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El ojo veterinario El ojo veterinario - ARGOS

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Figura 3. Típico crecimiento de Pseudomonas<br />

aeruginosa, bacteria productora de un característico<br />

pigmento que genera la apariencia verdosa<br />

del cultivo y que suele asociarse con frecuencia<br />

a lesiones de dermatitis acral.<br />

etc.). Hasta un 20-30% de los granulomas<br />

de lamido está complicado con pioderma<br />

profunda, por lo que el tratamiento inicial<br />

debe incluir siempre una antibioterapia sistémica<br />

durante 3-4 semanas.<br />

Es importante también romper el ciclo<br />

prurito-lamido de forma mecánica (vendajes,<br />

bozales, collares isabelinos, etc.) y<br />

con la aplicación tópica de repelentes,<br />

analgésicos y corticoides. La administración<br />

tópica de capsaicina (0,25%) combate<br />

la liberación de sustancia P (neuropéptido<br />

involucrado en la transmisión de<br />

dolor y picor), de forma que su uso repetido<br />

consigue una depleción de sustancia<br />

P evitando la percepción de picor y dolor.<br />

Este producto no debe ser administrado<br />

en áreas ulceradas para evitar la sensación<br />

de quemazón.<br />

En los casos donde no ha sido posible<br />

determinar una causa subyacente, el tratamiento<br />

con fármacos psicoactivos puede<br />

ser beneficioso (ver tabla).<br />

Figura 4. En el perro al que corresponden las<br />

figuras 1 y 2, la extensión y tinción de los exudados<br />

permitió visualizar abundantes cocobacilos<br />

Gram negativos, luego identificados como<br />

Pseudomonas.<br />

<strong>El</strong> tratamiento médico se mantiene<br />

hasta que el animal deja de lamerse. Normalmente<br />

se trata con inhibidores de la<br />

recaptación de la serotonina como la clomipramina<br />

o la fluoxetina, ya que son<br />

más eficaces que otros antidepresivos<br />

(Shanley y Overall, 1992).<br />

La naltrexona es un antagonista narcótico<br />

que parece aliviar el comportamiento<br />

estereotipado de lamido; sin embargo, es<br />

común la recidiva cuando se interrumpe<br />

el tratamiento, y con frecuencia muestra<br />

efectos secundarios caracterizados por<br />

letargo y cambios leves de comportamiento<br />

(White, 1990).<br />

Finalmente la hidrocodona es un narcótico<br />

que puede ser empleado como fuente<br />

externa de endorfinas para disminuir la<br />

incipiente necesidad de lamido.<br />

En casos de auténtica desesperación,<br />

cirugía, radio y crioterapia han sido<br />

empleadas sobre la zona afectada, aunque<br />

hemos de tener en cuenta que la cirugía<br />

está contraindicada en animales con<br />

un comportamiento obsesivo.<br />

Pronóstico<br />

<strong>El</strong> pronóstico es variable. Las lesiones<br />

crónicas, extensamente fibróticas, en las<br />

que no ha podido ser identificada una<br />

causa subyacente, presentan un peor pronóstico.<br />

Aunque no es una enfermedad<br />

que requiera tratamiento de por vida,<br />

puede presentar un curso insidioso, con<br />

constantes recidivas que la hagan intratable.<br />

En conclusión, estamos ante uno de los<br />

más frustrantes problemas médicos que<br />

afectan al perro, puesto que generalmente<br />

requiere de numerosos y diversos abordajes<br />

antes de obtener un tratamiento con<br />

éxito. Es una patología que vuelve locos al<br />

perro, a su propietario y al <strong>veterinario</strong>. �<br />

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adn J.D. Bonagura), WB Saunders, Philadelphia,<br />

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A. García-Sánchez, S. Sánchez,<br />

J. H. De Mendoza, J. Rey,<br />

J. M. Alonso<br />

Departamento de Medicina<br />

y Sanidad Animal<br />

Facultad de Veterinaria<br />

Universidad de Extremadura<br />

Avda. de la Universidad s/n<br />

10071 Cáceres<br />

Imágenes cedidas por los autores<br />

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