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HANS UUIICH GUMBRECHT
PRODUCCiÓN DE PReSENCIA
la primera generación de estudiantes de Heidegger, Pero la conexión
. que hace Gadamer entre la dimensión no~hermenéutica de la lectura de
un poema y el ensayo de Heidegger ··El origen de la obra de arte" tiene
una importancia mucho mayor para mí argumento, Pues todos los autores
cuyos trabajos he e::;tado discutiendo hasta ahora como' parte de un
entorno intelectual que quiere ir "más allá de la atribución de significado",
(lo que es decir, también, más allá de las afll'IDacíones de la hermenéutica
sobre su propia uníversalidad), quedan dudando bastante apenas
topan con el desafío de elaborar el repertorio de conceptos que tal lance
"más allá del significado" baría necesarios. En el capítulo preyio, díje al
pasar que la tradición de Aristóteles podría ser, ,al menos, fuente de inspiración
en el desarrollo de tal repertorio; en este capítulo, emplearé la
cultura medieval (una cultura tan aristotélica que el nombre "Aristóteles"
se volvió en ella sinónimo del nombre "filósofo") para este mismo propósito.
Pero el único filósofo de nuestro pasado intelectual no tan remoto
que produjo. durante varias décadas, y de modo programático, tal
repertorio de conceptos no metafísicos es, por cierto, Manin Heidegger.
Aunque muchos de los intérpretes actuales de Heidegger prefieren dejar
entre paréntesis este aspecto de su autocomprensión, Heídegger mismo
quiso que su Se.r y'tiempo. el libro en el que toda la dimensión de su pensamiento
se hizo visible por primera vez, fuese "una ontolog(a en el sentido
más amplío del término. y sin ninguna afinidad con las direcciones
y tendencias ontológicas existentes",:!;! Como ontología, sin embargo. su
filosofía se inscribe dentro del movimiento mtelectual de la "revolución
conservadora" que, sobre todo durante los años veinte. dio cuerpo y arti·
culó un extendido descontento por la pérdida intelectual del mundo
exterior a la conciencia humana que la filosofía del mentor de
Heidegger, Edmund Husserl, vino a representar}! Desde la,perspectiva
de Heidegger al menos, la fenomenología de Husserl era meramente el
punto de llegada de una trayeclorill filosófica milenaria en la cual el
paradigma sujet%bjeto -es decir, la configuración conceptual de la
divergencia creciente entreJa existencia humana y el mundo, basada en
el contraste entre la existencia humana como puramente espiritual y el
mundo como una esfera puramente material- había llevado a la cultura
'" Heidegger, St::in lItId Zeír. 1S' ed. (Tübingen, 1984), p. 11 (las cursivas son mías).
II Pata los detalles de esta rápida contextualizaci6n histórica. véase Gumbrecht, In 1926,
pp. 437+78.
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occidental a un estado extremo de alienación respecto del mundo, Más
que Husserl (quien. COn razón. gustaba llamar a su filosofía de "cartesiana"),
fue Descartes el objeto explícito de la crítica de Heidegger: es
por ello que Ser y tiempo presenta a la fundamentación cartesiana de la
existencia humana en el pensamiento (y sólo en el pensamiento), y a las
disociaciones subsiguientes entre existencia humana y espacio y entre
existencia humana y sustancia, como los pecados originales de la filosofía
moderna,u Visto desde esta perspectiva, el lance conceptual deci.
sivo en el libro de Heidegger es, como ya lo he mencionado, la caracterización
de la existencia humana como "eStar-en-el-mundo", esto es,
como una existencia que está siempre ya en un contacto sustancial y por
tanto espacial con las cosas del mundo. 27
"Estar-en-el-mundo" es un concepto perfectamente adecuado para
una clase de reflexión y análisis que trata de recuperar los componentes
de presencia en nuestra relación con las cosas del mundo. En las páginas
que siguen, sin embargo. me gustaría desplegar la complejidad de otro
concepto clave de Heidegger, UD concepto que apenas fue desarrollado
ya en Ser y tiempo, pero que pienso que está cercanamente relacionado
con el áspecto de' la substancialidad. Es el concepto de "Ser" -y tengo
dos razones par~ ematizarlo. En primer lugar, "Ser" es la noci6n en la
filosofía de Heidegger que ha CaDSa