28.11.2014 Views

Edición 28 de Noviembre de 2014

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Diario Co Latino<br />

14<br />

REALIDAD NACIONAL<br />

Educación ¿para qué?<br />

Viernes <strong>28</strong> <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> <strong>2014</strong><br />

Luis Armando González<br />

No es infrecuente escuchar<br />

en algunos<br />

ambientes educativos<br />

expresiones como las<br />

siguientes: “el cómo <strong>de</strong> la<br />

educación es importante”,<br />

“el qué <strong>de</strong> la educación no se<br />

<strong>de</strong>be <strong>de</strong>scuidar” y “el qué y<br />

el cómo <strong>de</strong> la educación van<br />

en el que esas expresiones<br />

salen a relucir el qué <strong>de</strong> la<br />

educación hace referencia<br />

<strong>de</strong> la mano”. En el contexto<br />

<strong>de</strong> la discusión, el qué<br />

se refiere los contenidos,<br />

mientras que el cómo hace<br />

referencia a lo didácticometodológico<br />

en la dinámica<br />

<strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje. Y<br />

vaya que ambas dimensiones<br />

<strong>de</strong>l proceso educativo son<br />

imprescindibles.<br />

Una pregunta que no suele<br />

formularse es la <strong>de</strong>l para qué<br />

<strong>de</strong> la educación. Es <strong>de</strong>cir,<br />

para qué se educa a la gente<br />

<strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada manera,<br />

cuáles son los fines que se<br />

persiguen <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado<br />

proceso educativo. No se<br />

trata <strong>de</strong> una pregunta irrelevante,<br />

sino que bien vistas las<br />

cosas es la pregunta fundamental,<br />

ya que es ella la que<br />

da sentido pleno al conjunto<br />

<strong>de</strong>l proceso educativo. O<br />

dicho <strong>de</strong> otro modo: siempre<br />

se educa para <strong>de</strong>terminados<br />

fines, siempre se educa para<br />

unos <strong>de</strong>terminados propósitos<br />

que son lo que <strong>de</strong>terminan<br />

los énfasis puestos en los qué<br />

(contenidos) <strong>de</strong> la educación,<br />

al igual que en sus cómo<br />

(didácticas y metodologías<br />

<strong>de</strong> enseñanza).<br />

Los fines <strong>de</strong> la educación no<br />

son los mismos en todas las<br />

épocas y lugares. Cambian<br />

históricamente, se <strong>de</strong>finen y<br />

re<strong>de</strong>finen según los contextos<br />

y las relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r predominantes<br />

en una sociedad.<br />

Porque la educación tiene<br />

que ver con el po<strong>de</strong>r, con la<br />

forma cómo este se distribuye<br />

y concentra, pero también<br />

con su cuestionamiento y<br />

crítica. La educación no es,<br />

pues, ajena a las relaciones y<br />

conflictos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r: es <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

estas relaciones y conflictos<br />

(tal como estos cristalizan<br />

en el Estado) que se suelen<br />

<strong>de</strong>terminar los fines (el para<br />

qué) <strong>de</strong> la educación.<br />

En un mundo i<strong>de</strong>al, la educación<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sí misma <strong>de</strong>bería<br />

<strong>de</strong>terminar sus propios fines. Pero<br />

en el mundo real la educación es<br />

uno <strong>de</strong> los ámbitos <strong>de</strong> la sociedad,<br />

en inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con (o a veces<br />

en llana <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>) otros,<br />

entre los cuales los predominantes<br />

son el político y el económico. Es<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> estos ámbitos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

se imponen unos <strong>de</strong>terminados fines<br />

a la educación, mismos que se traducen<br />

en unos qué y cómo también<br />

<strong>de</strong>terminados.<br />

Esa <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los fines <strong>de</strong><br />

la educación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “fuera <strong>de</strong> ella”<br />

ha sido por lo general algo nefasto<br />

para las socieda<strong>de</strong>s. Y ello porque en<br />

infinidad <strong>de</strong> experiencias esos fines<br />

han apuntado a reproducir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

escuela y en la escuela, relaciones<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r excluyentes e injustas. Es<br />

<strong>de</strong>cir, en infinidad <strong>de</strong> experiencias<br />

históricas se han asignado a la<br />

educación unos fines contrarios a<br />

la humanización, tal como esta se<br />

va fraguando y configurando históricamente.<br />

En buena parte <strong>de</strong>l siglo XX latinoamericano<br />

(y salvadoreño) los fines<br />

que se fijaron para la educación caminaron<br />

por dos carriles: (a) preparar<br />

(“educar”) a las personas para vivir<br />

bajo unos regímenes autoritarios<br />

(con la sumisión, la disciplina y el<br />

or<strong>de</strong>n propios <strong>de</strong> estos regímenes) y<br />

(b) preparar (“educar”) a las personas<br />

para integrarse laboralmente a un esquema<br />

<strong>de</strong> producción dominado por<br />

la agricultura <strong>de</strong> mono exportación,<br />

con sus ramificaciones en el trabajo<br />

artesanal y un sector <strong>de</strong> servicios<br />

sumamente reducido.<br />

Se trató, en consecuencia, <strong>de</strong> una<br />

educación pobre <strong>de</strong> contenidos y<br />

pobre <strong>de</strong> metodologías; se trató <strong>de</strong><br />

una educación autoritaria, memorística,<br />

poco crítica, sin profundidad<br />

teórica y analítica, y concentrada en<br />

los grados básicos (los ejemplos <strong>de</strong><br />

personas que llegaron hasta el tercer<br />

o cuarto grado y que dominaron la<br />

escritura y las reglas aritméticas<br />

básicas eran abundantes en las primeras<br />

cuatro décadas <strong>de</strong>l siglo XX;<br />

no es extraño que las generaciones<br />

<strong>de</strong> los noventa en a<strong>de</strong>lante tengan un<br />

abuelo o bisabuelo con esa formación<br />

básica que, por supuesto, les sirvió<br />

para vivir).<br />

La transformación económica <strong>de</strong><br />

los años 40, 50 y 60 –siempre en<br />

América Latina— impuso uno fines<br />

particulares a la educación. La necesidad<br />

<strong>de</strong> contar con un segmento<br />

poblacional con competencias técnicas,<br />

por un lado; y, por otro, las<br />

exigencias básicas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia<br />

en esa época abrieron las puertas a<br />

reformas educativas mo<strong>de</strong>rnizantes<br />

que, en algunos países, dieron vida<br />

a sistemas educativos coronados<br />

con centros <strong>de</strong> enseñanza técnica y<br />

superior <strong>de</strong> envergadura (o al reforzamiento<br />

académico y presupuestario<br />

<strong>de</strong> instituciones ya existentes). La<br />

urbanización y el surgimiento <strong>de</strong> una<br />

clase media bien <strong>de</strong>finida dieron vida<br />

a <strong>de</strong>mandas educativas inexistentes<br />

en la época oligárquica tradicional.<br />

Los golpes militares <strong>de</strong> los años<br />

sesenta y setenta dieron al traste, en<br />

América <strong>de</strong>l Sur, con estas reformas<br />

y nuevos fines (autoritarios y eficientistas<br />

en lo técnico) se impusieron a<br />

la educación. Los militares querían<br />

reformar las economías <strong>de</strong> sus<br />

países –en sintonía con las recetas<br />

neoliberales (tal como lo anota Naomi<br />

Klein en su libro La doctrina <strong>de</strong>l<br />

Shock)—, pero no les interesaba el<br />

fomento <strong>de</strong> la crítica y la reflexión,<br />

ni siquiera les interesaba la ciencia<br />

en cuanto tal. Querían técnicos <strong>de</strong><br />

la economía y la administración,<br />

litigantes empresariales y asesores<br />

<strong>de</strong> imagen para las empresas transnacionales<br />

que buscaban afianzar su<br />

po<strong>de</strong>r en la región.<br />

Con la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> los años<br />

ochenta y noventa, se plantearon<br />

no sin dificultad nuevos fines a la<br />

educación que se cruzaron con los<br />

fines impuestos por el neoliberalismo.<br />

Distintas reformas educativas –incluyendo<br />

la realizada en El Salvador a<br />

mitad <strong>de</strong> los años noventa— reflejaron<br />

este cruce <strong>de</strong> fines: fines orientados<br />

a la formación <strong>de</strong> ciudadanos<br />

críticos, reflexivos e informados, y<br />

fines orientados a formar personas<br />

competitivas, ambiciosas y con las<br />

<strong>de</strong>strezas para ubicarse en los servicios<br />

(turismo, comercio, finanzas)<br />

o en la industria maquilera. Al final,<br />

estos últimos fines terminaron por<br />

imponerse, socavando las bases <strong>de</strong><br />

un proceso educativo encaminado a<br />

cumplir con los primeros.<br />

Y es que si los fines <strong>de</strong> la educación<br />

apuntan a la formación <strong>de</strong> ciudadanos<br />

críticos, reflexivos e informados,<br />

los contenidos <strong>de</strong> la educación<br />

requieren <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada<br />

consistencia científica, filosófica y<br />

ética, y la didáctica y metodología<br />

<strong>de</strong>ben ponerse en sintonía con esos<br />

contenidos y aquellos fines.<br />

No fueron, sin embargo, estos los<br />

fines educativos que se impusieron<br />

en distintos países latinoamericanos,<br />

incluido El Salvador. Para el<br />

caso, los fines que se impusieron en<br />

nuestro país tuvieron que ver con las<br />

exigencias <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo económico<br />

terciarizado, maquilizado, transnacionalizado,<br />

neoliberal y remesero.<br />

Esto hizo que entre 1996 y 2009 la<br />

educación salvadoreña –en sintonía<br />

con los fines que le fueron asignados<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las instancias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r político<br />

y económico <strong>de</strong> ese momento— se<br />

sometiera a las dinámicas mercantilistas<br />

predominantes, apuntalando<br />

las “competencias” exigidas por el<br />

mo<strong>de</strong>lo económico emergente.<br />

A la zaga <strong>de</strong> esta apuesta quedaron<br />

las exigencias <strong>de</strong> formar ciudadanos<br />

críticos, reflexivos y comprometidos<br />

con la <strong>de</strong>mocracia. La formación<br />

educativa sólida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> criterios<br />

científicos y éticos se hizo a un lado;<br />

el tecnincismo, el didactismo y lo<br />

fácil se erigieron en paradigma <strong>de</strong><br />

un quehacer educativo que encauzó<br />

sus energías hacia la formación <strong>de</strong><br />

unos ciudadanos políticamente pasivos,<br />

culturalmente conservadores y<br />

económicamente consumistas y “empren<strong>de</strong>dores”<br />

<strong>de</strong> cualquier actividad<br />

–legal o ilegal—que los pusiera en<br />

el camino <strong>de</strong>l éxito fácil, <strong>de</strong> los lujos<br />

y <strong>de</strong> la ostentación.<br />

Imponer esos fines a la educación<br />

fue ciertamente <strong>de</strong>sastroso <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

un punto <strong>de</strong> vistas social y cultural.<br />

Al empobrecimiento material se<br />

añadió un empobrecimiento mental<br />

<strong>de</strong> graves consecuencias para la<br />

construcción <strong>de</strong> una sociedad más<br />

armoniosa, justa y solidaria.<br />

En 2009, cuando parecía que los fines<br />

<strong>de</strong> la educación seguirían siendo<br />

los fijados en 1996, una oportunidad<br />

<strong>de</strong> oro se hizo presente en El Salvador,<br />

cuando el FMLN abrió una<br />

grieta en el esquema <strong>de</strong> dominación<br />

predominante y creó las condiciones<br />

para la irrupción <strong>de</strong> un nuevo enfoque<br />

educativo, asentado en unos fines<br />

distintos a los vigentes.<br />

Si hasta mayo <strong>de</strong> 2009, los fines <strong>de</strong><br />

la educación habían sido impuestos<br />

por las exigencias <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo<br />

económico terciarizado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> junio<br />

<strong>de</strong> ese año se comenzó a poner a la<br />

educación en función, no <strong>de</strong>l mercado,<br />

sino <strong>de</strong>l ser humano en todas sus<br />

manifestaciones. Es <strong>de</strong>cir, la nueva<br />

correlación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, inaugurada con<br />

el arribo <strong>de</strong>l candidato <strong>de</strong>l FMLN a<br />

la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República en<br />

marzo <strong>de</strong> 2009, permitió que se<br />

replantearan los fines <strong>de</strong> la educación;<br />

permitió que esos fines fueran<br />

la formación <strong>de</strong> ciudadanos críticos,<br />

reflexivos, informados, tolerantes y<br />

comprometidos con los problemas<br />

<strong>de</strong> su país, <strong>de</strong> la región y <strong>de</strong>l mundo.<br />

O en otras palabras, la formación <strong>de</strong><br />

ciudadanos con una visión crítica (no<br />

distorsionada) <strong>de</strong> la realidad, participativos<br />

y dispuestos al compromiso<br />

con el bien común.<br />

Poner en limpio esos fines no fue<br />

tarea fácil, sobre todo por los prejucios<br />

y los ataques i<strong>de</strong>ológicos que<br />

se lanzaron en contra <strong>de</strong>l Ministerio<br />

<strong>de</strong> Educación y sus titulares –sobre<br />

quienes recayó la tarea <strong>de</strong> li<strong>de</strong>rar<br />

su formulación. Lo más difícil, sin<br />

embargo, vino <strong>de</strong>spués, ya que una<br />

cosa fue plantear los nuevos fines<br />

<strong>de</strong> la educación o otra muy distinta<br />

concretarlos.<br />

Y es que esa concreción no es algo<br />

inmediato ni <strong>de</strong> corto plazo. Ni tampoco<br />

está exenta <strong>de</strong> complicaciones<br />

y obstáculos. Para comenzar, una<br />

primera gran tarea ha consistido en<br />

re<strong>de</strong>finir el qué y el cómo enseñar<br />

a partir <strong>de</strong> los nuevos fines <strong>de</strong> la<br />

educación. Se trata <strong>de</strong> un qué y un<br />

cómo que han ganado complejidad<br />

y profundidad, para estar en sintonía<br />

con esos nuevos fines. Ha quedado<br />

claro que para el cumplimiento <strong>de</strong><br />

éstos la calidad <strong>de</strong> la educación<br />

–anclada en sólidos<br />

conocimientos científicos (disciplinares)<br />

y éticos, y en unas<br />

metodologías innovadoras y<br />

creativas— es fundamental.<br />

Ha quedado claro que para<br />

dicho cumplimiento el conocimiento<br />

<strong>de</strong>be vincularse a la<br />

práctica, a la transformación<br />

<strong>de</strong> los entornos locales y<br />

nacionales. Ha quedado claro<br />

que aquellos fines no pue<strong>de</strong>n<br />

cumplirse sin un sistema educativo<br />

que sea inclusiva. Estos<br />

cambios ya han comenzado a<br />

operar en la práctica, pero el<br />

camino que queda por recorrer<br />

es largo.<br />

Otra gran tarea ha consistido<br />

en poner en marcha una<br />

serie <strong>de</strong> transformaciones<br />

institucionales que permitan<br />

al Ministerio <strong>de</strong> Educación<br />

asegurar el cumplimiento <strong>de</strong><br />

los nuevos fines <strong>de</strong> la educación.<br />

Aquí, se han dado pasos<br />

extraordinarios, pero todavía<br />

queda mucho por hacer. El<br />

cambio institucional que se<br />

está operando en el Ministerio<br />

<strong>de</strong> Educación todavía no está<br />

terminado; y sin el mismo el<br />

soporte <strong>de</strong> los cambios en<br />

la calidad <strong>de</strong> la educación<br />

que conduzcan a realizar<br />

sus nuevos fines no estará<br />

asegurado.<br />

En fin, a estas alturas, los nuevos<br />

fines <strong>de</strong> la educación están<br />

claros; es claro también que<br />

esos fines sólo se lograrán a<br />

partir <strong>de</strong> una mejora sustantiva<br />

en la calidad <strong>de</strong> la educación<br />

(entendida <strong>de</strong> una manera no<br />

reduccionista) y en la creación<br />

<strong>de</strong> dinámicas <strong>de</strong> inclusión<br />

educativa, que <strong>de</strong>berán ser<br />

aseguradas por el li<strong>de</strong>razgo<br />

ministerial (en cumplimiento<br />

<strong>de</strong> una misión constitucional).<br />

Se está avanzando, aunque<br />

no con la celeridad que muchos<br />

quisieran, en la puesta<br />

en marcha <strong>de</strong> los cambios<br />

institucionales, curriculares,<br />

<strong>de</strong> formación <strong>de</strong> maestros<br />

y <strong>de</strong> inclusión que permitan<br />

cumplir los nuevos fines <strong>de</strong><br />

la educación. Estos son fines<br />

<strong>de</strong> mediano y largo plazo; no<br />

son fines a lograr en <strong>2014</strong> o<br />

en 2019. Se está trabajando<br />

por ellos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya, pero hay<br />

que seguir trabajando por ellos<br />

en el siguiente quinquenio;<br />

hay que asegurar que se<br />

conviertan en una política <strong>de</strong><br />

Estado.<br />

Tomado <strong>de</strong> Luis Armando<br />

González, Educación, conocimiento<br />

y emancipación. San<br />

Salvador, EDIPRO, <strong>2014</strong>, pp.<br />

25-30.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!