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Eventos finales y la primera cena<br />
Comenzamos a caminar de nuevo y Jesús me dice lo siguiente. Él ha<br />
preguntado si hallará fe cuando regrese. Dios les ha pedido a<br />
muchos profetas hacer cosas que nunca se les pide a otros que<br />
hagan. Ésas son señales de fe. Moisés, Abraham, Ezequiel, Isaías,<br />
Oseas, Elías y Juan el Bautista son algunos de los profetas a<br />
quienes se les pidió que mostrasen fe. Jesús dice que yo he<br />
mostrado fe al compartir fielmente los mensajes de Dios, incluyendo<br />
las amonestaciones.<br />
Nos detenemos de nuevo, y Jesús se dirige hacia mí y enfatiza que<br />
los que hablan y hacen cosas en contra de los profetas de Dios, los<br />
que pisotean sus mensajes y esparcen mentiras y acusaciones<br />
falsas, estarán en pie para recibir su ira. 35 Pronto se derramará su ira<br />
sobre la faz de la tierra.<br />
Entonces, Jesús habla de los críticos mencionados en el primer tomo<br />
del libro la VERDAD, toda la VERDAD y solamente la VERDAD. Dice<br />
que esos individuos todavía tienen tiempo para confesar y<br />
arrepentirse de haber hablado en contra de los mensajes de Dios. Si<br />
no lo hacen y contristan al Espíritu Santo, entonces lo que voy a ver<br />
a continuación ocurrirá. Se les ha pedido muchas veces que se<br />
arrepientan, y han tenido la oportunidad de hacerlo. Sin embargo, a<br />
En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus<br />
mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías. Así<br />
como Juan el Bautista, al preparar un pueblo para el primer<br />
advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez<br />
Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: “Temed a<br />
Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”.<br />
Debemos esforzarnos en preparar el camino para el segundo<br />
advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías<br />
el profeta y a Juan el Bautista.<br />
35 Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 420<br />
Como nunca antes, debemos orar no sólo que sean enviados obreros<br />
al gran campo de la mies, sino pedir un claro concepto de la verdad,<br />
a fin de que cuando lleguen los mensajeros de la verdad podamos<br />
aceptar el mensaje y respetar al mensajero.<br />
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