesiones:<br />

. Dejar de tratar a una lesión aparentemente benigna,<br />

tratándose de un tumor maligno.<br />

. No indicar un tratamiento agresivo de una lesión maligna<br />

por haber realizado un diagnóstico erróneo de<br />

un tumor benigno.<br />

Los tumores óseos se pueden clasificar, como ya hemos<br />

señalado, de acuerdo con su tejido de origen, y estos a su<br />

vez, en benignos y malignos. Antes <strong>del</strong> análisis de las imágenes<br />

que nos ofrecen estas lesiones tumorales, debemos<br />

valorar una serie de factores, entre los cuales cabe citar:<br />

166 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Edad. Los tumores óseos tienen, con frecuencia, un<br />

pico de incidencia con la edad: para el<br />

osteosarcoma, son las 2da. y 3ra. décadas, las metástasis<br />

predominan en el adulto y el mieloma ocurre<br />

por lo general, por encima de los 40 años, mientras<br />

que las metástasis óseas de un neuroblastoma<br />

se presentan en los niños menores de 2 años. El<br />

tumor de células gigantes se presenta casi exclusivamente<br />

cuando ha terminado el crecimiento, mientras<br />

que el sarcoma de Ewing predomina en las 2<br />

primeras décadas de la vida.<br />

Sexo. Los tumores óseos tienen predominio en el sexo<br />

masculino.<br />

Origen étnico. Hay tumores como el sarcoma de<br />

Ewing que son raros en los pacientes procedentes<br />

<strong>del</strong> trópico y por el contrario son frecuentes en la<br />

raza caucásica.<br />

Historia familiar. Se ha visto la frecuente transformación<br />

maligna de una tumoración ósea en el curso<br />

de una enfermedad de Ollier o de una<br />

osteocondromatosis múltiple.<br />

Otro tumor primitivo. La presencia de un tumor<br />

primitivo en otra localización, sobre todo en la<br />

mama, pulmón o próstata orienta hacia la naturaleza<br />

metastásica de la lesión.<br />

Multiplicidad de las lesiones. Es importante desde<br />

el inicio, el establecer si se trata de una lesión<br />

solitaria o múltiple. Las lesiones múltiples son frecuentes<br />

en el mieloma, en las metástasis y en el<br />

granuloma eosinófilo.<br />

Localización. Los diferentes tipos de tumores óseos<br />

se distribuyen de manera desigual en el esqueleto.<br />

La mayoría se localizan en los huesos de las extremidades,<br />

sobre todo en la rodilla, fémur y tibia. Por<br />

otra parte, los tumores óseos malignos son<br />

infrecuentes en las manos y pies y con excepción<br />

<strong>del</strong> mieloma, cordoma y osteoblastoma benigno, son<br />

muy raros en la columna.<br />

Patrón oseo predonante. Una vez analizados los factores<br />

anteriores se debe tratar de identificar el patrón óseo<br />

predominante. Se han descrito diferentes patrones, los principales<br />

son, los de destrucción ósea y los de neoformación<br />

ósea, asociados o no a reacción <strong>del</strong> periostio. El análisis de<br />

estos patrones ayuda al diagnóstico diferencial: en el patrón<br />

de destrucción ósea, la presencia de una interfase de bordes<br />

bien definidos entre el tumor y el hueso vecino habla a<br />

favor de una lesión de evolución lenta, aunque no siempre<br />

un aspecto agresivo es señal de malignidad, pero en general<br />

los tumores malignos tienen un crecimiento más rápido.<br />

Se han descrito en la TAC, patrones que acompañan a las<br />

áreas geográficas de destrucción ósea, muchas veces rodeadas<br />

de un borde esclerótico (Tipo I A), la mayoría benignos.<br />

En el Tipo I B, la lesión aparece bien definida, pero sin bordes<br />

escleróticos (casi siempre benignas) y en el tipo I C<br />

el borde es mal definido, con destrucción frecuente de la<br />

cortical, lo que habla a favor de malignidad. Otras veces<br />

hay un patrón que recuerda a las imágenes producidas por<br />

la mordida de un ratón (Tipo II) o de permeación (Tipo III),<br />

señal de una lesión más agresiva, con muy poca o ninguna<br />

reacción <strong>del</strong> hueso vecino, como sucede en algunas metástasis<br />

y en el sarcoma de Ewing. En alguno de estos casos la<br />

ecografía puede ayudar a identificar los patrones diagnósticos.<br />

Otro patrón a analizar es la posible reacción perióstica,<br />

que puede ser continua, con o sin destrucción de la cortical,<br />

interrumpida o combinada, y que tiene poca especificidad,<br />

a veces visibles en la ecografía.<br />

Por último, debemos tratar de especificar la matriz<br />

tumoral, o sustancia intercelular, que puede calcificarse u<br />

osificarse y que hay que diferenciarla de algunas fracturas<br />

con callo, de las reacciones escleróticas vecinas al<br />

tumor y de las calcificaciones distróficas. La presencia<br />

de una matriz tumoral muy ecogénica es señal de un proceso<br />

de origen osteoide o condroide, aunque no permite<br />

un diagnóstico diferencial entre benignidad y malignidad.<br />

Nota: Estos patrones imagenológicos de los tumores<br />

óseos son mejor identificados con la TAC y con la IRM.<br />

PATOLOGÍA<br />

De acuerdo con la clasificación de la OMS pasaremos<br />

a analizar los principales tumores óseos primarios<br />

susceptibles de ser estudiados con la ecografía.<br />

TUMORES PRODUCTORES DE CARTÍLAGO<br />

BENIGNOS<br />

Osteocondroma<br />

Concepto<br />

Es una lesión ósea frecuente, caracterizada por una<br />

excrescencia ósea recubierta de cartílago que se desarrolla<br />

en la superficie externa de un hueso. Su mayor desarrollo<br />

ocurre en los niños, viéndose como su crecimiento<br />

se interrumpe con la maduración esquelética. Las lesiones<br />

solitarias son metafisarias y excéntricas, mientras<br />

que las lesiones múltiples pueden afectar toda la diáfisis.<br />

Se ha descrito, con relativa frecuencia, la transformación<br />

maligna en los casos de lesiones múltiples.<br />

OMS.<br />

Sinonimia<br />

Exostosis osteocartilaginosa, osteoma encondral y<br />

encondroma.<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 167


Patología<br />

Las exostosis pueden ser sesiles o pedunculadas; las<br />

primeras aparecen aplanadas, mientras que las segundas<br />

tienen un aspecto alargado y grácil, que toma a veces<br />

forma de coliflor, con o sin tallo. La corteza de la<br />

exostosis y su manguito perióstico se continúan de manera<br />

insensible con las <strong>del</strong> hueso vecino. A menudo se<br />

observa una bolsa serosa que recubre a la exostosis.<br />

Por lo general, el cartílago hialino <strong>del</strong> casquete tumoral<br />

llega a tener un grosor de 2-3 mm que, en los adolescentes,<br />

alcanza hasta 1 cm o más. Las exostosis que han<br />

detenido definitivamente su crecimiento, suelen carecer<br />

<strong>del</strong> casquete cartilaginoso.<br />

El tamaño promedio de este tumor es de unos 4 cm.<br />

Con frecuencia, y sobre todo en los grandes<br />

osteocondromas que están en contacto con los músculos<br />

y tendones, se desarrollan bursas revestidas por un tejido<br />

semejante al sinovial, a veces con cuerpos libres condrales<br />

osificados o calcificados.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina en los 2 primeros decenios de la vida.<br />

Sexo. Para la mayoría de los autores, no existe predominio.<br />

Sin embargo, para Dahlin, el 60 % corresponde<br />

al sexo masculino.<br />

Localización. Predomina en los huesos de osificación<br />

endocondral, tales como:<br />

1. Huesos largos: sobre todo en las rodillas (80 %) y en<br />

el húmero.<br />

2. Huesos planos: escápula, pelvis, columna y costilla<br />

(20 %).<br />

Situación. Es un tumor metafisario y excéntrico. En las<br />

lesiones múltiples, puede estar afectada toda la<br />

diáfisis <strong>del</strong> hueso.<br />

Ecografía<br />

La ecografía tiene gran valor para identificar y medir el<br />

grosor y aspecto <strong>del</strong> cartílago que la rodea y que es el asiento<br />

frecuente de la transformación maligna en un condrosarcoma<br />

Condroblastoma benigno<br />

Concepto<br />

Tumor benigno, relativamente raro que se caracteriza por<br />

un tejido muy celular y relativamente indiferenciado, constituido<br />

por células redondeadas o poligonales, semejantes a los<br />

condroblastos de bordes netos, y por células gigantes<br />

multinucleadas de tipo osteoblástico, aisladas o en grupo. En<br />

general se encuentra poco material intercelular, pero es típica<br />

la presencia de pequeñas cantidades de matriz cartilaginosa<br />

intercelular con zonas de calcificaciones focales.<br />

OMS.<br />

Este tumor tiene su origen en focos de células<br />

cartilaginosas epifisarias anormales, tanto en cuanto a su<br />

situación como a su proliferación, que se desarrollan con<br />

posterioridad a la formación completa <strong>del</strong> núcleo epifisario,<br />

pero nunca después de la fusión de este, ya que, para entonces,<br />

no existe el condroblasto.<br />

Sinonimia<br />

Tumor de células gigantes calcificado, osteoblastoma<br />

condromatoso, condroblastoma periférico, condroblastoma<br />

epifisario, tumor condromatoso epifisario de células gigantes<br />

y tumor de Codman.<br />

Patología<br />

Es un tumor de pequeño tamaño que en ocasiones se<br />

haya rodeado por una ligera esclerosis ósea. A veces destruye<br />

la cortical y crece en las partes blandas vecinas.<br />

Aunque se localiza fundamentalmente en las epífisis puede<br />

situarse en las metáfisis, con poca invasión de la epífisis,<br />

lo que lo diferencia <strong>del</strong> fibroma condromixoide, que es<br />

metafisario o yuxtametafisario.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Se presenta casi siempre antes de los 20 años.<br />

Sexo. Existe predominio en el sexo masculino.<br />

Localización. Aparece con más frecuencia en los huesos<br />

largos, como son el fémur (tercio inferior y superior),<br />

la tibia (tercio superior), húmero (tercio superior) y<br />

en otros huesos tubulares, inclusive en las manos y los<br />

pies. También se ha descrito en la pelvis y escápula.<br />

Situación. Es un tumor epifisario que se puede extender<br />

hacia la metáfisis o erosionar al cartílago, y llegar al<br />

espacio articular. Se han descrito casos de este tipo de<br />

tumor, localizados en los núcleos secundarios de osificación,<br />

particularmente en los trocánteres.<br />

Ecografía<br />

De modo excepcional se pueden estudiar estos tumores<br />

con la ecografía, donde ofrecen un aspecto agresivo,<br />

con frecuentes alteraciones en las partes blandas, de ahí<br />

que habitualmente, se utilice el término de condroblastoma<br />

benigno.<br />

Condroma (encondroma)<br />

Nota: este tipo de tumor, por su localización frecuentemente<br />

central y rodeado de la cortical no puede ser estu-<br />

168 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


diado con la ecografía, salvo en aquellos casos en que<br />

ocurre una fractura y se puede precisar la misma.<br />

Fibroma condromixoide<br />

Nota: este tipo de tumor no es susceptible de ser estudiado<br />

con la ecografía.<br />

MALIGNOS<br />

Condrosarcoma<br />

Concepto<br />

Tumor maligno caracterizado porque sus células forman<br />

cartílago, pero no tejido óseo. Las mitosis son poco<br />

frecuentes. El condrosarcoma es relativamente frecuente,<br />

y suele presentarse en sujetos de 30-60 años, raramente en<br />

individuos de menos de 20 años. Al revés de lo que pasa<br />

con los tumores cartilaginosos benignos, que se desarrollan<br />

sobre todo en la parte periférica de los miembros, el<br />

condrosarcoma se observa principalmente en la pelvis, las<br />

costiilas, la cintura escapular, el fémur y el húmero. El<br />

condrosarcoma suele originarse en el tejido central <strong>del</strong> hueso.<br />

Algunos aparecen sin lesión previa, mientras que otros,<br />

denominados a veces «condrosarcomas secundarios», tienen<br />

su origen en un tumor cartilaginoso benigno preexistente,<br />

sobre todo en los casos de exostosis hereditaria múltiple<br />

o de encondromatosis múltiple. La distinción histológica entre<br />

los tumores cartilaginosos benignos y los malignos es a veces<br />

difícil y aún no se ha llegado a un acuerdo general sobre<br />

los criterios precisos que convendría adoptar.<br />

OMS<br />

Sinonimia<br />

Condromixosarcoma, osteocondrosarcoma,<br />

condroblastosarcoma y sarcoma osteogénico.<br />

Patología<br />

Según su localización puede ser central o periférico.<br />

Cuando se localiza en las zonas diafisarias casi siempre es<br />

de tipo central. El de tipo periférico se origina a partir de un<br />

osteocondroma o directamente de la superficie <strong>del</strong> hueso.<br />

A nivel de la diáfisis provoca expansión de ésta con engrosamiento<br />

de la cortical, la cual es invadida por el tumor que,<br />

posteriormente, se extiende por las partes blandas vecinas.<br />

Cuando se está en presencia de una exostosis cuyo<br />

casquete cartilaginoso aparece irregularmente engrosado<br />

y con un espesor mayor de 1 cm, se debe pensar en la<br />

posibilidad de un condrosarcoma.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Este tumor predomina entre los 30-60 años; aparece<br />

pocas veces por debajo de los 20 años. El<br />

condrosarcoma primario predomina en los pacientes<br />

mayores.<br />

Sexo. Existe un ligero predominio en el sexo masculino.<br />

Localización. Es necesario diferenciar las 2 variantes que<br />

presenta y que son las siguientes:<br />

1. Condrosarcoma primario: a diferencia de lo que ocurre<br />

con los tumores cartilaginosos benignos, que se<br />

desarrollan fundamentalmente en la periferia de los<br />

miembros, el condrosarcoma predomina en los huesos<br />

vecinos al tronco, como son: la pelvis, las costillas,<br />

el tercio proximal <strong>del</strong> fémur, tercio distal <strong>del</strong> fémur,<br />

la tibia, el esternón, tercio proximal <strong>del</strong> húmero<br />

y las vértebras; casi nunca se encuentra en las porciones<br />

distales de los miembros.<br />

2. Condrosarcoma secundario: tiene la localización <strong>del</strong><br />

tumor primitivo que le dio origen.<br />

Situación. Suele originarse en la porción central <strong>del</strong> hueso,<br />

aunque a veces es de localización periférica.<br />

Ecografía<br />

La ecografía es de utilidad, sobre todo por la extensión<br />

hacia las partes blandas vecinas, para precisar su relación<br />

con los paquetes vasculonerviosos, así como el compromiso<br />

de la articulación.<br />

TUMORES PRODUCTORES DE HUESO<br />

BENIGNOS<br />

Osteoma osteoide. Osteoblastoma. No son susceptibles<br />

de ser estudiados con la ecografía<br />

MALIGNOS<br />

Osteosarcoma<br />

Concepto<br />

Se trata de un tumor maligno caracterizado por la formación<br />

directa de tejido óseo u osteoide a partir de las<br />

células tumorales. Patológicamente presenta cuadros<br />

histológicos muy variados, pues difieren mucho en la cantidad<br />

de tejido tumoral, óseo u osteoide neoformado, así<br />

como en el pleomorfismo <strong>del</strong> tejido tumoral.<br />

Además de tejido óseo y osteoide, las células tumorales<br />

pueden producir cartílago, tejido fibroso o tejido mixoide.<br />

La división en variedades osteoblásticas, condroblásticas<br />

o fibroblásticas predominantes, no parece útil desde el<br />

punto de vista pronóstico.<br />

OMS<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 169


Sinonimia<br />

Sarcoma osteogénico, sarcoma esclerosante, sarcoma<br />

osteolítico, sarcoma medular, sarcoma subperióstico y<br />

sarcoma periostal.<br />

Patología<br />

Es un tumor de consistencia variable, a veces blando<br />

y friable, o por el contrario, duro y fibroso, con focos de<br />

osificación irregular y cantidades variables de material<br />

condroide. En ocasiones es muy denso. Este tumor se propaga<br />

no solo invadiendo rápidamente la cortical, sino extendiéndose<br />

también a la largo <strong>del</strong> canal medular, lo que es<br />

importante con vistas a su tratamiento.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina entre los 10-20 años. A veces se<br />

presenta en pacientes de mayor edad y casi siempre<br />

asociado a la enfermedad de Paget.<br />

Sexo. Existe predominio en el sexo masculino.<br />

Localización. Es posible afirmar que aproximadamente<br />

la mitad de los casos predominan en los huesos<br />

largos, sobre todo en las rodillas. Este tumor se<br />

localiza pocas veces en las porciónes distales de<br />

los miembros; asimismo, ha sido descrito, con menor<br />

frecuencia, en los huesos planos.<br />

Situación. Se localiza preferentemente en la metáfisis<br />

de los huesos largos, y casi siempre en posición central,<br />

infiltrando e invadiendo los tejidos vecinos.<br />

Ecografía<br />

La ecografía permite detectar áreas de calcificación u<br />

osificación así como las lesiones osteolíticas que expanden<br />

y destruyen la cortical y sobre todo es de gran utilidad<br />

para precisar su extensión por las partes blandas vecinas.<br />

Algunos autores reportan el gran valor <strong>del</strong> DC para seleccionar<br />

el área de mayor actividad tumoral con el fin de<br />

dirigir el sitio de la biopsia<br />

Osteosarcoma yuxtacortical<br />

Concepto<br />

Es un tipo distinto de osteosarcoma, que se caracteriza<br />

por tener su origen en la superficie externa <strong>del</strong> hueso, y<br />

por su gran diferenciación estructural. Estos tumores tienen<br />

un crecimiento relativamente lento, y su pronóstico es<br />

mejor que el <strong>del</strong> osteosarcoma ordinario.<br />

OMS<br />

Sinonimia<br />

Osteosarcoma parostal, sarcoma osteogénico<br />

yuxtacortical, sarcoma osificante parostal, fibrosarcoma<br />

periostal osificante, osteítis crónica, osteoma parostal,<br />

miositis osificante atípica y desmoide óseo.<br />

Patología<br />

Este tumor tiene tendencia a rodear y envolver completamente<br />

al hueso formando masas lobuladas, grandes e irregulares,<br />

en íntima relación con el periostio y la corteza; esta<br />

última puede ser destruida por el tumor, que es capaz de<br />

extenderse a la cavidad medular en las fases avanzadas.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina en los adultos jóvenes, sobre todo<br />

entre los 10-20 años de edad.<br />

Sexo. Para algunos autores es más frecuente en el sexo<br />

masculino, mientras que para otros predomina en<br />

la mujer.<br />

Localización. Este tumor se presenta con más frecuencia<br />

en los huesos largos, sobre todo en la cara<br />

posteroinferior <strong>del</strong> fémur y en la porción superior<br />

<strong>del</strong> húmero. También se ha descrito su presencia en<br />

la tibia, en el hueso ilíaco y en la columna vertebral.<br />

Situación. Predomina en las porciones metafisarias<br />

de los huesos largos, con extensión hacia la diáfisis.<br />

Es de localización excéntrica.<br />

Ecografía<br />

La ecografía es de gran utilidad para diferenciar entre<br />

una miositis osificante y esta variedad de osteosarcoma.<br />

Tumor de células gigantes (osteoclastoma)<br />

Concepto<br />

Se trata de un tumor agresivo, caracterizado por un<br />

tejido muy vascularizado constituido por células fusiformes<br />

u ovoides y por la presencia de numerosas células gigantes<br />

de tipo osteoclástico uniformemente distribuidas por<br />

todo el tejido tumoral. Este tumor es muy raro por debajo<br />

de los 15 años (más frecuente entre 20-40 a), lo que permite<br />

diferenciarlo de ciertas lesiones benignas que se interpretan<br />

como tumores de células gigantes<br />

(condroblastoma, quiste óseo aneurismático y defecto fibroso<br />

metafisario). El tumor de células gigantes recidiva<br />

con frecuencia después <strong>del</strong> curetaje (hasta 50 %) aunque<br />

son pocos los que llegan a producir metástasis pulmonares.<br />

170 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Se ha intentado clasificar este tumor en distintos grados<br />

de malignidad, tomando como criterio histológico la elevada<br />

celularidad y la presencia de numerosas mitosis. Sin<br />

embargo, estos criterios no han resultado satisfactorios.<br />

OMS<br />

Sinonimia<br />

Osteoclastoma, tumor a mieloplaxa y sarcoma de células<br />

gigantes.<br />

Patología<br />

En su crecimiento se ve cómo el tumor abomba al hueso,<br />

con a<strong>del</strong>gazamiento o destrucción de la cortical. Su<br />

aspecto varía de acuerdo con la presencia de hemorragias,<br />

degeneración, necrosis, fibrosis y presencia de áreas<br />

quísticas.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Este tumor predomina entre los 20-40 años. Su<br />

aparición en pacientes menores de 15 años es infrecuente.<br />

Sexo. No existe predominio, aunque para algunos autores<br />

son más frecuentes en la mujer.<br />

Localización. Predomina en los huesos largos (60 %),<br />

sus localizaciones más frecuentes son: tercio inferior<br />

<strong>del</strong> fémur, tercio superior de la tibia, tercio<br />

inferior <strong>del</strong> radio, cabeza de los metacarpianos y<br />

falanges, y extremidades <strong>del</strong> cúbito y peroné. Esta<br />

lesión ha sido descrita también en algunos huesos<br />

planos, sobre todo en la pelvis y en el cráneo. Excepcionalmente<br />

aparece en las vértebras, costillas<br />

y maxilares.<br />

Situación. Se sitúa en la proximidad <strong>del</strong> cartílago articular,<br />

extendiéndose a la metáfisis vecina y casi<br />

siempre en posición excéntrica en relación con el<br />

hueso donde asienta.<br />

Hay 4 criterios fundamentales para su diagnóstico:<br />

. Ocurre en pacientes, con cierre de la epífisis (98-99 %<br />

de los casos).<br />

. La lesión es epifisaria y puede abombar la superficie<br />

articular. La lesión se origina en la epífisis y se extiende<br />

a la metáfisis.<br />

. Se sitúan excéntricamente en las epífisis aunque, cuando<br />

son grandes, se hacen centrales.<br />

. La lesión tiene bordes nítidos pero no escleróticos, salvo<br />

en la pelvis y en el calcáneo.<br />

Ecografía<br />

Nos puede ofrecer información valiosa en este tipo<br />

de tumor dado el frecuente a<strong>del</strong>gazamiento e interrupción<br />

de la cortical lo que permite visualizar su aspecto quístico<br />

muchas veces con nivel líquido en su interior. La ausencia<br />

de reacción perióstica es otro signo evidenciable en la<br />

ecografía.<br />

TUMORES QUE SE ORIGINAN<br />

DE LA MÉDULA ÓSEA<br />

Sarcoma de Ewing<br />

Concepto<br />

Tumor maligno caracterizado por un tejido de aspecto<br />

histológico bastante uniforme, constituido por pequeñas<br />

células dispuestas en conglomerados compactos, con núcleos<br />

redondos y sin límites citoplasmáticos netos ni<br />

nucléolos que destaquen. Con frecuencia existen tabiques<br />

fibrosos que dividen el tejido tumoral en masas irregulares.<br />

En él no se observa la red intercelular de fibras de reticulina<br />

característica <strong>del</strong> reticulosarcoma. La naturaleza y el origen<br />

de este tumor son objeto de controversia desde que Ewing<br />

lo describió, en 1921, con el nombre de mieloma endotelial.<br />

Las dificultades que ofrece el diagnóstico diferencial entre<br />

este tumor y el grupo de los tumores malignos óseos de<br />

células redondas (especialmente entre el sarcoma de ewing,<br />

el reticulosarcoma y el neuroblastoma metastásico), son harto<br />

conocidas. El sarcoma de Ewing metastiza pronto en los<br />

pulmones, en el hígado y en otros huesos. Su marcada tendencia<br />

a afectar otros huesos ha hecho pensar en la posibilidad<br />

de un origen multicéntrico.<br />

OMS<br />

Sinonimia<br />

Endotelioma óseo difuso, mieloma endotelial, sarcoma<br />

endotelial, hemangioendotelioma, omoblastoma,<br />

linfangioendotelioma primario intracortical y subperiostal<br />

y endotelioma solitario difuso.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina entre los 5-15 años; casi nunca se presenta<br />

por encima de los 30 años, en cuyo caso hay<br />

que pensar en metástasis de un carcinoma. Si ocurre<br />

por debajo de los 5 años es preciso descartar la metástasis<br />

de un neuroblastoma o una leucosis aguda.<br />

Sexo. Aparece con más frecuencia en el sexo masculino.<br />

Localización. Predomina en los huesos largos de las<br />

extremidades, sobre todo en el fémur, la tibia, el<br />

húmero y peroné. También se ha descrito en los<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 171


huesos planos: el cráneo, las costillas, pelvis y escápula.<br />

Es el tumor maligno que afecta con más<br />

periodicidad a la clavícula, el peroné y la escápula.<br />

Situación. Predomina en las diáfisis y metáfisis de los<br />

huesos largos, aunque a veces ocupa gran parte <strong>del</strong><br />

hueso; puede ser de localización central o excéntrica.<br />

No han sido vistos casos de localización puramente<br />

epifisaria.<br />

Ecografía<br />

En su localización periférica estas lesiones simulan<br />

los hallazgos de una osteomielitis y llama la atención las<br />

marcadas alteraciones de las partes blandas y el grado de<br />

reacción perióstica.<br />

Mieloma múltiple<br />

Concepto<br />

Tumor maligno que suele provocar una afección múltiple<br />

o difusa <strong>del</strong> hueso y que se caracteriza por la presencia<br />

de células redondas <strong>del</strong> tipo de las células plasmáticas,<br />

pero con diversos grados de inmadurez e incluso con formas<br />

atípicas. La mayor parte de los mielomas provocan<br />

lesiones óseas múltiples (mieloma multiple y mielomatosis),<br />

constituyendo así uno de los procesos malignos más frecuentes<br />

<strong>del</strong> esqueleto.<br />

El mieloma suele observarse entre los 50-70 años de<br />

edad y sus localizaciones más frecuentes son la columna<br />

vertebral, la pelvis, las costillas, el esternón y el cráneo.<br />

Mucho menos se encuentra una lesión ósea aparentemente<br />

solitaria con estructura de mieloma. El diagnóstico de<br />

mieloma solitario debe hacerse siempre con gran cautela,<br />

pues la mayor parte de los casos evolucionan hacia la<br />

mielomatosis generalizada.<br />

OMS<br />

Sinonimia<br />

Mieloma de células plasmáticas, plasmocitoma y<br />

mielomatosis.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina entre los 50-70 años; casi nunca<br />

aparece en pacientes por debajo de los 30 años.<br />

Sexo. Existe un discreto predominio en el sexo<br />

masculino.<br />

Localización. La mayoría de las lesiones mielomatosas<br />

diagnosticadas radiológicamente se localizan en los<br />

huesos planos y cortos, dada la riqueza de éstos en<br />

médula hematopoyética. Dichas lesiones casi siempre<br />

aparecen de manera generalizada, tomando en<br />

orden de frecuencia: las vértebras, costillas, el cráneo,<br />

la pelvis, el fémur, la clavícula, escápula, el<br />

húmero, esternón, etc. Otras veces se presentan en<br />

forma localizada interesando el fémur, húmero, las<br />

vértebras, el ilíaco y cráneo, pero, por lo general,<br />

en su evolución interesan gran parte <strong>del</strong> esqueleto.<br />

Situación. La situación varía de acuerdo con las diferentes<br />

localizaciones <strong>del</strong> tumor. En el cráneo, las<br />

lesiones predominan en la bóveda; mientras que en<br />

las vértebras prefieren la columna lumbar y dorsal,<br />

sobre todo a nivel <strong>del</strong> cuerpo vertebral. En los<br />

huesos largos, las lesiones, que son más extensas<br />

en las diáfisis, se extienden con posterioridad hacia<br />

las metáfisis vecinas.<br />

Ecografía<br />

La ecografía solo es útil en las lesiones periféricas, y<br />

muy especialmente en las lesiones osteolíticas <strong>del</strong> cráneo<br />

y de las costillas que abomban las partes blandas vecinas.<br />

Su sospecha diagnóstica debe complementarse con el cuadro<br />

clínico y hematológico <strong>del</strong> paciente.<br />

Linfosarcoma óseo<br />

Concepto<br />

Tumor linfoide maligno, caracterizado por la presencia<br />

de células bien diferenciadas, <strong>del</strong> tipo linfocítico, o escasamente<br />

diferenciadas, <strong>del</strong> tipo linfoblástico. El<br />

linfosarcoma primitivo <strong>del</strong> hueso es una lesión sumamente<br />

rara que hay que distinguir de las localizaciones óseas secundarias<br />

<strong>del</strong> linfosarcoma.<br />

OMS.<br />

Sinonimia<br />

Linfoma óseo maligno.<br />

Patología<br />

Puede localizarse en cualquier porción de un hueso<br />

largo e inclusive invadir una porción extensa de éste.<br />

Las lesiones predominan a veces en las metáfisis con<br />

extensión a las partes blandas vecinas. Existen también<br />

numerosas lesiones osteolíticas que en ocasiones manifiestan<br />

cierto grado de esclerosis irregular, que provoca que<br />

se le confunda con una osteomielitis crónica.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Puede presentarse a cualquier edad, aunque es<br />

infrecuente verlo en pacientes muy jóvenes.<br />

Sexo. Aparece con más frecuencia en el sexo femenino.<br />

Localización. Predomina en los huesos largos, aunque<br />

también ha sido visto en la columna vertebral,<br />

172 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


pelvis, el cráneo, las costillas, la escápula y los huesos<br />

cortos de la mano.<br />

Situación. Casi siempre ocupa gran parte de la diáfisis<br />

o porción vecina de la metáfisis.<br />

Ecografía<br />

La ecografía solo ofrece información en aquellas lesiones<br />

periféricas y muy extensas comportándose como<br />

una lesión muy agresiva.<br />

TUMORES DE ORIGEN VASCULAR.<br />

TUMORES VASCULARES INTERMEDIOS<br />

O INDETERMINADOS<br />

Hemangioendotelioma<br />

Concepto<br />

Tumor invasor pero que, prácticamente, no metastiza,<br />

caracterizado por la presencia de cordones celulares macizos<br />

y estructuras endoteliales vasculares. Las células<br />

endoteliales suelen ser prominentes y gruesas, pero el tumor<br />

no presenta las características histológicas francamente<br />

malignas <strong>del</strong> angiosarcoma. Es un tumor muy raro. En general,<br />

presenta las mismas características histológicas que<br />

el tumor de los tejidos blandos que lleva el mismo nombre.<br />

Suele recidivar localmente después de la ablación, pero rara<br />

vez da metástasis. Como en el caso de otros tumores<br />

vasculares <strong>del</strong> hueso, las lesiones pueden ser múltiples.<br />

OMS.<br />

Este tumor se localiza, preferentemente, en las vértebras<br />

lumbares, pelvis, y, a veces, interesa varios huesos de<br />

modo simultáneo.<br />

Desde el punto de vista radiológico determinan zonas<br />

de osteólisis únicas o múltiples, susceptibles de detectar<br />

con la ecografía.<br />

Hemangiopericitoma<br />

Se forma de las células de Zimmerman, que se ubican<br />

alrededor de los espacios vasculares revestidos por una<br />

sola capa de células endoteliales y rodeados por zonas de<br />

proliferación celular. Es de agresividad intermedia y puede<br />

ser benigno o maligno.<br />

La clínica es de dolor y edema de larga duración,<br />

hasta que se logra evidenciar la lesión tumoral. Generalmente<br />

se localiza en el muslo y en la axila. La lesión<br />

primaria en el hueso es rara (vértebras, costillas y pelvis<br />

ósea).<br />

Edad: 15-45 años<br />

Ecografía<br />

No hay ningún signo sugestivo de este diagnóstico y<br />

el DC puede mostrar el grado de vascularización de la<br />

lesión y servir de guía para la toma de la biopsia, evitando<br />

un sangramiento innecesario.<br />

ANGIOSARCOMA<br />

Concepto<br />

Tumor maligno caracterizado por la formación de conductos<br />

vasculares irregulares y anastomóticos, revestidos<br />

de una o más capas de células endoteliales atípicas, de<br />

aspecto frecuentemente inmaduro y que se acompaña de<br />

masas compactas de un tejido escasamente diferenciado o<br />

anaplásico. El angiosarcoma <strong>del</strong> hueso es un tumor raro.<br />

El angiosarcoma es muy maligno y metastiza rápidamente<br />

en los pulmones. Pueden coexistir angiosarcomas múltiples<br />

en los huesos o en los huesos y tejido blando.<br />

OMS.<br />

Sinonimia<br />

Angioblastoma, angioendotelioma, hemangiosarcoma,<br />

hemangioma maligno, sarcoma telangiectásico y aneurisma<br />

óseo maligno.<br />

Patología<br />

Este tumor, que es de consistencia blanda, mal <strong>del</strong>imitado<br />

<strong>del</strong> tejido que la rodea, revela su carácter vascular<br />

por la coloración rojo intenso o pardo que presenta. Otras<br />

veces tiene un aspecto más sólido y blanquecino.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. No existe edad predominante, aunque se describe<br />

con relativa frecuencia en los individuos jóvenes.<br />

Sexo. No hay predominio por ningún sexo.<br />

Localización. Se ha descrito su presencia en el cráneo,<br />

la clavícula, escápula, las costillas, el ilíaco,<br />

fémur, la tibia, el peroné, radio, carpo, tarso, etc.<br />

Puede lesionar un solo hueso o presentarse de modo<br />

simultáneo en diferentes huesos <strong>del</strong> esqueleto.<br />

Situación Es de localización metafisaria, aunque a<br />

veces se extiende a las epífisis.<br />

Ecografía<br />

La ecografía con técnica Doppler puede ser de utilidad<br />

en estos casos y sobre todo para guiar el sitio de una<br />

punción espirativa.<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 173


Tumor glómico. Glomangioma<br />

Lesión benigna constituida por células redondas, uniformes,<br />

íntimamente asociadas a estructuras vasculares.<br />

Se localiza predominantemente en el dorso de la falange<br />

distal de las manos y los pies. Se origina a expensas de las<br />

partes blandas y rara veces es óseo, en cuyo caso puede<br />

haber componente osteolítico de la falange, aunque también<br />

puede ocurrir por compresión vecina. Es una lesión<br />

muy dolorosa.<br />

En la ecografía se puede visualizar una imagen quística<br />

que erosiona la falange ósea vecina y que puede aparecer<br />

ligeramente vascularizada con el DC.<br />

TUMORES ÓSEOS QUE SE ORIGINAN<br />

DEL TEJIDO CONECTIVO<br />

BENIGNOS<br />

Lipoma. Fibroma desmoplástico. Histiocitoma fibroso<br />

benigno (fibroxantoma).<br />

Nota: Las lesiones óseas benignas dependientes <strong>del</strong><br />

tejido conectivo, no ofrecen información en la Ecografía.<br />

MALIGNOS<br />

Fibrosarcoma. Fibrohistiocitoma maligno<br />

Concepto<br />

Tumor maligno que se caracteriza por la presencia de<br />

haces entrelazados de fibras colágenas, formados por las<br />

células tumorales, así como por la ausencia de otros tipos<br />

de diferenciación histológica, tales como la formación de<br />

cartílago o hueso.<br />

Al principio, el fibrosarcoma óseo se clasificaba con los<br />

osteosarcomas, pero, actualmente, se admite que constituye<br />

una categoría independiente. El fibrosarcoma suele desarrollarse<br />

en los huesos largos, especialmente en la parte inferior<br />

<strong>del</strong> fémur y en la superior de la tibia, y aparece en edades más<br />

tardías que el osteosarcoma (sobre todo entre los 20-70 años).<br />

Su imagen radiológica es la de una lesión osteolítica.<br />

OMS.<br />

Sinonimia<br />

Fibrosarcoma central, fibrosarcoma endostal,<br />

fibrosarcoma medular y osteofibrosarcoma.<br />

Patología<br />

Ambos son tumores fibrosos malignos con presentación<br />

imagenológica similar y anatomopatológica algo diferentes,<br />

pero bastante similares, en vista de lo cual se<br />

tratan como una sola entidad imagenológica. El<br />

histiocitoma maligno, originalmente clasificado por los<br />

patólogos como fibrosarcoma, es un tumor relativamente<br />

frecuente en los huesos y en las partes blandas, aunque<br />

radiológicamente se comporta de manera similar al<br />

fibrosarcoma, y como éste puede presentar lesiones<br />

osteolíticas pequeñas o grandes, así como secuestros. Algunos<br />

autores preconizan que se tratan de lesiones de partes<br />

blandas que infiltran e invaden al tejido óseo. Algunas<br />

veces este tumor aparece constituido por una masa de tejido<br />

fibroso duro; otras, por el contrario, es de consistencia<br />

blanda, carnoso o inclusive con aspecto mixoide. La infiltración<br />

<strong>del</strong> hueso por la general es irregular, aunque se<br />

han descrito casos con limites regulares. Por lo común<br />

contiene zonas necróticas y de hemorragias, y en su crecimiento<br />

invade la cortical, extendiéndose hacia las partes<br />

blandas vecinas.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Predomina entre los 20-60 años, aunque aparece<br />

en edades más tardías que el osteosarcoma.<br />

Sexo. No existe predilección por uno u otro sexo.<br />

Localización. Afecta principalmente los huesos largos;<br />

interesa sobre todo la región de la rodilla. También<br />

se ha descrito su presencia en las costillas, el<br />

radio, cúbito, húmero, la escápula y pelvis.<br />

Situación. Predomina en las zonas metafisarias con<br />

extensión a veces a las diáfisis. Puede ser central o<br />

excéntrico.<br />

Ecografía<br />

La ecografía sólo sirve para precisar su extensión por<br />

las partes blandas vecinas y para ayudar a seleccionar el<br />

sitio de la biopsia.<br />

Cordoma<br />

Concepto<br />

Tumor maligno caracterizado por una disposición<br />

lobular <strong>del</strong> tejido que, de ordinario, está constituido por células<br />

muy vacuoladas (células fisaliferas) y por una sustancia<br />

mucoide intercelular. Este tumor solo aparece a la largo<br />

<strong>del</strong> eje <strong>del</strong> esqueleto, lo cual, unido a su estructura histológica,<br />

hace pensar que tiene un origen notocordal. El cordoma predomina<br />

en el sexo masculino y solo aparece en el eje <strong>del</strong><br />

esqueleto, sobre todo en las regiones sacra y esfenooccipital;<br />

raramente afecta a las vértebras intermedias.<br />

OMS<br />

174 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Sinonimia<br />

No existe.<br />

Patología<br />

Es un tumor de consistencia variable, a veces blando y<br />

otras sólido, lo que depende de la presencia de áreas<br />

quísticas, focos de necrosis y zonas de hemorragias. Su<br />

aspecto es lobulado y su superficie de sección tiene una<br />

apariencia mucinosa o gelatinosa. En ocasiones es<br />

translúcido y recuerda al condrosarcoma.<br />

Cuando la tumoración no es muy extensa, o no ha sido<br />

tratada, se puede identificar una cápsula fina de tejido fibroso,<br />

la que le da aspecto encapsulado, excepto en la zona<br />

en que invade al hueso. Algunos cordomas presentan focos<br />

de calcificación u osificación.<br />

Edad, sexo, localización y situación<br />

Edad. Este tumor se puede ver en la infancia y adolescencia<br />

aunque es más frecuente en edades por<br />

encima de los 40 años.<br />

Sexo. Para algunos autores predomina en el sexo<br />

masculino.<br />

Localización. Se localiza, preferentemente, en el eje<br />

<strong>del</strong> esqueleto, sobre todo en la región sacra y en la<br />

unión craneoespinal. Aunque raras veces se implanta<br />

en las vértebras intermedias, si lo hace aparece<br />

en el siguiente orden de frecuencia: en la columna<br />

cervical, dorsal y lumbar.<br />

Situación. En la columna vertebral predomina en la<br />

región sacrococcígea, y en el cráneo en la región<br />

<strong>del</strong> clivus.<br />

Ecografía<br />

Cuando estos tumores asientan en la pelvis ósea pueden<br />

llegar a adquirir gran tamaño y se extienden por la<br />

región glútea y hacia la excavación pélvica. La ecografía<br />

es de gran valor en estos casos viéndose la imagen tumoral<br />

que desplaza los músculos de la región glútea. Otras veces<br />

se confirma su crecimiento hacia la pelvis, donde provoca<br />

compresión de la vejiga y <strong>del</strong> recto, bien identificables en<br />

la ecografía.<br />

TUMORES DE LAS PARTES BLANDAS (PB)<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La principal aspiración en la evaluación radiográfica<br />

de un tumor de las partes blandas (PB) es: su detección,<br />

identificación de un posible diagnóstico específico o de un<br />

razonable diagnóstico diferencial y su estadiamiento, todo<br />

lo cual se ha mejorado notablemente en los últimos años,<br />

con el empleo de la TAC y sobre todo de la IRM, que<br />

permiten su más rápida detección y estadiamiento, dada la<br />

facilidad en precisar sus límites anatomopatológicos. En<br />

los últimos años, el USAR se ha convertido en la herramienta<br />

inicial de estudio de estas lesiones. Se calcula que<br />

son capaces de establecer un diagnóstico relativamente<br />

específico en el 25-50 % de estos tumores.<br />

La evaluación imagenológica de estos tumores es bastante<br />

similar a la descrita anteriormente en los tumores<br />

óseos, y en particular, en los tumores de las PB. La incidencia<br />

de los tumores benignos de las PB es muy alta,<br />

sobrepasando con mucho a los tumores malignos. Si bien,<br />

existen múltiples variedades, ellos pueden agruparse en 2<br />

grandes categorías:<br />

-Lesiones benignas: lipomas, histiocitoma fibroso,<br />

fascitis nodular, neoplasia neurogénica,<br />

hemangiomas, fibromatosis, sinovitis pigmentada,<br />

gangliones quístico, etc.<br />

-Lesiones malignas: fibrohistiocitoma maligno,<br />

fibrosarcoma, liposarcoma, sarcomas inespecíficos<br />

de células fusiformes, leiomiosarcoma,<br />

rabdomiosarcoma, tumores malignos de las vainas<br />

de los nervios periféricos, dermatofibrosarcoma<br />

protuberans y sarcoma sinovial.<br />

CLASIFICACIÓN. PRINCIPIOS<br />

DE LA CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL<br />

DE LOS TUMORES DE PARTES BLANDAS<br />

Una clasificación precisa de estos tumores ha de basarse<br />

en una estrecha correlación entre el cuadro clínico y<br />

el histológico, apoyados en los datos <strong>del</strong> laboratorio y de<br />

la imagenología. Para establecer un diagnóstico correcto<br />

es importante considerar los aspectos siguientes:<br />

1. Datos de la historia clínica que incluyen edad, sexo,<br />

raza, antecedentes patológicos personales y familiares,<br />

exposición a radiaciones, polvos, etc.<br />

2. Una exploración física completa que incluya la localización<br />

precisa <strong>del</strong> tumor, su relación con la piel y órganos<br />

vecinos, su carácter único o múltiple, velocidad<br />

de crecimiento, tamaño, movilidad, consistencia, etc.<br />

Así, tenemos que:<br />

Si se trata de un tumor nodular, profundo y voluminoso,<br />

es probable que sea un liposarcoma.<br />

Si comienza en las capas profundas y crece hacia la<br />

piel produciendo una masa fungosa, rojo oscura, debe<br />

pensarse en un rabdomiosarcoma.<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 175


Si produce un engrosamiento fusiforme, que se moviliza<br />

lateralmente, pero no en el eje mayor de la extremidad,<br />

es casi seguro que sea un tumor de las vainas.<br />

Si se trata de una lesión subungueal, que produce ataques<br />

paroxísticos de dolor, se debe sospechar la presencia<br />

de un tumor glómico.<br />

CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL<br />

DE LOS TUMORES DE LOS TEJIDOS<br />

BLANDOS DE F. M. ENZINGER<br />

Y COLABORADORES<br />

I. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />

flbroso<br />

BENIGNOS<br />

A. Fibromas<br />

1. Fibroma duro.<br />

2. Fibroma blando (fibrolipoma).<br />

3 Dermatofibroma (histiocitoma, hemangioma<br />

esclerosante).<br />

4. Elastofibroma (dorsal).<br />

B. Fibromatosis<br />

1. Fibroma cicatrizal (de amputación).<br />

2. Queloide.<br />

3. Fascitis nodular (fibromatosis seudosarcomatosa).<br />

4. Fibromatosis <strong>del</strong> pene.<br />

5. Fibromatosis por irradiación.<br />

6. Fibromatosis <strong>del</strong> cuello.<br />

7. Fibromatosis palmar.<br />

8. Fibroma aponeurótico juvenil (fibroma calcificante).<br />

9. Fibromatosis plantar.<br />

10. Fibroma nasofaríngeo (angiofibroma juvenil).<br />

11. Fibromatosis abdominal (desmoide abdominal).<br />

12. Fibromatosis progresiva (desmoide extraabdominal).<br />

13. Fibromatosis congénita generalizada.<br />

14. Fibrosis retroperitoneal idiopática.<br />

MALIGNOS<br />

C. Dermatofibrosarcoma protuberans.<br />

D. Fibrosarcoma.<br />

II. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong> tejido<br />

adiposo<br />

BENIGNOS<br />

1. Lipoma (incluye el fibrolipoma y el angiolipoma).<br />

2. Lipoma intramuscular (lipoma infiltrante).<br />

3. Hibernoma.<br />

4. Angiomiolipoma.<br />

5. Mielolipoma.<br />

6 Lipoblastomatosis (lipoma fetal).<br />

7 Lipomatosis difusa.<br />

MALIGNOS<br />

Liposarcoma y sus variedades:<br />

1. Predominantemente bien diferenciado.<br />

2. Predominantemente mixoide (embrionario).<br />

3. Predominantemente de células redondas.<br />

4. Predominantemente pleomórfico (escasamente diferenciado).<br />

5 De tipo mixto.<br />

III. Tumores <strong>del</strong> tejido muscular<br />

A. Músculo liso.<br />

BENIGNOS.<br />

1. Leiomioma.<br />

2. Angiomioma (leiomioma vascular).<br />

3. Leiomioma epitelioide (atípico o leiomioblastoma).<br />

MALIGNOS.<br />

Leiomiosarcoma.<br />

Músculo estriado.<br />

BENIGNOS.<br />

Rabdomioma.<br />

MALIGNOS.<br />

Rabdomiosarcoma y sus variedades:<br />

1. Predominantemente embrionario.<br />

2. Predominantemente alveolar.<br />

3. Predominantemente pleomórfico.<br />

4. Mixto.<br />

IV. Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />

sanguíneos<br />

BENIGNOS.<br />

1. Hemangiomas.<br />

A. Hemangioendotelioma benigno.<br />

B. Hemangioma capilar (juvenil).<br />

C. Hemangioma cavernoso.<br />

176 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


D. Hemangioma venoso.<br />

E. Hemangioma racemoso (cirsoide): arterial, venoso o<br />

arteriovenoso.<br />

2. Hemangioma intramuscular: capilar, cavernoso o<br />

arteriovenoso.<br />

3. Hemangiomatosis generalizada.<br />

4. Hemangiomatosis con o sin fístulas arteriovenosas<br />

congénitas.<br />

5. Hemangiopericitoma benigno.<br />

6. Tumor glómico (glomangioma).<br />

7. Angiomioma (leiomioma vascular).<br />

8. Granuloma telangiectásico.<br />

MALIGNOS.<br />

1. Hemangioendotelioma maligno (angiosarcoma).<br />

2. Hemangiopericitoma maligno.<br />

V. Tumores y lesiones seudotumorales de los vasos<br />

linfáticos<br />

BENIGNOS<br />

1. Linfangioma.<br />

a) Variedad simple o papilar.<br />

b) Variedad cavernosa.<br />

c) Variedad quística.<br />

2. Linfangiomioma.<br />

3. Linfangiomatosis generalizada.<br />

MALIGNOS<br />

1. Linfangioendotelioma maligno (linfangiosarcoma).<br />

VI. Tumores <strong>del</strong> tejido sinovial<br />

BENIGNOS<br />

1. Sinovioma benigno.<br />

MALIGNOS<br />

1. Sarcoma sinovial (sinovioma maligno) y sus variedades.<br />

a) predominantemente bifásico (células fusiformes y<br />

con características epitelioides).<br />

b) predominantemente monofásico (células fusiformes<br />

o con características epitelioides).<br />

VII. Tumores <strong>del</strong> tejido mesotelial<br />

BENIGNOS.<br />

Mesotelioma.<br />

a) predominantemente epitelioide.<br />

b) predominantemente fibroso (células fusiformes).<br />

c) predominantemente bifásico.<br />

MALIGNO.<br />

Mesotelioma.<br />

a) predominantemente epitelioide.<br />

b) predominantemente fibroso (células fusiformes).<br />

c) bifásico.<br />

VIII. Tumores y lesiones seudotumorales de los nervios<br />

periféricos<br />

BENIGNOS.<br />

1. Neuroma traumático (de amputación).<br />

2. Neurofibroma.<br />

3. Neurilemoma (Schwannoma).<br />

4. Neurofibromatosis generalizada.<br />

MALIGNOS<br />

1.Schwannoma maligno (sarcoma neurogénico o<br />

neurofibrosarcoma).<br />

2 Tumores periféricos <strong>del</strong> neuroectodermo primitivo.<br />

IX. Tumores de los ganglios simpáticos<br />

BENIGNOS<br />

Ganglioneuroma.<br />

MALIGNOS<br />

1. Neuroblastoma (simpaticoblastoma, simpaticogonioma).<br />

2. Ganglioneuroblastoma.<br />

X. Tumores de las estructuras paraganglionares<br />

1. Feocromocitoma.<br />

a) benigno.<br />

b) maligno.<br />

2. Quemodectoma (paraganglioma no cromafín).<br />

a) benigno.<br />

b) maligno.<br />

3. Paragangliomas no clasificados.<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 177


XI. Tumores y lesiones seudotumorales <strong>del</strong><br />

mesénquima pluripotencial<br />

BENIGNOS<br />

Mesenquimoma.<br />

MALIGNOS<br />

Mesenquimoma.<br />

XII. Tumores de vestigios de estructuras embrionarias<br />

BENIGNOS<br />

Cordoma<br />

MALIGNOS<br />

Cordoma.<br />

XIII. Tumores originados, posiblemente, en células<br />

germinales extragonadales<br />

BENIGNOS<br />

Teratoma (quiste dermoide).<br />

MALIGNOS<br />

1. Teratocarcinoma.<br />

2. Carcinoma embrionario.<br />

3. Coriocarcinoma.<br />

XIV. Tumores de histogénesis controvertida o insegura<br />

BENIGNOS<br />

1. Tumor de células granulosas (mioblastoma de células<br />

granulosas).<br />

2. Condroma de partes blandas.<br />

3. Osteoma de partes blandas.<br />

4. Glioma nasal (ganglioglioma).<br />

5. Tumor de los corpúsculos de Pacini.<br />

6. Tumor adenomatoide <strong>del</strong> aparato genital<br />

7. Mixoma.<br />

8. Progonoma melánico (tumor <strong>del</strong> anclaje retiniano, tumor<br />

neuroectodérmico<br />

Melánico infantil).<br />

9. Hamartoma fibroso infantil.<br />

MALIGNOS<br />

1. Sarcoma alveolar de partes blandas (mioblastoma<br />

organoide maligno de células granulosas).<br />

2. Tumor maligno de células granulosas (mioblastoma<br />

maligno no organoide, de células granulosas).<br />

3. Condrosarcoma de partes blandas.<br />

4. Osteosarcoma de partes blandas.<br />

5. Tumor maligno de células gigantes de partes blandas.<br />

6. Fibroxantoma maligno (histiocitoma maligno).<br />

7. Sarcoma de Kaposi.<br />

8. Sarcoma de células claras de los tendones y<br />

aponeurosis.<br />

XV. Lesiones de los tejidos blandos no neoplásicos,<br />

o de carácter neoplásico discutible, que resultan<br />

de interés por su parecido con las neoplasias<br />

verdaderas<br />

A. Grupo <strong>del</strong> xantoma.<br />

1. Fibroxantoma (histiocitoma fibroso).<br />

a) fibroxantoma atípico.<br />

2. Xantoma.<br />

3. Xantogranuloma juvenil.<br />

4. Xantogranuloma retroperitoneal (oberling).<br />

5. Tenosinovitis nodular (tumor de células gigantes de las<br />

vainas tendinosas y sinovitis pigmentada villonodular).<br />

B. Ganglión.<br />

C. Mixedema localizado.<br />

D. Miositis osificante.<br />

E. Miositis proliferante.<br />

F. Hamartoma linfoide.<br />

XVI. Cualquier lesión tumoral o seudotumoral<br />

de partes blandas que no esté incluida<br />

en los capítulos anteriores<br />

EVALUACIÓN IMAGENOLÓGICA<br />

Esta evaluación debe iniciarse con un estudio radiológico<br />

simple y un estudio con la ecografía, preferentemente con<br />

técnica de Doppler color, muchas veces olvidadas y sustituidas<br />

por técnicas muy costosas. El estudio radiológico simple<br />

nos puede mostrar que la aparente lesión tumoral de las<br />

PB es provocada por una lesión ósea vecina (exostosis);<br />

otras veces la presencia de calcificaciones habla a favor de<br />

un hemangioma, una condromatosis sinovial o una miositis<br />

osificante. Estas calcificaciones se evidencian aún mejor<br />

con la ecografía, la TAC y en ocasiones con la IRM.<br />

Otras veces la radiografía simple nos brinda información<br />

complementaria sobre la agresividad de la lesión<br />

tumoral de las PB (reacción perióstica, destrucción de la<br />

cortical o invasión de la médula ósea).<br />

178 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Las ventajas de la TAC, de la IRM y de la ecografía<br />

en relación con la radiología simple en la evaluación de<br />

estas lesiones se debe, sobre todo, a su superior resolución<br />

de contraste y posibilidad de su estadiamiento.<br />

La ecografía es una de las técnicas ideales en la detección<br />

de los tumores de las PB, habiéndose demostrado su<br />

utilidad también en los tumores óseos, que se extienden por<br />

las PB vecinas. La ecografía permite determinar el tamaño<br />

y la consistencia de las lesiones de las PB, principalmente<br />

para diferenciar entre lesión quística y sólida. También es de<br />

utilidad para diferenciar una masa localizada, de un edema<br />

difuso, así como para precisar la localización intraarticular o<br />

extraarticular de una tumoración. Si bien no permite diferenciar<br />

una lesión benigna de una maligna puede servir de guía<br />

para una punción aspirativa con aguja fina o biopsia.<br />

En los casos en que se sospecha una masa de las PB,<br />

la mayoría de los autores prefieren utilizar la ecografía<br />

como método inicial de estudio, lo que puede ser seguido<br />

de un estudio con IRM y posteriormente una biopsia. La<br />

introducción <strong>del</strong> Doppler color (DC) permite evaluar el<br />

grado de vascularización de las masas tumorales, así como<br />

identificar algunas lesiones inflamatorias. También se ha<br />

utilizado, para monitorear los efectos de la quimioterapia<br />

en los pacientes con tumores malignos, basándose en los<br />

cambios de la vascularización tumoral y de la perfusión.<br />

Si bien la ecografía es de gran valor en la evaluación<br />

de las masas <strong>del</strong> SOMA, se trata de una técnica poco específica.<br />

Los tumores sólidos benignos y malignos, los<br />

linfomas, los tumores de los nervios, etc., se presentan como<br />

lesiones hipoecoicas inespecíficas. Como signos de malignidad<br />

se describen: bordes irregulares, textura heterogénea<br />

y distorsión de la arquitectura debido a infiltración de los<br />

tejidos vecinos. Las tumoraciones benignas tienden a desplazar<br />

y no a invadir las estructuras cercanas, y por lo<br />

general presentan un contorno nítido y una ecotextura homogénea.<br />

No obstante, hay algunos sarcomas que pueden<br />

mostrar límites nítidos y tener una textura homogénea,<br />

sobre todo los de pequeño tamaño.<br />

A pesar de la información que ofrecen la ecografía y<br />

la IRM, en la mayoría de los casos, se hace necesario realizar<br />

una biopsia, preferentemente guiada por la ecografía.<br />

Las lesiones profundas requieren de transductores entre<br />

3,5 y 5 mhz.<br />

Como ya hemos señalado, el DC ofrece una información<br />

<strong>del</strong> flujo, lo que permite determinar el grado de<br />

vascularización, la dirección <strong>del</strong> mismo, así como realizar<br />

un estudio cuantitativo. Se ha utilizado para demostrar las<br />

características biológicas de los tumores malignos y para<br />

monitorear la inhibición de la neovascularización tumoral,<br />

con el uso de agentes citotóxicos, que actúan directamente<br />

sobre la red vascular. El DC permite visualizar el origen y<br />

el patrón de los vasos que suplen a las masas sólidas, así<br />

como demostrar el flujo sanguíneo intratumoral. La ausencia<br />

de este flujo puede deberse a la existencia de un<br />

flujo de muy baja velocidad, no posible de detectar con el<br />

Doppler, lo que ocurre con frecuencia en los tumores muy<br />

grandes con extensas áreas de necrosis.<br />

En los tumores malignos se han podido identificar en<br />

el Doppler 2 tipos de señales diferentes, que pueden coexistir<br />

en el mismo tumor y que predominan en su periferia,<br />

que es el área de propagación. Se pueden ver señales<br />

altas, con o sin aumento <strong>del</strong> flujo diastólico, expresión de<br />

una fístula arteriovenosa; otras veces se obtienen señales<br />

de baja impedancia, con ligera variación sisto-diastólica,<br />

posiblemente por la presencia de espacios sinusoidales de<br />

paredes finas.<br />

En los tumores malignos y en los tumores óseos, con<br />

extensión a las PB, es frecuente la presencia de señales<br />

Doppler de alta frecuencia; no sucede lo mismo en las lesiones<br />

benignas. No obstante, en los abscesos puede verse<br />

un anillo periférico de vascularización.<br />

La mayoría de los autores están de acuerdo conque los<br />

parámetros que se deben evaluar en el DC son: cambios<br />

en el flujo sanguíneo intratumoral y cambios en la suplencia<br />

sanguínea tumoral a través de las arterias nutrientes.<br />

El primer parámetro puede evaluarse cualitativamente<br />

y semicuantitativamente. Estos pacientes deben ser estudiados<br />

previos al tratamiento, así como valorando el grado de<br />

destrucción cortical, si este existe. Se deben identificar áreas<br />

de necrosis tumoral y de calcificación u osificación.<br />

La cantidad <strong>del</strong> flujo intratumoral, puede determinarse<br />

con el Doppler en una escala de 4 puntos:<br />

. No hay flujo en el área estudiada.<br />

. El flujo es mínimo y aparece pobremente diseminado<br />

en la masa.<br />

. El flujo es intermedio con presencia de un anillo<br />

vascularizado con o sin áreas diseminadas de flujo central.<br />

. El flujo es marcado y difuso dentro <strong>del</strong> tumor.<br />

La persistencia o aumento <strong>del</strong> flujo intratumoral posterior<br />

a un ciclo de quimioterapia, es sugestiva de una pobre<br />

respuesta histológica. Por el contrario, la desaparición<br />

completa <strong>del</strong> flujo habla a favor de una buena respuesta.<br />

El segundo parámetro, depende <strong>del</strong> sitio de localización<br />

de la lesión. Los tumores óseos y de las PB frecuentes<br />

en la rodilla, deben evaluarse con un estudio de Doppler<br />

de la arteria femoral distal; los localizados en la tibia y<br />

peroné se estudian con el Doppler de la arteria poplítea.<br />

La técnica es la habitual <strong>del</strong> Doppler, debiendo vigilarse el<br />

ángulo <strong>del</strong> haz y su realización en reposo. El componente<br />

diastólico de la curva es el que más se afecta por la presencia<br />

de una actividad metabólica tumoral, lo que se re-<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 179


fleja en el Índice de resistencia (IR). Estas mediciones se<br />

deben realizar durante y después de la quimioterapia, en<br />

que debe haber una disminución de la resistencia vascular<br />

intratumoral y no verse la inversión diastólica <strong>del</strong> flujo;<br />

por tanto se diminuye el valor <strong>del</strong> IR. Cuando el IR permanece<br />

anormal o disminuye, durante y después <strong>del</strong> tratamiento,<br />

es señal de una pobre respuesta.<br />

La ecografía es de gran valor en las recidivas de estos<br />

tumores; casi siempre aparecen como una masa hipoecoica,<br />

que no debe confundirse con un hematoma, absceso o tejido<br />

de granulación. En estos casos el Doppler no muestra flujo;<br />

no sucede lo mismo en los granulomas precoces vascularizados<br />

que pueden mostrar aumento de la vascularización. De ahí la<br />

importancia de realizar una ecografía básica entre 4 y 6 semanas<br />

<strong>del</strong> posoperatorio que debe repetirse cada 3 meses. En<br />

casos dudosos, se aconseja realizar una biopsia para diferenciar<br />

una recidiva de una cicatriz.<br />

ESTADIAMIENTO<br />

Existen diferentes sistemas para el estadiamiento de<br />

los tumores de las PB y la mayoría se basa en el grado de<br />

diferenciación histológica, extensión intracompartimental<br />

o extracompartimental, tamaño de la lesión, invasión <strong>del</strong><br />

hueso y de los haces neurovasculares, así como de la presencia<br />

o no de metástasis regional o a distancia.<br />

El tratamiento de elección para la mayoría de los<br />

sarcomas de las PB es la resección quirúrgica con conservación<br />

de la extremidad, y de hecho la imagenología, en<br />

particular la ecografía y la IRM, juegan un papel decisivo.<br />

Estas técnicas permiten analizar la extensión de la<br />

tumoración (si se interesa más de un compartimiento), si<br />

el tamaño de la lesión es mayor de 5 cm, si hay toma <strong>del</strong><br />

hueso, articulación o estructuras vasculonerviosas vecinas,<br />

todos de mal pronóstico.<br />

¿Cómo evaluar una lesión de las PB?<br />

A la hora de evaluarlas hay que tener en cuenta algunos<br />

de estos factores:<br />

-Localización de la lesión. Hay tumores que tienen<br />

localizaciones preferentes como sucede en el<br />

fibrohistiocitoma y en el liposarcoma, que son frecuentes<br />

en el muslo. Lo más importante es su localización<br />

en el compartimiento interesado que puede<br />

ser, subcutáneo, intermuscular, intramuscular,<br />

intraarticular, periarticular o tratarse de lesiones<br />

múltiples. Las masas intermusculares habitualmente<br />

se rodean de un anillo de grasa, (hiperecoica)<br />

bien detectado en la ecografía, mientras que las<br />

masas intramusculares reemplazan su ecogenicidad<br />

normal, rodeados por el músculo vecino y con ausencia<br />

<strong>del</strong> anillo graso en la periferia.<br />

Los tumores originados cerca de una articulación casi<br />

siempre son benignos, salvo el sarcoma sinovial que<br />

rara veces se origina en una articulación. Entre las<br />

lesiones intraarticulares frecuentes están: la sinovitis<br />

vellosa nodular, la condromatosis sinovial y el lipoma<br />

arborescente, todas evaluables con la ecografía.<br />

- Número de lesiones. La detección de varias lesiones<br />

en las PB orienta hacia una lipomatosis,<br />

fibromatosis, o lesión angiomatosa. Los pacientes<br />

con neurofibromatosis tipo I, presentan con<br />

frecuencia tumores neurogénicos múltiple, que<br />

cuando crecen rápidamente hay que pensar en su<br />

transformación maligna.<br />

- Características intrínsecas de las lesiones tumorales<br />

de la PB. Las características intrínsecas de las imágenes<br />

que ofrecen las masas de las PB, con frecuencia<br />

sugieren el diagnóstico e incluyen alteraciones<br />

en su ecogenicidad, así como en su morfología<br />

y estructura interna. La presencia de grasa<br />

orienta hacia el diagnóstico de lipoma, hibernoma,<br />

hemangioma o liposarcoma. Las masas<br />

hipoecogénicas orientan hacia una lesión con un<br />

alto contenido de tejido colágeno (fibromatosis) o<br />

por la presencia de hemosiderina (sinovitis vellosa<br />

nodular). Las masas tumorales de las PB que aparecen<br />

anecoicas sugieren una lesión quística y hacen<br />

planteable un ganglión, una bursa distendida,<br />

abscesos, hematomas o neoplasias mixoides.<br />

- La forma de la lesión y su estructura interna pueden<br />

reflejar su morfología macroscópica y su composición<br />

histológica. Un tumor compuesto de canales<br />

serpiginosos casi siempre se trata de una<br />

lesión angiomatosa, bien detectada con el DC, una<br />

masa fusiforme que sigue el trayecto de un nervio,<br />

casi siempre causado por un tumor<br />

neurogénico. Por su parte, la extensión de una<br />

masa por los planos fasciales es frecuente en la<br />

fibromatosis, fascitis nodular y en el<br />

dermatofibrosarcoma protuberans.<br />

Las neoplasias de las PB (benignas y malignas),<br />

por lo general tienen bordes bien definidos con<br />

poco edema vecino y con una seudocápsula frecuente,<br />

lo que las hace muy difícil de diferenciar<br />

con los métodos imagenológicos, requiriendo <strong>del</strong><br />

complemento citopatológico.<br />

Por otra parte, igual que ocurre en los tumores óseos,<br />

la combinación de hechos clínicos con los hallazgos<br />

imagenológicos pueden orientar en el diagnóstico: un tumor<br />

de las PB compuesto de pequeñas cantidades de grasa<br />

(hipoecoica), por su contenido mucoide, en un paciente<br />

mayor de 20 años, casi siempre representa a un liposarcoma<br />

mixoide; pero en un niño menor de 2 años, debe tratarse<br />

de un lipoblastoma.<br />

180 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Veamos en detalle algunas de las tumoraciones de las<br />

PB más frecuentes.<br />

TUMORES Y LESIONES<br />

SEUDOTUMORALES DEL TEJIDO FIBROSO<br />

BENIGNOS<br />

Fascitis nodular<br />

Concepto<br />

Es una proliferación celular de causa desconocida; el<br />

término de subcutáneo se ha desechado, ya que se ha observado<br />

en otras localizaciones. Se trata de una formación<br />

fibroblástica benigna, probablemente reactiva.<br />

Sinonimia<br />

Fibromatosis seudosarcomatosa subcutánea, fascitis<br />

seudosarcomatosa, fascitis nodular infiltrativa y fascitis<br />

nodular proliferativa.<br />

Edad, sexo y localización.<br />

Edad. Predomina en los adultos jóvenes; es rara en<br />

niños y viejos. Según Stout, puede verse a cualquier<br />

edad. Para otros, predomina entre la 4ta. y<br />

6ta. décadas de la vida.<br />

Sexo. No hay diferencia.<br />

Localización. Se origina frecuentemente en la fascia<br />

subcutánea de los miembros, tronco, cabeza y cuello;<br />

también en la fascia de los músculos estriados<br />

y, raras veces, en la mama, parótida, tráquea, manos<br />

y pies. Los sitios más frecuentes son los miembros<br />

superiores (antebrazo y brazo).<br />

Ecografía<br />

La ecografía con transductores de muy alta resolución<br />

permite precisar su naturaleza sólida y su localización<br />

superficial.<br />

Fibromatosis palmar<br />

Concepto<br />

Lesión fibrosa benigna, nodular, firme, infiltrante y de<br />

celularidad variable que se origina en la aponeurosis palmar,<br />

con contractura de los dedos. Según Stout, no siempre<br />

se asocia a contractura de Dupuytren.<br />

Sinonimia<br />

Contractura de Dupuytren, contractura progresiva<br />

unilateral o bilateral de los dedos <strong>del</strong> borde cubital de la<br />

mano, fibroma o seudotumor de contractura de Dupuytren.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Más frecuente por encima de los 30 años.<br />

Sexo. Predomina en el sexo masculino.<br />

Localización. En la palma de la mano.<br />

Fibromatosis plantar<br />

Concepto<br />

Es una sustitución fibrosa de la aponeurosis plantar,<br />

similar a la contractura de Dupuytren de la fibromatosis<br />

palmar. Es una afección muy rara; se han descrito casos<br />

de coexistencia de fibromatosis palmar y plantar.<br />

Sinonimia<br />

No tiene.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Se ve en individuos más jóvenes que los que<br />

presentan fibromatosis palmar, por lo general por<br />

debajo de los 30 años. A veces aparece como una<br />

afección congénita.<br />

Sexo. Hay discreto predominio en el sexo masculino.<br />

Localización. En la planta de los pies, frecuentemente<br />

bilateral, y en ocasiones asociada a las otras variedades<br />

de fibromatosis.<br />

Ecografía<br />

En estas dos entidades la utilización de transductores<br />

de 14 Mhz nos ayuda a establecer un diagnóstico diferencial<br />

de estas lesiones.<br />

Fibromatosis abdominal<br />

Concepto<br />

Son tumores o más propiamente lesiones seudotumorales,<br />

localmente agresivas, de crecimiento lento, pero progresivo,<br />

no encapsuladas, de patogenia desconocida y que se desarrollan<br />

a partir de las estructuras musculoaponeuróticas <strong>del</strong><br />

músculo recto mayor y de los músculos adyacentes de la pared<br />

abdominal<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 181


Sinonimia<br />

Desmoides, tumor desmoides, fibromatosis desmoides.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Se presentan en personas jóvenes, en plena actividad<br />

sexual (se han descrito casos en niños).<br />

Sexo. Aparecen casi exclusivamente en el sexo femenino.<br />

Localización. En la pared abdominal anterior. Las localizaciones<br />

extraabdominales, tales coma extremidades,<br />

pared torácica y mediastino, no son muy<br />

raras. Ellos no dan metástasis pero pueden crecer<br />

de manera indefinida con gran deformidad de las<br />

pb y ser recurrentes.<br />

Ecografía<br />

Las lesiones aparecen hipoecoicas por su contenido<br />

fibroso.<br />

Fibrosarcoma<br />

Concepto<br />

Son tumores malignos que proceden <strong>del</strong> tejido fibroso<br />

y que se desarrollan a expensas de los fibroblastos, que<br />

son células específicas que se derivan <strong>del</strong> mesénquima primitivo.<br />

Con este nombre se han incluido tumores de otra<br />

naturaleza o lesiones seudotumorales, como son: el<br />

dermatofibrosarcoma, la fascitis nodular infiltrativa y el<br />

fibrohistiocitoma maligno.<br />

Según los diferentes autores, su frecuencia es muy variable.<br />

De manera general se acepta que ellos constituyen cerca<br />

<strong>del</strong> 20 % de los tumores malignos de las partes blandas.<br />

Sinonimia<br />

Fibromixosarcoma, fibrosarcoma mixomatoide, sarcoma<br />

neurogénico<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Pueden encontrarse en cualquier grupo de edades,<br />

aunque más frecuentes en la 3ra., 4ta. y 5ta.<br />

décadas, aunque son raros en los niños<br />

Sexo. Para algunos no hay predominio. Para Stout lo<br />

hay en el sexo masculino.<br />

Localización. Pueden aparecer en cualquier lugar <strong>del</strong><br />

cuerpo, aunque las más frecuentes aparecen en la<br />

piel, TCS., tejido musculotendinoso, periostio y cicatrices.<br />

Se les puede encontrar frecuentemente<br />

en las partes blandas profundas de las extremidades,<br />

sobre todo en los miembros inferiores, así como<br />

también en la cabeza (órbita y cavidad oral), cuello,<br />

pared abdominal, pared torácica, retroperitoneo,<br />

mediastino y sistema nervioso central.<br />

Fibrohistiocitoma maligno. Fibrosarcoma.<br />

El fibrohistiocitoma maligno es un tumor frecuente de<br />

las PB, incluido, en las antiguas clasificaciones, dentro<br />

<strong>del</strong> grupo de los fibrosarcomas. Algunos autores lo estudian<br />

en conjunto.<br />

Pueden encontrarse en cualquier grupo de edades, pero<br />

son raros en los niños. Son frecuentes en las pb periféricas<br />

de las extremidades. Su forma de crecimiento, es variable:<br />

lentos, pero de manera progresiva adquieren gran tamaño,<br />

de crecimiento rápido desde el inicio o después de permanecer<br />

estacionarios durante muchos años. En el momento<br />

<strong>del</strong> diagnóstico son por lo general de gran tamaño, bien<br />

<strong>del</strong>imitados pero no encapsulados, de consistencia firme o<br />

blanda. A veces dan la impresión de tener un origen<br />

multicéntrico, pues hay áreas separadas <strong>del</strong> tumor. Pueden<br />

sufrir necrosis y rodearse de una seudocápsula de células<br />

tumorales.<br />

Ecografía<br />

En su localización intramuscular, estos dos tumores<br />

reemplazan el aspecto ecográfico normal de los músculos,<br />

los cuales rodean a la lesión y en ocasiones presentan un<br />

anillo graso (hiperecogénico), salvo que interesen a todo<br />

el compartimiento muscular.<br />

TUMORES Y LESIONES SEUDOTUMORALES<br />

DEL TEJIDO ADIPOSO<br />

BENIGNOS<br />

Lipoma<br />

Concepto<br />

Formación benigna constituida, exclusivamente, por<br />

células maduras de tejido adiposo, sin atipia celular. Es<br />

uno de los tumores más frecuentes de las partes blandas.<br />

Los tumores con alto contenido de grasa son fácilmente<br />

detectados por la TAC, la IRM y la ecografía e incluyen a<br />

los lipomas, lipoblastomas, hibernomas y liposarcomas con<br />

sus variantes.<br />

Los lipomas se presentan como masas homogéneas de<br />

tejido adiposo bien definidas, encapsuladas, trabeculadas,<br />

182 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


dependiendo <strong>del</strong> grado de tejido fibroso asociado<br />

(fibrolipomas), dentro o entre los músculos, por lo general<br />

bien diferenciados de los tejidos vecinos, salvo cuando son<br />

muy superficiales.<br />

Sinonimia<br />

Lipoma simple, fibrolipoma, angiolipoma, lipoma<br />

sinovial, lipoma arborescente.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Más frecuente entre los 30 y 50 años. Son raros<br />

en los niños<br />

Sexo. Aparecen más frecuentemente en la mujer.<br />

Localización. No hay área de la economía donde no<br />

se hayan reportado lipomas. Predominan en el TCS<br />

de la espalda y <strong>del</strong> hombro, aunque puede tener<br />

cualquier localización en las extremidades. También<br />

pueden verse en el mediastino y retroperitoneo.<br />

Están descritos casos a nivel intramuscular, son<br />

frecuentes en la pared abdominal y paraspinal.<br />

Existen también lipomas no encapsulados.<br />

Ecografía<br />

El aspecto ecográfico de los lipomas es muy variable;<br />

la mayoría son ecogénicos y bien <strong>del</strong>imitados, a veces con<br />

tabiques fibrosos en su interior.<br />

Lipoma intramuscular<br />

Concepto<br />

Es una proliferación benigna de tejido adiposo maduro<br />

que infiltra el músculo estriado y que se origina a expensas<br />

de las fascias adyacentes.<br />

Sinonimia<br />

Lipoma infiltrante.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. No hay variación con el lipoma.<br />

Sexo. Las mismas consideraciones que en el lipoma.<br />

Localización: se sitúa profundamente dentro de los<br />

músculos.<br />

Ecografía<br />

En estos casos se ve una masa hipoecogénica entre las<br />

capas musculares, a las cuales desplaza.<br />

Hibernoma<br />

Concepto<br />

Tumor benigno, muy raro, lobulado y encapsulado,<br />

constituido por células que toman el aspecto de grasa<br />

pardusca o grasa fetal<br />

Sinonimia<br />

Lipoma de célula grasa fetal.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Se ven más frecuentemente en los adultos jóvenes.<br />

Sexo. Se ha descrito un predominio en la mujer.<br />

Localización. Se localizan en el tejido celular subcutáneo<br />

<strong>del</strong> hombro, axila, cuello, muslo, región<br />

poplítea, espalda, pared abdominal y mediastino.<br />

Ecografía<br />

Los hibernomas, compuesto de grasa marrón, son más<br />

vascularizados que los lipomas, y se pueden identificar<br />

con el DC.<br />

Lipoblastomatosis<br />

Concepto<br />

Se trata de una formación benigna, lobulada y<br />

lipoblástica de carácter semejante al de la típica grasa fetal,<br />

pero que se puede confundir con un tumor maligno de<br />

grasa. Es una entidad neoplásica benigna constituida por<br />

tejido adiposo fetal, es diferente al hibernoma y carece de<br />

semejanza con los lipomas. Es una afección muy rara.<br />

Sinonimia<br />

Lipoma fetal.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Aparece en los niños menores de 10 años.<br />

Sexo. No hay predominio.<br />

Localización. Extremidades, pared torácica,<br />

mediastino y región inguinal. Se han descrito casos<br />

en el sistema nervioso central, asociadas a malformaciones<br />

congénitas de éste.<br />

Ecografía<br />

Los lipoblastomas pueden ser focales o difusamente<br />

infiltrativos (lipoblastomatosis), comportándose como una<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 183


masa de tejido predominantemente graso. En los jóvenes<br />

puede contener componente mixoide.<br />

MALIGNOS<br />

Liposarcoma<br />

Concepto<br />

Es una neoplasia maligna e infiltrante caracterizada<br />

por la presencia de lipoblastos atípicos en diversas fases<br />

de diferenciación. El cuadro histológico comprende desde<br />

células bien diferenciadas, pasando por las mixoides, células<br />

redondas, células pleomórficas, hasta las formas<br />

mixtas. Es uno de los tumores más frecuentes de las partes<br />

blandas.<br />

Generalmente están formados por varias masas de<br />

apariencia bien definida. Tienen comportamiento sólido,<br />

no necesariamente graso, con áreas de grasa, necrosis,<br />

degeneración quística o hemorragia.<br />

Anatomopatológicamente hay 4 tipos: a) bien diferenciado,<br />

b) de células redondas, c) mixoide y d) pleomórfico.<br />

La variedad mixoide es la más frecuente. Los liposarcomas<br />

mixoides son de localización preferentemente<br />

intermuscular, tomando aspecto seudoquístico. Las variedades<br />

de célula redonda y pleomórfica dan metástasis precoces.<br />

Sinonimia<br />

Lipoma de célula grasa fetal, lipoma infiltrante, lipoma<br />

lipoblástico, lipomixosarcoma, mixolipoma, mixoma<br />

lipomatoide, mixoliposarcoma, lipoma de célula grasa primitiva<br />

y liposarcoma indiferenciado.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Son propios <strong>del</strong> adulto joven y de la edad media<br />

(3ra., 4ta. y 5ta. décadas); muy raros en los niños.<br />

Se ha podido establecer una relación entre la localización<br />

y la edad de aparición (los localizados en los<br />

miembros inferiores se presentan en individuos más<br />

jóvenes que los situados en el espacio<br />

retroperitoneal), así como entre su aspecto histológico<br />

y la edad de los enfermos (los liposarcomas de las<br />

variedades de células redondas y mixoides ocurren<br />

en enfermos más jóvenes que los que padecen de las<br />

variedades bien diferenciada y pleomórfica).<br />

Sexo. Hay ligero predominio <strong>del</strong> sexo masculino.<br />

Localización. Se localizan frecuentemente en las<br />

zonas <strong>del</strong> organismo donde hay mayor acumulación<br />

de grasa.<br />

Ecografía<br />

Estas lesiones aparecen hipoecogénicas, aunque<br />

frecuentemente tienen un aspecto mixto. La variedad<br />

mixomatosa puede presentar un aspecto seudoquístico. Las<br />

calcificaciones son raras (10 %).<br />

TUMORES Y LESIONES<br />

SEUDOTUMORALES DE LOS VASOS SAN-<br />

GUÍNEOS<br />

BENIGNOS<br />

Sinonimia<br />

Angioendotelioma, angioma, angioqueratoma, angioma<br />

pigmentoso atrófico, hemangioendotelioma, hemangiopericitoma<br />

benigno, tumor eréctil, granuloma piogénico,<br />

hemangioendotelioblastoma, nevus anémico, nevus<br />

flameus, nevus vasculoso, angioma plexiforme, aneurisma<br />

racemoso, nevus en arana, nevus vascular,<br />

telangiectasia hereditaria.<br />

Hemangiomas<br />

Concepto<br />

Se trata de lesiones benignas, no circunscritas, constituidas<br />

por la proliferación de diversos tipos de vasos sanguíneos.<br />

A veces, es difícil distinguir entre verdaderos tumores<br />

y malformaciones hísticas (hamartomas). Se pueden<br />

clasificar en:<br />

a) Hemangioendotelioma benigno. Se trata de una masa<br />

benigna y en gran parte maciza de células<br />

endoteliales de aspecto típico, caracterizadas por<br />

la formación, en algunos puntos, de capilares y otras<br />

estructuras vasculares específicas.<br />

b) Hemangioma capilar. Lesión benigna compuesta<br />

de pequeños conductos vasculares, con el calibre<br />

de capilares y revestidos de una sola capa de células<br />

endoteliales.<br />

c) Hemangioma cavernosa. Lesión benigna formada,<br />

sobre todo, por estructuras vasculares cavernosas<br />

revestidas de una sola capa endotelial<br />

d) Hemangioma venoso. Lesión benigna, constituida<br />

por vasos irregulares, de tamaño intermedio o grande<br />

y, en su mayoría, de tipo venoso.<br />

e) Hemangioma racemoso. Cirsoide: arterial, venoso<br />

o arteriovenoso. Es una lesión de aspecto semejante<br />

al de una malformación compuesta por vasos<br />

sanguíneos de tipo arterial y venoso, tortuosos y de<br />

paredes gruesas.<br />

f) Angiomatosis y síndrome angiomatoso. Constituyen<br />

infiltraciones difusas de las PB por tejido<br />

184 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


hemangiomatoso o linfangiomatoso. Por lo general<br />

ocupan grandes espacios a veces con participación<br />

visceral.<br />

Ecografía<br />

Estos tumores con frecuencia tienen flebolitos fácilmente<br />

detectados en la ecografía. La característica principal<br />

es la visualización de canales vasculares serpinginosos<br />

en forma de ovillos, bien identificables en el Doppler color.<br />

En la variedad intramuscular se asocian con frecuencia<br />

con atrofia muscular e infiltración grasa. Cuando se<br />

sitúan vecinos a un hueso, pueden producir un patrón<br />

osteolítico.<br />

Hemangioendotelioma maligno<br />

Concepto<br />

Son neoplasias de gran malignidad, caracterizadas por<br />

la formación de conductos vasculares anastomóticos tapizados<br />

de una o más capas de células endoteliales atípicas<br />

que, frecuentemente, presentan un aspecto inmaduro, proliferando<br />

hacia la luz, la que llenan total o parcialmente, y<br />

dado que comunican con la circulación sanguínea normal,<br />

las metástasis por esta vía se favorecen.<br />

Sinonimia<br />

Angiosarcoma, angiofibrosarcoma, hemangioblastoma,<br />

hemangioendotelioblastoma, hemangioendoteliosarcoma.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Existe variabilidad en cuanto a la edad; se han<br />

descrito casos en el nacimiento y en los ancianos,<br />

aunque hay predominio por la 3ra. Y 6ta. Décadas<br />

de la vida.<br />

Sexo. Según Pack y Ariel, predominan en el sexo masculino,<br />

mientras que Stout y Saavedra no refieren<br />

diferencias en el sexo.<br />

Localización. Se localizan en las paredes superficiales<br />

por debajo de la piel; resultan más frecuentes<br />

en los miembros superiores e inferiores, la pared<br />

torácica, la cabeza, el cuello y el retroperitoneo.<br />

Hemangiopericitoma maligno<br />

Concepto<br />

Es un tumor maligno caracterizado por la proliferacion<br />

de células redondas, ovales o fusiformes, de aspecto bastante<br />

uniforme, las que se sitúan en torno a espacios<br />

vasculares de tamaño variable, que se hallan revestidos<br />

por usa sola capa de células endoteliales.<br />

Sinonimia<br />

Angiosarcoma, hemangioendotelioma, sarcoma<br />

hemangiopericítico angiosarcoma peritelial, peritelioma.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Se pueden presentar a cualquier edad, con predominio<br />

entre los 30 y 60 años.<br />

Sexo. No hay diferencia.<br />

Localización. Este tumor se desarrolla en las partes<br />

blandas superficiales (subcutáneo o intramuscular),<br />

sobre todo en las extremidades (muslo, cabeza,<br />

cuello, retroperitoneo y pared torácica).<br />

Son tumores de las PB que se originan de las paredes<br />

vasculares (pericitos) y que se sitúan a nivel capilar. Son<br />

tumores benignos, bien localizados, pero suelen recurrir.<br />

No suelen ser mayores de 10 cm, aunque a veces sí lo son.<br />

Esta descrita la posibilidad de dar metástasis al pulmón.<br />

Su localización más frecuente es en el muslo.<br />

Ecografía<br />

Al ser lesiones ricamente vascularizadas se pueden<br />

evaluar con el Doppler color. Se muestra como un tumor<br />

sólido, con áreas heterogéneas en su interior, relacionadas<br />

con áreas sólidas, que da un aspecto heterogéneo, pero<br />

siempre con un buen encapsulamiento.<br />

TUMORES Y LESIONES<br />

SEUDOTUMORALES DE LOS VASOS<br />

LINFÁTICOS<br />

BENIGNOS<br />

Linfangiomas<br />

Concepto<br />

Tumores benignos constituidos exclusivamente por<br />

vasos linfáticos de diversos tamaños, revestidos por una<br />

sola capa de células endoteliales. Con frecuencia la lesión<br />

es congénita y es causada por una malformación hística<br />

ocurrida durante las primeras fases <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> sistema<br />

linfático. Se pueden dividir en: capilares (muy raros<br />

y difíciles de distinguir de los hemangiomas capilares),<br />

cavernosos y quísticos (higromas).<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 185


a) Variedad simple o capilar. Compuesto por quistes<br />

linfáticos muy pequeños, conglomerados o<br />

agrupados, situados en la piel y tejido celular subcutáneo,<br />

así como en la membrana mucosa de la<br />

cavidad oral. A la presión exudan linfa espesa.<br />

b) Variedad cavernosa. Son discretos o voluminosos, subcutáneos,<br />

compresibles pero no fluctuantes. Se localizan<br />

alrededor <strong>del</strong> hombro, <strong>del</strong> cuello y de la lengua.<br />

c) Variedad quística (higroma). Se parecen a la variedad<br />

cavernosa, pero se diferencian de esta por el<br />

mayor tamaño de los lóculos y su distribución entre<br />

y alrededor de las estructuras profundas.<br />

Casi siempre se tratan de lesiones cavernomatosas localizados<br />

en el cuello o axila, en los 2 primeros años de la vida.<br />

Ecografía<br />

Se presentan como espacios quísticos uniloculares o<br />

multiloculares, aunque en el 25 % de las lesiones pueden<br />

ser mixtas. Es de gran valor en su localización cervical en<br />

los niños.<br />

MALIGNOS<br />

Linfangioendotelioma maligno.<br />

Concepto<br />

Neoplasia maligna caracterizada por la formación de<br />

estructuras linfáticas irregulares, revestidas de una o varias<br />

capas de células endoteliales, en las que pueden verse<br />

diversos grados de atipia celular. Casi siempre es usa<br />

complicación de un linfedema de larga duración.<br />

Sinonimia<br />

Linfangioendotelioma, linfangioblastoma, linfangioendotelioblastoma,<br />

linfangiosarcoma.<br />

Edad, sexo, localización<br />

Edad. Son más frecuentes entre el 5to. y el 6to. decenios<br />

de la vida.<br />

Sexo. Se ven casi exclusivamente en la mujer.<br />

Localización. En las extremidades, sobre todo en los<br />

miembros superiores.<br />

Ecografía<br />

La ecografía es poco útil en estos pacientes, pero cuando<br />

se presentan con un cuadro de linfedema, ella es capaz<br />

de detectar los linfáticos dilatados.<br />

TUMORES DERIVADOS DE LAS FIBRAS<br />

MUSCULARES ESTRIADAS<br />

MALIGNOS<br />

Rabdomiosarcoma<br />

Concepto<br />

Son tumores extraordinariamente malignos, constituidos<br />

por rabdomioblastos en distintas fases de diferenciación,<br />

con o sin miofibrillas intracelulares y con o<br />

sin estrías transversales. De acuerdo con sus características<br />

clínico-patológicas se dividen en tres grupos:<br />

1. Rabdomiosarcoma embrionario; 2. Rabdomiosarcoma<br />

alveolar y 3. Rabdomiosarcoma pleomórfico. Solo<br />

nos vamos a referir a esta última variedad.<br />

Rabdomiosarcoma pleomórfico.<br />

Es la forma más rara de tales tumoraciones, que constituyen<br />

sólo el 15 % de éstas. No obstante, para Stout, es<br />

la variedad más frecuente.<br />

Sinonimia<br />

Rabdomiosarcoma adulto.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Entre el 4to. y 6to. decenios de la vida; son<br />

muy raros en los niños. Según Evans, resultan más<br />

frecuentes entre los 40 y 50 años.<br />

Sexo. Predominan en el sexo masculino.<br />

Localización. Prefieren las extremidades, sobre todo<br />

los miembros inferiores; además, suelen presentarse<br />

en el mediastino, la cabeza y el cuello.<br />

Las lesiones se presentan como nódulos de límites bien<br />

precisos en las masas musculares con áreas de necrosis y<br />

hemorragia.<br />

Ecografía<br />

La ecografía, sobre todo con la técnica Doppler permite<br />

precisar las lesiones de necrosis y hemorragia, así<br />

como seleccionar el sitio de la biopsia.<br />

186 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TUMORES DEL TEJIDO SINOVIAL<br />

MALIGNOS<br />

Sarcoma sinovial<br />

Concepto<br />

Neoplasia maligna de estructura celular bifásica, formada<br />

por hendiduras o estructuras acinosas, revestidas de<br />

células de aspecto epitelial, con o sin formación de material<br />

mucoide, y separadas por zonas más o menos numerosas<br />

de células fusiformes, parecidas a las <strong>del</strong> fibrosarcoma,<br />

las que producen reticulina y colágeno.<br />

Sinonimia<br />

Sinovioma maligno, mesotelioma maligno,<br />

sarcoendotelioma sinovial, sarcomesotelioma sinovial,<br />

angiofibroma maligno.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Es propio <strong>del</strong> adulto joven. El 60 % ocurre en<br />

pacientes entre 15 y 40 años de edad.<br />

Sexo. Predominan en los hombres en una proporción<br />

de 3 a 2.<br />

Localización. Se desarrollan en los tejidos próximos<br />

a las grandes articulaciones.<br />

Ecografía<br />

Pueden tener necrosis intratumoral y calcificaciones,<br />

las que se determinan mejor por la TAC y la ecografía.<br />

También se describen degeneraciones quísticas y hemorragia<br />

intratumoral, que pueden dar niveles líquidos.<br />

TUMORES Y LESIONES<br />

SEUDOTUMORALES DE LOS NERVIOS<br />

PERIFÉRICOS<br />

BENIGNOS<br />

Neuroma traumático (de amputación)<br />

Concepto<br />

Proliferacion benigna no neoplásica, formada por fibras<br />

nerviosas, células de Schwann y tejido cicatrizal, que<br />

se localiza en el cabo proximal de un tronco nervioso seccionado.<br />

Neurofibroma<br />

Concepto<br />

Tumor benigno localizado o difuso, constituido por una<br />

mezcla de células de schwann y fibroblastos, acompañado<br />

de fibras de colágeno poco densas y de material<br />

mucinoso.<br />

Neurilemoma<br />

Concepto<br />

Tumor benigno y por lo general bien circunscrito o<br />

encapsulado, originado, probablemente en las vainas nerviosas.<br />

Es una tumoración relativamente frecuente.<br />

Sinonimia<br />

Neurilemoma benigno, schwannoma benigno,<br />

neurinoma, glioma periférico, tumor de las células de<br />

schwann.<br />

Edad, sexo, localización<br />

Edad. Se han descrito en cualquiera edad, aunque predominan<br />

alrededor de los 40 años.<br />

Sexo. No hay predominio.<br />

Localización. Se pueden observar en el trayecto de<br />

los nervios de las extremidades.<br />

Ecografía<br />

Las formas benignas y malignas de los tumores de las<br />

vainas de los nervios, tienen un aspecto fusiforme, en relación<br />

con el trayecto <strong>del</strong> nervio. La diferenciación entre<br />

lesión benigna y maligna es difícil. En favor de esta última<br />

están: lesión mayor de 5 cm, con contornos mal definidos,<br />

necrosis central y rápido crecimiento.<br />

Neurofibromatosis<br />

Es una hamartomatosis de origen ectodérmico,<br />

mesodérmico y endodérmico, autosómica dominante,<br />

que se origina de la vaina que recubre a los nervios,<br />

pudiendo presentarse solitaria (en forma de nódulo),<br />

difusa afectando varios planos (piel, TCS, etc.) o ser<br />

de tipo plexiforme (que se extiende a través de los<br />

nervios mayores y menores, formando una red<br />

multinodular). En esta entidad los neurofibromas se asocian<br />

con manchas de color café con leche en la piel<br />

Ecografía en los tumores óseos y de las partes blandas 187


y son frecuentes otras lesiones, especialmente la deformidad<br />

<strong>del</strong> esqueleto y las alteraciones <strong>del</strong> SNC.<br />

Hay un ligero predominio en el sexo masculino, y aunque<br />

aparece en cualquier edad predomina en los jóvenes.<br />

Los neurofibromas ocurren con mayor frecuencia<br />

en el dorso y en las extremidades<br />

ECOGRAFÍA<br />

Demuestra una o varias lesiones situadas en los espacios<br />

vasculonerviosos, que pueden ser solitarios (nódulo)<br />

y que pueden llegar a tener cualquier tamaño, o múltiples<br />

nodulillos, que siguen el trayecto de los nervios.<br />

MALIGNOS<br />

Schwannoma maligno<br />

Concepto<br />

Tumor por la común densamente celular constituido<br />

por células de origen Schwannaniano y frecuentemente<br />

acompañado de fibras colágenas. Se origina, por lo general,<br />

de un neurofibroma previo, sobre todo en el curso de<br />

una neurofibromatosis generalizada.<br />

Sinonimia<br />

Neurofibrosarcoma, sarcoma neurogénico,<br />

neurilemoma maligno.<br />

Edad, sexo y localización<br />

Edad. Aunque se puede presentar en cualquier edad,<br />

son más frecuentes entre los 30 y 40 años. En los<br />

pacientes con neurofibromatosis múltiple, pueden<br />

aparecer desde el nacimiento o durante la infancia.<br />

Sexo. No hay predominio.<br />

Localización. Pueden localizarse en las extremidades<br />

inferiores (a expensas <strong>del</strong> nervio ciático, <strong>del</strong> femoral<br />

o <strong>del</strong> tibial posterior); en las extremidades superiores<br />

(a expensas <strong>del</strong> plexo braquial)así como en el<br />

retroperitoneo, tórax, cabeza y cuello.<br />

Ecografía<br />

Por lo general se presentan como una masa sólida,<br />

ecogénica en el trayecto de un nervio y especialmente en el<br />

curso de una neurofibromatosis generalizada, acompañada<br />

de un crecimiento rápido de la lesión.<br />

TUMORES NO ESPECÍFICOS<br />

En ocasiones nos encontramos con una masa tumoral<br />

de las PB que no tienen ningún signo de especificidad e<br />

incluso, la biopsia obtenida, no aclara su naturaleza. Frente<br />

a esta situación, nos podemos valer de alguno de los<br />

datos que nos ofrece la ecografía y de los cuales ya hemos<br />

hablado con anterioridad.<br />

Las lesiones menores de 5 cm, homogéneas, de bordes<br />

bien definidos, que no engloban los haces neurovasculares,<br />

sugieren un proceso benigno. Por el contrario, las lesiones<br />

mayores de 5 cm, heterogéneas, de bordes mal definidos y<br />

con participación ósea o neurovascular, se debe sospechar<br />

su naturaleza maligna.<br />

No siempre sucede así, y hay un grupo de lesiones benignas<br />

que pueden tener características de agresividad, como<br />

son: algunos hematomas, fibromatosis, absceso y la miositis<br />

osificante. Por su parte hay lesiones malignas que pueden<br />

simular una lesión benigna, como ocurre con el sarcoma<br />

sinovial y el liposarcoma mixoide. En estos casos se impone<br />

realizar también una biopsia previa durante el acto quirúrgico.<br />

OTRAS LESIONES TUMORALES<br />

Sinovitis pigmentada villonodular. La sinovitis<br />

pigmentada villonodular puede ser focal o difusa<br />

y por su contenido en hemosiderina da un aspecto<br />

heterogéneo en la ecografía, en presencia de una<br />

lesión intrarticular, bursal o en la vaina de un tendón<br />

Osteocondromatosis sinovial. Muestra un aspecto<br />

bastante sugestivo en la ecografía. Hay múltiples<br />

cuerpos condrales intraarticulares en las<br />

bursas o tendones en la variedad condromatosa.<br />

A veces se calcifican y se ve la presencia de SA.<br />

Masas quísticas. Hay un grupo de masas de las PB<br />

que puede ofrecer un aspecto francamente quístico:<br />

quiste sinovial, colección en una bursa, ganglión<br />

quístico, quiste parameniscal, hematomas, abscesos<br />

y las neoplasias mixomatosas. Todas ellas aparecen<br />

hipoecoicas o anecoicas en la ecografía.<br />

Los quistes sinoviales se localizan cerca de las articulaciones,<br />

el más característico es el quiste de Baker en la<br />

región poplítea. Pueden complicarse por una hemorragia<br />

o romperse en la pantorrilla.<br />

Los gangliones quísticos a diferencia de los quistes<br />

sinoviales, no están tapizados por sinovial, sino por tejido<br />

fibroso. Pueden ser únicos o múltiples y predominan en la<br />

muñeca (70 %), son por lo general pequeños y de localización<br />

intermuscular o intraarticular.<br />

Las neoplasias mixomatosas incluyen a los mixomas,<br />

neoplasias neurogénicas, liposarcomas, fibrohistiocitoma<br />

maligno y los condrosarcomas extraesqueléticos.<br />

Con la ecografía se pueden identificar las lesiones<br />

nodulares periféricas susceptibles de tomar una muestra<br />

guiada por la ecografía.<br />

188 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


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INTERVENCIONISMO<br />

Si bien la IRM, con la introducción de equipos de bajo<br />

campo y magnetos abiertos, ha permitido incursionar en<br />

el intervencionismo <strong>del</strong> SOMA, la ecografía tiene múltiples<br />

ventajas, habiéndose utilizado como: proceder diagnóstico<br />

y terapéutico.<br />

PROCEDERES DIAGNÓSTICOS<br />

INTERVENCIONISTAS CON LA ECOGRAFÍA<br />

- Guía para realizar biopsia hística o aspiración<br />

citológica.<br />

- Guía para las punciones con fines anestésicos,<br />

sobre todo en la cadera.<br />

- Biopsia de las lesiones osteolíticas y en los sitios<br />

de insercionitis.<br />

- Con el auxilio <strong>del</strong> Doppler color, la ecografía permite<br />

obtener muestras de las lesiones activas y<br />

además realizar un estudio evolutivo inmediato<br />

para garantizar la demostración <strong>del</strong> material aspirado<br />

o de cualquier complicación.<br />

- Para evaluar el estado posartroscopia y detectar<br />

complicaciones, tales como neuromas<br />

postraumáticos, granulomas, trombosis venosa,<br />

seudoaneurismas arteriales y fístulas<br />

arteriovenosas, donde es de gran valor el Doppler.<br />

- La ecografía es útil también para evaluar la<br />

neoformación ósea precoz en el sitio de una fractura<br />

durante un proceder de tracción con alambres.<br />

Esta detección precoz permite definir el grado<br />

de tracción que debe realizarse y que se logra<br />

visualizar muchas semanas previas a lo que se ve<br />

en los rayos X. En la ecografía el callo se ve como<br />

un foco ecogénico dispuesto en el plano<br />

longitudinal y que aumenta evolutivamente.<br />

PROCEDERES TERAPÉUTICOS<br />

INTERVENCIONISTAS CON LA ECOGRAFÍA<br />

- Inyecciones articulares de corticoides.<br />

- Inyecciones de esteroides en bursas y vainas<br />

tendinosas, sobre todo en las artropatías<br />

inflamatorias crónicas.<br />

- Tratamiento particular de las calcificaciones <strong>del</strong><br />

MR, para su lavado y aspiración.<br />

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192 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


OSTEOSONOMETRÍA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Este capítulo ofrece una breve información de los principios<br />

técnicos en que se basan las mediciones cuantitativas<br />

óseas utilizando la ecografía (osteosonometría), haciéndose<br />

énfasis en los sistemas de contacto (con agua o<br />

gel) de las mediciones realizadas en el calcáneo, luego de<br />

demostrado su valor para predecir el riesgo de una fractura<br />

por osteoporosis.<br />

La osteoporosis es una enfermedad metabólica de los<br />

huesos que se acompaña de una reducción de la densidad<br />

ósea y deterioro de la arquitectura de los mismos, lo que<br />

provoca un aumento en el riesgo de fracturas. Hay una<br />

forma primaria que predomina en las mujeres con un déficit<br />

de la masa ósea, provocada por la caída <strong>del</strong> estrógeno<br />

después de la menopausia. Las formas secundarias pueden<br />

verse en algunas enfermedades metabólicas, tratamientos<br />

con esteroides, etc.<br />

Cerca de 200 000 000 de personas sufren osteoporosis<br />

en el mundo, 25 000 000 de ellas en los EE.UU. Se sabe, que<br />

1 de cada 3 mujeres sufrirá una fractura ósea por osteoporosis<br />

después de la menopausia. Las fracturas más precoces ocurren<br />

en el antebrazo, alrededor de los 10 años después de la<br />

menopausia , seguidas más tarde por las fracturas vertebrales<br />

y menos frecuentes las fracturas de cadera (15 % en las<br />

mujeres mayores de 50 años) . Esta última fractura aumenta<br />

marcadamente su frecuencia después de los 55 años.<br />

En los EE.UU. con más de 1 000 000 de fracturas de<br />

la cadera por año, el costo por tratamiento, sólo interesando<br />

al aspecto ortopédico, es mayor de 10 000 000 000 de<br />

dólares. Se calcula que el costo por rehabilitación debe de<br />

ser el doble y la pérdida a la economía nacional es varias<br />

veces mayor que los gastos por el tratamiento y la rehabilitación.<br />

En el futuro estas cifras se espera que aumenten<br />

dramáticamente, a lo que se suma que entre el 5 y el 20 %<br />

de los pacientes con fracturas de la cadera, mueren dentro<br />

<strong>del</strong> año de haberla padecido y más <strong>del</strong> 50 % de los que<br />

sobreviven lo hacen en condiciones difíciles.<br />

La osteosonometría (OS) es un nuevo método para el<br />

diagnóstico de la osteoporosis, que se basa en las mediciones<br />

de las ondas de pulso ultrasónicas y se realiza en el<br />

calcáneo.<br />

Métodos de medición para el diagnóstico de la<br />

osteoporosis. Entre los diferentes métodos para el diagnóstico<br />

precoz de la osteoporosis se citan:<br />

Métodos radiológicos de densitometría. Se incluyen<br />

los métodos de absorción de fotones que han sido sustituidos<br />

actualmente por los métodos de absorciometría con<br />

doble energía de rayos X y más recientemente por la<br />

densitometría utilizando la TAC. Esta última técnica, permite<br />

una evaluación independiente de la cortical y de la<br />

esponjosa, a diferencia de la técnica de doble absorción,<br />

que sólo mide el hueso trabecular.<br />

Las mediciones se hacen en la columna lumbar y en el<br />

cuello femoral. Estos métodos se limitan a medir la densidad<br />

ósea sin tener en cuenta las propiedades estructurales <strong>del</strong> hueso.<br />

MÉTODOS ULTRASONOGRÁFICOS<br />

DE DENSITOMETRÍA. TECNOLOGÍA<br />

DE LA OSTEOSONOMETRÍA<br />

Desde los trabajos iniciales de Langton y cols. en 1984,<br />

en que establecieron que ¨la medición de la atenuación de<br />

una onda de ultrasonido de banda ancha en el calcáneo,<br />

podía discriminar entre mujeres de la tercera edad con fracturas<br />

o no de la cadera¨, grandes avances se han realizado<br />

en este campo <strong>del</strong> ultrasonido cuantitativo (QUS).<br />

Genant, en 1992 y posteriormente Greg, en 1997 proponen<br />

el término de QUS para expresar la medición cuantitativa<br />

de la densidad ósea con el ultrasonido, de forma<br />

similar a los términos que se habían utilizado para describir<br />

las diferentes mediciones de la absorción con fotones<br />

(DPA), RX (DEXA), o la TAC (QCT).<br />

Hoy en día hay un criterio bastante uniforme que el<br />

QUS ha probado su valor en la detección <strong>del</strong> riesgo de una<br />

fractura espontánea en las ancianas.<br />

Osteosonometría 193


Los equipos de ecografía utilizados en la densitometría<br />

tienen la capacidad de medir, además, la velocidad <strong>del</strong> sonido<br />

en el calcáneo ( Speed Of Sound: SOS) y por tanto<br />

ofrecen una información estructural (con la BUA) y otra<br />

información adicional sobre la porosidad, conectividad y<br />

grosor trabecular.<br />

En los inicios se emplearon equipos con sistemas de<br />

agua para los estudios <strong>del</strong> calcáneo y en los últimos años<br />

se han empleado los sistemas secos para su realización.<br />

La introducción de algunos equipos con posibilidades<br />

de variar o seleccionar el sitio <strong>del</strong> examen <strong>del</strong> calcáneo<br />

están en investigación y recientemente se han informado<br />

equipos de densitometría ecográfica que dan información<br />

en los huesos largos (tibia) y otros que llegan hasta el estudio<br />

de la columna y <strong>del</strong> fémur.<br />

Si bien los equipos de ecografía diagnóstica utilizan<br />

transductores con frecuencias entre 2 y 14 MHz, los equipos<br />

con sistemas de QUS, generalmente miden a la BUA<br />

utilizando transductores con un gran diámetro de apertura,<br />

significativamente mayor que la longitud de onda <strong>del</strong><br />

ultrasonido. Para una velocidad <strong>del</strong> sonido de 1500 m/s y<br />

una variación de frecuencia entre 0,2 y 0,6 MHz, que es el<br />

rango habitualmente utilizado para las mediciones <strong>del</strong><br />

BUA, la longitud de las ondas varía entre 7,5 mm y 2,5<br />

mm. La utilización de transductores más anchos (D =<br />

20mm), reducen la dispersión <strong>del</strong> haz de ultrasonido causado<br />

por difracción y aumentan la señal <strong>del</strong> receptor. El<br />

espacio frente al transductor se divide en 2 zonas, una cercana<br />

al campo y otra lejana. Para un diámetro de 20 mm y<br />

una longitud de onda entre 7,5 y 2,5 mm, la transición<br />

entre estas 2 zonas yace en una distancia que varía entre<br />

13 y 40 mm.<br />

Para medir el BUA es necesario colocar cuidadosamente<br />

el talón entre los 2 transductores, receptor y transmisor.<br />

Al transmitir un pulso corto de ultrasonido (0,5<br />

microsegundos) y posteriormente recibirlo, se le procesa<br />

con un analizador de frecuencia. Es necesario tomar en<br />

cuenta el espesor <strong>del</strong> calcáneo, el efecto de la conformación<br />

<strong>del</strong> pulso, el perfil <strong>del</strong> haz y la atenuación en el tanque<br />

de agua. Al graficar la atenuación debida exclusivamente<br />

al calcáneo, contra la frecuencia, nos encontramos<br />

con una relación lineal. La pendiente, que está dada en<br />

unidades de Db/MHz, es el índice que se denomina BUA.<br />

Los equipos convencionales con sistema QUS para<br />

medir el BUA en el calcáneo, también ofrecen una nueva<br />

información, al dividir la distancia de propagación (distancia<br />

entre los transductores) por el tiempo de tránsito<br />

<strong>del</strong> pulso, que es lo que se conoce como SOS.<br />

Para medir la velocidad a través <strong>del</strong> calcáneo (SOS)<br />

es necesario (en dependencia <strong>del</strong> sistema), tomar en cuenta<br />

varios factores como son: la distancia entre los<br />

transductores, el espesor <strong>del</strong> calcáneo, el espesor de las<br />

partes blandas, etc.<br />

Todo esto se calcula realizando mediciones de calibración<br />

con fantoms en el caso de los sistemas secos y con el<br />

tanque con agua en el caso de los sistemas húmedos. Con<br />

estas mediciones y ciertas correcciones se llega a una magnitud<br />

bastante exacta de la velocidad <strong>del</strong> haz <strong>del</strong> US en el<br />

calcáneo (SOS).<br />

Cabría preguntarse: ¿Es que el QUS ofrece una información<br />

diferente de la que aportan los equipos de<br />

densitometría ósea? Esto es discutido en la literatura mundial;<br />

no obstante, existen múltiples ventajas conocidas <strong>del</strong><br />

empleo de la osteosonometría <strong>del</strong> calcáneo como son:<br />

. Fácil acceso.<br />

. Alto contenido de hueso trabecular <strong>del</strong> calcáneo.<br />

. Estudio en un hueso que soporta peso con participación<br />

importante en la osteoporosis, similar a la columna<br />

vertebral.<br />

. No usa radiaciones.<br />

. Es más económica.<br />

. El equipo puede trasladarse a la cama <strong>del</strong> paciente.<br />

Como ya hemos señalado la mayoría de los equipos<br />

comerciales que se utilizan en la osteosonometría <strong>del</strong> calcáneo<br />

ofrecen mediciones <strong>del</strong> BUA y <strong>del</strong> SOS, habiéndose<br />

demostrado que estos 2 parámetros se correlacionan y que<br />

por tanto su unión produciría un nuevo parámetro de medición<br />

que mejora la medición y exactitud <strong>del</strong> diagnóstico.<br />

Los sistemas “Lunar Achilles” correlacionaron estos<br />

índices en un solo sistema dándole un valor a cada uno de<br />

estos 2 parámetros para formar uno nuevo al que denominaron<br />

stiffness donde:<br />

“Stiffness” = 0,667 x BUA + 0,278 x SOS - 417<br />

Otros sistemas como el que usamos, utilizan otra combinación<br />

de BUA y SOS para formar otro parámetro al<br />

que denominan QUI o BQI donde:<br />

BQI = 0,41 x (BUA + SOS) – 571<br />

Este índice tiene una correlación muy exacta con los<br />

equipos DEXA (r = 0,85).<br />

Ahora bien, en relación con la pregunta realizada, hay<br />

numerosos autores que plantean que la osteosonometría ofrece<br />

una información diferente que las técnicas radiológicas,<br />

más relacionada con la calidad <strong>del</strong> hueso que con su densidad.<br />

Se cree que la BUA se relaciona con factores estructurales<br />

tales como: porosidad, conectividad y grosor trabecular,<br />

mientras que la SOS se relaciona además de la densidad<br />

ósea, con la elasticidad <strong>del</strong> hueso como tal.<br />

194 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CORRELACIÓN DE LAS MEDICIONES<br />

ENTRE LA DENSITOMETRÍA<br />

RADIOLÓGICA Y LA OSTEOSONOMETRÍA.<br />

T-SCORE. Z-SCORE.<br />

Las mediciones resultantes se presentan independientes<br />

de sus valores absolutos, en forma de lo que se denomina<br />

un T-score y un Z-score. El T-Score establece una<br />

correlación con los valores normales en los adultos jóvenes<br />

y se calcula por las desviaciones estándares a partir<br />

de un valor medio. Por su parte el Z-Score tiene en cuenta<br />

una distribución por edades, que muestra los valores<br />

más bajos de la densidad ósea o de la velocidad <strong>del</strong> sonido<br />

después de la menopausia, y con incremento de la edad.<br />

Cuando los resultados caen entre +1 o –1 DS no tienen<br />

significado para un mayor riesgo de las fracturas. Con<br />

cada paso negativo de la DS, el riesgo de fractura se<br />

incrementa (-2 DS en 2 veces - 3 DS en 4 veces, etc.).<br />

Como convenio, la OMS definió el valor para la presencia<br />

de osteoporosis en las pacientes femeninas<br />

caucásicas sin fractura para un T score mayor de 2,5 desviaciones<br />

estándares por debajo <strong>del</strong> pico de masa ósea de<br />

las vértebras en las pacientes jóvenes normales. Cuando el<br />

valor se haya entre 1 y 2,5 desviaciones estándares por<br />

debajo <strong>del</strong> pico de masa ósea se recomendó definirlo como<br />

osteopenia, todo fue recomendado para equipos DEXA.<br />

No hay recomendación que sepamos para los estudios hechos<br />

con osteosonometría, ni tampoco los hombres fueron<br />

incluidos en esta recomendación y sus valores de umbral<br />

no están definidos hasta donde sabemos. Como un modo<br />

de trabajo en la práctica diaria se ha adoptado el mismo<br />

umbral ya descrito para la osteosonometría y para los pacientes<br />

masculinos.<br />

Haciéndose un análisis cuidadoso, podemos apreciar<br />

que los métodos de absorciometría incluyendo el DEXA,<br />

determinan la medición de la masa ósea por unidad de superficie,<br />

o sea en g/cm 2 y por tanto el concepto estricto de<br />

densitometría no se cumple. Sólo los métodos cuantitativos<br />

que utiliza la TAC permiten tener mediciones reales<br />

de la densidad ósea (g/cm 3 ). Con la técnica de la BUA, los<br />

métodos de US se basan en la medición de la absorción <strong>del</strong><br />

sonido dependiente de la frecuencia. Hay evidencias que<br />

confirman que las mediciones de las SOS contienen 2<br />

parámetros diferentes: la densidad por un lado y la elasticidad<br />

por el otro. Es difícil el poder comparar entre estos 2<br />

métodos que utilizan parámetros tan variables.<br />

Algunos estudios de correlación entre los equipos de<br />

osteosonometría (OS) y los equipos DEXA han demostrado<br />

que cerca <strong>del</strong> 99 % de los casos que son reportados como<br />

normales en la OS (sin radiaciones) también lo son en el<br />

DEXA (radiaciones). Esto evitaría el uso de los estudios<br />

DEXA sin que un estudio de OS sea hecho previamente.<br />

En el caso que la OS arroje valores de osteopenia u<br />

osteoporosis, entonces se enviaría al paciente a un estudio<br />

DEXA más espécifico o de rayos X.<br />

Al inicio existían dudas de la correlación entre los<br />

métodos de densitometría radiológica y de la<br />

osteosonometría.<br />

La precisión <strong>del</strong> método se verificó con un fantom que<br />

tenía una velocidad de sonido conocida (3 890 m/seg), y<br />

una calibración similar <strong>del</strong> equipo. La precisión varió entre<br />

0,1 y 0,2 %.<br />

En cuanto a la posibilidad de replicar las mediciones,<br />

osciló entre 0,1 y el 0,93 %; ambas mediciones demuestran<br />

la precisión de este método.<br />

INDICACIONES<br />

DE UNA OSTEOSONOMETRÍA<br />

INDICACIONES ABSOLUTAS<br />

1. Mujeres premenopáusicas.<br />

- Amenorrea primaria de origen endocrino.<br />

- Amenorrea secundaria por más de 6 meses.<br />

2. Mujeres posmenopáusicas.<br />

- Examen dentro de los 2 años posteriores a la menopausia<br />

con el fin de mostrar la pérdida de hueso antes<br />

que la osteoporosis sea manifiesta.<br />

3. Posterior a una menopausia poshisterectomía y tan pronto<br />

se demuestren niveles de FSH mayores de 30 UI.<br />

INDICACIONES POTENCIALES<br />

1. Pacientes con factores de riesgo.<br />

- Historia familiar de osteoporosis.<br />

- Delgado y peso menor de 2 BMI


4. Otras enfermedades en las cuales puede ocurrir<br />

osteoporosis.<br />

- Hemopatías graves.<br />

- Mastocitosis.<br />

- Inmovilización prolongada.<br />

- Insuficiencia renal a término o pretérmino.<br />

- Fracturas.<br />

- Osteogénesis imperfecta.<br />

- Sospecha radiológica de osteoporosis, especialmente<br />

con fractura vertebral.<br />

5. Ingestión de medicamentos que pueden producir una<br />

osteoporosis.<br />

- Toma de esteroides por más de 3 meses.<br />

- Postrasplantes.<br />

- Tratamiento con fenobarbital o fenitoína por un tiempo<br />

mayor de 1 año.<br />

6. Mediciones evolutivas de la osteoporosis.<br />

- Evaluación <strong>del</strong> progreso de la enfermedad durante el<br />

tratamiento.<br />

- Persistencia de osteoporosis con un tratamiento metódico.<br />

Los intervalos de chequeo dependen de la precisión<br />

<strong>del</strong> método de medición, la extensión de la osteoporosis y<br />

<strong>del</strong> período entre la menopausia y el inicio <strong>del</strong> tratamiento.<br />

CONTRAINDICACIONES<br />

- Edema marcado en MI.<br />

- Deformidad anatómica de la tibia.<br />

- Fractura de la tibia.<br />

Nota: siempre debe seleccionarse el tobillo en que no<br />

exista lesión.<br />

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198 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TERAPIA ECOLÓGICA. QUIROMASAJE TERAPÉUTICO<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El Quiromasaje terapéutico o masaje con las manos es<br />

un tratamiento milenario, que se origina en Suecia, extendido<br />

a toda Europa, América y que es introducido en Cuba<br />

a partir de 1996.<br />

El masaje es muy gentil y superficial, con manipulaciones<br />

semejantes al masaje psicosensorial de la Escuela<br />

Californiana.<br />

Hemos reactivado y readaptado a las condiciones actuales,<br />

esta técnica de tratamiento conservador, donde las<br />

sustancias tóxicas de los medicamentos, la dieta, el ambiente,<br />

y la vida moderna condicionan un deterioro de la<br />

calidad de vida en el planeta.<br />

En este capitulo describiremos las experiencias personales<br />

en el tratamiento de muchas enfermedades y algunas<br />

modificaciones de la técnica original <strong>del</strong> masaje, con los<br />

cuales hemos obtenido resultados alentadores. Se incluyen<br />

enfermedades ortopédicas, de origen traumático o no,<br />

enfermedades articulares y otras, donde los síntomas predominantes<br />

son el dolor y los trastornos neurológicos.<br />

BASES TEÓRICAS DEL TRATAMIENTO<br />

Está demostrada la teoría de las zonas reflejas, que<br />

plantea que para cada órgano y sistema existe una zona<br />

refleja en la piel (transformación hipertónica de un músculo),<br />

relacionada con una afección, cuyas zonas reflejas<br />

pueden ser el punto de partida para la selección <strong>del</strong> tratamiento:<br />

según esta teoría, para cada enfermedad existe un<br />

segmento anatómico comprometido; de ahí la importancia<br />

de conocer la distribución segmentaria de cada entidad y<br />

sus manifestaciones clínicas más importantes que pueden<br />

ser: cambios en la coloración de la piel, hipertonía o<br />

hipotonía, hiperalgia, hipoestesia, etc.<br />

Se han descrito cambios palpables en la epidermis y<br />

tejido celular subcutáneo, que adoptan la forma de un cordón,<br />

de una cuerda tendinosa o de un nódulo, que al inicio<br />

es blando y después firme; obteniéndose, en determinadas<br />

enfermedades y por medio <strong>del</strong> masaje, cambios en su grado<br />

de tensión y la desaparición de los trastornos funcionales.<br />

Se demuestra también la relación refleja no sólo en el<br />

sentido visceropiel, sino también en el sentido contrario.<br />

Se pensaba que las relaciones reflejas <strong>del</strong> órgano con la<br />

superficie de la piel sólo servían para la protección de los<br />

mismos, demostrándose, hoy en día, que no es así.<br />

La experiencia demuestra que todos los tejidos son afectados<br />

en el interior de un segmento, que involucra periostio,<br />

músculos, vasos, nervios, tejido celular subcutáneo y piel,<br />

pero tal como nos indica la doctrina de los reflejos<br />

visceroviscerales, puede extenderse, a todo el organismo,<br />

cuando los órganos y sistemas están enfermos y las fronteras<br />

de los segmentos correspondientes resultan rebasados<br />

“por simpatía”; de ahí la posible extensión de las zonas<br />

<strong>del</strong> masaje en determinadas enfermedades.<br />

Hemos señalado que toda manifestación de reflejo debe<br />

producirse sobre el trayecto de los nervios en el interior de<br />

un segmento, que va <strong>del</strong> órgano irritado a la raíz posterior,<br />

pasando <strong>del</strong> nervio vegetativo al ganglio simpático, de ahí<br />

a la rama comunicante gris y al ganglio espinal de asociación,<br />

con posibilidad de alcanzar, sea la raíz anterior por<br />

la neurona de asociación o la musculatura por el nervio<br />

periférico, donde puede producirse una hipertonía; o por<br />

último al ganglio de la cadena simpática por medio de los<br />

cuernos laterales y anteriores (fibras con mielina) y a la<br />

rama comunicante blanca, donde se produce la transferencia<br />

por la rama comunicante gris a la piel o al tejido<br />

conectivo subcutáneo.<br />

Se supone que en el mecanismo de acción <strong>del</strong><br />

quiromasaje interviene, como factor determinante, un aumento<br />

de la vascularización local, lo que favorece el regreso<br />

de las lesiones y el alivio de los síntomas (Fig.18 a).<br />

El trayecto nervioso que parte de la zona refleja, músculo<br />

o tejido celular subcutáneo (lo que llaman reflejo al<br />

Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico 199


evés por donde viaja el efecto <strong>del</strong> masaje), se dirige por la<br />

vía sensitiva pasando por el ganglio espinal hacia la raíz<br />

posterior y desde allí, gracias a las neuronas de asociación a<br />

la raíz anterior. Después, por las ramas comunicantes blancas,<br />

viaja hacia el ganglio espinal de la cadena lateral. De<br />

esta forma se tiene la prueba que toda terapéutica situada<br />

sobre los segmentos, actúa por medio de los nervios, desencadenando<br />

reacciones químicas, humorales y nerviosas, favorables<br />

para la producción de endorfinas lo que disminuyendo<br />

en primera instancia el dolor, restaura posteriormente<br />

los trastornos funcionales internos (Fig. 18 b).<br />

GENERALIDADES<br />

En este trabajo excluimos las afecciones agudas donde<br />

el quiromasaje está contraindicado, y nos ocuparemos de<br />

las enfermedades ortopédicas, traumáticas o no, de las enfermedades<br />

articulares en sus fases subagudas o crónicas e<br />

incluiremos algunas enfermedades sistémicas con repercusión<br />

grave en las partes blandas de las extremidades.<br />

Para su mejor manejo las lesiones traumáticas se dividen<br />

en grupos y subgrupos, permitiéndonos un mejor enfoque<br />

terapéutico y en la cual el desarrollo de la ecografía<br />

de las partes blandas ha jugado un papel importante.<br />

Las manipulaciones terapéuticas básicas más utilizadas<br />

son: la digital, la palmodigital y la nudillar, todas sin<br />

aplicar presión «quitar el dolor sin provocar dolor» y pueden<br />

asociarse con el estiramiento, movilización y pellizqueo,<br />

como complemento de las 3 manipulaciones básicas.<br />

En algunas lesiones, de evolución crónica, es importante<br />

el tratamiento combinado, es decir tratar al mismo<br />

tiempo la afección en sí y sus zonas reflejas.<br />

El masaje debe ser continuo, sin interrupción hasta<br />

el final de la sesión, con un tiempo de duración aproximado<br />

a 1 minuto, pero esto depende de las habilidades<br />

<strong>del</strong> terapeuta.<br />

Además de la necesidad de realizar un masaje continuo,<br />

sin interrupción, son importantes otros 2 factores:<br />

- Las articulaciones no deben movilizarse hasta que el<br />

dolor no ceda en su totalidad.<br />

- La frecuencia <strong>del</strong> masaje debe ser con un mínimo de 2<br />

sesiones semanales y un máximo de 4, en dependencia<br />

<strong>del</strong> cuadro clínico <strong>del</strong> paciente.<br />

TRATAMIENTO<br />

En este capítulo solo nos vamos a referir a nuestra experiencia<br />

en algunas enfermedades articulares y ortopédicas,<br />

en las que hemos trabajado en los últimos 3 años.<br />

LESIONES ARTICULARES<br />

Sinovitis<br />

Predominan en la rodilla y en la cadera y requieren de<br />

un tratamiento meticuloso, ya que son articulaciones que<br />

soportan peso. El masaje facilita la recirculación <strong>del</strong> líquido<br />

sinovial, ayudando al desbloqueo <strong>del</strong> mismo. Se debe<br />

incluir dentro de la mano a toda la articulación rebasándola<br />

en sentido proximal y distal. La reeducación articular y<br />

su fortalecimiento requieren dedicación y <strong>del</strong>icadeza <strong>del</strong><br />

terapeuta. Debe limitarse la actividad física hasta la recuperación<br />

total de la articulación y de los músculos<br />

periarticulares.<br />

Tendinitis<br />

En el tratamiento de la tendinitis es fundamental avanzar<br />

con el masaje desde la inserción musculotendinosa distal<br />

hasta la inserción proximal. Una vez yugulado el dolor se<br />

debe continuar con ejercicios fortalecedores de toda la musculatura.<br />

Nuestros resultados han sido alentadores en la<br />

tendinitis <strong>del</strong> Aquiliano, especialmente en los deportistas.<br />

Bursitis<br />

Para evitar complicaciones (cronicidad y calcificaciones)<br />

se requiere de un especial cuidado. Por su incidencia<br />

nos ocuparemos de las bursitis <strong>del</strong> hombro y <strong>del</strong> codo. El<br />

hombro es una articulación donde los componentes óseos<br />

juegan un papel no predominante, no así las partes blandas,<br />

razón por la cual ella posee un número elevado de<br />

bursas. La irritación de las mismas produce un dolor<br />

invalidante cuyo tratamiento debe ser gentil. El dolor se<br />

produce por una reacción química como consecuencia de<br />

la inflamación y precipitación de sales de calcio en la<br />

bursa, por lo que el masaje debe comenzarse en zonas<br />

distantes, a partir <strong>del</strong> cuello y omóplato, avanzándose en<br />

sentido distal hasta el brazo, con manipulaciones que variarán,<br />

según la zona anatómica tratada. Ahora bien, si<br />

hay calcificaciones, el tratamiento es más prolongado y<br />

cuando se asocia al hombro congelado, después que se<br />

alivia el dolor, se agregan estiramientos gentiles en todas<br />

las direcciones, manteniéndolos por 20 segundos, para buscar<br />

respuesta de los husos musculares y con ello mejorar<br />

las contracturas. Es importante la rehabilitación total de<br />

los músculos para evitar recidivas y atrofias musculares.<br />

200 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Bursitis <strong>del</strong> codo. Epicondilitis<br />

Estas afecciones son muy frecuentes y algunos las<br />

consideran como enfermedades profesionales, como consecuencia<br />

directa de un exceso en la actividad física sobre<br />

la zona (sobreuso). A veces se pueden producir por<br />

un trauma directo. El masaje debe ser contralateral, sobre<br />

la epitroclea, con manipulaciones nudillares y digitales<br />

muy suaves y una vez que ceda el dolor se fortalece toda<br />

la musculatura extensora <strong>del</strong> antebrazo con rehabilitación<br />

gentil.<br />

Osteoartritis. Gota<br />

Por la presentación sistémica de ambas entidades decidimos<br />

describir un tratamiento en común. La base <strong>del</strong><br />

mismo radica en un masaje en toda la espalda por su efecto<br />

sistémico, aunque puede tratarse con la misma técnica<br />

las molestias locales que asientan en las articulaciones<br />

grandes o pequeñas.<br />

Mano reumatoidea.<br />

Por la prioridad y predominio de las alteraciones en<br />

las manos, dentro de la enfermedad reumática, nos detendremos<br />

a describir su tratamiento. Este consiste en<br />

un micromasaje digital ascendente, que puede llegar a<br />

las muñecas y aun rebasarlas. El tiempo de duración<br />

<strong>del</strong> masaje es una excepción, pues debe prolongarse<br />

hasta que se produzca un chasquido articular y posteriormente<br />

se procede a la técnica de tracción digital y<br />

ejercicio reeducador.<br />

LESIONES ORTOPÉDICAS TRAUMÁTICAS<br />

Anquilosis<br />

La anquilosis, sobre todo en su forma postraumática,<br />

es una entidad de difícil pronóstico con cualquier tipo de<br />

tratamiento. Con el masaje revascularizador ayudamos<br />

a la reproducción y movilización <strong>del</strong> líquido sinovial,<br />

hecho fundamental en la regeneración de las estructuras<br />

internas y con ello la proliferación de las células<br />

sinoviales.<br />

Ruptura parcial de los meniscos<br />

Con el desarrollo de la ecografía, y sobre todo de la<br />

IRM, podemos determinar en muchos pacientes el grado<br />

de lesión de los meniscos. En el caso de una ruptura parcial<br />

el masaje facilita la incorporación de los elementos de<br />

recuperación. En nuestra experiencia un número considerable<br />

de pacientes bien diagnosticados, han evolucionado<br />

de modo satisfactorio.<br />

Sudet de la mano y <strong>del</strong> pie<br />

Es importante señalar que para el tratamiento de estas<br />

lesiones vasomotoras reflejas, deben incluirse siempre a<br />

los plexos lumbares y cervicales, responsables de las zonas<br />

afectadas. El tratamiento incluye también el masaje<br />

con estiramiento y «digiteo» en los miembros.<br />

ENFERMEDADES ORTOPÉDICAS NO TRAUMÁTICAS<br />

Síndrome <strong>del</strong> túnel <strong>del</strong> carpo<br />

En un tanto por ciento importante de estos pacientes,<br />

hay alteraciones provocadas por el nervio mediano en el<br />

túnel carpiano y por las ramas de los nervios cervicales.<br />

De ahí la importancia que el tratamiento debe abarcar a<br />

ambas zonas.<br />

Nervios periféricos<br />

Estas lesiones requieren una especial atención. El masaje<br />

reduce, inicialmente los niveles de glutamato, sustancia<br />

neurotrasmisora que después <strong>del</strong> trauma aumenta considerablemente,<br />

es responsable de la necrosis y extensión<br />

de la lesión inicial. Una vez regulados estos niveles, el<br />

masaje facilita la concentración de otras sustancias que<br />

por naturaleza existen en bajas concentraciones a nivel<br />

neural y que su déficit entorpece la regeneración nerviosa;<br />

ellas son: las neurotrofinas y las nitrinas.<br />

Luego de aumentados estos niveles con el masaje, las<br />

neuronas dañadas experimentan cambios en su estructura<br />

y función (neuroplasticidad). Este efecto neuroplástico <strong>del</strong><br />

masaje lo hemos podido alcanzar en pacientes lesionados,<br />

prolongando el tratamiento durante 12 meses o más, con<br />

lo que los trastornos sensitivos, motores y autonómicos se<br />

han ido recuperando. Este tratamiento es válido para la<br />

médula espinal y el cerebro, pero no están descritos en el<br />

presente trabajo por no ser sus objetivos.<br />

Enfermedad de Dupuytren de la mano<br />

El tratamiento debe comenzarse precozmente antes que<br />

la contractura de la fascia palmar provoque una flexión<br />

mantenida de los dedos. Después <strong>del</strong> masaje es importante<br />

realizar ejercicios de estiramiento palmar.<br />

Terapia ecológica. Quiromasaje terapéutico 201


OTRAS ENFERMEDADES<br />

Miembros espásticos<br />

Por lo general son consecuencia de trastornos<br />

neurológicos que afectan al cerebro o a la médula espinal,<br />

y por ende el tratamiento debe incluir a los miembros afectados,<br />

así como un masaje en la región craneoespinal.<br />

Miembros flácidos<br />

Estas alteraciones también se presentan por combinación<br />

de lesiones, ya sea central o periférica. El tratamiento<br />

es basado en masajes de la región craneoespinal y<br />

pellizqueo distal, independientemente que deben seguirse<br />

las normas de rehabilitación para las extremidades. Esto<br />

último es válido también para las lesiones espásticas.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

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checo. Berlin 1985.<br />

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202 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.2.1 a Aire Fig.2.1 b Aire<br />

Fig.2.2 a Cuerpo extraño Fig.2.2 b Cuerpo extraño<br />

Fig.2.2 c Cuerpo extraño Fig.2.2 d Calcificación<br />

Ilustraciones 209


Fig.2.3 a Colección Fig.2.3 b Calcificación<br />

Fig.3 a Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> muslo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.3 b Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.3 c Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> muslo con el<br />

transductor en corte transversal.<br />

Fig.3 d Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

210 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3 e Vista anatómica de la región posterior de la pierna con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.3 f Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />

MÚSCULO NORMAL<br />

Fig.3.1 a CL <strong>del</strong> tríceps sural.<br />

Fig.3.1 b CL en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />

Fig.3.1 c CT en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />

Fig.3.1 d CT en SieScape <strong>del</strong> tríceps sural.<br />

Ilustraciones 211


Fig.3.2 CT en SieScape <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.3 CT <strong>del</strong> recto interno y <strong>del</strong> aductor mayor.<br />

TRAUMA MUSCULAR<br />

Fig.3.4 a CT en un desgarro parcial <strong>del</strong> cuadríceps.<br />

Fig.3.4 b CT (vista compuesta) que muestra un desgarro parcial<br />

<strong>del</strong> cuadríceps.<br />

Fig.3.4 c CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> cuadríceps.<br />

Fig.3.4 d CT en SieScape que muestra un desgarro parcial <strong>del</strong><br />

cuadríceps (SieScape CT).<br />

212 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.4 e CT con DC en un paciente con desgarro parcial <strong>del</strong><br />

cuádriceps.<br />

Fig.3.4 f Otra vista con DC <strong>del</strong> paciente anterior.<br />

Fig.3.4 g CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.4 h CL en 3D de un desgarro parcial <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.5 CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> gastrocnemio.<br />

Fig.3.6 CT en un desgarro parcial <strong>del</strong> recto interno.<br />

Ilustraciones 213


Fig.3.7 a CL en un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />

Fig.3.7 b CL en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />

Fig.3.7 c CL en SieScape de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral<br />

mayor. La flecha señala las fibras musculares retraídas.<br />

Fig.3.7 d CT en 3D. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor <strong>del</strong> mismo<br />

paciente.<br />

Fig.3.7 e CL en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />

Fig.3.7 f CL en 3D de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />

214 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.7 g CL en SieScape de un desgarro parcial <strong>del</strong> pectoral<br />

mayor.<br />

Fig.3.7 h CL en 3D de paciente anterior.<br />

Fig.3.8 a CT en un paciente con ruptura casi total <strong>del</strong> oblicuo<br />

interno <strong>del</strong> abdomen.<br />

Fig.3.8 b CT <strong>del</strong> paciente anterior.<br />

Fig.3.9 a CL que muestra un pequeño dergarro parcial <strong>del</strong> recto<br />

abdominal anterior.<br />

Fig.3.9 b Cl en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior.<br />

Ilustraciones 215


Fig.3.9 c CL. Ruptura casi total <strong>del</strong> recto abdominal anterior.<br />

Fig.3.9 d CL en SieScape en que se observa mejor la ruptura<br />

muscular <strong>del</strong> recto anterior.<br />

Fig.3.9 e Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.3.9 f Vista en 3D <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.3.10 a CT en SieScape. Desgarro parcial <strong>del</strong> gastrocnemio.<br />

Fig.3.10 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

216 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.11 a CL. Pequeño desgarro <strong>del</strong> vasto lateral <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.11 b CL en SieScape que muestra aún mejor, el pequeño<br />

desgarro.<br />

Fig.3.12 a CT en SieScape. Desgarro parcial con gran hematoma<br />

<strong>del</strong> gastrocnemio.<br />

Fig.3.12 b CL en SieScape. El mismo caso de la figura anterior.<br />

Fig.3.13 a CL en SieScape. Ruptura total <strong>del</strong> recto anterior <strong>del</strong><br />

cuádriceps.<br />

Fig.3.13 b Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Ilustraciones 217


Fig.3.13 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve la ausencia<br />

<strong>del</strong> recto anterior.<br />

Fig.3.13 d CT en SieScape, por encima <strong>del</strong> corte anterior, donde<br />

se observa el cabo proximal <strong>del</strong> recto anterior roto.<br />

Fig.3.14 a CT. Se ve el pectoral mayor normal.<br />

Fig.3.14 b CT que muestra la ruptura casi total <strong>del</strong> pectoral mayor<br />

a nivel <strong>del</strong> borde axilar.<br />

Fig.3.14 c CL <strong>del</strong> caso anterior donde se demuestra el origen de<br />

la ruptura.<br />

Fig.3.14 d CL donde se ve aún mejor la lesión <strong>del</strong> pectoral mayor.<br />

218 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.14 e CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, donde se define mejor<br />

la lesión descrita.<br />

Fig.3.14 f CL en SieScape de la axila contralateral, donde se ve al<br />

músculo pectoral mayor normal.<br />

COLECCIONES EXTRAMUSCULARES<br />

Fig.3.15 a CL. Colección intermuscular en la pantorrilla.<br />

Fig.3.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, en que se puede<br />

determinar la extensión de la colección.<br />

Fig.3.15 c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.3.15 d CT en SieScape que muestra la relación de la colección<br />

hemática con las estructuras vecinas.<br />

Ilustraciones 219


Fig.3.16 a CL. Colección extramuscular en la pantorrilla, que<br />

comunica con la piel a través de un trayecto fistuloso.<br />

Fig.3.16 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se dibuja todo<br />

el trayecto fistuloso.<br />

COMPLICACIONES DE LAS RUPTURAS MUSCULARES<br />

Fig.3.17 a CL. Colección intramuscular postraumática.<br />

Fig.3.17 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.3.18 a CL en SieScape que muestra un quiste intramuscular<br />

postraumático.<br />

Fig.3.18 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza<br />

mejor el quiste.<br />

220 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.19 a CT. Gruesa calcificación, secuela de la ruptura <strong>del</strong><br />

cuádriceps.<br />

Fig.3.19 b SieScape en CT <strong>del</strong> caso anterior. Miositis osificante<br />

(flecha).<br />

Fig.3.19 c CT con transductor de 5 MHz que muestra una miositis<br />

osificante.<br />

Fig.3.19 d vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.3.20 a CT. Miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.20 b CT. Miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Ilustraciones 221


Fig.3.20 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.3.20 d CL en SieScape<strong>del</strong> mismo caso. Miositis osificante.<br />

Fig.3.21 a CL fase inicial de una miositis osificante <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.3.21 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.3.21 c CL en SieScape de una miositis osificante <strong>del</strong><br />

cuádriceps.<br />

Fig.3.21 d Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior. Miositis osificante.<br />

222 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


MIOSITIS<br />

Fig.3.22 a CL que muestra inversión de la ecoestructura muscular<br />

normal.<br />

Fig.3.22 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.3.22 c CT que muestra inversión de la ecoestructura muscular<br />

normal.<br />

Fig.3.22 d Vista de acercamiento <strong>del</strong> caso anterior. Miositis.<br />

Fig.3.22 e CL en una miositis. Desorganización de la ecoestructura<br />

muscular normal.<br />

Fig.3.22 f CL en una miositis. Inversión de la ecoestructura muscular.<br />

Ilustraciones 223


Fig.3.23 a CL se aprecian 2 colecciones intramusculares. Absceso<br />

de la región glútea.<br />

Fig.3.23 b CL. Vista magnificada de uno de los abscesos, con gruesos<br />

tabiques dentro de la cavidad.<br />

Fig.3.24 a CT <strong>del</strong> bíceps braquial con una gruesa colección a su<br />

nivel.<br />

Fig.3.24 b Vista de magnificación <strong>del</strong> caso anterior. Polimiositis.<br />

Fig.3.25 a CT. Gruesa calcificación <strong>del</strong> cuádriceps en una miositis<br />

osificante.<br />

Fig.3.25 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior en que se ven las<br />

calcificaciones (flecha).<br />

224 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.3.25 c Gruesa calcificación secuela de la ruptura <strong>del</strong><br />

cuadríceps (CT).<br />

Fig.3.25 d CL con técnica de SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Miositis<br />

osificante.<br />

SÍNDROME COMPARTIMENTAL<br />

Fig.3.26 a SC en SieScape que muestra un aumento de volumen<br />

<strong>del</strong> sóleo y disminución focal de su ecogenicidad .<br />

Fig.3.26 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior en que se aprecia<br />

mejor las alteraciones descritas.<br />

Fig.3.26 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se muestran<br />

mejor las alteraciones que caracterizan a este síndrome.<br />

Fig.3.26 d CT en SieScape vecino al anterior con inversión de la<br />

ecogenicidad muscular por síndrome compartimental.<br />

Ilustraciones 225


Fig.3.27 CL comparativo, donde se observa un síndrome compartimental <strong>del</strong> músculo tibial anterior izquierdo (septum fibroadiposos<br />

hiperecoicos y engrosamiento <strong>del</strong> músculo).<br />

Fig.3.28 CL donde se observa un síndrome compartimental <strong>del</strong> gemelo medial caracterizado por engrosamiento de la membrana<br />

musculoaponeurótica (x).<br />

226 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4a Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> pie con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.4 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />

(entre flechas) al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />

Fig.4.c Estudio ecográfico en CL de esa región posterior <strong>del</strong> tobillo<br />

donde se visualiza (entre flechas) la inserción<br />

fibrocartilaginosa <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />

Fig.4.d Estudio ecográfico en CL y con técnica de extendido de la<br />

región posterior <strong>del</strong> tobillo donde se visualiza (entre flechas)<br />

todo el tendón de Aquiles y su inserción<br />

fibrocartilaginosa.<br />

ASPECTO NORMAL<br />

Fig.4.1 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve al<br />

tendón <strong>del</strong> SE, hipoecoico, que se inserta en el troquin.<br />

Fig.4.1 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se abarca<br />

una mayor extensión de las estructuras anatómicas<br />

músculotendinosas <strong>del</strong> hombro.<br />

Ilustraciones 227


Fig.4.2 a CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro donde se ve al tendón<br />

<strong>del</strong> Se, hipoecoico, de forma triangular.<br />

Fig.4.2 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se visualiza<br />

el tendón insertándose en el troquiter.<br />

Fig.4.3 a CT posteroinferior <strong>del</strong> hombro donde se visualizan a los<br />

tendones <strong>del</strong> Ie y Rm, los que se insertan en el troquiter.<br />

Fig.4.3 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven aún<br />

mejor estas estructuras.<br />

Fig.4.4 a CL de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve al<br />

tendón de la PLB, con un aspecto fibrilar y rodeado de<br />

una línea ecogénica que corresponde con su vaina sinovial<br />

(flecha).<br />

Fig.4.4 b Vista en SieScape donde se aprecia la unión<br />

musculotendinosa de la PLB.<br />

228 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.5 CL de la región anterior de la rodilla en un niño de 3 años<br />

de edad. Nótese que la patela aún no está osificada. Se<br />

definen bien las inserciones tendinosas <strong>del</strong> cuádriceps y<br />

<strong>del</strong> patelar.<br />

Fig.4.6 CL de la región suprapatelar donde se observa al tendón<br />

<strong>del</strong> cuádriceps normal y su inserción en la patela. Véase<br />

su aspecto fibrilar y su relativa baja ecogenicidad.<br />

Fig.4.7 a CL <strong>del</strong> tendón patelar. Véase su aspecto fibrilar normal.<br />

Fig.4.7 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se visualiza<br />

al tendón patelar en toda su extensión.<br />

Fig.4.8 a CT a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> tobillo. Se observan<br />

ambos tendones peroneos (T) como sendos nódulos<br />

ecogénicos, rodeados de un fino halo de baja ecogenicidad<br />

que corresponde con líquido sinovial.<br />

Fig.4.8 b CL <strong>del</strong> mismo paciente con estudio de la cara medial<br />

<strong>del</strong> tobillo donde se define al tendón <strong>del</strong> flexor propio<br />

<strong>del</strong> 1er. dedo. Nótese su aspecto fibrilar normal.<br />

Ilustraciones 229


TENDINOPATÍAS INFLAMATORIAS<br />

Fig.4.9 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se observan todos<br />

los tendones que cursan por este canal rodeados de líquido<br />

sinovial.<br />

Fig.4.9 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente en que se seleccionaron 2 de<br />

los tendones donde se demuestra, aún mejor, las lesiones.<br />

Fig.4.10 a CT en SieScape en la cara palmar de la mano que<br />

muestra signos de tenosinovitis <strong>del</strong> flexor profundo <strong>del</strong><br />

4to. dedo.<br />

Fig.4.10 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente a nivel <strong>del</strong> 4to. dedo donde<br />

se demuestra, aún mejor, lo anteriormente descrito.<br />

Fig.4.11 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se demuestra la<br />

presencia de moderados signos de tenosinovitis.<br />

Fig.4.11 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se define a uno<br />

de estos tendones. Nótese que se visualiza la distensión de<br />

la vaina con material ecogénico en su interior (flecha).<br />

230 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.12 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> primer dedo. Polea A1.<br />

Tenosinovitis estenosante <strong>del</strong> flexor largo <strong>del</strong> pulgar.<br />

Fig.4.12 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> primer dedo <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.4.13 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano<br />

derecha. Tenosinovitis.<br />

Fig.4.13 b CT distal a la articulación MCF <strong>del</strong> 3er. dedo de la<br />

mano derecha <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.4.13 c Doppler color <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.4.13 d Doppler color <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Ilustraciones 231


Fig.4.14 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />

un engrosamiento en la inserción de los tendones<br />

epitrocleares (T), con aumento de su ecogenicidad.<br />

Fig.4.14 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se logra definir<br />

mejor al tendón engrosado y ecogénico, con gruesa<br />

calcificación.<br />

Fig.4.14.c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.4.14 d CL en 3D <strong>del</strong> paciente anterior, donde se demuestra<br />

aún mejor todo lo descrito.<br />

Fig.4.15 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />

engrosamiento y ecogenicidad mixta <strong>del</strong> tendón común<br />

de los extensores <strong>del</strong> carpo (T) por proceso inflamatorio<br />

crónico agudizado.<br />

Fig.4.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde, además de<br />

todo lo descrito, se demuestra la presencia de una calcificación<br />

en proyección de la inserción tendinosa (flechas).<br />

232 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.16 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo de otro paciente con<br />

cuadro ecográfico similar al descrito en el paciente anterior.<br />

Fig.4.16 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />

mejor todo el tendón y sus alteraciones (flechas).<br />

Fig.4.17 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se demuestra<br />

la distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />

Fig.4.17 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde además se<br />

pone de manifiesto toda la relación anatómica <strong>del</strong> tendón<br />

de la PLB con las estructuras vecinas.<br />

Fig.4.18 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro con signos de<br />

tenosinovitis de la PLB.<br />

Fig.4.18 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra la<br />

distensión de la vaina sinovial, con engrosamiento de sus<br />

paredes (flechas) .<br />

Ilustraciones 233


Fig.4.19 a CT selectivo de la PLB a nivel de la región anterosuperior<br />

<strong>del</strong> brazo. Se definen signos importantes de<br />

tenosinovitis crónica con engrosamiento de las paredes<br />

de la bursa(x).<br />

Fig.4.19 b CL <strong>del</strong> paciente anterior donde se corrobora lo anteriormente<br />

descrito.<br />

Fig.4.20 a CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis<br />

crónica (flecha) de la PLB.<br />

Fig.4.20 b CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis<br />

crónica de la PLB, La flecha señala la gran proliferación<br />

sinovial.<br />

Fig.4.21 a CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> hombro que muestra<br />

moderado engrosamiento <strong>del</strong> tendón de la PLB y<br />

distensión de su vaina con abundante material espeso<br />

en su interior.<br />

Fig.4.21 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />

mejor lo descrito anteriormente.<br />

234 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.22 a CT a nivel de la región posteromedial <strong>del</strong> muslo donde<br />

se definen las estructuras tendinosas que forman el tendón<br />

<strong>del</strong> pie anserino rodeadas de un halo hipoecoico por<br />

la vaina sinovial distendida.<br />

Fig.4.22 b CL a nivel de uno de los tendones <strong>del</strong> pie anserino<br />

donde se demuestra la moderada distensión de su vaina<br />

sinovial con material ecogénico en su interior.<br />

Fig.4.23 a CL infrapatelar donde se ve al tendón patelar difusamente<br />

engrosado, a predominio de su mitad proximal,<br />

con disminución de su ecogenicidad.<br />

Fig.4.23 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa<br />

al tendón patelar en toda su longitud, así como un área<br />

de fibrosis próximo al origen <strong>del</strong> mismo (flecha)..<br />

Fig.4.24 CL en la región posterior <strong>del</strong> tobillo. Tenosinovitis crónica <strong>del</strong><br />

tibial posterior, con proliferación de las vellosidades sinoviales.<br />

Ilustraciones 235


Fig.4.25 a CL de la cara medial <strong>del</strong> tobillo donde se definen signos<br />

de tenosinovitis <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tibial posterior.<br />

Fig.4.25 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve aún<br />

mejor lo descrito anteriormente.<br />

Fig.4.26 a CT de la cara lateral <strong>del</strong> tobillo donde se visualizan<br />

ambos tendones peroneos engrosados y con distensión<br />

de su vaina sinovial.<br />

Fig.4.26 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se evidencia mejor lo<br />

descrito anteriormente en el tendón <strong>del</strong> peroneo largo.<br />

TENDINOPATÍAS DEGENERATIVAS<br />

Fig.4.27 a CL de la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo de la mano con<br />

signos de una tenosinovitis crónica <strong>del</strong> flexor profundo,<br />

con gran distensión de su vaina sinovial y abundante<br />

contenido de material sólido.<br />

Fig.4.27 b CL en SieScape donde se ve aún mejor lo descrito anteriormente.<br />

La flecha señala la distensión crónica de la<br />

vaina sinovial.<br />

236 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.28 CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro donde se observan cambios<br />

en la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se por lesión antigua<br />

(flechas).<br />

Fig.4.29 CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro, con acentuados cambios<br />

en la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se y presencia de una<br />

gruesa calcificación (flecha), asociado a ligera distensión<br />

de la bursa subacromial.<br />

Fig.4.30 a CT posteroexterno <strong>del</strong> hombro con pobre definición<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se, que se muestra muy ecogénico y con<br />

presencia de 2 gruesas calcificaciones (flechas).<br />

Fig.4.30 b CT posteroinferior <strong>del</strong> mismo paciente, con alteraciones<br />

similares en el tendón <strong>del</strong> Rm, el que muestra una<br />

gruesa calcificación en su inserción (flecha).<br />

Fig.4.31 a CL a nivel de la cara lateral de la cadera donde se<br />

observa engrosamiento con alteración de la ecogenicidad<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo medio (flechas).<br />

Fig.4.31 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se observan aún mejor<br />

las lesiones.<br />

Ilustraciones 237


Fig.4.32 a CL suprapatelar donde se observa la presencia de un<br />

área ecogénica en la inserción <strong>del</strong> cuadríceps sugestiva<br />

de una zona de fibrosis (flecha).<br />

Fig.4.32 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se definen aún<br />

mejor las alteraciones <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuadríceps ya descritas.<br />

Fig.4.33 a CL a nivel <strong>del</strong> borde posterior <strong>del</strong> tobillo donde se<br />

observa engrosamiento <strong>del</strong> tendón de Aquiles por presencia<br />

de xantomas.<br />

Fig.4.33 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente, en que se define mejor la<br />

lesión xantomatosa.<br />

RUPTURAS TENDINOSAS<br />

Fig.4.34 a CL en la cara dorsal, <strong>del</strong> metacarpo donde se aprecia<br />

engrosamiento <strong>del</strong> tendón extensor <strong>del</strong> 1er. dedo, con<br />

retracción de sus haces por sección traumática. La vaina<br />

sinovial está distendida con presencia de material<br />

ecogénico en su interior.<br />

Fig.4.34 b CL a nivel metacarpiano algo más proximal que el<br />

anterior, demostrándose ausencia <strong>del</strong> tendón en el interior<br />

de su vaina.<br />

238 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.34 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa<br />

el arrollamiento proximal <strong>del</strong> tendón (flecha).<br />

Fig.4.34 d Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.4.34 e CT <strong>del</strong> 1er. metacarpiano <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />

hay ausencia <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor propio de este dedo<br />

en el interior de su vaina.<br />

Fig.4.34 f CL en 3D donde se ve mejor la ruptura tendinosa total<br />

y la vaina distendida con abundante material espeso en<br />

su interior.<br />

Fig.4.35 a CT a distintos niveles <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong><br />

carpo. En los cortes 1 y 2 se ve al tendón en el interior de<br />

su vaina; en el corte 3 el tendón está ausente y en el<br />

corte 4 se observa el cabo distal retraído, por una ruptura<br />

total.<br />

Fig.4.35 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se comprueba<br />

la ruptura total <strong>del</strong> tendón antes descrita (flecha).<br />

Ilustraciones 239


Fig.4.36 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se observan<br />

signos de desgarro parcial en el origen <strong>del</strong> tendón<br />

común <strong>del</strong> extensor <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.4.36 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente observándose al<br />

tendón en toda su longitud.<br />

Fig.4.37 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo. Se observa desinserción<br />

humeral <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.4.37 b Otra vista similar a la anterior <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Nótese la presencia de colección líquida (sangre) asociada<br />

a la retracción tendinosa (flechas).<br />

Fig.4.38 a CT comparativo de la región anterior de ambos hombros<br />

observándose la ausencia <strong>del</strong> tendón de la PLB <strong>del</strong><br />

interior de la corredera bicipital en la imagen de la derecha<br />

por ruptura completa <strong>del</strong> tendón. El lado opuesto<br />

es normal.<br />

Fig.4.38 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se observa material<br />

ecogénico dentro de la corredera, posiblemente en relación<br />

con la presencia de sangre o tejido de granulación,<br />

sin que se observe al tendón de la PLB.<br />

240 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.39 a CT a nivel posteroexterno <strong>del</strong> hombro. Se define un<br />

área de ecogenicidad mixta por ruptura parcial<br />

(intrasustancia) de la inserción <strong>del</strong> Se. La bursa<br />

subacromial (b) está distendida.<br />

Fig.4.39 b Otra vista de la región posteroexterna <strong>del</strong> hombro<br />

donde se observan signos de ruptura parcial extensa <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> Se (flechas). La bursa subacromial (b) muestra<br />

sus paredes engrosadas.<br />

Fig.4.39 c CT en SieScape de la región posteroexterna <strong>del</strong> hombro.<br />

Nótese el aplanamiento <strong>del</strong> borde superficial <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> Se, por desgarro parcial antiguo. El tendón<br />

muestra áreas ecogénicas en su interior.<br />

Fig.4.39 d CT en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven mejor las<br />

lesiones antiguas (intrasustancia) <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flechas).<br />

Fig.4.40 a CL de la región infrapatelar con signos de ruptura<br />

parcial <strong>del</strong> tendón patelar y presencia de una colección<br />

líquida vecina (flechas).<br />

Fig.4.40 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso donde, además, se<br />

visualiza al tendón en toda su longitud.<br />

Ilustraciones 241


Fig.4.41 a CL suprapatelar donde se observa ruptura total <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> cuadríceps. Hay distensión de la bursa<br />

suprapatelar con múltiples tabiques internos (flechas).<br />

Fig.4.41 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso donde de ve aún mejor<br />

lo descrito anteriormente (flechas).<br />

Fig.4.42 a CL en SieScape suprapatelar con signos de ruptura<br />

total <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> cuadríceps.<br />

Fig.4.42 b CL en SieScape de la región infrapatelar <strong>del</strong> mismo<br />

paciente donde se demuestra el arrollamiento <strong>del</strong> tendón<br />

patelar por ruptura <strong>del</strong> tendón cuadricipital.<br />

Fig.4.43 a CT infrapatelar donde se demuestra la presencia de<br />

un área hipoecoica en relación con una colección por<br />

ruptura parcial <strong>del</strong> tendón patelar.<br />

Fig.4.43 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra lo descrito<br />

anteriormente.<br />

242 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.4.43 c CL en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se ve aún<br />

mejor todo el tendón patelar y su ruptura.<br />

Fig.4.43 d CL en SieScape de la región infrapatelar donde se<br />

observan signos de engrosamiento <strong>del</strong> tercio proximal<br />

<strong>del</strong> tendón patelar por desgarro parcial intrasustancia.<br />

Fig.4.44 a CL a nivel de la región dorsal <strong>del</strong> 5to. dedo <strong>del</strong> pie<br />

donde se observa ruptura y retracción hacia arriba <strong>del</strong><br />

tendón extensor profundo, asociado a una colección líquida<br />

por <strong>del</strong>ante.<br />

Fig.4.44 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestra<br />

todo lo anteriormente descrito (flecha).<br />

Fig.4.45 a CL <strong>del</strong> tendón de Aquiles, donde se ve engrosamiento<br />

marcado <strong>del</strong> mismo con gruesas calcificaciones<br />

intrasustancia.<br />

Fig.4.45 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde hay una<br />

mejor visualización de la lesión.<br />

Ilustraciones 243


Fig.5 a Vista anatómica de la región medial de la rodilla con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.5 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />

el complejo cápsulo ligamentoso medial (*).<br />

ASPECTO NORMAL<br />

Fig.5.1 CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se<br />

visualiza el ligamento humeral transverso a nivel de la<br />

corredera bicipital.<br />

Fig.5.2 CL a nivel de la cara lateral de la rodilla donde se ve el<br />

ligamento colateral peroneo.<br />

Fig.5.3 a CT a nivel <strong>del</strong> carpo donde se ve el ligamento transverso<br />

normal (flecha).<br />

Fig.5.3 b CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el ligamento<br />

transverso de aspecto normal (+).<br />

244 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


LESIONES LIGAMENTARIAS<br />

Fig.5.4 a CL en el hombro donde se observa un engrosamiento<br />

<strong>del</strong> ligamento coracoacromial asociado con distensión de<br />

la bursa subacromial. Hombro de choque.<br />

Fig.5.4 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor el<br />

ligamento engrosado (flechas).<br />

Fig.5.5 a CL a nivel de la cara lateral de la rodilla donde se ve el<br />

ligamento colateral con un área hipoecoica en su inserción<br />

distal, por desgarro (flecha).<br />

Fig.5.5 b CL <strong>del</strong> retináculo lateral de la rodilla donde se observa<br />

un área hipoecoica cercana a la patela por desgarro parcial<br />

(flechas).<br />

Fig.5.5 c Vista en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se ve aún<br />

mejor la lesión <strong>del</strong> retináculo (flecha) y su relación con<br />

la bursa suprapatelar distendida.<br />

Fig.5.5 d Vista en 3D <strong>del</strong> mismo paciente en que se demuestra<br />

distensión de la bursa y ruptura <strong>del</strong> retináculo (flechas).<br />

Ilustraciones 245


Fig.5.6 CL <strong>del</strong> retináculo medial de la rótula donde se observa<br />

retracción <strong>del</strong> mismo por ruptura total (flechas).<br />

Fig.5.7 CL <strong>del</strong> ligamento colateral peroneo con ruptura parcial<br />

de sus haces en su porción distal (flechas).<br />

Fig.5.8 a CT en que se aprecia engrosamiento <strong>del</strong> complejo<br />

capsuloligamentoso medial de la rodilla (flechas).<br />

Fig.5.8 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Ruptura parcial cápsula-ligamentosa.<br />

Fig.5.9 a CL <strong>del</strong> ligamento colateral medial de la rodilla donde se<br />

observa una calcificación en su origen (flechas) por lesión<br />

crónica <strong>del</strong> mismo.<br />

Fig.5.9 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve aún<br />

mejor la lesión crónica calcificada (flechas).<br />

246 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.5.10 a CL <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso medial de la rodilla<br />

donde se observa una lesión de su componente profundo<br />

(Lig. menisco-femoral).<br />

Fig.510 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. Se visualiza aún<br />

mejor la lesión <strong>del</strong> ligamento menisco-femoral (flecha).<br />

Fig.5.11 a CL. Ruptura <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior,<br />

con una gruesa calcificación.<br />

Fig.5.11 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza<br />

mejor la calcificación (flecha) <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino<br />

anterior.<br />

Fig.5.12 a CL Ruptura parcial (flecha) <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino<br />

anterior con un hematoma.<br />

Fig.5.12 b CT Ruptura total <strong>del</strong> ligamento peroneo-astragalino<br />

anterior con un arrancamiento óseo (flecha) y hematoma<br />

asociado (+).<br />

Ilustraciones 247


Fig.5.13 CL Estudio comparativo. Distensión <strong>del</strong> ligamento peroneoastragalino anterior derecho. El lado izquierdo es normal.<br />

Fig.6. a Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> muslo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.6.b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />

(entre flechas) al nervio ciático.<br />

ASPECTO NORMAL<br />

Fig.6.1 a CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se ve al nervio<br />

cubital (+) inmediatamente por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />

transverso en íntimo contacto con la arteria <strong>del</strong> mismo<br />

nombre (flecha).<br />

Fig.6.2 a CL <strong>del</strong> nervio ciático. Nótese su aspecto fibrilar normal.<br />

248 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.6.2 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. (flechas)<br />

Fig.6.2 c CT <strong>del</strong> mismo paciente (flecha).<br />

LESIONES INFLAMATORIAS<br />

Fig.6.3 a CL <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio mediano con pérdida<br />

de su ecoestructura normal y contornos mal definidos (+).<br />

Fig.6.3 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso (flecha).<br />

Fig.6. 4 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Nervio mediano<br />

normal.<br />

Fig.6.4 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> lado contralateral.<br />

Aplanamiento <strong>del</strong> nervio mediano por engrosamiento <strong>del</strong><br />

ligamento transverso.<br />

Ilustraciones 249


ATRAPAMIENTO NERVIOSO<br />

Fig.6.5 a CT a nivel <strong>del</strong> carpo donde se ve el engrosamiento <strong>del</strong><br />

ligamento transverso (flecha) y la deformidad que le<br />

produce al nervio mediano.<br />

Fig.6.5 b CT por encima <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio<br />

mediano (flecha) englobado parcialmente por una masa<br />

hipoecoica en relación con tejido de granulación.<br />

Fig.6.5 c Otra vista transversal <strong>del</strong> paciente anterior.<br />

Fig.6.5 d Fig.6. Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.6.5 e CL por encima <strong>del</strong> canal carpiano donde se ve al nervio<br />

mediano mal definido y englobado por un área hipoecoica<br />

(flechas).<br />

Fig.6.5 f Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

250 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.6.6 a CL a nivel <strong>del</strong> canal <strong>del</strong> carpo donde se ve al nervio<br />

mediano mal definido (flecha) con aumento de su<br />

ecogenicidad, después <strong>del</strong> tratamiento quirúrgico.<br />

Fig.6.6 b CL <strong>del</strong> caso anterior ligeramente mas distal.<br />

TUMORES<br />

Fig.6.7 a CL a nivel de la región posterior y tercio distal de la<br />

pierna. Neuroma <strong>del</strong> tibial posterior.<br />

Fig.6.7 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.6.8 a CL a nivel <strong>del</strong> borde medial <strong>del</strong> pie donde se ve una<br />

lesión nodular hipoecoica en proyección <strong>del</strong> nervio plantar<br />

medial.<br />

Fig.6.8 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Ilustraciones 251


Fig.6.8 c CL en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior. Neuroma plantar.<br />

HOMBRO NORMAL<br />

Fig.7.1 a.CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro. Se ve al tendón<br />

<strong>del</strong> SE.<br />

Fig.7.1 b CT de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro, con visualización<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.7.1 c Otra vista <strong>del</strong> caso anterior donde se ve la bursa<br />

subacromial (flecha).<br />

Fig.7.1 d CT por debajo <strong>del</strong> anterior en que se ven los tendones<br />

<strong>del</strong> Ie y Rm.<br />

252 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CODO NORMAL<br />

Fig.7.2 a CL en la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se define al hueso<br />

subcondral de los extremos óseos de la articulación e<br />

inmediatamente por <strong>del</strong>ante de los mismos una fina banda<br />

hipoecoica que corresponde al cartílago articular.<br />

Entre el cartílago y el bíceps braquial se ve al tendón<br />

epicodíleo, de mayor ecogenicidad.<br />

Fig.7.2 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente en la cara radial <strong>del</strong> codo<br />

en que se define mejor el bíceps braquial.<br />

Fig.7.2 c CT a nivel de la fosa olecraneana <strong>del</strong> codo donde se<br />

define al cartílago articular como una fina banda<br />

hipoecoica vecina al hueso subcondral.<br />

Fig.7.2 d CT en la región anterior <strong>del</strong> codo donde se ven las estructuras<br />

musculares de la región y al cartílago articular.<br />

Fig.7.2 e CL en SieScape en la cara cubital de la articulación<br />

donde se visualizan los músculos pronador redondo<br />

braquial anterior, así como a la cortical de las extremidades<br />

óseas de la articulación.<br />

Fig.7.2 f CL en SieScape en la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se ven<br />

a los músculos braquiorradial, bíceps braquial, así como<br />

a la cortical de los huesos que forman la articulación.<br />

Ilustraciones 253


MANO Y MUÑECA NORNALES<br />

Fig.7.3 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el ligamento<br />

transverso (flechas) y por detrás algunos de los<br />

flexores <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.7.3 b Otra vista similar <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.7.3 c CL a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el nervio<br />

mediano.<br />

Fig.7.3 d CL más proximal, <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.7.3 e CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observan el<br />

nervio y la arteria cubital (flechas)<br />

Fig.7.3 f CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el nervio<br />

cubital (flecha), por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor (+).<br />

254 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.7.3 g CL a nivel de la muñeca donde se define el fibrocartílago<br />

triangular interpuesto entre el cúbito y el piramidal<br />

(flecha), por detrás <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.7.3 h Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />

el fibrocartílago triangular (flecha).<br />

CADERA NORMAL<br />

Fig.7.4 a CL en región anterior de la cadera de un niño donde se<br />

ve el grueso cartílago y la línea de crecimiento.<br />

Fig.7.4 b CL en la cadera de un adulto donde se ve el cartílago y<br />

la ecogenicidad de la cortical vecina.<br />

Fig.7.4 c CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve la porción anterior<br />

<strong>del</strong> labrum acetabular (flecha).<br />

Fig.7.4 d CT <strong>del</strong> mismo caso, para visualizar el labrum (flecha).<br />

Ilustraciones 255


RODILLA NORMAL<br />

Fig.7.5 a CL en la región anterior de la rodilla de un niño donde<br />

se ve la patela y sus tendones vecinos y por detrás la<br />

tróclea femoral con su cartílago.<br />

Fig.7.5 b CL de la región suprapatelar de un adulto, donde se ve<br />

la inserción <strong>del</strong> cuadríceps y por detrás la grasa de la<br />

región.<br />

Fig.7.5 c CL infrapatelar en que se observa al tendón patelar y<br />

por detrás a la grasa de Hoffa.<br />

Fig.7.5 d CT de la región infrapatelar en que se visualiza al cartílago<br />

intercondíleo.<br />

Fig.7.5 e CL en SieScape <strong>del</strong> tendón patelar <strong>del</strong> mismo caso que<br />

se visualiza en toda su extensión.<br />

Fig.7.5 f CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, pero estudiando la<br />

rodilla opuesta para realizar mediciones comparativas.<br />

256 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TOBILLO Y PIE NORMALES<br />

Fig.7.6 a CL en SieScape de la región anterior <strong>del</strong> tobillo, para<br />

visualizar al tendón <strong>del</strong> tibial anterior.<br />

Fig.7.6 b CT <strong>del</strong> mismo caso. Se visualizan los tendones <strong>del</strong> tibial<br />

anterior y <strong>del</strong> extensor común de los dedos.<br />

Fig.7.6 c CL en la región anterior <strong>del</strong> tobillo a nivel de uno de los<br />

tendones extensores.<br />

Fig.7.6 d CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> tobillo para visualizar<br />

los tendones extensores <strong>del</strong> pie.<br />

Fig.7.6 e CT en la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Otra vista de los<br />

tendones extensores <strong>del</strong> pie.<br />

Fig.7.6 f CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. Se obtiene una visualización<br />

panorámica de los tendones.<br />

Ilustraciones 257


Fig.7.6 g CL .en la región posterior <strong>del</strong> tobillo, para el estudio<br />

<strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />

Fig.7.6 h CT <strong>del</strong> caso anterior, a nivel <strong>del</strong> tendón de Aquiles.<br />

Fig.7.6 i CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior a nivel de la unión<br />

musculotendinosa <strong>del</strong> Aquiles.<br />

Fig.7.6 j CL más distal, en SieScape, <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.7.6 k CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> tercio distal<br />

de la pierna y tobillo para visualizar al músculo tríceps<br />

sural y su tendón.<br />

Fig.7.6 l Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se visualizan<br />

mejor estas estructuras.<br />

258 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ALTERACIONES PATOLÓGICAS<br />

Bursas<br />

A B A B<br />

Fig.7.7 CT suprapatelar en SieScape. Distensión de la bursa (B).<br />

Esquema (A).<br />

Fig.7.8 CL infrapatelar en SieScape. Bursitis prepatelar (B). Esquema<br />

(A).<br />

A B<br />

Fig.7.9 CT en SieScape de la región poplítea. Quiste de Baker<br />

(B). Esquema (A).<br />

Fig.7.10 CL comparativos en región aquiliana. Bursitis preaquiliana<br />

bilateral.<br />

Fig.7. 11 a CL de la región pre-patelar. Bursitis gotosa.<br />

Fig.7.11 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza mejor la<br />

bursitis.<br />

Ilustraciones 259


Fig.7.12 a CT en SieScape de la región poplítea. Calcificación en<br />

un quiste de Baker.<br />

Fig.7.12 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, en que se visualizan<br />

mejor las calcificaciones (flechas).<br />

Fig.7.13 a CL de la región aquiliana. Bursitis crónica.<br />

Fig.7.13 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.7.14 CL en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Tendinitis crónica<br />

de la PLB. Bursitis sub<strong>del</strong>toidea crónica.<br />

Fig.7.15 CT en la región anterior <strong>del</strong> hombro. Bursitis crónica<br />

calcificada.<br />

260 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


A B A B<br />

Fig.7.16 CL infrapatelar. Bursitis crónica prepatelar (B). Esquema<br />

(A).<br />

Fig.7.17 CT suprapatelar en SieScape. Derrame articular y<br />

sinovitis crónica (A). Esquema (B).<br />

Fig.7.18 a CT suprapatelar. Bursitis crónica.<br />

Fig.7.18 b CL compuesto <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la proliferación<br />

sinovial.<br />

Fig.7.18 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.7.19 CC en 3D de la cadera. Sinovitis crónica con proliferación<br />

sinovial.<br />

Ilustraciones 261


Fig.7.20 a CT en SieScape en la región anterior <strong>del</strong> hombro.<br />

Bursitis.<br />

Fig.7.20 b CT en SieScape en la región posterolateral <strong>del</strong> hombro<br />

<strong>del</strong> mismo paciente. Bursitis.<br />

ALTERACIONES SINOVIALES<br />

Fig.7.21 CL <strong>del</strong> compartimento medial de la rodilla. Sinovitis<br />

Fig.7.22 CT <strong>del</strong> carpo. Sinovitis.<br />

Fig.7.23 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Proliferación sinovial<br />

sin derrame articular.<br />

Fig.7.23 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, con mejor visualización<br />

de la lesión sinovial.<br />

262 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.7.24 CL en SieScape que muestra osteofitos en una<br />

osteoartritis de la rodilla.<br />

Fig.7.25 CT comparativo en región infrapatelar. Engrosamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago con destrucción <strong>del</strong> hueso subcondral derecho.<br />

LESIONES CARTILAGINOSAS<br />

Fig.7.26 CL a nivel <strong>del</strong> compartimento posteromedial de la rodilla.<br />

Lesión meniscal. (flechas)<br />

Fig.7.27 CL a nivel <strong>del</strong> compartimento posterolateral de la rodilla.<br />

Lesión meniscal profunda (flechas).<br />

Fig.7.28 a CL en el compartimento medial de la rodilla donde se<br />

sospecha un quiste parameniscal.<br />

Fig.7.28 b CL en SieScape <strong>del</strong> compartimento medial de la rodilla<br />

<strong>del</strong> mismo paciente donde se confirma el quiste<br />

parameniscal.<br />

Ilustraciones 263


Fig.7.29 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Lesión <strong>del</strong><br />

fibrocartílago triangular (flecha)<br />

Fig.7.29 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo, comparativa, <strong>del</strong> mismo<br />

caso.<br />

PLICAS<br />

Fig.7.30 CLO en región infrapatelar. Plica sinovial (flecha) sin<br />

signos inflamatorios.<br />

Fig.7.31 CLO infrapatelar de ambas rodillas. Gran engrosamiento<br />

de la plica medio-patelar izquierda con afinamiento <strong>del</strong><br />

cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

CARTÍLAGO ÓSEO<br />

Fig.7.32 CT en SieScape en región infrapatelar derecha. Afinamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago articular hacia el cóndilo medial.<br />

Fig.7.33 CT comparativo en región infrapatelar. Afinamiento <strong>del</strong><br />

cartílago articular <strong>del</strong> cóndilo lateral derecho.<br />

264 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CUERPOS LIBRES<br />

Fig.7.34 a CT en SieScape en región suprapatelar. Presencia de<br />

cuerpos libres intraarticulares (flechas).<br />

Fig.7.34 b CT en SieScape en región suprapatelar <strong>del</strong> mismo paciente<br />

(B). Esquema (A).<br />

Fig.7.35 a CT parapatelar medial. Cuerpo libre intraarticular<br />

(flecha)<br />

Fig.7.35 b CL suprapatelar <strong>del</strong> mismo caso. Cuerpos libres<br />

intraarticulares.<br />

Fig.7.36 CL en el compartimento medial de la rodilla. Cuerpo<br />

libre intraarticular (flechas)<br />

Fig.7.37 CL en región suprapatelar. Cuerpos libres<br />

intraarticulares (flechas).<br />

Ilustraciones 265


Fig.7.38 CL en el compartimiento medial de la rodilla. Masa compleja<br />

intraarticular.<br />

Fig.7.39 CL en SieScape en el compartimiento medial de la rodilla.<br />

Cuerpo libre intraarticular.<br />

Fig.7.40 CL en SieScape en región infrapatelar. Cuerpos libres<br />

intraarticulares (flechas)<br />

Fig.7.41 CL en compartimiento lateral de las rodillas. Masa compleja<br />

intraarticular.<br />

TUMORES<br />

Fig.7.42 a CT en región infrapatelar. Masa intraarticular.<br />

Fig.7.42 b CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se define mejor<br />

la lesión.<br />

266 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.7.43 a CL en el compartimiento lateral de la rodilla. Masa<br />

compleja intraarticular.<br />

Fig7.43 b CT infrapatelar a nivel de la meseta tibial <strong>del</strong> mismo<br />

caso.<br />

MASAS EXTRAARTICULARES<br />

Fig.7.44 CL en región lumbosacra. Gran masa tumoral que produce<br />

invasión a las estructuras óseas vecinas.<br />

Fig.7.45 CL en la región posterior <strong>del</strong> brazo. Tumor óseo con<br />

crecimiento extraóseo e invasión a los planos musculares<br />

vecinos (flechas).<br />

LESIONES DE LOS TENDONES<br />

Fig.7.46 CL en la cara anterior <strong>del</strong> hombro. Tenosinovitis crónica<br />

de la PLB.<br />

Fig.7.47 CL en región suprapatelar. Calcificaciones en la inserción<br />

<strong>del</strong> cuádriceps (flechas).<br />

Ilustraciones 267


Fig.7.48 a CL en la cara dorsal y radial <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong> antebrazo.<br />

Ganglión quístico <strong>del</strong> extensor propio <strong>del</strong> pulgar.<br />

Fig.7.48 b CL en la cara dorsal y radial <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong> antebrazo<br />

<strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.7.49 a CL en cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano. Ganglión<br />

quístico articular.<br />

Fig.7.49 b CL <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza mejor la situación<br />

<strong>del</strong> ganglión.<br />

Fig.7.49 c CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.7.50 CL en la cara dorsal <strong>del</strong> carpo. Ganglión quístico articular.<br />

268 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.7.51 CL suprapatelar. Insercionitis ligera (flechas)<br />

Fig.7.52 CL infrapatelar. Insercionitis proximal.<br />

LESIONES DE LOS LIGAMENTOS<br />

Fig.7.53 CT en la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Engrosamiento <strong>del</strong> ligamento<br />

transverso (flechas).<br />

Fig.7.54 CT a nivel de la región superior <strong>del</strong> hombro.<br />

Deshilachamiento <strong>del</strong> ligamento coracoacromial en su<br />

mital distal (flechas).<br />

Fig.7.55 a CL compuesto <strong>del</strong> compartimiento medial de la rodilla.<br />

Engrosamiento y desgarro parcial <strong>del</strong> complejo<br />

capsuloligamentoso (flechas).<br />

Fig.7.55 b CL compuesto <strong>del</strong> mismo caso. Calcificación <strong>del</strong> extremo<br />

proximal <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso.<br />

Ilustraciones 269


LESIONES ÓSEAS<br />

Fig.8.1 a CL a nivel <strong>del</strong> tercio medio de la tibia. Engrosamiento<br />

cortical por periostitis en un maratonista (flecha).<br />

Fig.8.1 b CT <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza mejor la zona de<br />

periostitis (flecha).<br />

Fig.8.2 CL comparativo a nivel de las espinas ilíacas<br />

anterosuperior. Solución de continuidad e irregularidad<br />

por fractura en el lado izquierdo (flecha).<br />

Fig.8.3 CL con técnica de SieScape a nivel <strong>del</strong> tercio inferior de<br />

la pierna. Solución de continuidad en la superficie<br />

cortical <strong>del</strong> peroné por fractura (flecha).<br />

Fig.8.4 CL a nivel de la cara dorsal de la muñeca. Interrupción<br />

en la superficie cortical <strong>del</strong> escafoides (flecha).<br />

270 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.8.5 a CL prepatelar. Interrupción en la superficie cortical de<br />

la patela por fractura (flecha).<br />

Fig.8.5 b CT a nivel patelar. Interrupción de la superficie cortical<br />

de la patela por fractura (flecha).<br />

Fig.8.5 c CL prepatelar <strong>del</strong> caso anterior con transductor de 14<br />

MHz. Se ve aun mejor la fractura (flecha).<br />

Fig.8.5 d CC en 3D de la patela <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve aún<br />

mejor el área de fractura.<br />

Fig.8.6 CL a nivel de la muñeca. Fractura <strong>del</strong> tercio distal <strong>del</strong><br />

radio, algo desplazada y con escasa colección vecina por<br />

hematoma fracturario (flecha).<br />

Fig.8.7 CL <strong>del</strong> codo de un niño. Fractura por avulsión <strong>del</strong> cóndilo<br />

humeral con escasa colección vecina por hematoma<br />

fracturario (flecha).<br />

Ilustraciones 271


Fig.8.8 CL a nivel de 1/3 distal <strong>del</strong> antebrazo. Fractura <strong>del</strong> radio,<br />

con cavidad seudoartrósica por retardo en la consolidación<br />

(flecha).<br />

Fig.8.9 CL a nivel de la región anterior de la rodilla (meseta tibial).<br />

Presencia de cuerpos extraños metálicos (flechas dobles)<br />

por osteosíntesis a este nivel. Las flechas sencillas señalan<br />

el artefacto en cola de cometa.<br />

Fig.8.10 CL en 1/3 medio de la tibia. Gran colección celular en<br />

íntimo contacto con la superficie cortical, producto de<br />

una fractura con fragmentos óseos (CE) en las partes<br />

blandas.<br />

Fig.8.11 CL en la región lateral de la cadera. Gran colección<br />

celular en íntimo contacto con la superficie cortical <strong>del</strong><br />

coxal, la que se muestra muy irregular. Osteomielitis<br />

(flechas).<br />

Fig.8.12 CT <strong>del</strong> cóndilo femoral medial donde se observa destrucción<br />

<strong>del</strong> hueso subcondral y colección celular asociada.<br />

272 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.8.13 CL en la cara medial y tercio distal <strong>del</strong> muslo de un<br />

niño. Exostosis <strong>del</strong> fémur.<br />

Fig.8.14 CT a nivel <strong>del</strong> muslo con irregularidad de la cortical <strong>del</strong><br />

fémur y participación de las partes blandas vecinas.<br />

Condrosarcoma.<br />

Fig.8.15 a CL en SieScape <strong>del</strong> muslo. Interrupción de la cortical<br />

<strong>del</strong> fémur con engrosamiento <strong>del</strong> periostio por metástasis<br />

a este nivel.<br />

Fig.8.15 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso en que se visualiza aun mejor<br />

la lesión.<br />

Fig.8.16 a CT a nivel <strong>del</strong> brazo. Hay pérdida de la cortical <strong>del</strong><br />

húmero con infiltración en las partes blandas vecinas.<br />

Fig.8.16 b CC en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la invasión a la<br />

médula ósea. Tumor óseo maligno.<br />

Ilustraciones 273


Fig. 8.17 a CL en SieScape <strong>del</strong> brazo. Irregularidad de la cortical<br />

con extensión a las partes blandas vecinas (flechas).<br />

Fig. 8.17 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso en que se visualizan aun<br />

mejor las lesiones ya reportadas. Metástasis ósea de un<br />

melanoma.<br />

Fig. 8.18 a CL <strong>del</strong> esternón. Hay una lesión tumoral que expande<br />

la cortical <strong>del</strong> esternón.<br />

Fig. 8.18 b CC con Doppler poder <strong>del</strong> mismo caso en que se aprecian<br />

pequeños vasos intratumorales. Plasmocitoma.<br />

Fig. 8.18 c CT a nivel <strong>del</strong> tórax óseo. Se aprecian lesiones<br />

tumorales que interesan el manubrio esternal y porciones<br />

vecinas de las costillas que expanden la cortical.<br />

Fig. 8.18 d CC en 3D <strong>del</strong> mismo caso. en que se visualiza la<br />

lesión osteolítica de la articulación esternocostal.<br />

Plasmocitoma.<br />

274 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TENDÓN DEL BÍCEPS.<br />

Fig. 9a Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> hombro (corredera<br />

bicipital) con el transductor en corte transversal.<br />

Fig. 9b Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

Fig. 9c Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> hombro (corredera<br />

bicipital) con el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig. 9d Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />

TENDÓN DEL SUBESCAPULAR.<br />

Fig. 9e Vista anatómica de la región anteromedial <strong>del</strong> hombro<br />

(inserción <strong>del</strong> SE) con el transductor en corte transversal.<br />

Fig. 9f Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

Ilustraciones 275


TENDÓN DEL SUPRASPINOSO.<br />

Fig. 9g Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro<br />

(Se). Con el transductor en corte transversal, en posición<br />

neutra.<br />

Fig. 9h Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

Fig. 9i Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro,<br />

con extensión y rotación medial <strong>del</strong> brazo (tendón <strong>del</strong><br />

Se) con el transductor en corte transversal<br />

Fig. 9j Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

TENDÓN DEL INFRASPINOSO.<br />

Fig. 9k Vista anatómica de la región posterolateral <strong>del</strong> hombro,<br />

con oblicuidad inferior (tendones <strong>del</strong> Ie y <strong>del</strong> rmn) con<br />

el transductor en corte transversal, en posición neutra.<br />

Fig. 9l Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

276 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TENDÓN DEL REDONDO MENOR.<br />

Fig. 9m Vista anatómica de la región posterolateral con oblicuidad<br />

inferior <strong>del</strong> hombro, con flexión y rotación medial<br />

<strong>del</strong> brazo, con el transductor en corte transversal.<br />

Fig. 9n Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

HOMBRO NORMAL<br />

Fig.9.1 a CT en vista anterior <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> subescapular (SE).<br />

Fig.9.1 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.9.1 c CT en vista anterior. Corredera bicipital con el tendón<br />

de la porción larga <strong>del</strong> bíceps (flecha).<br />

Fig.9.1 d Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />

la corredera bicipital (flecha).<br />

Ilustraciones 277


Fig.9.1 e CL a nivel de la corredera bicipital. Tendón de la porción<br />

larga <strong>del</strong> bíceps (flecha).<br />

Fig.9.1 f CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, con una visión más<br />

completa <strong>del</strong> caso anterior (flecha).<br />

Fig.9.1 g Vista posterior. CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> supraespinoso.<br />

Fig.9.1 h Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.9.1 i CSO de los tendones <strong>del</strong> infraespinoso y redondo menor.<br />

Fig.9.1 j Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

278 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


TENDINOPATÍAS<br />

Fig.9.2 a CT. Tenosinovitis de la PLB.<br />

Fig.9.2 b Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se ve al tendón con<br />

su vaina en la corredera bicipital con signos inflamatorios<br />

(flecha).<br />

Fig.9.2 c SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.9.2 d SieScape <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve que hay participación<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.2 e CS en 3D que muestra el engrosamiento de la sinovial<br />

peritendinosa.<br />

Fig.9.2 f Vista en 3D en que se ven las alteraciones intrínsecas<br />

<strong>del</strong> tendón.<br />

Ilustraciones 279


Fig.9.3 a CL en SieScape <strong>del</strong> tendón de la PLB con signos de<br />

peritendinitis.<br />

Fig.9.3 b CT <strong>del</strong> caso anterior a nivel de la corredera.<br />

Fig.9.4 a CSO. Gruesas calcificaciones a nivel <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se<br />

(flechas).<br />

Fig.9.4 b Vista 3D <strong>del</strong> Caso anterior en que se demuestran mejor<br />

las calcificaciones tendinosas.<br />

Fig.9.5 a CT. Sinovitis crónica de la PLB.<br />

Fig.9.5 b CL <strong>del</strong> caso anterior en que se observa el engrosamiento<br />

de la sinovial peritendinosa.<br />

280 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.6 a CSO. Ruptura intrasustancia <strong>del</strong> supraespinoso.<br />

Fig.9.6 b CT de la PLB a nivel de la corredera con signos de una<br />

tenosinovitis en el mismo paciente.<br />

Fig.9.7 a CSO. Tendinitis crónica <strong>del</strong> Se que muestra lesiones<br />

nodulares ecogénicas intratendinosas (flechas).<br />

Fig.9.7 b Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se aprecia el engrosamiento<br />

de la sinovial (flechas) y de la bursa.<br />

Fig.9.8 a CT. Tenosinovitis aguda con lesión hipoecoica<br />

intratendinosa y participación de la bursa.<br />

Fig.9.8 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente en que se ve participación<br />

<strong>del</strong> tendón y de la vaina de la PLB.<br />

Ilustraciones 281


Fig.9.8 c CSO. Vista <strong>del</strong> Se en que se aprecian calcificaciones<br />

(flecha).<br />

Fig.9.8 d CT. Presencia de calcificaciones en el tendón <strong>del</strong> SE.<br />

Fig.9.9 a CT de la PLB que muestra signos de tenosinovitis.<br />

Fig.9.9 b CT. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior en que se ven aún mejor<br />

las lesiones.<br />

Fig.9.10 a CL en SieScape de una tenosinovitis de la PLB.<br />

Fig.9.10 b CSO en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se demuestran<br />

alteraciones similares en el Se.<br />

282 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.11 a CT. Tenosinovitis crónica proliferante de la PLB.<br />

Fig.9.11 b Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.9.11 c CT. Tenosinovitis crónica de la PLB con participación<br />

de la bursa sub<strong>del</strong>toidea.<br />

Fig.9.11 d CT en SieScape que muestra gruesa calcificación <strong>del</strong><br />

tendón <strong>del</strong> SE.<br />

Fig.9.11 e Otra vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior<br />

Fig.9.11 f CT. Moderada tenosinovitis de la PLB.<br />

Ilustraciones 283


Fig.9.12 a CT. Ruptura completa que interesa a todo el plano<br />

muscular posterior <strong>del</strong> MR.<br />

Fig.9.12 b Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.9.12 c CT. Vista selectiva de la ruptura <strong>del</strong> Rm <strong>del</strong> mismo<br />

paciente.<br />

Fig.9.12 d CT en que se ve la participación <strong>del</strong> SE <strong>del</strong> mismo<br />

caso.<br />

Fig.9.13 a CT. Ruptura parcial <strong>del</strong> SE con reacción de la bursa<br />

vecina.<br />

Fig.9.13 b Otra vista <strong>del</strong> mismo caso en que se ve la colección<br />

intratendinosa <strong>del</strong> SE.<br />

284 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.14 a CT que muestra una gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> SE.<br />

Fig.9.14 b Otra vista, en CT <strong>del</strong> mismo paciente que muestra<br />

una ruptura crónica <strong>del</strong> SE, el cual aparece engrosado.<br />

Fig.9.14 c SieScape que muestra una ruptura parcial <strong>del</strong> SE vecina<br />

a la corredera bicipital (flecha).<br />

Fig.9.14 d SieScape en corte más posterior <strong>del</strong> caso anterior, que<br />

muestra una ruptura parcial <strong>del</strong> Ie (flecha).<br />

Fig.9.15 a CT de una ruptura parcial <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se que aparece<br />

engrosado.<br />

Fig.9.15 b SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Ilustraciones 285


Fig.9.16 a CT de la región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ven signos<br />

de una tenosinovitis de la PLB.<br />

Fig.9.16 b CT posteroexterno <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve<br />

gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.17 a CT. Gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.17 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.9.17 c Otra vista en SieScape <strong>del</strong> paciente anterior donde se<br />

ve aún mejor la calcificación.<br />

Fig.9.17 d CT posteroexterno en SieScape donde se ve gruesa<br />

calcificación en la inserción <strong>del</strong> Ie.<br />

286 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.18 a CT. Gruesa calcificación en la inserción <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.18 b Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve que hay<br />

múltiples calcificaciones en dicho tendón.<br />

Fig.9.19 a CT en región anterior <strong>del</strong> hombro donde se ve la presencia<br />

de una colección líquida a nivel de la inserción<br />

<strong>del</strong> SE, por desgarro parcial.<br />

Fig.9.19 b Otra vista <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.9.19 c CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.9.19 d Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente con un desgarro<br />

parcial <strong>del</strong> SE.<br />

Ilustraciones 287


Fig.9.20 a CT donde se define gruesa calcificación intrasustancia<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flechas).<br />

Fig.9.20 b Imagen en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.9.21 a CT donde se ven signos de desgarro parcial,<br />

intrasustancia, <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.21 b Vista en SieScape <strong>del</strong> caso anterior donde se ve gruesa<br />

calcificación en proyección de la inserción <strong>del</strong> Ie.<br />

Fig.9.21 c CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se donde se ven signos de lesiones<br />

crónicas intrasustancia.<br />

Fig.9.21 d Vista en SieScape <strong>del</strong> Ie y Rm <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />

se observan lesiones similares en el Rm.<br />

288 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.22 a CT <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se donde se ven los signos de desgarro<br />

parcial intrasustancia y la presencia de un área<br />

hipoecogénica compatible con una colección hemática.<br />

Hay distensión de la bursa subacromial.<br />

Fig.9.22 b Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven<br />

aún mejor las lesiones.<br />

Fig.9.22 c Otra vista <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se <strong>del</strong> paciente anterior.<br />

Fig.9.22 d Vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.9.23 a CT posterolateral donde se ve lesión crónica <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> Se.<br />

Fig.9.23 b CT en SieScape donde se ve calcificación <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> SE.<br />

Ilustraciones 289


Fig.9.23 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. La flecha ilustra<br />

la lesión <strong>del</strong> subescapular<br />

Fig.9.23 d Otro CT más anterior, en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.9.24 a CL de la corredera bicipital donde se ven marcados<br />

signos de tenosinovitis crónica de la PLB.<br />

Fig.9.24 b CT <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve el engrosamiento<br />

<strong>del</strong> tendón de la PLB, distensión de su vaina y engrosamiento<br />

sinovial en su interior.<br />

Fig.9.25 a CT posterior donde se ve engrosamiento y gruesa calcificación<br />

en el tendón <strong>del</strong> Rm (flecha).<br />

Fig.9.25 b CT anterior donde se ven moderados signos de una<br />

tenosinovitis de la PLB en el mismo paciente.<br />

290 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.26 a CT a nivel de la corredera bicipital donde se observan<br />

ligeros signos de tenosinovitis de la PLB.<br />

Fig.9.26 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven tabiques en el<br />

interior de la vaina de la PLB (flecha).<br />

Fig.9.27 a CT posterolateral donde se observan gruesas calcificaciones<br />

en proyección <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> Se (flecha).<br />

Fig.9.27 b CT posterolateral <strong>del</strong> mismo paciente donde además,<br />

se ve distensión de la bursa subacromial.<br />

Fig.9.27 c CT posterolateral <strong>del</strong> paciente anterior, donde se ve<br />

que la inserción <strong>del</strong> tendón también está calcificada.<br />

Fig.9.27 d Otra vista posterolateral con rotación medial <strong>del</strong> antebrazo<br />

para ver la región musculotendinosa, cubierta, en<br />

vistas anteriores, por la sombra acústica <strong>del</strong> acromion.<br />

Ilustraciones 291


Fig.9.27 e CT posterolateral donde se ve gruesa calcificación que<br />

cubre prácticamente todo el tendón <strong>del</strong> supraespinoso.<br />

Hay ligera distensión de la bursa subacromial.<br />

Fig.9.27 f Vista en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.9.27 g Reconstrucción en 3D a nivel de la corredera bicipital<br />

donde se ve una gruesa calcificación <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />

Fig.9.27 h Otra reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso con muy<br />

buena visualización <strong>del</strong> tendón de la PLB.<br />

LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS<br />

Fig.9.28 a CT a nivel <strong>del</strong> tercio superior de la corredera bicipital<br />

donde se ve al tendón de la PLB cubierto, en su región<br />

anterior, por una banda ecogénica que corresponde al<br />

ligamento humeral transverso (flechas).<br />

Fig.9.29 a Orta vista anterosuperior <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />

se ve mejor la relación <strong>del</strong> ligamento coracoacromial con<br />

la bursa subacromial.<br />

292 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


LESIONES CARTILAGINOSAS Y DEL LABRUM GLENOIDEO<br />

Fig.9.30 a CT de la articulación glenohumeral, donde se ve una<br />

colección líquida a nivel de la porción posteroinferior<br />

<strong>del</strong> labrum, que abomba ligeramente el contorno profundo<br />

<strong>del</strong> Rm.<br />

Fig.9.30 b CT posteroinferior en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente<br />

Fig.9.30 c Otra vista posteroinferior en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente<br />

con una lesión de Hill-Sach.<br />

Fig.9.31a CT posterosuperior donde se ve una depresión de contornos<br />

irregulares en la porción posterosuperior de la<br />

cabeza humeral (lesión de Hill-Sach).<br />

Ilustraciones 293


SINOVIAL<br />

Fig.9.32 a CT anterior donde se observan signos de distensión de<br />

la bursa subacromial con abundante material espeso en<br />

su interior (proliferación sinovial)<br />

Fig.9.32 b CT posterolateral donde se ve distensión de la bursa<br />

subacromial sin proliferación sinovial.<br />

Fig.9.33 a CL donde se observa distensión de la bursa subacromial<br />

con material ecogénico en su interior. Por detrás se situa<br />

el tendón de la PLB.<br />

Fig.9.33 b CT anterior <strong>del</strong> mismo caso, donde se ven estucturas<br />

nodulares que penden de las paredes de la bursa<br />

subacromial.<br />

Fig.9.33 c CT <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.9.33 d CT algo más abajo donde se ve mayor distensión de la<br />

bursa subacromial.<br />

294 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.9.34 a CT donde se observa marcada distensión de la bursa<br />

subacromial con múltiples y gruesos tabiques en su interior.<br />

Fig.9.34 b CT donde se ve marcada distensión de la bursa<br />

subacromial con imágenes nodulares que penden de las<br />

paredes de la bursa y que corresponden con engrosamiento<br />

sinovial (flechas).<br />

ARTROPATÍAS<br />

Fig.9.35 a CT con marcada distensión articular y contorno óseo<br />

subcondral irregular.<br />

Fig.9.35 b CT <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve mejor la irregularidad<br />

<strong>del</strong> hueso subcondral (flechas).<br />

Fig.9.35 c Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo paciente (flechas).<br />

Fig.9.35 d CT posterosuperior, donde se ve marcada irregularidad<br />

<strong>del</strong> hueso subcondral (flechas), engrosamiento <strong>del</strong><br />

cartílago articular y derrame articular.<br />

Ilustraciones 295


TUMORES<br />

Fig.9.36 a CT con presencia de una masa tumoral compleja<br />

intraarticular, anterior al tendón <strong>del</strong> SE.<br />

Fig.9.36 b CL anterosuperior <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve la relación<br />

de la masa tumoral con las estructuras vecinas.<br />

Fig.9.36 c Otra vista en CT <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.9.36 d CT donde se observa gran distensión articular y la<br />

presencia de una masa tumoral en su interior asociada<br />

a derrame articular.<br />

Fig.9.36 e CL donde se ve la relación de la masa tumoral con el<br />

tendón de la PLB.<br />

Fig.9.36 f CT anterior donde se demuestra la presencia de<br />

adenopatías metastásicas.<br />

296 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.10 a Vista anatómica de la región anterolateral <strong>del</strong> codo con<br />

el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.10 b Estudio ecográfico en CL de esa región donde se<br />

visualizan los músculos braquiorradial, bíceps braquial<br />

y las superficies articulares <strong>del</strong> húmero y <strong>del</strong> radio.<br />

Fig.10 c Vista anatómica de la región anteromedial <strong>del</strong> codo con<br />

el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.10 d Estudio ecográfico en CL de esa región donde se<br />

visualizan los músculos pronador redondo, braquial anterior<br />

y las superficies articulares <strong>del</strong> húmero y <strong>del</strong><br />

cúbito.<br />

Fig.10 e Vista anatómica de la región anterior <strong>del</strong> codo con el<br />

transductor en corte transversal.<br />

Fig.10 f Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

Ilustraciones 297


Fig.10 g Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> codo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.10 h Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.10 i Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> codo con el<br />

transductor en corte transversal.<br />

Fig.10 j Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

NORMAL<br />

Fig.10.1 a CL de la cara lateral <strong>del</strong> codo normal, donde se visualiza<br />

el tendón de origen de los extensores.<br />

Fig.10.1 b Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente, que muestra aún mejor,<br />

el origen <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />

carpo (*).<br />

298 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.10.1 c CT a nivel de la flexura anterior <strong>del</strong> codo que muestra<br />

el cartílago articular bien definido.<br />

Fig.10.1 d CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. Nótese la anatomía<br />

normal de la región.<br />

Fig.10.1 e CL <strong>del</strong> compartimiento lateral donde se observa el<br />

cartílago articular (C).<br />

Fig.10.1 f CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.10.1 g Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se<br />

definen mejor el músculo braquiorradial por <strong>del</strong>ante y<br />

el bíceps braquial por detrás.<br />

Fig.10.1 h Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, pero estudiado<br />

por su compartimiento medial donde se ve el músculo<br />

pronador redondo (superficial) y más profundo al<br />

braquial anterior.<br />

Ilustraciones 299


Fig.10.1 i CL por la cara posterior donde se observa la inserción<br />

<strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps braquial en el olécranon.<br />

Fig.10. j CT por la cara posterior <strong>del</strong> mismo caso a nivel de la<br />

fosa olecraneana, ocupada por grasa. A este nivel se define<br />

muy bien al cartílago articular.<br />

TENDINITIS<br />

Fig.10.2 a CL a nivel <strong>del</strong> compartimiento lateral donde se demuestran<br />

ligeros signos de tendinitis a nivel <strong>del</strong> tendón<br />

común de los extensores <strong>del</strong> carpo (epicondilitis) (flechas).<br />

Fig.10.2 b CL a nivel <strong>del</strong> compartimiento lateral. Se aprecia<br />

marcado engrosamiento <strong>del</strong> tendón común de los<br />

extensores <strong>del</strong> carpo, con engrosamiento y distorsión de<br />

su patrón normal. Predomina la baja ecogenicidad.<br />

Fig.10.3 a CL <strong>del</strong> compartimiento lateral <strong>del</strong> codo donde se observa<br />

un área hipoecoica debida a una epicondilitis crónica<br />

agudizada (flecha).<br />

Fig.10.3 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, con una mejor<br />

visualización de la epicondilitis.<br />

300 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.10.4 a CL <strong>del</strong> compartimiento lateral <strong>del</strong> codo. Moderado<br />

engrosamiento e hipoecogenicidad <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> tendón<br />

común de los extensores <strong>del</strong> carpo en una tendinitis crónica<br />

agudizada (flecha).<br />

Fig.10.4 b CL <strong>del</strong> compartimiento medial <strong>del</strong> mismo paciente,<br />

con aumento de la ecogenicidad <strong>del</strong> tendón común de<br />

los flexores <strong>del</strong> carpo, con áreas de baja ecogenicidad<br />

(intrasustancia) por tendinitis crónica agudizada.<br />

Fig.10.5 a CL a nivel de la cara medial <strong>del</strong> codo donde se observa<br />

engrosamiento <strong>del</strong> tendón común de los músculos<br />

epitrocleares (*).<br />

Fig.10.5 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente en que se pueden estudiar<br />

mejor las estructuras vecinas.<br />

Fig.10.5 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve mejor el<br />

tendón epitroclear engrosado.<br />

Fig.10.5 d Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se<br />

ofrece una vista panorámica.<br />

Ilustraciones 301


Fig.10.6 a CL a nivel en la cara lateral <strong>del</strong> codo. Hay engrosamiento<br />

<strong>del</strong> tendón común de los músculos epicondíleos<br />

con una gruesa calcificación intrasustancia (flechas).<br />

Fig.10.6 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún<br />

mejor, todo lo anteriormente descrito.<br />

Fig.10.6 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo enfermo donde se ve aún mejor el<br />

tendón engrosado y la gruesa calcificación.<br />

Fig.10.7 a CL en la cara radial, donde se ve engrosamiento <strong>del</strong><br />

tendón común de los músculos epicondíleos, de<br />

ecogenicidad mixta y presencia de microcalcificaciones<br />

(flecha).<br />

Fig.10.7 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente. Las flechas señalan<br />

las microcalcificaciones.<br />

302 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


RUPTURAS TENDINOSAS<br />

Fig.10.8 a CL en la cara radial <strong>del</strong> codo donde se observa engrosamiento<br />

de aspecto inflamatorio crónico <strong>del</strong> tendón<br />

común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.10.8 b CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve aún mejor<br />

el engrosamiento tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />

carpo.<br />

Fig.10.9 CL a nivel de la cara radial donde se aprecia engrosamiento<br />

<strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo,<br />

definiéndose un área hipoecoica en su origen en relación<br />

con una colección líquida por desgarro parcial.<br />

Fig.10.10 CL a nivel de la cara radial donde se observa ruptura<br />

casi total <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong> carpo.<br />

Nótese el área nodular ecogénica, que corresponde al<br />

cabo tendinoso retraído. Las pequeñas zonas hipoecoica<br />

son colecciones hemáticas.<br />

Fig.10.11 a CL a nivel de la cara lateral <strong>del</strong> codo donde se ve la<br />

desinserción <strong>del</strong> tendón común de los extensores <strong>del</strong><br />

carpo, rodeado de una colección hemática.<br />

Fig.10.11 b Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente, donde se ve el<br />

cabo tendinoso retraído y la colección hemática.<br />

Ilustraciones 303


Fig.10.12 a CL en la cara cubital <strong>del</strong> codo donde se aprecian<br />

signos de desgarro parcial <strong>del</strong> tendón común de los músculos<br />

epitrocleares.<br />

Fig.10.12 b Otro CL de la cara cubital <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

BURSAS<br />

Fig.10.13 a CT a nivel de la cara anterior <strong>del</strong> codo donde se ve una<br />

imagen ecolúcida, de bordes bien definidos y contenido<br />

acelular, vecina al paquete vasculonervioso de la región.<br />

Fig.10.13 b CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve la imagen descrita<br />

anteriormente, que era producido por una bursa<br />

distendida.<br />

Fig.10.14 a CL a nivel de la cara posterior <strong>del</strong> codo, donde se ve,<br />

por detrás de la inserción <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> tríceps braquial,<br />

una estructura hipoecoica, con múltiples y gruesos tabiques<br />

en su interior.<br />

Fig.10.14 b CT <strong>del</strong> mismo paciente en que se confirma el diagnóstico<br />

de un higroma <strong>del</strong> codo.<br />

304 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


SINOVITIS<br />

Fig.10.15 a CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> codo, donde se observa<br />

distensión de la cápsula articular, por abundante<br />

material espeso y escasa cantidad de líquido claro.<br />

Fig.10.15 b Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve<br />

mejor la distensión de la cápsula articular y el engrosamiento<br />

de la sinovial.<br />

CUERPOS LIBRES INTRAARTICULARES<br />

Fig.10.16 a CL en la región posterior <strong>del</strong> codo, donde se observan<br />

pequeñas calcificaciones en la fosa olecraneana (flecha).<br />

Fig.10.16 b CT en la cara cubital <strong>del</strong> mismo paciente, donde se<br />

observa distensión de la cápsula articular, con múltiples<br />

y pequeños cuerpos libres en su interior (flechas),<br />

asociado a engrosamiento sinovial.<br />

Fig.10.17 a CT a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial <strong>del</strong> húmero, donde<br />

se ven varios cuerpos libres intrarticulares (flechas).<br />

Fig.10.17 b Otra vista en CT a nivel <strong>del</strong> epicóndilo medial <strong>del</strong><br />

mismo paciente.<br />

Ilustraciones 305


Fig.10.18 a CT a nivel de la cara posterior <strong>del</strong> codo, donde se ve<br />

una gruesa calcificación en la fosa olecraneana (flechas).<br />

Fig.10.19 CL a nivel de la cara cubital donde se ve distensión de<br />

la cápsula articular, engrosamiento sinovial y varios cuerpos<br />

libres.<br />

FRACTURAS<br />

Fig.10.20 CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> codo donde se observa<br />

una solución de continuidad a nivel <strong>del</strong> cóndilo y presencia<br />

de un fragmento óseo (flecha) desplazado hacia<br />

<strong>del</strong>ante, en un niño de 10 años.<br />

Fig.11 a Vista anatómica de la región dorsal de la muñeca con el<br />

transductor en corte transversal.<br />

Fig.11 b Estudio ecográfico en CT de esa región donde se<br />

visualizan los tendones extensores por detrás <strong>del</strong><br />

retináculo extensor (flechas).<br />

306 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.11 c Vista anatómica de la región dorsolateral de la muñeca<br />

con el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.11 d Estudio ecográfico en CL de esa región donde se visualiza<br />

el tendón extensor largo <strong>del</strong> pulgar.<br />

MANO Y MUÑECA NORMAL<br />

Fig.11.1 a CT a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el ligamento<br />

transverso (flechas) y por detrás algunos de los<br />

flexores <strong>del</strong> carpo.<br />

Fig.11.1 b Otra vista similar <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.11.1 c CL a nivel <strong>del</strong> canal carpiano donde se define el nervio<br />

mediano.<br />

Fig.11.1 d CL más proximal <strong>del</strong> nervio mediano en el mismo paciente.<br />

Ilustraciones 307


Fig.11.1 e CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observan el<br />

nervio y la arteria cubital (flechas).<br />

Fig.11.1 f CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyon donde se observa el nervio<br />

cubital (flecha), por detrás <strong>del</strong> retináculo flexor (*).<br />

Fig.11.1 g CL a nivel <strong>del</strong> carpo donde se visualiza el fibrocartílago<br />

triangular por detrás <strong>del</strong> flexor cubital <strong>del</strong> carpo,<br />

interpuesto entre el cúbito y el piramidal (flecha).<br />

Fig.11.1 h Otra vista en CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve mejor<br />

el fibrocartílago triangular (flecha).<br />

LESIONES LIGAMENTARIAS<br />

Fig.11. 2 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se nota<br />

engrosamiento <strong>del</strong> ligamento transverso, en un paciente<br />

con un síndrome <strong>del</strong> túnel carpiano. Nótese la presencia<br />

<strong>del</strong> nervio mediano inmediatamente por detrás <strong>del</strong> ligamento<br />

transverso (flecha).<br />

Fig.11.2 b CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo paciente<br />

en que se definen aún mejor los datos anteriores.<br />

308 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.11.3 CT en la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se demuestra engrosamiento<br />

difuso <strong>del</strong> ligamento transverso y desplazamiento<br />

<strong>del</strong> nervio mediano.<br />

Fig.11.4 CL comparativo de ambos carpos, donde se demuestra<br />

lesión <strong>del</strong> fibrocartílago triangular en el lado izquierdo.<br />

Fig.11. 5 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />

deformidad y ecogenicidad heterogénea <strong>del</strong> fibrocartílago<br />

triangular por lesión <strong>del</strong> mismo (flecha).<br />

Fig.11.5 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se ve un<br />

área hipoecoica en proyección <strong>del</strong> fibrocartílago triangular<br />

sugestiva de lesión (flecha).<br />

Fig.11.6 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />

deformidad y alteración en la ecogenicidad <strong>del</strong> fibrocartílago<br />

triangular (flecha).<br />

Fig.11.6 b Otro CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> caso<br />

anterior, donde se define un área hipoecoica,<br />

longitudinal, que divide en 2 al fibrocartílago triangular<br />

(flecha).<br />

Ilustraciones 309


LESIONES TENDINOSAS<br />

Fig.7 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se observa<br />

distensión de la vaina de los tendones flexores.<br />

Fig.11.7 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo de la mano<br />

<strong>del</strong> mismo paciente donde se define mejor la distensión<br />

de la vaina <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> flexor profundo.<br />

Fig.11.8 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> metacarpo, donde se<br />

ve distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón flexor profundo <strong>del</strong><br />

4to. dedo.<br />

Fig.11.8 b CT selectivo en la cara palmar <strong>del</strong> 4to. dedo, donde se<br />

demuestra, aún mejor, lo anteriormente descrito.<br />

Fig.11.8 c Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve aún mejor<br />

la distensión de la vaina <strong>del</strong> tendón flexor <strong>del</strong> 4to. dedo.<br />

Fig.11.8 d Reconstrucción en 3D, en vista sagital, <strong>del</strong> mismo caso.<br />

310 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.11.9 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo de la mano donde se<br />

aprecia un área de distorsión de la ecoestructura <strong>del</strong><br />

tendón flexor por ruptura parcial <strong>del</strong> mismo (flechas).<br />

Fig. 11. 10 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se ve<br />

distensión de la vaina de los tendones de los flexores con<br />

desplazamiento anterior <strong>del</strong> ligamento transverso.<br />

Fig.11.10 b CL a nivel de la cara palmar de uno de los tendones<br />

flexores <strong>del</strong> caso anterior donde se aprecia distensión de<br />

su vaina y presencia de material espeso en su interior.<br />

Fig. 11.10 c CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se aprecian<br />

aún mejor las lesiones ya descritas.<br />

Fig.11.11 CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se demuestra<br />

distensión de la vaina de los tendones flexores<br />

de los dedos, con ligero desplazamiento hacia <strong>del</strong>ante<br />

<strong>del</strong> ligamento transverso.<br />

Ilustraciones 311


Fig.11.12 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano en que<br />

se aprecia distensión de la vaina por tenosinovitis.<br />

Fig.11.12 b CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano<br />

contralateral <strong>del</strong> mismo paciente, que es normal.<br />

Fig.11.13 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 1er. dedo de la mano donde<br />

se ve al extensor largo <strong>del</strong> pulgar engrosado, ondulado y<br />

con un material espeso a su alrededor (flecha).<br />

Fig.11.13 b CT <strong>del</strong> mismo caso que confirma los hallazgos ya<br />

referidos. Tenosinovitis de Quervain.<br />

Fig.11.14 a CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo donde se ven los<br />

fascículos longitudinales <strong>del</strong> flexor propio engrosados y<br />

ecogénicos.<br />

Fig.11.14 b CT <strong>del</strong> caso anterior. Se observa al tendón ecogénico<br />

y con un halo hipoecoico que lo rodea. Tenosinovitis<br />

estenosante.<br />

312 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


LESIONES DE LA SINOVIAL<br />

Fig.11.15 a CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

distensión de la vaina de los tendones de los flexores<br />

de los dedos y de la cápsula articular, con engrosamiento<br />

sinovial.<br />

Fig.11.15 b CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo<br />

paciente, donde se ve distensión de la cápsula articular<br />

y engrosamiento sinovial.<br />

Fig.11.16 CL a nivel de la articulación escafoidesemilunar, donde<br />

se observa distensión de la cápsula articular y engrosamiento<br />

de la sinovial.<br />

Fig.11.17 a CL a nivel de la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />

1er. dedo con distensión de la cápsula articular y engrosamiento<br />

sinovial.<br />

Fig.11.17 b CT a nivel de la articulación metacarpofalángica <strong>del</strong><br />

1er. dedo donde se ve distensión de la vaina y engrosamiento<br />

sinovial.<br />

Fig.11.17 c CL a nivel de la articulación carpometacarpiana,<br />

donde se aprecia ligera distensión de la cápsula articular<br />

con predominio <strong>del</strong> engrosamiento sinovial.<br />

Ilustraciones 313


GANGLIÓN QUÍSTICO<br />

Fig.11.18 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo, donde se ve<br />

distensión de forma sacular, de la vaina correspondiente<br />

al extensor propio <strong>del</strong> 1er. dedo.<br />

Fig.11.18 b Otro CL <strong>del</strong> mismo caso, en que el aspecto de la lesión<br />

sugiere un ganglión quístico.<br />

Fig.11.18 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente donde se aprecian<br />

varios tabiques en el interior <strong>del</strong> ganglión (flecha).<br />

Fig.11.18 d CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso, en que se visualiza la<br />

relación <strong>del</strong> ganglión con las estructuras vecinas.<br />

Fig.11.18 e CT selectivo <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve al tendón<br />

rodeado por líquido y presencia de material sólido en su<br />

interior.<br />

Fig.11.18 f CT en SieScape donde se puede ver el tendón ecogénico<br />

e irregular (flecha).<br />

314 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.11.18 g Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo caso, donde se corrobora<br />

lo anteriormente descrito.<br />

Fig.11.18 h Reconstrucción en 3D de un ganglión quístico, donde<br />

se ve su cuello estrecho que lo comunica con la cavidad<br />

articular.<br />

Fig.11.19 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo, donde se<br />

observa la presencia de un quiste en proyección <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> flexor, por un ganglión quístico.<br />

Fig.11.19 b CL ampliado <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve mejor el<br />

ganglión quístico.<br />

Fig.11.20 CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> 1er. dedo de la mano.<br />

Gangliones quísticios <strong>del</strong> flexor propio.<br />

Fig.11.21 CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo. Ganglión<br />

radiocarpiano.<br />

Ilustraciones 315


LESIONES ÓSEAS<br />

Fig.11.22 CL a nivel de la cara radial <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

solución de continuidad de la cortical <strong>del</strong> radio por fractura<br />

<strong>del</strong> mismo (flecha).<br />

Fig.11.23 CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

solución de continuidad, por fractura, de la cortical <strong>del</strong><br />

escafoides (flecha).<br />

Fig.11.24 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

solución de continuidad de la cortical <strong>del</strong> escafoides<br />

por fractura <strong>del</strong> mismo (flecha).<br />

Fig.11.24 b CT a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

solución de continuidad por fractura, de la cortical<br />

<strong>del</strong> escafoides (flecha).<br />

Fig.11.25 CL comparativo a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se observa solución de<br />

continuidad, por fractura, de la cortical <strong>del</strong> escafoides derecho. Escafoides izquierdo<br />

normal.<br />

316 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


ATRAPAMIENTO NERVIOSO<br />

Fig.11.26 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se define<br />

al nervio mediano normal (flecha).<br />

Fig.11.26 b CL <strong>del</strong> lado contralateral donde se ve al nervio medial<br />

mal definido, engrosado y ecogénico, en una paciente<br />

operada de un neuroma a este nivel.<br />

Fig.11.27 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se ve al<br />

nervio mediano desplazado y comprimido por la distensión<br />

de las vainas tendinosas vecinas.<br />

Fig.11.27 b CT de la cara palmar <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo caso, donde<br />

se ve que los tendones que forman parte <strong>del</strong> contenido<br />

<strong>del</strong> canal carpiano muestran su vaina distendida.<br />

Fig.11.28 a CT de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se aprecia que<br />

el nervio mediano se encuentra comprimido y desplazado<br />

por engrosamiento <strong>del</strong> tendón vecino.<br />

Fig.11.28 b CL <strong>del</strong> mismo caso, donde se ve al tendón mal definido.<br />

Ilustraciones 317


Fig.11.29 a CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyón observándose al nervio<br />

cubital normal.<br />

Fig.11.29 b CT a nivel <strong>del</strong> canal de Guyón contralateral donde se<br />

observa engrosamiento <strong>del</strong> ligamento transverso.<br />

Fig.11.30 a CL a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo, donde se<br />

observa al nervio cubital mal definido, de bordes irregulares<br />

y aumentado en ecogenicidad.<br />

Fig.11.30 b CT a nivel de la cara palmar <strong>del</strong> carpo donde se observa<br />

la compresión que sobre el nervio mediano ejercen<br />

los tendones vecinos, los que se encuentran engrosados,<br />

con distensión de su vaina.<br />

ARTROPATÍAS<br />

Fig.11. 31 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 3er. dedo de la mano. Deformidad con<br />

irregularidad <strong>del</strong> contorno óseo subcondral de la cabeza <strong>del</strong><br />

metacarpiano (flecha) en el curso de una AR asociado a signos de<br />

tenosinovitis crónica <strong>del</strong> flexor correspondiente.<br />

318 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


CUERPOS EXTRAÑOS<br />

Fig.11. 32 CL en la cara palmar <strong>del</strong> 2do. dedo de la mano. Cuerpo<br />

extraño (+) de origen vegetal en el TCS.<br />

Fig.11. 33 CL en la región hipotenar de la mano. Cuerpo extraño<br />

(flecha) de origen vegetal en los músculos hipotenares.<br />

Fig.11. 34 a CL en la región tenar de la mano. Cuerpo extraño<br />

(flecha) de origen vegetal en el TCS.<br />

Fig.11.34 b CL <strong>del</strong> mismo caso con técnica de SieScape.<br />

LESIONES TUMORALES<br />

1. <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>. Madrid, Octubre. 21-24 1998.<br />

Fig.11.35 a CL a nivel de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo donde se ve<br />

distensión de la cápsula articular por la presencia de<br />

masas sólidas en su interior, en un paciente con insuficiencia<br />

renal, en tratamiento crónico con hemodiálisis.<br />

Fig.11.35 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. En que se aprecian<br />

mejor las alteraciones.<br />

Ilustraciones 319


Fig.11.35 c CT de la cara dorsal <strong>del</strong> carpo <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.11.35 d CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior. Las alteraciones de<br />

este paciente estaban en relación con el depósito de<br />

amiloide.<br />

Fig. 12 a Posición <strong>del</strong> lactante para el estudio ecográfico de la<br />

cadera.<br />

Fig. 12 b CT donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />

cadera de un lactante.<br />

Fig. 12 c Posición <strong>del</strong> lactante para el estudio ecográfico de la<br />

cadera.<br />

Fig. 12 d CL donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />

cadera de un lactante.<br />

320 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.12 e<br />

Fig.12 f y 12 g<br />

Ilustraciones 321


Fig. 12 H Cadera normal en un RN. CT neutral. Cabeza femoral<br />

(c) cartilaginosa situada de modo simétrica por encima<br />

<strong>del</strong> cartílago triradiado (flecha).<br />

Fig. 12 I CC en flexión, <strong>del</strong> caso anterior. La cabeza femoral está<br />

situada normalmente en el acetábulo. El cartílago<br />

triradiado se señala con una flecha abierta y el labrum<br />

con una flecha sólida.<br />

Fig.12 J Se ve el núcleo epifisario superior <strong>del</strong> fémur osificado<br />

que produce una sombra acústica. La flecha abierta señala<br />

el labrum fibrocartilaginoso.<br />

Fig.12 k Vista coronal en flexión de una cadera subluxada. Hay<br />

aumento de la ecogenicidad <strong>del</strong> labrum y <strong>del</strong> pulvinar<br />

(flecha). La cabeza femoral cartilaginosa está subluxada<br />

en sentido súperolateral. El labrum aparece hiperecoico<br />

(flecha inclinada).<br />

Fig. 12 l A. Cadera normal en un RN. Vista cornal en flexión. La<br />

cabeza femoral redondeada está situada dentro <strong>del</strong><br />

acetábulo, ambos de aspecto normal. El acetábulo cubre<br />

en cerca de un 50% a la cabeza femoral lo que se<br />

demuestra por una línea trazada a nivel <strong>del</strong> borde lateral<br />

<strong>del</strong> ilium.<br />

Fig. 12 l B Cadera normal en un RN. Vista coronal transversa en<br />

flexión. La cabeza aparece bien situada dentro de la copilla<br />

en forma de U formada por la metafisis femoral<br />

ósea.<br />

322 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig. 12 l C. Cadera normal en un RN. Vista coronal en flexión <strong>del</strong><br />

labio posterior <strong>del</strong> acetábulo, durante la maniobra de<br />

aducción forzada. El labio posterior está bien definido.<br />

No hay evidencia de subluxación.<br />

Fig. 12 m A. Vista coronal en flexión con maniobra de aducción<br />

forzada. La cabeza fetal está subluxada pero mantiene<br />

contacto con el borde <strong>del</strong> acetábulo y el labrum.<br />

Fig. 12 m B. CT en flexión con maniobra de estrés. Hay distorsión<br />

de la metafisis proximal <strong>del</strong> fémur (M) y <strong>del</strong> acetábulo (A).<br />

Fig. 12 m C. Vista coronal flexionada <strong>del</strong> labio posterior <strong>del</strong><br />

acetábulo con maniobra de estrés. La cabeza femorall (c)<br />

aparece subluxada posteriormente en relación con el labio<br />

posterior (flecha).<br />

Fig. 12 m D. Vista coronal en flexión y abducción con el arnes.<br />

La cabeza aparece mejor situada en el acetábulo.<br />

Fig. 12 n A. Vista coronal en flexión que muestra la cabeza luxada,<br />

súpero-lateral. Hay falta de contacto entre la cabeza<br />

femoral y el acetábulo óseo.<br />

Ilustraciones 323


Fig. 12 n B. Vista coronal en flexión. La cabeza femoral (G) aparece<br />

luxada en sentido superolateral.<br />

Fig. 12 n C. Vista coronal en flexión <strong>del</strong> labio posterior <strong>del</strong><br />

acetábulo. Hay una luxación posterior de la cabeza (flecha).<br />

Se señala el labio posterior (A).<br />

Fig. 12 n D. Vista coronal en flexión. Se muestra el cuadrante<br />

invertido <strong>del</strong> labrum (flecha) formado por las líneas de<br />

Perkins y de Hilgenreiner.<br />

NORMAL<br />

Fig.12.1 a CL de la articulación coxo-femoral. De atrás a <strong>del</strong>ante<br />

se observa la porción extrarticular y anterior de la cabeza<br />

femoral y porción vecina <strong>del</strong> acetábulo; el triángulo<br />

ecogénico por <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> espacio articular que corresponde<br />

con el labrum glenoideo y en un plano mas<br />

anterior los músculos de la región.<br />

Fig.12.1 b CL en SieScape, donde se ven mejor la cabeza y el<br />

cuello femoral, así como la cápsula articular (flechas).<br />

324 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.12.1 c CL a nivel de la cabeza femoral en un niño de 3 años,<br />

con buena visualización <strong>del</strong> cartílago articular.<br />

TENDINOPATÍAS<br />

Fig.12.2 a CL a nivel <strong>del</strong> trocánter mayor, donde se observa engrosamiento<br />

difuso <strong>del</strong> tendón <strong>del</strong> glúteo medio (flechas), con<br />

ecogenicidad no homogénea. Hay una pequeña calcificación<br />

en la inserción <strong>del</strong> tendón.<br />

Fig.12.2 b CL (compuesto) a nivel de la cara lateral de la articulación<br />

de la cadera, donde se ve engrosamiento <strong>del</strong> tendón<br />

<strong>del</strong> glúteo medio (flechas), con ecogenicidad disminuida.<br />

LESIONES DE LAS BURSAS<br />

Fig.12.3 a CL a nivel de la región anterior de la articulación de<br />

la cadera, donde se ve, inmediatamente por detrás de la<br />

vena femoral, una estructura hipoecoica de bordes bien<br />

definidos por distensión de la bursa.<br />

Fig.12.3 b CT a nivel de la articulación de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />

paciente, donde se define mejor la bursa, así como su<br />

comunicación con la cavidad articular.<br />

Ilustraciones 325


Fig.12.4 a CL a nivel de la cara lateral de la articulación de la<br />

cadera, donde se observa distensión de la bursa<br />

trocantérica.<br />

Fig.12.4 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

LESIÓN DE LA SINOVIAL<br />

Fig.12.5 a CL a nivel <strong>del</strong> receso anterior de la articulación de la<br />

cadera donde se ve distensión de la bursa ilio-pectínea,<br />

con contenido homogéneo.<br />

Fig.12.5 b Otro CL similar al anterior, pero con mayor reacción<br />

sinovial producto de una epifisiolisis (flecha).<br />

Fig.12.6 aCL a nivel <strong>del</strong> receso anterior de la articulación de la<br />

cadera donde se ve distensión de la bursa ilio-pectínea,<br />

con material espeso en su interior.<br />

Fig.12.6 b Otro CL similar al anterior.<br />

326 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.12.6 c Reconstrucción en 3D <strong>del</strong> mismo paciente, donde se<br />

demuestra mejor la distensión capsular y el engrosamiento<br />

sinovial.<br />

Fig.12.6 d Reconstrucción 3D de la cadera contralateral <strong>del</strong> mismo<br />

paciente, que muestra también distensión de la cápsula<br />

articular y engrosamiento sinovial.<br />

ARTRITIS SÉPTICA<br />

Fig.12.7 a CL a nivel de la cadera, donde se ve distensión de la<br />

cápsula articular, con engrosamiento sinovial<br />

Fig.12.7 b CL a nivel de la cara lateral de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />

caso, donde se ve aún mejor lo anteriormente descrito.<br />

Fig.12.7 c Reconstrucción 3D donde se observa distensión de la<br />

cápsula articular, con engrosamiento de la sinovial y elementos<br />

celulares en suspensión.<br />

Fig.12.7 d Reconstrucción 3D de la cadera contralateral donde se<br />

observa distensión de la cápsula articular con proliferación<br />

sinovial y alteración en la morfología de la cabeza.<br />

Ilustraciones 327


Fig.12.8 a CL de la región anterior de la cadera observándose<br />

ligera distensión de la cápsula articular, con proliferación<br />

sinovial y escasa cantidad de líquido.<br />

Fig.12.8 b CL de la cadera contralateral <strong>del</strong> mismo paciente donde<br />

se observa mayor distensión de la cápsula articular, con<br />

predominio de la proliferación sinovial.<br />

Fig.12. 8 c CL en SieScape de la región anterior de la cadera,<br />

donde se define escasa cantidad de derrame articular y<br />

proliferación sinovial.<br />

Fig.12.8 d CL en SieScape de la región anterior de la cadera,<br />

donde se ve distensión de la cápsula articular por derrame<br />

articular.<br />

ARTROPATÍA POR DEPÓSITO DE CRISTALES<br />

Fig.12.9 a CL de la región anterior de la cadera donde se observan<br />

calcificaciones intracapsulares, sin derrame articular<br />

(flecha).<br />

Fig.12.9 b CL en SieScape de la región anterior de la cadera <strong>del</strong><br />

mismo caso, donde se comprueba lo ya descrito.<br />

328 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.12.9 c CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ven, aún mejor,<br />

los cuerpos libres intrarticulares y la irregularidad de<br />

la superficie cortical <strong>del</strong> cuello femoral.<br />

Fig.12.9 d CT en 3D a nivel <strong>del</strong> cuello femoral <strong>del</strong> mismo paciente,<br />

donde se ven las calcificaciones intrarticulares y la<br />

osteolisis <strong>del</strong> cuello. Gota.<br />

Fig.12.10 a CT comparativa de ambas caderas, donde se observan<br />

cuerpos libres Intrarticulares en el lado derecho.<br />

Fig.12.10 b CL de la cadera derecha <strong>del</strong> paciente anterior, donde<br />

se ven aún mejor las calcificaciones (flechas). Gota.<br />

COXOARTROSIS<br />

Fig.12.11 a CL a nivel de la región anterior de la cadera observándose<br />

la presencia de osteofitos a nivel <strong>del</strong> cuello<br />

femoral (flecha).<br />

Fig.12.11 b Otro CL <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún mejor,<br />

el osteofito (flecha).<br />

Ilustraciones 329


Fig.12.12 a CL a nivel de la región anterior de la cadera, donde<br />

se observa presencia de osteofito en posición subcapital<br />

(flecha).<br />

Fig.12.12 b CT a nivel de la articulación de la cadera <strong>del</strong> mismo<br />

paciente, donde se ve otro osteofito a nivel <strong>del</strong> espacio<br />

articular.<br />

Fig.12.12 c CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso. La flecha ilustra la<br />

exostosis.<br />

Fig.12.12 d CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente donde se ve, aún mejor,<br />

lo descrito anteriormente.<br />

CADERA DEL NEONATO<br />

Fig.12.13 a CT donde se muestra la ecoestructura normal de la<br />

cadera de un lactante.<br />

Fig.12.13 b CT <strong>del</strong> mismo caso con la aplicación <strong>del</strong> programa de<br />

Graf.<br />

330 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.12.13 c CT con la aplicación <strong>del</strong> programa de Graf.<br />

Fig.12.13 d CT con la aplicación <strong>del</strong> programa de Graf.<br />

Fig.13.a Vista anatómica de la región anterior de la rodilla y el<br />

muslo con el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.13.b Estudio ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.13.c Vista anatómica de la región anterior de la rodilla y el<br />

muslo con el transductor en corte transversal.<br />

Fig.13.d Estudio ecográfico en CT de esa región.<br />

Ilustraciones 331


Fig.13.e Vista anatómica de la región anterior de la rodilla con el<br />

transductor en corte longitudinal medial.<br />

Fig.13.f Estudio ecográfico en CL de la región medial, las flechas<br />

señalan al complejo cápsulo-ligamentoso medial (LCM).<br />

Fig.13.g Vista anatómica de la región anterior de la rodilla con el<br />

transductor en corte longitudinal lateral.<br />

Fig.13.h Estudio ecográfico en CL de la región lateral, las flechas<br />

señalan al ligamento colateral lateral.<br />

Fig.13.i Vista anatómica de la región posterior de la rodilla con<br />

el transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.13.j Estudio ecográfico con técnica de SieScape de esa región.<br />

332 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


NORMAL<br />

Fig.13.1 a CL <strong>del</strong> tendón cuadríceps normal.<br />

Fig.13.1 b CL. Tendón patelar normal.<br />

Fig.13.1 c CT en SieScape <strong>del</strong> tendón cuadríceps.<br />

Fig.13.1 d CL <strong>del</strong> tendón cuadríceps normal.<br />

Fig.13.1 e CT. En SieScape. Tendón patelar normal.<br />

Fig.13.1 f CL en SieScape. Tendón patelar normal.<br />

Ilustraciones 333


LESIONES TENDINOSAS<br />

Fig.13.2 a CL. Tendinitis aguda <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.13.2 b CL en SieScape en una tendinitis <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.13.3 CL en una fibrosis de la inserción <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Fig.13.4 CL en un paciente con una tendinitis patelar difusa.<br />

Fig.13.5 CL en SieScape en una tendinitis patelar difusa.<br />

Fig.13.6 CL en SieScape en una tendinitis patelar con desgarro<br />

parcial.<br />

334 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.7 a CT. Tenosinovitis anserina.<br />

Fig.13.7 b CL <strong>del</strong> mismo paciente con una tenosinovitis anserina.<br />

LIGAMENTOS<br />

Fig.13.8 a CL. Complejo capsuloligamentoso medial normal.<br />

Fig.13.8 b CL. Complejo capsuloligamentoso medial normal. Vista<br />

de acercamiento.<br />

Fig.13.9 a CL de un desgarro parcial <strong>del</strong> complejo cápsuloligamentoso<br />

medial.<br />

Fig.13.9 b CL en SieScape en un desgarro parcial (flecha) <strong>del</strong><br />

complejo capsuloligamentoso medial.<br />

Ilustraciones 335


Fig.13.10 a CL en un desgarro <strong>del</strong> retináculo medial.<br />

Fig.13.10 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.13.11 a CL en un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />

Fig.13.11 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.13.11 c CL en SieScape de un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />

Fig.13.11 d CL en 3D de un desgarro <strong>del</strong> retináculo lateral.<br />

336 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.12 a CL de un desgarro <strong>del</strong> ligamento colateral peroneo.<br />

Fig.13.12 b CL en SieScape de un desgarro <strong>del</strong> ligamento colateral<br />

peroneo.<br />

Fig.13.13 a CL. Ruptura y calcificación <strong>del</strong> complejo<br />

capsuloligamentoso medial.<br />

Fig.13.13 b CL en SieScape con ruptura y calcificación <strong>del</strong> complejo<br />

capsuloligamentoso medial.<br />

Fig.13.14 a CL con desgarro parcial <strong>del</strong> complejo capsuloligamentoso<br />

medial (flecha).<br />

Fig.13.14 b CL en 3D que muestra mejor el desgarro parcial <strong>del</strong><br />

complejo capsuloligamentoso medial (flecha).<br />

Ilustraciones 337


Fig.13.15 a CL a nivel de la fosa poplitea derecha, donde se ve al<br />

segmento distal normal <strong>del</strong> LCP.<br />

Fig.13.15 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente, donde se define<br />

aun mejor la extensión <strong>del</strong> ligamento.<br />

Fig.13.15 c CL <strong>del</strong> segmento distal <strong>del</strong> LCP contralateral <strong>del</strong><br />

mismo paciente donde se demuestra engrosamiento <strong>del</strong><br />

mismo.<br />

Fig.13.15 d CL en SieScape, donde además de lo descrito anteriormente,<br />

se ven áreas de fibrosis (ecogénicas) <strong>del</strong> LCP<br />

en su inserción en la tibia.<br />

COLECCIÓN EXTRAARTICULAR<br />

Fig.13.16 a CL. Colección extrarticular de la rodilla.<br />

Fig.13.16 b CT <strong>del</strong> caso anterior, con una colección extrarticular<br />

de la rodilla.<br />

338 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.17 a CL. Colección extrarticular de la rodilla.<br />

Fig.13.17 b CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />

BURSAS<br />

Fig.13.18 CL en SieScape que muestra una bursitis prepatelar.<br />

Fig.13.19 CL en una bursitis pretibial.<br />

Fig.13.20 a CL en la región prepatelar donde se observa distensión<br />

de la bursa prepatelar con contenido espeso y una<br />

gruesa calcificación (flecha) hacia su extremo inferior.<br />

Fig.13.20 b CT de la región patelar donde se demuestra lo anteriormente<br />

descrito. Las flechas señalan dos gruesas calcificaciones.<br />

Ilustraciones 339


Fig.13.20 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde además se<br />

puede ver la relación de la bursa con los tendones <strong>del</strong><br />

aparato extensor.<br />

Fig.13.20 d Otro CL en SieScape donde se ve mejor la relación<br />

de la bursa con la expansión prepatelar <strong>del</strong> cuádriceps.<br />

Hemobursa postraumática<br />

Fig.13.21 a CT en SieScape. Quiste de Baker.<br />

Fig.13.21 b CT en 3D en un paciente con Quiste de Baker.<br />

Fig.13.22 a CT en SieScape. Quiste de Baker con calcificación.<br />

Fig.13.22 b CC en 3D de un Quiste de Baker con calcificación.<br />

340 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.23 a CT en SieScape. Bursitis suprapatelar.<br />

Fig.13.23 b CL en SieScape. Bursitis suprapatelar.<br />

Fig.13.24 a CT en SieScape Quiste de Baker comunicante.<br />

Fig.13.24 CL en SieScape. Quiste de Baker con paredes engrosadas.<br />

Fig.13.25 a CL en una bursitis traumática prepatelar.<br />

Fig.13.25 b CL en 3D. Bursitis traumática prepatelar. La flecha<br />

señala la fractura <strong>del</strong> extremo distal de la patela.<br />

Ilustraciones 341


CUERPOS LIBRES<br />

Fig.13.26 a CT. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

Fig.13.26 b CT en SieScape. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

Fig.13.26 c CL. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

Fig.13.26 d CL. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

Fig.13.26 e CL en SieScape. Bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

Fig.13.27 CL en una bursitis suprapatelar con calcificación.<br />

342 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


LESIÓN DE LOS CARTÍLAGOS<br />

Fig.13.28 a CT a nivel de los cóndilos femorales con visualización<br />

<strong>del</strong> cartílago articular normal de la rodilla.<br />

Fig.13.28 b CT en SieScape que muestra, aun mejor el cartílago<br />

articular normal.<br />

Fig.13.29 a CT. Afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.29 b CT. Lado contralateral normal.<br />

Fig.13.30 a CT en SieScape. Irregularidad y afinamiento <strong>del</strong> cartílago<br />

de los cóndilos femorales de la rodilla derecha.<br />

Fig.13.30 b CT. Engrosamiento de aspecto inflamatorio <strong>del</strong> cartílago<br />

<strong>del</strong> cóndilo femoral medial de la rodilla izquierda<br />

<strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Ilustraciones 343


PLICA SINOVIAL<br />

Fig.13.31 a CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar (flecha)<br />

con afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.31 b CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar (flecha)<br />

con afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.32 CL. Plica sinovial medio-patelar normal.<br />

Fig.13.33 CL. Plica sinovial medio-patelar engrosada con afinamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.34 a CL. Vista comparativa de ambas rodillas: Engrosamiento<br />

de la plica medio-patelar izquierda.<br />

Fig.13.34 b CL. Plica sinovial medio-patelar normal.<br />

344 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.35 a CL. Plica sinovial medio-patelar engrosada.<br />

Fig.13.35 b CL. Plica sinovial medio-patelar con afinamiento e<br />

irregularidad <strong>del</strong> cartílago articular <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.36 a CT. Plica sinovial medio-patelar engrosada y afinamiento<br />

<strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.36 b CL en SieScape. Plica sinovial medio-patelar engrosada<br />

y afinamiento <strong>del</strong> cartílago <strong>del</strong> CFM.<br />

Fig.13.37 CL. Plica Suprapatelar en paciente con una sinovitis<br />

postraumática.<br />

Fig.13.38 CL. Plica medio-patelar y engrosamiento <strong>del</strong> cartílago<br />

<strong>del</strong> CFM.<br />

Ilustraciones 345


LESIÓN DE LOS MENISCOS<br />

Fig.13.39 a CL. Cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial normal.<br />

Fig.13.39 b CL. Vista selectiva <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco<br />

medial normal.<br />

Fig.13.40 CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial<br />

(flecha).<br />

Fig.13.41 CL. Vista comparativa de ambas rodillas con lesión <strong>del</strong><br />

cuerno posterior <strong>del</strong> menisco medial derecho (flecha).<br />

Fig.13.42 CL. Quiste parameniscal lateral.<br />

Fig.13.43 CL en SieScape. Lesión meniscal (flecha), con quiste<br />

parameniscal medial.<br />

346 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.44 CL. comparativo de ambas rodillas con lesión <strong>del</strong> cuerno<br />

posterior <strong>del</strong> menisco medial derecho (flecha).<br />

Fig.13.45 CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral<br />

(flecha) con quiste parameniscal<br />

Fig.13.46 a CL. Lesión <strong>del</strong> cuerno posterior <strong>del</strong> menisco lateral<br />

(flecha).<br />

Fig.13.46 b CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior<br />

Fig.13.47 a CL de un menisco medial suturado (flecha).<br />

Fig.13.47 b CL. en que se ven puntos de sutura hasta la piel<br />

(flechas).<br />

Ilustraciones 347


SINOVITIS<br />

Fig.13.48 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />

grueso tabique en el interior de la bursa suprapatelar<br />

(flecha).<br />

Fig.13.48 b CT en SieScape. Derrame articular sin proliferación<br />

sinovial.<br />

Fig.13.49 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />

grueso osteofito (flecha) a nivel <strong>del</strong> polo superior de la<br />

patela.<br />

Fig.13.49 b CL. Derrame articular con proliferación sinovial (+)<br />

a predominio de la pared posterior <strong>del</strong>a bursa.<br />

Fig.13.50 a CL. Derrame articular con proliferación sinovial.<br />

Fig.13.50 b CL. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />

348 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.51 a Cl. Derrame articular con proliferación sinovial y<br />

signos de gonartrosis.<br />

Fig.13.51 b CL en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />

sinovial y signos de gonartrosis.<br />

Fig.13.52 a CT. Derrame articular con proliferación sinovial.<br />

Fig.13.52 b CT en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />

sinovial.<br />

Fig.13.52 c CT en SieScape. Derrame articular con proliferación<br />

sinovial <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.13.52 d CT en SieScape. Otra vista <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Ilustraciones 349


Fig.13.53 a CT Derrame articular con proliferación sinovial y<br />

grueso tabique (flechas).<br />

Fig.13.53 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.13.54 a CL Derrame articular con proliferación sinovial.<br />

Fig.13.54 b CL en 3D <strong>del</strong> paciente de la figura anterior.<br />

Fig.13.55 a CL Sinovitis crónica en un paciente con AR que muestra<br />

una calcificación (flecha).<br />

Fig.13.55 b CT en SieScape. Derrame articular postraumático<br />

en otro paciente.<br />

350 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


OSTEOARTRITIS<br />

Fig.13.56 a CL. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular medial<br />

(flechas).<br />

Fig.13.56 b CL en SieScape. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular<br />

medial.<br />

Fig.13.57 a CL. Estrechamiento <strong>del</strong> espacio articular medial con<br />

gruesos osteofítos.<br />

Fig.13.57 b CL en 3D en que se ve mejor el estrechamiento articular<br />

y los osteofitos.<br />

Fig.13.57 c CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.13.57 d CL en 3D. Signos de Osteoartritis con presencia de<br />

osteofitos.<br />

Ilustraciones 351


LESIONES ÓSEAS<br />

Fig.13.58 a CL. Osteocondroma próximo al cóndilo tibial lateral<br />

(flechas).<br />

Fig.13.58 b CL en SieScape que muestra mejor el osteocondroma.<br />

Fig.13.59 a Cl en una fractura patelar.<br />

Fig.13.59 b CL en que se muestra la rótula contralateral normal.<br />

Fig.13.60 a CL en SieScape. Fractura patelar.<br />

Fig.13.60 b CL en 3D. Fractura patelar señalada por las flechas.<br />

352 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.61 a CT comparativo de ambas rodillas: osteomielitis <strong>del</strong><br />

CFM derecho. El lado izquierdo es normal.<br />

Fig.13.61 b CT Vista selectiva de la rodilla derecha de la figura<br />

anterior.<br />

LESIONES EXTRAARTICULARES<br />

Fig.13.62 a CL Colección extrarticular.<br />

Fig.13.62 b CT en SieScape de la lesión anterior.<br />

Fig.13.62 c CL Colección extrarticular.<br />

Fig.13.62 d Cl en SieScape en que se aprecia una colección<br />

extrarticular.<br />

Ilustraciones 353


TUMORES INTRAARTICULARES<br />

Fig.13.63 a CT de la rodilla con una masa intraarticular.<br />

Fig.13.63 b CT en SieScape de la masa intraarticular de la figura<br />

anterior.<br />

Fig.13.64 a CT. Tumor intraarticular.<br />

Fig.13.64 b Técnica Doppler Color de la lesión Intraarticular<br />

anterior.<br />

Fig.13.65 a CT. Tumor intraarticular de la rodilla.<br />

Fig.13.65 b CT en SieScape de la lesión anterior.<br />

354 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.13.66 a CT. Tumor Intraarticular.<br />

Fig.13.66 b CT. en SieScape <strong>del</strong> tumor intraarticular de la figura<br />

anterior.<br />

Fig.13.67 a CT. Tumor intraarticular<br />

Fig.13.67 b CT en SieScape <strong>del</strong> tumor intraarticular de la lesión<br />

anterior. Sarcoma sinovial.<br />

Fig.13.68 a CT de una tumoración en íntima relación con la<br />

cortical de la tibia.<br />

Fig.13.68 b CL <strong>del</strong> caso anterior en que se ve la irregularidad <strong>del</strong><br />

periostio. Sarcoma parostal.<br />

Ilustraciones 355


Fig.14 a Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> tobillo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 b Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.14 c Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> tobillo con el<br />

transductor en corte transversal.<br />

Fig.14 d Estudio Ecográfico en CT de esa región.<br />

Fig.14 e Vista anatómica de la región lateral <strong>del</strong> tobillo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 f Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

356 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.14 g Vista anatómica de la región medial <strong>del</strong> tobillo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 h Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.14 i Vista anatómica de la región posterior <strong>del</strong> tobillo con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 j Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

Fig.14 k Vista anatómica de la región dorsal <strong>del</strong> pie con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 l Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

Ilustraciones 357


Fig.14 m Vista anatómica de la región plantar <strong>del</strong> pie con el<br />

transductor en corte longitudinal.<br />

Fig.14 n Estudio Ecográfico en CL de esa región.<br />

NORMAL<br />

Fig.14.1 a CL en SieScape de la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendón<br />

<strong>del</strong> tibial anterior.<br />

Fig.14.1 b CT <strong>del</strong> mismo caso. Se visualizan los tendones <strong>del</strong><br />

tibial anterior y <strong>del</strong> extensor común de los dedos.<br />

Fig.14.1 c CL en la región anterior <strong>del</strong> tobillo a nivel de uno de los<br />

tendones extensores anteriores.<br />

Fig.14.1 d CT a nivel de la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendones<br />

extensores <strong>del</strong> pie.<br />

358 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.14.1 e CT en la región anterior <strong>del</strong> tobillo. Tendones<br />

extensores <strong>del</strong> pie.<br />

Fig.14.1 f CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

Fig.14.1 g CL .en la región posterior <strong>del</strong> tobillo. Tendón de<br />

Aquiles (TA).<br />

Fig.14.1 h CT <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.14.1 iCL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente a nivel de la unión<br />

músculo-tendinosa <strong>del</strong> Aquiles.<br />

Fig.14.1 j CL más distal <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Ilustraciones 359


Fig.14.1 k CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> tercio distal<br />

de la pierna y tobillo. Tríceps sural y su tendón común.<br />

Fig.14.1 l Otro CL en SieScape <strong>del</strong> mismo caso en que se ve el<br />

tendón de Aquiles.<br />

TENDINITIS Y TENOSINOVITIS<br />

Fig.14.2 a CL en SieScape. Tenosinovitis de los flexores <strong>del</strong> pie.<br />

Fig.14.2 b CL en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.14.3 a CT Tenosinovitis de los peroneos.<br />

Fig.14.3 b CL <strong>del</strong> caso anterior.<br />

360 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.14.4 a CL de otro paciente con tenosinovitis de los peroneos.<br />

Fig.14.4 b CL <strong>del</strong> mismo <strong>del</strong> caso de la figura anterior.<br />

Fig.14.5 a CL con tenosinovitis crónica <strong>del</strong> tibial posterior.<br />

Fig.14.5 b CT <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.14.6 a CT. Tenosinovitis de los peroneos.<br />

Fig.14.6 b CT <strong>del</strong> caso de la figura anterior.<br />

Ilustraciones 361


Fig.14.7 CL. Tenosinovitis <strong>del</strong> flexor <strong>del</strong> 2do.dedo <strong>del</strong> pie derecho.<br />

Fig.14.8 CT. Tenosinovitis de los flexores <strong>del</strong> 2do. Y 3er dedos <strong>del</strong><br />

pie izquierdo.<br />

Fig.14.9 CL. Tenosinovitis crónica <strong>del</strong> extensor con calcificaciones<br />

y sinovitis interfalangica <strong>del</strong> 1 er dedo.<br />

Fig.14.10 CT con tenosinovitis crónica <strong>del</strong> extensor.<br />

Fig.14.11 a CL. Bursitis crónica pre-aquiliana.<br />

Fig.14.11 b CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior.<br />

362 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


LESIÓN DE LOS LIGAMENTOS<br />

Fig.14.12 a CL a nivel de la articulación peronea-astragalina anterior,<br />

donde, además de la distensión articular, se observa<br />

engrosamiento <strong>del</strong> ligamento (flechas).<br />

Fig.14.12 b CL de la articulación peronea-astragalina contralateral<br />

donde se observa al ligamento <strong>del</strong> mismo nombre, de<br />

aspecto normal.<br />

Fig.14.12 c CL a nivel de la articulación tibio-escafoidea <strong>del</strong> mismo<br />

paciente, donde se observa engrosamiento y pérdida<br />

<strong>del</strong> patrón normal <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo.<br />

Fig.14.12 d CL a nivel de la articulación tibio-escafoidea observándose<br />

signos de desgarro <strong>del</strong> ligamento <strong>del</strong>toideo, en<br />

su componente anterior.<br />

SINOVITIS<br />

Fig.14.13 a CL. sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo. La flecha indica el EA<br />

estrechado.<br />

Fig.14.13 b CL. Otro aspecto de una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Ilustraciones 363


Fig.14.13 c CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.13 d CL. en un paciente con una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.13 e CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.14 CL. Otro paciente con una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.15 a CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.15 b CL. Otro aspecto de una sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

364 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.14.16 a CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14. 16 b CL. Sinovitis crónica <strong>del</strong> tobillo.<br />

Fig.14.17 CL. en SieScape de un paciente con una sinovitis<br />

crónica <strong>del</strong> tobillo. La flecha señala una de las calcificaciones<br />

(flecha).<br />

Fig.14.18 CL en SieScape de un paciente con una sinovitis crónica<br />

<strong>del</strong> tobillo con una calcificación (flecha).<br />

Fig.14.19 a CL. Articulación metatarso-falángica normal.<br />

Fig.14.19 b CL. Sinovitis metatarso-falángica <strong>del</strong> 2 do dedo.<br />

Ilustraciones 365


Fig.14.20 CL. Sinovitis crónica de la articulación tibio-tarsiana.<br />

Fig.14.21 Cl. Sinovitis crónica de la articulación tarsometatarsiana.<br />

TUMORES<br />

Fig.14.22 CT. Tumor en el trayecto <strong>del</strong> nervio tibial posterior.<br />

Fig.14.23 CL. Tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />

Fig.14.24 a CL. Otra vista <strong>del</strong> tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />

Fig.14.24 b CL. Tumor óseo <strong>del</strong> tarso.<br />

366 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


GRANULOMA<br />

Fig.14.25 a CL. Granuloma a cuerpo extraño.<br />

Fig.14.25 b CL en SieScape. Se ve mejor el granuloma a cuerpo<br />

extraño.<br />

Fig.14.25 c CL. Otra vista <strong>del</strong> granuloma a cuerpo extraño.<br />

Fig.14.25 d CL. Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.14.25 e CL en SieScape en que se observa el granuloma en<br />

toda su extensión.<br />

Ilustraciones 367


Fig.15.1 a CT. en SieScape de un tumor <strong>del</strong> pectoral mayor con<br />

características de benignidad.<br />

Fig.15.1 b CL. en SieScape <strong>del</strong> caso anterior con las características<br />

de un tumor benigno.<br />

Fig.15.2 a CL. Tumor benigno <strong>del</strong> aductor mayor.<br />

Fig.15.2 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.15.2 c CL. en SieScape <strong>del</strong> tumor benigno <strong>del</strong> aductor mayor.<br />

Fig.15.2 d CT en SieScape <strong>del</strong> mismo caso.<br />

368 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.15.3 a CL. de un tumor muscular con características de benignidad<br />

en la cara antero interna <strong>del</strong> muslo.<br />

Fig.15.3 b CL en SIeScape de un tumor maligno de la cadera, con<br />

calcificaciones.<br />

Fig.15.4 a CT en un tumor maligno <strong>del</strong> muslo con extensas áreas<br />

de necrosis.<br />

Fig.15.4 b CT. con vista de magnificación <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.15.4 c CT. de una composición fotográfica <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.15.4 d Vista de magnificación que muestra la extensa área de<br />

necrosis tumoral. Fibrohistiocitoma maligno.<br />

Ilustraciones 369


Fig.15.5 a CT. de un Rabdomiosarcoma <strong>del</strong> recto interno.<br />

Fig.15.5 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.15.5 c SieScape en CL <strong>del</strong> paciente con el Rabdomiosarcoma<br />

<strong>del</strong> recto interno.<br />

Fig.15.5 d Otra vista en SieScape <strong>del</strong> mismo paciente.<br />

Fig.15.6 a Corte en que se aprecia una recidiva tumoral.<br />

Fig.15.6 b CL. en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

370 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.15.7 a CL. de un paciente con recidiva tumoral de un sarcoma<br />

intramuscular <strong>del</strong> peroneo largo.<br />

Fig.15.7 b CL. <strong>del</strong> caso anterior en que se ve que el tumor respeta<br />

al peroné (flechas).<br />

Fig.15.8 a CL. de una tumoración <strong>del</strong> cuadríceps de contornos<br />

bien definidos. No hay lesión ósea.<br />

Fig.15.8 b DC <strong>del</strong> caso anterior que muestra un gran número de<br />

vasos intratumorales y un Espectro patológico.<br />

Fibrohistiocitoma maligno.<br />

Fig.15.9 a CT de un tumor sólido <strong>del</strong> vasto intermedio.<br />

Fig.15.9 b DC <strong>del</strong> caso anterior que muestra vasos intratumorales.<br />

Ilustraciones 371


Fig.15.9 c Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente que demuestra su origen<br />

en el vasto intermedio.<br />

Fig.15.9 d Imagen en 3D en que se ve la extensión longitudinal<br />

de la tumoración.<br />

Fig.15.9 e DC que muestra un gran flujo vascular dentro <strong>del</strong> tumor<br />

Fig.15.9 f DC <strong>del</strong> mismo caso que muestra el aspecto patológico<br />

<strong>del</strong> espectro.<br />

Fig.15.10 a CT en la cara posterior <strong>del</strong> brazo. Gran masa tumoral<br />

intramuscular.<br />

Fig.15.10 b CL en SieScape de la región posterior <strong>del</strong> brazo <strong>del</strong><br />

mismo caso.<br />

372 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.15.10 c CT en SieScape de la región posterio <strong>del</strong> brazo <strong>del</strong><br />

mismo paciente.<br />

Fig.15.10 d CL en 3D <strong>del</strong> caso anterior donde se ve mejor su zona<br />

central de necrosis.<br />

Fig.15.10 e Doppler color <strong>del</strong> caso anterior donde se ve la escasa<br />

vascularización <strong>del</strong> tumor.<br />

Fig.15.10 f CL en 3D <strong>del</strong> mismo caso. Tumor maligno <strong>del</strong> brazo.<br />

Fig.15.11 a CL de la región anterior <strong>del</strong> muslo. Tumor mixto<br />

intramuscular.<br />

Fig.15.11 b CL en SieScape de la región posterior de la pierna.<br />

Ilustraciones 373


TUMOR INTRAMUSCULAR.<br />

Fig.15. 11 c CL en Siescape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.15. 11 d CL en 3D <strong>del</strong> mismo paciente. Sarcoma indiferenciado<br />

MASAS EXTRAMUSCULARES<br />

Fig.15.12 a CT <strong>del</strong> muslo donde se visualiza un nódulo ecogénico<br />

y bien definido en el TCS, con el aspecto de un lipoma.<br />

Fig.15.12 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior, donde se ve aún<br />

mejor su fina pared.<br />

Fig.15.12 c Cl en SieScape <strong>del</strong> tercio superior <strong>del</strong> brazo donde se<br />

observa un nódulo ovalado entre el TCS y el <strong>del</strong>toides.<br />

Fig.15.12 d CL en 3D. Lipoma.<br />

374 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.15.13 a CL. Mixoma extramuscular <strong>del</strong> hombro.<br />

Fig.15.13 b CL en SieScape <strong>del</strong> caso anterior.<br />

Fig.15.13 c Otra vista <strong>del</strong> mismo paciente en que se comprueba su<br />

naturaleza extramuscular.<br />

Fig.15.13 d CL en SieScape que muestra aún mejor la localización<br />

y extensión <strong>del</strong> tumor.<br />

Fig.15.14 a CL de la región dorsal <strong>del</strong> hombro donde se observa<br />

tumor extramuscular.<br />

Fig.15.14 b CL con Doppler color <strong>del</strong> mismo caso en que se ve que<br />

la tumoración aparece pobremente vascularizada.<br />

Ilustraciones 375


Fig.15.15 a CL. Infiltración linfomatosa de las partes blandas <strong>del</strong><br />

tórax en íntima relación con la pleura.<br />

Fig.15.15 b CT en SieScape <strong>del</strong> caso anterior que demuestra aún<br />

mejor la infiltración tumoral en un linfoma (LNH).<br />

Fig.16 a Trayecto de la aguja lejos de la lesión.<br />

Fig.16 b Se ve el trayecto de la aguja acercándose a la lesión.<br />

Fig.16 c Trayecto de la aguja en la periferia de la lesión.<br />

Fig.16 d Se ve la aguja penetrando en la lesión.<br />

376 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.16 e Se ve la aguja en el centro de la lesión.<br />

Fig.16 f Se visualiza el trayecto de retirada de la aguja.<br />

PACIENTE NORMAL<br />

Fig.17 a<br />

Ilustraciones 377


PACIENTE CON OSTEOPENIA<br />

Fig.17 b<br />

PACIENTE CON OSTEOPOROSIS<br />

Fig.17 c<br />

378 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>


Fig.18 a Reflejo viscerocutáneo y visceromuscular.<br />

Fig.18 b Cutivisceral y cutimuscular.<br />

Ilustraciones 379


FIG.18 c Pacientes estudiados.<br />

380 Ecografía <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Locomotor</strong>

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