Decireves Magazine Julio Agosto 2014

Sylvia Plath fue una escritora nacida en
Boston en el año de 1932. Desde sus primeros
años denotó talento para la literatura, comenzando a escribir apenas siendo una
niña. Sylvia Plath sobresalía en la poesía: sus poemas son coloridos y detallistas;
analizan objetos y les dan significados; descubre lugares comunes que no habían sido
descubiertos; se confiesa y nos vuelve sus cómplices, nos orilla a entenderla y a
sentir, a sentirla. Sin embargo, Plath también produjo un número considerable de
prosa no tan sobresaliente –tanto narrativa como ensayística– estimado a 70 obras
de las cuales sólo algunas han sido publicadas. Quizá uno de los problemas
principales de la narrativa de Plath haya sido su tendencia a la poesía confesional
aun tratándose de prosa: dejando de lado a The Bell Jar, uno de los mejores libros del
siglo pasado, sus cuentos (sin considerar los cuentos infantiles) son sólo recortes de
su vida adornados con lenguaje poético, parecieran fotografías en un scrapbook, que
lucen bien pero al mismo tiempo no tienen nada que decir. De la misma forma, la
manera en la que Sylvia Plath construye ensayos deja mucho que desear: su
inclinación al lenguaje poético –otra vez– la ofusca y el tema de su ensayo se disuelve
y se pierde entre imágenes hermosas 1 . “For me, poetry is an evasion from the real
job of writing prose 2” , decía Plath, frustrada y no conforme con su prosa. Pero, ¿qué
es la obra de Sylvia Plath sino la yuxtaposición de imágenes peculiares, y
p a r a d ó j i c a m e n t e , c o m u n e s ?