Venezuela - Juventud Rebelde
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CULTURA<br />
DOMINGO 02 DE DICIEMBRE DE 2007<br />
juventud rebelde<br />
por ARACELYS BEDEVIA<br />
aracelys@jrebelde.cip.cu<br />
AL cantautor cubano Gerardo Alfonso<br />
y a todos los de su generación les<br />
ha tocado ir tras la impronta de Silvio<br />
Rodríguez y Pablo Milanés. Dos árboles<br />
frondosos que los han apoyado<br />
mucho. Pero aun así, no ha sido fácil<br />
crearse un nombre propio.<br />
«Ellos son los máximos exponentes<br />
de la Nueva Trova, los fundadores<br />
y quienes más han expuesto una<br />
obra de compromiso social enorme.<br />
Es lógico que todo el que quiera disponer<br />
del producto Nueva Trova busque<br />
sus canciones. Sin embargo, no<br />
es cuestión de ser mejores o peores,<br />
sino diferentes.<br />
«Hay un discurso que escribimos<br />
nosotros (hablo en nombre de mi<br />
generación) que es el resultado de<br />
nuestra forma de ver la realidad, que<br />
está bastante reconocido en Cuba.<br />
Pero no en el resto del mundo, donde<br />
existe poca información acerca<br />
de esto y el espacio con que contamos<br />
es limitado, aunque para ellos<br />
también fue difícil.<br />
«Por ejemplo, en España no se<br />
interesan muchas veces en lo que<br />
queremos decir nosotros. A mí me<br />
ha sucedido bastante. La obra de<br />
estos compositores ha calado en el<br />
gusto de generaciones enteras,<br />
como es el caso de Chile. Y si de<br />
gastar dinero se trata, el público prefiere<br />
hacerlo con Silvio y Pablo.<br />
«Es un camino difícil que también<br />
tiene que ver con la época, con otros<br />
lenguajes y códigos que no estamos<br />
explotando lo suficiente. A lo mejor<br />
es que espero más de lo que merezco.<br />
Por lo demás, soy un deudor de<br />
Silvio y Pablo. Tengo mucha influencia<br />
del trabajo de ambos. Forman<br />
parte de mi acervo cultural y orientación<br />
para seguir adelante».<br />
Así lo confesó el cantautor cubano<br />
en un encuentro inesperado con<br />
JR. Y digo así porque lo planeamos<br />
tantas veces sin llevarlo a efecto que<br />
sucedió de esa manera. Dos días<br />
antes de su última presentación en<br />
el Museo Nacional de Bellas Artes,<br />
donde estrenó canciones, con su<br />
grupo, e interpretó para complacencia<br />
del público algunas ya conocidas.<br />
Como su emblemática y tan gustada<br />
Sábanas blancas, con la que cierra<br />
todos los conciertos.<br />
Hay mucho amor en sus canciones.<br />
También compromiso político.<br />
«Trato de mantener fresco el espíritu,<br />
porque de ahí nacen las canciones.<br />
Ellas son lo mejor de mí. Me nutro de<br />
los valores que aprendí con mi madre<br />
y en la escuela, de todo lo vivido».<br />
La Habana, su ciudad, es parte<br />
indisoluble de la cancionística de este<br />
trovador. «Me conmueve hasta la<br />
canción. Como reflejo de eso le canto<br />
a la ciudad y a quienes la habitan.<br />
«Siempre supe que mi destino<br />
era hacer música. Pero la idea de<br />
escribirla, de expresarme líricamente,<br />
maduró a partir del momento en<br />
que me vinculé con la Nueva Trova,<br />
antes de entrar al Movimiento, cuando<br />
empecé a escuchar a Silvio y Pablo.<br />
Me di cuenta que necesitaba<br />
comunicar sentimientos y empecé a<br />
hacer canciones. Ese fue el motor<br />
impulsor».<br />
—¿Cómo llegas a la Nueva Trova?<br />
—A fines de los 70 se hizo una<br />
convocatoria para que todos los que<br />
tuvieran inclinaciones hacia la canción<br />
se sumaran al Movimiento (uno<br />
de los más genuinos nacidos con la<br />
Revolución). En ese momento me<br />
pareció que con una guitarra era<br />
suficiente para expresarme y entré.<br />
Siempre soñando con sonidos, con<br />
Gerardo Alfonso<br />
Me quedo con el beneficio<br />
de expresar lo que pienso<br />
La Nueva Trova tiene que bucear hondo en los problemas sociales<br />
y sacudir la opinión. Sigue viva, pero ha perdido la brújula,<br />
afirmó el conocido cantautor<br />
Siempre supe que mi destino era hacer música, declaró Gerardo a JR. Foto: Jorge Villa<br />
instrumentos que además de la guitarra<br />
componían mis canciones. Tú<br />
me ves tocando una guitarra, pero yo<br />
estoy sintiendo una orquesta con<br />
percusiones, bajo, piano.<br />
«Llegué al Movimiento en octubre<br />
de 1980, con Carlos Varela (nos iniciamos<br />
juntos en la NT). Conocía algunas<br />
canciones de la trova tradicional.<br />
Pero al principio no tenía idea del<br />
vínculo de esta con la Nueva Trova.<br />
Más bien estaba interesado en la música<br />
anglosajona, en la brasileña (me<br />
enamoré de ella a partir de 1982).<br />
«Esos eran mis móviles como creador.<br />
No obstante, como tenía referentes<br />
de los fundadores y de la generación<br />
con la cual entré en contacto,<br />
empecé a compartir el camino de<br />
la canción trovadoresca. Conforme eso<br />
iba sucediendo fui negando en ese<br />
período las influencias anglosajonas,<br />
fundamentalmente, por encontrar mi<br />
propio lenguaje y raíces, lo cual no<br />
quiere decir que hayan dejado de ser<br />
un referente constante en mi vida.<br />
«En los primeros tres años de la<br />
década de los 80 encontré mis raíces<br />
en la música afrocubana, en la<br />
campesina. Comencé a sentir que<br />
cuando hacía una canción con los<br />
elementos musicales cubanos, la<br />
clave de la música afro, del palo y los<br />
compases campesinos, mezclado<br />
con una intención poética y una preocupación<br />
temática, estaba delimitando<br />
mi silueta en el panorama cultural<br />
cubano y dejaba de ser un anónimo<br />
para ser un sujeto.<br />
«Al tercer año de entrar al Movimiento<br />
tenía tantas pilas con todo<br />
ese tema que empecé a crear mi<br />
propio mundo expresivo (el famoso<br />
guayasen con el que estoy trabajando<br />
y el O’changa, que tienen relación<br />
con la música afrocubana). La música<br />
brasileña me ayudó a identificarme<br />
de esa manera.<br />
«Por ahí fui moldeando a un artista<br />
que tenía mucha influencia de Silvio,<br />
del pop con el que crecí, y la conciencia<br />
de una cultura cubana de las<br />
raíces. Así fueron los primeros<br />
pasos. Salieron canciones con una<br />
propuesta diferente como Espiritual,<br />
Aquí cualquiera tiene y La ilusión.<br />
«Sin embargo, lo que para mí era<br />
una conquista iba en detrimento de la<br />
canción de autor, que es más reflexiva<br />
y menos de palmadas con el público.<br />
Eso generó un poco de antagonismo<br />
con el presupuesto que la Nueva<br />
Trova venía proponiendo. Aun cuando<br />
ya Pablo había hecho Los caminos<br />
y Silvio La nueva escuela (ambas tienen<br />
la clave del guaguancó). Pero yo<br />
venía por otro camino, que fue bueno<br />
siempre. Aunque un poco áspero.<br />
«Cuando empecé a dejarme influenciar<br />
por la música afrocubana y<br />
a hacer un formato de más participación,<br />
la canción de autor no me<br />
identificaba. La trova tiene una preocupación<br />
estética un poco dogmática,<br />
en el sentido de que se guía por<br />
unos enlaces armónicos heredados<br />
de la trova tradicional; se rige por<br />
conceptos poéticos y conjuntos<br />
melódicos para decir qué es o no una<br />
buena canción. Por tanto, lo que no<br />
entre por esos cánones deja de serlo.<br />
Y un canto afrocubano no respeta<br />
ninguno de esos patrones.<br />
«Al ser parte del Movimiento y<br />
querer defender estas ideas choqué.<br />
A eso súmale que en mi manera de<br />
componer abordo géneros caribeños<br />
que no abundan en la Nueva Trova.<br />
Quizá Pablo haya hecho un poco de<br />
eso. Pero yo me metí de lleno.<br />
«Pienso que las canciones no tienen<br />
que ser necesariamente poesía.<br />
Pueden tener un discurso más coloquial,<br />
sin la urgencia y el rigor de la<br />
poesía y seguir siendo buenas. He<br />
escrito temas que no obedecen a los<br />
cánones tradicionales del Movimiento.<br />
Y cuando los abordo poéticamente<br />
entro en contradicción con el lenguaje,<br />
que es más coloquial y menos<br />
metafórico (aunque también lo uso).<br />
Soy fanático a la poesía de Rimbaud,<br />
llena de símbolos, y eso influye en mí.<br />
Pero no necesariamente tengo que<br />
escribir todas mis canciones con ese<br />
discurso simbólico, íntimo, épico».<br />
—Te hemos visto cambiar la guitarra<br />
por el piano en tus últimos conciertos.<br />
¿Crees que esta sea también<br />
otra manera de renovar el concepto<br />
de la Nueva Trova?<br />
—Sí, pero sobre todo es un encuentro<br />
conmigo mismo. Aprendí a tocar<br />
el piano antes que la guitarra, empíricamente,<br />
y lo abandoné porque la<br />
Nueva Trova tiene a la guitarra como<br />
eje. Pero en el año 2000 decidí explotar<br />
todas mis posibilidades. También<br />
estoy escribiendo poesía, guiones...<br />
Hay una canción que dice: hay<br />
que sacarlo todo afuera / como la primavera<br />
/ para que luego salgan cosas<br />
nuevas.<br />
«A medida que envejeces, el acto<br />
creativo comienza a mermar y debes<br />
buscar otras maneras de revivir la<br />
intensidad de tiempos anteriores, en<br />
que no contabas con experiencia, pero<br />
sí con la potencia para expresarte.<br />
Como soy un poco paranoico e hipocondriaco<br />
he querido prever eso y<br />
buscar nuevos caminos.<br />
«La trova no tiene que ser necesariamente<br />
lo que hemos conocido hasta<br />
hoy. La expresión de un autor también<br />
puede incluir el piano. Eso en<br />
vez de quitarle espacio a la guitarra<br />
suma a la creación otro modo expresivo,<br />
que en mi caso genera sensaciones<br />
diferentes. Uno puede atreverse<br />
a renovarla. Estoy jugándome la vida<br />
en esto. Pero percibo resultados».<br />
—¿Te preocupa que puedan atacarte<br />
por eso?<br />
—Me importa tres pitos. No obedezco<br />
a reglas. Los conceptos son invasiones.<br />
Si eres débil te agujerean<br />
y harán que seas siempre otro y no<br />
tú. He crecido lo suficiente como<br />
para sacar afuera todo lo que soy (todavía<br />
sigo buscando).<br />
«Tengo claro el camino. Incluso se<br />
han atrevido algunos teóricos a desconocerme<br />
de la Nueva Trova. Porque<br />
un músico que no toque la guitarra<br />
no puede ser del Movimiento.<br />
Soy lo que soy y lo que cuenta es la<br />
obra que uno hace».<br />
—¿En qué medida te ha beneficiado<br />
el éxito de canciones como<br />
Son los sueños todavía y Sábanas<br />
blancas?<br />
—Sábanas blancas es la canción<br />
más agradecida que tengo. Los cubanos<br />
se identifican conmigo a través<br />
de ella. Y los movimientos revolucionarios<br />
de izquierda, del planeta, me<br />
identifican por Son los sueños todavía.<br />
Hablo de latitudes como Suecia,<br />
Noruega, Chile, Argentina, los Países<br />
Bajos, África... En todas partes hay<br />
movimientos que organizan sus actividades<br />
y ahí está mi canción, brindándole<br />
un servicio útil a las causas<br />
de izquierda del mundo.<br />
«Las dos me han dado la posibilidad<br />
de estar erguido en la vida con responsabilidad,<br />
compromiso y la garantía<br />
de seguir adelante. Sin esas<br />
canciones hubiera sido más complicado.<br />
Me sirven de comodín para la<br />
larga travesía. Aunque no hubiera renunciado<br />
jamás, porque cuando empecé<br />
juré hacerme este trayecto».<br />
—¿Qué opinión te merece la presencia<br />
actual de la Nueva Trova en<br />
el panorama de la música cubana?<br />
¿Crees que ha perdido impacto y<br />
fuerza?<br />
—No. Es cierto que las músicas<br />
de moda son avasallantes, arrasan.<br />
Pero creo que también hemos perdido<br />
la brújula, la orientación al ciento<br />
por ciento, y en eso me incluyo. Hay<br />
algunos cantautores jóvenes que tienen<br />
esa brújula muy bien sintonizada.<br />
Pero la mayoría no le estamos<br />
tomando el pulso a la sociedad, a la<br />
vida de hoy.<br />
«La Nueva Trova tiene que sumergirse,<br />
bucear hondo en los problemas<br />
sociales y salir afuera, con urgencia,<br />
y sacudir la opinión. Hay como una<br />
especie de dispersión que saca al<br />
Movimiento del centro de la atención<br />
del pueblo y facilita que este se centre<br />
en otras cosas.<br />
«Aunque el reguetón parezca una<br />
estupidez, porque no dice nada, entre<br />
la dinámica del ritmo y el lenguaje<br />
está complaciendo la necesidad de<br />
evasión de un sector poblacional que<br />
encuentra refugio en él.<br />
«En estos momentos no estamos<br />
resolviendo las necesidades de una<br />
gran masa, que son tan diversas y<br />
complejas; por tanto, tampoco podemos<br />
reclamarles espacio a los medios<br />
y a los teatros».<br />
—¿Te ha traído problemas vincular<br />
el arte a la política? Me refiero a<br />
tu relación con las disqueras internacionales...<br />
—Sí. Cada vez más el gran mercado<br />
de la música busca la manera<br />
de sacralizar el famoso fin de la ideología,<br />
el de la filosofía, en el cual ya<br />
no hay nada más en qué pensar porque<br />
todo se terminó y hay que hablar<br />
ligero, del amor y de tonterías. Las industrias<br />
mercantiles del disco muchas<br />
veces no quieren que un artista<br />
plantee sus postulados políticos y<br />
cuando tú tienes un discurso de izquierda,<br />
progresista, chocas con los<br />
medios, que tienen otros intereses.<br />
«Soy un revolucionario medular. No<br />
es una doctrina lo que tengo incorporado.<br />
Necesito transformar la sociedad.<br />
Vuelco todo en la canción: ayudan<br />
a sacar la sociedad adelante y a<br />
mejorar el país. Prestan un servicio,<br />
tienen valor de uso. El precio a pagar<br />
por una actitud como la mía es la<br />
venta de pocos ejemplares. Me quedo<br />
con el beneficio de expresar lo<br />
que siento y pienso».