- Page 1 and 2: Don JuanObra reproducida sin respon
- Page 4 and 5: como los reyes de Banque, corriendo
- Page 6 and 7: linda amante, en algún paraje deli
- Page 8 and 9: en todas las perfecciones posibles
- Page 12 and 13: Como doña Inés, a pesar de todos
- Page 14 and 15: en las querellas de don José y de
- Page 16 and 17: en el que había escrito meticulosa
- Page 18 and 19: el interés de sus conciudadanos. S
- Page 20 and 21: su noble origen. Deseaba que poseye
- Page 22 and 23: yor gozo de su madre, parecía cami
- Page 24 and 25: ma y el suave tacto en las flores,
- Page 26 and 27: eserva dulce, dejaba brillar en sus
- Page 28 and 29: tando para cubrirse con cualquier a
- Page 30 and 31: uen gusto. Por tal medio, si bien n
- Page 32 and 33: es completamente incapaz de formars
- Page 34 and 35: tro, aunque aún no puedan consider
- Page 36 and 37: tivo a las murmuraciones de las gen
- Page 38 and 39: guió aliviar parte de su mal, ya q
- Page 40 and 41: agitar repentina y suavemente la ho
- Page 43 and 44: te, en el Sol), exactamente el 6 de
- Page 45: es". Sin embargo, no podemos dudar
- Page 48 and 49: de presencia contra la tentación,
- Page 50 and 51: sas campiñas. Al avaro le place co
- Page 52 and 53: ños de los muertos. Una mano vigor
- Page 54 and 55: empezó desde el momento mismo a da
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no quisiera que hubieran de pagaros
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llero. Lo poco que os he dicho podr
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por la hermosura; jamás daba créd
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explicar, ni menos describir, dónd
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más que da palmadas sobre su frent
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hablaba una palabra, sin perjuicio
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corresponden al pequeño pie de una
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Cuando, al fin, llegaron los criado
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dignísimas señoras de edad, amiga
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existencia de la mujer. Las dignida
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vida!... Estoy condenada a sobreviv
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impertinencia? Además, yo haré ve
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pués los buenos días. Volveremos
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Don Juan fue enviado a Cádiz, ciud
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hamaca, se dolía de haber abandona
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marse la tormenta. Es cierto que el
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agua se había concluido. Por fin,
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te, fue lanzado por él sobre la la
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festándoles su dolor, ya que es m
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puesto a sacrificarse fue preciso r
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dio de los accesos de una risa fero
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su hambre un día más, pero, sobre
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para comprender sus males y darse c
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frente estaba adornada con alhajas
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oro que habría robado y la sangre
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gruta, tímida y apresurada a un mi
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verdad que es delicioso aprender un
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excelente sopa, puesto que un amant
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se hallaba viajando, la hermosa jov
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ni el vino de Borgoña, con su chor
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nan hallarse en soledad. El mar, el
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de él; ambos aspiran recíprocamen
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cio y Cátulo, los discípulos; Ovi
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las ventajas de la virtud disimulad
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ciprés? ¿Por qué te vales de un
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La vuelta del buen viejo se había
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sentir la ausencia de la felicidad
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ciaba era uno de los festejos organ
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velados por el fino lienzo de su ca
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sos de permanecer absolutamente sol
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siado habían vivido, puesto que en
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mil cimitarras como ésa; deja ahí
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Don Juan miraba a ambos, tan próxi
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lancha y en ella fue conducido a un
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momento su sangre mora se rebela y
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que murió sin haber nacido, en la
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Herido, cargado de hierros, encerra
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ma-donna o el tenor. He aquí su re
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do. No me conviene a mí extenderme
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muy atractiva, especialmente cuando
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en la que millares y millares de mu
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negras de la Nubia fueron tasadas a
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cimiento. Os suplico me digáis de
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—¿Vuestra tercera? ¿Apenas cont
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—Sin duda que no, mas convendréi
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uey; de manera que la compra de aqu
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que hicieron su gloria... Tal debí
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mento sus ideas, siguió pacienteme
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llas, un ancho pantalón otomano, u
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Turquía. Finalmente, perfumó a do
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—Estad tranquilo. Ni el mismo sul
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dama, con el aire de bienestar y ab
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garantía de lo demás... Hicieron
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ellas también hubiesen comprendido
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Hubiera sido suficiente aquello, en
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hubiera podido mejorarse, pero se l
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tos constituía un placer para aqu
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tormentos, arrojar a los leones, o
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dir su corte y gobernar su reino, d
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con sus cuentas, el cálculo nos de
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después de un agradable rato dedic
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—¿Por qué?—replicó la matron
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Dudú hubiera ofrecido primero su a
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¿Cómo dormía o ensoñaba la dulc
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tado sin motivo. La matrona se inco
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Mientras sucedía lo que queda rela
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estaba seguro de que Juan no había
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mares vuestro esclavo, ya le amáis
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al Suvaroff, guerrero, aficionado a
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los tiempos en que el homicidio y l
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Digo que creo haber oído vuestro n
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dará entre los bravos que me rodea
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fianza que tenían en sus propios p
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TERCERA PARTETodo estaba preparado,
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combate que separan a un guerrero d
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le ofreció cuartel, pero esta pala
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a los mil deleites que le esperaban
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Juan rodaba en un maldito coche hac
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sola, pero sí sé que la mayoría
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esta simple manera brotó en ambos
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duzcamos despacito nuestra cabalgad
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el clima de Madrid y el de Moscú e
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fin, accedió, y nuestro héroe, ca
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sabios y los senados han condenado
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hotel, sin reducción alguna posibl
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za muy fría? ¡Arre, arre, postill
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hace un navío de guerra antes de s
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asamblea o a cada nuevas elecciones
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espondiente, no dejó de darle tema
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La misión de Juan era secreta y s
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pequeña Leila al cuidado cariñoso
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de esa especie de cortesana anfibia
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tierra más preciosa en cuerpos y e
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sus redes alrededor de estos dos j
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sidad de semejante escudo, que deja
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años se transforma en el paraíso
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cada coronada de espumas, cuyos eco
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glaterra tiene una felicidad a flor
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atallas al foro y al Senado, cuando
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Lord Enrique y su bella esposa eran
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gos a quienes escribir. Nada hay en
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de madrugar para ir a la caza, y er
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terrible dolor de perder su decoro,
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quien, reuniendo numerosas excelent
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castillo, pasearon mucho juntos, es
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sin reparo su cabeza y su corazón
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la de su bien amado. Como auténtic
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que las señoras gusten de que term
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ellos, porque Adelina era obstinada
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mente la sinceridad. De todas las v
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figura, envuelta en un a modo de h
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tonces don Juan mayor preocupación
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Adelina, ciertas hermosas cualidade
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llo y las exigencias naturales de l
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suficientes para poder entendérsel
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Juan... Digamos de una vez que apar
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como un patito, criado por Dame Par
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Cuando me propongo, cada mañana, s