Libro blanco Consenso sobre las actividades preventivas en la ...

Libro blanco
Consenso sobre las actividades preventivas en la edad adulta
en la atención primaria

Índice
Presentación
Introducción
Vacunas
Cribados
Obesidad
Diabetes
Hipertensión arterial
Hipercolesterolemia
Riesgo cardiovascular
Osteoporosis
Trastornos visuales
Trastornos auditivos
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Cáncer de mama
Cáncer de cuello de útero
Cáncer colorectal
Cáncer de próstata
Consumo excesivo de alcohol
Depresión
Incontinencia urinaria
Violencia de género
Violencia contra los ancianos
Consejos
El consejo
Alimentación
Actividad física
Dejar de fumar
Prevención de las infecciones de transmisión sexual y de la infección causada por el
virus de la inmunodeficiencia humana
Prevención de los accidentes en el hogar y el ocio
Prevención de los accidentes de tráfico
Salud bucodental

Prevención de los trastornos cognitivos y de la conducta en personas mayores
Uso de los medicamentos
Prevención del consumo de drogas no institucionalizadas
Prevención del cáncer de piel
Salud mental
Prevención de los efectos de las temperaturas extremas
Tablas resumen
Intervenciones preventivas en adultos
Vacunas
Cribados
Consejos

Presentación
La aplicación de medidas preventivas y de promoción de la salud son cuestiones
fundamentales en la lucha contra las enfermedades. Los profesionales de la salud
están cada vez más concienciados de que las medidas restauradoras de la salud
perdida son actuaciones de segunda opción cuando la prevención primaria y la
secundaria han fallado o cuando éstas no son posibles porque no existen. No
obstante, la incorporación de estas medidas preventivas y de promoción de la salud
requiere un cambio fundamental en la forma de pensar y actuar de todos pero, muy
especialmente, de los profesiones sanitarios.
Para incorporar esta nueva visión sobre la atención a la salud creo que es fundamental
que el personal sanitario tenga una predisposición activa que le lleve a conocer, tanto
a aquellos pacientes que presentan patología y que hacen demandas respecto a su
salud, como a aquellos otros en fase presintomática de la enfermedad o, incluso, en
una fase anterior, hecho que les permitirá averiguar la existencia de factores de riesgo
entre la población bajo su responsabilidad, sana o supuestamente sana.
Pero, para mejorar el nivel de salud de la ciudadanía no sólo es necesaria una actitud
preactiva de nuestros profesionales sino que la población en general modifique su
actitud y aprenda y acepte sus responsabilidades para llegar al bienestar propio. Y
para conseguirlo es necesario que los profesionales dediquen tiempo y cuenten con
conocimientos adecuados.
La atención primaria (AP) es el ámbito idóneo para incorporar las actividades
preventivas y de promoción de la salud, actividades que se centran directamente sobre
los problemas de salud prioritarios definidos en los distintos planes de salud y en los
actuales planes directores del Departamento de Salud, y que se denominan
prevención primaria, secundaria y terciaria.
La prevención primaria es quizás la actividad menos desarrollada en el ámbito de los
sectores asistenciales y en la que recaen las estrategias dirigidas a la educación
sanitaria de la población sana, el control de exposición de los individuos a los factores
nocivos y las campañas de prevención.
La AP es la puerta de entrada de la ciudadanía hacia la sanidad pública desde donde
las familias establecen vínculos muy estrechos con el médico de familia que perduran

a lo largo del tiempo. Esta característica especial de los centros de salud hace mucho
más factible la práctica de actividades preventivas en el ámbito de la AP.
Para potenciar esta particularidad de la AP, el Departamento de Salud y las
sociedades científicas de AP, en su momento, elaboraron unos protocolos, en forma
de Libro blanco, para integrar la prevención a la práctica asistencial en personas de
más de 15 años. Estos protocolos iniciales requieren una actualización que contemple
las nuevas perspectivas sobre la salud pública del Gobierno de la Generalidad y el
Departamento de Salud, con toda la potenciación que se ha conferido a la promoción
de la salud y la prevención de la enfermedad.
Con este objetivo, expertos de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y
Comunitaria, la Asociación Catalana de Enfermería y la Asociación de Enfermería
Familiar y Comunitaria de Cataluña, junto con la Dirección General de Salud Pública
del Departamento y la Fundación Gol i Gurina, han consensuado un paquete global de
intervenciones preventivas para toda la edad adulta que ahora les presentamos en el
Libro blanco. Consenso sobre las actividades preventivas en la edad adulta en la
atención primaria.
Finalmente, me queda agradecer, desde estas líneas, la colaboración de todos los
expertos y profesionales que han contribuido a la elaboración de este Libro blanco
que, a buen seguro, se convertirá en una herramienta de gran utilidad en el camino
que todos hemos emprendido para mejorar la salud de la ciudadanía de Cataluña.
Marina Geli i Fábrega
Consejera de Salud

INTRODUCCIÓN
En 1993, el Departamento de Sanidad y Seguridad Social editó el libro Bases para la
y integració de la prevenció en la práctica clínica, que representó un punto importante
de referencia en Cataluña para la potenciación del desarrollo de este grupo de
actividades en el conjunto del sistema de salud. Ahora, 12 años después de aquella
iniciativa, se pone en marcha un nuevo proyecto estratégico y editorial sobre el tema,
dirigido de forma específica a la atención primaria como el ámbito sanitario asistencial
con más capacidad de protagonismo en este terreno.
En 1993, la reforma de la atención primaria estaba todavía en una fase inicial de
desarrollo en Cataluña. En el momento actual, el proceso está prácticamente
finalizado y la integración de las actividades preventivas y de promoción de la salud
en la actividad cotidiana de las consultas ha progresado de forma significativa, aunque
no suficiente tanto desde una perspectiva cuantitativa como cualitativa: necesitamos
priorizar más estas actuaciones, pero también hay que introducir cambios en la
orientación, dar más protagonismo a las actuaciones de promoción de la salud que
inciden sobre los hábitos vitales de los ciudadanos y frenar dentro de lo posible la
medicalización y utilización poco justificable de los recursos sanitarios que pueden
inducir.
En 1988, se puso en marcha el PAPPS (Programa de actividades preventivas y de
promoción de la salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
(semFYC) ) como un instrumento para potenciar la integración de este grupo de
actividades en las consultas de atención primaria. Su trayectoria ascendente ha
transcurrido paralela a la de la reforma de la atención primaria y, en estos momentos,
es el programa de intervención más antiguo de nuestro país y ha marcado el
desarrollo científico y organizativo de la prevención y promoción de la salud al
convertirse en un punto de referencia indiscutible tanto en el ámbito profesional como
en el de las administraciones sanitarias. En el momento actual están adscritos al
programa más de 660 centros de salud del conjunto del Estado, de forma que
alrededor del 20 % de la población española es asistida en centros comprometidos
documentalmente con la aplicación de las recomendaciones del programa. En un
estudio realizado recientemente se demuestra que los médicos de familia españoles
hacen más actividades preventivas que sus colegas europeos y este hecho puede
reflejar, entre otros factores, que los gestores y profesionales de nuestro país han

priorizado más este grupo de actuaciones en los últimos años. En 1995, a la sombra
del PAPPS, se puso en marcha el proyecto EUROPREV con el objetivo principal de
promover estas actividades en las consultas de los médicos de atención primaria
europeos. Actualmente, este proyecto, liderado por la semFYC, ha sido reconocido por
la WONCA Europa y ha logrado un grado importante de desarrollo en muchos países
occidentales.
Con estos antecedentes, la situación actual de la atención primaria reformada, y más
específicamente la de las actividades preventivas y de promoción de la salud, hacen
obligatorio un análisis nuevo de su marco general y operativo que nos permita generar
líneas de avance y diseñar estrategias e instrumentos que mejoren la efectividad de
las actuaciones en este ámbito. Hay que generar alianzas entre la atención primaria
clínica y la salud pública, alianzas que pueden utilizar como nexo de unión la medicina
comunitaria y que nos pueden permitir hacer aproximaciones más efectivas y
participativas a las necesidades y expectativas individuales y colectivas y, en
consecuencia, priorizar mejor nuestras actuaciones. El desarrollo operativo de
programas intersectoriales como el de salud y escuela, con énfasis principal en la
prevención y promoción de la salud, puede contribuir a potenciar interacciones con
elementos comunitarios y del sistema educativo con consecuencias positivas para la
generación de conductas saludables en el sector poblacional emergente. La
participación de las administraciones locales (ayuntamientos) en estos programas
colaborativos introducirá elementos nuevos de mejora en el proceso de adaptación de
las actuaciones sanitarias a las necesidades y expectativas de la población y
contribuirá a la racionalización de la utilización de los recursos del sistema.
La nueva atención primaria del siglo XXI debe prever cada vez más actuaciones de
tipo intersectorial, con participación conjunta de diferentes grupos de profesionales, de
procedencia y dependencia institucional directa diversa y con responsabilidades
crecientes en la mejora del nivel de salud individual y colectivo. Esta perspectiva más
horizontal de las actuaciones sanitarias debe tener una traducción clara en el campo
de la prevención y promoción de la salud, con el diseño de estrategias y líneas
operativas de acción de sectores como el educativo, económico, judicial, de vivienda y
medio ambiente, tráfico y comunicaciones, por poner algunos ejemplos fácilmente
comprensibles.
Las repercusiones más efectivas y eficientes sobre las causas principales de
morbilidad y mortalidad en los tiempos actuales no tendrán un origen único en las

actuaciones preventivas y asistenciales reparadoras de los profesionales sanitarios en
las consultas. Éstas, enfocadas correctamente, serán sin duda una contribución
importante, pero deben venir necesariamente acompañadas por otras intersectoriales
y de potenciación de la responsabilidad y capacidad de autocuidado de la propia
salud por parte de los ciudadanos.
Los programas de actividades preventivas y de promoción de la salud consumen
recursos, sobre todo organizativos, humanos, de tiempo y de técnicas diagnósticas y,
como todas las actuaciones sanitarias, deben justificar la efectividad y el costeoportunidad.
No hay que olvidar tampoco los posibles efectos secundarios de estas
actuaciones: los falsos positivos generan ansiedad y la necesidad de pruebas
diagnósticas nuevas y pueden ser también importantes las repercusiones posibles de
etiquetar como enfermos probables o seguros personas que hasta el momento se
consideraban sanas.
En el campo de las actividades de prevención secundaria, también hay que considerar
antes de la puesta en marcha, tres factores esenciales: la efectividad demostrada por
la actuación preventiva para cambiar sustancialmente y en un sentido positivo la
historia natural de la enfermedad, la garantía de la continuidad de la atención de las
personas sometidas a pruebas de cribado y la disponibilidad suficiente de medios
para confirmar el diagnóstico y establecer el tratamiento y el control posterior de los
enfermos detectados, sin dilaciones.
En ningún caso alguno estas consideraciones nos han de inducir a no llevar a cabo
actuaciones preventivas y de promoción de la salud de forma integrada con el resto
de las que desarrollan los profesionales de atención primaria en las consultas y en los
centros de salud. Nos deben servir para analizar la efectividad con más detenimiento
y valorar todos y cada uno de sus posibles efectos positivos y negativos.
Los obstáculos y dificultades con que se encuentran los programas de actividades
preventivas y de promoción de la salud para la puesta en marcha y desarrollo
satisfactorio continúan siendo importantes y de origen diverso: desde una inadecuada
relación profesional sanitario-paciente a la carencia de tiempo o las deficiencias en
la informatización de los registros clínicos. Estos inconvenientes y otros todavía están
presentes actualmente en muchos de nuestros equipos y explican que, pese a los
progresos conseguidos, todavía quede un margen amplio de mejora en la integración

de la prevención de las enfermedades y de la promoción de la salud en la práctica
clínica de los profesionales de atención primaria.
Dentro de estas dificultades merece un capítulo aparte la derivada de la existencia de
recomendaciones diferentes para la prevención de determinados procesos emitidas
por las instituciones y organizaciones científicas y profesionales. No es necesario
ilustrar esta afirmación con ejemplos concretos porque son bien conocidos por todo el
mundo. Esta carencia de consenso repercute de forma negativa sobre la motivación
de los profesionales y puede generar desconfianza en los ciudadanos. Por lo tanto,
hay que generar iniciativas apoyadas decididamente por las administraciones y las
organizaciones profesionales y dirigidas al establecimiento de políticas de prevención
y promoción de la salud bien definidas y con pautas de actuación homogéneas.
Apuntamos como una iniciativa de futuro a corto plazo la realización de una
conferencia estatal sobre prevención y promoción de la salud, auspiciada por las
asociaciones científicas con más protagonismo en este terreno y con el apoyo de las
administraciones sanitarias del Estado y autonómicas. Esta conferencia podría ser el
punto de partida para la constitución de un grupo estatal independiente sobre
prevención y promoción (en la perspectiva de la US Task Force) que actuaría como
organismo de referencia en relación con el establecimiento de las prioridades
estratégicas y las recomendaciones operativas en este ámbito.
A. Martín Zurro
Presidente del Organismo de Coordinación Estatal del Programa de actividades
preventivas y de promoción de la salud (PAPPS), de la Sociedad Española de
Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), coordinador general del Programa de
medicina de familia y comunitaria de Cataluña. Instituto de Estudios de la Salud.