estados unidos - Reporte Indigo

ARMAS: EL OTRO TRÁFICO
En Texas basta tener una licencia de manejar y ser
mayor de edad para comprar un arma de asalto de alto
poder como la AK-47. O incluso una granada. Es para
defensa personal, dicen.
Pero esa legislación, promovida durante la administración de George
W. Bush, es hoy el mejor aliado de los traficantes de armas. Los que
terminan contrabandeándolas a México y colocándolas entre los cárteles.
Alimentan de armas y municiones a unos y otros. Ésa es la otra cara
de la guerra que se libra en México, pero viene de Estados Unidos.
El presidente del Subcomité sobre Crimen y Drogas del Comité
Judicial del Senado, el demócrata Dick Durbin, ya lo reconoció. Dijo
que Estados Unidos debe hacer algo para contener el flujo de armas
hacia México.
También lo hizo la senadora demócrata Dianne Feinstein. Calificó
como “inaceptable que 93 por ciento de las armas decomisadas en
México procedan de Estados Unidos”.
Y ya se plantea la necesidad de que su gobierno haga algo para
impedir ese tráfico de armas, que ya alcanza proporciones alarmantes.
El problema empieza a tomar proporciones alarmantes. Ahora
los cárteles no sólo cuentan con las clásicas metralletas de antaño.
Sus ejércitos de sicarios también están pertrechados con armamento
capaz de hacer frente a las milicias mexicanas. Lo mismo tienen
ametralladoras de alto calibre que granadas
y hasta misiles.
Por eso, esta misma semana fueron enviados
a la frontera 37 elementos de la Agencia
para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas
de Fuego.
Por eso, Rick Perry, gobernador de Texas,
pidió hace unas semanas un refuerzo de mil
soldados. Para tratar de frenar la creciente
ola de asesinatos al sur de la frontera.
Por eso también los planes que ya están
en operación por parte de las fuerzas armadas
de Estados Unidos.
El propio general de la Fuerza Aérea,
Gene Renuart, quien en su calidad de
jefe del Comando Norte supervisa los
intereses militares de Estados Unidos
en ambos lados de la frontera, lo reconoció
así esta semana.
Declaró que las fuerzas armadas norteamericanas
ya colaboran con el gobierno
mexicano aportándole entrenamiento y
fuerzas militares en la frontera.
Consultado para que diera su opinión
sobre la situación que prevalece en México,
se limitó a decir: “No diré que están perdiendo”.
Sería injusto si lo hiciera. Los rivales se
surten de armas allá. No es un juego limpio.