los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana - Cholonautas
los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana - Cholonautas
los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana - Cholonautas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
puedo mirarlo de nuevo a <strong>la</strong> mañana sigui<strong>en</strong>te, y de nuevo expresará para mí <strong>la</strong> ira <strong>del</strong><br />
hombre que lo arrojó. Más aún, pued<strong>en</strong> v<strong>en</strong>ir otros hombres a mirarlo y llegar a <strong>la</strong> misma<br />
conclusión. En otras pa<strong>la</strong>bras, el cuchillo c<strong>la</strong>vado <strong>en</strong> <strong>la</strong> pared de mi habitación se ha<br />
convertido <strong>en</strong> un constituy<strong>en</strong>te objetivam<strong>en</strong>te accesible de <strong>la</strong> realidad que comparto con mi<br />
adversario y con otros hombres. Es de presumir que el cuchillo no se fabricó con el solo<br />
propósito de que fuese arrojado contra mí. Pero expresa una int<strong>en</strong>ción subjetiva de<br />
viol<strong>en</strong>cia, motivada ya sea por <strong>la</strong> ira o por consideraciones utilitarias, como matar para<br />
conseguir comida. El arma que objeto <strong>en</strong> el mundo real sigue expresando una int<strong>en</strong>ción<br />
g<strong>en</strong>eral de cometer viol<strong>en</strong>cia que cualquiera que conozca un arma puede reconocer. El<br />
arma, pues, es tanto un producto humano como una objetivación de <strong>la</strong> subjeti<strong>vida</strong>d<br />
humana.<br />
La realidad de <strong>la</strong> <strong>vida</strong> <strong>cotidiana</strong> no solo está ll<strong>en</strong>a de objetivaciones, sino que es<br />
posible únicam<strong>en</strong>te por el<strong>la</strong>s. Estoy rodeado todo el tiempo de objetos que "proc<strong>la</strong>man" <strong>la</strong>s<br />
int<strong>en</strong>ciones subjetivas de mis semejantes, aunque a veces resulta difícil saber con<br />
seguridad qué "proc<strong>la</strong>ma" talo cual objeto <strong>en</strong> particu<strong>la</strong>r, especialm<strong>en</strong>te si lo han producido<br />
hombres que no he podido llegar a conocer bi<strong>en</strong> o <strong>del</strong> todo, <strong>en</strong> situaciones cara a cara.<br />
Cualquier etnólogo o arqueólogo confirmará de bu<strong>en</strong>a gana estas dificultades, pero el<br />
hecho mismo de que puede superar<strong>la</strong>s y reconstruir a partir de un artefacto <strong>la</strong>s int<strong>en</strong>ciones<br />
subjetivas de hombres cuyas civilizaciones se han extinguido hace tal vez mil<strong>en</strong>ios es<br />
prueba elocu<strong>en</strong>te <strong>del</strong> poder de resist<strong>en</strong>cia de <strong>la</strong>s objetivaciones humanas.<br />
Un caso especial de objetivación, pero que ti<strong>en</strong>e importancia crucial es <strong>la</strong><br />
significación, o sea, <strong>la</strong> producción humana de signos. Un signo puede distinguirse de otras<br />
objetivaciones por su int<strong>en</strong>ción explícita de servir como indicio de significados subjetivos.<br />
Por cierto que todas <strong>la</strong>s objetivaciones son susceptibles de usarse como signos, aun cuando<br />
no se hubieran producido con tal int<strong>en</strong>ción originariam<strong>en</strong>te. Por ejemplo, un arma puede<br />
haberse fabricado, originariam<strong>en</strong>te con el propósito de cazar animales, pero más tarde<br />
(como, por ejemplo, <strong>en</strong> el uso ritual) puede convertirse <strong>en</strong> signo de agresi<strong>vida</strong>d y viol<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Exist<strong>en</strong>, no obstante, ciertas objetivaciones destinadas originaria y<br />
explícitam<strong>en</strong>te a servir de signos. Por ejemplo, <strong>en</strong> vez de arrojarme un cuchillo (acto que<br />
llevaba presumiblem<strong>en</strong>te <strong>la</strong> int<strong>en</strong>ción de matarme, pero que podría admitirse que tuviera <strong>la</strong><br />
so<strong>la</strong> int<strong>en</strong>ción de significar esa posibilidad) , mi adversario podría haber pintado una cruz<br />
negra sobre mi puerta como signo, supongamos, de que ahora ya estamos oficialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
pie de <strong>en</strong>emistad. Dicho signo, que no ti<strong>en</strong>e más propósito que el de indicar el significado<br />
subjetivo de qui<strong>en</strong> lo hizo, se da también <strong>en</strong> <strong>la</strong> realidad común que él y yo compartimos<br />
con otros hombres. Reconozco su significado al igual que otros hombres, y sin duda está al<br />
alcance <strong>del</strong> que lo produce como "recordación" objetiva de su int<strong>en</strong>ción originaria. De lo<br />
dicho surgirá c<strong>la</strong>ram<strong>en</strong>te que hay una gran fluidez <strong>en</strong>tre el uso instrum<strong>en</strong>tal y el uso<br />
significativo de ciertas objetivaciones. No es preciso que nos ocupemos aquí <strong>del</strong> caso de <strong>la</strong><br />
magia, <strong>en</strong> el que se da una combinación muy interesante de ambos usos.<br />
Los signos se agrupan <strong>en</strong> una cantidad de sistemas. Así pues, exist<strong>en</strong> sistemas de<br />
signos gesticu<strong>la</strong>torios, de movimi<strong>en</strong>tos corporales pautados, de diversos grupos de<br />
artefactos materiales, y así sucesivam<strong>en</strong>te. Los signos y <strong>los</strong> sistemas de signos son<br />
objetivaciones <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que son accesibles objetivam<strong>en</strong>te más allá de <strong>la</strong> expresión<br />
de int<strong>en</strong>ciones subjetivas "aquí y ahora". Esta "separabilidad" de <strong>la</strong>s expresiones de<br />
subjeti<strong>vida</strong>d inmediatas se da también <strong>en</strong> <strong>los</strong> signos que requier<strong>en</strong> <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> cuerpo<br />
como mediador. De esa manera, ejecutar una danza que ti<strong>en</strong>e int<strong>en</strong>ción agresiva es algo<br />
completam<strong>en</strong>te distinto de gruñir o apretar <strong>los</strong> puños <strong>en</strong> un acceso de cólera. Estas últimas<br />
acciones expresan mi subjeti<strong>vida</strong>d "aquí y ahora", mi<strong>en</strong>tras que <strong>la</strong> primera puede separarse<br />
por completo de dicha subjeti<strong>vida</strong>d; tal vez no me si<strong>en</strong>ta colérico ni agresivo <strong>en</strong> absoluto,<br />
12