Enciclopedia de Ilustraciones - Ptr. Arturo Quintero
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66<br />
S. SU RESURRECCION<br />
Male seed<br />
Discutiendo con un cristiano, cierto<br />
adorador <strong>de</strong> Mahoma, se gloriaba<br />
<strong>de</strong> que el Islam posee los restos aut6nticos<br />
<strong>de</strong>l Profeta; mientras los cristianos<br />
no conservan reliquias <strong>de</strong> tal<br />
valor. Poco dada yo por poseerlas<br />
acerca <strong>de</strong> mi Sefior -replic6 el cristiano-<br />
pues esto seria una sepal <strong>de</strong><br />
fatal significado para mi y para toda<br />
la Cristiandad.<br />
141. Un nuevo epitsfio<br />
El pastor Gould nos pace notar<br />
que en todos los epitafios se lee:<br />
"Aqui estin los restos", "Aquf reposa",<br />
etc.; pero lcuin diferente es ei<br />
epitafio sobre la tumba <strong>de</strong> Jesus: No<br />
estA escrito en oro ni grabado en piedra,<br />
sino que es expresado por boca<br />
<strong>de</strong> un Angel, siendo exactamente to<br />
opuesto <strong>de</strong> las otras tumbas: "Aqui<br />
no esti".<br />
El mejor guia<br />
Un misionero que trabajaba entre<br />
los turcos mahometanos queriendo que<br />
estos comprendieran el valor <strong>de</strong> la resurrecci6n<br />
<strong>de</strong> Cristo lee dijo:<br />
-Supongamos que estoy viajando<br />
y llego a un lugar don<strong>de</strong> el camino se<br />
divi<strong>de</strong> en doe direcciones. Necesito<br />
un gufa que me indique cual cammo<br />
<strong>de</strong>bo escoger, y veo a dos hombres<br />
cerca <strong>de</strong> aquel lugar, el uno vivo y<br />
el otro muerto. LA cull <strong>de</strong> los dos<br />
acudir6 para que me ayu<strong>de</strong>?<br />
Al hombre vivo, respondieron<br />
todos.<br />
Pues bien: LPor qu6 preguntar a<br />
Mahoma que esti muerto el camino<br />
<strong>de</strong> la vida y no a Jesucristo quien resucit6<br />
<strong>de</strong> los muertos y esti vivo, dispuesto<br />
a salvar eternamente a los que<br />
por El se allegan a Dios?<br />
143. La maAana <strong>de</strong> la Resurrecd6n<br />
Una niiia ciega <strong>de</strong> nacimiento recibi6<br />
la vista <strong>de</strong>spu6s <strong>de</strong> una afortunada<br />
operaci6n. Cuando le fue permitido<br />
salir fuera, al aire libre, to que<br />
particularmente le interes6 fue el sol.<br />
Pero Cuando el sol se puso y las tinieblas<br />
cubrieron la tierra, llenironse <strong>de</strong><br />
ligrimas sue ojos; pensaba que se habfa<br />
quedado <strong>de</strong> nuevo sin luz. La mafana<br />
siguiente le trajo <strong>de</strong> nuevo la<br />
sonnsa y el Bozo Cuando vio el nuevo<br />
sol. Tenemos aqui una ilustraci6n <strong>de</strong>l<br />
gozo que el Seiior resucitado trajo a<br />
los atribu1ados discipulos.<br />
Nuestro senor vive<br />
SU RESURREcci6N<br />
Cuando muri6 Mahoma se puso su<br />
amigo Omar ante la tienda, blandiendo<br />
el sable torcido y gritando: "Al<br />
que digs que Mahoma esta muerto, le<br />
cortar6 la cabeza. MMahoma resucitari!"<br />
Pero algunos dias mis tar<strong>de</strong> ya<br />
no se podia ocultar la realidad: iMahoma<br />
estaba muerto! La muerte, el<br />
ultimo enemigo <strong>de</strong> la vida, tenfa tambi6n<br />
sobre Mahoma la ultima palabra.<br />
Fue diferente con Jesus. Para estal<br />
seguro <strong>de</strong> su muerte le traspasaron su<br />
costado con una lanza. Pilato coloc6<br />
guardas ante la sepultura y los fariseos<br />
se cuidaban que la tumba fuese<br />
precintada oficialmente. Pero <strong>de</strong>spu6s<br />
<strong>de</strong> los tree dias, El resucit6 gloriosamente.<br />
Las mentiras <strong>de</strong> los fariseos y<br />
los sobornos <strong>de</strong> los soldados no sirvieron<br />
para encubrir esta gran verdad.<br />
El vive hoy y da vida al que<br />
tree en El.<br />
SU SEGUNDA VENIDA<br />
9. SU SEGUNDA VENIDA<br />
145. EsUr aperdbido<br />
Un viaiero que visit6 Italia, relate<br />
en un peri6dico:<br />
Llegu6 a Villa Areconati, al lago<br />
Como, que es una joys <strong>de</strong> la corona<br />
do los Alpes, en Italia. Un jardinero<br />
me abri6 la pesada puerta y me llev6<br />
por el admirable jardin.<br />
-LCuanto tiempo hate que esta<br />
usted aquf?<br />
-Veinticinco afos.<br />
-LY con cuinta frecuencia ha vidtado<br />
esto su amo?<br />
-Cuatro veces.<br />
-LCu&ndo estuvo la ultima vez?<br />
-Hate dote afos.<br />
-LLe escribe, entonces?<br />
-Nunca.<br />
-LCon qui6n se arregla usted?<br />
--Con el encargado en Milan.<br />
-LViene este con frecuencia?<br />
-Nunca.<br />
-LY -qui6n viene por ahi entonces?<br />
Es oy casi siempre solo; muy<br />
pocas, veces se ve algun forastero.<br />
-Y, sin embargo, usted tiene el<br />
jardin tan hermoso y bien arreglado<br />
como si su amo tuviera que venir mafiana.<br />
Hoy, senor, hoy podrfa venir<br />
-fue la respuesta.<br />
"Estad apercibidos porque no sabLtis<br />
la hora en que vuestro Senor<br />
vendri".<br />
146. Padficadores<br />
Al fin <strong>de</strong>l serm6n sobre el texto:<br />
"Y volverin sus espadas en arados",<br />
nna anciana se acerc6 a su pastor, y<br />
POniendo unas cuantas monedas en su<br />
mano le dijo:<br />
Tenga, senor Pastor, guir<strong>de</strong>melas<br />
PIR que no me las Baste, y asf cuan-<br />
148.. Con billete <strong>de</strong> vuelta<br />
Hablando <strong>de</strong> su seguridad <strong>de</strong> salvaci6n<br />
en Cristo, una seffora, sonriendo,<br />
<strong>de</strong>cia a su pastor:<br />
-Yo tomb billete <strong>de</strong> ida al Cielo, y<br />
no pienso volver atris... No tengo<br />
billete <strong>de</strong> vuelta.<br />
El pastor, tambi6n sonriente, le protest6:<br />
67<br />
do llegue el bendito dia yo pueda<br />
comprar algunos <strong>de</strong> esas espadas <strong>de</strong><br />
las cuales nos hablaba para convertirlas<br />
en esos arados que usted nos <strong>de</strong>cia.<br />
La sencillez <strong>de</strong> la pobre anciana<br />
nos hate sonreir, pero cualquier acci6n<br />
nuestra a favor <strong>de</strong> la paz, es alabada<br />
en la palabra <strong>de</strong> Dios.<br />
147. La adveriencla <strong>de</strong>l maquinista<br />
-LEs este el que lleva a...?<br />
-preguna6 cierto viajero al maquinista<br />
<strong>de</strong>l tren.<br />
-Si, senor, este es... Aunque yo<br />
no respondo, <strong>de</strong> que lleguemos allf,<br />
con todo y ser el maquinista.<br />
-1C6mo! LHay peligro? -sigui6<br />
preguntando el viajero, bastante asustado.<br />
-Pues, le dir6: Yo soy cristiano.<br />
Mi compafero el fogonero, tambi6n<br />
to es. Y aunque parece casualidad, el<br />
interventor to es igualmente. Y los<br />
tres esperamos <strong>de</strong> un dfa a otro, <strong>de</strong><br />
un momento a otro, la Segunda Venida<br />
<strong>de</strong> Jesus. Si El viniera en este viaje,<br />
no s6 to que pasaria a uste<strong>de</strong>s, los<br />
viajeros, Cuando el convoy siguiera<br />
a<strong>de</strong>lante sin mando ninguno- contest6<br />
el buen maquinista.<br />
-Pues, a mi me tiene sin cuidado,<br />
porque yo tambi6n soy cristiano<br />
-concluy6 tendiendo su mano el viajero,<br />
lleno <strong>de</strong> Bozo.