11.07.2015 Views

los diez mandamientos. entre el precepto y la sabiduría

los diez mandamientos. entre el precepto y la sabiduría

los diez mandamientos. entre el precepto y la sabiduría

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

16LOS DIEZ MANDAMIENTOSaños; <strong>los</strong> leemos como emparentados con una cultura todavíaampliamente impregnada de cristianismo. Para <strong>el</strong> judaísmo essuficiente <strong>la</strong> creencia de que <strong>el</strong> hombre es libre, capaz de distinguir<strong>entre</strong> <strong>el</strong> bien y <strong>el</strong> mal y de conducirse en consecuencia; enuna pa<strong>la</strong>bra: que <strong>la</strong> contravención de una ley, dado que se ejecutalibremente, es punible. También en Occidente <strong>la</strong> ética fi<strong>los</strong>óficaparte de <strong>la</strong> libertad de <strong>la</strong> voluntad. Pero con esto nada se ha dichotodavía sobre cómo se convierte un hombre en un sujeto capazde hacer libremente <strong>el</strong> bien. Seguro que no basta con enseñar a<strong>los</strong> jóvenes <strong>los</strong> Diez Mandamientos para hacer de <strong>el</strong><strong>los</strong> hombresbuenos. El cristianismo no defiende esta “simplificación moral”.Es precisamente por su posición respecto de esta cuestión como<strong>el</strong> cristianismo se ha convertido en una r<strong>el</strong>igión independiente, entérminos generales, d<strong>el</strong> judaísmo. El cristianismo no se entiendea sí mismo como una r<strong>el</strong>igión de <strong>la</strong> Ley para <strong>la</strong> que fuera suficienteintensificar <strong>la</strong>s advertencias morales o amenazar a <strong>los</strong> hombresen nombre de Dios y según cálcu<strong>los</strong> proféticos con objeto de que,finalmente, ajusten su conducta a <strong>los</strong> <strong>mandamientos</strong>.El hombre de Nazaret conoció muy bien <strong>la</strong>s injusticias procedentesde <strong>la</strong> interpretación de <strong>la</strong> ley que hacían <strong>los</strong> rabinos desu época. Jesús sentía compasión por <strong>los</strong> humil<strong>la</strong>dos, por <strong>los</strong>excluidos, y se preguntaba: ¿qué ha tenido que pasar para que unhombre haga <strong>el</strong> mal? Por reg<strong>la</strong> general, <strong>la</strong> presunta ma<strong>la</strong> voluntadtiene una historia previa. Y así <strong>el</strong> mal ya no es un problemamoral, queda tras<strong>la</strong>dado a <strong>la</strong> psicología y a <strong>la</strong> antropología. ParaJesús (o Pablo) <strong>la</strong> cuestión es: ¿cómo se salva a un hombre d<strong>el</strong>mal? Aquí ha tenido lugar un cambio de perspectiva radical. Es<strong>el</strong> final de <strong>la</strong> r<strong>el</strong>igión de <strong>la</strong> Ley. Los Diez Mandamientos puedenseguir sirviendo de parámetro, de criterio para fijar <strong>la</strong> distancia<strong>entre</strong> <strong>el</strong> ser y <strong>el</strong> deber. Pero lo importante es dónde encuentrauno al hombre. En realidad todo hombre sabe lo que debe hacer.Es un curioso pensamiento –lo encontramos en <strong>la</strong> fi<strong>los</strong>ofíamedieval, incluso en Tomás de Aquino– <strong>el</strong> de que un hombrejamás actúa bajo <strong>el</strong> signo de lo malo. Para poder hacer algo debe

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!