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¿Qué es el síndrome<br />
de Guillain-Barré<br />
anteS De toDo La luna de miel recién comenzaba; los esperaba una pesadilla<br />
“Martín estaba encerrado en su propio cuerpo”, resume<br />
Carolina. Su marido siempre hizo deporte,<br />
tuvo una vida sana y nunca fumó. Este síndrome autoinmune,<br />
que afecta a 1 de cada 200 mil personas,<br />
es un trastorno en el que el sistema inmunológico<br />
del cuerpo ataca parte del sistema nervioso periférico.<br />
La pérdida de reflejos, los hormigueos en las<br />
extremidades y la aparición de una visión borrosa<br />
son los primeros síntomas en manifestarse.<br />
En muchos capítulos de Dr. House aparece esta<br />
enfermedad como uno de los diagnósticos preliminares.<br />
El síndrome ataca un sexo u otro por igual<br />
y es más común entre personas de 30 a 50 años.<br />
En el caso de Martín Renzacci, fueron dos meses<br />
de internación en Australia. Luego continuó su tratamiento<br />
en la Clínica Bazterrica y su rehabilitación<br />
en la Cínica Ulme. Aún sigue siendo atendido<br />
por fisiatras para recuperar su calidad de vida. No<br />
existe, por el momento, cura para el síndrome y la<br />
recuperación puede demorar meses o años.<br />
38<br />
ces buscaron la ayuda de Manuel Lozano,<br />
de 27 años, uno de los líderes sociales más<br />
influyentes de nuestro país, que trabajó con<br />
ellos para que ese dinero llegase a obras de<br />
distintos puntos del país.<br />
Martín y Carolina ayudan con su palabra<br />
y su compañía a aquellos que padecen<br />
el extraño síndrome. Además, él se ha ido<br />
reincorporando de a poco a su actividad<br />
laboral y sueña con volver a jugar al básquetbol<br />
algún día. “Recién ahora estamos<br />
disfrutando como pareja. Y ya tenemos ganas<br />
de volver a pensar en tener chicos. Esto<br />
ocurrió en nuestro mejor momento y nos<br />
hizo más fuertes", admite Martín.<br />
Carolina es psicóloga. “Seguramente mi<br />
profesión dio algunas herramientas para<br />
Contar la experiencia<br />
Despertar en Tasmania es mucho más<br />
que un registro de las experiencias del<br />
matrimonio durante la enfermedad<br />
de Martín. Es una travesía por los orígenes<br />
y los rincones de una relación<br />
sólida en la que ambas partes se<br />
aferraron a vivir. “El único modo de<br />
salir adelante es no encerrarse en la<br />
tragedia, en mirar más allá y pensar<br />
que esto va a pasar pronto. No quiero<br />
que suene trillado, pero es la actitud<br />
más importante para superar todos<br />
los obstáculos”, opina Carolina.<br />
Cuando Martín estaba internado, Carolina comenzó<br />
a escribir lo que ocurría, para tener un registro<br />
de los hechos y para canalizar todas esas emociones.<br />
Cuando regresaron a Buenos Aires, esas<br />
páginas comenzaron a tomar otro vuelo. Carolina<br />
Caro estaba siempre conmigo. Desde las<br />
7 hasta la medianoche. Tuve que volver a<br />
aprender a hablar. Me sacaban el tubo de<br />
respiración y me ahogaba. Sabía que cuanto<br />
más me esforzara en recuperarme, más rápido<br />
me darían la posibilidad de regresar a<br />
la Argentina”, recuerda Martín.<br />
En la sala de espera de terapia intensiva<br />
Carolina conoció a una mujer, familiar de<br />
un paciente, que la ayudó a conseguir un<br />
departamento a un precio mínimo. “Los<br />
pocos argentinos que viven allí no dudaron<br />
en acercarse a mí. El matrimonio de Juan<br />
e Inés Pacheco y otra pareja amiga suya<br />
me dejaban la cena en el hospital todas las<br />
noches. Esa era casi mi única ingesta del<br />
día”, cuenta Carolina.<br />
Finalmente, y tras dos meses de internación,<br />
los Renzacci recibieron la noticia<br />
de que podrían regresar a su país. Debían<br />
abordar una avioneta que los llevaría a Sydney<br />
y luego un avión sanitario rumbo a la<br />
Argentina, en un viaje de 13 horas. Era el<br />
principio de un final feliz.<br />
Martín hoy luce un rosario de plata en el<br />
cuello y Carolina lleva uno como pulsera,<br />
ambos con el mismo diseño. El matrimonio<br />
los compró durante la primera salida<br />
que tuvieron en Buenos Aires luego del período<br />
de internación en Buenos Aires, que<br />
se prolongó durante un mes más. “Estoy<br />
bautizado y me casé por iglesia, pero no<br />
tuve una educación religiosa. Después de<br />
la enfermedad me aferré a algo que me hace<br />
estar más fuerte”, dice.<br />
En Buenos Aires se encontraron además<br />
con una novedad: se habían recaudado más<br />
fondos de los necesarios, pues el gobierno de<br />
Australia les subsidió, antes de su partida,<br />
parte de la internación y el regreso. Entonafrontar<br />
situaciones difíciles así como el haber<br />
hecho terapia tanto tiempo. Pero creo que<br />
también tiene que ver con la personalidad de<br />
cada uno, y además tuve una enorme contención<br />
familiar y de mis amigos. Soy una persona<br />
positiva y eso también sumó”, dice.<br />
La pareja habla de la resiliencia, aquel<br />
otro antídoto que no se encuentra en el vademécum.<br />
“Es la capacidad que tenemos los<br />
seres humanos de convertir algo malo en<br />
algo bueno. En vez de quedarme resentido y<br />
preguntándome por qué esto me pasó a mí,<br />
después del coma empecé a pensar en estar<br />
bien, en las próximas vacaciones.”<br />
El matrimonio encontró este mecanismo<br />
de autosuperación en la ayuda a los demás.<br />
El de Martín Renzacci se convirtió en el caso<br />
decidió no regresar a su trabajo<br />
para cuidar a Martín y juntos fueron<br />
dándole forma a un proyecto que les<br />
pareció entretenido, tal como ellos<br />
califican a ese proceso de escritura.<br />
“Contar nuestra historia nos sirvió<br />
para terminar de elaborar todo lo que<br />
nos había pasado, para escucharnos”,<br />
dice él, cuya voz –salvo en los capítulos<br />
en los que se encuentra en coma–<br />
es la que predomina en el libro.<br />
Con la ayuda del periodista Alejandro<br />
Gorenstein, epílogo de Manuel Lozano<br />
y prólogo de Andy Kusnetzoff, que los entrevistó<br />
poco después de que regresaran al país, el matrimonio<br />
presentará Despertar en Tasmania (Del<br />
Nuevo Extremo) mañana, a las 18, en El Ateneo<br />
(Florida 340), con entrada libre y gratuita.