Gacetilla Cervecera XXIV

En una feria de estas características la oferta
gastronómica es muy valorada por los asistentes,
reclamando que sea variada y asequible para
todos los bolsillos. En esta ocasión acompañando
a las tradicionales y exquisitas minihamburguesas
con cebolla caramelizada marca de
la casa, los bocaditos bávaros de pollo, o las
salchichas con patatas, era posible adquirir
raciones de jamón de bellota preparadas por un
cortador profesional, o unos excelentes tacos
mexicanos que resultaron ser a la postre, el plato
sorpresa que conquistó al respetable.
Respecto a las cervezas hubo de variados tipos
y estilos tratando cada una de las cerveceras
presentes, ofrecer lo mejor de sus respectivos
catálogos. Algunos veteranos como Cibeles o
Medina, ofrecieron algunos clásicos de su
repertorio con algunas variaciones como una
Barley Wine sin carbonatar recién sacada de un
“lagering” de 6 meses, o una Imperial IPA con
Dry-Hopping en el caso de David Castro, o la 9
Maltas Hot, versión de la 9 Maltas con picante, la
Happy Lager, una Imperial Pilsner variación de la
Hoppy Lager, y su afamada 888, una de las
mejores Imperial IPA del mercado español, por
parte de Jesús Medina, respectivamente.
También repitió la gallega Keltius, que tras su
exitosa participación anterior en la feria, presentó
en esta ocasión la Keltius 2.0, una APA que dejó
muy frío al público asistente, y la colaboración
con el blog Humulus Lupulus y La Quince
Brewing Company, plasmada en una doble IPA
bautizada con el nombre de Kince Lupulus, que
generó diversidad de opiniones tanto a favor como
en contra. Sus quince lúpulos (Coy ) y 115 IBUS no
consiguieron encandilar a todos por igual, aunque
logró una mención de honor finalmente.
Otras cerveceras consagradas como La Pirata,
desde Súria, logró ser uno de los principales
atractivos de las feria, con cervezas de reconocida
calidad como su soberbia Imperial Stout Black
Block, tesoro de ébano codiciado por legiones de
aficionados en las ferias en las que se ha podido
probar esta autentica maravilla. También fue
posible degustar su Saison Mayo de barril que
transmitió muy buenas sensaciones, elaborada en
colaboración con los cordobeses de Son.
Los valencianos de ZETA, con su única
representante, una Bavarian Helles de 5,5º y una
combinación de lúpulos americanos y europeos,
consiguieron atraer a muchísimos aficionados,
gracias al boca a boca que rápidamente propagó
las bondades de una cerveza “sencilla”, pero
impecablemente bien hecha, siendo
probablemente la cerveza de las ofertadas en la
feria que con más facilidad se lograba beber. Más
que merecida por tanto, su postrera obtención de
una mención de honor.
Otro plato fuerte lo puso la presencia de los
extremeños de Sevebrau, a los que precedía una
buena y merecida fama, incluso anterior a la
obtención de la medalla de bronce en el pasado
Campeonato Mundial de Shanghai en la categoría
de Pale Ales e IPAS, gracias a una de las cervezas
que llevaron a la feria la EX1 IPA, o IPA Seve-
Boris, fruto de la colaboración con el gran Boris de
Mesones.
Los castellanos estuvieron doblemente
representados con la presencia de dos jóvenes
microcerveceras vallisoletanas: Brux y Veer. Los
primeros ofrecieron cervezas muy correctas
especialmente destinadas a los amantes de las
cervezas británicas, con la Akelarre, una potente
Bitter aumentada y la Cervux una Irish Stout fácil
de beber. Por su parte Veer, trajo buena
representación de su portfolio, entre las que se
encontraban una IPA de estilo británico, mucho
más contenida de lo que está acostumbrado el
público para cervezas de este estilo, y
posiblemente su mejor cerveza, una Red Ale con
algunas notas afrutadas y resinosas que se
disfruta.
Aquellos que preferían adentrarse en el mundo de
la cerveza artesanal, de la mano de cervezas de
gusto suave y bajas en alcohol, huyendo de las
emociones fuertes transmitidas por las cervezas
más lupuladas o maltosas, tuvieron a los
valencianos de Lluna su mejor opción, siendo su
Happy Flower su cerveza más probada y
comentada por el público.
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