162/91 ALCOHOL monograf.a - Plan Nacional sobre drogas
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uscan a través de las prácticas recreativas<br />
de fin de semana aprender <strong>sobre</strong> la amistad,<br />
las relaciones sexuales, el éxito social, el riesgo,<br />
la embriaguez, etc.<br />
J Beck (Beck & Watson 19<strong>91</strong>) que es uno<br />
de los estudiosos del uso del MDMA entre<br />
los participantes estadounidenses del movimiento<br />
New Age, antecedente importante a<br />
la aparición del uso de esta sustancia en los<br />
contextos recreativos europeos, comenta<br />
que antes de los 60 el uso de <strong>drogas</strong> ilegales<br />
estaba asociado normalmente a grupos marginales,<br />
pero que los sesenta representan<br />
como gran novedad la expansión del uso de<br />
<strong>drogas</strong> preferentemente entre los jóvenes<br />
blancos de clase media. Pero además se produce<br />
un cambio cualitativo clave que consiste<br />
en que la nueva situación implica que la<br />
información <strong>sobre</strong> las <strong>drogas</strong> ya no es un<br />
asunto de los propios consumidores que<br />
hablan entre sí, sino que pasa a ser una cuestión<br />
que se dirime en los medios de comunicación.<br />
Los nuevos contextos o espacios en<br />
los que se consumen <strong>drogas</strong> son cada vez<br />
más difusos y diversos, no se constituyen a<br />
partir de las mismas personas cada vez, y las<br />
motivaciones y el significado de uso pueden<br />
cambiar. Es el caso en su estudio de los que<br />
utilizan el MDMA para propósitos terapéuticos<br />
o de crecimiento personal, que llaman a<br />
dicha sustancia Adam, a los que la utilizan<br />
para propósitos recreativos que la llaman<br />
éxtasis. Es decir, la sustancia pierde protagonismo<br />
frente al contexto, que viene siendo<br />
redefinido continuamente dentro de esta<br />
interacción de la droga con el significado que<br />
le da el contexto.<br />
Y este es precisamente el gran reto de la<br />
prevención actual: ¿como intervenir para<br />
extinguir o modular un comportamiento difícil<br />
de concretar, redefinido continuamente<br />
según las vinculaciones culturales del<br />
momento, que es complicado de presentar<br />
como problemático al estar tan asociado con<br />
prácticas normalizadas de las personas <strong>sobre</strong><br />
las que hay que intervenir?<br />
En efecto, aunque puede parecer paradójico,<br />
es más fácil conceptualizar –y posiblemente<br />
hasta intervenir- <strong>sobre</strong> prácticas marginales<br />
o claramente separadas de las conductas<br />
de la mayoría. Es el caso del Sida asociado<br />
al intercambio de jeringuillas entre<br />
heroinómanos. Pero todo se vuelve mucho<br />
más problemático cuando se trata de actuar<br />
<strong>sobre</strong> prácticas culturales legitimadas por la<br />
mayoría que son cada vez más habituales,<br />
asociadas a la diversión y al éxito social, y<br />
que además son muchas veces lideradas por<br />
la elite social. Hay que contar con que<br />
muchos de estos jóvenes están dotados de<br />
importantes habilidades sociales lo cual les<br />
posibilita minimizar en gran parte las consecuencias<br />
negativas que pueden tener para<br />
ellos el consumo de <strong>drogas</strong>, contribuyendo a<br />
crear una imagen de banalidad <strong>sobre</strong> las conductas<br />
de abuso. Pensamos que todo ello<br />
representa para muchos adultos e incluso<br />
profesionales un cierto espejismo que les<br />
dificulta ver más allá del éxito y la alegría<br />
inmanente a estas prácticas sociales.<br />
Aparte de las medidas represivas, podemos<br />
hablar básicamente de dos tipos de respuesta<br />
preventivas a esta situación. Una sería<br />
continuista de la prevención primaria clásica<br />
(escolar <strong>sobre</strong> todo) que se ha venido realizando<br />
desde hace unas cuantas décadas. Se<br />
trata de intervenir <strong>sobre</strong> los indicadores o factores<br />
de riesgo clásicos (baja autoestima, clarificación<br />
de valores, asertividad, marginalidad,…).<br />
Este tipo de prevención no tiene<br />
muchas veces suficientemente en cuenta las<br />
nuevas condiciones de socialización y de inicio<br />
de los consumos por parte de los jóvenes<br />
en el contexto recreativo. Y, además, se suelen<br />
realizar antes de que los jóvenes estén<br />
precisamente decidiendo <strong>sobre</strong> sus conductas<br />
de consumo. Tienen a su favor que llevan<br />
años practicándose y existe abundante literatura<br />
científica, que existen evaluaciones de<br />
resultados, que, en definitiva, se sabe bastante<br />
lo que funciona y lo que no funciona.<br />
Por otro lado, están teniendo mucho éxito<br />
últimamente en la prevención del uso recreativo<br />
de <strong>drogas</strong> entre muchos profesionales<br />
aquellos acercamientos basados en el modelo<br />
de la reducción del daño, importado de las<br />
prácticas terapéuticas realizadas con los<br />
heroinómanos. Se basan en general en dar<br />
Calafat, A.; Juan, M. 263