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.. <br />

HIlNS ULItICH GUMIRECHT<br />

PRODUCCiÓN DE PIIESENclA<br />

imposición, por su relevancia, de un cuerpo femenino que atrapa y casi<br />

domina completamente la perezosa atención delflaneur. Tal carácter de<br />

evento es, por ciel1o, algo distinto a una situación de enseñanza en la<br />

que tratamos de facilitar el ocurrir de la experiencia estética, aunque<br />

estamos completamente conscientes de que ning:ún__~fecto pedagógico<br />

garantiz.ará jamás el advenimiento de tal exPeriencia. Pero podemos<br />

apuntar a la presencia de ciertos objetos de experiencia e invitar a nuestros<br />

estudiantes a alcanzar un estado de serenidad.!I esto es, a estar a la<br />

vez abiertos y concentrados. sin dejar que tal concentración se convierta<br />

en la dura tensión de un esfuerzo.<br />

La mejor descripción que conozco para el momento en que tal<br />

disposición serena que nos prepara para el ocurrir de la experiencia estética<br />

se convierte en real experiencia estética. viene de un atleta. Fue la<br />

respuesta que Pablo Morales, medalía de oro de nataci6n en los Juegos<br />

Olímpicos, dío a la pt'egunta de por qué, luego de ,haberse retirádo de la<br />

alta competición. habia vuelto a clasificar a la Olimpíada nuevamente y<br />

ganado una medalla de Oro más. Sin dudarlo, Morales respondió que<br />

había hecho ese sorprendente esfuerzo porque era adicto a la sensación<br />

de "perderse en una concentrada intensidad",12 Su elección del mundo<br />

de la "intensidad" confirma que Ja diferencia que hace la experiencia<br />

estética es, sobre todo. de cantidad: los desafíos extremos producen<br />

niveles extremos de desempeño en nuestras mentes y cuerpos. Que<br />

Morales quisiera "perderse" corresponde al elemento estructural de la<br />

.--"') insularidad el elemento de la distancia vis-a-vis el mundo cotidiano,<br />

que es propio de la situación de la experiencia estética. Finalmente,<br />

Morales calificó a la intensidad que le atrae como "concentrada" -lo que<br />

parece indicar que, la disposición de apertura compuesta, anticipa la<br />

presencia energizante de un objeto de experiencia por venir. Ahora bien,<br />

de lo que estaba hablando Morales era del desafío de participar en una<br />

competencia atlética a nivel mundial. Algunas personas pueden tener<br />

ti La alusión a la noción de Heidegger de Gelassenheit ("compostura", "serenidad") es<br />

deliberBda, La: Gelassenheit es mencionada aquí como una actitud que puede facilitar<br />

que la experiencia estética ocurra como un momento de intensidad; regresaré al concepto<br />

cuando lIate de describir ]Os. posibles erectos de la e!tperiencia estética en nuestra psique.<br />

" Véase Hans Ulrieh Gumbrecbl, Ted Leland, Riel: Scbavone y Jeff:rey Schnapp, "'be<br />

Ath1ete's Body Losl and Found", prefacio a The Athlete's Body. Stanford Humanities<br />

Rev,'ew 6.2 (1998): VTI-XTI.<br />

110<br />

reservas acerca de subsumir tales situaciones de competencia dentro de<br />

un concepto de "experiencia estética". Pero, aun así, la cuestión sigue<br />

siendo la de cuáles son los rasgos generales que podemos identificar en<br />

aquellos objetos de experiencia -estéticos o na- que nos atraen y nos<br />

empujan a perdernos en una concentrada intensidad.<br />

'i'<br />

Esta es precisamente mi quinta cuesti6n, y acaso la más obviamente<br />

relevante, la cuestíón decisiva en este contexto: ¿qué es eso que nos<br />

fascina en los objetos de experiencia estética? A partir de nuestra segunda<br />

reflexión, es claro que, sean cuales sean los rasgos que podamos<br />

identificar en el objeto de experiencia estética, el estatuto de nuestras<br />

respuestas será históricamente específico, incluso cuando, del lado de la<br />

experiencia, el ritmo de la transformaci6n histórica pueda ser extremadamente<br />

lento. En la búsqueda del deseo, siempre más o menos oculto,<br />

que podría motivarnos a trascendet' nuestros mundos cotidianos contemporáneos<br />

(lo cual, por cierto, significa también que estarnos buscando<br />

fenómenos y condiciones cotidianas de las que estamos sobre-satura~<br />

dos), no conozco una respuesta más convincente que la que da Jean·Luc<br />

Nancyen su libro The Birth to Presence (El nacimiento a la presencia),<br />

en las páginas de apertura, en las que argumenta que no hay nada que<br />

podamos encontrar más tedioso, hoy día.. que la producción de un detalle<br />

de significado más, de "un poco más de significado".ll Lo que, en<br />

contraste, echamos de menos en un mundo tan saturado por el srgnifica~<br />

do, y lo que por lo tanto se convierte en un objeto primario de deseo (no<br />

completamente consciente) en nuestra cultura, son -de modo no muy<br />

sorprendente a esta altura en el contexto de este libro, espero- los fenómenos<br />

e impresiones de presencia.<br />

La pt'esencia y el significado siempre aparecen juntos, sin embargo,<br />

y siempre están en tensión. No hay modo de hacerlos compatibles,<br />

o de juntarlos en una estructura .fenoménica "bien equilibrada". No<br />

quiero entrar en una comparación y discusión detallada de las diferentes<br />

definiciones ftlosóficas de "significado" y/o "sentido" (siempre<br />

parece haber demasiadas de ellas, en todo caso) pero entiendo que lo<br />

que hace el significado, esto es, la conciencia de una elección que ha<br />

tenido lugar (o la conciencia de posibles alternativas a 10 que se ha elegido),<br />

es la misma dimensi6n de la condencia que es negada por el tipo<br />

1) Nancy, The Birth to Presence, p. 6.<br />

111<br />

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