Septiembre Nº 142 - Biblioteca Virtual El Dorado
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OCTAVIO MENDEZ PEREIRA<br />
Por Rodrigo Miró<br />
(P¡l\abras !Jl'onulielarlaij en el aet" inaugural de la Seniaiia ..11 Homeiiaje a<br />
Oetavio lVcnrlez Pereira, organizada por la AsoeiadÓii de MUjPI"~H llnivBr_<br />
sitarlas de I'aiiaiiá, la noche riel io Üe julio prÓximo ¡Ja~ado.)<br />
Agradezco a los organizadores de este homenaje la oportunidad<br />
que me permite intervenir. Y lo hago, a sabiendas de los riesgos que<br />
afronto, porqU2 no quiero rehusar tan gran honor. Creo además que<br />
el público reconocimiento del mérito ajeno es saludable gimnasia moral,<br />
ejercicio estimulante. Yesos significados concurren en el acto<br />
que ahora nos congrega. A zIlos agrego uno de orden estrictamente<br />
personal, porque en el caso de Octavio Méndez Pereira su quehacer,<br />
permanente esfuerzo dz panameñidad, es justo el tipo de fenómeno<br />
que desde hace años, con fines privados, estudio con el propósito de<br />
esclarecer una teoría d2 Panamá. Indagar en cuanto a las raíces de<br />
la nacionalidad, destacar las que alimentan su flora intelectual y artii-tica<br />
para luego fundamentar una acción enderezada a preservar y<br />
fortalec2r esas manifestaciones de nuestro ser colectivo fue la tarea<br />
que consumió la vida de Octavio Méndez Pereira, el afán al que consagró<br />
sus mejores energias. De ahí la trascendencia de su magisterio,<br />
qU2 a todos nos beneficia y obliga. Yo trataré de explicar aquí. si<br />
guiendo las etapas de su itinerario, los motivos de esa conducta<br />
* * ..<br />
Octavio Méndez Pereira pertenece a la primera generación de la<br />
R2pública, generación ilustre que cuenta entre sus unidades a hombres<br />
como Ricardo J_ Alfaro, Harmodio Arias, Jeptha ß. Duncan, Ri<br />
cardo Miró, etc. Víctimas en su adolescencia de la llamada guerra de<br />
los mil días, que trastornó el orden civil durante su mocedad y obligó<br />
a sus miembros más jóven2s a interrumpir estudios en el instante<br />
mif'mo en que se definen nuestras potencialidades mejores; ciudadanos<br />
casi en seguida de un Estado nacido en coyuntura dificilísima por<br />
razón de circunstancias contra las cua12s nada pudimos, para ellos el<br />
fomento de la instrucción popular devino a~piración irrenunciable, y el<br />
afirmarse en lo propio panameño una necesidad. De ahi la firme po<br />
lítica educacional, cristalina en sus metas naciona12s, de los primeros<br />
años republicanos, cuando paralelamente a la tarea de la escuela fe<br />
fomentó oficialmente la existencia d2 órganos como "<strong>El</strong> Heraldo del<br />
Istmo" 0£'04-1906) y "Nuevos Ritos" (1907-1915) y la creaciÓn de entidades<br />
como <strong>El</strong> Ateneo de Panamá (1907), y cuando Guilermo Andre-<br />
LOTERIA 5