24.12.2014 Views

Alegraos nº 5

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Página 5 <strong>Alegraos</strong> Diciembre 2014<br />

hizo famoso. C. S. Lewis, gran amigo de Tolkien, le animó a publicar<br />

el libro tras leerlo en las tertulias literarias que un grupo de amigos<br />

celebraban en Oxford. Como ya hemos dicho, la primera versión del<br />

libro vio la luz en 1937, y fue tal su éxito que los editores no tardaron<br />

en pedir a Tolkien una segunda parte.<br />

Sin embargo, en esos años, la mitología se había desarrollado<br />

lo suficiente como para que Tolkien viera que el tono infantil de “El<br />

hobbit” encajaba cada vez menos en el resto. Él quería seguir trabajando<br />

en “El Silmarillion”, pero a la editorial no le gustó el borrador.<br />

Fue entonces cuando se produjo el gran cambio: Tolkien “descubrió”<br />

que el anillo de Bilbo era, realmente, el Anillo único forjado por Sauron<br />

para dominar la Tierra Media a través del pecado; un objeto que<br />

sólo obedece a su amo y que siempre, incluso cuando se usa con buena<br />

intención, corrompe a quien lo utiliza. Por eso tuvo que reescribir<br />

algunas partes de la primera obra, para que el conjunto de “El hobbit”<br />

y “El Señor de los anillos” tuviera sentido.<br />

Lo más curioso es precisamente eso, que no fue algo que Tolkien<br />

se inventara, sino que la misma historia le llevó, como insistía él<br />

siempre, a descubrir. Él entendía así la creación literaria, sobre todo<br />

en el terreno de la fantasía. “Creo que las leyendas y los mitos están<br />

en gran medida hechos de verdad”. Es decir, por mucho que los protagonistas<br />

sean orcos, enanos, elfos o dragones, si el narrador es bueno,<br />

“lo que se relata está en consonancia con las leyes de ese mundo”.<br />

SANTA TERESA DE JESÚS<br />

El libro de la Vida<br />

Es el primero que escribe santa Teresa<br />

de Jesús, el más espontáneo y fresco, fiel<br />

reflejo de su personalidad y de su experiencia<br />

humana y sobrenatural.<br />

Escrito en 1562, es una biografía<br />

tanto interna como externa, pues además<br />

de describir acontecimientos mundanos,<br />

también nos relata sus experiencias<br />

espirituales y nos enseña a orar. Es más, muy<br />

a menudo convierte su relato en una oración.<br />

CAPÍTULO 3: Trata cómo las buenas compañías le ayudaron<br />

a despertar buenos deseos.<br />

1. Comenzando a gustar de la buena y santa conversación<br />

de esta monja , me gustaba oír lo bien hablaba de Dios, porque era<br />

muy discreta y santa. Esto, a mi parecer, en ningún tiempo dejé de<br />

alegrarme de oírlo. Me comenzó a contar cómo ella había venido<br />

a ser monja sólo por leer lo que dice el evangelio: Muchos son los<br />

llamados y pocos los escogidos (cf. Mt 20,16). Me decía también<br />

el premio que daba el Señor a los que lo dejan todo por Él (cf. Mt<br />

19,28).<br />

Comenzó esta buena compañía a desterrar las costumbres<br />

que había hecho la mala y a volver a poner en mi pensamiento deseos<br />

de las cosas eternas y a quitar algo la gran enemistad que tenía<br />

de ser monja, que se me había puesto grandísima. Y si veía alguna<br />

persona llorar cuando rezaba, u otras virtudes, me daba mucha envidia;<br />

porque era tan duro mi corazón en este caso que, si leyera<br />

toda la Pasión, no llorara una lágrima. Esto me causaba pena.<br />

2. Estuve año y medio en este monasterio muy mejorada.<br />

Comencé a rezar muchas oraciones vocales y a procurar que todas<br />

me encomendasen a Dios, para que me diese el estado [de vida]<br />

en que le había de servir. Pero todavía deseaba que no fuese ser<br />

monja, aunque también temía el casarme.<br />

CAPÍTULO 9: La conversión de Santa Teresa<br />

1. Ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban<br />

descansar las ruines costumbres que tenía. Me sucedió que,<br />

entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído<br />

para guardar allí, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía<br />

en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, al mirándola,<br />

me turbé toda al verle así, porque representaba bien lo que<br />

pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido<br />

aquellas llagas, que el corazón me parece que se me partía,<br />

y me arrojé junto a Él con grandísimo derramamiento de lágrimas,<br />

suplicándole que me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle.<br />

2. Era yo muy devota de la gloriosa Magdalena y muchas<br />

veces pensaba en su conversión, en especial cuando comulgaba,<br />

pues como sabía que estaba allí ciertamente el Señor dentro de<br />

mí, me ponía a sus pies, pareciéndome que no eran de desechar<br />

mis lágrimas. Y no sabía lo que decía, que harto hacía quien por sí<br />

me las consentía derramar, pues tan pronto se me olvidaba aquel<br />

sentimiento. Y me encomendaba a esta gloriosa Santa para que me<br />

alcanzase perdón.<br />

3. Pero esta última vez esta imagen que digo, me parece que<br />

me aprovechó más, porque estaba ya muy desconfiada de mí y ponía<br />

toda mi confianza en Dios. Me parece que le dije entonces que<br />

no me levantaría de allí hasta que hiciese lo que le suplicaba. Creo<br />

de veras que me aprovechó, porque fui mejorando mucho desde<br />

entonces.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!