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plazo, puede suponer la diferencia entre la supervivencia
o no de la empresa.
El comercio minorista debe adaptarse a los cambios
de mentalidad y hábitos del consumidor. Los
jóvenes de hoy son los compradores del mañana y
entre sus costumbres empieza a incluirse la compra
de determinados productos por la Red (música, dispositivos
electrónicos, viajes, hoteles, etc.).
El precio, aunque importante, ya no es la variable
única para competir, cada vez gana más importancia
la atención al cliente y la tecnología o, mejor dicho,
los servicios que ésta ofrece.
Los consumidores son más exigentes y ahora
disponen de más sitios (o, quizás deberíamos decir
mejor, herramientas) para acceder al mismo producto
o a productos sustitutivos. El comercio ha
dejado de vender producto a secas para empezar
a vender producto+servicio. Las TIC permiten dar
ese valor añadido que puede diferenciar a nuestros
productos de los demás con algo tan sencillo como,
por ejemplo, recibir un mensaje en el móvil para
avisarnos de que ya podemos recoger la ropa en
la tintorería.
Si un comercio es capaz de generar comunidad
virtuales en torno a un producto en el que es un claro
referente dentro de un mercado local, fomentará
la promoción de la empresa y, por tanto, incrementará
el número de sus clientes potenciales.
El comercio electrónico supone para el comercio
minorista una oportunidad para trasladar su experiencia,
conocimiento del producto y trato con el
cliente a otros mercados imposible de acceder de
otras formas.
Para hacer frente a estos retos que supone la
nueva economía (tal y como la han definido algunos
autores), el sector del comercio minorista puede reaccionar
y, con implantación de las TIC, establecer
diferentes estrategias para incrementar su competitividad.
4.2.1 Cooperación entre comercios.
La implantación de las grandes superficies pone en
riesgo la supervivencia de muchos comercios minoristas
lo que exige la creación de nuevas estrategias
de venta, el asociacionismo empresarial y la puesta
en marcha formas de gestión conjunta que reduzcan
los costes.
La cooperación en el sector debería de girar a
través de dos actuaciones básicas:
• Impulsar las acciones de comercio asociado
como grupos de compras, centrales de compra
y de servicios mayoristas.
• Potenciar la cooperación estable entre pequeños
comercios. Iniciativas como la creación de
ejes comerciales o centros comerciales abiertos,
permite al sector coordinar una variada
oferta de productos y servicios en una determinada
zona urbana redunda en una mayor
afluencia de clientes y, por tanto
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