Desde Le Havre hacia Valparaíso - Revista de Marina
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En un pequeño plano adjunto he dibujado nuestro ir y venir. Los<br />
barcos se ven a veces obligados a llegar hasta el grado 60; más al<br />
sur no parece posible porque aquí la temperatura es en promedio, a<br />
20 grados <strong>de</strong> latitud, más fría que en el polo norte. A quien llega<br />
en los meses <strong>de</strong> diciembre, enero y febrero (verano) le toca vivir un<br />
día largo, sin noche. A las 11 <strong>de</strong> la noche se pone el sol pero antes<br />
que <strong>de</strong>saparezca, el crepúsculo comienza en el oriente la claridad<br />
matinal. El astro mismo se hace nuevamente visible <strong>hacia</strong> las 2. Los<br />
meses <strong>de</strong> junio, julio y agosto son una larga noche. El sol sube sólo<br />
algunos palmos sobre el horizonte; aparece a las 9 <strong>de</strong> la mañana y ha<br />
completado su curso en tres horas. Pero esto es casi la única<br />
diferencia entre el verano y el invierno; la naturaleza no reconoce<br />
en estas tristes regiones ninguna ley <strong>de</strong> hermosa y mala estación.<br />
Contaba el capitán que una vez, en pleno verano, había visto a los<br />
marineros llorar <strong>de</strong> frío y visto congelarse las lágrimas en las<br />
mejillas, y haberse visto obligado, para hacer realizar un trabajo<br />
en el velamen, a tomar una cuerda en la mano para inculcar calor y<br />
disciplina a los marineros a los que el hielo había hecho olvidar la<br />
obediencia. Sin duda era un método barato para restaurar y <strong>de</strong>spabilar<br />
a la tripulación entumecida.<br />
Esta vez no vimos nada semejante; cruzamos el cabo <strong>de</strong> Hornos en<br />
relativamente corto tiempo, más o menos en la época en que el día y<br />
la noche son casi iguales y con un tiempo no tan rudo. Nos sentimos<br />
felices <strong>de</strong> haber escapado <strong>de</strong> tal duelista a pesar <strong>de</strong> que el viaje no<br />
nos ofreció comodida<strong>de</strong>s, precisamente porque en nueve <strong>de</strong> diez veces<br />
a uno le toca algo cien por ciento peor. En los días en que no se<br />
podía <strong>de</strong>splegar ninguna vela y el barco más bien retrocedía que<br />
avanzaba, numerosas bandadas <strong>de</strong> aves marinas lo ro<strong>de</strong>aban volando y<br />
gritando; se posaban <strong>de</strong>trás a corta distancia sobre las olas y<br />
atrapaban voraces lo que les tiraba. Mediante un cor<strong>de</strong>l resistente<br />
fue lanzado un anzuelo mor<strong>de</strong>ntado con un pedacito <strong>de</strong> tocino. Los<br />
pájaros lo picotearon con fuerza pero con igual celeridad fue<br />
recogida la cuerda, el anzuelo se enredó en la curvadura <strong>de</strong>l pico<br />
largo y, pese a la fuerte resistencia, fueron llevados los golosos