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Excerpta N° 7 - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de Chile

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Nº 7, Enero 1997<br />

Mario Orellana Rodríguez: Historia <strong>de</strong> la Arqueología en <strong>Chile</strong><br />

Edison Otero Bello: Defensa <strong>de</strong>l Oficio Intelectual<br />

Sonia Montecino: Sol viejo, Sol vieja


Ricardo López Pérez: Constructivismo radical: <strong>de</strong> Protágoras a Waztlawick<br />

Sonia Montecino y María Elena Acuña (compiladoras): Diálogos sobre el Género<br />

Masculino en <strong>Chile</strong><br />

Germán Rozas: Pobreza y Desarrollo Local<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Chile</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N° 7<br />

Mario Orellana Rodríguez<br />

Historia <strong>de</strong> al Arqueología en <strong>Chile</strong><br />

Colección <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong><br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

I.S.B.N. 956-7003-34-3<br />

© Bravo y Allen<strong>de</strong> Editores<br />

Primera Edición, septiembre 1996<br />

El presente libro se propone relacionar,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva arqueológica, el<br />

presente con el pasado cultural y social<br />

chileno.<br />

El autor logra exponer científicamente<br />

una actividad que apasiona a muchas<br />

generaciones, tal es la <strong>de</strong> reconstruir los<br />

hechos <strong>de</strong>l pasado y así conocer las<br />

culturas más antiguas.<br />

Según Mario Orellana, ésta es una<br />

dimensión novedosa para los estudiosos,<br />

ya que las experiencias humanas que se<br />

intenta conocer no pertenecen sólo al<br />

pasado, sino que son presente en tanto<br />

comunican su saber.<br />

Historia <strong>de</strong> al Arqueología en <strong>Chile</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta perspectiva no es sólo una investigación<br />

histórica, sino que revela las convicciones epistemológicas <strong>de</strong>l autor.<br />

Índice <strong>de</strong> la obra Selección Índice <strong>de</strong> <strong>Excerpta</strong>


Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero Bello<br />

Defensa y Oficio <strong>de</strong>l Intelectual<br />

Colección <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong><br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

I.S.B.N. 956-7003-35-1<br />

© Bravo y Allen<strong>de</strong> Editores<br />

Diciembre 1996<br />

"Defensa <strong>de</strong>l Oficio Intelectual" reúne una serie <strong>de</strong> artículos, conferencias y ensayos, todos los<br />

cuales giran en torno a las dimensiones <strong>de</strong>l trabajo intelectual, la ética que está implicada en él, los<br />

temas <strong>de</strong> la tolerancia y el dogmatismo, el problema <strong>de</strong> la impostura intelectual, etc. Otero<br />

examina estos temas, enfocando sus análisis en figuras como Platón, Nietzsche, Cioran, Merleau-<br />

Ponty, Albert Camus y otros. La tesis central <strong>de</strong> estos trabajos es que la filosofía y la ciencia son,<br />

en último análisis, trabajo intelectual y que, en nuestra época <strong>de</strong> renegaciones y retrocesos<br />

respecto <strong>de</strong> la razón y <strong>de</strong>l pensamiento reflexivo, es necesario <strong>de</strong>sarrollar una insobornable<br />

reivindicación <strong>de</strong>l oficio intelectual, en tanto es una instancia <strong>de</strong> pensamiento crítico beneficioso<br />

para la continuidad y supervivencia <strong>de</strong> la sociedad humana.<br />

«No pocos cantos atraen al navegante hasta los roqueríos.<br />

«En nuestro tiempo, esas tentaciones han sobrado y han sido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la sonambúlica convicción <strong>de</strong> tener verdad en la mano y<br />

querer transformar el mundo, hasta los cinismos paralizantes más rebuscados, pasando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego por el amplio espectro <strong>de</strong><br />

la frivolidad.<br />

«Todo intelectual genuino lleva <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> suyo un aprendiz <strong>de</strong> brujo, un alquimista pagado <strong>de</strong> sí mismo. Es su problema<br />

superar esas adolescencias.<br />

«Cada cierto tiempo, agudos escritores señalan los que serían los <strong>de</strong>beres y responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l intelectual, sus compromisos<br />

<strong>de</strong> hoy y siempre.<br />

«Experimento viva <strong>de</strong>sconfianza por esas formulaciones.


«Creo que hay, en efecto, un oficio claramente i<strong>de</strong>ntificable como intelectual; y lo creo pese a la avasalladora confusión<br />

ambiente que reina sobre el particular.<br />

«Pero el que lo haya no garantiza nada.<br />

«No hay ninguna tarea a la que el intelectual esté llamado por <strong>de</strong>creto.»<br />

Índice <strong>de</strong> la obra Selección Índice <strong>de</strong> <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Sonia Montecino<br />

SOL VIEJO,<br />

SOL VIEJA<br />

Lo femenino en las<br />

representaciones mapuche<br />

Htm diagramación, gráficos,<br />

Oscar Aguilera F.<br />

© 1996<br />

Programa <strong>de</strong> Informática,<br />

<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

<strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Ricardo López Pérez<br />

Constructivismo Radical: De Protágoras a Watzlawick<br />

libro "Tradición y cambio en la Psicopedagogía", editado por Roberto Careaga, publicación <strong>de</strong> la<br />

<strong>Universidad</strong> Educares, pp. 27-35.<br />

Artículo aparecido en el<br />

En este trabajo, el Profesor López nos muestra cómo la teoría constructivista no parece ser un<br />

constructo reciente y nos remonta a la Grecia antigua para retomar a Protágoras y ligarlo a la<br />

corriente teórica que hoy concita tantos a<strong>de</strong>ptos.<br />

Constructivismo Radical: De Protágoras a<br />

Watzlawick<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Sonia Montecinos, María Elena Acuña<br />

COMPILADORAS<br />

DIÁLOGOS SOBRE<br />

EL GÉNERO MASCULINO EN CHILE<br />

Presentación<br />

Diálogos sobre el género masculino en <strong>Chile</strong>,<br />

es producto <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> mesas redondas<br />

realizadas como parte <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

extensión <strong>de</strong>l Programa Interdisciplinario <strong>de</strong><br />

Estudios <strong>de</strong> Género durante el segundo<br />

semestre <strong>de</strong> 1995 en la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

<strong>Sociales</strong> <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. El sentido<br />

<strong>de</strong> estos diálogos fue el <strong>de</strong> instalar un tema<br />

muy poco abordado en nuestro medio, como es<br />

el <strong>de</strong> lo masculino, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva<br />

interdisciplinaria. Se convocó a estas mesas a<br />

escritores e historiadores que expusieron sus<br />

puntos <strong>de</strong> vista ya sea <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> reflexiones<br />

anteriores o producidas para la ocasión. La i<strong>de</strong>a<br />

fue invitar a intelectuales <strong>de</strong> conocida<br />

trayectoria a conversar sobre las maneras en<br />

que se podía tematizar la masculinidad en<br />

nuestro país como una forma <strong>de</strong> abrir una<br />

fisura, una brecha en la tradicional mirada para<br />

abordar esta materia: como si el género fuera<br />

únicamente femenino. También nos animó el<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> estimular a una reflexión más amplia<br />

y sistemática sobre la construcción <strong>de</strong>l "ser<br />

hombre". El resultado <strong>de</strong> los diálogos es este<br />

libro que, a nuestro juicio, se convierte en gesto<br />

pionero, en a<strong>de</strong>mán necesario <strong>de</strong> replicar para


compren<strong>de</strong>r en toda su complejidad y riqueza el tema mayor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> género<br />

en nuestros territorios.<br />

Las compiladoras<br />

por Darío Oses<br />

Presentación <strong>de</strong>l libro<br />

Índice y<br />

selección <strong>de</strong> la obra<br />

<strong>Excerpta</strong><br />

Índice<br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

PROGRAMA ESTRATEGIAS DE SUPERACIÓN DE LA POBREZA<br />

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 2<br />

Germán Rozas<br />

POBREZA Y DESARROLLO LOCAL<br />

INDICE<br />

I. DESARROLLO LOCAL<br />

II. POBREZA Y DESARROLLO LOCAL<br />

III. DESARROLLO LOCAL Y MUNICIPIO<br />

3.1 Participación<br />

3.2 Realidad Municipal<br />

3.3 Municipio De Nuevo Tipo<br />

a) Impacto<br />

b) Interacción<br />

c) Aprendizaje y seguimiento<br />

IV. CONTEXTO DEL DESARROLLO LOCAL<br />

4.1 Desarrollo Regional<br />

4.2 Descentralización<br />

4.3 Nuevo or<strong>de</strong>n internacional y Desarrollo Local<br />

V. ELEMENTOS METODOLÓGICOS DEL DESARROLLO LOCAL


5.1 Planificación a Nivel Local<br />

VI. PERSPECTIVAS DEL DESARROLLO LOCAL<br />

VII. BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Chile</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>


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UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Mario Orellana Rodríguez<br />

Historia <strong>de</strong> la Arqueología en <strong>Chile</strong><br />

ÍNDICE<br />

Prólogo<br />

Introducción<br />

1. Algunas razones para investigar la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

2. Necesidad <strong>de</strong> historiar la Arqueología<br />

3. Períodos <strong>de</strong> la Arqueología en <strong>Chile</strong><br />

4. Los Arqueólogos y su contexto i<strong>de</strong>ológico<br />

CAPÍTULO I<br />

Primer período, antes <strong>de</strong> 1882<br />

CAPÍTULO II<br />

Segundo período, 1882-1911<br />

CAPÍTULO III<br />

Tercer período, 1911-1940<br />

1. El Dr. F. Max Uhle<br />

Conclusiones sobre la contribución <strong>de</strong> Uhle al conocimiento <strong>de</strong> la Prehistoria <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong><br />

2. El Dr. Aureliano Oyarzún<br />

Su significado científico<br />

Conclusiones<br />

3. El Ing. Ricardo E. Latcham El aporte científico <strong>de</strong> Latcham a la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

CAPÍTULO IV<br />

Cuarto período, 1940-1960<br />

1. Junius Bouton Bird<br />

2. Francisco Cornely<br />

CAPITULO V


Quinto período, 1960-1990<br />

La institucionalización <strong>de</strong> las ciencias antropológicas<br />

Los años <strong>de</strong> la Reforma Universitaria y la Organización Académica <strong>de</strong> las disciplinas<br />

Antropológicas<br />

1. Percy Dauelsberg<br />

2. Gustavo Le Paige s.j<br />

Conclusiones<br />

Anexo fotográfico<br />

Posdata<br />

Bibliografía<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

<strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Mario Orellana Rodríguez<br />

INTRODUCCIÓN<br />

1. Algunas razones para investigar la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

Des<strong>de</strong> algunos años, la información acerca <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s y culturas<br />

prehispánicas y también <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s aborígenes<br />

contemporáneas ha crecido en forma<br />

consi<strong>de</strong>rable. El aumento <strong>de</strong> los conocimientos<br />

sobre nuestros más antiguos antepasados y<br />

nuestros connacionales aborígenes ha sido el<br />

producto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> algunas disciplinas<br />

muy específicas. Gracias a investigaciones<br />

arqueológicas y con la participación <strong>de</strong> muchas<br />

otras disciplinas afines, conocemos hoy en día<br />

la gran antigüedad <strong>de</strong> los primeros grupos <strong>de</strong><br />

cazadores y recolectores que habitaron nuestro<br />

territorio y las características específicas <strong>de</strong><br />

muchos otros que vivieron en el norte, en la<br />

costa o en las alturas <strong>de</strong>sérticas, en el centro o<br />

en el extremo sur, <strong>de</strong>smembrado y frío, <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

Estos resultados <strong>de</strong> las investigaciones<br />

arqueológicas interesan cada vez más a<br />

importantes sectores sociales. Las<br />

excavaciones, hechas en algunas ocasiones<br />

sólo con el fin <strong>de</strong> salvar yacimientos<br />

prehistóricos y, en otras, como resultado <strong>de</strong><br />

proyectos bien elaborados, son seguidas<br />

siempre con gran atención.<br />

Artefactos arqueológicos <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong><br />

Atacama (hacha <strong>de</strong> cobre) y <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> central,<br />

publicados en 1855


Diferentes instituciones <strong>de</strong> carácter estatal o privadas están comprometidas con el<br />

<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la ciencia prehistórica, y el radio <strong>de</strong> influencia <strong>de</strong> Universida<strong>de</strong>s, Museos y<br />

Socieda<strong>de</strong>s aumenta cada día más, alcanzando últimamente a los diferentes niveles <strong>de</strong><br />

la enseñanza. Comienzan a modificarse los programas <strong>de</strong> estudio, acrecentándose el<br />

interés por la historia nacional y, por en<strong>de</strong>, por el más antiguo pasado cultural, el ayer<br />

prehistórico.<br />

Buscando razones para compren<strong>de</strong>r el fenómeno señalado surge inmediatamente,<br />

como una primera explicación, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> conocer los orígenes <strong>de</strong> nuestra<br />

nacionalidad y, en general, <strong>de</strong> todo lo que pueda explicar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pasado, la actual<br />

realidad cultural y social <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, a pesar <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s epistemológicas que<br />

presentan estos estudios.<br />

Existe en algunos y también muy relacionado con lo anterior, la necesidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l presente, recorrer los múltiples caminos <strong>de</strong>l ayer que nos muestran<br />

acontecimientos diferentes y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, retornar a nuestro tiempo, llenos <strong>de</strong><br />

información y con algo <strong>de</strong> sabiduría.<br />

La reconstrucción <strong>de</strong> los hechos <strong>de</strong>l pasado, el conocimiento <strong>de</strong> las culturas más<br />

antiguas que se pier<strong>de</strong>n casi en el olvido es, por sí sola, una buena razón para estudiar<br />

ese pasado prehistórico.Si a esto se agrega que ese pasado lejano llega hasta nosotros<br />

por intermedio <strong>de</strong> algunos grupos étnicos, <strong>de</strong> sus culturas, y se incorpora a nuestra<br />

"historia" <strong>de</strong> los últimos siglos, comenzamos a compren<strong>de</strong>r la fuerza y el valor que<br />

tienen estas investigaciones. No sólo interesa lo que sucedió sino lo que sigue<br />

aconteciendo; no sólo importan las socieda<strong>de</strong>s y culturas <strong>de</strong>l ayer, sino cómo siguen<br />

actuando esas unida<strong>de</strong>s sociales en los tiempos más recientes, y, en algunos casos,<br />

contemporáneamente a nosotros (1).<br />

Creemos, sin embargo, que hay también otras razones que explican este creciente<br />

interés por conocer los tiempos prehispánicos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Aunque pueda parecer casi<br />

increíble hay también razones estéticas, si así pue<strong>de</strong>n llamarse. Cuando nos<br />

sumergimos en el pasado y comenzamos a recrear sus acontecimientos, el historiador,<br />

en este caso el prehistoriador, obtiene satisfacciones espirituales muy gran<strong>de</strong>s.<br />

Recrear los hechos humanos, la formación <strong>de</strong> una cultura, la organización <strong>de</strong> una<br />

sociedad, la adaptación <strong>de</strong> una comunidad en un medio ambiente natural, es también<br />

algo bello y produce belleza. Naturalmente que no es la primera vez que se dice que<br />

historiar es un arte y que el conocimiento <strong>de</strong>l pasado es una actividad muy <strong>de</strong>licada<br />

que necesita manejar valores estéticos. ¿Qué otra cosa es organizar y presentar<br />

coherentemente la vida humana en sus múltiples activida<strong>de</strong>s y matrices Y si esa vida<br />

ya no es tal, y por tanto se encuentra en tiempo ido ¿cómo reconquistarla, cómo darle<br />

una nueva vida si no es con ciencia y arte, con conocimiento, respetando los hechos y<br />

configurando una realidad, una totalidad a partir <strong>de</strong> algunas piezas aisladas


Creemos también que la relación que surge entre el científico que investiga los tiempos<br />

prehistóricos y esos tiempos pasados es bastante profunda.<br />

Por una parte, la relación con el objeto que se analiza, conoce y se incorpora, enriquece<br />

al ser mismo <strong>de</strong>l científico. En el investigador, al término <strong>de</strong> su quehacer, existe<br />

plenitud; hay un enriquecimiento interior, producto <strong>de</strong> la integración no sólo <strong>de</strong> una<br />

gran cantidad <strong>de</strong> datos sino <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong>l conocimiento aprendido.<br />

Por otra, la relación entre pasado y presente es tan fuerte, tan sólida, que al conjugarse<br />

en nosotros el tiempo se hace uno solo en nuestro ser. Esta unidad entre ayer y hoy<br />

permite, a<strong>de</strong>más, replantear la posición <strong>de</strong> la prehistoria como ciencia y el objetivo<br />

último <strong>de</strong> ella.<br />

En primer lugar, todo pasado fue presente ; así el estudio <strong>de</strong> las culturas pasadas y <strong>de</strong><br />

ciertos momentos históricos es simplemente análisis <strong>de</strong> presentes. Ciertamente,<br />

"presentes idos", pero al fin y al cabo presentes. La historia y la prehistoria como<br />

disciplinas científicas se convierten así en ciencias <strong>de</strong>l presente.<br />

Pero la relación existente entre el pasado y el presente es tan po<strong>de</strong>rosa como la <strong>de</strong><br />

presente y futuro. ¿Acaso no estamos constantemente diseñando el futuro, pensando<br />

en él<br />

El presente podría también, fuera <strong>de</strong> otras acepciones, <strong>de</strong>finirse como el tiempo que<br />

programa "las acciones por venir". Si esto es así, el estudio <strong>de</strong>l pasado que es, por<br />

<strong>de</strong>finición nuestra el análisis <strong>de</strong>l presente, se convertiría en la ciencia que quiere<br />

conocer cómo se programó el futuro. La Prehistoria es no sólo una ciencia <strong>de</strong>l presente<br />

ido, sino también la ciencia que conoce el futuro gracias a la cohesión ontológica <strong>de</strong><br />

los tres tiempos, pasado, presente y futuro (2).<br />

Pero más que una nueva <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> nuestra ciencia, lo que nos importa es acentuar<br />

el conocimiento científico <strong>de</strong>l pasado y su relación íntima con los otros tiempos.<br />

Las experiencias humanas que intentamos conocer no pertenecen sólo al pasado; son<br />

nuestras, son actuales, porque fueron presente y nunca <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> serlo. Y si alguna<br />

vez la erosión <strong>de</strong>l tiempo nos hizo creer lo contrario, nuestras herramientas<br />

arqueológicas han vuelto a <strong>de</strong>jar las cosas en su verda<strong>de</strong>ro lugar.<br />

A propósito <strong>de</strong> esta relación entre Pasado y Presente, que hemos enfatizado, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

otra perspectiva, el arqueólogo norteamericano Lewis Binford, en su libro "In pursuit of<br />

the Past" (traducido al español en 1988 "En busca <strong>de</strong>l pasado") ha insistido que aunque<br />

los yacimientos conservan elementos <strong>de</strong>l pasado, el registro arqueológico es un<br />

fenómeno contemporáneo y las afirmaciones que hacen los estudiosos sobre él no son


afirmaciones históricas. Si se intenta investigar la relación existente entre los vestigios<br />

materiales <strong>de</strong>l pasado que conocemos en el presente, con las activida<strong>de</strong>s humanas <strong>de</strong>l<br />

pasado, causantes <strong>de</strong> estos vestigios arqueológicos, nos enfrentamos a un gran<br />

<strong>de</strong>safío intelectual. Si reconocemos que el registro arqueológico también se compone<br />

<strong>de</strong> símbolos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los vestigios materiales, la dificultad <strong>de</strong>l conocimiento es más<br />

gran<strong>de</strong>.<br />

El conocimiento <strong>de</strong>l pasado se obtiene <strong>de</strong> los restos arqueológicos, contextualizados, a<br />

partir <strong>de</strong> inferencias que se construyen en el presente. ¿Pero cómo hacer inferencias<br />

científicas Todo el libro <strong>de</strong> Binford es su intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar métodos para hacer<br />

inferencias que sean fiables, mucho más que otras realizadas anteriormente. Uno <strong>de</strong> los<br />

caminos recomendado por el arqueólogo norteamericano, ya en la década <strong>de</strong> 1970, es<br />

la investigación etnoarqueológica. Como este autor ha influido en muchos arqueólogos<br />

chilenos es interesante conocer algunas <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as sobre este tema. Nos recomienda<br />

que investiguemos <strong>de</strong> qué manera los restos <strong>de</strong>l pasado paleolítico, que son<br />

"estáticos", pue<strong>de</strong>n pensarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la movilidad <strong>de</strong> actuales grupos <strong>de</strong> cazadores y<br />

recolectores, <strong>de</strong>l uso que hacen <strong>de</strong> su espacio físico, <strong>de</strong> su adaptación al medio<br />

ambiente climático y social, <strong>de</strong> la fabricación <strong>de</strong> artefactos y <strong>de</strong> sus múltiples usos, <strong>de</strong><br />

la estructura <strong>de</strong> sus lugares <strong>de</strong> trabajo, <strong>de</strong> vivienda, <strong>de</strong> celebraciones, etc. Analizando<br />

la conducta viva <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> aborígenes, aspira a trazar algunas líneas interpretativas<br />

que ayu<strong>de</strong>n a los estudiosos <strong>de</strong>l pasado a construir mo<strong>de</strong>los explicativos para conocer<br />

lo que ocurrió en el pasado.<br />

Po<strong>de</strong>mos preguntarnos hasta dón<strong>de</strong> estos mo<strong>de</strong>los establecidos para conocer<br />

situaciones <strong>de</strong>l pasado humano, a partir <strong>de</strong>l registro arqueológico, dan a conocer<br />

sucesos relevantes o significativos. Siguiendo, por ahora, los conceptos <strong>de</strong> Binford, las<br />

relaciones que hacemos entre las consecuencias estáticas (restos <strong>de</strong> un yacimiento<br />

arqueológico) y las causas dinámicas, propias <strong>de</strong>l comportamiento social <strong>de</strong>l pasado,<br />

¿podremos contrastarlas empíricamente Parece poco probable que se consi<strong>de</strong>re<br />

suficiente estudiar los comportamientos <strong>de</strong> pueblos aborígenes actuales para sacar<br />

conclusiones útiles -mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> conducta- que permitan el conocimiento <strong>de</strong>l pasado. Si<br />

se respon<strong>de</strong> afirmativamente estamos frente a una creencia: que hay un conjunto <strong>de</strong><br />

rasgos que subyacen permanentemente y que son característicos, por ejemplo, <strong>de</strong> la<br />

organización espacial interna <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> un yacimiento <strong>de</strong> cazadores, no importando<br />

su situación en el tiempo (cazadores musterienses <strong>de</strong> hace 50.000 o más años y<br />

cazadores actuales Nunamiut).<br />

Por cierto que la Etnoarqueología, como la Arqueología Experimental, la Arqueología<br />

Espacial, la Zooarqueología, etc., son disciplinas necesarias para la búsqueda <strong>de</strong><br />

métodos que nos ayu<strong>de</strong>n a "leer" correctamente el "texto" propio <strong>de</strong> los "contextos<br />

arqueológicos". Pero como el propio Binford lo ha escrito, no es posible hacer<br />

analogías entre grupos actuales y grupos paleolíticos. Esta es una antigua conclusión<br />

que a veces se olvida. De todos modos los análisis inteligentes hechos por Binford -


aunque incompletos- sirven para exigirles a los arqueólogos una metodología digna <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>safíos que presentan sus yacimientos y sus contextos arqueológicos.<br />

Estos temas, estas preguntas, han estado presentes en los últimos años en la<br />

arqueología chilena. Así, a lo largo <strong>de</strong> estas páginas veremos cambiar las teorías, las<br />

explicaciones, las inferencias, los métodos usados por los arqueólogos. Es un hecho,<br />

puesto a prueba muchas veces, que cada período <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo arqueológico chileno,<br />

se caracteriza por métodos y explicaciones propios <strong>de</strong> los ambientes científicos<br />

europeos y norteamericanos. Diferentes teorías han estado presentes en los artículos,<br />

informes y libros escritos por los arqueólogos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo pasado hasta el<br />

presente. Des<strong>de</strong> el Evolucionismo darwinista y el Positivismo francés, pasando por<br />

escuelas Históricas, Ecologistas, Materialistas, Procesuales y recientemente<br />

Postprocesuales, la arqueología chilena ha oscilado entre la <strong>de</strong>scripción bien hecha<br />

pero limitada hasta las generalizaciones sin base empírica; tal vez lo consolador sea<br />

que, en general, ha primado una combinación <strong>de</strong> empiria e inferencias mo<strong>de</strong>radas que<br />

han permitido consolidar, poco a poco, el valor científico <strong>de</strong> nuestro conocimiento <strong>de</strong>l<br />

pasado.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero B.<br />

Defensa <strong>de</strong>l Oficio Intelectual<br />

Índice <strong>de</strong> la obra<br />

Prefacio<br />

Defensa <strong>de</strong> la ilustración<br />

¿Tiene futuro el Humanismo <br />

Recomendaciones para leer o no leer a Cioran<br />

El Filósofo, según Nietzsche<br />

Merleau-Ponty y la sobrevivencia <strong>de</strong> la filosofía<br />

Pedagogía y Ética <strong>de</strong> la Actividad Intelectual<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

Reivindicación <strong>de</strong> la Filosofía


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

El Filósofo, según Nietzsche<br />

Nietzsche es un momento relevante <strong>de</strong> la<br />

filosofía. Y lo es porque <strong>de</strong>sarrolla una tajante<br />

interrogación sobre la filosofía misma, su<br />

condición y su <strong>de</strong>stino. Precisemos la hipótesis<br />

subyacente: no son los mejores momentos <strong>de</strong> la<br />

reflexión filosófica aquellos en los que ella se<br />

solaza o se vanagloria <strong>de</strong> sí misma. Sí lo son<br />

aquellos en los que se mira ella misma y se<br />

cuestiona.<br />

Nietzsche experimenta una clara y manifiesta<br />

insatisfacción por la situación <strong>de</strong> la filosofía en<br />

su tiempo; su pensamiento se <strong>de</strong>spliega en<br />

franca contraposición a lo que se tiene por<br />

filosofía. No <strong>de</strong> otro modo <strong>de</strong>be interpretarse la<br />

<strong>de</strong>cidora afirmación <strong>de</strong> que sus lectores no<br />

habían nacido todavía. Si Nietzsche viviera<br />

hoy, tendría sobradísimas razones para<br />

impugnar lo que pasa por ser, formal e institucionalmente, filosofía (con el agravante <strong>de</strong><br />

que, hacia la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, la filosofía no pa<strong>de</strong>cía el generalizado<br />

<strong>de</strong>scrédito que hoy le afecta).<br />

Pero es tal la falta <strong>de</strong> credibilidad <strong>de</strong> la filosofía institucional que no nos hace falta<br />

Nietzsche para constatarlo. Lo que sí pue<strong>de</strong> resultarnos enriquecedor es releer, y volver a<br />

consi<strong>de</strong>rar, lo que Nietzsche piensa que <strong>de</strong>be ser un filósofo genuino. Tal vez podamos ya<br />

estar a la altura <strong>de</strong> ser sus lectores, <strong>de</strong> esos que él esperaba aparecieran <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su


muerte.<br />

En Humano, <strong>de</strong>masiado humano, obra <strong>de</strong> 1878, Nietzsche escribe: "De las pasiones<br />

nacen las opiniones: la pereza <strong>de</strong> espíritu las hace cristalizar en convicciones. Ahora<br />

bien, quien se siente espíritu libre, infatigable en la vida, pue<strong>de</strong> impedir esta cristalización<br />

mediante un cambio continuo".<br />

Comentario. Hay una secuencia pasión-opinión-convicción. La opinión no es un producto<br />

intelectual, es una preferencia <strong>de</strong>cidida por motivos emocionales o sentimentales. Si<br />

conectamos esto con <strong>de</strong>sarrollos en la psicología social <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong> nuestro<br />

siglo, toda opinión es un prejuicio. Por tanto, una convicción es una opinión mantenida<br />

más allá <strong>de</strong> lo intelectualmente pru<strong>de</strong>nte. Una convicción es una opinión en la que nos<br />

hemos quedado <strong>de</strong>tenidos y que no nos invita a continuar en la búsqueda. La convicción es<br />

sentida como equivalente <strong>de</strong> 'verdad'. Pero no se trata <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> las razones sino <strong>de</strong> la<br />

'pereza <strong>de</strong> espíritu'. Quien permanece in<strong>de</strong>finidamente en sus propias convicciones es un<br />

espíritu prisionero, esclavo <strong>de</strong> sus propias criaturas.<br />

En El anticristo, dieciséis años <strong>de</strong>spués, Nietzsche sostiene que las convicciones son<br />

prisiones. Quien no se queda en las convicciones sino que va más allá, en permanente<br />

movimiento, es un 'espíritu libre', expresión que Nietzsche usa como sinónima <strong>de</strong><br />

'filósofo'; pero resulta evi<strong>de</strong>nte que diciendo 'espíritu libre', él quiere eludir las resonancias<br />

equívocas <strong>de</strong> la palabra 'filósofo' tal como se la usa en su tiempo. Por lo <strong>de</strong>más, el filósofo<br />

socialmente reconocido como tal en su época, no es, precisamente, el filósofo que él tiene<br />

en mente. A los ojos <strong>de</strong> Nietzsche, el filósofoinstitucionalizado no es un espíritu libre. El<br />

espíritu libre es el filósofo que todavía está por aparecer. Es una promesa.<br />

En Humano, <strong>de</strong>masiado humano, Nietzsche habla <strong>de</strong>l espíritu libre como "hombre <strong>de</strong><br />

pensamiento pru<strong>de</strong>nte".<br />

Comentario. Pareciera no haber coherencia entre pensamiento 'pru<strong>de</strong>nte' y pensamiento en<br />

cambio permanente. Sólo en apariencia. La pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> pensamiento pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse, al<br />

menos, en dos sentidos específicos en Nietzsche: (a) Como no urgencia en alcanzar<br />

conclusiones <strong>de</strong>finitivas. No <strong>de</strong>be haber apuro en obtenerlas. En rigor, no pue<strong>de</strong> arribarse<br />

jamás a conclusiones finales. El conocimiento está por siempre abierto. No hay cierre<br />

posible. (b) Como no atracción por la modalidad <strong>de</strong> sistema. El pensamiento que se<br />

estructura bajo la forma <strong>de</strong> sistema está cediendo a la tentación <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>finitivo, <strong>de</strong> las<br />

convicciones finales. Sistema equivale a cierre. Es pensamiento impru<strong>de</strong>nte.


Como pue<strong>de</strong> apreciarse, la impru<strong>de</strong>ncia no radica en la exploración osada, en el cambio<br />

permanente, en la búsqueda sin fin, sino en la <strong>de</strong>tención <strong>de</strong>l movimiento, en la clausura <strong>de</strong><br />

la inquietud, en la ilusión <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>finitivas. Los conceptos últimos, las i<strong>de</strong>as<br />

infalibles, las categorías eternas. La ten<strong>de</strong>ncia a no querer poseer nada sino certidumbres<br />

absolutas es, para Nietzsche, una reminiscencia teológica en filosofía.<br />

Siempre en Humano, <strong>de</strong>masiado humano, Nietzsche afirma: "...esa libertad madura <strong>de</strong>l<br />

espíritu... que permite el acceso a modos <strong>de</strong> pensar múltiples y opuestos."<br />

Comentario. Esta es una formulación claramente antidogmática. Recuerda las reflexiones<br />

<strong>de</strong> John Stuart Mill. Paul Feyerabend, que reconoce su admiración por el pluralismo<br />

intelectual <strong>de</strong> Mill, se refiere así al dogmatismo: "Psicológicamente hablando, el<br />

dogmatismo surge, entre otras cosas, por la incapacidad para imaginar alternativas al<br />

punto <strong>de</strong> vista en el que uno cree". Así, pues, el dogmático no es capaz <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar<br />

diversos modos <strong>de</strong> pensamiento sin ce<strong>de</strong>r a la tentación <strong>de</strong> creer que uno <strong>de</strong> ellos es el<br />

verda<strong>de</strong>ro y los <strong>de</strong>más son falaces. No consi<strong>de</strong>ra la posibilidad <strong>de</strong> que diversos modos <strong>de</strong><br />

pensar sean diferentes aproximaciones a la verdad o que contengan grados <strong>de</strong> verdad, que<br />

cada uno <strong>de</strong> ellos proporcione una perspectiva igualmente genuina; y que, en ultimo<br />

término, ninguno <strong>de</strong> ellos sea inútil.<br />

En consecuencia, la oposición entre unos y otros no es signo <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos y<br />

<strong>de</strong> la falsedad <strong>de</strong> los otros. Es expresión <strong>de</strong> ópticas distintas, <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> vista<br />

alternativos. La disposición para manejarse con modos alternativos <strong>de</strong> pensar ensancha las<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l filósofo, expan<strong>de</strong> el alcance <strong>de</strong> su mirada y la penetración <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as.<br />

La elección <strong>de</strong> un solo modo <strong>de</strong> pensar revela el espíritu <strong>de</strong> secta, <strong>de</strong> escuela: horadar en<br />

una sola dirección, como topos. La imagen es nietzscheana. O como avestruces:<br />

positivistas, darnwinistas, conductistas, marxistas, estructuralistas, psicoanalistas,<br />

batesonianos, hei<strong>de</strong>ggerianos, constructivistas, posmo<strong>de</strong>rnistas, etcétera.<br />

En El viajero y su sombra, leemos: "... vemos casi nuestro i<strong>de</strong>al como una especie <strong>de</strong><br />

nomadismo intelectual...".<br />

Comentario. El nóma<strong>de</strong> no está en ningún lugar <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>finitiva. La condición<br />

se<strong>de</strong>ntaria es contraria al espíritu libre. No po<strong>de</strong>mos quedarnos en una i<strong>de</strong>a por siempre,<br />

en una doctrina, en una sola posición, en una sola perspectiva. Pero igualmente, ninguna<br />

es insignificante o inútil. Hay que experimentar todas las maneras <strong>de</strong> ver. Todas importan<br />

para el crecimiento <strong>de</strong>l espíritu libre. La búsqueda no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerse. Lao Tse nos


aconseja: "Trata a tus i<strong>de</strong>as como a huéspe<strong>de</strong>s", o sea, van <strong>de</strong> viaje. Están para ser<br />

pensadas, para servir al espíritu libre. para multiplicar los caminos. Nietzsche utiliza<br />

también otras imágenes: "una bola <strong>de</strong> nieve pensante"; "no sentirse sobre la tierra más<br />

que como un viajero", "...esa astucia <strong>de</strong> serpiente que consiste en cambiar <strong>de</strong> piel...". Lo<br />

que importa es el viaje. El viaje termina por enseñar al que viaja que lo que importa es el<br />

viaje mismo. Las respuestas no están en el lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino sino en el camino que lleva a<br />

él. Para Ulises, las respuestas no están en Itaca sino en su largo regreso. Es lo que<br />

Nietzsche expresa en La gaya ciencia: "... un espíritu <strong>de</strong>secha toda fe, todo <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />

certeza, ejercitado como está en po<strong>de</strong>r sostenerse sobre cuerdas y posibilida<strong>de</strong>s ligeras y<br />

hasta a bailar sobre los abismos. Tal espíritu sería el espíritu libre por excelencia". Bien<br />

pensado, esto conduce a poner bajo sospecha la filosofía tal como es tradicionalmente<br />

entendida. Otros apelativos <strong>de</strong> Nietzsche para el espíritu libre: aventurero, librepensador,<br />

amigo <strong>de</strong> la duda, escéptico, ave viajera, navegante, buscador, explorador, pájaro,<br />

excavador <strong>de</strong> tesoros, cerebro audaz, autorefutador.<br />

En Genealogía <strong>de</strong> la moral, se halla la siguiente afirmación: "Están muy lejos <strong>de</strong> ser<br />

espíritus libres: pues creen todavía en la verdad ".<br />

Comentario. Las citas anteriores a ésta nos encaminan hacia la i<strong>de</strong>a nietzscheana <strong>de</strong> lo que<br />

ha <strong>de</strong> ser el filósofo; se apreciará que no se diferencia en mucho <strong>de</strong> la concepción<br />

iluminista <strong>de</strong>l filósofo. No hay giro alguno que podamos rescatar como distinto o nuevo.<br />

Sin embargo, este texto <strong>de</strong> la Genealogía <strong>de</strong> la moral establece una línea <strong>de</strong>marcatoria<br />

<strong>de</strong>cisiva: Nietzsche sostiene que el valor <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>be ser cuestionado alguna vez. Es<br />

un paso crucial. Entre mito y resabio teológico, la 'Verdad' equivale a la clausura <strong>de</strong> la<br />

filosofía y <strong>de</strong> toda inquietud. Una vez hallada la 'Verdad', todas las exploraciones se<br />

<strong>de</strong>claran irrelevantes; ya no se requerirá reflexión o pensamiento tenso, sólo asentimiento,<br />

aceptación, acatamiento, adoración, fe. La verdad alcanzada termina con la era <strong>de</strong> las<br />

preguntas: fin <strong>de</strong> los enigmas, fin <strong>de</strong> los misterios. Con la Verdad a la mano, ¿para qué<br />

filosofía ¿para qué ciencia ¿para qué experiencia alguna En consecuencia, la puesta en<br />

cuestión <strong>de</strong> la 'Verdad' como problema filosófico genuino es la resurrección, el<br />

renacimiento <strong>de</strong> la filosofía, el fin <strong>de</strong> su larga sujeción a la teología. La verdad es un<br />

equivalente intelectual <strong>de</strong> la divinidad.<br />

La 'Verdad' o nada, o nada menos que la 'Verdad': tal es el chantaje <strong>de</strong> la filosofía<br />

tradicional. Hay que <strong>de</strong>struir este dilema. La 'Verdad' se convirtió en ídolo. Para que no<br />

que<strong>de</strong> duda alguna, en Ecce homo, Nietzsche escribe: "Derribar ídolos (i<strong>de</strong>ales): eso sí<br />

forma ya parte <strong>de</strong> mi oficio...". Y refiriéndose a su libro Crepúsculo <strong>de</strong> los ídolos, dice:


"Lo que en el título se <strong>de</strong>nomina 'ídolo' es sencillamente lo que hasta ahora fue llamado<br />

'verdad'... ".<br />

La 'Verdad' es una trampa, un canto <strong>de</strong> sirenas. Lo prueba la historia <strong>de</strong> la filosofía: es el<br />

espectáculo <strong>de</strong> la aparición sucesiva <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> vista o <strong>de</strong> sistemas que se<br />

autoproclamaron verda<strong>de</strong>ros, con exclusión absoluta <strong>de</strong> los otros. Unos se cuestionan a<br />

otros, unos aseguran superar a los otros, sustituyéndolos. La ilusión <strong>de</strong> la 'Verdad' los ha<br />

atrapado. Andan <strong>de</strong>cretando errores y falseda<strong>de</strong>s en todo lo que no se asemeje a sus<br />

respectivas categorías. ¿Qué pue<strong>de</strong> significar la 'Verdad' para un viajero, para un nóma<strong>de</strong>,<br />

una serpiente, un espíritu libre Nada, sino la muerte <strong>de</strong> la inquietud. Buscarla, como la ha<br />

buscado el filósofo tradicional, significa <strong>de</strong>spreciar la experiencia <strong>de</strong> la búsqueda,<br />

subvalorar todo camino que no se le parezca, todo lo que sea cierto, claro, transparente,<br />

categórico, indiscutible y final. Comparada con la exploración (viva, estimulante,<br />

sorpren<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong>scubridora), la 'Verdad' es una momia conceptual, un <strong>de</strong>sierto.<br />

Asociamos las momias al Egipto antiguo. Esto nos conduce a otra crítica <strong>de</strong> Nietzsche a la<br />

filosofía tradicional y, por contraste, a su propia i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l filósofo auténtico: "¿Me<br />

pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos... Por ejemplo, su falta <strong>de</strong><br />

sentido histórico, su odio a la noción misma <strong>de</strong> <strong>de</strong>venir, su egipticismo. Ellos creen<br />

otorgar un honor a una cosa cuando la <strong>de</strong>shistorizan, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> lo eterno,<br />

cuando hacen <strong>de</strong> ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

hace milenios fueron momias conceptuales; <strong>de</strong> sus manos no salió vivo nada real...".<br />

No cabe duda: la 'Verdad' <strong>de</strong> los filósofos es la más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> las momificaciones. En la<br />

postura <strong>de</strong> Nietzsche, se trata una categoría que expresa la invasión <strong>de</strong> la filosofía por la<br />

teología. La 'Verdad' tiene todas las características y todas las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la revelación:<br />

algo por encima <strong>de</strong> toda experiencia humana, algo que <strong>de</strong>be ser aceptado fuera <strong>de</strong> toda<br />

duda. Nietzsche afirma que la falta <strong>de</strong> sentido histórico es el pecado original <strong>de</strong> todos los<br />

filósofos. Pero la 'Verdad' no es la única <strong>de</strong> las momias <strong>de</strong> la filosofía. Hay otra sin cuya<br />

puesta en cuestión todavía no se completa la figura <strong>de</strong>l filósofo <strong>de</strong>l porvenir.<br />

En Crepúsculo <strong>de</strong> los ídolos. Nietzsche asegura: "Es conocida mi exigencia al filósofo <strong>de</strong><br />

que se sitúe más allá <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal, <strong>de</strong> que tenga <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> sí la ilusión <strong>de</strong>l juicio<br />

moral. Esta exigencia se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> una intuición que yo he sido el primero en formular: la<br />

<strong>de</strong> que no existen hechos morales. . .".<br />

Comentario. No habiendo hechos morales, lo que hay es interpretación moral <strong>de</strong> los


hechos. La moral es, pues, una manera <strong>de</strong> ver, una óptica, una perspectiva, un punto <strong>de</strong><br />

vista. Su pretensión ha sido, sin embargo, ser una cualidad o atributo <strong>de</strong> los hechos<br />

mismos, una característica fija e irremovible. Así como lo plantea respecto <strong>de</strong> la 'Verdad',<br />

Nietzsche exige poner en entredicho a la moral y sus categorías. Para Nietzsche, este<br />

cuestionamiento es lo que marca la diferencia entre el filósofo genuino y otros hombres.<br />

El filósofo no ce<strong>de</strong> a la interpretación moral <strong>de</strong> la existencia. Los otros quieren juzgar; el<br />

filósofo quiere compren<strong>de</strong>r. Es la diferencia entre querer ser juez y querer ser justo. En<br />

suma, Nietzsche ve un problema allí don<strong>de</strong> la tradición no ve ninguno. Toda filosofía<br />

auténtica proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> este modo. Él atribuye a esta cuestión la mayor importancia, la más<br />

<strong>de</strong>cisiva <strong>de</strong> todas. De acuerdo a Nietzsche, hay una evi<strong>de</strong>nte responsabilidad <strong>de</strong> la moral<br />

en la crisis <strong>de</strong> la humanidad. En consecuencia, existe la necesidad <strong>de</strong> superar la moral,<br />

obrando una transformación, transmutando, todos los valores, creando otros nuevos.<br />

Nuevas tablas, nuevos valores: ésa es la tarea fundamental <strong>de</strong> los espíritus libres. El propio<br />

Nietzsche emprendió los primeros pasos <strong>de</strong> esta labor, llevando a cabo una sostenida<br />

reflexión sobre el origen <strong>de</strong> la moral. Es el estudio <strong>de</strong> la moral el que lo llevó a i<strong>de</strong>ntificar<br />

los rasgos <strong>de</strong>l ascetismo: la renuncia a sí mismo, el pecado, la culpa, el castigo, la<br />

subvaloración <strong>de</strong>l cuerpo. Estas negaciones <strong>de</strong>l hombre le condujeron a relacionar<br />

ascetismo y filosofía tradicional y a <strong>de</strong>nunciar el envenenamiento <strong>de</strong> la filosofía por la<br />

teología. En suma, lo llevó a negar el concepto <strong>de</strong> 'Dios'. No hay hechos eternos, no hay<br />

verda<strong>de</strong>s eternas. Es imposible, por tanto, superar el carácter perspectivista <strong>de</strong> todas las<br />

i<strong>de</strong>as. El hombre es una experiencia abierta. Las eternida<strong>de</strong>s solo están en la mente.<br />

Nietzsche no pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> vista que se trata <strong>de</strong> "...la más profunda colisión <strong>de</strong> conciencia...<br />

contra todo lo que... se había creído, exigido, santificado...".<br />

"Nosotros los nuevos, los carentes <strong>de</strong> nombre, los difíciles <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r, nosotros partos<br />

prematuros <strong>de</strong> un futuro no verificado todavía... " (Ecce homo).<br />

Comentario. ¿Hay alguna relación entre esa 'materia explosiva' (el filósofo, tal como<br />

Nietzsche lo perfila) y el filósofo tal como lo conocemos La respuesta es... ninguna.<br />

Nietzsche tiene expresiones duras para referirse a la filosofía oficial <strong>de</strong> su tiempo:<br />

rumiantes académicos, erudición polvorienta, perspectiva <strong>de</strong> rana, idólatras <strong>de</strong> los<br />

conceptos, momias, tejedores <strong>de</strong> telarañas, doctos zopencos <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes, comediantes,<br />

predicadores. Está claro que Nietzsche no menosprecia la erudición por ella misma, sino la<br />

pretensión <strong>de</strong> que la filosofía <strong>de</strong>ba consistir sólo en esa erudición y se agote en ella. Para<br />

un filósofo <strong>de</strong>terminado, en un momento dado, es ineludible saber lo que sus antecesores<br />

pensaron, así como saber lo que sus contemporáneos piensan; pero tal conocimiento no le


asta. La cuestión crucial es qué hace él con ese saber, qué aporta, suma, cuestiona,<br />

reformula o reinventa. La erudición filosófica pue<strong>de</strong> ser el sustrato o la base para una<br />

reflexión genuina; pero no pue<strong>de</strong>n confundirse. El copamiento <strong>de</strong> la filosofía por la<br />

erudición marca los períodos intelectuales más infértiles.<br />

Ya no constituye siquiera una leve irreverencia el afirmar que los calificativos <strong>de</strong><br />

Nietzsche mantienen su lozanía y se aplican perfectamente a la práctica institucional <strong>de</strong> la<br />

filosofía; acaso podrían agregarse otros: sectarismos <strong>de</strong> escuela, confusionismo<br />

i<strong>de</strong>ológico, mediocridad, impostura, atomización temática, cultivo repetitivo y acrítico <strong>de</strong>l<br />

pasado, intereses anacrónicos, ignorancia <strong>de</strong>l saber científico. Sin duda, a la filosofía<br />

institucionalizada cabe analizarla, igualmente, en términos <strong>de</strong> sociología y psicología<br />

social <strong>de</strong> grupos, así como en términos <strong>de</strong> grupo profesional: autoprotección, status,<br />

ten<strong>de</strong>ncia a la uniformidad, <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una jerga peculiar, sobrevivencia en el seno <strong>de</strong><br />

instituciones universitarias, etc.<br />

En este sentido, hay una clara diferencia entre la figura solitaria <strong>de</strong>l pensador tradicional y<br />

los profesores <strong>de</strong> filosofía estructurados en grupos formales. Disquisiciones <strong>de</strong> esta<br />

naturaleza son las que inclinan a diferenciar tajantemente al filósofo respecto <strong>de</strong>l profesor<br />

<strong>de</strong> filosofía. Sólo que, siendo personajes distintos, pue<strong>de</strong>n estar, eventualmente, en el<br />

mismo sujeto. Se pue<strong>de</strong> pensar y no enseñar. Se pue<strong>de</strong> pensar y enseñar. Y, por supuesto,<br />

se enseña pero no necesariamente se piensa. No es un azar que pensadores significativos<br />

hayan renunciado a enseñar.<br />

El académico gris y sombrío está lejos, irremediablemente, <strong>de</strong>l filósofo que Nietzsche<br />

perfila. Por supuesto, no hay por qué creer que Nietzsche <strong>de</strong>ba ser la unidad absoluta <strong>de</strong><br />

medida, el criterio único <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación. Sin embargo, sus elaboraciones sobre el<br />

filósofo nuevo, el espíritu libre, no están en contradicción con lo que unánimemente se<br />

consi<strong>de</strong>ra un pensador <strong>de</strong> vuelo, <strong>de</strong> esos que hacen 'nidos en las alturas' y se atreven con<br />

los abismos, que <strong>de</strong>safían a su tiempo y provocan interrogantes vertiginosas a sus<br />

semejantes, esos que emiten luz propia y alumbran con su ejemplo.<br />

Ahora bien, el espíritu libre no es sólo el hombre <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>as cl cerebro audaz <strong>de</strong><br />

pensamientos profundos, el gran intelectual. Nietzsche le exige que sea creador <strong>de</strong> nuevos<br />

valores, que transite con ellos a la convivencia práctica con sus semejantes, que asuma<br />

vitalmente el pluralismo y el antidogmatismo, su nomadismo y su escepticismo. ¿Quéduda<br />

cabe Las virtu<strong>de</strong>s intelectuales suponen una ética <strong>de</strong> la convivencia. Y no es la ética <strong>de</strong> la<br />

verdad. Es la ética <strong>de</strong>l pluralismo.


Estamos a una gran distancia <strong>de</strong>l intelectual mo<strong>de</strong>rno y <strong>de</strong>l <strong>de</strong> nuestros días. Ya no se trata<br />

solamente <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, <strong>de</strong> su manejo y entrecruzamiento. Se trata, más bien,<br />

<strong>de</strong> un estilo <strong>de</strong> vida. Otra vez, es un punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación respecto <strong>de</strong>l iluminismo y la<br />

ilustración tradicional. El texto siguiente, <strong>de</strong> Más allá <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal, lo expresa<br />

manifiestamente: "... po<strong>de</strong>r mirar con muchos ojos y conciencias, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la altura hacia<br />

toda la lejanía, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la profundidad hacia toda altura, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el rincón hacia toda<br />

amplitud. Pero todas estas cosas son únicamente condiciones previas <strong>de</strong> su tarea : esta<br />

misma quiere algo distinto, exige que él cree valores...". Este espíritu libre no es todavía.<br />

Sin duda, es en este horizonte que hay que enten<strong>de</strong>r la afirmación nietzscheana <strong>de</strong> que sus<br />

lectores no habían nacido todavía.<br />

"Permanecer dueños <strong>de</strong> nuestras cuatro virtu<strong>de</strong>s: el valor, la luci<strong>de</strong>z, la simpatía, la<br />

soledad..." (Más allá <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal).<br />

Comentario: Retengamos una <strong>de</strong> ellas: la soledad. Quien esté familiarizado con la vida <strong>de</strong><br />

Nietzsche podría, eventualmente, creer que estamos aquí frente a la transformación <strong>de</strong> un<br />

rasgo biográfico en principio universal, una generalización acaso lícita en términos<br />

personales, pero no en términos genéricos. Nietzsche llevó una vida conmovedoramente<br />

dura, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> enfermedad y soledad. Quizá esta implacable experiencia personal pudo<br />

confundirle. Sin embargo, no era alguien intelectualmente ingenuo. Muy por el contrario,<br />

vio en su soledad un signo <strong>de</strong> algo más que personal. En Aurora, escribe: "Aprendí a<br />

soportar la soledad, a 'compren<strong>de</strong>r' la soledad; y hoy señalaría yo, como uno <strong>de</strong> los<br />

signos esenciales <strong>de</strong> un espíritu libre el preferir correr solo, volar solo y hasta arrastrarse<br />

solo, cuando se tienen las piernas tullidas...".<br />

Es necesario profundizar en ello. Recor<strong>de</strong>mos la secuencia nietzscheana <strong>de</strong> pasión-opiniónconvicción.<br />

Para un espíritu libre, es preciso evitar la cristalización <strong>de</strong> las opiniones en<br />

convicciones mediante el cambio continuo. Pero, no lo olvi<strong>de</strong>mos: para un espíritu libre.<br />

El cambio continuo tiene sentido para quien se propone pensar sistemática, metódica y<br />

permanentemente. Sin embargo, no parece un mo<strong>de</strong>lo posible <strong>de</strong> conducta para el género<br />

humano. Es posible, claro, pero con la consecuencia <strong>de</strong> caer en la condición esteparia,<br />

neutralizado el sujeto respecto <strong>de</strong> sus relaciones con los otros; como sabemos, todas las<br />

relaciones con los otros son, fundamentalmente, afectivas. Los <strong>de</strong>más nos afectan y son, a<br />

su vez, afectados por nosotros. Desafectarse (<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tener afectos) es equivalente a<br />

renunciar a las relaciones con los otros. De ahí el drama <strong>de</strong> tratar <strong>de</strong> ser un pensador entre<br />

los otros; el intelectual o el académico, no están en el drama porque han constituido una<br />

subcultura en la que los otros son como él, es <strong>de</strong>cir: intelectuales. Por supuesto, este grupo


experimenta también las relaciones afectivas, con su multiplicidad y variedad <strong>de</strong> cercanías<br />

y distancias emocionales.<br />

Algún tipo <strong>de</strong> estigma está implicado en el pensamiento crítico en la medida, claro está, en<br />

que se lo ejerce hasta el límite. Pero es algo que más vale interpretar en términos <strong>de</strong><br />

psicología social <strong>de</strong> grupos que <strong>de</strong> manera iluminista; <strong>de</strong> acuerdo a esta última habría un<br />

choque entre verdad y oscurantismo, entre razón y superstición. ¿Será la 'Verdad' la que<br />

está en juego En la perspectiva <strong>de</strong> la psicología social, el filósofo es un <strong>de</strong>sviante<br />

respecto <strong>de</strong> la norma <strong>de</strong>l grupo; la distancia entre filósofo y comunidad es el precio <strong>de</strong> la<br />

reflexión más allá <strong>de</strong> la norma, más allá <strong>de</strong> los intereses compartidos.<br />

Que el asunto es, lejos, más que una mera ocurrencia personal emotiva <strong>de</strong> Nietzsche, lo<br />

respaldan algunos testimonios <strong>de</strong>cidores. En su Tratado <strong>de</strong> la Naturaleza Humana, libro<br />

I, parte IV, sección VII, el filósofo escocés David Hume comenta: "Estoy espantado y<br />

confundido por la <strong>de</strong>solada soledad en que me coloca mi filosofía; me parece que soy un<br />

monstruo extraño y extravagante, incapaz <strong>de</strong> vivir en sociedad, excluido <strong>de</strong>l comercio <strong>de</strong><br />

los hombres, abandonado y <strong>de</strong>sesperado... Me he expuesto al odio <strong>de</strong> los metafísicos, <strong>de</strong><br />

los lógicos, <strong>de</strong> los matemáticos y hasta <strong>de</strong> los teólogos. ¿Puedo asombrarme <strong>de</strong> las<br />

afrentas que <strong>de</strong>beré sufrir". En un tono menos patético, Bertrand Russell tiene algo que<br />

<strong>de</strong>cir al respecto. En sus Retratos <strong>de</strong> Memoria, encontramos el siguiente párrafo:<br />

"Durante toda mi vida he <strong>de</strong>seado, con vehemencia, sentirme i<strong>de</strong>ntificado con los gran<strong>de</strong>s<br />

conjuntos <strong>de</strong> seres humanos, experimentar lo que experimentan los miembros <strong>de</strong> las<br />

multitu<strong>de</strong>s entusiastas. El <strong>de</strong>seo ha sido, con frecuencia, tan intenso como para hacer que<br />

me engañase a mi mismo. Me he imaginado que era, en cada ocasión, liberal, socialista o<br />

pacifista; pero nunca he sido ninguna <strong>de</strong> esas cosas en un sentido profundo. Siempre el<br />

intelecto escéptico me ha susurrado sus dudas; cuando yo más <strong>de</strong>seaba que se mantuviese<br />

en silencio. Me ha separado <strong>de</strong>l fácil entusiasmo <strong>de</strong> los otros y me ha llevado a una<br />

soledad <strong>de</strong>solada".<br />

Y <strong>de</strong>finitivamente conmovedor resulta ser el testimonio <strong>de</strong> Albert Einstein:"...soy en<br />

realidad un viajero solitario y nunca he pertenecido a mi patria, a mi hogar, mis amigos o<br />

siquiera mi familia inmediata, con todo mi corazón; ante todos estos nexos, nunca he<br />

perdido cierto sentido <strong>de</strong> distancia y necesidad <strong>de</strong> soledad, sentimientos que han<br />

aumentado con los años. Llega uno a tener aguda conciencia, pero sin lamentarlo, <strong>de</strong> los<br />

límites <strong>de</strong>l entendimiento mutuo y <strong>de</strong> la consonancia con otras personas...".<br />

¿Y no confirman lo mismo, por ejemplo, Sócrates juzgado por Atenas, Semmelweiss


arrinconado por la medicina <strong>de</strong> su época, Spinoza segregado <strong>de</strong> la sinagoga, Abelardo<br />

huyendo <strong>de</strong> las iras <strong>de</strong> la Iglesia, Bruno y Servet en la hoguera, Freud amenazado y<br />

vilipendiado, Ockham perseguido y excomulgado o Locke marchando al <strong>de</strong>stierro<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual Índice <strong>Excerpta</strong> Lo Nuevo<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Índice<br />

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Dedicatoria<br />

Presentación<br />

Introducción<br />

1. Simbólica <strong>de</strong> lo femenino en la cultura mapuche: la izquierda, el frío, la luna...<br />

2. Lo femenino en la morada <strong>de</strong> los dioses y <strong>de</strong> los antepasados<br />

3. El cuerpo <strong>de</strong> la mujer como soporte <strong>de</strong>l discurso simbólico mapuche<br />

4. Machis: las mujeres como oficiantes <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal<br />

5. El discurso mítico y lo femenino<br />

Derechos <strong>de</strong> autor<br />

Índice <strong>Excerpta</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Ricardo López Pérez<br />

Constructivismo Radical <strong>de</strong> Protágoras a Watzlawick<br />

Hacia la mitad <strong>de</strong>l siglo V <strong>de</strong> la era antigua, surge en Atenas por primera vez la <strong>de</strong>mocracia como una alternativa <strong>de</strong> organización<br />

política. Se rompe lo que hasta ese momento parecía una antítesis cerrada: Oligarquía o tiranía. La brisa <strong>de</strong>mocrática se extien<strong>de</strong> con<br />

fuerza y rápidamente alcanza a cada rincón, llevando las distintas manifestaciones <strong>de</strong> la cultura a su mayor expresión. La escultura,<br />

el arte dramático, la arquitectura, la historia y, por cierto, la filosofía, lograron <strong>de</strong>sarrollos inigualados, que han sido fuente <strong>de</strong><br />

sugerencia para todos los siglos posteriores.<br />

Atenas se encuentra en plena <strong>de</strong>mocracia alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la Olimpíada 83, (algo así como el año 444 a. C.), cuando llega a la ciudad el<br />

sofista Protágoras. Nacido en Ab<strong>de</strong>ra, había recorrido la Héla<strong>de</strong> como maestro itinerante por décadas, y su fama era apreciable.<br />

Sensibles a la reflexión y las i<strong>de</strong>as, los atenienses no disimulan su interés. Protágoras no los <strong>de</strong>cepciona y en un ambiente mejor<br />

preparado para escuchar que la verdad es eterna e inmutable, expone provocativamente: El hombre es la medida <strong>de</strong> todas las cosas:<br />

De las que existen, como existentes; <strong>de</strong> las que no existen, como no existentes, (Fragmento I ).<br />

De vuelta a los tiempos actuales, el matemático, físico y cibernético austríaco Heinz Von Foerster, estima que una ilusión peculiar<br />

<strong>de</strong> nuestra tradición occi<strong>de</strong>ntal, reflejada en la noción <strong>de</strong> objetividad, consiste en preten<strong>de</strong>r que las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un observador no<br />

entran en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> sus observaciones, (1991, pág. 91). Este autor, a quien se reconoce como el principal inspirador <strong>de</strong>l<br />

constructivismo radical, <strong>de</strong> acuerdo ala expresión acuñada por Ernst von Glasersfeld (1993), afirma: La objetividad es la ilusión <strong>de</strong><br />

que las observaciones pue<strong>de</strong>n hacerse sin un observador, (Watzlaxvick y Krieg, 1994, pág. 19).<br />

Des<strong>de</strong> una mirada contemporánea, asumiendo los riesgos <strong>de</strong> toda interpretación no consagrada, es posible afirmar que Protágoras<br />

fue el primer constructivista. En un mundo cuya tradición intelectual se encamina más bien hacia una concepción que daba por<br />

hecho la existencia <strong>de</strong> esencias permanentes, irrumpe con una propuesta en la cual el hombre es el único responsable <strong>de</strong> sus<br />

criaturas. Con una mirada que <strong>de</strong> paso anticipa la ilustración, abandona toda autoridad externa, oráculos, mitos y leyendas heroicas,<br />

para imponer los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l pensamiento. Expresa asertivamente que nada <strong>de</strong> lo que sostiene surge por influencia divina: Yo <strong>de</strong>jo<br />

<strong>de</strong> lado, sea en mis discursos, sea en mis escritos, toda cuestión que afecte a la existencia o inexistencia <strong>de</strong> los dioses, (Teeteto, 162<br />

d).


Pero Protágoras (lo mismo que otros sofistas), no pudo resistir en paso <strong>de</strong>l tiempo. Sus obras <strong>de</strong>saparecieron, y su prestigio fue<br />

arrastrado por la fuerza incontenible <strong>de</strong> la literatura y la autoridad platónica. Incluso la palabra sofista, que en el pasado había<br />

significado maestro <strong>de</strong> sabiduría y expresaba reconocimiento y respeto, quedó reservada únicamente para <strong>de</strong>nunciar las posturas más<br />

alejadas a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad. Todo sofista quedó estigmatizado como un comerciante <strong>de</strong> apariencias, y con ello se extravió una<br />

prometedora epistemología que disolvía la oposición sujeto-objeto.<br />

Con mayor propiedad se fortalecieron e hicieron carrera otras orientaciones. La ciencia positiva, por ejemplo, se propuso reconocer<br />

y compren<strong>de</strong>r el mundo en su carácter objetivo, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> lo humano. Es <strong>de</strong>cir, llegar a un mundo sin sujeto, libre <strong>de</strong><br />

cualquier contaminación subjetiva. Sin embargo, al menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong> este siglo, han reaparecido con <strong>de</strong>cisión las dudas<br />

sobre la posibilidad <strong>de</strong> éxito <strong>de</strong> semejante empresa. Exiliar al sujeto es <strong>de</strong>clarar imposible la misma observación y el conocimiento.<br />

En el contexto <strong>de</strong> esta tensión se inserta el constructivismo radical, con la atención puesta en la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre observador y<br />

mundo observado.<br />

A estas alturas, veinticinco siglos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Protágoras, ya no pue<strong>de</strong> hablarse con el mismo candor <strong>de</strong> una realidad objetiva,<br />

in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l observador, igual para todos, anterior a la experiencia. Todo lo contrario: La realidad aparece como el producto <strong>de</strong><br />

nuestras percepciones y <strong>de</strong>l lenguaje como el resultado <strong>de</strong> la comunicación entre las personas. Se construye socialmente. La<br />

ingenuidad epistemológica ha quedado acorralada. Ya no es posible seguir sosteniendo una teoría <strong>de</strong>l conocimiento según la cual el<br />

papel <strong>de</strong>l conocimiento es reflejar lo que <strong>de</strong> cualquier modo se encuentra allí, fuera <strong>de</strong> nosotros.<br />

Bajo estas nuevas condiciones, Von Foerster propone actualizar nuestro diccionario:<br />

Ciencia: El arte <strong>de</strong> hacer distinciones.<br />

Constructivismo: Cuando la noción <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimiento es sustituida por la<br />

<strong>de</strong> invención.<br />

Observador: El que crea un universo, el que hace una distinción.<br />

Objetividad: Creer que las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l observador no entran en<br />

las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> sus observaciones.<br />

Verdad: El invento <strong>de</strong> un mentiroso.


(Watzlawick y Krieg, 1994, pág.32).<br />

El mundo ahora no es otra cosa que la construcción <strong>de</strong> un observador. Cualquier investigación cuidadosa respecto <strong>de</strong> una<br />

observación <strong>de</strong>terminada, remite inevitablemente a las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l observador y sus interacciones con otros observadores. La<br />

clásica distinción entre sujeto y objeto no se sostiene. La objetividad ha quedado sepultada, la realidad es un resultado cuya autoría<br />

es atribuible a los propios seres humanos: El hombre es la medida <strong>de</strong> todas las cosas. Cuando Protágoras formula su concepción <strong>de</strong>l<br />

hombre medida, <strong>de</strong>spierta expectación, inquietud y ciertamente rechazo. Abre una polémica, como suele ocurrir con las i<strong>de</strong>as que no<br />

se ajustan a los lugares comunes que tienen su audiencia asegurada. El más notable <strong>de</strong> sus críticos fue sin duda Platón. El gran<br />

filósofo no tuvo inconveniente en valorar a Protágoras como figura intelectual, pero se negó a reconocer la dimensión sociológica e<br />

histórica <strong>de</strong> esta propuesta, reduciéndola a una exaltación <strong>de</strong> los sentidos y llevándola al extremo <strong>de</strong>l subjetivismo. Así hace hablar a<br />

Sócrates en uno <strong>de</strong> sus diálogos: ¿No es su opinión que las cosas son, con relación a mí, tales como a mí me parecen, y con relación<br />

a ti, tales como a ti te parecen Porque somos hombres tú y yo, (Teeteto, 152 a).<br />

Cada persona fabrica su propio mundo y tiene idénticos <strong>de</strong>rechos para reclamar vali<strong>de</strong>z. No es posible establecer una verdad, no es<br />

posible hacer ciencia, aparece la semilla <strong>de</strong>l solipsismo. Sin embargo, buena parte <strong>de</strong> la interpretación especializada se aparta <strong>de</strong> esta<br />

posición más estrecha y psicologista, y se inclina a ver en esta frase a un pensador social. Wilhelm Nestle, recurriendo a un análisis<br />

técnico a propósito <strong>de</strong> la traducción y el sentido <strong>de</strong> las palabras en el ambiente cultural <strong>de</strong> la Héla<strong>de</strong>, sostiene que <strong>de</strong>bemos enten<strong>de</strong>r<br />

hombre en sentido colectivo y cosas en sentido <strong>de</strong> cualidad. Propone traducir a<strong>de</strong>cuadamente la proposición como: El hombre es la<br />

medida <strong>de</strong> toda vali<strong>de</strong>z (cualidad), (1987, pág. 1 18).<br />

De este modo el énfasis esté puesto en los fenómenos <strong>de</strong> grupo, en las instituciones y en la cultura, y no en la simple existencia <strong>de</strong><br />

ciertos objetos porque una subjetividad incontrarrestable les da vida.<br />

Paul Watzlawick recoge esta problemática creando una diferenciación entre una realidad <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n y una realidad <strong>de</strong> segundo<br />

or<strong>de</strong>n. Conforme a esta distinción están por una parte los objetos con sus propieda<strong>de</strong>s puramente físicas, y por otra el sentido, el<br />

significado y el valor que les atribuimos, (1981, pág. 149). En este segundo nivel no existen ya criterios objetivos. La realidad <strong>de</strong><br />

segundo or<strong>de</strong>n es más bien el resultado <strong>de</strong> procesos <strong>de</strong> comunicación muy complejos, (1992, pág.60).<br />

Así, para Protágoras, por ejemplo, cada pueblo pue<strong>de</strong> darse sus propias leyes y <strong>de</strong>finir a través <strong>de</strong> ellas lo que juzga bueno y malo,<br />

sin estar necesariamente obligados por las tradiciones o la autoridad <strong>de</strong> los dioses. Cuando a solicitud <strong>de</strong> Pericles redacta la<br />

constitución <strong>de</strong> la colonia <strong>de</strong> Turios, en el sur <strong>de</strong> Italia, establece con cargo al Estado la instrucción escolar <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> todos los<br />

ciudadanos, generando un nuevo concepto sobre la responsabilidad en la educación, y en ultimo término una nueva realidad. Para<br />

Watzlawick, en tanto, todo el pensamiento teórico resulta afectado y surgen implicaciones para los intento por ofrecer respuestas<br />

para resolver los problemas psicológicos y sociales. Ahora la locura, los conflictos <strong>de</strong> pareja o la simple mala intención, <strong>de</strong>jan <strong>de</strong><br />

tener base en las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l individuo, y comienzan a ser el resultado <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s incompatibles <strong>de</strong> segundo or<strong>de</strong>n. De un<br />

enfoque causal, lineal y monádico, pasamos a uno <strong>de</strong> tipo interaccional, circular y sistémico. Del telégrafo a la orquesta.


Sabemos, dice Watzlawick, que una especie <strong>de</strong> realidad real no será jamás accesible. Vivimos únicamente con interpretaciones y<br />

con imágenes, que aceptamos ingenuamente como objetivamente reales . Resulta insostenible cualquier pretendido saber a propósito<br />

<strong>de</strong> una realidad objetiva, y la consecuencia que se sigue casi silogísticamente <strong>de</strong> ello, en cuanto a que sólo las personas mentalmente<br />

sanas perciben correctamente el mundo y viven adaptadas a la realidad. Normalidad y anormalidad no surgen <strong>de</strong> un universo <strong>de</strong><br />

esencias inmutables, sino <strong>de</strong> distinciones y parámetros creados socialmente.<br />

En términos generales, en el <strong>de</strong>venir cotidiano, los hombres no son conscientes <strong>de</strong> estos procesos <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> realidad. La<br />

epistemología <strong>de</strong>l sentido común se asienta firmemente en la suposición <strong>de</strong> que la realidad existe en forma in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> toda<br />

influencia humana. Con or<strong>de</strong>n, con sentido y con estabilidad, lo que permite que sea accesible y pre<strong>de</strong>cible para todo aquel que<br />

razona correctamente. Pero esta suposición no cuenta con las simpatías <strong>de</strong>l constructivismo, que prefiere tomar la dirección<br />

exactamente opuesta. Expresado <strong>de</strong> manera muy sucinta, el constructivismo mo<strong>de</strong>rno analiza aquellos procesos <strong>de</strong> percepción, <strong>de</strong><br />

comportamiento y <strong>de</strong> comunicación, a través <strong>de</strong> los cuales los hombres forjamos propiamente, y no encontramos - como<br />

ingenuamente suponemos - nuestras realida<strong>de</strong>s individuales, sociales, científicas e i<strong>de</strong>ológicas, (Watzlawick, 1992. pág. 123).<br />

Se trata <strong>de</strong> una epistemología <strong>de</strong>l observador. Centrada en la pregunta ¿cómo conocemos y no ¿qué conocemos Sostiene que lo<br />

que conocemos resulta <strong>de</strong>l observador y no <strong>de</strong> lo observado, y que es el lenguaje el que genera la noción <strong>de</strong> objetividad. No es<br />

extraño, entonces, que un creciente número <strong>de</strong> autores, como Gregory Bateson, Jean Piaget, Lev Vygostki, Humberto Maturana,<br />

Francisco Varela y otros, puedan ser ubicados bajo la <strong>de</strong>signación genérica (y muy amplia) <strong>de</strong> constructivistas.<br />

Finalmente, el supuesto más preciado <strong>de</strong>l sentido común queda reducido a una sencilla tautología: Si se reflexiona sobre el tema,<br />

está claro que algo es real tan sólo en la medida en que se ajusta a una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la realidad. Si utilizamos una <strong>de</strong>finición<br />

extremadamente simplificada, pero útil, lo real es aquello que un número suficientemente amplio <strong>de</strong> personas ha acordado <strong>de</strong>finir<br />

como real, (Watzlawick y otros, 1986, pág. 121). O como se expresa en otro lugar: Real es, al fin y al cabo, lo que es <strong>de</strong>nominado<br />

real por un número suficientemente gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> hombres. En este sentido extremo, la realidad es una convención interpersonal<br />

(Watzlawick, 1992, pág. 17).<br />

Watzlawick utiliza un singular grabado medieval en el cual se observa un hombre que luego <strong>de</strong> un largo caminar alcanza el fin <strong>de</strong>l<br />

mundo. Lleno <strong>de</strong> júbilo, parado exactamente en el límite <strong>de</strong> lo interior y lo exterior, se convierte en un observador privilegiado, con<br />

una perspectiva propia <strong>de</strong> los dioses. Pue<strong>de</strong> ver <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera el mundo tal como es, la verdad pura, objetiva, sin contaminación <strong>de</strong><br />

ninguna especie. Una pretensión reiterada en la historia, pero tan peregrina como la anécdota <strong>de</strong>l Barón <strong>de</strong> Münchhausen, en la cual<br />

tomándose firmemente <strong>de</strong> su coleta, se levanta a si mismo por los aires (y a su caballo firmemente apretado entre sus rodillas),<br />

salvándose <strong>de</strong> morir ahogado, (1992, cap. 10).<br />

Una nueva mirada sobre el mito <strong>de</strong> la caverna <strong>de</strong> Platón nos permite advertir que expresa la misma sentida pretensión.<br />

Desprendiéndose <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>nas que los atan a un mundo <strong>de</strong> apariencias, los hombres que sólo conocen las sombras que se


proyectan en el fondo <strong>de</strong> la caverna, pue<strong>de</strong>n ascen<strong>de</strong>r hasta los confines <strong>de</strong>l mundo inteligible y encontrar allí la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien, <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> emana toda rectitud, belleza y verdad, (La República. 517 b-c). No más ignorancia, prejuicios o supersticiones, únicamente la<br />

luz clara <strong>de</strong> la verdad.<br />

En el otro extremo, la litografía <strong>de</strong> 1956 <strong>de</strong>l artista holandés M. C. Escher, Galería<br />

<strong>de</strong> Cuadros, nos muestra un joven que tiene frente a sus ojos un cuadro <strong>de</strong>l cual<br />

forma parte. Un cuadro que contiene al propio observador, negándole su i<strong>de</strong>ntidad,<br />

porque no le <strong>de</strong>ja un espacio exclusivo en la medida en que no es posible trazar un<br />

límite. En este caso tenemos un observador que no es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la situación<br />

en la que se encuentra. Está comprometido con ella, es parte <strong>de</strong> ella Observador y<br />

mundo observado no admiten una separación, están unidos, uno <strong>de</strong>fine al otro.<br />

Cosa parecida ocurre en la obra Manos Dibujando <strong>de</strong> 1948, en la que aparecen<br />

dos manos que se dibujan recíproca y simultáneamente. Una imagen <strong>de</strong> la<br />

autorreflexividad: El hombre como sujeto y objeto.<br />

Éste es el propósito <strong>de</strong>l constructivismo radical, <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado pretendidas verda<strong>de</strong>s<br />

idénticas para todos, inmutables y eternas; y tratar con el mundo <strong>de</strong> la experiencia,<br />

como la única realidad a la que tenemos acceso.<br />

Hay todavía una cuestión <strong>de</strong> la mayor importancia. Cuando la verdad está<br />

establecida y tiene sus intérpretes legítimos, es fácil <strong>de</strong>nunciar, corregir y hasta<br />

castigar el error. No se precisan discusiones, ni difíciles acuerdos. La verdad se atribuye todos los <strong>de</strong>rechos y no pi<strong>de</strong> ningún<br />

salvoconducto para imponerse. La tentación <strong>de</strong> estar en posesión <strong>de</strong> la verdad ha sido con frecuencia fuente <strong>de</strong> intolerancia, y en<br />

ocasiones con dramáticas consecuencias. No es pura literatura cuando Albert Camus afirma que los responsables <strong>de</strong> hacer correr más<br />

sangre, son los mismos que creen estar en posesión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, la lógica y la historia.<br />

La opción constructivista, al rechazar la posibilidad <strong>de</strong> una verdad única, lleva consigo una <strong>de</strong>claración en favor <strong>de</strong> la diversidad y la<br />

tolerancia. Protágoras y los sofistas <strong>de</strong> su época, fueron sistemáticamente acusados <strong>de</strong> promover el escepticismo y la <strong>de</strong>sesperanza,<br />

partiendo seguramente <strong>de</strong>l supuesto que la seguridad sólo pue<strong>de</strong> lograrse a partir <strong>de</strong> una verdad firmemente establecida. Pero los<br />

sofistas no estaban por un mundo simple, ni mucho menos <strong>de</strong>finido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera <strong>de</strong> su experiencia. Ellos <strong>de</strong>liberadamente querían<br />

romper la textura uniforme y coherente <strong>de</strong> la mirada única, que cierra el paso a otras alternativas, y legitima. la diversidad y el<br />

<strong>de</strong>sacuerdo.<br />

Protágoras afirmaba: En todas las cosas hay dos razones contrarias entre sí, (Fragmento 6). Respecto <strong>de</strong> cada situación pue<strong>de</strong>n<br />

hacerse distintos argumentos, a favor y en contra. Nada nos amarra si po<strong>de</strong>mos dar una nueva mirada y lograr un nuevo enfoque.<br />

Con ello no sólo afirma la potencia <strong>de</strong>l pensamiento creativo, sino que refleja una dimensión profunda <strong>de</strong> la libertad humana. Con


todo, esto implica la mayor responsabilidad. Las diferencias son precisamente el punto <strong>de</strong> partida para los conflictos, y sabemos que<br />

éstos pue<strong>de</strong>n llevar a la <strong>de</strong>sintegración social sino se manejan bien. Los seres humanos <strong>de</strong>ben encontrar los medios para generar<br />

realida<strong>de</strong>s comunes, compartidas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> márgenes aceptables <strong>de</strong> convivencia. En un marco suficientemente amplio como para<br />

garantizar el respeto a las diferencias y su expresión. De este modo surgió la retórica, (el arte <strong>de</strong> persuadir, la techné <strong>de</strong>l buen <strong>de</strong>cir,<br />

<strong>de</strong> la elocuencia), como el recurso clave que hace posible concretamente el ejercicio <strong>de</strong> la diversidad en el contexto <strong>de</strong> un proyecto<br />

social compartido.<br />

La exaltación <strong>de</strong> la persuasión, tan propia <strong>de</strong> los sofistas, y tan mal comprendida, supone <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo una renuncia a cualquier<br />

forma <strong>de</strong> imposición, <strong>de</strong>jando el camino abierto a la influencia recíproca. La persuasión no es otra cosa que una modalidad <strong>de</strong> la<br />

influencia social en la que se incluye una propuesta, el equivalente <strong>de</strong> una oferta <strong>de</strong> sentido, que pue<strong>de</strong> ser aceptada o rechazada. Se<br />

asegura <strong>de</strong> este modo la condición básica para una eventual elección, en tanto queda garantizada la presencia <strong>de</strong> diferentes opciones.<br />

Es un mecanismo ciertamente superior a la coacción y al exterminio, que busca la creación <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s compartidas en uso <strong>de</strong> la<br />

libertad y la posibilidad <strong>de</strong> elegir, (López, 1995).<br />

El constructivismo contiene una ética <strong>de</strong> la convivencia, en cuyo centro se encuentra la tolerancia. Cuando nadie pue<strong>de</strong> sentirse<br />

autorizado para preten<strong>de</strong>r la mirada correcta, y cuando el diálogo y la discusión están por encima <strong>de</strong> la imposición, entonces<br />

tenemos un fundamento para el necesario respeto que exige la convivencia social.<br />

Paul Watzlawick pone a la vista las implicaciones éticas que tiene el constructivismo: La historia <strong>de</strong> la humanidad enseña que<br />

apenas hay otra i<strong>de</strong>a más asesina y <strong>de</strong>spótica que el <strong>de</strong>lirio <strong>de</strong> una realidad real (entendiendo por tal, naturalmente, la <strong>de</strong> la propia<br />

opinión), con todas las terribles consecuencias que se <strong>de</strong>rivan con implacable rigor lógico <strong>de</strong> este <strong>de</strong>lirante punto <strong>de</strong> partida. La<br />

capacidad <strong>de</strong> vivir con verda<strong>de</strong>s relativas, con preguntas para las que no hay respuesta, con la sabiduría <strong>de</strong> no saber y con las<br />

paradójicas incertidumbres <strong>de</strong> la existencia, todo esto, pue<strong>de</strong> ser la esencia <strong>de</strong> la madurez humana y <strong>de</strong> la consiguiente tolerancia<br />

frente a los <strong>de</strong>más. Don<strong>de</strong> esta capacidad falta, nos entregamos <strong>de</strong> nuevo, sin saberlo, al mundo <strong>de</strong>l inquisidor general y viviremos<br />

la vida <strong>de</strong> rebaños, oscura e irresponsable, sólo <strong>de</strong> vez en cuando con la respiración aquejada por el humo acre <strong>de</strong> la hoguera <strong>de</strong><br />

algún magnífico auto <strong>de</strong> fe, o por el <strong>de</strong> las chimeneas <strong>de</strong> los hornos crematorios <strong>de</strong> algún campo <strong>de</strong> exterminio, (Watzlawick, 1992,<br />

pág. 122).<br />

De Protágoras a Watzlawick, a lo largo <strong>de</strong> los siglos, hay un hilo <strong>de</strong> continuidad. El constructivismo no es sólo una epistemología <strong>de</strong><br />

lo técnico, también lo es <strong>de</strong> lo práctico. Tal vez no sea trivial insistir en que la concepción <strong>de</strong>l hombre medida surgió precisamente<br />

en momentos en que la <strong>de</strong>mocracia griega se encontraba fuerte y saludable.<br />

Sonia Montecino y María Elena Acuña (compiladoras): Diálogos sobre el Género Masculino en <strong>Chile</strong><br />

Índice <strong>Excerpta</strong>


Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Chile</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Darío Oses<br />

Presentación <strong>de</strong>l libro<br />

Diálogos sobre el Género Masculino en <strong>Chile</strong><br />

Hace unos días examinábamos en un seminario que dictó Chris Perriam la construcción <strong>de</strong> lo masculino<br />

en algunas obras <strong>de</strong>l cine contemporáneo. El ambiente <strong>de</strong>l seminario era más bien pesimista. No se<br />

divisaba -al menos en el cine- la posibilidad <strong>de</strong> un cambio cultural que terminara con el chapoteo <strong>de</strong>l<br />

machismo en su propia salsa patrialcal. Pero al menos el cine está mostrando una gama amplia <strong>de</strong><br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ser hombre.<br />

Algo ha ocurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los hegemónicos y ejemplares <strong>de</strong> macho duro y bruto, <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong><br />

Charlton Heston y John Wayne a Woody Allen. Recuerdo que en una <strong>de</strong> sus películas, "El hombre<br />

quieto", Wayne hace el papel <strong>de</strong> un tipo suave, reposado, pero al final se <strong>de</strong>spierta el bruto, y violenta a<br />

su mujer, lo que es celebrado por su familia y por todo el pueblo que estaba esperando que se pusiera <strong>de</strong><br />

una vez por todas los pantalones.<br />

Me parece que en este momento somos muchos los<br />

hombres que nos i<strong>de</strong>ntificamos más con Allen que con<br />

Wayne. Y hasta pue<strong>de</strong> que en esto haya algo <strong>de</strong><br />

crecimiento. A John Wayne lo <strong>de</strong>jamos atrás, en el<br />

tierral <strong>de</strong> la única calle <strong>de</strong> un pueblo <strong>de</strong>sértico. Dejamos<br />

el cadáver <strong>de</strong> Wayne a disposición <strong>de</strong> las moscas,<br />

tiramos lejos la cartuchera y las pistolas y nos vestimos<br />

con ternos arrugados, con las vacilaciones y<br />

vulnerabilida<strong>de</strong>s, con toda la inseguridad <strong>de</strong> esos<br />

personajes <strong>de</strong> Woody Allen, cuya masculinidad no se<br />

manifiesta a puñetes ni a balazos, sino que se disgrega<br />

en una cantidad <strong>de</strong> gestos neuróticos.<br />

La opción Allen no nos ha hecho para nada más felices.<br />

Todo lo contrario. A veces echamos <strong>de</strong> menos a ese<br />

John Wayne que era pura certeza, pura masculinidad<br />

burda, grosera, autocomplaciente y si no feliz, al menos


satisfecha <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su confortable coraza.<br />

Entonces ¿para qué dialogar sobre la masculinidad<br />

¿para qué cargar <strong>de</strong> dudas los privilegios que ella nos<br />

otorga Simplemente porque no nos queda más remedio que hacerlo. Para bien o para mal crecimos, nos<br />

expulsaron <strong>de</strong>l Paraíso <strong>de</strong> lo masculino aceptado como una condición natural reconocida, inconmovible<br />

e indiscutible.<br />

La indagación sobre la condición masculina ha pasado a ser inevitable. Por suerte no se plantea como un<br />

saber <strong>de</strong> salvación. Porque la verdad es que no va a salvarnos <strong>de</strong> nada ni a arreglar ninguna cosa sin<br />

<strong>de</strong>sarreglar otras.<br />

Robert Bly cuenta : "En los setenta comencé a ver en todo el país un fenómeno al que podríamos llamar<br />

el «masculino suave»... Son gente valiosa, querible, los aprecio ; no están interesados en dañar la tierra<br />

o en comenzar guerras. Tienen una actitud apacible ante la vida... pero muchos <strong>de</strong> estos hombres no son<br />

felices".<br />

Por su parte, marco Antonio <strong>de</strong> la Parra, dice por ahí, en alguna parte <strong>de</strong>l libro que hoy presentamos : "Si<br />

durante mucho tiempo el rol masculino tradicional hizo sufrir a la mujer, el nuevo rol femenino está<br />

abriendo nuevas heridas y no ha <strong>de</strong>jado en buen pie tampoco al hombre".<br />

El indagar sobre lo masculino podría liberarnos tanto <strong>de</strong> las rigi<strong>de</strong>ces <strong>de</strong> una construcción establecida e<br />

impuesta sobre cómo se <strong>de</strong>be ser hombre, y también lleva a poner en duda <strong>de</strong> las formas consagradas en<br />

que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese ser hombre nos relacionamos con las mujeres.<br />

Esta indagación, por lo tanto, podría ayudarnos a <strong>de</strong>rribar supercherías como la <strong>de</strong>l amor único y la<br />

pareja eterna que también son construcciones hegemónicas y prescriptivas a través <strong>de</strong> las cuales se<br />

preten<strong>de</strong>n normar y mo<strong>de</strong>lar un tipo <strong>de</strong> sociedad empecinado más en creer que en el amor como<br />

envolvimiento y apropiación emotiva total <strong>de</strong>l otro. Esta ficción la inventaron los juglares<br />

<strong>de</strong>sfallecientes, y cundió en medio <strong>de</strong>l ocio <strong>de</strong> las cortes <strong>de</strong>l siglo XII. Des<strong>de</strong> entonces se ha venido<br />

refraseando y pervirtiendo en novelones rosas y en teleseries, y a pesar <strong>de</strong> que muestra fisuras y grietas<br />

por todas partes, la gente insiste en creerse ese cuento y en escenificarlo una y otra vez.<br />

Estos diálogos sobre lo masculino, pue<strong>de</strong>n ayudarnos a <strong>de</strong>sactivar las estructuras <strong>de</strong> dominación y po<strong>de</strong>r<br />

que están implícitas en la ficción <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> pareja. Entonces tendremos que inventar otras<br />

ficciones para sustituir a la que <strong>de</strong>rogamos ; tal vez que<strong>de</strong>mos sumidos en la soledad y en el vacío<br />

onanista ; quizás establezcamos modos <strong>de</strong> relación transitoria, ocasional en las que cualquier forma <strong>de</strong><br />

compromiso se convierta en un tabú. Estas nuevas ficciones por supuesto no nos harán más felices,<br />

porque lo único a que po<strong>de</strong>mos aspirar es a cambiar nuestras formas <strong>de</strong> ser infelices, a diversificar los<br />

traumas, las <strong>de</strong>sdichas, las heridas que nos provoca la relación con el otro.


Pue<strong>de</strong> que esté pecando <strong>de</strong> excesivo optimismo<br />

al formular mi esperanza en la diversificación <strong>de</strong> la infelicidad, pero creo que ella podría abrir nuevas<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> explorar lo humano. Y es aquí que está uno <strong>de</strong> los méritos principales <strong>de</strong> estos diálogos<br />

sobre la masculinidad. Ellos compren<strong>de</strong>n un amplio espectro <strong>de</strong> temas y provocaciones que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

sujeto a la historia, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el plano individual al social, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo íntimo a lo abierto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo púbico a lo<br />

público. Tal vez aquí esté también la promesa y la potencia <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> género que por su<br />

capacidad <strong>de</strong> traspasar todos los niveles y estratos <strong>de</strong>l mundo, aportan nuevas perspectivas, nuevas<br />

visiones a otras disciplinas, como la historiografía y los estudios literarios.<br />

Así, por ejemplo, José Bengoa sostiene la hipótesis según la cual la sociedad chilena se ha construido<br />

sobre una matriz en que los procesos <strong>de</strong> subordinación y dominación, en el nivel social, están<br />

íntimamente asociados a los que relacionan lo masculino y lo femenino. Así, la construcción <strong>de</strong>l Estado<br />

y la nación se fundarían en la manera en que hombres y mujeres han experimentado sus relaciones <strong>de</strong><br />

dominación y subordinación en la vida sexual, social y práctica.<br />

"La dominación sexual acompaña a la dominación social. Son parte <strong>de</strong> un mismo proceso" -afirma<br />

Bengoa. Y más a<strong>de</strong>lante anota : "Las relaciones personales se allegaban al extremo : dominio, la<br />

humillación, el odio, el <strong>de</strong>sprecio, han ido <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la atracción, <strong>de</strong> la pasión e incluso en forma<br />

invertida, <strong>de</strong>l cariño".<br />

Por su parte, Eduardo Devés afirma que la nación chilena reproduce la relación <strong>de</strong> amor perverso <strong>de</strong> la<br />

víctima con su victimario.<br />

Jorge Guzmán observa con perspicacia la dinámica <strong>de</strong> las relaciones hombre-mujer, y la inversión <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>res que se produce con el matrimonio. Entonces "el que fue un macho abrumador y terrible se<br />

convierte en un triste infeliz que está en manos <strong>de</strong> una mujer que hace con él lo que se le da la gana".<br />

En esta observación podría estar el origen <strong>de</strong>l miedo <strong>de</strong>l hombre al matrimonio, que es como una<br />

claudicación, una trampa que le tien<strong>de</strong> una Dalila para cortarle el pelo -que es una metáfora <strong>de</strong> la<br />

castración- y <strong>de</strong>spojarlo <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res.


Hay en todos estos textos una provocación para revisar la historia, la sociedad, la cultura nacionales<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva que anula las mitificaciones ; que es capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>sacralizar el heroísmo<br />

<strong>de</strong>scribiéndolo en términos <strong>de</strong> orgullo, empecinamiento y mesianismo, y <strong>de</strong>scubrir los elementos <strong>de</strong><br />

masoquismo sacrificial que pue<strong>de</strong> haber en él, y <strong>de</strong> poner en evi<strong>de</strong>ncia las múltiples tensiones no<br />

resueltas como por ejemplo, aquella entre lo que realmente somos y lo que creemos o lo que querríamos<br />

ser, entre la máscara y su soporte. Advierto, <strong>de</strong> paso, que no es inocente la estupi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los que quieren<br />

vestir nuestras i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s en<strong>de</strong>bles con el disfraz <strong>de</strong> felinos, agresivos, predadores y por supuesto<br />

machos. El único contrapeso zoológico frente a esta adscripción totémica masculina <strong>de</strong> jaguares o <strong>de</strong><br />

tigres, es el que aportan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la marginalidad ciertas yeguas apocalípticas. Por eso sugiero que como<br />

premio, se las convierta en yeguas heráldicas y se las incorpore a nuestros emblemas, billetes y<br />

estampillas.<br />

Índice y selección <strong>de</strong> la obra<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Indice <strong>de</strong><br />

Diálogos sobre el Género Masculino en <strong>Chile</strong><br />

Agra<strong>de</strong>cimientos<br />

Presentación<br />

Sonia Montecino:<br />

Darío Oses:<br />

Prólogo: De lachos a machos tristes<br />

Los alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la virilidad<br />

Marco Antonio <strong>de</strong> la Parra:<br />

Sobre una nueva masculinidad o el padre ausente<br />

Jorge Guzmán:<br />

Ejes <strong>de</strong> lo femenino/masculino y <strong>de</strong> lo blanco/no blanco, en dos textos<br />

literarios<br />

José Bengoa:<br />

El Estado <strong>de</strong>snudo. Acerca <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> lo masculino en <strong>Chile</strong>.<br />

Jorge Pinto Rodríguez:<br />

Ser hombre en el Norte Chico: El testimonio <strong>de</strong> un historiador.


Eduardo Devés:<br />

Entre el machismo y el sadomasoquismo. Una visión <strong>de</strong>l género en <strong>Chile</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

I. DESARROLLO LOCAL<br />

Una forma <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la realidad <strong>de</strong> lo Local es hacerlo usando como<br />

referencia la Comunidad, en la cual esencialmente existen elementos<br />

compartidos entre los miembros <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> personas; es <strong>de</strong>cir,<br />

todos sus miembros tienen una misma i<strong>de</strong>a generalizada en las<br />

vivencias <strong>de</strong> cada uno. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista sociológico hay aquí<br />

una institución; en cada persona, en su conciencia se ha<br />

institucionalizado un conjunto <strong>de</strong> elementos que conforman un cuerpo<br />

<strong>de</strong> visiones sobre sí mismos, sobre el mundo y qué hacer con él. Ello<br />

significa que dichos factores al ser recogidos colectivamente no son un<br />

atributo personal. Un individuo no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> ellos a<br />

voluntad; son aspectos que están por sobre las partes y funcionan a<br />

nivel <strong>de</strong>l todo.<br />

Es lo que Berger y Luckman (1967) llaman la construcción social <strong>de</strong> la<br />

realidad. Hay un edificio social, una construcción <strong>de</strong> lo humano en que<br />

han participado diversas personas, poblaciones, generaciones varias.<br />

Ello también se ha transformado en tradición: las cosas se hacen <strong>de</strong> esta<br />

manera y no <strong>de</strong> otra, no es cuestión <strong>de</strong> querer y cambiar, no se pue<strong>de</strong><br />

cambiar aquello construido en años. Hay aquí un elemento histórico, es<br />

<strong>de</strong>cir hay un peso <strong>de</strong> algo vivido colectivamente que viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> atrás<br />

y que empuja la realidad <strong>de</strong>l presente <strong>de</strong>finiéndola.<br />

Si una comunidad recolectora necesita cruzar un torrentoso río para<br />

conseguir comida, todos los individuos son conscientes <strong>de</strong> la misma<br />

problemática: niños, mujeres, hombres, jóvenes, ancianos. Todos se<br />

abocan a poner un árbol que sirva <strong>de</strong> puente, así se contribuye a una tarea y una necesidad común. Nadie pue<strong>de</strong><br />

faltar porque a todos compete, nadie falta porque cada individuo siente que es su problema. Esta acción, por<br />

ejemplo, queda marcada en la historia <strong>de</strong> un grupo étnico, <strong>de</strong> forma que los elementos relacionados como<br />

técnicas, conductas, emociones, significados, etc., forman parte <strong>de</strong> una realidad que se hereda socialmente. Esto<br />

hace que una comunidad tenga características particulares.<br />

La i<strong>de</strong>ntidad forma parte fundamental <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la comunidad. Hay una i<strong>de</strong>ntificación con algo, se<br />

construye una auto<strong>de</strong>finición colectiva como grupo. Se edifican ciertas características en base a un contexto <strong>de</strong><br />

vivencias, <strong>de</strong> historias y experiencias.<br />

Habitualmente se hace referencia a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> comunidad como un fenómeno romántico y positivo, sin embargo<br />

existe el caso <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s negativas. Poblaciones <strong>de</strong> Santiago como La Pintana, San Gregorio, La Legua <strong>de</strong>


Emergencia, El Castillo, La Ban<strong>de</strong>ra, en las cuales sus pobladores no quisieran vivir allí, no sienten ninguna<br />

motivación para quedarse, sólo están "<strong>de</strong> paso", y suponen que se van a trasladar a la comuna <strong>de</strong> La Florida,<br />

Ñuñoa u otra. Es <strong>de</strong>cir, dicha i<strong>de</strong>ntidad tiene atributos <strong>de</strong> "pobreza", "<strong>de</strong>lincuencia", con "juventud marginal", sin<br />

áreas ver<strong>de</strong>s. Constituyen comunida<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> se intenta salir y no tener gestos comunitarios y solidarios con los<br />

vecinos.<br />

Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Francisco Sabatini (1989): "La i<strong>de</strong>ntidad que nace <strong>de</strong> la sumisión, la discriminación o la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

equivale a un estigma, no a una fuerza positiva. Promueve el <strong>de</strong>sarraigo, las ansias por emigrar. La integración <strong>de</strong><br />

cada comuna a la ciudad a la que pertenece o a re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s no <strong>de</strong>bería basarse en la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

servicios y empleos o en la sumisión a normas, política y estándares culturales <strong>de</strong> comunas más po<strong>de</strong>rosas.<br />

Parece necesario ganar autonomía, tanto urbana como social y política. Esto parece más factible cuando la<br />

comuna es heterogénea socialmente, evitando la separación entre comunas ricas y pobres que conlleva la<br />

sumisión <strong>de</strong> unas a otras y la concentración <strong>de</strong> servicios y ventajas urbanas en unas en <strong>de</strong>smedro <strong>de</strong> las otras".(l)<br />

¿Qué es lo Local Se hace referencia a localida<strong>de</strong>s, o a poblaciones locales, vale <strong>de</strong>cir a un lugar específico,<br />

claramente <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un todo mayor. Sin embargo, lo local no es <strong>de</strong>terminante, lo central sí.<br />

Constituye un elemento marginal <strong>de</strong>l todo y a<strong>de</strong>más su participación es en calidad <strong>de</strong> ejecutante y no vinculado a<br />

la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones.<br />

Justamente cuando se habla <strong>de</strong> Desarrollo Local se significa una crítica a lo "central". Hay una voluntad por<br />

invertir estos dos polos, revertir esta realidad y poner la cabeza en los pies y los pies en la cabeza.<br />

Hay una <strong>de</strong>sconfianza hacia el centro, al Estado, antipatía hacia el po<strong>de</strong>r excesivo <strong>de</strong>l Estado. Atracción por la<br />

noción <strong>de</strong> "sociedad civil", <strong>de</strong> sus potencialida<strong>de</strong>s gestionarias, <strong>de</strong> reapropiación <strong>de</strong> funciones e iniciativas;<br />

sociedad civil que se levanta como lo otro <strong>de</strong>l Estado, como po<strong>de</strong>r civil respecto <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r estatal, Maureira<br />

(1990).<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista afectivo existe el sentimiento que la población, la gente, no está en el centro, don<strong>de</strong> el<br />

centro es el po<strong>de</strong>r. No existe una i<strong>de</strong>ntidad con el centro sino con lo otro, con lo que no tiene po<strong>de</strong>r, con lo que<br />

está al margen, que es marginal.<br />

De allí que se reivindica lo local, como un otro válido pero <strong>de</strong>pendiente y sometido, se exige su relevancia y su<br />

reconocimiento incluso por sobre lo central. Es una reparación a su calidad <strong>de</strong> sujeto, la toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong>l<br />

centro <strong>de</strong>l mal trato a los otros como meros objetos. Se atribuye a la vida en lo local <strong>de</strong> una sociabilidad<br />

enriquecida no valorada públicamente. Consecuentemente se valida la vecindad y el barrio.<br />

A<strong>de</strong>más se asocia al centro con el mo<strong>de</strong>rnismo, con aquello que viene <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrollados. De manera que<br />

se genera una reacción cultural a lo mo<strong>de</strong>rno, <strong>de</strong> la misma forma al capitalismo, al industrialismo. Reacción<br />

también al individualismo, al egoísmo, a la <strong>de</strong>spersonalización, alienación y otros.<br />

De allí a<strong>de</strong>más la importancia <strong>de</strong> la "<strong>de</strong>scentralización", en tanto el Estado, lo central es poco eficiente en lo<br />

económico global, multiplica los costos sociales, genera <strong>de</strong>sequilibrios territoriales, aumenta las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<br />

entre los grupos, conduce a un mo<strong>de</strong>lo técnico burocrático, vinculado a oligarquías económico-sociales, es un<br />

po<strong>de</strong>r inaccesible, con <strong>de</strong>cisiones inapelables. La valoración <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia "<strong>de</strong> base" por sobre la <strong>de</strong>mocracia<br />

en el parlamento.


Se valoran los Municipios, siendo parte <strong>de</strong>l Estado, dado que están cerca <strong>de</strong> "lo local". Es <strong>de</strong>seable y tal vez<br />

factible apropiarse <strong>de</strong> lo Municipal por la gente que vive en lo local y <strong>de</strong> ello tener por fin algo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, po<strong>de</strong>r<br />

local. Tener "en nuestras manos" un espacio <strong>de</strong> la realidad don<strong>de</strong> seamos "nosotros" quienes <strong>de</strong>cidimos allí,<br />

seamos dueños <strong>de</strong> algo, y por fin podamos vivir algo <strong>de</strong> "po<strong>de</strong>r" y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí "enfrentar" al centro, al po<strong>de</strong>r. E1<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l centro se enfrenta con algo, con el po<strong>de</strong>r local.<br />

En otra dimensión Teresa López (1991) señala: "Cuando hablamos <strong>de</strong> lo local, nos estamos refiriendo a un<br />

espacio, a una superficie territorial <strong>de</strong> dimensiones razonables para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la vida, con una i<strong>de</strong>ntidad que<br />

lo distingue <strong>de</strong> otros espacios y <strong>de</strong> otros territorios y en el cual las personas realizan su vida cotidiana: Habitan,<br />

se relacionan, trabajan, comparten normas, valores, costumbres, representaciones simbólicas" (2).<br />

Para Guajardo (1988) lo local es "Un territorio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad y <strong>de</strong> solidaridad, un escenario <strong>de</strong> reconocimiento<br />

cultural y <strong>de</strong> intersubjetividad en tanto lugar <strong>de</strong> representaciones y <strong>de</strong> prácticas cotidianas... Necesidad <strong>de</strong><br />

construir toda dinámica <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo a partir <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad cultural fundada sobre un territorio <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>ntificación colectiva y <strong>de</strong> solidaridad concretas" (3).<br />

Por otro lado lo local se asocia el concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo a "Desarrollo Endógeno", a "Desarrollo Integrado", a<br />

"Desarrollo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Base". Estos conceptos <strong>de</strong>finen <strong>de</strong> cierta manera el tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo planteado. Desarrollo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior <strong>de</strong>l cuerpo social, valorando y confiando en la riqueza <strong>de</strong> lo local, como un mundo que está<br />

presente pero que cotidianamente se lo percibe como una "cosa" vigente físicamente pero <strong>de</strong>cisionalmente<br />

ausente.<br />

En este <strong>de</strong>sarrollo se atribuye importancia a las experiencias <strong>de</strong> organización y acciones populares, y estas<br />

experiencias permiten <strong>de</strong>finir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo propio el objetivo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo. Esto da una importancia fundamental a la<br />

historia y a la cultura.<br />

Dicho <strong>de</strong> otra manera, se refiere a incentivar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> dinámicas sociales "endógenas", es <strong>de</strong>cir, que los<br />

propios habitantes <strong>de</strong> una comunidad consigan potenciar una serie <strong>de</strong> recursos, fuerzas y capacida<strong>de</strong>s propias.<br />

Para Bernard Emé (1986) Desarrollo Local se refiere a que "los actores locales unidos por una voluntad solidaria,<br />

toman a cargo el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su territorio, en función <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> los recursos locales. Su proyecto,<br />

cultural global, supera consi<strong>de</strong>raciones economicistas y <strong>de</strong>bería crear nuevas relaciones sociales, un "ser" y un<br />

"ser mejor" que se sitúa al nivel <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> vida" (4).<br />

El Desarrollo Local plantea una serie <strong>de</strong> conceptos esenciales y que forman parte <strong>de</strong> la discusión respecto <strong>de</strong> las<br />

características <strong>de</strong> esta metodología: Actor, Territorio, I<strong>de</strong>ntidad, Concertación, Participación Social,<br />

Descentralización.<br />

Es interesante citar a CEPAL/CNUAH (1992) quienes plantean los siguientes elementos en el contexto<br />

Latinoamericano para el Desarrollo Local en la región:<br />

"En primer lugar, creemos que el paradigma fundamental <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scentralización político-administrativa se ha<br />

abierto paso y está gradualmente consolidándose en la mayoría <strong>de</strong> nuestros países (...) Un segundo elemento es la<br />

consolidación mayoritaria <strong>de</strong> regímenes <strong>de</strong>mocráticos (...) y un tercer elemento que también afecta a los<br />

gobiernos locales <strong>de</strong> nuevo cuño, es la reorganización <strong>de</strong> las economías nacionales en función <strong>de</strong> una


transformación <strong>de</strong> sus aparatos y estructuras productivas, para satisfacer los requerimientos <strong>de</strong> la integración <strong>de</strong><br />

los mercados, las aperturas, la competencia interna y externa, en <strong>de</strong>finitiva, el ajuste" (5).<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera F.<br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

<strong>Sociales</strong>


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EXCERPTA N°7<br />

II. POBREZA Y DESARROLLO LOCAL<br />

Se ha señalado la importancia <strong>de</strong>l Desarrollo Local <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

objetivo <strong>de</strong>l Desarrollo Económico-Social. De la misma manera<br />

este último configura una forma <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r y superar la pobreza,<br />

Merce<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Martínez (1988). Las estrategias <strong>de</strong> superación<br />

apuntan a un conjunto <strong>de</strong> medidas como son la generación <strong>de</strong><br />

capacida<strong>de</strong>s y habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pobres para su inserción en el<br />

ámbito productivo; mayor acceso <strong>de</strong> servicios como salud,<br />

educación, vivienda, justicia, etc., en base a elevar la calidad <strong>de</strong><br />

su vida; créditos blandos dirigidos a poblaciones pobres<br />

estratégicas <strong>de</strong> modo <strong>de</strong> poner a su alcance bienes productivos.<br />

Por otro lado el Desarrollo Local se constituye como un<br />

instrumento fundamental <strong>de</strong> carácter orientador y conductor<br />

respecto <strong>de</strong> las soluciones propuestas como estrategias <strong>de</strong><br />

superación <strong>de</strong> la pobreza. Hemos dicho que en <strong>de</strong>finitiva el<br />

Desarrollo Local es la organización <strong>de</strong> una comunidad en torno a<br />

un plan <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo territorial <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong><br />

construcción social.<br />

Esto significa que las medidas planteadas por un organismo <strong>de</strong>terminado en función <strong>de</strong> atacar la pobreza quedan<br />

en el vacío sino pasan por la interpretación, la reformulación, y el compromiso <strong>de</strong> la comunidad y aquí cumple su<br />

papel fundamental el Desarrollo Local.<br />

Al plantear la secuencia antes señalada estamos expresando una lógica <strong>de</strong>terminada respecto <strong>de</strong> cómo solucionar<br />

y enten<strong>de</strong>r el problema <strong>de</strong> la pobreza. Sin embargo es claro que hay diferentes perspectivas.<br />

Según Monsalve (1993) "Es posible i<strong>de</strong>ntificar tres gran<strong>de</strong>s ten<strong>de</strong>ncias teóricas. Primero todos aquellos enfoques<br />

que <strong>de</strong>finen pobreza en términos <strong>de</strong> carencias.... Segundo, las perspectivas que entien<strong>de</strong>n la pobreza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

exclusión social y, por tanto, la <strong>de</strong>finen a partir <strong>de</strong> las características socio-culturales <strong>de</strong> los sujetos pobres en<br />

tanto actor socio-político.... Finalmente las concepciones "alternativistas" que se fundan en una crítica radical no<br />

sólo a los mo<strong>de</strong>los sino al estilo global <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo...." (6)<br />

De manera flexible, en el primer grupo se encuentra el enfoque neoliberal <strong>de</strong>l cual es producto el Mapa <strong>de</strong> la<br />

Extrema Pobreza; también el enfoque <strong>de</strong> las líneas <strong>de</strong> pobreza propulsado por la Cepal y otros organismos<br />

internacionales como la OIT, PREALC y el PNUD. En el segundo grupo, el enfoque crítico, el cual concibe la<br />

pobreza como el producto <strong>de</strong> una distribución <strong>de</strong>l ingreso inequitativa (Rodríguez Grossi 1985, Torche 1987,<br />

Raczynski 1981); también el enfoque <strong>de</strong> las estrategias <strong>de</strong> sobrevivencia, el cual entien<strong>de</strong> la pobreza como


exclusión económica, política, social y espacial don<strong>de</strong> los sectores populares han elaborado estrategias para<br />

enfrentar la pobreza (Lomnitz 1975, Hardy 1987, Schkolnik y Teitelbom 1988). Y en tercer término es posible<br />

ubicar el planteamiento <strong>de</strong> Manfred Max Neef (Monsalve 1993)<br />

El enfoque <strong>de</strong>l Desarrollo Local en cuanto releva la dimensión territorial y ello unido al <strong>de</strong>sarrollo y rescate <strong>de</strong> la<br />

i<strong>de</strong>ntidad cultural presente tiene muchos elementos comunes que se engarzan con el segundo y tercer grupo <strong>de</strong><br />

enfoques.<br />

Como señala Max-Neef (1986) "...al respecto, un tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo orientado a fortalecer espacios locales, microorganizaciones<br />

y la multiplicación <strong>de</strong> matrices culturales dispersas en la Sociedad Civil, no pue<strong>de</strong> eludir la tarea<br />

<strong>de</strong> consolidar prácticas y mecanismos que comuniquen, socialicen y rescaten las diversas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s colectivas<br />

que conforman el cuerpo social".... "Nuestro énfasis en una '<strong>de</strong>mocracia social' o bien en una '<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> la<br />

cotidianeidad' no obe<strong>de</strong>ce a la <strong>de</strong>spreocupación por la '<strong>de</strong>mocracia política' sino a la convicción <strong>de</strong> que sólo<br />

rescatando la dimensión 'molecular' <strong>de</strong> lo social (micro-organizaciones, espacios locales, relaciones a Escala<br />

Humana) tiene sentido pensar las vías posibles <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n político sustentado en una cultura <strong>de</strong>mocrática" (7)<br />

Des<strong>de</strong> otra perspectiva, al relacionar Pobreza y Desarrollo Local resulta fundamental clarificar el concepto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo. En este sentido la ausencia <strong>de</strong> pobreza vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> partida restringido (según el primer<br />

grupo <strong>de</strong> enfoques) es conceptualizada como ausencia <strong>de</strong> carencia. E1 <strong>de</strong>sarrollo económico-social <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta<br />

mirada comienza en el sub<strong>de</strong>sarrollo; se hace el símil pobreza = sub<strong>de</strong>sarrollo; por lo mismo cuando se habla <strong>de</strong><br />

crecimiento se plantea como meta la ausencia <strong>de</strong> pobreza, es <strong>de</strong>cir el <strong>de</strong>sarrollo. Así, crecimiento = <strong>de</strong>sarrollo =<br />

eliminación <strong>de</strong> carencias.<br />

Esta concepción <strong>de</strong>ja excluida una visión amplia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo. Al referirse a la pobreza usa indicadores <strong>de</strong><br />

carácter económico (PGB) y en el mejor <strong>de</strong> los casos indicadores sociales (indicadores <strong>de</strong> mortalidad y<br />

morbilidad, consumo <strong>de</strong> calorías por día, índices <strong>de</strong> alfabetismo, etc.) y no incorpora una visión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo en<br />

términos psicosociales, en términos integrales y humanos, en base a elementos propios <strong>de</strong> la subjetividad social,<br />

<strong>de</strong> la significación cultural presentes en la población.<br />

En otro documento se <strong>de</strong>finió el <strong>de</strong>sarrollo Psicosocial, Rozas (1993) "como aquel proceso <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong> las<br />

potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un individuo y <strong>de</strong> un colectivo humano <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un a<strong>de</strong>cuado marco <strong>de</strong> autonomía, con el<br />

mínimo <strong>de</strong> autoestima, conciencia crítica y percepción <strong>de</strong> control interno sobre la realidad que se vive;<br />

comprometido e integrado en un quehacer colectivo <strong>de</strong> manera flexible caracterizado por la iniciativa, la<br />

creatividad y la motivación." (8)<br />

En el contexto <strong>de</strong>l Desarrollo Local, la pobreza <strong>de</strong>be ser conceptualizada <strong>de</strong> una manera más integral,<br />

incorporando otras dimensiones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo que permitan<br />

particularmente compren<strong>de</strong>r la presencia <strong>de</strong> lo local, el mundo social <strong>de</strong> lo comunitario, la evolución social <strong>de</strong> un<br />

grupo humano reflejada en su historia y sus símbolos culturales. Compren<strong>de</strong>r que el crecimiento económico<br />

constituye sólo otra dimensión a insertarse en la dinámica vital <strong>de</strong> una población local.<br />

Otros elementos vinculados son Rozas (1992) "... la autonomía, la capacidad <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, la<br />

autoestima, la capacidad <strong>de</strong> enseñar a otros, el autocontrol, la autoresponsabilidad, la i<strong>de</strong>ntidad social con una<br />

realidad propia, la capacidad <strong>de</strong> autogestión, la capacidad <strong>de</strong> rechazar la dominación y la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, la


capacidad <strong>de</strong> estimular la creatividad, la imaginación y la comunicación, la asertividad, etc." (9).<br />

El Desarrollo Local se refiere al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un ejido social en el ámbito comunal. E1 cual está directa e<br />

indirectamente engarzado con la pobreza. No se trata sólo <strong>de</strong> resolver problemas, resolver carencia sino también<br />

<strong>de</strong> reforzar potencialida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> estimular cualida<strong>de</strong>s y capacida<strong>de</strong>s presentes en la población. Se trata <strong>de</strong> generar<br />

participación para que aquellas microsocieda<strong>de</strong>s puedan enten<strong>de</strong>r su propia pobreza y <strong>de</strong>finirla en función <strong>de</strong> su<br />

realidad.<br />

Ello requiere al mismo tiempo la configuración <strong>de</strong> actores que realicen esta labor. De modo que la estrategia aquí<br />

es aten<strong>de</strong>r, apoyar, estimular el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estos actores. Su crecimiento en tanto sujetos válidos y<br />

representativos va a implicar no sólo tomar conciencia <strong>de</strong> la pobreza sino elaborar un plan <strong>de</strong> Desarrollo Local en<br />

el cual se incorpore su superación <strong>de</strong> las carencias ("pobreza") en articulación con otros <strong>de</strong>sarrollos, necesarios y<br />

fundamentales para el crecimiento <strong>de</strong> la comunidad.<br />

En el ámbito productivo por ejemplo no se trata solamente <strong>de</strong> aumentar los ingresos, <strong>de</strong> disminuir el <strong>de</strong>sempleo,<br />

o <strong>de</strong> la incorporación <strong>de</strong> la población en edad <strong>de</strong> trabajar al mo<strong>de</strong>rnismo en el plano empresarial, sino a<strong>de</strong>más<br />

constituir paralelamente sujetos colectivos que <strong>de</strong>tecten las ventajas comparativas <strong>de</strong>l territorio, seleccionen y<br />

preparen lo recursos disponibles y que también tengan injerencia en la reinversión <strong>de</strong> los exce<strong>de</strong>ntes en aquellas<br />

áreas específicas potenciadoras <strong>de</strong> su Desarrollo Local.<br />

América Latina: Cambios en la Magnitud <strong>de</strong> la Pobreza<br />

1970-1990 (Porcentajes)<br />

POBREZA a/ INDIGENCIA b/<br />

AÑOS TOTAL URBANO RURAL TOTAL URBANO RURAL<br />

1970 42 27 63 22 12 37<br />

1980 41 30 60 19 11 33<br />

1986 43 36 60 21 14 36<br />

1990/c 46 39 61 22 15 37<br />

Fuente : CEPAL 1993, División <strong>de</strong> Estadísticas y Proyecciones<br />

a/Personas con ingresos inferiores a la línea <strong>de</strong> Pobreza (alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 60 dólares mensuales por persona). Incluye<br />

a la población <strong>de</strong> extrema Pobreza.<br />

b/Personas con ingresos inferiores a la línea <strong>de</strong> indigencia (alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 30 dólares mensuales por persona).


c/Estimación Preliminar para 19 países <strong>de</strong> la región.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

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<strong>Sociales</strong>


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EXCERPTA N°7<br />

III. DESARROLLO LOCAL Y MUNICIPIO<br />

3.1 Participación:<br />

A mediados <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1991, el ejecutivo mandó un proyecto que reformaba la Ley Orgánica<br />

Constitucional <strong>de</strong> Municipalida<strong>de</strong>s. La nueva ley (N 18.695) fue aprobada y apareció publicada en agosto <strong>de</strong><br />

1992.<br />

La Ley se fundamenta en el objetivo <strong>de</strong>l ejecutivo <strong>de</strong> llevar a cabo la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> la institucionalidad<br />

favoreciendo una <strong>de</strong>scentralización y una participación efectiva <strong>de</strong> la comunidad, para lo cual se requiere <strong>de</strong><br />

instancias territoriales mo<strong>de</strong>rnas a nivel Local.<br />

La propuesta <strong>de</strong> la ley establece que las Municipalida<strong>de</strong>s estarán constituida por el Alcal<strong>de</strong>, como máxima<br />

autoridad y por el Consejo Municipal, compuesto por concejales electos directamente, con carácter normativo,<br />

resolutivo y fiscalizador. Junto a ello en cada municipio existirá un Consejo Económico y Social Comunal,<br />

compuesto por representantes <strong>de</strong> la comunidad local organizada, <strong>de</strong> carácter consultivo.<br />

Básicamente, la participación <strong>de</strong> los vecinos se canaliza por cuatro vías, Víctor Maldonado (1992):<br />

1) Generación Democrática <strong>de</strong> la representación<br />

2) El Consejo Económico Social<br />

3) Establecimiento <strong>de</strong> plebiscitos comunales<br />

4) Participación a través <strong>de</strong> organizaciones<br />

Señalábamos anteriormente que el Desarrollo Local constituye un proceso amplio que involucra diferentes<br />

actores, entre los cuales se encuentran las organizaciones sociales, el comercio, las empresas y a<strong>de</strong>más el<br />

gobierno local expresado en la institución <strong>de</strong> la Municipalidad.<br />

Luego <strong>de</strong>l ascenso <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>mocrático en <strong>Chile</strong>, se<br />

esperaba una alta participación <strong>de</strong> las organizaciones sociales y<br />

<strong>de</strong> otros en relación al gobierno local; sin embargo, ello no se<br />

produjo.<br />

Las organizaciones disminuyeron fuertemente o no elevaron su<br />

participación en la gestión local, por diferentes causas. Entre ellas


la fundamental correspon<strong>de</strong> a la existencia <strong>de</strong> una concepción <strong>de</strong><br />

la construcción local hegemonizada por la autoridad, en este caso<br />

por la autoridad Municipal. La población se ubica en un plano<br />

notoriamente secundario <strong>de</strong>sarrollando continuamente una actitud<br />

pasiva.<br />

Esta forma pasiva <strong>de</strong> relación <strong>de</strong> los actores locales con el<br />

gobierno local también correspon<strong>de</strong> a un período especial vivido<br />

en <strong>Chile</strong> caracterizado por la transición a la <strong>de</strong>mocracia. Es <strong>de</strong>cir,<br />

por una etapa en la cual comenzaba un recambio en la sociedad<br />

en sus distintas dimensiones, lo que puso a las organizaciones y a<br />

gran parte <strong>de</strong> la sociedad a la expectativa.<br />

Asimismo la situación puso a la espera la <strong>de</strong>finición o mejor<br />

dicho la re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> organización a <strong>de</strong>sarrollar en las<br />

nuevas condiciones presente, <strong>de</strong> la misma manera la re<strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> participación, e incluso, los temas por parte <strong>de</strong> la<br />

población frente a la instancia Municipal.<br />

Si miramos este proceso con cierta perspectiva resulta evi<strong>de</strong>nte a<strong>de</strong>más que la baja participación <strong>de</strong> la población<br />

<strong>de</strong> las comunas no sólo correspon<strong>de</strong> a un nuevo contexto poco claro en dicho período sino <strong>de</strong> forma muy<br />

importante a la automatización social, y a la represión y a la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l tejido social ejercida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

golpe militar hasta prácticamente el último día <strong>de</strong> entrega <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r por parte <strong>de</strong>l gobierno anterior. Pasaron en<br />

ese lapso 17 años <strong>de</strong> limitaciones reales a la participación, la cual difícilmente podría haber irrumpido<br />

explosivamente al día siguiente <strong>de</strong>l nuevo gobierno.<br />

No hay que olvidar que en dicho período inicial las Municipalida<strong>de</strong>s mantenían sus antiguos Alcal<strong>de</strong>s que venían<br />

<strong>de</strong>l período militar, quienes permanecieron hasta las elecciones <strong>de</strong> concejales y Alcal<strong>de</strong>s. Vale <strong>de</strong>cir aquellos<br />

Alcal<strong>de</strong>s continuaron en el po<strong>de</strong>r hasta un año y medio <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> gobierno, proceso también<br />

mediado por la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mocráticos por parte <strong>de</strong>l ejecutivo.<br />

La nueva ley emanada <strong>de</strong>l Parlamento, propuso un período eleccionario centrado en la elección <strong>de</strong> concejales<br />

mediante votación Popular e indirectamente la votación <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong>s para las comunas <strong>de</strong> todo el país. Ello<br />

cambió radicalmente la situación en 1992. De la inactividad <strong>de</strong> la población en las comunas se pasó a una<br />

activación en torno al tema <strong>de</strong>l gobierno comunal.<br />

La elección <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong>s y Concejales <strong>de</strong>finió claramente el tipo, la modalidad <strong>de</strong> participación que se estaba<br />

relevando en las poblaciones <strong>de</strong> los barrios. En dichos momentos álgidos la organización a la que se involucraba<br />

la comunidad y la que <strong>de</strong>fine mejor la forma <strong>de</strong> participación es el apoyo a representantes, mediados por la<br />

injerencia <strong>de</strong> los partidos políticos. Es <strong>de</strong>cir la participación en <strong>de</strong>finitiva se orientó a ganar po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

gobierno local a objeto <strong>de</strong> tener influencia en su administración.<br />

En este proceso se convocó a toda la población en sus diferentes comunas pero la involucración no fue<br />

mayoritaria, participando aquel porcentaje más directamente relacionado con ciertas instancias partidarias.<br />

Luego <strong>de</strong> este análisis la cuestión relevante aquí es que el proceso <strong>de</strong> participación no tiene la significación


profunda que <strong>de</strong>biera tener <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l Desarrollo Local.<br />

Si se compren<strong>de</strong> que participación no es exclusivamente la elección <strong>de</strong> representantes al gobierno local, ésta no<br />

pue<strong>de</strong> medirse en términos <strong>de</strong> números, sobre cuantos votan en la elección <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s. Participación es la<br />

acción <strong>de</strong> la comunidad en la vida cotidiana en una actividad <strong>de</strong> real injerencia en la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> futuro,<br />

don<strong>de</strong> el gobierno local regula y favorece la construcción colectiva <strong>de</strong>l quehacer <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l territorio.<br />

Posteriormente, luego <strong>de</strong> la dinámica eleccionaria, tampoco ha estado presente un proceso <strong>de</strong> real participación.<br />

En la última parte <strong>de</strong> 1992 y en el año 1993 las Municipalida<strong>de</strong>s comenzaron a vivir una lenta etapa <strong>de</strong><br />

transformaciones cuyo principal rasgo es el asentamiento <strong>de</strong> estructuras <strong>de</strong>mocráticas en su interior.<br />

Precisamente el tema fundamental es una recomposición <strong>de</strong> los municipios en términos <strong>de</strong> asumir el control por<br />

parte <strong>de</strong> las nuevas autorida<strong>de</strong>s, fase que no ha estado libre <strong>de</strong> tensiones e incluso <strong>de</strong> renuncias <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong>s.<br />

A todo esto es necesario agregar la presencia <strong>de</strong> un fenómeno que cada día se hace más consciente: la<br />

Corrupción. Una mala costumbre que viene <strong>de</strong>l régimen dictatorial y que hoy día se hace público, e incluso con<br />

involucramiento <strong>de</strong> las nuevas autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mocráticamente elegidas, gracias a la mayor participación y<br />

fiscalización por la nuevas instancias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, particularmente los concejales.<br />

Esta etapa también ha permitido tomar conocimiento <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong> la población en sus diferentes necesida<strong>de</strong>s<br />

y paradójicamente observar también la falta <strong>de</strong> un correlato <strong>de</strong> recursos municipales o <strong>de</strong>l gobierno central en<br />

base a entregar una atención satisfactoria a urgentes <strong>de</strong>mandas, particularmente <strong>de</strong> los sectores más pobres.<br />

Concluyendo, la dinámica vivida por el proceso <strong>de</strong> recomposición <strong>de</strong>l gobierno local no ha gatillado<br />

precisamente una ascenso en la participación, salvo frente a necesida<strong>de</strong>s coyunturales, como la actividad<br />

eleccionaria. Más bien la orientación <strong>de</strong>l fenómeno ha llevado a un <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> energías al interior <strong>de</strong> los<br />

recintos municipales en un contexto actual <strong>de</strong> guerras intestinas quedando al margen procesos <strong>de</strong> envergadura<br />

dirigidos a la articulación <strong>de</strong> actores locales en torno al Desarrollo Local.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera F.<br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

<strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

3.2 Realidad Municipal<br />

La Municipalidad en cuanto instancia local <strong>de</strong> gobierno aloja en su interior elementos y factores que no<br />

incentivan el Desarrollo Local.<br />

En un estudio cualitativo realizado por el Fondo <strong>de</strong> Solidaridad <strong>de</strong> Inversión social (FOSIS, 1993) se aprecian las<br />

representaciones negativas que tienen la población sobre la entidad Municipal, fundamentalmente los jóvenes.<br />

Esta es visualizada como inepta, instancia que hace mal las cosas, no hace lo necesario, está <strong>de</strong>sorganizada, es<br />

<strong>de</strong>spreocupada. Por otro lado se percibe como corrupta, manipuladora, poco transparente, excluyente y<br />

discriminatoria.<br />

Hasta 1973 el Municipio tenía ciertas limitaciones que hacían <strong>de</strong> este una instancia centralizada, burocrática y <strong>de</strong><br />

gran tamaño. Los cambios políticos-administrativos a los cuales fue sujeta en 1976 intentaron modificar esta<br />

situación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> control i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y una perspectiva neoliberal en el económico.<br />

En función <strong>de</strong> incorporar profesionales que pusieran un acento técnico y que estuviesen habilitados para<br />

<strong>de</strong>sarrollar líneas <strong>de</strong> planificación y gestión <strong>de</strong> proyectos fue que "...a partir <strong>de</strong> la promulgación <strong>de</strong> la Ley<br />

Orgánico Municipal <strong>de</strong> 1976 (Decreto ley 1.289), se implementaron en todos los municipios urbanos, en calidad<br />

<strong>de</strong> órganos asesores <strong>de</strong>l Alcal<strong>de</strong>, las Secretarías Comunales <strong>de</strong> Planificación y Coordinación (Secplac)." (10)<br />

En el plano económico en función <strong>de</strong> establecer un mecanismo <strong>de</strong> redistribución <strong>de</strong> ingresos se realizó "la<br />

promulgación <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Rentas (DL 3.063) <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1979 la cual otorgó una cantidad <strong>de</strong> recursos<br />

financieros permanentes a los Municipios, el Fondo Común Municipal". (11)<br />

En función <strong>de</strong> la Regionalización implementada por el régimen militar y la "<strong>de</strong>scentralización" <strong>de</strong>l Estado<br />

"mediante la Ley <strong>de</strong> Rentas, complementada por el DFL 1-3.063 <strong>de</strong> 1980, se permitió que los Municipios<br />

tomaran a su cargo la administración <strong>de</strong> algunos servicios básicos, principalmente dos: educación básica y media,<br />

y atención primaria en salud". (12)<br />

Algunas <strong>de</strong> estas reformas señaladas tuvieron su acierto en cuanto a una mayor<br />

capacidad financiera <strong>de</strong> la instancia Municipal dado que han permitido aumentar<br />

notoriamente el presupuesto municipal en los años recientes (Ley <strong>de</strong> Rentas).<br />

Por ejemplo "los ingresos municipales <strong>de</strong> Lota han aumentado, en términos reales,<br />

en 102,6% entre 1983 y 1989. En Talca sólo en el período 1986-88 el crecimiento ha<br />

sido <strong>de</strong> 67,6 %" (13)<br />

No obstante, las limitaciones continúan; según Alex Rosenfeld (1989) las<br />

dificulta<strong>de</strong>s para los Municipios <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s intermedias a fines <strong>de</strong> los años 80 y que


hoy día se mantienen las siguientes:<br />

Por un lado, como ya señalábamos anteriormente la creación <strong>de</strong> las Secretarias Comunales <strong>de</strong> Planificación y<br />

Coordinación, tienen según la ley la función <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> un Plan <strong>de</strong> Desarrollo Comunal sin embargo su<br />

labor se ha restringido a elaborar Diagnósticos y a avaluar programas diseñados a nivel central y en el mejor <strong>de</strong><br />

los casos a apoyar el diseño y la gestión <strong>de</strong> proyectos, muchas veces elaborados por consultoras externas.<br />

Es <strong>de</strong>cir este rol se ha cumplido parcialmente; no se cuenta todavía con la capacidad necesaria, hay a una<br />

sobrecarga <strong>de</strong> tareas, junto a disputas internas por el po<strong>de</strong>r. No se <strong>de</strong>sarrolla una labor <strong>de</strong>cisiva en torno a la<br />

constitución <strong>de</strong> un plan <strong>de</strong> Desarrollo Local o comunal junto a la comunidad.<br />

Por otro lado hay gran<strong>de</strong>s restricciones presupuestarias particularmente en los Municipios urbanos pobres o <strong>de</strong><br />

ciuda<strong>de</strong>s pequeñas o intermedias. Otra "limitación <strong>de</strong>l Municipio ....se relaciona con las posibilida<strong>de</strong>s reales <strong>de</strong><br />

inversión y, por lo tanto, con la capacidad efectiva <strong>de</strong> solucionar los problemas <strong>de</strong> la población....en una ciudad<br />

intermedia....el presupuesto municipal alcanza para mantener el personal y el funcionamiento <strong>de</strong> los servicios<br />

urbanos y sociales, pero no permite realizar gran<strong>de</strong>s proyectos <strong>de</strong> inversión sin recurrir a los recursos <strong>de</strong>l<br />

gobierno central, en especial los fondos sectoriales y regionales". (14)<br />

En el Foro Iberoamericano sobre Gestión Local en los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización, según el Dr. Gómez Navas<br />

(1991) hay un cuestionamiento a las capacida<strong>de</strong>s reales para hacer frente a los cambios que implica una inserción<br />

en la propuesta <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> la región. Existe un razonamiento acrítico que le atribuye al Municipio<br />

una discutible idoneidad para recibir nuevas competencias o funciones. Por otro lado también se minimizan los<br />

efectos <strong>de</strong>l creciente fenómeno <strong>de</strong> la urbanización en el comportamiento <strong>de</strong>l aparato gubernamental local.<br />

En relación a esto último según Ahumada (1991) en la historia <strong>de</strong> los gobiernos locales el proceso <strong>de</strong> rápida<br />

urbanización ha sido disruptivo, potenciado más todavía por factores <strong>de</strong> políticas y administración centrales y<br />

locales.<br />

Es <strong>de</strong>cir, enfrentado el gobierno local y nacional a un proceso acelerado <strong>de</strong> urbanización y <strong>de</strong>sarrollo<br />

concentrado en la ciudad primaria, aparece una secuela <strong>de</strong> medidas puestas en marcha <strong>de</strong> modo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado y<br />

normalmente atrasadas, en la perspectiva <strong>de</strong> frenar el crecimiento, lo que aún no ha sucedido.<br />

En nuestro país producto <strong>de</strong>l crecimiento urbano se han llevado a cabo <strong>de</strong>salojos <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro<br />

<strong>de</strong> Santiago hacia la periferia, Rodríguez (1992). En el período 1979-1985 fueron erradicadas 28.703 familias, es<br />

<strong>de</strong>cir 172.218 personas. Las comunas <strong>de</strong> Las Con<strong>de</strong>s y Santiago son las que aparecen con los porcentajes más<br />

altos <strong>de</strong> expulsión.<br />

Los resultados y consecuencias <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>salojos se expresan en primer lugar en impactos urbanos, Rodríguez<br />

(1992): Traspaso <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s a las comunas más pobres; pérdida <strong>de</strong> acceso a equipamiento y servicios<br />

públicos. En segundo lugar impactos económicos en las Familias: disminución <strong>de</strong>l ingreso, afectando<br />

negativamente la sobrevivencia; Impacto psico-social, necesidad <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuarse a un medio <strong>de</strong>sconocido con<br />

comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> distinto origen, aumento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia, inseguridad y violencia. En tercer lugar impacto en<br />

la estructura familiar: perdida <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong> hogar, incorporación <strong>de</strong> mujeres y al mundo laboral,<br />

integración <strong>de</strong> jóvenes a grupos marginales.


Los problemas <strong>de</strong> financiamiento, y las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s asociadas en los gobiernos locales se traducen en una<br />

<strong>de</strong>sigual capacidad institucional <strong>de</strong> gestión, que conduce a limitaciones para realizar análisis sectoriales que<br />

permitan i<strong>de</strong>ntificar, diagnosticar y diseñar intervenciones.<br />

Un ejemplo en este sentido hace referencia al caso <strong>de</strong> Colombia don<strong>de</strong> "se ha promovido una regionalización <strong>de</strong>l<br />

gasto hacia las zonas geográficas con mayores carencias <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s básicas, mediante el Plan Nacional <strong>de</strong><br />

rehabilitación. Partió en 1986 con 178 municipios y en 1988 ya beneficiaba a más <strong>de</strong> 300. Sin embargo, se<br />

aprecia una enorme incapacidad para ejecutar el presupuesto: en 1988 se pudo gastar únicamente un 57,6% ello<br />

parece subrayar la reducida capacidad <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> los municipios pobres: los más necesitados, precisamente<br />

por tener<br />

los menores niveles <strong>de</strong> gasto social per cápita, son también los más débiles institucionalmente....se apunta<br />

(entonces) hacia la necesidad <strong>de</strong> fortalecer institucionalmente a los municipios más pobres" (15).<br />

Según <strong>de</strong> Dr. Gómez Navas "la <strong>de</strong>scentralización no está ocurriendo en América Latina en un medio <strong>de</strong><br />

abundancia y eficacia, sino que, por el contrario, ese proceso se yuxtapone a situaciones <strong>de</strong> escasez y <strong>de</strong><br />

ineficiencia" (16).<br />

Por otro lado existe y ha existido la situación que el papel <strong>de</strong> participación <strong>de</strong> la comunidad se <strong>de</strong>svirtúe si el<br />

gobierno local actúa sólo como extensión <strong>de</strong>l Gobierno Central, sin <strong>de</strong>jar lugar a dudas ello disminuye la<br />

posibilidad <strong>de</strong> acoger y propiciar iniciativas surgidas <strong>de</strong> la población. Esta probabilidad se acentúa cuando el<br />

gobierno local actúa como reflejo <strong>de</strong> un gobierno central, concentrador <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones y recursos, con<br />

características autoritarias.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

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<strong>Sociales</strong>


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EXCERPTA N°7<br />

3.3 Municipio De Nuevo Tipo:<br />

Una <strong>de</strong>mocracia será sólida <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la fortaleza <strong>de</strong> su sociedad civil, en particular <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s<br />

territoriales, en las cuales un factor fundamental es la práctica <strong>de</strong> la participación. De allí la importancia <strong>de</strong>l<br />

Municipio.<br />

Según los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la CEPAL/CNUAH (1992) el municipio en Latinoamérica está cambiando, existen<br />

otros objetivos más allá <strong>de</strong> los habituales que están presentes en el contexto social y que <strong>de</strong> cierta forma son<br />

puestos en las metas municipales.<br />

Por un lado se <strong>de</strong>sdibujan progresivamente los diseños <strong>de</strong> gobierno que privilegiaron el subsidio como estilo <strong>de</strong><br />

adjudicación <strong>de</strong> recursos. La administraciones locales avanzan sobre el <strong>de</strong>stino y quehacer económico <strong>de</strong> la<br />

localidad. Las acciones emprendidas en general, por el sector público, afecta a las capacida<strong>de</strong>s productivas <strong>de</strong> las<br />

localida<strong>de</strong>s y ello es un elemento <strong>de</strong> importancia para el municipio.<br />

Por otro lado, la dimensión <strong>de</strong> la pobreza y su superación aparece como el componente central <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong><br />

las políticas públicas a diferentes niveles y las propuestas esenciales <strong>de</strong> superación apuntan a procesos y medidas<br />

vinculada al crecimiento económico, con programas <strong>de</strong> asistencia y <strong>de</strong>sarrollo social.<br />

Aparece también hoy la preocupación por la sustentabilidad ambiental. El logro <strong>de</strong> la superación <strong>de</strong> la pobreza no<br />

<strong>de</strong>be estar basado en el sacrificio <strong>de</strong> las oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las generaciones futuras.<br />

De manera que la inserción <strong>de</strong> la localidad en el <strong>de</strong>sarrollo y crecimiento económico y la atención a las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la población con mayores carencias, son temas importantes el rol <strong>de</strong> un municipio mo<strong>de</strong>rno.<br />

En otra dirección el tema <strong>de</strong>l gobierno local adquiere vigencia en tanto tiene que ver, según Jaime Ahumada<br />

(1991), con las ten<strong>de</strong>ncias hacia la <strong>de</strong>scentralización y la <strong>de</strong>sconcentración <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, lo que<br />

revitaliza una concepción participativa <strong>de</strong> la planificación.<br />

Hoy día se asume al municipio como la instancia fundamental en el nivel local o comunal para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

comunidad, sin embargo también se asume las capacida<strong>de</strong>s que este <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sarrollar <strong>de</strong> modo <strong>de</strong> ejercer una<br />

a<strong>de</strong>cuado nuevo rol. Aquí es claro que existen críticas al modo <strong>de</strong> funcionamiento anterior, en términos <strong>de</strong> su<br />

funcionalidad restringida, el clientelismo, el oportunismo, la burocracia, la falta <strong>de</strong> profesionalismo, etc.<br />

La línea <strong>de</strong> trabajo actualmente apunta a mo<strong>de</strong>rnizar el Municipio <strong>de</strong>ntro un contexto <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización cuya<br />

orientación fundamental es ejercer un rol motivador y estimulador <strong>de</strong>l crecimiento <strong>de</strong> la comunidad; ello implica<br />

por un lado abordar nuevas funciones y nuevas áreas, nuevas tareas, como asimismo mayores capacida<strong>de</strong>s en la<br />

gestión <strong>de</strong> acciones, activida<strong>de</strong>s y especialmente la movilización y atracción <strong>de</strong> nuevos recursos.<br />

La CEPAL/CNUAH (1992) pone también el acento sobre los nuevos procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización "nuevas<br />

<strong>de</strong>mandas han ido <strong>de</strong>terminando el que al hablar <strong>de</strong> fortalecimiento institucional <strong>de</strong> las administraciones locales


se implique no sólo el mejoramiento <strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> sus atribuciones tradicionales ...<br />

sino que una dimensión mucho mas ambiciosa se está buscando preparar y a<strong>de</strong>cuar la institucionalidad local a las<br />

<strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scentralización... La traducción conceptual <strong>de</strong> ello está en el concepto <strong>de</strong> gestión, que siendo<br />

complementario al <strong>de</strong> administración local, amplía los horizontes <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l Municipio hasta alcanzar la<br />

propuesta <strong>de</strong> estrategias <strong>de</strong> Desarrollo Local, la articulación <strong>de</strong> políticas locales con las centrales y la<br />

investigación sobre la realidad local como insumo <strong>de</strong> las propuestas <strong>de</strong> gran especifidad" (17).<br />

Más explícitamente la CEPAL/CNUAH (1992) indica: "...es posible afirmar que se perfila con fuerza lo que<br />

podríamos <strong>de</strong>nominar un estilo gerencial <strong>de</strong> gobierno que es aquél que mejor logra traducir las <strong>de</strong>mandas en<br />

respuesta <strong>de</strong> todo tipo al interior <strong>de</strong>l municipio" (18).<br />

Lo anterior se observa ineludiblemente vinculado a la participación <strong>de</strong> la comunidad. Des<strong>de</strong> el momento que la<br />

región incorpora e introduce la <strong>de</strong>mocracia como parte <strong>de</strong> su evolución, ello requiere la estimulación <strong>de</strong> un<br />

compromiso <strong>de</strong>l ciudadano en la <strong>de</strong>finición y concreción <strong>de</strong> su propio <strong>de</strong>sarrollo, como asimismo participación en<br />

la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión y en la ejecución <strong>de</strong> obras. Como también la necesidad <strong>de</strong> establecer mecanismos <strong>de</strong> control<br />

por parte <strong>de</strong> grupos y <strong>de</strong>legaciones comunitarias, como expresión concreta <strong>de</strong> la participación.<br />

En la perspectiva <strong>de</strong> un nuevo tipo <strong>de</strong> Municipalidad o gobierno local la i<strong>de</strong>a es que "incorporen procesos <strong>de</strong><br />

negociación como parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s y asignen un rol importante a la capacidad que la<br />

comunidad tiene para estimular su propio <strong>de</strong>sarrollo. Esta modificación <strong>de</strong>l rol, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paradigma <strong>de</strong>l Estado<br />

proveedor y controlador al <strong>de</strong> facilitador y estimulador <strong>de</strong> acciones..." (19).<br />

Dicho <strong>de</strong> otro modo CEPAL/CNUAH (1992) señala: "Elementos claves son la orientación al reconocimiento <strong>de</strong><br />

oportunida<strong>de</strong>s, a la articulación con el máximo número <strong>de</strong> agentes locales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo, la priorización <strong>de</strong><br />

acciones mo<strong>de</strong>rnizadoras por sobre las efectistas, y la capacidad <strong>de</strong> conciliar reformas con el mantenimiento <strong>de</strong><br />

niveles <strong>de</strong> eficacia y efectividad <strong>de</strong> la administración municipal. Aspecto importante ha sido la incorporación <strong>de</strong><br />

indicadores <strong>de</strong> gestión dinámicos a la evaluación <strong>de</strong> la gestión, un espíritu <strong>de</strong> superación <strong>de</strong> los obstáculos, el<br />

fomento y la valorización <strong>de</strong> la creatividad, la capacidad <strong>de</strong> asumir riesgos y fracasos, y la conceptualización <strong>de</strong>l<br />

municipio como un catalizador <strong>de</strong> acciones y emprendimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su papel <strong>de</strong> proveedor <strong>de</strong><br />

servicios básicos urbanos" (20).<br />

De esta manera surge la necesidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el gobierno local estructurado en base a un sistema <strong>de</strong><br />

participación <strong>de</strong> la población, asumiendo un rol <strong>de</strong> agencia impulsora <strong>de</strong> iniciativas a nivel local.<br />

Según Jaime Ahumada el gobierno local <strong>de</strong>be cumplir su función mediante el "control direccional", opuesto a un<br />

sistema <strong>de</strong> control no participativo o autoritario.<br />

Tomado <strong>de</strong> las autores Friend y Jessos, "el control direccional se basa en la premisa <strong>de</strong> que la comunidad pue<strong>de</strong><br />

ejercer un grado importante <strong>de</strong> control sobre las <strong>de</strong>cisiones técnicas a través <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong> base y a través<br />

<strong>de</strong> sus representantes elegidos. De esta manera, es posible dirigir los efectos <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones hacia objetivos<br />

coinci<strong>de</strong>ntes con los intereses generales <strong>de</strong> la comunidad.... canaliza las necesida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la comunidad<br />

mediante una acción <strong>de</strong> transacción entre el gobierno y la comunidad hacia esas metas. Esta acción <strong>de</strong><br />

transacción, enriquecedora y positiva, no rin<strong>de</strong> frutos sino es asumida plenamente por el gobierno local" (21).<br />

Es interesante a propósito <strong>de</strong>l proceso necesario <strong>de</strong> relación entre la comunidad y gobierno lo señalado por


Rappoport (1974). La existencia <strong>de</strong> conflictos y búsqueda <strong>de</strong> soluciones entre gobernantes y gobernados a través<br />

<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> transacciones, hace referencia a un estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia representativa, el cual no <strong>de</strong>be<br />

confundirse con una <strong>de</strong>mocracia participativa, don<strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s, los conflictos no se plantean sobre<br />

diferencias <strong>de</strong> base acerca <strong>de</strong> las metas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, sino que sobre los medios para alcanzar esas metas.<br />

Se trata <strong>de</strong> que el gobierno local adopte un rol creador <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s para que se mejore la calidad <strong>de</strong> vida <strong>de</strong><br />

la comunidad, por encima <strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> grupos, estratos y clases.<br />

En la formulación <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> gobierno local, intervienen tres dimensiones, según Jessop y Friend (1971):<br />

a)Impacto<br />

Hace referencia a la necesaria toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> que el gobierno local ejerce un impacto <strong>de</strong> importancia<br />

extrema en la comunidad y <strong>de</strong>be ser planificadamente integrado a la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones gubernamentales a través<br />

<strong>de</strong>l consenso y participación comunitaria.<br />

b) Interacción<br />

Se refiere a la generación <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> coordinación y uniformidad <strong>de</strong> objetivos <strong>de</strong> manera <strong>de</strong> aumentar la<br />

eficiencia y evitar el malgasto <strong>de</strong> recursos entre distintas instancia municipales.<br />

c) Aprendizaje y seguimiento<br />

Se trata que el gobierno local logre extraer <strong>de</strong> las experiencias realizadas lo positivo y negativo; ello requiere un<br />

labor <strong>de</strong> evaluación y seguimiento <strong>de</strong> las acciones. Esto se constituye en un aprendizaje el que <strong>de</strong>be incorporarse<br />

al proceso <strong>de</strong> planificación local.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

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EXCERPTA N°7<br />

IV. CONTEXTO DEL DESARROLLO LOCAL<br />

4.1 Desarrollo Regional<br />

A1 hacer referencia al Desarrollo Local resulta ineludible ubicarlo en el contexto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo regional. Por<br />

cuanto en <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>finido por sí mismo sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva mayor, en la cual se inserta una propuesta<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo para el país.<br />

En función <strong>de</strong>l objetivo nacional <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo económico social, se entien<strong>de</strong> hoy día que éste no es posible si no<br />

se incorpora el Desarrollo Regional y el Desarrollo Local como procesos indispensables.<br />

En dicho sentido la producción económica apunta a acrecentar las ventajas comparativas <strong>de</strong> las regiones <strong>de</strong> modo<br />

<strong>de</strong> aumentar la competitividad en el mercado nacional e internacional. Sin embargo ello no es posible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

planificación central por cuanto el proceso pier<strong>de</strong> eficacia y eficiencia. Adquieren <strong>de</strong> esta manera importancia las<br />

<strong>de</strong>cisiones a nivel regional por quienes conocen mucho más <strong>de</strong> cerca la realidad concreta don<strong>de</strong> se encuentran los<br />

recursos naturales, productivos y humanos.<br />

Igualmente a nivel local, a nivel comunal son las poblaciones, las comunida<strong>de</strong>s las que alojan en su crecimiento<br />

una historia y una i<strong>de</strong>ntidad territorial la que les permite a ciencia cierta opinar respecto <strong>de</strong> como necesitan vivir<br />

en función <strong>de</strong> los recursos naturales y humanos locales.<br />

Lo señalado enca<strong>de</strong>na inmediatamente otros procesos que vinculados al ámbito productivo también son<br />

esenciales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo económico y social. La participación <strong>de</strong> la población regional y<br />

local en las <strong>de</strong>cisiones, lo que nos lleva a la generación <strong>de</strong> estructuras <strong>de</strong> participación en el po<strong>de</strong>r local y<br />

regional. Asimismo aparecen otros ámbitos como son la educación, la salud, la vivienda, los que <strong>de</strong>ben ser<br />

entendidos como articulados en el marco <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo.<br />

La especificidad <strong>de</strong>l Desarrollo Local no pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse, entonces, como una cuestión ubicada sólo a nivel<br />

micro, sino como un proceso micro-macro íntimamente relacionado. Por un lado el Desarrollo Local contribuye a<br />

señalar las necesida<strong>de</strong>s reales sentidas por la población <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad histórica y cultural.<br />

Y por otro lado el Desarrollo Local está limitado a las posibilida<strong>de</strong>s,<br />

potencialida<strong>de</strong>s y problemas reales que tiene la región y las comunas<br />

don<strong>de</strong> se implementa. Lo cual exige al Desarrollo Local estimular<br />

procesos <strong>de</strong> crecimiento, <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> conciencia, <strong>de</strong> organización,<br />

pero todo ello reforzando justamente las ventajas comparativas y las<br />

cualida<strong>de</strong>s fuertes que permita efectivamente el <strong>de</strong>sarrollo social y<br />

productivo inserto en el <strong>de</strong>sarrollo regional.


E1 proceso <strong>de</strong> Desarrollo Regional constituye una dinámica reciente<br />

en <strong>Chile</strong> De modo que en el último período se han aprobado leyes que<br />

dan un primer paso a su implementación. Lo realizado por el período<br />

político militar, si bien fue <strong>de</strong>nominado regionalización, y don<strong>de</strong><br />

efectivamente se estructuró el país en esa perspectiva. Des<strong>de</strong> el punto<br />

<strong>de</strong> vista presupuestario y político, el control real continuo<br />

directamente en manos <strong>de</strong>l gobierno central.<br />

Múltiples dificulta<strong>de</strong>s se encuentran presentes en tanto el <strong>de</strong>sarrollo regional recién comienza, toda vez más<br />

cuanto nuestro país tiene una tradición centralista muy acentuada, no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo administrativo y formal sino<br />

también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la psicología social <strong>de</strong> la población.<br />

Entrevistas realizadas por la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> a funcionarios <strong>de</strong> regiones en torno a 1a participación <strong>de</strong> ese<br />

sector en e1 diseño <strong>de</strong> políticas indica que las medidas fundamentales son resueltas por el gobierno central y que<br />

la creación <strong>de</strong> organismos como Serplac (Secretarias Regionales <strong>de</strong> Planificación y Coordinación) creadas con el<br />

objeto <strong>de</strong> planificar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las regiones señalan que este servicio cumple fundamentalmente una tarea <strong>de</strong><br />

evaluar programas y proyectos elaborados en el centro y su tarea se ve habitualmente sobrecargada por los<br />

perentorios plazos que exigen enviar regularmente información a la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia correspondiente, la cual será<br />

analizada igualmente <strong>de</strong> modo central. (22)<br />

En el terreno <strong>de</strong>l presupuesto disponible, a objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo regional, gran<strong>de</strong>s empresas cuya labor básica <strong>de</strong><br />

explotación la realizan en la región misma, moviendo gran<strong>de</strong>s capitales, como empresas ma<strong>de</strong>reras, pesqueras,<br />

mineras, etc., su tributación, la cual es <strong>de</strong> gran envergadura, es realizada en el centro administrativo <strong>de</strong>l país,<br />

dineros que no vuelven a nivel regional.<br />

Las estructuras <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión a nivel regional como los consejos regionales fueron recientemente creadas. Siendo<br />

ello un avance muy importante, también la realidad muestra que están sujetas a las limitaciones propias <strong>de</strong> un<br />

organismo nuevo: bajo presupuesto, déficit <strong>de</strong> personal, exacerbación <strong>de</strong> conflictos por pugnas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r,<br />

clientelismo; especialmente es a<strong>de</strong>cuado enfatizar la falta <strong>de</strong> experiencia en planificación y evaluación <strong>de</strong><br />

proyectos, activida<strong>de</strong>s que muchas veces no cuentan con el diagnóstico necesario.<br />

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4.2 Descentralización<br />

La importancia <strong>de</strong>l Desarrollo Local ha ido en aumento, en los últimos años y ello por el interés <strong>de</strong> entregarle al<br />

gobierno local más po<strong>de</strong>r, atribuciones y representatividad. Esta ten<strong>de</strong>ncia se enmarca en un proceso que intenta<br />

<strong>de</strong>scentralizar el país.<br />

La <strong>de</strong>scentralización apunta a la diversificación <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, se enmarca en la<br />

orientación <strong>de</strong> vehiculizar la <strong>de</strong>mocracia hacia las regiones y las comunas, en la perspectiva <strong>de</strong> dinamizar y<br />

<strong>de</strong>sarrollar las organizaciones comunitarias. De allí que, <strong>de</strong>mocratización, <strong>de</strong>scentralización y participación se<br />

refuerzan entre sí.<br />

"Descentralizar implica, entonces, crear centros <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones autónomos que estén facultados para <strong>de</strong>finir tareas<br />

y asumir responsabilida<strong>de</strong>s" (23).<br />

4.3 Nuevo or<strong>de</strong>n internacional y Desarrollo Local<br />

De manera más distante pero igualmente inserto en la misma red se encuentra el Desarrollo Local <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

proceso que viven hoy las relaciones internacionales.<br />

Surge hoy un "nuevo or<strong>de</strong>n internacional" a partir <strong>de</strong> la situación que viven los socialismos reales, su <strong>de</strong>rrumbe<br />

ha implicado la hegemonía <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrollados constituidos sobre la base i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>l Capitalismo.<br />

En el proceso <strong>de</strong> reconstitución <strong>de</strong> este nuevo or<strong>de</strong>n se ha observado en los años reciente la conformación <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s bloques que imponen a las relaciones internacionales las directrices que prefiguran su propio <strong>de</strong>sarrollo.<br />

Fuera <strong>de</strong> la CEE, EEUU y Japón, el resto <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>l mundo se ven obligados a articularse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas<br />

orientaciones. Inserto en dicho contexto <strong>de</strong>be compren<strong>de</strong>rse la "lniciativa para las Américas" propuesta por Bush<br />

a mediados <strong>de</strong> 1990.<br />

Esto permite percibir, por ejemplo, que mientras <strong>Chile</strong> y otros países <strong>de</strong> América Latina como México y<br />

Venezuela, hacen <strong>de</strong>nodados esfuerzos por abrir sus economías al comercio exterior, la CEE y el mismo EEUU<br />

comienzan a <strong>de</strong>sarrollar políticas proteccionistas, particularmente en el ámbito agrario. Se quiebran las normas <strong>de</strong><br />

comercio acordadas en el Gatt cuando los gran<strong>de</strong>s países <strong>de</strong>sarrollados, que hoy constituyen bloques, lo necesitan.<br />

Resultado <strong>de</strong> todo este proceso es la relevancia <strong>de</strong> los Organismos multilaterales asociados a los Bloques, el<br />

Banco Mundial, el FMI, representantes financiero <strong>de</strong> los mismos. Estas instituciones <strong>de</strong>finen un estilo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo para ser asumida por los distintos países, particularmente los sub<strong>de</strong>sarrollados usando como<br />

metodología <strong>de</strong> financiamiento <strong>de</strong> proyectos los mecanismos <strong>de</strong> "Ajuste Estructural".


Dicho procedimiento se "caracteriza por la importancia central <strong>de</strong>l sector privado, la relevancia <strong>de</strong>l sector agrario<br />

exportador, la privatización <strong>de</strong> los servicios sociales, la jibarización <strong>de</strong>l estado (con la consecuente privatización<br />

<strong>de</strong> la Empresas Estatales) y la modificación <strong>de</strong>l sistema jurídico que regula las relaciones laborales" (24)<br />

Expresado <strong>de</strong> otra forma "La internacionalización <strong>de</strong>l aparato productivo y financiero introdujeron profundos<br />

cambios en la lógica espacial (territorial).... En este marco, las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> localización <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />

expresan factores e intereses que no siempre guardan correspon<strong>de</strong>ncia con <strong>de</strong>mandas y necesida<strong>de</strong>s do carácter<br />

local-regional; más bien, éstas quedan sujetas a las condiciones que impone el comercio exterior y a flujos<br />

financieros también externos, que sólo consi<strong>de</strong>ran los recursos productivos y su rentabilidad. Aparece un nuevo<br />

patrón <strong>de</strong> especialización económica regional, en función <strong>de</strong> la nueva articulación mercado interno/mercado<br />

exportador" (25).<br />

En ese contexto el Banco Mundial crea en 1985 el Departamento <strong>de</strong> ONGs, en tanto asume el tema <strong>de</strong>l Desarrollo<br />

Local como una dimensión incorporada a todo el proceso <strong>de</strong> cambios a nivel mundial, y don<strong>de</strong> entien<strong>de</strong> que las<br />

ONGs, instancias impulsoras <strong>de</strong>l Desarrollo Local, constituyen actores con cierta influencia en los ámbitos<br />

locales y nacionales. Y en función <strong>de</strong> ello incrementa una relación con dichos organismos a modo que colaboren<br />

con sus políticas globales <strong>de</strong> manera <strong>de</strong> incrementar su influencia.<br />

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V. ELEMENTOS METODOLÓGICOS DEL DESARROLLO LOCAL<br />

Las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la Comunidad se pue<strong>de</strong>n agrupar <strong>de</strong> la siguiente manera, en cuanto a <strong>de</strong>sarrollo económico y<br />

mejoramiento <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> vida (Jaime Ahumada, 1991)<br />

●<br />

●<br />

●<br />

●<br />

●<br />

●<br />

●<br />

●<br />

Educación Pública<br />

Vivienda<br />

Salud Pública y Medio ambiente<br />

Equipamiento Social y Cultural, <strong>de</strong> previsión y protección<br />

Seguridad Personal y Colectiva<br />

Infraestructura Sanitaria<br />

Transporte y Vialidad<br />

Recreación, <strong>de</strong>portes y Áreas ver<strong>de</strong>s<br />

A grosso modo no existe una metodología Única <strong>de</strong>l Desarrollo Local, al contrario un conjunto <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los y<br />

técnicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los años cincuenta. Comenzando con la misma educación popular, continuando con<br />

el <strong>de</strong>sarrollo comunitario y llegando hoy día a la gestión y planificación <strong>de</strong>l Desarrollo Local.<br />

Por otro lado es muy necesario hacer la diferencia respecto <strong>de</strong> cuáles son los niveles o los puntos <strong>de</strong> partida<br />

cuando enfocamos el tema. Es <strong>de</strong>cir en primer lugar la perspectiva más cercana es el nivel administrativo en el<br />

ámbito estatal, el cual hoy día en Latinoamérica apunta a una mayor <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> don<strong>de</strong> el<br />

planteamiento fundamental es la <strong>de</strong>scentralización y <strong>de</strong>sconcentración <strong>de</strong> manera <strong>de</strong> aumentar y consolidar la<br />

<strong>de</strong>mocracia.<br />

En segundo lugar se encuentra el mundo <strong>de</strong> las ONGs y el mundo profesional don<strong>de</strong> se parte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

perspectiva <strong>de</strong> la Sociedad civil la cual propone mo<strong>de</strong>los y fórmulas <strong>de</strong> trabajo. Ello permite <strong>de</strong>sarrollar<br />

experiencias pilotos como asimismo generar un contexto crítico al estado respecto <strong>de</strong> su quehacer. En <strong>Chile</strong>,<br />

luego <strong>de</strong> quedar atrás el gobierno militar, las ONGs han perdido relevancia <strong>de</strong>bido a que parte <strong>de</strong> su recurso<br />

humano productivo se trasladó al gobierno, como asimismo muchos fondos, particularmente los <strong>de</strong> la comunidad<br />

internacional fueron dirigidos directamente al gobierno <strong>de</strong> modo que en muchos casos las ONGs <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la<br />

presentación <strong>de</strong> proyectos al Ennnstado para su sobrevivencia.<br />

Y en tercer lugar se encuentra un segmento <strong>de</strong> la sociedad que adolece <strong>de</strong> canales a<strong>de</strong>cuados <strong>de</strong> comunicación,<br />

pero que cuenta con visiones importantes respecto <strong>de</strong>l Desarrollo Local. Estamos hablando <strong>de</strong> la comunidad<br />

misma, quien esta constituida por diversos actores que con su historia y fuerza cultural probablemente alojan<br />

propuestas que enriquecerían seriamente la totalidad <strong>de</strong>l proceso.


5.1 Planificación a Nivel Local:<br />

Una <strong>de</strong> la propuestas en términos metodológicos en función <strong>de</strong> satisfacer estas inquietu<strong>de</strong>s es la<br />

Microplanificación <strong>de</strong> los autores Reinhard Goethert y Nabeel Hambi expuestas por CEPAL.<br />

La microplanificación es un proceso <strong>de</strong> diseño y <strong>de</strong>sarrollo urbano basado en la participación <strong>de</strong> la Comunidad.<br />

Enfatiza las siguientes características: Pequeño en escala, capaz <strong>de</strong> ser manejado por organismo <strong>de</strong><br />

administración sencilla o, incluso, por una organización informal. Es un proceso que busca crear vínculos entre<br />

las necesida<strong>de</strong>s locales y las centrales.<br />

Este método está dirigido a respon<strong>de</strong>r las siguientes preguntas: ¿Qué está mal ¿Qué se pue<strong>de</strong> hacer para que las<br />

cosas salgan bien ¿Cómo lograrlo Incluye 5 fases <strong>de</strong> acción:<br />

1. - I<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los problemas<br />

2. - Estrategias generales para enfrentar los problemas<br />

3. - Acuerdo en el programa, <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> acciones, opciones <strong>de</strong> solución y negociación.<br />

4. - Planificación y programación para la implementación<br />

5. - Ejecución, monitoreo y evaluación.<br />

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VI. PERSPECTIVAS DEL DESARROLLO LOCAL<br />

El Desarrollo Local constituye una propuesta que pone sobre el tapete dos actores, la comunidad y el gobierno<br />

local; empero, la reflexión presente en la literatura está <strong>de</strong>sequilibrada hacia el segundo actor. La comunidad<br />

constituye una realidad poco explorada quedando ausentes una<br />

infinidad <strong>de</strong> fenómenos. Algunos ejemplos en este sentido: el<br />

aporte <strong>de</strong> la juventud, las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo personal; los<br />

conflictos y los esfuerzos <strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong> los inmigrantes, otras<br />

formas <strong>de</strong> vivir el presente, el rechazo al consumismo, el miedo<br />

al encuentro con otros, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad territorial,<br />

diferentes formas <strong>de</strong> hacer cultura, etc.<br />

Es fundamental dar un paso mayor en la reflexión y enten<strong>de</strong>r que<br />

el Desarrollo Local no es el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l gobierno local sino el<br />

crecimiento <strong>de</strong> todos los componentes <strong>de</strong> ese mundo y resulta<br />

claro que la municipalidad es el actor esencial por excelencia y que en un buen proceso <strong>de</strong> corte <strong>de</strong>mocrático<br />

pue<strong>de</strong> llega a ser el núcleo, el corazón <strong>de</strong> la comunidad. Una especie <strong>de</strong> instancia reguladora, articuladora y<br />

estimuladora <strong>de</strong> diferentes sectores o poblaciones que configura una comuna o localidad.<br />

No obstante ello no es así, la percepción que existe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la comunidad es que la municipalidad o el gobierno<br />

local es un ente ajeno, externo a lo fundamental <strong>de</strong> la comunidad. E1 gobierno local se percibe como el otro con<br />

quien se tiene que enfrentar o relacionar obligatoriamente. Es un espacio <strong>de</strong> disputas, <strong>de</strong> filas interminables, <strong>de</strong><br />

burocracia.<br />

De esta manera es posible captar que existen en la comunidad otros espacios que si efectivamente son<br />

estimulantes, agradables y <strong>de</strong>sarrolladores, como por ejemplo los clubes, la cancha <strong>de</strong> fútbol, el colegio <strong>de</strong> los<br />

niños, el negocio <strong>de</strong> la esquina, el vecino tal o cuál, la plaza, la feria, el circo, el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l bus, el centro<br />

comercial, etc. Lugares y espacios que por ahora surgen <strong>de</strong> forma espontánea, que son inesperados, <strong>de</strong> forma<br />

<strong>de</strong>sorganizada, pero que respon<strong>de</strong>n a los anhelos y necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la comunidad, y que perfectamente pue<strong>de</strong>n<br />

potenciarse, difundirse, acrecentarse.<br />

Como asimismo no sólo espacios sino comportamientos y sentimientos que son "negativos " cuando se asocian a<br />

la municipalidad y pue<strong>de</strong>n ser diferentes o "positivos" cuando están vinculados a otros lugares.<br />

En ese sentido el rol <strong>de</strong> la Municipalidad no sólo es la promoción <strong>de</strong> la participación en el gobierno local sino<br />

también el generar condiciones o favorecer directamente la implementación <strong>de</strong> espacios, relaciones y<br />

organizaciones estrechamente vinculadas al mundo y a la vida comunitaria.<br />

El proceso que actualmente vive la Municipalidad, como lo señaláramos anteriormente, la lleva transitando por


diferentes fases. Pasada las etapas transitorias <strong>de</strong> recomposición <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, resueltas <strong>de</strong> manera relativa las<br />

tensiones internas y al mismo tiempo incorporado un concepto ético y mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l funcionario público,<br />

pudiera ser que esta instancia <strong>de</strong> gobierno local cuente con una mayor apertura institucional hacia una <strong>de</strong>dicación<br />

más efectiva en el servicio a la comunidad, y particularmente hacia el Desarrollo Local. Ello <strong>de</strong>biera ser objeto<br />

<strong>de</strong> preocupación futura.<br />

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VII. BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS<br />

1. Francisco Sabatini, Desarrollo urbano e i<strong>de</strong>ntidad comunal, OCHO TEMAS pág 45, 1989 Cordillera<br />

2. Teresa López, Servicio Social y Desarrollo Local, pág. 42, 1991, Colegio <strong>de</strong> Asistentes <strong>Sociales</strong>.<br />

3. Guajardo, Jorge. "La cuestión <strong>de</strong>l Desarrollo Local. Notas Provisorias". En revista <strong>de</strong>l Taller <strong>de</strong> Desarrollo<br />

Local, N· 1, pág. 84, 1988.<br />

4. Emé Bernard, " Les Termes -clés du petit (ou grand) développeur (local, bien sur), en Jorge Guajardo.<br />

"Desarrollo Local: noción y visión en construcción" Documento <strong>de</strong> Trabajo Centro El Canelo <strong>de</strong> Nos, Stgo.,<br />

1987.<br />

5. CEPAL/CNUAH "La Microplanificación: un método <strong>de</strong> planificación local con participación comunitaria",<br />

pág. 2, 1992 CEPAL<br />

6. Marcelo Monsalve "En torno al Concepto <strong>de</strong> pobreza", pág. 1,1993, en prensa.<br />

7. Manfred Max-Neef Desarrollo a Escala Humana Ed., pág. 16- 17, 1986, CEPAUR.<br />

8. Germán Rozas, Aproximación Psicosocial al concepto <strong>de</strong> Desarrollo, Documentos <strong>de</strong> Trabajo N 2 Psicología,<br />

pág. 6, 1993, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

9. Germán Rozas, Desarrollo, participación y Psicología Comunitaria, Revista <strong>de</strong> Psicología Vol. III, pág. 52,<br />

1992, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

10. Alex Rosenfeld, Darío Vergara, Ana María Icaza, Municipios en ciuda<strong>de</strong>s intermedias y pequeñas, pág. 146,<br />

1989, Documentos <strong>de</strong> Trabajo N· 110, SUR PROFESIONALES.<br />

11. Alex Rosenfeld Op. cit. pág. 146<br />

12. Alex Rosenfeld Op. cit. pág. 146<br />

13. Alex Rosenfeld Op. cit. pág. 148<br />

14. Alex Rosenfeld Op. Cit. pág. 151<br />

15. Ana Sojo "Lo Regional, Lo comunal y la <strong>de</strong>scentralización en América Latina: Problemas actuales <strong>de</strong> la


Política Social Selectiva", pág. 235, 1990, Cepal.<br />

16. Dr, Gómez Navas "Desafíos y exigencias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong>l gobierno local, frente<br />

a la <strong>de</strong>scentralización político-administrativa " Foro Iberoamericano sobre la gestión local en los procesos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scentralización, Uruguay, Noviembre <strong>de</strong> 1991. Boletín <strong>de</strong> resúmenes Vol. 8, N 3, Marzo 1992, CLAD.<br />

17. CEPAL/CNUAH "La Microplanificación: un método <strong>de</strong> planificación local con participación comunitaria,<br />

págs. 3-4, 1992 CEPAL.<br />

18. CEPAL/CNUAH "La Microplanificación: un método <strong>de</strong> planificación local con participación comunitaria,<br />

págs. 3-4, 1992 CEPAL.<br />

19. CEPAL/CNUAH, OP. Cit., pág. 5<br />

20. CEPAL/CNUAH, Op. Cit., pág. 4<br />

21. Friend y Jessop en Ahumada, Jaime "El Gobierno Municipal en la planificación" Revista Paraguaya <strong>de</strong><br />

Sociología, Año 28, N 80, pág. 93, 1991.<br />

22. Evaluación Cualitativa <strong>de</strong>l "Programa <strong>de</strong> capacitación a Funcionarios Públicos. Género en el Desarrollo"<br />

1993, Convenio SERNAM-U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Documento interno.<br />

23. Víctor Maldonado "El Nuevo Municipio". Programa <strong>de</strong> Desarrollo Local, pág. 81, 1992, Instituto <strong>Chile</strong>no <strong>de</strong><br />

Estudios Humanísticos.<br />

24. Miguel Santibañez Nuevo Or<strong>de</strong>n Internacional y Desarrollo Local, pág. 7,. Canelo <strong>de</strong> Nos.<br />

25. Alex Rosenfeld Op. cit. pág. 142<br />

26. Berger y Luckman La Construcción Social <strong>de</strong> la Realidad, 1968, Amorrortu, Buenos Aires.<br />

27. Martínez José y Rodríguez Mauricio. "Representaciones <strong>Sociales</strong> <strong>de</strong> Municipalida<strong>de</strong>s, ONGs en jóvenes<br />

urbano poblacionales" Documento <strong>de</strong> trabajo, 1993, Fosis.<br />

28. Maureira, Fernando "Desarrollo Local, aportes para la discusión" 1990, Ci<strong>de</strong>.<br />

29. María Merce<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Martínez, La lucha contra la Pobreza en el Plan <strong>de</strong> economía Social, Revista <strong>de</strong><br />

Planeación y Desarrollo, 1988, Bogotá.<br />

30. Rappoport en Ahumada, Jaime "E1 Gobierno Municipal en la planificación" Revista Paraguaya <strong>de</strong><br />

Sociología, Año 28, N· 80, 1991.<br />

31. Rodríguez Alfredo, "Proceso <strong>de</strong> Expulsión <strong>de</strong> habitantes <strong>de</strong> bajos ingresos <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> Santiago, 1975-<br />

1990" Documento <strong>de</strong> trabajo N 130, 1992, Sur Profesionales.


32. Cepal, "Panorama Social <strong>de</strong> América Latina", Edición 1993.<br />

Índice<br />

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2. Necesidad <strong>de</strong> historiar la Arqueología<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l mayor o menor valor científico <strong>de</strong> nuestros saberes po<strong>de</strong>mos<br />

orientar ahora nuestra búsqueda hacia los comienzos y posterior <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

ciencia arqueológica; lo hacemos porque la consi<strong>de</strong>ramos valiosa para la formación y<br />

maduración <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> nuestra sociedad nacional.<br />

Des<strong>de</strong> hace años hemos manejado la i<strong>de</strong>a, como cualquier otro historiador <strong>de</strong> la<br />

ciencia, <strong>de</strong> que el estudio <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> una disciplina es fundamental para una<br />

mejor comprensión <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo, ya que en los comienzos mismos <strong>de</strong> ella se dan<br />

algunas <strong>de</strong> sus potencialida<strong>de</strong>s futuras. El análisis <strong>de</strong> los comienzos <strong>de</strong> la ciencia<br />

prehistórica ejemplifica <strong>de</strong> una manera completa esta hipótesis. Es verdad que una<br />

disciplina renace cada cierto tiempo al calor <strong>de</strong> nuevos marcos teóricos, <strong>de</strong> importantes<br />

<strong>de</strong>scubrimientos y <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> ciertas figuras intelectuales valiosas. Pero esta<br />

verdad no contradice otra realidad, la <strong>de</strong> que la ciencia va <strong>de</strong>sarrollando lentamente los<br />

elementos existentes que hicieron posible su nacimiento. Veremos más a<strong>de</strong>lante que<br />

los naturalistas, los estudiosos <strong>de</strong> los aborígenes, los geógrafos y los aficionados a las<br />

antigüeda<strong>de</strong>s ayudaron a la formación <strong>de</strong> los estudios prehistóricos. Hoy en día, luego<br />

<strong>de</strong> más <strong>de</strong> cien años <strong>de</strong> investigaciones, se mantienen las gran<strong>de</strong>s y profundas líneas<br />

formadoras <strong>de</strong> nuestra ciencia, alcanzándose, incluso en el presente, una feliz<br />

amalgama <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l conocimiento arqueológico.<br />

No conocemos ningún estudio científico que se <strong>de</strong>dique al origen y formación <strong>de</strong> la<br />

ciencia prehistórica en <strong>Chile</strong>. Hay, en cambio, algunos artículos que tocan parcialmente<br />

el tema <strong>de</strong> "los estudios sobre los indios en <strong>Chile</strong>". Entre éstos, sobresale el <strong>de</strong><br />

Gualterio Looser (3), quien, en 1954, entregó un bien realizado esbozo <strong>de</strong> estas<br />

investigaciones. Mientras él se preocupa <strong>de</strong> todos los artículos, informes, crónicas,<br />

historias, etc., que <strong>de</strong> alguna manera han dado noticias sobre los aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento y conquista <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> en a<strong>de</strong>lante, nosotros<br />

aspiramos a <strong>de</strong>limitar rigurosamente nuestra investigación a los estudios prehistóricos<br />

o muy próximos a ellos. La madurez que la ciencia prehistórica ha alcanzado en <strong>Chile</strong><br />

es una buena razón para no confundir campos <strong>de</strong> conocimiento. Así, nuestra<br />

indagación en <strong>Chile</strong> comenzará en el siglo XIX, siglo que, por lo <strong>de</strong>más, vio en Europa<br />

el nacimiento <strong>de</strong> la Prehistoria como ciencia. Sin embargo, lo anterior no significa que<br />

las observaciones y <strong>de</strong>scripciones dadas a conocer por cronistas e historiadores,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVI en a<strong>de</strong>lante, no sean incorporadas a nuestro relato. Sobre todo si


ellas nos sirven para pesquisar rasgos <strong>de</strong> los pueblos americanos en el período <strong>de</strong><br />

aculturización aborigen-español.<br />

Muchos años <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong> la Prehistoria nos permitieron introducirnos en el difícil<br />

campo <strong>de</strong>l historiador <strong>de</strong> la disciplina prehistórica. Hubo que revisar documentos y<br />

revistas <strong>de</strong>l siglo XIX, difíciles <strong>de</strong> obtener actualmente; hubo que seleccionar aún más.<br />

Detrás <strong>de</strong> nuestra investigación hay un diseño y un mo<strong>de</strong>lo que no <strong>de</strong>seamos ocultar.<br />

Manejamos hipótesis y explicamos los hechos <strong>de</strong> acuerdo, sobre todo, a la información<br />

científica que tenemos. Sin embargo, poseemos claridad para darnos cuenta <strong>de</strong> que<br />

"los hechos no hablan solos" y que, por lo tanto, se hace necesario interpretarlos.<br />

Naturalmente que nuestra visión <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> discrepará <strong>de</strong><br />

otras que se han escrito (4). No manejamos un único marco interpretativo y, por tanto,<br />

confiamos en ser más justos con nuestros primeros prehistoriadores.<br />

No es tarea fácil explicar cómo se investiga el origen <strong>de</strong> una disciplina. Nosotros<br />

partimos <strong>de</strong> algunos hechos, tales como el comienzo <strong>de</strong> las investigaciones sobre los<br />

aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX. Este hecho es coinci<strong>de</strong>nte con<br />

otros producidos en Europa, como el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Prehistoria como ciencia en los<br />

<strong>de</strong>cenios 1850 y 1860.<br />

Luego <strong>de</strong> saber cuándo comenzaron los primeros estudios <strong>de</strong>l pasado cultural<br />

prehispánico, investigamos quiénes fueron los estudiosos que <strong>de</strong>mostraron interés por<br />

escribir y publicar. Era fundamental saber a qué áreas <strong>de</strong>l conocimiento pertenecían, ¿a<br />

la histórica, ¿a las ciencias naturales, ¿o eran meros coleccionistas <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s<br />

El conocimiento <strong>de</strong> las disciplinas a que pertenecían los fundadores <strong>de</strong> los estudios<br />

arqueológicos nos permitió construir una hipótesis. Ella explicaría la aparición <strong>de</strong> la<br />

nueva ciencia como un resultado <strong>de</strong> la amalgama <strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> científicos que,<br />

pertenecientes a diferentes disciplinas (naturales e históricas), se vieron enfrentados a<br />

un conjunto nuevo <strong>de</strong> objetos que no formaban parte <strong>de</strong> sus campos <strong>de</strong> investigación.<br />

La necesidad <strong>de</strong> estudiarlos los llevó a escribir informes, fundar socieda<strong>de</strong>s, revistas,<br />

hacer síntesis que no podrían ser situadas en los campos <strong>de</strong> sus ciencias, conocidas y<br />

bien <strong>de</strong>finidas. Naturalmente que en <strong>Chile</strong> la situación no fue la misma que en Inglaterra<br />

y en Francia. Allí se inventó la Prehistoria, en <strong>Chile</strong> se la adoptó, aunque en forma casi<br />

coetánea con Europa.<br />

La construcción <strong>de</strong> los estudios arqueológicos en <strong>Chile</strong> tuvo algunos rasgos especiales<br />

<strong>de</strong>bido a la presencia importante <strong>de</strong> las etnias aborígenes.<br />

Es casi innecesario señalar que hay un conjunto <strong>de</strong> materias y <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s comunes<br />

entre la Arqueología americana y europea.


Sin embargo, es importante recalcar que la interrupción violenta <strong>de</strong> la vida aborigen<br />

americana, causada por la conquista y colonización europea, le dio una especial<br />

singularidad a la Arqueología americana y chilena. De alguna manera uno <strong>de</strong> nuestros<br />

temas más presentes y reiterado es el <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> las culturas aborígenes,<br />

<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> muchas culturas prehispánicas y <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong><br />

vida social y cultural. La muerte y la resurrección, la <strong>de</strong>strucción y la vida son objetos<br />

<strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong> meditación profunda entre los especialistas americanos.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

3. Períodos <strong>de</strong> la Arqueología en <strong>Chile</strong><br />

De acuerdo a nuestra información, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Arqueología pue<strong>de</strong> historiarse<br />

según ciertos hitos fundamentales, que en algunos casos correspon<strong>de</strong>n a la presencia<br />

<strong>de</strong> uno o más científicos que influyeron notablemente en <strong>de</strong>terminado período, a la<br />

aparición <strong>de</strong> algunas publicaciones importantes y, por último, a la organización <strong>de</strong><br />

instituciones universitarias o <strong>de</strong> otro carácter, <strong>de</strong> reuniones científicasrelevantes o <strong>de</strong><br />

programas <strong>de</strong> investigación <strong>de</strong> gran aliento. La aparición <strong>de</strong> nuevos investigadores,<br />

publicaciones e instituciones especializadas <strong>de</strong>be ser consi<strong>de</strong>rada, también, como<br />

producto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sarrollo social, <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> maduración cultural que prepara<br />

poco a poco una nueva realidad intelectual. Así, cuando la situación sociocultural<br />

madura e, incluso, eclosiona, son posibles las conjunciones <strong>de</strong>varias figuras y la<br />

formación <strong>de</strong> una nueva realidad científica. Por esta razón en cada período, sobre todo<br />

al final, se dan los elementos que anuncian el siguiente. Así, las fechas nunca son<br />

exactas y <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rárselas como solamente aproximadas.<br />

Aunque es difícil periodificar una ciencia <strong>de</strong>bido, entre otras razones, a que muchos<br />

investigadores sobrepasan los límites <strong>de</strong> una etapa y pertenecen también a la siguiente,<br />

reconocemos cinco períodos entre mediados <strong>de</strong>l siglo pasado y nuestro presente.<br />

El primer período (1842-18S2) abarca, en líneas muy generales, los años anteriores a la<br />

formación <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica <strong>de</strong> Santiago (1878), a la publicación <strong>de</strong>l número<br />

único <strong>de</strong> la Revista <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica (1880) y sobre todo, a la aparición <strong>de</strong>l<br />

libro "Los aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", <strong>de</strong> José Toribio Medina (1882).<br />

Estos tres acontecimientos mencionados sólo pue<strong>de</strong>n explicarse si investigamos los<br />

antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> ellos en el siglo XIX. Por esta razón este período no tiene un comienzo<br />

exacto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista cronológico, excepto el que da su ubicación en el siglo<br />

pasado. Podríamos postular que un interés próximo al científico, aunque sin prever aún<br />

la existencia <strong>de</strong> la nueva ciencia, surge en <strong>Chile</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el movimiento intelectual <strong>de</strong><br />

1842. Des<strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante se hacen en nuestro país muchos estudios y<br />

publicaciones que se van acercando poco a poco a los objetivos y fines <strong>de</strong> las ciencias<br />

antropológicas y, en especial, <strong>de</strong> la arqueología. El libro <strong>de</strong> Medina es un resultado, una<br />

consecuencia <strong>de</strong> muchas expediciones e informes efectuados entre 1842 y 1882 pero, a<br />

la vez, el inicio <strong>de</strong> algo nuevo, una nueva etapa <strong>de</strong> los estudios arqueológicos y en<br />

general antropológicos en <strong>Chile</strong>.


El segundo período (1882-1911) es, tal vez, uno <strong>de</strong> los más ricos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong><br />

vista intelectual y científico; se da en un país que viene saliendo <strong>de</strong> una guerra, pero<br />

que cada día enriquece más sus conocimientos, tanto en su realidad como en su<br />

mundo exterior. Es el período que ve surgir las socieda<strong>de</strong>s científicas, francesa y<br />

alemana, que ve <strong>de</strong>splegarse un sinnúmero <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s literarias y culturales y que<br />

conoce el nacimiento <strong>de</strong> varias disciplinas (Lingüística, antropología física, folklore). Lo<br />

hacemos terminar con la llegada <strong>de</strong> Max Uhle a <strong>Chile</strong> (1911); y, naturalmente, la<br />

presencia <strong>de</strong>l sabio alemán implica el comienzo <strong>de</strong> un nuevo período, el Tercero, que<br />

alcanzaría hasta la década <strong>de</strong> 1940. Esta tercera etapa es <strong>de</strong> una riqueza notable; en ella<br />

<strong>de</strong>spliegan su enorme actividad científica un conjunto <strong>de</strong> especialistas en las ciencias<br />

<strong>de</strong>l hombre: Latcham, Oyarzún, Gusin<strong>de</strong>, Guevara, Cap<strong>de</strong>ville, Schnei<strong>de</strong>r, Strube,<br />

Looser, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Uhle.<br />

Muertos Cap<strong>de</strong>ville, Guevara, Latcham, y con bastante edad Oyarzún, comenzó en los<br />

primeros años <strong>de</strong>l 40 un nuevo período, el Cuarto, que ve surgir lentamente algunas<br />

figuras aisladas, tales como Francisco Cornely, Grete Mostny y Jorge Iribarren, que<br />

cerca <strong>de</strong> 1950, enriquecen los estudios arqueológicos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Estos años son<br />

contradictorios; por un lado, investigadores nacionales, algunos <strong>de</strong> los cuales (caso <strong>de</strong><br />

Looser) provienen <strong>de</strong>l período anterior, trabajan prácticamente solos y con limitaciones<br />

teóricas y metodológicas; por otra, la presencia <strong>de</strong> investigadores extranjeros,<br />

especialmente la <strong>de</strong> Junius Bird, que aportan nuevas técnicas <strong>de</strong> excavaciones y<br />

nuevos marcos teóricos.<br />

El investigador norteamericano Bird, es sin lugar a dudas, uno <strong>de</strong> los científicos más<br />

relevantes <strong>de</strong> la Arqueología americana y también chilena. Sus publicaciones,<br />

especialmente en la década <strong>de</strong> 1940, son ejemplos metodológicos y teóricos que<br />

rindieron sus mejores frutos en la década <strong>de</strong> 1960. Sus excavaciones, especialmente en<br />

el Norte <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, permitieron confeccionar un cuadro <strong>de</strong> sucesivas culturas<br />

precolombinas, haciendo uso <strong>de</strong> criterios estratigráficos, ergológicos y geográficos,<br />

que se apartó <strong>de</strong> los cuadros <strong>de</strong> Uhle y Latcham, apoyados en criterios étnicos y en los<br />

datos obtenidos en excavaciones <strong>de</strong> cementerios.<br />

El cuadro cronológico <strong>de</strong> Bird fue fruto <strong>de</strong> excavaciones <strong>de</strong> basurales y conchales, en<br />

don<strong>de</strong> se controlaron rigurosamente todos los hallazgos mediante el método<br />

estratigráfico.<br />

Como se concluye <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> diferentes arqueólogos <strong>de</strong> las décadas <strong>de</strong>l 40 y 50, la<br />

arqueología chilena manejó indistintamente dos secuencias culturales y cronológicas<br />

sin po<strong>de</strong>r ponerlas <strong>de</strong> acuerdo o, por lo menos, sin <strong>de</strong>finir cuál <strong>de</strong> ellas era la más<br />

próxima a los hechos científicos.


De esta manera, la arqueología que surgirá en la década <strong>de</strong> 1960 <strong>de</strong>berá resolver esta<br />

situación <strong>de</strong> aparente contradicción, dándole la razón a Bird en muchas ocasiones,<br />

sobre todo en lo que se relaciona con las arqueologías <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

La otra figura que surge a mediados <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950 es la <strong>de</strong>l sacerdote Gustavo<br />

Le Paige, SJ. Su obra significativa en la región <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama pertenece al<br />

Quinto período <strong>de</strong> la Arqueología <strong>Chile</strong>na; ella es fundamental para explicar una serie<br />

<strong>de</strong> líneas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> investigaciones que surgen en las décadas <strong>de</strong>l 60 y 70.<br />

A<strong>de</strong>más el sacerdote Le Paige constituye un puente entre antiguos métodos y teorías<br />

antropológicas y nuevas investigaciones. A él <strong>de</strong>bemos la permanencia <strong>de</strong> conceptos<br />

propios <strong>de</strong> la arqueología <strong>de</strong>lTercer período (1911-1940), como también la aparición <strong>de</strong><br />

un nuevo campo <strong>de</strong> estudios: el precerámico <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama. Sus centenares<br />

<strong>de</strong> excavaciones <strong>de</strong> cementerios enriquecieron los contextos arqueológicos <strong>de</strong> la<br />

cultura San Pedro (Atacameña), permitiendo que ella sea mejor conocida hoy en día.<br />

En este Cuarto período <strong>de</strong>stacan también los libros <strong>de</strong> Francisco Cornely, Director <strong>de</strong>l<br />

Museo <strong>de</strong> La Serena, "Cultura Diaguita <strong>Chile</strong>na y Cultura <strong>de</strong> El Molle" (1956) y <strong>de</strong> Grete<br />

Mostny, "Culturas Precolombinas <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>" (1954), por sus esfuerzos <strong>de</strong> síntesis al<br />

presentar las características generales <strong>de</strong> la culturas <strong>de</strong>l Norte Chico y las Culturas<br />

prehispánicas a lo largo <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. En la investigación monográfica y regional son<br />

importantes los trabajos <strong>de</strong> Jorge Iribarren, por tantos años director <strong>de</strong>l Museo<br />

Arqueológico <strong>de</strong> La Serena, y la publicación <strong>de</strong> Stig Ry<strong>de</strong>n, en 1944, sobre la<br />

arqueología <strong>de</strong> la región <strong>de</strong>l río Loa.<br />

En la década <strong>de</strong>l 50, se comienzan a organizar centros <strong>de</strong> investigación universitaria<br />

(Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>), a sistematizar las<br />

investigaciones, y se vuelve a contar con la presencia <strong>de</strong> profesores extranjeros, como<br />

R. Schae<strong>de</strong>l, W. Mulloy, O. Menghin y otros, que ayudan a la mejor formación <strong>de</strong> la<br />

nueva generación que principia a figurar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1955. Sin embargo, es en 1960 cuando<br />

se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que se origina el Quinto periodo <strong>de</strong> la Arqueología y surgen alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> investigadores, todos los cuales publican y <strong>de</strong>stacan.<br />

De todos modos es necesario señalar que este último período comienza a generar una<br />

problemática parcialmente nueva que encuentra a sus exponentes más representativos<br />

en los egresados universitarios, y que se expresa por un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> utilizar mo<strong>de</strong>los<br />

explicativos según el marco teórico <strong>de</strong> la "Arqueología Nueva".<br />

A partir <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1980, sin embargo, surge una reacción "postprocesual", que le<br />

da parcialmente la razón a muchos arqueólogos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960, que aunque<br />

conocieron y reconocieron el valor <strong>de</strong> la arqueología nueva, insistieron también en la<br />

visión histórica e interpretativa simbólica <strong>de</strong> la arqueología.


A<strong>de</strong>más, otro rasgo que <strong>de</strong>berá tomarse en cuenta es la crisis que vivieron las<br />

disciplinas sociales en la década <strong>de</strong>l 70, influyendo ello también en las ciencias<br />

antropológicas y, en especial, en la Arqueología Prehistórica. Esta situación se<br />

manifestó en los círculos universitarios, produciendo una disminución <strong>de</strong> las<br />

activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong> publicación.<br />

Esta realidad política, surgida en 1973, se expresó en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y en otras<br />

instituciones académicas por el gobierno <strong>de</strong> los rectores <strong>de</strong>legados, <strong>de</strong>signados por el<br />

gobierno militar. En nuestra <strong>Universidad</strong>, las consecuencias <strong>de</strong> esta intervención en las<br />

disciplinas sociales provocaron una erosión profunda en su investigación y docencia.<br />

Así, por lo expuesto parece recomendable mantener el Quinto Período hasta 1990<br />

cuando se inicia la recuperación académica <strong>de</strong> las instituciones universitarias y <strong>de</strong> las<br />

disciplinas que se imparten en ellas.<br />

En la edición <strong>de</strong> 1982 habíamos concluido que sólo estudiaríamos los tres primeros<br />

períodos, insistiendo en las personalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Medina, Barros Arana, Uhle, Latcham y<br />

Oyarzún. Como ya lo hemos anunciado en el Prólogo <strong>de</strong>l presente libro, hemos<br />

<strong>de</strong>cidido historiar los cinco períodos (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1842 hasta 1990), colocando el acento en el<br />

<strong>de</strong>sarrollo institucional, en la presencia importante <strong>de</strong> la enseñanza universitaria y <strong>de</strong> la<br />

investigación en diferentes instituciones.<br />

Sin duda, que la larga duración <strong>de</strong>l Quinto Período lo equipara con el Tercer Período, y<br />

esto no es casualidad. Estos períodos representan un conjunto <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s,<br />

proyectos, personalida<strong>de</strong>s, reuniones e instituciones que lo sitúan sobre los otros<br />

períodos. Incluso las teorías usadas para interpretar la data arqueológica y la<br />

interacción <strong>de</strong> ellas fue muy enriquecedora y, a su vez, muy compleja.<br />

No <strong>de</strong>seamos terminar estas reflexiones introductorias sin referirnos antes a las<br />

relaciones existentes entre los científicos y su contexto i<strong>de</strong>ológico.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

4. Los Arqueólogos y su contexto i<strong>de</strong>ológico<br />

Cualquier intento para explicar, en <strong>Chile</strong>, las ten<strong>de</strong>ncias teóricas actuales <strong>de</strong> la<br />

Prehistoria, nos conduce hacia la búsqueda <strong>de</strong> los paradigmas i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> la<br />

sociedad chilena y, también, hacia los valores, creencias y conceptos intelectuales <strong>de</strong><br />

los especialistas.<br />

Las i<strong>de</strong>as matrices, los conceptos principales <strong>de</strong> las ciencias, incluso lasi<strong>de</strong>ologías y<br />

creencias que se manejan en nuestra sociedad, en diferentes niveles y círculos <strong>de</strong> ella,<br />

explican los cambios <strong>de</strong> enfoque teórico <strong>de</strong> la disciplina prehistórica.<br />

La exposición histórica <strong>de</strong> los estudios prehistóricos en <strong>Chile</strong> muestra, sin lugar a<br />

dudas, <strong>de</strong> qué manera las ten<strong>de</strong>ncias generales <strong>de</strong>l pensamiento culto y popular, los<br />

conceptos propios <strong>de</strong> los científicos y la atmósfera i<strong>de</strong>ológica intervienen en la<br />

orientación <strong>de</strong> la disciplina. Así, por ejemplo, hace 25 años, en nuestro país, una <strong>de</strong> las<br />

acusaciones más graves dirigidas a un estudioso <strong>de</strong> la Prehistoria era motejarlo <strong>de</strong> ser<br />

un <strong>de</strong>scriptor <strong>de</strong> artefactos, un arqueógrafo. Con esto se pretendía <strong>de</strong>nunciar la<br />

ausencia <strong>de</strong> "logos", <strong>de</strong> visión, <strong>de</strong> teoría en los estudios prehistóricos. ¿Qué había<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> estas <strong>de</strong>nuncias Las características i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong> la sociedad nacional <strong>de</strong><br />

esos años llevaban a muchos estudiosos y aficionados a expresar un paradigma<br />

i<strong>de</strong>ológico materialista y, por lo tanto, la teoría, la visión que explicaba los hechos <strong>de</strong>l<br />

pasado era el Materialismo Histórico. Toda otra explicación, todo otro esfuerzo<br />

intelectual por compren<strong>de</strong>r la realidad sociocultural, era con<strong>de</strong>nada con diferentes<br />

epítetos. La profunda i<strong>de</strong>ologización <strong>de</strong> nuestra sociedad, a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960<br />

y comienzos <strong>de</strong> 1970, había alcanzado a los hombres <strong>de</strong> ciencia, especialmente <strong>de</strong> las<br />

ciencias sociales, y se expresaba en la teoría arqueológica y antropológica <strong>de</strong> la<br />

mayoría <strong>de</strong> los estudiosos.<br />

También en otros países se vivía esta i<strong>de</strong>ologización, en don<strong>de</strong> las teorías materialistas<br />

ocupaban un lugar importante; en general, se acusó a las ciencias <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> ser<br />

hijas <strong>de</strong> las políticas imperialistas y a sus representantes, <strong>de</strong> ser agentes <strong>de</strong>l<br />

Imperialismo Capitalista. Toda la biografía especializada prueba que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1968 se<br />

inició una intensa discusión entre la Antropología liberal y la llamada, por Gun<strong>de</strong>r<br />

Frank, Antropología <strong>de</strong> la liberación.<br />

Sin embargo, si queremos buscar los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> esta situación, no nos po<strong>de</strong>mos


quedar sólo con los aspectos más llamativos, <strong>de</strong> tipo i<strong>de</strong>ológico-político. Detrás <strong>de</strong> la<br />

polémica política se encuentra una discusión epistemológica <strong>de</strong> profundo significado.<br />

Debemos colocar nuestra atención en los primeros <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong>l siglo 20, cuando se<br />

producía, por influencia <strong>de</strong> muchos filósofos, todo un cuestionamiento <strong>de</strong> la<br />

organización <strong>de</strong>l conocimiento científico que influyó po<strong>de</strong>rosamente en las ciencias<br />

sociales. La concepción imperante en la actualidad, <strong>de</strong> que la Arqueología y la<br />

Prehistoria no <strong>de</strong>ben preocuparse <strong>de</strong> los elementos aislados <strong>de</strong> la cultura, sino que<br />

<strong>de</strong>ben alcanzar la reconstrucción <strong>de</strong> antiguas socieda<strong>de</strong>s, aspirando a la explicación<br />

total <strong>de</strong>l sistema sociocultural que se investiga, es un ejemplo <strong>de</strong> cómo las ten<strong>de</strong>ncias<br />

teóricas dominantes <strong>de</strong> las ciencias sociales han influenciado en nuestras disciplinas.<br />

Incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1970 en a<strong>de</strong>lante se han expresado diferentes opiniones sobre los<br />

cambios epistemológicos que viven la Arqueología y la Prehistoria, centrando la<br />

discusión entre la "Vieja Arqueología" y la "Nueva Arqueología". En este intenso<br />

intercambio <strong>de</strong> opiniones que se ha efectuado en la década <strong>de</strong> 1970 po<strong>de</strong>mos observar<br />

también la presencia i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>l Materialismo Cultural, que va <strong>de</strong> la mano con el<br />

Materialismo Histórico.<br />

Pero lo más interesante, en nuestra búsqueda <strong>de</strong> relaciones teóricas entre el<br />

movimiento epistemológico representado por la Escuela <strong>de</strong> Viena o Positivismo Lógico<br />

(Carnap, Hempel) y las <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, es la visualización <strong>de</strong> varios supuestos<br />

positivistas que han influenciado en los "nuevos arqueólogos". Paul S. Martín, por<br />

ejemplo, escribió a comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1970: "Nuestro objetivo último en la<br />

antropología y la arqueología es formular leyes <strong>de</strong> dinámica cultural y buscar las<br />

ten<strong>de</strong>ncias y las causas <strong>de</strong>l comportamiento humano y ...hacer predicciones<br />

probables". La afirmación <strong>de</strong> este mismo autor <strong>de</strong> que "las hipótesis se formulan o se<br />

inventan para dar cuenta <strong>de</strong> los hechos observados y no al revés", lo hace <strong>de</strong>udor <strong>de</strong><br />

Hempel.<br />

Otro aspecto <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l Positivismo lógico entre los nuevos arqueólogos, se<br />

presenta cuando los representantes <strong>de</strong> esta Escuela han señalado la armonía que <strong>de</strong>be<br />

existir entre las hipótesis levantadas en un trabajo científico y las teorías científicas <strong>de</strong><br />

la época. Incluso esta línea <strong>de</strong> pensamiento ha llevado a algunos <strong>de</strong> los filósofos<br />

mencionados a apartarse <strong>de</strong>l empirismo absoluto para insistir en el valor <strong>de</strong> la<br />

hipótesis, en cuanto ella no <strong>de</strong>be entrar en contradicción con lo conocido<br />

científicamente.<br />

Esta última reflexión nos lleva a insistir en nuestros puntos <strong>de</strong> vista, puesto que la<br />

relación entre teoría arqueológica no sólo se da con las otras teorías científicas sino<br />

también con las concepciones sociales existentes, incluyendo i<strong>de</strong>ologías, creencias,<br />

opiniones, etc. Por esta razón pensamos que las nuevas perspectivas <strong>de</strong> la Prehistoria


en nuestro país necesitan, también, ser explicadas por las ten<strong>de</strong>ncias teóricas y por las<br />

i<strong>de</strong>ologías socioculturales y políticas imperantes. Muchas creencias sociales<br />

(populares) han permitido el triunfo o el fracaso <strong>de</strong> una explicación científica (o<br />

aparentemente científica). Toda la historia <strong>de</strong> la investigación <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong> sus<br />

culturas está llena <strong>de</strong> ejemplos, y en nuestro país también se encuentran. Así, por<br />

ejemplo, la teoría <strong>de</strong> la Unidad Racial <strong>de</strong>l <strong>Chile</strong>no campeó por más <strong>de</strong> 50 años en los<br />

estudios históricos y antropológicos y en la enseñanza <strong>de</strong> todos los niveles, a pesar <strong>de</strong><br />

que ya en 1911, y luego en 1928, Ricardo E. Latcham, había protestado y rechazado tal<br />

conclusión, <strong>de</strong>bido a que no tenía apoyo empírico. Recordamos que en la década <strong>de</strong><br />

1950, cuando estudiábamos Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> en la <strong>Universidad</strong>, se nos enseñó que<br />

nuestro país, con excepción <strong>de</strong> algunos grupos <strong>de</strong> indígenas, era racialmente<br />

homogéneo. Ya en 1875 Diego Barros Arana había escrito: "De esta circunstancia<br />

resultó que al paso que la raza primitiva queda confinada a una estrecha porción <strong>de</strong><br />

territorio, la población que consta ahora <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 2.000.000 <strong>de</strong> habitantes, es<br />

compuesta <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes europeos, <strong>de</strong> sangre pura, esto es, blancos como los<br />

individuos <strong>de</strong> la raza caucásica, o <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que ha resultado <strong>de</strong> la mezcla <strong>de</strong><br />

los europeos y <strong>de</strong> los indígenas, <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia compuesta <strong>de</strong> hombres más o menos<br />

blancos, pero que poseen todos los caracteres físicos y morales <strong>de</strong> la raza blanca".<br />

Cuando en 1908 Latcham presentó su estudio sobre "Antropología <strong>Chile</strong>na" al 4·<br />

Congreso Científico, preguntó por qué se <strong>de</strong>fendía la teoría <strong>de</strong> la Homogeneidad Racial,<br />

contestando que los cronistas e historiadores coloniales habían insistido en la<br />

existencia <strong>de</strong> una lengua común que se hablaba a lo largo <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Aconcagua a<br />

Valdivia); esto habría llevado a la conclusión <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> un solo pueblo a la<br />

llegada <strong>de</strong> los españoles en el siglo XVI. Dicho <strong>de</strong> otra manera, Barros Arana, apoyado<br />

en otros estudios, había sobrevalorizado el criterio lingüístico en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong>l<br />

antropológico. Obviamente que Latcham tiene razón, pero su explicación es<br />

insuficiente. La razón <strong>de</strong> que una teoría perdure tantos años y tenga, así, éxito social,<br />

se <strong>de</strong>be también a que ésta satisfacía aspiraciones, valores, creencias populares. El<br />

positivismo <strong>de</strong> Barros Arana no lo libró <strong>de</strong> la atmósfera sociocultural <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado y que continuó en parte <strong>de</strong>l siglo XX. El orgullo nacional <strong>de</strong> tener vinculaciones<br />

estrechas con Europa, <strong>de</strong> sentirse, incluso, los representantes <strong>de</strong> Europa en América;<br />

el predominio en los grupos más intelectuales <strong>de</strong> la cultura francesa; la creencia en la<br />

relación raza blanca-progreso intelectual-progreso económico; el sentimiento<br />

triunfalista <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong>l Pacífico, la pacificación <strong>de</strong> la Araucanía, etc.,<br />

hacían <strong>de</strong> los chilenos una nación que exigía una unidad sociocultural, que por esos<br />

años se expresaba en el concepto <strong>de</strong> unidad y <strong>de</strong> homogeneidad racial.<br />

Probablemente el éxito social <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> Barros Arana pue<strong>de</strong> explicarse también<br />

con otros datos, tales como la importancia intelectual <strong>de</strong> su expositor, gran historiador,<br />

gran académico, e incluso figura internacional. Pero lo realmente significativo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

nuestra perspectiva, fue, sin lugar a dudas, la relación existente entre la teoría y la<br />

i<strong>de</strong>ología y los valores aceptados por grupos sociales importantes; por lo <strong>de</strong>más, la


influencia <strong>de</strong> una concepción racista en historiadores chilenos penetra hasta mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo XX con la obra <strong>de</strong> Encina; y, por otra parte, el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong>l aporte indígena al<br />

proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> se muestra en historiadores como Jaime<br />

Eyzaguirre, que enfatiza el valor <strong>de</strong> lo europeo y en especial <strong>de</strong> lo español en la<br />

formación <strong>de</strong> la cultura nacional.<br />

Sin lugar a dudas, el Evolucionismo darwiniano empapó i<strong>de</strong>ológicamente a muchos<br />

estudiosos chilenos, por ejemplo a Diego Barros Arana. A consecuencia <strong>de</strong> la imagen<br />

que presenta Barros Arana <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> cultura <strong>de</strong> los indígenas <strong>de</strong>l extremo sur <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, que se apoya en las <strong>de</strong>scripciones que hace el joven Darwin en 1835, surgió en<br />

<strong>Chile</strong> a comienzos <strong>de</strong>l siglo XX una posición i<strong>de</strong>ológica antagónica que hizo uso <strong>de</strong> los<br />

conceptos <strong>de</strong> la teoría "histórico-cultural", profundamente antievolucionista, y que se<br />

expresa en los artículos y libros <strong>de</strong>lsacerdote y etnólogo Martín Gusin<strong>de</strong>. Entre estos<br />

dos extremos explicativos se sitúan otros investigadores tan importantes como Ricardo<br />

E. Latcham, quien se aparta <strong>de</strong> los darwinistas y <strong>de</strong> los creacionistas para <strong>de</strong>clararse<br />

partidario <strong>de</strong> los hechos y mostrar así su posición empirista inglesa. En 1911, en la<br />

Introducción a su extenso estudio "Antropología <strong>Chile</strong>na" escribió: "Hasta ahora no<br />

había hecho más que anotar todos los hechos que se me presentaban, y que versaban<br />

sobre la antropología <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, su arqueología y prehistoria... en algunos casos no he<br />

hecho más que <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> los hechos; y si en algunas partes he indicado lo<br />

que me ha parecido una opinión razonada, no por eso he querido establecer finalidad,<br />

sino simplemente indicar la dirección que la evi<strong>de</strong>ncia existente tien<strong>de</strong> a señalar,<br />

<strong>de</strong>jando al porvenir probar o <strong>de</strong>saprobar las hipótesis avanzadas".<br />

Ahora bien, cuando nos enfrentamos a estudiosos como Max Uhle, tanimportante para<br />

la formación <strong>de</strong> nuestra disciplina, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scubrirse matices y orientaciones<br />

i<strong>de</strong>ológicas que permiten situarlo en una u otra escuela. Así para Gusin<strong>de</strong>, Uhle era un<br />

especialista que trabajaba con las categorías <strong>de</strong> la Escuela Histórico-Cultural; para<br />

otros, en cambio, era sólo un científico que expresaba las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo<br />

histórico, e incluso <strong>de</strong>l particularismo histórico". Sus cronologías, sus cuadros<br />

históricos, es <strong>de</strong>cir sus periodificaciones, lo muestran preocupado <strong>de</strong> encontrar los<br />

antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la civilización precolombina y <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar en el espacio y en el tiempo<br />

las culturas aborígenes y su <strong>de</strong>sarrollo cultural.<br />

Nosotros hemos visualizado una periodificación <strong>de</strong> los diferentes <strong>de</strong>sarrollos <strong>de</strong> la<br />

disciplina prehistórica, en don<strong>de</strong> se observan algunas ten<strong>de</strong>ncias predominantes <strong>de</strong><br />

acuerdo a las teorías generales <strong>de</strong> las ciencias sociales e incluso <strong>de</strong> otras ciencias.<br />

Pero afinando cada vez más esta investigación, nos po<strong>de</strong>mos preguntar hasta dón<strong>de</strong><br />

los trabajos arqueológicos efectuados en las primeras décadas <strong>de</strong> nuestro siglo<br />

tuvieron o no una ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>scriptiva. Tras la aparente <strong>de</strong>scripción y anotación<br />

objetiva <strong>de</strong> los rasgos culturales, ¿no había una explicación o no se expresaba<br />

veladamente una ten<strong>de</strong>ncia teorizante Es posible que la <strong>de</strong>scripción (y así lo creemos)<br />

haya predominado en estudiosos como Barros Arana, Medina y otros; pero no hay que


olvidar que en las décadas <strong>de</strong> 1870 y 1880 campeaba el darwinismo y por oposición se<br />

organizaban otras explicaciones culturales. Incluso la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l cientificismo,<br />

levantada por el Positivismo, ¿no era una filosofía que rebasaba ampliamente el estudio<br />

<strong>de</strong> los fenómenos y hechos Y el <strong>de</strong>clarado factualismo <strong>de</strong> Latcham ¿no estaba<br />

apoyado en las tradiciones empiristas inglesas<br />

La síntesis entre observación y conclusión, entre <strong>de</strong>scripción y explicación se ha dado<br />

<strong>de</strong> diferentes maneras en los períodos <strong>de</strong> la Ciencia Prehistórica. Nunca se ha <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir y <strong>de</strong> explicar; sólo cuando se ha perdido el equilibrio entre <strong>de</strong>scripción y<br />

teoría se producen situaciones <strong>de</strong> crisis, que más <strong>de</strong> una vez se han vivido en nuestro<br />

país. Incluso, en nuestro presente, tenemos a veces la oportunidad <strong>de</strong> leer estudios en<br />

don<strong>de</strong> encontramos un recargo <strong>de</strong> explicaciones y ausencia <strong>de</strong> información empírica.<br />

Así se llega epistemológicamente a un extremo opuesto <strong>de</strong> lo ocurrido hace 60 o más<br />

años atrás.<br />

Aparentemente lo investigado hasta ahora muestra un crecimiento <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong><br />

campo a lo largo <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 100 años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> "Los<br />

aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>" <strong>de</strong> José Toribio Medina, que se organizó, especialmente, con la<br />

información obtenida <strong>de</strong> "viejos pergaminos", <strong>de</strong> antiguas relaciones y <strong>de</strong> los cronistas<br />

<strong>de</strong> la colonia. Sin embargo, <strong>de</strong> nuevo, las ten<strong>de</strong>ncias no se presentan claras; hay años<br />

<strong>de</strong> intensa actividad <strong>de</strong> campo o <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> museos y hay otros caracterizados por<br />

muy pocas investigaciones <strong>de</strong> terreno. La explicación <strong>de</strong> estos altibajos en las<br />

excavaciones y, en general, en los trabajos <strong>de</strong> terreno, no se encuentra sólo en la<br />

mayor o menor capacidad económica <strong>de</strong> los investigadores y <strong>de</strong> las instituciones que<br />

los patrocinan, ni tampoco en la mayor o menor gestión <strong>de</strong> las estructuras<br />

administrativas y académicas, sino que hay que buscarla en las ten<strong>de</strong>ncias teóricas<br />

predominantes e incluso en las opiniones sociales que existan sobre el valor <strong>de</strong> las<br />

ciencias y <strong>de</strong> las investigaciones relacionadas con ellas.<br />

Esta situación partidista que no sólo se explica por razones <strong>de</strong> política presupuestaria<br />

sino también por concepciones filosóficas y políticas, pue<strong>de</strong> ejemplificarse mejor con<br />

lo ocurrido en el período <strong>de</strong> 1960 y 1990 (Quinto Período). Sin lugar a dudas estas<br />

décadas mostraron cambios políticos e i<strong>de</strong>ológicos que influyeron po<strong>de</strong>rosamente en<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Arqueología <strong>Chile</strong>na.<br />

Como lo hemos expresado más arriba las posiciones filosóficas materialistas históricas<br />

y culturales, asociadas con movimientos <strong>de</strong> cambio político en América y en nuestro<br />

país, se hicieron fuertes en grupos <strong>de</strong> especialistas <strong>de</strong>dicados a la Antropología y<br />

Arqueología. A fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960 y los primeros años <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1970 se<br />

produjo en todas las ciencias sociales una fuerte i<strong>de</strong>ologización inspirada en las<br />

respuestas <strong>de</strong>l Materialismo Dialéctico e Histórico. Pero no sólo fue esto sino que se<br />

aspiró a cambiar la realidad <strong>de</strong> las estructuras y organizaciones sociales <strong>de</strong>l país, en<br />

busca <strong>de</strong> transformaciones profundas, revolucionarias. Des<strong>de</strong> las ciencias sociales se


intentó aplicar las teorías en boga, el conocimiento <strong>de</strong> la práctica para provocar los<br />

cambios.<br />

Aquellos que no hicimos nuestra la filosofía materialista, incluso sin ser<br />

antimaterialistas, fuimos criticados duramente, no faltando las tergiversaciones <strong>de</strong><br />

nuestro pensamiento pluralista y <strong>de</strong>mocrático.<br />

La reacción que se produjo en el país, en 1973, a estas actitu<strong>de</strong>s dogmáticas y<br />

unii<strong>de</strong>ológicas, provocó por éstas y otras razones el "golpe militar", otra expresión <strong>de</strong><br />

fundamentalismo i<strong>de</strong>ológico, que no sólo aplastó a las ciencias sociales sino que en<br />

especial a la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

Entre septiembre <strong>de</strong> 1973 y fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1980 las universida<strong>de</strong>s chilenas,<br />

especialmente aquellas que <strong>de</strong>fendían la libertad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y el respeto <strong>de</strong> las teorías,<br />

cualquiera que ellas fuesen, sufrieron una completa intervención -sistema <strong>de</strong> los<br />

rectores <strong>de</strong>legados- que repercutió en el pensamiento filosófico, artístico, histórico,<br />

antropológico y en general humanístico y social <strong>de</strong>l país. Habíamos pasado <strong>de</strong> un<br />

extremo a otro. En este contexto tan poco científico y académico se <strong>de</strong>senvolvieron las<br />

investigaciones y la docencia <strong>de</strong> las ciencias sociales y en especial <strong>de</strong> la Arqueología.<br />

Como lo hemos recordado más <strong>de</strong> una vez, fue el contexto académico <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Chile</strong> el que sufrió las mayores conmociones. Según la visión <strong>de</strong>l gobierno militar el<br />

peligro estaba en esta <strong>Universidad</strong> y no en otras instituciones que sabían "adaptarse" a<br />

los nuevos tiempos.<br />

Entre 1973 y 1989 se conjugaron entonces mo<strong>de</strong>los económicos y políticos para<br />

transformar el país y, obviamente, para cambiar las directrices <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo social y<br />

cultural <strong>de</strong>l país. Algunos arqueólogos fueron obligados a abandonar el país o fueron<br />

expulsados <strong>de</strong> sus universida<strong>de</strong>s, especialmente en la década <strong>de</strong> 1970. La mayoría <strong>de</strong><br />

ellos, están <strong>de</strong> vuelta en <strong>Chile</strong> y en sus instituciones, sólo unos pocos no han<br />

regresado.<br />

Pasó, en resumen, algo paradojal, nadie negó el valor <strong>de</strong> estos científicos, nadie <strong>de</strong>jó<br />

<strong>de</strong> reconocer su importancia, pero <strong>de</strong>bieron abandonar el país o sus lugares <strong>de</strong> trabajo<br />

académico; esto mismo ocurrió con Max Uhle y Martin Gusin<strong>de</strong> en las décadas <strong>de</strong> 1910<br />

y 1920; volvió a ocurrir en la década <strong>de</strong> 1970 y 1980. Sólo para ejemplificar, varios<br />

arqueólogos fueron <strong>de</strong>tenidos, expulsados <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, vueltos a contratar y<br />

vueltos a expulsar. ¿Las razones políticas, i<strong>de</strong>ológicas e incluso -lo que es muy tristepersonales.<br />

Otros, felizmente, pudieron sortear estas situaciones tan <strong>de</strong>sagradables.<br />

Se enten<strong>de</strong>rá entonces, que nadie pue<strong>de</strong> juzgar el <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> la disciplina<br />

arqueológica chilena sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar las situaciones contextuales y la<br />

participación <strong>de</strong> las personas involucradas, y los resultados <strong>de</strong> la interacción producida


entre este contexto político, los individuos y las tradiciones más permanentes <strong>de</strong> la<br />

nación chilena y <strong>de</strong> su Educación y Ciencia Superior.<br />

Así, una vez más, volvemos a encontrarnos con la influencia preferente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ologías y<br />

teorías en los estudios científicos <strong>de</strong> una u otra manera <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 100 años <strong>de</strong><br />

investigaciones. El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong>l Hombre, en <strong>Chile</strong>, como también en<br />

otros países, ha sufrido el impacto <strong>de</strong> los paradigmas i<strong>de</strong>ológicos, <strong>de</strong> las creencias, <strong>de</strong><br />

las teorías científicas y <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias políticas, sociales y económicas que<br />

predominaron a fines <strong>de</strong>l siglo pasado y <strong>de</strong> las que actúan en el siglo veinte.<br />

Las anteriores reflexiones <strong>de</strong>ben ser consi<strong>de</strong>radas una respuesta a tantas otras que se<br />

han construido sin conocer todo lo que aconteció ni menos todo lo que se sufrió en<br />

nuestra disciplina y en nuestra <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

CAPÍTULO I<br />

PRIMER PERIODO, ANTES DE 1882 (5)<br />

A comienzos <strong>de</strong>l siglo XX, en 1906, Carlos Porter publicó un estudio sobre la literatura<br />

antropológica y etnológica <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, en don<strong>de</strong> informó <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> 72 artículos<br />

publicados en periódicos y revistas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1843, relacionados con estas nuevas<br />

disciplinas. Pocos años más tar<strong>de</strong>, en 1911, el mismo Porter presentó en su "Biblioteca<br />

<strong>Chile</strong>na <strong>de</strong> Antropología y Etnología", un número superior a las 200 publicaciones. Esta<br />

investigación bibliográfica <strong>de</strong>l Director <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong> Historia Natural <strong>de</strong> Valparaíso fue<br />

en parte posible gracias a la ayuda que le prestaron Ramón Laval, <strong>de</strong> la Biblioteca<br />

Nacional, Alejandro Cañas Pinochet, que puso en sus manos "Libros y artículos raros",<br />

y Ricardo Latcham, un inglés que comenzaba a <strong>de</strong>stacar en las disciplinas<br />

antropológicas. El propio Latcham, buen amigo <strong>de</strong> Porter, le escribió el Prólogo, en<br />

don<strong>de</strong> se quejaba <strong>de</strong> lo poco que se conocía <strong>de</strong> la literatura antropológica y etnológica.<br />

Según Porter, "otro tanto pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> la arqueología y <strong>de</strong> la prehistoria <strong>de</strong>l país.<br />

Salvo por algunos párrafos aislados en las obras <strong>de</strong> diversos autores y uno que otro<br />

tratado sobre un punto especial, casi nada se sabe <strong>de</strong> estas cosas". Así la arqueología<br />

y la prehistoria, esa rica fuente que tanta luz nos daría sobre los orígenes <strong>de</strong> las<br />

antiguas razas <strong>de</strong>l país", se encontraban muy <strong>de</strong>scuidadas; la situación le parecía<br />

lastimosa y casi inverosímil, en un país culto.<br />

Sin embargo, en el siglo XIX se había publicado<br />

un importante número <strong>de</strong> artículos sobre temas<br />

que ahora involucramos en los conceptos <strong>de</strong><br />

etnología y <strong>de</strong> prehistoria, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> varios<br />

informes y estudios sobre lingüística y<br />

exploraciones <strong>de</strong> regiones <strong>de</strong>sconocidas, que<br />

también daban noticias sobre los aborígenes <strong>de</strong><br />

diferentes partes <strong>de</strong>l territorio nacional. Pero<br />

esto no era todo. Un joven investigador,<br />

conocido más allá <strong>de</strong> las fronteras, publicó a la<br />

edad <strong>de</strong> 30 años un voluminoso libro sobre los<br />

aborígenes <strong>de</strong>l país. Esto ocurrió en 1882 y su<br />

autor fue José Toribio Medina. Por lo <strong>de</strong>más, la<br />

publicación <strong>de</strong> Medina no fue, por esos años, el


único hecho importante. Entre 1878 y 1882 se<br />

concentraron varios acontecimientos que vamos<br />

a recordar por or<strong>de</strong>n cronológico.<br />

El 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1878 se reunió en Santiago un<br />

grupo <strong>de</strong> personalida<strong>de</strong>s provenientes <strong>de</strong> las<br />

más variadas activida<strong>de</strong>s con el fin <strong>de</strong> organizar<br />

una Sociedad Arqueológica. Convocados por los<br />

señores Luis Montt (6), Wenceslao Díaz (7) y<br />

Demetrio Lastarria (8); concurrieron: Rafael<br />

Garrido (9), Marcos Maturana (10), José Toribio<br />

Medina, Augusto Orrego Luco (11), Rodulfo<br />

Amando Philippi, Fe<strong>de</strong>rico Philippi y Augusto<br />

Villanueva (12). A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> este grupo selecto <strong>de</strong><br />

hombres, estaban en conocimiento <strong>de</strong>l proyecto<br />

<strong>de</strong> crear la Sociedad los señores Francisco<br />

Astaburuaga (13), Gonzalo Bulnes, Pedro Montt.<br />

Luis Zegers (14) y Francisco Vidal Gormaz.<br />

En esta sesión preparatoria, "el señor Maturana<br />

propuso que se diera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego por<br />

constituida la Sociedad con las personas que Don José Toribio Medina, autor <strong>de</strong> "Los<br />

habían adherido a la invitación; y que se<br />

aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>" (1852-1930)<br />

<strong>de</strong>signase para presi<strong>de</strong>nte y secretario provisorios a los señores doctor Philippi y<br />

Montt, y al doctor Díaz para que presente en la próxima reunión un proyecto <strong>de</strong><br />

estatutos. Así se acordó" (15).<br />

La primera sesión ordinaria se celebró el 1· <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong>l mismo año, confirmando<br />

como presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Sociedad al científico naturalista Dr. Rodulfo A. Philippi; el Dr.<br />

Díaz y el señor Astaburuaga fueron <strong>de</strong>signados Vicepresi<strong>de</strong>ntes y secretario el<br />

abogado Montt.<br />

Según el artículo primero <strong>de</strong> sus estatutos, la Sociedad se proponía:<br />

"Estudiar la etnografía americana en todos sus períodos;<br />

"Estudiar las lenguas americanas como elemento etnográfico y arqueológico;<br />

"Estudiar las antigüeda<strong>de</strong>s americanas en sus diversas fases y ramos;<br />

"Procurar la publicación <strong>de</strong> obras que se relacionen con los objetos anteriores;


"Publicar una lista <strong>de</strong> sus trabajos;<br />

"Hacer adquisiciones i canjes <strong>de</strong> objetos i obras que se relacionan con su institución<br />

para formar un museo i una biblioteca".<br />

El 12 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1880, la Sociedad Arqueológica <strong>de</strong> Santiago, luego <strong>de</strong> "disipadas por<br />

fin las zozobras naturales" <strong>de</strong> los primerosaños <strong>de</strong> guerra, pudo entregar el primer y<br />

único ejemplar <strong>de</strong> su revista. Su lectura nos entrega una cantidad impresionante <strong>de</strong><br />

datos, algunos relacionados con las personas que participaban en las labores<br />

científicas <strong>de</strong> la Sociedad, otros referentes a los yacimientos y colecciones <strong>de</strong><br />

antigüeda<strong>de</strong>s que comenzaban a ser estudiados.<br />

En primer lugar, llama la atención un corto artículo en la sección Bibliografía en don<strong>de</strong><br />

se recogen algunos comentarioshechos al catálogo "Colección <strong>de</strong> Antigüeda<strong>de</strong>s<br />

americanas, ídolos, armas, utensilios domésticos, etc., exhibidas por la Sociedad<br />

Arqueológica, Santiago; imprenta <strong>de</strong> la librería <strong>de</strong>l Mercurio, 1878". En este comentario<br />

se recuerda que la exhibición "que tuvo lugar en los altos <strong>de</strong>l palacio <strong>de</strong>l Congreso, en<br />

uno <strong>de</strong> los salones <strong>de</strong>stinados a la Biblioteca Nacional, la hicimos para contribuir a las<br />

fiestas patrióticas <strong>de</strong> Septiembre, fue verda<strong>de</strong>ramente improvisada. Su catálogo<br />

espendido al público como un simple guía, aunque incompleto lleno <strong>de</strong> errores<br />

tipográficos por las pocas horas en que fue impreso, ha merecido sin embargo el honor<br />

<strong>de</strong> ser incluido en la Biblioteca Boliviana <strong>de</strong> don Gabriel René Moreno". A continuación,<br />

los redactores <strong>de</strong> la revista copian un comentario <strong>de</strong>l Sr. Moreno: "Sorprendió al<br />

público la abundante cosecha <strong>de</strong> objetos indígenas obtenida en los pocos meses que la<br />

Sociedad llevaba <strong>de</strong> labor. Señaladamente, la parte chilena sobrepujó a la pobre i<strong>de</strong>a<br />

que antes se tenía en cuanto a po<strong>de</strong>r formar con ella una colección que brindase<br />

margen a estudios prehistóricos. Los estantes 3 i 4 contienen objetos incásicos<br />

preciosos, traídos <strong>de</strong>l Perú y <strong>de</strong> Bolivia'' (16).<br />

Al finalizar estos breves comentarios los redactores <strong>de</strong> la revista señalaron con<br />

legítimo orgullo: "Nuestro catálogo, breve i mo<strong>de</strong>sto, como es, tiene el mérito <strong>de</strong> ser la<br />

primera publicación <strong>de</strong> su género hecha en <strong>Chile</strong>".<br />

La revista <strong>de</strong> la Sociedad se iniciaba con un "Prospecto" firmado por Luis Montt, en<br />

don<strong>de</strong> se expresaba el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> impulsar un género <strong>de</strong> estudios poco cultivado en los<br />

países americanos, "i a estrechar los lazos que siempre <strong>de</strong>ben unir a la gran familia<br />

americana".<br />

A continuación, venían varios artículos que daban noticias especialmente <strong>de</strong> algunos<br />

artefactos arqueológicos tanto <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> como <strong>de</strong> otros países. Así, Nicolás Acosta, <strong>de</strong><br />

La Paz, miembro correspondiente <strong>de</strong> la Sociedad, firmaba un artículo titulado


"Antigüeda<strong>de</strong>s Bolivianas", que estaba acompañado <strong>de</strong> 2 láminas (I-II). Luis Montt era el<br />

autor <strong>de</strong>l artículo "Antigüeda<strong>de</strong>s <strong>Chile</strong>nas", también con dos láminas (III-IV), en don<strong>de</strong><br />

se daban datos relacionados con excavaciones efectuadas por don Niceto Varas en<br />

Chellepin; en Salamanca, Illapel y en Punta <strong>de</strong> Teatinos, al norte <strong>de</strong> Coquimbo, hechas<br />

por Pru<strong>de</strong>ncio Val<strong>de</strong>rrama. Cuenta don Luis Montt que "durante el invierno <strong>de</strong> 1875, don<br />

Pru<strong>de</strong>ncio Val<strong>de</strong>rrama <strong>de</strong>scubrió algunos antiguos túmulos <strong>de</strong> indios pescadores en la<br />

punta <strong>de</strong> Teatinos al Norte <strong>de</strong>l puerto <strong>de</strong> Coquimbo, en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> este<br />

nombre. Estos túmulos formados como casi todos los que se hallan en el resto <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, <strong>de</strong> tierras i piedras, cuando no han sido <strong>de</strong>sgastados por la lluvia o el arado,<br />

tienen la forma <strong>de</strong> un cono, i su altura, dos metros a lo más, correspondía<br />

probablemente a la calidad <strong>de</strong> la persona a que se <strong>de</strong>stinaban. Llevado por esta i<strong>de</strong>a, el<br />

señor Val<strong>de</strong>rrama abrió los más altos, i sus esperanzas no salieron fallidas, porque<br />

encontró en ellos multitud <strong>de</strong> objetos, tales como ídolos <strong>de</strong> greda; cuentas <strong>de</strong> piedra<br />

para collares; agujas <strong>de</strong> cobre i <strong>de</strong> hueso; puntas <strong>de</strong> flechas; pitos <strong>de</strong> piedra; cucharas<br />

<strong>de</strong> hueso; cántaros i pequeños librillos i platos <strong>de</strong> greda pintados; anzuelos <strong>de</strong> cobre;<br />

fragmentos <strong>de</strong> remos petrificados, i muchos otros objetos <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>sconocido" (17).<br />

El tercer artículo <strong>de</strong> carácter arqueológico <strong>de</strong>scriptivo estaba firmado por Philippi y se<br />

<strong>de</strong>nominaba "Antigüeda<strong>de</strong>s Ecuatorianas". El autor comentaba que se trataba <strong>de</strong> una<br />

colección que posee el Museo Nacional gracias al fraile Benjamín Rencoret, quien la<br />

obsequió, y al farmacéutico Sr. Nicolás Fuentes, quien la vendió. Siguiendo el diseño<br />

<strong>de</strong> los anteriores artículos se <strong>de</strong>scribían los materiales arqueológicos que aparecían en<br />

las láminas (V y VI).<br />

Al dar vuelta las siguientes páginas <strong>de</strong> la Revista, nos encontramos con dos artículos<br />

que no tienen firma <strong>de</strong> autores: "El araucano antiguo i el araucano mo<strong>de</strong>rno" y "La<br />

jeografía antigua <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", que es un listado <strong>de</strong> nombres indígenas <strong>de</strong> localida<strong>de</strong>s,<br />

pueblos, valles, ríos, etc., <strong>de</strong> Chiloé. Comenta el autor <strong>de</strong>sconocido (18) <strong>de</strong> la geografía<br />

antigua <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> que "en la generalidad <strong>de</strong> los casos, los hemos tomado <strong>de</strong>l apreciable<br />

Diccionario Geográfico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> <strong>de</strong>l señor Astaburuaga, <strong>de</strong> los mapas <strong>de</strong> Pissis; <strong>de</strong><br />

antiguos historiadores, <strong>de</strong> títulos <strong>de</strong> encomiendas; i <strong>de</strong> espedientes entre partes o<br />

escrituras públicas" (19).<br />

La Revista terrnina con el resumen <strong>de</strong> las primeras sesiones <strong>de</strong> la Sociedad, con la<br />

publicación <strong>de</strong> sus Estatutos, con la transcripción <strong>de</strong> algunas cartas dirigidas al<br />

secretario por distinguidas personalida<strong>de</strong>s que aceptaban ser miembros <strong>de</strong> número<br />

correspondientes (cartas <strong>de</strong> Domingo Santa María, Benjamín Vicuña Mackenna, Daniel<br />

Barros, Bartolomé Mitre, etc.), con la lista <strong>de</strong> socios, que incluye, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los ya<br />

anteriormente citados, al historiador Diego Barros Arana.<br />

En la última página <strong>de</strong> la Revista (la 18) hay dos artículos <strong>de</strong> carácter bibliográfico: uno<br />

que se refiere al catálogo <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s, ya comentado por nosotros, y el otro


firmado por Philippi e intitulado "Antigüeda<strong>de</strong>s Norteamericanas".<br />

El tercer acontecimiento <strong>de</strong> los años 1878-1882 es la publicación <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> José<br />

Toribio Medina "Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", en 1882. Este libro ha sido abundantemente<br />

elogiado y es conocido <strong>de</strong> muchas personas (20). Sin embargo, es necesario insistir en<br />

algunos aspectos metodológico-teóricos que han sido poco tratados.<br />

Recor<strong>de</strong>mos, en primer lugar, siguiendo a Looser, que "el volumen <strong>de</strong> Medina es un<br />

trabajo <strong>de</strong> largo aliento, fruto <strong>de</strong> lecturas dilatadas, <strong>de</strong> viajes y <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong><br />

colecciones importantes. En sus cuatrocientas y tantas páginas, recopiló con acierto lo<br />

principal que se sabía entonces sobre nuestros indios'' (21). Insistiendo en cómo<br />

obtuvo información, Looser recuerda que "recorrió los <strong>de</strong>siertos <strong>de</strong> Tarapacá en busca<br />

<strong>de</strong> datos arqueológicos, y mientras se <strong>de</strong>sarrollaban en la Araucanía los últimos<br />

acontecimientos <strong>de</strong> la peligrosa y larga lucha <strong>de</strong> su conquista y pacificación por las<br />

armas <strong>de</strong> la República, partió a la tierra <strong>de</strong> los indios para estudiar en el terreno mismo<br />

sus costumbres, la organización social y sus creencias. Recorrió a caballo leguas <strong>de</strong><br />

leguas, yendo <strong>de</strong> una reducción a otra, <strong>de</strong>safiando los peligros <strong>de</strong> los ataques <strong>de</strong> los<br />

indios sublevados" (22).<br />

Medina tiene conciencia <strong>de</strong> estar escribiendo un libro que por primera vez trata <strong>de</strong> los<br />

múltiples problemas e incógnitas relacionados con el pasado <strong>de</strong> los aborígenes <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>. "EI libro que hoy damos al público con verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>sconfianza, pero no con<br />

menos voluntad <strong>de</strong> auxiliar el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> este género <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> tanto<br />

interés como importancia, adolece, como es natural, <strong>de</strong> la carencia absoluta <strong>de</strong><br />

prece<strong>de</strong>ntes en este or<strong>de</strong>n, viéndose así el que recorre este camino sin más auxiliar<br />

que su propio criterio. Y, a pesar <strong>de</strong> esto, se habría dado ya un gran paso si pudiera<br />

<strong>de</strong>cirse que las exploraciones en las diversas secciones <strong>de</strong> nuestro territorio estaban<br />

completas; mas, si exceptuamos las colecciones <strong>de</strong> objetos indígenas <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

existentes en el Museo Nacional, la que obra en nuestro po<strong>de</strong>r, las que con afanoso<br />

tesón y diligente busca han logrado acopiar los señores don Luis Montt, don Rafael<br />

Garrido, y otras casi insignificantes que existen en <strong>Chile</strong> en diversas manos, y en los<br />

museos <strong>de</strong> Washington, Berlín y Sevres, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que todo lo <strong>de</strong>más yace<br />

sepultado en el fondo <strong>de</strong> las antiguas huacas, o en las entrañas <strong>de</strong> la tierra" (23).<br />

La situación <strong>de</strong> la arqueología nacional en los años que estamos historiando, es vista<br />

por Medina con "claros y oscuros". Sobre todo al comparar los estudios efectuados en<br />

otros países como en Perú y México, con los <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, sus conclusiones se centran en<br />

la pobreza y escasez <strong>de</strong> los restos arqueológicos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> los que, incluso, no son ni<br />

conservados <strong>de</strong>bido "a la incuria e ignorancia <strong>de</strong> nuestros antepasados, y en<br />

proporción creciente a medida que las exigencias <strong>de</strong> la industria o <strong>de</strong> la agricultura se<br />

iban haciendo sentir". Por otra parte, Medina sabe que todos los pueblos han <strong>de</strong>jado<br />

algún tipo <strong>de</strong> huellas <strong>de</strong> su existencia. "Estas huellas <strong>de</strong> nuestros aborígenes, por regla


general es necesario buscarlas en los sepulcros que encierran sus restos<br />

<strong>de</strong>sagregados, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> largas y repetidas observaciones, llegar a una síntesis que<br />

nos permita establecer <strong>de</strong> una manera siquiera aproximada el grado <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lanto que<br />

alcanzaron. Este resultado es <strong>de</strong> ordinario fruto <strong>de</strong> la paciente labor <strong>de</strong> muchos<br />

hombres y a veces hasta <strong>de</strong> generaciones sucesivas, pero como se compren<strong>de</strong>, para<br />

arribar a ese término es necesario comenzar alguna vez, echar los cimientos <strong>de</strong>l vasto<br />

edificio para que, más tar<strong>de</strong>, observaciones nuevamente repetidas y mejor<br />

comprobadas, nos conduzcan a verlo acabado <strong>de</strong> una manera <strong>de</strong>finitiva y<br />

completa" (24).<br />

Según Medina, el estudio <strong>de</strong> los restos y yacimientos arqueológicos exige la<br />

comparación con "las antigüeda<strong>de</strong>s prehistóricas" encontradas en otros países.<br />

Así poco a poco se irán conociendo nuevos datos y los progresos <strong>de</strong> "la ciencia <strong>de</strong> la<br />

antigüedad" serán una realidad. Para lograr lo anterior, incluso en la mejor forma<br />

posible, hay que efectuar otros estudios tales como aquellos "que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l<br />

estudio <strong>de</strong>l idioma, que en nuestro caso nos ha sido <strong>de</strong> gran utilidad; el testimonio <strong>de</strong><br />

los viajeros respecto <strong>de</strong> los pueblos salvajes que aún viven o que han existido en un<br />

estado semejante al que <strong>de</strong>bió reinar en aquella edad primera <strong>de</strong>l género humano; los<br />

dictados <strong>de</strong> la geología y <strong>de</strong> la paleontología y el examen comparado y analítico <strong>de</strong> los<br />

cráneos para la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las razas y sus afinida<strong>de</strong>s". Así, con todos estos<br />

antece<strong>de</strong>ntes, "tendremos <strong>de</strong> esta manera diseñado el programa a que ajustaremos<br />

nuestros procedimientos, prefiriendo en todo caso anteponer a nuestras propias<br />

<strong>de</strong>ducciones las <strong>de</strong> los hombres eminentes que con tanto criterio y perspicacia se han<br />

<strong>de</strong>dicado en estos últimos años a tan interesantes estudios" (25).<br />

El libro <strong>de</strong> Medina pue<strong>de</strong> ser dividido estructuralmente en tres partes; <strong>de</strong>l capítulo I al V<br />

se analizan todos los datos e informes científicos que pue<strong>de</strong>n orientarnos sobre los<br />

primeros pobladores <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y <strong>de</strong> América, sus costumbres y tradiciones, incluyendo<br />

el análisis <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> nuestro país. Del capítulo VI al X se encuentra un exhaustivo<br />

análisis <strong>de</strong> la cultura araucana, haciendo uso <strong>de</strong>l máximo <strong>de</strong> información científica e<br />

histórica (etnohistoria, antropología física,estudios <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s, lingüística, etc.);<br />

finalmente, los dos últimos capítulos se refieren a la conquista incásica y en general a<br />

la "edad <strong>de</strong> Bronce". Todo el libro está apoyando no sólo en una completa bibliografía<br />

sino en un gran número <strong>de</strong> láminas, por lo <strong>de</strong>más excelentes, que enriquecen en gran<br />

manera el valor arqueológico <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Medina.<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que existan capítulos <strong>de</strong> Medina que están superados por la<br />

investigación, uno no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rse ante la calidad y magnitud <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> este estudioso ¿Cómo explicarse la aparición <strong>de</strong> esta obra ¿Es sólo el producto <strong>de</strong><br />

una personalidad genial o se apoya en otras investigaciones Lo expuesto sobre la<br />

Sociedad Arqueológica <strong>de</strong> Santiago y la publicación <strong>de</strong> la Revista <strong>de</strong> la Sociedad


pue<strong>de</strong>n mostrar que Medina no es únicamente un precursor <strong>de</strong> la Arqueología chilena,<br />

sino que es el hombre producto <strong>de</strong> un interés creciente por los estudios <strong>de</strong> los<br />

aborígenes; este interés es asistemático y vacilante; y por mucho tiempo siguió<br />

teniendo estas características, incluso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Medina; pero permitió, cada vez<br />

más, organizar investigaciones serias y mostrar a lo largo <strong>de</strong> los años, ya en el siglo<br />

XX, la existencia, en <strong>Chile</strong>, <strong>de</strong> una segura orientación en los estudios prehistóricos y<br />

antropológicos.<br />

Buscando más atrás <strong>de</strong> los años claves (1878-1882), y al revisar algunas revistas tales<br />

como "Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", el "Anuario Hidrográfico <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>" y la Revista <strong>Chile</strong>na, aparecen algunos artículos y noticias interesantes que<br />

ayudan a completar el cuadro <strong>de</strong> los antece<strong>de</strong>ntes, mostrando a los verda<strong>de</strong>ros<br />

precursores <strong>de</strong> los estudios que historiamos. Casi milagrosamente surgen los informes<br />

sobre nuevas regiones exploradas y sobre sus habitantes, sobre los changos, los<br />

atacamas, los araucanos, los fueguinos y también sobre aspectos culturales <strong>de</strong> la Isla<br />

<strong>de</strong> Pascua.<br />

Antes <strong>de</strong> 1880, el autor que <strong>de</strong>staca por el número <strong>de</strong> publicaciones es el Dr. Rodulfo A.<br />

Philippi, naturalista <strong>de</strong> nacionalidad alemana que llegó a <strong>Chile</strong> en 1851.<br />

El Dr. Philippi había nacido en Charlottenburgo, cerca <strong>de</strong> Berlín el 14 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />

1808. Estudió medicina en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Berlín y se tituló en 1830. Sin embargo,<br />

nunca ejerció la profesión <strong>de</strong> médico. Ya en 1830 había viajado a Italia, efectuando<br />

estudios, en Nápoles y Sicilia, <strong>de</strong> fauna marina y <strong>de</strong> geología <strong>de</strong> las zonas volcánicas.<br />

En 1836 publicó su primera obra científica que trata sobre los moluscos <strong>de</strong> Sicilia.<br />

Des<strong>de</strong> 1848 a<strong>de</strong>lante participa en labores políticas, siendo nombrado consejero <strong>de</strong> la<br />

Municipalidad <strong>de</strong> Cassel. Esta misma participación política lo llevó a tener problemas<br />

cuando se produjo un cambio <strong>de</strong> gobierno. Aconsejado por su hermano Bernardo,<br />

volvió su mirada a <strong>Chile</strong>. Ya en <strong>Chile</strong>, el 7 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1853 fue nombrado profesor <strong>de</strong><br />

Zoología y Botánica <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y pocos días más tar<strong>de</strong>, el 20 <strong>de</strong><br />

octubre, el gobierno, aconsejado por Andrés Bello, lo <strong>de</strong>signó Director <strong>de</strong>l Museo<br />

Nacional. Este científico, cuyas publicaciones alcanzan a 450, también se preocupó por<br />

una buena cantidad <strong>de</strong> temas relacionados con la arqueología americana y chilena (26).<br />

Incluso, su interés se manifiesta por los objetos etnográficos <strong>de</strong> los indios <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>. Recuerda el naturalista Bernardo Gotchlich que Philippi se trasladaba en las<br />

vacaciones al fundo San Juan, situado al sur <strong>de</strong>l Río Bueno. Con sus hijos colectaba<br />

plantas, ejemplares zoológicos y objetos etnográficos pertenecientes a los indios<br />

cuncos, que vivían vecinos a las tierras <strong>de</strong> los Philippi.<br />

En su libro "Viaje al <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama", publicado en 1860, manifiesta interés por las<br />

costumbres <strong>de</strong> los changos y los atacamas, como también menciona todos aquellos


estos arqueológicos que le parecen importantes, como las ruinas <strong>de</strong> Quitor, cerca <strong>de</strong><br />

San Pedro <strong>de</strong> Atacama, o los petroglifos <strong>de</strong> Machuca.<br />

Des<strong>de</strong> que tomó la dirección <strong>de</strong>l Museo Nacional, continuando) la labor señera <strong>de</strong><br />

Claudio Gay, enriqueció las colecciones arqueológicas y etnográficas, sea recolectando<br />

personalmente, recomendando el envío al Museo <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong><br />

antigüeda<strong>de</strong>s, o comprando colecciones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> o <strong>de</strong> los países vecinos.<br />

Antes <strong>de</strong> 1876, año <strong>de</strong> su traslado al palacio <strong>de</strong> la Exposición Internacional, el Museo<br />

Nacional o <strong>de</strong> Santiago, como también se le llamaba, estaba situado en el segundo piso<br />

<strong>de</strong>l local <strong>de</strong> la Biblioteca Nacional. Se trataba <strong>de</strong> un edificio <strong>de</strong> adobe, con dos pisos,<br />

cuyo frente tenía unos 35 metros, situado en la calle Catedral esquina <strong>de</strong> Ban<strong>de</strong>ra. Este<br />

edificio había sido construido a partir <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>l General Bulnes, expresamente<br />

<strong>de</strong>stinados los bajos para la Biblioteca y las oficinas <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> y los altos para<br />

el Museo Nacional. Recuerda don Ramón Briceño que "la parte <strong>de</strong> los altos la ocupaba<br />

totalmente el Museo Nacional, y se llegaba a ella por una amplia escalera <strong>de</strong> piedra<br />

incrustada en el centro <strong>de</strong>l ala Sur <strong>de</strong>l edificio". Se abría al público los días jueves y<br />

éste concurría en gran número admirando las colecciones <strong>de</strong> minerales, aves, peces,<br />

crustáceos, conchas, insectos, plantas y animales en general, y también algunas<br />

antigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y <strong>de</strong> diferentes partes <strong>de</strong> América.<br />

Philippi, como Director, supervigiló el traslado <strong>de</strong>l Museo a uno <strong>de</strong> los edificios<br />

principales <strong>de</strong> la Exposición Internacional <strong>de</strong> Santiago. Bajo la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Errázuriz<br />

en 1874, se había or<strong>de</strong>nado iniciar los preparativos; la Exposición se inauguró el 16 <strong>de</strong><br />

septiembre <strong>de</strong> 1875; concurrieron 28 naciones y el número <strong>de</strong> exponentes alcanzó a<br />

3.000. Encina (27) recuerda que el solo palacio central, a don<strong>de</strong> se trasladó en enero <strong>de</strong><br />

1876 el Museo, costó $ 500.000. La superficie edificada pasó <strong>de</strong> 8.000 metros y el<br />

recinto cerrado abarcó 30 hectáreas.<br />

El naturalista Philippi, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sus múltiples investigaciones, publicaciones,<br />

exploraciones, clases y trabajos en el museo, se dio tiempo para hacer varias<br />

publicaciones <strong>de</strong> etnografía y <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s y restos arqueológicos.<br />

En 1872 se preocupó <strong>de</strong> analizar algunos aspectos <strong>de</strong> la etnografía <strong>de</strong> los indios jíbaros<br />

<strong>de</strong>l Ecuador (28). En los años 1873 y 1875 colocó su atención en la isla <strong>de</strong> Pascua, que<br />

aún no había sido anexionada a <strong>Chile</strong> (29).<br />

Como en el Museo había una colección <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s peruanas incluyendo varias<br />

momias, publicó varios estudios sobre algunos <strong>de</strong> estos restos. Estos artículos<br />

publicados en la Revista <strong>Chile</strong>na y en los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> fueron escritos en<br />

1875, 1877 y 1879 (30).


En la misma Revista <strong>Chile</strong>na, en dos ocasiones por lo menos, en 1876 y en 1878,<br />

escribió y tradujo artículos relacionados con la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Hombre y la edad <strong>de</strong>l<br />

género humano. En algunas páginas más a<strong>de</strong>lante, volveremos a estos artículos<br />

cuando nos preocupemos <strong>de</strong> las discusiones originadas en Europa alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la<br />

teoría darwinista.<br />

Visto todo lo anterior no pue<strong>de</strong> extrañar a nadie la importante contribución <strong>de</strong>l<br />

naturalista alemán a la organización <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica <strong>de</strong> Santiago.<br />

El aporte <strong>de</strong>l sabio Philippi no terminó en 1878; ya hemos recordado sus estudios que<br />

aparecieron en el primer número <strong>de</strong> la Revista <strong>de</strong> la Sociedad. Continuó por muchos<br />

años y volveremos a recordarlo cuando estudiemos el segundo período <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong> la investigación prehistórica (1882-1911).<br />

Junto al gran estímulo que significaba para los primeros estudiosos la presencia <strong>de</strong> los<br />

aborígenes, no <strong>de</strong>be <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tomarse en cuenta que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento la<br />

investigación <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s estaba profundamente relacionada con las ciencias<br />

naturales. El resto arqueológico se recolectaba como el resto mineral o los ejemplares<br />

<strong>de</strong> la flora; había que clasificarlo, organizar tipos. Los métodos empleados eran los que<br />

usaban los naturalistas.<br />

Antes <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> Philippi, otros sabios europeos habían también mostrado<br />

interés por los restos etnográficos y las antigüeda<strong>de</strong>s. Ellos son Claudio Gay e Ignacio<br />

Domeyko.<br />

Claudio Gay, que llegó a <strong>Chile</strong> en 1828 y que fue comisionado por el Ministro Portales<br />

en 1830 para hacer una exploración <strong>de</strong>l territorio nacional, poco a poco se a<strong>de</strong>ntró en<br />

los estudios <strong>de</strong> la historia natural, <strong>de</strong> la geografía y <strong>de</strong> la historia política <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. No<br />

pudo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> preocuparse, también, <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s chilenas, y así fue como<br />

publicó, en 1854, dos láminas sobre ellas en su "Atlas" <strong>de</strong> la Historia Física y Política <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estas láminas publicó otras seis, bastante conocidas, con escenas <strong>de</strong> la<br />

vida <strong>de</strong> los araucanos. También en una lámina en don<strong>de</strong> aparece una vista <strong>de</strong>l puerto<br />

<strong>de</strong> Huasco se pue<strong>de</strong>n ver dos balsas <strong>de</strong> odres <strong>de</strong> cuero <strong>de</strong> lobo infladas.<br />

Las láminas <strong>de</strong> Gay son un año más antiguas que las que aparecieron en la publicación<br />

<strong>de</strong> la Expedición Astronómica naval <strong>de</strong> los Estados Unidos al Hemisferio Sur. La<br />

publicación norteamericana es <strong>de</strong> 1855 y, aunque está escrita en inglés, fue bastante<br />

importante, incluso porque fue conocida en <strong>Chile</strong>. El propio Philippi la cita en 1875 en lo<br />

que se refiere a los restos arqueológicos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y Perú (31).


El otro naturalista que merece recordarse es Ignacio Domeyko. Domeyko, geólogo y<br />

mineralogista, graduado en <strong>Ciencias</strong> Físicas y Matemáticas en Polonia y en la Escuela<br />

Superior <strong>de</strong> Minas <strong>de</strong> París, profesor <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, primer <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> la<br />

<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Físicas y Matemáticas y Rector <strong>de</strong> ella en 1867, publicó en 1845 un<br />

libro sobre la Araucanía y sus habitantes, que hoy día adquiere gran importancia para<br />

conocer algunas costumbres <strong>de</strong> los araucanos <strong>de</strong> esos años (32).<br />

En esta publicación Domeyko hace especial mención, <strong>de</strong> acuerdo a su personal<br />

experiencia, <strong>de</strong> la dualidad <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> los araucanos. En tiempos <strong>de</strong> paz,<br />

son justos, cuerdos, hospitalarios, "fiel en los tratos, reconocido a los beneficios,<br />

celoso <strong>de</strong>l propio honor. Su genio y sus maneras son más suaves y casi diré más<br />

cultas, en cuanto a lo exterior, que las <strong>de</strong> la plebe en muchas partes <strong>de</strong> Europa".<br />

El pacífico araucano es agricultor, tiene su casa bien hecha; son alfareros, plateros,<br />

tejedores. Sus caciques que viven en los llanos poseen,algunos, hasta 400 y más<br />

caballos y cantidad consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> ganado. En la costa, con menos riqueza, la pesca,<br />

el luche, los mariscos y "el beneficio <strong>de</strong> la sal" les suministran otros tantos medios <strong>de</strong><br />

subsistencia <strong>de</strong> que carecen los <strong>de</strong> los llanos.<br />

Pero cuando se encuentran en una situación bélica, "en la hora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senfreno <strong>de</strong> sus<br />

pasiones" son a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> valientes, crueles y <strong>de</strong>structores <strong>de</strong> todo lo que se les<br />

enfrenta. Un ejemplo <strong>de</strong> la injusticia y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> irracional <strong>de</strong> los hombres "es la<br />

triste condición a que se halla reducida la infortunada mujer".<br />

Luego <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir a la mujer araucana que conoció dice "basta entrar una sola vez en<br />

casa <strong>de</strong> un indio para reconocer en sus esposas la imagen <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra esclavitud,<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> su bella naturaleza y <strong>de</strong>l noble <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la mujer".<br />

También Domeyko escribió en varias páginas las costumbres mortuorias <strong>de</strong> los<br />

araucanos; los preparativos para el entierro; el ajuar femenino que se coloca en "una<br />

canoa" junto a la canoa en don<strong>de</strong> se encuentra el difunto. Al sacar "la fatal canoa <strong>de</strong>l<br />

hogar doméstico, no se <strong>de</strong>scuidan los apasionados hijos en observar las<br />

supersticiosas prácticas, cuyo objeto es el impedir que la extraviada alma vuelva a la<br />

antigua morada <strong>de</strong> su casa". Luego, puesto los restos en el foso "los riegan y empapan<br />

bien con la bebida y meten <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tumba todo lo que había sido <strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong>l<br />

difunto durante su vida... Tal es el entierro <strong>de</strong> un bárbaro, verda<strong>de</strong>ro símbolo <strong>de</strong> las<br />

creencias araucanas acerca <strong>de</strong> la inmortalidad <strong>de</strong>l alma y <strong>de</strong> la vida futura <strong>de</strong>l hombre".<br />

La opinión <strong>de</strong> Domeyko acerca <strong>de</strong>l pueblo araucano se acerca a la <strong>de</strong>l historiador <strong>de</strong>l<br />

siglo XVIII, Molina (Historia natural y civil <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>) quien al ver una mezcla <strong>de</strong> tanta<br />

imperfección y <strong>de</strong> indicios <strong>de</strong> una civilización muy avanzada la tomó por un residuo <strong>de</strong><br />

algún gran pueblo ilustrado que <strong>de</strong>bió caer por alguna <strong>de</strong> aquellas revoluciones físicas


y morales a que está también sujeto nuestro globo.<br />

En 1862 Domeyko publicó un artículo con W. Díaz en los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, acerca <strong>de</strong> un "excursión geológica a las cordilleras <strong>de</strong> San Fernando, hecha en el<br />

mes <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1861" (33), en don<strong>de</strong> menciona el hallazgo <strong>de</strong> un alero o abrigo<br />

rocoso <strong>de</strong>nominado "Casa Pintada" que contenía pinturas <strong>de</strong> carácter geométrico que<br />

nuestros estudiosos estiman ser "figuras muy imperfectas <strong>de</strong> los indios". Un poco más<br />

<strong>de</strong> un siglo <strong>de</strong>spués nos preocuparemos <strong>de</strong> estas pinturas a propósito <strong>de</strong> la hipótesis<br />

<strong>de</strong> Berry Fell, <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Harvard (34).<br />

Por los mismos años que publicaba Philippi, en el Anuario Hidrográfico <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, entre 1875 y 1881, aparecieron numerosos informes <strong>de</strong> expediciones a las<br />

regiones <strong>de</strong>l Sur y extremo Sur y sobre la Isla <strong>de</strong> Pascua, en don<strong>de</strong> se exponían, a<br />

veces muy brevemente, algunas costumbres <strong>de</strong> los aborígenes que habitaban estas<br />

regiones. Entre estos artículos son dignos <strong>de</strong> mención los <strong>de</strong> Carlos Juliet, <strong>de</strong> Enrique<br />

Ibar Sierra, <strong>de</strong> Francisco Vidal Gormaz, <strong>de</strong> Tomás Rogers, <strong>de</strong> Enrique Simpson (35).<br />

Antes que el capitán <strong>de</strong> fragata Francisco Vidal Gormaz fundase el Anuario<br />

Hidrográfico, era la Revista <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> la que principalmente daba a<br />

conocer este tipo <strong>de</strong> informes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros correspondientes a los campos<br />

científicos y literarios. Así, por ejemplo, en 1863, Guillermo E. Cox publicó su "Viaje a<br />

las regiones septentrionales <strong>de</strong> la Patagonia" en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribió las costumbres <strong>de</strong> los<br />

pehuenches, tehuelches y otros grupos <strong>de</strong> aborígenes <strong>de</strong> la región.<br />

Así, en la más antigua <strong>de</strong> nuestras revistas científicas y universitarias se pesquisan<br />

artículos <strong>de</strong> carácter arqueológico o <strong>de</strong> alguna disciplina afín. Por ejemplo, en 1860, en<br />

el mismo año <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> Philippi sobre el <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama, Adolfo Fabry<br />

publicó una revisión sobre los últimos trabajos relativos a las "antigüeda<strong>de</strong>s<br />

americanas" (36).<br />

También dos investigadores europeos <strong>de</strong>ben recordarse por el significado que hoy<br />

tienen para la prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, aunque tratan <strong>de</strong> la arqueología <strong>de</strong> Arica que en<br />

esos años no pertenecía al territorio nacional. En primer lugar tenemos al marino inglés<br />

William Bollaert que se radicó en Arica en 1854. Como producto <strong>de</strong> sus trabajos<br />

etnológicos en varios países <strong>de</strong> América publicó en 1860 un libro sobre antigüeda<strong>de</strong>s y<br />

temas etnológicos incluyendo a <strong>Chile</strong> (57). El segundo estudioso es Ernest W.<br />

Mid<strong>de</strong>ndorf (1830-1909) que también vivió en Arica entre 1855 y 1862, haciendo algunos<br />

trabajos en esta región.<br />

Como pue<strong>de</strong> apreciarse, poco a poco van emergiendo los principales hitos que nos dan<br />

a conocer los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l creciente interés por los temas antropológicos en <strong>Chile</strong>.<br />

Naturalmente era Santiago el lugar en don<strong>de</strong> aparecían diarios y revistas en números


importantes, se escribían artículos y se dictaban conferencias sobre estas materias.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, fundados en 1843 (38) y <strong>de</strong>l Anuario<br />

Hidrográfico fundado en 1875, están la "Revista Católica", fundada también en 1843, "El<br />

Museo", revista científica y literaria creada por D. Barros Arana en 1853, que tuvo una<br />

duración <strong>de</strong> 2 años con 28 números, la "Revista <strong>de</strong> Santiago" (39), fundada en 1855<br />

porFrancisco <strong>de</strong> Paula Matta y sus hermanos Guillermo y Manuel Antonio, la"Revista <strong>de</strong><br />

<strong>Ciencias</strong> y Letras", que apareció por primera vez en 1857, dirigida por Antonio Varas, y<br />

en don<strong>de</strong> colaboraron entre otros:Domeyko, Courcelle Seneuil, Philippi, Astaburuaga,<br />

Pissis y Barros Arana.<br />

Cuenta Encina, en su Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (40), que hacia 1860 los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong><br />

no sólo habían aumentado y dispuesto mejor el material, sino que también habían<br />

subido su tiraje a 800 ejemplares.<br />

Algunos años más tar<strong>de</strong> se funda una nueva revista, cuyos creadores son Miguel Luis<br />

Amunátegui y Diego Barros Arana. Se trata <strong>de</strong> la "Revista <strong>Chile</strong>na", ya citada por<br />

nosotros y cuyo primernúmero aparece en 1875.<br />

La mención <strong>de</strong> Diego Barros Arana <strong>de</strong>be ser ampliada en este trabajo no sólo porque es<br />

un investigador <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n en materias históricas, fundador <strong>de</strong> diarios y revistas,<br />

mente crítica, sino porque en ciertas ocasiones excursiona por áreas <strong>de</strong>l conocimiento<br />

que se relacionan con nuestras ciencias. Así, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las páginas escritas en 1884,<br />

en su primer tomo <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, que estudiaremos más a<strong>de</strong>lante, existe un<br />

trabajo <strong>de</strong> 1875 <strong>de</strong>dicado a los conocimientos etnográficos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, y que fue<br />

publicado por los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> (41). En este trabajo se exponen por primera<br />

vez algunas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Barros Arana, que posteriormente van a ser discutidas, y que se<br />

relacionan con la homogeneidad étnica <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

"La jeografía etnográfica <strong>de</strong>l territorio que hoi forma la República <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, no ofrece las<br />

singularida<strong>de</strong>s que los naturalistas han podido observar en las otras rejiones <strong>de</strong>l nuevo<br />

mundo. Los conquistadores europeos no hallaron en él la multitud <strong>de</strong> razas i <strong>de</strong><br />

familias marcadas por caracteres distintos i hablando idiomas diferentes, que<br />

encontraban en casi todos los países americanos. Así, pues, en la extremidad austral<br />

<strong>de</strong> la América, i mientras en la rejión oriental <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, formada por la Patagonia i<br />

las pampas arjentinas, habitaban muchas naciones <strong>de</strong> indios, ocho a lo menos, que<br />

hablaban diversas lenguas i se mantenían aisladas entre sí la angosta pero larga faja <strong>de</strong><br />

tierras que se extien<strong>de</strong> al occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la cordillera, sólo era poblada por una sola raza,<br />

señalada por caracteres análogos i por signos esteriores que hacen presumir la<br />

i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> su origen. Esta raza habitaba no sólo la rejión continental sino también los<br />

numerosos archipiélagos que se alzan <strong>de</strong>l seno <strong>de</strong>l océano, a poca distancia <strong>de</strong> la costa<br />

hasta la isla gran<strong>de</strong> conocida con el nombre <strong>de</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego".


Este primer enunciado <strong>de</strong> Barros Arana, relacionado con la existencia <strong>de</strong> una única<br />

raza, era enriquecido, sin embargo, cuando se postulaba la presencia <strong>de</strong> dos ramas :<br />

"<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama hasta más allá <strong>de</strong>l Archipiélago <strong>de</strong> Chiloé, esto es hasta<br />

la latitud <strong>de</strong>l 44· vivían los indios chilenos, propiamente dichos, todos los cuales tenían<br />

costumbres más o menos análogas, ¡hablaban un mismo idioma, el chileno o araucano.<br />

Más al sur todavía, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el grado 44 hasta las últimas islas que ro<strong>de</strong>an la extremidad<br />

austral <strong>de</strong>l continente, viven diversas tribus <strong>de</strong> indios que por sus costumbres, su<br />

idioma i sus apariencias forman una sola rama...". Esta rama era la fueguina.<br />

En este mismo artículo a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir brevemente a los fueguinos y araucanos,<br />

Barros Arana escribe algunas líneas sobre los Changos, a quienes i<strong>de</strong>ntifica como<br />

"nación <strong>de</strong> indios <strong>de</strong> la misma raza que los peruanos, pero que hablaban un idioma<br />

distinto". Ahora bien, si no po<strong>de</strong>mos estar ahora <strong>de</strong> acuerdo con su teoría <strong>de</strong> la<br />

homogeneidad racial, no po<strong>de</strong>mos menos <strong>de</strong> admirarnos por la exacta, aunque breve,<br />

caracterización <strong>de</strong> los changos: "Los changos habitaban la costa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong><br />

Atacama i vivían ocupados <strong>de</strong> la pesca, para la cual usaban balsas <strong>de</strong> cuero <strong>de</strong> lobos<br />

marinos, tal como se ve en la lámina XVI, página 109 <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong> Frezier.<br />

Estos indios, que no parecen haber sido nunca muy numerosos, i que vivían<br />

diseminados en el litoral bajo tiendas miserables formadas por algunos palos i<br />

cubiertas <strong>de</strong> cueros y <strong>de</strong> algas marinas, eran intrépidos navegantes y recorrían la costa<br />

<strong>de</strong> <strong>Chile</strong> hasta la latitud <strong>de</strong> 36·, i aún parece que se establecieron en algunos puntos...".<br />

Termina el artículo con algunos datos <strong>de</strong>mográficos: la rama pechere o fueguina,<br />

tendría unos cuatro mil individuos; la raza moluche o araucana serían 50.000 individuos.<br />

La última conclusión <strong>de</strong> Barros Arana es: "La raza chilena ha <strong>de</strong>saparecido; i la lengua<br />

<strong>de</strong> los antiguos pobladores <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> es absolutamente <strong>de</strong>sconocida en el resto <strong>de</strong>l<br />

territorio... Así pues, haciendo abstracción <strong>de</strong> los cuatro mil fueguinos que habitaban<br />

las islas <strong>de</strong>l sur i <strong>de</strong> los cuarenta o cincuenta mil araucanos, que viven encerrados en<br />

una porción reducida <strong>de</strong>l territorio, i que cada día se hace más estrecha, todo <strong>Chile</strong> es<br />

poblado por una sola raza en que predomina el elemento europeo más o menos puro, i<br />

en que no se habla más que un solo idioma, el español".<br />

En 1879, en la Revista <strong>Chile</strong>na, que él cofundara, escribió un artículo (42) relacionado<br />

con las últimas exploraciones geográficas en América, en don<strong>de</strong> se recuerda en<br />

especial el aporte <strong>de</strong> M. Wiener en los conocimientos <strong>de</strong> la geografía y la arqueología<br />

peruana. En este artículo, que es en la práctica una carta enviada a Benjamín Vicuña<br />

Mackenna, se manifiesta su gran interés por los estudios arqueológicos y por todos<br />

aquellos que permitían "echar los cimientos <strong>de</strong> la historia antecolombina, <strong>de</strong> esa edad<br />

llamada prehistórica porque acerca <strong>de</strong> ella no tenemos documentos escritos para<br />

fundar la historia".


En Barros Arana, historiador por excelencia, se aprecia también un gran respeto por el<br />

valor y la objetividad <strong>de</strong> los estudios prehistóricos. Escribe Barros Arana: "Alguien ha<br />

observado que esta misma circunstancia, la falta <strong>de</strong> documentos trazados muchas<br />

veces por la pasión o por la lisonja que <strong>de</strong> ordinario, a lo menos por lo que toca <strong>de</strong> los<br />

tiempos antiguos, sólo consignan groseras supersticiones y leyendas disparatadas,<br />

que esa circunstancia, repetimos, permite reconstruir la historia <strong>de</strong> los tiempos más<br />

remotos sin nombres <strong>de</strong> héroes i <strong>de</strong> batallas más o menos fabulosas, pero con un<br />

conocimiento más exacto <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los hombres i <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s que<br />

<strong>de</strong>saparecieron. Cuando se examinan <strong>de</strong> cerca los gran<strong>de</strong>s trabajos <strong>de</strong> la arqueología<br />

mo<strong>de</strong>rna, se encuentra que no es una paradoja <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong> todo fundamento la<br />

opinión <strong>de</strong> los que sostienen que la historia <strong>de</strong> los tiempos prehistóricos es la única<br />

que no miente, porque está basada en documentos que pue<strong>de</strong>n o no ser completos,<br />

pero que no tienen interés ni medios <strong>de</strong> alterar la verdad" (43).<br />

El concepto <strong>de</strong> objetividad propio <strong>de</strong> una disciplina que obtiene su conocimiento<br />

principalmente <strong>de</strong> los restos materiales, no <strong>de</strong>jados intencionalmente por antiguas<br />

culturas, o <strong>de</strong> inferencias apoyadas en las observaciones geográficas, geológicas,<br />

paleontológicas y antropológicas, ha sido bien señalado por prehistoriadores y<br />

arqueólogos <strong>de</strong> nuestro siglo. Lo curioso y que lleva a admiración es que un<br />

historiador, en 1879 y en <strong>Chile</strong>, bastante alejado <strong>de</strong>l mundo europeo, tenga claridad en<br />

el valor <strong>de</strong> la inferencia arqueológica y respete profundamente los restos materiales <strong>de</strong>l<br />

pasado.<br />

Son muchas más las menciones <strong>de</strong> revistas, conferencias, artículos y publicaciones <strong>de</strong><br />

libros que <strong>de</strong>beríamos hacer. Unas y otros prueban que en <strong>Chile</strong>, en los <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong><br />

Montt y Pérez, y en los quinquenios <strong>de</strong> Errázuriz y Pinto, es <strong>de</strong>cir entre 1851 y 1881<br />

existe, con todas las limitaciones imaginables, un interés creciente por los informes<br />

científicos relacionados con las ciencias naturales, históricas y geográficas. La<br />

cantidad <strong>de</strong> regiones no exploradas aún, las riquezas naturales (botánicas y<br />

zoológicas) y etnográficas, y un fuerte <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> conocer el pasado <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> llevaba a<br />

los estudiosos chilenos a investigar y dar a conocer sus resultados y conclusiones.<br />

Todo lo anterior se unía a los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scubrimientos e investigaciones que se hacían<br />

en Europa y que llegaban a <strong>Chile</strong> por medio <strong>de</strong> libros, revistas y diarios. Las<br />

discusiones científicas y filosóficas relacionadas con los problemas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l hombre eran, por ejemplo, seguidas con apasionamiento por los círculos más<br />

cultos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Los científicos que vivían en <strong>Chile</strong> no sólo leían, comentaban, sino que<br />

también escribieron y tomaron partido. Así, por ejemplo, Rodulfo Amando Philippi en<br />

1876 en la Revista <strong>Chile</strong>na (44) escribió un artículo sobre los problemas que<br />

interesaban en ese momento: la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre y la teoría darwinista. Es un<br />

artículo corto pero lleno <strong>de</strong> interesantes observaciones y realmente abierto al futuro <strong>de</strong>l<br />

darwinismo.<br />

Philippi expone la teoría <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre y la discute críticamente. Se


apoya en las investigaciones <strong>de</strong> Virchow, que restó valor paleontológico al cráneo <strong>de</strong><br />

Nean<strong>de</strong>r, para señalar: "En todos estos puntos, lo repito, los hombres más antiguos no<br />

ofrecen ninguna transición a los monos. A más <strong>de</strong> eso, Virchow ha establecido como<br />

mui probable, que el cráneo <strong>de</strong> la gruta <strong>de</strong> Nean<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ba su formación anómala a una<br />

enfermedad <strong>de</strong> los huesos, que se observa aun en la actualidad <strong>de</strong> vez en cuando".<br />

"Los darwinistas han tenido pues que modificar su teoría; ya no hablan más <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los tres monos antropoi<strong>de</strong>s, el gorila, chimpancé i<br />

orangután, i buscan el abuelo <strong>de</strong> nuestra especie en un antropoi<strong>de</strong> hipotético no<br />

existente ya en la creación, i cuyos restos se hallarán, según ellos, algún día en alguna<br />

parte".<br />

La posición crítica <strong>de</strong> Philippi es clara pero lo interesante es su afirmación <strong>de</strong> que "tan<br />

luego como se haya hecho este <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un ser realmente intermedio entre<br />

los monos i el hombre me haré yo también darwinista". Hasta entonces hace suya la<br />

posición crítica <strong>de</strong> Von Bär, famoso <strong>de</strong>scubridor <strong>de</strong>l huevo <strong>de</strong> los mamíferos y fisiólogo<br />

<strong>de</strong> fama mundial, quien rechazaba la teoría <strong>de</strong> la selección darwiniana.<br />

Sus comentarios finales son realmente objetivos y justos con la teoría <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia: "aunque yo no soi partidario <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia tal como se<br />

ha formulado, no quiero por eso rebajar el gran mérito que tiene. Cada teoría nueva<br />

hace dar a la ciencia un gran paso a<strong>de</strong>lante, aun en el caso <strong>de</strong> que sea abandonada o<br />

modificada esencialmente".<br />

Otros artículos aparecidos en la Revista <strong>Chile</strong>na en los años 1877 y 1878 sobre temas<br />

relacionados con la teoría <strong>de</strong> la evolución fueron escritos por Alejandro González y T.<br />

Roldán (45). El mismo Philippi tradujo libremente un estudio <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico Afafk titulado<br />

"Edad <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong>l género humano" (46).<br />

Junto a los estudios relacionados con la teoría evolucionista, y cuyos estímulos<br />

provenían <strong>de</strong>l Viejo Mundo, había otros que encontraban su centro <strong>de</strong> interés en<br />

realida<strong>de</strong>s sociales y culturales más próximas a <strong>Chile</strong>. Así, por ejemplo, la isla <strong>de</strong><br />

Pascua, incorporada al territorio nacional sólo en 1888. Hemos ya citado dos artículos<br />

<strong>de</strong> Philippi, y a ellos se agrega en 1875 una traducción <strong>de</strong> un estudio sobre los<br />

jeroglíficos <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Pascua, hecha por el erudito Francisco Solano Astaburuaga. El<br />

señor Solano Astaburuaga era muy conocido por su "Diccionario Geográfico <strong>de</strong> la<br />

República <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", que había editado en 1868 en la ciudad <strong>de</strong> Nueva York. Su<br />

traducción <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l señor Park Harrison fue leída en la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes<br />

<strong>de</strong> Santiago en junio <strong>de</strong> 1875. La Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes, antecesora <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong><br />

Bellas Artes, había sido creada en 1849, durante el <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong> Bulnes, fecundo por su<br />

<strong>de</strong>sarrollo cultural.


También en otras ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Santiago, se conocieron libros que<br />

daban informaciones y a veces estudiaban a los indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Así, por ejemplo, el Dr.<br />

Juan Serapio Lois, publicó en Los Ángeles en 1868, un libro sobre los araucanos y sus<br />

costumbres (47).<br />

En Valparaíso, en 1877, se dio a la publicidad por primera vez la Historia <strong>de</strong>l padre<br />

Diego <strong>de</strong> Rosales. La obra <strong>de</strong>l padre Rosales, titulada "Historia General <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>. Flan<strong>de</strong>s Indiano", había sido traída <strong>de</strong> España por el historiador Benjamín Vicuña<br />

Mackenna quien la editó en el puerto con una biografía <strong>de</strong>l autor y notas especializadas<br />

(48).<br />

Este tipo <strong>de</strong> publicaciones correspondía a una línea <strong>de</strong> investigaciones que existía en<br />

<strong>Chile</strong> por lo menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX. Hay que recordar que en 1861 don J.<br />

Pablo Urzúa y Arancibia, fundador <strong>de</strong>l diario El Ferrocarril, comenzó la publicación <strong>de</strong> la<br />

Colección <strong>de</strong> Historiadores y Documentos relativos a la historia nacional. Esta labor <strong>de</strong><br />

conservar y dar a conocer las crónicas y los documentos más importantes había sido<br />

iniciada por Claudio Gay y, en parte, las primeras publicaciones <strong>de</strong> la "Colección <strong>de</strong><br />

Historiadores y Documentos" correspondía a documentos y textos conocidos y<br />

utilizados por el erudito francés.<br />

El primer volumen contenía las cinco cartas <strong>de</strong> Valdivia al emperador, publicadas por<br />

Gay, y el primer libro <strong>de</strong> las Actas <strong>de</strong>l Cabildo <strong>de</strong> Santiago.<br />

La publicación <strong>de</strong> la Colección <strong>de</strong> Historiadores prosiguió hasta 1865. Fue reanudada<br />

por Luis Montt, en 1874, quien publicó hasta el tomo XI. De 1887 a<strong>de</strong>lante la prosiguió<br />

José Toribio Medina.<br />

Las publicaciones que estamos rescatando <strong>de</strong>l pasado y que directa o indirectamente<br />

se relacionan con los estudios <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s chilenas o <strong>de</strong> los habitantes más<br />

antiguos <strong>de</strong> nuestro país, eran las que en su gran mayoría habían sido publicadas en<br />

<strong>Chile</strong>.Pero en esos años el interés por los "indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>" se manifiesta también por<br />

muchas publicaciones hechas en Europa (49).Publicaciones hechas en el Viejo Mundo<br />

por extranjeros que vivían en <strong>Chile</strong> o que lo conocieron, son interesantes <strong>de</strong> recordar.<br />

En primer lugar, están las publicaciones <strong>de</strong> los navegantes y científicos <strong>de</strong>l Beagle,<br />

famosas por la importancia que más a<strong>de</strong>lante alcanzaría Charles Darwin (50).<br />

Muchos años más tar<strong>de</strong> nos encontramos con las publicaciones <strong>de</strong> un alemán,<br />

Francisco Fonck, que estudiaremos al historiar el segundo período (1882-1911). Este<br />

investigador, geógrafo y naturalista, publicó en Berlín, en 1870, un estudio sobre los<br />

indios <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, interesándose tanto por su situación actual como por la pasada<br />

(51).


Des<strong>de</strong> el informe <strong>de</strong>l capitán Buenaventura Martínez, en 1845, que con gran<br />

clarivi<strong>de</strong>ncia recomendaba la colonización <strong>de</strong> Magallanes, se sucedieron en <strong>Chile</strong> las<br />

expediciones hacia la Patagonia y Tierra <strong>de</strong>l Fuego. Se distinguieron en estas<br />

exploraciones al Sur y extremo Sur <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, el comandante Benjamín Muñoz Gamero,<br />

Felipe Gueiss, Vicente Gómez, Francisco Fonck, ya citado por nosotros y Guillermo E.<br />

Cox. En 1863, en los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> apareció un artículo <strong>de</strong> Cox titulado<br />

"Viaje a las regiones septentrionales <strong>de</strong> la Patagonia". En ese mismo año, se publicó un<br />

libro con ese mismo título en don<strong>de</strong> se relataban sus exploraciones y aventuras. Cox,<br />

<strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> ingleses, cruzó la cordillera en 1862, costeó el Lago <strong>de</strong> Todos los<br />

Santos, navegó en el Nahuelhuapi. Fue prisionero <strong>de</strong> los indios al intentar llegar al<br />

Atlántico por el río Limay. Éstos le permitieron volver a Valdivia. Su conocimiento <strong>de</strong><br />

los indios pehuenches y tehuelches y <strong>de</strong> otros grupos <strong>de</strong> aborígenes <strong>de</strong> la región son<br />

importantes y sirvieron para informar a los estudiosos <strong>de</strong> la época. Lamentablemente,<br />

sus i<strong>de</strong>as y proyectos no fueron escuchados por los gobernantes chilenos (52).<br />

Estas publicaciones <strong>de</strong> Cox, sumadas a las que más a<strong>de</strong>lante se hicieron en el Anuario<br />

Hidrográfico <strong>de</strong> la Armada <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, y que hemos recordado parcialmente, ayudaron<br />

po<strong>de</strong>rosamente a organizar un conocimiento <strong>de</strong> los aborígenes y <strong>de</strong> las regiones que<br />

ellos habitaban.<br />

Así, todo parece indicar que la aparición <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Medina es el resultado <strong>de</strong> los<br />

estudios e investigaciones <strong>de</strong> especialistas e informes pertenecientes a diferentes<br />

campos científicos. Muchos <strong>de</strong> ellos no son rigurosamente científicos, sólo<br />

exploradores que relatan en sus informes y diarios <strong>de</strong> viajes algunas costumbres <strong>de</strong> los<br />

aborígenes que conocen por primera vez. En esta línea <strong>de</strong> búsqueda, podríamos llegar<br />

hasta los primeros europeos que observaron a los "indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>". No hemos querido<br />

hacer esto. Como ya lo hemos expresado, buscamos sólo los antece<strong>de</strong>ntes científicos,<br />

informes escritos con el fin <strong>de</strong> dar a conocer principalmente las características, las<br />

costumbres y la cultura <strong>de</strong> los aborígenes, y, en lo posible, su pasado. Por esta razón,<br />

no retroce<strong>de</strong>mos más allá <strong>de</strong>l siglo XIX, e, incluso más allá <strong>de</strong>l medio siglo; por lo<br />

<strong>de</strong>más, no podía ser <strong>de</strong> otra manera. En Europa occi<strong>de</strong>ntal, recién en 1859 se<br />

comenzaba a estructurar una investigación que se orientaba a la búsqueda <strong>de</strong> las<br />

culturas prehistóricas o "antediluvianas". Deberían pasar varios años antes que se<br />

organizasen las primeras reuniones <strong>de</strong> científicos y aparecieran las primeras revistas<br />

especializadas.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que, en 1864, Gabriel Mortillet había fundado una revista cuyo título era<br />

"Materiales para la historia natural y prehistoria <strong>de</strong>l hombre'.<br />

En 1865, gracias a la publicación <strong>de</strong> Sir John Lubhock, "Tiempos Prehistóricos", la<br />

Edad <strong>de</strong> la Piedra se dividió en Paleolítico y Neolítico.


En 1866 y 1867, se efectuaron las primeras reuniones en Neuchatel (Suiza) y en París <strong>de</strong><br />

los congresos internacionales <strong>de</strong> Prehistoria, con los nombres ya superados <strong>de</strong><br />

"Congreso internacional <strong>de</strong> Paleontología" y "Congreso Internacional <strong>de</strong> Antropología y<br />

Arqueología Prehistóricas". Hoy en día estos Congresos se <strong>de</strong>nominan "Congreso<br />

Internacional <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Prehistóricas y Protohistóricas".<br />

En 1870 se inician los Congresos <strong>de</strong> Americanistas, que tienen por finalidad conocer<br />

las investigaciones sobre el continente Americano indígena.<br />

Si en Europa la ciencia prehistórica se organizaba en el <strong>de</strong>cenio 1860-1870, en <strong>Chile</strong> un<br />

esbozo <strong>de</strong> estudios arqueológicos y etnográficos comenzó en el <strong>de</strong>cenio 1870-1880. La<br />

obra <strong>de</strong> Lubbock, ya citada, pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse el libro científico que expresa una<br />

nueva ciencia; <strong>de</strong> la misma manera, en <strong>Chile</strong>, en 1882, la obra <strong>de</strong> Medina refleja el<br />

conocimiento <strong>de</strong> la Prehistoria en nuestro país. Detrás <strong>de</strong> Lubbock hay muchas<br />

investigaciones e investigadores, algunos tan famosos como Boucher <strong>de</strong> Perthes,<br />

Gaudry, Lartet y otros; algo parecido ocurre con Medina, que no sólo está muy bien<br />

informado <strong>de</strong> lo que ocurre en Europa sino que también incorpora las investigaciones<br />

<strong>de</strong> Philippi, Barros Arana, Luis Montt y muchos otros estudiosos.<br />

En Europa, la Prehistoria nace por la necesidad imperiosa <strong>de</strong> llenar un vacío <strong>de</strong><br />

conocimiento. Cuando los naturalistas, los geólogos, los historiadores y los<br />

arqueólogos clásicos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los estudiosos <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s, en sus diferentes<br />

investigaciones y trabajos <strong>de</strong> campo se encontraban con "piedras trabajadas", con<br />

"artefactos", se planteaban problemas <strong>de</strong> interpretación y <strong>de</strong> dudas metodológicas y<br />

teóricas. Poco a poco algunos anticuarios, historiadores y geólogos se <strong>de</strong>sviaron <strong>de</strong><br />

sus antiguas activida<strong>de</strong>s y se <strong>de</strong>dicaron solamente a investigar los "artefactos" que<br />

muchas veces aparecían asociados con animales antediluvianos. La Prehistoria fue una<br />

hija predilecta <strong>de</strong> las ciencias naturales como también <strong>de</strong> las ciencias históricas. Esto<br />

mismo ocurrió en <strong>Chile</strong>.<br />

Llamábamos la atención <strong>de</strong>l lector, en páginas anteriores sobre las publicaciones <strong>de</strong>l<br />

Dr. Rodulfo Philippi, gran naturalista, <strong>de</strong> Ignacio Domeyko y <strong>de</strong> Claudio Gay.<br />

Justamente el sabio francés fue el encargado por el gobierno chileno, en 1830, <strong>de</strong> crear<br />

el Museo <strong>de</strong> Historia Natural. Pues bien, entre las colecciones <strong>de</strong> minerales y vegetales<br />

se dio tiempo para organizar una pequeña colección <strong>de</strong> objetos pertenecientes a los<br />

indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

Junto a los naturalistas están los trabajos <strong>de</strong> los historiadores Diego Barros Arana,<br />

especialmente importante en los estudios etnográficos, y <strong>de</strong>l propio José Toribio<br />

Medina. Así la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> emergía <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> la investigación<br />

naturalista e histórica.


Sin embargo, el nacimiento <strong>de</strong> una nueva ciencia como la Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, <strong>de</strong>bería<br />

tener algunas características especiales. Tal vez la más importante fue la presencia en<br />

<strong>Chile</strong> <strong>de</strong>l elemento indígena, en el siglo XIX.<br />

No nos equivocamos al pensar que los estudiosos <strong>de</strong>bieron sentir un profundo interés<br />

por estos habitantes no civilizados puesto que las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> sus costumbres y<br />

algunos estudios etnográficos ocuparon un lugar preferente entre las publicaciones<br />

aparecidas antes <strong>de</strong> 1882. Incluso es legítimo consi<strong>de</strong>rar los Aborígenes <strong>de</strong> Medina<br />

como el primer libro <strong>de</strong> Etnografía que se haya editado en <strong>Chile</strong>.<br />

En verdad, no era posible separar la realidad cultural <strong>de</strong> entonces<strong>de</strong> los "indios <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>" con su pasado prehispánico más próximo; en Europa no podía plantearse una tal<br />

problemática,pero sí en <strong>Chile</strong>, y por esta razón los estudios <strong>de</strong> etnografía, etnohistoria y<br />

arqueología prehistórica se dieron muchas veces juntos. No cabe la menor duda <strong>de</strong> que<br />

los comienzos <strong>de</strong> la Prehistoria están entrelazados con los informes y los estudios<br />

etnográficos, lingüísticos y geográficos.<br />

Todo el conjunto <strong>de</strong> publicaciones (en diarios y revistas) producto <strong>de</strong> viajes <strong>de</strong><br />

exploraciones, <strong>de</strong> investigaciones etnográficas que apuntaban al conocimiento <strong>de</strong> los<br />

indios, <strong>de</strong> estudios acerca <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s y restos arqueológicos, <strong>de</strong>ben<br />

enmarcarse en la realidad cultural e intelectual <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, que se inicia en 1842. Poco a<br />

poco, con altos y bajos, el movimiento <strong>de</strong> 1842 que se expresa por la formación <strong>de</strong><br />

Socieda<strong>de</strong>s literarias, por la organización <strong>de</strong> los estudios superiores (<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>), por la aparición <strong>de</strong> revistas, algunas <strong>de</strong> corta duración, por el interés cada vez<br />

más creciente por los estudios históricos, que recibe el aporte <strong>de</strong>l pensamiento<br />

románticoeuropeo, va convirtiendo a <strong>Chile</strong> en un país que mira a Europa (<strong>de</strong> ella vienen<br />

los primeros científicos como Gay, Domeyko, Philippi y otros), y que reclama estar al<br />

día sobre los movimientos literarios, científicos y filosóficos.<br />

Naturalmente que no son muchos los que participan <strong>de</strong> estas activida<strong>de</strong>s y son menos<br />

incluso los que pue<strong>de</strong>n seguir <strong>de</strong> cerca el <strong>de</strong>sarrollo cultural y científico extranjero. Sin<br />

embargo, tampoco el número es <strong>de</strong>spreciable. Hay en todo esto algunos datos<br />

objetivos que sirven, incluso, para darse cuenta <strong>de</strong> cuál era la situación <strong>de</strong> los chilenos<br />

en el siglo XIX con relación a sus lecturas, qué libros leían y en qué idioma.<br />

En 1886, y pocos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> Medina, <strong>de</strong> 1882, concurrieron a la<br />

Biblioteca Nacional 13.117 personas. En 18S9, se contabilizaron 28.758 lectores; <strong>de</strong> las<br />

obras leídas 26.893 estaban en castellano, 4.126 en francés y sólo 102 en inglés. En<br />

este mismo año, la Biblioteca, cuyo director era Luis Montt, ya ampliamente citado por<br />

nosotros, recibió 53 revistas y publicaciones periódicas extranjeras. Todo esto<br />

<strong>de</strong>muestra que se leía, incluyendo un buen número <strong>de</strong> libros franceses.


El idioma francés era común entre los intelectuales, educadores, científicos e incluso<br />

los políticos.<br />

Otro dato objetivo que muestra cómo <strong>Chile</strong> se abría al mundo exterior son las<br />

exposiciones nacionales e internacionales que se organizaron en <strong>Chile</strong>, a las que<br />

concurría nuestro país. Ya en 1854 tenemos la primera exposición nacional, en 1869 la<br />

<strong>de</strong> Agricultura, en 1872 nuevamente una exposición nacional; en 1875, exposición<br />

internacional en Santiago. En este mismo año se celebró paralelamente en París el<br />

Congreso Internacional <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Geográficas, a don<strong>de</strong> don Diego Barros Arana<br />

envió un tomo <strong>de</strong> 167 páginas titulado "Estudios Geográficos sobre <strong>Chile</strong>". Dentro <strong>de</strong><br />

este estudio se incluyeron unos "apuntes" sobre etnología <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, <strong>de</strong> los que ya<br />

hemos hecho mención.<br />

En 1888 se volvió a hacer una exposición nacional, preparatoria para la <strong>de</strong> 1889 <strong>de</strong><br />

París, que tenía carácter universal.<br />

Para esta exposición se construyó un pabellón <strong>de</strong>sarmable <strong>de</strong> fierro que se trajo a<br />

<strong>Chile</strong>, y se enviaron ocho monografías sobre los principales aspectos <strong>de</strong> la "civilización<br />

chilena".<br />

La exposición internacional <strong>de</strong> Santiago, <strong>de</strong> 1875, a la que hemos hecho mención, fue<br />

<strong>de</strong> gran importancia, a pesar <strong>de</strong> la gran suma <strong>de</strong> dinero que el gobierno gastó, para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las industrias nacionales y activida<strong>de</strong>s económicas en general, y porque<br />

influyó po<strong>de</strong>rosamente en las ciencias naturales y antropológicas. No sólo se contó<br />

con un nuevo edificio para el Museo Nacional, sino que las propias colecciones se<br />

enriquecieron, incluyendo las etnográficas y <strong>de</strong> antigüeda<strong>de</strong>s.<br />

Resumiendo este primer período po<strong>de</strong>mos subrayar los siguientes puntos:<br />

1. Los estudios prehistóricos se constituyeron en <strong>Chile</strong> como resultado <strong>de</strong> los<br />

viajes y exploraciones <strong>de</strong> geógrafos, naturalistas y <strong>de</strong> las investigaciones <strong>de</strong><br />

historiadores y aficionados a las antigüeda<strong>de</strong>s. Éstos, sin una conciencia precisa<br />

y poco a poco, permitieron con sus relatos y <strong>de</strong>scripciones, la acumulación <strong>de</strong><br />

informaciones relacionadas con el pasado precolombino y con las costumbres <strong>de</strong><br />

los aborígenes contemporáneos.<br />

2. La inmensa data científica reunida entre 1842 y 1882 por exploradores, viajeros,<br />

naturalistas, geógrafos, historiadores, etc., fue, en parte, posible por la existencia<br />

<strong>de</strong> dos realida<strong>de</strong>s culturales que se armonizaron:<br />

a) La influencia científica y <strong>de</strong> pensamiento proveniente <strong>de</strong> Europa, que permitió el<br />

conocimiento <strong>de</strong> los estudios históricos y, también, <strong>de</strong> los prehistóricos.


) La presencia <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s aborígenes que estimuló el conocimiento <strong>de</strong> los<br />

estudios etnográficos y etnológicos.<br />

3. Los trahajos publicados antes <strong>de</strong> 1882 fueron magistralmente utilizados por<br />

José Toribio Medina, quien editó un libro que hasta hoy día <strong>de</strong>be ser consultado<br />

por los especialistas. Los "Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", no <strong>de</strong>be sólo ser consi<strong>de</strong>rado el<br />

libro que inicia los estudios arqueológicos en <strong>Chile</strong>, sino como la primera y<br />

excepcional síntesis creadora <strong>de</strong> muchas investigaciones efectuadas en <strong>Chile</strong> y<br />

que se relacionan con los estudios prehistóricos y etnográficos.<br />

4. Un buen ejemplo <strong>de</strong> los trabajos efectuados antes <strong>de</strong> 1882 son las<br />

contribuciones <strong>de</strong> R.A. Philippi, naturalista, y <strong>de</strong> D. Barros Arana, historiador.<br />

Sobre todo Barros Arana, ya en 1875, impulsaba estas investigaciones,<br />

<strong>de</strong>finiéndolas con gran precisión y objetividad, <strong>de</strong> acuerdo a los tiempos en que<br />

escribía.<br />

5. Es interesante recalcar que en este primer período, caracterizado por la<br />

búsqueda <strong>de</strong> los primeros datos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>scripciones y <strong>de</strong> informaciones<br />

elementales, surge un primer esfuerzo <strong>de</strong> síntesis, que sólo será continuado 46<br />

años más tar<strong>de</strong> (Latcham y su Prehistoria <strong>Chile</strong>na, 1928).<br />

6. Por último, la obra <strong>de</strong> Medina, la primera publicación <strong>de</strong> Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>,<br />

muestra el uso <strong>de</strong> criterios multidisciplinarios que señalan el comienzo <strong>de</strong> una<br />

tradición metodológica que siempre se encuentra entre los mejores arqueólogos<br />

que investigan y publican en <strong>Chile</strong>.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

CAPÍTULO V<br />

QUINTO PERÍODO (1960-1990)<br />

Como hemos escrito (1991), a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950 y comenzando la década <strong>de</strong><br />

1960 surgió un valioso grupo <strong>de</strong> investigadores y se fundaron varias instituciones que<br />

conducen al historiador <strong>de</strong> la disciplina a postular un nuevo periodo. Éste se<br />

caracterizó por la organización institucional universitaria, por la docencia superior, por<br />

la formación <strong>de</strong> nuevos museos, por las investigaciones que incorporaron teorías,<br />

métodos y técnicas tanto <strong>de</strong> la "nueva arqueología" como <strong>de</strong> las ya conocidas teorías<br />

históricas, estructuralistas y ecológicas y, por último, por la organización <strong>de</strong> la<br />

Sociedad <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong> Arqueología y el inicio <strong>de</strong> reuniones científicas (Congresos) que<br />

continúan hasta el presente.<br />

Obviamente que esta eclosión intelectual y científica que se produjo en los primeros<br />

años <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960 le <strong>de</strong>be mucho a la década <strong>de</strong> 1950, que se centró, como lo<br />

hemos escrito en el trabajo <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos <strong>de</strong> la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, en<br />

las investigaciones <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong> Historia Natural que li<strong>de</strong>raba Grete Mostny, <strong>de</strong>l Museo<br />

Arqueológico <strong>de</strong> La Serena, dirigido por Jorge Iribarren en las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l padre<br />

jesuita Gustavo Le Paige en San Pedro <strong>de</strong> Atacama (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1954) y <strong>de</strong> otros<br />

investigadores nacionales y extranjeros.<br />

Tanto los investigadores <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos (Bernardo<br />

Berdichevsky, Carlos Munizaga, Alberto Medina, Jorge Kaltwasser, Juan Munizaga,<br />

Gonzalo Figueroa), como los estudiosos <strong>de</strong> los Museos mencionados continuaron y<br />

acrecentaron sus trabajos en la década <strong>de</strong> 1960, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> instituciones recién creadas<br />

y con el aporte no sólo <strong>de</strong> nuevos investigadores sino también <strong>de</strong> variados enfoques<br />

teóricos y metodológicos.<br />

A comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960 se organizan las carreras universitarias, tanto en la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, como en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Concepción (en ellas li<strong>de</strong>raron Grete<br />

Mostny, Bernardo Berdichevsky, Mario Orellana, Zulema Zeguel y un grupo <strong>de</strong><br />

profesores franceses); se constituyó en enero <strong>de</strong> 1963 la Sociedad <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong><br />

Arqueología con su primer directorio (Hans Niemeyer, Jorge Iribarren, Mario Orellana,<br />

Julio Montané y Jorge Silva); se consolidaron nuevos museos regionales, como los <strong>de</strong>


Arica y Calama creados a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950. También fueron más frecuentes<br />

los trabajos supra individuales, en don<strong>de</strong> el equipo <strong>de</strong> especialistas interdisciplinario<br />

comenzaba a jugar un papel importante.<br />

La comunicación entre diferentes especialistas tanto en <strong>Chile</strong> como en el extranjero<br />

tuvo también otra consecuencia: la incorporación <strong>de</strong> nuevos temas y métodos <strong>de</strong><br />

investigación que año a año, <strong>de</strong>cenio a <strong>de</strong>cenio, han enriquecido la interpretación <strong>de</strong><br />

los datos arqueológicos investigados.<br />

Se trata entonces <strong>de</strong> un período principalmente caracterizado por las instituciones, no<br />

sólo por los individuos, aunque ellos siguen siendo importantes, abierto a los métodos<br />

y teorías <strong>de</strong> lasciencias sociales y naturales. En las Universida<strong>de</strong>s se forman<br />

profesionales en arqueología y en antropología, y aunque hay crisis muy fuertes,<br />

especialmente en la década <strong>de</strong> 1970 y parte <strong>de</strong> 1980, existe un trabajo académico que<br />

permite especialmente en la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> mantener la docencia a un nivel aceptable.<br />

El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las disciplinas antropológicas (incluyendo la arqueología en ellas)<br />

pue<strong>de</strong> ser visualizado en relación con situación <strong>de</strong> crisis, en algunos casos <strong>de</strong> tipo<br />

creador y en otras <strong>de</strong> tipo <strong>de</strong>structor. Así la Licenciatura <strong>de</strong> Arqueología surgió en la U.<br />

<strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, en 1968, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> la Reforma Universitaria e incluso la creación<br />

<strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Antropológicas y Arqueológicas fue un corolario <strong>de</strong> los<br />

cambios institucionales <strong>de</strong> 1968-1970, producidos en la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. A su vez la crisis<br />

política vivida en el país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1973 hasta 1989 (gobierno militar a nivel nacional y<br />

rectores <strong>de</strong>legados en la <strong>Universidad</strong>) impidió, por lo menos en la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, dar paso<br />

a un <strong>de</strong>sarrollo más creador en las ciencias antropológicas, y sólo permitió el trabajo<br />

individual o semi-individual <strong>de</strong> los académicos, sin que hubiese transformaciones<br />

significativas que consolidaran la gestación <strong>de</strong> un nuevo período. Sin lugar a dudas<br />

que había material humano, esfuerzos individuales valiosos e incluso pequeños<br />

equipos <strong>de</strong> investigación, sobre todo en la década <strong>de</strong> 1980, pero, no cabe la menor<br />

duda, que con el triunfo <strong>de</strong>l Plebiscito <strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1989 se produjo un<br />

aliviamiento <strong>de</strong> tensiones, un trabajo más libre en la docencia y en la investigación, que<br />

abrió las puertas <strong>de</strong>finitivamente a un nuevo período <strong>de</strong> la Arqueología chilena, que<br />

muestra un marco teórico parcialmente <strong>de</strong> continuación con el existente en la década<br />

<strong>de</strong> 1980, pero más maduro y consistente en los primeros años <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1990.<br />

Obviamente que nos estamos refiriendo a la post Nueva Arqueología y entre otras<br />

teorías a la Arqueología Simbólica.<br />

El período 1960-1990 <strong>de</strong>be entonces ser observado por nosotros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dos<br />

perspectivas: una institucional y otra individual.<br />

En el primer <strong>de</strong>sarrollo abordaremos la institucionalización <strong>de</strong> las ciencias<br />

antropológicas a partir <strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> la Reforma Universitaria; y en la segunda parte


ejemplificaremos el aporte individual en las figuras <strong>de</strong>l padre jesuita Gustavo Le Paige y<br />

<strong>de</strong>l profesor universitario Percy Dauelsberg. A<strong>de</strong>más, a través <strong>de</strong> ellos, conoceremos<br />

parte importante <strong>de</strong> las investigaciones hechas en San Pedro <strong>de</strong> Atacama y en Arica y<br />

algo <strong>de</strong> las discusiones interpretativas que se produjeron en este período.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LAS CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS<br />

Fue Ricardo Latcham, distinguido antropólogo y arqueólogo, quien por primera vez -en<br />

1936- dictó un curso <strong>de</strong> Prehistoria en la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Filosofía y Educación. Eugenio<br />

Pereira Salas, tal comoya lo señalamos lo recuerda haciendo clases "enjuto <strong>de</strong> carnes,<br />

cordial y afectuoso en sus a<strong>de</strong>manes, enemigo <strong>de</strong> los trámites <strong>de</strong> las listas y las<br />

matrículas, llegaba con puntualidad a la sala, don<strong>de</strong> los alumnos lo esperaban con<br />

suspendido interés... Era su clase una conversación, un diálogo fecundo...".<br />

Pasaron muchos años y, ya en la década <strong>de</strong>l 50, aparecen varias expresiones <strong>de</strong> la<br />

presencia <strong>de</strong> las disciplinas antropológicas en la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>: la Dra. Grete Mostny hace<br />

clases <strong>de</strong> Antropología; un grupo pequeño <strong>de</strong> especialistas, entre los que se contaba el<br />

Dr. Richard Shae<strong>de</strong>l y el Dr. Ismael Silva F., organizaron un programa <strong>de</strong> antropología<br />

histórica y social, que se realizó en unas oficinas <strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> Geografía <strong>de</strong> la<br />

<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Filosofía y Educación, en el primer semestre <strong>de</strong> 1953. A partir <strong>de</strong> estos<br />

trabajos <strong>de</strong> investigación, se organizó el Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos en 1954,<br />

cuando era Rector <strong>de</strong> la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> Juan Gómez Millas. El Servicio Informativo <strong>de</strong> los<br />

Estados Unidos <strong>de</strong> América, en un folleto <strong>de</strong>dicado al hallazgo <strong>de</strong> la Momia <strong>de</strong>l Plomo,<br />

informa que el Departamento <strong>de</strong> Estado contrató al Dr. Schae<strong>de</strong>l para la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, en calidad <strong>de</strong> profesor-visitante <strong>de</strong> Antropología cultural. Se recuerda también en<br />

este folleto que el Museo Pedagógico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> facilitó tres oficinas al recién creado<br />

Centro.<br />

Dentro <strong>de</strong> la l <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 50, nos licenciamos con<br />

una tesis <strong>de</strong> Prehistoria que fue dirigida por la Dra. Mostny y por el Dr. Oswald<br />

Menghin, distinguido prehistoriador austríaco, que residía en Buenos Aires y que había<br />

venido a <strong>Chile</strong> en 1957 y 1958 a hacer seminarios en el Centro <strong>de</strong> Estudios<br />

Antropológicos. Una vez licenciados, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1959, dictamos un curso <strong>de</strong> Prehistoria en<br />

la sección <strong>de</strong> Historia, cuando el historiador Guillermo Feliú Cruz era Decano <strong>de</strong> la<br />

<strong>Facultad</strong>. En ese mismo año, fuimos contratados por la <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong><br />

Valparaíso para hacer clases <strong>de</strong> Prehistoria e Historia Antigua (1959-1961). En esos<br />

años, era Héctor Herrera Cajas el Director <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Historia.<br />

A comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 60, en diferentes universida<strong>de</strong>s, había jóvenes<br />

especialistas que investigaban en arqueología y antropología e intentaban crear una<br />

docencia a nivel universitario. En 1962, nos reunimos tres profesores (Grete Mostny,


Bernardo Berdichewsky y nosotros) y con el apoyo <strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> Historia<br />

inauguramos una especialidad <strong>de</strong> Arqueología ("cursos <strong>de</strong> arqueología"). Recuerda<br />

Genaro Godoy años más tar<strong>de</strong>: "Des<strong>de</strong> hace varios años, y para ser más precisos,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Decanato <strong>de</strong> don Eugenio González Rojas, existe en nuestra <strong>Facultad</strong> un<br />

llamado 'curso <strong>de</strong> Arqueología'. Este curso fue creado con el fin <strong>de</strong> dar a nuestros<br />

egresados <strong>de</strong> Historia que se trasladaban a ejercerla en provincias, un mediano bagaje<br />

<strong>de</strong> conocimientos que lo pusieran en condiciones <strong>de</strong> participar en eventuales<br />

expediciones arqueológicas o en el or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> nuevos museos locales. Para este<br />

fin, se consultaban conocimientos básicos <strong>de</strong> Arqueología y Prehistoria chilena y<br />

americana".<br />

De esta manera, antes <strong>de</strong> iniciarse el proceso <strong>de</strong> Reforma en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

existían en ésta y también en otras universida<strong>de</strong>s diferentes organizaciones <strong>de</strong><br />

investigadores que trabajan en ellas y profesores que hacían clases <strong>de</strong> Antropología y<br />

Arqueología.<br />

Así como en Santiago la presencia <strong>de</strong> la antropología norteamericana ayudaba a la<br />

formación <strong>de</strong> un Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos, en Concepción se creaba a<br />

comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 60 el "centro <strong>de</strong> Antropología", bajo el auspicio <strong>de</strong> la<br />

Unesco y con la participación <strong>de</strong> las investigadoras francesas Simone Gamelon y<br />

Annette Emperaire y <strong>de</strong> la chilena Zulema Seguel.<br />

A su vez, en el Departamento <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> el "curso <strong>de</strong><br />

Arqueología", que se formó en 1962, estaba bajo la influencia <strong>de</strong> diferentes escuelas<br />

(norteamericana, española, austríaca).<br />

En el norte <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, en Arica, a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950 un grupo <strong>de</strong> estudiosos,<br />

encabezados por Percy Dauelsberg, creaba un Museo Regional y se preocupaba <strong>de</strong><br />

continuar la obra <strong>de</strong> Max Uhle y <strong>de</strong> Junius Bird. A su vez, en San Pedro <strong>de</strong> Atacama,<br />

como lo hemos recordado, un sacerdote jesuita, el padre Gustavo Le Paige, <strong>de</strong><br />

nacionalidad belga, se <strong>de</strong>dicaba a hacer recolecciones arqueológicas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1954 en<br />

a<strong>de</strong>lante.<br />

En 1961 y en 1963, se organizaron las dos primeras reuniones <strong>de</strong> arqueólogos<br />

nacionales y le cupo un papel importante en la organización <strong>de</strong> estos eventos<br />

científicos a la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, como obviamente a las entida<strong>de</strong>s regionales, tales<br />

como el Museo Regional <strong>de</strong> Arica y la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong> Antofagasta. Esta<br />

participación era el resultado <strong>de</strong> la activa actuación <strong>de</strong> los investigadores <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Antropológicos y <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Historia.


Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

LOS AÑOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA ORGANIZACIÓN<br />

ACADÉMICA DE LAS DISCIPLINAS ANTROPOLÓGICAS<br />

Cuando el 2 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1967, se aprobaron en la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Filosofía y Educación<br />

<strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> las principales propuestas <strong>de</strong> la "Comisión <strong>de</strong> los 14", es<br />

<strong>de</strong>cir, la cesación <strong>de</strong>l Consejo Superior <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong>, la supresión <strong>de</strong> los tres<br />

<strong>de</strong>partamentos centrales y la renuncia <strong>de</strong> todos los jefes <strong>de</strong> sección y <strong>de</strong> escuelas, se<br />

abrió paso a un profundo proceso <strong>de</strong> cambios estructurales <strong>de</strong> carácter académico que<br />

<strong>de</strong>berían cumplirse antes <strong>de</strong>l 30 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1968. Como los Departamentos centrales<br />

reunían a las "secciones docentes" y a los centros e institutos <strong>de</strong> investigación, la<br />

supresión <strong>de</strong> aquéllos implicaba crear una nueva organización <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong>.<br />

Prontamente, el concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>partamento adquirió un valor superior; las antiguas<br />

secciones docentes, más los centros e institutos, se integrarían en éste y, por lo tanto,<br />

la docencia, la investigación y la extensión se realizarían bajo el alero <strong>de</strong>partamental.<br />

Sólo teniendo en cuenta estos conceptos <strong>de</strong> organización académica se pue<strong>de</strong>n<br />

compren<strong>de</strong>r los acuerdos tomados el 16 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1969 por la comisión <strong>de</strong>signada<br />

por el Consejo Superior <strong>de</strong> Filosofía y Educación e integrada por el Director <strong>de</strong>l<br />

Departamento <strong>de</strong> Historia, por el Director <strong>de</strong> Sociología, por el Director <strong>de</strong> Psicología y<br />

por el representante <strong>de</strong> los investigadores. Esta comisión resolvió acerca <strong>de</strong> la<br />

integración <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos y las cátedras y cursos <strong>de</strong><br />

antropología. Con fecha 4 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1968, el Decano <strong>de</strong> Filosofía informaba tanto al<br />

Director <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos como al Director <strong>de</strong> Historia que tres<br />

investigadores <strong>de</strong> arqueología se <strong>de</strong>sempeñarían en el Departamento <strong>de</strong> Historia, con el<br />

33% <strong>de</strong>l presupuesto <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos.<br />

La incorporación <strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> Arqueología al Departamento <strong>de</strong> Historia, la<br />

adscripción <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Folclóricas a este mismo Departamento y la<br />

presencia <strong>de</strong> la docencia <strong>de</strong> arqueología <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1962, permitió que se constituyese un<br />

importante grupo <strong>de</strong> académicos que, ya en 1968, publicaba una revista especializada,<br />

el "Boletín <strong>de</strong> Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", y que también comenzó a organizar una<br />

Licenciatura en Filosofía con mención en Prehistoria y Arqueología. Exactamente el 24<br />

<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1969, el profesor Genaro Godoy, Decano suplente <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong>,<br />

comunicaba al Rector <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, Profesor Ruy Barbosa P., "que el<br />

Consejo Superior <strong>de</strong> esta <strong>Facultad</strong>, en sesión celebrada el día 22 <strong>de</strong>l mes en curso,<br />

acordó crear una nueva Licenciatura en Filosofía con mención en Prehistoria y


Arqueología".<br />

El 11 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1969, a petición <strong>de</strong>l Decano Hernán Ramírez, el profesor Godoy<br />

argumentaba en favor <strong>de</strong> la nueva licenciatura: "lo dicho anteriormente y el alto grado<br />

<strong>de</strong> especialización a que ha llegado nuestro curso <strong>de</strong> estudios arqueológicos, hacen<br />

muy aconsejable no seguir dilatando la creación <strong>de</strong> una nueva licenciatura... Hay<br />

constancia escrita <strong>de</strong> la labor <strong>de</strong> nuestros investigadores en numerosas publicaciones.<br />

Nuestra <strong>Facultad</strong> ha comenzado la publicación <strong>de</strong> un "Boletín" cuyo primer número ya<br />

ha visto la luz pública, fruto <strong>de</strong> la abnegada labor <strong>de</strong> nuestros docentes, investigadores<br />

y alumnos...". En lo que a la parte estrictamente técnica <strong>de</strong>l currículum propuesto se<br />

refiere, señaló el Director <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Historia lo siguiente: "No se ha seguido<br />

la clásica división por años <strong>de</strong>bido a varias razones:<br />

1. El plan <strong>de</strong> Licenciatura <strong>de</strong> nuestra <strong>Facultad</strong> actualmente vigente consulta<br />

únicamente horas <strong>de</strong> clases para ser cursadas, sin indicación <strong>de</strong> años ni<br />

priorida<strong>de</strong>s obligatorias.<br />

2. Los plenarios <strong>de</strong> la convención <strong>de</strong> Reforma aprobaron por unanimidad las<br />

ponencias <strong>de</strong> la Comisión 3a., que tuvo el honor <strong>de</strong> presidir, en el sentido <strong>de</strong> que<br />

los planes <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong>ben ser flexibles y que <strong>de</strong>ben eliminarse las trayectorias<br />

obligadas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esos planes.<br />

3. También se recomendó la institución <strong>de</strong> tutorías y asistencia docente a los<br />

alumnos. Todas estas condiciones se cumplen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro plan <strong>de</strong><br />

estudios arqueológicos, cuyos docentes y alumnos trabajan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

comunidad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y activida<strong>de</strong>s que pue<strong>de</strong>n ser un ejemplo <strong>de</strong> convivencia<br />

universitaria .<br />

Por último, el Director <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Historia mencionaba a los profesores y<br />

ayudantes que tendrían a su cargo la nueva licenciatura.<br />

Todas las consi<strong>de</strong>raciones recordadas más arriba muestran un aspecto <strong>de</strong>sconocido<br />

en muchos trabajos <strong>de</strong>dicados a la Reforma, incluso en aquéllos que la justifican en<br />

plenitud: el ambiente académico <strong>de</strong> alto nivel que existía mientras se producían los<br />

cambios estructurales. A<strong>de</strong>más, queda <strong>de</strong> manifiesto que una <strong>de</strong> nuestras hipótesis (la<br />

Reforma Universitaria tuvo aspectos constructivos, puesto que hizo posible la creación<br />

<strong>de</strong> nuevas carreras universitarias), resiste cualquier grado <strong>de</strong> contrastación documental<br />

puesto que los propios argumentos que justifican la creación <strong>de</strong> la licenciatura<br />

mencionan los conceptos y principios universitarios que existían en 1967 y 1968.<br />

A través <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto N· 3510 <strong>de</strong>l 10 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1969, El Consejo Universitario aprobó por<br />

unanimidad la licenciatura propuesta por la <strong>Facultad</strong>.<br />

El crecimiento <strong>de</strong> los estudios arqueológicos referidos a la <strong>de</strong>cencia, en medio <strong>de</strong> este


ambiente cultural reformista que consi<strong>de</strong>ramos una verda<strong>de</strong>ra 'subcultura<br />

universitaria', también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse con los datos, uno <strong>de</strong> 1966 y otro <strong>de</strong> 1969. En<br />

el Boletín Informativo <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Filosofía y Educación, <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1966, se<br />

señala que en la asignatura <strong>de</strong> arqueología que se impartía en la sección <strong>de</strong> Historia<br />

perteneciente al Departamento Central <strong>de</strong> Filosofía y Letras, había 13 alumnos<br />

matriculados. En el oficio N· 633, dirigido al Rector <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, que hacía<br />

referencia a la necesidad <strong>de</strong> suplementar el presupuesto <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> para el segundo<br />

semestre <strong>de</strong> 1969, el <strong>de</strong>cano Ramírez informaba sobre la matrícula, indicando que la<br />

especialidad <strong>de</strong> Arqueología tenía matriculados 81 alumnos.<br />

En 1970, en el mes <strong>de</strong> diciembre, el Consejo Superior <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

presidido por el Rector Boeninger, aprobó la creación <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong><br />

Antropológicas y Arqueológicas y, también, la licenciatura <strong>de</strong> Antropología. El primer<br />

semestre <strong>de</strong> esta nueva licenciatura se inició en agosto <strong>de</strong> 1971 con 25 alumnos, que<br />

<strong>de</strong>bían cumplir con los requisitos <strong>de</strong> la Prueba <strong>de</strong> Aptitud Académica.<br />

Así, el nuevo Departamento, cuyo proyecto <strong>de</strong> creación fue organizado en el<br />

Departamento <strong>de</strong> Historia, reuniría en su seno todos los cursos <strong>de</strong> antropología que se<br />

dictaban en diferentes <strong>de</strong>partamentos, una parte <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos<br />

(antropología social y física), la licenciatura <strong>de</strong> Prehistoria y Arqueología, el Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Araucanos y el Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Folclóricas.<br />

Por <strong>de</strong>creto N· 277 <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1971, transcrito por Waldo Suárez, Subsecretario<br />

<strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Educación Pública, se lee: "Suprímese <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 19 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1971 el<br />

Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos, <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Historia, en<br />

virtud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Educación N· 8628 <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1969".<br />

Luego, más a<strong>de</strong>lante, se lee: "El personal que presta servicios en el Centro <strong>de</strong> Estudios<br />

Antropológicos, en las calida<strong>de</strong>s y cargos expresados en incisos anteriores, continuará<br />

<strong>de</strong>sempeñando las funciones que correspon<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> acuerdo a las mismas normas<br />

contenidas en este párrafo, en el Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Antropológicas y<br />

Arqueología que se crea por este <strong>de</strong>creto".<br />

A continuación, el <strong>de</strong>creto 277, firmado por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, Salvador<br />

Allen<strong>de</strong>, y su Ministro <strong>de</strong> Educación Pública, Mario Astorga, señala: "Créase el<br />

Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Antropológicas y Arqueología, <strong>de</strong>l cual pasará a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r el<br />

Centro <strong>de</strong> Estudios Araucanos", el que formaba parte <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 17 <strong>de</strong><br />

agosto <strong>de</strong> 1968. También el <strong>de</strong>creto menciona al Instituto <strong>de</strong> Investigaciones<br />

Folclóricas, que pertenecía al Departamento <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1969, pasando<br />

al nuevo Departamento <strong>de</strong> Antropología y Arqueología.<br />

En un documento <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1971, firmado por nosotros, se señala que el joven<br />

Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Antropológicas y Arqueología discutía con interés los planes


<strong>de</strong> estudio recién aprobados y los comparaba con los <strong>de</strong> la licenciatura <strong>de</strong> Prehistoria y<br />

Arqueología. Pero el documento también refleja bien las discusiones teóricas que se<br />

producían entre profesores, investigadores y estudiantes. Tras el fondo <strong>de</strong> la<br />

controversia i<strong>de</strong>ológica y política nacional, que se expresaba en especial en las<br />

juventu<strong>de</strong>s políticas universitarias, se producía un análisis crítico conceptual y<br />

epistemológico. Estas discusiones nos conducirían a otro nivel <strong>de</strong> disputas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as: el<br />

papel que <strong>de</strong>berán cumplir las disciplinas antropológicas en la construcción <strong>de</strong> una<br />

sociedad. Pero, antes <strong>de</strong> conocer las posiciones <strong>de</strong> las antropologías marxistas y <strong>de</strong> las<br />

antropologías pluralistas y críticas, <strong>de</strong>tengámonos en el ambiente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que existía<br />

en junio <strong>de</strong> 1971 en los Departamentos <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong> y <strong>de</strong> Antropología.<br />

Escribíamos "¿Qué <strong>de</strong>seamos, a qué aspiramos Por nuestra parte, queremos, en<br />

primer lugar, expresar que hay varias fases en una investigación; ellas no pue<strong>de</strong>n ser<br />

saltadas y <strong>de</strong> la misma manera hay varias metas; algunas mo<strong>de</strong>stas y otras más<br />

ambiciosas. La última <strong>de</strong> todas, que a veces no se logra en la vida <strong>de</strong> un investigador,<br />

es reconstruir en forma integral culturas y socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pasado. Naturalmente que<br />

ella no pue<strong>de</strong> ser sólo para permanecer en el pasado; hay algo más. Aquí cada uno<br />

contestará <strong>de</strong> acuerdo a sus principios, a su filosofía, su visión <strong>de</strong>l mundo Nosotros<br />

creemos que el conocimiento <strong>de</strong> las experiencias humanas y sociales <strong>de</strong> las<br />

comunida<strong>de</strong>s y culturas <strong>de</strong>l pasado pue<strong>de</strong>n ayudar a formar a los hombres y<br />

socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l presente; los enriquecerán y los harán observar mejor su presente.<br />

Estamos profundamente interrelacionados. Los jóvenes estudiantes y también<br />

nosotros no queremos vivir solamente en el Pasado, pero tampoco queremos vivir en<br />

un Presente aislado que no tiene sentido".<br />

Estos conceptos resumen una posición no marxista que pretendía ampliar el círculo <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>as que <strong>de</strong>berían manejar los estudiantes <strong>de</strong> ciencias sociales y, en especial, <strong>de</strong><br />

antropología y <strong>de</strong> arqueología. La presión por participar en el quehacer diario <strong>de</strong>l<br />

cambio social nublaba a veces la visión científica <strong>de</strong> estos grupos universitarios<br />

comprometidos con un mo<strong>de</strong>lo político.<br />

La lectura <strong>de</strong> las revistas y, en general, <strong>de</strong> las publicaciones antropológicas nos<br />

presenta una línea <strong>de</strong> pensamiento que se incuba principalmente en el Centro <strong>de</strong><br />

Antropología <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Concepción. Así, por ejemplo, en el N· 4 <strong>de</strong> la Revista<br />

"Rehue", <strong>de</strong>l año 1972, el editor, un especialista extranjero, escribía: "Es nuestro cuarto<br />

número y el primero salido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la instauración <strong>de</strong>l gobierno popular. Vivimos<br />

momentos <strong>de</strong>finitorios, en un proceso fundamental para el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>l pueblo. Éste ha<br />

<strong>de</strong>jado un camino, el camino <strong>de</strong> la libertad, el camino <strong>de</strong> la eliminación <strong>de</strong> las bases <strong>de</strong><br />

una sociedad cuyas normas <strong>de</strong> conducta estaban expresadas en el egoísmo, la<br />

alienación y la explotación... Nuestro compromiso intelectual con los hombres que<br />

están en la construcción <strong>de</strong>l <strong>Chile</strong> Nuevo requiere integrarse a ellos mismos, y al<br />

mismo tiempo, realizar nuestra práctica social en nuestras activida<strong>de</strong>s específicas. En<br />

el quehacer antropológico no se es revolucionario si no se es científico". Otro artículo


aparecido en este número, escrito por un arqueólogo chileno, se refería a la enseñanza<br />

<strong>de</strong> la arqueología: "esta se imparte en dos Universida<strong>de</strong>s, Universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>,<br />

Santiago, y <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Concepción. De la primera no tenemos ningún reflejo que<br />

nos permita suponer que allí no se navega por las viejas aguas <strong>de</strong> las concepciones<br />

burguesas <strong>de</strong> lo que se ha dado en <strong>de</strong>nominar pomposamente teorías antropológicas<br />

En la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Concepción, el materialismo histórico es empleado por varios<br />

profesores en sus cátedras, a<strong>de</strong>más los alumnos tienen un curso <strong>de</strong> marxismo y el<br />

Instituto <strong>de</strong> Antropología ha ratificado el principio <strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong>n haber ciencias <strong>de</strong>l<br />

hombre como tales al margen <strong>de</strong>l empleo creativo <strong>de</strong>l materialismo histórico".<br />

Esta posición dogmática y alejada <strong>de</strong> un pensamiento crítico se insinuaba en varios<br />

lugares. Por ejemplo, en este mismo año 1972, CONICYT, al organizar el Primer<br />

Congreso <strong>de</strong> Científicos en <strong>Chile</strong>, dio a conocer algunos informes que mostraban la<br />

presencia <strong>de</strong> la teoría marxista y la voluntad y compromiso <strong>de</strong> algunos estudiosos "en<br />

la construcción <strong>de</strong>l socialismo en <strong>Chile</strong>".<br />

Entre 1971 y 1973, a pesar <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> diversas instituciones, incluyendo una<br />

Se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, en don<strong>de</strong> había presión i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong> grupos que<br />

tenían el po<strong>de</strong>r y que insistían en el valor científico <strong>de</strong> una filosofía, la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, siendo fiel a su contexto pluralista y crítico, <strong>de</strong>fendía el valor <strong>de</strong>l compromiso<br />

con el trabajo científico y con la docencia respetuosa <strong>de</strong> todas las teorías.<br />

Sin embargo, y a pesar <strong>de</strong> que lo expuesto formó parte <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong> esos años, ella<br />

no se agotaba en esta pugnas i<strong>de</strong>ológicas. Entre el 11 y el 16 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1971, en el<br />

Salón <strong>de</strong> Honor <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, se realizó el VI Congresos <strong>de</strong> Arqueología<br />

<strong>Chile</strong>na. Le correspondió al nuevo Departamento <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Antropológicas y<br />

Arqueológicas organizar este importante evento científico, al que asistieron 8<br />

investigadores extranjeros, 32 miembros <strong>de</strong> la Sociedad <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong> Arqueología, 10<br />

docentes <strong>de</strong>l Departamento y 14 miembros <strong>de</strong> otras instituciones que presentaron<br />

trabajos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un nuevo grupo <strong>de</strong> estudiantes.<br />

Este congreso y la publicación <strong>de</strong> sus Actas (589 páginas) fue posible, <strong>de</strong> nuevo,<br />

gracias al apoyo <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s universitarias. El editor <strong>de</strong> esta publicación,<br />

Profesor Hans Niemayer, escribió: "La comisión Organizadora <strong>de</strong>l VI Congreso <strong>de</strong><br />

Arqueología <strong>Chile</strong>na y la Sociedad <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong> Arqueología agra<strong>de</strong>cen en forma especial<br />

al Sr. Rector <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, don Edgardo Boeninger, la acogida que dio al<br />

evento científico, tanto en lo que se refiere a la prestación <strong>de</strong> local y equipos, como al<br />

financiamiento para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l congreso y ulteriormente a la publicación <strong>de</strong> las<br />

actas. Sin su consenso, difícilmente habría sido posible su materialización".<br />

En la inauguración <strong>de</strong>l Congreso, señalamos, retomando así una antigua reflexión: "Si<br />

la Arqueología tiene sentido pleno por ser una disciplina que estudia las culturas y


socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pasado, lo tiene incluso más si se piensa en la doble necesidad<br />

individual y social <strong>de</strong> conocer el pasado, por una parte para situar la persona humana y<br />

los grupos sociales en el <strong>de</strong>venir, en su exacta relación con el pasado y por otra para<br />

hacer uso científico <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> las investigaciones <strong>de</strong>l pasado humano y<br />

cultural, con el fin <strong>de</strong> alcanzar una comprensión más profunda <strong>de</strong>l presente y, como<br />

una consecuencia legítima, para aportar en la conducción <strong>de</strong> nuestro más cercano<br />

futuro". Y, respondiendo a los extremos i<strong>de</strong>ológicos, enfatizamos que "rechazamos<br />

enérgicamente por igual a aquellos que sin conocer el pasado social y cultural le<br />

vuelven la espalda o lo <strong>de</strong>sprecian pero tampoco estamos <strong>de</strong> acuerdo con aquellos que<br />

se refugian en el pasado para <strong>de</strong>sconocer los problemas <strong>de</strong>l presente".<br />

En pleno gobierno <strong>de</strong> la Unidad Popular, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> la<br />

institucionalización <strong>de</strong> la Reforma, con disputas i<strong>de</strong>ológicas y políticas, se podía, sin<br />

embargo, organizar un "logos" científico y académico, que era aceptado por todos<br />

como base <strong>de</strong> una discusión racional y crítica.<br />

Cuando en 1982, en un libro <strong>de</strong>dicado a las teorías <strong>de</strong> la arqueología chilena,<br />

reflexionábamos sobre las influencias i<strong>de</strong>ológicas en el quehacer <strong>de</strong> los investigadores<br />

<strong>de</strong>sarrollamos algunas hipótesis que apuntaban a mostrar cómo mo<strong>de</strong>los políticos y<br />

económicos perturbaban, a veces, las labores <strong>de</strong> la arqueología y <strong>de</strong> la antropología.<br />

Pero, es justo confesarlo, no "vimos" las relaciones que se produjeron en los años 1967<br />

y 1971 entre las nuevas estructuras <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> y el <strong>de</strong>sarrollo institucional <strong>de</strong> las<br />

ciencias antropológicas.<br />

La hipótesis <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar el ambiente universitario <strong>de</strong> esos años como una 'subcultura<br />

<strong>de</strong> la Reforma" nos permitió, ahora, explicar cómo en ese nuevo contexto cultural y<br />

social universitario, se organizaron nuevas instituciones, se entrelazaron antiguas<br />

funciones académicas, las que hicieron posible, a su vez, nuevas experiencias <strong>de</strong><br />

docencia, <strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong> extensión.<br />

La pugna política, la conquista por el po<strong>de</strong>r en la universidad, especialmente<br />

ejemplificada por las actuaciones <strong>de</strong> las juventu<strong>de</strong>s políticas, no fue sin embargo, <strong>de</strong><br />

acuerdo a nuestra interpretación, la principal característica <strong>de</strong> esta subcultura. Ésta no<br />

fue sólo una sociedad movida por ansias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, por actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>magógicas e<br />

incluso irreflexivas, como lo escribieron algunos por esos años. Para mencionar a un<br />

respetado crítico <strong>de</strong> la Reforma, recor<strong>de</strong>mos que Jorge Millas se quejó, en su artículo<br />

sobre el Referendum <strong>de</strong> 1968, <strong>de</strong> un cierto auge <strong>de</strong> la <strong>de</strong>magogia y <strong>de</strong> una postura<br />

dogmática para imponer, según él, un estilo <strong>de</strong> vida universitario. Protestó con razón,<br />

porque en las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, que se<br />

enfrentaban en el referendum, se le daba a ella una función política revolucionaria,<br />

reñida con la pluralidad <strong>de</strong> concepciones y <strong>de</strong> teorías que <strong>de</strong>bería cultivar.


Pero hemos intentado probar que hubo, en estos años, mucho más que irreflexión y<br />

dogmatismo, mucho más que ansias <strong>de</strong> conquistar el po<strong>de</strong>r universitario para ponerlo<br />

al servicio <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo revolucionario marxista. Se intentó, y en buena parte se logró,<br />

hacer más libre, más autónoma a la universidad y también -sin que hubiese<br />

contradicción- hubo esfuerzos serios para vincularla más con la sociedad nacional, que<br />

hacía esfuerzos por transformarse y mo<strong>de</strong>rnizarse, modificando incluso algunas <strong>de</strong> sus<br />

estructuras económicas, culturales y políticas. Muchos universitarios, posiblemente la<br />

mayoría, se esforzaron por hacer docencia e investigación <strong>de</strong> alto nivel y <strong>de</strong> cumplir<br />

con <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> extensión que vinculaban la universidad con la nación. Ellos, sin<br />

embargo, rechazaron el compromiso político con un gobierno <strong>de</strong>terminado, con un<br />

mo<strong>de</strong>lo i<strong>de</strong>ológico que se manejaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r. Esta actitud, plenamente<br />

universitaria, no comprendida a veces por aquellos años, es ahora ampliamente<br />

aceptada, luego <strong>de</strong> vivir la experiencia <strong>de</strong>l gobierno militar (1973-1989).<br />

El ambiente cultural, en especial <strong>de</strong> los años 1967, 1968 y 1969, permitió la<br />

consolidación <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> pensamiento creador, crítico y pluralista, hizo posible<br />

cambios estructurales, creaciones académicas valiosas y, lo que nos parece muy<br />

importante, permitió levantar un edificio institucional universitario que resistió<br />

parcialmente terremotos políticos posteriores a esos años.<br />

Es nuestra conclusión que si la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> resistió el gobierno <strong>de</strong> los<br />

Rectores-Delegados, a pesar <strong>de</strong> las complejas experiencias sufridas, fue porque la<br />

Reforma le dio una capacidad reflexiva crítica, una estructura <strong>de</strong>partamental sólida,<br />

algunas instituciones <strong>de</strong> coordinación valiosas (Departamento <strong>de</strong> Investigaciones) y<br />

una conciencia <strong>de</strong> participación a sus académicos en el quehacer <strong>de</strong> los organismos<br />

universitarios.<br />

Dentro <strong>de</strong> esta compleja realidad cultural, las disciplinas <strong>de</strong>l hombre y ciencias sociales<br />

<strong>de</strong>sarrollaron una labor académica maciza, hasta que el flujo <strong>de</strong> la autonomía fue<br />

interrumpido. Resistieron gracias a la presencia <strong>de</strong> algunos académicos <strong>de</strong> buen nivel,<br />

al espíritu reflexivo y crítico que hemos mencionado y que permaneció en la<br />

organización <strong>de</strong>partamental.<br />

Es probable que las instituciones universitarias relacionadas con las ciencias <strong>de</strong>l<br />

hombre hubiesen alcanzado un cierto <strong>de</strong>sarrollo, <strong>de</strong> acuerdo al proceso que se<br />

vislumbra en la década <strong>de</strong>l 50. Pero también es legítima nuestra interpretación que<br />

expone que los años <strong>de</strong> la Reforma produjeron un efecto "mutacional" positivo, un<br />

verda<strong>de</strong>ro salto cuantitativo y cualitativo en la evolución institucional <strong>de</strong> la arqueología<br />

y la antropología. La acción <strong>de</strong> algunas individualida<strong>de</strong>s se conjugó con el movimiento<br />

social universitario. Así el proceso organizacional se aceleró y posiblemente se saltó<br />

algunas etapas. Igualmente la intervención militar en las Universida<strong>de</strong>s fue un freno en<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las ciencias antropológicas y sociales. Los experimentos que se<br />

hicieron, entre los cuales recordamos la reunión <strong>de</strong> la Antropología, Arqueología y


Sociología en un solo Departamento, provocaron retrocesos importantes.<br />

Estos ejemplos <strong>de</strong>tallados obtenidos <strong>de</strong> nuestra experiencia en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

(reducción <strong>de</strong> jornadas completas; expulsión <strong>de</strong> académicos; reducción <strong>de</strong><br />

presupuestos) pue<strong>de</strong>n multiplicarse en todas las Universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país. Obviamente<br />

que la situación más difícil se vivió en la década <strong>de</strong> 1970 (1973-1979) en don<strong>de</strong> la meta<br />

número uno era salvar la institucionalidad antropológica y proteger la permanencia <strong>de</strong><br />

los arqueólogos en sus puestos <strong>de</strong> trabajo.<br />

Este contexto pue<strong>de</strong> explicar las contradicciones que se produjeron entre diferentes<br />

grupos <strong>de</strong> especialistas en 1975 cuando se discutió sobre la oportunidad <strong>de</strong> hacer o no<br />

una reunión científica, cuando estaba en su punto más alto la persecución i<strong>de</strong>ológica.<br />

Nosotros, a nombre <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, recomendamos que no se hiciese la<br />

reunión; creemos sinceramente que contribuimos a salvar la institucionalidad <strong>de</strong><br />

nuestra disciplina y la libertad <strong>de</strong> muchos arqueólogos (incluso a costa <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong><br />

nuestra libertad).<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


Oscar E. AGuilera F. --><br />

UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

1. Percy Dauelsberg (1930-1994)<br />

Me mencionaron por primera vez el nombre <strong>de</strong> Percy<br />

Dauelsherg a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1950. Primero fue<br />

un distinguido abogado, Humberto Cifuentes, quien<br />

vivió en Arica y conoció a la familia Dauelsberg; luego<br />

ya en contacto con algunos arqueólogos tanto en el<br />

Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Chile</strong> como en el Museo Arqueológico <strong>de</strong> La<br />

Serena, volvieron a hablarme <strong>de</strong> la labor que<br />

comenzaba a hacer el grupo <strong>de</strong> estudiosos <strong>de</strong>l Museo<br />

Regional <strong>de</strong> Arica, museo particular hecho gracias a<br />

sus esfuerzos investigativos.<br />

En 1960 llegaron los primeros Boletines <strong>de</strong>l Museo a<br />

Santiago, hechos en forma artesanal, que contenían<br />

las <strong>de</strong>scripciones iniciales <strong>de</strong> sus excavaciones.<br />

Algunos años más tar<strong>de</strong>, en 1963, nos encontramos en<br />

el Congreso Internacional <strong>de</strong> Arqueología <strong>de</strong> San<br />

Pedro <strong>de</strong> Atacama. Recuerdo que llegó una vez comenzado el Congreso; venía<br />

acompañado <strong>de</strong> Luis Álvarez. Su <strong>de</strong>mora estaba plenamente justificada; habían<br />

acampado en Chiu-Chiu y excavado algunas tumbas no saqueadas.<br />

Percy Dauelsberg nació el 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1930, terminó sus estudios <strong>de</strong> enseñanza<br />

media en el Colegio Alemán <strong>de</strong> Valparaíso. No estudió en la <strong>Universidad</strong>, pero sí fue<br />

profesor universitario. Tenemos el orgullo, en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, <strong>de</strong> haber sido los<br />

primeros en pedirle que nos dictase un curso sobre la arqueología <strong>de</strong> Arica, a<br />

comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 60. Varios <strong>de</strong> los actuales arqueólogos chilenos fueron sus<br />

alumnos; las clases se dictaron en una sala <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Antropológicos, en<br />

la calle Ejército. Luego hizo clases por muchos años en la Se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong> en Arica, en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l Norte y en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Tarapacá, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1981.<br />

Des<strong>de</strong> 1959 hasta los comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1990, Dauelsberg dominó con sus<br />

trabajos <strong>de</strong> campo y sus publicaciones al medio científico y universitario <strong>de</strong> Arica;<br />

obviamente que en los últimos años sus activida<strong>de</strong>s universitarias disminuyeron


<strong>de</strong>bido a su penosa enfermedad, pero su espíritu nunca se rindió y continuó trabajando<br />

especialmente en una traducción <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> Max Uhle, a quien admiró y estudió<br />

siempre. En 1987 cuando fue becado a Berlín, al Instituto Americanista, pudo conocer<br />

los archivos <strong>de</strong> Uhle e iniciar la importante labor <strong>de</strong> traducir estos manuscritos.<br />

El Boletín <strong>de</strong>l Museo Regional <strong>de</strong> Arica (conocemos seis números) apareció por primera<br />

vez en el mes <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1959; su Director fue Sergio Chacón. Con este número se<br />

inició la serie <strong>de</strong> publicaciones sobre la Arqueología ariqueña que hizo Dauelsberg. En<br />

1994 se reeditó en los números 11 y 12 <strong>de</strong> "Diálogo Andino" la "Prehistoria <strong>de</strong> Arica",<br />

que había aparecido en el N· 1 <strong>de</strong> esta revista en 1982. Así su obra, sus publicaciones<br />

abarcaron 35 años, toda relacionada con su tierra, con sus valles, su sierra y su costa.<br />

Su primer trabajo publicado se refirió a "una tumba encontrada en Playa Miller (Arica)".<br />

Luego, con la misma fecha <strong>de</strong> 1959, en el N· 3 <strong>de</strong>l Boletín <strong>de</strong>l Museo aparecieron los<br />

artículos: "Contribución a la arqueología <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong> Azapa" y "Reconocimiento<br />

arqueológico <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong> Camarones: Cuya, Taltape".<br />

En 1960 aparecieron 4 trabajos más, uno <strong>de</strong> los cuales fue publicado en Perú, en<br />

"Antiguo Perú, espacio y tiempo, trabajo presentado a la semana <strong>de</strong> la Arqueología<br />

Peruana, noviembre <strong>de</strong> 1959". En 1961 apareció su importante trabajo sobre "La<br />

Cerámica <strong>de</strong> Arica y su situación cronológica". Es <strong>de</strong>cir, entre 1959 y 1961, Dauelsberg<br />

publicó 9 contribuciones científicas.<br />

Uno <strong>de</strong> sus trabajos, publicado en 1961, apareció junto a los <strong>de</strong> Luis Álvarez, Sergio<br />

Chacón, Guillermo Foccaci, Gustavo Le Paige, Grete Mostny, Carlos Munizaga, etc.; se<br />

trataba <strong>de</strong> las Actas <strong>de</strong>l Primer Congreso <strong>de</strong> tipo internacional que se hacía en <strong>Chile</strong>,<br />

sobre arqueología bajo el patrocinio <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (Se<strong>de</strong> Arica y Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Antropológicos <strong>de</strong> Santiago) y <strong>de</strong>l Museo Regional <strong>de</strong> Arica.<br />

El tema <strong>de</strong> las fases culturales <strong>de</strong> Arica y su cronología le interesaron profundamente;<br />

en los primeros años y <strong>de</strong> acuerdo al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las investigaciones, lo que le<br />

preocupó fue el hallazgo <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncias culturales propias <strong>de</strong> un período formativo o<br />

temprano; así el <strong>de</strong>scubrimiento hecho en un sector <strong>de</strong>l Morro <strong>de</strong> Arica le permitió crear<br />

una fase temprana: "Faldas El Morro", igualmente se preocupó mucho por el sitio Alto<br />

Ramírez, situándolo también en el período formativo agroalfarero.<br />

En el Congreso Internacional <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama (enero <strong>de</strong> 1963) le escuché<br />

disertar sobre los hallazgos <strong>de</strong> tumbas hechos en las faldas <strong>de</strong>l Morro <strong>de</strong> Arica, <strong>de</strong>l tipo<br />

<strong>de</strong> alfarería con <strong>de</strong>sgrasante vegetal y <strong>de</strong> una tableta <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra en forma <strong>de</strong> riñón. Sólo<br />

en 1985, en la Revista Chungará N· 14 apareció la monografía "El complejo<br />

arqueológico <strong>de</strong>l Morro <strong>de</strong> Arica". En este trabajo Dauelsberg escribe "que Faldas <strong>de</strong>l<br />

Morro viene <strong>de</strong> una tradición marítima y recibe elementos culturales nuevos que lo


tipifican como es la cerámica con <strong>de</strong>sgrasante vegetal, la metalurgia <strong>de</strong>l oro y cobre,<br />

los tejidos <strong>de</strong> urdiembre y trama y el uso <strong>de</strong>l turbante en base a hilos teñidos y<br />

abultados, el complejo alucinógeno, las calabazas pirograbadas, etc.<br />

Estos nuevos elementos son propios <strong>de</strong> esta fase y <strong>de</strong>l agroalfarero temprano <strong>de</strong> los<br />

valles bajos". Sobre su cronología, aunque no tiene un fechado radiocarbónico, señala<br />

que <strong>de</strong>be situarse hacia el 800 a 900 antes <strong>de</strong> nuestra era.<br />

Otro tema relacionado también con los períodos agroalfareros fue su constante<br />

preocupación por la influencia <strong>de</strong> Tiwanaku en los valles ariqueños.<br />

La presencia <strong>de</strong> artefactos tiwanakus en diferentes sitios arqueológicos <strong>de</strong> la Provincia<br />

<strong>de</strong> Tarapacá (I Región) fue estudiada muy seriamente por Dauelsberg y también por<br />

otro <strong>de</strong> sus colegas, el arqueólogo Foccaci.<br />

Ya en la discusion epistolar que tiene con el arqueólogo peruano Luis Lumbreras<br />

(publicada en Chungará N· 1, noviembre <strong>de</strong> 1972) nuestro arqueólogo sabía que los<br />

estudiosos que él li<strong>de</strong>raba habían encontrado claramente la presencia <strong>de</strong> Tiwanaku en<br />

los cementerios <strong>de</strong> Arica "en forma tan intensa que <strong>de</strong>ja fuera <strong>de</strong> duda la posibilidad<br />

que ella se <strong>de</strong>ba a una simple intrusión". Hasta esos años (1972) "el Tiawanaco aparece<br />

en los valles y no se ha ubicado en los cementerios que se encuentran en el litoral. Los<br />

exponentes en la sierra son muy escasos, salvo unos fragmentos bastantes aislados;<br />

en el altiplano aún no se ha hallado hasta el momento". En la discusión con Lumbreras,<br />

Dauelsberg insiste "efectivamente los asentamientos agrícolas <strong>de</strong> influencia<br />

tiahuanacoi<strong>de</strong> se encuentran principalmente en los valles. En Azapa, los más cercanos<br />

se encuentran a 5 kms. <strong>de</strong>l mar, y los más lejanos se encuentran aproximadamente a<br />

unos 30 kms. <strong>de</strong> la costa. Su ubicación pue<strong>de</strong> ser caprichosa y se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

claramente la intención <strong>de</strong> aprovechar los recursos <strong>de</strong> agua para los cultivos que no se<br />

producen en el altiplano, una modalidad aún viva en nuestra zona".<br />

Para Dauelsberg "todo el comienzo agroalfarero <strong>de</strong> nuestra zona está íntimamente<br />

ligado al formativo altiplánico (Huancarani), que baja a la costa... Esto explica la<br />

presencia <strong>de</strong> gruesos mantos <strong>de</strong> lana, los turbantes, en cierta medida, y los gran<strong>de</strong>s<br />

canastos, que seguramente se utilizaban para la cosecha <strong>de</strong> la quinoa, como aún lo<br />

conservan los chipayas actualmente en el altiplano... La expansión <strong>de</strong>l Tiahuanaco en la<br />

zona <strong>de</strong> Huancarani termina por absorberla, baja a la costa y le da sello inconfundible.<br />

El Tiahuanaco en un momento dado <strong>de</strong>be haber presentado una gran unidad política y<br />

esto se nota en el gran intercambio costa-altiplano. Es el momento en que aparecen los<br />

tipos Tiahuanaco Clásico, Loreto Viejo, Cabusa, Sobraya... Luego la unidad política<br />

afloja y al parecer empieza el <strong>de</strong>sarrollo local en un comienzo ligado aún a las<br />

costumbres altiplánicas, como Chiribaya y las Maitas que llegan a su fin en el San<br />

Miguel".


Posteriormente, en el 45· Congreso Internacional <strong>de</strong> Americanistas (Bogotá, 1985) lo<br />

escuché exponer sobre el <strong>de</strong>sarrollo regional <strong>de</strong> los valles costeros <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>:<br />

se refirió en especial al período Medio y a las fases Cabuza, Las Maytas, Loreto Viejo y<br />

San Miguel Temprano, reconociendo en Loreto Viejo, con fechas <strong>de</strong> 956 y 1176 d.C.,<br />

"una cerámica tipo tiwanaku originaria <strong>de</strong>l altiplano". Asociada con esta cerámica<br />

intrusiva se <strong>de</strong>stacan el gorro <strong>de</strong> cuatro puntas policromas, la cuchara <strong>de</strong> mango ancho<br />

con <strong>de</strong>coración incisa y tallada y bor<strong>de</strong>s aserrados, tejidos ricamente bordados con<br />

figuras escalonadas, antropomorfas y policromas, cestería <strong>de</strong>corada, calabazas<br />

pirograbadas y zampoñas. Generalmente los sitios con este tipo <strong>de</strong> cerámicas se<br />

encuentran totalmente saqueados. El tipo Loreto Viejo, se compone, según Dauelsberg,<br />

<strong>de</strong> ejemplares "<strong>de</strong> diferentes fases <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el clásico hasta el expansivo tardíos".<br />

Posiblemente esta cerámica correspon<strong>de</strong> "a colonos altiplánicos que se asientan en<br />

estos valles para explotarlos agrícolamente". "Otra explicación podía ser la<br />

introducción <strong>de</strong> estas piezas <strong>de</strong> origen altiplánico por intercambio directo".<br />

Con relación a Cabuza escribe que "lo que no se sabe es su origen" si es una<br />

continuación <strong>de</strong> la fase Alto Ramírez, insuficientemente conocida, o si se trata <strong>de</strong> un<br />

asentamiento <strong>de</strong> origen altiplánico que introduce una agricultura intensiva y forma la<br />

población local...".<br />

Entonces, Dauelsberg postula que el <strong>de</strong>sarrollo local <strong>de</strong> Arica no <strong>de</strong>bería empezar con<br />

el San Miguel, sino con Cabuza hacia el 400 d.C. Este <strong>de</strong>sarrollo local alcanzaría con<br />

Gentilar "su máxima expresión cultural y económica".<br />

Ahora bien, la fecha que se redon<strong>de</strong>a hacia el 400 d.C., lleva a consi<strong>de</strong>rar la población<br />

Cabuza como altiplánica pero pre-tiwanaku. La asociación <strong>de</strong> Cabuza <strong>de</strong>fine cucharas<br />

<strong>de</strong> mango ancho y plana; tejidos listados con una urdiembre flotante, gorro <strong>de</strong> cuatro<br />

puntas, bolsas, fajas, escasas tabletas <strong>de</strong> rapé, máscaras <strong>de</strong> felino, zampoñas, brochas,<br />

anillos y brazaletes <strong>de</strong> metal; la cestería es <strong>de</strong>corada con elementos geométricos; las<br />

calabazas son frecuentes y con una <strong>de</strong>coración pirograbada. Es obvio, entonces, que<br />

como resultado <strong>de</strong> la creciente hegemonía <strong>de</strong> Tiwanaku, sería incorporada la población<br />

Cabuza al dominio "<strong>de</strong>l gran Estado altiplánico". En el trabajo firmado también por José<br />

Berenguer (1989), nos recuerda que los materiales <strong>de</strong> Loreto Viejo correspon<strong>de</strong>rían al<br />

sector dirigente Tiwanaku, y nos agrega que "con la fase Maytas ya no se pue<strong>de</strong> hablar<br />

en Arica <strong>de</strong> enclaves sino <strong>de</strong> "colonias Tiwanaku". Esto ocurrió entre el 700 y 1100 d.C.<br />

Otro <strong>de</strong> los temas que interesaron a Dauelsberg fue el estudio y conocimiento <strong>de</strong> los<br />

cazadores andinos <strong>de</strong>l período preagroalfarero. Recor<strong>de</strong>mos que en su trabajo escrito<br />

en 1968 y publicado en 1972 sobre la "Arqueología <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Arica" escribió<br />

que se sabía muy poco <strong>de</strong> ellos y recomendaba investigar sobre el tema. Ya en 1983<br />

publicó en Chungará N· 11 su informe sobre el alero Tojo-Tojone, situado al sur <strong>de</strong>l<br />

pueblo <strong>de</strong> Belén. Los materiales culturales fueron fechados entre el 1790 a.C. y el 7630


a.C. Lamentablemente la fecha más antigua tenía sigmas muy amplios (+1950 -1540) lo<br />

que le daba inseguridad a su término medio; sin embargo Dauelsberg estimó que el VIII<br />

milenio era un tiempo probable para sus cazadores arcaicos caracterizados por sus<br />

puntas lanceoladas.<br />

Otro yacimiento que estudió junto a C. Santoro fue la cueva <strong>de</strong> Hakenassa, situada en la<br />

puna seca, que presenta diferentes niveles <strong>de</strong> ocupaciones arcaicas: temprana, media y<br />

tardía.<br />

Por último no olvi<strong>de</strong>mos que en 1985 Dauelsberg coordinó el Simposio sobre<br />

"Movilidad y subsistencia en las socieda<strong>de</strong>s arcaicas" en el X Congreso <strong>de</strong> Arqueología<br />

<strong>Chile</strong>na, que se efectuó en Arica (Chungará Nos. 16 y 17 - octubre, 1986).<br />

Es también interesante recordar que los números 19 y 20 <strong>de</strong> la Revista Chungará fueron<br />

dirigidos por Dauelsberg; a<strong>de</strong>más perteneció por mucho tiempo en el Comité Editor.<br />

Resumiendo sus múltiples activida<strong>de</strong>s en la Arqueología <strong>de</strong> nuestro país po<strong>de</strong>mos<br />

precisar que fue un riguroso arqueólogo <strong>de</strong> campo que se interesó siempre por dar a<br />

conocer los contextos culturales <strong>de</strong> los sitios que excavó. Si en un primer momento<br />

sus trabajos insistieron en los conjuntos alfareros excavados en los diferentes<br />

cementerios <strong>de</strong> Arica, muy pronto todos ellos formaron parte <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s culturales<br />

más complejas que <strong>de</strong>nominó fases. Así su esfuerzo mayor, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> los<br />

contextos, privilegiando los tipos alfareros, se concentró en organizar los cuadros<br />

cronológicos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo cultural <strong>de</strong> la primera región. En este sentido continuó y<br />

enriqueció los trabajos <strong>de</strong> Uhle y Bird; no olvidando nunca mencionarlos e insistir en el<br />

valor científico <strong>de</strong> ellos.<br />

Dauelsberg fue un artífice <strong>de</strong> las secuencias cronológicas en Arica. Trabajó con<br />

acuciosidad los aportes <strong>de</strong> Uhle y Bird; así, por ejemplo, en un trabajo <strong>de</strong> 1985 (45<br />

Congreso <strong>de</strong> Americanistas en Colombia) nos comenta que "Bird no repara que los<br />

tejidos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>pósito Black Refuse en Punta Pichalo correspon<strong>de</strong>n por sus tejidos a la<br />

fase Cabuza <strong>de</strong>l período medio". Esto situaría el segundo período agroalfarero (Pichalo<br />

IV o Black Refuse) hacia el 380 d.C., lo que no significa que haya comenzado<br />

exactamente por esos años.<br />

En el citado trabajo <strong>de</strong> 1985 insiste en un cambio <strong>de</strong> secuencia que no ha sido<br />

<strong>de</strong>bidamente comentado: iniciar el período <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo local con Cabuza hacia el 400<br />

d.C. ¿Qué quiso <strong>de</strong>cirnos Dauelsberg; que un asentamiento <strong>de</strong> origen altiplánico, que<br />

introdujo una agricultura intensiva, originó una población local y que a partir <strong>de</strong> ella<br />

<strong>de</strong>be observarse el <strong>de</strong>sarrollo cultural propio <strong>de</strong> Arica. Así no sólo habrá una cultura<br />

bien <strong>de</strong>finida a partir <strong>de</strong> San Miguel sino que antes que se inicie la influencia Tiwanaku.<br />

Entonces podríamos hipotetizar que Dauelsberg configuró una gran cultura (<strong>de</strong> Arica)


con fases temprana, media y tardía, en don<strong>de</strong> Tiwanaku caracteriza el período medio <strong>de</strong><br />

esta cultura y no sería por lo tanto lo único que existe en la fase media. Acaso sería,<br />

entonces, conveniente no hablar más <strong>de</strong> "<strong>de</strong>sarrollos regionales", y sí hablar <strong>de</strong> fase<br />

tardía <strong>de</strong> la Cultura Arica incluyendo San Miguel, Gentilar y Pocoma. Las fases <strong>de</strong><br />

Chilpe y Saxamar correspon<strong>de</strong>rían a los comienzos <strong>de</strong>l período Inca.<br />

Lo que nos parece indiscutible en toda esta reflexión hipotética que hemos hecho es<br />

que a Dauelsberg le interesaba "revisar el concepto <strong>de</strong> Desarrollo Local"; el nombre lo<br />

consi<strong>de</strong>raba insuficiente y su situación cronológica equivocada. Él vio "una<br />

continuidad clara en forma y <strong>de</strong>coración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Cabuza al San Miguel Temprano".<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

2. El padre Gustavo Le Paige S.J. (1903-1980)<br />

Recordar al padre Gustavo Le Paige es<br />

recordar también los comienzos <strong>de</strong> mi interés<br />

por la arqueología <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y en especial <strong>de</strong>l<br />

norte. En 1959, en enero <strong>de</strong> ese año<br />

acompañamos a la Dra. Grete Mostny a hacer<br />

una excavación cerca <strong>de</strong> Chiu-Chiu. Luego <strong>de</strong><br />

una semana <strong>de</strong> trabajos en un alero que<br />

entregó materiales agroalfareros, fuimos a<br />

conocer el pueblo <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama y<br />

al padre Gustavo Le Paige. Fue un día muy<br />

interesante, tuve la oportunidad <strong>de</strong> estar frente<br />

a una fuerte personalidad, apasionada por su<br />

trabajo religioso y también por su quehacer<br />

arqueológico; él a<strong>de</strong>más había formado en los<br />

últimos años una interesante colección <strong>de</strong><br />

restos arqueológicos <strong>de</strong> los Ayllus <strong>de</strong> San<br />

Pedro <strong>de</strong> Atacama y <strong>de</strong> las regiones aledañas.<br />

Recién estaba escribiendo sus primeros<br />

informes: uno ya enviado a la Revista<br />

Universitaria <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong><br />

Santiago sobre las "antiguas culturas<br />

atacameñas en la cordillera atacameña" y un segundo reterido a la "época neolítica" <strong>de</strong><br />

estas antiguas culturas atacameñas. Tengo presente el ofrecimiento que le hice <strong>de</strong><br />

llevar su manuscrito a la <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Valparaíso e intentar publicarlo en los<br />

Anales <strong>de</strong> esta <strong>Universidad</strong>. Él me confió su preciado texto y en 1959 se publicó en la<br />

<strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Valparaíso (*). Así comenzó una intensa relación con el padre<br />

que no estuvo exenta <strong>de</strong> discusiones y críticas mutuas, sobre todo en el plano <strong>de</strong> la<br />

interpretación <strong>de</strong> los hechos, <strong>de</strong> la realidad arqueológica que él daba a conocer. Sin<br />

embargo, su interés también profundo por el pensamiento <strong>de</strong>l gran paleontólogo,<br />

prehistoriador y pensador jesuita Pierre Teilhard <strong>de</strong> Chardín era compartido por<br />

nosotros.<br />

El padre jesuita Gustavo Le Peige era oriundo <strong>de</strong> Tilleur, cerca <strong>de</strong> Lieja, en Bélgica,<br />

habiendo nacido el 24 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1903. Su familia, tanto por parte <strong>de</strong> su madre


como <strong>de</strong> su padre, era noble no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista social, sino también<br />

académico y científico. Tuvo Le Paige dos abuelos rectores <strong>de</strong> universida<strong>de</strong>s y<br />

especialistas, el uno en matemáticas y astronomía y el otro en geología. En este<br />

ambiente familiar y científico muy selecto, Gustavo Le Paige escogió entrar a la or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> los jesuitas, mostrando su profunda vocación católica, pero también manifestando<br />

su interés, cada vez más creciente, con el transcurrir <strong>de</strong> los años con el mundo nativo.<br />

En la misión <strong>de</strong> Vivango, en el Congo <strong>de</strong> Bélgica (1928-1931 y luego 1936-1952) se<br />

relacionó con las comunida<strong>de</strong>s nativas y sus complejos culturales, tan diferentes a la<br />

occi<strong>de</strong>ntal europea. Recuerdo que hacia comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960, en San Pedro<br />

<strong>de</strong> Atacama, en su muy mo<strong>de</strong>sta oficina <strong>de</strong> párroco y arqueólogo me contó algo <strong>de</strong> su<br />

experiencia en el Congo Belga, en la misión <strong>de</strong> Yasa. A<strong>de</strong>más sus cuadros pintados por<br />

él <strong>de</strong> diferentes escenas <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los nativos <strong>de</strong>l Congo Belga, en don<strong>de</strong><br />

predominaban los niños, servían <strong>de</strong> escenario a sus recuerdos, a veces dolorosos, <strong>de</strong><br />

su experiencia como misionero. Hacia 1952 el padre Gustavo Le Paige fue alejado <strong>de</strong> la<br />

misión, en don<strong>de</strong> era el Superior; se le criticó su manera <strong>de</strong> cristianizar a los nativos, <strong>de</strong><br />

enseñar respetando profundamente las costumbres <strong>de</strong> aquéllos.<br />

Así llegó a <strong>Chile</strong>, en don<strong>de</strong> conocía al padre Alberto Hurtado, pero con tan mala suerte<br />

que el mismo año <strong>de</strong> su arribo a nuestro país falleció el padre Hurtado, fundador <strong>de</strong>l<br />

Hogar <strong>de</strong> Cristo. La or<strong>de</strong>n lo envió al norte, al mineral <strong>de</strong> Chuquicamata. No pudo<br />

congeniar con el espíritu impersonal, industrial <strong>de</strong> la Empresa Minera. Miró hacia la<br />

región <strong>de</strong>l salar <strong>de</strong> Atacama y logró su traslado al pueblo <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama, en<br />

1954. Rápidamente se encariñó con la región, con la gente (los atacameños) y comenzó<br />

también a estudiar la historia <strong>de</strong> la región. Convocó a su alre<strong>de</strong>dor a muchos niños,<br />

quienes lo ayudaron a <strong>de</strong>scubrir yacimientos arqueológicos. Cada vez que viajaba a<br />

San Pedro <strong>de</strong> Atacama, por una o dos semanas, fui testigo <strong>de</strong> las visitas que le hacían<br />

diferentes lugareños trayéndole "puntas <strong>de</strong> flechas", restos <strong>de</strong> alfarería, o sólo<br />

información <strong>de</strong> alguna tumba antigua localizada. Gustavo Le Paige partía<br />

inmediatamente a verificar, tomaba notas, dibujaba y, si era posible a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

recolectar los materiales superficiales, excavaba. Muchas veces tuve la oportunidad <strong>de</strong><br />

acompañarlo. Así año tras año recopiló tal cantidad <strong>de</strong> restos arqueológicos, <strong>de</strong><br />

diferentes períodos culturales, que fue necesario ampliarle su museo y luego<br />

construirle uno nuevo. Él, acompañado <strong>de</strong> sus ayudantes <strong>de</strong> la región (Manuel Aban<br />

López, Héctor Luis Ramírez y Juan Saba Cruz, entre otros), diseñó y levantó el edificio<br />

<strong>de</strong>l Museo que se inauguró en enero <strong>de</strong> 1963 ante la presencia <strong>de</strong> dos ministros <strong>de</strong>l<br />

gobierno <strong>de</strong> Alessandri (Sres. Pinto Lagarrigue y Philippi) y <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />

arqueólogos que lo acompañábamos.<br />

Gustavo Le Peige fue un inteligente relacionador público; convenció a diferentes<br />

gobiernos (<strong>de</strong> Alessandri, Frei, Allen<strong>de</strong> y <strong>de</strong> Pinochet) que lo ayudaran en su trabajo<br />

científico, museológico y también en sus obras sociales a beneficio <strong>de</strong> su región<br />

atacameña.Muchas obras públicas se <strong>de</strong>bieron a su empuje y entusiasmo (el Estadio, la<br />

Hostería, los canales <strong>de</strong> regadío, el Hospital, etc.).


Si quisiéramos señalar cuáles fueron sus i<strong>de</strong>as más queridas, en su trabajo científico,<br />

tendríamos que recordar que, en primer lugar, nunca separó su quehacer científico <strong>de</strong>l<br />

social; nunca <strong>de</strong>sligó el pasado atacameño <strong>de</strong>l presente atacameño. Sus estudios <strong>de</strong>l<br />

pasado estaban, por supuesto, al servicio <strong>de</strong> la ciencia pero sobre todo al servicio <strong>de</strong> la<br />

comunidad viva, <strong>de</strong> la sociedad que constituían los pueblos situados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

Salar <strong>de</strong> Atacama.<br />

Esta i<strong>de</strong>a básica que relacionaba profundamente el pasado y el presente, lo llevó a<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r con fuerza su concepto <strong>de</strong> cultura atacameña. Para ser justo, a él nunca le<br />

agradó que los arqueólogos le cambiáramos nombre a su cultura (cultura San Pedro <strong>de</strong><br />

Atacama); una <strong>de</strong> las primeras discrepancias serias que tuvimos comenzó por esta<br />

causa; con los años he aprendido a compren<strong>de</strong>r sus razones.<br />

Así su concepto <strong>de</strong> continuidad social y cultural fue muy importante. Este concepto se<br />

unió con una teoría evolucionista, que enfatizaba la profunda unidad cultural <strong>de</strong> los<br />

primeros ocupantes <strong>de</strong> la región (cazadores y recolectores) con los posteriores<br />

agricultores y alfareros. La etnia atacameña era una sola, que tenía una profunda<br />

historia (y prehistoria), quizás la más antigua <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (llegó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r fechas <strong>de</strong><br />

30.000 años <strong>de</strong> antigüedad) y que evolucionando pasó por diferentes estadios<br />

culturales, sociales y económicos, hasta alcanzar su realidad actual. Este concepto<br />

evolucionista tuvo las características <strong>de</strong> la unilinealidad; por esta razón su<br />

comprensión y análisis <strong>de</strong>l medio ambiente natural fue también muy importante; las<br />

comunida<strong>de</strong>s prehistóricas, más antiguas, <strong>de</strong>bían enten<strong>de</strong>rse en su medio geográfico e<br />

incluso geológico; la continuidad <strong>de</strong> la cultura atacameña también podrá ser explicada<br />

por el entorno natural (clima, formas <strong>de</strong>l relieve). Era una ocupación permanente que se<br />

había originado en un clima <strong>de</strong>sértico, a lo sumo <strong>de</strong> oasis, en altura (sobre los 2.400<br />

mts. <strong>de</strong> altura) lo que configuraba respuestas parecidas tanto en el pasado como en el<br />

presente. Por supuesto que conocía los gran<strong>de</strong>s cambios que se habían producido en<br />

el pasado geológico y a veces intentaba relacionarlos, incluso, con muy antiguas<br />

ocupaciones humanas (mandíbula fósil). Lo interesante era su visión <strong>de</strong> conjunto, que<br />

una y otra vez exponía en sus trabajos, insistiendo que <strong>de</strong>jaba a otros los estudios más<br />

eruditos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles.<br />

Su método no era analítico, era, en cambio, sintético. Sus técnicas <strong>de</strong> excavación<br />

merecieron críticas, pero eran efectivas y muy bien <strong>de</strong>scritas; sus diarios <strong>de</strong> terreno<br />

siempre contaron no sólo con una buena <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los contextos (muchas veces<br />

con algunas palabras en francés) sino que los principales objetos, que formaban parte<br />

<strong>de</strong> las asociaciones <strong>de</strong> tumbas, eran dibujados por él mismo.<br />

Así su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> continuidad cultural, su visión sintética, lo llevaron a organizar un<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo cultural <strong>de</strong> don<strong>de</strong> enfatizó el valor creador <strong>de</strong> la cultura<br />

atacameña. Ella tenía su período <strong>de</strong> industrias líticas paleolíticas (con las hachas <strong>de</strong>


mano encontrada en diferentes yacimientos <strong>de</strong> la puna y <strong>de</strong> las pampas salitreras) <strong>de</strong><br />

cazadores superiores, representados por yacimientos como Tulán, Puripica, Tambillo,<br />

etc.; luego postulaba un período neolítico que explicaba el paso <strong>de</strong> cazadores a<br />

primeros agricultores y alfareros. Des<strong>de</strong> mucho antes <strong>de</strong> la era cristiana se iniciaba,<br />

entonces, la primera fase <strong>de</strong> la cultura atacameña, representada por un conjunto <strong>de</strong><br />

restos arqueológicos, todos pertenecientes a tumbas, en don<strong>de</strong> restos <strong>de</strong> alfarería roja<br />

eran un indicador relevante. Luego, según su interpretación, varios restos<br />

evolucionaban para configurar una nueva fase <strong>de</strong> la cultura, ahora caracterizada por la<br />

alfarería "negra pulida". Esta fase clásica, para Le Paige era muy importante; se había<br />

iniciado hacia el 300 d.C., y tendría artefactos culturales que luego serían consi<strong>de</strong>rados<br />

perteneciente a la civilización <strong>de</strong> Tiwanaku (o Tiahuanaco). Gustavo Le Paige, en este<br />

aspecto <strong>de</strong> su interpretación continuaba con las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Max Uhle y Ricardo Latcham<br />

que habían difundido el aporte <strong>de</strong> los atacameños a la formación <strong>de</strong> la civilización<br />

altiplánica. Luego hacia el 700 d.C., se producía una nueva fase en don<strong>de</strong> había un<br />

nuevo cambio alfarero (negra casi pulida), para finalmente pasar hacia el 1200 d.C., una<br />

fase preinca, caracterizada por la afiarería "concho <strong>de</strong> vino". Hacia el 1470 d.C.,<br />

comenzarán a llegar los Incas y construirían el Tambo <strong>de</strong> Catarpe, centro administrativo<br />

que controlaba la región. Cuando Francisco <strong>de</strong> Aguirre en 1540 llegó a San Pedro <strong>de</strong><br />

Atacama, por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong> Valdivia, se tomó el Pucara <strong>de</strong> Quitor, <strong>de</strong>struyendo la<br />

resistencia atacamena. Así comenzaría una larga vida <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> los atacameños,<br />

con algunos alzamientos en contra <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r español, que no tuvieron éxito<br />

permanente. La etnia perdió su lengua, pero conservó algunas costumbres, algunas<br />

creencias, resistiéndose a morir.<br />

Gustavo Le Peige hasta su muerte (1980) intentó enriquecer la vida <strong>de</strong> los pobladores<br />

<strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama y sus alre<strong>de</strong>dores. Tuvo éxitos y fracasos, tuvo amigos y<br />

<strong>de</strong>tractores, pero nadie pue<strong>de</strong> negarle su amor por la tierra y los hombres <strong>de</strong> la Puna <strong>de</strong><br />

Atacama.<br />

En sus trabajos científicos alcanzó gran<strong>de</strong>s éxitos y también fue criticado. Pero,<br />

igualmente, nadie pue<strong>de</strong> negar que su obra es permanente, que San Pedro <strong>de</strong> Atacama<br />

es conocido por sus trabajos, especialmente <strong>de</strong> excavaciones <strong>de</strong> tumbas y la<br />

construcción <strong>de</strong>l Museo.<br />

Por muchos años los trabajos arqueológicos giraron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos<br />

<strong>de</strong> Le Paige. Nuestros trabajos y <strong>de</strong> otros arqueólogos pudieron hacerse a partir <strong>de</strong> los<br />

materiales culturales exhumados por Le Paige. Más allá <strong>de</strong> las críticas a sus métodos y<br />

teorías, no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer que Gustavo Le Paige es el recreador <strong>de</strong> la<br />

arqueología atacameña. Luego <strong>de</strong> Ricardo Latcham, quien escribió su excelente<br />

"Arqueología Atacameña" en 1938, Le Paige nos <strong>de</strong>scubrió el mundo <strong>de</strong> los cazadores<br />

y recolectores, le dio profundidad cronológica a estos primeros ocupantes <strong>de</strong> la Puna<br />

(más allá que aun no se hayan verificado sus antiguas fechas); postuló una continuidad<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo cultural para la región, dándole cohesión a su interpretación personal y


sin lugar a dudas entregó a los arqueólogos un universo <strong>de</strong> materiales culturales para<br />

ser estudiados e interpretados con nuevas técnicas y teorías.<br />

Índice<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

NOTAS<br />

(1)Nosotros emprendimos hace años algunas líneas <strong>de</strong> investigación relacionadas con la antropología <strong>de</strong><br />

las creencias, <strong>de</strong>scubriendo cómo antiguas tradiciones, valores y creencias (incluso prehispánicas) se<br />

conservan actualmente y se manifiestan en la religiosidad popular y, sobre todo, campesinas. ("Las<br />

Creencias religiosas campesinas: una aproximación a la antropología <strong>de</strong> las creencias" en "Historia y<br />

Misión", ponencias, aportes y experiencias <strong>de</strong>l II Encuentro <strong>de</strong> Religiosidad Popular. Stgo., 1977.)<br />

(2) Sobre esta temática véase nuestro trabajo: "El aporte <strong>de</strong> Teilhard <strong>de</strong> Chardin a la investigación <strong>de</strong> los<br />

hechos futuros", en Estudios <strong>Sociales</strong>, N· 8, 1976, C.P.U., Stgo., <strong>Chile</strong>. Obviamente que estas i<strong>de</strong>as<br />

están inspiradas en San Agustín (Las Confesiones).<br />

(3) G. Looser: "Esbozo <strong>de</strong> los estudios sobre los indios <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>". Imprenta Universitaria, Santiago,<br />

1955. Se trata <strong>de</strong> un apartado <strong>de</strong> la Revista Universitaria, año XXXIX, N· 1, 1954.<br />

(4) Véase, por ejemplo, a Julio Montané: "Apuntes para un análisis <strong>de</strong> la Arqueología <strong>Chile</strong>na", revista<br />

Rehue, N· 4, 1972, en don<strong>de</strong>, aunque el autor no lo haya <strong>de</strong>seado, se <strong>de</strong>slizaron algunas páginas <strong>de</strong><br />

carácter panfletario y, sobre todo, una posición muy exageradamente uni<strong>de</strong>ológica (materialista<br />

histórica). Por lo <strong>de</strong>más, el tratamiento que hace <strong>de</strong> Latcham, Oyarzún y otros, es <strong>de</strong> un subjetivismo<br />

exagerado en un hombre <strong>de</strong> ciencia.<br />

(5) Este capítulo se apoya en un trabajo nuestro publicado en 1975, "Comienzos <strong>de</strong> la Ciencia<br />

Prehistórica <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", incluido en el libro "7 Estudios, Homenaje <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> Humanas a<br />

Eugenio Pereira Salas", Stgo., <strong>Chile</strong>. Hay separata.<br />

(6) Luis Montt (1848-1909). Abogado, Profesor <strong>de</strong> Literatura, Diputado, fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1886 hasta su muerte<br />

Director <strong>de</strong> la Biblioteca Nacional.<br />

(7) Wenceslao Díaz (1843-1895). Médico y escritor científico. Decano <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Medicina. Jefe<br />

<strong>de</strong> la Comisión Sanitaria en la Guerra <strong>de</strong>l Pacífico.<br />

(8) Demetrio Lastarria (1846-1891). Abogado y político, Ministro en el gobierno <strong>de</strong> Balmaceda.<br />

(9) Rafael Victorino Garrido (1840-1903). Funcionario público <strong>de</strong> vasta erudición, conocía cinco<br />

idiomas y cultivaba la Filosofía, la Filología y el estudio <strong>de</strong> las antigüeda<strong>de</strong>s. Importante coleccionista


<strong>de</strong> objetos indígenas.<br />

(10) Marcos Segundo Maturana, militar, participó en la guerra <strong>de</strong> Arauco y en la <strong>de</strong>l Pacífico, en don<strong>de</strong><br />

tuvo un gran papel (Batalla <strong>de</strong> Miraflores). Se retiró con el grado <strong>de</strong> General <strong>de</strong> Brigada.<br />

(11) Des<strong>de</strong> 1873 médico cirujano, académico <strong>de</strong> la <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Medicina. Siguió estudios en Europa y<br />

fue discípulo <strong>de</strong> Charcot. Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Cámara <strong>de</strong> Diputados en 1886.<br />

(12) A. Villanueva, ingeniero civil, acompañó a Domeyko en las exploraciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama<br />

(1872). Terminó su vida <strong>de</strong>dicado a las activida<strong>de</strong>s bancarias. Murió en 1926.<br />

(13) Francisco Solano Astaburuaga (1817-1891). Diplomático, político, escritor, hombre <strong>de</strong> ciencia.<br />

Conocido, entre otras publicaciones, por su Diccionario Geográfico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (1867). Decano <strong>de</strong> la<br />

<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Filosofía y Humanida<strong>de</strong>s.<br />

(14) L. Zegers. Ingeniero y astrónomo (1849-1925). Sucedió a Domeyko en la cátedra <strong>de</strong> Física, que<br />

<strong>de</strong>sempeñó durante 42 años.<br />

(15) Revista <strong>de</strong> la Soc. Arqueológica <strong>de</strong> Stgo., pág. 14. Stgo. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, 1880.<br />

(16) Revista <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica, ob. cit., pág. 18.<br />

(17) Revista <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica, ob. cit., págs. 5, 6.<br />

(18) Algunos bibliógrafos atribuyen este artículo a José Toribio Medina.<br />

(19) Revista <strong>de</strong> la Sociedad Arqueológica, ob. cit., pág. 12.<br />

(20) Don Ricardo Latcham, en 1923, en la Revista <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong> Historia y Geografía (N· 51, tomo XLVII,<br />

año XII) se refirió así al libro <strong>de</strong> Medina: "En resumen, no po<strong>de</strong>mos sino repetir que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los<br />

largos años que hamos <strong>de</strong>dicado a estos estudios, en nuestro concepto, Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, escrito<br />

por don José Toribio Medina y publicado en 1882, es el libro que ocupa el primer lugar entre los que<br />

tratan <strong>de</strong> estos temas; que su valor científico es tan real hoy como en el día en que se dio a luz; y que por<br />

mucho que se escriba posteriormente, jamás per<strong>de</strong>rá su mérito" (pág 307).<br />

(21) G. Looser: "Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> <strong>de</strong> don José Toribio Medina", extracto <strong>de</strong> la Rev. <strong>Chile</strong>na <strong>de</strong><br />

Historia Natural, pág. 29, año XXXV (1931).<br />

(22) G. Looser, "Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", <strong>de</strong> don José Toribio Medina, ob. cit. pág. 29.<br />

(23) J.T. Medina, "Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", pág. 7; Stgo. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, 1952.


(24) J.T. Medina, ob. cit., pág. 6.<br />

(25) J. Toribio, "Los Aborígenes <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>', ob. cit., pág. 7.<br />

(26) De acuerdo a nuestras investigaciones, las publicaciones <strong>de</strong> Philippi, en estas materias, alcanzan a<br />

más <strong>de</strong> 20, distribuidas entre 1860 y 1904.<br />

(27) Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, t. XV, pág. 447.<br />

(28) "Una cabeza humana adornada como dios entre los jíbaros (Ecuador)" . Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, XLI (1872).<br />

(29) "La Isla <strong>de</strong> Pascua y sus habitantes". Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Tomo XLIII, 1873. "De la<br />

escritura jeroglífica <strong>de</strong> los indígenas <strong>de</strong> la Isla <strong>de</strong> Pascua". Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, t. XLVII,<br />

1875.<br />

(30) "Algo sobre las momias peruanas". Revista <strong>Chile</strong>na, t. 1, 1875. "Descripción <strong>de</strong> los antiguos vasos<br />

peruanos obsequiados por el coronel Maturana"; Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, t. LII, 1877.<br />

"Descripción <strong>de</strong> los ídolos peruanos <strong>de</strong>l Museo Nacional <strong>de</strong> Santiago". Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Chile</strong>, t. LV, 1879.<br />

(31) Esta expedición vino a <strong>Chile</strong> con el propósito <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar la distancia <strong>de</strong> la tierra al sol y <strong>de</strong><br />

observar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hemisferio Sur a los planetas Venus y Marte. Naturalmente que aprovecharon para<br />

hacer otros estudios, incluyendo los arqueológicos y etnográficos. La expedición norteamericana fue<br />

dirigida por el teniente J. M. Gillis. En el t. II <strong>de</strong> la publicación aparecieron varios apéndices sobre<br />

Minerales, Pájaros, Mamíferos, Peces, Conchas, Fósiles y Antigüeda<strong>de</strong>s. El autor <strong>de</strong> este informe (con 3<br />

láminas en colores) fue Thomas Ewbank (págs. 111-150), Washington, A.O.P. Nicholson, Printer, 1855.<br />

(32) "Araucanía y sus habitantes", Stgo. 1845. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> este libro etnográfico, Domeyko se interesó<br />

por algunos estudios paleontológicos. Así, por ejemplo, en los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, en 1868. T.<br />

XXXI, 2· semestre, págs. 369-374, publicó un artículo titulado: "Algunas palabras sobre el terreno en<br />

que se hallan huesos <strong>de</strong> mastodontes en <strong>Chile</strong>".<br />

(33) Anales <strong>de</strong> la U. <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>; tomo XX, Semestre 1·; págs. 22-42.<br />

(34) Boletín <strong>de</strong> Prehistoria <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>; Nos. 7 y 8; págs 155-168; 1974.<br />

(35) Carlos Juliet: "Informe <strong>de</strong>l ayudante <strong>de</strong> la Comisión exploradora <strong>de</strong> Chiloé y Llanquihue". Anuario<br />

Hidrográfico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. 1873. -Tomás Rogers: "Exploración <strong>de</strong> las aguas Skyring". Anuario Hidrográfico<br />

<strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. 1879, se <strong>de</strong>scribe a los Patagones y sus tol<strong>de</strong>rías. -Enrique Simpson: "Exploraciones hechas<br />

por la corbeta Chacabuco en los archipiélagos <strong>de</strong> Guaitecas, Chonos y Taitao". Anuario Hidrográfico <strong>de</strong>


<strong>Chile</strong>, 1879. Noticias sobre los Payas, Chonos y Cuncos. -Francisco Vidal Gormaz: "Los<br />

<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Magallanes". Anuario Hidrográfico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, 1879. "Geografía náutica<br />

<strong>de</strong> la República <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", 1881. Da noticias abundantes sobre Isla <strong>de</strong> Pascua, sus habitantes,<br />

costumbres, etc. -Enrique Ibar Sierra: "Estudios <strong>de</strong> la parte austral <strong>de</strong> la Patagonia". Anuario<br />

Hidrográfico <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. 1879. Hay noticias sobre antropología física y etnografía <strong>de</strong> los patagones.<br />

(36) Adolfo Fabry: "Antigüeda<strong>de</strong>s americanas. Últimos trabajos a ellas relativos". Anales <strong>de</strong> la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. Tomo XVII, N· 11, págs. 957, 970. 1860.<br />

(37) "Antiquarian, ethnological and other researches in New Granada, Equador, Peru and <strong>Chile</strong> with<br />

observations on the pre-incasial, incasial and other monuments of peruvian nations". London, Trüber<br />

and Co. 1860.<br />

(38) Sólo en 1846 apareció el volumen correspondiente al material <strong>de</strong> los años 1842-1844 y el <strong>de</strong> 1845<br />

en 1848 (Encina, "Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", t. XII, pág. 443).<br />

(39) Hay también una "Revista <strong>de</strong> Santiago", que apareció por primera vez en 1848.<br />

(40) "Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", tomo XIV, pág. 102.<br />

(41) "Jeografia Etnográfica. Apuntes sobre etnografía <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", t. XLVII, págs. 5-12; 1875<br />

(42) D. Barros Arana, "Últimas exploraciones geográficas en América". Revista <strong>Chile</strong>na, t. XIII, págs.<br />

465-481, 1879<br />

(43) Barros Arana: "Últimas exploraciones geográficas en América", ob. cit.<br />

(44) R.A. Philippi, "La Descen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Hombre". Revista <strong>Chile</strong>na, t. VI, págs. 214-218, 1876.<br />

(45) Alejandro González: "Reflexiones sobre la edad <strong>de</strong>l género humano". Revista <strong>Chile</strong>na, t. VII, págs.<br />

270-280. 1877. -T. Roldan: "El Hombre es o no primate". Revista chilena, t. VIII, págs. 607-627. 1877.<br />

(46) R.A. Philippi, Revista <strong>Chile</strong>na, t. IX. 1878.<br />

(47) "Los araucanos y sus costumbres". Imprenta <strong>de</strong>l Meteoro. Los Ángeles, 1868.<br />

(48) "Histona General <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", 3 tomos. Valparaíso, 1877.<br />

(49) Theophile Benmondy: "Les Patagons, Les Fuegans et les Araucanes". Archiv Societé Americaine<br />

<strong>de</strong> France. París, 1875. -Robert Oliver Cunningham: "Notes of the Natural History of the Strait of<br />

Magallans and west coast of Patagonia ma<strong>de</strong> during the vogaye of H.M.S. Nassan in the years 1866,


1867, 1868 and 1869". Edimburg. -Thomas Bridges: "Manners and customs of the Fire-Lan<strong>de</strong>rs". South<br />

America Missionary Magazine, XIII, London, 1866. "The natives of Tierra <strong>de</strong>l Fuego". South America<br />

Missionary Magazine, London 1875.<br />

(50) Ch. Darwin: "Journal of researches into the natural history of the countries visited". London 1860.<br />

Fitz Roy: "Narrative of surveying vogayes of H.M.S. Adventure and Beagle". London 1839.<br />

(51) "Die Indianer <strong>de</strong>s Südlichen <strong>Chile</strong> von sonst und jetzt". Zeitschrift für Ethnologie II, N· 4, Berlín.<br />

(52) F. Encina: "Historia <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>", t. XVI, págs. 180-183. La publicación <strong>de</strong> G.E. Cox se encuentra en<br />

el tomo XXIII <strong>de</strong> Los Anales <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> (julio-agosto y octubre <strong>de</strong> 1863).<br />

(*) "Antiguas Culturas Atacameñas en la Cordillera Atacameña. Época Neolítica". Anales <strong>de</strong> la U.<br />

Católica <strong>de</strong> Valparaíso, Nos. 4-5; 1957-1958.


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

Según lo <strong>de</strong>fine un diccionario común, el impostor es "el que engaña fingiendo<br />

ser lo que no es" (1). La misma fuente <strong>de</strong>fine 'impostura' como "engano con<br />

apariencia <strong>de</strong> verdad". Por otra parte, un diccionario Oxford <strong>de</strong>fine al impostor<br />

como ". . .a person pretending to be somebody he is not... " (2). Como se sabe, la<br />

calificación <strong>de</strong> impostura pue<strong>de</strong> ser aplicada a una variedad <strong>de</strong> personas y en<br />

una variedad <strong>de</strong> situaciones; sin embargo, y como su título lo advierte sin lugar a<br />

confusión, estas notas se refieren únicamente a la impostura intelectual, a lo que<br />

pasa por conocimiento sin serlo y al que aparenta saber y no sabe. Nuestro<br />

ámbito es, en consecuencia, la actividad intelectual y, específicamente, la<br />

filosofía y la ciencia. La <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura ocupa un lugar resaltante en el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l pensamiento y ponerlo a la vista sería una tarea imposible en<br />

espacios limitados. Para dar una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su pertinaz figuración, se han elegido<br />

cinco testimonios con muchos siglos <strong>de</strong> distancia entre sí. Ello permite entrever lo<br />

antigua y persistente que es la impostura; pero, también, lo perseverante que es<br />

la lucha contra ella y lo ligada que está a lo más noble y auténtico <strong>de</strong>l<br />

pensamiento creador.<br />

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<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Dedicatoria<br />

A Rolf Foerster por sus aportes bibliográficos<br />

y por sus valiosas sugerencias.<br />

Presentación Índice Índice <strong>Excerpta</strong>


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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Presentación<br />

La Colección "Mujeres en la Cultura <strong>Chile</strong>na", a la cual pertenece este libro, respon<strong>de</strong> a la necesidad<br />

<strong>de</strong> abrir espacios y difundir la participación y contribución <strong>de</strong> la mujer en el engran<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong><br />

nuestro acervo cultural.<br />

El Servicio Nacional <strong>de</strong> la Mujer, consciente <strong>de</strong>l papel que le ha tocado <strong>de</strong>sempeñar <strong>de</strong> cara al siglo<br />

XXI, realiza así un <strong>de</strong>cidido esfuerzo por evi<strong>de</strong>nciar el aporte, muchas veces anónimo o <strong>de</strong>sconocido, <strong>de</strong><br />

las mujeres <strong>de</strong> nuestro país.<br />

Esta iniciativa se inscribe en la política <strong>de</strong> Igualdad <strong>de</strong> Oportunida<strong>de</strong>s en la que se encuentra empeñado<br />

el gobierno <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Eduardo Frei, y respecto <strong>de</strong> la cual a SERNAM le ha correspondido elaborar<br />

el Plan <strong>de</strong> Igualdad <strong>de</strong> Oportunida<strong>de</strong>s 1994-1999. En este sentido, es una gran satisfacción ver<br />

publicadas e ilustradas en las siguientes páginas la creatividad y capacidad <strong>de</strong> lucha ante la adversidad<br />

<strong>de</strong> tantas mujeres a través <strong>de</strong> nuestra historia.<br />

Estamos ciertas que a través <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> los diferentes títulos <strong>de</strong> esta Colección, un sentimiento <strong>de</strong><br />

innegable admiración por las mujeres <strong>de</strong> nuestra patria se apo<strong>de</strong>rará <strong>de</strong> los lectores; mujeres que<br />

<strong>de</strong>safiando inequida<strong>de</strong>s y diversas barreras, han sabido ponerse <strong>de</strong> pie <strong>de</strong>jando muy en alto su dignidad.<br />

Estoy segura <strong>de</strong> que en el nuevo <strong>Chile</strong> que juntos construimos, las mujeres junto a los hombres<br />

compartirán importantes <strong>de</strong>cisiones para el mejor futuro <strong>de</strong> nuestra humanidad. En este empeño<br />

estamos y a ello los invitamos a través <strong>de</strong> estos libros.<br />

JOSEFINA BILBAO<br />

MINISTRA DIRECTORA<br />

SERVICIO NACIONAL DE LA MUJER<br />

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EXCERPTA N°7<br />

Introducción<br />

La cultura chilena es tributaria, en gran medida, <strong>de</strong> la cultura mapuche. Y ello por una razón muy<br />

simple: esa sociedad habitó gran parte <strong>de</strong> nuestro territorio y fue uno <strong>de</strong> lo fundamentos <strong>de</strong>l mestizaje y<br />

<strong>de</strong>l sincretismo que mo<strong>de</strong>laron nuestro perfil. Actualmente los mapuche constituyen el grupo indígena<br />

mayoritario, morando básicamente entre las VII y X regiones y en las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país.<br />

La mirada que proponemos en este texto es una que <strong>de</strong>sea transitar por el universo simbólico mapuche,<br />

para escudriñar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí cómo es que lo femenino brota, emerge y es nombrado por la cultura. Se<br />

trata <strong>de</strong> una visión contemporánea, <strong>de</strong> signos y narraciones vigentes que nos hablan <strong>de</strong>l pertinaz anhelo<br />

<strong>de</strong> mantener una i<strong>de</strong>ntidad: el ser mapuche. Pero, también nos estrecha y hermana en algunas formas<br />

similares <strong>de</strong> construir las diferencias <strong>de</strong> género.<br />

Así, encontraremos en el camino que labra el imaginario indígena que lo femenino ocupa múltiples<br />

lugares: se acantona en el mal, para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>splazarse al bien; es subordinado y luego dominante;<br />

tiene la facultad <strong>de</strong> dar vida y también muerte. En esta ocasión entregamos algunos elementos que dan<br />

cuenta <strong>de</strong> ese movimiento, <strong>de</strong>jando en claro que no preten<strong>de</strong>mos abarcarlo, sino más bien insinuar y<br />

sugerir pistas posibles para una reflexión más profunda respecto a la ubicación y sentidos <strong>de</strong> lo<br />

femenino en el mundo mapuche. La invitación que hacemos, entonces, es a escuchar los sonidos <strong>de</strong> una<br />

alteridad que <strong>de</strong>fine sus categorías génericas y que al hacerlo convoca, por semejanzas y diferencias, a<br />

las nuestras.<br />

"El imaginario colectivo es el conjunto <strong>de</strong> imágenes simbólicas y <strong>de</strong> representaciones míticas <strong>de</strong> una<br />

sociedad. Gracias a este conjunto <strong>de</strong> imágenes la sociedad explicita inicialmente su cultura. Esto no<br />

significa que todas estas representaciones -y la forma como fueron construidas- sean conscientes en el<br />

mismo grado para todos los miembros <strong>de</strong>l grupo... Las socieda<strong>de</strong>s viven <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este universo <strong>de</strong><br />

representaciones simbólicas y se adhieren -mediante explicaciones que les aporta su medio cultural- a<br />

interpretaciones <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong> la historia, que no son necesariamente reales, pero que le son<br />

verosímiles"<br />

(Imelda Vega : 59)<br />

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EXCERPTA N°7<br />

1<br />

Simbólica <strong>de</strong> lo femenino en la cultura mapuche : la izquierda, el<br />

frío, la luna...<br />

Toda sociedad nombra <strong>de</strong> una manera singular las categorías bajo las cuales lo femenino y lo masculino se<br />

ubicarán <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l espacio social y psíquico <strong>de</strong> la comunidad. La cultura mapuche no escapa a esto señalando un<br />

lugar, una ubicación, para esos atributos.<br />

Compren<strong>de</strong>r, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> género, cómo es que cada cultura asignará, dotará <strong>de</strong> contenidos y<br />

construirá lo femenino y lo masculino, supone un esfuerzo por conocer la armazón global <strong>de</strong>l universo a estudiar,<br />

armazón que implica una estrecha relación entre lo cultural, lo económico y lo social, así como su<br />

<strong>de</strong>splazamiento en el tiempo.<br />

En este caso, nuestro intento sólo se afincará en escudriñar una <strong>de</strong> las esferas que componen la vida mapuche: la<br />

simbólica; que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra óptica pue<strong>de</strong> ser una valiosa entrada para un análisis en profundidad <strong>de</strong> la condición<br />

femenina y masculina en esa etnia. De esta manera, nuestra mirada se ubica en lo que se ha <strong>de</strong>nominado<br />

construcción simbólica <strong>de</strong>l género, entendiendo que el universo <strong>de</strong> las representaciones está ligado a las<br />

conductas, a su comprensión y a la legitimación <strong>de</strong> las mismas.<br />

Las oposiciones complementarias: izquierda y <strong>de</strong>recha, arriba y abajo, bien y mal.<br />

La cultura mapuche organiza el mundo a partir <strong>de</strong> la ubicación <strong>de</strong> las cosas,<br />

objetos, seres, etc. <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un espacio. La topología propuesta es una que se<br />

<strong>de</strong>splaza entre <strong>de</strong>recha e izquierda, en un movimiento que situará a cada<br />

elemento al interior <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> oposiciones complementarias. Izquierda y<br />

<strong>de</strong>recha or<strong>de</strong>narán el universo <strong>de</strong> tal modo que:


Izquierda Derecha<br />

Muerte Vida<br />

Noche Día<br />

Enfermedad Salud<br />

Kalku Machi<br />

Norte Sur<br />

Océano Tierra<br />

Mujer Hombre<br />

Huinca Mapuche<br />

Niño Adulto<br />

Así, la existencia se agitará en la incesante puesta en relación <strong>de</strong> polos que siendo diferentes se necesitan el uno<br />

al otro, o más bien no pue<strong>de</strong>n existir el uno sin el otro. La oposición hace brotar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> las cosas: la vida<br />

sólo tiene sentido con la muerte, el hombre con la mujer, la noche con el día, etc. Dentro <strong>de</strong> esta concepción,<br />

algunos estudiosos sostienen que si bien se trata <strong>de</strong> una disposición horizontal <strong>de</strong> los nexos entre los polos, la<br />

<strong>de</strong>recha posee claras connotaciones <strong>de</strong> superioridad respecto a la izquierda (1) . Por ejemplo, el sur está<br />

perfectamente asociado a lo positivo y el norte a lo negativo. Una canción <strong>de</strong> machi revela: "Del norte, pues,<br />

dicen, vino el encargo <strong>de</strong> hacerme mal. Habían dicho <strong>de</strong> mí: «ha <strong>de</strong> morir»" (2) . Por otra parte, una canción <strong>de</strong><br />

palin expresa: "Del sur traeré para ti buenos palos <strong>de</strong> chueca. Traeré diez palos, para hacer frente a los<br />

chuequeros. Entonces dirán que soy alentado..." (3).<br />

La "superioridad" <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha frente a la izquierda entregará, entonces, una<br />

nueva dimensión a la forma <strong>de</strong> concebir y representar el mundo: los<br />

elementos ubicados en el lado izquierdo estarán signados por un matiz <strong>de</strong><br />

negatividad, por una atmósfera oscura, nocturna. Así, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la<br />

cultura mapuche or<strong>de</strong>na el cosmos en base a la antinomia espacial izquierda/<br />

<strong>de</strong>recha, situando al resto <strong>de</strong> los elementos en uno u otro sitio, <strong>de</strong> acuerdo a<br />

las connotaciones que posean en el universo simbólico.<br />

Hay acuerdo entre los autores que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> oposiciones<br />

complementarias <strong>de</strong> la cosmovisión mapuche, el antagonismo entre bien y<br />

mal aparece dominando varias esferas. La tensión entre esos polos, así como<br />

su resolución, toma parte en un asunto humano fundamental como es el<br />

sistema <strong>de</strong> salud/enfermedad. Bien y mal son consustanciales a la vida y a la<br />

muerte <strong>de</strong> los mapuche. Pero, es válida para estas oposiciones la "plasticidad"<br />

presente en la cosmovisión mapuche: "... hay un cierto relativismo en la<br />

oposición bien/mal: el negro -para seguir con el mismo ejemplo- es utilizado<br />

en algunos nguillatunes para pedir lluvias cuando hay amenaza <strong>de</strong> sequía; los adornos <strong>de</strong> plata, altamente<br />

valorados, <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> serlo en <strong>de</strong>terminados contextos rituales. Los ejemplos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdoblamiento son infinitos" (4).<br />

A la or<strong>de</strong>nación topológica horizontal que hemos visto, la cultura mapuche agregará una nueva dimensión, la<br />

vertical (arriba y abajo) que estructura el mundo en base a siete lugares. Estos espacios <strong>de</strong>signan una "tierra <strong>de</strong><br />

arriba" (wenu mapu) (5), una "tierra" (mapu) y un "mundo inferior" (minche mapu). Los siete lugares son los


siguientes <strong>de</strong> abajo hacia arriba: minche mapu (país <strong>de</strong> abajo), mapu (superficie <strong>de</strong> la tierra), anka wenu (mitad<br />

<strong>de</strong> camino <strong>de</strong> arriba), kiñe ñom (primer lugar), epu ñom (segundo lugar), kela ñom (tercer lugar), meli ñom<br />

(cuarto lugar) (6).<br />

No poseemos testimonios <strong>de</strong> esta clasificatoria, pero sí respecto al wenu mapu (tierra <strong>de</strong>l cielo). Por medio <strong>de</strong><br />

peumas (sueños), los seres humanos pue<strong>de</strong>n acce<strong>de</strong>r a ese sitio, la anciana Francisca Pailahueque relata su<br />

experiencia al respecto:<br />

" Yo soñé con el wenu mapu. Según dicen, cuando se sueña así es que no va a tener harta vida la persona. Un<br />

vez que me soñé con el wenu mapu, <strong>de</strong>spués estaba muy enferma. Yo subía en una escala en el sueño, estaba<br />

lleno <strong>de</strong> flores allá. Cuando llegué, me abrieron la puerta. ¡Había tantas flores allá! No hallé en qué parte<br />

entrar, yo tenía como diecisiete años y no supe en qué puerta. Me preguntaron: ¿En qué puerta usted quería<br />

entrar ¡Tanto chiquillo y niños que estaban jugando! A<strong>de</strong>ntro era un jardín don<strong>de</strong> jugaban los niños. Pero no<br />

hallé en cuál puerta ir, miraba a ver si había gente conocida. Yo le conté a mi hermana y le pregunté: "¿Por qué<br />

será que se sueña así". "Quizás te vas a enfermar -me dijo-, cuando se sueña uno así se enferma, se va, le pasa<br />

el sentido ". Y me enfermé mucho. Mi hermana me <strong>de</strong>cía: "¿No ves y si hubieras entrado no estarías viva,<br />

ahora tienes que cuidarte".<br />

Por su lado, la machi Carmela Romero relata:<br />

"Un día soñé. Fui al wenu mapu, me recibieron.<br />

Llegué allá en las cinco escaleras, pero pura rodilla<br />

llegué. La tercera parte hay unos árboles, unas<br />

palmeras, me arrodillé allí Recé, otra escalera, seguí<br />

caminando. Allá llegué en mi sueño. Después, ya llegué<br />

una distinta parte don<strong>de</strong> estaba Jesucristo: era<br />

profesor, maestro...... Prendió una luz, una tremenda<br />

luz y me alumbró todo mi cuerpo, me traspasó el luz en<br />

mi cuerpo. Estaban haciendo misa, pero habían puros<br />

niños, les dijeron:<br />

"Tengo visita ¡a recreo!". Pero, salieron miles y miles<br />

<strong>de</strong> niños a recreo" (7).<br />

Empero, será a partir <strong>de</strong> las oposiciones<br />

complementarias y <strong>de</strong>l el eje horizontal <strong>de</strong> disposición<br />

<strong>de</strong> las cosas en el mundo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos<br />

comenzar a conocer cómo es que la cultura mapuche<br />

nombra las categorías <strong>de</strong> lo femenino y <strong>de</strong> lo masculino.<br />

Sin lugar a dudas, esta pareja <strong>de</strong> opuestos se distribuirá<br />

posicionando lo femenino al lado <strong>de</strong> la izquierda y lo<br />

masculino al lado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha. Es <strong>de</strong>cir, lo femenino en el sitio don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong> el norte, el frío, la noche, la luna;<br />

en el espacio don<strong>de</strong> habitan las fuerzas <strong>de</strong>l mal, lo que amenaza el or<strong>de</strong>n, las potencias <strong>de</strong>structoras. Y, en<br />

consecuencia, lo masculino morará en el sitio <strong>de</strong>l bien, <strong>de</strong>l sur, <strong>de</strong>l calor, <strong>de</strong>l día, <strong>de</strong>l sol, ubicándose en el polo<br />

<strong>de</strong> las fuerzas constructivas y bienhechoras.


Si bien lo anterior es cierto, no lo es menos que la cultura mapuche, a pesar <strong>de</strong> elaborar categorías binarias,<br />

relativiza las posiciones <strong>de</strong> todos los elementos <strong>de</strong> acuerdo a los contextos en que ellos aparezcan. En ese<br />

sentido, se podría <strong>de</strong>cir que el posicionamiento <strong>de</strong> las cosas en izquierda y <strong>de</strong>recha y en bien y mal, estará sujeto<br />

a las particularida<strong>de</strong>s y contingencias en que ellas surjan. Tal vez, una óptica menos etnocéntrica sobre el<br />

pensamiento mapuche sugiera un movimiento más ambiguo, cambiante, <strong>de</strong> metamorfosis continua <strong>de</strong> los<br />

elementos y los seres (8).<br />

Un prístino ejemplo <strong>de</strong> lo anterior lo po<strong>de</strong>mos encontrar en el caso <strong>de</strong> las mujeres. De acuerdo al esquema<br />

dualista que conocimos ellas están ubicadas a la izquierda, en el mal. Esa categorización tiene su correlato en la<br />

vida cotidiana: las mujeres son siempre sospechosas <strong>de</strong> ser kalku (brujas), es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> ser agentes <strong>de</strong>l mal. Pero,<br />

por otro lado, también el sujeto mujer en cuanto machi (chamana, curan<strong>de</strong>ra) es el agente por excelencia <strong>de</strong>l<br />

bien. De este modo, la mujer pue<strong>de</strong> mutarse en bien y mal, por ello su posicionamiento en izquierda y <strong>de</strong>recha<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> la función que asuma <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la vida social.<br />

Ahora bien, las representaciones mapuche, son mucho más complejas, puesto que una mujer machi pue<strong>de</strong> estar<br />

en el bien como en el mal, es <strong>de</strong>cir no es privativo <strong>de</strong>l ser machi situarse en el polo positivo, como no es<br />

privativo <strong>de</strong> la categoría mujer ubicarse en el sitio <strong>de</strong> lo nefasto. Pareciera que en el imaginario mapuche nada<br />

hay inmutable, puediendo <strong>de</strong>splazarse las categorías, los seres y las cosas, <strong>de</strong> un sitio a otro.<br />

Lo anterior no significa que el imaginario mapuche no cree un "or<strong>de</strong>n", una estructura que lo especifique frente a<br />

otros ór<strong>de</strong>nes. Simplemente, lo que <strong>de</strong>seamos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> manifiesto es que en la armazón simbólica, el conjunto <strong>de</strong><br />

elementos no estará fijo, sino que se <strong>de</strong>slizará y aparecerá con dobles rostros.<br />

Un rasgo distintivo <strong>de</strong> la cultura mapuche es su capacidad <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>nciar la multiplicidad <strong>de</strong> las cosas, su<br />

plasticidad, su movimiento especular.<br />

Pensamos que la categoría <strong>de</strong> lo femenino <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l imaginario mapuche es ambigua; pue<strong>de</strong> trasladarse <strong>de</strong>l bien<br />

al mal, adquirir sentidos positivos y negativos. No obstante esta ambivalencia, es posible percibir que lo<br />

femenino está relacionado con lo sobrenatural, con la manipulación <strong>de</strong> las fuerzas que escapan al control<br />

"humano" propiamente tal; lo femenino está hermanado con energías telúricas, con la posibilidad simultánea <strong>de</strong><br />

dar vida y dar muerte. Hay en lo femenino un "po<strong>de</strong>r", potestad subterránea, temida y respetada.<br />

Un rezo contra las inundaciones ilustra este sentido <strong>de</strong>l dominio femenino:<br />

"Ya llovió bastante, ya has subido por <strong>de</strong>más, ya vamos a rezar al trañma leufu (aplastador <strong>de</strong> ríos) para que te<br />

vayas pronto. Uesha Kushe (Vieja Mala) inundaste nuestras tierras, mataste los pichi kulliñ (animalitos)<br />

robaste nuestras tuku ketran (sembrados). Mujer fuerte, váyase no más" (9).<br />

El reverso <strong>de</strong> ese po<strong>de</strong>r es la subordinación con que la mujer mapuche aparece en la estructura social: en un<br />

or<strong>de</strong>n patrilineal y patrilocal, la mujer <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>splazarse <strong>de</strong>l linaje <strong>de</strong> origen al <strong>de</strong> su marido en un movimiento<br />

que la exilia <strong>de</strong>l espacio en don<strong>de</strong> la parentela es protección, para llegar a un sitio <strong>de</strong> extraños. Así, ella<br />

reproduce el antiguo periplo <strong>de</strong> ser un objeto <strong>de</strong> intercambio entre grupos <strong>de</strong> hombres, entre linajes patrilineales.<br />

La mujer quedará presa en las tramas que la organización social teje para <strong>de</strong>sarrollar la existencia, y <strong>de</strong>sprovista<br />

<strong>de</strong> bienes y herencia, sólo tendrá su cuerpo reproductor y productor <strong>de</strong> hijos y bienes.


Por otro lado, en la mayoría <strong>de</strong> los relatos relacionados al sacrificio será una mujer la que <strong>de</strong>berá ser la víctima,<br />

así por ejemplo Kalfu Malén (La Doncella Azul), Segünpan (La Hija <strong>de</strong>l Volcán), Millaray (Millaray y<br />

Loncopán), etc. (10). Casi siempre se trata <strong>de</strong> la inmolación <strong>de</strong> una joven, la cual para restaurar el or<strong>de</strong>n cósmico<br />

y natural <strong>de</strong>be ser ofrendada a las divinida<strong>de</strong>s.<br />

Entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la construcción cultural <strong>de</strong> las categorías genéricas, lo femenino mapuche<br />

preñado <strong>de</strong> ambivalencia signará al sujeto mujer: la colocará en un plano <strong>de</strong> inferioridad (nos referimos a la<br />

armazón patriarcal <strong>de</strong> la organización familiar y comunitaria), <strong>de</strong> víctima sacrificial (ella será el sujeto<br />

privilegiado <strong>de</strong> los sacrificios a los dioses), <strong>de</strong> superioridad (por su acceso al oficio <strong>de</strong> chamana) y <strong>de</strong> bien y mal<br />

(machi y kalku). De este modo, la mujer encarnará en sí misma las polivalencias <strong>de</strong>l imaginario mapuche.<br />

Por otra parte, la cultura inscribirá en el cuerpo femenino los signos <strong>de</strong> su doble ubicación, <strong>de</strong> su virtualidad <strong>de</strong><br />

residir en lo positivo o en lo negativo. Algunos mapuche opinan que cuando las mujeres están menstruando (11)<br />

su cuerpo está débil, por ello no <strong>de</strong>ben acercarse mucho al fuego, ni bañarse con agua fría; pero también en ese<br />

ciclo el cuerpo femenino es dañino: si un hombre tiene relaciones sexuales con una mujer en ese período pue<strong>de</strong><br />

enfermarse. La sangre cíclica y femenina está asociada a una fuerza <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción y <strong>de</strong> atracción. En el primer<br />

caso, se piensa que si una mujer pisa tierra recién sembrada los frutos podrán marchitarse; en el segundo, si se le<br />

administra a un hombre una pócima <strong>de</strong> agua con flujo menstrual éste se enamorará hasta llegar a someterse a la<br />

dueña <strong>de</strong> la poción. Como se aprecia, <strong>de</strong>bilidad y po<strong>de</strong>r operan simultáneamente en el cuerpo femenino.<br />

Relato <strong>de</strong> origen <strong>de</strong> la menstruación<br />

"Me contaron las tías viejas que el kutrán kiyén (enfermedad <strong>de</strong> la luna) le<br />

pasó a las mujeres porque una noche había luna llena ¡quizás cuándo sería!<br />

¿en qué año sería eso-, una niña salió a mear pa' fuera <strong>de</strong> la ruka (casa).<br />

Ella no se dio cuenta que le mostró su kutre (vagina) a la luna. La luna le<br />

pegó una mirada tan fuerte que la castigó, por eso le salió sangre. De ahí<br />

dicen que viene el kutranán (acción <strong>de</strong> enfermarse)".<br />

Versión <strong>de</strong> María Raguileo<br />

Tal vez, el hecho <strong>de</strong> que en el imaginario mapuche el cuerpo <strong>de</strong> la mujer haya<br />

sido "herido", "castigado", explique en parte, toda la simbólica asociada a su<br />

fisonomía. Es un cuerpo abierto, un organismo que mana, que escurre, que<br />

<strong>de</strong>ja escapar; y también boca, hendidura que recoge, acoge, succiona. Cuerpo<br />

naturaleza hablado por la cultura.<br />

Lo femenino, entonces, aparecerá <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l universo <strong>de</strong> las representaciones<br />

mapuche, como una categoría que transita, que oscila entre los diversos pares<br />

<strong>de</strong> oposiciones que configuran el cosmos. Así como lo femenino se traslada,<br />

lo masculino permanece ligado, asociado, fijado en las ubicaciones espaciales


(izquierda/<strong>de</strong>recha; arriba/abajo) y morales (bien/mal). Lo masculino resi<strong>de</strong><br />

en el sitio en don<strong>de</strong> mora el Sol, el Antü; astro permanente, inmóvil, que<br />

anima a la naturaleza iluminándola. Lo femenino se posa en el lugar <strong>de</strong> la<br />

luna, cuerpo traslaticio que irrumpe, escindido y luego pleno, el espacio<br />

celeste. La luna se mueve, aparece y <strong>de</strong>saparece, en un juego <strong>de</strong> ciclos. El sol<br />

es un padre omnipresente y eterno. Análogamente las categorías <strong>de</strong> género se<br />

vincularán a esas cualida<strong>de</strong>s: la mujer se <strong>de</strong>splaza <strong>de</strong> un lugar a otro (por la exogamia reduccional); el hombre<br />

permanece en su tierra, en su linaje. La mujer pue<strong>de</strong> estar en el bien y en el mal: el carácter completo e<br />

incompleto <strong>de</strong> la luna. El hombre <strong>de</strong>be estar en el bien (la cualidad <strong>de</strong> luz y calor <strong>de</strong>l sol).<br />

Podríamos <strong>de</strong>cir que si hacemos correspon<strong>de</strong>r las alegorías Luna (Kiyén) y Sol (Antü), con las categorías<br />

femenino (domo) y masculino (wentru), se torna audible un relato <strong>de</strong> la construcción simbólica <strong>de</strong> los géneros<br />

en la cultura mapuche, y se pue<strong>de</strong> observar la compleja trama que el imaginario borda para nombrarlos.<br />

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EXCERPTA N°7<br />

2<br />

Lo femenino en la morada <strong>de</strong> los dioses y los antepasados<br />

Escudriñar el panteón mapuche es una aventura que muestra la multiplicidad <strong>de</strong><br />

alegorías que construye el imaginario indígena. Juego <strong>de</strong> espejos y espejismos,<br />

<strong>de</strong>sdoblamientos, infinitas creaciones, variaciones, diversida<strong>de</strong>s. Los especialistas<br />

en el tema no logran un consenso en relación al carácter <strong>de</strong> las divinida<strong>de</strong>s y a sus<br />

cualida<strong>de</strong>s. Creemos que esto es así por un rasgo propio <strong>de</strong> la cultura mapuche: su<br />

plasticidad y su enorme capacidad <strong>de</strong> re-elaboración <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una matriz. Los<br />

propios mapuche aceptan esas diferencias sin aplicar un mo<strong>de</strong>lo único a sus<br />

sistemas <strong>de</strong> representaciones; por el contrario, hay en ellos un gran respeto por las<br />

re-creaciones rituales y discursivas <strong>de</strong> las distintas zonas en don<strong>de</strong> mora su pueblo.<br />

Para conocer cómo aparece el principio y la categoría <strong>de</strong> lo femenino en el<br />

universo <strong>de</strong> las divinida<strong>de</strong>s, tenemos que dar cuenta <strong>de</strong> la complejidad a que<br />

aludimos (12). Pero, <strong>de</strong> manera general, se pue<strong>de</strong> distinguir en el panteón <strong>de</strong> los<br />

distintos sectores mapuche una figura central, Ngenechén,o Chao Ngenechén, le<br />

siguen una serie <strong>de</strong> parejas divinas y luego las almas <strong>de</strong> los antepasados. Se<br />

agregan a estas figuras, algunos "mediadores", generalmente, "encantados" que<br />

interce<strong>de</strong>n entre los hombres y las divinida<strong>de</strong>s. Este bosquejo, como ya lo dijimos,<br />

supone variaciones y distintos tipos <strong>de</strong> contenidos según sea el espacio que se<br />

estudie.<br />

"...el pueblo mapuche no emplea la palabra creador, sino la palabra autor o<br />

dueño. Pero los cronistas y escritores traducen esta palabra por Dios; por esta<br />

razón han dado amplitud a su imaginación para <strong>de</strong>cir: Dios <strong>de</strong>l agua, Tierra, Sol,<br />

gusanos, etc., y así <strong>de</strong>cir que el pueblo mapuche tiene una multitud <strong>de</strong> dioses y,<br />

por lo tanto, es politeísta... para el mapuche no hay más que un solo Dios<br />

Soberano Creador, aunque nombre varias personas en Dios: Fucha o Feta,<br />

Kushe, Weche wentru y llcha domo; así como los cristianos creen en la Trinidad,<br />

sin ser por ello politeísta... (nosotros invocamos) a Dios bajo las cuatro personas y el Fileu es el Espíritu <strong>de</strong><br />

Po<strong>de</strong>r y Sabiduría <strong>de</strong> Dios" (13).


Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

3<br />

El cuerpo <strong>de</strong> la mujer como soporte <strong>de</strong>l discurso simbólico<br />

mapuche<br />

Las mujeres mapuche, sobre todo las machis, y las ancianas, cubren su silueta con prendas cargadas <strong>de</strong><br />

significados. El espesor <strong>de</strong> la mitología y <strong>de</strong> la cosmovisión indígena se adhieren al cuerpo femenino. Nos<br />

referimos al uso <strong>de</strong>l trariwe y <strong>de</strong> la platería (fundamentalmente <strong>de</strong>l trapelacucha). El primero, cinturón que<br />

ayuda a fijar el küpam (30); la segunda, conjunto ornamental que distingue a las mujeres, que las engalana y<br />

especifica una i<strong>de</strong>ntidad. El vestido y los abalorios <strong>de</strong> plata que lucen las mapuche encierran un discurso en<br />

don<strong>de</strong> es posible leer los laberintos <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> género y la étnica.<br />

El cinturón mítico<br />

Diversos estudiosos <strong>de</strong> la cultura mapuche se han internado en el significado <strong>de</strong>l ñimin (dibujo o labor) que<br />

lucen las fajas (trariwe) <strong>de</strong> las mujeres, cinturón tejido por ellas mismas, gracias al dominio <strong>de</strong>l arte textil. Hay,<br />

al menos, cuatro interpretaciones (31), todas interrelacionadas, sobre el sentido <strong>de</strong> esos signos. La primera (32),<br />

es que el conjunto <strong>de</strong> motivos <strong>de</strong> un trariwe representa, figuradamente, el relato <strong>de</strong>l mito mapuche <strong>de</strong>l Diluvio,<br />

es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> Tren Tren y Kai Kai.<br />

TrenTren y Kai Kai (33)<br />

"En tiempos muy antiguos un diluvio <strong>de</strong>struyó la humanidad. Según algunas versiones fue un castigo por<br />

costumbres disipadas. Todas lo imputan a una serpiente monstruosa, ama <strong>de</strong>l oceáno, llamada Kai Kai, según su


voz. Huyendo <strong>de</strong>l ascenso <strong>de</strong> las aguas y <strong>de</strong> la oscuridad que reinaba, los humanos cargados <strong>de</strong> víveres subieron<br />

a una montaña <strong>de</strong> cima triple, que pertenecía a otra serpiente, enemiga <strong>de</strong> la primera. Se llamaba Tren Tren,<br />

también <strong>de</strong> acuerdo a su voz; acaso había llegado a adoptar el aspecto <strong>de</strong> un pobre viejo para advertir a los<br />

hombres <strong>de</strong>l peligro que los amenazaba. Quienes no treparon suficientemente aprisa perecieron ahogados; se<br />

mudaron en peces <strong>de</strong> especies que más tar<strong>de</strong> fecundaron a las mujeres que acudían a pescar durante la marea<br />

baja. Así fueron concebidos los antepasados <strong>de</strong> los clanes que tienen nombre <strong>de</strong> peces.<br />

A medida que los sobrevivientes se elevaban por el flanco <strong>de</strong> la montaña, ésta se elevaba o, según otras<br />

versiones, flotaba en la superficie <strong>de</strong> las aguas. Largo tiempo Kai Kai y Tren Tren trataron <strong>de</strong> vencer. Por<br />

último ganó la montaña, mas no sin haber acercado a los humanos al sol tanto que tuvieron que protegerse la<br />

cabeza con los platos en que habían acumulado sus provisiones. Pese a estas sombrillas improvisadas, muchos<br />

perecieron y varios quedaron calvos. Tal es el origen <strong>de</strong> la calvicie.<br />

Cuando Kai Kai se <strong>de</strong>claró vencida, no quedaban más que una o dos parejas sobrevivientes. Un sacrificio<br />

humano les permitió obtener el <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> las aguas. Y repoblaron la tierra."<br />

El trariwe, entonces, narraría esta historia -que constituye el principal relato mítico mapuche- en base a cinco<br />

íconos. Uno <strong>de</strong> ellos es una figura antropomorfa estilizada, la cual "...es el único (ícono) visible mientras la<br />

prenda se encuentra ceñida al cuerpo <strong>de</strong> la mujer, ya que las <strong>de</strong>más están escondidas <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las múltiples<br />

vueltas que se dan con ella alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l cuerpo. Este hecho singular nos hizo suponer que el tejido transmite<br />

conceptos sagrados para los mapuche, <strong>de</strong>stinados principalmente para ser leídos y revelados en familia" (34). Esa<br />

imagen antropomorfa (con una cabeza gran<strong>de</strong>, un dibujo horizontal en su cúspi<strong>de</strong>, simulando una callana) estaría<br />

aludiendo a los hombres que se refugian en la montaña Tren Tren, y la representación <strong>de</strong> la callana se<br />

relacionaría con los platos usados para protegerse <strong>de</strong>l sol. Los otros ñimín muestran a las dos serpientes<br />

luchando, a los hombres transformados en sirenas (o peces) y el nacimiento <strong>de</strong> una nueva generación humana.<br />

Una segunda lectura <strong>de</strong> los signos <strong>de</strong>l trariwe, complementaria a la anterior, expresa que en los cinturones se<br />

pue<strong>de</strong>n observar dos figuras zoomorfas que correspon<strong>de</strong>n a las serpientes Kai Kai y Tren Tren, serpientes que<br />

simbolizan el agua y la tierra, el bien y el mal, es <strong>de</strong>cir la dinámica constante <strong>de</strong> los opuestos complementarios.<br />

También, aparece la imagen <strong>de</strong> un "orante arrodillado". "Se pue<strong>de</strong> interpretar (este dibujo) como un símbolo<br />

antropomorfo en oración. Ahora, si consi<strong>de</strong>ramos la función <strong>de</strong>l o la machi que viene a ser el intermediario entre<br />

Dios y los hombres, como la función le exige una actitud <strong>de</strong> constante oración para mantener el lazo, la ligazón....<br />

po<strong>de</strong>mos interpretar esta figura formal como el ser que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cuerpo para asociarse más pura e<br />

íntimamente con el símbolo <strong>de</strong>l rewe que lleva a la esfera divina. El alma estaría siendo simbolizada por la<br />

"cabeza florida" separada <strong>de</strong> sus dos extremida<strong>de</strong>s" (35). Esta interpretación plantea, asimismo, que el trariwe<br />

posee la "función significante" <strong>de</strong> ser un "tributo a la fertilidad" toda vez que las mujeres la usan ciñendo primero<br />

las serpientes, las que quedan así más cercanas a su vientre.<br />

Una tercera visión sostiene que la principal figura <strong>de</strong>l cinturón representaría un sapito estilizado y esquemático<br />

en cuya parte inferior "una protuberancia recuerda el órgano sexual masculino. En algunos trariwe esta parte se<br />

junta con la parte céntrica <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>l dibujo siguiente, sugiriendo una copulación". Des<strong>de</strong> esta óptica, la<br />

hipótesis que se propone es que "El trariwe que usan las mujeres mapuche en la cintura tiene funciones mágicas:<br />

expresa el anhelo que los espíritus dadores y protectores <strong>de</strong> la vida amparen el receptáculo femenino don<strong>de</strong> ella<br />

se gesta". Por último en esta lectura el "sapito" <strong>de</strong>l cinturón "...puesto en el vientre <strong>de</strong> la mujer, significa y<br />

simboliza a<strong>de</strong>cuadamente las fuerzas sobrenaturales que vigilan el surgimiento <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este lugar<br />

escondido y acuoso" (36).


Finalmente, otro análisis plantea que en el centro <strong>de</strong> los ñimin <strong>de</strong> las fajas femeninas está la figura Lukutuel,<br />

que correspon<strong>de</strong> a un "personaje ritual asexuado, representación <strong>de</strong> los participantes <strong>de</strong> la gran rogativa,<br />

Nguillatún" (37). La voz Lukutuel significa "el arrodillado" y se constituiría por <strong>de</strong>sdoblamiento. Sus partes<br />

serían: lonko (cabeza), Wisewel (cuerpo), Piuke (corazón) y Puñontrewa (pies y manos semejantes a las huellas<br />

<strong>de</strong> un perro). Esta figura, según esta hipótesis, sufrirá una serie <strong>de</strong> transformaciones a lo largo <strong>de</strong>l tejido las<br />

cuales harán nacer otras figuras como el Temu (un árbol ligado al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las aguas que están en su cercanía,<br />

las que dan salud a los recién nacidos que se lavan en ellas) o Rayen, la flor que simboliza la capacidad <strong>de</strong><br />

fecundación femenina.<br />

La iconografía que surge <strong>de</strong> estas lecturas sobre los dibujos <strong>de</strong>l trariwe sugiere, <strong>de</strong> manera evi<strong>de</strong>nte, que en él<br />

están plasmados los principales signos <strong>de</strong>l Mito <strong>de</strong>l Kai Kai y Tren Tren, con su "mensaje" <strong>de</strong> renacimiento <strong>de</strong><br />

la vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte (la acción sacrificial), la lucha entre los opuestos (la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la dinámica<br />

existencial se relaciona con la supeditación <strong>de</strong> uno al otro); un caos que se resuelve mediante el rito, etc. o "...<br />

que el combate entre las fuerzas cosmogónicas es también correlato <strong>de</strong> un gran encuentro amoroso que, a través<br />

<strong>de</strong>l sacrificio purificador, permite la gestación <strong>de</strong> una nueva humanidad y con ella la continuidad <strong>de</strong> la<br />

existencia y la especie humana en el camino señalado por el Creador" (38).<br />

Po<strong>de</strong>mos apreciar, a través <strong>de</strong> lo expuesto, la diversidad <strong>de</strong> sentidos, la polisemia que es posible encontrar en los<br />

dibujos <strong>de</strong>l trariwe, y no cabe duda, que todos esos sentidos poseen una verosimilitud en el imaginario mapuche.<br />

Des<strong>de</strong> nuestra mirada nos interesa poner en escena dos elementos: el primero, está vinculado al hecho <strong>de</strong> que son<br />

las mujeres mapuche las que van tejiendo (real y metafóricamente) esos sentidos, esos símbolos, creando y<br />

recreando un "habla" plena <strong>de</strong> alegorías.<br />

En segundo lugar, como lo hemos dicho, el trariwe es <strong>de</strong> uso femenino exclusivamente.<br />

Las mujeres mapuche portan, entonces, en su propio cuerpo los discursos míticos que dan i<strong>de</strong>ntidad a su pueblo,<br />

que lo singularizan. Y, al mismo tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su cuerpo elaboran y reproducen esos relatos (vía el oficio <strong>de</strong><br />

tejedora). Podríamos leer en esto que lo femenino es soporte y germinación <strong>de</strong> la narración que explica el resurgimiento<br />

<strong>de</strong> la humanidad. Pero, también pue<strong>de</strong> interpretarse como el anhelo social <strong>de</strong> que ese cuerpo, que es<br />

puramente naturaleza, sea "escrito" por la cultura. Lo femenino cambiante, cíclico como los elementos naturales,<br />

es "contenido" por un cinturón cargado <strong>de</strong> símbolos religiosos, fundacionales, <strong>de</strong> vida. Apresado en ese relato, el<br />

cuerpo <strong>de</strong> la mujer mapuche es cultura y naturaleza al mismo tiempo. Y, metafóricamente, el propio cinturón es<br />

el nexo que ella tiene con el cosmos: una relación "umbilical" que va envolviendo al ser (real y figurado) que<br />

nacerá <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su vientre.<br />

La plata: espejo <strong>de</strong> los ancestros<br />

A pesar <strong>de</strong> carecer <strong>de</strong> estudios profundos sobre el simbolismo <strong>de</strong> la<br />

platería mapuche, po<strong>de</strong>mos esbozar algunas i<strong>de</strong>as vinculadas al<br />

hecho <strong>de</strong> que en la actualidad son las mujeres las que usan esas


joyas, las cuales como el trariwe poseen una lectura singular. Por<br />

ejemplo, el trapelacucha, es una alhaja pectoral que cae sobre el<br />

pecho femenino, que lo cubre y adorna. Generalmente, su diseño<br />

muestra un águila <strong>de</strong> dos cabezas en el ápice; bajo las aves cuelgan<br />

dos pillanes (a veces uno macho y uno hembra, otras, los dos <strong>de</strong> un<br />

mismo sexo) y luego un conjunto <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas que culminan casi<br />

siempre en una placa <strong>de</strong> la cual cuelgan monedas o campanas.<br />

En algunos sectores mapuche los espíritus <strong>de</strong> los antepasados son<br />

representados como cóndores, águilas, aguiluchos, halcones, etc. los<br />

cuales protegen y cuidan a su parentela. Una invocación a estos<br />

espíritus dice: "¿Qué te ha sucedido en tu viaje a través <strong>de</strong>l cielo<br />

¿Haz llegado a ser un halcón <strong>de</strong>l sol" (39). En la zona pehuenche<br />

recogimos un relato que da cuenta <strong>de</strong>l "po<strong>de</strong>r" <strong>de</strong> estos antepasados<br />

convertidos en pájaros. Se trata <strong>de</strong>l epeu (cuento) <strong>de</strong>l Manque<br />

(cóndor):<br />

"Dos amigos andaban poniendo huaches (trampas para conejos)<br />

pa' la montaña. Allá llegó la mujer <strong>de</strong> uno a buscar leña. Le gustó la<br />

mujer al amigo. Después se vieron ellos a solas y el amigo se llevó a<br />

la mujer pa' su tierra. El marido salió a buscarla, pero en la<br />

montaña quedó entrampao en un huache. Allí quedó. Pasó un<br />

manque volando por ahí y ayudó al hombre, lo sacó y le dijo que se<br />

montara en su lomo. Lo llevó pa'l cielo.<br />

Al tiempo había nguillatún en la tierra don<strong>de</strong> estaba la mujer. Ella<br />

cocinaba el caldo para las visitas. En eso, vio volando al manque, y<br />

al rato vio a su hombre. Se asustó la mujer; el hombre agarró un<br />

cuchillo y le sacó el corazón a la mujer, <strong>de</strong>spués la mató y se fue<br />

otra vez con el manque <strong>de</strong>rechito pa'l cielo".<br />

Versión <strong>de</strong> Mariana Queupil (40)<br />

En este relato po<strong>de</strong>mos apreciar cómo un antepasado transformado en cóndor auxilia al hombre que ha sido<br />

atrapado, lo lleva a la tierra <strong>de</strong>l cielo (al wenumapu) y luego lo <strong>de</strong>vuelve a la mapu (tierra) para cobrar<br />

venganza.<br />

De este modo, algunas aves simbolizan -seguramente por su cualidad <strong>de</strong> permanecer y transitar el cielo y la<br />

tierra- el espíritu <strong>de</strong> los parientes fallecidos que tutelan a sus familiares. De acuerdo a algunas indagaciones que<br />

hemos realizado, ellos serían los que aparecen en las trapelacuchas <strong>de</strong> plata que adornan el pecho <strong>de</strong> las<br />

mujeres. De esta manera, en el cuerpo femenino anidarían esas aves que recuerdan a los antiguos, a aquellos que<br />

evi<strong>de</strong>ncian la continuidad <strong>de</strong>l pueblo mapuche.<br />

Por otro lado, las pequeñas figuras masculinas y femeninas, que actualmente algunos <strong>de</strong>nominan como pillanes,<br />

expresan la doble composición génerica <strong>de</strong> la humanidad. Pero también, según lo que hemos recopilado darían<br />

"suerte" a niños y niñas recién nacidos; suerte que es leída como tener salud y bienestar. El término pillán, por su


parte, <strong>de</strong>signa "...lo vigoroso, a lo extraordinario, a lo po<strong>de</strong>roso, al inquietante fenómeno. De allí que pueda ser<br />

entonces soporte, <strong>de</strong> los antepasados, los que al retornar a la tierra lo hacen con dichos atributos" (41).<br />

Las flores que casi siempre adornan la placa inferior <strong>de</strong> los trapelacucha, podrían estar relacionadas con la<br />

fertilidad; pero también, según la versión <strong>de</strong> una machi, representarían el po<strong>de</strong>r que ngenechén ha dado a las<br />

chamanas, <strong>de</strong> poseer el conocimiento <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s medicinales que esas flores encierran. Y sin duda, la<br />

platería tiene una fuerte conexión con las machis. De acuerdo al relato <strong>de</strong> "La Diosa Machi" (42), el significado<br />

<strong>de</strong> las "cruces" que orlan algunas joyas femeninas se encuentra en el siguiente suceso:<br />

Unos huincas habrían insultado a una machi y ésta les hechó maldiciones. Estos se vengaron y le cortaron los<br />

brazos "igual que a Galvarino". Pero, la machi curó sus muñones con yerbas y al tiempo ya estaba<br />

medicinando, lo hacía con los pies. "La llamaron la diosa Machi porque hacía milagros con sus yerbas. Vivía<br />

allí un platero que i<strong>de</strong>ó crear una prenda a la cual le puso una figura <strong>de</strong> mujer con los brazos cortados en<br />

recuerdo <strong>de</strong> la diosa Machi. La joya gustó tanto que los mapuche mandaron hacerla y la llevaban como amuleto<br />

porque traía suerte".<br />

De acuerdo a nuestras pesquisas la plata es un metal que sirve <strong>de</strong> "contra", es <strong>de</strong>cir, protege <strong>de</strong>l mal a las mujeres<br />

que lo usan. También, como ya dijimos, trae suerte. Tener peumas con joyas <strong>de</strong> plata es signo <strong>de</strong> buena fortuna,<br />

<strong>de</strong> fertilidad y restauración <strong>de</strong> la salud, por ejemplo, un hombre, que hoy es un reputado platero <strong>de</strong> Temuco,<br />

cuando joven enfermó gravemente, la machi que lo sanaba le dijo:<br />

"Te vas a mejorar porque te soñé que estabas tú con un paquetón <strong>de</strong> joyas, puras joyas <strong>de</strong> plata". Efectivamente,<br />

recobró la salud, y a<strong>de</strong>más ese año la chacra <strong>de</strong> su casa floreció: "estaba ver<strong>de</strong>cita, bonita; eso le significó a mi<br />

mamá que era un buen sueño <strong>de</strong> la machi, porque iba a renacer eso".<br />

En algunas zonas se le hacen rezos a la luna menguante para obtener riquezas, y <strong>de</strong>be ser en esa fase porque:<br />

"Cuando está menguante es para llamar riqueza: está llena <strong>de</strong> plata, llena <strong>de</strong> kullín (animales o dinero), llena<br />

<strong>de</strong> animales. Ella guarda la plata, está llena, llena <strong>de</strong> plata".<br />

Testimonio <strong>de</strong> Carmela Romero<br />

Por otra parte, la mujer y la plata se encuentran relacionadas en algunas canciones, en don<strong>de</strong> el metal es una<br />

metáfora <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong> la mujer:<br />

"Bonita como liken (plata) era la hermana.<br />

Por eso es gran<strong>de</strong> mi pesar. Por eso sufre mi corazón<br />

¿Porqué habrá salido el sol por don<strong>de</strong> en otros días suele bajar<br />

¿Y por qué bajó por don<strong>de</strong> suele levantarse<br />

Así habrá cambiado tu corazón hermana".<br />

Otra canción expresa:<br />

"En el más allá estaba, en el Uenu Mapu<br />

había <strong>de</strong>scansado, mi <strong>de</strong>a.


Una mujer linda como la plata mandaba en un lof, mandaba en un aillareue... ".<br />

Koessler-Ilg, quien recopiló estas canciones refiere que: " (Los mapuche)Estiman más la plata que el oro. La<br />

plata, según ellos, trae fuerza; el oro <strong>de</strong>bilita....<strong>de</strong> modo que compararla con plata a la mujer es un elogio muy<br />

estimado" (43).<br />

Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, entonces, que la plata está asociada a los antepasados, a la luna, y a la protección, la salud, el<br />

bienestar. La joyería mapuche, cargada <strong>de</strong> significados se adhiere hoy exclusivamente al cuerpo <strong>de</strong> la mujer: su<br />

pecho, su cabeza, su cabello, sus muñecas y sus lóbulos son orlados por trapelacuchas (pectorales), trarilonkos<br />

(cintillos), trarikuwe (pulseras), chaway (aros). Cada uno <strong>de</strong> ellos representando una sintaxis especial que va<br />

marcando al cuerpo femenino mapuche. El chaway, por ejemplo, tiene una profunda significación para la vida <strong>de</strong><br />

las mujeres. En algunas zonas se conserva la ceremonia <strong>de</strong>l katán pilún, <strong>de</strong> la perforación <strong>de</strong> la oreja, la cual va<br />

seguida <strong>de</strong>l rito <strong>de</strong> imposición <strong>de</strong>l nombre propio (a veces coinci<strong>de</strong> con el bautizo cristiano) y <strong>de</strong> la postura <strong>de</strong>l<br />

primer par <strong>de</strong> chaway <strong>de</strong> las niñas. También, los chaway <strong>de</strong> abuelas y madres fallecidas adquieren una especial<br />

significación para las hijas o nietas.<br />

Apreciamos, así, que una gran <strong>de</strong>nsidad simbólica se anida en el cuerpo <strong>de</strong> la mujer mapuche: el mito <strong>de</strong> origen<br />

<strong>de</strong>l pueblo, su religiosidad y los símbolos <strong>de</strong> la fertilidad se <strong>de</strong>spliegan en el cinturón que afirma su vestido; los<br />

antepasados (divinida<strong>de</strong>s menores), la suerte, la protección, la feracidad, entre otros elementos, se inscriben en la<br />

platería que engalana su pecho. Las prendas que lucen las mujeres aparecen así sobresaturadas <strong>de</strong> símbolos; el<br />

tejido y la platería como discurso cultural que emboza un cuerpo, que lo aleja <strong>de</strong> lo natural, que escribe en él los<br />

contenidos comunitarios <strong>de</strong> mayor importancia: cómo nace el pueblo y la necesidad <strong>de</strong>l rito, la continuidad <strong>de</strong>l<br />

grupo a través <strong>de</strong> los ancestros, el bienestar.<br />

Podríamos <strong>de</strong>cir que el cuerpo <strong>de</strong> la mujer mapuche semeja un espacio <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las fuerzas cosmogónicas<br />

y génesicas; hogar en don<strong>de</strong> habita simultáneamente la naturaleza y la cultura, la vida y la muerte, los mitos y los<br />

ritos. Así, ella no será pura y simplemente naturaleza que reproduce siempre lo mismo (seres humanos), sino que<br />

será cultura que reproduce diversida<strong>de</strong>s y símbolos, alojamiento <strong>de</strong> sentidos y prácticas que dan permanencia a la<br />

etnia.<br />

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EXCERPTA N°7<br />

4<br />

Machis: las mujeres como oficiantes <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal<br />

Actualmente el oficio chamánico recae casi exclusivamente en<br />

mujeres. En el pasado, la mayoría <strong>de</strong> los machi y otros especialistas<br />

médico-religiosos eran hombres, aunque también algunas chamanas<br />

ejercían el oficio. Sin duda, la figura <strong>de</strong> la machi expresa un doble<br />

po<strong>de</strong>r: el dominio <strong>de</strong> lo femenino en la manipulación <strong>de</strong> las fuerzas<br />

sobrenaturales y la facultad <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> restablecer la salud<br />

comunitaria.<br />

La presencia <strong>de</strong> lo femenino en el quehacer chamánico mapuche<br />

parece ser <strong>de</strong> gran relevancia toda vez que, en el pasado como hoy<br />

día, los hombres que ejercen esta función asumen rasgos<br />

ambivalentes: el machi es un hombre trasvestido. Tal vez, la doble<br />

faz <strong>de</strong> lo masculino y lo femenino -en un mismo cuerpo- sea una<br />

alegoría <strong>de</strong> las propias divinida<strong>de</strong>s que poseen ambos atributos. En el<br />

caso <strong>de</strong> las machis creemos que la diferenciación <strong>de</strong> género se<br />

restablece en cuanto ella opera con un dungumachife, un traductor,<br />

que siempre es un hombre; así la pareja machi-dungumachife<br />

restituye lo femenino y lo masculino como elementos necesarios <strong>de</strong><br />

la dinámica cósmica y social (44).<br />

El universo <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> la machi está conformado por su capacidad<br />

<strong>de</strong> sanar enfermos, <strong>de</strong> expulsar <strong>de</strong> su cuerpo los efectos <strong>de</strong>l mal. Así,<br />

el rito en que ella <strong>de</strong>spliega toda su sabiduría es en el machitún.<br />

Algunos autores plantean que la machi también cumple un rol esencial en el nguillatún (ceremonia <strong>de</strong><br />

propiciación colectiva), sin embargo ello no es extendible a todo el mundo mapuche. Se piensa que producto <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>bilitamiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los lonkos (caciques) y <strong>de</strong> otras autorida<strong>de</strong>s religiosas (ngenpin), las machis<br />

pasarían a ocupar, en algunas zonas, un rol <strong>de</strong> importancia en el rito <strong>de</strong>l nguillatún.<br />

Si bien todas las mujeres mapuche están cerca <strong>de</strong> la sanación por medio <strong>de</strong> las plantas medicinales, y casi la


mayoría es capaz <strong>de</strong> curar dolencias menores (45), sólo algunas serán elegidas por Ngenechén para ser machis.<br />

Los anuncios <strong>de</strong> ese llamado pue<strong>de</strong>n darse a través <strong>de</strong> peumas (sueños) o <strong>de</strong> perimontún (visiones). El relato <strong>de</strong><br />

la machi Carmela Romero ilustra los pormenores <strong>de</strong>l llamado y <strong>de</strong>l anuncio que ella tiene "espíritu <strong>de</strong> machi":<br />

"Una machi no estudia para médica. Yo no estudié en el libro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que era muy niñita yo sabía dar remedio.<br />

Mi abuelita que se llama Juanita siempre celebraba el día <strong>de</strong> San Juan (46). Una vez, fue para esa celebración,<br />

mi abuelita hizo muday (chicha <strong>de</strong> trigo), mató su chancho, su pavo. Ese día parece que ella comió mucho, al<br />

otro día <strong>de</strong> San Juan se enfermó grave, cayó a la cama. "Papai -le dije yo, así se le dice a las mayores- ¿qué<br />

tiene ¿Porqué está acostá". "Estoy enferma, tengo el cuerpo agotado, no tengo valor", me dijo ella.<br />

Salí calladita y me fui al pitranto, allí había muchos remedios. Había pichén (paico) y menta que la tomé por el<br />

puro olor; encontré un remedio que en castellano llaman tomatito porque tiene una bolita coloradita, también<br />

menta negra. Agarré un buen puñado <strong>de</strong> esos remedios. Lavé dos piedras y los machaqué, así como se machaca<br />

el ají, busqué un plato <strong>de</strong> greda. Después puse a calentar agua en un cántaro -porque mi abuelita no tenía nada<br />

<strong>de</strong> tetera, para tomar mate, para hacer comida todo era en cántaro- y cuando hirvió la eché en el plato con los<br />

remedios y revolví. Yo lo tantiaba y lo encontraba malazo; lo <strong>de</strong>jé enfriar y reposar.<br />

Después se lo llevé a mi abuelita. Ella me lo recibió porque se imaginó que otra persona le vino a hacer<br />

remedio. Con tanto cariño me lo tomó el remedio que le dije: "Tómatelo toíto. Ese te va a hacer bien ". Se lo<br />

tomó sentadita en su cama, puso su cabecera en la espalda. "¡Qué malo! -me dijo- ¿Qué será el remedio que me<br />

diste ¿Quién me vino a hacer remedio, mami" y yo me quedé emocionada. Mami me <strong>de</strong>cía. Mi abuelita era<br />

rosadita, blanca, crespa, bonita la viejita. Con el remedio que le di agarró su color. "¡Qué me haya echo tan<br />

bien! ¿Por que no me dai otro poco ¿Lo vino a hacer la Rosaria". Rosaria se llamaba la mamá <strong>de</strong>l machi<br />

Gerardo. "No -le contesté-". Así le fui a buscar otro poco <strong>de</strong> remedio y al rato se levantó mi abuelita y salió pa'<br />

la cocina y se fue a vomitar. Vomitó la grasa <strong>de</strong>l puro pavo que estaba tan gordo. "Ahora me siento bien -me<br />

dijo- parece que se me vació el estómago ".<br />

Yo tendría como cinco o seis años, era muy chica. A veces cuando me acuerdo me da mucha pena. Mi abuelita<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> eso nunca más se enfermó. Pero yo me enfermé, al poco tiempo me enfermé: se me hinchó un pie,<br />

andaba gatiando. Fui a buscar remedio. "Tengo que <strong>de</strong>shinchar esto, pensaba, tengo que tener algo a<strong>de</strong>ntro".<br />

Encontré una espinita <strong>de</strong> árbol, saqué también una hojita, envolví con esa hojita varias espinas. Me fui a la<br />

casa. Cuando llegue -en el corazón estaba escrito-, la hojita quedó blanquita con la espuma <strong>de</strong>l remedio.<br />

Empezó a criar espuma el remedio y yo le hice como masaje en la tierra. Ahí parece que se me abrió el cuerpo y<br />

<strong>de</strong> a poquito se me pasó el dolor al pie.<br />

Así, sabía curarme yo sola. Da pena contar esta verdad. Por sí solo uno no sabe remedios, es Dios el que<br />

enseña, el que da. Así seguí haciendo remedio hasta gran<strong>de</strong>, muchos remedios".<br />

De este modo, reconocer la "sabiduría" que existe en las plantas y flores es un "don" que entrega Ngenechén a<br />

las mujeres que serán <strong>de</strong>positarias <strong>de</strong>l oficio. Pero, otro signo inequívoco <strong>de</strong>l llamado, como dijimos, son los<br />

perimontún (o visiones). La misma Carmela Romero cuenta<br />

" Yo tenía como ocho años, era gran<strong>de</strong>cita ya, y salí a buscar agua con el cantarito -los mapuche antes no<br />

tenían bal<strong>de</strong>s-. Iba por el mismo caminito don<strong>de</strong> se encontraban los remedios. Era temprano, como las seis o<br />

siete <strong>de</strong> la mañana porque no había nadie. Ahí me encontré con una oveja que estaba atajando el caminito,<br />

estaba echada, no me dio nada <strong>de</strong> miedo. La oveja tenía una lana gran<strong>de</strong> y estaba rumiando. Me quedé parada


mirándola, pero ella no me miró na'. Era blanca. Dejé caer mi cantarito al lado <strong>de</strong>l animal y dije: "voy a ir a<br />

buscar un lacito, a lo mejor quiere morir esta oveja. Voy a ir a avisarle a la niña -había otra niña que vivía con<br />

mi abuelita-. Vamos a traer un lazo pa' pescarla y matarla". Volví con esa niña, allí estaba la oveja y mi<br />

cantarito. "Llévatela -le dije-, está tonta la oveja". La niña era como <strong>de</strong> quince años y empezó a ponerle el lacito<br />

en el cogote y a tironearla. En ese momento, la oveja se levantó y se <strong>de</strong>sapareció, se fue pa'l cielo. Mi cantarito<br />

no más quedó parado. Quedamos aguaitándola y se fue al cielo hasta que quedó así chiquitita. Después se fue la<br />

niña esa y yo me fui a meter don<strong>de</strong> había estado echá' la oveja, estaba helado. En eso, miré por don<strong>de</strong> subió y<br />

allí bajó un arcoiris <strong>de</strong> siete colores. Después, como que se mojó el arcoiris y se volvió agua lluvia, a mí se me<br />

mojó la cabeza. Pero llovió solo en una canchita no más, redondo en ese lugar, en otros lados no llovió na'. A mí<br />

me roció la cabeza con esa aguita finita.<br />

Después pesqué mi cantarito y me fui a la casa <strong>de</strong> mi abuelita. Esa era una bendición que me da mi Dios, me da<br />

ese remedio que mi Dios <strong>de</strong>scubrió. Así es que yo no estudié na' en libros, ese era mi don. Los otros médicos<br />

estudian en libros, por eso se equivocan"<br />

El proceso (47) para acce<strong>de</strong>r al oficio chamánico es largo y doloroso. Luego <strong>de</strong> las señales y <strong>de</strong> los perimontún<br />

y a veces <strong>de</strong> peumas don<strong>de</strong> se ascien<strong>de</strong> al wenu mapu (tierra <strong>de</strong>l cielo), un espíritu <strong>de</strong> machi se encarnará en el<br />

cuerpo <strong>de</strong> la elegida. Este pue<strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> una curan<strong>de</strong>ra ya fallecida (muchas veces pariente <strong>de</strong> la mujer) o el <strong>de</strong><br />

alguna divinidad menor. Luego <strong>de</strong> que estos signos hablen ineludiblemente <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> oficiar a la mujer<br />

como machi, ella <strong>de</strong>berá iniciar su consagración, la que será efectuada por una chamana, que hace las veces <strong>de</strong><br />

"maestra".<br />

El camino <strong>de</strong> la iniciación -que dura más o menos seis meses- supone un complejo ritual. La aprendiz participa<br />

en pequeñas ceremonias en las cuales se confirma que, efectivamente, el espíritu se ha posesionado <strong>de</strong> ella (se<br />

tiene la comprobación cuando la principiante hace küimin, es <strong>de</strong>cir entra en éxtasis o trance); conoce los<br />

diferentes toques <strong>de</strong>l kultrún (tambor); las distintas curaciones; los pillantún (oraciones); confecciona sus<br />

propios instrumentos kultrún, pifilca (flauta), kaskawilla (sonajero) y wada (calabaza). Hace también un retiro<br />

espiritual con su "maestra". Finalmente, se realiza el rito que la unge como machi y que culmina con la<br />

"plantación" <strong>de</strong>l rewe (escalera <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra cuya cantidad <strong>de</strong> peldaños <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> los espíritus <strong>de</strong> la<br />

consagrada), el canelo, el laurel, el maqui y el copihue (consi<strong>de</strong>rados como árboles sagrados) en la casa <strong>de</strong> la<br />

nueva chamana. Esta última ceremonia es comunitaria y en ella participan, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la maestra, dos o tres<br />

machis más (48).<br />

Rechazar el espíritu <strong>de</strong> machi ocasiona graves trastornos; oponerse al llamado, a la "ocupación" <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

pue<strong>de</strong> implicar la muerte. Por ello, muchas mujeres pasan largos años enfermas y sólo se sanan al ser iniciadas.<br />

Muchas <strong>de</strong> ellas, sobre todo las más ancianas, no ofician como chamanas ni poseen rewe; pero son <strong>de</strong>nominadas<br />

como machis por la comunidad.<br />

Yolanda Curinao relata:<br />

"Muy enferma estuve yo, <strong>de</strong> chiquitita. Cuando fui a machi -como 12 años tenía-, fuerte enfermedad tenía, más<br />

<strong>de</strong> un año que estuve así. Yo estaba con sueños cuando era chica, cuando andaba en el colegio andaba con esos<br />

sueños. Soñaba <strong>de</strong> noche también que me daban todas esas cosas <strong>de</strong> machi: me daban ban<strong>de</strong>ras, dos ban<strong>de</strong>ras y<br />

me daban kultrún, me daban <strong>de</strong> todos remedios, hartos remedios y me dicen: "va a ser machi usted". Así lo<br />

pasaba enferma, sufriendo y mi mamá me llevo al machi y ese me mejoró, me hizo machi, me machitucó tres<br />

veces y me dio remedios, esos me mejoraron. Me sentí mejor <strong>de</strong>spués que me hice machi y <strong>de</strong> a poco empecé a


curar enfermos" (49).<br />

Una vez realizada la consagración <strong>de</strong> una machi, ésta pue<strong>de</strong> ejercer<br />

su oficio. Su reputación <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> las sanciones <strong>de</strong> la comunidad<br />

respecto a su éxito o su fracaso en las curaciones. Porque ser machi<br />

es también poseer un dominio equívoco. Una chamana siempre será<br />

sospechosa <strong>de</strong> brujería (kalku); lo femenino -como sabemos- pue<strong>de</strong><br />

transitar entre el bien y el mal, y la machi más aún: por ser mujer y<br />

por estar en contacto permanente con las fuerzas negativas (wecuve<br />

que ocasiona enfermeda<strong>de</strong>s) pue<strong>de</strong> ser posesionada por éstas y<br />

transformarse en una kalku (bruja). De este modo, la machi siempre<br />

estará sujeta a la sanción comunitaria, a la aprobación o<br />

<strong>de</strong>saprobación <strong>de</strong> sus conductas, ritos y existencia.<br />

Yolanda testimonia esta "vulnerabilidad" <strong>de</strong> la machi:<br />

"Ahora poco me volví a enfermar. Mi mamá se murió harán dos años<br />

y yo me empecé a enfermar, mucha pena, mucho dolor, todo el<br />

cuerpo enfermo, sin valor pa' na'. Yo soy machi y pa' curarme tengo<br />

que ir a otra machi. Otra machi me hizo remedio, ahí me dijo que<br />

era mal que me habían hecho. ¿No ve que aquí entre vecinos se<br />

hacen daño Pue<strong>de</strong> ser por la ropa. Así me hicieron daño a mí y por<br />

pura envidia no más. Yo salía mucho a machitucar a los enfermos,<br />

tenía muchos clientes. Llegaba harta gente aquí y por eso se<br />

enojaron los vecinos. Se enojaron, me hacía rica yo, "usted tiene<br />

mucha plata -<strong>de</strong>cían-, usted trabajará con lo malo". "Kalku será<br />

esta", eso andaban diciendo. De pura envidia no más, me hicieron el<br />

mal, me sentía muy enferma cuando me hicieron el mal esa gente".<br />

Por otra parte Paula Painén opina:<br />

"Mis padres tenían muy mal nombre por los machis. Mi padre tenía muy mala cosa entre los machi, porque<br />

hacen el bien y el mal. Usted los culpa en una cosa y le hacen mal <strong>de</strong>spués. Aunque usted lo haya tenido en los<br />

brazos, le haya dado, cualquier cosita chica que usted haga contra ella, ligerito le hace mal. Mis padres tenían<br />

muchas cosas aquí, mucha siembra, puro por su esfuerzo. Unos vecinos malos buscaron una machi y ella le<br />

trabajó: le hizo mal. Por eso no creo en las machis " (50).<br />

Ya sea en el bien (machi) o en el mal (kalku), la mujer chamana es po<strong>de</strong>rosa y temida. Ella domina y manipula<br />

lo sobrenatural, por eso es peligrosa; conoce los lawen (remedios) y los secretos <strong>de</strong> plantas y árboles; tiene la<br />

facultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>volver el equilibrio al cuerpo enfermo por medio <strong>de</strong>l rito <strong>de</strong>l machitún. La relación vida/muerte<br />

está en sus manos. Al ascen<strong>de</strong>r su pellü (alma) al cielo, cuando entra en éxtasis, "...abandona su condición<br />

humana ordinaria y se carga <strong>de</strong> potencia numinosa (<strong>de</strong> lo insólito y <strong>de</strong> lo extraordinario) transformándose por<br />

ello en un personaje ambiguo" (51).<br />

La ambigüedad <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> la machi se expresa en el epeu Millaray Loncopán:


El volcán Villarica había hecho una gran corrida y todos los habitantes <strong>de</strong> las cercanías estaban alarmados. Los<br />

lonkos (jefes) se dirigieron a la ruka <strong>de</strong>l cacique principal Llancafilo, quien los había llamado para acordar<br />

apaciguar al Pillán haciendo un gran nguillatún. Todos los caciques estuvieron <strong>de</strong> acuerdo, pero algunos "...<br />

dicen que <strong>de</strong>be consultarse a la machi y que lo que se ha ofrecido es poco para acallar las iras <strong>de</strong>l volcán. Es<br />

ella quien <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cir qué <strong>de</strong>sea Pillán. Se levantan todos y se dirigen con temor al Reni, cueva don<strong>de</strong> habita la<br />

machi. Trepan por las escarpadas faldas <strong>de</strong>l cerro sabedores <strong>de</strong> que la machi pue<strong>de</strong> hacerles daño. Al llegar<br />

frente a la entrada <strong>de</strong> la cueva, esperan su aparición sin <strong>de</strong>smontarse. Tras unos momentos se presenta ante<br />

ellos la machi. De estatura pequeña, contrahecha. En sus ojos <strong>de</strong> mirada penetrante se retratan la astucia y el<br />

<strong>de</strong>sprecio.... ". Los caciques le explican las razones <strong>de</strong> su visita y ella respon<strong>de</strong> que ya sabía que vendría esa<br />

corrida: "Pillán está enojado porque uste<strong>de</strong>s habían olvidado hacer sacrificios y también habían olvidado a la<br />

machi. Los animales que uste<strong>de</strong>s piensan sacrificar no son suficientes para calmar a Pillán. Vuelvan mañana.<br />

Esta noche hablaré con Pillán y sabré lo que <strong>de</strong>sea".<br />

Los caciques retornan a sus rukas sin hablar, pensando en qué sacrificio exigirá Pillán. Llancafilo es recibido<br />

por su hermosa hija Millaray que se casará <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un año con el joven Loncopán. Llancafilo está preocupado<br />

pues ha visto un pájaro negro, mal presagio, volar tres días sobre el techo <strong>de</strong> la casa."<br />

Mientras tanto, en su cueva, la machi hace los preparativos para hablar con Pillán. Encien<strong>de</strong> una fogata y con<br />

furia piensa en cómo vengarse <strong>de</strong> Llancafilo, que, ella sabe, la <strong>de</strong>sprecia y no cree en sus po<strong>de</strong>res. Al día<br />

siguiente, los campos amanecen cubiertos <strong>de</strong> una niebla baja. La machi, frente a la fogata, se <strong>de</strong>snuda y ejecuta<br />

extraños bailes que acompaña <strong>de</strong> gritos <strong>de</strong>sacompasados. De un metakue (vasija) extrae culebras, sapos y<br />

sabandijas a los que saca la hiel que pone al fuego hasta que todo se vuelve ceniza. Recoge la ceniza y la guarda<br />

en el hueso <strong>de</strong> la canilla <strong>de</strong> un pollo. Sonríe pensando que ese veneno le servirá para humillar a Llancafilo<br />

cuando se celebre el nguillatún. Una <strong>de</strong> sus uñas, la <strong>de</strong>l meñique, que se la <strong>de</strong>ja crecer muy larga, la utilizará<br />

para extraer el veneno y nadie la verá cuando lo eche al muday. Piensa que su fuñapú (veneno) la vengará.<br />

Recoge hierbas que producen fuertes olores y gran humareda, con lo cual impresionará a las visitas que<br />

llegarán al mediodía".<br />

Millaray y Loncopán se han encontrado buscando avellanas y frutos silvestres, sin darse cuenta llegan cerca <strong>de</strong><br />

la cueva <strong>de</strong> la machi y huyen <strong>de</strong>spavoridos al escuchar las voces <strong>de</strong> los espíritus que han sido convocados por la<br />

bruja. Los caciques se reúnen en la reni <strong>de</strong> la machi y ésta les habla:<br />

"Anoche tuve gran trabajo para hacer venir a los espíritus. Pillán estaba enojado y no quería presentarse...<br />

Vinieron los espíritus <strong>de</strong> los antepasados y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mucho rogarles me han dicho que Pillán <strong>de</strong>sea una vida<br />

humana.... (Les dice que) Pillán <strong>de</strong>sea lo mejor <strong>de</strong> la comunidad y que ha tenido una visión: ha visto a Millaray,<br />

y ella es la que <strong>de</strong>be ser sacrificada. Llancafilo se pone <strong>de</strong> pie y con voz temblorosa ofrece todo lo que tiene<br />

para que no le arrebaten a su hija, pero la machi se muestra inflexible. -Esa es la voluntad <strong>de</strong> Pillán y hay que<br />

obe<strong>de</strong>cerle o peores <strong>de</strong>sgracias nos enviará". Los caciques asienten y a pesar <strong>de</strong>l dolor <strong>de</strong> Llancafilo la<br />

inmolación se realiza (52).<br />

Si hemos citado este largo epeu es porque da cuenta <strong>de</strong> manera muy evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la ambivalencia <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong><br />

la machi y <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r. Ella es respetada por los caciques y la comunidad por su especial comunicación con las<br />

divinida<strong>de</strong>s; pero, a la vez es temida por sus conocimientos como kalku. Incluso, en el cuento, ella<br />

verda<strong>de</strong>ramente oficia como bruja, toda vez que su accionar es para vengarse <strong>de</strong> quien no cree en ella.<br />

De esta manera po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que investida <strong>de</strong> chaman, la mujer mapuche adquiere po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la


comunidad, po<strong>de</strong>r que como hemos expresado podrá estar asociado al bien como al mal. Sin embargo, la machi<br />

también va a sobresalir por su acción contra las fuerzas <strong>de</strong>l mal en el rito <strong>de</strong>l machitún, acto <strong>de</strong> curación en<br />

don<strong>de</strong> se conjuntarán una serie <strong>de</strong> prácticas y concepciones que singularizan a la cultura mapuche.<br />

Para compren<strong>de</strong>r el sentido <strong>de</strong>l machitún es preciso saber que entre los mapuche las enfermeda<strong>de</strong>s tienen causas<br />

naturales (por frío o calor) y sobrenaturales, siendo éstas últimas las más graves y causadas por la acción <strong>de</strong><br />

fuerzas maléficas. En nuestras indagaciones hemos encontrado que entre estas enfermeda<strong>de</strong>s (que si no se tratan<br />

ritualmente conducen a la muerte) se pue<strong>de</strong>n distinguir tres tipos: las ocasionadas por uñfitún (dañar a alguien) o<br />

kalkutún (acción <strong>de</strong> brujería). En este caso el wekuve accionará a través <strong>de</strong> un kalku (el cual es "contratado"<br />

por alguien, o actuará por sí mismo) provocando la enfermedad por ütref (tirar algo), es <strong>de</strong>cir, introduciendo<br />

ciertas especies dañinas en los alimentos, uñas o boca <strong>de</strong> quien se <strong>de</strong>sea "hacer mal". En segundo lugar están las<br />

dolencias por trafyekenún o "encontrarse con el wecuve, en las cuales éste adopta distintas formas como el<br />

anchimallen (luces saltarinas), el meulén (viento arremolinado), el tué tué (pájaro maligno). Estos encuentros<br />

con seres que representan el mal van enfermando paulatinamente a las personas. Por último, están las<br />

enfermeda<strong>de</strong>s por konün o "aliento <strong>de</strong>l muerto", estas consisten en que a una persona, generalmente la que ha<br />

estado cuidando un enfermo, le "entra" el último "resuello" <strong>de</strong> un moribundo y comienza a enfermarse<br />

lentamente.<br />

A través <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> una joven mapuche po<strong>de</strong>mos conocer la forma <strong>de</strong> experimentar algunas <strong>de</strong> estas dolencias:<br />

"Mi hermano estuvo muy enfermo. Lo llevaron al hospital, según <strong>de</strong>cían eran los riñones, estuvo hospitalizado<br />

dos meses, pero los remedios <strong>de</strong>l hospital no lo mejoraron. Yo siempre pensé que tenía algo <strong>de</strong> daño. Así como<br />

mi hermano tomaba, le gustaba tomar, él tomaba con amigos y con enemigos y ahí le pue<strong>de</strong>n dar algo. El murió.<br />

No sé si a mí me han dado lo mismo. Fui a ver a una hermana y allí había una señora <strong>de</strong>sconocida. Yo tomé<br />

mate con esa señora y ese mismo día caí mal. Yo no me di cuenta que esa señora me podía hacer mal, yo no la<br />

conocía. Ella es familia <strong>de</strong>l marido <strong>de</strong> mi hermana, mate amargo me dio ella, me caí mal con eso, me vine<br />

vomitando por el camino. Después me vino esa enfermedad, y cuando murió mi hermano me dio la pena y ahí<br />

me enfermé más"<br />

Testimonio <strong>de</strong> Isabel Huenulaf (53).<br />

Fuera <strong>de</strong> los síntomas externos que evi<strong>de</strong>ncian que las personas están enfermas, habrán otros signos que<br />

"<strong>de</strong>nunciarán" el carácter <strong>de</strong> la dolencia. Los fundamentales son los sueños que tiene el afectado y sus parientes<br />

cercanos; estos peumas son una suerte <strong>de</strong> radiografía simbólica <strong>de</strong> su malestar.<br />

La misma Isabel cuenta:<br />

"Yo me soñé cuando mi hermano estaba enfermo, soñé que se me había quemado la casa. Como <strong>de</strong>spierta soñé<br />

esa cosa, se había terminado la casa, se había quemado. Pero yo no sabía quién la había quemado. Yo vi que lo<br />

apagaba, le tiraba agua y lo hice apagar el incendio <strong>de</strong> mi casa, pero mi casa quedó negra, absolutamente,<br />

quedó negra en mi sueño. Eso fue antes <strong>de</strong> morir mi hermano, estaba en el hospital. Yo le conté a mi mami y ella<br />

me dijo:<br />

"No nos va a vivir el enfermo que tenimos, va a morir. Va a morir mi hijo, por eso soñaste así. Y cuando yo<br />

estuve enferma me soñaba que caía a los pozos; me caía, pero saltaba y salía. Eso era porque si no encontraba<br />

remedio me iba a morir, pero como salía <strong>de</strong>l pozo, sabía que me iba a sanar. Y así fue, <strong>de</strong>spués que me curé,


soñé puros sueños buenos".<br />

El concepto <strong>de</strong> enfermedad mapuche, y sus etiologías, son mucho más complejos que la <strong>de</strong>scripción que hemos<br />

realizado. Nuestro interés es solamente ilustrar a gran<strong>de</strong>s rasgos el universo don<strong>de</strong> actúa la machi. Ella es<br />

competente en las enfermeda<strong>de</strong>s naturales y sobrenaturales, sin embargo es en estas últimas don<strong>de</strong> <strong>de</strong>spliega toda<br />

su sabiduría y ceremoniales.<br />

A modo <strong>de</strong> corolario, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la mujer mapuche en tanto machi encarnará la doble posibilidad <strong>de</strong><br />

situarse en la ribera <strong>de</strong>l bien como en la <strong>de</strong>l mal; en ambos casos lo femenino aparece con una potestad sobre la<br />

comunidad, la cual sin duda, regulará y sancionará su accionar. Este posicionamiento fluctuante, movedizo,<br />

correspon<strong>de</strong> a las posibilida<strong>de</strong>s que la propia cosmovisión entrega, a ese atributo <strong>de</strong> los elementos y <strong>de</strong> los seres<br />

<strong>de</strong> mutarse en distintas caras; la machi no es más que una expresión -quizás la más prístina- <strong>de</strong> esa virtualidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>venir en fuerza positiva o negativa, en luz o sombra, en sujeto que restaura la vida o en sujeto que da la muerte.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

5<br />

El discurso mítico y lo femenino<br />

Los mapuche poseen una gran diversidad <strong>de</strong> relatos<br />

orales, en los cuales la tradición cultural, así transmitida<br />

se va reproduciendo en el tiempo. A través <strong>de</strong> esas<br />

narraciones (epeu, nütram) po<strong>de</strong>mos también<br />

acercarnos al imaginario colectivo y a la forma en que<br />

nombra a las mujeres.<br />

Hay coinci<strong>de</strong>ncia en consi<strong>de</strong>rar el mito <strong>de</strong>l Kai Kai y<br />

Tren Tren como la narración fundamental <strong>de</strong> la cual se<br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n otros relatos. Como ya sabemos esa historia<br />

cuenta la lucha entre dos culebras: una que tutela las<br />

aguas y otra que domina los cerros; la <strong>de</strong> las aguas crea<br />

un diluvio; la <strong>de</strong> los cerros eleva las montañas para<br />

salvar a los mapuche que lograron escapar <strong>de</strong> las inundaciones, pero esas montañas subieron tan alto que casi<br />

toparon el sol; hubo entonces que hacer un sacrificio para restablecer el or<strong>de</strong>n cósmico y natural. Se dice que las<br />

personas que no se libraron <strong>de</strong> las aguas se transformaron en peces o rocas.<br />

Como se observa, este no es un mito <strong>de</strong> origen propiamente tal, pues los seres humanos ya existían antes <strong>de</strong>l<br />

diluvio. Sin embargo encierra una serie <strong>de</strong> elementos que ayudarán a compren<strong>de</strong>r la simbólica <strong>de</strong> otros relatos y<br />

algunos ejes <strong>de</strong> la cosmovisión mapuche. Sin duda, el mito <strong>de</strong>l Kai Kai y Tren Tren ilumina la existencia <strong>de</strong><br />

seres llamados Sumpall, mitad humanos, mitad peces (suerte <strong>de</strong> sirenas), que tutelan las aguas <strong>de</strong> los ríos, lagos<br />

y mares.<br />

Generalmente, los relatos <strong>de</strong>l Sumpall hablan <strong>de</strong> seres masculinos que se "raptan" a mujeres, lo que ha llevado a<br />

pensar que estos mitos quieren significar la oposición quitar/dar "...que en un ámbito se especifica por bienes<br />

económicos (carencia/posesión) y figuradamente sexuales (soltería/unión matrimonial) y en otro ámbito por vida<br />

cosmológica (muerte/vida)....la oposición quitar/dar en sus múltiples manifestaciones resume sintetizadamente la<br />

historia <strong>de</strong>l pueblo mapuche en el presente siglo. Esta es una dramática realidad que la conciencia indígena<br />

supera (a nivel simbólico) en el relato mítico, en el cual al problema se le atribuyen propieda<strong>de</strong>s factibles <strong>de</strong> ser<br />

controladas, lo que se expresa en el profundo anhelo <strong>de</strong> superarlas mediante la práctica <strong>de</strong> una costumbre


tradicional querida y respetada: el trafquiñ" (54).<br />

Como veremos más a<strong>de</strong>lante, en las recopilaciones que hemos efectuado con mujeres, Sumpall está casi siempre<br />

representado en forma femenina; en algunos casos aparece trasgrediendo el or<strong>de</strong>n matrimonial mapuche, en otros<br />

"castigando" a los huincas ricos. Comencemos por un relato clásico <strong>de</strong> este mito:<br />

"Sumpall dicen los mapuche, sirenas dicen los huincas. En el río siempre aparece la sirena cuando hay noche<br />

<strong>de</strong> luna y también cuando hay niebla. Por la mañana, cuando amanece con mucha niebla aparecen esas sirenas,<br />

sirenos. Hay hombre y mujer <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l río, hay una crianza <strong>de</strong> esos Sumpall. Este cuento suce<strong>de</strong> a orillas <strong>de</strong>l<br />

río, allí había una reducción mapuche, un poblado indígena. Uno <strong>de</strong> los mapuche tenía una hija muy simpática<br />

que todo el tiempo tenía que ir a buscar agua al río, porque en el campo no había pozo. Era simpática la niña.<br />

Llevaba al río sus dos cántaros <strong>de</strong> greda y uno <strong>de</strong> estos sirenas se enamoró <strong>de</strong> la niña y la tomó pues.<br />

Un día, <strong>de</strong> repente, se perdió la niña en el río. Los padres, la familia empezaron a buscarla en canoa por el río,<br />

a ver si se había ahogado. A la semana ¡tanto buscarla los familiares, aparece en el medio <strong>de</strong>l río! Pero aparece<br />

la cabeza no más <strong>de</strong> la niña, medio cuerpo y dice: "Papá, mamá, no me busquen más. Yo estoy viva, fui raptada<br />

por esta familia <strong>de</strong> Sumpall, estoy viviendo con ellos ¡Cómo voy a salir si soy mujer <strong>de</strong> un joven sirena que hay<br />

en este río!" Esos Sumpall se crían en los ríos don<strong>de</strong> hay piedras gran<strong>de</strong>s, peñascos gran<strong>de</strong>s -les contó la niña.<br />

Y les dijo: "Bueno, prepárense para tal día -indicó la fecha, el día-, que vengan todos los <strong>de</strong>l poblado, mis<br />

familiares, aquí a la orilla <strong>de</strong>l río a hacer fuego. Traigan ollas, traigan todo; entonces, mi marido y sus<br />

familiares van a dar el pago, por el ngapitún (robo <strong>de</strong> la novia).<br />

Todo el poblado llegó al río esa mañana. Se pusieron a hacer fuego -como ya sabían que se había transformado<br />

en sirena-. Entonces, <strong>de</strong> repente se levanta un viento como remolino, el agua se levanta como ola y sale para<br />

afuera el río y ¡lleva una <strong>de</strong> cardumen <strong>de</strong> peces!: pejerrey, salmón y cuánta cosa <strong>de</strong> pescado, pero en gran<strong>de</strong>s<br />

cantida<strong>de</strong>s.Los familiares tomaron esos peces, los cocinaron, comieron peces. Iban al río como agra<strong>de</strong>cimiento<br />

entre ellos. Como una verda<strong>de</strong>ra fiesta hicieron, y entonces ya se transformó en sirena la niña, se transformó en<br />

sirena <strong>de</strong> ese lugar"<br />

Versión <strong>de</strong> Eusebio Painemal<br />

En este cuento se pue<strong>de</strong>n encontrar las oposiciones ya <strong>de</strong>scritas y una suerte <strong>de</strong> alegoría <strong>de</strong> lo que es el proceso<br />

<strong>de</strong> matrimonio entre los mapuche: exogámico (casamientos fuera <strong>de</strong>l linaje), patrilocal (resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la mujer en<br />

la tierra <strong>de</strong>l esposo) y patrilineal (la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia es por vía paterna) (55). A<strong>de</strong>más, se relaciona con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

que los hombres que se transformaron en peces, en el mito <strong>de</strong>l Kai Kai y Tren Tren, fecundan a las mujeres que<br />

van a lavar a orillas <strong>de</strong> los ríos.<br />

Pero, María Raguileo, por su parte nos entrega una variante que invierte el or<strong>de</strong>n clásico <strong>de</strong> este epeu:<br />

"Los Sumpall son mujeres rubia, pelo largo, bonita son esas. Yo no lo hei visto, dicen que son muy linda. Tienen<br />

que ver con bien, con mal también.<br />

Me contaron que un joven se enamoró <strong>de</strong> esa niña. A las doce la pilló al Sunpall, bañándose, peinándose -en el<br />

vertiente se ganan ésos. Son mujer ésos. El joven se enamoró <strong>de</strong> esa niña, joven así <strong>de</strong> casa, <strong>de</strong> familia po'.


Todas las doce salía a ver la niña. Un día le dijeron por qué iba a las doce -porque es malo ir a bañarse a esa<br />

hora al río-. "No, tengo que ir no más", <strong>de</strong>cía. Iba y dice que hablaba con la niña, le conversaba que ella vivía<br />

ahí, tenía muy linda su puebla, su buena casa, <strong>de</strong> too puro zingue. "Tengo <strong>de</strong> todo -le <strong>de</strong>cía-, si usted quiere<br />

casarse conmigo, me pasa la mano tal día ". Creo que <strong>de</strong>jaron plazo y este joven fue, ahí estaba la niña<br />

esperándolo. "Pásame tu mano, ven a ver mi casa ", le <strong>de</strong>cía. Y <strong>de</strong>ntró al agua el joven. Y se perdió, se perdió el<br />

joven, no se supo más. Lo buscaban por la orilla <strong>de</strong>l río, por las doce lo aguaitaban: no, no hay.<br />

No sé en cuánto plazo volvió el joven a ver la mamá no más, pa' <strong>de</strong>cirle que él estaba casao con una niña, con<br />

reina, le fue a avisar. "Esta plata me dijo que a usted se lo entregara". ¡Harta plata que le fue a <strong>de</strong>jar a su<br />

padre, mamá! ¡Qué le lloraban! "No te vaigas más -le dijeron-, no te vaigas más". Le lloraban. Pero, él,<br />

tranquilo, irse no más. Por fin, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mucho les hizo caso. Arreglaron todo. "Te vas a ir pa' la Argentina,<br />

tal persona está dispuesta <strong>de</strong> ir contigo, te vai a ir con él ", le dijeron el papa y la mama.<br />

Cedió el joven pa' <strong>de</strong>jar ese Sumpall. Se fue pa' la Argentina. Le formaron el caballo ensillado, roquín, <strong>de</strong> todo<br />

para viajar. Dicen que al poco rato <strong>de</strong> andar se levantó un viento ¡qué viento! Un remolino bien pesado lo<br />

levantó <strong>de</strong>l caballo. El caballo quedó muerto y los compañeros quedaron mirando no más.<br />

Le pareció al Sumpall: lo fue a buscar. Se perdió el joven y nunca más le dieron permiso pa' ir a su casa.<br />

Salieron a recoger el puro caballo no más lo padres. Les avisaron que un viento se lo llevó, no lo vieron pa'<br />

on<strong>de</strong> se fue. Remolino. No apareció más, se perdió".<br />

No es difícil colegir que en esta versión Sumpall es una mujer que "rapta" (sustrae) al novio, se lo lleva a vivir a<br />

su territorio, que "paga" por él y que se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> su vida. Estamos en presencia, así, <strong>de</strong> una inversión completa<br />

<strong>de</strong> lo que ocurre en la existencia social (a diferencia <strong>de</strong> las otras versiones que son mímesis <strong>de</strong> la realidad). Se<br />

podría <strong>de</strong>cir que cuando Sumpall es femenino, expresa la ruptura <strong>de</strong> la normas <strong>de</strong> patrilocalidad (y seguramente<br />

<strong>de</strong> patrilinealidad) y la alteración <strong>de</strong> los ritos asociados al matrimonio (rapto y pago <strong>de</strong> la novia): en vez <strong>de</strong> dar<br />

(pagar) peces (alimento, comida), da plata. Los parientes <strong>de</strong>l novio no aceptan esta trasgresión e intentan<br />

"salvarlo" (alejarlo <strong>de</strong> la ruptura <strong>de</strong> la tradición), sin embargo el "po<strong>de</strong>r" <strong>de</strong> Sumpall lo alcanza y lo retorna a su<br />

reino bajo las aguas. De este modo, aun cuando hay rechazo a la inversión, el "casamiento" se consuma.<br />

El Sumpall femenino evoca el relato <strong>de</strong> La princesa <strong>de</strong> la laguna Quelén-Quelén.<br />

La laguna está cerca <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Arauco. En medio <strong>de</strong>l lago hay una pequeña isla que semeja una casa, allí<br />

vive una princesa encantada que se convierte en garza. En las noches <strong>de</strong> luna sale a la orilla <strong>de</strong>l lago en busca<br />

<strong>de</strong> novio, vistiendo plumaje ver<strong>de</strong> y peinada con un moño largo y rubio. Se cuenta que un joven, <strong>de</strong> dicesisiete<br />

años, vio una noche a una garza que se acercó a él y que lo <strong>de</strong>jó alucinado, lo arropó con sus alas y se lo llevó a<br />

su casa. Al llegar al islote la garza se convirtió en una mujer <strong>de</strong> belleza incomparable. Después <strong>de</strong> servirle<br />

exquisitas comidas le mostró al joven ese paraíso y luego le enseñó los secretos <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong>l agua.<br />

En ese lugar había pasado sólo un día, pero fuera <strong>de</strong> ese mundo habían pasado 30 años y él no había envejecido.<br />

El joven vivía feliz, mas un día se acordó <strong>de</strong> los suyos y pidió permiso para ir a verlos. Ella misma lo llevó hasta<br />

la orilla, se <strong>de</strong>spidieron y él prometió guardar el secreto, pues todo mortal que ve y vive con una <strong>de</strong>idad <strong>de</strong>l<br />

agua <strong>de</strong>be perecer, si no se somete a los códigos secretos <strong>de</strong>l agua. Al pisar la tierra el joven tenía cuartenta y<br />

siete años. Llegó a su hogar don<strong>de</strong> lo recibieron con una fiesta, pues lo creían muerto, él dijo que había estado<br />

en el extranjero. Por la noche tuvo la mala ocurrencia <strong>de</strong> contarle todo a su hermano que dormía con él. Al otro


día, amaneció muerto. El otro hermano no contó el secreto, pero años más tar<strong>de</strong> lo confi<strong>de</strong>nció y <strong>de</strong>sapareció<br />

mientras pescaba en el mar. Se dice que la princesa sigue apareciendo como garza para llevarse a otro joven.<br />

Cuando no encuentra a nadie, vuelve a su isla y llora, y a los pocos minutos se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na el temporal y la<br />

lluvia. (56)<br />

Los ecos <strong>de</strong> Sumpall femenino se oyen en esta narración: la garza quita, sustrae a un joven <strong>de</strong> su familia, sin dar<br />

nada a cambio; por ello rompe, incluso, la norma <strong>de</strong> reciprocidad presente en el "pago" <strong>de</strong> la novia. En este epeu<br />

claramente se quebranta la virilocalidad. A diferencia <strong>de</strong>l Sumpall, se trata <strong>de</strong> un ser que se metamorfosea: <strong>de</strong><br />

princesa encantada (bajo el agua) a garza, <strong>de</strong> garza a princesa. Lo femenino aparece como bello, <strong>de</strong> inevitable<br />

seducción; mujer rubia (como en la versión <strong>de</strong> María Raguileo) que enloquece a los jóvenes.<br />

Así, entonces, en estos relatos lo femenino en tanto Sumpall, garza o princesa encantada, aparece con un po<strong>de</strong>r<br />

sobrenatural, erótico y numinoso que "pier<strong>de</strong>" a los hombres; creemos que su po<strong>de</strong>r se manifiesta, a<strong>de</strong>más, en la<br />

transgresión que ellas hacen <strong>de</strong> las normas sociales, en la "usurpación" <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong>l hombre en el entramado<br />

familiar.<br />

La potestad <strong>de</strong> la Sumpall mujer se aprecia en el relato El Sumpall castiga a un rico:<br />

Un hombre rico compró muchas tierras en Toltén e invitó a un millonario <strong>de</strong> Temuco a un fiesta por la<br />

inauguración <strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s. Partieron todos en un camión, salieron muy temprano. Al amanecer vieron<br />

una gran piedra en el camino y sentada en ella a una niña muy bonita vestida toda <strong>de</strong> ver<strong>de</strong>. La llevaron en la<br />

parte <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong>l camión. Cuando iban bajando por una pendiente se le cortó la dirección al vehículo y se volcó<br />

al río Toltén. Ese río es bravo y hondo, <strong>de</strong> un ver<strong>de</strong> muy oscuro. Todos los ricos murieron, salvo unos jóvenes.<br />

Nadie fue a reclamar a la niña, nadie la conocía. El millonario, como rico que era, trabajaba con el witranalwe;<br />

nunca lo encontraron en el agua. Un joven dice que vio cómo la niña voló por encima <strong>de</strong>l camión cuando éste<br />

cayó. Todos los campesinos dicen que al rico lo fue a buscar el Sumpall, que el Sumpall lo castigó. (57)<br />

En este caso Sumpall se transforma en un niña bella y vestida <strong>de</strong> ver<strong>de</strong> que realiza una "restauración se trata <strong>de</strong><br />

impedir que el hombre huinca siga acumulando dinero. Subyace la i<strong>de</strong>a que para ser millonario hay que estar en<br />

un pacto con las fuerzas <strong>de</strong>l mal (personificadas en el witranalwe). Los ricos, los huincas, generan un<br />

<strong>de</strong>sequilibrio al tener más bienes que los <strong>de</strong>más (los mapuche o campesinos). Por otro lado, los huincas son ricos<br />

gracias a lo que le robaron a los mapuche en el pasado. En ese sentido, Sumpall aparece como restauradora,<br />

quitándole la vida a los millonarios. De esta manera si los huincas robaron a los mapuche, la Sumpall arrebata<br />

su existencia, eliminándolos <strong>de</strong> la tierra.<br />

Retomemos, ahora, otros epeu en don<strong>de</strong> aparecen figuras femeninas importantes.<br />

Segünpan o la hija <strong>de</strong>l Volcán<br />

"Había un cacique que tenía tres hijas. Una se llamaba Cullenpan, la otra Lafquenpan y la menor Segünpan;<br />

una <strong>de</strong> la arena, otra <strong>de</strong>l mar, otra <strong>de</strong>l volcán. La chica, Segünpan, era muy inteligente. Quería hilar, eso no<br />

más le gustaba, <strong>de</strong> chiquitita comenzó a hilar, a hacer telar. Ella poco comía y no conversaba con sus padres y<br />

sus hermanas, sólo le gustaba trabajar y tejer. Entonces, el cacique pensaba: ¿por qué me salió la hija así Es<br />

aparte, <strong>de</strong> otro lugar parece esta niñita.


Así siguió, siguió la Segünpan sin compartir con su familia. Una vez, los padres viajaron con ella a la<br />

Argentina; pasaron cerca <strong>de</strong> un volcán y la niña lo miraba.<br />

-¡Quién pudiera tener casa aquí! ¡Subir hasta la cumbre!- <strong>de</strong>cía la niña.<br />

-¡No! Es muy peligroso, mueren ahí, hay gente a<strong>de</strong>ntro -le dijo su papá<br />

La niña pensaba todo el día en el volcán y en su telar. Quería tener casa cerca <strong>de</strong>l volcán.<br />

Ella <strong>de</strong>cía:<br />

A mí el volcán nunca me haría mal, él me gusta.<br />

Un día se puso bravo el volcán, tiró piedras, ardió, no paraba nunca. La gente arrancaba, <strong>de</strong>jaba sus casas, sus<br />

animales. Se arrodillaban y pedían a Dios en mapudungu, le <strong>de</strong>cían: "¿Por qué haces esto si somos <strong>de</strong> aquí<br />

Somos pobres. ¿Por qué nos quitas nuestras cosas" y la Segünpan estaba muy calladita.<br />

Una noche el cacique soñó: "Usted me va a dar una hija para que pueda parar el volcán. Si no me da una hija<br />

esto va a seguir y se va a acabar todo. A su hija, a la Segünpan quiero". Después <strong>de</strong> ese sueño, el padre <strong>de</strong> la<br />

niña lloraba escondido en el campo. Su esposa lo seguía, ella opinaba que si el jefe <strong>de</strong>l volcán pedía a la hija<br />

había que darla. También Segünpan le <strong>de</strong>cía:<br />

-Si me pidieron, yo voy no más. De allá los voy a seguir ayudando para que vivan mejor.<br />

Entonces, el cacique juntó a toda la gente, a todas las familias y les habló: "Tengo que matar a mi hija, llevarla<br />

a ese cerrito, viva tengo que partirle el corazón, sacárselo y <strong>de</strong>jarlo ensartado en un huaique (lanza), vendrán a<br />

buscar su corazón". Así lo hizo, le sacó el corazón a la Segünpan y enterró el huaique en el cerro. La gente se<br />

quedó calladita, todos calladitos porque es dura la muerte.<br />

Esa tar<strong>de</strong> se apagó el volcán. La familia <strong>de</strong> la Segünpan se quedó por muchos años triste. Ella antes <strong>de</strong> morir les<br />

pidió que en el lugar don<strong>de</strong> se muriera, plantaran una rosa blanca. Así lo hicieron y la rosa floreció ligerito.<br />

Una vez un hombre pasó por ahí y vio a la Segünpan tejiendo en su telar, con sus trenzas largas, tejiendo y<br />

mirando al hombre, sonriendo. Después la gente empezó a pagar mandas ahí, le prendían velas, le <strong>de</strong>jaban<br />

plata. Dicen que todas esas cosas <strong>de</strong>saparecían y que los enfermos se sanaban, y los que tenían problemas se les<br />

solucionaban. Mi abuelita contaba que la Segünpan no era hija <strong>de</strong>l hombre sino que era hija <strong>de</strong>l volcán, por eso<br />

se la llevaron".<br />

Este relato expresa cómo el sacrificio <strong>de</strong> una joven <strong>de</strong>vuelve la armonía a la naturaleza. Sacrificio signado por la<br />

"entrega" <strong>de</strong> una hija, en matrimonio, al volcán, cuya expresión es la muerte y la extracción <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> la<br />

víctima. Pensamos que este epeu refleja una situación <strong>de</strong> la vida real: las familias entregan ("sacrifican") a sus<br />

hijas a otras parentelas, para así reproducir el engranaje <strong>de</strong> su vida social (mantener el equilibrio).<br />

Pero, también la narración pue<strong>de</strong> tener otra lectura. Se insiste en que la Segünpan era "hija <strong>de</strong>l volcán". En ese<br />

sentido es una "divinidad" que se encarna en la hija <strong>de</strong> un cacique; su padre volcán exige que se la <strong>de</strong>vuelvan<br />

como esposa, en un <strong>de</strong>seo incestuoso <strong>de</strong> recuperarla para sí. La "hija" correspon<strong>de</strong> al amor <strong>de</strong>l padre-volcán y se


entrega gozosa al sacrificio. Su muerte trae fertilidad: crece una rosa blanca y al ser ofrendada ella respon<strong>de</strong><br />

sanando enfermos, ayudando a las personas a resolver sus problemas.<br />

De esta manera la figura <strong>de</strong> la Segünpan aparece como lo femenino sacrificable en aras <strong>de</strong>l resurgimiento <strong>de</strong> la<br />

vida y <strong>de</strong>l bienestar. El tema <strong>de</strong>l sacrificio <strong>de</strong> mujeres, como nos po<strong>de</strong>mos dar cuenta, es reiterativo en el<br />

imaginario mapuche. Recor<strong>de</strong>mos que en el cuento <strong>de</strong> Millaray y Loncopan, se dice: "Los parientes <strong>de</strong> Millaray<br />

han llegado a su casa, y todos esperan el sacrificio <strong>de</strong> la mayor ofrenda hecha al volcán. La muchacha, muy<br />

pálida, está tendida sobre un hermoso chamanto y adornada con sus joyas más preciosas ".<br />

Tal vez, la propia y ambigua condición <strong>de</strong> lo femenino <strong>de</strong> dar la vida y la muerte, torna vulnerables a las mujeres<br />

y las transforma en víctimas. La mujer, víctima perfecta: sus fuerzas genésicas anuncian la feracidad, la<br />

recreación eterna <strong>de</strong> la existencia humana.<br />

En los epeu don<strong>de</strong> aparece un sacrificio femenino al volcán, el amor está siempre <strong>de</strong> por medio. El amor <strong>de</strong> la<br />

Segünpan por su padre, en un caso; en el otro, la pasión <strong>de</strong> Millaray por Loncopán (quien acepta la inmolación<br />

<strong>de</strong> su amada, sacrificándose él mismo para consumar su afecto en la "otra vida"). Esto nos sugiere la presencia <strong>de</strong><br />

esa arcaica y humana relación entre la pasión sexual y la muerte; el gozo en el dolor; el placer que lleva a la<br />

muerte.<br />

En otros relatos po<strong>de</strong>mos encontrar la imagen <strong>de</strong> divinida<strong>de</strong>s menores femeninas, antepasadas fallecidas<br />

(también asociadas al volcán), que se encarnan y vuelven a la tierra para proteger y ayudar a los mapuche. Es el<br />

caso <strong>de</strong>l epeu <strong>de</strong> Antirayén y Currirayén.<br />

Hace ya muchos años entraron en erupción al mismo tiempo los volcanes Villarrica, Quetrupillán, Choshuenco,<br />

Lanin y Llaima, alfombrando <strong>de</strong> lava una vasta zona <strong>de</strong> los lagos Calafquén y Villarrica. Cuando cesó la<br />

erupción los mapuche <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores vieron con asombro que dos figuras <strong>de</strong> piedra, con apariencia <strong>de</strong><br />

mujeres, ardían. Les lanzaron agua pensando que eran personas, pero continuaban ardiendo. Luego, vino una<br />

lluvia torrencial y las piedras se enfriaron, y cobraron vida transformándose en dos hermosas jóvenes. Todos<br />

sintieron mucho temor ante esto, pero ellas le hablaron mentalmente a la machi: "Nosotras hemos venido con la<br />

lava <strong>de</strong> esos volcanes. Nuestra patria está muy lejos <strong>de</strong> aquí. Uste<strong>de</strong>s también pertenecen a nuestro mundo...<br />

nuestra misión es sencillamente ayudarles". Ante la duda <strong>de</strong> los lugareños ellas explicaron: "No somos diosas,<br />

somos seres vivos como uste<strong>de</strong>s, sólo que para vivir allí en nuestro mundo necesitamos trasformarnos y esto<br />

uste<strong>de</strong>s no lo experimentarán hasta que hayan muerto. Si tienen dudas consulten a vuestros dioses y les dirán lo<br />

mismo".<br />

Los mapuche celebraron un nguillatún y le preguntaron al Pillán. El se les apareció en una nube plomiza y les<br />

dijo que no temieran, que eran hijas <strong>de</strong>l bien y venían a ayudarles en paz. Entonces, las aceptaron y pensaron:<br />

"Son las que vuelven al mundo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muertas". Una <strong>de</strong> las jóvenes se llamaba Antirayén (Flor <strong>de</strong>l Sol) y la<br />

otra Currirayén (Flor Oscura).<br />

"Las jóvenes pre<strong>de</strong>cían el futuro, sabían cuándo iba a salir el sol y habría <strong>de</strong> llover; or<strong>de</strong>naban cesar las<br />

erupciones volcánicas cuando éstas hacían su aparición, curaban las enfermeda<strong>de</strong>s a través <strong>de</strong> la mente, les<br />

enseñaban a tejer, a cuidar animales y cultivar algunas plantas para su alimentación, como <strong>de</strong>l futuro <strong>de</strong> este<br />

pueblo prediciéndoles lo que les acontecería en corto tiempo a la raza mapuche con la llegada <strong>de</strong> un nuevo<br />

pueblo con costumbres bélicas. Esto no preocupó mayormente a los araucanos, porque se consi<strong>de</strong>raban<br />

invencibles en la guerra". Las jóvenes se <strong>de</strong>sesperaron pues sólo pudieron convencer a unos pocos toquis, pero


en una asamblea lograron que se enviara a Nahueltraro a ver lo que ya estaba sucediendo en otros lugares. Este<br />

siguió el camino <strong>de</strong>l Inca y siguió por la cordillera mucho más al norte hasta llegar a la tierra <strong>de</strong> Moctezuma.<br />

Al regresar, Nahueltraro narró lo que había visto y dio testimonio <strong>de</strong> que lo que <strong>de</strong>cían las jóvenes era cierto:<br />

un pueblo lleno <strong>de</strong> codicia y ansias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r iba sometiendo todas las tierras que pisaba. Así, los mapuche se<br />

pusieron alerta y en un juramento colectivo prometieron no <strong>de</strong>jar pasar a los extranjeros y acordaron limitar el<br />

territorio <strong>de</strong>l Bío Bío al Toltén como barrera contra los invasores.<br />

"Cuando todos hubieron comprendido lo suficiente, murieron Antirayén y Currirayén y en el momento <strong>de</strong><br />

sepultarlas <strong>de</strong>saparecieron". (58)<br />

Po<strong>de</strong>mos observar, en primer lugar, la función <strong>de</strong> "ayuda" y "protección" que entregan Antirayén y Currirayén,<br />

las cuales no se <strong>de</strong>finen como "diosas", pero que sí poseen po<strong>de</strong>res y son "parientes" <strong>de</strong> los mapuche. Lo que nos<br />

parece <strong>de</strong> gran interés en esta narración es que estas dos mujeres aparecen como las <strong>de</strong>positarias <strong>de</strong> un saber<br />

cultural que dan a conocer a la comunidad (<strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que ésta no lo poseía). Así, Antirayén y<br />

Currirayén enseñan a tejer, a cuidar animales y a cultivar algunas plantas alimenticias. Vale <strong>de</strong>cir, son las que<br />

dan origen a la textilería, la gana<strong>de</strong>ría y la agricultura.<br />

Otra misión <strong>de</strong> estas mujeres, que son también oráculos y curan<strong>de</strong>ras, es la <strong>de</strong> "preparar" al pueblo para la guerra<br />

contra los españoles, darles a conocer el carácter <strong>de</strong> éstos y posibilitar la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su territorio. En la versión <strong>de</strong><br />

Mayo Calvo, esta capacidad <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir el futuro aparece como el rasgo fundamental, tal vez por ello sean<br />

nominadas como machis, sus "fuerzas mayores" quedan expresadas en el hecho <strong>de</strong> que habrían vivido doscientos<br />

años en el lugar <strong>de</strong> Coñaripe.<br />

De esta manera, se podría <strong>de</strong>cir que en este mito, dos mujeres aparecen como "fundadoras" culturales <strong>de</strong> algunas<br />

industrias mapuche y, como protectoras que "salvan" -en sentido figurado- al pueblo, al anunciar la guerra y<br />

obligar a la preparación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus tierras.<br />

Recapitulando, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que lo femenino, en el discurso mítico mapuche, aparece a través <strong>de</strong> una<br />

multiplicidad <strong>de</strong> siluetas que adquieren diversos atributos, mostrando la intrincada trama que el imaginario<br />

indígena teje <strong>de</strong> sus representaciones. Así, por una parte lo femenino simboliza una trasgresión <strong>de</strong> las normas<br />

sociales, la ruptura <strong>de</strong> la reciprocidad entre las familias y la virtualidad <strong>de</strong> una "usurpación" <strong>de</strong> la posición y<br />

po<strong>de</strong>r masculinos (Sumpall y princesa-garza). Por otro lado, adquiere una faz <strong>de</strong> restauradora <strong>de</strong>l equilibrio y <strong>de</strong><br />

"compensadora" <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s económicas a través <strong>de</strong> un "asesinato" (Sumpall que castiga a un rico).<br />

Pero, también lo femenino surge como cuerpo sacrificable en aras <strong>de</strong> la fertilidad y <strong>de</strong>l bienestar. El amor <strong>de</strong> la<br />

mujer la hace ser una feliz víctima <strong>de</strong> su inmolación. Su "ser" es ofrenda por su cualidad <strong>de</strong> reproducir y<br />

producir, por ello es la víctima por excelencia que permite la continuidad y la armonía <strong>de</strong> la comunidad<br />

(Segünpan y Millaray).<br />

Por último, y en un sentido similar al anterior, las antepasadas mujeres se erigen<br />

como fundadoras culturales y propiciadoras <strong>de</strong> la continuidad <strong>de</strong> los mapuche,<br />

toda vez que lo preparan para resistir el exterminio <strong>de</strong> la guerra. Es <strong>de</strong>cir, por un<br />

lado les entregan oficios y artes que permiten la reproducción familiar y, por el<br />

otro, los previenen <strong>de</strong> la guerra y <strong>de</strong> su necesidad <strong>de</strong> resistencia.


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Derechos <strong>de</strong> Autor<br />

Sonia Montecino<br />

Sol Viejo, Sol Vieja: Lo femenino en las representaciones mapuche<br />

Edición en papel:<br />

© 1995 SERNAM, Servicio Nacional <strong>de</strong> la Mujer<br />

Inscripción N· 92.223<br />

Producido por CEDEM, Centro <strong>de</strong> Estudios para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Mujer.<br />

Fotos : Rolf Foerster, Hans Gun<strong>de</strong>rmann, Gilberto Sánchez, Angélica Wilson, Caalendario Platería<br />

Mapuche, Compañía <strong>de</strong> Teléfonos <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, 1989<br />

Foto Portada : Archivo CEDEM<br />

Grecas : Extraidas <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> Lengua y Literatura Mapuche N· 3, 1988 y N· 4, 1990 y Archivo CEDEM<br />

Dibujos grecas : Francisca Yáñez<br />

Edición Electrónica:<br />

© 1996 <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática<br />

HTML, reprocesamiento <strong>de</strong> fotografías y gráficos, Oscar E. Aguilera F.


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Prólogo<br />

Sonia Montecino (1)<br />

De lachos a machos tristes: la ambivalencia <strong>de</strong> lo<br />

masculino en <strong>Chile</strong>.<br />

Ha llegado la hora vestida <strong>de</strong> pánico<br />

en la cual todas las vidas carecen <strong>de</strong> sentido,<br />

carecen <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino, carecen <strong>de</strong> estilo y <strong>de</strong> espada,<br />

carecen <strong>de</strong> dirección, <strong>de</strong> voz...<br />

un mito enorme, equivocado, rupestre, <strong>de</strong> rumiante<br />

fue el existir; y restan las chaquetas solas <strong>de</strong>l<br />

ágape inexorable, las risas caídas y el<br />

arrepentimiento invernal <strong>de</strong> los excesos,<br />

cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía<br />

las mujeres que quería,<br />

y un revólver <strong>de</strong> hombre a la cintura.<br />

Fallan las glándulas<br />

y el varón genital intimidado por el yo rabioso,<br />

se recoge a la medida <strong>de</strong>l abatimiento o<br />

atar<strong>de</strong>ciendo araña la perdida felicidad en los<br />

escombros; el amor nos agarró y nos estrujó como<br />

a limones <strong>de</strong>sesperados,<br />

yo ando lamiendo su ternura...<br />

(Pablo <strong>de</strong> Rokha, Canto <strong>de</strong>l macho anciano).<br />

La hora vestida <strong>de</strong> pánico<br />

Pareciera ser que a finales <strong>de</strong>l siglo XX esa hora vestida


<strong>de</strong> pánico ha comenzado a llegar, y que las antiguas<br />

concepciones respecto a la masculinidad están siendo<br />

puestas en cuestión. A pesar <strong>de</strong> que todavía muchos<br />

creen que tener un "revólver <strong>de</strong> hombre puesto en la<br />

cintura" y que "ser hermoso como un toro negro" atrae a<br />

todas las mujeres, cada vez es más creciente la<br />

interrogación respecto al lugar <strong>de</strong> lo masculino en la<br />

vida social, en la familia, en la pareja. Interrogación que<br />

sin duda emerge <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que esa suerte <strong>de</strong> "revolución<br />

cultural", que ha traído consigo la ampliación <strong>de</strong>l lugar<br />

<strong>de</strong> las mujeres, ha permitido formular la pregunta ¿qué<br />

es ser un hombre<br />

El advenimiento <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> género trajo como<br />

corolario la necesaria cuestión <strong>de</strong> indagar en las formas<br />

en que se construye la masculinidad. Hablar <strong>de</strong> género<br />

supone concebir lo femenino y lo masculino, el ser<br />

mujer o ser hombre como una construcción cultural y<br />

social <strong>de</strong> las diferencias sexuales; al enten<strong>de</strong>r el género<br />

como algo que se crea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cultura sobre las<br />

particularida<strong>de</strong>s sexuales o biológicas, se está<br />

asumiendo que ningún atributo asignado es inmutable y<br />

asimismo que cada sociedad tendrá su propio repertorio<br />

<strong>de</strong> rasgos y <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> género. Utilizar también este<br />

término ha tenido como consecuencia el indagar en las<br />

relaciones que se dan entre mujeres y hombres en las<br />

distintas comunida<strong>de</strong>s humanas; relaciones que pue<strong>de</strong>n<br />

ser <strong>de</strong> varios tipos: <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad, <strong>de</strong><br />

complementariedad, <strong>de</strong> subordinación, <strong>de</strong> igualdad. Sin<br />

duda, en muchas socieda<strong>de</strong>s lo que ha prevalecido han<br />

sido las relaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad y en muchas otras se<br />

da una combinación <strong>de</strong> acuerdo a las esferas <strong>de</strong> la vida<br />

social <strong>de</strong> que se trate.<br />

Por otra parte, el concepto <strong>de</strong> género ha permitido una<br />

concepción más plural <strong>de</strong> las personas. En ese sentido<br />

podríamos <strong>de</strong>cir que es una superación <strong>de</strong>l concepto<br />

universal <strong>de</strong> La Mujer, que sólo veía un atributo como<br />

central olvidando los <strong>de</strong>más que constituyen a los<br />

sujetos. Las teorías <strong>de</strong> género apuntan a una mirada que <strong>de</strong>vela a las personas tanto por su género, como<br />

por su clase, su edad, su etnia y su historia particular. Así entonces <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este concepto no podríamos<br />

hablar ni <strong>de</strong> La Mujer, ni <strong>de</strong>l Hombre como universales, como esencias, como fijos e idénticos a sí<br />

mismos, sino que como plurales: hombres y mujeres singulares que habitan un espacio <strong>de</strong>terminado.


De este modo, cuando a finales <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los 70 comenzó a socializarse el término género en el<br />

Primer Mundo, una serie <strong>de</strong> reflexiones sobre lo masculino se <strong>de</strong>splegaron en el universo <strong>de</strong> las ciencias<br />

sociales y en la literatura colocando en el escenario un problema que hasta entonces no se había tocado.<br />

Este vacío estuvo relacionado a nuestro juicio con un doble movimiento: por un lado, por el hecho <strong>de</strong><br />

que las teorías sobre La Mujer habían reificado una imagen <strong>de</strong> Hombre dada por el uso <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong><br />

patriarcado como sistema universal y omnipresente, dibujando una silueta masculina estereotipada e<br />

idéntica para todas las socieda<strong>de</strong>s; por el otro, el hecho <strong>de</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muchas disciplinas como en el<br />

psicoanálisis, la propia filosofía, la historia, "el hombre" aparecía como un sujeto incuestionable;<br />

preguntarse por qué ser un hombre contenía a toda la humanidad, con lo cual era imposible plantearse el<br />

asunto como un problema <strong>de</strong> género, y más aún la propia pregunta no podía ni siquiera modularse.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que el mismo psicoanálisis consi<strong>de</strong>ra un rasgo histérico el que la mujer interrogue su<br />

condición -dado que él mismo piensa que esa condición no es más que una inexistencia, o una carencia<br />

como diría Lacan.<br />

Por otro lado, en distintas socieda<strong>de</strong>s contemporáneas ya sea el <strong>de</strong>splazamiento masivo <strong>de</strong> las mujeres<br />

<strong>de</strong> "la casa a la calle", al mundo laboral, al universo <strong>de</strong> lo público, o sus movimientos reivindicativos,<br />

han puesto en jaque las antiguas maneras <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r las relaciones entre hombres y mujeres. Aun<br />

cuando es sabido que la "salida" <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> la casa les ha significado asumir una triple jornada, es<br />

claro que se ha provocado un cambio <strong>de</strong> posicionamiento, un cambio <strong>de</strong> "lugar propio" -o como dice<br />

Adriana Valdés un <strong>de</strong>slizamiento al "corral ajeno"- que ha tenido como consecuencia un "malestar", un<br />

removerse, una negociación y un ce<strong>de</strong>r por parte <strong>de</strong> los hombres . Este proceso aunque no está<br />

suficientemente documentado en nuestro país se percibe y podríamos <strong>de</strong>cir que aún habiendo<br />

continuida<strong>de</strong>s, por ejemplo en la construcción simbólica <strong>de</strong> lo femenino y <strong>de</strong> lo masculino, hay cambios<br />

en el plano <strong>de</strong> lo social y económico que evi<strong>de</strong>ntemente tendrán su correlato -en un tiempo más- sobre<br />

las i<strong>de</strong>ologías <strong>de</strong> género.<br />

Es una hora entonces "vestida" <strong>de</strong>l pánico que produce la interrogación sobre las diferencias en un<br />

mundo en don<strong>de</strong> las mujeres comienzan a ocupar los espacios <strong>de</strong> los hombres, y en muchos casos, como<br />

ocurre en nuestras socieda<strong>de</strong>s mestizas, en don<strong>de</strong> prevalece su dominio materno agregándosele otros en<br />

don<strong>de</strong> también pue<strong>de</strong> ejercer su autoridad. Es claro que estamos ante la hora -en algunos países por<br />

supuesto más que en otros- en don<strong>de</strong> el asunto <strong>de</strong> la "indiferenciación" o diferenciación <strong>de</strong> género se<br />

torna crucial. Y esto no es algo banal puesto que sitúa el tema en los cambios culturales que posibilitan<br />

transformaciones en los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> género; cambios que sin lugar a dudas van<br />

aparejados con procesos <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n económico y político (en el caso <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> re<strong>de</strong>mocratización y<br />

neoliberalismo, por ejemplo son dos caras <strong>de</strong> un cuerpo social que en pocas décadas ha adoptado nuevos<br />

contornos y ha modificado las relaciones <strong>de</strong> género).<br />

Algunos autores, como René Girard, sostienen que la indiferenciación conduce a la violencia, que hay<br />

una necesidad <strong>de</strong> preservar las alterida<strong>de</strong>s; en el tema que nos ocupa es preciso tener en consi<strong>de</strong>ración<br />

que la igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s entre hombres y mujeres no tiene por qué eclipsar y anular las<br />

diferencias entre femenino y masculino. El <strong>de</strong>safío parece ser el <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> nuevos espacios y<br />

rasgos diferenciales que no supongan <strong>de</strong>svalorizaciones por estar asociados a un <strong>de</strong>terminado género.


Pero eso nos enfrenta a un problema <strong>de</strong> re-elaboración cultural, <strong>de</strong> cambio civilizatorio y <strong>de</strong> proyectos<br />

sociales globales que "piensen" a mujeres y hombres en un universo <strong>de</strong> complementarieda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong><br />

solución a las inequida<strong>de</strong>s sin hacer tabla rasa <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad personal, social, humana;<br />

<strong>de</strong> un sí mismo que requiere respeto a su singularidad. Nos enfrenta así a la necesidad <strong>de</strong> una fisura en<br />

los mo<strong>de</strong>los sociales, a una abertura fundamental, a una reflexión que explore si el acento colectivo se<br />

pone sobre lo homogéneo o sobre lo diverso.<br />

Pero esta hora, como hemos dicho, ha sido importante para el levantamiento <strong>de</strong> una duda, una duda<br />

sobre lo que se creía resuelto, a saber, que "los hombres" lo tenían todo <strong>de</strong>finido, que gozaban <strong>de</strong> su<br />

privilegio <strong>de</strong> género dominante y que por el sólo hecho <strong>de</strong> serlo podían aspirar a una vida más plena o al<br />

menos más gloriosa en lo social; por tener el po<strong>de</strong>r -me refiero al po<strong>de</strong>r público- una faz masculina, la<br />

potestad <strong>de</strong> los hombres aparecía garantizada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento. Sin embargo, las indagaciones y las<br />

propias experiencias existenciales han comenzado -con fuerza en el Primer Mundo- a trizar esa imagen.<br />

La historiadora francesa Elizabeth Badinter recoge en su libro XY la I<strong>de</strong>ntidad Masculina muchas <strong>de</strong><br />

esas "torsiones" a la figura masculina. Así por ejemplo, sostiene que el proceso <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los<br />

hombres es mucho más "dramático" que el <strong>de</strong> las mujeres puesto que la masculinidad se <strong>de</strong>fine como<br />

todo aquello que no es femenino: "...<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su concepción el embrión masculino "lucha" para no ser<br />

femenino. Nacido <strong>de</strong> una mujer, mecido en un vientre femenino, el niño macho, al contrario <strong>de</strong> lo que<br />

suce<strong>de</strong> con la hembra, se ve con<strong>de</strong>nado a marcar diferencias durante la mayor parte <strong>de</strong> su vida... Para<br />

hacer valer su i<strong>de</strong>ntidad masculina <strong>de</strong>berá convencerse y convencer a los <strong>de</strong>más <strong>de</strong> tres cosas: que no es<br />

una mujer, que no es un bebé y que no es homosexual". (2)<br />

De este modo según la autora habría una fórmula común a todas las socieda<strong>de</strong>s: la femineidad aparece<br />

como natural, mientras que la masculinidad se adquiere pagándola muy cara, como lo evi<strong>de</strong>ncian las<br />

constantes pruebas <strong>de</strong> virilidad que se expresan en la frase: "<strong>de</strong>muestra que eres un hombre". Así<br />

entonces se podría <strong>de</strong>cir que la masculinidad se construye, que no está dada. Pero está claro que hoy en<br />

día el sistema <strong>de</strong> referencias no es muy preciso y que el hombre <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> siglo no sabe cómo<br />

<strong>de</strong>finirse. Los teóricos <strong>de</strong> las ciencias humanas en Norteamérica -que realizaron los primeros estudios<br />

científicos sobre la masculinidad- hablaron <strong>de</strong> la "ilusión viril" y <strong>de</strong> que la clase, la edad, la etnia o la<br />

preferencia sexual relativizaban y pluralizaban las masculinida<strong>de</strong>s. En los sistemas patriarcales -<br />

sostendrá Badinter- se juzga a los hombres como más fuertes, valientes, responsables y con po<strong>de</strong>r. La<br />

libido dominante fundamentaba la virilidad y si el "dominante es dominado por su dominio" ello<br />

constituía parte <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad masculina. Al <strong>de</strong>saparecer esa "ilusión viril" se produciría un vacío: "hay<br />

motivos suficientes para provocar el vértigo entre los jóvenes, que <strong>de</strong>ben enfrentarse a dos escollos: no<br />

ser suficientemente macho o serlo <strong>de</strong>masiado". (3)<br />

Un revólver <strong>de</strong> hombre a la cintura o un mito enorme, equivocado, rupestre.


Como la masculinidad es un constructo, se hace evi<strong>de</strong>nte que la mirada <strong>de</strong>be tornarse hacia las<br />

especificida<strong>de</strong>s culturales que "producen" <strong>de</strong>terminados tipos <strong>de</strong> hombres, y también es imprescindible<br />

el recurso a la historia para conocer los cambios o las mantenciones <strong>de</strong> los patrones <strong>de</strong> género. En ese<br />

sentido nuestra historia genera varias masculinida<strong>de</strong>s emergidas <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong>l mestizaje, <strong>de</strong> la<br />

colonización y <strong>de</strong> la vida republicana. La tematización <strong>de</strong> las formas en que se ha constituido la<br />

masculinidad en <strong>Chile</strong> es incipiente (4) y por ello son valiosos los aportes que escritores e historiadores<br />

realizan en el libro que prologamos. Valiosos, por cuanto conforman un primer intento <strong>de</strong> acercarse a un<br />

problema que es teórico y que es disciplinario, y que comporta, asimismo, una mímesis con el "objeto" a<br />

tratar. Hablar <strong>de</strong> lo masculino, es hablar <strong>de</strong> una experiencia personal y no es fácil <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> las<br />

estructuras inconscientes, <strong>de</strong> la gramática que or<strong>de</strong>na las jerarquías y las relaciones entre los géneros.<br />

Una posible lectura <strong>de</strong> estos aportes sería la siguiente:<br />

Los machos tristes <strong>de</strong> Darío Oses. El autor ancla su mirada en el problema que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong><br />

relacionarse hombres y mujeres, "<strong>de</strong> tener que tomar en cuenta al otro para vivir", dice. Su<br />

planteamiento central se afinca en lo complicado que resulta "graduarse" <strong>de</strong> hombre y en la necesidad <strong>de</strong><br />

ten<strong>de</strong>r a pensar el género como un continuo masculino-femenino. A través <strong>de</strong> la simbólica <strong>de</strong>l Don Juan<br />

va <strong>de</strong>mostrando el ''paradigma <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad masculina fálica y aventurera" como utopía inalcanzable.<br />

El Don Juan envejecido sería similar al "varón genital intimidado por el yo rabioso" <strong>de</strong> Pablo <strong>de</strong> Rokha<br />

en su "Canto <strong>de</strong>l macho anciano". Por otro lado, este Don Juan tiene otra <strong>de</strong> sus caras en el "macho<br />

agresivo" que compite por po<strong>de</strong>r y dinero. Para Oses la asunción <strong>de</strong> la masculinidad es un "alar<strong>de</strong> ritual"<br />

y cuenta cómo él lo pa<strong>de</strong>ció en carne propia. Por último, es muy interesante la figura que rescata <strong>de</strong>l<br />

"macho triste" que emergerá en <strong>Chile</strong> a partir <strong>de</strong>l Golpe por la relación <strong>de</strong> subordinación que imponen<br />

"otros machos más po<strong>de</strong>rosos, que tienen ametralladoras y tanques, y que son los únicos que pue<strong>de</strong>n<br />

salir <strong>de</strong> noche". Los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> género masculino enfrentarán así un nuevo ritual: el <strong>de</strong> la sumisión.<br />

Del padre ausente al presente. Marco Antonio <strong>de</strong> la Parra aborda la figura <strong>de</strong>l padre como constitutiva<br />

<strong>de</strong> la masculinidad y cómo sus cambios van configurando nuevas maneras <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r la<br />

constitución <strong>de</strong> los géneros. Para el autor "casi toda la mo<strong>de</strong>rnidad ha sido un discurso tejido en contra<br />

<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l padre". La situación <strong>de</strong> proveedor ha <strong>de</strong>jado al padre ausente, lejos <strong>de</strong>l hogar, y entonces<br />

la madre se torna en la principal transmisora <strong>de</strong> su simbólica ("la Madre conjura y él tan sólo confirma"<br />

dirá <strong>de</strong> la Parra). La tesis <strong>de</strong> este artículo es que el proceso civilizatorio ha ido atenuando la<br />

masculinidad, así por ejemplo se <strong>de</strong>svitalizarían los sentimientos agresivos y la propia <strong>de</strong>mocracia<br />

traería consigo la presencia <strong>de</strong> los débiles que luchan por tener un lugar. A través <strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong> la<br />

culinaria el autor muestra cómo en el ritual <strong>de</strong>l asado aún pervive como en sordina la fortaleza <strong>de</strong> lo<br />

masculino, por sobre el conglomerado <strong>de</strong> una "cocinería" que privilegia hoy lo pequeño, lo vegetariano,<br />

el plato que no chorrea. Sin embargo los cambios son múltiples y no <strong>de</strong>l todo asimilados tanto por<br />

hombres como por mujeres: los primeros han ganado en "<strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za y afecto", las segundas en<br />

"competir cuerpo a cuerpo", pero habría una peligrosa indiferencia (la "androginia peterpanesca <strong>de</strong><br />

Michael Jackson"). Con todo, <strong>de</strong> la Parra sostendrá que es importante esta nueva experiencia, y que tal<br />

como la naturaleza bisexual <strong>de</strong>l trabajo creativo <strong>de</strong>beríamos asumir lo paterno y lo materno en cada uno<br />

<strong>de</strong> los géneros.


Las transmutaciones <strong>de</strong> los géneros. A través <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong>l poema <strong>de</strong> Gabriela Mistral "Caperucita y<br />

el Lobo" y <strong>de</strong> la novela El Viejo Almendral <strong>de</strong> Joaquín Edwards Bello, Jorge Guzmán entrega una visión<br />

<strong>de</strong> la compleja construcción simbólica <strong>de</strong>l género que tiene sus supuestos en las categorías <strong>de</strong><br />

pensamiento blanco/no blanco que caracterizarían a nuestros territorios mestizos. El género aparece así<br />

intersectado por categorías <strong>de</strong> clase, etnia y edad. Con el ejemplo <strong>de</strong> Gabriela Mistral se ilustra cómo la<br />

relación sexual entre hombre y mujer está teñida <strong>de</strong> etnicidad y <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> colonización.<br />

El hombre es categorizado como un animal oscuro (el lobo), violento y engañador: "En este poema la<br />

hablante mistraliana muestra su aversión al macho en cuanto pareja amorosa, y para ello habla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

código blanco, <strong>de</strong> modo que lo blanco es lo respetado, lo bueno, pero también lo maltratado".<br />

En el caso <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong> Edwards Bello, también asistimos a una categorización <strong>de</strong> género dada por la<br />

pertenencia étnica: lo positivo está asociado a los ingleses y lo negativo a criollos; sin embargo, la madre<br />

es alegorizada en la figura <strong>de</strong> una india sirvienta. En la novela se ve que la visión <strong>de</strong> lo femenino es<br />

ambivalente: se lo <strong>de</strong>sprecia, pero a la vez se lo percibe como esencial e incluso superior (en tanto<br />

madre). Los hombres, son representados como infelices, alcohólicos, redimidos por las sirvientasmadres.<br />

Así es posible reconocer una "inversión" en los términos hombre-mujer en los dos autores (que bien<br />

pue<strong>de</strong> representar "una inversión curiosísima operada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> la sociabilidad chilena", como<br />

dice el autor): el hombre está categorizado en tanto macho como violento, disfrutante, alegre, pero al<br />

transmutarse en padre o marido -es <strong>de</strong>cir, cuando la conyugalidad y la filiación se hacen presentes- se<br />

convierte en borracho, abandonador o infeliz. Mujer, pue<strong>de</strong> ser categorizada como la violada, la<br />

"zumbada", la tirada, pero en tanto madre ella se convierte en la dueña <strong>de</strong>l mundo, en la administradora<br />

y or<strong>de</strong>nadora <strong>de</strong> la realidad; po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Madre que pue<strong>de</strong> estar en el bien o en el mal. Estas<br />

transmutaciones <strong>de</strong> los géneros operarían según el autor por la estructura i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong> lo blanco/ no<br />

blanco en que oscilamos en América Latina.<br />

Las utopías <strong>de</strong>l intercambio <strong>de</strong> mujeres. José Bengoa, por su lado, intenta trazar la historicidad <strong>de</strong> los<br />

géneros en <strong>Chile</strong> haciendo un análisis que toca al mundo mapuche en tanto comunidad originaria, los<br />

procesos <strong>de</strong> colonización, el mundo hacendal y por último el Estado. La hipótesis <strong>de</strong>l autor es que el<br />

intercambio <strong>de</strong> mujeres en todas las épocas ha sido una constante subterránea que ha implicado la<br />

circulación <strong>de</strong> éstas donando un mundo, creando la cocina y articulando una memoria que atraviesa el<br />

tiempo. Sin embargo, tras este intercambio se percibe la masculinidad como dominante y estructuradora<br />

<strong>de</strong> la organización social: "Me atrevería a asegurar que el primer componente <strong>de</strong> la masculinidad en<br />

<strong>Chile</strong> es la patrilinealidad, esto es, la conciencia absolutamente generalizada <strong>de</strong> que el sentido <strong>de</strong> la<br />

historicidad pasa por el hombre", dice el autor. En el período colonial Bengoa hace resaltar el tema <strong>de</strong>l<br />

honor y <strong>de</strong> la primogenitura como bases para la constitución <strong>de</strong> la masculinidad, lo cual sería un gesto <strong>de</strong><br />

la cultura española trasplantada. En el mundo hacendal será la figura <strong>de</strong>l patrón la que eclipse el mo<strong>de</strong>lo<br />

masculino; allí el proceso <strong>de</strong> mestizaje y la potestad <strong>de</strong>l "gran señor y rajadiablos" teñirá el "intercambio<br />

<strong>de</strong> mujeres" <strong>de</strong> violencia y vasallaje. Sin embargo ese proceso estará también signado por la "atracción"<br />

<strong>de</strong> personas <strong>de</strong> clases distintas, generando una suerte <strong>de</strong> "fenómeno integrativo". Así la mezcla entre<br />

amor/odio, entre atracción y humillación formará parte <strong>de</strong> las relaciones entre hombres y mujeres. El<br />

Estado, por su lado, construido por los hombres a su imagen y semejanza, vendrá a articular una cierta


noción <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, que también estará marcada por la relación subordinación/integración (la<br />

cual recuerda la relación entre los géneros en el mundo hacendal). Por último, para el autor "las mujeres<br />

construyeron la primera sociedad <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>" y aunque en la trastienda serían las hacedoras <strong>de</strong> nuestra<br />

cultura en el incesante juego <strong>de</strong> sus intercambios exogámicos.<br />

Los lachos andariegos, fuertes y sumisos <strong>de</strong> Jorge Pinto dan cuenta <strong>de</strong> una realidad específica a la zona<br />

norte <strong>de</strong> nuestro país, pero bien pue<strong>de</strong>n reflejar un cierto repertorio <strong>de</strong> atributos masculinos y <strong>de</strong><br />

constitución <strong>de</strong>l género masculino. Es notable la mímesis que el autor establece cuando subtituló su<br />

artículo como el "testimonio <strong>de</strong> un historiador" (recor<strong>de</strong>mos que testimonio significa testigo <strong>de</strong> una<br />

situación, alguien que ha vivido algo y lo cuenta). En ese sentido este texto tiene un doble valor, el <strong>de</strong> la<br />

cercanía con el "objeto" y el <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> una historia. La i<strong>de</strong>a central <strong>de</strong> Pinto es que la figura <strong>de</strong>l<br />

lacho representa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo el machismo, un machismo que es legitimado por las propias mujeres.<br />

Los lachos eran hombres que vivían con mujeres que tenían "vida licenciosa", a las cuales protegían y <strong>de</strong><br />

las cuales obtenían una "relación afectiva que les diera sentido a su existencia". Para el autor ser hombre<br />

significa "beneficios y presiones" que implican un continuo <strong>de</strong>sdoblamiento que los impele a la<br />

búsqueda <strong>de</strong>l afecto. Así el dominio ejercido, por un lado, y la búsqueda <strong>de</strong> afectividad, por el otro,<br />

serían los dos motores que impulsan la vida <strong>de</strong>l hombre nortino. Esto se ve en el minero como macho<br />

dominante, pero que a la vez llega hasta la Virgen con toda la fragilidad y precariedad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>voto que<br />

está sujeto a dramáticas contingencias. Asimismo por influencia <strong>de</strong>l medio, este macho dominante y<br />

sumiso a la divinidad es también un andariego: "en ese medio se fueron fraguando conductas que quizás<br />

<strong>de</strong>rivaron en un machismo que alterna las figuras <strong>de</strong>l hombre fuerte, capaz <strong>de</strong> aventurarse por tierras<br />

<strong>de</strong>sconocidas en busca <strong>de</strong> sustento, con la <strong>de</strong>l macho seducido y aplacado por una mujer..."<br />

Machismo y sadomasoquismo <strong>de</strong>l género. Eduardo Devés retoma dos i<strong>de</strong>as en su artículo. Por una parte,<br />

la mentalidad machista <strong>de</strong> los mineros en Santa María <strong>de</strong> Iquique, y por otra la relación perversa entre<br />

una torturada y sus torturadores . En el primer caso Devés sostendrá la tesis <strong>de</strong> que el machismo -en<br />

tanto i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> género que implica valentía, conducción, penetración, osadía- fue uno <strong>de</strong> los motivos<br />

centrales que impulsaron a los obreros <strong>de</strong> Santa María en Iquique, a principios <strong>de</strong> este siglo, a inmolarse:<br />

"eran pampinos, rotos, machos, habían dicho que no se movían y no se moverían". Según el autor, el<br />

"orgullo, el empecinamiento y el mesianismo los enterró". Tras ello estaría la noción <strong>de</strong> "sacrificio"<br />

como forma <strong>de</strong> conceptualizar la <strong>de</strong>rrota, lo cual implica que se niega la realidad presente para afincarse<br />

en la victoria como futuro. En el segundo casos el autor tematiza el vínculo masculino-femenino en<br />

<strong>Chile</strong> a través <strong>de</strong> la alegoría <strong>de</strong> la "Flaca Alejandra". Se trataría <strong>de</strong> una relación sadomasoquista en<br />

don<strong>de</strong> las "hembras golpeadas y humilladas, (pero que) soportan enamoradas la bota que las pisotea<br />

mientras gimen lastimeros refranes <strong>de</strong> venganza". Esta relación según el autor permite analizar el nexo<br />

que ha tenido <strong>Chile</strong> con su dictador Pinochet. Es <strong>de</strong>cir, se hablaría <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> género que permite<br />

conocer las formas <strong>de</strong> estructuración <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong>l país con el po<strong>de</strong>r fáctico. (5) Se establece así<br />

una forma <strong>de</strong> pensar en dón<strong>de</strong> lo erótico y lo político se conjuntan para compren<strong>de</strong>r la legitimidad <strong>de</strong>l<br />

dictador en tanto figura icónica y real que ejerce su potestad <strong>de</strong> macho castigador. La clave simbólica<br />

que daría la Flaca Alejandra radicaría en su capacidad <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nsar el perdón y la reconciliación, la falta<br />

<strong>de</strong> principios y la capacidad <strong>de</strong> sobrevivencia.


E1 amor nos agarró y nos estrujó como a limones <strong>de</strong>sesperados, yo ando<br />

lamiendo su ternura...<br />

Es posible apreciar que las tematizaciones sobre el género masculino que realizan los autores oscilan<br />

entre dos vertientes: por un lado, en la necesidad <strong>de</strong> re-elaborar los atributos polares asignados a los<br />

géneros, y por el otro, en la ambigua constitución <strong>de</strong> la masculinidad y <strong>de</strong> las relaciones entre hombres y<br />

mujeres. Asimismo es <strong>de</strong>stacable el hecho <strong>de</strong> que las formas en que se dan las relaciones <strong>de</strong> género<br />

sirven <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo para compren<strong>de</strong>r las maneras en que se estructura el po<strong>de</strong>r, la política, la economía, la<br />

historia.<br />

Un punto es absolutamente sensible, a saber, el "malestar" que provoca el asumir un rol, que como diría<br />

Badinter, hay que estar "fabricando" constantemente; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la obsesión angustiosa <strong>de</strong>l Don Juan que<br />

necesita siempre una nueva mujer, hasta el lacho nortino que se <strong>de</strong>bate entre el dominio y la sumisión,<br />

pasando por el "macho" triste que es <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r (equivalente a la ausencia <strong>de</strong>l padre como<br />

figura constitutiva <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> género).<br />

Es notable el acento en un fenómeno que, al parecer, está muy ligado con nuestras particularida<strong>de</strong>s<br />

culturales: me refiero al hecho <strong>de</strong> que hay un cierto pensamiento común respecto a la ambivalencia <strong>de</strong><br />

los géneros. Es <strong>de</strong>cir, nada es completamente unívoco: el macho violento y castigador se pue<strong>de</strong><br />

transformar en un infeliz (el lobo, los obreros pampinos, el lacho y el macho triste, según Guzmán,<br />

Devés, Pinto y Oses); la mujer humillada, subordinada y violada; se pue<strong>de</strong> transmutar en la madre<br />

po<strong>de</strong>rosa, en la torturada que sobrevive, en la mujer transmisora <strong>de</strong> cultura (<strong>de</strong> acuerdo a Guzmán,<br />

Devés y Bengoa).<br />

Asimismo, hay otro fenómeno que es tematizado como ambiguo, entreverado. Las relaciones entre<br />

hombres y mujeres, que pue<strong>de</strong>n estar teñidas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, dominación y violencia -con su correlato <strong>de</strong> odio<br />

y aversión-, pue<strong>de</strong>n entrañar al mismo tiempo seducción, amor, pasión (como lo sostienen Guzmán,<br />

Bengoa y Devés). Así se produce una gran complejidad para enten<strong>de</strong>r los fenómenos <strong>de</strong> vínculos <strong>de</strong><br />

género interclase, interi<strong>de</strong>ologías o interétnicos. Podríamos <strong>de</strong>cir, con Pablo <strong>de</strong> Rokha, que el amor es el<br />

que estruja a hombres y mujeres como limones <strong>de</strong>sesperados, que la dialéctica amor/odio opera -y que<br />

bien pue<strong>de</strong> ser una buena clave para estudiar los fenómenos <strong>de</strong> violencia que atraviesan las relaciones <strong>de</strong><br />

género en muchas épocas históricas-.<br />

Por último, creo <strong>de</strong> enorme importancia esta ventana que abren los artículos <strong>de</strong> Diálogos sobre el género<br />

masculino en <strong>Chile</strong>, toda vez que nos permiten atisbar el rico y complicado laberinto <strong>de</strong> un tema como el<br />

<strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> lo masculino que nos lleva al <strong>de</strong>l género como elemento constitutivo <strong>de</strong> nuestra<br />

vida social. Las singularida<strong>de</strong>s que presentan los análisis dan cuenta <strong>de</strong> que la cultura y la historia son<br />

claves para enten<strong>de</strong>r cómo es que hombres y mujeres habitamos en este mundo y que hay<br />

particularida<strong>de</strong>s que es preciso explorar y profundizar. Ojalá sea este un primer camino y un estímulo


para una reflexión más sistemática y que aunque el amor nos haya estrujado como limones tenemos la<br />

esperanza <strong>de</strong> lamer su ternura.<br />

Ejes <strong>de</strong> lo femenino/masculino y <strong>de</strong> lo blanco/<br />

no blanco, en dos textos literarios<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Jorge Guzmán<br />

Ejes <strong>de</strong> lo femenino/masculino y <strong>de</strong> lo blanco/no<br />

blanco, en dos textos literarios<br />

Es un verda<strong>de</strong>ro placer que me hayan convidado a hablar<br />

sobre la articulación <strong>de</strong> las palabras "hombre" y "mujer" y<br />

<strong>de</strong> las palabras "padre" y "madre" en el vocabulario<br />

chileno, porque es uno <strong>de</strong> los temas que me parece más<br />

interesante en nuestra cultura.<br />

Voy a referirme a la relación "hombre"-"mujer",<br />

"padre"-"madre" que me parece haber en los textos <strong>de</strong> dos<br />

autores chilenos. Creo que es significativa. El primer autor<br />

que quiero ver es Gabriela Mistral; el otro es Joaquín<br />

Edwards en uno <strong>de</strong> sus libros: En el viejo Almendral.<br />

Quiero empezar por mostrar una conexión en un poema <strong>de</strong><br />

Gabriela Mistral que parece no tener relación, a primera<br />

vista, con nuestro tema. El poema se llama "Caperucita<br />

Roja". Debo recordar que todos sabemos que Caperucita<br />

Roja ha sido leída a lo largo <strong>de</strong> las interpretaciones<br />

textuales como una relación <strong>de</strong> seducción o violación.<br />

Aduzcamos que, efectivamente, la figura <strong>de</strong>l lobo es una<br />

figura que está en el folclore francés y en muchos otros<br />

como la <strong>de</strong>l seductor, el que "<strong>de</strong>vora" ovejas. Ahora, las<br />

razones para que esto sea así, las encontraremos<br />

fuertemente en el lenguaje chileno. Más a<strong>de</strong>lante, en la<br />

lectura que propondré <strong>de</strong> este poema, vamos a encontrar<br />

que en la versión poética <strong>de</strong>l cuento <strong>de</strong> Caperucita y el<br />

Lobo <strong>de</strong> Gabriela Mistral, los elementos sexuales y<br />

eróticos son mucho más intensos, mucho más marcados <strong>de</strong><br />

"The Little Red Riding Hood Project", Michael N. Salda<br />

(ed.), The <strong>de</strong> Grummond Children's Literature Research<br />

Collection, University of Southern Mississippi<br />

lo que lo son en la forma habitual <strong>de</strong>l cuentecito. Voy a citar el poema, y haré ver en seguida cuánto hay<br />

ahí <strong>de</strong> sexual. Dice:


Caperucita Roja visitará a la abuela<br />

que en el poblado próximo sufre <strong>de</strong> extraño mal.<br />

Caperucita Roja, la <strong>de</strong> los rizos rubios<br />

tiene el corazoncito tierno como un panal.<br />

A las primeras luces ya se ha puesto en camino<br />

y va cruzando el bosque con un pasito audaz.<br />

Sale al paso Maese lobo, <strong>de</strong> ojos diabólicos.<br />

"¡Caperucita Roja, cuéntame a dón<strong>de</strong> vas!".<br />

Caperucita es cándida como los lirios blancos.<br />

"Abuelita ha enfermado. Le llevo aquí un pastel<br />

y un pucherito suave, que se <strong>de</strong>rrite en jugo.<br />

¿Sabes <strong>de</strong>l pueblo próximo Vive a la entrada <strong>de</strong> él".<br />

Y ahora, por el bosque discurriendo encantada,<br />

recoge bayas rojas, corta ramas en flor.<br />

Y se enamora <strong>de</strong> unas mariposas pintadas<br />

que le hacen olvidarse <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong>l Traidor.<br />

El lobo fabuloso <strong>de</strong> blanqueados dientes<br />

ha pasado ya el bosque, el molino, el alcor,<br />

y golpea en la plácida puerta <strong>de</strong> la abuelita<br />

que le abre. ¡A la niña, ha anunciado el traidor!<br />

Ha tres días la bestia no sabe <strong>de</strong> bocado.<br />

¡Pobre abuelita inválida, quién la va a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r!<br />

... Se la comió riendo toda y pausadamente<br />

y se puso en seguida sus ropas <strong>de</strong> mujer.<br />

Tocan <strong>de</strong>dos menudos a la entornada puerta.<br />

De la arrugada cama, dice el Lobo: "¿Quién va".<br />

La voz es ronca. "Pero la abuelita está enferma",<br />

la niña ingenua explica. "De parte <strong>de</strong> mamá".<br />

Caperucita ha entrado, olorosa <strong>de</strong> bayas.<br />

Le tiemblan en las manos gajos <strong>de</strong> salvia en flor.<br />

"Deja los pastelitos; ven a entibiarme el lecho".<br />

Caperucita ce<strong>de</strong> al reclamo <strong>de</strong> amor.<br />

De entre la cofia salen las orejas monstruosas.<br />

"¿Por qué tan largas", dice la niña con candor.


Y el velludo engañoso, abrazando a la niña:<br />

"¿Para qué son tan largas Para oírte mejor".<br />

El cuerpecito tierno le dilata los ojos.<br />

El terror en la niña los dilata también.<br />

"Abuelita, <strong>de</strong>cidme ¿por qué esos gran<strong>de</strong>s ojos"<br />

"Corazoncito mío, para mirarte bien..."<br />

Y el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra<br />

tienen los dientes blancos un terrible fulgor.<br />

"Abuelita, <strong>de</strong>cidme ¿por qué esos gran<strong>de</strong>s dientes"<br />

"Corazoncito, para <strong>de</strong>vorarte mejor..."<br />

Ha arrollado la bestia, bajo sus pelos ásperos<br />

el cuerpecito trémulo, suave como un vellón,<br />

y ha molido las carnes y ha molido los huesos<br />

y ha exprimido como una cereza el corazón.<br />

Ahora, notemos cosas. En primer lugar, el poema, a diferencia <strong>de</strong>l cuento tradicional, no termina con la<br />

salvación <strong>de</strong> la Caperucita y la abuela. Se acaba allí, con la muerte <strong>de</strong> ambas. Lo que indica que esto<br />

tiene relación con otras cosas. Digamos simplemente que la matriz <strong>de</strong> este poema es obviamente el<br />

verbo "comer". El verbo comer entre nosotros tiene una serie <strong>de</strong> contenidos y entre ellos un contenido<br />

sexual que todos conocemos y que existe a<strong>de</strong>más en toda Hispanoamérica y también en España, y en<br />

otros idiomas . Comerse a una mujer es acostarse con ella, poseerla, gozarla. Esto se relaciona, por otro<br />

lado, con toda la enorme cantidad <strong>de</strong> palabras violentas que indican la relación sexual entre nosotros, por<br />

ejemplo, que un varón se "sirve" a la mujer. Luego, en una especie <strong>de</strong> perífrasis <strong>de</strong> lo mismo, se la<br />

"manda al pecho", que es consi<strong>de</strong>rarla ya líquida, consumible en una forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>glución veloz. También<br />

pue<strong>de</strong> ser que "se la zumbe". Zumbarse a alguien es golpearlo, maltratarlo y disfrutar <strong>de</strong>l mal trato.<br />

Pongamos un último ejemplo, todavía más violento, a la mujer "se la monta". Esto es consi<strong>de</strong>rarla a ella<br />

como un animal sumiso que es sometido a doma y a servilidad. El conjunto <strong>de</strong> estos predicados está<br />

ciertamente presente en el poema.<br />

Voy a enunciar rápidamente algunos <strong>de</strong> los elementos sexuales que obviamente están puestos aquí.<br />

Primero, vean uste<strong>de</strong>s cómo es la relación: "Ha arrollado la bestia bajo sus pelos ásperos el cuerpecito<br />

trémulo, suave como un vellón". La palabra "vellón" se usa frecuentemente para <strong>de</strong>signar el pelo púbico<br />

femenino. Este es uso literario repetido, está en la poesía y en todas partes. Luego son los "pelos<br />

ásperos", es pelo contra pelo, pelo áspero contra pelo suave. Eso es obviamente violencia sexual. Un<br />

poco antes tenemos el "cuerpecito tierno" (bueno para "comérselo", por eso es "tierno") le "dilata los<br />

ojos", que es un conocido síntoma <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo; un poco antes Caperucita "ce<strong>de</strong> al reclamo <strong>de</strong> amor".<br />

"Reclamo <strong>de</strong> amor" es la llamada sexual <strong>de</strong> los animales. Y Caperucita "ce<strong>de</strong>". La palabra "ce<strong>de</strong>r" se usa<br />

en el contexto sexual nuestro para indicar la aquiescencia sexual femenina, el momento en que una<br />

mujer acepta tener como pareja a un hombre. No creo que sea necesario mucho más, pero se podría


mencionar una cosa que quiero introducir posteriormente <strong>de</strong> nuevo, y es esto: la niña es "la <strong>de</strong> los rizos<br />

rubios". Este color <strong>de</strong> la niña, más la suavidad <strong>de</strong> ella, el gusto <strong>de</strong> ella por las flores, todas son cosas <strong>de</strong>l<br />

estereotipo blanco entre nosotros, <strong>de</strong>l estereotipo más respetado, más querido, más europeizado.<br />

Mientras él tiene "la boca negra". Estas dos ocurrencias introducen un elemento sobre el cual volveré<br />

posteriormente, que es el <strong>de</strong> la oposición entre lo blanco y lo que no es blanco, entre nosotros bastante<br />

importante como espero mostrar. Esto respecto <strong>de</strong> Caperucita.<br />

Ahora bien, se utilizan diversos predicados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l poema <strong>de</strong> la Mistral para caracterizar al hombre,<br />

leído como lo acabamos <strong>de</strong> proponer. E1 primero es, obviamente, animalidad; un lobo es, ante nada, un<br />

animal . Luego, violencia, es <strong>de</strong>cir, el animal avasalla a la abuela y a la niña. Luego incontrastabilidad:<br />

la parte femenina <strong>de</strong> estas duplas no pue<strong>de</strong> oponerse con éxito a la violencia que se ejerce con ella.<br />

Luego, hay por el lado <strong>de</strong> él el disfrute; muele los huesos, cuidadosa y lentamente, con obvio regocijo,<br />

"riendo". Disfrute que por lo <strong>de</strong>más se encuentra presente en todas las expresiones vulgares que<br />

<strong>de</strong>signan la cópula. Ese disfrute, lo mismo que en el lenguaje vulgar, está incorporado en el poema <strong>de</strong> la<br />

Mistral. Luego hay una superioridad física terrible <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l varón y, por último, hay el engaño. El<br />

engaño que es uno <strong>de</strong> los elementos salientes <strong>de</strong>l poema, dos veces se lo llama "Traidor" y una<br />

"engañoso". Recor<strong>de</strong>mos solamente que "engañar" significaba para la generación <strong>de</strong> nuestros abuelos,<br />

<strong>de</strong>svirgar a una mujer antes <strong>de</strong>l matrimonio. Todo esto está incorporado en la palabra "hombre" en<br />

cuanto pareja sexual. La posición <strong>de</strong>l hablante básico en los poemas <strong>de</strong> la Mistral es con<strong>de</strong>natoria <strong>de</strong>l<br />

macho. En este poema la hablante mistraliana muestra su aversión al macho en cuanto pareja amorosa, y<br />

para ello habla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el código blanco, <strong>de</strong> modo que lo blanco es lo respetado, lo bueno, pero también lo<br />

maltratado.<br />

Para aclarar las cosas, digamos que la hablante mistraliana pue<strong>de</strong> ser blanca o ser no blanca. En ambos<br />

casos sufre, pero es distinto el código en que se dice el sufrimiento y, por tanto, distinto el sufrimiento.<br />

Hay casos en que la pareja sexual femenina es no blanca y es también abusada, pero la hablante produce<br />

su discurso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lado no blanco y, consecuentemente, el sufrimiento es otro.<br />

Un poco más <strong>de</strong>licado, pero no mucho más, es el libro <strong>de</strong> Joaquín Edwards, En el viejo Almendral. Hay,<br />

para empezar, una distinción expresa entre blancura y no blancura que corre por todo el libro <strong>de</strong><br />

Edwards, a veces, con una consi<strong>de</strong>rable violencia, pero también, a veces, con una confusa ternura.<br />

Presentaré una cita, que está en la página 24 <strong>de</strong>l libro, pero se podría seguir citando in<strong>de</strong>finidamente:<br />

"Los británicos en el colegio, en el comercio y en la sociedad se aíslan <strong>de</strong> los nativos. Sus comedores,<br />

sus dormitorios, sus juegos y retretes son cuidadosamente separados. En el colegio los alumnos ingleses,<br />

inseparables <strong>de</strong> sus profesores, estaban aislados como en los barcos <strong>de</strong> la Pacific Steam Navigation<br />

Company, don<strong>de</strong> hay solamente dos clases: ingleses y criollos". Esta división corre por todo el libro <strong>de</strong><br />

Edwards, y distingue a los personajes entre blancos y criollos. Los blancos son ingleses o son alemanes,<br />

en el caso <strong>de</strong> Valparaíso, porque En el viejo Almendral es una novela ambientada en el puerto. La lucha<br />

<strong>de</strong> clases es asimilada a esto mismo en el propio libro y dice (p.25): "En el colegio atisbé la lucha <strong>de</strong><br />

clases, lucha <strong>de</strong> clases o envidia, es lo mismo. Se trata <strong>de</strong> la fealdad contra la belleza, en sus diversas<br />

formas, la in<strong>de</strong>cencia contra la inocencia, lo oscuro contra la luz, el harapo contra la elegancia y<br />

limpieza". Naturalmente que los términos positivos correspon<strong>de</strong>n a los "ingleses" y los negativos a los<br />

"criollos".


Pero introduzcamos ahora un elemento raro. Hay un personaje en el libro que se llama Perpetua.<br />

Perpetua es una mujer <strong>de</strong> origen obviamente mapuche. Se la <strong>de</strong>scribe repetidamente con los rasgos<br />

correspondientes. Se habla <strong>de</strong>l grosor <strong>de</strong> su cabello, que es cosa que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el diario <strong>de</strong> Colón indica la<br />

relación con lo indio, y esta Perpetua es lo que vamos a ver en seguida. Dice (p.25): "La madre, la<br />

Perpetua <strong>de</strong> la casa, y el padre, lo creían a uno en la dulzura, en la inocencia y en el respeto, pero el<br />

colegio avienta todo eso. Los alumnos corrompidos se imponen la misión <strong>de</strong> nivelar con ellos a los niños<br />

sanos". Este pasaje es muy asombroso. Aquí la madre es "la Perpetua <strong>de</strong> la casa", o sea que en el libro <strong>de</strong><br />

Edwards, la madre, toda madre, en cuanto tal, es una india, es una mujer <strong>de</strong> la otra raza, es una mujer <strong>de</strong><br />

origen mapuche. Digamos al pasar que el caso es más notable <strong>de</strong> lo que parece, porque este niño es<br />

huérfano <strong>de</strong> madre, y Perpetua es empleada en su casa.<br />

Hay pues una relación entre raza, estructura <strong>de</strong> la sociedad chilena y la categoría masculino-femenino.<br />

Es bastante confuso, como uste<strong>de</strong>s ven. Es mucho más confuso que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Gabriela Mistral. La<br />

Perpetua esta pertenece por raza, plenamente al grupo <strong>de</strong> los mal vistos por el narrador, cuando él se<br />

pone en el lado blanco <strong>de</strong>l código. Ella pertenece al grupo que predomina aquí en América y que el<br />

narrador <strong>de</strong>scribe así (p. 43): "Predomina el quiltro humano, <strong>de</strong> in<strong>de</strong>finible pedigrí. En México, cuentan<br />

más <strong>de</strong> cincuenta tipos <strong>de</strong> mestizos. Un pintor <strong>de</strong>sconocido puso estos diversos tipos en pinturas<br />

sorpren<strong>de</strong>ntes, entre ellas hay nombres tan curiosos como Alvarazado, Tentetieso, Salto atrás y No te<br />

entiendo". Estos miserables, estos pobres tipos, son a<strong>de</strong>más respaldados en su <strong>de</strong>sgracia por las mujeres<br />

que los oprimen. Edwards, como uste<strong>de</strong>s saben, fue <strong>de</strong>cidido misógino.<br />

En la novela aparece otro personaje que es lo opuesto <strong>de</strong> Perpetua y que se llama Florencia. De esta<br />

Florencia, dice (p.63): "Ella solía reprochar a mi padre su alejamiento <strong>de</strong> los negocios <strong>de</strong> la bolsa y era<br />

en esos instantes cuando sus facciones tomaban un aire autoritario y <strong>de</strong>sagradable. Estaba al tanto <strong>de</strong><br />

diversas tretas <strong>de</strong> agio y hablaba <strong>de</strong>l asunto con seguridad chocante. '¡Si yo fuera hombre!', dijo cierta<br />

vez, y su rostro tomó entonces un aire audaz y cruel. (...) Se contaban historias <strong>de</strong> tretas bastantes sucias<br />

que a nadie escandalizaban siempre que los autores consiguieran los goals apetecidos. Según el criterio<br />

<strong>de</strong> las mujeres fuertes <strong>de</strong>l Puerto, el hombre está obligado a enriquecerse en primer lugar, y la fortuna,<br />

contante y sonante lava las manchas". El enredo aquí no pue<strong>de</strong> ser peor. El enredo valorativo: hay una<br />

mujer blanca, Florencia, que a<strong>de</strong>más conoce muy bien Europa, que es <strong>de</strong>l lado elegante <strong>de</strong> la sociedad<br />

chilena, que es una mujer ensuciada por esta misma mugre mestiza, mugre <strong>de</strong> quiltros que hay en el país,<br />

pero esta mujer infisionada es una opresora. El oprimido es el padre <strong>de</strong>l personaje narrador, hombre muy<br />

limpio <strong>de</strong> intención, muy bueno, pero a quien una mujer blanca entien<strong>de</strong> que <strong>de</strong>be oprimir para que se<br />

ensucie mestizamente. ¿Por qué mundo nos estamos moviendo ¿Qué es este enredo <strong>de</strong>smesurado que<br />

tiene Edwards El narrador <strong>de</strong> Edwards odia a los mestizos, odia el color oscuro, odia la secundariedad<br />

<strong>de</strong>l mestizo, eso es lo que le molesta. Le molesta terriblemente, y entien<strong>de</strong> que somos mestizos todos y<br />

que no lo son en cambio los ingleses y los alemanes <strong>de</strong> Valparaíso.<br />

Mi impresión es que Edwards ha puesto sobre el mundo narrado una categoría que todos tenemos. Creo<br />

también que se pue<strong>de</strong> mostrar que en este mundo dominado por esa categoría, tiene Perpetua una<br />

continua preeminencia. Agreguemos todavía una preeminencia más: ella es capaz <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar y mejorar<br />

la realidad social. Hay un señor Valladares, que es un mestizo, naturalmente, profesor a<strong>de</strong>más, y se


comporta como casi todos los mestizos <strong>de</strong>l libro. Es profesor <strong>de</strong> matemática el señor Valladares.<br />

Aparece como un bellaco, un tipo siniestro, a quien el niño teme. Todo lo arregla Perpetua. Lleva<br />

consigo al niño a la casa <strong>de</strong>l señor Valladares y <strong>de</strong>scubre que vive con dos mujeres: una es su madre, que<br />

confecciona ropas, y la otra es su hermana, que hace dulces. O sea, una es costurera y la otra fabrica<br />

pequeñas cosas para ven<strong>de</strong>r. La actuación <strong>de</strong> Perpetua es tal, que el señor Valladares se humaniza, se<br />

vuelve tratable, se convierte en un mestizo dulce, en un quiltro aceptable, incluso contratable. El padre<br />

lo contrata como pasante <strong>de</strong> su hijo. Cuando se transforma Valladares y el niño <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> temerle, es tan<br />

feliz Perpetua por haber ayudado al niño que suce<strong>de</strong> lo siguiente. Dice (p.73): "me puso las manos en los<br />

hombros, esas manos hinchadas y picadas por las agujas, que me pegaron los botones y remendaron las<br />

chaquetas, me envolvieron con un vaho suave, como el perfume sedante y adormecedor <strong>de</strong> la tierra.<br />

Quedé todo lleno <strong>de</strong> cerros chilenos". ¿Qué es esto Es un personaje narrador que, <strong>de</strong> acuerdo con sus<br />

<strong>de</strong>claraciones, <strong>de</strong>bería odiar a esta mujer, por mestiza, y que sin duda, en cierto modo la <strong>de</strong>sprecia, pero<br />

al mismo tiempo, la consi<strong>de</strong>ra una figura materna central esencial en su vida, ella es el bien, ella es<br />

superior al padre. El padre que es un caballero muy atildado y muy engolado, casado con doña<br />

Florencia, la espantosa elegante, con esa misma mujer que quiere convertirlo en agiotista. Como es<br />

esperable, la mujer eventualmente lo abandona, porque no le interesa este quiltro, este personaje<br />

secundario.<br />

¿Qué es lo que hay en el libro <strong>de</strong> Edwards Hay las siguientes cosas: por un lado, una división <strong>de</strong>l país<br />

entre criollos, es <strong>de</strong>cir mestizos, inmigrantes cuyas virtu<strong>de</strong>s importadas duran poco. Duran unas tres<br />

generaciones más o menos y <strong>de</strong>spués se pier<strong>de</strong>n, consumidas por la geografía local, por el ambiente<br />

físico, cree Edwards. Tenía esta i<strong>de</strong>a un poco absurda <strong>de</strong> cómo evoluciona la gente. Ahora: ¿cómo son<br />

los varones ¿cómo es Pedro, el narrador Es un infeliz. Es un infeliz que ve todas estas cosas y es capaz<br />

<strong>de</strong> escribirlas, es capaz también <strong>de</strong> apreciar a Perpetua, pero él mismo es un triste <strong>de</strong>sdichado que<br />

cuando llega a Santiago le da por ingerir alcohol y por apostar en riñas <strong>de</strong> gallos y en juegos <strong>de</strong> barajas.<br />

Termina empeñando un reloj que le había regalado su padre. Pero llega Perpetua y lo rescata <strong>de</strong> la<br />

abyección en que ha caído. Llega esta india materna y lo rescata <strong>de</strong> su <strong>de</strong>caimiento moral. Habiéndolo<br />

hallado en una especie <strong>de</strong> prostíbulo, lo pone a vivir en un lugar <strong>de</strong>cente.<br />

En seguida, el padre <strong>de</strong>l personaje, que es un caballero cabal, con una quinta en Quillota y una casa en el<br />

Almendral, finísima, es otro infeliz, es un infeliz que en manos <strong>de</strong> Florencia termina callado en su<br />

comedor sin atreverse ni siquiera a abandonar la mesa cuando la mujer lo insulta. Acepta en silencio que<br />

ella le diga que es un <strong>de</strong>sdichado, un pobre hombre incapaz <strong>de</strong> ganar dinero.<br />

Creo que lo que hay es una inversión curiosísima operada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> la sociabilidad chilena.<br />

Tenemos por un lado, en el poema <strong>de</strong> Gabriela Mistral, que en la pareja sexual, la mujer es la oprimida,<br />

la maltratada, pero al mismo tiempo la dulce, la suave, la limpia. Y el macho copulante es un animal<br />

abusivo, pero en medio <strong>de</strong> su repulsiva conducta, es, por lo menos, incontrastable también y po<strong>de</strong>roso, y<br />

digno <strong>de</strong> respeto en un cierto sentido por su brutalidad. Pero en la novela <strong>de</strong> Edwards se ha operado una<br />

inversión relativa al hecho <strong>de</strong>l matrimonio. Cuando hombre y mujer institucionalizan su relación y se<br />

casan, la relación se invierte. El que fue un macho abrumador y terrible se convierte en un triste infeliz<br />

que está en las manos <strong>de</strong> una mujer que hace con él lo que le da la gana. Despreciado por sus hijos, por<br />

su mujer y por sí mismo obviamente. La mujer, en cambio, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido la tirada, la zumbada,


la comida, la montada, se convierte en la dueña <strong>de</strong>l mundo. Es la que tiene el verda<strong>de</strong>ro po<strong>de</strong>r, es la que<br />

pue<strong>de</strong> arreglar o <strong>de</strong>scomponer todas las cosas, es el personaje <strong>de</strong> preeminencia total e indiscutible. La<br />

misoginia <strong>de</strong> Edwards hace que la preeminencia vaya acompañada <strong>de</strong> positividad sólo cuando la mujer<br />

es "la Perpetua <strong>de</strong> la casa", cuando es una<br />

madre simbólica que está cerca <strong>de</strong> la naturaleza, cerca <strong>de</strong> la raíz india. En el fondo, la inversión <strong>de</strong>l texto<br />

<strong>de</strong> Edwards está basada en una observación igual a la que funda los poemas <strong>de</strong> la Mistral. Para ambos,<br />

sólo la mujer "madre" tiene positividad plena, incluso si esta maternidad es solamente simbólica o<br />

posicional. La diferencia es que la "madre" en Edwards se acerca en su perfección al aborigen, a la<br />

naturaleza, mientras que la madre <strong>de</strong> Gabriela Mistral se acerca a Dios. Sería interesante tener tiempo<br />

para examinar las extrañezas presentes en la novela <strong>de</strong> Edwards, especialmente la que notamos antes: es<br />

el matrimonio lo que convierte a las no madres en personajes moralmente monstruosos. En la Mistral, en<br />

cambio, el matrimonio carece <strong>de</strong> importancia en la valoración positiva o negativa <strong>de</strong> la masculinidad o la<br />

femineidad. En los textos <strong>de</strong> la Mistral, lo central es la presencia o ausencia <strong>de</strong> "lujuria", es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>seo sexual no <strong>de</strong>stinado a la reproducción.<br />

Hay pues, una cosa curiosísima: en la estructura nuestra según dos <strong>de</strong> nuestros escritores, "hombre" y<br />

"mujer" tienen una estructura susceptible <strong>de</strong> invertirse. "Hombre", en cuanto macho, compañero sexual,<br />

tiene unos ciertos predicados que lo <strong>de</strong>scriben a él, repito, como incontrastable, violento, disfrutante,<br />

alegre, porque hay una alegría en el lobo <strong>de</strong>vorando nietecitas; y este mismo personaje, al actualizar uno<br />

<strong>de</strong> sus predicados posibles, el <strong>de</strong> marido o padre, cambia polarmente su valor moral y se convierte en<br />

borracho, abandonador, o infeliz, <strong>de</strong>sdichado, pero siempre secundario. Y ella, que fue la violada, la<br />

tirada, la comida, la zumbada, la disfrutada, se convierte en la dueña <strong>de</strong>l mundo, en la que administra el<br />

mundo, or<strong>de</strong>na la realidad. En Edwards, este po<strong>de</strong>r es para el bien (en "la Perpetua <strong>de</strong> la casa", la madre<br />

<strong>de</strong> verdad) o para el mal (en la mujer pervertida por el ambiente mestizo, aunque sea <strong>de</strong> color blanco y<br />

aunque sea una madre biológica). En la Mistral, este po<strong>de</strong>r es para el mal (cuando se ejerce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

"lujuria") o para el bien absoluto (en la propia madre) o relativo (en cualquier madre).<br />

Creo que estas inversiones funcionan en relación con esto que hemos dicho en otras oportunida<strong>de</strong>s, que<br />

nosotros tenemos como cumbre <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ología o como una <strong>de</strong> las cumbres <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ología la<br />

categoría blanco-no blanco en la que yo he insistido repetidamente. Lo que quisiera proponer, es que la<br />

categoría blanco-no blanco no correspon<strong>de</strong> a un contenido objetivo, por ejemplo étnico, o biológico <strong>de</strong><br />

la sociedad chilena, o latinoamericana (creo que sirve para otros países también) sino que se trata<br />

simplemente <strong>de</strong> una acuñación i<strong>de</strong>ológica producida por la clase dominante en <strong>Chile</strong>. En este sistema <strong>de</strong><br />

categorías que tiene Edwards, está el quiltro y el extranjero. El quiltro es el mestizo. La valoración<br />

correspondiente es muy vieja. La clase dominante, es <strong>de</strong>cir, primero los españoles peninsulares, luego<br />

los criollos dueños <strong>de</strong> la tierra, <strong>de</strong> las minas y <strong>de</strong>l dinero y <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r político, fueron los que impusieron<br />

la categoría blanco-no blanco que uste<strong>de</strong>s y yo tenemos metida en el alma inerradicablemente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

siempre. Déjenme recordar una cosa: don Manuel Montt, hombre <strong>de</strong> color moreno y presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>,<br />

aparece como tal, "negro", en la propaganda política contraria. Y Januario Espinosa en su biografía <strong>de</strong><br />

Montt, recuerda que los opositores dijeron: "el presi<strong>de</strong>nte futuro <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, cualquiera que sea, tendrá la<br />

cara blanca, el corazón puro, la frente <strong>de</strong>spejada, Montt sería el más feo <strong>de</strong> los presi<strong>de</strong>ntes". Es <strong>de</strong>cir: no<br />

el color oscuro ni la frente estrecha <strong>de</strong>l mapuche. Esto como un argumento político durante la campaña


presi<strong>de</strong>ncial que terminó en la victoria <strong>de</strong> este candidato. Suficientemente importante es la conciencia <strong>de</strong><br />

una división en clases que tiene algo que ver con la división étnica. Está incluso antes <strong>de</strong> Montt, en<br />

Diego Portales. ¿Saben que Portales tenía tan clara la conciencia <strong>de</strong> cómo eran las cosas que cuando<br />

empezó a pensar en la guerra contra la Confe<strong>de</strong>ración Perú-Boliviana hizo un balance <strong>de</strong> <strong>Chile</strong> y dijo<br />

que <strong>Chile</strong> era un país mucho menos blanco que Perú y Bolivia Que tenía muchísimos más indios y<br />

muchísimo menos población blanca. Si pensamos en el hermoso libro <strong>de</strong> Gabriel Salazar sobre<br />

Labradores, peones y proletarios, que trata sobre la formación y la crisis <strong>de</strong> la sociedad popular chilena<br />

durante el s. XIX, po<strong>de</strong>mos recordar a esa masa <strong>de</strong> chilenos no blancos, que no participaban <strong>de</strong> ninguna<br />

porción <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r nacional y que eran entendidos como vagabundos, <strong>de</strong>lincuentes, borrachos, por el<br />

discurso hegemónico. Ellos eran los otros, el Otro radical, articulado con la clase hegemónica como lo<br />

absolutamente negativo. Sin embargo, este no blanco ha dado al sistema semiótico chileno el<br />

componente "madre", <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> las únicas virtu<strong>de</strong>s reconocidas por la poesía <strong>de</strong> Gabriela Mistral y<br />

una novela <strong>de</strong> Joaquín Edwards.<br />

El Estado <strong>de</strong>snudo. Acerca <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong><br />

lo masculino en <strong>Chile</strong>.<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

José Bengoa<br />

El Estado <strong>de</strong>snudo. Acerca <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> lo<br />

masculino en <strong>Chile</strong><br />

Presentación<br />

Quisiera hablar en esta ocasión <strong>de</strong> las relaciones que observo entre las relaciones <strong>de</strong> género y la<br />

formación <strong>de</strong> la sociedad y el Estado en la sociedad chilena. Tengo la impresión <strong>de</strong> que los cambios cada<br />

vez más profundos que se están produciendo en la concepción <strong>de</strong> lo masculino y femenino, tanto en la<br />

vida privada como pública, tendrán fuertes repercusiones en las relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong><br />

nuestra sociedad. El Estado como expresión primordial <strong>de</strong> lo masculino, <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, la autoridad y, en<br />

nuestro caso, también <strong>de</strong>l autoritarismo, pue<strong>de</strong> verse <strong>de</strong>snudado, por la crítica, no necesariamente<br />

explicitada, que la gente en sus vidas cotidianas hace <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los vigentes y tradicionales <strong>de</strong> lo que<br />

ha sido el ser hombre y ser mujer en nuestra sociedad. Es por ello que he titulado estas i<strong>de</strong>as como el<br />

"Estado <strong>de</strong>snudo". Preten<strong>de</strong>mos observarlo en su masculinidad, criticado por la crítica a que ha sido<br />

sometido el ser masculino en <strong>Chile</strong>.<br />

Nuestra reflexión parte <strong>de</strong> nuestro quehacer intelectual y se refiere a los materiales que hemos usado en<br />

nuestras investigaciones. No somos especialistas en el tema <strong>de</strong> género.<br />

Pedimos disculpas por entrometernos en áreas que sin duda han sido tratadas con miradas más<br />

específicas. Nos remontaremos a la historia <strong>de</strong> la cultura, <strong>de</strong> nuestra cultura. Su estudio pue<strong>de</strong> observar,<br />

a la manera como lo hace el arqueólogo, diversas capas, estratos, <strong>de</strong>pósitos que se han ido acumulando a<br />

lo largo <strong>de</strong>l tiempo. He intentado hacer un ejercicio <strong>de</strong> aislar algunos <strong>de</strong> estos "<strong>de</strong>pósitos culturales" que<br />

pue<strong>de</strong>n contribuir a la comprensión <strong>de</strong> los comportamientos pauteados <strong>de</strong> hombres y mujeres.<br />

Es por ello que me referiré a cuatro momentos que consi<strong>de</strong>ro arquetípicos <strong>de</strong> nuestra "acumulación<br />

cultural". La herencia indígena, callada, negada, pero presente, las concepciones acerca <strong>de</strong> lo masculino<br />

y femenino traídas por los trasplantados ibéricos a América, el mundo agrario hacendal que se<br />

constituyó como el espacio privilegiado <strong>de</strong> síntesis <strong>de</strong> las culturas mestizas y criollas, y la formación <strong>de</strong>l<br />

Estado portaliano, la gran institución societal <strong>de</strong> nuestro país.<br />

El objetivo <strong>de</strong> esta incursión no pue<strong>de</strong> ser otro que el análisis <strong>de</strong> la violencia, el autoritarismo, la


dominación y subordinación en nuestra sociedad. En estos días que hemos vivido en torno a las<br />

discusiones acerca <strong>de</strong> las responsabilida<strong>de</strong>s referidas a las violaciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

tenemos el imperativo moral e intelectual <strong>de</strong> escudriñar en el origen <strong>de</strong> nuestras conductas violentas.<br />

Porque no cabe la menor duda <strong>de</strong> que en la sociedad chilena se anida un potencial <strong>de</strong> violencia muy<br />

elevado. Es una capacidad <strong>de</strong> "daño", <strong>de</strong> la que nos asombramos constantemente. Capacidad <strong>de</strong> hacernos<br />

daño, <strong>de</strong> hacerle daño al semejante, <strong>de</strong> dañar a las personas. El autoritarismo, la relación irracional e<br />

irresistible <strong>de</strong> dominación, <strong>de</strong> subordinar al otro, está quizá en la base <strong>de</strong> nuestra cultura. Esta ira<br />

estructural, por lo general escondida tras una capa <strong>de</strong> formalida<strong>de</strong>s diplomáticas, gestos externos <strong>de</strong><br />

amabilidad, ha estallado con furia en diversas ocasiones. Es la cara oculta <strong>de</strong> la cultura no asumida por<br />

la sociedad. Se presume inexistente. Pero se manifiesta reiteradamente en los mundos privados y<br />

públicos, <strong>de</strong>smejorando nuestra convivencia y haciendo <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> nosotros sujetos dañados. Una<br />

sociedad dañada.<br />

Nuestra hipótesis es que la sociedad chilena, quizá al igual que muchas otras socieda<strong>de</strong>s, o que todas, se<br />

ha construido sobre una matriz en que los procesos <strong>de</strong> subordinación y dominación al nivel social están<br />

íntimamente asociados a los que relacionan lo masculino y lo femenino. La construcción <strong>de</strong>l Estado y la<br />

nación se han fundamentado en la manera como los hombres y mujeres han experimentado sus<br />

relaciones <strong>de</strong> dominación y subordinación en el terreno <strong>de</strong> la vida sexual, social y práctica. Más aún,<br />

como lo han <strong>de</strong>mostrado numerosos autores mo<strong>de</strong>rnos, el Estado y sus relaciones <strong>de</strong> autoridad con la<br />

sociedad reproducen <strong>de</strong> manera inconsciente y colectiva las relaciones <strong>de</strong> autoridad, dominación y<br />

subordinación que se practican cotidianamente en el seno <strong>de</strong> las relaciones interpersonales.<br />

El <strong>de</strong>snudamiento <strong>de</strong>l Estado es una actividad <strong>de</strong>mocrática. La crítica a que ha sido sometida la<br />

condición masculina es también una acción <strong>de</strong>mocratizadora <strong>de</strong> la vida social . La indagación acerca <strong>de</strong><br />

los orígenes sexuales y sociales <strong>de</strong> la violencia es un camino <strong>de</strong> profundización <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> cuya<br />

necesidad muy pocos podrán estar ajenos.<br />

Poligamia y patrilinealidad<br />

En el origen <strong>de</strong> la memoria colectiva está el antes, lo que fuimos. ¿Cuál es el peso <strong>de</strong> la cuestión<br />

indígena en nuestra cultura Es evi<strong>de</strong>nte que ha sido y es negado. ¿Qué tiene que ver nuestra cultura<br />

actual, con la poligamia y patrilinealidad casi prehistórica, en la que vivieron los hombres y mujeres <strong>de</strong><br />

esta tierra durante siglos El olvido, como es bien sabido, es parte <strong>de</strong> la memoria, es su contrario. Hay<br />

olvidos "sabidos por todos", secretos a voces, asuntos tapados, verda<strong>de</strong>s escondidas; "secretos públicos"<br />

como los <strong>de</strong>nomina Michel Foucault. La cuestión indígena en <strong>Chile</strong> es un claro ejemplo <strong>de</strong> "secreto<br />

público".<br />

Los mapuches, hasta hace muy poco tiempo eran polígamos. Poseían un tipo <strong>de</strong> familia extensa y


compleja al <strong>de</strong>cir técnico antropológico. Eso significa que un varón constituía familia con varias<br />

mujeres, con los abuelos, tíos y personas ligadas tanto hacia atrás como hacia a<strong>de</strong>lante con él. Había<br />

familias <strong>de</strong> muchas personas, incluso más <strong>de</strong> cien, que vivían en diversas casas y rucas, formando un<br />

verda<strong>de</strong>ro conglomerado. El po<strong>de</strong>r familiar se heredaba por la vía paterna hacia los hijos hombres, esto<br />

es, existía un régimen <strong>de</strong> patrilinealidad.<br />

Las mujeres eran la base <strong>de</strong> la sociedad. Una sociedad sin Estado, don<strong>de</strong> no existía la centralización <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r político. Cada familia tenía una suerte <strong>de</strong> autonomía, pero se relacionaba con otras formando<br />

gran<strong>de</strong>s alianzas. Esas alianzas eran selladas mediante los matrimonios, el conocido intercambio <strong>de</strong><br />

mujeres. Las mujeres poseían por tanto un valor objetivo. Se pagaban gran<strong>de</strong>s recursos con ocasión <strong>de</strong><br />

estos movimientos exogámicos. El que recibía a la mujer, según su rango y calidad <strong>de</strong> la alianza que se<br />

estaba produciendo, se veía en la obligación <strong>de</strong> pagar gran cantidad <strong>de</strong> animales, joyas, mantas y bienes<br />

<strong>de</strong> diverso tipo. Así se restablecía el equilibrio roto por el paso <strong>de</strong> un ámbito a otro. Ese movimiento <strong>de</strong><br />

personas y bienes establecía la red subterránea <strong>de</strong> la comunicación y la sociabilidad. Las mujeres<br />

llevaban consigo sus historias, sus mitos, sus lenguajes, sus recuerdos, sus memorias. La memoria<br />

colectiva se construía a partir <strong>de</strong> los cientos <strong>de</strong> intercambios exogámicos <strong>de</strong> esta naturaleza. En la trama<br />

<strong>de</strong> los múltiples movimientos <strong>de</strong> las mujeres fue surgiendo la noción <strong>de</strong> pueblo, primera concepción<br />

colectiva <strong>de</strong> pertenencia en nuestro suelo.<br />

La trama masculina y femenina <strong>de</strong> la sociedad primigenia chilena se creó no a partir <strong>de</strong> la imposición <strong>de</strong>l<br />

Estado sino a partir <strong>de</strong> la sociabilidad fundamental: el intercambio sexual. El hombre retuvo para sí la<br />

línea <strong>de</strong>l mando sobre el territorio. No se movió <strong>de</strong> su localidad paterna. Expresó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo más<br />

recóndito la continuidad formal, la memoria oficial, el recuerdo <strong>de</strong> las efeméri<strong>de</strong>s señaladas en la<br />

herencia patrilineal. Las mujeres, por el contrario, construyeron la memoria a partir <strong>de</strong>l intercambio, <strong>de</strong><br />

la sociabilidad realizada en la crianza <strong>de</strong> los hijos, en la cocina, en el lenguaje que expresaba las<br />

diferencias entre una familia, en la que había nacido, y en la otra familia, a la que había llegado como<br />

esposa.<br />

Los hombres, los weipines u oradores sagrados, recogían la memoria vertical <strong>de</strong>l linaje, el atrás <strong>de</strong> los<br />

antepasados, la herencia, su fuerza y su valor. Las mujeres constituían la memoria horizontal, la trama<br />

<strong>de</strong> los intercambios culturales cruzados. Las mujeres españolas cautivas, que en algún momento no<br />

fueron pocas, también agregaban sus relatos a la memoria expandida.<br />

¿Qué importancia tiene esta primera capa o substrato <strong>de</strong> intercambios exogámicos en la cultura y<br />

sociabilidad <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s que han continuado viviendo en este territorio La memoria, sabemos, se<br />

reproduce <strong>de</strong> la manera más curiosa. Los recuerdos nemotécnicos son los mínimos. La mayor parte <strong>de</strong><br />

las veces la memoria colectiva transita por los olores, las imágenes, los espacios, los hábitos <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

el saber hacer las cosas <strong>de</strong> tal o cual manera, en especial las cosas <strong>de</strong> la casa, <strong>de</strong> la cocina, las cuestiones<br />

relacionadas con las enfermeda<strong>de</strong>s, con lo que es sano e insano, con lo bueno y lo malo. ¿Qué distingue<br />

a los chilenos en Suecia, por ejemplo, si no es esa memoria<br />

¿Cómo se ha transmitido lo masculino y lo femenino Podríamos postular como una primera


aproximación que la construcción <strong>de</strong> lo masculino y femenino se remonta necesaria mente a los orígenes<br />

<strong>de</strong> la memoria, a las memorias ocultadas, secretas <strong>de</strong> la raigambre indígena y <strong>de</strong> la gente mestiza que<br />

habitó en estas tierras.<br />

Me atrevería a asegurar que el primer componente <strong>de</strong> la masculinidad en <strong>Chile</strong> es la patrilinealidad, esto<br />

es, la conciencia absolutamente generalizada <strong>de</strong> que el sentido <strong>de</strong> la historicidad pasa por el hombre, por<br />

el control <strong>de</strong>l territorio, más tar<strong>de</strong> la propiedad sobre los bienes y la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, todo lo cual asegura<br />

la reproducción <strong>de</strong> la herencia y la continuidad <strong>de</strong>l linaje. Esto no tiene que ver necesariamente con una<br />

posición machista como se la ha entendido mo<strong>de</strong>rnamente. La herencia <strong>de</strong> los bienes culturales posee<br />

una línea masculina. Si bien es cierto esto ocurre en casi todas las culturas, en la nuestra se remonta a<br />

una concepción singularmente rígida, a una regla establecida con suma claridad, y respetada casi sin<br />

violación. En cambio, la sociabilidad pertenece al mundo <strong>de</strong> las mujeres, como recuerdo <strong>de</strong>l origen poli<br />

y exogámico <strong>de</strong> la constitución femenina.<br />

Honor y primogenitura<br />

La cultura masculina y femenina española, en especial extremeño-castellana, <strong>de</strong>bería ser la segunda capa<br />

o estrato a analizar en esta investigación acerca <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong> las especificaciones <strong>de</strong> género en<br />

nuestra memoria colectiva. Para hacerlo hay que situarse a<strong>de</strong>cuadamente en la época fundacional .<br />

Algo muy extraño ocurrió en la España <strong>de</strong> los Reyes Católicos, así llamados, como consecuencia <strong>de</strong> la<br />

guerra contra los moros y posteriormente la Conquista <strong>de</strong> América. En otro trabajo lo hemos<br />

investigado. Brevemente digamos que se reanimó el "espíritu <strong>de</strong> cruzada", el sentimiento <strong>de</strong> "construir el<br />

mundo en la verdad" . Diez siglos <strong>de</strong> convivencia multiétnica en la península ibérica, fueron<br />

reemplazados por uno <strong>de</strong> los períodos <strong>de</strong> fundamentalismo más extremos. Los cultos moriscos <strong>de</strong>l<br />

andaluz, la cultura mozárabe nacida y criada en tierras españolas, los judíos sefaradíes, <strong>de</strong> habla<br />

española hasta hoy, fueron expulsados violentamente por los españoles castellanos, católicos, lejanos y<br />

mestizos here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> visigodos. En esa violenta aventura transformada en "gesta", se <strong>de</strong>sarrolló el<br />

"espíritu <strong>de</strong> nobleza" y la cultura acerca <strong>de</strong>l papel que juega cada uno <strong>de</strong> los géneros, que nos llegó hasta<br />

nosotros. Es una cultura <strong>de</strong> conquista y afirmación masculina.<br />

Quevedo señalaba: "Como si no supiésemos que la honra es hija <strong>de</strong> la virtud y tanto que uno fuere<br />

virtuoso será honrado y será imposible quitarme la honra si no me quitasen la virtud que es el centro <strong>de</strong><br />

ella". El honor, ese concepto lleno <strong>de</strong> asechanzas psicoanalíticas, estará en el centro <strong>de</strong> la cultura<br />

masculina española. A América se viene a buscar fama, esto es, honores. Riquezas también, esto es, uno<br />

<strong>de</strong> los componentes centrales <strong>de</strong>l honor, <strong>de</strong> la honra. La honra tiene que ver con el buen <strong>de</strong>cir, con el que<br />

se hable bien <strong>de</strong> uno, con el llevar en "alto su nombre". No es por casualidad que en cada casa<br />

extremeña, <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> salieron los conquistadores, hay escudos <strong>de</strong> armas, labrados en


piedra, colmados <strong>de</strong> significados, que alaban las hazañas realizadas y las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada linaje.<br />

Es por ello que la honra o el honor se transmiten, <strong>de</strong> hombre a hombre, <strong>de</strong> padre a hijo. "Natural es el<br />

nacer y natural también es el nacer cada uno con la sangre <strong>de</strong> sus padres". En nuestra cultura cotidiana se<br />

conserva la i<strong>de</strong>a estamental <strong>de</strong> que, "es la sangre heredada la que <strong>de</strong>termina la trayectoria <strong>de</strong> la voluntad".<br />

Es en la primogenitura don<strong>de</strong> se concentra por lo tanto todo el honor, toda la honra, toda la historicidad<br />

acumulada. El hijo primogénito, <strong>de</strong>be conservar el nombre <strong>de</strong>l padre.<br />

Continuará con la misión guerrera, constructora <strong>de</strong> la verdad, cuidará y acrecentará las riquezas, la casa<br />

familiar, mantendrá los escudos, en fin, sostendrá el honor <strong>de</strong>l linaje.<br />

En <strong>Chile</strong> la mayor parte o casi todos los conquistadores y españoles llegados posteriormente eran<br />

segundones. Segundos hijos <strong>de</strong> familias venidas a menos, o <strong>de</strong> zonas <strong>de</strong> España que habían entrado en<br />

profundas crisis económicas. Traían en sus valijas más frustraciones que recuerdos. Reprodujeron en<br />

forma exasperante lo que nunca habían podido realizar. Si no fueron nobles al zarpar <strong>de</strong> los puertos<br />

ibéricos, trataron <strong>de</strong> serlo en forma neurótica en su nuevo asentamiento novohispano. Las Cartas <strong>de</strong> los<br />

trasplantados al Rey llenan bo<strong>de</strong>gas en Sevilla. Los juicios <strong>de</strong> méritos, las "provanzas", en que se le<br />

solicita al Rey le otorgue merce<strong>de</strong>s, títulos diversos y reconocimiento son cuantiosos. Es una cultura <strong>de</strong><br />

la necesidad <strong>de</strong>l "honor reconocido".<br />

El "Mayorazgo" será en la Colonia chilena el mo<strong>de</strong>lo no realizado más que parcialmente, <strong>de</strong> nobleza.<br />

Los pocos casos <strong>de</strong> mayorazgos que se otorgaron por parte <strong>de</strong>l Rey constituyeron el mo<strong>de</strong>lo cultural. El<br />

primogénito en este caso, conllevaba por real disposición todo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l linaje. Era una suerte <strong>de</strong><br />

continuación <strong>de</strong> la realeza misma. El trono le correspondía al hijo mayor. Es como bien se pue<strong>de</strong><br />

compren<strong>de</strong>r, el caso máximo o absoluto <strong>de</strong> patrilinealidad y patrilocalidad.<br />

Las mujeres cuidan <strong>de</strong>l primogénito. El futuro here<strong>de</strong>ro lleva consigo las esperanzas <strong>de</strong> la familia. Todos<br />

se sacrifican por él . Dios le pi<strong>de</strong> a Abraham que lo sacrifique. Es la exigencia <strong>de</strong> sujeción total al po<strong>de</strong>r<br />

divino ya que no habría nada más importante que un hombre pueda entregar. Hinkelamert, ve en ello la<br />

fundación <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal. El mito <strong>de</strong>l primogénito presi<strong>de</strong> también nuestra cultura familiar.<br />

Hace <strong>de</strong> la diferencia entre masculino y femenino un abismo.<br />

Honor y primogenitura están en el origen <strong>de</strong> la masculinidad chilena. Son el aporte <strong>de</strong> la cultura<br />

española trasplantada. Cultura <strong>de</strong> segundones, hijos <strong>de</strong> algo, que no pudieron gozar <strong>de</strong> ser ellos mismos<br />

los primogénitos en su casa y <strong>de</strong>bieron trasladar sus memorias hacia las nuevas tierras, reconstruir las<br />

honras perdidas, retomar la historicidad en las cabezas <strong>de</strong> sus hijos, los mestizos, los criollos.<br />

Señor y rajadiablos


Es quizá el tema más analizado, pero no por ello más comprendido. Los encomen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> indios se<br />

transforman en hacendados. Los indios, mestizos y españoles recién llegados se <strong>de</strong>bieron someter al<br />

inquilinaje, al peonaje, a la servidumbre, a las condiciones <strong>de</strong> trabajo, vida y cultura <strong>de</strong> la hacienda.<br />

Masas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sharrapados, miserables, peones libres, vagabundos, bandidos, pululaban en los caminos. Se<br />

los trata <strong>de</strong> dominar por la razón y la fuerza. Se construye en los campos una cultura <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y<br />

violencia: dominar a la naturaleza hostil y subordinar a los hombres.<br />

La Hacienda es la institución <strong>de</strong> más "larga duración" en <strong>Chile</strong>, junto con la Iglesia. El Estado es más<br />

mo<strong>de</strong>rno y también lo es el ejército y otras instituciones <strong>de</strong> la vida social actual. La Hacienda constituyó<br />

un espacio <strong>de</strong> reproducción cultural. Allí se fusionaron las tradiciones indianas e hispánicas. La hacienda<br />

fue estableciendo un complejo sistema <strong>de</strong> dominio, subordinación y exclusión en el terreno social y<br />

sexual. Se construyó sobre el patronazgo, que está relacionado con la jefatura <strong>de</strong> conquista. El Patrón<br />

dirige y conduce a un tropel <strong>de</strong> gente, los domina, los posee con su po<strong>de</strong>r heredado y adquirido. Los<br />

castiga y los premia. Establece el principio <strong>de</strong> integración presencial, como señala Valenzuela y<br />

Cousiño, pero al mismo tiempo establece el principio <strong>de</strong> exclusión. Quien no obe<strong>de</strong>ce al conjunto <strong>de</strong>l<br />

sistema y su cultura, es expulsado, tirado literalmente al camino.<br />

En un conocido relato <strong>de</strong> Eduardo Barrios, el "gran señor y rajadiablos" recuerda:<br />

"Revisa José Pedro, durante aquel ocio <strong>de</strong> domingo, su vida sexual. A ella pertenecen esos<br />

amoríos o dominaciones <strong>de</strong> macho en las chinas <strong>de</strong> la peonada. Son ellas también sexo<br />

predominante. El amor actúa en ellas a dictados <strong>de</strong>l celo. Una mirada llégales al corazón<br />

por vehículos <strong>de</strong> la sangre. A su corazón alborotado por la sensualidad. Por eso las ha<br />

mantenido él instintivamente a la distancia. Que le guardaran reconocimiento y respeto.<br />

Algunas <strong>de</strong> natural romántico, le adoran. Bien. Pero eso bien analizado es fenómeno <strong>de</strong><br />

consecuencia posterior a la entrega y algo que participa en la reverencia por el superior y<br />

<strong>de</strong> la ufanía <strong>de</strong> haber sido elegidas por él. A<strong>de</strong>más, él las quiere: <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> poseerlas,<br />

viéndolas humil<strong>de</strong>s y felices, le nace una gran ternura. Suele acometerle remordimientos<br />

<strong>de</strong> pecador, y al sentirse dueño <strong>de</strong> sus esclavas, oblígase <strong>de</strong> todo corazón a protegerlas.<br />

Buenas criaturas. Las que han parido un hijo, en particular, adquieren continente <strong>de</strong><br />

sometidas al caballero feudal. Este fenómeno le mueve a pensar. ¿De dón<strong>de</strong> les vendrá<br />

esta condición De España, muy probable, acaso <strong>de</strong> moros y araucanos. Pero tal es el<br />

hecho. Y esa es la costumbre <strong>de</strong> nuestros campos... hasta que, ¡Dios dirá hasta cuándo lo<br />

tiene así permitido ! Tampoco él sólo vive así. Está seguro <strong>de</strong> que la mayoría <strong>de</strong> sus<br />

antepasados y los <strong>de</strong> otras familias po<strong>de</strong>rosas han hecho lo mismo. Y si no, ahí están los<br />

mestizos <strong>de</strong> América entera. <strong>Chile</strong> tiene todavía colonizadores. Basta examinar en toda<br />

casa gran<strong>de</strong>, las caras <strong>de</strong> las chinas en servicio doméstico. Descubren los rasgos <strong>de</strong> la<br />

familia, son huachas. La Totón ha nacido entre Lazúrteguis y sus facciones acusan. En fin<br />

a<strong>de</strong>lante..."<br />

La dominación sexual acompaña a la dominación social. Son partes <strong>de</strong>l mismo proceso. El patrón posee


y es padre. Establece su señorío en el campo, manda con voz fuerte, usa la fusta con energía y sale <strong>de</strong><br />

parrandas y amoríos, "el rajadiablo". El poseer tiene en el lenguaje cotidiano, la doble connotación, ser<br />

dueño como propietario y sexualmente poseedor. Esta última expresa al nivel material y simbólico el<br />

vasallaje, la subordinación <strong>de</strong> la persona inferior socialmente.<br />

El aspecto autoritario, violento muchas veces, <strong>de</strong> la dominación sexual, tiene su contraparte<br />

i<strong>de</strong>ologizada, pero no por ello menos real, en la atracción sexual entre individuos <strong>de</strong> diferente clase<br />

social. La atracción <strong>de</strong>l patrón por la china. Nuestro folclor está repleto <strong>de</strong> esas historias. Negar el hecho<br />

sería un falseamiento <strong>de</strong> los datos. Es la contraparte que "suaviza" la violación. La contextualiza en la<br />

cultura <strong>de</strong>l señor conquistador. "Esa es la costumbre <strong>de</strong> nuestros campos". En la hacienda agraria<br />

tradicional se llega por esta vía al intercambio generalizado <strong>de</strong> mujeres. Quizá la formación <strong>de</strong> la<br />

sociedad chilena, <strong>de</strong> su cultura también, al igual que lo analizado en el pueblo mapuche, se fundamentó<br />

en las miles <strong>de</strong> intersecciones que las mujeres establecieron en los intercambios múltiples. No cabe duda<br />

<strong>de</strong> que la posesión <strong>de</strong> la china por parte <strong>de</strong>l hacendado era un acto <strong>de</strong> violación, <strong>de</strong> dominio brutal sobre<br />

la peonada en el cuerpo <strong>de</strong> sus mujeres. Pero tampoco es <strong>de</strong>masiado audaz plantearse que en ese<br />

intercambio sexual interclasista se producía una suerte <strong>de</strong> fenómeno integrativo. Las relaciones<br />

personales se allegaban al extremo: el dominio, la humillación, el odio, el <strong>de</strong>sprecio, han ido <strong>de</strong> la mano<br />

<strong>de</strong> la atracción, <strong>de</strong> la pasión, e incluso en forma invertida, <strong>de</strong>l cariño. La subordinación social era<br />

acompañada <strong>de</strong> un intercambio sexual generalizado que provocaba formas <strong>de</strong> integración en la cultura.<br />

José Donoso, ha analizado en forma obsesiva y obscena, para parafrasearlo, esta relación <strong>de</strong> patrones<br />

con chinas, nanas, siervas, mujeres <strong>de</strong> toda clase y condición. Y no digamos que esas relaciones han sido<br />

fáciles para unos y para otros. Se han sentado en el centro <strong>de</strong> la cultura.<br />

Las mujeres, <strong>de</strong> todo tipo y condición social, fueron enhebrando los relatos, cocinando los olores,<br />

multiplicando los ingenios, estableciendo los parámetros <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal que posiblemente son la base<br />

<strong>de</strong> nuestra cultura. Nada más lejos <strong>de</strong> caer en un "fundamentalismo macondiano" <strong>de</strong> carácter romántico<br />

que ve en ese período un paraíso perdido, en que la irracionalidad sensual predominaba, en los largos<br />

corredores campesinos. En la que los hombres y mujeres se <strong>de</strong>jaban llevar por la exuberancia <strong>de</strong> la<br />

naturaleza y no existía ni explotación, ni relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Por el contrario, queremos enfatizar el<br />

aspecto explotador <strong>de</strong> la relación reconociendo, por cierto, que su legitimidad se asentaba en la cultura<br />

<strong>de</strong> subordinación existente. Esas mismas mujeres le enseñaron a sus hijos a amar y a odiar. Amar al<br />

padre patrón y a odiar al padre violador. De lo contrario no sería explicable en <strong>Chile</strong> la cultura <strong>de</strong> las<br />

izquierdas, la ira atávica convertida en conciencia <strong>de</strong> clase, <strong>de</strong> la que participaron los campesinos<br />

transformados en mineros, salitreros, ferrocarrileros, obreros y proletarios. Al salirse <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong><br />

legitimidad cultural <strong>de</strong> las haciendas se potenciaba la ira. Se olvidaban <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong> los patrones, <strong>de</strong><br />

sus amores, y brotaba fértil el recuerdo <strong>de</strong> los atropellos. El rencor también había nacido en las<br />

haciendas.<br />

A pesar <strong>de</strong> ello la cultura criolla lleva sobre sus espaldas el fardo autoritario en su multiplicidad <strong>de</strong><br />

dimensiones. Es esa combinación <strong>de</strong> barbarie y seducción la que funda el Estado.


Violación y fundación<br />

Con estos ingredientes en las mil hojas <strong>de</strong> la cultura criolla surge el Estado. Don Diego Portales, padre<br />

<strong>de</strong> la patria, fundador <strong>de</strong> la República, resume en una frase la falta <strong>de</strong> fronteras entre los diversos<br />

mundos que aquí transitamos.<br />

"De mí sé <strong>de</strong>cirle que con ley o sin ella, esa señora que llaman Constitución, hay que<br />

violarla cuando las circunstancias son extremas. ¡Y qué importa que lo sea, cuando en un<br />

año la parvulita lo ha sido tantas por su perfecta inutilidad!" (citado por Sergio Villalobos).<br />

Portales tuvo fama <strong>de</strong> "chinero". La violación, en el lenguaje <strong>de</strong>velado está cercana a la fundación. El<br />

Estado ha sido concebido en un acto <strong>de</strong> fuerza a imagen y semejanza <strong>de</strong> lo que ocurre en la vida<br />

cotidiana.<br />

Le escribe Portales a uno <strong>de</strong> sus amigos para que le man<strong>de</strong> unos regalitos:<br />

"Me mandará algunas friorelitas para mujer, que cuesten poco, pero que sean <strong>de</strong> gusto,<br />

porque no es huasa la persona a quien voy a obsequiarla. Le prevengo que en el obsequio<br />

no vengan pañuelitos <strong>de</strong> mano ni <strong>de</strong> narices, porque he observado que tiene cría <strong>de</strong> ellos".<br />

(Id. Villalobos).<br />

De la afamada Rosa Mueno que se ha ido a Valparaíso dice en una carta:<br />

"Yo cogería a la Mueno es verdad, perdone la grosería, pero como esto es imposible,<br />

pienso tanto en ello como montar sobre una estrella. Si esto llama usted pasión, estoy<br />

apasionado <strong>de</strong> alguna <strong>de</strong> las hermanas <strong>de</strong> usted y <strong>de</strong> todas las mujeres que me agradan y<br />

me parecen bien para el efecto".<br />

El mestizaje ha establecido en <strong>Chile</strong> esa mistificación <strong>de</strong> la unidad racial <strong>de</strong> la que muchos son<br />

orgullosos. El carácter étnico ha quedado escondido entre los secretos <strong>de</strong> la memoria, acariciándose con<br />

reprimido orgullo el origen español <strong>de</strong> los inquilinos <strong>de</strong>l valle central. El intento mistificado <strong>de</strong> unidad<br />

racial tiene en el intercambio sexual interclasista su fuente <strong>de</strong> argumentación.<br />

Se las <strong>de</strong>nominó "chinas" por sus ojos rasgados orientales, producto <strong>de</strong> la indudable mezcla. A las niñas<br />

<strong>de</strong>l campo, se las <strong>de</strong>nominaba con cariño y <strong>de</strong>sprecio al mismo tiempo. Los primogénitos, poseedores <strong>de</strong><br />

la linealidad masculina, han tenido especial predilección en ellas. Era un cierto <strong>de</strong>recho adquirido,<br />

"secreto público", no confesado ni escrito. Era la expresión máxima <strong>de</strong> la subordinación a que se sometía<br />

al pueblo: poseer sexualmente a sus mujeres, a sus hijas. El Estado se construye con la misma autoridad<br />

con que se somete a las mujeres. Combinación <strong>de</strong> seducción y autoridad.


El Estado Portaliano se funda en esta dicotomía: Atracción sexual y discriminación social. La atracción<br />

sexual, el poseer una China, poseer al pueblo, por parte <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong> la clase <strong>de</strong> los señores ha sido un<br />

doble juego <strong>de</strong> dominación autoritaria e integración. Durante más <strong>de</strong> doscientos años el intercambio<br />

masculino dominador con el femenino subordinado condujo a reproducir la sociabilidad, tanto en sus<br />

aspectos violentos, autoritarios, como en sus aspectos integradores y <strong>de</strong> seducción. A nuestro modo <strong>de</strong><br />

ver la relación cruzada entre discriminación social y atracción sexual es la clave <strong>de</strong>l entendimiento<br />

simultáneo <strong>de</strong> lo masculino y <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en nuestra cultura básica.<br />

De esta relación contradictoria surge la imagen <strong>de</strong>l hombre masculino prepotente, exitoso, que usa la<br />

seducción como fuente <strong>de</strong> dominación. La imagen <strong>de</strong> Diego Portales es simbólica y paradigmática.<br />

Conservador, autoritario, oligarquizante y populista, chinero <strong>de</strong> chinganas y fiestas en la Chimba, hoy<br />

Barrio Bellavista.<br />

Esta imagen se ha propagado a todas las clases y subculturas <strong>de</strong> nuestra sociedad. No es por casualidad<br />

que la obra <strong>de</strong> teatro La Negra Ester provoca <strong>de</strong>lirio en el alma masculina y también femenina. En la<br />

chingana estilizada <strong>de</strong>l puerto <strong>de</strong> San Antonio se refleja profundamente, con enorme cariño parriano,<br />

<strong>de</strong>spojado <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r autoritario, la cultura criolla, los arquetipos mestizos <strong>de</strong> lo masculino y lo femenino,<br />

tal como se han criado en estas tierras. Es la utopía. Mantener el aspecto cariñoso y sensual <strong>de</strong> las<br />

relaciones sexuales abjurando <strong>de</strong> la violación, la frisca autoritaria, el po<strong>de</strong>r masculino en su noche negra.<br />

El Estado y la Nación<br />

La memoria <strong>de</strong> una sociedad se va construyendo <strong>de</strong> múltiples historias, relatos, momentos que van<br />

acumulándose en el inconsciente. Los mitos forman parte sustancial <strong>de</strong> esa memoria, los ritos la<br />

reproducen. Don Mario Góngora, enunció una tesis rotunda: en <strong>Chile</strong> el Estado fue primero, construyó<br />

la sociedad, no al revés como pue<strong>de</strong> haber ocurrido en otros lugares. El Estado es masculino. Lo<br />

<strong>de</strong>nuncia el lenguaje.<br />

Portales construye el Estado a su imagen y semejanza. Dice Villalobos que "Portales se valió <strong>de</strong>l<br />

servicio en las milicias para imponer drásticamente la disciplina y la moral. En ellas tensa un po<strong>de</strong>r<br />

incontrastable y se valió <strong>de</strong> él para corregir a palos, azotes y torturas a los que no andaban <strong>de</strong>recho.<br />

Dentro <strong>de</strong> esos cuerpos el or<strong>de</strong>n tenía que ser rígido y si alguno se <strong>de</strong>smandaba, más le valía no haber<br />

nacido, porque en tales casos se <strong>de</strong>sataba la fuerza íntima <strong>de</strong> Portales".<br />

Se trataba <strong>de</strong> subordinar a La Nación, <strong>de</strong> construirla a partir <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong>l Estado. En eso<br />

ha consistido el gran proyecto nacional, el gran proyecto cultural <strong>de</strong>l país. Cómo no consi<strong>de</strong>rar que tiene<br />

una enorme semejanza con el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> relaciones entre hombres y mujeres. El Estado produce el<br />

mismo tipo <strong>de</strong> integración-subordinación <strong>de</strong> La Nación, <strong>de</strong> la comunidad nacional. Lo vertical, el po<strong>de</strong>r


<strong>de</strong> arriba hacia abajo, se superpone sobre las relaciones horizontales, sobre la comunidad <strong>de</strong> hombres y<br />

mujeres que se intercambian relatos y crean la cultura.<br />

El concepto <strong>de</strong> Nación dice relación a la manera <strong>de</strong> vivir. La nación en todas las <strong>de</strong>finiciones está ligada<br />

a un territorio, a la Tierra, a la femineidad mítica por excelencia. Pacha Mama, Ñuke mapu, Madre<br />

Tierra, cuna <strong>de</strong> las naciones, lugar espacio en el que se <strong>de</strong>sarrolla la cultura <strong>de</strong> una comunidad, la<br />

comunidad nacional. Los mo<strong>de</strong>rnos han hablado <strong>de</strong> "la sociedad civil", <strong>de</strong> la "gente", esto es, <strong>de</strong> la<br />

valoración <strong>de</strong> las relaciones horizontales.<br />

Las mujeres construyeron la primera sociedad en <strong>Chile</strong>. Fue la sociedad <strong>de</strong>l lenguaje femenino<br />

intercambiado en las relaciones exogámicas. Mujeres que se trasladaban con sus relatos y que fueron<br />

haciendo cultura. En buena medida, se ha señalado en las novelas especialmente, las mujeres mantienen<br />

la memoria, recuerdan, señalan, dicen las cosas. Aunque ese <strong>de</strong>cir está muchas veces confinado al lugar<br />

<strong>de</strong>l silencio, a la trastienda <strong>de</strong> los olores, a la cocina.<br />

Los hombres construyeron el Estado, quizá a su imagen y semejanza. Pero también en esa relación entre<br />

Estado y Nación se construyó la propia masculinidad. La exigencia <strong>de</strong> historicidad, <strong>de</strong> asertividad frente<br />

a lo público, la parquedad <strong>de</strong> las palabras, el cuidado con el <strong>de</strong>cir, señalar y sobre todo la capacidad <strong>de</strong><br />

olvidar. El Estado al igual que el masculino, manda, es autoridad, y en los casos <strong>de</strong> cierta tranquilidad,<br />

seduce. Si esta acción no rin<strong>de</strong> efecto, si no se <strong>de</strong>ja seducir, si no "cae rendida a sus pies", <strong>de</strong>sata la<br />

violencia.<br />

El Estado <strong>de</strong>snudo<br />

Ha habido cambios profundos, durante los últimos años, en las relaciones <strong>de</strong> subordinación y<br />

dominación. La Reforma Agraria, sin duda, ha sido el proceso más importante <strong>de</strong> rupturas que ha vivido<br />

la sociedad chilena mo<strong>de</strong>rna. Allí si bien pue<strong>de</strong> discutirse su valor económico, no es <strong>de</strong>masiado<br />

discutible el hecho <strong>de</strong> haberse disuelto el sistema feudal <strong>de</strong> dominación, la servidumbre, el inquilinaje, la<br />

vieja tradición hacendal. Hoy se reconstruyen remedos, copias <strong>de</strong>formadas, escenas kitsh, y no pocas<br />

veces ridículas. No sabemos las consecuencias que este remezón a la cultura agraria tradicional tendrá<br />

en las nuevas generaciones, en los aspectos relacionados al sistema <strong>de</strong> dominación social y sexual aquí<br />

<strong>de</strong>scrito.<br />

La dictadura <strong>de</strong> casi dos décadas, fenómeno político interrelacionado con la supresión <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong><br />

dominación agrarios tradicionales, también aportó su cuota <strong>de</strong> erosión a los cimientos <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><br />

dominación. Pensamos sin embargo que se <strong>de</strong>tuvo en cierto modo el proceso <strong>de</strong> secularización y<br />

mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> la cultura, como producto <strong>de</strong>l resurgimiento <strong>de</strong>l autoritarismo. Efectivamente, muchas<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> ruptura que venían impregnando a la sociedad <strong>de</strong> los sesenta, quedaron suspendidas en el


tiempo como consecuencia <strong>de</strong> la bestialidad dictatorial. Las izquierdas mantuvieron sus ban<strong>de</strong>ras en alto<br />

más allá que en otros lugares <strong>de</strong>l mundo. La presencia <strong>de</strong> la Iglesia Católica jugó un papel muy<br />

<strong>de</strong>terminante en la cultura hasta hoy, logrando <strong>de</strong>tener gracias a su posición antidictatorial, los procesos<br />

<strong>de</strong> secularización en marcha. A pesar <strong>de</strong> ello, en los últimos años asistimos a la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> la<br />

estructura hacendal <strong>de</strong> patrones, inquilinos, peones y chinas. Las rupturas sucesivas, en lo político, en lo<br />

i<strong>de</strong>ológico, y la mo<strong>de</strong>rnización creciente <strong>de</strong>l mundo, transformaron la vida tradicional, la comunidad<br />

contradictoria que formaban unos y otros, y que hemos tratado <strong>de</strong> explicar. Uno <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong><br />

integración social más importantes en el país tien<strong>de</strong> a <strong>de</strong>saparecer. La dominación revestida <strong>de</strong>l vínculo<br />

sexual tradicional, la atracción y la seducción, <strong>de</strong>ja paso a la simple y sola dominación y subordinación.<br />

No hay lazos afectivos i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> otra especie, que recubran, expliquen o justifiquen la relación<br />

autoritaria y violadora. La violencia como fundamento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r se ve cada vez más transparente. Queda<br />

la violencia sola, sentada sobre la mesa.<br />

El Estado queda <strong>de</strong>snudo, sin un principio femenino <strong>de</strong> integración, sin un principio <strong>de</strong> solidaridad, sin<br />

un principio <strong>de</strong> comunidad, sin el principio horizontal <strong>de</strong>l "querer vivir juntos". Posiblemente alguna<br />

mente afiebrada quiere reemplazar nuestra antigua sociabilidad por el mercado.<br />

Son concomitantes la crisis <strong>de</strong>l Estado Portaliano con la crisis y transformación <strong>de</strong> la masculinidad en<br />

las relaciones interpersonales <strong>de</strong> género en la sociedad chilena. Así como en nuestras vidas cotidianas, la<br />

crítica a la masculinidad tradicional produce <strong>de</strong>sconcierto, complejiza el vínculo entre las personas, así<br />

también, creemos, en relación al Estado se produce una crisis en el principio <strong>de</strong> integración, un<br />

cuestionamiento <strong>de</strong>l vínculo social . Personalmente creo que allí yace una fuente <strong>de</strong> explicación a<br />

muchos <strong>de</strong> los problemas sociales actuales <strong>de</strong> nuestra sociedad, en especial la falta <strong>de</strong> solidarida<strong>de</strong>s<br />

internas, la criminalidad, la no resolución <strong>de</strong> la pobreza, la relación entre sociedad política y civil.<br />

Ya no sirve tampoco como pegamento integrador, la imagen ambigua, ambivalente y bisexuada <strong>de</strong><br />

Patria, que ha permitido la existencia por casi dos siglos <strong>de</strong> una Nación subyugada por el Estado. Esa<br />

imagen ha entrado en crisis. La Patria, es un concepto tramposo, ya que el Patria(rca) se disfraza <strong>de</strong><br />

mujer, con un gorro frigio enredado en sus cabellos largos. La "dulce patria" se comienza a <strong>de</strong>snudar <strong>de</strong><br />

su contorno <strong>de</strong> <strong>de</strong>idad femenina y queda expuesta a las miradas obscenas e incrédulas <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong> este largo territorio. La Patria a la que se venera "en sus aras", ha permitido combinar la autoridad <strong>de</strong>l<br />

padre con la dulzura <strong>de</strong>l "seno materno". Por ello se la quiere, se la añora, se la ama hasta el <strong>de</strong>lirio,<br />

como lo han comprobado los miles y miles <strong>de</strong> exiliados. Frente a un mundo creciente <strong>de</strong><br />

globalizaciones, la mirada boba frente a un símbolo patriótico no constituye adscripción plena. A lo más<br />

es una adscripción futbolística, entusiasta, provocadora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lirio colectivo momentáneo. Justificación<br />

para ser feliz.<br />

Caetano Veloso canta que quiere más Matria que Patria. Eso significa en nuestro lenguaje construir<br />

comunidad. Que los antiguos intercambios <strong>de</strong> mujeres se expandan a hombres y mujeres en un<br />

intercambio generalizado. Ese principio horizontal <strong>de</strong> relación entre los géneros pue<strong>de</strong> ser fundador <strong>de</strong><br />

una nueva forma <strong>de</strong> concebir la relación entre Estado y sociedad, la nación <strong>de</strong> las personas, <strong>de</strong> las que<br />

forman la sociedad.


Así como la imagen <strong>de</strong> lo masculino cargado <strong>de</strong> historicidad, <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>l honor <strong>de</strong>l linaje, ya no es<br />

funcional a la realidad, así tampoco el Estado pue<strong>de</strong> constituirse solamente en la fuerza subyugadora <strong>de</strong><br />

la comunidad nacional. Sin el principio <strong>de</strong> integración y solidaridad el Estado queda al <strong>de</strong>snudo.<br />

Germán Rozas: Pobreza y Desarrollo Local<br />

Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

NOTAS<br />

(1) Diccionario Larousse. 1979, Editorial Ercilla, pág. 38.<br />

(2) Oxford Advanced Learner´s Dictionary of Current English. Oxford University Press, Third Edition,<br />

1974. Pág. 433.<br />

(3) Platón, Apología <strong>de</strong> Sócrates. Traducción <strong>de</strong> Gastón Gómez Lasa, Editorial Dionysos, 1979. Págs.<br />

15 y 16<br />

(4) Op. Cit. Pág. 5.<br />

(5) Op. Cit. Pág. 19<br />

(6) Op. Cit. Pág. 5<br />

(7) Op. Cit. Pág. 12 y 13.<br />

(8) Op. Cit. Pág. 11.<br />

(9) La Ciencia <strong>de</strong> la Lógica (1812). Versión <strong>de</strong> Librería Hachette, S.A. Traducción <strong>de</strong> Augusta y<br />

Rodolfo Mondolfo, 1956. Pág. 60.<br />

(10) Me oriento, al respecto, por los análisis <strong>de</strong>l prof. Gastón Gómez Lasa : Estudios Plátonicos. Depto.<br />

De Lenguas Clásicas, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>. 1972.<br />

(11) Carta Séptima. Traducción <strong>de</strong> Gastón Gómez Lasa. Depto. De Lenguas Clásicas, U. De <strong>Chile</strong>.<br />

1975. Págs. 24 y 25.<br />

(12) Op. Cit. Pág. 22.<br />

(13) Op. Cit. Pág. 25.


(14) Op. Cit. Pág. 25.<br />

(15) G.W. Hegel : Lecciones sobre la Historia <strong>de</strong> la Filosofía (1833). Versión <strong>de</strong>l Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />

Económica. 1955. Tomo III, pág. 110.<br />

(16) Op. Cit. Pág. 150 y 151.<br />

(17) Op. Cit. Pág. 147.<br />

(18) Versión <strong>de</strong> Aguilar Ediciones, Quinta Edición, 1962. Pág. 54.<br />

(19) Op. Cit. Pág. 1267.<br />

(20) Op. Cit. Págs. 280 y 281.<br />

(21) Op. Cit. Págs. 283, 284, 285 y 286.<br />

(22) Op. Cit. Pág. 288.<br />

(23) Op. Cit. Pás. 292, 293 y 294.<br />

(24) Op. Cit. Pág. 300.<br />

(25) 1956. Versión <strong>de</strong> Aguilar Ediciones, 1964. Segunda Edición.<br />

(26) 1972. Versión <strong>de</strong> Taurus Ediciones, 1973.<br />

(27) Op. Cit. Pág. 13.<br />

(28) Op. Cit. Pág. 48. Esta <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> manipulación <strong>de</strong>l lenguaje recuerda casi automáticamente a los<br />

positivistas lógicos y su rechazo <strong>de</strong> la supuesta autenticidad <strong>de</strong> muchos problemas <strong>de</strong> la filosofía. Por<br />

supuesto, la critica <strong>de</strong> Sorokin no preten<strong>de</strong> en absoluto ese alcance.<br />

(29) Op. Cit. Págs. 234 y 235.<br />

(30) Op. Cit. Pág. 243. Lo <strong>de</strong> ´gargantuesca´ es, por supuesto, una alusión a Rabelais.<br />

(31) Op. Cit. Pág. 203.<br />

(32) Op. Cit. Pág. 397.


(33) Op. Cit. Pág. 134.<br />

(34) Op. Cit. Pág. 140.<br />

(35) El rechazo intransable <strong>de</strong> la inmobilización <strong>de</strong>l pensamiento bajo una forma rígida caracteriza a los<br />

gran<strong>de</strong>s pensadores, tanto en la filosofía como en la ciencia. Una ejemplificación magistral, entre otras,<br />

se halla en la Introducción en la Ciencia <strong>de</strong> la Lógica, <strong>de</strong> Hegel. Op. Cit.<br />

(36) Op. Cit. Pág. 16.<br />

(37) El concepto <strong>de</strong> brujería presenta no pocos problemas. Pero, si nos guiamos por los argumentos <strong>de</strong><br />

Andreski, aludiría a un conjunto <strong>de</strong> técnicas y po<strong>de</strong>res relativos a la conducta humana que, a los ojos <strong>de</strong>l<br />

observador no experto, poseerían ciertas personas especiales. Se trataría <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong> superstición. De<br />

hecho, tendrían ciertos po<strong>de</strong>res (gnoseológicos y practicos) en la medida en que la gente cree que los<br />

tienen, fenómeno que podriamos compren<strong>de</strong>r en función <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a como la <strong>de</strong> ´profecía autocumplida<br />

´. V. Gr. Merton : Teoría y Estructura <strong>Sociales</strong> (1949), cap. XIII. Versión <strong>de</strong>l Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />

Económica, México 1964.<br />

(38) Op. Cit. Pág. 289. Estos conceptos <strong>de</strong> Andreski recuerdan, por supuesto, esa corriente <strong>de</strong><br />

pensamiento que <strong>de</strong>nuncia la conversión <strong>de</strong>l racionalismo en i<strong>de</strong>ología y que representan, por ejemplo,<br />

autores como el sociólogo W. Pareto o el filósofo L. Kolakowski. De este ultimo, cabe tener en cuenta,<br />

precisamente, su texto Racionalismo como I<strong>de</strong>ología, Versión <strong>de</strong> Editorial Ariel, 1972.<br />

(39) De H. J. Eysenck pue<strong>de</strong> consultarse, entre otros textos, Psicología: hechos y palabrarería, 1965 ;<br />

versión <strong>de</strong> Alianza Editorial, Madrid 1977. En lo que Zinoviev se refiere, hay que consi<strong>de</strong>rar sus textos:<br />

L´avenir Radieux, 1978, Editions L´Age d´Homme, Suisse 1978 ; Les Hauteurs béantes, 1976, Editions<br />

L´Age d´Homme, Suisse 1977 ; Notes d´un veilleur <strong>de</strong> nuit, 1979, Editions L´Age Homme, Suisse<br />

1979 ; Sobre la <strong>de</strong>nuncia implacable <strong>de</strong> Feyerabend, extendida a lo largo y a lo ancho <strong>de</strong> su obra, cabe<br />

señalar La ciencia en una sociedad libre, 1978 ; versión <strong>de</strong> siglo XXI, México. En cuanto a Thomas<br />

Szasz, amén <strong>de</strong> su luminosa producción critica <strong>de</strong> la psiquiatría como ciencia, bien vale también<br />

consi<strong>de</strong>rar Herejías (1973), en versión <strong>de</strong> Premia Editora, México 1983 ; y El segundo Pecado (1972),<br />

versión <strong>de</strong> Ediciones Martínez Roca, Barcelona 1992. Sobre la postura <strong>de</strong> Martin Gardner, consultar La<br />

Ciencia. Lo bueno, lo malo, lo falso (1981), versión <strong>de</strong> Alianza Editorial, Madrid 1988. Una inesperada<br />

fuente temática para el tópico <strong>de</strong> la impostura, a nuestro juicio, pue<strong>de</strong> extraerse <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> los<br />

autores i<strong>de</strong>ntificables bajo el rótulo <strong>de</strong> 'programa fuerte' en sociología <strong>de</strong> la ciencia y, en particular, <strong>de</strong> la<br />

querella razones versus intereses. Un buen recuento <strong>de</strong>l 'estado <strong>de</strong>l arte' sobre la cuestión pue<strong>de</strong> hallarse<br />

en Cristóbal Torres, Sociología política <strong>de</strong> la ciencia, Siglo XXI <strong>de</strong> España Editores, Madrid 1994.<br />

(40) un ejemplo <strong>de</strong> lo problemático <strong>de</strong> cualquier intento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación contemporánea <strong>de</strong> impostura<br />

está en la diferente consi<strong>de</strong>ración que se hace <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> Martin Hei<strong>de</strong>gger, mientras, <strong>de</strong> una<br />

parte, en diversas subculturas académicas, se le reputa como filósofo más importante <strong>de</strong>l siglo, el mundo<br />

académico británico, en general, lo ignora (y no por <strong>de</strong>sconocimiento). Por lo <strong>de</strong>más, en Alemania


misma existen testimonios <strong>de</strong> antología en su contra(2) ; es el caso <strong>de</strong> Rudolf carnap : La superación <strong>de</strong><br />

la metafísica mediante el análisis lógico <strong>de</strong>l lenguaje, 1932. Incluido en : El Positivismo Lógico, 1959.<br />

Compilación <strong>de</strong> Alfred J. Ayer. Versión <strong>de</strong>l Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, México 1965. Págs. 66-87.


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

II<br />

En la historia <strong>de</strong> la filosofía, el problema<br />

<strong>de</strong> la impostura está temprana y<br />

expresamente planteado. En particular, hay<br />

dos gran<strong>de</strong>s testimonios relativos a nuestro<br />

tema que cabe referir por su importancia: la<br />

Apología <strong>de</strong> Sócrates y la Carta Séptima<br />

<strong>de</strong> Platón. Como ha sido dicho, la <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> Sócrates es mucho más que un hecho<br />

contingente. Pasa por ser, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

mucho tiempo, un verda<strong>de</strong>ro manifiesto <strong>de</strong>l<br />

oficio filosófico, la reivindicación más<br />

categórica <strong>de</strong> la actividad intelectual en<br />

tanto tal. Resulta sumamente <strong>de</strong>cidor que la<br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura constituya uno <strong>de</strong><br />

sus elementos centrales, elevada a la categoría <strong>de</strong> un tema fundamental.<br />

En este célebre alegato contra sus acusadores, Sócrates da a su ocupación<br />

cotidiana <strong>de</strong> interrogación y cuestionamiento <strong>de</strong> sus congéneres el carácter <strong>de</strong><br />

'misión', un servicio a la polis encomendado por la divinidad: "... al votar mi<br />

con<strong>de</strong>na, no vayáis a cometer un error con la donación que Dios os ha hecho.<br />

Pues, si me con<strong>de</strong>náis a muerte, no encontraréis con facilidad otro hombre<br />

aunque <strong>de</strong>clararlo sea sencillamente aún más ridículo- que esté tan bien<br />

dispuesto, por mandato <strong>de</strong> Dios, hacia la ciudad, como un caballo gran<strong>de</strong> y <strong>de</strong><br />

noble sangre, aunque un poco torpe por su tamaño, que tuviera necesidad <strong>de</strong> ser<br />

estimulado por algún tábano. Tarea semejante es la que Dios, creo yo, me ha<br />

encargado para la ciudad: que yo os estimule, os persuada y os increpe a uno<br />

por uno, sin pausa durante toda la jornada, aguardándoos por doquier. Hombre


semejante no se dará fácilmente entre vosotros, varones, y si me hiciérais caso,<br />

<strong>de</strong>beríais economizarme" (3).<br />

Seguramente, este pasaje contiene todo cuanto uno pudiera buscar en lo que a<br />

justificación <strong>de</strong>l oficio intelectual en cualquier tiempo o lugar. Hechas las<br />

salveda<strong>de</strong>s correspondientes, su semejanza con párrafos <strong>de</strong> un Voltaire o un<br />

Bacon, un Bruno o un Camus, un Galileo o un Fichte, un Pico <strong>de</strong> la Mirándola o<br />

un Russell, es in<strong>de</strong>smentible. De aquí que esta <strong>de</strong>fensa socrática pueda<br />

consi<strong>de</strong>rarse como un verda<strong>de</strong>ro documento fundador <strong>de</strong>l oficio. Es en la<br />

Apología <strong>de</strong> Sócrates que hallamos la madura autoconciencia <strong>de</strong> la actividad<br />

intelectual capaz <strong>de</strong> justificarse más allá <strong>de</strong>l gesto personal <strong>de</strong> preferencia.<br />

Por todo lo anterior, es tan revelador que la misión socrática se <strong>de</strong>sarrolle como<br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura. Por boca <strong>de</strong> su amigo Querefón, Sócrates se entera<br />

que la sacerdotisa <strong>de</strong> Delfos lo consi<strong>de</strong>ra el más sabio entre los hombres. El<br />

conocimiento <strong>de</strong> esta afirmación sumió al filósofo en ciernes en profundas<br />

reflexiones: "¿Qué quiere <strong>de</strong>cir el Dios y qué enigma hay en sus palabras Pues<br />

tengo la certeza absoluta <strong>de</strong> que no soy sabio en ninguna medida. ¿Qué quiere<br />

<strong>de</strong>cir, entonces, cuando <strong>de</strong>clara que yo soy el más sabio. Él, sin duda alguna,<br />

no miente; no es posible en él. Por mucho tiempo, me encontré sin saber qué<br />

quería <strong>de</strong>cir. Luego, sin mucho <strong>de</strong>seo, me lancé a averiguarlo. Salí al encuentro<br />

<strong>de</strong> los sabios que tienen fama <strong>de</strong> tales" (4).<br />

Sabemos -por boca <strong>de</strong>l propio Sócrates- el itinerario que siguió en sus<br />

indagaciones: los políticos, los autores <strong>de</strong> tragedias, los poetas, los artesanos.<br />

Sabemos, también, lo que encontró: dan la impresión <strong>de</strong> ser sabios, pero no lo<br />

son; tienen fama <strong>de</strong> ser sabios, pero no lo son, simulan saber, dicen lugares<br />

comunes, son vanidosos, no saben nada digno <strong>de</strong> valor, montan en cólera<br />

cuando son cuestionados; pa<strong>de</strong>cen la más execrable <strong>de</strong> las ignorancias: creen<br />

saber lo que no saben. De esta tajante experiencia, Sócrates extrae una<br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> su misión: "...someto a prueba a los que se creen sabios pero que<br />

no lo son" (5). Y, lógicamente, <strong>de</strong>scifra el enigma sobre el sentido en que él sea<br />

un sabio, comparado con aquel que solo finge serlo: "Parece que soy, por lo<br />

tanto, un poco más sabio que él, ya que no creo saber las cosas que no sé". (6)<br />

Todos estos <strong>de</strong>scargos son <strong>de</strong>sarrollados por Sócrates -no lo olvi<strong>de</strong>mos- en su<br />

<strong>de</strong>fensa contra los cargos <strong>de</strong> ateísmo, corrupción <strong>de</strong> la juventud y manejo


sofístico <strong>de</strong> los argumentos. Ha sido acusado y se ve enfrentado a dar cuenta <strong>de</strong><br />

sus actos, esto es, <strong>de</strong> su oficio . Las acusaciones son, según lo precisa, lugares<br />

comunes. Por supuesto, se justifica plenamente una reflexión ceñida sobre el<br />

contenido <strong>de</strong> las acusaciones propiamente tales. Pero, y el propio Sócrates así lo<br />

manifiesta, el asunto <strong>de</strong> fondo es otro. Las acusaciones son el problema explícito:<br />

falta <strong>de</strong>terminar su origen, su causa, el problema implícito. El filósofo refiere<br />

claramente que, en la búsqueda <strong>de</strong> la sabiduría, en la exhortación al diálogo, en<br />

el <strong>de</strong>senmascaramiento <strong>de</strong> los falsos sabios, se ha ganado el odio <strong>de</strong> muchas<br />

personas. Las expresiones socráticas no <strong>de</strong>jan lugar a dudas: animadversión,<br />

encono, odio, odiosida<strong>de</strong>s rencorosas y sórdidas, cólera. Con sus propias<br />

palabras: "Lo que dije hace un momento, que me había ganado mucho odio <strong>de</strong><br />

muchas personas, estad ciertos que es verdad. Esto es lo que me per<strong>de</strong>rá, si ha<br />

<strong>de</strong> per<strong>de</strong>rme, y no Meleto ni Anito, sino la calumnia, el rencor <strong>de</strong> muchos. Que es<br />

justamente lo que ha perdido a muchos otros hombres excelentes, y creo, los<br />

seguirá perdiendo. No tiene nada <strong>de</strong> extraordinario que me ocurra a mí" (7). Este<br />

pasaje <strong>de</strong>l discurso es particularmente significativo. Sócrates manifiesta una<br />

notable luci<strong>de</strong>z sobre la naturaleza <strong>de</strong> la situación en la que se halla; rastrea por<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las apariencias y <strong>de</strong>vela lo latente. Sus acusadores, así como las<br />

acusaciones que han formulado, son sólo la punta visible <strong>de</strong>l iceberg, las<br />

agitaciones <strong>de</strong> superficie. Otra cosa son -como <strong>de</strong>cimos- las mareas <strong>de</strong> fondo.<br />

Recojamos su afirmación <strong>de</strong> que lo que le ocurre no tiene nada <strong>de</strong> extraordinario.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que el conflicto entre el pensador y la polis le era conocido y le<br />

resultaba familiar. Por ejemplo, Anaxágoras había sido acusado tiempo antes <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>lito <strong>de</strong> impiedad religiosa. En la malla <strong>de</strong> este enfrentamiento, <strong>de</strong> diferentes<br />

matices e intensida<strong>de</strong>s, entre la nueva actividad intelectual y las creencias<br />

tradicionales, se teje la venganza <strong>de</strong> los impostores, <strong>de</strong> todos aquellos<br />

agraviados por el oficio filosófico socrático. La interrogación filosófica sin<br />

contemplaciones había <strong>de</strong>senmascarado el falso saber <strong>de</strong> muchos supuestos<br />

sabios. Ahora, al amparo <strong>de</strong> la atmósfera equívoca <strong>de</strong> los tiempos difíciles,<br />

empujabanel agua turbia hacia sus propios molinos. Era la hora <strong>de</strong>l ajuste <strong>de</strong><br />

cuentas. Motivos había: pérdida <strong>de</strong> prestigio, influencia y po<strong>de</strong>r, exhibición<br />

pública <strong>de</strong> su impostura.<br />

Faltaban la ocasión y la i<strong>de</strong>ología precisas. De ahí que buscaran fundir el perfil <strong>de</strong><br />

Sócrates con la imagen <strong>de</strong> los filósofos naturalistas, aquellos que buscaban<br />

respuestas científicas <strong>de</strong> los fenómenos naturales y dudaban <strong>de</strong> las explicaciones


eligiosas <strong>de</strong>l pasado. Así se entien<strong>de</strong> que Sócrates increpe a uno <strong>de</strong> sus<br />

acusadores <strong>de</strong> este modo: "Querido Meleto, tú crees que estás acusando a<br />

Anaxágoras" (8).Ya se sabe: la venganza tiene razones que la lógica no<br />

entien<strong>de</strong>. Como en la lógica <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> las maravillas <strong>de</strong> Alicia, el acusado y la<br />

sentencia ya estaban pensados y <strong>de</strong>cididos; faltaba <strong>de</strong>terminar las pruebas todas<br />

aquellas que resultaran a<strong>de</strong>cuadas y apropiadas al propósito previamente<br />

<strong>de</strong>terminado.<br />

Conocemos el <strong>de</strong>senlace <strong>de</strong> esta historia. Nos asalta siempre la tentación<br />

iluminista y racionalista <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el drama socrático en el contexto <strong>de</strong> un<br />

enfrentamiento fundamental entre el progreso y el oscurantismo, entre la filosofía<br />

y la religión. No es posible rechazar <strong>de</strong>l todo una interpretación tal pero, sin<br />

embargo, no es tampoco la única lectura posible <strong>de</strong> los hechos. En una <strong>de</strong> sus<br />

dimensiones esenciales, el juicio a Sócrates es, evi<strong>de</strong>ntemente, la venganza <strong>de</strong><br />

los impostores <strong>de</strong>senmascarados, <strong>de</strong> los pedantes <strong>de</strong>scubiertos, <strong>de</strong> los falsos<br />

sabios. La cofradía <strong>de</strong> los usurpadores se puso en pie <strong>de</strong> guerra. Reacción<br />

explicable, en verdad. Sócrates había iniciado las hostilida<strong>de</strong>s con su<br />

averiguación, con su práctica filosófica <strong>de</strong>l examen implacable <strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>ncias<br />

pretendidamente tales, con la admisión valerosa <strong>de</strong> su propia ignorancia. Una<br />

cosa va con la otra. Con el cuestionamiento <strong>de</strong> las supuestas verda<strong>de</strong>s, viene<br />

lógicamente el cuestionamiento <strong>de</strong> quienes las han sostenido. Su objetivo no era<br />

seguir a Sócrates en sus interrogantes y preguntas, asumiendo el riesgo <strong>de</strong> tener<br />

que abandonar las i<strong>de</strong>as que se probaran falsas; muy por el contrario: no es la<br />

filosofía lo que les interesa. Están preocupados <strong>de</strong> mantener sus prestigios, sus<br />

influencias, sus posiciones, sus cuotas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. No es la verdad la que los<br />

inspira. Les basta con todo lo que tenga la apariencia <strong>de</strong> tal.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que la búsqueda <strong>de</strong> Sócrates tenía que pasar, ineludiblemente, por la<br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura. No había otro camino. Parece ser una constante: el<br />

movimiento <strong>de</strong> la filosofía implica el sobrepasamiento crítico <strong>de</strong>l falso saber, <strong>de</strong><br />

las supuestas verda<strong>de</strong>s; estas son, propiamente hablando un obstáculo para el<br />

pensamiento. En palabras <strong>de</strong> Hegel, muchos siglos <strong>de</strong>spués: "estos prejuicios se<br />

convierten en los errores cuya refutación practicada por todas las partes <strong>de</strong>l<br />

universo espiritual y natural, es la filosofía; o mejor dicho los errores que, por<br />

obstruir el acceso a la filosofía, tienen que ser abandonados en el umbral <strong>de</strong> la<br />

misma". (9)


Continuación Índice <strong>Excerpta</strong> Lo Nuevo<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

El secreto <strong>de</strong>l sol.<br />

La luna se escon<strong>de</strong> en tus ojos<br />

que miro, tus ojos sangrantes<br />

Tu alma huye <strong>de</strong> la cárcel<br />

y <strong>de</strong> la mano te llevo me llevas<br />

hasta el alba<br />

Hay una mujer en la puerta <strong>de</strong><br />

la casa, junto al lago:<br />

Me iré a <strong>de</strong>sentrañar el misterio<br />

<strong>de</strong>l sol tras la montaña, madre<br />

Le dices.<br />

Elicura Chihuailaf


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

NOTAS<br />

(1) Cf. Louis Faron, Dillehay, Foerster.<br />

(2) Canciones <strong>de</strong>l machi Mañkelaf <strong>de</strong> Malalhue, en Augusta: 303.<br />

(3) Canción <strong>de</strong> chueca <strong>de</strong> Painemal Weitra, en Augusta: 333.<br />

(4) Foerster, 1993.<br />

(5) Las diferencias <strong>de</strong> escritura <strong>de</strong> algunas palabras en mapudungu, a lo largo <strong>de</strong>l libro, se <strong>de</strong>ben a que<br />

cuando citamos textualmente respetamos las formas utilizadas por los autores, por ello se observará una<br />

gran disparidad en el uso <strong>de</strong> las voces mapuche.<br />

(6) Grebe et al. 1972, citado por Dillehay.<br />

(7) Montecino, 1984..<br />

(8) Un esfuerzo en ese sentido lo constituye el trabajo <strong>de</strong> Rolf Foerster y <strong>de</strong> Pedro Mege<br />

(9) En Koessler-llg: 57-58.<br />

(10) Para antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> estos cuentos véase más a<strong>de</strong>lante el capítulo: El discurso mítico y lo femenino.<br />

(11) En mapudungu: kutranan (enfermarse) o kutrán kiyen (enfermedad <strong>de</strong> la luna).<br />

(12) Para ello nos valdremos <strong>de</strong> la valiosa investigación <strong>de</strong>l antropólogo Rolf Foerster en el libro<br />

Introducción a la Religiosidad Mapuche, 1993.<br />

(13) Martín Alonqueo citado por Foerster, op. cit.<br />

(14) Grebe et. al., 1971, citado por Foerster op. cit.


(15) Louis Faron 1964: 50-65, citado por Foerster, Op. cit.<br />

(16) En Gun<strong>de</strong>rmann 1981.<br />

(17) De acuerdo a los estudios <strong>de</strong> Foerster.<br />

(18) Por ejemplo, Louis Faron.<br />

(19) Véase Grebe, 1988.<br />

(20) A conclusiones parecidas, en relación a Lalén Kusé, llega Gladys Riquelme, 1988; también hay<br />

antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los ritos con arañas en Angélica Willson.<br />

(21) En Montecino, 1986.<br />

(22) También hay versiones que indican que los hombres machi pasarían por las fases <strong>de</strong> género <strong>de</strong> la<br />

luna, las que <strong>de</strong>terminarían su ser masculino o femenino <strong>de</strong> acuerdo al período <strong>de</strong> luna llena o<br />

menguante.<br />

(23) En Montecino, 1985.<br />

(24) No hemos mencionado lo que suce<strong>de</strong> entre los mapuche <strong>de</strong> la zona Argentina. en don<strong>de</strong> se<br />

menciona a las parejas Sol y Luna, y a "Gran Hombre, Gran Cabeza <strong>de</strong> Oro y Mujer, Reina <strong>de</strong>l Cielo<br />

Azul, Mujer Gran<strong>de</strong>", como se pue<strong>de</strong> apreciar en Koessler-llg.<br />

(25) Faron, 1964: 53, citado por Foerster, 1993.<br />

(26) Todos estos relatos han sido extraídos <strong>de</strong>l texto Mitología Mapuche <strong>de</strong> Kuramochi.<br />

(27) Este fenómeno ha sido <strong>de</strong>tectado por Foerster en varios estudios.<br />

(28) En Koessler-llg: 30.<br />

(29) En Antonio Cár<strong>de</strong>nas: 15- 16.<br />

(30) Paño <strong>de</strong> lana que envuelve el cuerpo, vistiéndolo.<br />

(31) La síntesis que presentamos ha sido extraída <strong>de</strong>l valioso trabajo <strong>de</strong> Gladys Riquelme.


(32) Sostenida por Américo Gordon.<br />

(33) Esta versión es la que usa Rolf Foerster.<br />

(34) Gordon, citado por Riquelme: 84.<br />

(35) Cabeza, citado por Riquelme: 84.<br />

(36) Frank Bélec:94-95-97.<br />

(37) Pedro Mege, citado por Riquelrne: 86.<br />

(38) Riquelme: 87.<br />

(39) En Faron, traducción personal.<br />

(40) En Montecino, 1984.<br />

(41) Schindler y Curaqueo citados por Foerster, 1993.<br />

(42) Véase Mayo Calvo.<br />

(43) Op.cit.: 33.<br />

(44) Montecino, 1984.<br />

(45) Montecino, 1986.<br />

(46) Que coinci<strong>de</strong> con la celebración <strong>de</strong>l We Tripantu o Año Nuevo Mapuche.<br />

(47) La <strong>de</strong>scripción que haremos <strong>de</strong> ese proceso proviene <strong>de</strong> informaciones contemporáneas dadas por<br />

Carmela Romero y <strong>de</strong> bibliografía al respecto.<br />

(48) Datos <strong>de</strong> Martín Alonqueo, en el capítulo Ngeikurrewen.<br />

(49) Recopilado por Cristina Girardi.<br />

(50) Recopilado por Cristina Girardi.


(51) Rolf Foerster, 1988.<br />

(52) Síntesis <strong>de</strong>l cuento que aparece en Mayo Calvo.<br />

(53) Recopilado por Cristina Girardi.<br />

(54) Hugo Carrasco: 1982:117-122.<br />

(55) Así aparece en la gran mayoría <strong>de</strong> los epeu <strong>de</strong>l sumpall como lo expresa Amelia Gaete.<br />

(55) Extracto <strong>de</strong> la leyenda publicada por Antonio Cár<strong>de</strong>nas.<br />

(56) Síntesis <strong>de</strong>l cuento narrado por Paula Painén, en Montecino, 1986.<br />

(57) Síntesis <strong>de</strong>l relato que aparece en Cár<strong>de</strong>nas.<br />

* La referencia bibliográfica no aparece en la publicación original. (N. <strong>de</strong>l E. versión electrónica)


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Un panteón poblado <strong>de</strong> dioses múltiples<br />

En casi todos los casos las divinida<strong>de</strong>s aparecen nombradas con los términos fuchá y kuché, es <strong>de</strong>cir,<br />

viejo y vieja respectivamente, portando así simultáneamente un atributo génerico (masculino, femenino)<br />

y otro étareo (son ancianos). En algunos lugares estos principios or<strong>de</strong>nadores, <strong>de</strong> sexo y edad aparecen<br />

componiendo una "familia" nuclear estructurada en cuatro divinida<strong>de</strong>s: dioses anciano y anciana (fuchá<br />

y kusé, respectivamente) y dioses jóvenes masculino y femenino (weche wentru y ulcha domo). De<br />

esta manera las "familias" <strong>de</strong> divinida<strong>de</strong>s serían (agregando a cada uno los rasgos arriba mencionados):<br />

Dioses Antiguos, Antiku<br />

Dioses <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r máximo, Ñidol<br />

Dioses guerreros, Meli Weichan<br />

Dioses <strong>de</strong> la luna, Kiyén<br />

Dioses <strong>de</strong> las estrellas, Wanlén<br />

Dioses jefes <strong>de</strong> los elementos naturales:<br />

<strong>de</strong>l trueno, Tralkán<br />

<strong>de</strong> las nubes, Tromul Wenu<br />

<strong>de</strong> la luz, Ayon Wenu<br />

<strong>de</strong>l color azul, Wenu.<br />

También habrían dioses <strong>de</strong>l Pillán (volcanes) y <strong>de</strong> los distintos puntos cardinales (14).<br />

Este elaborado or<strong>de</strong>n, sin embargo, no aparece en otras áreas estudiadas; así, por ejemplo, en otros<br />

lugares <strong>de</strong> la región mapuche central surgen:<br />

Ñeneche, (Dios, Dueño <strong>de</strong> los hombres)


Kupukafucha/Kupukakushe (Dioses <strong>de</strong> la abundancia),<br />

Huillifucha/Huillikushe (Dioses <strong>de</strong>l viento <strong>de</strong>l sur),<br />

Lafkenfucha/Lafkenkushe (Dioses <strong>de</strong>l mar, <strong>de</strong> los lagos, <strong>de</strong> los ríos),<br />

Tralkanfucha/Tralkankushe (Dioses <strong>de</strong> los truenos),<br />

Antufucha/Antukushe (antu: sol),<br />

Kuyenfucha/Kuyenkushe (kuyen: luna) (15).<br />

Por su lado en el área pehuenche (Alto BíoBío), en la posición apical <strong>de</strong>l panteón, hay una pareja <strong>de</strong><br />

dioses que rigen los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>l cosmos:<br />

Chau (también llamado Chachau (padre), Ñenechen (Dueño o tutor <strong>de</strong> los hombres),<br />

Antu-rey-fucha y Antu-rey-kushe (anciano y anciana rey sol).<br />

Como divinida<strong>de</strong>s menores aparecen:<br />

Pewenfucha/Pewenkushe (pewen: araucaria araucana),<br />

Choñoiwefucha/Choñoiwekushe (Divinida<strong>de</strong>s que habitan en los fogones),<br />

Mawidañenechen o Mawidanemapún (mawida: montaña),<br />

Wunelvefucha/Wunelvekushe (Wunelve: venus),<br />

Ketrireifucha/Ketrireikushe .<br />

En el último peldaño se ubican los antepasados (16).<br />

El panteón <strong>de</strong>l universo mapuche-huilliche (San Juan <strong>de</strong> la Costa) (17) está representado por:<br />

Chao Dios (Padre Dios)<br />

Chao Trokin


Chao Antu (Padre Sol)<br />

Pucatrihuekeche<br />

Mamita Luna<br />

Ñuketie.<br />

Po<strong>de</strong>mos apreciar la enorme variabilidad <strong>de</strong> las figuras que ocupan el universo <strong>de</strong> representaciones<br />

divinas. Respecto a la posición <strong>de</strong> lo femenino en las parejas <strong>de</strong> "dioses", algunos autores sostienen que<br />

ellas son simplemente "acompañantes" <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s masculinas, que serían las verda<strong>de</strong>ramente<br />

importantes y las que incidirían en los asuntos humanos (18). Esta visión correspon<strong>de</strong>ría a la estructura<br />

patriarcal mapuche. Por otra parte, también está la imagen <strong>de</strong> que las divinida<strong>de</strong>s serían "familias", es<br />

<strong>de</strong>cir, matrimonios con hijos (19). Des<strong>de</strong> nuestras reflexiones pensamos que ambas posturas <strong>de</strong>ben<br />

someterse a interrogaciones, sobre todo por las posibles proyecciones etnocéntricas, (y androcéntricas)<br />

que pudieran subyacer en ellas.<br />

De este modo, las preguntas que formulamos se refieren en<br />

primer lugar, a la supuesta "pasividad" <strong>de</strong> lo kusé o lo<br />

femenino <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s. Creemos que la presencia <strong>de</strong> lo<br />

masculino y <strong>de</strong> lo femenino arcaicos (fuchá y kusé) se<br />

vincula, por un lado, a que el mundo necesita <strong>de</strong><br />

diferenciaciones que creen i<strong>de</strong>ntidad, y por el otro, a que en<br />

el concepto mapuche los antepasados fallecidos (los<br />

antiguos) poseen carácter sagrado. De esta manera ser<br />

"acompañantes" es una propiedad mutua. Un posible<br />

<strong>de</strong>smentido a la "inercia" <strong>de</strong> la parte femenina <strong>de</strong> las<br />

divinida<strong>de</strong>s es la acción, por ejemplo, <strong>de</strong> Choñoiwe Kusé y<br />

Lalén Kusé, en el Epeu <strong>de</strong>l Origen <strong>de</strong>l Hilado:<br />

"Un día una chiquilla lavaba mote en el río, llegó un viejo y<br />

se la robó, se la llevó pa' sus tierras. Se casó el viejo con la<br />

chiquilla. Dicen que le dijo: "Me voy pa' la Argentina,<br />

cuando vuelva yo, me tenís que tener toda esta lana hilá".<br />

Se fue el hombre y la niña quedó llorando ¡Cuándo sabía<br />

hilar!, llorando allegadita al fogón, y en eso el Choñoiwe<br />

Kusé, el Fuego Vieja, le habló: "No tenís pa' qué afligirte<br />

tanto, yo voy a llamar a Lalén Kusé pa' que te ayu<strong>de</strong>". Al<br />

ratito, apareció bajando por el fogón la Araña Vieja y le<br />

dijo a la chiquilla: "tienes que hacerlo como yo, mírame y<br />

apren<strong>de</strong>rás a hilar".


Así que pasaron los días. Cuando llegó el hombre, las lanas estaban toítas hiladas. Lalén Kusé todas<br />

las noche fue a ayudar a la niña y juntas terminaron el trabajo"<br />

Versión <strong>de</strong> Mariana Queupil.<br />

Aquí po<strong>de</strong>mos observar cómo se establece una suerte <strong>de</strong> "solidaridad" entre el Fuego Vieja y la Araña<br />

Vieja con la joven carente <strong>de</strong> un saber: el hilado. El polo femenino <strong>de</strong> las divinida<strong>de</strong>s actúa en este<br />

relato, y lo hace entregando un "oficio" que distingue a la mujer y que será parte <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidad. Si bien<br />

este relato sólo se conserva en una zona Pehuenche, una serie <strong>de</strong> prácticas mágicas muy utilizadas en<br />

casi todo el territorio mapuche, dan cuenta <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> esta narración y su vínculo con ciertos<br />

ritos. Así por ejemplo, para que las niñas aprendan a hilar y sean buenas tejedoras se les frota<br />

suavemente la palma <strong>de</strong> las manos con pequeñas arañas, también se les envuelve la muñeca con<br />

"pulseras" <strong>de</strong> tela <strong>de</strong> araña. En lugares cercanos a Temuco se habla <strong>de</strong> la "Lalén <strong>de</strong>l Fogón" como<br />

"ayudante" <strong>de</strong> las tejedoras. Este ejemplo ilustra la hipótesis <strong>de</strong> que no habría inactividad en lo Kusé<br />

(20) y tal vez nuevas indagaciones, con una óptica distinta, puedan mostrar rostros y acciones inéditas <strong>de</strong><br />

las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s.<br />

Otro ejemplo en este sentido lo constituyen las alegorías <strong>de</strong> Wun Kusé. Wun <strong>de</strong>signa el amanecer y<br />

hay, <strong>de</strong> acuerdo a la información que poseemos, Wun fuchá, Wun weche-wentru y Wünulcha domo<br />

(21). En un epeu po<strong>de</strong>mos percibir como Wun Kusé no es un ente pasivo:<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Bibliografía<br />

Augusta, Fray Felix José.<br />

Belec, Frank.<br />

Cár<strong>de</strong>nas, Antonio.<br />

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Foerster, Rolf.<br />

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"Sumpall: un relato mítico mapuche", en Revista Frontera, Temuco, 1982.<br />

El Invierno. Su imagen y otros poemas azules, Ediciones Literatura Alternativa, Temuco, 1990<br />

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Gaete, Amelia.<br />

Gun<strong>de</strong>rmann, Hans.<br />

Koessler-lig, Bertha.<br />

Kuramochi, Yosuke.<br />

Montecino, Sonia.<br />

Montecino, Sonia.<br />

Montecino, Sonia.<br />

Montecino, Sonia.<br />

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Riquelme, Gladys.<br />

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"El epeu mítico <strong>de</strong> shumpall <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva sociológica"en Actas <strong>de</strong> Lengua y Literatura<br />

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Mujeres <strong>de</strong> la Tierra, Ediciones Cem, 1984<br />

"Historias <strong>de</strong> Vida <strong>de</strong> Mujeres Mapuches", Serie Las Mujeres Hablan N.4, Pemci,1985 (Dcto.).<br />

Mujeres mapuche. El saber en la curación <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s comunes, Cem, 1985.<br />

El zorro que cayó<strong>de</strong>l cielo y otros relatos <strong>de</strong> Paula Painén, Ediciones Cem, 1986.<br />

"Llallín Kusé: ¿mo<strong>de</strong>lo o auxiliar <strong>de</strong> la tejedora mapuche en Actas <strong>de</strong> Lengua y Literatura<br />

Mapuche, N.3, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Educación y Humanida<strong>de</strong>s, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> la Frontera, Temuco, 1988.


Willson, Angélica.<br />

"El motivo <strong>de</strong>l orante arrodillado"en Actas <strong>de</strong> Lengua y Literatura Mapuche, N.4, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong><br />

Educación y Humanida<strong>de</strong>s, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> la Frontera, Temuco, 1990.<br />

Textilería mapuche. Arte <strong>de</strong> mujeres, Ediciones CEDEM, 1992.


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Notas<br />

(1) Antropóloga, escritora, coordinadora <strong>de</strong>l PIEG (Programa Interdisciplinario <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> Género)<br />

<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong>, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

(2) Badinter: 51<br />

(3) op. cit.: 21<br />

(4) En el sentido <strong>de</strong> una reflexión que parta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> género, puesto que algunos<br />

trabajos <strong>de</strong> Gabriel Salazar y otros historiadores que hablan <strong>de</strong> hombres no tienen la intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar<br />

el sistema sexo-género que posibilita tal o cual tipo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad o <strong>de</strong> relación femenino-masculino o el<br />

posicionamiento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una estructura <strong>de</strong> jerarquías <strong>de</strong> género. Sólo conocemos un interesante trabajo<br />

<strong>de</strong> Thomas Klubock ("Hombres y mujeres en El Teniente. La construcción <strong>de</strong> género y clase en la<br />

minería chilena <strong>de</strong>l cobre, 1904- 1951 " en Disciplina y Desacato, Godoy, Hutchison, Rosemblatt y<br />

Zárate, editoras, Sur-Ce<strong>de</strong>m, Santiago, 1995) y otro <strong>de</strong> Víctor Toledo ("Historia <strong>de</strong> las Mujeres en <strong>Chile</strong><br />

y la cuestión <strong>de</strong>l género en la historia social" en Huellas, Montecino y Boisier, editoras. Ce<strong>de</strong>m,<br />

Santiago 1993) que han abordado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ámbito conceptual <strong>de</strong>l género el problema <strong>de</strong> lo masculino en<br />

<strong>Chile</strong>.<br />

(5) Es interesante señalar la relación entre el pensamiento <strong>de</strong> Bengoa y Devés respecto al principio<br />

integrativo <strong>de</strong> la subordinación, el cual tendría un correlato en las relaciones <strong>de</strong> género como mezcla <strong>de</strong><br />

amor/odio. <strong>de</strong> atracción y humillación.


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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

III<br />

La Carta Séptima es consi<strong>de</strong>rada como el testamento político <strong>de</strong> Platón. A la<br />

sazón, corre el año 354 a.C. y el filósofo tiene 74 años. Han pasado tres décadas<br />

y media, aproximadamente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fundación <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia y la laboriosa<br />

redacción <strong>de</strong> los libros que conforman La República. Esta acotación cronológica<br />

es importante; <strong>de</strong> una parte, porque permite sostener que el pensamiento político<br />

<strong>de</strong> Platón <strong>de</strong>be ser examinado en su integridad. Hay intérpretes que giran y<br />

vuelven a girar alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> La República como la sola fuente importante para<br />

juzgar sobre ello. La lectura <strong>de</strong> la Carta Séptima permite ver a un Platón<br />

elaborando balances <strong>de</strong> singular valor, reflexionando sobre su propia experiencia<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> su séptima década <strong>de</strong> vida. Por otra parte, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este<br />

modo <strong>de</strong> ver, pue<strong>de</strong> salirse al paso <strong>de</strong> una lectura <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> Platón en<br />

términos 'platónicos', que cree y quiere ver un filósofo inmerso en el vértigo <strong>de</strong> las<br />

puras i<strong>de</strong>as, un pensador solamente abstracto, especulativo e i<strong>de</strong>alista -en el<br />

sentido técnico <strong>de</strong> la expresión. (10)<br />

La Carta Séptima es, pues, un texto <strong>de</strong> inestimable valor. Y el asunto que lo<br />

motiva no tiene nada <strong>de</strong> abstracto: es, en verdad, un episodio más en una larga<br />

historia <strong>de</strong> iniciativas políticas que significaron mucho dolor para Platón. Los por<br />

aquel entonces <strong>de</strong>tentadores <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en Siracusa, Sicilia -también en un<br />

episodio más <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> conatos- han escrito al filósofo en busca <strong>de</strong> consejo<br />

y colaboración. En el pasado han quedado los tres viajes <strong>de</strong> Platón a Siracusa, el<br />

asesinato <strong>de</strong> Dion -lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los rivales <strong>de</strong>l tirano Dionisio y discípulo dilecto <strong>de</strong>l ya<br />

viejo pensador- una sucesión <strong>de</strong> intrigas, conspiraciones y revueltas, y el fracaso<br />

sistemático <strong>de</strong> sucesivos intentos por conciliar el po<strong>de</strong>r y la filosofía según el<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> La República. La base <strong>de</strong> todas las esperanzas había surgido <strong>de</strong> la<br />

amistad estrecha <strong>de</strong> Dion y Dionisio y, en particular, <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong>l primero


acerca <strong>de</strong> la supuesta vocación filosófica <strong>de</strong>l gobernante. Con el aval <strong>de</strong> la<br />

palabra <strong>de</strong> Dion es que Platón viaja a Sicilia con el objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar la<br />

posibilidad <strong>de</strong> inducir en Dionisio el amor dura<strong>de</strong>ro por la filosofía y <strong>de</strong>sarrollar un<br />

gobierno fundado en la justicia, siguiendo las i<strong>de</strong>as cobijadas y maduradas en la<br />

Aca<strong>de</strong>mia.<br />

Ya en Sicilia y a corto andar, Platón cree advertir en Dionisio los rasgos <strong>de</strong> un<br />

impostor en materias filosóficas. Deci<strong>de</strong>, pues, someterlo a prueba <strong>de</strong> acuerdo a<br />

un procedimiento probado y legítimo: " Conviene a estos hombres que se<br />

encuentran en estas condiciones, mostrarles en toda su extensión la tarea tal<br />

cual es, las obligaciones por las que hay que pasar y cuanto esfuerzo ello<br />

supone. El que lo escucha, si realmente es un filósofo y tiene una condición<br />

familiar para una tarea <strong>de</strong> esta importancia, llega a la conclusión <strong>de</strong> que ha oído<br />

hablar <strong>de</strong> una ruta maravillosa que <strong>de</strong>be seguirla <strong>de</strong> inmediato y que la existencia<br />

no es vivible para el que proceda <strong>de</strong> otra manera. En seguida, concentra todas<br />

sus fuerzas en ella y en la persona que presi<strong>de</strong> la marcha y no ce<strong>de</strong> hasta que<br />

haya llegado al fin <strong>de</strong> todas sus energías o adquiriendo la fuerza para que él<br />

mismo, prescindiendo <strong>de</strong>l que le señala el camino, pueda tener la capacidad <strong>de</strong><br />

avanzar solo. De esta manera y con tales pensamientos, lleva su existencia un<br />

hombre semejante, aplicándose a sus ocupaciones cualesquiera que ellas sean,<br />

pero sujetándose por encima <strong>de</strong> todo y siempre a la filosofía y a un régimen<br />

<strong>de</strong>alimentación cotidiano que pueda convertirlo en un hombre sabio y <strong>de</strong> notables<br />

condiciones para apren<strong>de</strong>r, recordar y pensar, y que sienta odio profundo por el<br />

régimen que conduzca al genero <strong>de</strong> vida opuesto. Pero los que realmente no son<br />

filósofos, pero sí se han dado un barniz con algunas opiniones al igual que los<br />

que han tostado sus cuerpos bajo el sol, al ver cuantas disciplinas <strong>de</strong> estudio hay,<br />

la magnitud <strong>de</strong>l esfuerzo y el régimen <strong>de</strong> vida mo<strong>de</strong>rada que correspon<strong>de</strong> a esta<br />

labor, llegan a la conclusión <strong>de</strong> que es difícil e imposible para ellos y que ni se<br />

harán capaces <strong>de</strong> practicarlos y algunos <strong>de</strong> ellos se convencen <strong>de</strong> que ya han<br />

escuchado bastante respecto <strong>de</strong> todas las situaciones y que no han menester <strong>de</strong><br />

ninguno <strong>de</strong> estos trabajos. Esta llega a ser la prueba manifiesta y más segura<br />

para los cómodos e incapaces <strong>de</strong> esforzarse, <strong>de</strong> manera que no pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>scargar la responsabilidad en quien les señala el camino, sino que en sí<br />

mismos, por no tener la capacidad <strong>de</strong> practicar todos los estudios conducentes al<br />

tema. Así fue el tenor <strong>de</strong> las palabras que yo dirigí en ese entonces a Dionisio...<br />

' (11).


Este es un pasaje característicamente socrático y platónico. La filosofía implica<br />

un esfuerzo sostenido, una <strong>de</strong>dicación permanente que moviliza íntegramente las<br />

faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sujeto, un camino dificultoso, una disciplina perseverante. No se<br />

llega a la filosofía por atajos, en una excursión pasajera, por una senda sosegada<br />

y placentera, eximiéndose <strong>de</strong> los sacrificios, esperando cosechas sin lo arduo <strong>de</strong><br />

las siembras. El impostor, está claro, quiere abstenerse <strong>de</strong>l esfuerzo y obtener los<br />

frutos <strong>de</strong>l conocimiento como por arte <strong>de</strong> magia, gratuitamente. De hecho, elu<strong>de</strong><br />

los sacrificios y presume haber alcanzado los resultados.<br />

Por otra parte, y esto también es algo característicamente socrático y platónico, la<br />

filosofía supone un género <strong>de</strong> vida basado en la mo<strong>de</strong>ración y el autodominio.<br />

La magnitud <strong>de</strong> este proyecto <strong>de</strong> vida, presentado a los ojos <strong>de</strong>l aprendiz, basta<br />

para espantar al falso pensador. El género habitual <strong>de</strong> vida en la corte <strong>de</strong> Dionisio<br />

no era, precisamente, el más apropiado para la filosofía. Así, la prueba platónica<br />

obtiene el resultado <strong>de</strong> poner a la vista el carácter absolutamente espurio <strong>de</strong>l<br />

supuesto amor <strong>de</strong>l gobernante por la filosofía. El juicio <strong>de</strong> Platón es categórico:<br />

"Pero, éste (Dionisio) no tenía ninguna condición especial para llegar a apren<strong>de</strong>r<br />

y sí una afición extraordinaria para los honores. Le agradaban los rumores que<br />

sobre él circulaban y se avergonzaba <strong>de</strong> que saliera a la luz que nada había<br />

aprendido mientras yo permanecí allí". (12).<br />

El filósofo cuenta en su carta que, con todo, Dionisio "pretendía estar en<br />

conocimiento <strong>de</strong> muchas y muy importantes materias..." (13). Sin lugar a dudas,<br />

es esto lo que perfila más <strong>de</strong>finitoriamente al impostor intelectual. Aparenta saber<br />

lo que, en rigor, no sabe. El impostor actúa, es evi<strong>de</strong>nte, en la dimensión <strong>de</strong> la<br />

apariencia; es, por así <strong>de</strong>cir, pura forma sin contenido, un <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong><br />

a<strong>de</strong>manes y fraseología que no tienen correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>trás suyo, sombra sin<br />

cuerpo, imagen sin objeto. De aquí que el impostor pueda sorpren<strong>de</strong>r a todos<br />

aquellos que se guíen por las primeras impresiones y permanezcan en ellas,<br />

creyendo que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spliegue artificioso hay realmente algo sólido, una<br />

formación laboriosamente obtenida, un correlato <strong>de</strong> la apariencia. Lo que Platón<br />

narra como su prueba es, indudablemente, una averiguación por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la<br />

apariencia, un <strong>de</strong>senmascaramiento <strong>de</strong> la actitud pretenciosa. Visto así, el género<br />

<strong>de</strong> vida fundado en la mo<strong>de</strong>ración y el autodominio aparece como una condición<br />

necesaria pero no suficiente <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicación filosófica. En efecto, un género tal<br />

<strong>de</strong> vida podría conducir, por ejemplo, a la ataraxia <strong>de</strong> los estoicos, la reducción


<strong>de</strong>l cínico o el retiro monástico y no necesariamente a la filosofía. Lo fundamental<br />

a tener en cuenta con el impostor es, por en<strong>de</strong>, que no tiene a su haber la<br />

<strong>de</strong>dicación, el esfuerzo, la disciplina que el oficio filosófico implica. Preten<strong>de</strong>, eso<br />

sí, tenerlo, una pretensión que sólo el pensador genuino está en condiciones <strong>de</strong><br />

constatar como fraudulenta.<br />

En un pasaje realmente lapidario, Platón completa la constatación <strong>de</strong> la falsía <strong>de</strong><br />

la 'vocación' filosófica <strong>de</strong> Dionisio: "Sé <strong>de</strong> oídas que posteriormente escribió un<br />

libro sobre materias que él escuchó en esa fecha, como un producto <strong>de</strong> su propia<br />

técnica y no <strong>de</strong> las enseñanzas que <strong>de</strong> otros recibiera. Pero, en rigor, nada sé <strong>de</strong><br />

ellas. Eso sí que sé que hay otros que han escrito acerca <strong>de</strong> estos mismos<br />

temas, pero ¿quiénes Ni siquiera ellos mismos los conocen. Pero respecto <strong>de</strong><br />

todos los libros que se han escrito o se escribirán y que afirman tener<br />

conocimiento <strong>de</strong> todos los temas por los que me preocupo, ya sea porque lo han<br />

aprendido <strong>de</strong> mí o <strong>de</strong> otros, ya sea porque los han <strong>de</strong>scubierto ellos mismos,<br />

tengo que explicar lo siguiente: no existe un trabajo mío sobre estas materias ni<br />

existirá jamás, porque no es materia para ser expresada como ocurre con otras<br />

disciplinas, sino que es el resultado <strong>de</strong> un gran contacto con el tema mismo y <strong>de</strong><br />

un convivir con él, lo que permite que, <strong>de</strong> improviso, como si saltara una chispa<br />

<strong>de</strong> fuego, brota la luz en el alma que se alimenta por sí misma.... También <strong>de</strong><br />

esto estoy seguro, <strong>de</strong> que todo lo que se haya escrito o dicho sobre estas<br />

materias nadie podría hacerlo mejor que yo, y que una exposición <strong>de</strong>fectuosa a<br />

nadie pesaría más que a mi. . . " (14). El tono <strong>de</strong> estas líneas podría ser<br />

sospechosamente pedante y en exceso autorreferente. Pero, sin duda, es algo<br />

que a un Platón le está sobradamente permitido y que la tradición filosófica<br />

occi<strong>de</strong>ntal ha consagrado <strong>de</strong> modo irremovible. Así, pues, el juicio <strong>de</strong> Platón<br />

sobre Dionisio resulta aplastante y <strong>de</strong>finitivo.<br />

Ahora bien, laten en todo esto cuestiones <strong>de</strong> importancia. Esta colisión que<br />

enfrenta a Platón y a Dionisio tiene que ser rescatada <strong>de</strong> lo estrictamente<br />

histórico y <strong>de</strong> lo meramente anecdótico. Los personajes cambian, también las<br />

circunstancias, pero hay un sustrato común que sobrevive: la filosofía implica una<br />

constante <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong>l falso saber y la impostura. Precisamente porque se trata<br />

<strong>de</strong> una disciplina que se somete a prueba en el tiempo, en el que ninguna prisa<br />

pue<strong>de</strong> apurar lo que no ha madurado, en el que ninguna presión artificial pue<strong>de</strong><br />

hacer florecer lo que no ha germinado suficientemente, ocurre con frecuencia que<br />

las primeras impresiones no puedan ser <strong>de</strong>smentidas o corregidas con prontitud,


que los pronunciamientos las <strong>de</strong>claraciones y las <strong>de</strong>clamaciones no puedan ser<br />

contrastadas; que, en suma, no pueda <strong>de</strong>sarrollarse una verificación categórica e<br />

inmediata. De esta in<strong>de</strong>terminación temporal se alimenta la impostura. De ahí<br />

que la sola vía por la que pue<strong>de</strong> producirse el <strong>de</strong>senmascaramiento explícito <strong>de</strong><br />

la impostura sea la <strong>de</strong>nuncia realizada por una figura suficientemente creíble, una<br />

autoridad intelectual respecto <strong>de</strong> la cual la impostura no pueda resistir la<br />

comparación. En los casos que hemos consi<strong>de</strong>rado hasta aquí, la intervención<br />

esclarecedora ha sido provocada por sucesos contingentes suficientemente<br />

cruciales: las acusaciones <strong>de</strong> Anito, Meleto y Licón, en el caso <strong>de</strong> Sócrates; la<br />

carta <strong>de</strong> los amigos y parientes <strong>de</strong> Dion, en el caso <strong>de</strong> Platón. En ambos<br />

ejemplos, la filosofía se ve llamada a auto<strong>de</strong>terminarse pública y taxativamente<br />

como esencialmente diferente y naturalmente opuesta a la impostura intelectual.<br />

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EXCERPTA N°7<br />

Mujeres <strong>de</strong>l amanecer<br />

"Una vez un caballero <strong>de</strong> Hualpín vino a contar que a la orilla <strong>de</strong> un río había una isla tremenda <strong>de</strong><br />

ancha. Dice que ahí salen unos hombrecitos, unos chiquititos que no crecen, <strong>de</strong>l hualle nacen esos<br />

chiquititos. Un mes <strong>de</strong> mayo, un vecino fue a buscar animales porque pensó que iba a llover. Era tar<strong>de</strong>,<br />

cayó neblina, estaba oscurito, muy oscurito. El hombre buscaba su camino y llegaba don<strong>de</strong> mismo.<br />

Varias veces volvió al mismo lugar. Ya era medianoche y dijo: "voy a tener que alojarme aquí, sentado<br />

no más".<br />

De repente encuentra una viejita chiquita,<br />

blanquita la cabeza, con chamal andaba. Le<br />

preguntó: "¿Qué le pasó joven". "¿Tú vives<br />

aquí " le dijo él. "Sí, yo te voy a dar alojamiento<br />

¡Cómo vas a estar ahí al frío! ¡Venga para acá!".<br />

Dice que la mujer chiquitita abrió una puerta<br />

igual que tierra, y él entró por una escala a una<br />

tremenda casa <strong>de</strong>bajo. En la puerta había dos<br />

leones, uno a cada lado, cuidando, gruñeron los<br />

leones cuando entró el hombre. "¡No hagan eso -<br />

les gritó la vieiita- es una visita".<br />

Ahí pasó el hombre. A<strong>de</strong>ntro había otra viejita que<br />

en una olla antigua estaba tostando en el fogón<br />

Patitas <strong>de</strong> Perdiz. Las pasaba en el llepu y ¡déle<br />

tostando! La viejita que lo encontró tenía una piedra y ¡déle hacer harina! Toda la noche estuvieron<br />

así. A él lo sentaron a orillas <strong>de</strong>l fuego. Dice que no parecía <strong>de</strong> noche, estaba clarito con el fogón<br />

alumbrando. "¿Quieres comer un poco <strong>de</strong> harina" -le preguntó una viejita. Y él comió. Le sirvieron en<br />

un plato <strong>de</strong> greda con cuchara <strong>de</strong> palo. De repente alumbró, miró hacia arriba y estaba claro ya.<br />

Amaneció y todavía estaban las dos viejitas haciendo harina y tostando.<br />

Las viejitas le dijeron: "Nosotras vivimos aquí. Nunca vayas a <strong>de</strong>cir que vivimos aquí, ni que viniste a<br />

alojar, ni que yo te di alojamiento, a nadie le vas a <strong>de</strong>cir. A tu hijo, hija le dirás, pero a otra gente no.<br />

Nunca traigas gente a buscarnos, porque si un día haces eso, ese mismo día vas a morir. Está claro, así<br />

es que ahora te vas a ir".


Cuando salió el hombre igual había neblina, pero estaba clarito. Una viejita le indicó el camino y así<br />

llegó a su casa. Ese joven estuvo con Wun Kusé. Así se llama la gente chiquitita que vive en la tierra.<br />

Cuando uno mira en las mañanas eso como humo que sale <strong>de</strong> la tierra, son las mujeres <strong>de</strong>l amanecer<br />

que todavía están haciendo fuego"<br />

Observamos que este cuento <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> manifiesto que las dos "viejas <strong>de</strong>l amanecer", auxilian a un hombre<br />

que está extraviado, protegiéndolo <strong>de</strong>l frío y <strong>de</strong> la noche en su resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l fondo <strong>de</strong> la tierra. Las Wun<br />

Kusé son mujeres tremendamente laboriosas y realizan, en el bajo suelo, la faena <strong>de</strong> elaborar harina<br />

tostada, mímesis <strong>de</strong> lo que hacen las mujeres en la mapu. Toda la noche, las "viejas <strong>de</strong>l amanecer"<br />

tienen prendido un fogón que ilumina tanto como el día. Así, estas divinida<strong>de</strong>s menores femeninas<br />

tutelan la claridad y el fuego que permite el alimento, por tanto son una alegoría <strong>de</strong> la protección, <strong>de</strong>l<br />

calor, <strong>de</strong>l bienestar. Constituyen por <strong>de</strong>finición "la primera luz" (el amanecer). Estas funciones son<br />

simbolizadas a través <strong>de</strong>l amparo múltiple (calor, comida, orientación) que brindaron al hombre que<br />

estaba perdido en la oscuridad.<br />

Quisieramos, también, posarnos sobre otra inquisición. Esta se relaciona con la existencia <strong>de</strong> parejas,<br />

cada una portando el atributo <strong>de</strong> género y <strong>de</strong> vejez. De acuerdo a lo que plantean algunos mapuche las<br />

divinida<strong>de</strong>s contendrían en sí mismas los diversos rasgos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad, así el Antü (sol), contiene una<br />

parte fuchá y una kusé. Recor<strong>de</strong>mos, por otro lado, la cita <strong>de</strong> más arriba que sostiene que "..para el<br />

mapuche no hay más que un solo Dios Soberano Creador, aunque nombre varias personas en Dios:<br />

Fucha o Feta, Kushe, Weche wentru y Ilcha domo".<br />

En relación a la luna (kiyén) po<strong>de</strong>mos mencionar que en el sector <strong>de</strong> Huichahue y <strong>de</strong> Nueva Imperial se<br />

dice que la luna es fuchá cuando está llena y kusé cuando está menguante, evi<strong>de</strong>nciando así que kiyén<br />

posee en sí misma -<strong>de</strong> acuerdo a sus fases- los atributos <strong>de</strong> ambos géneros. Esta i<strong>de</strong>a está asociada con el<br />

rito que a veces realizan las embarazadas cuando quieren que nazca un hombre o una mujer: rezan a<br />

kiyén en menguante si <strong>de</strong>sean una niña y en luna llena si anhelan un niño. Por otra parte, en algunos<br />

sitios, la luna emerge como una silueta sincrética:<br />

"Yo le tengo fe a la luna. Cuando hay creciente, cuando está redondita yo miro a la luna y le digo que<br />

me dé suerte, que no me pase cosa mala, que todo an<strong>de</strong> bien. A mí me da la impresión que hay una<br />

persona a<strong>de</strong>ntro, una mujer vestida con un manto y una guagua. Así me imagino la luna yo".<br />

Testimonio <strong>de</strong> María Vidal (22)<br />

La complejidad <strong>de</strong> la cosmovisión mapuche se expresa, entonces, en el plano <strong>de</strong> las divinida<strong>de</strong>s, las que<br />

pue<strong>de</strong>n aparecer <strong>de</strong>sdobladas genéricamente (las parejas fuchá y kusé), en un juego <strong>de</strong> unidad<br />

tetrárquica (fuchá, kusé, weche wentru, ilcha domo), en un sentido <strong>de</strong> unidad dual (fuchá y kusé<br />

simultáneamente)o en otras variadas alegorías (23); por ello espejo y espejismo como sugerimos al<br />

comienzo, figuras <strong>de</strong> movimiento especular, reversos y anversos que en múltiples reflejos parecen sólo<br />

querer asomar una pequeña parte <strong>de</strong> su contorno.


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EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

IV<br />

Nadie podría poner en cuestión el carácter <strong>de</strong><br />

verda<strong>de</strong>ro signo <strong>de</strong> los nuevos tiempos que fue<br />

el Elogio <strong>de</strong> la Locura (1509) y, menos aún,<br />

dudar <strong>de</strong> lo representativa <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> Erasmo<br />

<strong>de</strong> Rotterdam (15). Su influencia intelectual cruzó<br />

fronteras y llegó a ser universal en el mundo<br />

cultural <strong>de</strong> la época. Fue el lí<strong>de</strong>r indiscutido <strong>de</strong>l<br />

nuevo humanismo. Precisamente por su<br />

importancia es que viene a ser tan <strong>de</strong>cidor que la<br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura intelectual ocupe un<br />

lugar tan prepon<strong>de</strong>rante en el Elogio.<br />

Consistiendo en una variedad <strong>de</strong> afirmaciones,<br />

este humanismo es, igualmente, una reacción<br />

contra el estancamiento intelectual y el<br />

dogmatismo característicos <strong>de</strong> la escolástica medieval. Por ello, es vital tener un<br />

perfil <strong>de</strong> este contrapunto y, en particular, <strong>de</strong> las prácticas sometidas a la crítica.<br />

La filosofía escolástica aparece, ante todo, como una filosofía apegada<br />

estrictamente a los dogmas <strong>de</strong> la iglesia cristiana; <strong>de</strong> aquí que sea, por sobre<br />

todo, teología. Por otra parte, se trata <strong>de</strong> un pensamiento apegado a la autoridad<br />

<strong>de</strong> Aristóteles y, más precisamente, <strong>de</strong> su lógica silogística. Hegel lo formula así:<br />

"La consecuencia <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>terminación es que el pensamiento se comporte,<br />

esencialmente, como algo <strong>de</strong>ductivo, ya que tal es la característica propia <strong>de</strong> todo<br />

proceso lógico formal. La filosofía escolástica consiste, pues, en un razonar<br />

silogístico..." (16). Partiendo <strong>de</strong> premisas absolutas y obe<strong>de</strong>ciendo los<br />

procedimientos formales, el resultado es un pensamiento que gira


in<strong>de</strong>finidamente sobre sí mismo, en un universo cerrado <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as. Siguiendo otra<br />

vez a Hegel: "Pues, aunque tenga por materia la religión, el pensamiento aparece<br />

<strong>de</strong>sarrollado <strong>de</strong> un modo tan sutil y argucioso, que esta forma <strong>de</strong> un<br />

entendimiento vacío no hace más que dar vueltas y más vueltas a una serie <strong>de</strong><br />

combinaciones insondables <strong>de</strong> categorías..." (17). Con algunos siglos <strong>de</strong><br />

perspectiva, Hegel consi<strong>de</strong>ra esta filosofía escolástica como una barbarie<br />

intelectual. Para ser justos, y aunque con énfasis diferentes, un juicio semejante<br />

le merecía esta filosofía a no pocos <strong>de</strong> los espíritus más prominentes <strong>de</strong>l<br />

pensamiento <strong>de</strong> la época. En verdad, en muchos <strong>de</strong> sus aspectos la escolástica<br />

era fácilmente vulnerable a la ridiculización. Entre una intrincada abstracción y<br />

una no menos intrincada trivialización, las i<strong>de</strong>as se volvían arbitrarias, antojadizas<br />

y hasta disparatadas. Pero, mientras que en el caso <strong>de</strong> los pensadores más<br />

<strong>de</strong>stacadas <strong>de</strong> la época la crítica se mantiene en los marcos disciplinarios,<br />

eruditos y técnicos, es con Erasmo que se vuelve <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong>satada, con un<br />

lenguaje incisivo y exento <strong>de</strong> ro<strong>de</strong>os, lleno <strong>de</strong> ironía y no disimulada indignación,<br />

y dirigido específicamente a la impostura intelectual en tanto género <strong>de</strong> actividad<br />

radicalmente apartado <strong>de</strong> la genuina reflexión.<br />

En rigor, el Elogio es una verda<strong>de</strong>ra crítica general <strong>de</strong> las costumbres y es en<br />

ese contexto que se <strong>de</strong>sarrolla la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura intelectual. La<br />

necedad es, con Erasmo, una gran metáfora, un recurso para <strong>de</strong>senmascarar y,<br />

por <strong>de</strong> pronto, el personaje que, en primera persona, <strong>de</strong>muestra tener el mundo<br />

en sus manos y hacerlo funcionar a su antojo. En su propósito <strong>de</strong> mostrar el<br />

imperio <strong>de</strong> la necedad en todos los planos <strong>de</strong> la vida humana, Erasmo examina<br />

su presencia entre quienes aparentan saber lo que no saben y preten<strong>de</strong>n pasar<br />

por sabios entre otros, los retóricos los gramáticos, los poetas, los escritores, los<br />

dialécticos, los filósofos, los teólogos, etc. y <strong>de</strong>sarrolla un verda<strong>de</strong>ro inventario <strong>de</strong><br />

los recursos <strong>de</strong> la impostura.<br />

Por ejemplo, la jerga <strong>de</strong> los retóricos... "que piensan hacer maravillas encajando<br />

<strong>de</strong> cuando en cuando en sus discursos latinos algunas palabras griegas, con las<br />

que hacen, aunque no vengan a cuento, una especie <strong>de</strong> mosaico. A falta <strong>de</strong><br />

términos exóticos, <strong>de</strong>sentierran <strong>de</strong> algún viejo pergamino cuatro o cinco palabras<br />

anticuadas, cuya oscuridad ofusque a sus lectores, para que aquellos que las<br />

entiendan se complazcan más y más con ello, y los que no, los admiren tanto<br />

más cuanto menos compren<strong>de</strong>n" (18). En cuanto a los gramáticos, dice Erasmo :<br />

"... nada hay más divertido que cuando dos <strong>de</strong> estos pedantes se prodigan


mutuas alabanzas y elogios, y se rascan recíprocamente" (19). De los dialécticos,<br />

afirman : "... hombres locuales... uno solo podría luchar en charlatanería con<br />

veinte comadres escogidas... armado con dos o tres silogismos, no vacilan en<br />

atreverse a discutir con cualquiera y acerca <strong>de</strong> cualquier cosa..." (20). Sobre los<br />

filósofos -léase escolásticos-Erasmo es particularmente irónico : "dicen ser los<br />

únicos que saben... En tanto, la Naturaleza se ríe lindamente <strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong> sus<br />

hipótesis, porque no conocen nada con certeza, como lo <strong>de</strong>muestran<br />

palmariamente las interminables disputas que mantienen entre sí acerca <strong>de</strong><br />

cualquier cosa. No saben absolutamente nada, y preten<strong>de</strong>n saberlo todo ....pero<br />

no les impi<strong>de</strong> afirmar que perciben las i<strong>de</strong>as, las universales, las formas<br />

abstractas, las materias, los quidditates, los acceitates, cosas, en verdad, tan<br />

imperceptibles que, a mi juicio, ni el mismo Linceo las hubiera visto con<br />

claridad..." (21).<br />

Pero, no cabe duda, es refiriéndose a los teólogos <strong>de</strong> la época que el tono <strong>de</strong><br />

Erasmo sube <strong>de</strong> intensidad y se vuelve particularmente mordaz, disparando sus<br />

dardos contra las artificiosas construcciones terminológicas :"De tal modo se<br />

hallan protegidos por un cortejo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones magistrales, <strong>de</strong> conclusiones, <strong>de</strong><br />

corolarios, <strong>de</strong> proposiciones, explícitas e implícitas, y tan bien provistos <strong>de</strong><br />

refugios, que no podrían enredarse ni en las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Vulcano, porque se<br />

escurrirían <strong>de</strong> ellas a fuerza <strong>de</strong> estos distingos que cortan todas las mallas, con<br />

palabras recién buscadas y términos obscuros..." (22). "Hay todavía una multitud<br />

<strong>de</strong> estúpidas sutilezas, cien veces mayores que las anteriores, acerca <strong>de</strong> las<br />

nociones, las relaciones, las formalida<strong>de</strong>s, las quidditates, y acceitates, que se<br />

escaparían a los ojos más penetrantes.. Añadid a éstos aquellas sentencias tan<br />

paradójicas que, a su lado, los oráculos <strong>de</strong> los estoicos, conocidos como<br />

paradoja, parecen máximas groseras y propias <strong>de</strong> charlatanes callejeros... Pero<br />

estas sutilezas tan sutiles, las convierten en archisutiles los diversos sistemas<br />

escolásticos, pues más pronto se saldría <strong>de</strong> un laberinto que da esa maraña <strong>de</strong><br />

realistas, nominalistas, tomistas, albertinos, ockamistas, escitistas, etc., y no he<br />

nombrado todas las sectas, sino las principales, en todas las cuales hay tantas<br />

erudición y tantas dificulta<strong>de</strong>s que, en mi opinión, los mismos apóstoles<br />

necesitarían una nueva Venida <strong>de</strong>l Espíritu Santo si tuvieran que disputar sobre<br />

estas materias con esta nueva especie <strong>de</strong> teólogos..." (23).<br />

En un alar<strong>de</strong> <strong>de</strong> estilos sarcásticos, el humanista sugiere una extensión <strong>de</strong> éxito<br />

<strong>de</strong> la necedad <strong>de</strong> los escolásticos a otro ámbito <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> la época: "Por eso,


a mi parecer, proce<strong>de</strong>rían cuerdamente los cristianos si en vez <strong>de</strong> enviar contra<br />

los turcos y los sarracenos esas gran<strong>de</strong>s falanges <strong>de</strong> soldados, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ha<br />

tantos años combaten sin éxito, mandaran a los alborotadores escotistas, a los<br />

terquísimos ockamistas, a los invictos albertitos y, en fin, a toda la turbamulta <strong>de</strong><br />

los sofistas, pues creo que habrán <strong>de</strong> presenciar la más graciosa batalla y una<br />

victoria nunca vista..." (24).<br />

La repulsa intelectual <strong>de</strong> las escolásticas llegó a ser universal y representó,<br />

prácticamente, una condición <strong>de</strong>l espíritu nuevo. Para la nueva estirpe <strong>de</strong><br />

pensadores, la escolástica con sus extravíos representaba la imagen <strong>de</strong> lo que<br />

no querían ser, el mo<strong>de</strong>lo que había que <strong>de</strong>jar atrás. Fue, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, un<br />

proceso largo, una génesis lenta y esforzada, no exenta <strong>de</strong> tragedia. En el siglo<br />

XIV, Petrarca y Boccacio habían dicho lo suyo. Por la misma época <strong>de</strong>l Elogio,<br />

Rabelais escribe y edita por partes Gargantúa y Pantagruel, una obra literaria<br />

imperece<strong>de</strong>ra, una cumbre <strong>de</strong>l lenguaje irónico con ácidas diatribas contra el<br />

pensamiento escolástico. Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Elogio, la crítica <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong><br />

Aristóteles seguía acarreando serias dificulta<strong>de</strong>s, como ocurrió <strong>de</strong> hecho con<br />

Petrus Ramus y su De como no es verdad todo lo que enseña Aristóteles. El<br />

valor, el estilo, lo universal <strong>de</strong> su crítica, hicieron <strong>de</strong> Erasmo y su Elogio lo más<br />

representativo e inspirador, un punto obligatorio <strong>de</strong> referencia. Una vez más, la<br />

filosofía y la ciencia experimentaron un nuevo impulso sobre la base <strong>de</strong><br />

cuestionarla tradición, particularmente en su dimensión formalista, árida y<br />

dogmática, o sea, en lo que tenía <strong>de</strong> impostura intelectual.<br />

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Presentaremos tres relatos que explican quién es y cuál es el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la "Doncella Azul o Celestial" (25).<br />

La niña azul<br />

"Dicen los mayores que los antiguos <strong>de</strong>jaron consagrado<br />

un cerro. En ese monte sagrado está la Niña Azul, la cual<br />

ayuda y <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> en todo. Ella es el espíritu <strong>de</strong> una persona,<br />

<strong>de</strong> una doncella.<br />

"En una gran rogativa tuvo lugar la solemne ceremonia en<br />

la que presentaron a una niña. Eso lo realizaron los jefes<br />

por indicaciones <strong>de</strong> Ngenechen. Aquí está su cerro, su casa<br />

<strong>de</strong> piedra. Cona Tafu es este cerro. Y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> este<br />

espíritu benigno está protegiendo a esta tierra <strong>de</strong><br />

Changleufu. Quien tiene fe en este espíritu protector, recibe<br />

su favor. Sabiduría, inteligencia, valor. Aquel que pone su<br />

confianza en esa Niña Azul será un hombre po<strong>de</strong>roso".<br />

La niña azul <strong>de</strong> Changleufu<br />

"Él está ahí como espíritu <strong>de</strong> persona. Nuestro Dios la cautivó. Después que la Niña presentada ingresó<br />

viva como persona, se volvió allí espíritu. Como tal está para prestar ayuda a la gente, para que a la<br />

gente le vaya bien... pero para que él ayu<strong>de</strong> hay que acordarse <strong>de</strong> él ofreciéndole aunque sea un poco<br />

<strong>de</strong> mudai o chicha.<br />

Cuando no se la recuerda o más aún no se cree en ella e incluso se consi<strong>de</strong>ra que no sirve como<br />

protección sino que es, al contrario, espíritu maligno <strong>de</strong>voradora <strong>de</strong> gente, mayor es el mal que<br />

sobreviene, porque estando mal, vienen más problemas y tras ellos la ruina para los mapuches. Se<br />

pue<strong>de</strong> terminar por per<strong>de</strong>r el juicio y <strong>de</strong>venir en la pobreza ".<br />

"Si quisiéramos ir al lugar <strong>de</strong> Kalfu Malén no daríamos con él, porque el espíritu nos dañaría <strong>de</strong> alguna<br />

forma. Por miedo a su po<strong>de</strong>r nadie se acerca allá. Hay algunos que intentaron ir allá por novedad -no a<br />

rogar-, para ubicar la entrada al cerro, algunos se han extraviado y otros han perdido la razón y han<br />

muerto".<br />

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EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

V<br />

Exige, en nuestro tiempo, una masiva producción <strong>de</strong> textos que se plantean el<br />

problema <strong>de</strong>l status y la idoneidad <strong>de</strong> las ciencias sociales; estrictamente<br />

hablando, se preguntan sobre los fundamentos <strong>de</strong> caracterizar como 'ciencia'<br />

este tipo <strong>de</strong> reflexiones e investigaciones. El asunto tiene muchos puntos <strong>de</strong><br />

abordaje, sea que se busque atenuantes o agravantes a lo categórico <strong>de</strong> la<br />

postura <strong>de</strong>scalificatoria. Acaso, y en la medida en que resulta pertinente a<br />

nuestro objeto, <strong>de</strong>ba aten<strong>de</strong>rse ante todo a una consi<strong>de</strong>ración como la siguiente:<br />

las investigaciones sobre los fenómenos sociales y la filosofía misma tratan <strong>de</strong><br />

asuntos, temas y cuestiones que tienen el rasgo <strong>de</strong> lo intangible y, con<br />

<strong>de</strong>masiada frecuencia, <strong>de</strong> lo inobservable en sentido alguno. Sin que ello pueda<br />

significar por sí solo la <strong>de</strong>scalificación automática <strong>de</strong> toda elaboración sobre<br />

objetos <strong>de</strong> tal inasibilidad, es evi<strong>de</strong>nte que el terreno se presta permanentemente<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una inquietante atmósfera <strong>de</strong> impunidad, en la que la<br />

impostura florece como maleza incontenible. Esto es lo que justifica la existencia<br />

<strong>de</strong> las posturas positivistas, no en cuanto conjunto <strong>de</strong> afirmaciones teóricas<br />

últimas sobre la naturaleza <strong>de</strong> la realidad física o social, sino en tanto llamadas<br />

<strong>de</strong> atención intelectual, como contrapunto <strong>de</strong> mesura y sensatez frente a muchos<br />

excesos, como cribas importantes en la obtención <strong>de</strong> las cartas <strong>de</strong> ciudadanía<br />

intelectual. En consecuencia, y sin los puntos absolutos <strong>de</strong> referencia que<br />

permitan dirimir las diferencias <strong>de</strong> una vez para siempre, resulta altamente<br />

problemático <strong>de</strong>terminar la frontera que separa lo idóneo y genuino <strong>de</strong> lo que no<br />

lo es. De ahí que sean bienvenidos todos los intentos <strong>de</strong> marcar líneas divisorias<br />

claras. Es el caso <strong>de</strong> dos libros <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong> nuestro siglo, que han<br />

significado hitos en la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la impostura en las ciencias sociales:<br />

Achaques y manías <strong>de</strong> la sociología contemporánea y ciencias afines (25),<br />

<strong>de</strong> Pitirim Sorokin y Las ciencias sociales como formas <strong>de</strong> brujería, <strong>de</strong>


Stanislav Andreski (26). No pue<strong>de</strong> ser sorpren<strong>de</strong>nte, en absoluto, la sistemática<br />

ausencia <strong>de</strong> estos textos en la bibliografía <strong>de</strong> la aplastante mayoría <strong>de</strong> las<br />

publicaciones disponibles sobre las disciplinas aludidas en ellos.<br />

Sorokin inicia sus análisis con la siguiente proposición general: "Cualquier<br />

ciencia, en cualquier momento <strong>de</strong> su existencia histórica, contiene no sólo<br />

verda<strong>de</strong>s, sino también verda<strong>de</strong>s a medias, fingidas verda<strong>de</strong>s y patentes errores.<br />

Eso ha sido especialmente cierto en las disciplinas sociales y psicológicas, pues<br />

la complejidad <strong>de</strong> los fenómenos... permite que muchas falacias se consi<strong>de</strong>ren<br />

como la última palabra <strong>de</strong> la ciencia..." (27). El calificativo <strong>de</strong> 'falacia' es, en<br />

verdad, bastante formal y consi<strong>de</strong>rado, teniendo en cuenta el <strong>de</strong>sarrollo crítico <strong>de</strong><br />

Sorokin, que abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuestiones básicamente epistemológicas hasta<br />

alcances <strong>de</strong> sociología <strong>de</strong>l mundo académico. En lo sustancial, Sorokin ve las<br />

ciencias sociales penetradas por un saber pretendidamente tal que, sometido a<br />

análisis, se revela engañoso; pero, y esto es lo más llamativo, el cuestionamiento<br />

apunta a gente específica. Incluso más, a grupos específicos <strong>de</strong> investigadores<br />

relacionados con la dinámica <strong>de</strong> grupos, el conductismo, el funcionalismo o el<br />

marxismo. La secuencia crítica pue<strong>de</strong> ser sintetizada en algunos temas centrales.<br />

1. El complejo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubridor. Sorokin alu<strong>de</strong> así al habitual recurso <strong>de</strong> juzgar la<br />

propia investigación como inédita: según él, ello es posible porque se pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong><br />

amnesia, la que explica el olvido <strong>de</strong> los pre<strong>de</strong>cesores. Por supuesto, pue<strong>de</strong> que<br />

se trate <strong>de</strong> amnesias <strong>de</strong>liberadas. Pero, en lo fundamental, se trata <strong>de</strong> ignorancia.<br />

De este modo, el pasado intelectual no existe y se pue<strong>de</strong> sobredimensionar a<br />

gusto el valor <strong>de</strong> lo que se proclama hoy. Sorokin afirma que la mayor parte <strong>de</strong> lo<br />

que los psicólogos sociales y sociólogos sostienen ser avances inéditos y aportes<br />

innovadores está ya formulado en la tradición <strong>de</strong>l pensamiento social.<br />

1. La elaboración <strong>de</strong> nuevos términos para viejos conceptos. Este es un recurso<br />

característico. La formulación <strong>de</strong> una jerga obtusa permite dar la apariencia <strong>de</strong><br />

originalidad, ocultando así la superficialidad <strong>de</strong> pensamiento. Para Sorokin se<br />

trata <strong>de</strong> meras expresiones verbales, divisibles en tres clases: "(a) una imitación<br />

<strong>de</strong> terminología <strong>de</strong> las ciencias naturales... que tergiversa los sentidos <strong>de</strong> los<br />

términos <strong>de</strong> la ciencia natural y los convierte o en carentes <strong>de</strong> sentimiento o en<br />

totalmente falaces. (b) una predilección acientífica por el uso <strong>de</strong> términos vagos y<br />

exagerados... (c) una <strong>de</strong>scripción estúpida <strong>de</strong> cosas muy familiares" (28). El<br />

resultado es, a su juicio, un estéril escolasticismo.


3. La constitución <strong>de</strong> una 'sociedad aseguradora <strong>de</strong> bombos mutuos'. Con esta<br />

singular expresión, Sorokin alu<strong>de</strong> expresamente a los procedimientos<br />

autoreferenciales <strong>de</strong> los autores, estructurando grupos que se apoyan<br />

recíprocamente. Con ello, aseguran reconocimiento, prestigio y respaldo. La<br />

analogía con el recurso <strong>de</strong> los testigos falsos es <strong>de</strong>masiado evi<strong>de</strong>nte para no ser<br />

tenida en cuenta; se trata <strong>de</strong> hallar personas que puedan testificar en la dirección<br />

<strong>de</strong>seada -en este caso, que <strong>de</strong>n testimonio <strong>de</strong> importancia intelectual. Así, el<br />

prestigio no resulta <strong>de</strong> un proceso medianamente objetivo sino <strong>de</strong> un cuidadoso<br />

montaje. En este punto, los análisis <strong>de</strong> Sorokin prácticamente sugieren un<br />

abordaje en función <strong>de</strong> una psicología <strong>de</strong> grupos.<br />

4. El uso sistemático <strong>de</strong> métodos y técnicas seudoexperimentales y<br />

seudoobjetivas. Con bastante certeza, los capítulos <strong>de</strong>dicados a esta <strong>de</strong>nuncia<br />

son lo mejor <strong>de</strong> Sorokin, en particular por lo que tienen <strong>de</strong> reivindicación <strong>de</strong>l<br />

espíritu científico. Se ponen en movimiento con la crítica <strong>de</strong> la pretensión <strong>de</strong> que<br />

el método operativo sea el método experimental por excelencia; en lo sustantivo,<br />

Sorokin sostiene que la postura operativista implica <strong>de</strong>sconocer el papel <strong>de</strong> lo<br />

intuitivo y lo logico-matemático en la elaboración científica; en consecuencia, se<br />

trata <strong>de</strong> un reduccionismo inaceptable. Sin embargo, y ello es <strong>de</strong>cisivo, Sorokin<br />

niega incluso el valor <strong>de</strong> los procedimientos 'experimentales' <strong>de</strong> sus examinados:<br />

"...la mayoría <strong>de</strong> los numerosos estudios 'experimentales' en la sociología y la<br />

psicología son, más bien, seudoexperimentales y tienen una remota relación, si<br />

es que tienen alguna, con el método auténticamente experimental... (29) ...<br />

ninguna <strong>de</strong> sus investigaciones, presuntuosamente llamadas 'experimentales', es<br />

experimental en absoluto. Cuando más, representan una arbitraria mezcla <strong>de</strong><br />

observaciones, manipulaciones estadísticas, obtusas formulaciones <strong>de</strong><br />

perogrulladas y re<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> 'tablas <strong>de</strong> multiplicar ' que se <strong>de</strong>scubrieron<br />

hace siglos, mezcla que es sazonada con ambiciosas y amnésicas pretensiones<br />

para sus consecuciones experimentales <strong>de</strong> una importancia que hace época al<br />

´establecer por primera vez en la historia humana´ la ciencia <strong>de</strong> la dinámica <strong>de</strong><br />

grupo y <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> grupo. Todas estas gargantuescas pretensiones<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>secharse cómicamente"(30).<br />

Paso a paso, la acusación va adquiriendo envergadura, alcanzando peso por la<br />

suma <strong>de</strong> antece<strong>de</strong>ntes imposibles <strong>de</strong> subestimarse. Sorokin dirige igualmente<br />

sus disparos contra lo que llama la testomonía y la cuantofrenia. En pasajes <strong>de</strong><br />

fina ironía y <strong>de</strong> gran estilo polémico, arremete contra los tests <strong>de</strong> inteligencia


afirmando que son imprecisos y poco dignos <strong>de</strong> confianza, que su supuesta<br />

infalibilidad es un mito, que sus mediciones son una pantalla seudomatemática<br />

para escon<strong>de</strong>r las presunciones arbitrarias <strong>de</strong> los 'medicionistas' y que, en<br />

consecuencia, su popularidad no tiene nada que ver con la ciencia. Atacando<br />

directamente la manía <strong>de</strong> someterlo todo a medición -como único recurso o el<br />

más <strong>de</strong>cisivo, <strong>de</strong> todos modos-, Sorokin <strong>de</strong>senmascara el abuso <strong>de</strong> la estadística<br />

y precisa los términos en que la información que proporciona pueda resultar<br />

científicamente valiosa. En lo sustantivo "...ninguno <strong>de</strong> estos métodos es infalible<br />

y autosuficiente. Cada uno <strong>de</strong> ellos requiere una confirmación probativa por parte<br />

<strong>de</strong> todos los otros métodos, y el método estadístico no es una excepción a esta<br />

regla. Por tanto, un sano escepticismo respecto a él no sólo es permisible, sino<br />

necesario por completo" (31).<br />

Una pobre teoría <strong>de</strong>l conocimiento, un seudo-objetivismo, una insignificante<br />

creatividad: tal es la conclusión a la que cabe llegar con relación a muchas<br />

investigaciones, estudios y propuestas <strong>de</strong> las ciencias sociales <strong>de</strong> nuestro siglo.<br />

La dimensión impostural resultante es innegable. El arsenal crítico <strong>de</strong> Sorokin no<br />

pue<strong>de</strong> ser más explícito: milagros subjetivos, trivialida<strong>de</strong>s evanescentes,<br />

valoraciones arbitrarias, innovaciones puramente verbales, perogrulladas,<br />

estériles tautologías, aserciones dogmáticas, pedante abstracción, círculos<br />

viciosos, acumulación <strong>de</strong> elementos disparatados, vaguedad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as,<br />

presunciones erróneas, torpe imitación, engañosas analogías, conclusiones<br />

unilaterales, terminología seudocientífica, sobreabundancia <strong>de</strong> felicitaciones<br />

mutuas, abortos intelectuales, picadillos eclécticos, <strong>de</strong>finiciones mal hechas, etc..<br />

Hacia el capitulo final <strong>de</strong>l libro, su balance arroja un resultado abrumador: "Quizá<br />

la corroboración más convincente <strong>de</strong> los puntos débiles discutidos <strong>de</strong> la<br />

sociología y la psicología mo<strong>de</strong>rnas es el hecho <strong>de</strong> su insignificante creatividad.<br />

Aunque centenares <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> investigadores han estado trabajando en las<br />

especialida<strong>de</strong>s psicosociales durante más <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong> siglo; a pesar <strong>de</strong> los<br />

millones <strong>de</strong> horas y <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>cible energía gastada en las investigaciones<br />

sociológicas y psicológicas; <strong>de</strong> los millones <strong>de</strong> dólares invertidos en estas<br />

investigaciones y <strong>de</strong> los millones <strong>de</strong> cursos y seminarios dados sobre estas<br />

disciplinas en las universida<strong>de</strong>s; <strong>de</strong> la prodigiosa expansión <strong>de</strong> la industria<br />

psicosocial, los resultados netos creadores han sido <strong>de</strong>silusionantes" (32).<br />

Esta montaña engañosa -porque su elevación es absolutamente


artificialconstituye un obstáculo <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s proporciones, una callejón sin salida.<br />

Las ciencias sociales requieren, por tanto, <strong>de</strong> un renacimiento, una<br />

reconstrucción integral. No cabe que reproduzcamos en estas líneas la<br />

proposición teórica que Sorokin perfila, pero po<strong>de</strong>mos hacernos una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su<br />

envergadura. Por ello, también, po<strong>de</strong>mos hacérnosla <strong>de</strong> la gravedad que atribuye<br />

a la crisis y <strong>de</strong>l monto <strong>de</strong> la responsabilidad que en ella cabe a la impostura. Se<br />

advierte que la posición <strong>de</strong> Sorokin sigue una orientación que es fácilmente<br />

i<strong>de</strong>ntificable: cualquiera sea el grado <strong>de</strong> complejidad quepueda alcanzarse en<br />

una meditación epistemológica; cualquiera sea el status que se <strong>de</strong>cida dar a uno<br />

u otro <strong>de</strong> los momentos que aparecen en la realización concreta <strong>de</strong> una disciplina<br />

<strong>de</strong>terminada; cualquiera sea el énfasis con que se dé prevalencia a problemas<br />

como los <strong>de</strong> la formulación <strong>de</strong> hipótesis, la generalización, la lógica <strong>de</strong> la<br />

justificación; cualquiera sea, incluso, la diferencia observable en las <strong>de</strong>finiciones<br />

<strong>de</strong> ciencia, hacer ciencia consistirá siempre en someter los conceptos construidos<br />

a contrastación, en un proceso <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong>l conocimiento que estará siempre<br />

abierto. Ninguna i<strong>de</strong>a podrá eludir in<strong>de</strong>finidamente la obligación <strong>de</strong> ser sometida<br />

a la aduana <strong>de</strong> los procedimientos <strong>de</strong> comprobación. En consecuencia, esta<br />

práctica permanente <strong>de</strong> la ciencia concreta jamás podrá respaldar a la impostura.<br />

Por supuesto, en el nombre <strong>de</strong> la ciencia no pue<strong>de</strong> censurarse la libre producción<br />

<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as -por exóticas o antojadizas que pudieran ser en el momento <strong>de</strong> su<br />

formulación- pero, por otra parte, toda i<strong>de</strong>a que pretenda adquirir carta <strong>de</strong><br />

ciudadanía intelectual y, en particular, científica, no pue<strong>de</strong> rehuir ser sometida a<br />

prueba y juzgada por sus resultados. Es esta criba la que permite al pensamiento<br />

genuino resistir las amenazas permanentes <strong>de</strong> la impostura.<br />

Continuación Índice <strong>Excerpta</strong> Lo Nuevo<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

El niño salvado por la doncella celestial<br />

Kalfu Malén ya existía en un cerro <strong>de</strong>l lugar que<br />

primitivamente habitaron nuestros antepasados (Allipén).<br />

Sin embargo, los jefes <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> esas familias<br />

<strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> recordar a su protectora. De este modo<br />

provocaron su enojo. Ella, quitándoles su protección los<br />

castigó con una gran calamidad. Sobrevino una epi<strong>de</strong>mia en<br />

la que perecieron todos los jefes culpables y casi toda la<br />

gente. Sólo salvó un niño <strong>de</strong> nombre Coquilpán.<br />

El niño se fue a las tierras <strong>de</strong> sus parientes Catrilef Inalef.<br />

Venia <strong>de</strong>stinado a cumplir una importante misión. Iba a<br />

tener un sueño revelador que tendría una gran repercusión.<br />

Kalfu Malén, su protectora, lo había seguido. Por el sueño<br />

ella le reveló la razón por la cual tenía a los jefes <strong>de</strong> estos<br />

nuevos lugares en un estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>svalimiento, y le dijo en<br />

sueños:<br />

"Por mi protección y favor te salvaste <strong>de</strong> morir. Yo te he<br />

venido siguiendo y cuidando hasta aquí. Te enviaré muchos<br />

sueños, los cuales contarás a tus jefes. Frente a estas<br />

revelaciones tendrán que tenerte en gran consi<strong>de</strong>ración".<br />

Antes <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong> esta niña no había en Changleufu una<br />

Doncella Celestial. En el cerro <strong>de</strong>l lugar moraba "El que<br />

dirige la tierra ", bajo la forma y presencia <strong>de</strong> dos ancianos protectores.<br />

Luego <strong>de</strong> estos sueños se preparó en Changleufu la presentación <strong>de</strong> una Kalfu Malén, que es la que<br />

ahora está aquí. Seguramente vinieron otros sueños y por ellos los adivinos supieron cómo proce<strong>de</strong>r<br />

para lograr establecer una Kalfu Malén en el lugar. De acuerdo a las instrucciones recibidas<br />

prepararon una doncella escogida para ser Kalfu Malén. Así fue posible tenerla en ese cerro sagrado:<br />

Cona Huincul.<br />

Se hizo entonces una apuesta, en la cual conten<strong>de</strong>rían dos familias presentando una niña cada una. Los<br />

Coquilpán presentaron una niña muy poco agraciada, con la seguridad <strong>de</strong> que así no iban a ganar,<br />

querían eludir, <strong>de</strong> esta forma, la entrega <strong>de</strong> una niña <strong>de</strong> su familia. La otra familia, la <strong>de</strong> los


Huenchupán, llevaron una niña muy hermosa, la cual fue aceptada.<br />

En una gran ceremonia <strong>de</strong> ofrecimientos:<br />

Camaricún, se ofreció a esta niña, según las instrucciones que los jefes habían recibido como mensaje<br />

<strong>de</strong>l que Dirige la Tierra. En esta ceremonia la niña entró a la montaña y su espíritu fue <strong>de</strong>jado allí por<br />

el Padre <strong>de</strong>l Cielo para proteger a la gente. En ese cerro está <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces sentada en su casa <strong>de</strong><br />

piedra: Cona Tafu. Por tal razón es que hay un espíritu protector en esta tierra <strong>de</strong> Changleufu".<br />

Kalfu Malén es una silueta femenina que <strong>de</strong>spliega po<strong>de</strong>río. Su origen, como queda claro en el relato,<br />

anida en una niña que se "ofrenda" (sacrifica) a las divinida<strong>de</strong>s para proteger y ayudar a la comunidad <strong>de</strong><br />

humanos. Mora en un cerro don<strong>de</strong> está "encantada". Sin duda, como casi todas las alegorías sagradas <strong>de</strong><br />

los mapuche, Kalfu Malén se enoja cuando no se la recuerda, cuando no se la venera, ofreciéndole<br />

algunos bienes. El no recuerdo está ligado a la pérdida <strong>de</strong> las tradiciones (<strong>de</strong>l admapu), por ello<br />

sobreviene un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, un <strong>de</strong>sequilibrio que <strong>de</strong>be ser restaurado (26). En el caso <strong>de</strong> la narración <strong>de</strong>l<br />

"niño salvado", Kalfu Malén exige, para que retorne la normalidad, que sea sacrificada (donada) una<br />

símil <strong>de</strong> ella misma: una joven. Esta narración, entonces, ilustra cómo el espíritu <strong>de</strong> una joven se<br />

transforma en un ser mítico po<strong>de</strong>roso, que no sólo proteje a los humanos, sino que les ayuda a reproducir<br />

su cultura, y por ello a obtener bienestar.<br />

Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

VI<br />

La visión <strong>de</strong> las ciencias sociales sustentada por Stanislav Andreski tiene clara<br />

semejanza con el diagnóstico <strong>de</strong> Sorokin y con toda probabilidad el libro <strong>de</strong><br />

Sorokin ha inspirado el <strong>de</strong> Andreski. Hay algunas afirmaciones <strong>de</strong> Andreski que<br />

pue<strong>de</strong>n ser consi<strong>de</strong>radas como una plataforma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cual <strong>de</strong>sarrolla sus<br />

análisis: por ejemplo, que en todos los tiempos la cantidad <strong>de</strong> pensadores ha sido<br />

siempre poca y que, por tanto, es gran<strong>de</strong> la proporción <strong>de</strong> gente <strong>de</strong>dicada al<br />

pensamiento que no logra niveles rescatables. Andreski llama a no engañarse al<br />

respecto; sostiene, igualmente, que en toda sociedad con altos índices <strong>de</strong><br />

alfabetización, siempre hay gente que escribe disparates sobre todos los temas<br />

imaginables; afirma, por otra parte, que dados el prestigio y status que pue<strong>de</strong><br />

conferir, la investigación científica ha atraído a gran<strong>de</strong>s contingentes <strong>de</strong><br />

oportunistas que, en el pasado, se habrían <strong>de</strong>dicado a la teología dogmática o a<br />

la predicación.<br />

Este contingente impostural pasa, hoy por hoy, por contingente científico. Son un<br />

mo<strong>de</strong>rno caballo <strong>de</strong> Troya, imagen que Andreski elige para caracterizarlo. En el<br />

arsenal <strong>de</strong> los infiltrados figura, ante todo, el manejo pirotécnico <strong>de</strong>l lenguaje;<br />

como ya lo hemos advertido, esta es una dimensión siempre presente en el<br />

impostor intelectual. Una jerga permite i<strong>de</strong>ntificación y diferenciación, da la<br />

apariencia <strong>de</strong> novedad, genera la ilusión <strong>de</strong> un contenido importante y <strong>de</strong> su<br />

dominio intelectual por parte <strong>de</strong>l manipulador terminológico y genera un marco <strong>de</strong><br />

impunidad dada la imposibilidad <strong>de</strong> verificación. Es, evi<strong>de</strong>ntemente, una gran<br />

cortina <strong>de</strong> humo, un recurso enmascarador por excelencia. Y Sorokin no trepida<br />

en sus calificativos: retórica huera, verbosidad ambigua y pretenciosa,<br />

contorsionismo literario, fraseología seudocientífica; como no duda en <strong>de</strong>nominar<br />

a sus usuarios: traficantes <strong>de</strong> jerigonza.


Entre las ten<strong>de</strong>ncias que han proporcionado material interminable a los<br />

impostores, Andreski señala el marxismo, el sicoanálisis, el existencialismo, el<br />

estructuralismo, el funcionalismo, la teoría <strong>de</strong> la información, la teoría <strong>de</strong> la<br />

comunicación, entre otras. Por cierto, no está sosteniendo que esas orientaciones<br />

constituyan impostura por sí mismas pero, hay que admitirlo, han sido estímulo<br />

<strong>de</strong>cisivo para ella en la medida en que han caído en la recurrente tentación <strong>de</strong><br />

autoproclamarse la interpretación verda<strong>de</strong>ra y <strong>de</strong>finitiva, en la medida en que han<br />

adoptado a<strong>de</strong>manes dogmáticos y sectarios y han hecho gala <strong>de</strong> soberbia<br />

intelectual incansable. En esa medida han traspasado el límite y han penetrado<br />

hondamente en una dimensión reconociblemente i<strong>de</strong>ológica. De ahí que Andreski<br />

sostenga con insistencia que, en una proporción bastante <strong>de</strong>cisiva, la retórica<br />

seudocientífica en las ciencias sociales <strong>de</strong>ba ser reducida a propaganda : esa es,<br />

propiedad, su caracterización más certera : siempre, claro está, bajo la forma <strong>de</strong><br />

pretendidas neutralida<strong>de</strong>s y objetividad. El gusto por la mera forma <strong>de</strong>lata al<br />

impostor. Su pretensión, lógicamente, es que hay un contenido que confiere<br />

sentido y fundamento a sus artilugios; en suma, que su pirotecnia es<br />

conocimiento estricto. Y ni hay nada que revele mejor a este idólatra <strong>de</strong> las<br />

formas que su sujeción incondicional al método, a las técnicas y procedimientos<br />

que, respetados estrictamente, asegurarían la obtención <strong>de</strong>l saber. La <strong>de</strong>nuncia<br />

<strong>de</strong> esta idolatría está entre lo mejor logrado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spliegue crítico <strong>de</strong> Andreski.<br />

Para cualquier observador experto, la atención prestada a la metodología exce<strong>de</strong><br />

el sentido <strong>de</strong> la medida: pue<strong>de</strong> hablarse sobradamente <strong>de</strong> una escolástica<br />

metodológica. Según Andreski, se trata <strong>de</strong> un <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> la importancia<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los fines a los medios: "El énfasis excesivo sobre la metodología y las<br />

técnicas, como también el elogio <strong>de</strong> las fórmulas y los términos <strong>de</strong> aspecto<br />

científico, ejemplifican la ten<strong>de</strong>ncia común... a <strong>de</strong>splazar el valor <strong>de</strong>l fin hacia los<br />

medios: algo originariamente valorado sólo como medio para alcanzar un fin llega<br />

a ser valorado por sí mismo, con olvido <strong>de</strong>l fin original. Un sociólogo o un<br />

psicólogo obsesionado con los sistemas, la jerigonza y las técnicas se parece a<br />

un carpintero tan ocupado en mantener limpias sus herramientas que carece <strong>de</strong><br />

tiempo para trabajar" (33). Un poco más a<strong>de</strong>lante, Andreski reitera suargumento:<br />

"Sin embargo, a pesar <strong>de</strong> la ingenuidad <strong>de</strong> sus recetas, los exponentes <strong>de</strong> los<br />

métodos cuantitativos <strong>de</strong> investigación social excesivamente refinados me<br />

recuerdan las viejas películas <strong>de</strong> Laurel y Hardy o Charles Chaplin, don<strong>de</strong> uno<br />

veía a los boxeadores ensayar sus músculos, hacer enérgicas flexiones <strong>de</strong><br />

rodillas, y agitar luego los brazos en el aire sin llegar nunca a dar un golpe" (34).


En un alar<strong>de</strong> <strong>de</strong> penetración lógica y espíritu intelectual, Andreski sintetiza sus<br />

ataques a la idolatría metodológica acusándola <strong>de</strong> un olvido fundamental: el más<br />

esencial <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> investigación es el pensamiento libre <strong>de</strong> prejuicios.<br />

Esto entronca con uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s temas <strong>de</strong> la lógica filosófica. Lo que viene<br />

a llamarse 'método' no es, en último análisis, sino un <strong>de</strong>terminado camino<br />

seguido por el pensamiento. Determinados logros conducen a una conversión <strong>de</strong><br />

ese camino -uno entre otros posibles- en 'el' camino a seguir. Pero, sin duda, la<br />

consagración <strong>de</strong> un método como el único camino a respetar significa reducir la<br />

variedad <strong>de</strong> experiencias posibles <strong>de</strong>l pensamiento, coartar la imaginación y la<br />

aventura, poner ataduras a la creación. El pensamiento ha escapado siempre <strong>de</strong><br />

las limitaciones dogmáticas: lo cual no es una afirmación romántica sino un hecho<br />

comprobable en la historia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Es explicable, por ello, que la impostura<br />

se retrate a sí misma cayendo en el más elemental <strong>de</strong> los equívocos: estructurar<br />

una forma fija, <strong>de</strong>finitiva y <strong>de</strong> una vez para siempre, en la que maniatar el<br />

pensamiento y luego proclamar que la ciencia consiste en la sujeción y<br />

obediencia ciegas a estos cánones. Esa pretensión equivale, exactamente, a la<br />

anticiencia, a la antifilosofía. (35)<br />

Hay todavía otro aspecto resaltante <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Andreski en el que cabe<br />

<strong>de</strong>tenerse y en el que nuestro autor avanza más allá <strong>de</strong> lo que Sorokin se planteó<br />

antes. Se trata <strong>de</strong> un bosquejo <strong>de</strong> sociología <strong>de</strong> la impostura o, acaso, <strong>de</strong> una<br />

psicología social <strong>de</strong> los impostores organizados como grupos. Andreski<br />

argumenta que "...cada oficio, cada ocupación... tien<strong>de</strong> hacia el principio <strong>de</strong> que<br />

'entre bueyes no hay cornadas'. Las profesiones antiguas y exclusivistas tales<br />

como el <strong>de</strong>recho y la medicina, enfatizan esta norma hasta el punto <strong>de</strong> conferirle<br />

el halo <strong>de</strong> un canon fundamental <strong>de</strong> la ética. Los enseñantes, también, con<strong>de</strong>nan<br />

al ostracismo a aquellos que critican a sus colegas y socavan su posición antes<br />

los ojos <strong>de</strong> sus discípulos". (36)<br />

El principio zoológico en cuestión tiene claras funciones <strong>de</strong> cohesión <strong>de</strong>l grupo,<br />

<strong>de</strong> autoprotección respecto <strong>de</strong> las amenazas externas y <strong>de</strong> obtención <strong>de</strong> ventajas<br />

pecuniarias u honoríficas. Esto explica la verda<strong>de</strong>ra institucionalidad alcanzada<br />

por la impostura y permite afirmar a Andreski que, en general, las instituciones <strong>de</strong><br />

investigación no sirven para el pensamiento creativo. Lo cual nos lleva a lo que<br />

parece ser su convicción central: la impostura ha sido siempre más rentable que<br />

la verdad. La multiplicación espectacular <strong>de</strong> organizaciones con finalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>


conocimiento constituirían algo respecto <strong>de</strong> lo cual no cabe engañarse: en época<br />

ninguna, la aventura <strong>de</strong>l pensamiento creador ha podido ser institucionalizada.<br />

Muy por el contrario, su gran<strong>de</strong>za y <strong>de</strong>sarrollo han implicado siempre el choque,<br />

la ruptura con las estructuras establecidas, incluidas las científicas. Surge, pues,<br />

la sospecha sustantiva <strong>de</strong> que la institucionalidad contemporánea <strong>de</strong>l saber<br />

organizado, que proclama el conocimiento como su finalidad primordial, cumple,<br />

en verdad, funciones radicalmente opuestas a los propósitos <strong>de</strong>claramos. En una<br />

era en que lo 'científico' se ha convertido en criterio absoluto <strong>de</strong> referencia y<br />

mecanismo <strong>de</strong> recompensa social y profesional, y resulta ser el procedimiento <strong>de</strong><br />

justificación automática <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong> información o <strong>de</strong> gestión, lo que<br />

tenemos ante todo no es el mo<strong>de</strong>lo históricamente consagrado <strong>de</strong> búsqueda y<br />

obtención <strong>de</strong> conocimiento sino una po<strong>de</strong>rosa institución evi<strong>de</strong>ntemente, es este<br />

conjunto <strong>de</strong> inferencias el que lleva a Andreski a sostener que mucho <strong>de</strong> lo que<br />

hoy pasa por estudio científico <strong>de</strong> la conducta se reduce a un equivalente <strong>de</strong> la<br />

brujería (37).<br />

En el ultimo párrafo <strong>de</strong>l último capítulo <strong>de</strong> su libro, Andreski clausura así sus<br />

consi<strong>de</strong>raciones: "Los pioneros <strong>de</strong>l racionalismo prorrumpieron en invectivas<br />

contra los dogmas tradicionales, ridiculizaron las supersticiones populares,<br />

libraron batallas contra sacerdotes y hechiceros y los censuraron por fomentar y<br />

aprovecharse <strong>de</strong> la ignorancia <strong>de</strong> las masas, esperando que una victoria final <strong>de</strong><br />

la ciencia aboliría para siempre los males <strong>de</strong> la sinrazón y el engaño organizado.<br />

Apenas sospecharon que en el campo <strong>de</strong> la ilustración aparecería unnuevo<br />

caballo <strong>de</strong> Troya, lleno <strong>de</strong> hechiceros aerodinámicos ornados con la ultima<br />

parafernalia <strong>de</strong> la ciencia". (38)<br />

Continuación Índice <strong>Excerpta</strong> Lo Nuevo<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Las ballenas <strong>de</strong> la isla: Tempulkalwe<br />

"Recién <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> nueve días <strong>de</strong> mi muerte, iré con las<br />

cuatro trempulkalwe. Estarán esperándome. Tengo las<br />

llanka y mi treua (perro) me segurirá voluntariamente. No<br />

tomará el weküfe mi cabeza en sus manos... " (27).<br />

Las Tempulkalwe son representaciones <strong>de</strong> mujeres viejas<br />

que, transforrnadas en ballenas, trasladan el alma <strong>de</strong> los<br />

muertos hasta la orilla <strong>de</strong>l "mundo <strong>de</strong> abajo". El lugar don<strong>de</strong><br />

se reúnen las almas <strong>de</strong> los fallecidos se sitúa en la Isla Mocha,<br />

en un lugar <strong>de</strong>nominado Ngülchénmaiwe. Se dice que una<br />

Tempulkalwe era la balsera y otra cobraba los pasajes en<br />

llanka (piedras).<br />

Un relato nos informa <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> estas Tempulkalwe:<br />

"Cuentan que hace muchos siglos cerca <strong>de</strong> aquí (Tirúa)<br />

naufragó un barco en una noche <strong>de</strong> tempestad, salvándose<br />

sólo un marinero que a nado pudo llegar a la isla (Mocha).<br />

Muy cansado quedóse profundamente dormido. Fue<br />

<strong>de</strong>spertado por varios mocetones vestidos <strong>de</strong> blanco, quienes<br />

lo invitaron al centro <strong>de</strong> la isla, don<strong>de</strong> había una gran fiesta.<br />

Aquí comió carne <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>ro y bebió muday. Fue atendido<br />

como un rey por hermosas mujeres.<br />

El náufrago al amanecer se quedó nuevamente dormido. Cuando <strong>de</strong>spertó, el sol ya estaba alto. Miró a<br />

su alre<strong>de</strong>dor, no había nadie, sólo tizones, carbones y huellas <strong>de</strong> pies humanos en el césped. Luego<br />

exploró el terreno y no encontró a ser viviente alguno, sólo aves marinas que como vigías rondaban sus<br />

costas.<br />

La noche <strong>de</strong>splegó sus lienzos y se quedó dormido. De repente lo <strong>de</strong>spertó la voz <strong>de</strong> un canto extraño<br />

que jamás había escuchado en la tierra. Luego vio que la misma gente <strong>de</strong> nívea blancura lo vino a<br />

buscar y lo llevó al mismo lugar <strong>de</strong> la noche anterior, don<strong>de</strong> empezaron <strong>de</strong> nuevo la celebración <strong>de</strong><br />

fiestas por su llegada. Mientras bebían y bailaban, el marinero conversó con una viejita que había<br />

conocido en un pueblo cuando niño, a la cual le pidió ayuda para salir <strong>de</strong> aquella isla. La anciana,


<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escuchar las súplicas, accedió y en un <strong>de</strong>scuido <strong>de</strong> las alhues huyeron hacia la playa y<br />

cuando ya estaban cerca <strong>de</strong> ésta vieron dos jinetes cabalgando blancos corceles que venían para<br />

llevárselos.<br />

Antes que les dieran alcance llegaron hasta el mar. La anciana se transformó en ballena, subió al<br />

marino sobre su lomo y nadó con él hasta el litoral <strong>de</strong> Arauco.<br />

Los dioses ante la acción <strong>de</strong> la anciana la castigaron convirtiéndola en ballena para siempre, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

esa noche hasta hoy sigue transportando a las almas <strong>de</strong> los mapuche muertos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un barranco que<br />

existe en Tirúa y la <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong>l Río Imperial hasta la Isla Mocha. A esta anciana se le conoce<br />

con el nombre <strong>de</strong> "Tempulkalwe". El alma es trasladada siempre que pague su pasaje cuyo pago<br />

efectúa mediante "Llancas", piedrecitas cobrizas <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong>azulejo muy estimadas para adornos<br />

entre los araucanos las cuales son <strong>de</strong>positadas Junto al cadáver.<br />

Los espíritus llegan a la orilla <strong>de</strong>l barranco en grupos dirigidos por un jefe y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí llaman a la<br />

"Tempulkalwe". especie <strong>de</strong> lanchero que las viene a buscar" (28).<br />

La narración pone en evi<strong>de</strong>ncia la importancia <strong>de</strong> esta alegoría femenina: el "espíritu" <strong>de</strong> una mujer vieja<br />

(recor<strong>de</strong>mos que el marinero la había conocido en un pueblo) es transformado en un elemento<br />

fundamental para que el alma <strong>de</strong> los difuntos llegue a su <strong>de</strong>stino final. Leemos en el "castigo" <strong>de</strong> los<br />

dioses, nada más que el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> hacer imperece<strong>de</strong>ra la acción que la anciana, ha tomado ya por su<br />

propia iniciativa: transformarse en ballena para ayudar en un viaje que conecta la vida y la muerte, la<br />

tierra y el agua. De este modo, lo femenino aparece como una suerte <strong>de</strong> bisagra y <strong>de</strong> puente. Siendo la<br />

"balsera" <strong>de</strong> las almas, su función es primordial para que ellas no sean arrebatadas o "tomadas" por los<br />

malos espíritus (wecufe).<br />

De esta manera el ciclo esperado se cumple: a la muerte <strong>de</strong>l cuerpo le sigue el tránsito <strong>de</strong>l am (espíritu)<br />

hacia el wenu mapu. La Tempulkalwe que conduce la "balsa <strong>de</strong> la muerte" es la imagen <strong>de</strong> lo femenino<br />

que posibilitó en la vida el nacimiento y que en la muerte permite el "renacimiento" <strong>de</strong>l am en la tierra<br />

<strong>de</strong>l cielo.<br />

Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, entonces, que lo femenino en la morada <strong>de</strong> los dioses y <strong>de</strong> los antepasados ocupa un<br />

lugar importante. Su relevancia no radica en sér una mera "función" (<strong>de</strong> diferenciación genérica, etárea o<br />

<strong>de</strong> "esposa"), sino en su actividad sagrada. Lalén Kusé, Choñoiwe Kusé, Wün Kusé, Kiyén Kusé<br />

evi<strong>de</strong>ncian sus acciones en el entramado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s, hablándonos <strong>de</strong> la riqueza que ellas encierran.<br />

Del mismo modo, Kalfu Malén y las Tempulkalwe <strong>de</strong>scriben cómo el alma <strong>de</strong> las antepasadas mujeres<br />

encierra la protección, la posibilidad <strong>de</strong> continuidad <strong>de</strong> la vida ya sea en la tierra como en su espejo <strong>de</strong>l<br />

cielo. Entonces, colegimos que lo femenino mora, con po<strong>de</strong>r y fuerza en el espacio <strong>de</strong> lo numinoso<br />

mapuche y que po<strong>de</strong>mos escuchar el sonido <strong>de</strong> su amplio canto en la tierra <strong>de</strong>l cielo y en el dulce remar<br />

<strong>de</strong> la balsera <strong>de</strong> almas.


Continuación Índice Índice <strong>Excerpta</strong><br />

HTML diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>


UNIVERSIDAD DE CHILE<br />

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES<br />

EXCERPTA N°7<br />

Edison Otero<br />

Materiales sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> impostura intelectual<br />

VII<br />

Rabelais, Voltaire, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, Eysenk, Zinoviev, Zsazs,<br />

Martin Gardner, Feyerabend, son muchos los testimonios <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia, autores<br />

obligados en la reunión <strong>de</strong> materiales para la elaboración <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

impostura intelectual (39). Una cuestión central que se plantearía ineludiblemente<br />

en una elaboración tal es la <strong>de</strong> la frontera entre lo que se consi<strong>de</strong>ra impostura y<br />

lo que no lo es, una tierra <strong>de</strong> nadie que pue<strong>de</strong> llegar a ser suficientemente<br />

resbaladiza e incierta. Un criterio a manejar lo constituye, por supuesto, confiar<br />

en el juicio <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s pensadores, aquellos cuya autenticidad y profundidad<br />

nadie cuestiona. La ventaja <strong>de</strong> semejante criterio se vuelve más clara conforme<br />

más distante en el tiempo están los testimonios. Así es posible un más alto grado<br />

<strong>de</strong> objetividad y es menor el riesgo <strong>de</strong> un juicio injusto. Pero todas estas ventajas<br />

se tornan en <strong>de</strong>sventajas conforme el testimonio se aproxima al presente y la<br />

posibilidad <strong>de</strong> mirar el bosque sin confundirse entre los árboles se reduce a<br />

mínimos acaso insostenibles Con todo, el problema es menos agudo según se<br />

i<strong>de</strong>ntifican y <strong>de</strong>scriben los rasgos <strong>de</strong> lo que se califica como impostura; y se<br />

transforman en algo recalcitrante cuando se trata <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar específicamente a<br />

quienes se consi<strong>de</strong>ra susceptibles <strong>de</strong> merecer la calificación agraviante (40)<br />

Por otra parte, el criterio <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse guiar por el juicio <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s pensadores<br />

tiene un rasgo negativo que es importante señalar : la visión ejemplar. Cuando <strong>de</strong><br />

tien<strong>de</strong> a compren<strong>de</strong>r la historia intelectual sólo en función <strong>de</strong> sus cumbres más<br />

altas, se tien<strong>de</strong> a olvidar también que hay alturas intermedias, que hay cerros y<br />

que estos últimos están, <strong>de</strong> todos modos, por encima <strong>de</strong> las planicies y los valles.<br />

De acuerdo a ese criterio, no cabría sino ser Platón o ser nada, ser Einstein o ser<br />

mediocre. Se trata, a la vista <strong>de</strong> una disyuntiva tajante y extrema, y en verdad<br />

insostenible Nos es necesario en consecuencia, una teoría <strong>de</strong> la impostura


intelectual. Pero, tal es una meta a obtener y en absoluto un punto <strong>de</strong> partida.<br />

Estos materiales apuntan en esa dirección.<br />

Sonia Montecino: Sol viejo, Sol vieja Índice <strong>Excerpta</strong> Lo Nuevo<br />

Htm diagramación, gráficos, Oscar Aguilera<br />

F.<br />

<strong>Sociales</strong><br />

© 1996 Programa <strong>de</strong> Informática, <strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> <strong>Ciencias</strong>

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