Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Eventos finales y la primera cena<br />
General de los Adventistas del Séptimo Día. El pie de foto dice, “La<br />
ira de Dios sobre una secta malvada”. En letras más pequeñas dice<br />
que Dios derramó su ira sobre una secta que rehúsa adorar en el día<br />
santo de Dios, el domingo. Cuando miro alrededor, veo noticias<br />
nacionales e internacionales que dicen lo mismo.<br />
El Heraldo y yo ascendemos un poco más por el aire, y él me explica<br />
que lo que voy a ver ahora son sucesos que ocurren rápidamente<br />
durante varias semanas. Veo iglesias adventistas que no recibieron<br />
daño alguno. Muchos de los miembros huyen de las iglesias. 37 Se<br />
establecen sitios donde los miembros sobrevivientes pueden pedir el<br />
traslado de su membrecía a cualquier iglesia que guarde el domingo.<br />
Programas de entrevistas presentan a ciertos miembros, quienes<br />
dicen que creyeron las enseñanzas adventistas porque fueron<br />
engañados. Dicen que ahora, gracias a la ira de Dios, comprenden<br />
que deben guardar como día de reposo, el primer día de la semana.<br />
Quedo asombrado al ver a algunos que reconozco. Fueron<br />
predicadores adventistas, y proclamaron que el verdadero sábado de<br />
la Biblia es el séptimo día. Ahora, vilipendian el nombre Adventista<br />
del Séptimo Día. El Heraldo se dirige hacia mí y dice que ese nombre<br />
fue inspirado por el Espíritu Santo. Ése no es un nombre cualquiera<br />
escrito sobre un edificio. Los edificios pueden ser destruidos, pero<br />
nadie puede destruir el nombre escrito en los corazones de los<br />
verdaderos creyentes de Dios. Esos individuos también tendrán el<br />
nombre de Dios escrito en sus frentes.<br />
Ahora veo iglesias adventistas que hablan otros idiomas en todas<br />
partes del mundo. Los miembros huyen de ellas, sacan de sus<br />
corazones el nombre Adventista del Séptimo Día, y escriben otro<br />
nombre. Miro al Heraldo y le pregunto si no queda nadie que<br />
conserve en su corazón el nombre Adventista del Séptimo Día. Me<br />
dice que mire con atención. Cuando vuelvo a mirar hacia abajo, veo<br />
a grupos pequeños que se reúnen en hogares, en iglesias alquiladas,<br />
37 El Conflicto de los Siglos, p. 666<br />
Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron<br />
creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados<br />
por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e irán a engrosar<br />
las filas de la oposición.<br />
201