estados unidos - Reporte Indigo

mundo
La confianza (muy poca) y la incertidumbre
(demasiada) definen esta crisis. La
doble retórica de Obama reduce la primera
y aumenta la segunda. Dice estar concentrado
en reanimar la economía, pero también
está utilizando la crisis para desarrollar
un ambicioso programa de largo plazo.
Ambos objetivos a veces chocan.
El “estímulo” de 787 mil millones de
dólares es débil porque casi 200 mil millones
de dólares destinados a los proyectos
más grandes (ferrocarriles de alta velocidad,
historiales médicos computarizados)
serán ejercidos después de 2010. Cuando
el Congreso debata las amplias propuestas
de asistencia médica y energía de Barack
Obama, se enfrentarán las filosofías de las
industrias, las regiones y el gobierno. ¿Esto
mejorará la confianza ¿Reducirá la incertidumbre
Un mandatario prudente habría tomado
una “decisión difícil”: concentrarse en
la economía y dejar para después sus programas
más cuestionados. De igual manera,
Obama dice buscar el bipartidismo,
pero en la práctica no lo hace. Su bipartidismo
consiste en incluir a unos cuantos
Un mandatario
prudente habría
tomado una decisión
difícil: concentrarse
en la economía y
dejar para después
sus programas más
cuestionados.
republicanos en su gabinete e invitar a
algunos congresistas a ver el Súper Tazón
en la Casa Blanca.
No busca diseñar propuestas que puedan
atraer el apoyo bipartidista. En cambio,
se aferra a políticas dudosas y partidistas
(modificaciones a las hipotecas y
mecanismos de afiliación a los sindicatos)
que generan una feroz oposición.
Obama cree que puede ignorar estas
flagrantes inconsistencias. Como mucha
gente inteligente, piensa que puede arreglar
sus problemas tan sólo con hablar.
Quizá. Gran parte de los medios, que parecen
cautivados por él y no ven las contradicciones
obvias, lo ayudan.
Durante la campaña, dijo que cambiaría
el partidismo mezquino de Washington,
pero defendió una agenda sumamente
partidista. Ambas posiciones no pueden
ser ciertas. Los medios apenas lo notaron,
y sigue ocurriendo lo mismo ahora. Pero
Obama aún corre un riesgo: que su elaborada
retórica pierda poder y tenga un efecto
boomerang.
© 2009, Washington Post Writers Group