TRASTES Frets 6ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 121314 15 16 17 18 5ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 4ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 1617 18 3ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1112 13 14 15 1617 18 2ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 1ª 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 CUERDAS Strings & ¥ w w # w w # w w # w w w # w ww # w ww # ww # ww # w ww # ww # w ww # ww # w # w w w # w w # w w w # w w # w w # w w MI FA # FA - SOL SOL # # SOL - LA LA # b LA - SI SI DO DO # - REb RE # RE - MI b MI FA FA # - SOL SOL SOL - LA LA LA # - SIb SI DO DO # - RE RE RE # - MI b b b b MI FA FA # - SOL SOL SOL # - LA LA LA # - SI SI b b b b b b DO DO # - REb RE RE # - MI b MI FA FA # - SOL SOL SOL # - LA LA LA # - SI SI b b GRÁFICO DE LAS NOTAS EN EL DIAPASÓN DE LA <strong>GUIT</strong>ARRA GRAPH OF NOTES ON THE <strong>GUIT</strong>AR FRETBOARD MUESTRA 19
20 HISTORIA La guitarra flamenca, sincretismo entre la tradición de guitarra popular rasgueada y los “aires andaluces” de los concertistas decimonónicos Nuestra tesis doctoral (1) nos ha permitido demostrar y concluir que la guitarra flamenca se ha construido a partir del sincretismo entre la larga tradición española de guitarra popular rasgueada, y el repertorio popularizante de “aires andaluces” de los concertistas de la segunda mitad del XIX, discípulos directos o indirectos de la escuela de Dionisio Aguado. Queremos a continuación resumir estas principales transformaciones musicales, relacionadas con los cambios organológicos del instrumento. El concepto de “guitarra popular” aparece prácticamente desde que se tiene noticias sobre la guitarra de cuatro órdenes en España, y más concretamente en Andalucía, para diferenciar unas prácticas de acompañamiento elementales y rudimentarias, frente a otras de índole complejas y cultas, las de la vihuela. Las fuentes del siglo XVI indican que se utiliza esta guitarra fundamentalmente en su función rítmica, con la práctica del rasgueado, una de las técnicas que fundamentarán el toque flamenco. Además, señalan que parte del repertorio de los vihuelistas se nutre de lo popular, y que uno de sus procedimientos para componer, el de glosar variaciones llamadas diferencias, se conservará en el toque con el nombre de “falsetas”. Las fuentes consultadas del siglo XVII señalan el uso generalizado del rasgueado en diferentes combinaciones en los principales países de Europa, para acompañar sobre todo danzas españolas. La guitarra que tiene ahora cinco órdenes, pasa a ser llamada internacionalmente “guitarra española”, incidiendo en su función rítmica para acompañar bailes y danzas rasgueados y punteados, generalmente acompañada con diferentes y a la vez específicos instrumentos de percusión. El análisis del repertorio de los guitarristas españoles del Barroco, además de incidir en la relación diferencias/falsetas y en lo popular como fuente para escribir música cifrada en tablatura, permite observar diferentes aspectos rítmicos, armónicos y melódicos que cristalizarán en el toque y baile flamenco. Las fuentes manejadas del XVIII advierten de la continuación de la estética barroca de guitarra rasgueada a lo largo de todo el siglo, con un lugar que destaca por su producción de guitarras y actividad musical en torno al instrumento, Cádiz. El análisis del repertorio demuestra una vez más las mutuas influencias entre guitarra popular y guitarra académica, con nuevas formas heredadas de las anteriores que irrumpen con fuerza, como el fandango y la jota. El primero, documentado desde 1705, contiene lo que definitivamente fundamentará armónicamente el toque flamenco, la armonización de la cadencia andaluza, manteniendo también la cultura compositiva de cortas variaciones sobre motivos populares. La propia organización de la guitarra en cinco órdenes, así como las fuentes musicales, permiten afirmar que el llamado “toque por medio” o “en La” aparece primero en la historia del toque. MUESTRA Los cambios organológicos ocurridos en la segunda mitad del XVIII, siempre con Cádiz como lugar destacado, con la adición de un sexto orden en los bordones, anuncian La división entre dos grandes escuelas, la de guitarra popular rasgueada de acompañamiento, mantenida más tarde con la guitarra flamenca, y la de guitarra culta punteada, futura guitarra “clásica” de concierto. Si las fuentes literarias e iconográficas testimonian de la constante presencia de la guitarra popular rasgueada en España, y sobre todo en Andalucía, las fuentes musicales revelan la elaboración de un corpus teórico para sacar a la guitarra de su función de producción de “música ruidosa” o “a lo barbero”, buscar otro sonido y otra técnica, de manera a equipararse con los demás instrumentos relevantes de la época, como el violín o el piano-forte.