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conflictos<br />
CONFLICTOS Y EXPLOTACIÓN<br />
JESÚS A. HERNÁNDEZ<br />
gotia@usuarios.retecal.es<br />
A comienzos de 2002 existían alrededor de 36 conflictos bélicos en el mundo. Muchos de ellos se localizan en África.<br />
De los 53 países de este continente, en 30 de ellos se han desencadenado guerras civiles durante la última década. La<br />
mayoría de ellas continúan en la actualidad. Sin embargo, los altos intereses económicos de los gobiernos sobre los<br />
recursos de África y la falta de información hacen que prácticamente todos estos conflictos pasen desapercibidos.<br />
30<br />
Casi todas las guerras se han presentado como meras y repentinas<br />
explosiones de violencia, cuando, en realidad, cada<br />
uno de los conflictos supone un proceso en el que se involucran<br />
las estructuras políticas, económicas y sociales de los países.<br />
Asimismo, el sistema económico mundial también ha contribuido<br />
a agravar la pobreza del continente, junto a los errores de los<br />
líderes de los países africanos y la lucha por la riqueza y el poder.<br />
No hace falta irse muy lejos para comprobar qué tipo de relación<br />
establecen los gobiernos del "Norte" con los países de África.<br />
Marruecos compra a España cada año armas por valor de 8 millones<br />
de euros. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, en<br />
1999 Marruecos importó armas de España por 6 millones de euros,<br />
una cifra que en 2000 aumentó a 8 millones de euros. Sin embargo,<br />
un informe de la Cátedra de UNESCO sobre Paz y Derechos<br />
indica que el Gobierno español no declaró la tercera parte de las<br />
exportaciones de material bélico del primer semestre de 2000.<br />
En este sentido, existe un Código de Conducta de la Unión<br />
Europea que prohíbe la venta de armas a aquellos países que generen<br />
dudas sobre su seguridad, estabilidad, respeto de los derechos<br />
humanos o posibilidad de conflictos internos. Unos requisitos que<br />
Marruecos no cumple.<br />
Otro caso representativo de lo que se está haciendo en África es el<br />
de las multinacionales que se apoderan de la riqueza ecológica del<br />
continente por medio de las patentes. La biotecnología avanza y, con<br />
ella, la posibilidad de hallar nuevas medicinas y nuevas cosechas genéticamente<br />
manipuladas. Todo ello conlleva, desde luego, grandes<br />
beneficios. Por ejemplo, la industria farmacéutica obtiene cerca de<br />
30.000 millones de dólares con las plantas provenientes no sólo de<br />
África, sino de los países del Sur en general. Las empresas investigadores<br />
explotan el continente en busca de organismos y plantas, y<br />
para justificar este expolio se basan en el TRIPS (Trade Related Aspects<br />
of Intellectual Property Rights), es decir, comercio relacionado<br />
con los aspectos de la propiedad intelectual. Se trata de un acuerdo<br />
de la Organización Mundial del Comercio por el que los derechos<br />
de patentes han de ser respetados en todo el mundo. Entre estos derechos,<br />
se incluyen los de patentes obtenidas de organismos vivos.<br />
Pero, ¿hasta qué punto se puede clasificar la vida como una<br />
patente? Y, lo que es más grave, la posibilidad de obtener rápidos<br />
beneficios a través de esta práctica enloquece a las multinacionales<br />
farmacéuticas, químicas y agricultoras. De esta forma, una vez más,<br />
se contribuye a aumentar las diferencias entre ricos y pobres. La<br />
ONU calculó hace unos años que los países del Sur pierden alrededor<br />
de 5.400 millones de dólares por el robo de sus recursos biológicos.<br />
Las comunidades tradicionales que hasta el momento vivían<br />
de estos recursos biológicos y los protegían, ven ahora cómo se les<br />
está robando toda esa riqueza gracias a los derechos de patente.<br />
Además, según la Organización Mundial del Comercio, para<br />
finales de 2005 todos los países tienen que aprobar una legislación<br />
nacional en este sentido. Una legislación que la mayoría de los países<br />
africanos no tienen y, por lo tanto, han de adoptar una de las tres<br />
existentes: la europeo, la norteamericana o la africana, ideada por la<br />
Organización de África Unida. Según este modelo, las patentes<br />
sobre la vida están prohibidas porque se consideran contrarias a la<br />
cultura y a la mentalidad africanas. En casi todas las comunidades<br />
tradicionales de África, los conocimientos sobre las propiedades de<br />
las plantas se consideran de conocimiento general y se pasan de<br />
generación en generación. Por eso, la aplicación de patentes sobre la<br />
naturaleza resulta absurdo para el pensamiento tradicional africano.<br />
Asimismo, este modelo también propone que las compañías que<br />
quieran utilizar recursos biológicos de África paguen una compensación.<br />
Una idea que ya se había hablado en diferentes convenciones, pero<br />
que nunca ha entrado en vigor. En todo caso, los pagos son ridículos.<br />
En la actualidad, muchos grupos de presión y organizaciones realizan<br />
campañas en Europa y África para frenar esta explotación.<br />
También, se ponen en contacto con los gobiernos para que apoyen<br />
el modelo africano y rechacen los sobornos de las multinacionales<br />
para que se proteja la riqueza biológica de este continente.<br />
FUENTES:<br />
www.creatividadfemenina.org<br />
www.revistadelsur.org.uy<br />
www.rebelión.org<br />
www.3.planalfa.es/cidaf/ (Centro de Información y<br />
Documentación Africana)<br />
Primera Plana. Noviembre 2002