Gaspar Ariño Ortiz y Mónica Sastre Beceiro - Grupo.us.es

Respecto a la duración de uno o dos meses para formular una respuesta sobre la transmisión de un
derecho concesional consideramos que un mes es tiempo suficiente para que la Administración hidráulica a
través de las Comisiones de Desembalse y de las Juntas de Explotación supervisen si dicha transferencia
afecta negativamente a los recursos de la cuenca cedente a los derechos de terceros o a los caudales
ambientales. La Administración tiene que actuar aquí con la agilidad que requieren las transacciones sobre
derechos concesionales de agua. Finalmente señalar que el organismo de cuenca también podrá ejercer en
ese plazo (1 ó 2 meses), un derecho de adquisición preferente del aprovechamiento de los caudales a ceder,
rescatando los caudales de todo uso privativo (apartado 3, art. 61 bis). Se trata de una manifestación del
viejo axioma del rescate.
C. Límite cuantitativo
Este es un tercer límite al mercado de derechos sobre el agua. “El volumen anual susceptible de
cesión –dice otro precepto- en ningún caso podrá superar el realmente utilizado por el cedente”. La
pregunta aquí es: ¿utilizado, cuándo?. No puede ser que si el vendedor consigue reducir su consumo un
30% de su agua sólo se le autorice luego a ceder el 70% a un tercero. Esto sería un incentivo al despilfarro
inicial. Por otro lado, va a resultar muy difícil determinar el volumen “realmente utilizado”. La Ley remite
este extremo al desarrollo reglamentario, al decir: “las normas para el cálculo de dicho volumen anual,
tomando como referencia el valor medio del caudal realmente utilizado durante la serie de años que se
determinen, corregido, en su caso, conforme a la dotación objetivo que fije el Plan Hidrológico de cuenca y
el buen uso del agua”. Con ello se plantea el problema de la determinación exacta de los derechos cedibles,
teniendo en cuenta tres medidas: 1) los derechos reconocidos en el título; 2) los caudales realmente
utilizados, que, como nunca se han medido, nadie sabe exactamente cuáles son; y 3) la dotación objetivo,
según el uso eficiente del agua (de nuevo, podemos preguntar: uso eficiente, ¿para qué?). Al final, con estos
parámetros la Administración goza de un amplio margen de actuación.
D. Límite temporal
El cuarto límite de las cesiones es éste: sólo se realizarán con carácter temporal, pudiendo durar
como máximo hasta que se extinga el derecho al uso privativo del cedente. Por consiguiente, el tiempo de
duración de la cesión de los derechos de aprovechamiento del agua debe ser fijado libremente por el
cedente y cesionario siempre y cuando su plazo no sea superior al que resta para que se extinga la cesión o
derecho del cedente. Esto es muy razonable. Con ello se trata de evitar –lo cual es muy correctosituaciones
como la de Chile, en la que la legislación hasta ahora vigente, totalmente permisiva, permite un
acaparamiento por tiempo indefinido de los derechos del agua que ha llevado a que éstos hayan sido
adquiridos con fines exclusivamente especulativos, sin que exista, por parte del tenedor de esos derechos, la
obligación de un aprovechamiento actual o en un futuro cercano. Finalmente, decir que esta habilitación
por autorización de cesiones de derechos con carácter temporal no supone ninguna novedad ya que
actualmente se pueden realizar (art. 61 Ley de Aguas).
E. Límites formales
El art. 61 bis de la L.A. establece algunos requisitos formales, que aunque no constituyen límites
sustantivos, pueden contribuir a incrementar los costes de transacción, restando eficiencia al sistema.
Veamos algunos.
a) Los contratos deberán ser formalizados por escrito y puestos en conocimiento del organismo de
cuenca y de las comunidades de usuarios a las que pertenezcan tanto el cedente como el cesionario. Como
ya se dijo, el Organismo de cuenca podrá oponerse a la cesión si: 1) afecta negativamente al régimen de
explotación de los recursos de la cuenca; 2) a los derechos de terceros; 3) a los caudales medioambientales;
ó 4) si se incumplen los requisitos señalados en este art. 61 bis. Consideramos que el primero de los
criterios de prohibición está redactado de forma muy indeterminada, ya que no se sabe a ciencia cierta que
se quiere decir con que la cesión afecte “negativamente” al régimen de explotación de los recursos de la
cuenca. En cambio, entendemos muy positivo el papel tutelante de la Confederación Hidrográfica en
defensa del medio ambiente y los posibles daños a terceras partes interesadas. Así por ejemplo, si un
cambio en el punto del consumo del agua o en el punto de toma provoca una minoración de los caudales