Enciclopedia de Ilustraciones - Ptr. Arturo Quintero
Enciclopedia de Ilustraciones - Ptr. Arturo Quintero
Enciclopedia de Ilustraciones - Ptr. Arturo Quintero
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
58<br />
CRISTO<br />
SU COMPANERISMO<br />
59<br />
se tap6 los ofdos con cera para no escuchar<br />
el canto; otro se amarr6 al<br />
mastil y or<strong>de</strong>n6 a los marineros que<br />
por ning6n motivo le permitieran <strong>de</strong>satarse.<br />
Pero un tercero Bev6 a bordo<br />
a Orfeo, quien cant6 y toc6 tan maravillosamente<br />
que Jas votes seduce<br />
toras <strong>de</strong> Jas sirenas fueron contrarrestadas<br />
y apagadas por una canci6n mis<br />
dulce.<br />
Para cruzar la Isla <strong>de</strong> la Tentaci6n<br />
algunos preten<strong>de</strong>n hater to equivar<br />
lente a llenarse los ofdos <strong>de</strong> cera o<br />
atarse a un mistil: haven prop6sitos<br />
mentales o Began incluso a atarse con<br />
juramentos y promesas al mfistil <strong>de</strong><br />
alguna <strong>de</strong>terminaci6n fija. Esto es<br />
bueno, pero no to suficiente, porque<br />
al encaramar la tentaci6n rompemos<br />
nuestras promesas como Sans6n rompi6<br />
sus diversas ligaduras. Las promesas<br />
no nos comprometen to suficiente,<br />
porque la mente subconsciente<br />
no Jas acepta y cuando se subleva,<br />
echa abajo todas nuestras buenas resoluciones.<br />
Hay solamente un remedio verda<br />
<strong>de</strong>ro: Llevar una canci6n mis dulce<br />
a bordo. Hay que llevar a bordo <strong>de</strong><br />
la vida algo tan divinamente dulce,<br />
que Jas notas <strong>de</strong>l pecado suenen discbrdantes.<br />
Cambiando la figura: Hay<br />
que enamorarse '<strong>de</strong> Uno tan hermoso<br />
que el pecado pierda sus atractivos,<br />
y comparandolo con El parezca<br />
una vieja repulsiva. Entonces ce<strong>de</strong> la<br />
lucha en contra <strong>de</strong>l pecado; ya no se<br />
le <strong>de</strong>sea. Decae como una hoja muerta<br />
ante la savia <strong>de</strong> una nueva vida<br />
abundante que surge potente y avasa-<br />
Badora. - Stanley Jones.<br />
114. Apoyfindose en el Sehor<br />
Una conocida misionera Bamada<br />
Fi<strong>de</strong>lia Fiiske estaba dirigiendo una<br />
clase <strong>de</strong> mujeres paganas sentadas en<br />
el suelo, sin ningfin apoyo tras sus espaldas<br />
seg6n la costumbre <strong>de</strong>l pats.<br />
Como quiera que acababa <strong>de</strong> salir <strong>de</strong><br />
una enfermedad, se sinti6 muy cansada.<br />
Una <strong>de</strong> Jas mujeres, que era crreyente,<br />
se dio cuenta <strong>de</strong> este hecho y<br />
levantandose <strong>de</strong>l circulo <strong>de</strong> oyentes<br />
fuese <strong>de</strong>tras <strong>de</strong> la misionera y se sent6<br />
dfindole la espalda. La senora Fiske<br />
agra<strong>de</strong>ci6 este acto <strong>de</strong> amabilidad y<br />
se apoy6 dulcemente en la espalda <strong>de</strong><br />
su amiga, pero esta exclam6:<br />
-No, no, si usted me ama, ap6yese<br />
totalmente.<br />
115. Puestos los ojos en Jesfis<br />
Los que visitan Jas Grutas "Mammoth"<br />
<strong>de</strong> Kentucky, al entrar, el gufa<br />
sube a una rocs y anuncia que "No<br />
perdfiis <strong>de</strong> vista al gufa". En un mundo<br />
en que predomina el miedo y Jas<br />
contradicciones, en don<strong>de</strong> abundan el<br />
odio y la avaricia, es mis diffcil <strong>de</strong>scubrir<br />
la senda que salir <strong>de</strong> la gruta<br />
"Mammoth" sin la ayuda <strong>de</strong> gufa pento.<br />
Si bien es cierto que nos preocumos<br />
porque impere la fraternidad humana,<br />
no por ello <strong>de</strong>bemos per<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
vista a Jesucristo, nuestro Gufa. El<br />
compafierismo incesante con El nos<br />
permite reconocerle como el itnico<br />
Camino y nos impulsa a ser mis semejantes<br />
a El. Un buen lema para la<br />
vida es:<br />
"No perddis <strong>de</strong> vista al Gufa".<br />
116. El nos ve<br />
Si no po<strong>de</strong>mos estar personalmente<br />
en la batalla, no <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>salentar<br />
a los que estan combatiendo.<br />
Un jefe <strong>de</strong> tribu <strong>de</strong> los escoceses<br />
cay6 herido en la batalla <strong>de</strong> Sheriff-<br />
Muir. Cuando sus soldados vieron<br />
caer al jefe, vacilaron un momento<br />
dando una gran ventaja por ello al<br />
enemigo. El viejo caudillo al ver to<br />
quo acontecfa, se incorpor6 y aunque<br />
la sangre manaba <strong>de</strong> sus heridas grit6:<br />
-No estoy muerto, hijos mios. Os<br />
estoy mirando, y espero que cada<br />
uno cumpla con su <strong>de</strong>ber.<br />
Estas palabras sirvieron <strong>de</strong> estfmulo<br />
a los soldados, llevfindolos a hater<br />
esfuerzos casi sobrehumanos.<br />
Asf, cuando nuestras fuerzas fiaquean<br />
y nuestros corazones estan apesadumbrados,<br />
el Capitan nos dice:<br />
"He aquf yo estoy con vosotros<br />
todos los dfas, hasta el fin <strong>de</strong>l mundo".<br />
117. La voz <strong>de</strong>l pastor<br />
Cierto hombre <strong>de</strong> la India fue acusado<br />
<strong>de</strong> haber robado una oveja; por<br />
cal motivo fue trafdo ante el juez, con<br />
su acusador. Ambos pretendfan que<br />
la oveja era suya y no habfa medio<br />
<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarlo. El juez mand6 que la<br />
oveja fuera trafda y uno <strong>de</strong> los dos<br />
hombres separado al cuarto contiguo.<br />
Entonces mand6 al que estaba <strong>de</strong>lante<br />
,<strong>de</strong> sf que -Hamara a la oveja pero esta<br />
no hizo nhtgdn caso. Or<strong>de</strong>n6 entonces<br />
que to hiciera el hombre que se hallaba<br />
en la otra habitaci6n. Apenas oy6<br />
el "shuck"... que le era familiar, la<br />
oveja corri6 hacia la habitaci6n, y asf<br />
se dio a conocer quien era el propietario.<br />
118. Cambio <strong>de</strong> opini6a<br />
Se cuenta <strong>de</strong> una joven que, habiendo<br />
Begado a sus manos un libro recomendado<br />
como muy interesante, se<br />
puso a leerlo con inter6s; pero muy<br />
pronto 6ste se tronc6 en <strong>de</strong>sencanto, y<br />
sin haber acabado <strong>de</strong> leerlo, to cerr6<br />
bruscamente, exclamando:<br />
--1Es el libro mfis insipido que he<br />
kWo en mi vida!<br />
Al cabo <strong>de</strong> algunos aiios, 6sta seitorita<br />
entabl6 relaciones amorosas con<br />
On joven que result6 ser el autor <strong>de</strong><br />
aquel libro "insipido". Con otro nuevo<br />
inter6s renov6 la lectura <strong>de</strong>l abandonado<br />
volumen. Al concluir, exclam6:<br />
-iJamas habfa lefdo otro libro tan<br />
hermoso ni mis interesante!<br />
iMaravillas <strong>de</strong>l conocimiento y <strong>de</strong>l<br />
amor!<br />
119. El lazo <strong>de</strong> su amor<br />
Cuando Hudson Taylor, el bien<br />
amado fundador <strong>de</strong> la Misi6n Interior<br />
<strong>de</strong> China, estaba en casa <strong>de</strong> un amigo,<br />
que le pregunt6: -LPero usted se<br />
siente siempre conscience <strong>de</strong> la presencia<br />
<strong>de</strong> Cristo en su vida? Yo me<br />
hallo perturbado, porque aunque quiero<br />
ser un cristiano que vive cerca <strong>de</strong><br />
Cristo, no siento siempre Su presencia<br />
en mi.<br />
-Cuando dormfa esta noche aquf,<br />
respondi6 el Sr. Taylor yo no <strong>de</strong>jaba<br />
<strong>de</strong> habitar su casa Lverdad? aunque<br />
era inconsciente <strong>de</strong>l hecho. Asf es<br />
con nuestras vidas. No significa que<br />
siempre <strong>de</strong>bemos estar en un estado<br />
<strong>de</strong> conscience comuni6n con Cristo,<br />
con tal que tengamos consciencia <strong>de</strong><br />
que no nos hallamos separados <strong>de</strong> El".<br />
120. Estoy contigo para siempre<br />
Una senora bastante preocupada<br />
entr6 en su cuarto a la hora <strong>de</strong>l crepusculo,<br />
fue directamente a su escritorio<br />
y empez6 a escribir, pagina tras<br />
pagina, y cuando ya habfa pasado<br />
largo rato en este trabajo se sinti6<br />
sola, tan sola que la soledad Ileg6 a<br />
serle opresiva.<br />
Dej6 su trabajo, y al mirar a su<br />
alre<strong>de</strong>dor, se sorprendi6 gran<strong>de</strong>mente<br />
al ver a su mis fntima amiga reclinada<br />
en el soffi.<br />
-iQu6 gozo siento al verte, estaba<br />
tan preocupada que ni siquiera me di