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acarreadores de fruta llegan a tener un salario de 1,990 lempiras semanales,<br />
trabajando incluso hasta los días domingos, los horarios son de las 6 de la<br />
mañana hasta 6 o 7 de la noche, debido a que el trabajo es a destajo o por<br />
contrato no hay pago de horas extras. Los corteros de fruta devengan un<br />
salario de 1,200 lempiras a la semana trabajando hasta los días domingos, su<br />
horario es de 8 horas, los domingos se paga como un día normal, al final de su<br />
contrato o temporada, reciben una bonificación de entre 10 hasta 12,000<br />
lempiras, en algunas empresas se paga un bono proporcional por<br />
productividad.<br />
En los últimos años se ha venido contratando mujeres, estas trabajan regando<br />
fertilizante, trabajan 8 horas diarias incluso los días domingos y llegan a<br />
devengar un salario de 1,200 lempiras a la semana, principalmente en el sector<br />
norte estas fincas están certificadas por Rainforest. (Anónimo, Trabajador San<br />
Alejo Progreso, Comunicación personal, Junio 11, 2014)<br />
b. Melón<br />
La industria melonera en Centroamérica toma fuerza a inicios de los años 80´s,<br />
cuando la empresa Chiquita finaliza una extensiva investigación científica en<br />
Honduras para conformar un programa completo de actividades de campo en<br />
aspectos de producción y pos-cosecha. Esto permitió a esta transnacional<br />
tomar la delantera en el mercado americano, al reclutar productores<br />
independientes de la zona de Choluteca y Valle que bajo la supervisión de sus<br />
técnicos fueron entrenados en la producción de melón para posteriormente<br />
comprar su cosecha. La empresa nunca sembró sus propias parcelas<br />
solamente fortaleció y modernizó sus empacadoras en las diferentes zonas de<br />
la región, sin embargo dejó un legado de Buenas Prácticas Agrícolas y una<br />
conciencia de Calidad. (Galindo Mayorga, Medardo, 2005).<br />
Empero (Galindo Mayorga, Medardo, 2005), la estrategia de acopio de Chiquita<br />
se vio reducida, cuando la industria creció exponencialmente a inicios de los<br />
90´s. En esos tiempos otros compradores de Estados Unidos ya habían<br />
comenzado un agresivo posicionamiento de las zonas productivas<br />
de Zacapa en Guatemala, y no solo compraban la cosecha sino que también<br />
ofrecían otras prerrogativas como apoyo financiero y asistencia técnica<br />
personalizada. Estas nuevas empresas encontraron también en Honduras un<br />
campo fértil, con productores entrenados y dotados de amplios conocimientos<br />
en la producción de melones de excelente calidad.<br />
Es entonces que comienza la competencia de los melones, y entran varios<br />
jugadores al campo de la exportación. Se forman, con apoyo de organismos<br />
internacionales, grupos de productores como CREHSUL, en Choluteca;<br />
COAGROVAL y la Cooperativa Algodonera del Sur en Valle; productores<br />
independientes dentro de los que se destacaron Andrés Lardizábal,<br />
Mauro Suazo Ávila (también comercializador) y Miguel Ángel Molina Pineda,<br />
quien con el apoyo de socios compradores logró posicionarse y crecer.<br />
También entraron a mediados de los años 90 otras empresas de capital mixto<br />
como Hondex (hondureño-israelí) y Excosur (hondureño- guatemaltecoamericano)<br />
y transnacionales como Agrointernacional, subsidiaria de la<br />
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