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HANS UlRICH GUMBRECHT<br />
PRODUCCiÓN DE PRESENCIA<br />
taci6n tradicional rediviva en alguna especie de referencia al mundo,<br />
como mínimo bajo la forma de una referencia al texto como un objeto<br />
sin ambigüedades, y mientras esté así dejando ya atrás los confines que<br />
la fenomenología y las humanidades se han fijado a sí mismas dentro<br />
del campo hennenéutico y del paradigma clásico sujet%bjeto, hay<br />
razones para dudar de que, después de todas las crisis en la historia de<br />
la filosofia occidental en el siglo xx. tal voluntario retomo a una postu~<br />
ra epistemológicarnente nai've pueda tener and~ento. Pues es el paradigma<br />
sujet%bjeto el que excluye boy cualquier referencia fáCíl al<br />
mundo, y es este paradigma mismo el que Eco deja intacto (o reestablece<br />
inadvertidamente) cuando se compromete con los "derechos del<br />
texto". Es precisamente por esto, que creo que deberíamos intentar res-·<br />
tablecer nuestro contacto con las cosas del mundo fuera del paradigma<br />
sujet%bjeto (o en una versi6n modificada del mismo), y evitar la interpretación,<br />
sin siquiera someter a crítica el altamente sofisticado y autorreflexivo<br />
arte de la interpretación que las humanidades han establecido<br />
desde hace tiempo.<br />
Es también por esto que siento una afinidad tan fuerte con el<br />
punto de partida dellíbro de Jean~Luc Nancy The Birfh to Presence,<br />
donde también encuentro un sentimiento muy familiar (al menos para<br />
mí) de frustración con la clase de postura que representa Yattimo dentro<br />
de la filosofía contemporánea: "Llega un momento en que uno no puede<br />
sentir nada más que ira. una ira absoluta, contra tantos discursos, tantos<br />
textos que no tienen otra preocupación más que hacer un poquito más<br />
de sentido, rehacer o perfeccionar delícados trabajos de significación".'<br />
La presencia que Nancy está extrañando. como rutemativa átodos aquellos<br />
discursos que producen meramente "UD poqujto más de sentido", no<br />
es por cierto la presencia autorreflexiva que Derrida había criticado a la<br />
filosofía de Husserl. Nancy, por el contrario, está aludiendo a una concepción<br />
de presencia .que es difícil -aunque no imposible-- de recond·<br />
liar con la epistemología occidental moderna, porque vuelve a convocar<br />
la dimeDsión de la cercanía física y la tangíbilidad: ''El 'placer de la presencia'<br />
es la fórmula misticapar excellence", y tal presencia que escapa<br />
a la dimensión del significado tiene que estar en tensión con el principio<br />
de representacíón: "La preseDcia DO adviene sin borrar la presencia<br />
que a la representación le gustaría designar (su fundamento, su origen.<br />
7 Jean,Luc Nancy, The 8irth ro Presence, tIad. Brlan Homés (Stanford, 1993, p. 6).<br />
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su tema)".s Al mismo tiempo, entre los autores a los cuales me quiero<br />
referir para marcar afmidades contemporáneas a mi propio punto de partida,<br />
es también Nancy el primero que apunta a la certeza (una certeza<br />
casi "práctica", basada primariamente en la experiencia, más que a una<br />
certeza basada en la deducción conceptual) de que. bajo las condiciones<br />
actuales al menos. y de modo muy diferente en este caso de la concepción<br />
d~ "presencia real" en la teología medieval, la presencia no puede<br />
entrar a formar parte de una situación pennanente, no P1,lede nunca ser<br />
algo a lo cual, para decirlo así, podamos detener.<br />
Tiene que ser ésta la razón por la cual Nancy (y, con él, un buen<br />
número de filósofos interesados en'los fenómenos de presencia) asocian<br />
este concepto con lo que yo llamo condiciones de ''temporalidad extre~<br />
ma". La presencia, para Nancy, al menos )a presencia bajo las condicio~<br />
nes contemporáneas, es nacimiento, "el advenimiento que se borra a sí<br />
mismo y se retira". Probablemente, ningún pensador haya desarrollado<br />
el tema de la "temporalidad extrema" con r~sultados conceptualmente<br />
tan ricos como Kart Heioz Bobrer, A diferencia de Nancy, sin embargo,<br />
Bohrer raramente se concentra nunca en el concepto de presencia como<br />
tal. Para él, lo "repentino", el carácter efímero de ciertas apariciones y<br />
partidas. es el tema central de la experiencia estética. y él se refiere a<br />
ello como "negatividad estética"; "la negatividad de la conciencia de<br />
UDa presencia que se desvanece'.., Eso que se vuelve evidente, bajo ciertas<br />
condiciones, en el concepto de Bohrer- de la experiencia estética. es<br />
obviamente sustancia, no significado. Pero parece ser, exclusivamente,<br />
la sustancia del sígnificante. Refiriéndose. por ejemplo, a la famosa<br />
reflexión de K.aflca acerca de la expenencia que le provocó un grupo de<br />
actores judíos. escribe Bobrer: "Kafka no lee la expresión del actor en<br />
relación con lo que el actor expresa (i.e., su papel); él lee sólo a partir<br />
de la expresión misma" .10<br />
Después de la insistencia de Nancy y Bobre'r acerca de la "temporalidad<br />
extrema", lo que me interesa en la reflexión de George Steiner<br />
acerca de las "presencias reales" es la atención que le dedica a la relación<br />
(¿o debería decir a la mutua interpenetración?) de estratos de significado<br />
y estratos de presencia substantiva en la obra de arte. JI Steiner<br />
• lbid., pp. 4s&. "<br />
? Karl Heinz Bobrer. Asthetische NegattvitCit (Munich, 20(2), p. 7.<br />
l. lbid.. p. 310. <br />
11 George Steíner. Real Pnfse1lces (Clticago. 1989) [ed, en castellano: George <br />
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