estados unidos - Reporte Indigo
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mundo<br />
Para aquellos que creen que<br />
Barack Obama es un político<br />
distinto –más honesto, más<br />
valiente–, por favor no analicen<br />
a fondo el presupuesto de<br />
su administración. Si lo hacen, pueden llegar<br />
a la triste conclusión de que se parece<br />
a otros presidentes, sobre todo a John F.<br />
Kennedy, en un aspecto esencial. No gravará<br />
a los electores por todos los servicios<br />
que quieren recibir del gobierno. Ése es el<br />
principal motivo por el que hemos tenido<br />
déficits presupuestales en 43 de los últimos<br />
48 años.<br />
Obama es pretencioso. No para de decir<br />
que está cumpliendo cosas que realmente<br />
no está haciendo, y lo hace confiando en<br />
que su poderosa retórica puede ocultar la<br />
diferencia.<br />
Ha convertido la “responsabilidad” en<br />
un tema personal. El lema del presupuesto<br />
es “Una nueva era de responsabilidad”.<br />
Dice que el presupuesto empieza “con la<br />
adopción de las decisiones difíciles que<br />
sean necesarias para restaurar la disciplina<br />
fiscal”. No es así.<br />
Con la economía colapsada, los grandes<br />
Obama es pretencioso.<br />
No para de decir que<br />
está cumpliendo cosas<br />
que realmente no está<br />
haciendo.<br />
déficits serán inevitables por algunos años.<br />
Pero supongamos que Obama es reelegido.<br />
Para su último año, 2016, la economía<br />
presumiblemente ya se habrá recuperado.<br />
¿Cómo lucirá su presupuesto final<br />
Bueno, tendrá un déficit de 637 mil millones<br />
de dólares, equivalente a 3.2 por ciento<br />
del Producto Interno Bruto, según las<br />
proyecciones de la Oficina de Administración<br />
y Presupuesto del Presidente. Esa<br />
cifra coincidiría con la del último déficit<br />
de Ronald Reagan –3.1 por ciento del PIB<br />
en 1988–, que fue tan ferozmente criticado<br />
por los demócratas.<br />
Como sociedad, deberíamos pagar con<br />
impuestos los servicios que al gobierno<br />
le cuesta proveer. Si los beneficios no son<br />
proporcionales a lo que pagamos, entonces<br />
no vale la pena incurrir en el gasto.<br />
(Excepciones: déficits en épocas de guerra<br />
y recesiones económicas).<br />
Si Obama fuera “responsable”, podría<br />
tener una conversación honesta sobre el<br />
papel del gobierno. ¿Quién merece apoyo y<br />
por qué ¿Cuánto puede crecer el gobierno<br />
antes de que los impuestos y déficits deterioren<br />
el crecimiento económico Aunque