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Revista Comercio<br />
Tema Energético<br />
A diferencia de la minería, la industria no se ha beneficiado<br />
de los aumentos de precios exhibidos por la por ésta y<br />
sí ha experimentado, con mayor severidad, los efectos de<br />
la apreciación cambiaria, lo que se manifiesta en este complejo<br />
aumento en los costos de la electricidad. Al analizar el<br />
consumo eléctrico, como porcentaje de los costos totales no<br />
laborales, el aumento es más moderado y sube de un 1,6%<br />
a un 3,2%.<br />
Un análisis más desagregado de los sectores, indica que actividades<br />
industriales como la producción de madera, celulosa,<br />
cemento, productos plásticos, textiles, aserrado y sustancias<br />
químicas, son muy intensivas en electricidad, liderando<br />
el ranking en la economía chilena.<br />
El comercio también ha visto afectada su estructura de costos.<br />
El consumo de electricidad ha subido de 2,1% a 3,6%, lo<br />
que significa un aumento en la incidencia del orden de 50%.<br />
El panorama que refleja el comercio se asemeja mejor a las<br />
mediciones agregadas para la economía, ya que su PIB no<br />
está afecto a las variaciones de precios y del tipo de cambio,<br />
como es el caso de la minería e industria.<br />
En todos los demás sectores se aprecian movimientos al<br />
alza, aunque con diferente intensidad. En general, el consumo<br />
eléctrico no tiene la misma envergadura que tiene en la<br />
minería e industria, con lo cual las incidencias son también<br />
más acotadas. Es el caso -por ejemplo- del sector financiero,<br />
o de los servicios de construcción, en los cuales el gasto en<br />
electricidad es de alrededor de 1% o menos del PIB.<br />
Algunas Conclusiones<br />
Todos estos antecedentes confirman la prioridad que ha alcanzado<br />
la dimensión eléctrica en la economía chilena, sobre<br />
todo en ciertos subsectores manufactureros y en la minería,<br />
y la presión de costos y de eficiencia que ello significa.<br />
En los sectores más expuestos, la dimensión del costo en electricidad<br />
ha dejado de ser secundaria en el desarrollo y evaluación<br />
de nuevos proyectos de inversión, y se ha convertido en<br />
un aspecto crítico en la viabilidad y éxito de largo plazo.<br />
Dada la conflictividad presente en el desarrollo de nuevos<br />
proyectos eléctricos, nada asegura -por ahora- que el costo<br />
de la electricidad no se mantendrá en los elevados niveles<br />
actuales, o continuará creciendo, como se tiene previsto<br />
para 2013. Esto plantea, por decir lo menos, un panorama<br />
de incertidumbre competitivo para la economía chilena.<br />
Chile ha estado efectivamente sometido a incidentes complejos<br />
que han afectado la oferta, incluyendo sequías, cortes<br />
de suministros fundamentales, un terremoto en 2010 y el<br />
aumento significativo del precio del petróleo. Todo ello significa<br />
haber aumentado los costos de producción para Chile<br />
en alrededor de US$ 7.400 millones en 2012 y lo ha llevado<br />
a ser uno de los países más caros del mundo al momento de<br />
proveer electricidad a las empresas locales.<br />
Para Chile el año 2003 marca un antes y un después. Hay una<br />
tarea urgente y fundamental de país en revertir el deterioro<br />
energético (y competitivo) que ha sucedido desde entonces.