Enciclopedia de Ilustraciones - Ptr. Arturo Quintero
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Y quitandose el sombrero le hizo<br />
un saludo, diciendo:<br />
-Perdone usted, sefior sargento.<br />
Y diciendo esto <strong>de</strong>smont6 y empez6<br />
a ayudar a los soldados en su pesada<br />
tarea hasta que las gotas <strong>de</strong> sudor corrfan<br />
por su frente, y cuando la viga<br />
fue por fin levantada, se dirigi6 hacia<br />
el gran hombre y le dijo:<br />
-Sefior sargento, cuando usted<br />
vuelva a tener un trabajo como este,<br />
y no tenga suficientes hombres, man<strong>de</strong><br />
por su general, y yo ven<strong>de</strong>e con<br />
mucho gusto y le ayudar6 en una segunda<br />
ocasi6n.<br />
El sargento se qued6 <strong>de</strong>sconcertado<br />
y como el que ve visiones cuando<br />
por esas palabras conoci6 que el oficial<br />
que le habla dado esta lecci6n era<br />
el mismo Washington general en jefe<br />
<strong>de</strong>l ejercito americano.<br />
195. Buena advertencia<br />
Un famoso predicador recibi6, <strong>de</strong><br />
una <strong>de</strong> sus admiradoras, una carta<br />
en la cual le ofrecfa su mano, su coraz6n<br />
y su fortuna. El predicador le<br />
contest6 con otra como sigue: "De<br />
usted su coraz6n a Cristo, su fortuna<br />
al servicio <strong>de</strong>l Sefior, y guar<strong>de</strong> su<br />
mano hasta que se la pidan". - Henry<br />
Varley.<br />
196. Tercos<br />
"Un famoso escritor evangelico conversaba<br />
un dia con una distinguida<br />
dama inglesa. Estaba tratando <strong>de</strong> hacerle<br />
enten<strong>de</strong>r la doctrina <strong>de</strong> la salvaci6n<br />
por gracia. De repente la sefiora<br />
dandose perfecta Cuenta <strong>de</strong> to que<br />
se le estaba ensefiando y mirando seriamente<br />
a su interlocutor, le pregunt6:<br />
-LQuiere usted <strong>de</strong>cir que si yo he<br />
<strong>de</strong> llegar al cielo ha <strong>de</strong> ser por los<br />
19'1.<br />
Injusticia y castigo<br />
EL PECADO<br />
mismos medios que mi lacayo?<br />
El siervo <strong>de</strong> Dios le contest6:<br />
-4Eso es exactamente to que le<br />
digol<br />
La dama levantandose con -alta<br />
neria contest6:<br />
-iPues entonces jamas entrare en<br />
el cielo!<br />
iCuantas personas hay <strong>de</strong> esta<br />
clase!<br />
En 1877, Delynov, ministro <strong>de</strong> educaci6n<br />
<strong>de</strong> Rusia y representante <strong>de</strong> las<br />
clases dominantes, anunci6 que "los<br />
hijos <strong>de</strong> cocheros, sirvientes, cocheros,<br />
lavan<strong>de</strong>ros, propietarios <strong>de</strong> pequefias<br />
tiendas, y otros semejantes, no <strong>de</strong>berfan<br />
elevarse por encima <strong>de</strong> la esfera<br />
en la cual habian nacido". Las clases<br />
dominantes expresaron que la educaci6n<br />
y la elevaci6n <strong>de</strong> las masas no<br />
eran responsabilidad suya. Para <strong>de</strong>spertar,<br />
afios <strong>de</strong>spues, a la realidad <strong>de</strong><br />
que los hijos <strong>de</strong> esos "cocheros, lavan<strong>de</strong>ros,<br />
propietarios <strong>de</strong> pequefias<br />
tiendas, y otros semejantes" se hicieran<br />
los duefios <strong>de</strong>l pats. Aquellos que<br />
no aceptaban como propias las heridas<br />
<strong>de</strong> la sociedad, tuvieron que sufrir<br />
que la sociedad, poniendo su pie sobre<br />
sus cuellos, les infiriera una herida<br />
mortal que ellos no pudieran curar.<br />
- Stanley Jones.<br />
198. Una lecci6n <strong>de</strong> humildad<br />
El nuevo presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la sociedad<br />
le gustaba ser importante, por esto no<br />
se incomod6 cuando el "botones" le<br />
pidi6 su aut6grafo por segunda vez;<br />
mas bien se sinti6 complacido.<br />
El dia siguiente empero el chico<br />
volvfa con la misma petici6n.<br />
-Ya to he dado mi aut6grafo dos<br />
veces Gy vienes por el tercero? Debes<br />
ORGULLO<br />
pensar que soy algun gran personaje.<br />
-No es esto precisamente -respondi6<br />
el muchacho mgenpamentesino<br />
que hay un compafiero que se<br />
<strong>de</strong>dica a ven<strong>de</strong>r aut6grafos y dice que<br />
necesita tres para ven<strong>de</strong>rlos por un<br />
real.<br />
lHuyamos <strong>de</strong>l orgullo!<br />
199. Vanidoso hasta el fin<br />
Las fltimas palabras <strong>de</strong> Danton al<br />
famoso verdugo, Sans6n, fueron: "Ensena<br />
mi cabeza al pueblo cuando la<br />
hayas cortado; es digna <strong>de</strong> ser mostrada".<br />
200. El valor <strong>de</strong> Ins cosas sencillas<br />
Todos ambicionamos ser estrellas,<br />
y nuestro Salvador quiere que seamos<br />
faroles. Y <strong>de</strong>spues <strong>de</strong> todo en las<br />
calles oscuras y llenas <strong>de</strong> barro, el<br />
farol es mucho mas util que la estrella.<br />
Todos quisieramos habitar en palacios<br />
reales y ser los coperos <strong>de</strong>l Rey,<br />
pero contfnuamente el Rey nos esta<br />
diciendo "Dad una copa <strong>de</strong> agua frfa<br />
en mi nombre". Hace a-nos que espero<br />
predicar un gran serm6n, y sigo esperando.<br />
Quiero una copa <strong>de</strong> oro labrado<br />
que pueda ofrecerles a mis crfticos,<br />
y el Sefior me esta diciendo con voz<br />
suave: "Toma una copa sencilla y dale<br />
<strong>de</strong> beber a mi pueblo". Algunos <strong>de</strong><br />
vosotros, j6venes que me escuchais,<br />
tal vez estais tratando <strong>de</strong> escribir un<br />
sermon elocuente o un ensayo sobre<br />
evi<strong>de</strong>ncias cristianas. Quizas servirfais<br />
en forma mas eficaz a vuestro Sehor<br />
Si escribierais con mas frecuencia a<br />
vuestras madres. - J. H. Jowett.<br />
201. Convertido hasta cierto punto<br />
Cuenta el Dr. Stanley Jones: En<br />
nuestro Ashram, en la India, damos<br />
un dia libre por semana al hombre<br />
que hace la limpieza <strong>de</strong> los excusados<br />
y labavos y todos nos ofrecemos en<br />
turno como voluntarios para tomar<br />
su lugar. No es facil esto para los brahmanes,<br />
sean morenos o blancos, porque<br />
ante los ojos <strong>de</strong> la comunidad hind(i<br />
al realizar tales trabajos se hacen<br />
como parias. Pero son muy pocos los<br />
que ban <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ofrecerse. Un brahman<br />
convertido no se ofreci6, y cuando<br />
le pregunte cuando to harfa, suspir6<br />
honradamente y contest6: "Es<br />
cierto que me he convertido, pero no<br />
hasta ese punto. lEra una conversi6n<br />
con limitaciones.<br />
Pero ono hay limitaciones en la<br />
mayoria <strong>de</strong> las conversiones? Muchos<br />
se convierten en la esfera <strong>de</strong> la voluntad<br />
en tanto esta s61o se aplique a<br />
su vida fntima, mas la voluntad no se<br />
convierte hasta el punto <strong>de</strong> hacer una<br />
aplicaci6n total <strong>de</strong> los principios cristianos<br />
a las relaciones humanas.<br />
- Stanley Jones.<br />
202. Con tal que<br />
En cierto restaurante un muchacho<br />
<strong>de</strong> oficina se estaba pavoneando <strong>de</strong><br />
su empleo.<br />
-Tan buen empleo tienes? le replic6<br />
un compahero <strong>de</strong> mesa. Veamos,<br />
La que hora entras en la oficina?<br />
-Oh yo puedo entrar a la hora<br />
que quiero.<br />
-iTe burlas! replic6 su campafierp.<br />
-Pues no me burlo no, puedo<br />
entrar a la hora que quiera con tal<br />
que no sea mas tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> las nueve <strong>de</strong><br />
la maiiana.<br />
Muchas vanaglorias no son menos<br />
necias que la <strong>de</strong> ese chiste. (Vease<br />
Romanos 12:3).<br />
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