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<strong>Alejandro</strong> González-<strong>Geell</strong><br />
Si por un momento me molestó que lo hiciera, enseguida<br />
lo racionalicé “¿y por qué no pue<strong>de</strong> mirarla”. Y<br />
para salir <strong>de</strong> aquel embrollo que amenazaba con apropiarse<br />
<strong>de</strong> mi cabeza, le dirigí la palabra a ella.<br />
—Dánae, tú entras por allí—dije y le señalé el sitio<br />
con el brazo extendido—Te sientes segura... avanzas con<br />
elegancia y buscas discretamente con la mirada... Larry<br />
estará sentado en esta mesa... Tú le verás primero y sin<br />
vacilar te diriges hacia él...—le explicaba, haciendo las<br />
pausas necesarias para dar énfasis a las indicaciones.<br />
—Entro, avanzo... ¿y cuánto tardo en ver a Pablo—<br />
me preguntó para asegurarse <strong>de</strong> la intencionalidad que<br />
<strong>de</strong>bía imponer a su rol.<br />
A pesar <strong>de</strong> ser una pregunta que no me hubiera contrariado<br />
en otra circunstancia,-(porque era lógica)-, me irritó<br />
que me la hiciera. Precisamente ella; sobre todo, porque<br />
era <strong>Estela</strong>, y <strong>de</strong>bía saber cómo hacerlo.<br />
—¡No, <strong>Estela</strong>, no!... ¡Lo ves casi enseguida... apenas<br />
entras en el Café!—le respondí alzando la voz y asomando<br />
mi rabia. Dánae se cohibió.<br />
—Está bien... perdona...—dijo, bajando la cabeza con<br />
una actitud débil que contrastaba con la que lucía como<br />
<strong>Estela</strong>.<br />
Me pareció que Larry pudo notar que algo ajeno al<br />
rodaje nos ocurría. Por fortuna, Pedro vino y anunció que<br />
todo estaba listo para rodar. Con la templanza como disfraz<br />
le or<strong>de</strong>né que empezáramos cuanto antes. Pedro dio<br />
las indicaciones, los técnicos se hicieron con sus puestos<br />
y los figurantes se movieron para ocupar sus puestos en<br />
las mesas <strong>de</strong>l salón. Otros colaboradores ayudaron a éstos<br />
últimos a encontrar las posiciones que con antelación habían<br />
sido <strong>de</strong>terminadas. Pablo y <strong>Estela</strong> también fueron a<br />
ocupar las suyas.<br />
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