LA FORMACION PERMANENTE - Provinciasannicolas.org
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DE <strong>LA</strong> INSTRUCCIÓN CAMINAR DESDE CRISTO.<br />
La función de superiores y superioras<br />
14. Descubrir el sentido y la calidad de la vida consagrada<br />
es tarea fundamental de los superiores y de las superioras,<br />
a los que se ha confiado el servicio de la autoridad, un<br />
deber exigente y a veces contestado. Eso requiere una presencia<br />
constante, capaz de animar y de proponer, de recordar<br />
la razón de ser de la vida consagrada, de ayudar a las<br />
personas que se les han confiado a una fidelidad siempre<br />
renovada a la llamada del Espíritu. Ningún superior puede<br />
renunciar a su misión de animación, de ayuda fraterna, de<br />
propuesta, de escucha, de diálogo. Sólo así toda la comunidad<br />
podrá encontrarse unida en la plena fraternidad y en el<br />
servicio apostólico y ministerial. Siguen siendo de gran actualidad<br />
las indicaciones ofrecidas por el documento de<br />
nuestra Congregación La vida fraterna en comunidad cuando,<br />
al hablar de los aspectos de la autoridad que hoy es necesario<br />
valorar, reclama la función de autoridad espiritual,<br />
de autoridad creadora de unidad, de autoridad que sabe<br />
tomar la decisión final y garantizar su ejecución 11 .<br />
A cada uno de sus miembros se le pide una participación<br />
convencida y personal en la vida y en la misión de la propia<br />
comunidad. Aun cuando en última instancia, y según el derecho<br />
propio, corresponde a la autoridad tomar las decisiones<br />
y hacer las opciones, el diario camino de la vida fraterna<br />
en comunidad pide una participación que permite el ejercicio<br />
del diálogo y del discernimiento. Cada uno y toda la comunidad<br />
pueden, así, comparar la propia vida con el proyecto de<br />
Dios, haciendo juntos su voluntad 12 . La corresponsabilidad y<br />
la participación se ejercen también en los diversos tipos de<br />
consejos a varios niveles, lugares en los que debe reinar de<br />
tal modo la plena comunión que se perciba la presencia del<br />
Señor que ilumina y guía. El Santo Padre no ha dudado en<br />
recordar la antigua sabiduría de la tradición monástica para<br />
11<br />
Cf. Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de<br />
Vida Apostólica, La vida fraterna en comunidad, «Congregavit nos in unum Christi<br />
amor», Roma, 2de febrero de 1994, 50.<br />
12 Cf. Vita consecrata, 92.<br />
¿Por qué la formación continuada?<br />
67. La formación continuada está motivada primero por<br />
la iniciativa de Dios que llama a cada uno de los suyos en<br />
todos los momentos y en circunstancias nuevas. El carisma<br />
de la vida religiosa en un instituto determinado es una gracia<br />
viva que pide ser recibida y vivida en condiciones de<br />
existencia a menudo inéditas. «El carisma mismo de los fundadores<br />
(ET 11) se revela como una experiencia del espíritu<br />
transmitida a sus discípulos, para ser por ellos vivida, custodiada,<br />
profundizada y desarrollada constantemente en sintonía<br />
con el Cuerpo de Cristo en crecimiento perenne (...). El<br />
carácter carismático propio de todo instituto requiere, tanto<br />
por parte del fundador cuanto por parte de los discípulos, el<br />
verificar continuamente la propia fidelidad al Señor, la docilidad<br />
a su Espíritu, la atención inteligente a las circunstancias<br />
y a los signos de los tiempos, la voluntad de inserción<br />
en la Iglesia, la predisposición a la subordinación a la jerarquía<br />
, la audacia en las iniciativas, la constancia en la entrega,<br />
la humildad en sobrellevar los contratiempos (...). Nuestro<br />
tiempo exige de los religiosos de manera especial esta<br />
autenticidad carismática, viva e ingeniosa en sus invenciones<br />
que destaca claramente en los fundadores...» 3 . La formación<br />
permanente exige prestar una atención particular a<br />
los signos del Espíritu en nuestro tiempo y dejarse sensibilizar<br />
por ellos para poder darles una respuesta apropiada.<br />
Además, la formación continua es un dato sociológico<br />
que, en nuestros días, afecta a todos los campos de actividad<br />
profesional. Muy a menudo condiciona la permanencia<br />
en una profesión o el paso obligado de una profesión a otra.<br />
Mientras la formación inicial estaba ordenada a la adquisición<br />
por la persona de una suficiente autonomía para vivir<br />
en la fidelidad a sus compromisos religiosos, la formación<br />
continua ayuda al religioso a integrar la creatividad en la<br />
fidelidad. Pues la vocación cristiana y religiosa reclama un<br />
crecimiento dinámico y una fidelidad en las circunstancias<br />
concretas de la existencia, lo cual exige una formación espiritual<br />
interiormente unificante, pero flexible y atenta a los<br />
acontecimientos cotidianos de la vida personal y de la vida<br />
del mundo.<br />
3 MR 11b.12b.23f; cf. nota 8 introducción.<br />
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