04.05.2015 Views

o_19ke45l9s1erpidip08v57oga.pdf

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Escuchad, chicos, os recuerdo que la unión hace la<br />

fuerza. Si nos unimos contra este abusón todos comeremos<br />

cerezas rojas del parq…<br />

Antes de acabar la frase, Pablo Azafrán había recibido un<br />

fuerte empujón de Eduardo Picante. Cayó Pablo al suelo y<br />

se hizo una herida en la rodilla. Eduardo preparó los puños<br />

para rebatir un posible golpe de Azafrán. Pero Pablo, en<br />

lugar de pegarle, se acercó a la fila de niños ordenados de<br />

guapos a feos, y les contó, uno a uno, su secreto al oído.<br />

Eduardo, iracundo al ver que todos abandonaban la fila y<br />

despreciaban las cerezas de la cesta, gritó:<br />

—Decidme qué os ha dicho Pablo… no valen los<br />

secretitos, eso es de cobardes. ¡Volved aquí!<br />

Su rabia se hizo gigantesca y comenzó a escupirles<br />

huesos de cerezas a sus amigos. Ellos los recogieron muy<br />

contentos y los plantaron en la tierra del parque.<br />

—¿Qué hacéis con esos huesos? ¿Estáis locos? ¿No<br />

pensaréis que puede nacer un solo árbol de unos huesos<br />

escupidos?<br />

Eduardo seguía lanzando semillas al aire con cara de<br />

orangután resfriado. Sus amigos abrían huecos en la tierra<br />

con las azadas y las enterraban con mimo.<br />

44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!