en escena - Casa de la Danza

esponsabilidad más que una ventaja.
"Me ha ayudado a exigirme más día a
día. Tratar de llegar a donde ellos han
llegado, a trabajar incesantemente
cada día. Intentar lograr la perfección
en cada paso, en cada interpretación,
es bastante duro y sacrificado". Hace
una pausa y sonríe: "Pero creo que ha
valido la pena".
Yolanda está en los albores de su
carrera. Todo se despliega ante ella y
ante los ojos del público que la admira
como un abanico lleno de matices y
grandes posibilidades. Relata con emoción
lo que siente bailando Giselle. "No
me lo creí hasta que estuve en la escena,
nunca pensé que llegaría a bailar
un ballet como ese, cuando entré en
la compañía me veía muy lejos de bailar
algo así, aunque nunca deje de
soñar ni de trabajar para alcanzar tal
meta. Giselle es para mi uno de los
roles mas grandes con el que pueda
soñar una bailarina. Y después de
haberlo bailado, puedo decir que
valió mucho la pena todo ese esfuerzo,
emoción, tristeza, alegría, felicidad,
y a la vez dolor… Todo eso se
siente bailando Giselle".
Ambos coinciden en que su ballet
favorito es Giselle, porque ¿qué se
puede decir del "Albrecht" de Joel? Ella
misma destaca la gran entrega con
que Joel interpreta. "Es muy técnico y
virtuoso además de elegante y fresco,
pero sobre todo, ese ángel que tiene
al bailar, que hace que le disfrutes
tanto." Aunque tengo que tocar el espinoso
tema de las deserciones de bailarines
formados en la compañía, ellos
no disimulan el afecto que sienten
hacia sus compañeros, a pesar de que
no compartan sus acciones. Y Joel
opina que "cada cual es responsable
por sus actos. Si ellos decidieron que
ese era su camino, yo lo respeto como
compañero. Les deseo la mejor de las
suertes"; y ella, en el mismo sentido,
comenta: "No me siento con el derecho
de juzgarlos, son sus carreras y
sus vidas, si alguno de ellos ha sido
mi compañero o amigo, no dejará de
serlo porque haya tomado esa decisión,
ya sea o no correcta, lo mas que
puedo hacer, es desearle lo mejor".
Yolanda y Joel son el presente, y también
el futuro de esa mina de grandes
bailarines que es el Ballet Nacional de
Cuba. "Tenemos muchos talentos en
Cuba, cada vez hay mejores bailarines
graduados de la escuela, por eso,
pienso que el Ballet Nacional, siempre
estará con muy buen nivel artístico
y técnico, aunque no es menos
cierto que el talento, también necesita
de una buena guía", opina Yolanda, y
Joel asiente: "la cantera de bailarines
es inagotable. Sólo por eso, habrá
siempre esperanzas para el futuro".
La devoción por el ballet que ellos viven
se percibe durante la conversación en
cada uno de sus gestos. A Yoli le
encantaría bailar "Romeo y Julieta" porque
adora la música de Prokofiev; y a
Joel le encantaría también interpretar
nuevos roles de ballets neoclásicos y
contemporáneos. Aman lo que hacen,
aman a su compañía y sienten un enorme
respeto hacia la labor que se realiza
con la danza en Cuba.
Están muy contentos, pero algo cansados
al término de la gira. Todo ha salido
muy bien. El colofón de gala
Homenaje a Alicia Alonso que tuvo
lugar en El Escorial fue algo muy hermoso.
"Siempre es un gusto bailar aquí, en
España, cada vez que venimos nos
acogen con mucho cariño, y muy
agradecidos por cada una de nuestras
funciones. Todos los públicos son diferentes,
pero todos nos demuestran lo
mismo siempre que bailamos en cualquier
parte del mundo… admiración",
dice Yolanda. "Cada escenario es un
nuevo reto para nosotros, y cada
nuevo publico, igual. En el caso del
público español, pienso que disfrutan
bastante nuestro arte, y eso se siente.
Yo por mi parte, les agradezco sus
aplausos…", se despide Joel.
El placer es nuestro, queridos amigos.
Los momentos con que nos habéis
obsequiado han sido algo que nunca
podremos olvidar, y un motivo de
anhelo para el próximo regreso del
Ballet Nacional de Cuba a los escenarios
españoles, que esperamos no se
haga de rogar. Hasta siempre.
Danza en Escena 31
nº22_2008