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SERIE DE SERMONES DEL DR. ROY LYON -EL SERMÓN DEL MONTE-

Predicado en la hora de capilla del STBV. Año 1975

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<strong>SERIE</strong> <strong>DE</strong> <strong>SERMONES</strong> <strong>DE</strong>L <strong>DR</strong>. <strong>ROY</strong> <strong>LYON</strong><br />

-<strong>EL</strong> <strong>SERMÓN</strong> <strong>DE</strong>L <strong>MONTE</strong>-<br />

Predicados en la Capilla del Seminario Teológico Bautista de Venezuela<br />

AÑO 1975<br />

Transcrito a PDF por el Rev. Edgar Salas Rizzo. Año: 2015<br />

El Seminario Teológico Bautista de Venezuela se complace en ofrecer este pequeño volumen a los<br />

pastores y líderes de la obra del Señor para contribuir un poco a la meditación sobre el Sermón mas<br />

grande que los labios del hombre han pronunciado. El Hijo del Hombre habla para el bien de la<br />

humanidad: Más después, los hombres aprendieron que Jesús de Nazaret también es el hijo de Dios.<br />

Los profesores del Seminario han tratado de interpretar este obra maestra para el bien de los<br />

seminaristas. Los sermones fueron predicados en la Capilla del Seminario, grabados y reproducidos en<br />

la forma encontrada aquí. Cuando uno escribe un libro o una tesis, su lenguaje y estilo necesariamente<br />

son formales y mesurados. En esta pequeña obra, la intención es otra. Cuando se predica, se hace el<br />

esfuerzo de efectuar una comunicación clara y personal entre el predicador y el oyente. Se pretende<br />

establecer semejante comunicación aquí.<br />

Que Dios bendiga la predicación de su palabra.<br />

Dr. Roy L. Lyon, Redactor.<br />

Los Teques, Miranda<br />

-Venezuela-<br />

Julio 1975


Las Bienaventuranzas<br />

– Dr. Roy L. Lyon<br />

Mateo 5:1-12<br />

Estamos viviendo en tiempos muy críticos cuando el señor Kissinger pudiera decir el otro día que en<br />

menos de diez años toda Europa será comunista.<br />

En cuanto a la crisis internacional, nosotros estamos en el tiempo cuando debemos reafirmar nuestra<br />

fe, y saber cuáles son las órdenes del Señor para con nosotros en el futuro. Por lo tanto quisiera<br />

comentar sobre la primera parte del Sermón del Monte.<br />

Alguien ha dicho que el Sermón del Monte es la Constitución del Reino de Dios. Encontramos en<br />

Mateo que el Reino se llama Reino de los Cielos en vez del Reino de Dios. Acabo de recibir un folleto<br />

de un señor en que él me explica en detalle la diferencia entre el Reino de Dios y el Reino de los<br />

Cielos. Los que hemos estudiado el período intertestamentario, ya sabemos que usaban los cielos en<br />

vez de pronunciar el nombre de Dios. Era una costumbre perifrástica que judíos usaron. Predicaré sobre<br />

la convicción de que el Reino de Dios y el Reino de los Cielos son la misma cosa. Cristo reina en el<br />

corazón de os que le siguen; y Cristo reinará sobre esta tierra visiblemente. Repito que Cristo reina<br />

actualmente en los corazones de los cristianos, pero también reinará visiblemente sobre la tierra.<br />

En las Bienaventuranzas que son la introducción del Sermón del Monte, la Constitución del Reino de<br />

Dios, encontramos que Cristo tiene un amor especial para los desamparados. Nosotros, en nuestros<br />

tiempos, ya estamos viviendo el levantamiento del hombre pobre, el levantamiento de las masas.<br />

Parece que esto es lo que quería Cristo hace dos mil años. Nosotros estamos viendo movimientos<br />

sociales dirigidos por personas materialistas y ateas mucho tiempo pero de acuerdo a las normas<br />

morales y espirituales del cristianismo. Encontramos en los herederos de la posición pos-milenaria a<br />

los Teólogos de la Liberación. Los que no queremos ser ni pos-milenarios ni hombres de la Teología de<br />

la Liberación por la violencia que han introducido en sus doctrinas, tendremos que pensar otra vez en<br />

cuál es el espíritu de nuestra fe, y cuáles son las órdenes de Cristo para el futuro. Y para nosotros<br />

espacialmente en este último mes del Seminario yo quisiera dejar en las mentes y en los corazones, no<br />

una serie de sermones, pero un reto para todo el resto de su vida.<br />

Estamos pensando hoy en qué vamos hacer para Cristo en el futuro: y tomaremos en cuenta cuál es la<br />

actitud que debemos tener. Si Cristo ama a los desamparados, ¿qué de nosotros?. Dice mi texto:<br />

Bienaventurados los pobre sen espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Es decir que las<br />

personas que van a formar el Reino de los cielos somos los pobres en espíritu. Cristo está hablando en<br />

el contexto de la mentalidad del tiempo de los Macabeos solamente los pobres levantaron armas par<br />

liberar a Israel. Los ricos estaban bien contentos con la helenización de aquel entonces. Ellos no<br />

querían cambiar el sistema que los habían hechos ricos. Aquí en Venezuela, uno se acuerda que hubo<br />

mucha gente qu no querían tener nada de la revolución ni nada de Bolívar. Estaban muy bien con los<br />

Españoles, y no querían cambiar. Los que quieren cambio son las personas que no tienen nada que<br />

perder y mucho que ganar en una revolución. Esta precisamente, es nuestra posición mis hermanos. No<br />

conozco a ningún rico entre nosotros. No veo ninguno que pueda perder muchas cosas materiales por<br />

estallar una revolución espiritual, no política, con el Señor Jesucristo cambiando este mundo para el


ien del pobre. Aquí dice el pobre. Bienaventurado el pobre porque él participará en una revolución<br />

espiritual que obra para su bien. Nosotros debemos tomar en cuenta estas cosas. Es decir, nosotros<br />

debemos dejar atrás cualquiera de las pretensiones materiales, de riquezas y las otras cosas que nos<br />

atraen a este mundo. Viviremos dejando esto atrás, porque queremos formar parte del Reino de Dios.<br />

Hay que menospreciar las cosas materiales, y buscar los valores del Reino de Dios.<br />

El joven aquí presente, que está pensando en ser pastor, no debe pensar en los bienes materiales<br />

demasiado; porque jamás será rico siendo pastor de una iglesia. Jamás acumulará mucho de los bienes<br />

de este mundo si él va a servir al Señor Jesucristo. No hay tiempo ni para administración de esos<br />

bienes, menos para ganarlos y mantenerlos. Así que Cristo dice: Bienaventurados los pobres en espíritu<br />

porque de ellos es el Reino de dios.<br />

La generación joven es una generación llorona. Ese hombre que actualmente está cantando en la<br />

televisión es un italiano que llora tanto. Tiene una sola canción que suena bien. Las demás son de puro<br />

llorar. A esa clase de llorón Cristo no está llamando. Está llamando a los que lloran por la situación en<br />

que se encuentran las personas y que se preocupan por lo que pasó aquí en Corralitos, el sábado pasado<br />

por la noche, cuando una de las hermanas nuestras tuvo que mirar asustada que estaban peleando con<br />

machetes, porque un hombre había entrado a una casa para violar a una señorita. Estos tiempos son<br />

tiempos de llorar. Estos son tiempos de lamentarse. La persona que llora siente las cosas hondamente;<br />

mas allá de lo intelectual, más allá de lo razonable. Siente en su íntimo ser lástima por nuestros<br />

tiempos. Cristo dice: Bienaventurados los que lloran nuestros tiempos: porque estos tiempos son de<br />

llorar. El quiere que nosotros tengamos una preocupación tremenda, profunda e íntima en contra de las<br />

cosas que nos rodean. Dice Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación. Una vez<br />

que venga el Reino de Dios, esas cosas, esas fechorías no existirán. Nosotros debemos hasta llorar<br />

nuestros tiempos aquí, en los mas íntimo de nuestro ser, para que podamos ayudar a cambiar todo esto.<br />

No sé si a Ud. Le ha tocado comer cuando está bien satisfecho. Hablando vulgarmente, lleno: corazón<br />

contento, venezolanamente hablando. Cuando está satisfecho harto, no le gusta ni el jamón ni el bistec<br />

ni el lomito. Hay gente que está satisfecha con su propia justicia. Se siente muy bien con Dios. Están<br />

satisfechos con su propia justicia, y no miran ni a la izquierda ni a la derecha. No ven que les rodea<br />

una multitud de personas que no saben ni el significado de la justicia. Dice Cristo: Bienaventurados los<br />

que tienen hambre de la justicia. He hablado con algunas personas y piensan que está muy bien que<br />

haya pornografía. Les gusta aún verla, aunque sean religiosos. Hay quienes que dicen Bueno, pues, así<br />

es el mundo. Así son las cosas. Cualquier gobierno del mundo tendrá que tener su injusticia. Hay<br />

algunos que dicen -No, si esos, si esos pobres hubieran trabajado y estudiado como yo serían muy ricos<br />

y ganaría sueldos cómodos-. Pero el que habla así nunca estuvo en el lugar donde no le fue posible<br />

estudiar. Nunca ha estado en el lugar donde no le proporcionaron oportunidad de estudiar. Nunca<br />

estuvo en el lugar donde tuvo el ambiente tan opresivo que ya no pudo ni pensar en mejorar su vida,<br />

donde ya se había perdido la esperanza de ser alguien. Estas personas no saben nada de semejante<br />

opresión. Pero si somos como Cristo, tendremos que tener la actitud de tomar en cuanta a las personas<br />

que nos rodean; que son menos afortunadas que nosotros. Tendremos hambre y se de la justicia para<br />

ellos. No estoy hablando precisamente de la justicia de la moralidad; aunque esos es muy importante, y<br />

eso quizá debe formar mucho del contenido de nuestra predicación; pero estoy hablando de la justicia<br />

económica. Estoy hablando de la justicia intelectual. Estoy hablando de la justicia de toda clase; o sea<br />

la integridad que hay en el Reino del Cielo. El Reino del Cielo no es un continuo culto; ni será en el<br />

cielo mismo. Aquél que piensa que va a sentarse en el cielo a tocar arpa todo el tiempo, o música pop,<br />

está muy equivocado. El cielo tendrá otra clase de vida. No será un culto extendido por la eternidad


¡Qué aburrido sería eso¡ Dice aquí que debemos tener hambre y sed de justicia. ¿Ha tenido Ud. Que<br />

pasar un día sin tomar agua en un lugar caliente o en un lugar desértico? ¡Ay que sed¡ ¿Ha ido estado<br />

Ud. Tres días sin comer?.Yo sí, tres días sin comer. ¡Hay que hambre¡, ¡Tiene Ud. Esa clase de hambre<br />

y sed de la justicia no solamente para Ud. Mismo sino para sus conciudadanos, para su hermano?.<br />

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Cristo traerá esa<br />

justicia sobre la tierra. Los hombres tratamos de lograr la justicia actualmente. Algunos dicen que se<br />

logra mediante la violencia. Cristo dice que no. Algunos dicen que lo vamos a forjar políticamente esa<br />

justicia. No señor, el amor, la falta de egoísmo, el deseo, el deseo profundo de ver un cambio para bien;<br />

el hambre y la sed de la justicia serán las cosas en que cambiarán este mundo. Pero se cambiará<br />

seguramente porque Cristo dice que sí.<br />

Este mundo se gobierna por minorías; no por mayorías . Busque en la política de todo país o de todo el<br />

mundo y verá que este mundo se gobierna por las minorías. Una minoría fuerte de cristianos pudiera<br />

cambiar este mundo y nosotros debemos ser esa minoría.<br />

-Serán insatisfechos- ¿Ha comido U. Una vez en la navidad hallacas y jamón? ¿Ha comido Ud. Hasta<br />

ser satisfecho?. Mi hermano, así será para aquellos que sí tenemos interés en cambiar las cosas, el día<br />

que reine Cristo entre nosotros¡. Que de veras reine Cristo entre nosotros y si seremos satisfechos de<br />

corazón. ¿Ven conmigo la visión?, ¿Están mirando la visión que yo veo para nosotros_?. Cristo enseñó<br />

a doce pequeños hombres insignificantes en la sociedad en la sociedad de su tiempo, y uno de ellos era<br />

traidor; pero con esos once hombres cambió la historia del mundo¡ con esta pequeña agrupación de<br />

estudiantes seminaristas Cristo pudiera cambiar la historia de Venezuela.<br />

-Mi texto habla de los perseguidos por ser cristianos-. Dice en los versículos 10,11 t 12 que nosotros no<br />

debemos ser perseguidos porque somos malos, o criticados porque merecemos la crítica; sino cuando<br />

nos critican mintiendo. Una grande moralidad debemos practicar, Ud. Y yo. Una grande moralidad<br />

debemos mantener entre nosotros; o nada nos aprovecha llamarnos cristianos. Pero, hay más, si a<br />

nosotros nos persiguen, cuando nos echan palabras feas, cuando nos dan dificultades, cuando nos hacen<br />

fechorías, cuando nos sacan para robar lo que tenemos -y esto me ha pasado-, cuando nos tratan de<br />

hacer muchas cosas malas porque somos cristianos; y nos consideran sus enemigos; pues cuando todo<br />

esto se dice y se hace, hay dos cosas que resultan.<br />

Primero, hay identidad. El hombre anda sin casa en la calle estos días. Son tantas personas en Caracas,<br />

por ejemplo, y en el resto del mundo que en la calle el individuo es tan achicado, no es nadie. La<br />

identidad es la cosas mas importante para el hombre. No le pregunto dónde vive. No le pregunto que<br />

cuál es su nombre. No le pregunto qué título tiene. Estoy preguntando, ¿quién es Ud.? Hay ente que<br />

nunca alcanza la identidad. Así persiguieron a los profetas. Alcanza identidad de profeta. ¿Quién es<br />

Ud.?<br />

Además hay galardón. Me han oído decir tantas veces que no he ganado mucho dinero y lo poco que he<br />

ganado se me ha ido, no sé a donde. Siempre ando limpio. Alguien dice: -Siempre ando sólo-. Yo no<br />

ando sólo nunca; pero siempre ando limpio. Yo no tengo mucho de los bienes de este mundo; y no<br />

espero realmente que le Señor me tenga mucha planta en el cielo. Van a pavimentar las calles con oro.<br />

Esas parte no me importan tanto. Pero una cosa si me importa, más que nada. Más que nada en la vida,<br />

lo que me importa es la esperanza que cuando venga el día que yo me presente delante del Señor pueda<br />

oír, -Bien, buen siervo fiel-. ¡Esto será galardón suficiente para mí¡.

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