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la sombra de Gento, “que no cogía ni un triste
resfriado”, como recuerda sonriendo el gaditano.
Una vez confirmada su salida del Madrid,
Manolín regresó a Andalucía y se enroló en
las filas del Sevilla, club en el que fue recibido
con los honores propios de un futbolista
que acumulaba un palmarés envidiable:
ocho Ligas, dos Copas de Europa, dos
Copas de España y una Intercontinental. Sin
embargo, y pese al buen comienzo liguero,
el equipo descendió a Segunda División.
A las puertas de la retirada, tras dos temporadas
aciagas a nivel de club en el Sevilla, Manolín
quiso vestir de amarillo por última vez. Por
ello, y ya con la única idea de divertirse en su
recta final como futbolista, Bueno jugó casi
dos años en Tercera con el Balón CF, el club
del que había dado el salto hacia el Cádiz CF.
“
Como ayudante del técnico
Enrique Mateos, Manolín
participó directamente en el
primer ascenso del Cádiz CF a
Primera División (1976-1977)
”
directamente en el primer ascenso del
Cádiz CF a Primera División (1976-1977).
Visitante habitual del estadio Carranza y siempre
con una sonrisa para todos, aún hoy, Manolín
Bueno es un ídolo en Cádiz, su casa, en la que
incluso se fundó una Peña Cadista con su nombre.
Curiosamente, su retirada del deporte profesional
tuvo una ubicación que le era amargamente
familiar: el banquillo. Por fortuna, este último
recuerdo sí iba a ser positivo. Como ayudante
del técnico Enrique Mateos, Manolín participó
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