LV 1402

4 LA VANGUARDIA INTERNACIONAL VIERNES, 14 FEBRERO 2014
Cae el Gobierno italiano Renzi echa aLetta ysecorona
>> VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
ba de presentar un documento sobre
sus ambiciosos planes. De nada
sirvió. Renzi está convencido
de que sólo él puede encarnar el
cambio. ALetta se limitó aagradecerle
los servicios prestados y
areconocer que su gobierno había
hecho “un trabajo notable”.
La patronal Confindustria yel
principal sindicato, CGIL, no
han sido ajenos alosucedido. El
presidente de los empresarios,
Giorgio Squinzi, lanzó hace pocos
días un duro ultimátum aLetta
para que acelerara las reformas
ytomara medidas fiscales y
de todo tipo para reactivar la economía.
Los sindicatos también se
posicionaron afavor de abrir una
nueva fase. Según indiscreciones
de la prensa, ha podido ser un factorlainminente
renovación de altos
cargos en empresas con participación
pública, como los gigantes
energéticos Enel yEni oel
conglomerado Finmeccanica. Se
trata de decenas de puestos muy
bien remunerados que dependen
de decisiones políticas. Las interpretaciones
varían, sin embargo,
sobre si eso habría acelerado los
planes del propio Renzi odequienes
querían su ascenso.
Para Napolitano, la caída de
Letta no es una noticia muy agradable.
Fue el anciano presidente
(88 años) quien aceptó un nuevo
mandato, ligado alaformación
de una gran coalición encabezada
por Letta. Ahora le toca el papel
de bendecir una maniobra de
juego de poder, si bien no tendrá
otro remedio que hacerlo.
Renzi, después de que Napolitano
le encargue oficialmente formar
gobierno, tendrá que presentar
su programa de gobierno ante
el Parlamento. Su intención es seguir
gobernando con los actuales
aliados, el Nuevo Centroderecha
–grupo escindido del partido de
Berlusconi– yOpción Cívica, la
formación fundada por Mario
Monti. Ambos están interesados
en continuar aliados. Si hubiera
unas elecciones, su supervivencia
estaríaamenazada. Renzi debe
tener más cuidado de su partido
que de sus socios. El peligro
interno, en Italia, siempre suele
ser el más peligroso, como él mismo
ha aprendido muy bien.c
SIGA LA CRISIS POLÍTICA
ITALIANA EN
www.lavanguardia.com
EUSEBIO VAL
Roma. Corresponsal
AMatteo Renzi lo comparan con Tony
Blair por su empeño en reinventar
un viejo partido de izquierda
Transversal
yexpeditivo
ALESSANDRO DI MEO /EFE
Matteo Renzi ha
hecho honor a
su apodo, il rottamatore
(el
que desguaza).
Poco más de dos meses,
desde que asumió la secretaría
del Partido Demócrata (PD), le
han bastado para desguazar al
Gobierno Letta. Yayer fue suficiente
un escueto documento
de un solo folio para liquidar a
su correligionario. Rapidez y
modos expeditivos. Está por
ver si estos métodos funcionarán
con la misma eficacia en
cuanto se instale en el palacio
Chigi, la sede del primer ministro,
ytenga que buscar alianzas
en el Parlamento para sacar adelante
las reformas importantes.
El alcalde de Florencia llegará
alaJefatura del Gobierno –si
nada se tuerce por el camino–
con mucho bagaje mediático pero
escasa experiencia política.
Su trayectoria sehacentrado
en la política provincial ymunicipal.
Del 2004 al 2009 fue presidente
de la provincia de Florencia
ydurante los últimos cinco
años ha ocupado la alcaldía.
“No ha sido nunca un administrador,
sino un político”, asegura
el redactor jefe del Corriere
Fiorentino, Carlo Nicotra. A
Renzi le gusta tomar las grandes
decisiones estratégicas pero
le aburre bajar alos detalles
del seguimiento de la acción de
gobierno. De su etapa en Florencia,
Nicotra destaca la decisión
de convertir en peatonal la plaza
del Duomo, algunas obras en
edificios emblemáticos y, sobre
todo, laproyección nacional e
internacional que ha tenido la
ciudad dada la presencia constante
de Renzi en los medios de
comunicación. En Florencia ha
demostrado también una de
sus capacidades más valiosas,
la transversalidad, la capacidad
para atraer avotantes que
no son tradicionalmente de izquierda,
al hablarles con un
nuevo lenguaje, menos lastrado
por los conceptos del pasado,
por la herencia excomunista
ylaretórica sindical. Dos de
los concejales que en su día fueron
elegidos en el partido de
Berlusconi lo abandonaron y
crearon un propio grupo, llama-
Matteo Renzi, ayer ante la sede del Partido Demócrata italiano
do Nosotros con Matteo Renzi.
El nuevo hombre fuerte del
centroizquierda italiano creció
en un pequeño eidílico pueblo
de las colinas toscanas, Rignano
sull’Arno. Es el segundo de cuatro
hijos. Su padre, Tiziano, fue
durante unos años concejal democristiano.
Renzi cursó el bachillerato
ylacarrera universitaria
–Derecho– en Florencia.
Durante untiempo trabajó en
una empresademarketing de la
familia. Con 19años participó
en un popularconcurso de televisión,
La rueda de la fortuna,y
ganó una relevante suma.
Su círculo de amistades es
amplio ycubre diversos ámbitos,
desde la moda al deporte.
Tuvo mucho interés en conocer
en persona aNelson Mandela y
pudo hacerlo durante un viaje a
Sudáfrica. También ha mantenido
diversos contactos con Peter
Mandelson, el influyente consejero
de Tony Blair yuno de los
cerebros del New Labour. Renzi,
en efecto, suele ser presentado
por los medios anglosajones
como un Blair italiano, decidido
atransformar por completo
un viejo partido de izquierda.
El párroco de su
pueblo dice que, ya
de monaguillo, Renzi
era muy bueno
yungran imitador
En un día como ayer, era lógico
que la gente de Renzi estuviera
exultante. Una de las declaraciones
másjugosas fue la del cura
de su pueblo, don Giovanni
Sassolini, que tuvo al líder del
PD como monaguillo en su pueblo.
“Ya de pequeño era evidente
que sería un número uno”, dijo
el párroco en una emisora de
radio. Don Giovanni confirmó
que Renzi, de niño, era un gran
imitador, sobre todo del escritor
Vittorio Sgarbi. La madre
del político, en cambio, prefirió
la discreción, pese al acoso de
periodistas frente asucasa. Ante
la insistencia de un enviado
del diario La Stampa,deTurín,
la señora Laura Bovoli sólo acertó
adar una respuesta muy italiana:
“¿Matteo? Lo he encomendado
alaVirgen”.c
ANÁLISIS
Enric Juliana
Agosto del 2011. Fuerte tormenta
en los mercados financieros. Con
el euro apunto de irse apique, el
Banco Central Europeo envía
sendas cartas de advertencia a
Roma yMadrid. Hay que contener
el déficit. Exige estabilidad,
disciplina yrecortes.
Grecia, Irlanda yPortugal están
intervenidas. En España, el
Gobierno socialista ya ha tirado
la toalla y prepara el adelanto
electoral para noviembre. José
Luis Rodríguez Zapatero escurre
el bulto yseinventa la reforma
exprés de la Constitución para
calmar alos alemanes.
La puñalada florentina
En Italia, Silvio Berlusconi se
halla enfase Calígula, asediado
por los escándalos sexuales. Intenta
aplazar los recortes yadopta
tonos desafiantes, esbozando
un populismo antialemán. El Vaticano
deja de apoyarle yundía
descubre que ya no tiene mayoría
en el Senado. Cae.
En una hábil maniobra de palacio,
el presidente de la República,
Giorgio Napolitano, llama a
MarioMonti, católico, serio, austero,
tecnócrata, lombardo, ex comisario
europeo de la Competencia,
insider de la administración
europea, bien comunicado con
Berlín ycon la Casa Blanca. (Al
cabo de pocas semanas, la revista
Time le dedicará la portada).
Monti forma un gobierno con ministros
técnicos, apoyado en el
Parlamento, no sin reticencias,
por el berlusconiano Pueblo de la
Libertad yelPartido Democrático
(centroizquierda). Un Gobierno
para evitar la catástrofe.
Monti logra culminar la legislatura
ycomete el error –presionado
por Bruselas yBerlín– de concurrir
alas elecciones de febrero
del 2013 al frente de una lista centrista.
Quedará en cuarta posición.
Nohay un ganador claro.
Vence el Partido Democrático
(PD), sin mayoría en el Senado.
(Italia es perfectamente bicameral:
Senado yCámara de los Diputados,
mil parlamentarios, tienen
el mismo poder). La gran novedad
de las elecciones eselmovimiento
populista del cómico
Beppe Grillo, que logra alcanzar
el 22%, reuniendo adescontentos
de derecha ydeizquierda.
El líderdel Partido Democrático,
Pier Luigi Bersani, ganadorperdedor,
se ve obligado adimitir.
También ha renunciado el papa
Benedicto XVI. En Roma se
produce unasombroso vacío de
poder. El cónclave vaticano elige
aFrancisco (marzo 2013) yelcónclave
republicano (abril 2013) no
logra ponerse de acuerdo para escoger
un nuevo presidente de la
República. El único acuerdo consiste
en pedir aNapolitano, de 88
años, que acepte un segundo
mandato de siete años. La república
italiana se monarquiza y Napolitano
exige un gobierno de amplia
coalición, con los principales
partidos dentro. Loencabezará
Enrico Letta, 47 años, democristiano
progresista del PD.
El Partido Democrático renueva
su liderazgo ycelebra elecciones
primarias abiertas alaciudadanía
para elegir al nuevo secretario
general –atención PSOE: primarias
abiertas para elegir al secretario
general–. Vence por goleada
Matteo Renzi, 39 años, católico,
alcalde de Florencia, hiperactivo,
adicto aTwitter, reformista
yaudiovisual. Un poco berlusconiano.Con
el PD en sus manos
yuna alta popularidad en las
encuestas, Renzi se enfrenta aun
dilema: dejar que Letta gestione
el programa de reformas hasta la
renovación de la ley electoral
(adopción del modelo español), o
asaltar el Gobierno. Consulta la
bola de cristal, habla con el espíritu
de los Médici ydeNicolás Maquiavelo,
coge el puñal florentino
ymata aLetta.
Todo muy laberíntico, pero atención
auna constante: desde noviembre
del 2011 en Italia rige un
Gobierno de amplia coalición. c