La resistencia
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<strong>La</strong> Resistencia<br />
trasciende.<br />
Éste no es uno de esos momentos, por el contrario, es un<br />
tiempo angustioso y decisivo, como lo fue el pasaje de los<br />
días imperiales de Roma al feudalismo, o de la Edad Media<br />
al capitalismo. Pero me atrevería a decir que es más grave<br />
porque es absoluto, ya que la vida misma del planeta está<br />
en juego.<br />
Nuestra cultura está mostrando signos inequívocos de<br />
la proximidad de su fin. Sin tregua se ve obligada a<br />
reinventar noticias, modas o nuevas variantes, porque nada<br />
de lo que extrae de sí es perdurable, fecundo o sanante.<br />
Como cuando un enfermo está muy grave y el médico<br />
le receta algo nuevo cada día y la familia, en su<br />
desesperación, cambia de médico y de tratamientos. Así<br />
nos está pasando, confundimos noticia con novedad. Lo<br />
decisivo es no creer que todo seguirá igual y que este modo<br />
de vivir da para rato.<br />
<strong>La</strong> capacidad de convicción de nuestra civilización es<br />
casi inexistente y se concentra en convencer a la gente de<br />
las bondades de sus cachivaches, que por cientos de<br />
millones se ofrecen en el mercado, sin tener en cuenta la<br />
basura que se acumula hora a hora, y que la tierra no puede<br />
asimilar. <strong>La</strong> globalización, que tanta amargura me ha<br />
traído, tiene su contrapartida: ya no hay posibilidades para<br />
los pueblos ni para las personas de jugarse por sí mismos.<br />
Ésta es una hora decisiva no para este o aquel país, sino<br />
para la tierra toda. Sobre nuestra generación pesa el<br />
destino, es ésta nuestra responsabilidad histórica.<br />
Estos tiempos modernos de Occidente, hoy en su fase<br />
final, otorgaron a los hombres una cultura que les dio<br />
amparo y orientación. Bajo su firmamento, los seres<br />
humanos atravesaron con euforia momentos de esplendor<br />
y sufrieron con entereza guerras y miserias atroces. Hoy<br />
con dificultad vamos aceptando su muerte, su necesario<br />
invierno, sabiendo que ha sido construida con los afanes de<br />
millones de hombres que han dedicado su vida, sus años,<br />
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