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energía
Como en cualquier circunstancia en la
que es necesario el ahorro, en cuanto a
la gestión de la energía existen también
dos vías de mejora de la eficiencia:
reducir el consumo y maximizar la
captura de reservas.
En este caso, el edificio construido en
Tolosa está pensado para consumir
la mínima energía posible desde los
primeros pasos de su diseño. La
situación en la parcela, aportada por el
Ayuntamiento para su edificación, tuvo
en cuenta los soleamientos y sombras
para los tiempos de recreo, la posibilidad
de ventilación cruzada en las aulas
debido a la necesidad de higiene diaria
del centro, el cierre de la fachada norte
para defender el edificio del viento o el
aprovechamiento de la fachada sur para
la captación de energía solar. Asimismo,
se cuidó especialmente el aislamiento
térmico de los espacios.
Los sistemas de climatización
independientes en las zonas este y
oeste, el suelo radiante como sistema
calefactor o el gas natural con caldera
de condensación, así como la instalación
de un ecoascensor o la construcción
de un conducto de luz solar captada en
la cubierta redujeron notablemente el
consumo energético.
La captura de energía exterior se
consiguió mediante el efecto invernadero
logrado por el muro Trömbe, una
galería solar acristalada adosada a la
fachada sur que día a día se encarga de
supervisar el alumnado de menor edad,
los de 5 años. Dependiendo del tiempo
que hace cada día, éstos abren o cierran
las trampillas azul y roja para que circule
el aire caliente a través de este sistema
de acumulación energética. Asimismo,
el edificio cuenta con una batería de
paneles térmicos para calentar el agua
de los diferentes servicios, cuarenta
paneles fotovoltaicos para generación de
energía eléctrica y un aerogenerador en
la cubierta. Todo ello le ha reportado la
calificación de eficiencia ‘A’ y un ahorro
aproximado del 46%.
agua
En el caso de este bien escaso, log
rar una menor demanda y un uso
adecuado del mismo es imprescindible
para contribuir al desarrollo sostenible
y por esta razón, todos los elementos
que incorpora el edificio y su
funcionamiento son estudiados por las
clases de segundo ciclo de primaria.
Este alumnado, además, adquiere
conocimientos sobre reducción de
consumo de agua potable beneficiosos
para el día a día en su vida familiar.
En este sentido, un primer paso
es aminorar el consumo a través
de la implantación de dispositivos
reductores de presión, cisternas de
volumen variable, grifos temporizados
o electrodomésticos eficientes.
Asimismo, determinados procesos
como la limpieza, el lavado de ropa
o el riego puede servirse del agua de
lluvia recuperada. La instalación de una
cubierta de agua viva, es decir, un tejado
inundado de aguas pluviales con plantas
y peces, ha supuesto para Samaniego
LHI el autoabastecimiento de inodoros,
urinario y riego.
Mirando al exterior del edificio, posibilitar
la filtración de esta agua pluvial en
la parcela mediante pavimentos
permeables y zonas verdes ha reducido,
asimismo, el impacto de la edificación
sobre el entorno natural.
La carpintería en
madera ocupó
el lugar del
aluminio al uso,
con una cantidad
ampliamente
superior de energía
incorporada
materiales
Otra de las preocupaciones prioritarias
en el proyecto fue la elección de
materiales sostenibles valorando
aspectos técnicos, económicos,
estéticos o de mantenimiento. En
saneamiento y fontanería el uso del PVC
fue sustituido en su práctica totalidad
por el polietileno PE o el polibutileno, el
poliuretano en los aislantes térmicos dejó
paso a la lana de roca y la carpintería
en madera ocupó el lugar del aluminio
al uso, con una cantidad ampliamente
superior de energía incorporada.
Además, los suelos están revestidos de
linóleo, un material natural y confortable
para una escuela infantil, y el colorido
necesario para hacer del edifico un
lugar alegre para los más pequeños
se consiguió mediante la utilización de
pinturas y disolventes al agua.