QUÍMICA Y CERVEZA
QUÍMICA Y CERVEZA
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50 AIQS NEWS 54<br />
OciO AiQS<br />
Certamen Literario<br />
Sant Albert 2009<br />
El día dE la asamblEa GEnEral dE la aIQs sE fallaron<br />
los prEmIos dEl CErtamEn lItErarIo sant albErt 2009. El<br />
Ganador En la CatEGoría dE rElato Corto fuE José luIs<br />
sErrano ruIz, dE la promoCIón 1961, Con El rElato la<br />
QuímICa En un puEblo. En la CatEGoría dE CuEnto InfantIl,<br />
El Ganador fuE JordI Caldés Casas, dE la promoCIón<br />
1990, Con El título lEs marmotEs I la pEdra màGICa.<br />
rEproduCImos a ContInuaCIón los tExtos prEmIados.<br />
La química en un pueblo<br />
Químicamente puro la guerra<br />
me recibió a 1.200 metros en<br />
plena Sierra Penibética. Crecí<br />
junto a mi abuelo en una almazara,<br />
chorreando aceite recién<br />
nacido por mis manos y alimentado<br />
con pan tostado inundado<br />
del líquido amarillento, molesto,<br />
pringoso y pegadizo.<br />
Supe que el fruto de olivo, su<br />
aceituna madura, molida y prensada<br />
con la ayuda del agua caliente,<br />
se recogía en unos depósitos.<br />
Escuché por primera vez la palabra<br />
densidad, que hablaba de separación.<br />
Los turbios (alpechín)<br />
eran líquidos sucios, aceitosos<br />
con muchos sólidos en mezcla.<br />
Cerca de la almazara, la Orujera,<br />
me dejó escuchar la primera palabra<br />
de química pura: sulfuro de<br />
carbono. Era la comadrona que<br />
ayudaba a sacar del alpechín el<br />
poco aceite que en él restaba.<br />
Antes de venir la Orujera, el pueblo<br />
tenía una mujer –la Jabonera–,<br />
que venía a casa, tomaba<br />
sosa caústica, la añadía al alpechín,<br />
cocía la mezcla, la enfriaba<br />
y con un alambre sujeto a una<br />
madera la cortaba a trozos: era<br />
el jabón.<br />
Mi madre, que hacía de comer a<br />
los cerdos, me enseñó a conocer<br />
el chispe (último residuo sólido<br />
de la Orujera). Añadido a las<br />
patatas las aceitaba dando un<br />
sabor que al cerdo volvía loco<br />
de alegría. Llegué a la ciudad y<br />
los periódicos hablaban de talidomida<br />
y de niños deformes.<br />
Era un fármaco (producto/s<br />
químico/s) que tomaban las preñadas<br />
para evitar mareos y vómitos<br />
en los primeros meses de<br />
embarazo. Fue mi contacto con<br />
las aplicaciones y consecuencias<br />
de algo que tenía química.<br />
En el bachiller aprendí que con<br />
alcohol y esencia de plantas cogidas<br />
en la montaña que me recogió<br />
al nacer se fabricaba colonia;<br />
y la fabriqué. Por entonces ya sabía<br />
de memoria la tabla periódica<br />
de los elementos. Con la talidomida<br />
acababa la carrera en el IQS.<br />
Hice ladrillos refractarios con arcilla<br />
de las riberas del Miño y del<br />
Tambre. Utilicé el carburo de silicio<br />
para hacer crisoles donde<br />
fundir el oro y la plata. Para los<br />
pequeños hice millones de caramelos<br />
con palo, algunos millones<br />
de chicles y hasta chocolate<br />
con leche suavizado. Toqué el<br />
plástico ligado con el cine. Tritu-<br />
Para los pequeños hice millones de<br />
caramelos con palo, algunos millones de<br />
chicles y hasta chocolate con leche suavizado<br />
ré películas para sacar la plata y<br />
el acetato de celulosa. Fabriqué<br />
concentrados de color para pintar<br />
piezas de los nuevos automóviles.<br />
Y llené tiendas de vasos,<br />
tenedores y platos para picnics.<br />
Llegó la colza, ese híbrido de col<br />
y nabo, que se llevó las culpas de<br />
una contaminación de aceite comestible<br />
cuya composición nunca<br />
se supo. Aviones americanos<br />
en vuelo Alemania-Rota, pudieron<br />
soltar algo en la falla, entre<br />
Torrejón y León. Estudié ese síndrome<br />
y me libré por pelos de<br />
pagar por haber estudiado demasiado.<br />
Se habló del mal de las<br />
Montañas Rocosas, con síntomas<br />
parecidos, de lechugas y tomates<br />
envenenados y al final la<br />
colza desnaturalizada con anilina<br />
se llevó la culpa. Algún investigador<br />
pagó con su vida. El<br />
bichito era harto peligroso y muchos<br />
murieron y otros aún andan<br />
enfermos: un misterio más<br />
de nuestra España.